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Gracias a su estructura atómica relativamente simple, consistente en un solo

protón y un solo electrón para el isótopo más abundante (protio), el átomo de


hidrógeno posee un espectro de absorción que pudo ser explicado
cuantitativamente, lo que supuso el punto central del modelo atómico de Bohr, que
constituyó un hito en el desarrollo la teoría de la estructura atómica. Además, la
consiguiente simplicidad de la molécula de hidrógeno diatómico y el
correspondiente catión dihidrógeno, H2+, permitió una comprensión más completa
de la naturaleza del enlace químico, que continuó poco después con el tratamiento
mecano-cuántico del átomo de hidrógeno, que había sido desarrollado a mediados
de la década de 1920 por Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg.
Uno de los primeros efectos cuánticos que fue explícitamente advertido (pero no
entendido en ese momento) fue una observación de Maxwell en la que estaba
involucrado el hidrógeno, medio siglo antes de que se estableciera completamente
la teoría mecano-cuántica. Maxwell observó que el calor específico del H 2,
inexplicablemente, se desviaba del correspondiente a un gas diatómico por debajo
de la temperatura ambiente y comenzaba a parecerse cada vez más al
correspondiente a un gas monoatómico a temperaturas muy bajas. De acuerdo
con la teoría cuántica, este comportamiento resulta del espaciamiento de los
niveles energéticos rotacionales (cuantizados), que se encuentran particularmente
separados en el H2 debido a su pequeña masa. Estos niveles tan separados
impiden el reparto equitativo de la energía calorífica para generar movimiento
rotacional en el hidrógeno a bajas temperaturas. Los gases diatómicos
compuestos de átomos pesados no poseen niveles energéticos rotacionales tan
separados y, por tanto, no presentan el mismo efecto que el hidrógeno.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del universo, suponiendo
más del 75 % en materia normal por masa y más del 90 % en número de
átomos.21 Este elemento se encuentra en abundancia en las estrellas y
los planetas gaseosos gigantes. Las nubes moleculares de H 2 están asociadas a
la formación de las estrellas. El hidrógeno también juega un papel fundamental
como combustible de las estrellas por medio de las reacciones de fusión
nuclear entre núcleos de hidrógeno.
En el universo, el hidrógeno se encuentra principalmente en su forma atómica y en
estado de plasma, cuyas propiedades son bastante diferentes a las del hidrógeno
molecular. Como plasma, el electrón y el protón del hidrógeno no se encuentran
ligados, por lo que presenta una alta conductividad eléctrica y una
gran emisividad (origen de la luz emitida por el Sol y otras estrellas). Las partículas
cargadas están fuertemente influenciadas por los campos eléctricos y magnéticos.
Por ejemplo, en los vientos solares las partículas interaccionan con
la magnetosfera terrestre generando corrientes de Birkeland y el fenómeno de
las auroras.
Bajo condiciones normales de presión y temperatura, el hidrógeno existe como
gas diatómico, H2. Sin embargo, el hidrógeno gaseoso es extremadamente poco
abundante en la atmósfera de la Tierra (1 ppm en volumen), debido a su pequeña
masa que le permite escapar al influjo de la gravedad terrestre más fácilmente que
otros gases más pesados. Aunque los átomos de hidrógeno y las moléculas
diatómicas de hidrógeno abundan en el espacio interestelar, son difíciles de
generar, concentrar y purificar en la Tierra. El hidrógeno es el decimoquinto
elemento más abundante en la superficie terrestre 22 La mayor parte del hidrógeno
terrestre se encuentra formando parte de compuestos químicos tales como los
hidrocarburos o el agua.23 El hidrógeno gaseoso es producido por
algunas bacterias y algas, y es un componente natural de las flatulencias.

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