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Relatoría de lectura: Apuntes sobre las reflexiones teóricas de Ulrich Beck Ruslan

Posadas Velázquez

Laura Martínez Plazas – 4B – Código: 4011218

Autores como Beck y Giddens hablan de una modernidad reflexiva, donde el hombre
empieza a darse cuenta de los riesgos y peligros de sus actitudes. Cuando se habla de
modernidad reflexiva lo explican como algo “nuevo” que incorpora y a la vez desincorpora
la tradición. Es una destrucción creativa “donde un tipo de modernización destruye otro y le
modifica” es ahí cuando nos hablan de la modernidad reflexiva que tiene un auto
afrontamiento de los efectos y los riesgos de estos en el proceso de modernización, es decir
que la sociedad del riego es reflexiva y cuando reconoce estos riegos se exige una auto
reflexión en relación al racionamiento y el porqué de las acciones.

Este acto reflexivo le permite a Beck diferenciar la modernidad de los tiempos remotos ya
que no es la tradición la que es reinventada, si no que esta refuerza las prácticas sociales
alterando el orden en una sociedad.

Beck toma lo anterior como punto analítico y afirma que cuando la humanidad se hace
consciente del peligro de sus acciones, nace la conciencia social y se comprende que se
vive en la llamada “sociedad de riesgo”. Aquí el hombre se enfrenta al desafío que plantea
la capacidad de la industria para destruir todo tipo de vida sobre la tierra y borrar las
fronteras frente a las desgracias que nos afectan de manera global sin distinción de clases ni
jerarquías. Pero cuando habla de riesgo no sólo se refiere al entorno donde la vida se
desarrolla sino también a los sistemas económicos y de organización social en los que
hacemos parte hoy en día.

En este apartado enfatiza mucho en diferentes factores del como la sociedad del riesgo nos
acerca a una transformación inevitable a cada uno de nosotros como seres humanos, en
principio la relación de la sociedad industrial moderna con los recursos de la naturaleza y la
cultura es notable el consumismo y los daños generados que para él son fundamentales y
del que se deberían hacer cargo al 100%.

Beck habla de subpolítica global como un concepto que sugiere que las propuestas de
acción, para hacer frente a los principales problemas de la sociedad, provengan no sólo
desde los grupos que tradicionalmente se han encargado de la generación de éstas, sino de
la participación de todos los implicados en las problemáticas que se estén analizando es
decir que es hacer política más allá de las instituciones estatales, con la finalidad de
anticipar las catástrofes anunciadas por la generación de riesgos.

Beck, en torno al Estado-nación se da la concepción en los estudiosos de las ciencias


sociales y políticas del nacionalismo metodológico, que son entendida como el ámbito de
análisis exclusivamente doméstico de las relaciones de poder y autoridad, todo cabe en el
Estado-Nación, sabiéndolo acomodar. La importancia de pasar del nacionalismo
metodológico al cosmopolitismo metodológico radica justamente en afianzar los
procedimientos interpretativos que intentan explicar de qué manera los cambios radicales
experimentados en las últimas cuatro décadas, sobre todo en el plano económico, dan un
perfil cualitativamente distinto al que hacer de los Estados a través de sus administraciones
públicas locales.

Por otro lado el término Categorías Zombis acuñado así por Beck para poder referirse a la
falta lógica de entendimiento de lo que empezaba a configurarse en el mundo de las
relaciones sociales en la época, marcadamente por el proceso de globalización, que viene a
cambiar una serie de transformaciones y los órdenes de la vida pública y social. Estas
categorías han tenido muchas críticas, porque para Beck esta teoría resulta insuficiente
para entender nuestra realidad. Por ejemplo el estado para el autor es una categoría zombie,
apoyado fuertemente por Zygmunt Bauman porque son una buena manera práctica de
entender la vida.

Beck considera la globalización como una prueba de la ruptura de los fundamentos de la


sociedad industrial. La segunda modernidad, la modernización reflexiva o la globalización
serian aspectos de una misma realidad; la quiebra de la posibilidad de articular la sociedad
y de explicarla sobre supuestos tales como la soberanía nacional, las clases sociales, el uso
ilimitado de la naturaleza, el significado tradicional de la familia, las diferencias entre la
izquierda y la derecha o el referente ciudadano del Estado nacional1 . Para reorganizar su
campo de investigación, Beck decide dar nuevos nombres a realidades ya conocidas,
distinguiendo entre globalización, globalidad y globalismo.

La individualización, más allá del sesgo colectivo de la ciencia social, significa un


desequilibrio institucionalizado entre el individuo desincrustado y los problemas globales
en una sociedad del riesgo global; por ello, el tipo occidental de sociedad individualizada
habla de la necesidad de “buscar soluciones biográficas a contradicciones sistémicas”.

De lo que se habla es de una sociedad individualizada que forma sujetos capaces de


reconocer su mundo, los objetos y la intencionalidad del conocimiento. A partir de la
modernidad reflexiva, el individuo está inmerso en una libertad indeterminada, arriesgada y
precaria, con su individualismo no lineal, el cual, es el resultado de la retirada de las
instituciones clásicas (el Estado, la clase, la familia nuclear, el grupo étnico) debido a que
los roles que en la primera modernidad reproducían individuos y sistemas lineales han sido
ahora transgredidos.

En Beck el riesgo de desempleo no sólo hace referencia a la eventual pérdida de uno o


varios empleos, sino al desempleo masivo y a la desaparición de oficios y profesiones a
partir de la automatización del trabajo. Son los prospectos de la sustitución de la mano de
obra humana por la de robótica, así como el cierre de numerosas empresas generadoras de
empleo, por su obsolescencia o por el riesgo financiero global. De esta manera, la
conciencia de riesgo de desempleo sería una conciencia sobre el carácter cambiante del
mundo del trabajo y en torno a la erosión de las zonas de protección. Sus resultados pueden
extrapolarse para observar cómo descubren un patrón de individualización: hay pérdida de
compromiso con la organización, insatisfacción con el trabajo y estrés y peligro
físico para el individuo. En conjunto, confirman paulatinamente que el empleo y el
desempleo pierde su identidad colectiva para devenir en una desgracia individual y privada.
Además, contribuyen a abrir una línea de investigación entre la teoría de la sociedad del
riesgo y los estudios sobre el estrés laboral.

Según Beck la concepción cosmopolita en nuestra propia vida se convierte en un espacio


de nuevas experiencias que se vinculan con la globalización y es preciso reconocer las
múltiples identidades que coexisten en cada uno de nosotros. La mirada cosmopolita posee
sentido del mundo, es lúcida y busca establecer un diálogo con las numerosas
ambivalencias que se dan en la época actual, que se caracteriza por las diferenciaciones en
vías de desaparición y las contradicciones culturales.
Con un paradigma nacional no se pueden analizar más los fenómenos que se están
operando, que son, en esencia, cosmopolitas. Un ejemplo: peligros como el de la gripe aviar
obligan a todas las personas a dar la cara a los riesgos globales que corremos hoy en día.
Otro ejemplo de cosmopolitismo es la concurrencia de distintas personas en el mercado
laboral por encima de las fronteras todavía existentes, es decir, la competencia global que
se está dando en ese campo.
El cosmopolitismo que pregona Beck no está concebido desde una tradición teórico-
filosófica, sino que deviene de la realidad que imponen los procesos de cambio generados
por la globalización. El terreno donde hunde sus raíces, es aquel que mira la necesidad de
reconocer la complejidad del mundo de nuestros días caracterizado por la incertidumbre
económica, política, sociocultural y medioambiental.

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