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Keshly S. Ramírez E.

; 2017-0136
Jolivet De La Rosa D. ; 2017-0179

LEGISLACIÓN INDEPENDIENTE

En la República Dominicana este es un fenómeno relativamente reciente. Las primeras


instituciones de esta tipo se crearon a partir de la establecimiento del Instituto
dominicano de telecomunicaciones en 1998. Hoy se extiende al ámbito del Mercado
de valores, el sistema de seguros inversiones, el sector eléctrico. Éstas entidades,
también conocidas como autoridades independientes que disponen de un
considerable autonomía frente a los poderes ejecutivos y legislativos, que actúa en
ámbitos de Especial trascendencia económica, política o social, que llevan a cabo,
principalmente, funciones reguladoras y de prestación de servicios.

Surgió en Estados Unidos e Inglaterra a finales del siglo XIX y comienzos del XX, El
fenómeno de las administraciones independientes se extiende de la segunda mitad del
siglo pasado todo Europa. Desde el punto de vista de su organización, el principal rasgo
de la administración independiente es el grado de autonomía que disfrutan, por lo que
se refieren llamarlas independientes en lugar de autónomas para aludir la naturaleza
autonomía reforzada de que goza.

Puesto que la función que llevan a cabo este eminentemente regular y dado que gozan
de una gran autonomía, preferimos denominar la como administraciones reguladoras
independientes  esta es aquellas entes que,  dotados de potestades de ordenación
para la realización de funciones de regulación sectorial y no general, ejercer estas en
un régimen de no dependencia respecto del conjunto administrativo del Estado.

El  fundamento de las administraciones reguladoras independientes reside en la


necesidad de neutralizar políticamente la toma de decisiones en una serie de ámbitos
técnicos, económicos y sociales atribuyéndose la misma a centro de decisiones
autónomos e independientes, conformado por expertos que atribuyen a estos centros
objetividad, imparcialidad y conocimiento técnico.

La autonomía de esta este carácter constitucional. La constitución establece que abra


una entidad emisora única y autónoma la autonomía de esta tiene una doble razón de
ser que viene dada por el hecho de que tiene a su cargo la regulación tanto del sistema
monetario como del financiero. Al corresponderle la regulación monetaria del Banco
Central, éste controla la tasa de crecimiento de activos líquidos en manos del público a
través del inyección o drenaje de liquidez del sistema bancario y de este del sistema
económico.

Esta función de control no podría ser desarrollada eficazmente si el poder ejecutivo,


ante la insuficiencia de sus ingresos fiscales, pudiese obligar a la entidad emisora portal
liquidez del sistema económico a través de la emisión de moneda, produciéndose la
monetización del gasto, consecuentemente, inflación.
De ahí que el Banco Central debe gozar de autonomía en la medida en que su
autonomía asegura grado de neutralización política en el gobierno de la moneda que
resulta conveniente para estabilizar macroeconomía La razón de ser de la autonomía
del Banco Central radica pues, en que se preparan las funciones contradictorias: por un
lado las funciones que generan gastos y, por consiguiente, afectan la liquidez del
sistema, por otro, las que controlan esa liquidez para que se mantenga en una
determinada senda propicia para alcanzar determinados objetivos finales.

La razón de ser autónoma la superintendencia de banco es diferente aunque vinculada


con la del Banco Central. Salvaguarda la solvencia de las EIFS y, en consecuencia, La
confianza de los depositantes, requiere la independencia del encargado de asegurar
esta confianza. La dirección política del criterio general de desconfianza en las medidas
en el gobierno es el principal demanda de crédito privado, lo cual hace que tenga una
posición contradictorias respecto al control del mismo.

La monetización de la regulación del sistema monetario financiero parte de la AMF en


cuyo interior confluyen armónicamente el Banco Central, la superintendencia de
bancos y la junta monetaria que es, aún mismo tiempo, órgano superior de ambas
entidades, sólo tiene sentido en la medida en que los sistemas monetarios y
financieros aparecen íntimamente vinculada, en ese sentido ambos sistemas son
regulados por la misma autoridad porque la capacitación de los fondos públicos por
parte de los bancos que son los principales entidades de intermediación financiera
supone un mayor riesgo de mis técnicos si porque el efecto económico de creación de
dinero secundario determina que los bancos están sujetos al grado máximo de
regulación por las mesas autoridades regulatorias que tienen a su cargo el sistema
financiero.

En este sentido, la teoría económica ha revelado la íntima conexión entre crisis


bancarias y crisis monetaria, bien porque una perturbación externa inicial generará
una pérdida de reservas, lo cual, si no hay esterilización, llevará a una drástica
reducción crediticia, aumento De quiebra y aún aquí financiera;o bien porque los
problemas del sector financiero origina el colapso monetarios. Es la luz de estos datos
te cobra sentido en el tratamiento constitucionales legislativo de la monetario y
financiero no simplemente como los sectores diversos e interrelacionados si no, como
ven expresa la exposición de motivos de la LMF, como una misma área regulatoria que
requiere un enfoque macro, el monetario, y otro micro, el financiero.

El fenómeno de la otra regulación hacer todo nuevo: reglamentaciones originadas en


el sector privado con una función de ordenanza reconocida tanto por los particulares
como puede ver poderes públicos han sido existido siempre en el occidente. Tal es el
caso de los estatutos y reglamentaciones apoderados por las corporaciones de
derecho público y la organización del mercado enteros con gran autonomía normativa
y ejecutiva por correspondencia privada. Lo que caracteriza sin embargo, a la
autorregulación en estos tiempos es que se ha salido de aquellos sectores que
tradicionalmente habían conocido técnicas de auto administración o de gestión
administrativa por lo que los particulares, para extender la seguridad, la calidad
industrial, el medio ambiente, los mercados financieros, la electricidad, la publicidad y
la comunicación.
Cuándo se no se aparece a regulación, en ese sentido estricto, la actividad normativa o
reglamentaria que ejerce la administración sobre determinados sectores sociales o de
la economía. Sin embargo, la regulación monetaria y financiera, desde el momento de
la consagración constitucional de la misma en 1947, ha estado asociada con un sentido
extenso de la regulación.

Una de las características del mundo contemporáneo y de la situación actual del


derecho administrativo del economía, es retirada del Estado de sus tareas de
ordenación económica y la sesión por parte de los poderes públicos del ejercicio de las
dos funciones públicas que resume su acción sobre la economía: la producción de las
normas que tienen que cumplir las empresas y la verificación de que las empresas
cumplan las exigencias normativas establecidas. A este fenómeno se le ha denominado
autorregulación y pareciera que Se sitúa en contradicción con la regulación,Pues en
tanto la segunda parte de la ordenación del funcionamiento del mercado a través de
decisiones de los poderes públicos, la segunda se basa en una ordenación fundada en
opciones, normas y decisiones establecidas por los propios agentes económicos del
mercado.

El fenómeno de la autorregulación no está el todo nuevo: reglamentaciones originadas


en el sector privado con una función de ordenación reconocidas tanto por los
particulares como por los poderes públicos que han existido siempre a occidente. Tales
el caso de los estatutos reglamentaciones aportados por la corporación de derecho
público y la organización de mercados enteros con gran autonomía normativa y
ejecutiva por con por acciones privadas. Lo que caracteriza, sin embargo, a la
autorregulación en nuestro tiempo es qué has salido de aquellos sectores
tradicionalmente que habían conocido técnicas de auto administración O de gestión
administrativa por los particulares, para extenderse a la seguridad, la calidad industrial,
el medio ambiente, y los mercados financieros, la electricidad, la publicidad y la
comunicación. El fundamento constitucional de la autorregulación es que no no está
prohibido por la ley está permitido y por otro lado, no hay delegación de poderes por
parte del Estado a favor de particulares particulares.

El legislador dominicano ha hecho uso de las técnicas de autorregulación. Casos


paradigmáticos por los que ofrecen el sector eléctrico en donde un organismo
coordinado conforme o los propios agentes del sector maneja el mercado mayorista.

La potestad normativa:
La ley monetaria y financiera consagra que la regulación del sistema monetario y
financiero se va a regir de manera exclusiva por la Constitución, la ley y “los
Reglamentos que para su desarrollo dicta la Junta Monetaria y los Instructivos que,
subordinados jerárquicamente a los Reglamentos que dicta a Junta Monetaria, dicten
el Banco Central y la Superintendencia de Bancos en el área de sus respectivas
competencias” (artículo 1 de la ley monetaria y financiera). En el articulo 15 de la
referida ley, también se consagra que: “El Banco Central tiene potestad reglamentaria
interna de carácter auto-organizativo, sujeta a la ratificación de la Junta Monetaria, así
como potestad reglamentaria subordinada para desarrollar mediante instructivos lo
dispuesto en los Reglamentos Monetarios y Financieros en las materias propias de su
competencia”.
Con relación a la Superintendencia de Bancos, en el artículo 19 de la ley Monetaria y
Financiera se establece que: “sin perjuicio de su potestad de dictar Instructivos y de la
iniciativa reglamentaria de la Junta Monetaria, la Superintendencia de Bancos puede
proponer a dicho Organismo los proyectos de Reglamentos en las materias propias de
su ámbito de competencia. La Superintendencia de Bancos tiene potestad
reglamentaria interna de carácter auto-organizativo con aprobación de la Junta
Monetaria, así como potestad reglamentaria subordinada para desarrollar, a través de
Instructivos, lo dispuesto en los Reglamentos relativos a las materias propias de su
competencia”.

Competencias de supervisión o inspección:


La Administración Monetaria y Financiera posee a su cargo la supervisión del sistema
monetario y financiero y, por consiguiente, puede solicitar de los sujetos regulados
toda y cada una de las informaciones que entienda conveniente y necesite para
cumplir con este objetivo. El Banco Central tiene a su cargo la supervisión y liquidación
del sistema de pagos y del mercado interbancario; mientras, que corresponde a la
Superintendencia de Bancos la supervisión de las Entidades de intermediación
financiera.

La competencia de supervisión de forma generalizada comprende todas las funciones


regulatorias que no constituyen fijación de políticas y reglamentación, esto es, las
potestades de autorización, inspección, solicitud de información, aplicación de
sanciones y todas aquellas que permitan supervisar y controlar de forma efectiva la
entrada de las empresas al sector, sus operaciones y su eventual salida del sector.

La potestad sancionadora: Es facultad del Banco central la imposición de sanciones


por deficiencias en el encaje legal, incumplimiento de las normas de funcionamiento
de los sistemas de pagos, y por violación de ciertos deberes de información
establecidos en la ley Monetaria y Financiera. Corresponde a la Superintendencia de
Bancos imponer las correspondientes sanciones, a excepción de las que aplique el
Banco Central en virtud de lo dispuesto de forma expresa en la ley.

Competencias ejecutivas:
La Administración Monetaria y financiera es titular de todas las competencias
ejecutivas que correspondan al desarrollo y ejecución, tanto de las leyes como de los
reglamentos relativos a la materia de su competencia, así como de las normas dictadas
por ella misma. Una de las competencias ejecutivas es la definición de la política
Monetaria y Financiera de la nación.

La organización:
La Administración Monetaria y Financiera esta compuesta por la Junta Monetaria, el
Banco Central y la Superintendencia de Bancos, siendo la Junta Monetaria el órgano
superior de ambas entidades. La administración Monetaria y Financiera goza de
autonomía funcional, organizativa y presupuestaria para el cumplimiento de sus
funciones, según lo establecido en la ley Monetaria y Financiera en su art. 5. A.
La autonomía orgánica:
 Creación por ley: La Administración Monetaria y Financiera, en tanto
administración reguladora autónoma, ha sido creada por ley, de modo que solo de
forma subsidiara y en la medida que lo permita la Ley Monetaria y Financiera, le es
aplicable a la Administración Monetaria y Financiera el régimen general de la
Administración Publica.
 Personalidad jurídica: La ley Monetaria y Financiera establece que tanto el Banco
Central como la Superintendencia de Bancos son entidades públicas de Derecho
público, y como tal, las dota de personalidad jurídica propia, pudiendo adquirir
derechos y obligaciones, tener patrimonio y presupuestos propios y aplicársele un
derecho especial.
 Relaciones entre el Banco Central y la Superintendencia de Bancos: Conforme a lo
que establece el art. 5 a de LMF: “Las relaciones entre el Banco Central y la
Superintendencia de Bancos se regirán por los principios de economía,
cooperación, coordinación de funciones y competencias. La Junta Monetaria velará
por el cumplimiento de esta disposición.”
 Relaciones entre la Administración Monetaria y Financiera y los órganos
reguladores del mercado de valores y sistemas de seguros y pensiones: Según lo
establecido en la ley Monetaria y Financiera: “el sistema monetario y financiero, el
marcado de valores y, los sistemas de seguros y pensiones se regirán por sus
propias leyes”, No obstante, “La Administración Monetaria y Financiera y los
Organismos reguladores y supervisores del mercado de valores, seguros y
pensiones guardarán la necesaria coordinación en el ejercicio de sus respectivas
competencias regulatorias, con el objeto de permitir una adecuada ejecución de
sus funciones, una eficiente supervisión en base consolidada y un fluido
intercambio de las informaciones necesarias para llevar a cabo sus tareas,
conforme a lo dispuesto en la presente Ley. La Junta Monetaria reglamentará,
previa consulta a los referidos Organismos, el procedimiento para la solución de
discrepancias y conflictos de competencias que pudieran derivarse del
cumplimiento de dicha obligación de coordinación, según lo establecido en el art. 1
d, de la referida ley.
 Reglamento interno: Tanto el Banco Central como la Superintendencia de Bancos
tienen potestad reglamentaria interna de carácter auto-organizativo, sujeta en
ambos casos a la ratificación o aprobación de la Junta Monetaria.
Autonomía Funcional:
 Competencia exclusiva: La regulación del sistema monetario y financiero en todo
el territorio de la República Dominicana se lleva a cabo exclusivamente por la
Administración Monetaria y Financiera.
 Independencia de ordenes e instrucciones: La Administración Monetaria y
Financiera en tanto administración reguladora independiente, no esta sujeta a
recibir, acatar ni ejecutar ordenes e instrucciones provenientes del Poder Ejecutivo
u otros poderes (esto no esta establecido en la ley, pero la doctrina si lo acoge).
 Legitimación para impugnar actos de los poderes públicos: La Administración
carecería de sentido si le estuviese vedado impugnar los actos de los poderes
públicos que atenten contra las funciones y competencias que le fueron
concedidas por ley.
 Autonomía personal: La autonomía cualificada de la Administración Monetaria y
Financiera se garantiza mediante la autonomía personal a su servicio, en donde la
LMF estipula en su art. 10 lo siguiente: “La Junta Monetaria está integrada por tres
(3) miembros exoficio y seis (6) miembros designados por tiempo determinado.
Son miembros exoficio: el Gobernador del Banco Central, quien la presidirá, el
Secretario de Estado de Finanzas y el Superintendente de Bancos. Al Presidente de
la Junta Monetaria le corresponderá la representación oficial y exclusiva de la Junta
Monetaria, sin que pueda delegarla en ningún miembro de esta”.
 Sistema de elección de miembros: la LMF establece en su art. 11 a la designación
de los miembros, consagrando que: “Los miembros por tiempo determinado serán
designados por el Presidente de la República, por un período de dos (2) años,
pudiendo ser renovable. El Miembro designado para cubrir una vacante por causa
distinta a la expiración del mandato ocupará dicho cargo solo hasta la finalización
del mandato correspondiente al miembro cuya vacante se supla”.
 Requisitos de elegibilidad: Según lo estipulado en el art. 11b de la LMF: “Para ser
miembro designado por tiempo determinado es necesario ser dominicano, mayor
de 35 años, de reconocida capacidad profesional y con más de diez (10) años de
acreditada experiencia en materia económica, monetaria, financiera o empresarial,
siempre y cuando sus actividades no constituyan conflicto de interés con las
funciones que debe desempeñar como miembro de la Junta Monetaria”.
 Causas de inhabilidad: Conforme a lo consagrado en el art. 11 b de la LMF, no
podrá ser miembro designado por tiempo determinado si concurriese alguna de las
siguientes causas de inhabilidad:
1. Ser pariente de otro miembro de la Junta Monetaria hasta el tercer
grado de consanguinidad o segundo de afinidad o tener vinculaciones o
intereses económicos o laborales coincidentes con otro miembro de la
Junta.
2. Los que hayan sido directores o administradores de una entidad de
intermediación financiera, en algún momento durante los cinco (5) años
anteriores a la fecha en que ésta haya: (i) sido objeto de la revocación
de la autorización para operar por causa de infracción; (ii) incumplido
un plan de recuperación; (iii) quedado sometida a un procedimiento de
intervención, disolución o liquidación forzosa, quiebra, o bancarrota; o
(iv) sido objeto de alguna acción de salvamento por parte del Estado.
3. Los que hayan sido sancionados por infracción de las normas vigentes
en materia monetaria y financiera con la separación del cargo e
inhabilitado para desempeñarlo durante el tiempo que dure la sanción;
los sancionados por infracción de las normas reguladoras del mercado
de valores, seguros y pensiones; los declarados insolventes; los
condenados por delitos de naturaleza económica o por lavado de
activos, y los que sean legalmente incapaces o hayan sido objeto de
remoción de sus cargos en la Administración Monetaria y Financiera en
los supuestos previstos en este Artículo y los Artículos 17 y 21 de esta
Ley;
4. Los que hayan sido condenados por sentencia judicial definitiva e
irrevocable a penas por infracciones criminales.
 Causas de incompatibilidad: De acuerdo con el artículo 11.c de la LMF, “El cargo de
miembro por tiempo determinado de la Junta Monetaria será incompatible con lo
siguiente:
1. Ser funcionario electivo o desempeñar otras funciones públicas
remuneradas, con excepción de los cargos de carácter docente o
académico.
2. Ser miembro de directorios, consejos, o de cualquier modo participar en el
control o dirección de una entidad de intermediación financiera sometida a
lo dispuesto en esta Ley o en otras Leyes especiales.
3. Tener una participación directa o indirecta en el capital de las entidades
sometidas a las disposiciones de esta Ley. Los miembros de la Junta
Monetaria que posean participaciones en las entidades de intermediación
financiera que no constituyan incompatibilidad deberán poner la
administración de dichas participaciones bajo un contrato de fideicomiso o
administración durante el tiempo que dure su mandato”.
 Duración del mandato, renovación y cese: Conforme a lo dispuesto en el art. 11 d y e
de la LMF: “Los miembros designados por tiempo determinado sólo podrán ser
removidos de sus cargos mediante decisión adoptada por las tres cuartas (3/4) partes
de los miembros de la Junta Monetaria, por las siguientes causales:
1. Cuando sobrevenga alguna de las circunstancias que determinan la existencia de
conflicto de interés o causas de inhabilidad e incompatibilidad previstas en los
literales b) y c) de este Artículo, o fuere declarado judicialmente incapaz.
2. Cuando violen la obligación de confidencialidad a la que se refiere el Artículo 8 de
esta Ley, o no se inhiban en los casos en que debieren hacerlo.
3. Cuando hicieren uso en provecho propio o de terceros de información obtenida en
el desarrollo de sus funciones como miembros de la Junta Monetaria.
4. Cuando se ausentasen o injustificadamente dejasen de acudir a tres (3) sesiones
consecutivas de la Junta Monetaria.
Efectos: El miembro de cuya remoción se trate podrá apelar ante la Suprema Corte
de Justicia en un plazo de quince (15) días contados a partir de la fecha de su
remoción. Ni el plazo para el recurso de apelación ni el ejercicio de dicho recurso
es suspensivo de la decisión de remoción adoptada por la Junta Monetaria”.
 Estatuto personal: En el art. 6 de la LMF se establece de manera expresa un
régimen jurídico del personal destinado a asegurar la autonomía personal de la
Administración Monetaria y Financiera:
A) Categorías. “El personal de la Administración Monetaria y Financiera está
conformado por autoridades, funcionarios y empleados. Son autoridades
los miembros de la Junta Monetaria, así como el Vicegobernador del Banco
Central y el Intendente de la Superintendencia de Bancos. Son funcionarios
los cargos iguales o superiores a la categoría de subdirector de conformidad
con las disposiciones de los Reglamentos Internos del Banco Central y la
Superintendencia de Bancos. Tendrá la consideración de empleados el
resto del personal. La relación laboral de los funcionarios y empleados al
servicio de la Administración Monetaria y Financiera se regirá por lo
dispuesto en este Artículo, por los correspondientes Reglamentos Internos y
por las disposiciones del Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social.
Para su consideración dentro del régimen de compensación y retiro del
personal de la Administración Monetaria y Financiera, el Gobernador y el
Vicegobernador del Banco Central, así como el Superintendente y el
Intendente de Bancos, estarán equiparados a la categoría de funcionario,
sin perjuicio de su calidad de autoridades”. Art. 6 a.
B) Deberes. “El personal al servicio de la Administración Monetaria y
Financiera ejercerá sus funciones con absoluta imparcialidad y de acuerdo
con las normas y procedimientos establecidos. Reglamentariamente se
establecerá un Código de Conducta que regirá la obtención de
financiamiento por el personal de la Administración Monetaria y Financiera
de parte de las entidades de intermediación financiera. El personal estará
sometido a un régimen de responsabilidad administrativa personal, sin
perjuicio de la civil o penal que corresponda, que será exigible mediante el
correspondiente procedimiento disciplinario. Dentro de este régimen
disciplinario se considerarán faltas muy graves, con sanción de separación
del cargo, la infracción de las obligaciones impuestas por el Código de
Conducta y la infracción del deber de confidencialidad”. Art. 6 b.
C) Derechos. “Los funcionarios y empleados de la Administración Monetaria y
Financiera contarán con un sistema de selección y carrera basado en los
principios de mérito y capacidad, que garantizará su imparcialidad e
independencia, y proscribirá la remoción del cargo por razones de mera
oportunidad. La selección de los funcionarios y empleados para labores
técnico-profesionales estará sujeta a la celebración de concursos de
acuerdo a los Reglamentos Internos del Banco Central y de la
Superintendencia de Bancos. Los funcionarios y empleados contarán con un
sistema de retribuciones transparente y de mercado que contemple fondos
de pensiones y jubilaciones para el Banco Central y para la
Superintendencia de Bancos, conforme a las disposiciones que dicte la Junta
Monetaria y en base a los preceptos de la Ley de Seguridad Social. Los
Reglamentos Internos también establecerán los respectivos regímenes de
los funcionarios y empleados del Banco Central y la Superintendencia de
Bancos, así como el catálogo de incompatibilidades en atención a las
responsabilidades del puesto desempeñado y el régimen disciplinario. Los
actos que se dicten en materia de personal seguirán el régimen de recursos
administrativos y contencioso administrativo de lo monetario y financiero
establecido en el Artículo 77 de esta Ley”. Art. 6 c.

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