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Análisis: Quesqui, el mayor descubrimiento petrolero de Tabasco en 30 años.

Dentro de las actividades realizadas por motivos de la gira del presidente Andrés
Manuel López Obrador en los Estados de Tabasco y Campeche el director general
de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, confirmó la entrada en
operación del campo Quesqui-1, considerado como el descubrimiento petrolero más
importante de la región en los últimos 30 años.

El campo terrestre correspondiente las asignaciones AE-0045-5M-Agua Dulce-04 y AE-


0053-3M-Mezcalapa-03 ubicado en el municipio de Huimanguillo, Tabasco cuenta con
un potencial de reservas del tipo 3p (probadas, probables y posibles) hasta por 500
millones de barriles de crudo ligero. Además, explicó Romero Oropeza, se está
trabajando en la perforación del pozo delimitador Quesqui-1DEL donde se pretende
comprobar la existencia de una reserva adicional de 200 millones de barriles de
aceite de 43.8° API. Ambos proyectos en conjunto suman un potencial de 700
millones de barriles.

Quesqui-1 cuenta con una capacidad de producción de 4,500 barriles diarios y 16


millones de pies cúbicos/día de gas. Una vez iniciada la operación de los 11 pozos,
se prevé para el 2020 incrementar la producción a 69 mil barriles de crudo y 300
millones de pies cúbicos de gas al día. Para el año 2021, se espera a que esta cifra
ascienda a los 110 mil barriles y 410 millones de pies cúbicos de petróleo y gas,
respectivamente.

El titular de Pemex señaló que el último descubrimiento de un yacimiento petrolero


gigante en Tabasco se dio en el año de 1987, en el campo Sen ubicado en el
municipio de Nacajuca, con reservas por 536 millones de barriles de petróleo crudo
equivalente.

¿Cuál es la importancia de este hallazgo?

Este descubrimiento es el resultado de una política eficaz de inversión para el


desarrollo de nuevos yacimientos como parte de la estrategia energética de la
administración encabezada por el presidente López Obrador, la cual consiste en
desarrollar 20 nuevos campos por año durante su sexenio.
El desarrollo de nuevos campos terrestres y en aguas someras le permitirá a la
petrolera más endeudada del mundo reducir los costos y los riesgos que implica
explorar y extraer en otras áreas, tales como las aguas profundas, de los cuales
Pemex ha fracasado en la mitad de sus intentos.

Ayer por la tarde, el precio del barril de crudo mexicano de exportación cerró con
un precio de $54.15 dólares, un aumento de $1.37 dólares equivalentes al 2.59%
respecto al valor anterior. Esto se dio en gran medida por factores internacionales
como el acuerdo del cártel de la OPEP+ para expandir los recortes a la
producción con el fin de fortalecer los precios del hidrocarburo.

Si la tendencia del precio sigue al alza, Pemex podrá seguir invirtiendo en seguir
desarrollando nuevos campos de extracción a la par que ajusta sus obligaciones
financieras. Lo que podría significa un respiro ante la débil situación financiera de la
Empresa Productiva del Estado.

Los ingresos generados por la actividad petrolera deberán dirigirse a mejorar las
condiciones de desarrollo para la población y para la inversión de nuevas
oportunidades de negocios dentro del sector energético para una región que durante
años ha sido contagiada de enfermedad holandesa al no aprovechar los beneficios de
la industria petrolera para diversificar sus actividades económicas.

El sector energético es clave para el desarrollo de nuevas oportunidades de


negocios en diversas áreas, que generen mayor valor agregado y que estas
inversiones generen empleos para la sociedad.

Los hallazgos de este tipo, junto con la construcción de la refinería de Dos Bocas son
claves para lograr los objetivos de autosuficiencia energética propuestos por el
gobierno de la llamada “cuarta transformación”.

*Sobre el autor: Luis Enrique Gómez, estudiante de Economía por la UJAT.


Analista del sector energético. Fundador y editor de la revista Petróleo & Economía.

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