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Aquel ratoncito era tan pequeño y veloz, que resultaba muy difícil verlo.
Un día, el pequeño animalejo cruzo al bosque mágico para dar un paseo, y al final de su
recorrido descubrió la entrada al mundo de las hadas, entonces con extrema cautela entro sin
ser visto y conoció el lamento de aquellas criaturas.
Tras mucho observar, noto que las hadas vivían de la energía que les daban los primeros
dientes de los niños humanos y que estos eran extremadamente costosos debido a que las
hadas los pagaban con deseos mágicos, concedidos a caprichudos infantes.
El ratoncito, quien tenía una mente abierta y emprendedora, decidió ayudar a las hadas
buscando una manera más efectiva de obtener tan preciadas joyas.
Se puso en la tarea, investigo y descubrió algunas de las cosas más apetecidas por los niños,
dentro de las cuales primaban: dulces, juguetes y monedas de baja denominación.
Así que tras crear un plan de negocios, decidió recolectar algunas monedas y cambiarlas por
los dientes, que se expendían bajo la almohada.
El pequeño animalejo exporto los dientes de la tierra común al mundo de las hadas,
reduciendo el precio del material y ayudando al mundo mágico; creando así, una de las
empresas más conocidas por el hombre “EL RATONCITO PEREZ S.A.S”
Pérez comprendió que la necesidad de otros puede significar una gran oportunidad para
ayudar y crear un negocio sostenible.