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Territorios 40 / Bogotá, 2019, pp.

201-226
ISSN: 0123-8418
ISSNe: 2215-7484

Sección general
Políticas de vivienda

Política de vivienda y gestión de suelo


urbano. Casos de Corea, Colombia
y Perú (1990-2015)
Policy of Housing and Management of Urban Land.
Cases of South Korea, Colombia and Peru (1990-2015)
Política de vivenda e gestão de solo urbano. Casos da Coreia,
a Colômbia e o Peru (1990-2015)

Julio Calderón Cockburn*

* Doctor, Sobresaliente,
por la unmsm de Lima.
Magíster, con honores, por
la ­flacso de México y Li-
Recibido: 13 de marzo de 2018 cenciado en Sociología por
Aprobado: 26 de julio de 2018 la pucp de Lima. Consul-
Doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/territorios/a.6608 tor Independiente. Correo
electrónico cockburnjulio@
gmail.com orcid: http://
Para citar este artículo: orcid.org/0000-0002-
Calderón Cockburn J. (2019). Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y 3623-3020
Perú (1990-2015). Territorios (40), 201-226. Doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/
territorios/a.6608

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Resumen
Palabras clave Bajo un análisis comparativo de los casos de Colombia, Perú y Corea del Sur, se relaciona el rol
Política habitacional, del Estado con el mercado y se resalta la importancia de la gestión del suelo urbano y los progra-
gestión del suelo, mercado mas de vivienda. Basado en la revisión de la bibliografía, se concluye que, aunque esos países han
inmobiliario del suelo. atravesado por procesos de liberalización y privatización desde la década de 1990, difieren en su
esquema institucional de atención a la vivienda y gestión del suelo: un Estado desarrollador y
planificador que promueve asociaciones público/privadas (Corea), otro que combina mecanismos
de subsidio con gestión del suelo (Colombia) y otro en el que impera el libre mercado (Perú).

Abstract
Keywords Under a comparative analysis of the cases of Colombia, Peru and South Korea, I center on the
Housing policy, urban role of the state in housing policies in each of these countries, especially in relation to the market,
land management, real highlighting the importance of land management. Based on the review of the bibliography, one
estate markets. concludes that though these countries have crossed for processes of liberalization and privatization
from the decade of 1990, they differ in his institutional scheme of attention to the housing and
urban land management: a state developer and planner who promotes public-private-partnership
(Korea), another one that combines mechanisms of subsidy with management of land (Colombia)
and another one in which there reigns the free market (Peru).

Resumo
Palavras-chave Sob uma análise comparativa dos casos da Colômbia, o Peru e a Coreia do Sul, se relaciona o rol
Política habitacional, do Estado com o mercado, ressaltando a importância da gestão do solo urbano e os programas de
gestão do solo, mercado vivenda. Baseado na revisão da bibliografia, conclui-se que, ainda que esses países têm atravessado
imobiliário do solo. por processos de liberalização e privatização desde a década de 1990, diferem em seu esquema
institucional de atenção à vivenda e gestão do solo: um Estado desenvolvedor e planificador que
promove associações público/privada (Coreia), outro que combina mecanismos de subsídio com
gestão do solo (Colômbia) e outro em que impera o livre mercado (Peru).

territorios 40
202 Julio Calderón Cockburn
Introducción puede hacer olvidar la época del Estado 1
Por esta razón, el análisis
no se detiene en la famosa
constructor, el cual adquiría tierra, desa-
titulación de tierras en el
Aunque puedan existir diversas definicio- rrollaba emprendimientos contratando a Perú. Al respecto, ver Cal-
nes sobre vivienda social, en buena cuenta constructores privados e implementaba derón (2013).
se trata de una política pública en la cual mecanismos financieros para la demanda.
el Estado, de diversas maneras, pone en el A su vez, puede olvidarse que el modelo
bolsillo un dinero para que las familias se de articulación público-privado con bajo
conviertan en demanda solvente. Origi- riesgo a los desarrolladores no es el único
nalmente concebida al servicio de la clase modo que se aplica. En Brasil y Colombia
trabajadora, con el paso del tiempo y por se desarrollan e implementan instrumentos
razones sociales y de promoción de la ac- de gestión urbana que buscan incidir en
tividad económica (y constructora en par- los mercados de suelo bajo consideraciones
ticular), la vivienda social atiende a la clase de uso en función social y distinguiendo el
media y a los pobres, en tanto los ricos y derecho de propiedad del derecho de edifi-
los muy pobres quedan de lado en razón de cabilidad (Smolka & Furtado, 2014). Estos
sus ingresos (muchos o muy pocos) y aho- esfuerzos no constituyen una novedad en
rros (muchos o inexistentes). Por medio el nivel mundial y existe una tradición de
de esta intervención, y de otras referidas su aplicación en ciudades norteamericanas,
al sector inmobiliario, el Estado, según europeas y asiáticas.
Bourdieu (2002), construye doblemente Este artículo aborda comparativamen-
el mercado de vivienda, tanto la oferta te tres casos de políticas de vivienda social
como la demanda, mediante dispositivos nueva, sin entrar al abordaje de los pro-
legales y administrativos (incluidos planes gramas de renovación urbana o de mejo-
urbanísticos), subsidios y créditos. ramiento y regularización1. En Corea del
En 1990-2015 en el mundo y en Amé- Sur (en adelante Corea) existe una fuerte
rica Latina ha predominado la aplicación intervención de un Estado desarrollista. En
de políticas de libre mercado, en algunos el caso de Colombia, se aplica una política
casos combinadas con propuestas (neo) que combina los mecanismos financieros
desarrollistas, insertas en la globalización con intervenciones en el mercado de suelo
de la economía. El papel regulador del Es- y se reconoce la función social de la propie-
tado ha observado transformaciones y en dad. En el Perú la política es abiertamente
las nuevas políticas urbanas predomina un proclive al libre mercado. El estudio anali-
rasgo privatizador. Las políticas de vivienda za las políticas públicas de vivienda social
social se han basado en el subsidio a la de- únicamente en relación con la gestión del
manda (modelo ahorro, bono y crédito), suelo urbano, buscando establecer una
por el cual el Estado pone un subsidio al conexión entre ambas variables. Por lo
servicio de desarrolladores privados. Es tanto, se abordan de manera lateral otras
tal el predominio de esta tendencia, que variables como los modelos financieros territorios 40
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aplicados, las políticas macroeconómicas, recurren a la vivienda para contribuir a la
las ideologías específicas que sustentan es- teoría sobre la relación entre vivienda y
tas políticas, entre otros. Las preguntas del (estado de) bienestar.
estudio son: ¿cuáles han sido los principales El criterio de elección de los países
elementos institucionales, económicos y (Corea, Colombia y Perú) proviene de dos
políticos de las políticas públicas que han demandas. Una es institucional, expresada
permitido atender las necesidades de suelo en la iniciativa coreana (Calderón, 2017).
para vivienda social? La otra demanda es de carácter teórico.
Aunque resulte comprensible estimar co-
1. Metodología mo exagerada una comparación entre la
política de vivienda de la séptima economía
El presente artículo es el resultado de un del mundo (Corea), y Perú y Colombia, los
estudio realizado para el Programa de visita cuales ajustadamente han ingresado al club
de becarios del Korean Research Institute de los países de ingresos medios, hay otros
of Human Settlements (krihs) de Corea aspectos que podrían palear estas diferen-
del Sur y el Banco Interamericano de De- cias. Históricamente, hace solo unos 60
sarrollo (bid) en el 2015. años, de acuerdo con indicadores econó-
El estudio asume una perspectiva com- micos convencionales, Corea era más pobre
parativa, cuyas virtudes han sido subrayadas que Perú y Colombia, y sus problemas de
por la sociología. Solo se puede entender vivienda eran mayores, a juzgar por el he-
lo específico de una ciudad, siguiendo a cho que Seúl, su capital, tenía un porcen-
Weber, si se sabe lo que le falta de otras, taje mayor de población en asentamientos
y el método comparativo permite ver las precarios que Bogotá o Lima. El estudio
diferencias y es útil en la búsqueda de las quiere prestar atención a las políticas pú-
explicaciones (Burke, 1987). En el campo blicas al interior de las estructuras sociales
específico de los estudios comparativos so- y económicas en que se despliegan. Entre
bre vivienda, las mayores contribuciones 1960-1970 los tres países intentaron pro-
han sido para las sociedades occidentales cesos de industrialización, pero solo Corea
industrializadas, especialmente las euro- lo logró, incluso enfrentando la oposición
peas, por lo que su alcance es limitado del Fondo Monetario Internacional. Perú
para esta reflexión. Dichas sociedades ex- y Colombia vieron frustrados sus procesos
perimentaron Estados de bienestar, au- de Industrialización por Sustitución de Im-
sentes en Colombia y Perú. En el mundo portaciones (isi) y, en la década de 1990,
industrializado, Kemeny y Lowe (1995) asumieron políticas de libre mercado, lo
han distinguido aproximaciones univer- cual, en buena cuenta, promovió la des-
salistas, particularistas (culturalistas) y de industrialización de lo alcanzado.
medio rango; aunque Stephens (2014) ha Las políticas públicas de vivienda ac-
territorios 40 apuntado que dichos autores en realidad tuales, ciertamente, difieren en aspectos
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sustanciales. Por ejemplo, la inversión pú- en una posición intermedia, y Perú consti- 2
Kemeny (1992) considera
la ideología como un aspecto
blica coreana en adquisición de tierra rural tuye un caso en el que predomina el libre
central, no derivado, de las
y provisión de infraestructura para urba- mercado en la política (y en la ideología). formaciones sociales y la vía
nizarla requiere de fondos que los países Las fuentes de información en las que en que las instituciones es-
latinoamericanos no poseen. Sin embargo, se basó el estudio han sido secundarias, y tán constituidas, sostenidas
hay otros aspectos que consideramos sus- han consistido en revisión bibliográfica y cambiadas. La ideología,
y el modo del discurso, pro-
tanciales y que no se pueden explicar por de estudios sobre vivienda social y de in- vee la motivación para la
la riqueza de unos países. Por ejemplo, la formación estadística. Complementaria- acción y cumple un papel
opción por un Estado de corte neo-desa- mente, se aplicaron algunas entrevistas a importante y decisivo al de-
rrollista, o uno de corte neoliberal, debe funcionarios y expertos de los tres países terminar el tipo de sociedad
que se quiere desarrollar.
ser asociado con las decisiones de las elites considerados3. El estudio se realizó en el Existen diversas ideologías
políticas y su capacidad de autonomía; lapso de 2 meses, incluyendo una corta es- dominantes para la legi-
al igual que el componente ideológico y tadía en Corea del Sur. Este corto tiempo timación de las sociedades
modo de discurso que sustenta las políticas explica que en la revisión bibliográfica se industriales de las cuales se
ocupa.
(Kemeny, 1992)2. hayan priorizado algunas ciudades dentro 3
Las entrevistas realizadas
El eje interpretativo responde a un de los países considerados. fueron al Dr. Jung, Hee-
constructo teórico centrado en la política El periodo de análisis en que se estu- Nam ( krihs ), Laura
de vivienda y la gestión del suelo. Esta co- dian los casos tiene dos fases. En la primera, Lozada, Gislene Pereyra,
nexión, debe atender a las consideraciones se revisan, a grandes rasgos, los anteceden- Juan Pinilla, María Cris-
tina Rojas, Rodolfo Santa
de la estructura económica y social de cada tes de las políticas de vivienda y gestión del María (Fondo Mi Vivien-
país, el sistema de vivienda y la ideología. suelo en cada país, desde su constitución da, Perú) y Guillermo Fer-
En su dinámica interna, se encuentra aso- hasta fines de la década de 1980. Debe nández (Programa de Ge-
ciada con los medios e instrumentos re- indicarse que, aunque Perú y Colombia neración del Suelo urbano,
Perú).
guladores, la negociación entre el Estado inician más temprano sus políticas hacia
y agentes económicos como propietarios las décadas de 1940, la experiencia corea-
de tierras, desarrolladores inmobiliarios y na, iniciada en la década de 1960, resulta
capital financiero, la distribución entre ren- más densa y variada por el modo en que
tas urbanas y ganancias entre los agentes, el Estado establece sus relaciones con los
entre otros. Estas variables serán objeto de agentes privados (propietarios y desarrolla-
seguimiento en los tres casos y constitui- dores), favoreciéndolos. En cambio, Perú
rán las variables explicativas. El constructo y Colombia combinan un ‘dejar hacer’ a
establece una graduación entre los casos a los desarrolladores con intentos de Estado
partir de la capacidad estatal reguladora. constructor y permisibilidad a los asenta-
Corea presenta una mayor variedad y so- mientos precarios. La segunda fase, la cual
lidez en la aplicación de instrumentos de considera desde la década de 1990 en ade-
gestión del suelo para proveer vivienda lante, muestra que, en Colombia y Perú,
social. Según este criterio, Colombia, y en aunque con diferencias en los mecanismos
realidad la experiencia de Bogotá, se ubica de gestión del suelo y en el discurso, se opta territorios 40
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por políticas neoliberales; mientras que en La explicación corta es que Corea se
Corea se afirma un Estado neo desarrollista industrializó de manera planificada, y Co-
que incrementa la participación pública en lombia y Perú no, pues no pasaron de
la provisión de vivienda. frustrados intentos de industrialización por
sustitución de importaciones. La econo-
2. Los casos mía coreana pasó de una manufactura de
gran demanda de mano de obra (1960),
En perspectiva histórica, seis décadas atrás, continuando con una industria pesada y
Corea tenía un desarrollo económico muy química (1970) y, a partir del 2000, con
pobre y su economía era superada tanto parques de alta tecnología (Jung, 2014). A
por la peruana como la colombiana (ver su vez, el peso de la agricultura se redujo
Producto Interno Bruto —pib— per cápita entre 1975 y 1999 gracias a una política
en la tabla 1). Solo hacia 1990 el pib per articulada y planificada desde el Estado
cápita coreano superará al de Colombia y al (Cuellar, 2012).
de Perú y, a 2010, ya era cuatro veces más. Aunque Corea gozó de factores geopo-
líticos favorables, no debe subestimarse el
Tabla 1. pib per cápita. 1960-2010 (usd) empuje del Estado (neo) desarrollista que
País 1960 1980 1990 2000 2010 se distinguió de las recomendaciones de los
organismos multilaterales. Según Stiglitz
Corea 1,226 4,114 8,704 14,998 21,701
(1997), la opción coreana representó un
Colombia 2,497 4,257 4,826 5,375 7,063 quiebre con la supuesta antinomia entre
Perú 2,969 4,262 3,008 3,737 5,774 los paradigmas tradicionales del desarrollo
económico, uno centrado en los mercados
Fuente: Roser, M. Human Development Index (hdi). En
“Economic Growth”. y otro en el Estado y la planificación. En
realidad, no fue este un camino propio y
En cuanto al Ingreso Nacional per cá- creativo. Ha Joon Chang (2004), luego de
pita, a 2014 el coreano era tres veces más estudiar el camino seguido por los países
que el colombiano y el peruano (tabla 2). industrializados concluyó que, en algún
momento, los Estados implementaron
Tabla 2. Ingreso Nacional per cápita 1990- políticas proteccionistas y que, luego de
2014 (usd) alcanzar una fase de desarrollo producti-
País 1990 2010 2014 vo, se convirtieron en guardianes del libre
Corea 7,518 29,824 36,511
mercado. De ahí la metáfora que los países
que ascienden por la escalera del desarrollo,
Colombia 4,876 10,805 13,846 una vez que trepan a la cúspide, se apre-
Perú 3,415 9,62 12,194 suran en patear la escalera para evitar que
otros también asciendan (Cuellar, 2012).
territorios 40 Fuente: Fondo Monetario Internacional World Economic
Outlook, Washington. Colombia y Perú no se industrializaron y
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hacia 1990 asumieron una economía de vivienda. El Estado, en consecuencia, creó
libre mercado, abierta a la globalización una serie de mecanismos institucionales y
de la economía. Hoy se mueven entre la legales para promover la intervención de
estabilidad macroeconómica y la atracción desarrolladores privados en la provisión
de la inversión extranjera, sin un horizonte de vivienda. Entre ellas, la ley de planea-
definido. miento urbano de 1962, la cual permitió
Corea, Colombia y Perú atravesaron el re-zoneamiento de tierra, y la ley de ex-
en la década de 1950 procesos de urba- propiación de tierras que facilitó reclutar
nización acelerada. La inmigración a las tierra cruda para industrias e infraestruc-
ciudades de la población rural generó asen- tura urbana (La Grange & Jung, 2004).
tamientos precarios y procesos de ocupa- Por entonces, las tierras de expansión
ción del suelo informales. En los sesenta, urbana estaban en manos de propietarios
un 30 % de la población de Seúl, unas 750 beneficiarios de la reforma agraria de 1949,
mil personas, empujada por la Guerra de siendo que la antigua clase terrateniente
Corea, habitaba asentamientos precarios había sido desplazada a la industria. La
(Kim Soo, 2014). En Bogotá, el 45 % de propiedad privada de la tierra había sido
su población en 1970 vivía en este tipo introducida bajo la dominación japonesa,
de asentamientos abarcando el 40 % del siendo que hacia 1910 era de propiedad
stock de viviendas (Duhau, 1998) y, en del Estado (Dinastía Choson). La Cons-
Lima, en 1970, el 25 % de la población titución de 1948 reconoció el derecho de
(Calderón, 2016). Frente a esta realidad, propiedad y a arrendar, y los propietarios
en los tres países los gobiernos respectivos debían ejercer sus derechos conforme al
establecieron diversas políticas de vivien- bienestar público general (La Grange &
da que desarrollaron distintas maneras de Jung, 2004). En 1945 de 2 225 571 hectá-
gestionar el suelo urbano. reas, un 37 % eran trabajadas por los pro-
pietarios, un 63 %, por arrendatarios y un
2.1. Caso de Corea 2,6 % por peones. Tras la reforma agraria
que combinó confiscación y distribución
2.1.1. Antecedentes gravosa (se pagó a los propietarios), unas
953 000 unidades fueron distribuidas a pe-
El Estado coreano, tras la liberación de queños propietarios (a razón de 3 hectáreas
la colonización japonesa (1910-1945), por fundo) y, a 1960, solo restaba un 11 %
estableció su primer Plan Quinquenal de de arrendatarios (Su, 2015).
Desarrollo 1962-1966, orientando la in- El sistema de vivienda estuvo articu-
versión pública hacia la industrialización lado a la gestión del suelo. En 1966, la
del país. Hubo débil proclividad de la polí- Land Compartmentalization and Rea-
tica pública a alentar el consumo interno y rrengement Projects Act permitió el uso de
se careció de una inversión significativa en métodos de replanteo buscando acuerdos territorios 40
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con los propietarios de tierras, reorgani- 67 asentamientos fueron borrados en Seúl
zando el suelo dentro de los límites de y unos 150 000 inquilinos involuntaria-
un Proyecto, y asegurando tierra pública mente desplazados (Kim Soo, 2014). Los
(Kim, 2013). Ese mismo año, la ley de re- propietarios de viviendas no autorizadas
ajuste permitió a los propietarios de tierras recibieron una sustancial compensación y
periurbanas involucrarse en el desarrollo los inquilinos no pudieron encontrar relo-
urbano, recibiendo a cambio dinero en calización adecuada e iniciarían luchas por
efectivo o tierra servida en proporción a vivienda adecuada. Esta situación llevaría
su aporte. En 1967 se creó el Housing & al Estado a asignar para vivienda pública
Commercial Bank, en 1968 la Korea Na- un 17 % de las nuevas habilitaciones (Kim,
tional Housing Corporation (knhc), en 2014).
1978 la Korea Land Development Cor- La política pública consideró medi-
poration (kldc), la cual permitió luego el das de expropiación de tierras, pagando
desarrollo masivo de tierra para el sector el Estado a tasas por debajo del mercado
público; y, en 1980, la Land Development para proveer parques industriales, Nuevas
Promotion (Jung, 2014; Kim KJ, 2014). Ciudades (New Towns) y otras necesidades
Entre 1962-1971 se construyeron de desarrollo urbano. El Reajuste de Tie-
en Corea 866 000 unidades de viviendas, rras, usado entre los sesenta y los setenta,
un 12,5 % contribución del sector públi- hizo posible el desarrollo de tierra servida
co (108 250). Entre 1972-1981, de unas sin costo para el Estado, y en una vía que
1 870 000 unidades el aporte público creció no perjudicaba a los propietarios porque
a un 39 %. En total, entre 1962-1981, de muchas de las ganancias de estos esque-
2 736 000 viviendas producidas, el sector mas los beneficiaban (La Grange & Jung,
público aportó 837 550 (30,6 %) (Park, 2013). Se desarrolló cerca del 50 % del área
2013). Los conjuntos habitacionales pú- construida en Seúl, el 30 % en Kwang-Ju, el
blicos fueron puestos a la venta y no para 40 % en Pusan, etc. No obstante, en 1984
alquiler, dejando de lado a la gente de los reajustes de tierras fueron prohibidos
menores ingresos que no podían acceder porque beneficiaban únicamente a los pro-
al crédito (La Grange & Jung, 2004). pietarios privados de la tierra, debido a los
A inicios de 1980, un 13 % de la po- incrementos de los precios de la tierra y las
blación de Seúl vivía en asentamientos ganancias del desarrollo.
precarios (Kim Soo, 2014), poco más de
un millón de habitantes, muchos menos 2.1.2. Política de vivienda y suelo
que el 30 % detectado hacia la década de
1960. Entre 1983 y 1989 los Join Rede- En 1989 se da inicio a la primera política
velopment Projects permitieron al Estado de vivienda que podría llamarse tal, de
remplazar los asentamientos precarios por acuerdo con criterios internacionales. Se
territorios 40 torres de departamentos, siendo que unos trató de la vivienda pública permanente
208 Julio Calderón Cockburn
de alquiler (Kim Soo, 2014). Para enton- y para la potencial clase media unas 600 000 4
El sistema Chonse es una
forma de inquilinato que
ces, la economía se había industrializado viviendas por medio de la National House
consiste en entregar la mi-
en productos basados en el conocimiento, Fund. tad del precio total de la vi-
el ingreso per cápita había alcanzado usd Los resultados fueron impresionantes: vienda al propietario y vivir
8590, existía una clase media en ascenso el ratio de oferta de vivienda, el cual mide en esta por un promedio de
y, al igual que en el resto del mundo, se el total de hogares contra el total de vi- 2 años, al término del cual
el inquilino pide la devolu-
habían dado pasos a una liberación de la vienda, pasó de 72,4 % en 1990 al 96,2 % ción del dinero depositado.
economía, políticas de desregulación, aper- en el 2000, y a 112,9 % en el 2010 (Park, En ese lapso, el propietario
tura de mercados, privatización de bancos 2013). En Corea hay más viviendas que invierte dicho monto.
comerciales; aunque ciertas políticas inter- hogares. Se pasó de viviendas únicas (un
vencionistas permanecieron. Por otro lado, 90 % en 1980) a departamentos (un 60 %
se produjo un proceso de democratización en 2010), se aumentó el espacio per cápi-
impulsado por movimientos sociales de la ta en metros cuadrados, el porcentaje de
clase media y la clase trabajadora (protestas número de cuartos por hogar, el número
de 1986 y 1987). En 1992 la ciudadanía de unidades por cada 1000 personas, el
eligió al primer gobierno civil no militar, servicio de inodoro al 97 % y el suminis-
se instauró una democracia representativa tro de agua potable al 93,7 %. La tasa de
y se generaron movimientos ciudadanos, propietarios de los hogares, a su vez, pasó
incluida la Korean Coalition for Housing de 49,9 % en 1990 a 54,2 % en 2010, los
Rights and Citizens for Decent Housing alquileres de 8,2 % a 20,1 % y los Chonse4
(La Grange & Jung, 2013; Park, 2013; bajaron de 27,8 % en 1990 a 21,7 % en
Kim, 2014). 2010 (Park, 2013).
Una política de vivienda suscrita por Las autoridades se inspiraron en las
las principales fuerzas políticas permitió una New Town inglesas, ciudades planeadas,
fuerte institucionalidad, ejecución de planes desarrolladas y construidas como remedio
urbanos y empresas públicas con manejo al hacinamiento y la congestión, bajo los
empresarial de la inversión pública y priva- Public Management Development (pmd).
da (Korea Land and Housing Corporation, Las New Towns, debido a que no había
desde el 2009, Korea Hihgway Corporation tierra vacante dentro de las áreas urbanas,
y Korea Water Resources Corporation). El se ubicaron en las afueras de las ciudades,
“Plan de construcción de dos millones de en un radio de 20 a 25 kilómetros del dis-
viviendas 1988-1992”, de 1987 (Kim, s.f.), trito central y de negocios. Las New Towns
permitió edificar 850 000 viviendas por el contaban con vivienda, espacios públicos,
sector público y 1 150 000 viviendas por actividades comerciales, oficinas públicas,
el sector privado (Park, 2013). Para los entre otros. En Seúl, entre 1989-1996, se
pobres urbanos, el sector público cons- construyeron 5 con unas 292 000 unidades
truyó 250 000 viviendas de alquiler per- de vivienda en 5013 hectáreas (tabla 3).
manente, con dimensiones de 20 a 36 m2; Se trató de “ciudades satélites” de alta territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 209
densidad (23 500 personas por km2), con bajo que los precios de mercado. Desde
edificios multifamiliares, y que dependían 1980 hasta inicios del siglo xxi, unos 489
de Seúl en términos de empleo, educación, km2 fueron provistos por el pmd, 43 %
comercio y actividades culturales. por medio de la Korean Land Corpora-
tion (klc, desde 1998), 14 % por la knhc,
Tabla 3. Nuevas ciudades en Área 39 % por gobiernos locales, entre otros (La
Metropolitana de Seúl Grange & Jung, 2004). A pesar de que el
Nuevas Ciudades Hectáreas Población Estado tuvo extensos poderes de expro-
Ilsan 1574 276 000 piación, la mayoría de la tierra (95 %) fue
adquirida por mutuos acuerdos entre las
Jungdong 545 166 000
autoridades públicas y los propietarios de
Pyongchon 511 168 000 tierras, así como compensaciones por pér-
didas acordes al Código Civil (La ­Grange
Bundang 1964 390 000
& Jung, 2004). Entre 1982 y 2000, el Es-
Sanbon 420 168 000 tado adquirió 328 935 000 m2 para vivien-
Fuente: Jung, 2014. da, siendo los mayores años de adquisición
1989, 1990, 1991, 1995 y 1996, en que
En cuanto a la gestión del suelo, la se adquirió el 52,6 % del total.
ley de promoción del desarrollo de la tie- El Estado, con base en el plan de de-
rra residencial (1979) y la ley de uso y sarrollo que asigna usos del suelo (pará-
gestión de la tierra nacional (Kim, s.f.), metros, diseño de distribución de tierras,
permitieron desarrollos residenciales en tamaño de las manzanas), habilita la tierra
gran escala por medio de la compra públi- y pone la infraestructura. Una vez que la
ca de tierras y desarrollo, en remplazo de tierra ha sido subdividida, partida y servida,
los Proyectos de Reajuste de Tierras y el el Estado conserva una parte y vende otra a
método de redesarrollo urbano aplicados desarrolladores privados para la construc-
entre 1960-1980. ción de vecindarios a precios controlados,
El esquema de desarrollo de la tierra lo cual generó fondos considerables para
empezaba con la planificación, la determi- los gobiernos y ayudó a atender las nece-
nación del lugar (zona agrícola) en que se sidades de vivienda (La Grange & Jung,
harían los proyectos, proceso en que las 2004; La Grange & Jung, 2013; Kim, s.f.).
municipalidades intervinieron desde 1994, El Estado, al decidir la cantidad de tierra
y cuyos planes de desarrollo fueron ela- para sus propios proyectos de vivienda y
borados por la Korea Land Development las que venderá a constructores privados,
Corporation (kldc) y otras entidades. Por obtiene ingresos de lo que antes forma-
medio de los pmd, el Estado adquiría gran- ban parte de las rentas y ganancias de los
des extensiones de tierras a los propietarios propietarios.
territorios 40 privados a precios tasados a un valor más
210 Julio Calderón Cockburn
Las tierras para vivienda pública en al- inmobiliario, articulando y coordinando a 5
Los controles de precios de
las viviendas fueron elimi-
quiler son vendidas cerca del 70 % a 95 % de los diversos actores con intereses conflic-
nados en 1998 después de la
los costos de construcción. Para los desa- tivos (desarrolladores, gobiernos locales, crisis asiática de 1997 y, en
rrolladores privados los precios por la tierra propietarios de tierras, residentes) bajo cri- el 2000, se ha permitido al
fueron avaluados más bajo que el precio terios de planificación territorial. El crédito sector privado participar en
pmd, aunque restringido al
de mercado (La Grange & Jung, 2004), a subsidiado, a diferencia de América Latina,
49,9 % de accionariado, y
cambio de que produzcan un número de no ha sido aplicado en gran escala debido se re-autorizaron proyectos
unidades dentro de un periodo acordado a que el Estado ha usado el control de la de reajuste de tierras. En
y un 25 % de unidades de alquiler social a oferta de la tierra y del costo de la vivienda 2001 un acta requirió pa-
precios controlados. El restante 75 % de las para facilitar fondos para la construcción gos de justa compensación
por las expropiaciones (La
viviendas eran vendidas y, al respecto, los de viviendas. Aunque existan más viviendas Grange & Jung, 2004). El
controles de precio han sido relajados en que hogares, los problemas habitacionales sector público, al permitir
los últimos tiempos. En una New Town siempre tienen formas de aparecer, sea con una mayor participación
se tienen precios de usd 200 000 por un la propagación de los cubículos ilegales de de la empresa privada, ha
reducido sus costos.
departamento de 59 m2 (3389,8 usd /m2) vivienda (Gosiwons), el peso del alquiler en
y de usd 300 000 por otro de 84 m2 (usd los hogares de bajos ingresos, la obsesión
3571,4/m2) (Pereira, comunicación perso- de la vivienda en propiedad (en 2010 había
nal, 2015). El gobierno ha establecido un un 49,5 % de propietarios en las grandes
plan 2007-2017 para ofertar 2,6 millones ciudades), el envejecimiento de la pobla-
de unidades de vivienda en alquiler de lar- ción y los proyectos de renovación urbana.
go término para reforzar el rol del sector Los asentamientos precarios se han redu-
público en mejoramiento de bienestar en cido hasta casi su virtual desaparición. En
vivienda (Park, 2013). 1987 en Seúl existían 204 asentamientos,
En estos procesos, especialmente des- con 84 818 unidades, correspondiendo al
de las medidas privatizadoras expedidas 8,7 % de todas las viviendas y conteniendo
hacia 1990, desarrolladores privados han al 13 % de la población (Kim, 2014), mien-
aparecido y participan activamente en el tras que a 2011 se estimaba una población
desarrollo urbano y desarrollo de la tierra en 25 000 hogares, unas 100 mil perso-
como lo hace la klc (La Grange & Jung, nas, el 1 % de la población metropolitana
2013), lo cual ha llevado a políticas cam- (source: Gooryoung Mauel Policy Council
biantes5. Organization an Operation Plan, 2014).
En Corea, la urbanización se acompa-
ñó de la industrialización. La tasa de urba- 2.2. Caso de Colombia
nización pasó de 37,0 % en 1960 a 90,9 %
en el 2010 y la tasa de industrialización de 2.2.1. Antecedentes
36,8 % en 1963 a 92,8 % en 2010 (Jung,
2014). El Estado ha conducido el desarro- En Colombia, al igual que en el resto de
llo urbano ejerciendo el rol de promotor América Latina, en los inicios del siglo xx territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 211
la provisión de vivienda estuvo a cargo de Según el patrón de las políticas pú-
un mercado de rentistas urbanos o de urba- blicas en vivienda aplicadas en América
nizadores de facto, en el que predominaba Latina, instituciones como el ict y el bch
la vivienda en arriendo. Gradualmente, fueron promotores públicos de vivienda,
con la Ley 46/18, en 1918, y la adopción antes que un canal de crédito especializa-
en 1942 de la planificación moderna, se do en vivienda. Correspondería a la etapa
desarrolla un enfoque ‘viviendista’ que hoy llamada del “Estado constructor”, en
buscaba incrementar la productividad del la cual los gobiernos construían viviendas,
sector construcción y reducir los costos de otorgaban subsidios e implementaban una
edificación para que las personas pudieran política financiera. El Instituto de Crédito
financiar su adquisición (Fiqué, 2006). Territorial (ict) construyó 120 mil vivien-
Cevallos y Saldarriaga (2015) distin- das entre 1947 y 1991 y el Banco Central
guen diversas fases en las políticas de vi- Hipotecario unas 14 040 viviendas entre
vienda en Colombia. La fase higienista 1930 y 1991 (Torres, 2008).
(1918-1942), en la cual se crea el Instituto En cuanto a la gestión de la tierra, las
de Crédito Territorial (ict), en 1939 (De- diferencias con la experiencia de Corea son
creto Ley 200), destinado a la construcción ostensibles. La distribución de la tierra fue
de viviendas higiénicas para la población impulsada por las fuerzas del mercado, con
rural y que, en 1942, abrió una sección de débil regulación, y con un Estado que más
vivienda urbana; así como el Banco Cen- bien ejerció influencia sobre los precios vía
tral Hipotecario (bch) en 1938. La fase la determinación de las áreas que goza-
institucional 1942-1965 en que se dieron rían de los servicios y aquellas que serían
amplios dispositivos para atender la proble- excluidas (Fiqué, 2006). En el sistema se
mática de la vivienda, seguida por la fase establecieron tres mercados de vivienda:
de transición 1965-1972. Durante la fase en el plano formal, el mercado privado
de las corporaciones de ahorro y vivienda, con las mejores tierras, el estatal con las
1972-1990, se aplica la Unidad de Poder tierras mediocres y el informal, de ‘barrios
Adquisitivo Constante, más conocida co- piratas’, promovidos por desarrolladores
mo upac, la cual canalizaba el ahorro de fa- ilegales que ocupaban las peores tierras y
milias que deseaban comprar una vivienda. en que los compradores autoconstruían sus
En la década de 1970, la upac, un sistema viviendas (Camargo & Hurtado, 2013).
de captación de ahorro privado y financia- Durante el proceso de urbanización,
ción del sector construcción, impulsó más la participación del sector privado en cons-
la actividad constructora y la convirtió en trucción se incrementó a la vez que la
un sector líder de la inversión del capital oferta estatal decreció, y los precios por la
financiero, e instrumento para el impulso tierra aumentaron. Las entidades públicas
y recesión de la economía. tuvieron que acudir a las peores y lejanas
territorios 40 tierras suburbanas en busca de precios
212 Julio Calderón Cockburn
mínimos. Los ajustes de los precios tras- particular, otorgando a la propiedad una
ladaban ganancias iniciales del constructor función social que implicaba obligaciones
y promotor inmobiliario al propietario (Ambrosi, 2011).
del suelo, lo que generó procesos alcistas Esta ideología —modo de discurso
ante cualquier reactivación de la demanda de la política— se mantuvo a pesar de
y, por lo tanto, de la oferta de vivienda. la aplicación de un modelo económico
Cualquier intento de cambiar las reglas del neoliberal. En 1996, el Ministerio de De-
juego enfrentaba la oposición de grupos sarrollo Económico (mde) recordó las li-
poderosos ligados a la construcción y la mitaciones del bien suelo que restringían
propiedad territorial urbana (Fiqué, 2006). la eficiencia del mercado como óptimo
asignador de recursos: difícil aplicación
2.2.2. Una política de vivienda del principio de homogeneidad (por la
y suelo con dos modelos localización del suelo), no reproducible,
operando en mercados segmentados y sin
Hacia 1989 y 1990 la política de vivienda competencia perfecta. Consideraba que la
social se implementa bajo dos modelos: libre disponibilidad del suelo era produ-
una mayor intervención de los gobiernos cida por la estructura de la ciudad, y no
locales en los mercados de suelo y el subsi- por los promotores privados, por lo cual
dio público a la demanda para incentivar la “(se) puede valorizar un predio sin que su
inversión de los constructores en vivienda dueño haya retribuido a la sociedad por la
social, emulando el “modelo chileno”. obtención de este beneficio” (mde, 1996,
El primer modelo (1989), desarrolla p. 78). Se consideraba que la promoción
un esquema de vivienda orientado a los de una distribución equitativa de cargas y
gobiernos locales con capacidad de inter- beneficios requería un Estado regulador,
venir en los mercados del suelo. La Ley facilitador y garante del desarrollo econó-
de Reforma Urbana (9/89) estableció la mico y social, el cual debía “corregir las
prevalencia del interés público sobre la deficiencias provocadas por el mercado”
propiedad privada, reglamentó los planes (mde, 1996, p. 83), aclarando que no se
de desarrollo municipales, los planes de podía “concebir al Estado como la nega-
renovación urbana (Ambrosi, 2011) y la ción del mercado” (mde, 1996, p. 75).
declaratoria de desarrollo y construcción La Ley de Desarrollo del Territorio de
prioritarios para combatir la especulación y 1997 (388/97) definió el ordenamiento
retención de terrenos (Maldonado & Hur- como una función municipal, la distribu-
tado, 2013). El modelo tuvo un paréntesis ción equitativa de las cargas y beneficios
a partir de 1990, aunque la Constitución para financiar los costos del desarrollo
Política de 1991 estableció el derecho a urbano y dotó a las municipalidades de
la vivienda condicionado (Artículo 51) y herramientas para la gestión del suelo. Es-
la prevalencia del interés general sobre el tableció que los Planes de Ordenamiento territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 213
6
La Ley 388/ 97 estableció Territorial (pot) debían definir suelo para ficadora a sus aspectos financieros y con-
la Vivienda de Interés So-
vis y vip6. gelando el esfuerzo de intervención en el
cial (vis) destinada a clase
media y la Vivienda de In- La legislación colombiana estableció mercado de suelo (Maldonado, 2012).
terés Prioritario (vip) para cuatro tipos de instrumentos (Maldonado, Las instituciones precedentes (upac, ict,
sectores de menores ingresos, 2012, 182-183): bch) fueron dejadas de lado. Las Leyes
cuyo precio no podía superar 049/90 de 1990 y 3/91 de 1991 busca-
por entonces los usd 14 000.
• Reglamentación de usos del suelo, ban que los pobres accedieran al mercado
calificación o determinación de usos mediante un Subsidio Familiar de Vivienda
obligatorios de vis y sus porcentajes; (sfv), y definieron los requerimientos de las
• Intervenciones directas de las autori- soluciones (oferta), incluyendo los topes
dades públicas de manera exclusiva o de precios de las viviendas a ser construi-
en asociación con actores privados o das. Se esperaba incorporar a las familias
comunitarios (bancos de tierras, adqui- más pobres como demanda solvente de la
sición del suelo, asociaciones público- promoción privada. Pero, en el caso de
privadas en macro-proyectos, gestión Bogotá, las familias más pobres (20 % del
asociada, reajuste de tierras, reparto total) no pudieron aportar el ahorro inicial
equitativo de cargas y beneficios, dere- ni pagar la cuota hipotecaria periódica del
cho de preferencia, control de precios préstamo complementario. Por su parte,
del suelo); los bancos encontraban poco atractivo los
• Inducción de comportamientos a los préstamos para vivienda social (montos
agentes privados para evitar la espe- pequeños, costos administrativos mayores
culación (declaratoria de desarrollo y riesgos altos). Era paradójico que las fa-
prioritario sujeta a venta forzosa en milias para calificar a los subsidios debían
subasta pública). demostrar pobreza y para obtener crédito
• Instrumentos financieros como par- lo opuesto (Cuervo & Jaramillo, 2009).
ticipación en plusvalías que permiti- En la búsqueda de la demanda, muchos
rían recuperar los incrementos en los promotores debieron reducir el tamaño de
precios del suelo (entre 30 % y 50 %) la vivienda y del terreno (casas de 32 m2).
producidos por cambios en las normas El sistema de vivienda observó un mer-
de clasificación, uso e intensidad del cado privado orientado a la clase media y
suelo. alta y los esfuerzos públicos frenados; y el
mercado de urbanizadores ilegales (‘pira-
El segundo modelo se generó en tas’) pudo ofrecer terrenos más amplios
1990, cuando un nuevo gobierno, al in- y constituirse en una mejor alternativa
flujo de la liberalización y la privatización, para el sector pobre. Entre 1993-1996 el
decidió profundizar la apertura económica costo del suelo aumentó hasta 3 veces en
y desregulación, abriéndose un subsidio a zonas aprovechables para proyectos de
territorios 40 la demanda, restringiendo la política edi- vivienda social, y unas 200 hectáreas se
214 Julio Calderón Cockburn
­ rbanizaron ilegalmente en la zona occi-
u valorización. La municipalidad de Bogo-
dental de la ciudad de Bogotá (mde, 1996). tá, antes que localizar terrenos para vis o
A 2001, los asentamientos precarios en para vip, planteó en su pot que los nuevos
Bogotá ocupaban el 23 % del área urbana desarrollos debían dejar un 15 % del área
(715 654 ha), acogían al 22 % de la pobla- para vip y un 20 % para vis. La municipa-
ción total (2 166 939 habitantes) y conta- lidad de Bogotá desarrolló un banco de
ban con 1533 barrios y 401 285 predios tierras por medio de Metrovivienda (mv),
(Torres, 2008). empresa creada en 1998. En una primera
A partir del siglo xxi, la política de vi- generación, mv compró suelo no urbani-
vienda combinó el subsidio a la demanda zado a los propietarios de tierras, mediante
y la intervención municipal en la gestión enajenación voluntaria o expropiación, y
del suelo urbano, en especial en la ciudad procedió a su urbanización/ habilitación
de Bogotá que se tomará como referente. y venta directa de manzanas urbanizadas
El modelo de gestión del suelo fue objeto a desarrolladores. Los constructores pri-
de la férrea oposición de los propietarios vados asumían los riesgos de construir y
de tierras, quienes apelaron a la Corte vender. Las familias adquirientes se finan-
Suprema de Justicia, cuestionaron los pro- ciaban por medio del subsidio, el crédito y
pios actos administrativos (Pinilla, 2013) y recursos propios. Existió también una mo-
ejercieron presiones políticas; frenando la dalidad asociativa en que los propietarios
aplicación de algunos instrumentos como, de tierras habilitaban y comercializaban; y
por ejemplo, la declaratoria de desarrollo una de tercera generación que integraba a
y construcción prioritaria o el derecho de mv como gestor, al propietario del suelo
preferencia (salvo para el caso de Usme como aportante, al sector privado como
en Bogotá). Debe indicarse que el poder constructor y a la comunidad organizada
político de los propietarios se encuentra en (Ambrosi, 2011).
directa relación con su control monopólico La evaluación de mv no ha sido muy
de la tierra en expansión. Mientras en Cali, satisfactoria. Entre 1993-2005 proveyó
por ejemplo, existen pocos propietarios 11 667 viviendas en Bogotá, el 1,67 % de
que presionan a las autoridades, en Bogotá las unidades producidas, mientras que los
existen propietarios con diversas extensio- desarrollos ilegales proveyeron 441 180
nes. Sobre un total de 7241 hectáreas de unidades de un total de 817 000 viviendas
suelo libre, un 23,6 % pertenece a predios construidas (54 %) (Ceballos, 2013). Por
con menos de 3 hectáreas, un 17,6 % a áreas lo tanto, mv no impactó en el precio del
entre 10 y 30 hectáreas y solo 2 predios suelo, el cual continuó siendo elevado y
tienen áreas superiores a 300 hectáreas, el trasladado al comprador final. Entre otros
7,6 % (Cevallos, 2013). problemas, hubo desajustes temporales
Entre los instrumentos aplicados se entre el anuncio y la compra de las tierras,
tuvo la expropiación y la contribución de se invirtió en las dos primeras ciudadelas territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 215
más de 110 millones de dólares en 245 20 mil), y la posibilidad de trasladar te-
hectáreas y 18 400 viviendas (11 800 de rrenos a otros proyectos de la ciudad, ha
ellas a precio inferior a usd 12 500), pero permitido a los desarrolladores mantener
con las ventas a los constructores solo se la rentabilidad en los terrenos de mayor
recuperó el 50 % porque de otro modo precio y evitar la mezcla social. Además,
no se hubiera podido construir vivienda funcionarios municipales alegan que es
de bajo precio. mv compró suelo a precio importante mantener altos los valores del
relativamente alto y tuvo también altos suelo en ciertas zonas para mantener un
costos administrativos (Maldonado, 2012). buen nivel de recaudación del impuesto
Mientras algunos opinan que mv no pue- predial (Maldonado, 2012).
de controlar la dinámica de precios, otros La política de vivienda ha contrarres-
adjudican las debilidades al hecho de que tado poco la informalidad urbana. De
no se aplicara el conjunto de dispositivos 3 134 114 viviendas producidas en Co-
existentes, especialmente los referidos a la lombia entre 1993-2005, un 64,9 % fue-
captura de plusvalía (Cuervo & Jaramillo, ron aportadas por el sector informal y un
2009). 35,1 % por el sector formal. De este, me-
Entre algunas propuestas de solucio- nos del 50 % (546 522) fueron viviendas
nes, la sugerencia que mv comercialice sociales y, de estas, solo 146 845 de interés
suelo no urbanizado y que el comprador prioritario (vip). En promedio, cada año
asuma los costos de habilitación, la gestión se construyeron 30 744 vis (clase media)
asociada como eje del sistema urbano, la y 11 295 vip (Henao, 2013). En Bogotá,
integración inmobiliaria, la cooperación entre 1993-2005 la mitad de las 404 302
entre stakeholders y reajuste de tierras en el unidades fueron vis, unas 204 426 vivien-
marco de planes parciales (Rojas & Rave, das para la clase media (Cuervo & Jara-
2013), adquirir suelo a cambio de las inver- millo, 2009; Maldonado, 2012). Unas
siones públicas en arterias, redes matrices, 199 876 viviendas fueron ofertadas libre-
etcétera; descontar el mayor valor obtenido mente en el mercado (49,4 %). En forma
por el propietario de tierras con posterio- paralela, aumentó la vivienda autoconstrui-
ridad para evitar el enriquecimiento sin da en relación con periodos precedentes,
causa justa (Maldonado, 2005). alcanzando un 44,2 % de la producción
La reglamentación de usos del sue- total de la vivienda. Podría decirse que se
lo por medio de la designación de usos había retrocedido en el objetivo central
y porcentajes obligatorios para vivienda de lucha contra la ilegalidad (Cuervo &
social ha sido aplicada desde el 2000. La Jaramillo, 2009).
preferencia de los planes a favorecer reser- A partir de la Ley del Plan de Desa-
vas para vis (clase media, con precio tope rrollo Urbano 2006-2010, el gobierno
de usd 40 mil), antes que a vip (menores nacional decidió intervenir en la gene-
territorios 40 ingresos, con precio tope de usd 14 a ración de suelo urbano por medio de los
216 Julio Calderón Cockburn
Macroproyectos de Interés Social Nacio- de pobres y 1,2 millones de pobres ex-
nal (misn). Para ello, estableció un patri- tremos. De esta meta, 650 mil viviendas
monio autónomo basado en un esquema serían de interés social (vis) y 350 mil de
fiduciario, puesto a licitación y adquirido interés prioritario (vip). A 2012 se había
por el banco fidu Bogotá. La idea era producido 192 000 viviendas vis, un 37 %
promover la participación de propietarios de la meta para esta categoría de vivien-
de tierras y desarrolladores en operaciones da. También la política busca producir
conjuntas con el Estado. Como los misn 100 000 viviendas gratuitas para personas
irrumpieron contra la figura de la descen- pobres y vulnerables, de las cuales se ha-
tralización colombiana, las municipalidades bían licitado 62 mil a noviembre de 2012.
formularon una demanda ante la Corte Los macro-proyectos (misn) se diseñaron
Suprema de Justicia, la cual declaró inexe- en número de 11, en 1949 hectáreas para
quible la propuesta (Pinilla, comunicación 135 954 unidades (Henao, 2013), y han
persona, 2015). sido concluidos a la actualidad.
Una segunda generación de macro-
proyectos (Ley 1469 de 2011) estableció 2.3. Caso de Perú
que las decisiones administrativas y actua-
ciones urbanísticas se definirían de común 2.3.1. Antecedentes
acuerdo entre el gobierno nacional y las
municipalidades. Un ejemplo de misn ha Hasta mediados del siglo xx, en el Perú la
sido Ciudad Verde, con 325 hectáreas y vivienda era atendida por los mecanismos
una construcción prevista de 42 000 vivien- del mercado, formales e informales, me-
das. Una promotora privada lideró el pro- diante urbanizaciones para la clase media
yecto adquiriendo el terreno al sur-oeste y tugurios en alquiler para los pobres. La
de Bogotá y se conformó un fideicomiso intervención pública fue nula hasta entrada
englobando los terrenos. Se prevé 20 mil la década de 1920 en la que los gobiernos
viviendas vip y unas 22 000 vis, a un cos- municipales empezaron a establecer una
to promedio de 16 000 a 17 000 dólares serie de regulaciones, con la oposición de
(Moreno & González, 2011). La provisión las compañías urbanizadoras. En la déca-
de infraestructura ha corrido por cuenta de da de 1930 se desarrollaron unos cuantos
la promotora (proyecto 100 % privado), la Barrios Obreros y Barrios Fiscales en Lima
cual ha asumido cargas (vías y redes inter- y Callao. Habría que esperar hasta 1948
nas) (Moreno & González, 2011). cuando, bajo los principios del urbanismo
A partir de 2011, el gobierno colom- moderno tardío, se iniciaron las políticas
biano estableció un plan para construir un públicas de vivienda con la creación de
millón de viviendas dignas, considerando la Corporación Nacional de la Vivienda
5,3 millones de hogares que no podían (cnv). Desarrolladas fundamentalmente
alcanzar el apoyo financiero, 4,9 millones en Lima y Callao, las viviendas se insertan territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 217
en el modelo de las Unidades Vecinales, los mecanismos del mercado. Solo hubo
aplicando arquitectónicamente un “mo- una preocupación estatal por asegurar la
dernismo sin modernidad” (Kahatt, 2015, propiedad pública de los terrenos impro-
p. 51). Por el escaso número de unida- ductivos periféricos, hacia donde se cana-
des habitacionales públicas construidas, lizaría la demanda de suelo de los sectores
su efecto en el conjunto del sistema de de bajos ingresos. Esta política resultaría
vivienda fue pobre. Las urbanizaciones pri- conveniente a los grandes propietarios de
vadas siguieron habilitando tierras agrícolas tierras que habían devenido en urbani-
para la clase media, y los pobres, venidos zadores. En 1955 unos 65 de ellos con-
del campo, invadieron tierras públicas y trolaban toda el área de expansión de la
constituyeron barriadas. ciudad de Lima, unas 31 456 hectáreas, y
Este reducido esfuerzo público en vi- 11 monopolizaban el 52 % de estas (Cal-
vienda fue cortado por un gobierno liberal derón, 2016). El “banco natural” de tierra
(1956-1962) que, a la letra, consideraba pública en la periferia, establecido por la
que no era al sector público el que debía Constitución de 1933 sobre las tierras im-
producir viviendas, sino el mercado. La productivas, fue utilizado para canalizar el
solución liberal fue otorgar subsidios (el proceso de ocupación popular. El propio
sistema mutual importado de los Esta- Plan de Desarrollo Metropolitano de Li-
dos Unidos de América) e infraestructura ma de 1968 reservó estas tierras públicas.
(capital fijo) a los desarrolladores priva- Este esquema de distribución de la tie-
dos, para que urbanizaran para la clase rra fue alterado cuando la reforma agraria
media, y programas de titulación, auto- de 1969 amenazó con la expropiación a los
construcción de viviendas y provisión de propietarios privados, lo cual fue respondi-
servicios para los pobres, siendo importan- do por estos con el desarrollo de mercados
te la Ley de Barrios Marginales de 1961 ilegales. De todos modos, la reforma agra-
(Calderón, 2016). ria cambió la estructura de tenencia de las
El sistema de vivienda se fundamen- tierras de expansión urbana. En Lima, el
tó en el esquema tierra privada para clase Censo Agropecuario de 1994 mostró que
media y tierra pública para los pobres. La los pequeños propietarios agrarios tenían
política pública de vivienda desarrolló una 21 801 hectáreas (a un promedio de 1,7
serie de instituciones financieras (las mu- hectárea por agricultor) y las comunidades
tuales, el Banco de la Vivienda y el Banco campesinas unas 20 264 hectáreas (Calde-
Central Hipotecario, creado desde 1928) rón, 1998).
y se creó la Junta Nacional de la Vivienda En 1969 se creó el Ministerio de Vi-
(jnv), en 1962, en remplazo de la cnv. vienda y, en 1979, el Fondo Nacional de
Pocos esfuerzos se desarrollaron en tér- la Vivienda (fonavi) el cual, a partir de la
minos de gestión de suelo urbano, pues contribución de patrones y trabajadores,
territorios 40 predominó el criterio de dejar el asunto a pretendió atender la demanda de vivienda
218 Julio Calderón Cockburn
desembarazando de dicho costo al Estado. privatista, antiestatista y de libre mercado el
A pesar de miles de viviendas construidas, cual, por su intensidad, podría ser compa-
la obra pública nunca fue pródiga. Entre rado con el chileno (Hidalgo, et al., 2016).
1920-1970 se había producido en Lima, La aplicación del modelo neoliberal en
ciudad para la cual se cuenta con infor- vivienda ha atravesado dos etapas. Una pri-
mación, unas 38  434 viviendas (Ludeña, mera del “mercado como solución” (1990-
2004) y, entre 1971 y 1990, unas 47 808 1998) y otra de subsidios financieros a la
viviendas en todo el país para clase media, demanda (2001-2018), con una mínima
y para los pobres urbanos unos 197 528 lo- o casi nula política de gestión pública de
tes en la periferia (Ministerio de Vivienda, suelo urbano, planificación en general e in-
1980). Mientras tanto, el sistema de vivien- tervención municipal. Es curioso constatar
da se había constituido según el patrón de que, mientras hacia 1990 Colombia busca-
urbanizaciones privadas para la clase media ba emular el modelo abc chileno implan-
y tierra improductiva para barriadas en la tado en 1980, los policy makers peruanos
periferia, en las cuales los pobres debían buscaban emular al de Chile de 1975, el
levantar sus viviendas. En Lima, en 1984, del “mercado como solución”. En 1993 la
un 32 % de la población vivía en barriadas, Constitución restringió el papel económico
1 600 000 personas (Calderón, 2016, 246). del Estado, la ley de expropiación eliminó
las consideraciones de uso social, la reforma
2.3.2. La política de vivienda y tributaria municipal (dl 776) eliminó la
el modelo de libre mercado contribución de mejoras y los impuestos
a los terrenos sin construir y, en 1995, la
Desde 1990, el de Perú es un caso en que “Ley de Tierras” (Ley 26505) liberalizó el
el libre mercado ha sido la opción adop- mercado de suelo. Sin subsidio público,
tada en política de vivienda por gobier- el sector inmobiliario privado solo pudo
nos neoliberales, a diferencia de Colombia construir en 1997 unas 6 mil unidades para
donde, como se ha visto, se plantearon dos la clase media alta (Calderón, 2009). La
modelos. El modelo de libre mercado en informalidad urbana explotó y, entre 1993
Perú promovió una economía extractiva y 1998, del incremento total de población
primaria, y tras el “ajuste económico” de en Lima un 64 % pasaron a vivir en una
1990, siguió una ola de privatizaciones barriada (Calderón, 2016).
y de eliminación, hacia 1992, del Ministe- El subsidio financiero a la demanda,
rio de Vivienda, el Banco Central Hipote- atendiendo la presión de los constructores,
cario, el Banco de la Vivienda del Perú, el se autorizó entre 1997-1998, y el Esta-
Fondo Nacional de la Vivienda (fonavi), do inyectó usd 600 millones a la banca
el sistema Mutual, entre otros. La políti- privada. El conjunto de la política se es-
ca neoliberal en general, y de vivienda en tructuró y se ha mantenido en manos del
particular, asumió un discurso ideológico gobierno nacional sin participación de las territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 219
7
El Programa Techo Pro- ­ unicipalidades. La política de vivienda
m Tabla 4. Número de Créditos otorgados
pio, creado en el 2002 tiene por la política de vivienda 1999-2013
se puso al servicio de la productividad de
como modalidades Vivien-
da Nueva (avn), Construc- la economía. El modelo despegó a partir Años fmv avn csp mv

ción en Sitio Propio (csp) y de 2002, tras una serie de arreglos insti- 1999 143
Mejoramiento de Vivienda tucionales (creación del Ministerio de Vi-
(mv). vienda en 2002, Plan Nacional de Vivienda 2000 405
2006-2015, modificación de normas de 2001 1442
densidades y usos del suelo), mayores sub-
2002 3611
sidios y aumento de los topes máximos de
las viviendas, pasando estos de 30 a 35 mil 2003 6166 3709
dólares (Calderón, 2009). No obstante, 2004 7960 1992 27
la provisión y gestión de la tierra urbana
2005 9205 702 32
continuó siendo dejada al mercado.
La política de vivienda social, inspirada 2006 5540 625 15 9
en el modelo abc, terminó favoreciendo a
2007 3123 2262 762 163
la demanda de la clase media, la cual ob-
tuvo un 80 % del monto invertido (Fondo 2008 2994 2077 10029 922
Mi Vivienda, luego “Nuevo Crédito Mi 2009 3527 4085 22807 1753
Vivienda” ncmv). Entre enero de 2006
2010 6436 5144 12807 543
y junio de 2012 la clase media recibió
usd 1 060 559,876 (monto per cápita usd 2011 8888 6014 6062 388
30,187), unas 8 veces más que el progra- 2012 10133 4498 12957 405
ma para los pobres, Techo Propio, con
usd 133 998 968 (monto per cápita usd 2013 12064 3414 20493 8
5732) (Calderón, 2014)7. En ese lapso, 81637 34522 85991 4191
el Estado solo invirtió un 30 % de lo que Fuente: elaboración propia con base en información en
había estipulado en el Plan Nacional de Vi- página web del Ministerio de Vivienda, Construcción y
vienda 2006-2015 (usd 3503 millones en Saneamiento del Perú.
fmv: Fondo Mi Vivienda, avn: Vivienda Nueva, csp:
total). Aunque en el corto plazo la política Construcción en Sitio Propio y mv: Mejoramiento de
aumentó la oferta de vivienda, redujo los Vivienda.
precios de las viviendas y auspició el creci-
miento vertical en algunos distritos de las La falla de la política de vivienda tiene
principales ciudades, a la larga contribuyó a explicaciones diversas, pero hay coinciden-
la subida de los precios del suelo. Los sec- cia en el argumento del incremento de los
tores de menores ingresos se beneficiaron precios de la tierra urbana, producto del
poco de la inversión y de la política. boom de la construcción 2006-2012. La
política de vivienda en Perú deja manos
territorios 40
220 Julio Calderón Cockburn
libres a los desarrolladores para acudir a los No ubican en la agenda la discusión misma
mercados de tierras, sin que realmente exis- de la necesidad de una política de gestión
tan instrumentos de gestión del suelo. En de suelo, la cual es rechazada por principio.
Lima, los precios por la tierra urbana entre En ausencia de planificación, y resis-
2010 y 2013 pasaron de usd 1,192/ m2 tencia a generar una política y ley de suelo,
a usd 1474 /m2 (Castillo, 2014), lo cual la propuesta pública se ha orientado en
hizo perder efervescencia a la actividad función del “banco de tierras” de propie-
inmobiliaria en 2014. Los subsidios a la dad estatal. Diversos dispositivos se han
vivienda estimularon la demanda por te- abocado a la venta de tierra pública. Al
rrenos por parte de los desarrolladores, lo año 2012 funcionarios del Ministerio de
cual llevó a que los propietarios elevaran Vivienda anunciaban que existían 570 000
sus precios y, de esta manera, el precio del hectáreas de tierra pública improductiva en
suelo carcomía el subsidio. La existencia 18 ciudades y se requería construir 500 000
de tres mercados formales de demanda unidades de vivienda (Romero, 2012). En
de suelo (privado, ncmv/ clase media y 2012 se creó el Programa de Generación de
Techo Propio) incide en las apropiaciones Suelo Urbano, pgsu (D.S. 003-2012-vi-
de renta de la tierra, en tanto los promoto- vienda). Sin embargo, la mayoría de estos
res y constructores encuentran nichos de terrenos requieren habilitación urbana y
rentabilidad en los dos primeros mercados saneamiento legal. A pesar de estos tibios
(Calderón, 2015). Por eso, hay “escasez” esfuerzos, no resulta clara la voluntad gu-
de suelo para vivienda social de menores in- bernamental por avanzar hacia mecanismos
gresos, pero no para las otras modalidades. de gestión del suelo urbano y el eje sigue
Los desarrolladores privados consi- siendo el mecanismo financiero de subsidio
deran que la solución a la vivienda social a la demanda. Mientras tanto, el déficit de
es que el Estado aumente el monto de vivienda se incrementa. A 2007 las cifras
los subsidios a la demanda, con lo cual oficiales en Lima mostraban que un 48 %
se pueda cubrir los mayores precios por de la población vivía en la informalidad y
la tierra. Es reducido el monto de la in- que, entre 2002 y 2007, las barriadas se
versión pública que, al año 2015 era de habían duplicado ocupando áreas de riesgo
175 millones de dólares estadounidenses, (mvcs, 2014).
frente a Colombia con 908 millones o,
más aún, Chile con 2390 millones (Aram- Conclusiones
burú, 2016). También los desarrolladores
han propuesto que el Estado oferte tierras Este estudio comparativo empezó interro-
públicas por debajo de su precio de merca- gándose por los principales elementos ins-
do. Los agentes privados circunscriben la titucionales, económicos y políticos de las
agenda pública a la política de vivienda y políticas públicas que han permitido aten-
su ideología privatista (Estado facilitador). der las necesidades de suelo para ­vivienda territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 221
social. Bajo un eje interpretativo centrado En Colombia y Perú ocurrió algo diferente.
en la política de vivienda y la gestión del Las instituciones fueron eliminadas radi-
suelo, ha atendido los medios e instru- calmente, pero el Estado continuó, como
mentos reguladores, la negociación entre lo había hecho desde la década de 1940,
el Estado y agentes económicos y la distri- asumiendo costos (y cargas) al servicio (y
bución entre rentas urbanas y ganancias. Se beneficios) de los desarrolladores.
ha buscado ubicar esta comparación en las Los tres casos permiten observar di-
consideraciones de la estructura económica ferencias respecto a las alianzas público/
y social de cada país, el sistema de vivienda privadas. En Corea, por medio de compra
y la ideología. públicas de tierras y habilitación, se ha de-
El periodo 1990-2015 corresponde sarrollado un modelo mixto en que ganan
a diversos proyectos de modernización ambos, resultando que el Estado, al asumir
en los países observados, específicamente un rol de promotor inmobiliario y plani-
neodesarrollistas y neoliberales que nunca ficador, recupera su inversión por medio
se imponen en forma pura, sino inmersos de rentas del suelo y ganancias que antes
en contextos políticos-institucionales que eran apropiadas por desarrolladores. Y se
han sido significativamente moldeados por ha logrado atender en gran parte la deman-
disposiciones regulatorias, prácticas insti- da de vivienda. Mediante el control de la
tucionalizadas y compromisos políticos oferta de tierra y del costo de la vivienda el
(Brenner & Theodore, 2017). Estado no ha requerido otorgar subsidios
El caso Corea se destaca en la com- e implementar mecanismos financieros.
paración no solo por haber alcanzado un En Colombia, por medio de dos modelos
estadio de industrialización, sino por ha- que conviven, los instrumentos de gestión
ber plasmado una política de vivienda la del suelo apuntan hacia alianzas público/
cual, suscrita por las principales fuerzas privadas desde el criterio de reparto de
políticas, ingresó a la agenda pública y cargas y beneficios. Las dificultades de esta
estableció una continuidad con los ante- propuesta han sido puestas de relieve por
cedentes institucionales previos a la década la bibliografía consultada, especialmente
de 1990. Esta es una diferencia con los en el caso de la experiencia municipal en
casos de Colombia y Perú en los que, a Bogotá, y existen esfuerzos empresaria-
partir de esa década, se produce una rup- les privados por asumir ciertas cargas de
tura con la institucionalidad anterior, Es la urbanización. En Perú las políticas de
paradójico constatar que los cambios de vivienda no promueven alianzas público/
política en Corea mantuvieron y amplia- privadas, el Estado se autoadjudica un rol
ron las instituciones, pero produjeron una facilitador, desdeña las propuestas de urba-
modificación entre los agentes al reducir nización asociada por el temor con no fa-
costos al Estado e incrementar los ries- vorecer a los desarrolladores privados y fre-
territorios 40 gos de los desarrolladores inmobiliarios. nar el modelo de crecimiento económico.
222 Julio Calderón Cockburn
El libre mercado manda y el Estado solo en los sistemas de vivienda la presencia de
es invocado si va a proporcionar subsidios tres mercados (privado, público/ privado
o tierra pública barata. e informal), y la informalidad continúa
La ideología, en la acepción de un mo- siendo el principal canal de atención a la
do de discurso y motivación para la acción, vivienda. En Colombia entre 1993-2005
se distingue en los tres casos. En Corea, la producción de vivienda informal fue del
un Estado (neo) desarrollista plantea un 65 % y en Perú, en el 2011, de 133 000
riesgo compartido público y privado, y viviendas producidas anualmente un 70 %
alianzas en las cuales los propietarios de tie- eran informales (Piazza, 2011).
rras mantienen una posición subordinada.
Los casos de Colombia y de Perú deben Referencias
resaltarse por tratarse de países que com-
parten una misma matriz de configuración Ambrosi, F. (2011). El banco de tierras: mo-
histórico-estructural, una vena conservado- delo de desarrollo urbano y habitacional
ra y regímenes neoliberales. Sin embargo, en Colombia. En mvcs Políticas para la
en Colombia hay un discurso proclive a la generación de suelo urbano para vivien-
planificación, el ordenamiento territorial y da de interés social. Lima: uniapravi.
la función social de la propiedad, los cuales Aramburú, R. (noviembre de 2016). Inter-
se encuentran absolutamente ausentes en vención en panel. Presentado en Con-
el caso peruano. En Colombia, en el con- versatorio Problemática de la Vivienda
texto de un marco de disputas políticas, se en el Perú, Colegio de Arquitectos, Li-
plantea un Estado regulador y facilitador ma, Perú.
que no opone el Estado al mercado, y que Bourdieu, P. (2002). Las estructuras socia-
reconoce deficiencias del mercado. El Pe- les de la economía. Buenos Aires: Ed.
rú, en su ideología y en su marco legal, es Manantial.
un país de libre mercado, menor injeren- Brenner, N., & Theodore N. (2017). Las
cia estatal y ausencia de municipalidades. ciudades y las geografías del neolibera-
La diferencia entre ambos, aunque esto lismo realmente existente. En Brenner,
ameritaría un estudio detenido, parece N. Teoría urbana crítica y políticas de
encontrarse en las elites y sus posturas ante escala. Barcelona: Icaria.
el urbanismo. Burke, P. (1987). Sociología e historia. Ma-
Las diferencias anotadas inciden en drid: Alianza Editorial.
los sistemas de vivienda, al interior de Calderón, J. (2017). Housing policy and
los cuales deben ser contextualizadas las urban land Management. Comparati-
políticas de vivienda. En Corea hay una ve Approach in Korea, Colombia and
intensa actividad inmobiliaria y la infor- Peru. En A. Blanco, M. Park, S. Lee,
malidad urbana, aunque existe, es mucho H. Lee & F. Volpe Urban Renewal and
menor. En Colombia y Perú son marcados Land Management. Experiences from territorios 40
Política de vivienda y gestión de suelo urbano. Casos de Corea, Colombia y Perú (1990-2015) 223
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