Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
4957 4965 1 PB PDF
4957 4965 1 PB PDF
CRIMINOLOGÍA:
OBJETOS Y MÉTODOS DE ESTUDIO
RESUMEN
Desde la perspectiva del "Control Social" como objeto de estu-
dio de la Criminología Crítica, los autores clasifican las diver-
sas visiones criminológicas a partir de lo que denominaron "la
razón única" de la ideología hebreo cristiana del castigo, hasta
la nueva razón única de la pos modernidad neo/ibera/, con su
objeto y métodos de estudio.
Palabras clave: Criminología, objeto, método, control social, transdisci-
plina.
ABSTRACT
From the perspective of social control, as an object of study in
critica/ criminology, the authors classify the diverse criminologi-
cal visions beginning with what is called "the unique reason"
criteria of the Judaic-Christian ideology in relation to punish-
ment, up to new unique reason criteria of neo-liberal post-
modernity, with their respective objects and methods.
Key words: Criminology, object, method, social control, trans-
disciplinarity.
CRIMINOLOGÍA
De concebir al hombre como delincuente natural, a conceptualizarlo
como una construcción cultural, a partir de la voluntad del sujeto dominante.
l. PREMISAS
2. LA MODERNIDAD NO ALCANZADA
ber ser futuro que sólo obedece a sus principios teóricos de formación
como discurso y que lo dotan de una sustantividad específica que produce
consecuencias concretas al aplicarse.
Por otra parte, las llamadas ciencias robustas que pretenden decir qué
es lo verdadero en el mundo de lo concreto, también crean subjetividades y
se construyen con base a pruebas de falsedad, refutando o disprobando las
verdades que por un tiempo se consideraron absolutas. Lo que por siglos ha
funcionado como verdades científicas han sido sólo hipótesis de acerca-
mientos a segmentos de posible realidad o interpretaciones de la misma.
Si esto puede afirmarse respecto de las ciencias robustas, aquellas en
que puede ejercerse un gran control sobre las variables que afectan el objeto
o el fenómeno de estudio, con más razón se puede argumentar respecto del
objeto de las llamadas ciencias sociales que por su naturaleza son incontro-
lables por el investigador y están cargadas de subjetividad.
Por ello para conocer el objeto de estudio criminológico crítico, se
proponen los siguientes presupuestos:
Develar y superar la conciencia de lo real subjetiva que ha sido cons-
truida como objetividad, por quienes han tenido poder para institucionali-
zarla como verdad y totalidad.
Evaluar la estructura desigual del sistema de poder y del sistema de
producción, que sirven de base para la creación y aplicación selectiva de las
normas jurídicas.
Evaluar la dependencia del poder y del derecho interno, respecto del
poder y del derecho internacional (Sánchez Sandoval y Armenta, 1998).
~¡r-;fl'l"t -t-1 'tttltt !J.~I'-t~¡¡·t 1 ltrlot1IJ: tl~'lMI+l l!IH-' td••t~l~' t·~j ,, 1'"l < i 1 1+1' +t ·~
sea la buena y que no someterse a ella sea lo malo, o lo ilegal. Desde esta
perspectiva se pueden encontrar los siguientes objetos de estudio:
a) En la ideología hebreo-cristiana la mujer es sujeto-objeto sobre el
cual recayó la primera culpa por la trasgresión del mandato del dominante.
Fue sobre ella que se descargó la maldición bíblica por haber sido la incita-
dora al pecado. El varón pecó porque le hizo caso a la voz de ella. Desde
entonces, a las mujeres se les estigmatizó y se les obliga a cubrirse el rostro,
el cuerpo y permanecer calladas, para que no se vea su pecado ni sean causa
de concupiscencia.
b) Pero como también el varón fue un transgresor, con el tiempo el
cristianismo erigió a la humanidad toda, compuesta por hombres y mujeres,
como el sujeto-objeto del pecado y de la culpa, porque para el cristianismo
anterior a la reforma y el catolicismo actual, la humanidad nace del pecado
y vive en él, aunque sea virtuosa. Sólo la gracia del dominante la redime y
la salva.
e) Otros grupos que coadyuvan al control social mediante la razón
única, lo constituyen todas las agrupaciones, de cualquier tipo, que defien-
den el sistema establecido. Entre ellos son notorios las religiones que augu-
ran un mundo de misticismo, oración e inacción y los partidos oficialistas.
En consecuencia, rechazan la rebelión de los pueblos contra las tiranías que
padecen, por ser violenta, pero no consideran que esa violencia es generada
a su vez, por la violencia estructural.
11. La visión de la ideología liberal concibió al delito como un simple
'ente jurídico', una creación de/legislador e identificó como objeto, la vio-
lación de la norma jurídica, pero para ser sujeto responsable, se requería
tener conciencia moral de la transgresión y haber actuado libremente. De
ello se derivó el principio de la responsabilidad de acto, por el que se san-
ciona jurídicamente, sólo por el acto ilícito cometido, tasando la pena en
virtud de la mayor o menor gravedad del hecho realizado.
111. Las visiones del modelo positivista que parten de la ideología
cristiana de la humanidad pecadora, del darwinismo y de la antropología
criminal, conciben al individuo que violaba la ley, como atávico, loco y en-
fermo, un objeto de la medicina psiquiátrica, un sujeto incapaz de vivir y
comprender la bondad de la sociedad. El trasgresor de la norma y el delito
,. · ,.,.,., 11, ' IH • 1.J lt#ltm., t" l. 1 11 •!lit ~¡¡, t ¡ ~ .lh • 111 t 1111 ' 1 ~ ¡ " t , ~~ ¡ dt ., ·1! l' • • ,, '1 ti
son vistos como entes con existencia natural, y aquel, con una naturaleza di-
versa, del ciudadano obediente. Por lo tanto, el sujeto-objeto de estudio ha
sido el hombre delincuente al cual el positivismo decide ponerle la etiqueta
de peligroso social:
Esto hizo que los primeros criminólogos se avocaran al estudio de la
posibles causas biológico-psíquicas (endógenas) y socio ambientales (exó-
genas) por las cuales un hombre delincuente fue motivado a actuar ilícita-
mente, para encontrar en ellas los motivos de su peligrosidad, de su diferen-
cia con los demás hombres normales. Con ello se declara, que en la prisión,
se busca determinar las formas correctivas de intervención sobre el sujeto
individual, a fin de remover esas causas o controlarlas para lograr su rea-
daptación social, y si no es posible, entonces se justifica su eliminación de
la vida social.
Desde esa concepción, se derivaran corrientes que vincularon con la
criminalidad, a las enfermedades psiquiátricas y se desarrolló como objeto
la psiquiatría criminal; a la constitución física de las personas y floreció
como objeto la antropometría criminal; a la transmisión por herencia y sur-
gió como objeto de estudio la genética criminal.
Para el positivismo, más que delitos, hay carentes biológicos y enfer-
mos, por lo cual de allí se desarrolló el principio de responsabilidad de au-
tor, que juzga a las personas por ser como natural y socialmente son: naci-
das dentro o fuera de un matrimonio, bellas o feas, ricas o pobres, con pa-
dres unidos o separados, con religión o sin ella, alfabetas o analfabertas, en
fin, por su comparación con el modelo establecido como normal, por el sis-
tema de dominación.
IV. El Estructural funcionalismo: tiene su origen en el evolucionis-
mo biológico-organicista y en la Antropología Social, que se aplican a la
sociedad, considerada como un organismo natural vivo. Los conglomerados
humanos deben ser estudiados para encontrar las constantes que existen en
ellos y que caracterizan a una determinada estructura-función social. El ob-
jeto de estudio son la estructura y las funciones sociales que dependen de
las instituciones públicas y de cada individuo en el desempeño de sus roles
como parte del todo. El método de estudio es el conocimiento del presente
para comprender el pasado y servir de guía para el futuro, es decir, el méto-
Criminología:
Objetos y métodos de estudio 103
miento que tiene respecto de las actitudes de los otros (YO), más la forma
de actuar que asume para cumplir con las expectativas, que de él tienen los
demás (MI). De manera que el "ser en si mismo" (SELF), constituye a un
YO expresándose en el sentido del MI, pero superándolo.
2) El modelo del Etiquetamiento (labelling approch) y de la Reacción
Social considera que desviado o criminal no es una condición natural, pro-
pia de un sujeto, como lo afirma el positivismo, sino una calificación cultu-
ral, una etiqueta (una regla o una norma), que se le atribuye a una persona,
como consecuencia de la reacción social que ella genera en los otros, que a
su vez tienen una conciencia de realidad distinta a la de aquella.
Así, el comportamiento humano, en principio, es inocuo y su bondad o
maldad, dependen de la valoración que otros hagan de él. Por lo tanto, otro
objeto de estudio lo constituye el poder de definición y poder de atribución
de una etiqueta que tiene una persona o varias, para decidir de acuerdo a sus
intereses, qué cosa será valorada como buena o mala, como derecho o no
derecho, o a quien se le atribuye la etiqueta como bruto, como feo, como
delincuente o como desviado.
3) El modelo del Estereotipo del delincuente. Dentro de las visiones
del interaccionismo simbólico está planteado también como objeto de estu-
dio, el 'estereotipo del delincuente', que consiste en la construcción que se
hace del malo, en la conciencia colectiva y que corresponde generalmente a
los pobres. Así se deja al descubierto que los hombres no son iguales ante la
ley y que en la vida social se utiliza el símbolo del "chivo expiatorio", cuan-
do se escogen a algunas personas, que por sus características (raciales, de
marginalidad u otra) corresponden al estereotipo del criminal, para atribuir
a ellas, las culpas y las responsabilidades, de otras.
En consecuencia, delincuente no es quien comete un delito, sino el que
cumpliendo el estereotipo, tiene mala suerte en su interacción con los poli-
cías, los ministerios públicos, los jueces y los magistrados, que al final lo
condenan.
11. Para la sociología del conflicto, éste constituye un elemento siem-
pre presente en toda estructura social, en cuanto provoca la integración de
las personas, entorno a ciertos valores generalizados. Desde esta visión, el
•~--·-·t."l•~~ ,.,, 1--1( th"' -!JttwHttu·,+·-L· ' ! llrlft ihl-! ! ll* t +l 1 1 ttr- 1 1 1•r t '11' ' (· l1 •t ! ' 1 ~ ·• /' rtfr ¡f· ti "' ·1
parte del poder, de tal forma que se erigieron los derechos humanos como
el primordial objeto de la criminología y como límite del derecho penal.
En síntesis puede afirmarse que el principal objeto de estudio aborda-
do desde la postura de la criminología critica lo han constituido las formas
del Control Social, término que tiene diferentes connotaciones pero que
aquí lo referimos al: desarrollo de las instituciones ideológicas y a la ac-
ción de prácticas de coerción, que permiten mantener la disciplina social,
pero que a la vez sirven para reproducir el consenso respecto a los princi-
pios axiológicos en que se basan las sociedades.
De esta manera el concepto de control social se abrió no sólo al estu-
dio de la represión de la disidencia, sino también a conocer las estrategias
que se requieren para alcanzar de la sociedad civil el consentimiento espon-
táneo, que otorguen las mayorías a la orientación que imprimen a la vida
social/os grupos dominantes 3.
Esta concepción lleva a romper la condición hegemónica del poder y
a ver las múltiples instancias en las que puede manifestarse, siendo todas
ellas objeto de estudio dentro del control social (Tenorio Tagle, 1991). El
control social se asume entonces no solo como un objeto de estudio, sino
también como una categoría que guía la lectura de las relaciones sociales de
las que formamos parte, tanto en aquellas que son de conflicto, como en
aquellas que las positiviza o que las instaura como neutrales 4 .
Haber tematizada la cuestión del orden en términos de control social
amplió el panorama que lo circunscribía a la esfera exclusivamente represi-
va, no obstante la asunción del control social en términos de una visión so-
cial conflictiva o neutral, provocó que se reinterpretara a esa expansión pa-
norámica como dependiente o siempre subordinada a la misma esfera repre-
siva y eso fue lo que por un tiempo se entendió, sin embargo, sin cuestio-
3 Cfr. Revisión teórico metodológica del Proyecto de Control Social en América Latina.
Sociedad Francisco Javier Delgado Rosales. Universidad del Zulia, Maracaibo Venezue-
la. 1986. Citado por González Vidaurri, A. y otros en Control Social en México, D.F.
Universidad Nacional Autónoma de México, 1998.
4 ldem, p. 48 (paráfrasis), citando a Picht, T. "Responsabilitá Limitate". Feltrinelli Editore,
Milano, Italia. 1989.
.,_n.•n tt if"! tl~ IJ-~~i"'t" .l,,
4 l 11 •1~ 1l11 ·1! l-lM t •H 1 1 1•1· 11l·• t ·!~ 1 ,,~¡ t r' 1 1• ·•1• ~· ti . 1
5 Idem, p. 45.
Criminología:
Objetos y métodos de estudio 109
pués del golpe militar de 1973. Así, en muchos países, la búsqueda del má-
ximo beneficio al menor costo, la privatización de los bienes del Estado, la
inversión monetaria masiva y el libre comercio, permitieron la entrada de
monopolios que provocaron el colapso de las pequeñas y medianas indus-
trias nacionales, con el consecuente aumento del desempleo. Como resulta-
do de ese nuevo sistema productivo, se privatizaron los servicios públicos y
de seguridad social, dejando en el desamparo a millones de familias que han
estado engrosando los índices de la criminalidad y luego, de la economía in-
formal.
Como consecuencia, el parámetro del costo-beneficio, aplicado al fra-
caso de las políticas criminológicas de prevención y de readaptación socia-
les, se retomó la posición estructural funcionalista en el sentido, que la cri-
minalidad siempre estará presente en la sociedad, que no podrá ser elimina-
do y por lo tanto, que basta con atemperada y manejarla de manera eficien-
te, para reducir su impacto y proporcionar seguridad pública, por lo tanto
no es necesario identificar las causas de la criminalidad, sino que basta con
controlar sus efectos.
En ese orden de ideas al realismo de derecha no le importan los fines
declarados de las penas, sino la segregación de las personas que el sistema
considera necesario controlar, para la defensa de las relaciones sociales de
producción. Para lograr esos fines, construyó las cárceles de máxima segu-
ridad e instrumentó leyes especiales que constituyen excepciones, a los
principios generales del derecho moderno y al sistema penal ordinario,
como las relativas a la delincuencia organizada y al narcotráfico. Tanto en
el derecho sustantivo como el adjetivo, cínicamente se institucionalizaron
como derecho del Estado, lo que antes era constitutivo de delitos, como la
detención de personas bajo sospecha, el cateo sin orden judicial o la inter-
vención de las comunicaciones privadas.
En la economía neo/ibera/, surge el fantasma de la Seguridad nacional
global, para la defensa de este nuevo sistema de producción en el siglo XXI
y se origina una corriente que revive el horizonte de la razón única mundial
que pone en práctica la negación de las libertades y garantías que ideológi-
camente enarboló la modernidad occidental y aparece la justificación políti-
co-jurídica posmoderna:
,, ~"l<'<i!tl't ' ' •• , -lt"'! .. ~ ,¡J~~'*'" . ""'L'
tf j jj l!f ihl
1 •!! l.lM t lH 1 1 IH•' 111"t .¡.' dJ 1
,, f t l• ,,¡¡ rt· .f ·-· 1
luación crítica del poder como creador del derecho y la experiencia jurídi-
ca humana, entendida como sistema de comportamientos o relaciones entre
comportamientos (objeto), mediante la investigación empírica de las es-
tructuras macro y micro sociales que condicionan su expresión y manifes-
tación6.
Habiendo visto todo lo anterior, si no se tienen en cuenta todas esas
di versas versiones, que hasta ahora se han tenido respecto a las construccio-
nes del delito y de una persona como sujeto expiatorio, se corre el riesgo de
permanecer en la ingenuidad y considerar que delincuente es un individuo
de quien se dice, que realizó una conducta típica, antijurídica, culpable y
punible, prevista en una norma jurídica.
criminal y del control social, deviene en una exégesis del orden, en una et-
nología del orden, o en una sociología del orden.
Si la antropología, la sociología y la psicología propiciaron la visión
de una realidad social construida, dejaron claro que el individuo también es
socialmente construido y que por lo tanto, tampoco es abordable como si se
tratara de una entidad inmutable. La construcción de la persona varía en el
tiempo y en el espacio; además la teoría sobre los roles ha demostrado que
las personas asumen distintas facetas a lo largo de sus vidas e incluso a la
vez juegan papeles diversos. Así, el mismo sujeto al cual se le atribuye el
estatuto de criminal, puede serlo en un momento, pero al mismo tiempo
puede jugar roles socialmente aceptados, como el de funcionario público,
sacerdote, líder social, padre de familia u otro.
Como puede verse siguiendo estas reflexiones, lo que llamamos reali-
dad incluida la criminal, es sumamente compleja e inabordable desde la óp-
tica de una sola ciencia en el sentido tradicional del término. Se plantea
aquí, por lo tanto, el recurso a una actitud trans-disciplinaria, en el sentido
de la necesidad de moverse entre distintos marcos teóricos, que sean útiles
para comprender el objeto en estudio.
Ahora bien, si para la comprensión de los fenómenos se requiere de
esta trans-disciplinariedad, para el acercamiento a los mismos se requiere de
una actitud metodológica consecuente, que puede construirse recurriendo a
las categorías de perspectividad, situacionalidad y contingencia 8•
Estas categorías ofrecen una visión tridimensional de la cotidianeidad,
es decir como la interacción de escenarios en constante movimiento, frente
a los cuales es necesario fijar la perspectiva que tiene el investigador, res-
pecto del escenario que se analiza, ya que su visión no será la misma, si tie-
ne una posición de poder o de subordinación.
LISTA DE REFERENCIAS
BARATTA, A. Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Siglo
XXI. Editores, México, D.F., 1986.
TENORIO T AGLE, F. El Control Social de las Drogas en México. Instituto
Nacional de Ciencias Penales, México, D.F. 1991, p. 45.
YOUNG, JOCK, Lea John en What is to be done about law order. Penguin,
London, 1984.
Criminología:
Objetos y métodos de estudio 119