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U N I V E R S I D A

D D E
SAN MARTIN DE
USMP - FIA
PORRES
FACULTAD DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA ESCUELA PROFESIONAL DE ARQUITECTURA

DOCUMENTO BASE PARA (W-3) Y EXAMEN FINAL

SAN MARTIN DE
LIMA DESPUÉS
PORRESDEL CORONAVIRUS
MINISTERIO DE VIVIENDA Y CONSTRUCCION EVALÚA CAMBIOS EN NORMA PARA
ACONDICIONAR EQUIPAMIENTOS URBANOS:

El Ministerio de Vivienda confirmó que evalúa modificar las normas técnicas para adaptar el
equipamiento urbano al distanciamiento social. La comuna limeña también intervendrá en espacios
públicos. Colectivos elaboran propuestas de planificación para el escenario post pandemia.

En el 2014 el Ministerio de Vivienda estableció los lineamientos para la construcción de ciclovías. Sin embargo,
pocas de estas cumplen con las medidas mínimas dictadas por el sector. Varias en Miraflores ni siquiera alcanzan el
metro de ancho. (Foto: Fco Neyra/El Comercio).

Los muertos se contaban por decenas y la emergencia sanitaria obligó a repensar la ciudad. En 1868,
la epidemia de fiebre amarilla puso a prueba a Lima, que –pese a tener unos 100.000 habitantes– no
contaba con una planificación urbana adecuada, un hospital moderno, ni siquiera un sistema de
desagüe eficiente.

Si bien a mediados del siglo XIX se empezó a hablar sobre la necesidad de expandir nuestra capital, el
impacto de aquella enfermedad forzó a las autoridades a tomar decisiones. Surgió así una medida clave,
según explicó el historiador Juan Luis Orrego: derribar la muralla colonial que rodeaba el Centro Histórico,
lo que permitió el inicio de obras de equipamiento urbano más allá de sus linderos.

Se construyó entonces la Alameda Grau (hoy la avenida del mismo nombre), el Paseo Colón, la futura Av.
Alfonso Ugarte y el actual Parque de la Exposición, el primer gran espacio público que tuvo la ciudad. Pero
también se concibió el primer establecimiento de salud erigido con estándares modernos: el Hospital Dos
de Mayo.

“Hasta 1868, los hospitales en Lima eran espacios donde uno iba a morir, no a curarse. Eran medievales:
los enfermos compartían un solo recinto y eran atendidos por monjas hasta infectarse todos. Todo eso
cambió con la epidemia de ese año, que fue determinante para la Lima del siglo XX e incluso del XXI”,
dijo Orrego.
PRIMERAS ACCIONES

La actual pandemia del COVID-19 también se asoma como una oportunidad de cambio para Lima
Metropolitana en términos de planificación y movilidad urbana. La consigna es clara: hay que adaptar las
zonas urbanas a una nueva normalidad, marcada –en principio– por el distanciamiento social.

UNA CAPITAL REPENSADA

El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento informó que ya está evaluando realizar cambios
en las normas técnicas vigentes del Reglamento Nacional de Edificaciones, a fin de adaptar el
equipamiento urbano a la coyuntura. “En especial aquellas que regulan las habilitaciones urbanas para
promover, entre otros, la entrega de aportes para parques, salud y educación […], regular aspectos técnicos
que promuevan el distanciamiento social, mejorar las condiciones de seguridad, habitabilidad, accesibilidad
y que estén adaptadas al teletrabajo”, a fin de adaptar la planificación y el equipamiento urbano a un
escenario posterior al COVID-19.

El viceministro de Vivienda y Urbanismo, explicó que el sector busca la actualización de conceptos,


planes, manuales y reglamentación del acondicionamiento urbano para Lima Metropolitana y las
principales ciudades, por lo que se ha considerado la implementación de por lo menos cuatro estrategias:
las supermanzanas, los parques de bolsillo, las zonas 30, y los usos mixtos del suelo.

ESTRATEGIAS PARA ZONAS URBANAS POSPANDEMIA

La pandemia deja en evidencia que estos son temas para atender de manera prioritaria y urgente […].
Esas estrategias, que parecen teoría e incluso algunos expertos sostienen que son parte del futuro, ya
deben ser una situación tangible para los peruanos” manifestó el viceministro.
APLICACIÓN DE ESTRATEGIAS

Estos modelos ya han sido aplicados con éxito en varios países. La estrategia de las supermanzanas se usó
años atrás en algunas zonas de Barcelona (España) y permitió un incremento del 91% de espacios públicos
en el entramado urbano, además de un aumento en 30% de la aparición de negocios locales en las plantas
bajas de los edificios. Se promovió así el uso mixto del suelo, que es lo que también busca el ministerio.
“Está claro que el nuevo coronavirus tiene y tendrá un impacto sustancial en los aforos de negocios y
comercios que usualmente exigen recorrer largas distancias desde casa. Por ello, es vital que acerquemos
los servicios indispensables al barrio, a las viviendas, y tener así construcciones que combinen lo
residencial y el comercio local, además de espacios públicos amplios”,
Existe una experiencia peruana con las supermanzanas: en enero, la Municipalidad de Miraflores inició
un plan piloto en la zona 14 de la urbanización Aurora. Allí se cambió el sentido en las vías internas para
que el peatón pueda usarlas. Varios vecinos manifestaron su desacuerdo con la medida y la comuna la
desestimó.

REALIDADES DISTINTAS
La realidad es distinta en distritos de la periferia, cuyas zonas urbanas aún no se han consolidado y carecen
de servicios. El viceministro precisó que además se requiere un cierre de brechas de
infraestructura. “Hay zonas con ocupamiento informal en cerros, que necesitan de escaleras eficientes y
reforzamiento de viviendas; pero no se puede renunciar al incremento de espacios públicos. Allí se
deberían considerar los parques de bolsillo, reutilizando terrenos vacíos del municipio y hasta del sector
privado”, dijo.

Mariana Alegre, directora del observatorio Lima Cómo Vamos, señaló que estas estrategias son positivas
y permitirán un “cambio de chip” del ciudadano frente a su entorno: “Se basan en el modelo de ‘ciudad
compacta’, donde la persona encuentra relativamente cerca los servicios que necesita; a diferencia del
modelo norteamericano de ‘ciudad dispersa’, que se basa en urbanizaciones cerradas y suburbios”.

Para José García Calderón, excoordinador de PLAM 2035, los modelos que evalúa el sector Vivienda
son “indispensables” para una Lima con mayor igualdad: “El siguiente reto será generar más
centralidades y condensar servicios y espacios de desarrollo cada vez más cerca del ciudadano. Así, una
persona que vive en Ventanilla no tendrá que viajar en bus durante cuatro horas para llegar a su trabajo
en Villa El Salvador. La emergencia sanitaria nos grita hoy que esa Lima se acabó”.

Por su parte, la Municipalidad Metropolitana de Lima indicó que una de las políticas urbanas para el
escenario pos cuarentena y pos pandemia es intervenir los espacios públicos “a través del diseño de los
parques, la peatonalización de ciertas vías, la implementación de áreas de recreación, así como de
señalética clara que promueva la protección, el respeto del distanciamiento y el espacio personal del
ciudadano”.

Según la comuna limeña, primero se trabajará en 12 parques situados en el Cercado de Lima. Además, se
elaborará el Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM) “con una nueva mirada”, para desarrollar e
implementar proyectos de infraestructura pública que –entre otros objetivos– reduzcan las necesidades de
movilidad.

Actualmente, la Gerencia de Movilidad Urbana (GMU) ya evalúa las propuestas distritales relacionadas a
las vías de nivel metropolitano y cumplir, así, la estrategia de que las ciclovías existentes “queden
integradas en un solo sistema de ciclovías de Lima”.

La comuna metropolitana anunció la implementación de una red de 46 kilómetros de ciclovías


temporales para la ciudad. (Foto: Municipalidad de Lima)

La Autoridad de Transporte Urbano de Lima y Callao (ATU) presentó su proyecto Sistema de


Transporte Individual Sostenible (Sitis), que busca dotar a la ciudad de 301 km de ciclovías estandarizadas
a 3 metros de ancho. Esto requirió una coordinación con 20 alcaldes y funcionarios distritales.

Algunos gobiernos locales también han propuesto soluciones de emergencia ante la pandemia. En
Miraflores, se está culminando el ensanchamiento de veredas y ‘martillos’ (esquinas) en las principales
vías. La primera etapa contempla la intervención del óvalo ubicado en el cruce de las avenidas Larco,
Pardo, Ricardo Palma y Arequipa).

“Estamos reestructurando varios ejes del distrito para que el peatón tenga espacio suficiente al circular, lo
que implica que las veredas tengan al menos cuatro metros de ancho”, explicó el subgerente de Movilidad
Urbana y Seguridad Vial.

También se realizará un monitoreo en tiempo real de las veredas en intersecciones importantes, a fin de
evitar aglomeraciones: “Hemos considerado el cierre temporal de la vía vehicular para que pasen los
peatones si identificamos un posible colapso de las veredas”.
El municipio miraflorino ya inició la primera etapa de ensanchamiento de veredas en el Óvalo del distrito.

En Comas, el municipio también dispuso la restricción temporal al tránsito vehicular en avenidas como
Víctor Andrés Belaunde, donde se ubican establecimientos comerciales y se generan aglomeraciones por el
espacio reducido de las veredas.
El alcalde comentó que la principal apuesta está en los mercados itinerantes o satélites, que acercarán los
productos a 14 grupos zonales para evitar salidas innecesarias, y en el control de los 10 mil mototaxis que
circulan en su jurisdicción. “Nuestra realidad es distinta, pero tenemos que adaptarla a la pandemia”,
apuntó Díaz.

El municipio de Comas está iniciando un programa de mercados "itinerantes" o "satélites" para que los
vecinos de los 14 grupos zonales de los distritos estén abastecidos sin tener que salir de sus barrios.

UNA MIRADA A FUTURO


El observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos (LCV) viene desarrollando la estrategia Reinicia tu Barrio,
que busca promover nodos comunitarios para activar redes de solidaridad, ayuda, abastecimiento y cuidado
en el vecindario, con el fin de facilitar la reactivación económica y disminuir la vulnerabilidad de las
familias.
Mariana Alegre, urbanista y directora de LCV, explicó que se aplicará este modelo como piloto en
cinco zonas de la capital, entre las que están en el jirón Leticia (Rímac) y Pamplona (San Juan de
Miraflores). “Esto no atiende los viajes que obligatoriamente tienen que hacerse para atender necesidades
esenciales, como trabajar, ir al médico o incluso visitar a la familia. El objetivo, por ello, es reducir la
necesidad de salir del barrio y solo hacerlo para realizar actividades indispensables, y que las demás puedan
ser cubiertas dentro del barrio con protocolos de cuidado y resiliencia”, añadió.

La Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima (Udeal) también ha hecho un llamado a las


autoridades a replantear la ciudad, pero con medidas que tengan un objetivo a largo plazo. “Si se va a
ampliar el espacio para las veredas o pintar la pista para establecer allí una ciclovía, que esta sea una vía
exclusiva para ciclistas a futuro. La pandemia nos está mostrando que la planificación urbana tiene un
impacto directo en nuestra salud física y mental”, dijo la representante Andrea Herrera.

Óscar Apaza, integrante de Udeal, precisó que Lima fue planificada y construida bajo la mirada del auto
particular, con un reglamento técnico que no priorizó al peatón. “Se tienen que replantear las exigencias
para el ancho de las veredas, ya que en algunas zonas ni siquiera llega a los 0,80 metros, y una
circulación cómoda requiere de 3,50 metros de ancho. Se deben pensar medidas para las distintas Limas,
porque hay mucha desigualdad: mientras un limeño hace cola para ingresar al supermercado, otro espera
en fila para recibir agua potable”, manifestó.

PROUESTAS DE RENOVACIÓN URBANA

¿PUNTO DE QUIEBRE?

Para el urbanista Angus Laurie, el principal reto para Lima en el corto plazo es ensanchar las veredas en
espacios productivos de la ciudad, como el centro financiero de San Isidro o el Damero de Pizarro en el
Cercado. “Sería importante que se considere la peatonalización de avenidas como Rivera Navarrete,
Canaval y Moreyra, pero también los jirones del Centro Histórico. Se tiene que pensar también en que no
todos pueden moverse en ciclovías, es una injusticia pensar que todos pueden montar bicicleta”, agregó.

Según Laurie, cambiar por completo la forma de entender el urbanismo en la capital puede tomar varias
décadas, sobre todo cuando no se han generado centralidades en las zonas conurbanas: “Aquí tenemos
personas que trabajan en Miraflores, pero viven muy lejos. Hay demasiada población flotante en distritos
de la denominada Lima Centro. El futuro es acercar los servicios a la periferia”.
José García Calderón, arquitecto y ex coordinador técnico del PLAM 2035, coincidió en que la pandemia
puede representar una oportunidad para transformar la distribución de servicios esenciales en la metrópoli.
Un primer cambio, dijo, puede ser la masificación del uso mixto del suelo, es decir, que un edificio
habitacional también sea útil para el vecindario, no solo para sus habitantes.

“Es común que en otros países, la primera planta de cada multifamiliar esté destinada a un café, una
bodega, una peluquería. Es la forma correcta de acercar los servicios al barrio y generar pequeñas
centralidades. La clave está precisamente en evitar que recorramos largas distancias, porque así se
esparce el virus. Inicialmente, los distritos de Lima Centro registraban los primeros casos de COVID-19,
pero como la gente que vive en la periferia trabaja en esta zona, ya trasladó el coronavirus hacia sus
barrios. Es momento de repensar la ciudad, por cuestiones urbanísticas y sanitarias”, explicó.

Nunca antes hubo una cuarentena establecida por el Gobierno debido a una epidemia o pandemia en Lima,
precisó el historiador Juan Luis Orrego. Y concluyó: “En 1920, debido a la gripe, la gente no salía de su
vivienda. En 1868 sucedió lo mismo por la fiebre amarilla. En ambos casos, era voluntario.
No sé si el COVID-19 represente un punto de quiebre para la planificación urbana hacia los próximos
años, pero tendrá impacto sin duda. Es algo histórico".

Fuente: artículos del diario el comercio. Adaptados por profesor.

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