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En ingeniería mecánica, una leva es un elemento mecánico que está sujeto a un eje por un
punto que no es su centro geométrico, sino un alzado de centro. En la mayoría de los casos
es de forma ovoide. El giro del eje hace que el perfil o contorno de la leva toque, mueva,
empuje o conecte con una pieza conocida como seguidor. Existen dos tipos de seguidores:
de traslación y de rotación.
La unión de una leva se conoce como unión de punto en caso de un plano o unión de línea
en caso del espacio.
La forma de una leva depende del tipo de movimiento que se desea que imprima en el
seguidor. Ejemplos: árbol de levas del motor de combustión interna, programador de
lavadoras, etc.
La leva es una pieza de forma normalmente ovoide con uno o varios resaltes, y va solidaria
a un eje (árbol) que le transmite el movimiento giratorio. Al girar, el resalte empuja a otra
pieza, denominada seguidor, que se desplaza con movimiento de vaivén. En muchas
aplicaciones, se recurre a montar varias levas sobre un mismo eje (árbol de levas), tal y
como muestra esta imagen, lo que permite la sincronización del movimiento de varios
seguidores a la vez.
Para conseguir que el seguidor esté permanentemente en contacto con la leva es necesario
dotarlo de un sistema de recuperación, como un muelle o un resorte. Es por esto que todas
las levas van montadas sobre un mismo elemento llamado árbol de levas. Además, según el
tipo de movimiento que se quiera obtener a la salida, se puede recurrir a dos tipos de
seguidores: émbolo (para movimiento alternativo) y palanca (para movimiento oscilante).