Está en la página 1de 108

UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA

La Universidad Católica de Loja


CARATULA

ÁREA SOCIO HUMANÍSTICA

TÍTULO DE LICENCIADO EN PSICOLOGÍA

Sobrecarga en cuidadores informales de adultos mayores en el Ecuador,


provincia de Pichincha, cantón Rumiñahui, año 2018-2019.

TRABAJO DE TITULACIÓN

AUTORA: Guznay Brito, Lourdes Catalina

DIRECTORA: Tamay Montero, Yonny Cecilia, Dra.

CENTRO UNIVERSITARIO QUITO- SAN RAFAEL

2019
APROBACIÓN DE LA DIRECTORA DEL TRABAJO DE TITULACIÓN

Doctora

Yonny Cecilia Tamay Montero

DOCENTE DE LA TITULACIÓN

De mi consideración:

El presente trabajo de titulación: “Sobrecarga en cuidadores informales de adultos mayores


en el Ecuador, provincia de Pichincha, cantón Rumiñahui, año 2018-2019” realizado por
Guznay Brito Lourdes Catalina, ha sido orientado y revisado durante su ejecución, por cuanto
se aprueba la presentación del mismo.

Loja, agosto de 2019

f) ………………………………………

ii
DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y CESIÓN DE DERECHOS

“Yo, Guznay Brito Lourdes Catalina declaro ser autora del presente trabajo de titulación:
Sobrecarga en cuidadores informales de adultos mayores en el Ecuador, provincia de
Pichincha, cantón Rumiñahui, año 2018-2019, de la Titulación de Psicología, siendo Dra.
Yonny Cecilia Tamay Montero, directora del presente trabajo; y eximo expresamente a la
Universidad Técnica Particular de Loja y a sus representantes legales de posibles reclamos o
acciones legales. Además, certifico que las ideas, conceptos, procedimientos y resultados
vertidos en el presente trabajo investigativo, son de mi exclusiva responsabilidad.

Adicionalmente declaro conocer y aceptar la disposición del Art. 88 del Estatuto Orgánico de
la Universidad Particular de Loja que en su parte pertinente textualmente dice: “Forman parte
del patrimonio de la Universidad la propiedad intelectual de investigaciones, trabajos
científicos o técnicos y tesis de grado o trabajos de titulación que se realicen con apoyo
financiero, académico o institucional (operativo) de la Universidad”

f) ……………………………

Autora: Guznay Brito Lourdes Catalina

CI: 0102412913

iii
DEDICATORIA

“Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus


caminos, y el allanará tus sendas”

Proverbios 3:5-6

Dedico con mucho amor, este trabajo de investigación a seres especiales que son una
bendición en mi vida.

A Dios, mi compañía en todo momento, Ser Supremo que nunca ha soltado mi mano dándome
fortaleza, fuerza de espíritu, esperanza y bendición día a día, para superar con optimismo y
valentía el reto académico trazado.

A mi amado esposo, mi ángel, quien me ha motivado siempre con ejemplo de amor y sabiduría
para dar lo mejor de mí, luchar por mis sueños, servir al prójimo, superar cualquier obstáculo
con optimismo y convicción en mis habilidades y capacidades.

A mis amados hijos, mis tesoros más preciados, fuente de inspiración diaria, su amor,
comprensión, apoyo incondicional y ejemplo me dieron la valentía para nunca decaer.

A mis amados padres y familia que desde lejos con sus palabras de bendición, amor, apoyo
y guía me han motivado constantemente para alcanzar mis anhelos.

iv
AGRADECIMIENTO

Mi agradecimiento eterno a Dios, porque en él no existe casualidades, en él existe propósitos


y te lo agradezco Señor, al darme la oportunidad de servir a la comunidad a través de la salud
mental, gracias Padre mío porque prometes estar conmigo, sostenerme y ser quién guíe todo
lo nuevo que viene para mí.

Agradezco a mi esposo, a mis hijos amados por el apoyo y amor incondicional sin importar
tiempo, lugar, o circunstancia que nos ha tocado vivir.

Mi gratitud eterna a mis padres y familia por mantenerme en su mente y corazón a través de
sus oraciones.

Mi más sincero agradecimiento a la Universidad Técnica Particular de Loja, a sus docentes


que me brindaron acompañamiento académico, permitiéndome alcanzar una educación
integral. En especial a la Dra. Yonny Cecilia Tamay Montero, directora de tesis por brindarme
sus conocimientos, guía y apoyo en todo momento durante el desarrollo del presente
proyecto.

Mi reconocimiento a las personas que hicieron posible ésta investigación, tanto cuidadores
informales como adultos mayores del cantón Rumiñahui, al brindarme accesibilidad, confianza
y apoyo para contribuir al desarrollo de nuevos conocimientos, al permitirme conocer su
situación antes y durante el cuidado.

Agradezco a mis amigos, en especial a Verito de Polanco y Carla Sandoval por su apoyo con
palabras de aliento, compañerismo y don de gentes, por hacerme saber que siempre cuento
con ellas, a través de muestras sencillas de cariño que han servido de aliento en este caminar
educativo y en mi vida.

“La gratitud es la memoria del corazón”

Lao Tse

v
ÍNDICE DE CONTENIDOS

CARATULA ........................................................................................................................................... i
APROBACIÓN DE LA DIRECTORA DEL TRABAJO DE TITULACIÓN ..................................... ii
DECLARACIÓN DE AUTORÍA Y CESIÓN DE DERECHOS ....................................................... iii
DEDICATORIA ................................................................................................................................... iv
AGRADECIMIENTO ........................................................................................................................... v
ÍNDICE DE CONTENIDOS ............................................................................................................... vi
ÍNDICE DE TABLAS .......................................................................................................................... ix
ÍNDICE DE GRÁFICOS ...................................................................................................................... x
RESUMEN............................................................................................................................................ 1
ABSTRACT .......................................................................................................................................... 2
INTRODUCCIÓN................................................................................................................................. 3
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO...................................................................................................... 8
1.1. Cuidado informal del enfermo crónico dependiente ........................................................... 9
1.1.1. El concepto de cuidado informal.................................................................................... 9
1.1.2. Crisis del cuidado informal. .......................................................................................... 10
1.1.3. Perfil sociodemográfico del cuidador informal. .......................................................... 11
1.1.4. El cuidado informal y los cambios socio-familiares. .................................................. 12
1.1.5. El cuidado informal cómo condición de estrés crónico. ............................................ 13
1.1.6. El cuidador informal y el Burnout. ................................................................................ 14
1.1.7. Sobrecarga y malestar psicosocial. ............................................................................. 15
1.2. La dependencia en el adulto mayor .................................................................................... 17
1.2.1. Dependencia. Conceptos generales. .......................................................................... 17
1.2.2. Factores de la dependencia. ........................................................................................ 18
1.2.3. Envejecimiento y dependencia. ................................................................................... 19
1.2.4. Perfil sociodemográfico de la persona con dependencia. ........................................ 20
1.3. Modelos socioculturales del estrés y afrontamiento ......................................................... 21
1.3.1. Modelo de factores ABCX. ........................................................................................... 21
1.3.2. Modelo del proceso de estrés. ..................................................................................... 22
1.3.3. Modelo teórico expandido al cuidado. ........................................................................ 24
1.3.4. Modelo de estrés adaptado al cuidado por Haley (1987.) ....................................... 24
1.3.5. Modelo transaccional adaptado al cuidado de Lazarus y Folkman. ....................... 25
1.3.6. Efectos del cuidado desde los modelos socioculturales del estrés. ....................... 26
vi
1.3.6.1. Variables contextuales del cuidado. ............................................................................ 27
1.3.6.1.1. Variables sociodemográficas. .................................................................................. 27
1.3.6.1.2. Relaciones previas entre cuidador-paciente. ......................................................... 28
1.3.6.1.3 Percepción de salud del cuidador. ........................................................................... 28
1.3.6.2. Estresores del cuidado. ................................................................................................ 29
1.3.6.2.1. Estresores objetivos del cuidado. ............................................................................ 30
1.3.6.2.2. Estresores subjetivos del cuidado. .......................................................................... 30
1.3.6.3. Estresores secundarios. ............................................................................................... 31
1.3.6.3.1. Repercusiones en el área laboral y sociodemográfica. ........................................ 32
1.3.6.3.2. Repercusiones en el tiempo de ocio y descanso. ................................................. 33
1.3.6.3.3. Efectos en la calidad de vida (CDV) del cuidador. ................................................ 33
1.3.6.4. Variables mediadoras del impacto del cuidado. ........................................................ 34
1.3.6.4.1. Apoyo social. .............................................................................................................. 34
1.3.6.4.2. Afrontamiento. ............................................................................................................ 35
1.3.6.4.3. Personalidad............................................................................................................... 36
CAPITULO II METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................ 38
2.1. Objetivos ................................................................................................................................. 39
2.1.1. Objetivo General. ............................................................................................................ 39
2.1.2. Objetivos Específicos. .............................................................................................. 39
2.2. Preguntas de investigación ................................................................................................. 39
2.3. Contexto de la investigación ................................................................................................ 40
2.4. Diseño de investigación ........................................................................................................ 41
2.5. Participantes .......................................................................................................................... 41
2.6. Procedimiento ........................................................................................................................ 42
2.7. Recursos ................................................................................................................................. 43
2.8. Instrumentos ........................................................................................................................... 43
CAPÍTULO III ANÁLISIS DE DATOS Y DISCUSION DE LOS RESULTADOS ....................... 49
3.1. Interpretación de Resultados ............................................................................................... 50
3.2. Discusión ................................................................................................................................ 59
CONCLUSIONES .............................................................................................................................. 72
RECOMENDACIONES..................................................................................................................... 75
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................................. 77
ANEXOS ............................................................................................................................................. 87
ANEXO 1 Documento de información para participantes ........................................................ 88
vii
ANEXO 2 Consentimiento informado ......................................................................................... 90
ANEXO 3 Cuestionario Sociodemográfico Ad-hoc ................................................................... 91
ANEXO 4 Entrevista de carga para cuidadores ........................................................................ 92
ANEXO 5 Cuestionario Cuidar (BRS) ......................................................................................... 93
ANEXO 6 Índice de Barthel.......................................................................................................... 94
ANEXO 7 Cuestionario de Salud General (GHQ-12) ............................................................... 95
ANEXO 8 Inventario BRIEF- COPE 28 Y Cuestionario de Apoyo Social de Duke .............. 96
ANEXO 9 Cuestionario de personalidad EPQR-A .................................................................... 97
ANEXO 10 Cuestionario de Portátil del Estado Mental de Pfeiffer......................................... 98

viii
ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1: Características sociodemográficas de cuidadores informales a nivel nacional e


internacional ............................................................................................................................. 12
Tabla 2: Factores que intervienen en la crisis familiar y sus consecuencias.......................... 22
Tabla 3: Características sociodemográficas de los cuidadores informales del Cantón
Rumiñahui................................................................................................................................. 51
Tabla 4: Características sociodemográficas de los adultos mayores investigados ................ 52
Tabla 5: Carga laboral en cuidadores informales del Cantón Rumiñahui ............................... 53
Tabla 6: Competencia del cuidado en cuidadores informales del Cantón Rumiñahui ........... 54
Tabla 7: Nivel de dependencia en adultos mayores pertenecientes al Cantón Rumiñahui ... 54
Tabla 8: Malestar Psicológico en cuidadores informales evaluados del Cantón Rumiñahui . 55
Tabla 9: Estrategias de afrontamiento en cuidadores informales del Cantón Rumiñahui ...... 56
Tabla 10: Apoyo social en cuidadores informales del Cantón Rumiñahui .............................. 57
Tabla 11: Rasgos de Personalidad presentes en cuidadores informales del Cantón
Rumiñahui................................................................................................................................. 57
Tabla 12: Estado mental de adultos mayores evaluados en el Cantón Rumiñahui ............... 58

ix
ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1 Áreas de dependencia en el adulto mayor según Tamez. ...................................... 19


Gráfico 2 Elementos del proceso de estrés ............................................................................. 23
Gráfico 3 Tipos de evaluación cognitiva según el modelo de Lazarus y Folkman ................. 25

x
RESUMEN

El presente trabajo tuvo como propósito identificar la sobrecarga laboral en los cuidadores
informales de adultos mayores en el Ecuador, provincia de Pichincha, cantón Rumiñahui, en
el año 2018-2019, a través de la utilización de los siguientes instrumentos: Cuestionario
Sociodemográfico, Entrevista de carga para cuidadores de Zarit, Inventario CUIDAR, Índice
de Barthel, Cuestionario de Salud General Mental (GHQ-12), Inventario COPE-28,
Cuestionario de Apoyo Social Duke, Cuestionario de Personalidad EPQR-A, Cuestionario
Portátil del Estado Mental de Pfeiffer, mismos que fueron aplicados a una población de
accesibilidad no-probabilística, conformada por 20 cuidadoras informales que asisten a 20
adultos mayores en zonas urbanas y rurales del cantón.

La investigación realizada fue de tipo descriptiva transversal, exploratoria, cuantitativa y no


experimental, cuyo resultado indicó la presencia de sobrecarga intensa y malestar psicológico
en un 90%, con prevalencia de neuroticismo como rasgo de personalidad, el uso de
estrategias de afrontamiento evitativas y presencia de escaso apoyo social en un 95% de
cuidadoras, siendo recomendable intervenir para evitar un decremento mayor en su salud,
que termine en negligencia o el abandono del cuidado.

PALABRAS CLAVES: cuidadoras informales, sobrecarga intensa, malestar psicológico,


escaso apoyo social.

1
ABSTRACT

The purpose of this study was to identify the work overload in the informal caregivers of older
adults in Ecuador, Pichincha province, Rumiñahui canton, in the year 2018 – 2019, through
the use of the following instruments: Sociodemographic Questionnaire, Load interview for Zarit
caregivers, CUIDAR, Inventory, Barthel Index, General Mental Health Questionnaire (GHQ-
12), COPE-28 Inventory, Duke Social Support Questionnaire, EPQR-A Personality
Questionnaire, Portable Questionnaire Mental Status of Pfeiffer, the ones that were applied to
a population of non – probabilistic accessibility, made up of 20 informal caregivers that assist
twenty older adults in urban and rural areas of the canton.

The research carried out was descriptive cross-sectional, exploratory, quantitative and non-
experimental, which result showed the presence of intense overload and psychological
discomfort in 90%, with prevalence of neuroticism as a personality trait, the use of avoidant
coping strategies and presence of poor social support in 95% of caregivers, being advisable
to intervene to avoid a bigger decrease in their health, which ends in negligence of
abandonment of care.

KEYWORDS: informal caregivers, intense overload, psychological distress, little social


support.

2
INTRODUCCIÓN

El progresivo aumento de adultos mayores a nivel mundial, ha ocasionado un creciente


número de enfermedades propias de ésta etapa de vida, como también de enfermedades
crónicas degenerativas, generando dependencia que a su vez demandan necesidades a ser
atendidas. Dentro del sistema familiar la persona que asume las tareas del cuidado del familiar
dependiente, se lo conoce como cuidador informal, se denomina como tal, porque
generalmente la persona que asume ésta responsabilidad tiene lazos de parentesco filial o
conyugal; es decir, las principales proveedoras de cuidado familiar son mujeres; como también
su nombre se debe a la escasa preparación formal para realizar actividades del cuidado.

El cuidador o cuidadora es la persona encomendada a cubrir las necesidades básicas y


psicosociales del adulto mayor, generalmente sin remuneración económica, con una demanda
alta en tiempo y frecuencia, que modifica a su vez la cantidad y calidad de tiempo dedicado
para sí mismo, disminuyendo su cuidado personal, actividades recreativas, actividades
sociales, su vida laboral, que son factores que influyen en la presencia de sobrecarga del
cuidado, al sentir sensación de carga rigurosa en el desarrollo de su rol, siendo posible
experimente temor, ansiedad, estrés, lo cual repercute en su salud física y emocional, al
percibir su vida cotidiana perturbada.

La sobrecarga en cuidadores informales de adultos mayores en el Ecuador, provincia de


Pichincha, cantón Rumiñahui, en el año 2018-2019, es un tema relevante porque informa
sobre la situación de los cuidadores familiares, la importancia de su bienestar tanto físico,
emocional y social al ser factor predictor del proceso de adaptación, desempeño y continuidad
al rol adquirido, lo cual repercute en el bienestar integral del adulto mayor cuidado; por lo tanto,
es un tema interesante a nivel social, clínico y educativo cuya información ayudará a
profundizar el conocimiento, importancia y consecuencias del cuidado en el cuidador informal.

La presencia de sobrecarga en el cuidador informal ha sido un tema poco estudiado a nivel


mundial, en particular en el Ecuador, pese a que el cuidado informal ha existido siempre, al
ser la familia la principal proveedora de cuidados en situación de dependencia y que su
desempeño ha indicado incidencia en la calidad de vida de los cuidadores. La mayor
información relacionada con el tema de estudio es brindada por investigaciones realizadas en
Europa, en especial en España esto a consecuencia de las políticas y planes de salud puestas
en marcha, décadas atrás en este país. Con respecto a estudios realizados en Latinoamérica
son muy pocos, mostrando un enorme vacío frente a la atención del adulto mayor dependiente
y de la persona prestadora de cuidados. En Ecuador los pocos estudios encontrados, se han

3
realizado en poblaciones específicas y no a comunidades, cuyos resultados no son
concluyentes o generalizables.

A fin de abarcar íntegramente el tema, el documento de investigación se apoya teóricamente


en tres apartados en el siguiente orden: Capítulo I Marco Teórico, Capítulo II Metodología de
la investigación y Capítulo III Análisis de datos y discusión de los resultados. Además, de las
Conclusiones con los puntos más sobresalientes de la investigación y las Recomendaciones
para tratar el problema encontrado y servir de guía para futuros estudios.

El Capítulo I Marco Teórico constituye un factor fundamental en el proceso de investigación,


ya que aporta conocimiento científico en base a la concepción teórica de varios autores
respecto al cuidado informal del enfermo crónico dependiente, la crisis que atraviesa el
cuidado, la descripción del perfil sociodemográfico del cuidador informal, el cuidado informal
y los cambios socio-familiares, el cuidado como condición de estrés crónico, su relación con
el burnout, como también la sobrecarga y malestar psicosocial en el cuidador, para una mayor
asimilación de la importancia del cuidado y del cuidador informal.

En éste capítulo también se describe conceptos generales de la dependencia en el adulto


mayor, que ayudan a inferir sobre la importancia de la ausencia de autonomía, como también
del apoyo y acompañamiento de una persona cercana. Así como también, se expone los
modelos socioculturales del estrés y afrontamiento, los efectos del cuidado, las variables
contextuales, estresores primarios, secundarios y variables mediadoras para una mayor
comprensión de cómo la familia reacciona ante el cuidado y cómo las apreciaciones y el
análisis que presentan influye en la práctica de estrategias y recursos para afrontar la carga
en el cuidado y mantener el equilibrio familiar.

En cuanto al Capítulo II Metodología de la investigación es un apartado importante en este


estudio, porque se describe la manera en la que se recabó, ordenó y analizó los datos
obtenidos. Contiene el objetivo general que implica la intención o propósito del proyecto y los
objetivos específicos relacionados con lo que se va indagar, como también las preguntas de
investigación las cuales hacen referencia a los objetivos anteriormente planteados
permitiendo clarificar ideas, dar una orientación y delimitar la investigación.

Este apartado también describe el diseño de la investigación, la cual en este estudio fue
exploratoria, cuantitativa, no experimental y descriptiva transversal. También explica el
contexto de la investigación, la población y muestra que fue de accesibilidad no probabilística
conformada por 20 cuidadores informales de adultos mayores y 20 adultos mayores en calidad
de dependencia, así también se detalla los instrumentos que fueron utilizados para recolectar
la información y cumplir con los objetivos trazados.
4
El Capítulo III contiene el análisis de datos y la discusión de los resultados, este apartado
exhibe los datos obtenidos en tablas con sus respectivos análisis, luego de la aplicación de
los instrumentos de evaluación; tanto, a las cuidadoras informales como a los adultos mayores
cuidados en base a los objetivos planteados.

En este mismo apartado se expone la discusión de los resultados, se realiza una triangulación
de la información recabada, del análisis de datos obtenidos, para luego ser contrastada con
resultados relevantes de investigaciones realizadas en Europa, Latinoamérica y en Ecuador
respecto al tema planteado, en la que se determina que existe similitud en los resultados por
lo tanto, el estudio confirma uno de los problemas que actualmente enfrenta de manera
silenciosa y poco investigada la sociedad ecuatoriana, brindando un aporte para posteriores
análisis, al dar respuesta a las preguntas de investigación y cumplir los objetivos planteados
en el estudio.

Finalmente, se presentan conclusiones precisas, coherentes y en concordancia con los


objetivos planteados en ésta investigación, así también se manifiesta las debidas
recomendaciones en base a los aspectos más relevantes que surgieron en el estudio y que
servirán de guía para futuras investigaciones a nivel nacional e internacional.

La realización de este estudio es importante porque forma parte de la investigación puzzle de


la UTPL a nivel nacional, al considerar primordial proporcionar a la sociedad fundamentos
teóricos que le permitan reconocer, que no solo el paciente con enfermedad crónica o en
calidad de dependencia requiere un cuidado, sino también su cuidador, a fin de identificar
oportunamente las características de sobrecarga como también, las necesidades del cuidador
y desarrollar intervenciones que mejoren su calidad de vida, contribuyendo de ésta manera al
desarrollo de nueva información.

Entre las razones que motivó a la presente investigación; son, por una parte, la existencia a
nivel mundial de índices altos de envejecimiento poblacional, de la cual Ecuador no está
exento, al presentar una comunidad adulta mayor caracterizada por la presencia de
enfermedades crónicas degenerativas, que muestra una pérdida de autonomía, surgiendo
entonces la necesidad de cuidado, ayuda y supervisión de otra persona para satisfacer las
necesidades de la vida diaria. Por otra parte, el tener en cuenta que el cuidado será siempre
indispensable para la prevalencia de salud física y mental de la sociedad, el cual es brindado
desde el ámbito formal, pero sobre todo desde el ámbito informal o familiar al contemplarlo
como una obligación moral, donde el cuidador es la persona que otorga asistencia dentro del
hogar a un familiar afectado de cualquier tipo de minusvalía o discapacidad, sin recibir
remuneración económica, sin límite de tiempo y de forma continua.

5
Este estudio también, resulta importante porque la experiencia de cuidar involucra una gran
responsabilidad y enorme esfuerzo por parte del cuidador debido a sus altas demandas, que
posiblemente desencadene una interrupción en su propio cuidado provocando una disfunción
en su calidad de vida, al experimentar cambios en actividades cotidianas, en el desempeño
de roles, cambios en su estilo de vida y en las relaciones de apoyo, con repercusiones físicas,
emocionales y sociales, surgiendo entonces un sentimiento de sobrecarga en su rol de
cuidador que debe ser evaluada para lograr su bienestar, todo esto motivó al desarrollo del
estudio en cuidadores de adultos mayores en las zonas urbanas y rurales del cantón
Rumiñahui.

Con el fin de dar respuesta al problema planteado y cumplir el objetivo general de identificar
el nivel de sobrecarga laboral en las cuidadoras informales investigadas, el cual fue alto, se
indagan sus características sociodemográficas, como también la de los adultos mayores
cuidados; además, se analiza la percepción de sobrecarga en cada una de las cuidadoras y
se investiga su nivel de competencia en el cuidado, también se determina el grado de
dependencia/ independencia del adulto mayor, e identifica la salud mental de los cuidadores.

Además se distingue los tipos de afrontamiento que utilizan y se indaga sobre el tipo y nivel
de apoyo social que perciben los cuidadores de la red social más próxima, como también se
establece sus rasgos de personalidad y se determina las características de funcionamiento
cognitivo en los adultos mayores cuidados, estos objetivos se llevan a cabo, en forma
ordenada, a través de la aplicación de los instrumentos a la muestra investigada y cuyos
resultados se reflejan en las tablas y su análisis.

Para el cumplimiento de estos objetivos específicos planteados, se realiza una investigación


bajo una metodología de tipo descriptiva transversal al analizar variables y recolectar
información en un momento dado y en un tiempo único, además es de tipo exploratoria porque
se examina un tema poco estudiado en el Ecuador y abordado en otros contextos analizando
la información desde otras perspectivas, la investigación también es cuantitativa al analizar
los datos numéricos obtenidos de la medición de variables a través de la aplicación de
instrumentos confiables y precisos, y no experimental ya que el estudio se realiza sin
manipular las variables, por lo tanto se observa los fenómenos en su ambiente real o natural.

La forma de extraer la muestra estudiada es de accesibilidad no probabilística, y para la


ejecución del presente trabajo se toma en cuenta la selección de sujetos, obteniendo 20
cuidadores informales de adultos mayores y 20 adultos mayores con dependencia en función
a los criterios de inclusión considerando que: el cuidador primario debe ser un familiar, debe
firmar el consentimiento informado y tener como mínimo un año de estar cuidando al familiar

6
adulto mayor; por lo tanto, no es una selección aleatoria. La investigación también emplea el
muestreo por bola de nieve al tomar en cuenta que los individuos seleccionados tienen una
red social, los cuales reclutan a nuevos participantes entre sus conocidos, esto facilita el
aumento de tamaño de la muestra.

El trabajo de investigación se desarrolló con normalidad, contando con los recursos y medios
necesarios para su ejecución, en los que cabe destacar la colaboración e interés por parte de
la ciudadanía del cantón Rumiñahui, como también el soporte académico brindado por la
UTPL, lo cual motivó a llevar a cabo de la mejor manera el presente estudio.

Como fortalezas se pudo observar durante este estudio, que la mayoría de cuidadoras no
presentan emociones o sentimientos de enfado hacia su familiar, indicando que nunca
desearían dejar el cuidado y trabajar en otra actividad, al considerar que existe mayor
seguridad emocional, menos incomodidades y mayor intimidad para su familiar si permanece
en el hogar, evidenciándose además preocupación por el bienestar emocional, físico,
económico y social del adulto mayor que cuidan, al buscar siempre o casi siempre
comunicarse efectivamente y fortalecer el vínculo de afecto que los une, además de la
apertura por parte de las cuidadoras a cualquier ayuda para mejorar el cuidado y su situación
personal.

En cuanto a limitantes en la investigación, son la escasa literatura ecuatoriana y


latinoamericana que trata respecto al tema, como también la falta de socialización de
información sistematizada sobre los cuidadores informales y adultos mayores pertenecientes
al cantón Rumiñahui - Ecuador, por parte de entidades públicas.

7
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO

8
1.1. Cuidado informal del enfermo crónico dependiente

Toda persona en algún momento de la vida necesita recibir cuidado y más si vive una situación
de discapacidad o enfermedad crónica dependiente, que limita su desenvolvimiento en las
actividades de la vida diaria, ésta asistencia puede ser brindada desde el ámbito formal por
profesionales como médicos o enfermeros o desde el ámbito informal ejercido por familiares
o personas cercanas, siendo la opción, que más acogida tiene al estar ligada al deseo del
enfermo de permanecer en el hogar (Instituto de Mayores y Servicios Sociales [IMSERSO],
2011).

1.1.1. El concepto de cuidado informal.

El cuidado informal es un tipo de asistencia de larga duración, porque se brinda de forma


continua, en beneficio de una persona que no está capacitada para cuidar de sí misma,
actividad que es realizada por un familiar, amigo o vecino cercano, siempre buscando
mantener una calidad de vida aceptable para el enfermo crónico dependiente que recibe el
cuidado, a través de la ejecución de una variedad de servicios y ayuda, tanto física como
emocional para complementar las tareas esenciales de la vida diaria (Fernández, 2016).

El cuidado informal también es definido como una forma de atención no profesional, sin límite
de tiempo, que busca asistir a personas en situación de dependencia o discapacidad,
incrementando su bienestar y precautelando que no sufran algún perjuicio. Es brindado en el
hogar, basado en relaciones afectivas y de parentesco, siendo asumida por familiares
especialmente por la mujer que cumple el papel de esposa, hija, hermana, nuera u otras
personas allegadas al grupo familiar (Ruiz y Moya, 2012).

De igual manera Maza (2013) define al cuidado informal como:

El cuidado y atención que se dispensa de manera altruista y gratuita, a las personas


que presentan algún grado de discapacidad o dependencia, fundamentalmente por
sus familiares y allegados, pero también, por otros agentes o redes, distintos a los
servicios formalizados de atención. (p.12)

Continuando con las definiciones del cuidado informal, se lo considera como los cuidados
familiares o de personas cercanas al interior del hogar, de forma privada brindada a personas
ancianas, enfermas dependientes, asociado a un vínculo filial y emocional, entendida como
un deber moral de la familia de cubrir necesidades materiales, económicas y emocionales de
la persona dependiente (De los Santos y Carmona, 2012).

9
En base a las definiciones expuestas, se puede determinar que el cuidado informal es fuente
importante de asistencia a personas en calidad de dependencia, brindado por la familia como
unidad social más cercana, especialmente por el género femenino como una manifestación
cultural, social y asignación de rol, motivadas por un vínculo emocional, moral o altruista, sin
un límite en tiempo y actividades, teniendo como fin, el bienestar físico y psico social de la
persona en calidad de dependencia.

1.1.2. Crisis del cuidado informal.

Los servicios sociales y sanitarios formales participan de forma minoritaria en el cuidado de


las personas en situación de dependencia, como parte del apoyo al cuidado familiar o informal,
pese a que, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) del Ecuador en cumplimiento
al mandato constitucional y la Ley Orgánica de Discapacidades, el 10 de enero de 2013,
publica la Norma Técnica, con Acuerdo Ministerial No. 000163 que reza lo siguiente:

Se regula y viabiliza los procesos de implementación y funcionamiento de los servicios


y modalidades de atención para las personas con discapacidad, con la finalidad de
operativizar y homogenizar la prestación de servicios para este grupo de atención
prioritaria a través de las siguientes modalidades: Centros diurnos de cuidado y
desarrollo integral para personas con discapacidad. Centros de referencia y acogida
inclusivos para el cuidado de personas con discapacidad en situación de abandono y
Atención en el hogar y la comunidad. (MIES, 2013a, p.8)

Sin embargo, a pesar de la implementación de estos servicios de atención social como ayuda
al enfermo dependiente o con discapacidad, existe limitaciones para acceder a ellos en cuanto
al tiempo de atención, el cual está permitido solo en horas hábiles y días laborables, también
se considera para recibir el servicio a personas en calidad de pobreza extrema, en condición
de abandono o riesgo, lo cual no ayuda en el proceso de cuidado a todas las familias que
brindan asistencia en el hogar.

Surgiendo por lo tanto una crisis en el cuidado informal a consecuencia de varios factores,
como afirma Pulido (2010) citado por Ruiz y Moya (2012, p.23), el cual menciona que:

En los últimos años se están produciendo notables cambios sociales que afectan
directamente a la conceptualización tradicional de la familia, lo cual impide se
desarrolle un estilo de cuidado informal que se venía manifestando. Los cambios
estructurales en los modelos de familia junto a los cambios sociales y culturales
respecto al rol que desempeña la mujer en la sociedad actual ponen de relieve una
crisis del modelo tradicional familiar de cuidados.
10
La crisis del cuidado informal del enfermo crónico dependiente es generada entonces por
diferentes factores que se conjugan como:

El aumento del envejecimiento demográfico y la mayor supervivencia de las personas con


enfermedades crónicas y discapacidad, debido al avance tecnológico y científico ha
provocado se eleve el número de personas que es preciso cuidar, como también aumente la
complejidad de su cuidado, al existir cambios en la estructura familiar (aumento de familias
monoparentales, divorcios, separaciones), cambios en la forma de vida familiar que limitan la
disponibilidad de cuidadores, cambios en los roles ejercidos tradicionalmente por los
miembros de la familia especialmente por la incorporación de la mujer al mercado laboral,
disminuyendo el cuidado familiar y trabajo doméstico (García y Del Río, 2012).

Por otra parte, también las reformas de los servicios sanitarios en Ecuador ponen énfasis en
la atención pública ambulatoria y ambulatoria intensiva, sobretodo en atención a enfermos
agudos y portadores de enfermedades crónicas no trasmisibles, brindando atención en salud
mental y cirugías ambulatorias, por lo tanto, las rutinas de atención son poco fortalecidas, sin
dar continuidad a los cuidados, siendo la mayoría de enfermos crónicos dependientes
atendidos en el hogar (Espinosa, Acuña, De la Torre y Tambini, 2017).

Como se puede inferir, por una parte, la crisis en el cuidado informal se debe al creciente
aumento del número de personas necesitadas de cuidado, y por otra parte a la progresiva
disminución especialmente de cuidadoras en el hogar, a consecuencia de cambios socio
familiares. También profundiza la crisis la prestación de servicios por parte del Estado
ecuatoriano con una atención limitada en cuanto a tiempo y atención selectiva al tomar en
cuenta para acceder al servicio, la condición socioeconómica de la persona en calidad de
dependencia.

1.1.3. Perfil sociodemográfico del cuidador informal.

El perfil sociodemográfico del cuidador informal principal, está determinado por características
respecto a sexo, edad, vínculo familiar, estado civil, situación laboral, nivel socioeconómico y
nivel educativo, variables que definirán la probabilidad que el cuidador asuma el rol y las
demandas de cuidado (Carretero, Garcés y Ródenas, 2015).

A continuación, en la Tabla 1 se expresan estudios realizados en España, Colombia y Ecuador


donde se visualiza las características sociodemográficas de los cuidadores informales.

11
Tabla 1: Características sociodemográficas de cuidadores informales a nivel nacional e
internacional
Variable Estudio Estudio Estudio
sociodemográfica en en en
del cuidador España Colombia Ecuador
Sexo 83% mujeres 87,7% mujeres 83% mujeres
17% varones
Edad 70% 45 y 68 años 71% entre 36 y 59 40 y 64 años
Edad media 52 años años Edad media53 años
Vínculo familiar 67% hijos 52.8 % son cónyuges 60% son hijos
26% cónyuges 11% son cónyuges
7% otros parientes
Estado civil 55% casadas 57.9% casadas 52% casados
35% solteras 30% solteros
8% viudas 10% divorciado
2% divorciados 5% viudo
3% unión libre
Situación Laboral 75% sin actividad laboral 76.2% sin actividad 57% con actividad
25% con actividad laboral laboral
laboral 23.8% con actividad 43% sin actividad
laboral laboral
Nivel socio- Bajo Bajo en un 91.7% Bajo –medio
económico
Nivel educativo Bajo nivel de estudio un Bajo nivel de estudio 35% secundaria
80% tiene instrucción un 55.6 % tiene 34% tercer nivel
primaria instrucción primaria 30% primaria
Fuente: Ortiz, Y., Lindarte, A., Jiménez, M., y Vega, O. (2013); Carretero, S. et al. (2015) y Salazar, S., y Torres,
J. (2015).
Elaborado por: Guznay, L. (2018).

Tras la descripción realizada de las variables, acorde a estudios efectuados a nivel


internacional y nacional, se puede establecer el perfil sociodemográfico del cuidador informal
como aquella persona que en mayor medida es familiar directo, de sexo femenino
principalmente hija o esposa cuya edad varía entre los 36 y 68 años siendo la edad media de
la cuidadora 52 años de estado civil generalmente casada, cuya situación laboral formal
mayoritariamente es inactiva, presentando nivel socio económico y educativo bajo.

1.1.4. El cuidado informal y los cambios socio-familiares.

En las últimas décadas se han venido presentado cambios familiares en cuanto a su estructura
externa es decir a su tamaño, al existir una disminución de la natalidad, retraso o ausencia
del matrimonio, aumento de familias monoparentales, dispersión geográfica de sus miembros
(migración) que dan lugar a cambios en la estructura interna de las familia es decir en las
funciones o roles de sus miembros, especialmente en cuanto al rol de la mujer debido a su
inserción al mercado laboral, ya sea por desarrollo personal, ruptura o separación familiar, por

12
lo tanto la mujer hoy en día dispone de menos tiempo para brindar asistencia dentro del hogar,
al cumplir un doble rol, repercutiendo especialmente en la calidad y cantidad de tiempo
brindado al cuidado informal (Moreno, Ortega y Gamero, 2017).

Por lo tanto las nuevas familias se alejan del modelo tradicional donde la mujer era la principal
cuidadora del hogar y de la persona dependiente, surgiendo diferentes modelos de familia y
diversas formas de relaciones, realzándose con ello el aumento de la esperanza de vida y
disminución de la fecundidad, surgiendo familias donde los hijos conviven con sus padres por
largo tiempo, por lo que se da mayor importancia al vínculo familiar, especialmente el filial, en
contraste con el aumento de la precaria relación conyugal. Y aunque los cambios socio
familiares influyen en la manera de atender al enfermo dependiente, la familia sigue teniendo
en nuestro contexto, el rol principal en el cuidado (Tobio, Argulló, Gómez y Martín, 2010).

Estos cambios familiares y la presencia en el hogar de un enfermo crónico dependiente,


implican que la familia reorganice sus actividades diarias, al existir alteración en cuanto a
tareas, roles e incluso en la economía familiar, al surgir mayor cantidad de gastos
especialmente médicos, manifestándose malestar emocional y dando lugar muchas veces a
roces familiares; como también puede aflorar un fortalecimiento de lazos familiares en base a
la resiliencia de sus miembros (Esandi Larramendi y Canga-Armayor, 2011).

En consecuencia, los cambios familiares han modificado a la familia en dinámica y relaciones,


alterándose la ayuda al familiar en condición crónico dependiente, en cuanto a disponibilidad
de tiempo, surgiendo la necesidad de una regulación tanto en lo psicológico, relacional y
económico que equilibre las nuevas demandas, con los recursos familiares.

1.1.5. El cuidado informal cómo condición de estrés crónico.

El cuidador informal, al asumir el compromiso de cuidar experimentará varias situaciones en


el proceso de cuidado, generando, altos niveles de exigencia y demanda, surgiendo una
percepción de sobrecarga que hará por lo general de la responsabilidad adquirida una
situación estresante que el cuidador deberá afrontar (Cheix, Herrera, Fernández y Barros,
2015).

Feldberge (2011) citado por Ruiz y Moya (2012, p.25) menciona que “Paciente y
cuidador deben enfrentar diariamente nuevas demandas sociales, físicas y psicológicas que
conlleva la puesta en marcha de forma constante de recursos para hacerle frente a las
mismas, aspectos que incrementa notablemente los niveles de estrés”.

13
La enfermedad crónica presente en el familiar implica incapacidad para realizar tareas
básicas y complejas de manera indefinida o de por vida, lo cual involucra al cuidador
directamente, quien al analizar la situación y sus recursos para hacerle frente al problema,
puede expresar negación, ira, tristeza, frustración, impotencia, culpa como defensa a sus
miedos, ansiedades y a los cambios que implican en su entorno y ritmo de vida la
responsabilidad adquirida, percibiendo el cuidado del enfermo dependiente como una
situación estresante (Achury, Castaño, Gómez y Guevara, 2011).

El cuidado por lo tanto, produce elevados niveles de estrés en el cuidador, al tener una
actividad intensa y demandante, con dedicación permanente, exclusiva y a la vez cambiante
al readaptar la rutina diaria, de acuerdo a las necesidades del enfermo, resultando ser una
experiencia estresante, sin remuneración económica y ninguna formación en cuanto a cuidado
que lo respalde, existiendo también la falta de apoyo del resto de la familia, pero sobretodo
incide en la presencia del estrés del cuidador, la responsabilidad del manejo y toma de
decisiones de eventos vitales que influirán en la calidad de vida de la persona que asiste y
cuida (Cheix et al, 2015).

De acuerdo a lo mencionado el cuidado informal es complejo y requiere solventar múltiples


demandas para mantener el bienestar físico, psicológico y social de la persona en calidad de
dependencia, y a medida que se desarrolla el cuidado y la enfermedad provoca en el cuidador
un desgaste no solo físico sino emocional, al tener que asumir responsabilidades relacionadas
directamente con la integridad de la persona asistida, descuidando casi siempre su propio
cuidado.

1.1.6. El cuidador informal y el Burnout.

Requena (2013) citado por Guamán (2017, p.33), menciona en relación al Burnout que
“Actualmente es definido como una patología psiquiátrica que se caracteriza como el desgaste
que sufren las personas que cuidan de alguien, debido a la exigencia persistente de un
conjunto de expectativas inalcanzables”.

El cuidado de un enfermo dependiente, por razones culturales generalmente está a cargo de


una mujer considerada “cuidadora principal” ésta, aunque realice su labor llevada por el apego
hacia su familiar, entraña riesgos en su salud a consecuencia de diversos factores estresantes
que van presentándose durante el proceso de cuidado que ejerce.

El desempeño de su función puede ocasionar un desgaste emocional y físico. La presencia


del estrés, el cansancio, el agobio es consecuencia de una lucha diaria en el cuidado del
enfermo crónico dependiente, presentando sentimientos de falta de control de la situación, a

14
las cuales se suma problemas socio familiares, que al no ser afrontados adecuadamente y no
recibir el apoyo social y familiar apropiado, todo esto puede desembocar en la presencia del
Síndrome conocido como Burnout o Síndrome de Sobrecarga del cuidador (López, 2016).

El Síndrome presenta como síntomas iniciales: cansancio emocional es decir pérdida


progresiva de la energía, fatiga, seguida de sentimientos y actitudes negativas e
insensibilidad afectiva conocido como despersonalización al expresar irritabilidad,
actitudes y respuestas frías e impersonales ante los enfermos dependientes. Por
último, se expone sentimientos de insatisfacción personal, presentando disminución
de su eficiencia y habilidad para la realización de las tareas, existiendo respuestas
negativas y sintiendo una falta de realización personal. (López, 2016, pp. 75-76)

El síndrome de Burnout en consecuencia es multicausal, debido a que el cuidador tiene


diversas exigencias que cumplir en el cuidado del enfermo crónico dependiente, el cual de
acuerdo al grado de su enfermedad presentará problemas de orden físico, psicológico y
familiar, que el cuidador deberá encargarse, exponiendo su salud y bienestar tanto físico como
emocional (Vicente, De la Cruz, Morales, Martínez y Villarreal, 2014).

Entre los factores causales del síndrome se encuentran: la confusión de roles, la mujer como
cuidadora típica, experimentará un elevado número de tareas que cumplir, propias del hogar
y del cuidado, aumentando su carga física y emocional. También la presencia de expectativas
poco realistas en ella al esperar que su cuidado genere un cambio en la situación del enfermo,
dedicando gran esfuerzo, aumentando su estrés al no ver cumplir sus expectativas y
perdiendo motivación. Otro de los factores es la falta de control sobre la situación, por la
presencia de problemas económicos, la falta de recursos o habilidades para el cuidado, falta
de apoyo familiar y ausencia de ayuda de los recursos formales (Guamán, 2017).

Sobre la base de las ideas expuestas se puede deducir que el cuidador generalmente se
desenvuelve en un entorno en condiciones deficientes, es decir con elevadas demandas y
bajo nivel de apoyo, puede padecer estrés crónico con presencia de sentimientos y
pensamientos negativos, dando lugar al Síndrome de Burnout.

1.1.7. Sobrecarga y malestar psicosocial.

Para comprender el malestar psicosocial presente en el cuidador informal, es importante


analizar que la situación del cuidado presenta, por una parte, una carga objetiva que implica
circunstancias, actividades y demandas en relación al familiar enfermo que el cuidador debe
cumplir y por otra una carga subjetiva que son los sentimientos, actitudes y emociones propias

15
del cuidador, así también su situación económica, física, psicológica, emocional y social
(Crespo y Rivas, 2015).

Cuando éste nivel de carga propio del cuidado, supera la capacidad del cuidador para
solventar las demandas, aparece la sobrecarga del cuidado caracterizado por síntomas o
efectos negativos en él, como agotamiento físico y mental, cambio de humor, problemas de
ansiedad que pueden llevarle a tal grado de sobrecarga que claudique en sus labores de
cuidado (Fluxá Egea, 2015).

La presencia por lo tanto de un elevado nivel de problemas emocionales, físicos, sociales y


económicos en las personas cuidadoras de enfermos dependientes se considera sobrecarga
del cuidador, existiendo por lo tanto una relación entre calidad de vida de los cuidadores y el
nivel de carga que presente el cuidado, repercutiendo en el bienestar y salud del cuidador
(Peña, Álvarez y Melero, 2016).

El malestar psicosocial en el cuidador por lo tanto es a consecuencia de un alto costo en lo


laboral, por un abandono temporal o definitivo del trabajo remunerado, repercutiendo en su
economía, desarrollo personal y autoestima. También al ver su vida social afectada por la
disminución de interacción con amigos y familia. La presencia de problemas de salud a
consecuencia de falta de tiempo para su propio cuidado, generalmente provoca un malestar
no solo físico sino también emocional, que sumado al peso de la responsabilidad adquirida,
que muchas veces afronta solo ocasionan un desequilibrio psicosocial en el cuidador (Flores,
Rivas y Seguel, 2012).

La salud física y emocional de los cuidadores se ve fuertemente comprometida, a


consecuencia del cuidado, sobre todo en el aspecto psicológico. López, López, A, y Tirado
(2007) refieren que “además se ha constatado la presencia de problemas relacionados con la
ansiedad y la depresión, así como alteraciones del sueño, apatía e irritabilidad”. (Ruiz y Moya,
2012, p.25)

Estudios realizados indican que variables sociodemográficas del cuidador influyen en el nivel
de sobrecarga que experimente, es decir a menor edad de la cuidadora, mayor percepción de
pérdida de oportunidad laboral, emocional y social y a mayor edad, mayores problemas
físicos. Las mujeres cuidadoras experimentarán mayor nivel de estrés al cuidar a la familia,
al enfermo dependiente y muchas veces cumplir con trabajo remunerado. Un bajo nivel
económico afecta en el número de recursos para el cuidado, generando mayor sobrecarga.
En cuanto al vínculo familiar que los une, puede ser sentimientos de compromiso, afecto u
obligación, dependiendo el caso, el cual influirá en la calidad de la relación, en el nivel de
sobrecarga y en la forma cómo afrontará el cuidador la situación (García y Del Río, 2012).
16
Tárraga y Cejudo (2001), McGuire y Fulmer (1997), Mockus y Novielli, (2000), International
Psychogeriatric Association, (2002) citados por Carretero, Garcés y Ródenas (2015, pp.66-
69), mencionan que

Los trastornos del estado de ánimo y el deteriorado estado de salud van


incrementando la fragilidad del cuidador durante todo el proceso de cuidado,
provocando a menudo sentimientos de derrota y claudicación. Se ha observado que
los cuidadores con elevados niveles de sobrecarga pueden tener mayor potencial para
el maltrato de la persona atendida. De hecho, la ira, ansiedad y el resentimiento son
emociones comúnmente sentidas por los cuidadores y en ocasiones pueden ser
capaces de conducir al cuidador a algún tipo de violencia hacia la persona cuidada,
siendo la sobrecarga predictor de la presencia del Síndrome de Burnout.

En síntesis, se puede decir que los cuidadores se ven expuestos a un sin número de
situaciones propias del cuidado y otras propias de sí mismo que generan emociones,
sentimientos de malestar emocional, físico y social, repercutiendo en su calidad de vida y
muchas veces en la persona cuidada.

1.2. La dependencia en el adulto mayor


1.2.1. Dependencia. Conceptos generales.

La dependencia es la pérdida de autonomía física, psíquica, sensorial, o mixta, que puede


afectar a cualquier persona, sin importar edad, sexo o condición social o académica,
precisando de ayuda, para solventar necesidades básicas de la vida diaria y mantener
interacción con el medio. La pérdida de autonomía, puede ser total al necesitar ayuda básica
e instrumental o puede ser parcial necesitando apoyo y acompañamiento al desarrollar
actividades de la vida diaria. Las dos clases de dependencia afectan aspectos tanto de la vida
del paciente como de su familia (Loredo, Gallegos, Xeque, Palomé y Juárez, 2016).

La Recomendación Nº R (98)9 del Comité de Ministros a los Estados miembros relativos a la


dependencia, proclamada por el Consejo de Europa; la define como:

La dependencia es un estado en el que se encuentran las personas que por razones


ligadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual tienen
necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes
de la vida diaria. (Estatuto Consejo de Europa, 1998, p.2)

La Ley 39/2006, del 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a


las personas en situación de dependencia, la define como:

17
El estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones
derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida
de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u
otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria
o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de
otros apoyos para su autonomía personal. (Agencia Estatal Boletín General del Estado
Español, 2006, p.44144)

La Organización Mundial de la Salud en el artículo La carga global de la enfermedad


y la Clasificación Internacional de funcionamiento, discapacidad y salud. Necesidades de
cuidado a largo plazo actuales y futuras, literal 1.3. Discapacidad, dependencia y cuidadores
define a la dependencia como: “Incapacidad para realizar algunas actividades clave, por
ejemplo, preparar comida o alimentación, mantener la higiene personal, y conciencia de
seguridad, requiere la ayuda humana que habitualmente un adulto sano no necesita”. (OMS,
1990, p.2)

En base a las definiciones expuestas, es posible inferir que la dependencia puede afectar a
cualquier persona, aunque con mayor énfasis, a enfermos crónicos o adultos mayores quienes
pueden padecer una o varias formas de dependencia ya sea física, mental o cognitiva,
emocional, social y económica, donde la falta de autonomía puede ser total o parcial,
dependiendo de la edad o el grado de la enfermedad que presente, lo cual influirá en el tipo
de cuidado que requiera, siendo por lo general de gran intensidad.

1.2.2. Factores de la dependencia.

La dependencia ha sido siempre vinculada a la vejez, pero no tiene una causa específica, es
de índole multifactorial influenciado por factores sociodemográficos, contextuales o sociales y
de salud tanto física como psicológica (Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2017).

En lo que respecta a factores físicos la presencia de enfermedades crónicas degenerativas


en el adulto mayor provocan fragilidad física y un deterioro en su fuerza y movilidad,
disminuyendo su capacidad funcional en actividades instrumentales y básicas de la vida
diaria, generando dependencia. Los factores psicológicos mermarán su autonomía al
presentar trastornos mentales como la depresión, Alzheimer y factores contextuales como
ambiente físico y social poco estimulante aumentan la dependencia en el enfermo (Cortes
Muñoz, Cardona Arango, Segura Cardona y Garzón Duque, 2016).

Estudios realizados indican que las mujeres son más vulnerables a la dependencia, debido a
su mayor longevidad en relación a los varones, a medida que se incrementa la edad aumenta
18
el deterioro de la capacidad funcional de la persona. La situación socio económico y educativo
también son factores que inciden en la dependencia, al repercutir en la calidad de vida y el
autocuidado, puesto que un mejor nivel de ingresos ayudará a que la persona tenga
accesibilidad a tratamientos médicos, rehabilitación oportuna y a una adecuada capacitación,
para desarrollar hábitos de vida saludable y prevenir situaciones de deficiencia funcional
(Cheix et al, 2015; Paredes, Yarce y Aguirre, 2018).

Analizando los factores mencionados, la dependencia no se relaciona exclusivamente con el


envejecimiento, puede afectar a personas de cualquier edad, su presencia es multicausal, en
donde las características personales y contextuales determinan el tipo de dependencia que
padezca la persona.

1.2.3. Envejecimiento y dependencia.

El envejecimiento de la población hace alusión al aumento del porcentaje de la comunidad


adulta mayor, a consecuencia de la reducción de las tasas de mortalidad como de natalidad,
la existencia de una mayor atención de salud a nivel nacional, el incremento de la innovación
médica, terapéutica y farmacológica, como también un mejor manejo de la higiene, mayor
socialización de la información para la prevención de enfermedades, también un considerable
incremento de nivel de escolaridad en la sociedad (Tamez, 2016).

Según datos emitidos por la OMS (2018) se afirma que “Entre 2015 y 2050, el
porcentaje de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará, pasando del 12%
al 22% y en el 2050, el 80% de adultos mayores vivirán en países de ingresos bajos y
medianos”. (p.1)

A continuación, en el Gráfico 1 se expresa las áreas de dependencia del adulto mayor según
Támez.

• Al formar parte de la población inactiva en el mercado


Dependencia Económica laboral

• Por pérdida de control de sus capacidades corporales


Dependencia Funcional

• Por pérdida de capacidad para mantener interacción


Dependencia Social con el entorno por si solo

• Por pérdida de capacidad para tomar decisiones y


Dependencia Mental solucionar problemas

Gráfico 1 Áreas de dependencia en el adulto mayor según Tamez.


Fuente: Tamez, B. (2016).
Elaborado por: Guznay, L. (2018).
19
Muchos estudios afirman que la dependencia es el mayor efecto desfavorable
relacionado con el envejecimiento y es dependiente de la edad: la discapacidad se
triplica cuando se pasa del tramo de edad de 65-79 al tramo de 80 y más años así, las
personas mayores con dificultades en la movilidad o con pérdida intelectual y sensorial
tienen mayor riesgo de convertirse en dependientes. Una característica propia de las
situaciones de dependencia, es que cursan durante dilatados períodos de tiempo, lo
que provoca que su atención haya venido a denominarse cuidados de larga duración.
(Delgado, 2018, párr. 16-17)

Finalmente se puede decir que el envejecimiento y la dependencia van de la mano; a mayor


edad mayor pérdida de autonomía que sumado a la presencia de problemas psicológicos,
sociales y físicos en el adulto mayor, aumentará su dependencia.

1.2.4. Perfil sociodemográfico de la persona con dependencia.

De acuerdo a datos demográficos entregados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos


(INEC) en relación al censo de población y vivienda del año 2010, se considera adulto mayor
a la persona partir de los 65 años en delante, siendo la esperanza de vida de 75 años
aproximadamente, aunque para el 2050 se prevee una esperanza de vida en los hombres de
77 años y en mujeres de 83 debido a la creciente “feminización del envejecimiento” (MIES,
2013b).

En Ecuador con respecto al género existe un 53% de mujeres y un 47% hombres adultos
mayores, de los cuales tomando en cuenta la discapacidad, lo cual lleva a la dependencia
existe un mayor índice de la población adulta femenina dependiente en un 19% mientras que
el sexo masculino presenta un 13% de dependencia debido a algún grado de discapacidad.
Aunque las mujeres entre 60 y 70 años de edad se encuentran cuidando a personas
dependientes de 75 a más años de edad (MIES, 2013c).

En lo que respecta al estado civil existe un mayor número de dependientes viudos, seguidos
de casados y en menor número separados, divorciados y solteros. La mayoría de personas
dependientes están en condiciones socioeconómicas bajas de pobreza y extrema pobreza,
seguidos de un nivel medio. Con respecto al nivel de instrucción prevalece la instrucción
básica o nula, siendo escasa la instrucción secundaria. En cuanto a la situación de
dependencia la mayoría es cuidada por su familia, presentando aparte de limitaciones propias
de la edad, enfermedades crónicas degenerativas (Cruz, 2015).

Tras la descripción expuesta por investigaciones realizadas, se puede establecer el perfil


sociodemográfico de la persona en calidad de dependencia como un individuo generalmente
20
de sexo femenino, de 75 años a más, cuyo estado civil es viuda o casada, presenta
condiciones socio económicas de pobreza o pobreza extrema, con un nivel de instrucción baja
o nula y padece algún tipo de enfermedad crónica o con limitaciones a consecuencia de la
edad.

1.3. Modelos socioculturales del estrés y afrontamiento

Es necesario antes de explicar los Modelos Teóricos que definen como la familia reacciona
ante la enfermedad crónica, dar una definición de estrés y afrontamiento, para comprender
mejor el proceso de estrés familiar al presentarse hechos significativos que provocan
modificación en su diario vivir, teniendo sus miembros que afrontarlo poniendo en práctica sus
estrategias o recursos.

Cano (2018a) miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés


(SEAS) define al estrés como: el proceso que inicia una persona ante el conjunto de
demandas ambientales que recibe, tanto en lo laboral o social frente a escasas habilidades
de afrontamiento que posee, es decir a mayores demandas y menor recursos, mayor estrés
lo cual implica la presencia de reacciones emocionales negativas como depresión, ira y
ansiedad.

El afrontamiento es definido por Cano (2018b) como cualquier actividad cognitiva o conductual
que la persona realice para hacer frente a la condición estresante, dirigido a cambiar la
situación o a reducir la emoción.

1.3.1. Modelo de factores ABCX.

Este modelo desarrollado por McCubbin y Patterson en 1983, analiza el estrés y afrontamiento
familiar, acoplado al cuidado informal e introduce variables como la acumulación de estresores
y tensiones familiares, para explicar las consecuencias del cuidado del enfermo dependiente.
Toma en cuenta la dinámica y cohesión familiar como mediador entre los estresores y sus
consecuencias, los cuales pueden alterar la capacidad de ajuste de la familia, surgiendo o no
la crisis familiar (González y Lorenzo, 2012; Alonso, Menéndez, y González, 2013).

A continuación, en la Tabla 2 se explica los factores que intervienen en la crisis familiar y sus
consecuencias.

21
Tabla 2: Factores que intervienen en la crisis familiar y sus consecuencias.
Factor Estresores Consecuencias

AA Acumulación de situaciones de estrés y su  Percepción de


impacto por presencia de: sobrecarga en el
cuidador y la familia
 Problema de salud del familiar  Presencia de tensiones
 Problemas relacionados con los asociadas al rol
cuidados que la familia debe
enfrentar
BB  Evaluación de recursos existentes  Percepción positiva de
 Evaluación de recursos que sus recursos de
pueden implementar afrontamiento
 Evaluación de la situación socio  Percepción negativa de
económica familiar sus recursos de
 Evaluación de la interacción afrontamiento
familiar
CC  Apreciación de la gravedad del  Negación o
suceso estresante  Comprensión del
 Análisis de cambios que implica la problema
situación estresante
XX  Surge de la interacción de los  Adaptación o
factores anteriores  Inadaptación familiar
 Presencia o no de crisis
familiar
Fuente: Alonso, A, Menéndez, M., y González, L. (2013).
Elaborado por: Guznay, L. (2018).

El modelo doble ABCX toma en cuenta, por lo tanto, variables pre crisis y variables post crisis,
para comprender las tensiones y situaciones estresantes adicionales previas y posteriores a
la crisis, así también da importancia en el proceso de afrontamiento a los factores BB y CC es
decir a los significados y recursos que se presente la familia, al ser fundamentales para
predecir un proceso exitoso o no para manejar los estresores (Cracco y Blanco Larrieux,
2015).

Como análisis de éste modelo se puede decir que la crisis familiar no es a consecuencia
exclusiva de la presencia de la enfermedad del familiar dependiente, sino es una interacción
de varios factores, de su evaluación y la existencia de recursos de afrontamiento para
mantener el equilibrio familiar.

1.3.2. Modelo del proceso de estrés.

Pearlin y sus colaborados desarrollan este modelo en 1990 para profundizar un análisis de la
carga en el cuidado y sus consecuencias en la salud de la persona cuidadora, considerando
que cualquier cambio que suceda con un miembro de un contexto familiar y social alterará al
resto del entorno, debido a su interacción, explicando que en el estrés familiar interviene

22
cuatro elementos: variables contextuales del cuidado, estresores, variables mediadoras del
estrés, y resultado del estrés (Portal, 2009).

A continuación, en el Gráfico 2 se expresa los elementos del proceso de estrés, según el


modelo desarrollado por Pearlin en 1990.

Variables Estresores Variables Resultado del estrés


contextuales del mediadoras del
cuidado estrés
Consecuencias
Estresores fisicas, trastornos
primarios psicosomáticos
objetivos son las Afrontamiento
Caracteristicas tareas y focalizado
personales y demandas del para
solucionar Consecuencias
sociales del cuidado psiquicas,
cuidador que problema
trastornos de
influirán en la Estresores ánimo y conducta
adaptación al Afrontamiento
primarios focalizado
rol, estrés y subjetivos son
bienestar para tratar la Consecuencias
las percepciones emoción sociales:
emocionales deficiente
negativas interacción con su
Apoyo social
formal e entorno
Estresores informal
secundarios son
las tensiones en Abandono de su
el desarrollo del rol de cuidador
cuidado

Gráfico 2 Elementos del proceso de estrés


Fuente: Carretero, S. et al (2015)
Elaborado por: Guznay, L. (2018).

Painepán y Kühne (2012) afirman:


Este modelo del proceso de estrés aplicado al cuidado, engloba de manera
esquemática las relaciones entre los antecedentes del contexto del cuidador
(características socioeconómicas, historia y relaciones del cuidador), los estresores
primarios (deterioro cognitivo, funcional y conductual del paciente), así como la
sobrecarga y deprivación relacional del cuidador frente al paciente, los estresores
secundarios (tensión psicológica y por ejercicio del rol), los mediadores (el
afrontamiento y apoyo social) y finalmente el impacto del estrés sobre la salud del
cuidador. (párr. 8)

Desde este paradigma, se explica el impacto negativo que puede sufrir el cuidador en su
bienestar integral, si no se toma en cuenta las variables propias del cuidado, los estresores
que surgen en el proceso de cuidar y la existencia o no de las variables mediadoras para
predecir el proceso de estrés, sugiriendo considerar el cuidado de una persona dependiente
como un proceso dinámico.
23
1.3.3. Modelo teórico expandido al cuidado.

El modelo teórico expandido al cuidado fue desarrollado por Zarit en 1989-1990, quien explica
como el cuidador hace un análisis general de la situación del cuidado, tomando en cuenta las
valoraciones subjetivas con respecto a las demandas surgidas que incluyen sentimientos de
sobrecarga, como también valoraciones de los recursos con los que cuenta para el desarrollo
del cuidado, siendo esta evaluación general, un predictor de la presencia o ausencia de
estabilidad en el cuidador (Álvarez, 2012).

El autor explica que, si la valoración subjetiva hecha por el cuidador determina que sus
recursos superan a las demandas, éste continuará con su rol sin tensión, presentando
estabilidad física y emocional, pero si la evaluación define que las demandas exceden a sus
recursos, el cuidador puede entrar en crisis, sufriendo altos costes, incluso abandonar el
cuidado. La carga se presenta de manera particular de acuerdo a la situación de cuidado, por
lo que la respuesta a ella definirá las diferencias individuales en los cuidadores (Carretero et
al, 2015).

Este marco teórico considera que la carga del estrés es multidimensional, donde todos los
miembros familiares tienen una relación con el resultado final de la carga, al tomar en cuenta
los factores del cuidador, factores del paciente y factores contextuales del cuidado, esto hace
que existan diferencias en la percepción de carga entre diferentes cuidadores, aunque
presenten una similar situación, determinado que algunos pueden sobre llevar mejor el rol y
las demandas del cuidado y otros sientan con mayor intensidad la sobrecarga (Urrea, 2017).

En síntesis, este modelo enfatiza la presencia de los sentimientos y pensamientos que se


presenten a partir de la evaluación que haga el cuidador, porque influirán en el surgimiento de
una crisis, o en la estabilidad del cuidador.

1.3.4. Modelo de estrés adaptado al cuidado por Haley (1987).

Este modelo fue propuesto por Haley en 1987, para explicar el estrés durante el cuidado como
un proceso donde intervienen características sociodemográficas del cuidador y contextuales
del cuidado, los eventos estresores y las estrategias o recursos de afrontamiento que dispone
el cuidador. El modelo resalta la importancia de la apreciación y análisis que haga el cuidador
con respecto al evento estresor, al ser factores que determinarán la presencia o ausencia de
consecuencias negativas, siendo asimilado por el cuidador como algo que puede poner en
peligro su bienestar (Alonso et al, 2013).

24
Por lo tanto, el autor da importancia a una valoración de manera independiente de las
variables anteriormente mencionadas, así como el tomar en cuenta estresores como el grado
de deterioro y dependencia de la persona cuidada, como también sus problemas de conducta,
ya que constituyen factores importantes que promueven las consecuencias negativas en la
salud del cuidador y de la familia (Gallardo Vargas, Barón Hernández, y Cruz Menor, 2012).

El modelo refiere que el afrontamiento constituye un factor importante porque llevan al


cuidador a pensar y actuar de forma más o menos estable ante las situaciones estresantes.
Considera que el afrontamiento centrado en el problema es más efectivo al buscar la
resolución de la situación estresante, en contraste con el afrontamiento centrado en la
emoción, el cual provoca un mayor malestar psicológico en el cuidador al dar atención al
malestar emocional que provoca el cuidado (Jiménez, Moreno y Arreola, 2016). En
consecuencia, este modelo explica que el éxito o fracaso del cuidado, será determinado por
el tipo de apreciación y análisis que haga el cuidador de la situación estresante

1.3.5. Modelo transaccional adaptado al cuidado de Lazarus y Folkman.

Este modelo propuesto por Lazarus y Folkman en 1984, quienes toman en cuenta la
valoración cognitiva y el afrontamiento que presenta la persona para dar respuesta al estrés
en el proceso de cuidar, considerando que el estrés psicológico es el resultado de la relación
entre el sujeto y el contexto, percibido como amenazante, o que supera a sus recursos y pone
en peligro su bienestar (Carretero et al, 2015). El modelo transaccional adaptado al cuidado
propone tres tipos de valoración cognitiva: una evaluación primaria, una evaluación
secundaria y por último una reevaluación.

A continuación, en el Gráfico 3 se expresan las valoraciones cognitivas que realiza el cuidador


como respuesta al estrés.

Evaluación Primaria Evaluación secundaria Reevalución


Surge ante demanda interna y Es el análisis de Proceso donde
externa, es la fase donde se decide si recursos personales, cuidador analiza
hay problema sociales y evaluación primaria en
económicos propios base a resultados de la
Es el análisis de la relación entre evaluación secundaria
enfermedad, cuidado y su bienestar
Determinará la forma
Da lugar a cuatro tipos de percepción como el cuidador se Permitirá al cuidador
de la situción sienta asustado, realizar correcciones
Amenaza, daño o pérdida, desafío o desafiado optimista en situaciones previas.
beneficio.
Gráfico 3 Tipos de evaluación cognitiva según el modelo de Lazarus y Folkman
Fuente: Gálvez, M., Saucedo, M., Calderón, A., Pacheco, I., Carmona, F., y García, A. (2014).
Elaborado por: Guznay, L. (2018).
25
Los autores proponen como segundo elemento del modelo la presencia de las estrategias de
afrontamiento como respuesta al estrés, las cuales pueden ser externas expresadas en
acciones por parte del cuidador o internas expresadas en pensamientos y a la vez pueden ser
positivas o negativas (Gálvez et al, 2014).

El afrontamiento adoptado por el cuidador puede ser en dos direcciones: desarrollando


estrategias centradas en el problema dirigidas a manejar la situación estresante, poniendo en
práctica la confrontación, planificación de la solución del problema o, desarrollando
estrategias centradas en la emoción dirigidas a manejar la emoción causada por el problema
estresante, al poner en práctica el autocontrol, aceptación, búsqueda de apoyo social, o
también el escape-evitación (Carretero et al, 2015).

Desde esta perspectiva, el estrés surge de una interacción entre el cuidador y el contexto del
cuidado. Este modelo da relevancia a los factores psicológicos o cognitivos en el cuidador, los
mismos que intervienen entre los estresores y las respuestas al estrés.

1.3.6. Efectos del cuidado desde los modelos socioculturales del estrés.

En base a los modelos anteriormente expuestos se puede determinar que el cuidado exige
afrontar situaciones estresantes, objetivas y subjetivas que pueden desencadenar un efecto
negativo en la vida del cuidador en el aspecto emocional, físico, socio familiar y económico a
consecuencia de afrontar una gran cantidad de tareas, que desbordan muchas veces las
posibilidades reales del cuidador, surgiendo la percepción de sobrecarga y la presencia del
estrés afectando su salud y estabilidad emocional (Flores et al, 2012).

El cuidado altera el desarrollo normal de las actividades diarias de la persona cuidadora,


surgiendo un sentimiento de afectación en varios ámbitos de su vida, el cual la mayoría de las
veces lo vive en silencio, sin embargo, investigaciones realizadas en torno al tema han
determinado que es innegable que existe en mayor medida la afectación de su salud
psicológica sobre todo si siente que el proceso de cuidado se alarga y no tiene un sentido
positivo en su vida (Gálvez et al, 2014).

Pero el cuidado no afecta de la misma manera a todas las personas, al existir cuidadores que
han tenido repercusiones positivas, como el incremento de su autoestima al sentir satisfacción
personal por ayudar al familiar. Esto se explica porque se ha puesto en práctica estrategias
de afrontamiento positivas y activas como indica los modelos socioculturales del estrés
(Cuéllar, 2013).

26
Como conclusión se puede acotar que, en el cuidado, se presenta situaciones estresantes
poniendo al cuidador en un estado de alta vulnerabilidad, donde el estrés al no ser manejado
adecuadamente, puede dar lugar a consecuencias negativas en la calidad de vida de la
cuidadora.

1.3.6.1. Variables contextuales del cuidado.

Las variables contextuales son aquellas características particulares del cuidador y de la


persona dependiente, que existen previamente a la situación de cuidado y son las variables
sociodemográficas, las relaciones previas entre el cuidador y el enfermo dependiente, como
también la percepción que tenga respecto a su salud y de la persona a la cual asiste. Estas
variables establecerán el entorno en el cual se desarrollará el cuidado e influirán en el proceso
de asistencia, al determinar una adecuada o inadecuada adaptación al rol, al proceso de
estrés e influirá en el bienestar físico y emocional del cuidador (Cuéllar, 2013).

1.3.6.1.1. Variables sociodemográficas.

Las variables sociodemográficas tanto de la persona que brinda cuidado como de la persona
que lo recibe tienen implicación con el nivel de estrés que se presente en el cuidado. La edad
de la persona dependiente influye en el proceso de cuidado, en relación que a mayor edad
menor autonomía y por lo tanto mayor cuidado y si la cuidadora es de menor edad presentará
mayor sobrecarga emocional por las exigencias del cuidado, en cambio si la cuidadora es de
mayor edad existe mayor deterioro en su salud física, por el esfuerzo del cuidado (Carretero
et al, 2015).

Gauler, Leitsch, Zarit y Pearlin (2000) citados por Carretero, Garcés y Ródenas (2015,
p.73), mencionan que las “variables sociodemográficas como la edad joven y el sexo
masculino de la persona cuidada, podrían estar relacionadas con una mayor carga del
cuidador”.

El vínculo que una al cuidador y persona en calidad de dependencia que cuide tienen
influencia en el cuidado al matizar sentimientos y obligaciones. La persona cuidada presenta
una situación laboral inactiva por lo que demanda gastos y necesidades a ser cubiertas y si el
cuidador no tiene un trabajo remunerado que solvente las necesidades, aumentará el estrés
en el desarrollo del cuidado (Cuéllar, 2013).

Existe una interacción entre variables demográficas del cuidador y de la persona cuidada
siendo estas, predictores del estrés en el proceso del cuidado.

27
1.3.6.1.2. Relaciones previas entre cuidador-paciente.

Tomando en cuenta el vínculo familiar, existen diferentes sentimientos que une al cuidador y
persona dependiente el cual puede ser en base al compromiso, afecto u obligación,
dependiendo esto muchas veces si la persona cuidada es el conyugue, el hijo, un pariente o
amigo, pero sobretodo el desarrollo del cuidado estará influenciado por las relaciones previas
al mismo, determinándose que si existían relaciones satisfactorias antes de la presencia de la
enfermedad, el cuidado que brinde el familiar será más eficiente, al tener mayores motivos y
predisposición para asumir el rol y las demandas del cuidado (Pérez, 2008).

La experiencia del cuidado, por lo tanto, está influenciada por el tipo de relación entre cuidador
y persona cuidada antes de presentarse la dependencia, cuando se mantuvo una relación
más estrecha basada en el afecto y respeto, el cuidador se mantiene cercano durante el
proceso de cuidado, cubre las necesidades físicas y sobretodo emocionales del familiar, para
aumentar su bienestar y calidad de vida, en base a una motivación altruista. Por otra parte,
cuando el cuidador mantuvo una relación previa menos cercana y de menor familiaridad con
la persona cuidada, se muestra menos motivada y su ayuda se basa en el sentido de la
obligación familiar y evitación de censura social (Miguel González, 2017).

Estudios realizados explican que si el cuidador es la esposa o el esposo tienen mayor grado
de involucramiento que los hijos, pero también presenta mayores índices de sobrecarga. Otra
relación previa es en cuanto a forma de convivencia, al compartir el mismo hogar la percepción
de sobrecarga será más alta, al tener una convivencia continua. La calidad de la relación
también influye en la presencia de sobrecarga, puesto que, si la relación es problemática con
la persona dependiente, el cuidador sentirá su rol como una obligación y estresante, en
consecuencia, existirá afectación a nivel emocional (Carretero et al, 2015).

En conclusión, se puede inferir que las relaciones filiales o familiares previas, que hayan sido
satisfactorias, serán un factor definitorio en el cuidado y su desarrollo, al existir un apego
positivo entre cuidador y persona cuidada, ayudando para que haya un adecuado cuidado
como acto de reciprocidad.

1.3.6.1.3. Percepción de salud del cuidador.

La salud del cuidador corre el riesgo de sufrir mayor afectación que la persona que no es
cuidadora, al vivir situaciones demandantes propias del cuidado de una persona dependiente.
Dando un mayor esfuerzo físico y emocional, en un tiempo indeterminado, es decir a medida
que aumenta la carga aumenta el riesgo de sufrir consecuencias negativas en su salud, en
virtud de una relación de dosis- respuesta (Peña, Álvarez, y Melero, 2016).
28
Las mujeres cuidadoras, demuestran mayor implicación emocional y compromiso en su rol, lo
cual explicaría el impacto negativo en su salud física y emocional en comparación con los
varones. Su edad avanzada contribuye a una percepción de salud negativa, al estar propensa
a sufrir mayor afectación física por presencia de enfermedades. Su nivel educativo bajo
provoca escasa o nula educación en procesos preventivos para su salud durante el cuidado,
como también las relaciones conflictivas con la persona cuidada o la familia generarán un
malestar emocional en el cuidador (Larrañaga, Bacigalupe, Begiristáin, Valderrama y Arregi,
2008).

El análisis de la dimensión del estado de salud del cuidador es un factor al que se le


presta poca atención, por el mismo, por la familia y por instituciones formales. Sin
embargo, se ha detectado en el cuidador familiar la aparición de patologías de carácter
crónico degenerativas como hipertensión, obesidad, cefalea entre otras, pudiendo
establecer con esto que la probabilidad de generar a futuro más adultos mayores
enfermos dependientes con necesidades de un cuidador. (Flores, Fuentes, González,
Meza, Cervantes, y Valle, 2017, p. 9)

La persona cuidadora evidentemente sufre afectación en su salud física y emocional, a


consecuencia de factores propios del entorno y del cuidado, siendo por lo general
desapercibido por su círculo más cercano.

1.3.6.2. Estresores del cuidado.

Los estresores del cuidado son las consecuencias directas del proceso de cuidar, son todas
las cargas, exigencias y vivencias que experimenta el cuidador, directamente asociadas con
la situación de dependencia, problemas conductuales y emocionales del receptor de cuidados,
como también asociado a las actividades diarias de asistencia del cuidador. Los estresores
afectan la estabilidad física y emocional del cuidador, repercutiendo en la adaptación a su rol,
en su bienestar y de la persona en calidad de dependencia (Cuéllar, 2013).

Aneshensel, Pearlin, Mullan, Zarit y Whitlatch (1995), Graugler, Zarit y Pearlin (1999) citados
por Carretero, Garcés y Ródenas (2015, p.73) mencionan que, aunque exista una variabilidad
considerable en las reacciones emocionales y psicológicas y en la adaptación a las demandas
del cuidado, los hallazgos en la investigación han enfatizado que los estresores primarios
objetivos y subjetivos, se asocian con consecuencias negativas de la salud mental como la ira
y la depresión en los cuidadores.

29
En resumen, se puede decir que los estresores son situaciones problemáticas que surgen en
el desarrollo del cuidado, las cuales provocan reacciones positivas o negativas de acuerdo a
características individuales influyendo en el proceso de adaptación al rol.

1.3.6.2.1. Estresores objetivos del cuidado.

Se considera como estresores objetivos del cuidado, a los eventos y actividades específicas
derivadas de la dependencia del enfermo, es decir deficiencias físicas, conductuales,
cognitivas, el grado de dependencia o severidad e la enfermedad y la duración del cuidado,
como también de la relación cuidador- persona cuidada y por otra parte las tareas, demandas
o responsabilidades, que el cuidador debe realizar diariamente. Estos estresores en el
desarrollo de la carga del cuidador provocarán consecuencias negativas en su salud física y
emocional (Cuéllar, 2013).

Un estresor objetivo es el deterioro del enfermo y Pearlin (1990-1994) en relación a esto


menciona que, la pérdida de capacidades físicas, presencia de trastornos cognitivos como la
demencia y el Alzheimer especialmente, cambios y problemas comportamentales y
emocionales como resistencia a la ayuda, agresión física, depresión, ocasionan un cambio
absoluto de la persona enferma, surgiendo una dependencia total, que requiere asistencia a
tiempo completo e indefinido, que cubra sus necesidades básicas de la vida diaria,
necesidades de carácter funcional e instrumental y cuide de su bienestar (Losada, Montorio,
Fernández de Trocóniz, y Márquez, 2006).

La intensidad del cuidado es otro estresor, los cuidadores experimentan generalmente grados
de sobrecarga elevados y alto nivel de estrés, al dedicar mayor tiempo al cuidado y a cubrir
demandas de la vida diaria especialmente si ocurren en la noche como la incontinencia, el
grado de dependencia del enfermo también elevará nivel de estrés sobre todo si el enfermos
presenta un estado terminal, presentando el cuidador malestar emocional, fatiga, pérdida de
control, depresión, descuidando sus propias demandas en lo físico y socioemocional
(Carretero et al, 2015).

En inferencia a lo expuesto, los estresores objetivos como la salud y conducta del enfermo,
su grado de dependencia, intensidad de demandas del cuidado, están asociados a la carga
que provocará consecuencias en la salud del cuidador.

1.3.6.2.2. Estresores subjetivos del cuidado.

Los estresores primarios objetivos del cuidado ocasionarían un impacto subjetivo inmediato
en el cuidador, al hacer éste una evaluación y valoración de la situación y demandas del
30
cuidado, provocando surjan percepciones y reacciones emocionales negativas ante la
experiencia de cuidar, presentando sentimientos de sobrecarga de rol, sintiéndose exhausto,
emocionalmente preocupado, cansado y tenso, percibiéndose cautivo en su rol, al percibir
disminución de tiempo para actividades personales y sociales (Carretero et al, 2015).

Ocampo, Herrera, Torres, Rodríguez, Loboa y García (2007) citados por Cerquera, Pabón,
Granados y Galvis (2016, p. 242), mencionan que:

En cuanto a la carga subjetiva, se pueden desprender variables que afectan el


bienestar del cuidador, entre ellas reducción de las horas de sueño y descanso, que
genera agotamiento, cansancio y fatiga; a partir de esta carga, aparece el estrés, los
sentimientos negativos y las dificultades en el cuidado.

El cuidador, por lo tanto, al asistir al enfermo dependiente y vivir situaciones estresantes en


forma continua y generalmente sin apoyo, es más vulnerable a presentar malestar psicológico
surgiendo ansiedad, preocupación, sobre todo al analizar las características de la
dependencia de la persona cuidada, la gravedad de la enfermedad, la presencia de trastornos
mental grave, problemas conductuales en la persona dependiente y de la carga del cuidado,
situaciones que sobrepasan a sus recursos. En consecuencia, los estresores subjetivos
reflejarían las diferencias individuales del cuidado y serían un predictor de resultados
negativos, así como del mantenimiento o abandono de su responsabilidad (Cuéllar, 2013).

En conclusión, a diferencia de los estresores objetivos se puede determinar, que los


estresores subjetivos tienen un impacto mayor en la calidad de vida del cuidador,
repercutiendo en su salud, no solo emocional sino física.

1.3.6.3. Estresores secundarios.

La complejidad del cuidado de larga duración con la presencia de estresores primarios


objetivos y subjetivos dan lugar a percepciones en el cuidador sobre las consecuencias del
cuidado en otros roles y actividades externas de su vida, dentro y fuera del hogar, surgiendo
tensiones y apreciaciones de perjuicio en el ámbito laboral, económico, en el tiempo de ocio,
afectación en sus relaciones sociales, familiares y situación económica, estas consecuencias
pueden generar cambios en las cualidades personales del cuidador como pérdida de la
autoestima y maestría es decir, presencia de un sentimiento de falta de control sobre la
situación (Cuéllar, 2013).

Por lo cual, los estresores secundarios se clasifican en estresores de rol e intrasíquicos, los
primeros se refieren a las consecuencias negativas en la vida familiar, social o laboral del

31
cuidador al atender a una persona dependiente, los segundos son fundamentalmente la
pérdida de autoestima, la falta de control y autoeficacia sobre la situación de cuidado. El
cuidador al estar expuesto durante un largo periodo de tiempo a estos estresores puede llevar
a la aparición de síntomas depresivos, ansiedad y falta de control de la ira, además de una
serie de trastornos a nivel físico y psicológico que afectan directamente su calidad de vida
(Ruiz y Moya, 2013).

Loor Proaño (2015) refiere que los estresores secundarios pueden ser considerados resultado
de la proliferación del estrés que supone ser cuidador, presentando cautividad en la tarea es
decir una entrega excesiva a las demandas de la situación, dejando de lado sus propias
necesidades, surgiendo una percepción de pérdida de identidad personal en el cuidador al
descuidar su imagen física por falta de tiempo, dando lugar a un sentimiento de falta de
competencia al sentir poca capacidad y aptitudes, para desempeñar su rol.

El cuidado, por lo tanto, genera también afectaciones en otras áreas de la vida del cuidador
como: la familiar, lo social y laboral, pero también se presentan consecuencias cómo pérdida
de autoestima, autoeficacia, falta de control.

1.3.6.3.1. Repercusiones en el área laboral y sociodemográfica.

Cuidar a un enfermo en calidad de dependencia implica la posibilidad de perder un trabajo


remunerado o la imposibilidad de acceder a uno, el número de cuidadores sin vínculo laboral
supera a los que tienen trabajo formal adicional al cuidado. Lo cual supone problemas
económicos debido al incremento de gastos por la enfermedad y la disminución de ingresos,
como también surge la falta de beneficios sociales como obtener un seguro social y pensión
por jubilación. Por otra parte, cumplir también con un trabajo remunerado es una situación
difícil que conlleva un alto nivel de sobrecarga para el cuidador, lo cual muchas veces termina
en el abandono del trabajo remunerado o del proceso de cuidar y asistir al enfermo (Velásquez
y Espín, 2014).

En cuanto investigaciones internacionales IMSERSO (2005) citado por Tena Rufo


(2016, p.18) menciona que:

Los problemas profesionales y económicos son frecuentes ya que afectan al 62% de


los cuidadores. Entre los cuidadores informales que no trabajan predominan los
jubilados (20%) y los que se dedican a las tareas del hogar (44%). Entre quienes tienen
un trabajo remunerado (7%), reconoce que su vida profesional se ha resentido. A
medida que va avanzando la dependencia del mayor se ven obligados a reducir su

32
jornada laboral o, en algunos casos por iniciativa o por obligación, han dejado de
trabajar.

El cuidar supone un alto coste para el cuidador, al surgir restricción en sus relaciones sociales
y familiares, al dedicar tiempo completo al cuidado, lo cual se ha relacionado con mayor
probabilidad de perder apoyo social y familiar surgiendo problemas familiares. Otra
consecuencia del cuidado es la limitación en el progreso o desarrollo de una carrera
profesional, especialmente en mujeres cuidadoras jóvenes por lo que corren el riesgo de vivir
en situación de pobreza y exclusión social (Carretero et al, 2015).

El cuidado conlleva una carga que afecta, tanto al desarrollo laboral remunerado del cuidador,
como a la cantidad y calidad de sus relaciones familiares, sociales y personales.

1.3.6.3.2. Repercusiones en el tiempo de ocio y descanso.

La duración de la jornada laboral de la cuidadora no está definida, es a tiempo completo ya


que las demandas del cuidado pueden surgir de manera imprevista y continua, ocasionando
en la persona que lo brinda la percepción de cierta afectación en cuanto al tiempo disponible
para el cuidado de su salud, actividades personales, tiempo de ocio y descanso, estas
apreciaciones son en base a la reducción de visitas a amigos o familiares, también no disponer
de un periodo de vacaciones como sucede en el trabajo formal, ni contar con una persona
que lo reemplace temporalmente en el cuidado, aumentando la percepción de sobrecarga en
su rol, por lo que se ve afectada tanto en su salud física como emocional (Velásquez y Espín,
2014).

Frecuentemente el cuidador puede desarrollar una “dependencia bidireccional” es decir vivir


exclusivamente para la persona que cuida, y es posible que no dedique tiempo a sí mismo al
presentar sentimientos de culpa al pensar que abandona su responsabilidad (Ríos y Galán,
2012; Loor Proaño, 2015).

Sin duda alguna, el tiempo completo que se dedica a brindar el cuidado, conlleva que el
cuidador no disponga de cantidad, ni calidad de tiempo adecuado para cuidar de sí mismo,
afectando su bienestar y estabilidad sobretodo emocional.

1.3.6.3.3. Efectos en la calidad de vida (CDV) del cuidador.

La Organización Mundial de la Salud definió la calidad de vida en función de la manera


en que:

33
El individuo percibe el lugar que ocupa en el entorno cultural y en el sistema de valores
en que vive, así como en relación con sus objetivos, expectativas, criterios y
preocupaciones. Todo ello matizado, por supuesto, por su salud física, psicológica, su
grado de independencia, sus relaciones sociales, los factores ambientales y sus
creencias personales. (OMS, 1996, p.385)

En la calidad de vida del cuidador intervienen variables físicas, psicológicas y sociales, que
son alteradas por el trabajo demandante que realiza, sufriendo consecuencias en su salud,
alimentación, desarrollo personal, trabajo, ocio, bienestar general, lo cual se refleja en
alteraciones orgánicas y psicológicas, problemas familiares y sociales (Achury, Castaño,
Gómez, y Guevara, 2011).

En lo que se refiere al nivel de independencia la naturaleza del cuidado impide o limita al


cuidador en autonomía en cuanto a tiempo para realizar sus actividades personales, dejando
de lado su cuidado, surgiendo el aislamiento social, por lo tanto sus relaciones sociales y
familiares se ven afectadas viviendo en un entorno poco adecuado donde existe la falta de
apoyo social y familiar, problemas económicos, falta de actividades recreativas, aumentando
sus preocupaciones, malestar y creencias personales respecto a su bienestar (Expósito,
2008).

En conclusión, la inestabilidad en lo social, económico, laboral, psicológico y en su salud


general, trae como consecuencia la disminución en la calidad de vida del cuidador.

1.3.6.4. Variables mediadoras del impacto del cuidado.

El impacto de los estresores primarios y secundarios del cuidado es regulado por las variables
mediadoras que son moduladoras del estrés y permiten a los cuidadores limitar o disminuir
los efectos negativos como la carga y el malestar emocional generados al cuidar una persona
dependiente.

Pearlin y colaboradores (1990) citados por Cuéllar (2013, p.60), menciona que “son
variables mediadoras el afrontamiento, el apoyo social, cuyo uso determinará las diferencias
individuales en los cuidadores, los cuales van a sentirse afectados de diferente manera ante
situaciones estresantes aparentemente parecidas”.

1.3.6.4.1. Apoyo social.

El apoyo social es un proceso interactivo donde el cuidador recibe ayuda instrumental (apoyo
en tareas y servicios), ayuda emocional (amor, comprensión, confianza, empatía) como
34
también ayuda económica de su entorno más cercano como es la familia, amigos, conocidos
que constituyen una fuente de apoyo básica. Lo cual favorecerá en mantener la adecuación
al rol, el bienestar del cuidador durante el proceso de cuidado, además el equilibrio en las
relaciones sociales y familiares (Cuellar, 2013).

El apoyo social por consiguiente se considera un recurso que brinda equilibrio y ajuste al
cuidador ante las dificultades del cuidado, al disminuir o atenuar las situaciones estresantes
ayudando a la salud física y mental del cuidador (Domínguez, Ocejo y Rivera, 2013).

El cuidador presentará malestar emocional, cuando perciba un menor apoyo social, porque
pueden existir relaciones sociales y familiares, pero si hay ausencia de apoyo emocional
efectivo, probablemente el cuidador comprenda la situación de cuidado como difícil,
experimentando un nivel mayor de sobrecarga subjetiva (Carretero et al, 2015).

El apoyo social en el cuidado informal también se relaciona con el uso de servicios


gubernamentales. En Ecuador como parte de la atención a personas con doble vulnerabilidad
y a la familia se brinda apoyo periódico en el hogar, a través de reuniones grupales con el
cuidador, la familia y la comunidad próxima al enfermo, realizando intervenciones psico
educativas para incrementar habilidades del cuidado, control de estrés y fomentar el bienestar
de la persona en calidad de dependencia, su cuidador y la familia. Este tipo de apoyo formal
es dirigido a personas de un nivel de pobreza límite y extrema, durante un período de tiempo,
por consiguiente, sigue siendo un apoyo limitante (MIES, 2013).

Analizando lo expuesto, se puede referir que el apoyo familiar y de organismos estatales al


proceso de cuidado informal existe, pero es escaso. Esta limitante influye en la apreciación
que tiene el cuidador en el proceso de cuidado; es decir, no permite incrementar su confianza
para poner en práctica habilidades de afrontamiento al problema. No obstante, se necesita un
mayor compromiso familiar con el cuidador principal y un mayor apoyo por parte de
organismos estatales.

1.3.6.4.2. Afrontamiento.

El cuidado y la convivencia diaria con una persona en estado de dependencia requieren del
cuidador y la familia una continua y adecuada respuesta para afrontar las demandas
desbordantes y situaciones conflictivas del cuidado, poniendo en marcha recursos internos o
cognitivos y externos o conductuales para controlar y aplacar su impacto negativo en el
cuidado (Gonzáles y Lorenzo, 2012).

35
Siguiendo el modelo de Lanzarus y Folkman se ha identificado dos tipos de afrontamiento en
el cuidado. La persona que piensan que puede modificar las condiciones estresantes del
cuidado, pone en práctica el afrontamiento focalizado en el problema, lo cual está relacionado
con un menor nivel de malestar emocional en el cuidador al presentar una interpretación más
positiva del contexto, dando lugar a mejores resultados en la reducción del impacto de la
demanda, ya que pone en práctica pensamientos y comportamientos para encontrar nuevas
alternativas, redefiniendo la situación de cuidado y sus consecuencias (Carretero et al, 2015).

Por el contario la persona que práctica el afrontamiento focalizado en la emoción considera


que no se puede cambiar la situación y desarrolla pensamientos y conductas encaminadas a
disminuir el malestar emocional y manejar los síntomas provenientes del estrés, evitando el
problema, emociones y dificultades (Gonzáles y Lorenzo, 2012).

Entonces, el cuidador al contar con habilidades de afrontamiento lleva a cabo acciones activas
para eliminar el estresor o acciones evitativas para sobrellevar el problema. De ésta forma
regular las emociones surgidas por la situación estresante.

1.3.6.4.3. Personalidad.

Las distintas maneras de reaccionar por parte del cuidador ante la situación estresante del
cuidado, expone la existencia de las diferencias individuales, que determinan la presencia o
ausencia de consecuencias negativas físicas y emocionales en la vida del cuidador.

Sánchez-Elvira (2000) citada por Fernández (2009, p.138), menciona que “la
personalidad es la forma habitual de afrontar los acontecimientos a lo largo de la vida e influye
sobre la determinación del tipo de valoración y afrontamiento posterior que los individuos
suelen presentar ante situaciones potencialmente estresantes”.

Estudios realizados en el año 2011 por Löckenhoff y colaboradores sobre personalidad y salud
de cuidadores teniendo como referencia el Modelo “Big Five” de personalidad y el modelo de
Eysenck relacionan la baja estabilidad emocional o neuroticismo en el cuidador con malestar
emocional, sobrecarga subjetiva y práctica de estrategias de afrontamiento evitativas,
presentando problemas de salud física y emocional, vulnerables a padecer el Síndrome de
Burnout (Cuéllar, 2012).

También otras dimensiones relacionadas con la salud del cuidador es la extraversión y la


responsabilidad cuando puntúan alto existe autoestima, entusiasmo, reevaluación positiva,
menor percepción de sobrecarga en su rol, menor malestar emocional y físico al utilizar
estrategias más adaptativas en el cuidado (Fernández, 2009).

36
Por lo tanto, la personalidad será un agente causal o la variable mediadora entre el estrés y
salud en consecuencia, la forma como el cuidador enfrente a las demandas del entorno en
base a sus recursos cognitivos, conductuales y emocionales darán lugar a las diferencias
individuales que ayudarán a predecir el ajuste emocional del cuidador al proceso de cuidado
(Cuéllar, 2013).

En base a las ideas expuestas se puede decir, que la personalidad del cuidador tiene un papel
importante en la percepción del estrés durante el desarrollo del cuidado, ya que al
experimentar elevados rasgos de neuroticismo, o niveles bajos de extraversión y
responsabilidad, existirá percepción de sobrecarga y por lo tanto verá al cuidado como una
situación estresante. En aquel cuidador cuya personalidad, no presente un ajuste emocional
y psicológico al estrés del cuidado, será predictor de la presencia del Síndrome de Burnout.

37
CAPITULO II METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

38
2.1. Objetivos

2.1.1. Objetivo General.


Identificar la sobrecarga laboral en los cuidadores informales de adultos mayores en la zona
urbana y rural del cantón Rumiñahui, provincia de Pichincha, Ecuador durante el año 2019.

2.1.2. Objetivos Específicos.

 Establecer las características sociodemográficas de los cuidadores y de los adultos


mayores de la muestra investigada, en el cantón Rumiñahui perteneciente a la
provincia de Pichincha, Ecuador.
 Analizar la sobrecarga en los cuidadores informales de adultos mayores, como
muestra investigada en el cantón Rumiñahui.
 Investigar el nivel de competencia para el cuidado en la muestra de estudio en el
cantón Rumiñahui.
 Determinar el grado de dependencia/independencia de los adultos mayores de la
muestra estudiada, perteneciente al cantón Rumiñahui.
 Identificar la salud mental en los cuidadores informales, mediante la investigación
realizada en el cantón Rumiñahui.
 Distinguir los tipos de afrontamiento utilizados por los cuidadores informales de adultos
mayores, de la muestra estudiada perteneciente al cantón Rumiñahui.
 Conocer el tipo y nivel de apoyo social procedente de la red social más próxima a los
cuidadores informales de la muestra investigada.
 Establecer los rasgos de personalidad de los cuidadores informales de adultos
mayores de la muestra estudiada.
 Determinar las características de funcionamiento cognitivo, de la muestra investigada
de adultos mayores pertenecientes al cantón Rumiñahui, en la provincia de Pichincha.

2.2. Preguntas de investigación

 ¿Cuáles son las características sociodemográficas de los cuidadores y adultos


mayores de la muestra investigada, pertenecientes al cantón Rumiñahui, provincia
de Pichincha, Ecuador durante el año 2019?
 ¿Cuál es la percepción subjetiva de carga asociada al cuidado en los cuidadores
informales de adultos mayores de la muestra investigada, en el cantón Rumiñahui?
 ¿Cuáles son los niveles de competencias de los cuidadores evaluados en el cuidado
familiar que brindan?
39
 ¿Cuál es el grado de dependencia de los adultos mayores, en la muestra estudiada?
 ¿Cuáles son las características de salud general /mental de los cuidadores
informales de la muestra investigada en el cantón Rumiñahui, provincia de
Pichincha?
 ¿Cuáles son los tipos de afrontamiento que se discrimina en los cuidadores de la
muestra estudiada?
 ¿Existe apoyo social para los cuidadores informales y adultos mayores, en la
muestra investigada?
 ¿Cuáles son los rasgos de personalidad que presentan los cuidadores informales
evaluados?
 ¿Existe deterioro cognitivo en los adultos mayores de la muestra investigada en el
cantón Rumiñahui?

2.3. Contexto de la investigación

La presente investigación evaluó a cuidadores informales de adultos mayores y a personas


en calidad de dependencia en las zonas urbanas y rurales pertenecientes al cantón
Rumiñahui. Este cantón ecuatoriano se encuentra ubicado en la zona sur este de la provincia
de Pichincha, cuenta con un número aproximado de 85.852 habitantes, según el censo del
año 2010. El sector tiene tres parroquias urbanas Sangolquí, San Pedro de Taboada y San
Rafael y dos parroquias rurales Cotogchoa y Rumipamba.

Todas las cuidadoras viven con el adulto mayor dependiente, la mayoría en sus propios
hogares, brindando una atención no profesional y permanente en el hogar, generalmente
solas, dedicándose mayoritariamente al cuidado del hogar y cuidado familiar y solo dos de
ellas al trabajo formal y cuidado simultáneamente.

En el cantón Rumiñahui, en la zona urbana existe ayuda al adulto mayor y familiares por parte
de entidades públicas como el Misterio de Inclusión Económica y Social del Ecuador (MIES)
ofreciendo atención domiciliaria gratuita a adultos mayores en condición de extrema pobreza
o abandono, a través de un convenio con el Hogar del Adulto Mayor San Ignacio de Loyola,
al no contar con centros gerontológicos propios en el sector. De igual manera existe el servicio
que ofrece el Gobierno Descentralizado del cantón Rumiñahui, a través Misión Social
Rumiñahui con intervenciones psicoeducativas para el cuidado en el hogar, dirigidos a
familiares y adultos mayores con algún grado de dependencia, en calidad de pobreza, pobreza
extrema y vulnerabilidad.

40
Cabe recalcar que ninguna de las personas evaluadas recibe ayuda económica, ni técnica
que brindan las entidades públicas del sector por diferentes razones como: la falta de
conocimiento de los servicios de ayuda pública, por no cumplir con los requisitos socio
económicos para acceder al servicio, por razones de aspecto cultural al considerar el cuidado
como un deber moral de la familia o la mejor opción para precautelar el bienestar integral del
adulto mayor al permanecer en su hogar.

Pese a que la mayoría de las personas investigadas tienen un nivel socio-económico medio y
dos de ellas trabajan medio tiempo, tampoco acceden a servicios privados que existen en el
sector urbano del cantón, los cuales brindan atención integral, hospedaje permanente o
diurno, a cambio de una pensión mensual. Todo esto ha llevado a familiares a ejercer el rol
de cuidador informal brindando apoyo y cuidado a su familiar dentro del hogar

2.4. Diseño de investigación

El método empleado en el presente estudio fue exploratorio, en donde se examina un tema


poco estudiado antes o se ha abordado en otros contextos, analiza información desde otras
perspectivas con el fin de elaborar mejor la investigación (Hernández, 1994).

El diseño de la investigación presentó las siguientes características: cuantitativa, la


información analizada de los instrumentos aplicados fue numérica y la medición de variables
está sujeta a instrumentos confiables y precisos, no experimental ya que el estudio se realizó
sin manipular las variables, por lo tanto se observaron los fenómenos en su ambiente real o
natural, transaccional (transversal) pues se recolectaron datos en un tiempo único, con el
propósito de describir variables y analizar su incidencia en un momento dado, descriptivo
porque los temas que se seleccionaron sirvieron para recoger la información como
características, rasgos, tendencias de la muestra de estudio con la que se detalló la
investigación.

El tipo de investigación utilizada fue descriptiva-transversal, pues las variables


seleccionadas recogieron la información que sirvió para desarrollar el estudio, además la
información recolectada se la obtuvo en un momento determinado.

2.5. Participantes

El tipo de muestra investigada es de accesibilidad no probabilística es decir los sujetos como


muestra de estudio fueron seleccionados en función de la accesibilidad a la investigación y

41
por cumplir con requerimientos para la misma; por lo tanto, no es una selección aleatoria. La
investigación también empleó el muestreo por bola de nieve al considerar que los individuos
seleccionados tienen una red social, los cuales reclutan a nuevos participantes entre sus
conocidos, aumentando el tamaño de la muestra, obteniendo 20 cuidadores informales de
adultos mayores y 20 adultos mayores con dependencia en sus actividades diarias para el
estudio.

La investigación se adecuó a las normas éticas respetando el acuerdo de Helsinki, el estudio


no representó riesgo alguno para los participantes, y se garantizó absoluta confidencialidad
de los datos personales otorgados en el consentimiento informado.

Los criterios considerados para seleccionar la muestra fueron:


Criterios de inclusión:
• El cuidador primario es un familiar
• Firmar el consentimiento informado.
• Tener como mínimo 1 año de estar al cuidado del adulto mayor
Criterios de exclusión:
• No cumplir con las definiciones de cuidador y persona dependiente.
• No aceptar la participación dentro de este estudio.

2.6. Procedimiento

El desarrollo de esta investigación se realizó de la siguiente manera.


 El tema fue concebido desde una línea de investigación desde la Coordinación de
Psicología de la Universidad Técnica Particular de Loja
 Se obtuvo las directrices para proceder a iniciar la investigación.
 Se estudiaron los instrumentos: su manejo, como administrarlos, su resultado y
diagnóstico, para lograr una aplicación correcta de los mismos.
 Se realizó un acercamiento con amabilidad, afecto y respeto hacia la comunidad
urbana y rural del cantón Rumiñahui, con el objetivo de identificar a los cuidadores
informales de adultos mayores del sector.
 Se planificó una entrevista con el cuidador informal dando a conocer la propuesta
investigativa, los objetivos de la investigación, la confidencialidad de los datos
proporcionados, la ausencia de riesgos y gastos al participar voluntariamente de la
investigación, los instrumentos y el tiempo estimado para la evaluación, con la finalidad
que se permita recolectar los datos de la muestra.

42
 Al obtener una respuesta favorable del cuidador, se determinó fecha y hora para la
aplicación de la batería, se proporcionó recordatorios de la fecha de la entrevista
acordada.
 A quienes aceptaron participar se pidió firmar el consentimiento informado, se explicó
los parámetros de las baterías para que puedan ser desarrollas de la mejor manera y
se procedió a realizar la aplicación de los instrumentos, solventando dificultades e
interrogantes, verificando al final de la entrevista si fueron contestados los
instrumentos en su totalidad.
 Al culminar este proceso, se registró la información de cada cuestionario.
 Finalmente, se realizó el procesamiento de datos; a través del EXCEL, se trabajó con
datos descriptivos obteniendo los resultados.

2.7. Recursos

 Humanos: Directora de tesis, estudiante de la carrera de Psicología de la UTPL,


población investigada: 20 cuidadores informales y 20 adultos mayores en calidad de
dependencia.
 Materiales: Copias de la batería de instrumentos, útiles de escritorio.
 Tecnológicos: Computadora, programas de procesamiento de texto y datos (UTPL),
internet, copiadora, impresora.
 Medios informativos: Carta de presentación del proyecto y carta de consentimiento
informado.
 Económicos: Impresiones: 50 USD; útiles de escritorio: 15 USD; tintas de impresora:
40 USD; transporte: 30 USD; alimentación: 40 USD; internet: 50 USD; energía eléctrica
para recursos tecnológicos: 30 USD.

2.8. Instrumentos

Los instrumentos que fueron utilizados para recolectar la información en el presente trabajo
investigativo y que permitió cumplir con los objetivos trazados son:

Cuestionario Sociodemográfico Ad-hoc

Es un cuestionario diseñado para la ejecución de esta investigación, mismo que tuvo como
finalidad recolectar datos sociodemográficos tanto del cuidador como de la persona que cuida,
que será contestado en su totalidad por el (cuidador informal) pidiendo una opinión sincera

43
sobre todas las cuestiones planteadas. El cuestionario consta de una serie de ítems relativos
a sus características socioeconómicas y nivel educativo. Entre los datos tenemos: sexo, edad,
estado civil, etnia, número de hijos, parentesco y relación con la persona que cuida, entre
otros que serán de utilidad en este estudio para poder determinar un perfil sociodemográfico
del cuidador informal, como también la probabilidad que asuma el rol y las demandas del
cuidado.

Entrevista de carga para cuidadores (Zarit et al, 1980)

La Entrevista de Carga para Cuidadores es un instrumento de auto informe que evalúa la


percepción subjetiva de carga asociada al cuidado por parte del cuidador informal primario, a
partir de identificar sentimientos habituales que experimentan quienes cuidan a otra persona.,
teniendo en cuenta los siguientes aspectos: salud física y psicológica, área económica y
laboral, relaciones sociales y la relación con la persona receptora de cuidados.

La entrevista está compuesta de 22 ítems tipo Likert, con cinco alternativas de respuesta con
una calificación, que van desde nunca (0), rara vez (1), algunas veces (2), bastantes veces
(3), hasta casi siempre (4). Los cinco factores reflejan agotamiento y desesperanza,
consecuencias negativas personales y sociales laborales, preocupación por los receptores del
cuidado, responsabilidad y respuesta emocional al cuidado y se distribuyen en tres factores:
impacto del cuidado, relación interpersonal y expectativas de autoeficacia.

El instrumento tiene una consistencia interna que oscila entre 0,69 y 0,90 lo cual indica que el
grado de confiabilidad y validez es alta (excelente) al brindar resultados consistentes y
coherentes, como también la obtención de datos que representan la realidad que queremos
observar (Montero Pardo, Jurado Cárdenas, Valencia Cruz, Méndez Venegas, y Mora
Magaña, 2014).

Inventario CUIDAR (BRS)

El instrumento "CUIDAR" evalúa la competencia del cuidador informal que asiste/atiende a


otra persona con enfermedad crónica para el cuidado en el hogar, en su versión abreviada
consta de 20 ítems tipo Likert con 4 opciones respuesta que van desde casi nunca o nunca
(0), pocas veces (1), con frecuencia (2), hasta casi siempre o siempre (3), que incluyen seis
dimensiones a ser valoradas: el conocimiento, la unicidad o condiciones personales para el
cuidado, instrumental o procedimental, el disfrute o condiciones mínimas de bienestar,

44
anticipación o capacidad de prever e identificar situaciones de alarma y la relación e
interacción social o red de apoyo con que cuenta el paciente.

El instrumento ha demostrado validez de constructo y de contenido con índices entre 0.88 y


1.00, lo cual indica que la validez del instrumento es muy buena, en cuanto a la confiabilidad
determinada mediante una consistencia interna medida con el Alfa de Cronbach fue de 0,928.
Hallazgos que permiten afirmar que el instrumento en su versión abreviada es suficientemente
claro, coherente y relevante en la medición de la competencia para el cuidado en el hogar de
personas con enfermedades crónicas (Carrillo González, Sánchez Herrara y Vargas Rosero,
2016).

Índice de Barthel (IB) (Mahoney y Barthel, 1995)

Esta escala es un instrumento ampliamente utilizado para la evaluación de la discapacidad


física, tiene por objeto registrar la situación personal de la persona cuidada, al medir la
capacidad de realización de las actividades básicas de la vida diaria. Evalúa el nivel de
dependencia funcional del paciente en las siguientes 10 actividades de la vida diaria [AVD]:
alimentación, empleo de ducha o baño, vestirse, aseo personal, control anal, control vesical,
uso del retrete, capacidad para trasladarse, desplazamientos, subida/bajada de escaleras.

Brinda una estimación cuantitativa del grado de dependencia, es una medida fácil de aplicar.
Presenta un alto grado de validez (capacidad del instrumento para medir, lo que debe medir)
y confiabilidad (estabilidad en múltiples aplicaciones), al presentar una consistencia interna
con un Alfa de Cronbach fue de 0,86 – 0,92 lo cual indica fácil interpretación y adaptación a
diferentes ámbitos culturales y cuya aplicación no causa molestias, siendo recomendable su
uso rutinario (Arteaga-Hernández, Segovia- Díaz de León, Pérez-Rodríguez, y Cruz-Ortiz,
2015).

El Índice de Barthel ayuda a orientar los esfuerzos del cuidador informal encargado de atender
al paciente familiar en el progreso de la capacidad funcional del mismo, al detectar un progreso
o deterioro en ciertos niveles del estado funcional y estimar la necesidad de mejorar o
mantener los cuidados personales y organizar mejor los servicios de ayuda al paciente
familiar.

Cuestionario de Salud General (General Health Questionnaire [GHQ-12])

Se trata de un cuestionario auto administrado que tiene como objetivo evaluar la salud auto
percibida, es decir la evaluación que hace la persona de su estado de bienestar general,
45
ayudando a diferenciar probables casos de salud mental de aquellos que no lo son. Analiza
la situación actual de los sujetos, preguntándoles si han experimentado un síntoma o conducta
(en las pocas semanas pasadas)

Contiene 12 ítems que evalúan el bienestar y la salud psicológica, estado de ánimo, la


capacidad de la persona para disfrutar diversas actividades, funciones psicológicas y
fisiológicas, autovaloración, el establecimiento y alcance de metas y propósitos de vida y cómo
enfrentan los cuidadores sus dificultades.

El instrumento fue traducido y adecuado a diversos idiomas y goza de una gran popularidad
en cuanto a su uso. Esto se debe, principalmente, a su buen funcionamiento y reducida
extensión, reportándose propiedades psicométricas adecuadas, mostrando validez y
confiabilidad satisfactorias y presentando, además, una consistencia interna que va de un
rango de 0,80 a 0,90 dependiendo del estudio (Urzúa, Caqueo-Urízar, Bargsted, y Irarrázaval,
2015).

Inventario COPE-28 (Brief COPE)

Es un inventario auto administrado de 28 ítems que describe distintas conductas o estrategias


de afrontamiento tanto a nivel pasivo como activo. En cada ítem la persona evalúa la
frecuencia con la que lo aplica en una escala graduada desde 0 (no he estado haciendo eso
en absoluto), 1 (he estado haciendo esto un poco), 2 (he estado haciendo esto bastante) hasta
3 (he estado haciendo eso mucho).

El instrumento se compone de un total de 14 subescalas (con dos ítems cada una) que miden
aspectos relacionados con la autodistracción, el afrontamiento activo, negación, consumo de
alcohol o drogas, búsqueda de apoyo social emocional, búsqueda de apoyo social
instrumental, retirada de comportamiento, desahogo, replanteamiento positivo, planificación,
humor, aceptación, religión y autoculpabilización.

El instrumento ha alcanzado un Alfa de Cronbach de 0,930 lo cual expresa que la validación


y confiabilidad de la escala es excelente. Por tanto, es considerado como un aporte
metodológico importante favoreciendo estudios posteriores sobre la comprensión del
afrontamiento que permitirá descubrir más sobre su significado (González, Ortega de Gómez,
Castillo De Lemos, Whetsell, y Cleghorn Spencer, 2017).

46
Cuestionario de Apoyo Social Duke-unk

Esta escala evalúa cuantitativamente el apoyo social percibido en relación a dos aspectos: el
“apoyo confidencial” es decir la posibilidad de contar con personas a las que se puede
comunicar sentimientos íntimos y recibir información, consejo o guía o cuentan con personas
con las que pueden compartir sus preocupaciones y sentimientos. Y el “apoyo afectivo” es
decir cuentan con personas que expresan sentimientos positivos de empatía, cariño o amor.

Es un instrumento de autoadministración formado por 11 ítems con 4 opciones de respuesta


que van desde nunca (1), pocas veces (2), algunas veces (3), la mayoría de veces (4) y
siempre (5) que recogen la opinión de individuo sobre la disponibilidad de las personas
capaces de ofrecer ayuda ante las dificultades, facilidades para la relación social y para
comunicarse de forma empática y emotiva.

El cuestionario tiene la ventaja de ser multidimensional y destacar por su sencillez y brevedad,


ha obtenido valores de consistencia interna con un alfa de Cronbach de 0,90, por lo tanto, su
confiabilidad es excelente y se confirma su validez ya que su uso en la población de
cuidadores ha permitido descubrir situaciones de riesgo social elevado y ayudar a identificar
aspectos relevantes en la creación de intervenciones terapéuticas para personas cuidadoras
(Cuéllar-Flores y Dresch, 2012).

Cuestionario de Personalidad de Eysenck Revisado-Abreviado (Eysenck Personality


Questionnaire Revised-Abbreviated [EPQR-A])

El EPQR-A consta de 24 ítems y cuatro subescalas: neuroticismo, extraversión, psicoticismo


y sinceridad, con 6 ítems por cada una de ellas.

Las tres primeras subescalas miden rasgos de personalidad, mientras que la última evalúa la
tendencia a mentir (o a emitir respuestas de deseabilidad social; en la versión española, al
igual que ocurre con el cuestionario EPQ, se evalúa inversamente, esto es, se calcula el nivel
de sinceridad).

El formato de respuesta es de Sí (1) vs. No (0), con un rango de puntuaciones para cada
subescala entre 0 y 6, interpretándose que a mayor puntuación en cada rasgo mayor
presencia del mismo.

La consistencia interna de cada subescala para la versión española es de:


neuroticismo = 0,78, extraversión = 0,74, psicoticismo = 0,63 y sinceridad = 0,54 lo cual indica
que el instrumento es confiable y se confirma su validez al medir variables que se deben
47
medir, para lograr el objetivo de investigación (Blanco, Guisande, Sánchez, Otero, López, y
Vázquez, 2019).

Cuestionario de Portátil del Estado Mental de Pfeiffer (1975) (Short Portable Mental
Status Questionaire (PSMSQ)

Se trata de un instrumento elaborado para la detección de deterioro cognitivo. Permite evaluar


varios aspectos diferentes del funcionamiento intelectual que están asociados con los criterios
utilizados por el DSM-IV para el diagnóstico de la demencia. Dicho cuestionario evalúa las
siguientes funciones cognitivas: orientación temporal y espacial, memoria inmediata, reciente
y remota, atención y cálculo mental.

El PSMSQ consta de 10 preguntas con un valor de 1 por cada respuesta incorrecta y 0 por
cada respuesta correcta; por lo tanto, tiene una puntuación mínima de 0 (individuo sano) y
una puntuación máxima de 10 (deterioro intelectual grave). Está validado en español con
buenos indicadores de sus propiedades psicométricas, con los que alcanza una consistencia
interna de 0.82 (Arteaga-Hernández, Segovia- Díaz de León, Pérez-Rodríguez, y Cruz-Ortiz,
2015).

48
CAPÍTULO III ANÁLISIS DE DATOS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

49
3.1. Interpretación de Resultados

Luego de la aplicación de los instrumentos de medición adecuados que registraron datos


observables que representan los conceptos estudiados, es importante la interpretación de los
resultados estadísticos que a continuación se exponen, para una mejor comprensión de la
investigación realizada con el fin de identificar el nivel de sobrecarga laboral en los cuidadores
informales de adultos mayores de la zona urbana y rural del cantón Rumiñahui - provincia de
Pichincha - Ecuador, al visualizar características, conductas, estrategias y perfiles tanto del
cuidador como de la persona cuidada y como se manifiestan, ayudando a sintetizar la
dimensión del desgaste físico, social y sobretodo emocional en el cuidador ocasionado por el
cuidado y brindar en lo posterior posibles soluciones al problema encontrado.

50
3.1.1. Resultados de Cuestionario sociodemográfico Ad-hoc.

Tabla 3: Características sociodemográficas de los cuidadores informales del cantón


Rumiñahui

Variables N %
Sexo

Varón 0 0%
Mujer 20 100%
Etnia
Mestizo 20 100%
Blanco 0 0%
Afroamericano 0 0%
Indígena
Estado civil
Soltero 4 20%
Casado 14 70%
Viudo 0 0%
Divorciado o separado 0 0%
Unión libre 2 10%
Ocupación
Ama de casa y cuidado familiar 18 90%
Trabajo y cuidado familiar simultáneamente 2 10%
Otra 0 0%
Estudios realizados
Primarios 9 45%
Secundarios 9 45%
Universitarios 0 0%
Otros (ninguno) 2 10%
Parentesco
Cónyuge 3 15%
Madre / padre 0 0%
Hija / hijo 13 65%
Nieta 2 10%
Hermano / hermana 0 0%
Nuera / yerno 2 10%
Número de hijos
Media 2,5
Desviación típica 1,4
Máximo 5
Mínimo 0
Edad
Media 55
Desviación típica 9,8
Máximo 70
Mínimo 28
Fuente: Cuestionario Sociodemográfico Ad-hoc
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

51
En la tabla 3 podemos observar que: las personas evaluadas que brindan cuidado informal;
todas, de manera absoluta son mujeres y de etnia mestiza, cuya edad media es 55 años, de
estado civil mayoritariamente casadas; con un promedio de hijos de 0 a 5. Con respecto a la
ocupación, se obtuvo un rango superior de 90% de personas que se dedican al cuidado del
hogar y cuidado familiar, en comparación a un rango muy inferior de 10% que se dedica al
trabajo formal y cuidado familiar simultáneamente. Existe una igualdad de un 45% en
resultados tanto en estudios primarios como secundarios de las cuidadoras evaluadas frente
a un porcentaje mínimo de un 10% que no presenta ningún nivel de instrucción. El vínculo es
filial en su mayoría, esto es un 65% es lo que las une al familiar que cuidan, seguido de un
15% de cuidadoras conyugues.

Tabla 4: Características sociodemográficas de los adultos mayores investigados

Variables N %
Sexo
Varón 7 35%
Mujer 13 65%
Etnia
20
Mestizo 100%
0
Blanco 0%
0
Afroamericano 0%
0
Indígena 0%
Estado civil
Soltero 0 0%
Casado 3 15%
Viudo 16 80%
Divorciado o separado 0 0%
Unión libre 1 5%
Estudios realizados
Primarios 11 55%
Secundarios 1 5%
Universitarios 0 0%
Ninguno 8 40%
Edad
Media 84
Desviación típica 7,04
Máximo 96
Mínimo 70
Número de hijos
Media 5,4
Desviación típica 1,9
Máximo 10
Mínimo 3
Años de enfermedad
Media 98,7
Desviación típica 53,5
Máximo 240
Mínimo 18
Fuente: Cuestionario Sociodemográfico Ad-hoc
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

52
En la tabla 4 respecto a características sociodemográficas de los adultos mayores de la
muestra investigada, se obtuvo que la mayoría en un 65% son mujeres frente a una minoría
de varones en un 35%, todos de etnia mestiza, de estado civil generalmente viudos, seguido
de una minoría de casadas y solo una persona en unión libre, con un promedio de 3 a 10
hijos. La edad media del adulto mayor es de 84 años, existiendo una edad mínima de 70 años
y edad máxima de 96 años.

Más de la mitad de los adultos mayores investigados presentan un nivel de instrucción


primaria, seguidos de un 40% que no tiene ningún tipo de instrucción, estos índices frente a
un escaso 5% es decir un adulto mayor que cuenta con estudios secundarios. Todas las
personas cuidadas exponen enfermedades crónicas degenerativas con un tiempo mínimo de
18 meses y un máximo de 240 meses; por lo tanto, manifiestan dependencia.

3.1.2. Resultados de Entrevista de carga para cuidadores (Zarit et al, 1980).

Tabla 5: Carga laboral en cuidadores informales del cantón Rumiñahui

Cuidadores
N %
Sobrecarga No presenta 0 0%
Sobrecarga Leve 2 10%
Sobrecarga Intensa 18 90%

Fuente: Entrevista de carga para cuidadores (Zarit et al, 1980)


Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 5 en base a los resultados obtenidos de la entrevista de carga para cuidadores de


Zarit, se puede observar en mayor índice la presencia de sobrecarga intensa en las
cuidadoras, lo cual indica percepción subjetiva de carga asociada al cuidado esto frente a un
menor porcentaje; es decir, dos cuidadoras presentan sobrecarga leve, al no exhibir
percepción de malestar o agobio por tener que cuidar al familiar en calidad de dependencia.

53
3.1.3. Resultados del Inventario CUIDAR (BRS).

Tabla 6: Competencia del cuidado en cuidadores informales del cantón Rumiñahui

Cuidadores
N %
Baja 10 50%
Competencia del
Media 10 50%
cuidado
Alta 0 0%

Fuente: Inventario CUIDAR (BRS)


Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 6 que precede, se observa una igualdad en porcentajes donde la mitad de


cuidadores evaluados, presentan competencia del cuidado con un rango bajo, lo cual indica
una percepción negativa del cuidador respecto a su capacidad para continuar con el cuidado
del adulto mayor dependiente. Como también se evidencia igual porcentaje de cuidadoras que
expresan una competencia del cuidado con un rango medio, es decir existe percepción de
contar con ciertas habilidades, más no con las necesarias para asistir y cuidar al adulto mayor
dependiente.

Los evaluados no presentan niveles altos de competencia del cuidado; por lo tanto, no cuentan
con la capacidad, habilidad y preparación adecuada para ejercer la labor de cuidar.

3.1.4. Resultados del Índice de Barthel (IB) (Mohoney y Barthel, 1995).

Tabla 7: Nivel de dependencia en adultos mayores pertenecientes al cantón Rumiñahui

Persona cuidada
N %

Capacidades de Dependencia total 8 40%


realizar las Dependencia severa 9 45%
actividades Dependencia moderada 3 15%
básicas de la Dependencia leve 0 0%
vida diaria
Independencia 0 0%
Fuente: Índice de Barthel (IB) (Mohoney y Barthel, 1995)
Elaborado por: Guznay, L. (2019)

Como se puede observar en la tabla 7 se obtuvo como resultado, que la generalidad de


adultos mayores investigados presenta algún tipo de dependencia.

54
La presencia de un mayor índice de adultos mayores con dependencia severa, se relaciona
con la necesidad de acompañamiento y ayuda para desarrollar algunas actividades de la vida
diaria. Seguidos por un porcentaje, no tan distante de adultos mayores con dependencia total
en las actividades de la vida diaria, necesitando ayuda funcional básica e instrumental varias
veces al día y de forma permanente por parte de sus cuidadoras, debido a la pérdida absoluta
de autonomía física, mental o sensorial. Estos resultados en contraste con una minoría de tres
adultos mayores que presenta dependencia moderada y requiere ayuda en determinadas
actividades de la vida diaria, mientras que en otras son independientes, pero demandan
supervisión por parte de la cuidadora.

3.1.5. Resultados de Cuestionario de Salud General (General Health


Questionnaire [GHQ-12]).

Tabla 8: Malestar psicológico en cuidadores informales evaluados del cantón Rumiñahui

Cuidadores

N %

Bienestar
Malestar psicológico 2 10%
general positivo
Malestar
psicológico 18 90%
negativo
Fuente: Cuestionario de Salud General (General Health Questionnaire [GHQ-12])
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

De acuerdo a la tabla 8 con respecto al malestar general- mental en las cuidadoras evaluadas
se obtuvo un rango muy superior de 90% de cuidadoras con malestar psicológico negativo
asociado con percepciones y reacciones emocionales negativas, como la presencia de:
síntomas somáticos, ansiedad e insomnio, disfunción social y depresión ante la experiencia
de cuidar. En contraste a un rango inferior de 10% es decir solamente dos cuidadoras
presentan bienestar psicológico positivo, asociado a una autovaloración positiva, facultad para
enfrentar problemas y situaciones conflictivas del cuidado.

55
3.1.6. Resultados de Inventario COPE - 28 (Brief COPE)

Tabla 9: Estrategias de afrontamiento en cuidadores informales del cantón Rumiñahui

Cuidadores
M DT Max. Min.

Auto distracción 2,0 1,3 4 0


Afrontamiento activo 1,9 0,8 3 0
Negación 0,8 0,3 5 0
Uso de sustancias 0,0 0,0 0 0
Apoyo emocional 0,8 0,4 2 0
Apoyo instrumental 1,1 0,8 2 0
Retirada de
comportamiento 0,9 0,7 4 0
Desahogo 1,1 0,5 4 0
Replanteamiento positivo 2,2 1,2 6 0
Planificación 2,2 1,8 3 0
Humor 0,05 0,2 1 0
Aceptación 2,7 1,3 5 0
Religión 4,4 3,2 6 2
Culpa de sí mismo 1,8 0,6 5 0

Fuente: Inventario COPE - 28 (Brief COPE)


Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 9 luego de evaluar las estrategias de afrontamiento utilizadas por las cuidadoras
de la muestra estudiada se discrimina que, las estrategias más empleadas, al presentar
puntuaciones medias altas son: la contención en la religión, la aceptación del problema de
dependencia del familiar que cuida, como también la presencia de replanteamiento positivo,
planificación, autodistracción, afrontamiento activo, culpa de sí mismo, desahogo, apoyo
instrumental y las estrategias menos utilizadas al tener puntuaciones medias bajas son:
retirada del comportamiento, negación, apoyo emocional, el humor y el uso de sustancias.

Al considerar estos valores y los resultados en cuanto a valores máximos y mínimos se puede
establecer que la mayoría de evaluadas, optan por un tipo de afrontamiento centrado en la
emoción al utilizar en mayor índice estrategias para sobrellevar el cuidado en el hogar como
la aceptación del problema de dependencia del familiar y la contención en la religión para
disminuir el malestar emocional y manejar síntomas psicosomáticos o depresivos. Como
también los resultados indican que, una minoría de cuidadoras optan por un afrontamiento
centrado en el problema; es decir planifican, buscan apoyo instrumental y ponen en marcha
acciones para encontrar formas alternativas de tratar la situación del cuidado.

56
3.1.7. Resultados de Cuestionario de Apoyo Social Duke-unk

Tabla 10: Apoyo social en cuidadores informales del cantón Rumiñahui

Cuidadores
N %
Escaso apoyo
19 95%
Apoyo social
social Presencia
1 5%
apoyo social
Fuente: Cuestionario de Apoyo Social Duke-unk
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 10 se observan los resultados respecto al apoyo social percibido por las cuidadoras
de parte de familiares, amigos y la sociedad; donde se reflejan un elevado porcentaje esto es
19 cuidadoras perciben escaso apoyo social instrumental y emocional por parte de su círculo
más cercano. Este resultado frente a un mínimo porcentaje, es decir solo una persona
evaluada, percibe apoyo social en su rol como cuidadora, lo cual reafirma la existencia de
malestar psicológico negativo y sobrecarga intensa en la mayoría de las cuidadoras
investigadas.

3.1.8. Resultados de Cuestionario de Personalidad de Eysenck Revisado-


Abreviado (Eysenck Personality Questionnarie Revised- Abbreviated [EPQR-A])

Tabla 11: Rasgos de Personalidad presentes en cuidadores informales del cantón Rumiñahui

Cuidadores
M DT. Máx. Mín.
Neuroticismo 3.4 3.1 6 0
Extroversión 1.0 0.9 6 0
Psicoticismo 0.4 0.1 4 0
Fuente: Cuestionario de Personalidad de Eysenck Revisado- Abreviado (Eysenck Personality
Questionnarie Revised- Abbreviated [EPQR-A])
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 11 en base a los resultados obtenidos de la aplicación del instrumento se establece


los rasgos de personalidad de las cuidadoras evaluadas, existiendo puntuaciones altas en el
rasgo de Neuroticismo, lo cual indica que la mayoría de cuidadoras presentan baja estabilidad
emocional. Esto, frente a puntuaciones bajas obtenidas en los rasgos de: Extroversión lo cual
expresa que una minoría de cuidadoras son asertivas y sociables, con menor percepción de
57
sobrecarga en su rol mientras que la mayoría de cuidadoras son introvertidas y no utilizan
estrategias adaptativas en el cuidado para una mejor interacción con el adulto mayor
dependiente.

Estos resultados son indicadores de un malestar psicológico negativo, con percepción de


sobrecarga, existiendo un decremento en la salud física y emocional de la mayoría de
cuidadoras investigadas.

3.1.9. Resultados de Cuestionario de Portátil del Estado Mental de Pfeiffer (1975)


(Short Portable Mental Status Questionaire (PSMSQ)

Tabla 12: Estado mental de adultos mayores evaluados en el cantón Rumiñahui

Persona cuidada
N %

Deterioro cognitivo normal 2 10%


Deterioro Deterioro cognitivo leve 6 30%
cognitivo Deterioro cognitivo moderado 2 10%
Deterioro cognitivo importante 10 50%

Fuente: Cuestionario de Portátil del Estado Mental de Pfeiffer (1975) (Short Portable Mental Status
Questionaire [PSMSQ])
Elaborado por: Guznay, L. (2019).

En la tabla 12 los resultados obtenidos expresan que el 50% de la muestra de adultos mayores
evaluados exponen un deterioro cognitivo importante, es decir la presencia de demencia, lo
cual implica pérdida de autonomía. Seguidos de un porcentaje menor pero importante de un
30% de adultos mayores con deterioro cognitivo leve, con presencia de problemas de memoria
como parte del envejecimiento normal lo cual no afecta significativamente la vida diaria. En
menor e igual cantidad, es decir un 10% de adultos mayores muestran deterioro cognitivo
normal y deterioro cognitivo moderado, el primero es parte del envejecimiento y el segundo
implica que el adulto mayor, ya no es capaz de llevar una vida enteramente normal y necesita
ser supervisado en algunas actividades.

58
3.2. Discusión

Este estudio confirma uno de los problemas que actualmente enfrenta la sociedad ecuatoriana
de manera silenciosa y que, no ha sido investigado y discutido a profundidad en nuestro país,
como es el cuidado informal de adultos mayores que presentan dependencia respecto a otras
personas para realizar todas o algunas actividades de la vida diaria y la sobrecarga a los que
se ven sometidos los cuidadores informales o familiares.

Para cumplir la finalidad del trabajo de investigación se ha estudiado variables relacionadas


con la percepción de sobrecarga en las cuidadoras informales investigadas, definiendo el
problema y haciendo un análisis del impacto del cuidado en la mujer como principal fuente de
ayuda y atención al adulto mayor dependiente en el cantón Rumiñahui, provincia de Pichincha,
Ecuador durante el año 2018 - 2019.

En relación al primer objetivo específico que indaga las características sociodemográficas de


los cuidadores informales y adultos mayores de la muestra investigada, en el cantón
Rumiñahui, se pudo establecer con respecto a la persona que provee el cuidado que: el 100%
son mujeres, de etnia mestizas, con una edad media de 55 años, de estado civil en un 70%
casadas y un 20% solteras.

En cuanto a la ocupación, el 90% de cuidadoras no presenta actividad laboral formal, se


dedican al cuidado del hogar y cuidado familiar, mientras que un 10% realizan trabajo formal
y cuidado familiar simultáneamente. En cuanto a nivel educativo un 45% de la muestra
presenta estudios primarios, mientras que otro 45% estudios secundarios frente a un 10% sin
instrucción académica. Por lo que se refiere al parentesco el 65% de cuidadoras son hijas,
seguidas de un 15% de cónyuges.

Estos datos se corroboran, por estudios realizados a nivel internacional, uno de ellos
efectuado en España por IMSERSO (2004) citado por Carretero, Garcés y Ródenas (2015,
pp. 38-44), en el que se establece que de una muestra de 1504 personas que brindan cuidado
informal, un 83% corresponde a mujeres, con una edad media de 52 años, siendo el 55%
casadas y el 35% solteras, sin actividad laboral formal en un 75% y con actividad laboral
formal aparte del cuidado en un 25%, el 80% de la muestra española presenta instrucción
primaria es decir un nivel educativo bajo, en cuanto al parentesco el 67% son hijos, el 26%
cónyuges.

Los resultados obtenidos, también tienen similitud con otro estudio realizado por Ortiz et al.,
(2013) a una muestra de 252 cuidadores participantes en Cúcuta - Colombia, en la cual el

59
87,7% de personas cuidadoras son mujeres, el 71% presentan una edad entre los 36 y 59
años, siendo el 57,9% de la muestra casadas, sin actividad laboral formal en un 76,2% al ser
amas de casa y dedicarse al cuidado informal, mientras que un 23,8% cuenta con actividad
formal adicional al cuidado en el hogar, con un nivel de escolaridad muy bajo el 55,6% no
supera un nivel de estudio primario. En cuanto al vínculo que une al familiar que cuidan el
estudio colombiano presenta un 52,8% de cuidadoras cónyuges lo cual difiere con la presente
investigación, donde el vínculo filial supera al vínculo conyugal.

En relación al mismo tema, un estudio efectuado por Salazar y Torres (2015), a nivel nacional
con una muestra de 155 cuidadores participantes, presenta datos que se asemejan al estudio
obtenido, respecto a la prevalencia de variables como sexo, edad, parentesco, indicando que
el 83% de personas que brindan cuidado son mujeres y el 17% varones, con una edad media
de 53 años, siendo el 52% casados y el 30% solteros, con un parentesco en un 60% son hijos
y en un 11% cónyuges.

No obstante, difiere con la investigación realizada, en cuanto a la variable de situación laboral


que indican que los cuidadores presentan en un 57% actividad laboral formal adicional al
cuidado familiar y un 43% se dedican exclusivamente al cuidado informal y a actividades en
el hogar. Como también existe diferencia en cuanto al nivel educativo al presentar un 36%
con instrucción secundaria, un 34% con instrucción de tercer nivel y un 30% cuenta con
instrucción primaria; por lo tanto, el nivel académico no es tan bajo, en comparación con el
nivel académico primario y secundario que prevalece en los cuidadores investigados en el
cantón Rumiñahui.

Por lo tanto, la presencia en mayor índice de mujeres cuidadoras en la investigación realizada,


como en estudios a nivel nacional e internacional comprueban que el cuidado informal o
familiar es una actividad fuertemente feminizada, desarrollada típicamente en el ámbito
doméstico conjuntamente con otras tareas; por lo tanto, se reafirma que la situación laboral
formal de las cuidadoras evaluadas es mayoritariamente inactiva. Además, el manifestar una
edad mínima de 28 años indica que las cuidadoras son especialmente hijas, como también la
presencia de una edad máxima de 70 años en las cuidadoras ratifica la feminización del
envejecimiento. En cuanto a la instrucción baja en las cuidadoras investigadas se explica a la
poca cultura educativa en las familias del cantón décadas atrás.

En el aspecto sociodemográfico de los adultos mayores de la muestra investigada se


determinó que el 65% fueron mujeres y un 35% varones, el 100% se identificó ser de raza
mestiza, el estado civil que prevaleció fue viudo en un 80% y casados en un 15%, con una
edad media de 84 años, se obtuvo un 55% de participantes con estudios primarios y el 40%

60
expuso no tener ningún tipo de instrucción académica. El 100% de adultos mayores exhibió
enfermedades crónicas degenerativas por un tiempo mínimo de 18 meses y máximo de 240
meses; por lo tanto, manifiestan dependencia.

Los datos que anteceden se asemejan al estudio realizado en Valencia- España por Carretero
et al., (2015) en el cual se encontró que el sexo predominante de adultos mayores
dependientes es el de mujeres con un 74% y el sexo minoritario es de varones con un 26%.
Con estado civil viudos en un 44%, seguido de 31% de casados. Otra analogía es en cuanto
a nivel de estudios bajo al presentar un 63% instrucción primaria, un 34% no cuenta con
instrucción académica y un 3% tiene una instrucción media o secundaria.

Existe diferencia con la investigación citada anteriormente en la que se menciona que la edad
media de los adultos mayores es de 75 años frente a la edad media de 84 años obtenida en
el presente estudio, corroborando el aumento del envejecimiento demográfico y la mayor
supervivencia de personas con enfermedades crónicas; el estudio obtuvo que un 95% de la
muestra presenta enfermedades crónicas y dependencia y un 5% de adultos mayores con
independencia gracias a la presencia de servicios de atención social al enfermo dependiente,
situación que no se encontró en la muestra investigada en el cantón Rumiñahui - Ecuador.

De igual manera el presente estudio tiene una similitud con los datos encontrados en la
investigación realizada por Cruz (2015), en el Ayuntamiento de Tijarafe, España en la cual el
59% de adultos mayores son mujeres y un 41% son varones, con una edad media de 80 años,
en lo que se refiere al estado civil un 35% son viudos, difiriendo en el segundo índice más alto
el cual es 27% de solteros y el 18% casados. En lo que respecta, al nivel educativo existe
concordancia en los resultados, al exponer que un 77% no cuenta con instrucción académica,
un 19% posee instrucción primaria y solo un 4% dispone de instrucción secundaria,
coincidiendo que los adultos mayores evaluados de las dos muestras presentan
mayoritariamente nivel educativo bajo.

Respecto a la presencia de enfermedades y nivel de dependencia la presente investigación,


difiere respecto a los resultados obtenidos por Cruz (2015), en el cual se encontró un 56% de
adultos mayores con dependencia al presentar enfermedades crónicas degenerativas, frente
a un 44% de adultos mayores independientes.

Un estudio realizado en Perú a una muestra de 501 adultos mayores por Varela-Pinedo,
Chávez-Jimeno, Tello-Rodríguez, Ortiz-Saavedra, Gálvez-Cano, Casas-Vásquez, & Aliaga-
Díaz. (2015) presenta datos que se asemejan a los resultados obtenidos, indica que un 62%
de adultos mayores son mujeres y un 38% son varones, con una edad media de 71,5 todos

61
presentan enfermedades crónicas degenerativas y dependencia; con un estado civil
mayoritariamente viudos, al igual que un bajo nivel de instrucción.

Estudios realizados en el Ecuador, por el MIES (2013c), corrobora los resultados obtenidos
en este estudio donde la mayoría de los adultos mayores de la muestra investigada son
mujeres con presencias de dependencia, al indicar que, en el Ecuador la población adulta
mayor está representada por un 53% de mujeres y un 47% de varones de los cuales presentan
dependencia un 19% de mujeres y un 13 % de varones adultos mayores, con un promedio de
75 a más años de edad, de esta manera se ha cumplido el primer objetivo específico
propuesto.

El segundo objetivo específico planteado fue analizar la sobrecarga en los cuidadores


informales de adultos mayores de la muestra investigada en el cantón Rumiñahui. Luego de
realizar el estudio, se detectó a través de la Entrevista de carga para cuidadores de Zarit
resultados con rangos desde 37 a 72 puntos, lo cual indica que existe la presencia de
sobrecarga intensa y leve. Se encontró en 18 de 20 evaluadas rangos superiores a 44 puntos;
por lo tanto, un 90% de cuidadoras informales presentan sobrecarga intensa, es decir
percepción subjetiva de carga asociada al cuidado, mientras que un 10% de cuidadoras esto
es 2 personas de 20 investigadas presentaron rangos de 37 y 38 puntos, lo cual expresa
sobrecarga leve al no exhibir percepción de malestar o agobio por tener que cuidar al familiar
en calidad de dependencia.

Estos datos son similares respecto a la prevalencia de sobrecarga intensa y leve en los
resultados de varias investigaciones, como en el estudio realizado por Mendoza-Suárez
(2015) en Perú, en una muestra de 68 cuidadores familiares, en la cual se encontró un 72%
de sobrecarga intensa; como también un 19% de sobrecarga leve y un 9% no presentó
sobrecarga. De la misma forma lo ratifica Ramírez Arce, Vela Rojas, y Alván Vargas (2017),
en Iquitos-Perú al obtener en una muestra de 100 cuidadores un 67% de sobrecarga intensa
y 21 % de sobrecarga leve.

Como también lo obtenido por Cañizares (2017) en un estudio realizado en la ciudad de Quito-
Ecuador en una muestra de 118 cuidadores en donde el nivel de sobrecarga intensa es de
75%, el nivel de sobrecarga leve es de 14%, además la muestra no presenta sobrecarga en
un 11%. Este dato se corrobora con los datos encontrados en la presente investigación en
cuanto al nivel de sobrecarga.

De igual modo, los datos obtenidos tienen concordancia con la investigación de Quinche-
Suquilanda (2017) en la provincia de Loja - Ecuador en una muestra de 397 cuidadores
familiares, con un nivel de sobrecarga intensa en un 74,6% y un nivel de sobrecarga leve en
62
un 25,4%. Asimismo, con los resultados obtenidos por Sánchez Yépez, Zambrano Mejía, y
Piedra Abril, (2015) en la ciudad de Cuenca- Ecuador en una muestra de 247 cuidadores, con
un 42,1% de sobrecarga intensa y 21,9% de sobrecarga leve.

No obstante, en la investigación de Salazar y Torres (2015) realizada en la ciudad de Cuenca-


Ecuador sus datos difieren con los resultados anteriores, en el cual el nivel de sobrecarga
intensa es bajo en un 15%, el nivel de sobrecarga leve es de 19% y un 67% no presenta
sobrecarga. Igualmente, en la investigación realizada por Urbina y Zapata (2017) en la ciudad
de Quito - Ecuador, se obtuvo un 23% de cuidadoras con un nivel de sobrecarga intensa y un
77% de cuidadoras no presentan sobrecarga, al existir en las cuidadoras de estas
investigaciones condiciones físicas, emocionales y sociales favorables.

Con lo anteriormente expuesto se puede dar respuesta a la segunda pregunta de


investigación acerca de ¿cuál es la percepción subjetiva de la carga asociada al cuidado en
cuidadores informales de adultos mayores de la muestra investigada en el cantón Rumiñahui?

En base a los datos recabados, a través de la aplicación de la Entrevista de carga para


cuidadores de Zarit, se explica que la presencia de un elevado 90% de sobrecarga intensa,
en las cuidadoras evaluadas en el cantón Rumiñahui-Ecuador, se debe a la percepción en
índices altos de agotamiento físico y emocional por pérdida progresiva de energía y fatiga, al
tener que cumplir con varias actividades propias del hogar adicionales al cuidado e incluso
dos de ellas cumplen con un trabajo fuera del hogar, sin contar con ayuda formal e informal,
ni con un tiempo suficiente para un descanso óptimo y recreación.

Como también la presencia de desesperanza en las cuidadoras al no cubrir sus propias


necesidades o expectativas, sobre todo las emocionales; las consecuencias negativas
personales, sociales y laborales han provocado una baja autoestima, depresión, soledad,
trastornos psicosomáticos, cambio en su ritmo de vida en las cuidadoras, sumándose la falta
de desarrollo profesional al tener que dejar, no acceder o cumplir medio tiempo con un trabajo
remunerado. Además, el alejamiento de su entorno más cercano por falta de apoyo o
comprensión, pudiendo generarse si no hay intervención la presencia de despersonalización
en el trato e inadecuación de la tarea que realiza.

Entre otras causas se obtuvo respuestas que exhibían preocupación por el familiar que cuida
al no contar con los conocimientos instrumentales y emocionales necesarios para asistirlo, o
el agobio de no poder enfrentar la posible muerte del familiar en algún momento, de igual
manera la presencia de preocupación por la responsabilidad adquirida y por la forma de
responder emocionalmente al cuidado al darse cuenta que, de ellas depende no solo el

63
bienestar físico sino emocional del familiar que cuidan, lo cual explica la presencia de
sobrecarga intensa en la muestra investigada.

En cuanto, al 10% de cuidadoras con sobrecarga leve, en base a los resultados analizados
luego de la aplicación del instrumento, sus respuestas expresan un bajo impacto del cuidado,
al no existir un índice elevado de percepción de malestar emocional y físico, porque cuentan
con apoyo social funcional y afectivo de su círculo más cercano, aunque no el necesario.

También presentan un nivel de carga interpersonal bajo, esto gracias a la relación muy buena
y satisfactoria que mantenían con el familiar antes del cuidado, por lo cual se sienten
agradecidas y su asistencia es muestra de amor y gratitud. Además, los resultados indican un
nivel alto de auto eficiencia al expresar habilidad y eficacia para atender a la persona cuidada,
buscando auto educarse respecto a la enfermedad, como también ponen en práctica
estrategias de afrontamiento encaminados a cambiar los factores estresantes que se
presenten en el cuidado.

Con estos resultados se ve necesario intervenir para mermar el nivel de sobrecarga intensa
en las cuidadoras investigadas y reducir el impacto negativo en su calidad de vida. De ésta
manera se responde a la pregunta dos de investigación planteada como también se cumple
el segundo objetivo específico trazado en la investigación.

Contestando la tercera pregunta de investigación acerca de ¿cuáles son los niveles de


competencias de los cuidadores evaluados en el cuidado familiar que brindan, en el cantón
Rumiñahui - Ecuador? luego de realizar el estudio los datos arrojados fueron: Un 50% de
cuidadoras presentaron una competencia del cuidado con un rango bajo al tener una
puntuación entre 22 a 35 puntos, debido a la falta de capacitación formal de cómo hacer un
seguimiento terapéutico farmacológico y no farmacológico y cómo realizar los procedimientos
de asistencia como manejo de equipos y dispositivos al familiar dependiente.

También se obtuvo un 50% de cuidadoras con puntuaciones entre 38 a 48 puntos, es decir


presentaron una competencia del cuidado con un rango medio, al analizar las respuestas
emitidas puntuaron índices más altos en las dimensiones de conocimiento, condiciones
personales para el cuidado, instrumental y procedimental, pero no se obtuvo en la muestra
investigada una competencia en el cuidado en un nivel alto.

En relación al mismo tema, estudios internacionales muestran similitud con los datos
recogidos en investigación realizada en el cantón Rumiñahui - Ecuador, en cuanto a los
niveles bajo y medio de competencia del cuidado, al prevalecer éstas sobre la competencia
alta. Como la investigación realizada por García (2016) en España a una muestra de 100

64
cuidadores participantes, obteniendo un 75% de evaluados con competencia del cuidado baja
y un 25% de cuidadores con competencia del cuidado media. De la misma forma lo ratifican
Carrillo-González, Barreto-Osorio, Arboleda, Gutiérrez-Lesmes, Melo, y Ortiz, (2015), en
Colombia, obteniendo un porcentaje de 53% en competencia del cuidado baja, un 27% en
competencia media, pero difiere en cuanto a competencia del cuidado alta al obtener un 20%
siendo éste dato inexistente en la presente investigación.

Se confirma entonces, que la incidencia en mayor porcentaje de los niveles bajo y medio y la
ausencia de un nivel alto respecto a la competencia del cuidado en la muestra evaluada, es
multicausal, siendo necesario resaltar que al exponer ciertas características internas como de
personalidad, la práctica de ciertas herramientas para hacer frente al problema, retos y
desafíos como mecanismos de afrontamiento; también un bajo grado de bienestar y la falta
de relaciones sociales y redes de apoyo, constituyen factores que influyen notablemente en
el nivel de competencia de las evaluadas en el cuidado familiar. De ésta forma se cumple el
tercer objetivo específico planteado en la investigación.

En relación al cuarto objetivo específico que indaga el grado de dependencia / independencia


de los adultos mayores de la muestra estudiada, es decir la capacidad para realizar las
actividades de la vida diaria, se obtuvo un 45% esto es 9 de 20 evaluadas con dependencia
severa es decir gran limitación funcional, mientras que un 40% representado por 8 de 20
adultos mayores presentaron dependencia total en todas las actividades de la vida diaria
especialmente a consecuencia de la enfermedad crónico degenerativa que presentan,
requiriendo de forma permanente asistencia y 3 adultos mayores es decir un 15% mostraron
dependencia moderada, al presentar cierta independencia en algunas actividades de la vida
diaria pero requieren supervisión. En este estudio no existió resultados en cuanto a nivel de
dependencia leve e independencia.

Estos datos presentan similitud con los encontrados por Sánchez Yépez, Zambrano Mejía, y
Piedra Abril (2015) en la ciudad de Cuenca - Ecuador en una muestra de 247 investigados
presentando en mayor índice un 50% de dependencia total, un 13% de dependencia severa,
14% de dependencia moderada, y en menor índice un 22% de dependencia leve y un 1% de
independencia, difiriendo estos dos últimos resultados.

Igualmente concuerda con otras indagaciones como la realizada por Escobar y Vicente (2019)
en Perú a una muestra de 105 adultos mayores presentando un 36,2% de dependencia
moderada, 27,6% de dependencia total, 24,8% de dependencia severa e igualmente difiriendo
en cuanto a la presencia de dependencia leve en un 10,5% e independencia en un 1%. Como
también los datos se asemejan con el estudio de Gonzáles, Massad y Lavanderos (2014) en

65
Chile a una muestra de 4546 adultos mayores, la cual presenta un grado de dependencia
severa en un 51,3% respecto al grado de dependencia moderada existe en un 21% y la
presencia de dependencia leve en 27,6% en sus evaluados. No obstante, a nivel Nacional el
estudio realizado en una muestra de 85 adultos mayores, en Cuenca - Ecuador por Jerves
(2016) difiere al presentar en mayor índice en sus evaluados de dependencia leve en un 48%
e independencia en un 46% frente a un mínimo 6% dependencia severa.

En la presente investigación prevalece la dependencia severa, total y moderada en los adultos


mayores investigados, debido a la presencia de una edad avanzada y/ o a la existencia de
una enfermedad crónico degenerativa, donde los resultados recabados indican pérdida de
autonomía física, mental o sensorial, de esta manera se ha dado contestación a la cuarta
pregunta de investigación y se cumple el cuarto objetivo específico planteado.

Con respecto al quinto objetivo planteado en la investigación en el que se propone identificar


la salud mental en los cuidadores informales del cantón Rumiñahui, se determinó que: el 90%
esto es 18 de 20 cuidadoras evaluadas presentaron malestar psicológico negativo asociado
con percepciones y reacciones emocionales negativas ante la experiencia de cuidar. Mientras
que un escaso 10% es decir dos cuidadoras presentó bienestar psicológico positivo asociado
a una autovaloración positiva, facultad para enfrentar problemas y situaciones conflictivas del
cuidado.

Esto se corrobora por estudios realizados por Masanet, y La Parra (2011) en Lisboa- Portugal
a una muestra de 81 cuidadores de adultos mayores encontrando un 66% de malestar
psicológico negativo y un 34% de bienestar psicológico positivo. También existe similitud con
el estudio realizado por Ramírez Arce, Vela Rojas, y Alván Vargas (2017), en Perú a una
muestra de 100 cuidadores en los que se obtuvo un 73% de malestar psicológico negativo y
un 27% de bienestar psicológico positivo. De igual forma lo ratifican Berbel, Sepúlveda, Graell,
Andrés, Carrobles, y Morandé (2010) al encontrar en una muestra de 186 cuidadores en
España, un 77% de malestar psicológico negativo y un 23% de bienestar psicológico positivo.

Existe un mayor número de investigaciones con resultados que difieren de los anteriormente
expuestos, debido a la presencia de ciertos factores como mayor apoyo social primario y / o
secundario, menor índice de sobrecarga en las cuidadoras, menor grado de dependencia del
adulto mayor cuidado, por lo tanto, la presencia de una autovaloración positiva que influye en
la salud mental de los evaluados. Como en la investigación realizada en España por Cuéllar
Flores, y Sánchez López (2012), en la cual el 54,2% de cuidadoras presentan bienestar
psicológico positivo y un 45,8% malestar psicológico negativo.

66
De igual manera difiere, el estudio realizado en Salamanca - España a una muestra de 92
cuidadores por Pérez - Peñaranda (2015), obteniendo un 75% de bienestar psicológico y un
25% de malestar psicológico. A nivel nacional la investigación realizada por Sánchez Yépez,
Zambrano Mejía, y Piedra Abril (2015) en la ciudad de Cuenca - Ecuador a una muestra de
247 cuidadores que presentan un 41% de malestar psicológico y un 59% de bienestar
psicológico.

Es importante recalcar entonces, que la presencia de malestar psicológico negativo en el 90%


de las cuidadoras se debe a un elevado número de horas de cuidado dejando de lado su
propio bienestar, brindando atención al familiar generalmente sin ayuda, sin remuneración,
sin apoyo emocional de parte de su círculo más cercano, como también la presencia de un
grado de dependencia del familiar, generando todo esto un nivel de sobrecarga intenso que
ha venido a causar un decremento en su salud general, pero sobretodo en la psicológica.

Dicho esto, se ha dado respuesta a la quinta pregunta de investigación y se establece las


características de salud mental de las cuidadoras evaluadas como mayoritariamente negativo
al existir malestar psicológico, con presencia de una autovaloración negativa, al ser incapaz
de tomar decisiones, de enfrentar y superar las dificultades y problemas con facilidad,
sintiéndose agobiadas, deprimidas y en tensión, por lo tanto, demostrando ser poco felices
existiendo disfunción social, el cual es un factor importante ya que el rechazo o alejamiento
social causa problemas de personalidad. Además, manifiestan alteraciones fisiológicas como
presencia de insomnio. Como también índices altos de poca capacidad para disfrutar de las
diversas actividades de la vida diaria.

El sexto objetivo específico trazado fue distinguir los tipos de afrontamiento utilizados por las
cuidadoras informales de adultos mayores evaluadas en el cantón Rumiñahui - Ecuador y
luego de realizar el estudio de las estrategias de afrontamiento empleadas se cumplió con el
mismo, al determinar que las cuidadoras de la muestra estudiada, optaron por poner en
marcha en mayor índice recursos externos o conductuales es decir, utilizaron un
afrontamiento centrado en la emoción al presentar aspectos como:

Contención en la religión con una media de 4,4 siendo la estrategia más utilizada, la
aceptación del problema con una media de 2,7, replanteamiento positivo con una media de
2,2 así también, se obtuvo una media de 2,0 en autodistracción y una media de 1,8 en
autoinculpación de los problemas por los que atraviesa. En menor medida se presentó
estrategias como el desahogo de sentimientos con una media de 1,1 de igual forma retirada
del comportamiento con una media de 0,9 al igual que, una media de 0,8 en búsqueda de
apoyo emocional y como última estrategia se optó por el humor con una media baja de 0.05

67
Pero también se presentó cuidadoras que ponen en marcha, aunque en menor índice un
afrontamiento centrado en el problema, es decir optaron por acciones instrumentales y
cognitivas para encontrar formas alternativas de tratar la situación del cuidado, presentando
tres aspectos como: Planificación con una media de 2,2 como también, se presentó con una
media de 1,9 el afrontamiento activo en algunas cuidadoras, además, se obtuvo una media
de 1,1 en la estrategia de búsqueda de apoyo instrumental.

Los datos recabados de la presente investigación tienen similitud con los obtenidos por otras
investigaciones, en razón que los cuidadores utilizan también con mayor frecuencia
estrategias evitativas o de escape para lidiar con la situación del cuidado, poniendo en práctica
en mayor índice un afrontamiento centrado en la emoción.

A nivel nacional los datos obtenidos contrasta con la investigación realizada por Azar
Mandujano (2018) en la ciudad de Quito - Ecuador al presentar la estrategia de contención en
la religión como la más utilizada con una media de 3,25 y la menos utilizada es el uso de
sustancias con una media de 2,47. De igual forma existe similitud con el estudio de Quirola
Chica (2018) en la ciudad de Guayaquil - Ecuador en una muestra de 40 cuidadores, donde
las estrategias más utilizadas con medias altas son: autodistracción 2,22, aceptación 2,02,
retirada del comportamiento 1,65, planificación 1,65, religión 1,37 y las menos utilizadas son
uso de sustancias 1,87 y humor con una media de 1,45.

A nivel internacional el estudio realizado por García, Manquián, y Rivas (2016) en Chile a una
muestra de 194 cuidadoras, se asemeja a los datos de la investigación en el cantón Rumiñahui
- Ecuador, obteniendo 4,51 de aceptación; 4,49 de afrontamiento activo, 4,36 planificación;
4,27 de reinterpretación positiva; 4,18 de contención en la religión, 4,05 de autodistracción,
3,96 de búsqueda de apoyo emocional y las menos utilizadas son uso de sustancias con 1,11
y el humor con 1,26.

Al igual que los resultados obtenidos por Pérez Jiménez, Rodríguez Salvá, Herrera Travieso,
García Roche, Echemendía Tocabens, y Chang de la Rosa (2013) en la Habana - Cuba en
una muestra de 42 cuidadoras, en las que prevalece estrategias con medias altas como 3,70
de aceptación; 3,51 de planificación; 3,53 de afrontamiento activo; 3,01 de reinterpretación
positiva, 3,22 de religión y las menos usada como la negación con una media de 1,63 y usos
de sustancias con media de 1,20.

En síntesis, el uso de estrategias evitativas en mayor índice por parte de las cuidadoras es
porque se sienten incapaces de cambiar la situación que viven, al considerar difícil buscar y
generar alternativas de solución frente a la enfermedad o problemas en el cuidado, existiendo
un mayor esfuerzo en desarrollar pensamientos y conductas para mermar el malestar
68
emocional, lo cual las ha llevado a presentar mayores niveles de estrés, que se relacionan
con la presencia de sobrecarga, problemas físicos, emocionales y sociales. De ésta manera
se cumple el objetivo específico planteado en el estudio y se ha dado respuesta a la pregunta
de investigación.

El séptimo objetivo planteado fue conocer el nivel de apoyo social percibido por las cuidadoras
evaluadas, el cual se cumplió al determinar luego de realizar el estudio que, en un 95% esto
es 19 cuidadoras perciben escaso apoyo social por parte de familiares, amigos y la sociedad.
Este dato frente a un mínimo 5% representado por una cuidadora que percibe respaldo de su
entorno más cercano.

Investigaciones reafirman los datos obtenidos, como el estudio realizado por Masanet y La
Parra (2011) en Lisboa - Portugal a una muestra de 81 cuidadores encontrando un 62% de
escaso apoyo social y un 38% de presencia de apoyo social. Igualmente, los datos recogidos
por Angarita (2011) en San José de Cúcuta a una muestra de 179 cuidadores informales
contrasta con los datos anteriormente expuestos, al obtener un 54,7% de escaso apoyo social
y un 45.3% de presencia de apoyo social en sus evaluados. Asimismo, en la investigación
realizada por Álvarez Banquett, Peluffo Mendoza, y Peroza Bahoque (2018) en Cartagena -
Colombia a una muestra de 126 cuidadores, se encontró un 61% de escaso apoyo social y un
39% de presencia de apoyo social.

No obstante, otras investigaciones discrepan de los datos anteriores como en el estudio de


Pérez Peñaranda (2015) en España, en el cual existe un 68% de presencia y 32% de escaso
apoyo social. De la misma forma, en el estudio efectuado por Cerquera Córdoba, y Pabón
Poches (2016) en Colombia obteniendo un 81% de presencia de apoyo social y un 19% de
escaso apoyo social en los cuidadores informales evaluados.

El análisis de los datos explica que la presencia de un 95% de percepción de un escaso apoyo
social en las cuidadoras del cantón Rumiñahui - Ecuador se debe a que sienten que no
cuentan con personas para comunicar sus sentimientos íntimos, compartir sus problemas
personales, familiares o económicos, advierten también poca posibilidad de recibir consejos
es decir no cuentan con apoyo instrumental, como también carecen de demostraciones de
amor, afecto, empatía, reconocimiento a su labor, por parte de su círculo más cercano, es
decir ausencia de un apoyo emocional.

Esto frente a una escasa presencia de apoyo social instrumental y emocional en una
cuidadora, lo cual corrobora la existencia de malestar psicológico negativo y sobrecarga
intensa en la mayoría de las cuidadoras evaluadas. Por lo tanto, se ha dado respuesta a la
séptima pregunta de investigación y al objetivo específico planteado.
69
El octavo objetivo específico planteado fue establecer los rasgos de personalidad de las
cuidadoras de adultos mayores evaluadas, el cual se cumplió, al obtener luego de la
investigación una media de 3,4 de Neuroticismo muy superior en relación a una media de 1,0
de Extroversión y una media de 0,4 de Psicoticismo.

La presencia de una puntuación alta de Neuroticismo en las cuidadoras evaluadas, es un


indicador de malestar psicológico negativo, baja estabilidad emocional con percepción de
sobrecarga, al evidenciarse en sus resultados que son ansiosas, emocionalmente inestables,
se preocupan con facilidad, presentan una baja autoestima al exhibir indecisión, inseguridad,
dan poco valor a sus habilidades y no se preocupan de su salud, como también sienten que
no controlan su vida, además están a menudo de mal humor o tristes, pero también son
tímidas, cohibidas y presentan depresión.

Esto frente a un puntaje bajo en Extroversión lo cual indica que las cuidadoras carecen este
rasgo como factor protector para sobrellevar la situación estresante del cuidado, por lo que
son introvertidas, pesimistas, centran su atención en experiencias internas, son reservadas y
poco comunicativas, pero al mismo tiempo el presentar un promedio bajo en Psicoticismo,
expone en las cuidadoras responsabilidad, respeto a las normas y altruismo en el desarrollo
de su rol.

A pesar de existir escasos trabajos previos sobre el tema, los resultados encontrados tienen
similitud con los datos de la investigación realizada por Reyes Trelles, y Rivera Tapia (2018)
en la ciudad de Cuenca - Ecuador a una muestra de 64 cuidadores encontrando una media
de 3,41 igualmente superior de Neuroticismo con presencia de baja estabilidad emocional en
sus evaluados, seguido de una media de 3,20 de Extroversión y una media baja de 1,92 de
Psicoticismo.

No obstante, al contrastar con otras investigaciones el rasgo extroversión se presenta en


mayor promedio, lo cual ha ayudado a sobrellevar el cuidado de mejor manera,
evidenciándose es estos estudios un menor porcentaje de sobrecarga en los evaluados en
comparación con el resultado obtenido de las cuidadoras del cantón Rumiñahui, como por
ejemplo en la investigación realizada por Blanco, Guisande, Sánchez, Otero, López, y
Vázquez, (2019) en Galicia - España a una muestra de 294 cuidadores, existe la prevalencia
del rasgo de Extroversión con una media superior de 3,4, frente a una media de 2,9 en
Neuroticismo, mientras que el Psicoticismo presenta una media inferior de 1,2.

De igual forma los datos encontrados en el presente estudio difieren con los obtenidos en la
ciudad de Cuenca - Ecuador en una muestra de 89 cuidadores investigadas por Medina

70
Carrión, y Molina Dick, (2018) al existir una media de 3,87 de Extroversión en relación a una
media de 3,12 de Neuroticismo y una media inferior de 1,83 de Psicoticismo.

A este análisis que ha dado respuesta a la octava pregunta de investigación, lo ratifica la parte
teórica al exponer que, la personalidad será un agente causal o la variable mediadora entre
el estrés y salud en consecuencia, la forma como el cuidador enfrente a las demandas del
entorno en base a sus recursos cognitivos, conductuales y emocionales darán lugar a las
diferencias individuales que ayudarán a predecir el ajuste emocional del cuidador al proceso
de cuidado (Cuéllar, 2013).

Contestando la novena pregunta de investigación respecto a si ¿existe deterioro cognitivo en


los adultos mayores de la muestra investigada en el cantón Rumiñahui? Se estableció que el
100% de evaluados presentaron un tipo de deterioro, de los cuales el 50% corresponde a un
deterioro cognitivo importante, el 30% a un deterioro cognitivo leve y en igual cantidad esto es
un 10% se encontró a adultos mayores con deterioro cognitivo normal y moderado, datos que
son similares a los resultados obtenidos por Farinango, Amable, y Villacrés Estrada (2015) en
la ciudad de Quito - Ecuador en una muestra de 37 adultos mayores, en el cual se encontró
un 65% de deterioro cognitivo importante, un 30% de deterioro cognitivo leve y un 5% de
deterioro cognitivo moderado.

Mientras que en la investigación de Pérez - Peñaranda (2015) realizada en España en una


muestra de 92 adultos mayores se obtuvo similitud respecto a la prevalencia del deterioro
cognitivo importante en un 36%, pero existe una diferencia con el resto de variables que
puntuaron un 35% de deterioro cognitivo normal, un 18% de deterioro cognitivo moderado y
un 11% de deterioro cognitivo leve. Sin embargo, al contrastar con la investigación de
Carretero et al., (2015) realizado en España a una muestra de 293 adultos mayores, difiere
con los resultados obtenidos, en el cual el deterioro cognitivo normal prevalece con un 48%
frente a un 22% de deterioro cognitivo leve, con un 18% de deterioro cognitivo importante y
con un 12% de deterioro cognitivo moderado.

Al comparar los datos recogidos en el presente estudio con los de otras investigaciones, se
puede decir que existen similitud al presentar características que indican deterioro cognitivo
en los adultos mayores evaluados a causa del tipo y grado de la enfermedad como también
de la edad que tengan, siendo estos indicadores del nivel de dependencia que presenten. De
ésta forma se cumple el noveno objetivo específico, planteado en la investigación.

71
CONCLUSIONES

De acuerdo a los objetivos planteados en el estudio se expresa las siguientes conclusiones:

 El perfil sociodemográfico de los cuidadores, fue predominantemente femenino,


especialmente hijas, con una edad promedio de 55 años, casadas, pertenecientes al grupo
étnico mestizo, con un bajo nivel educativo, dedicadas al cuidado del hogar y cuidado
familiar simultáneamente y que proporcionan asistencia sin límite de tiempo y de manera
constante e intensa, siendo motivadas por un vínculo emocional y moral; por lo tanto, no
acceden a un trabajo remunerado.
En cuanto a las características sociodemográficas de los adultos mayores se determinó
que mayoritariamente son mujeres, viudas, con una edad promedio de 84 años, con un
nivel académico bajo, que conviven con sus cuidadores y que exponen enfermedades
crónicas degenerativas; por lo tanto, dependencia.

 En la investigación se encontró una prevalencia de sobrecarga intensa en un 90% de


cuidadoras informales, al presentar percepción subjetiva de carga asociada al cuidado con
presencia de malestar físico, pero sobretodo malestar emocional. También se obtuvo un
10% de cuidadoras con sobrecarga leve, al exhibir en menor índice malestar emocional y
físico por tener que cuidar al familiar. En la muestra investigada, no existió evaluadas sin
sobrecarga. Con estos resultados se ve necesario intervenir para mermar el nivel de
sobrecarga intensa en las cuidadoras investigadas y reducir el impacto negativo en calidad
de vida.

 En cuanto, al nivel de competencia para el cuidado, un 50% de cuidadoras informales


presentaron una competencia baja a causa de la falta de capacitación en el cuidado, como
también la presencia de características internas y de personalidad. Mientras que en el otro
50% de cuidadoras se evidenció una competencia media para el cuidado, al exhibir mayor
conocimiento instrumental y procedimental, como también mejores condiciones
personales. En la población investigada no se encontró un nivel de competencia alta para
el cuidado.

 Al determinar el grado de dependencia de los adultos mayores investigados, perteneciente


al cantón Rumiñahui - Ecuador en definitiva se concluye que la muestra presentó
dependencia en distintos grados, a consecuencia de una edad avanzada y /o presencia
de enfermedades crónicas. Existiendo un 45% de adultos mayores con dependencia
severa a consecuencia de su gran limitación funcional, requiriendo ayuda y
acompañamiento para desarrollar gran parte de las actividades de la vida diaria. Mientras

72
que un 40% presentó dependencia total, es decir necesitan ayuda en todas las actividades
de la vida diaria, debido a la pérdida total de autonomía física, mental y / o sensorial. Solo
un 15% de adultos mayores mostró dependencia moderada.

 Respecto a la salud mental de las cuidadoras informales investigadas, se puede concluir


que un 90% presentaron malestar psicológico, al exponer percepciones y reacciones
emocionales negativas ante la experiencia de cuidar al familiar con cierto grado de
dependencia, sin límite de tiempo, sin ayuda, sin remuneración, pero sobretodo sin apoyo
emocional. Sin embargo, es importante destacar el hallazgo de un 10% de cuidadoras
informales, quienes manifestaron bienestar psicológico asociado a una autovaloración
positiva, como también la facultad para enfrentar problemas y situaciones conflictivas en
el cuidado.

 En relación, a las estrategias de afrontamiento se encontró que las cuidadoras evaluadas


en mayor medida utilizaron estrategas evitativas; es decir, pensamientos y conductas para
mermar el malestar emocional, poniendo en práctica la contención en la religión,
aceptación, replanteamiento positivo, autodistracción; por lo tanto, optaron por un tipo de
afrontamiento centrado en la emoción.

 A cerca del nivel de apoyo social de la red social más próxima, se detectó que un 95% de
cuidadoras esto es 19 de 20 evaluadas perciben escaso apoyo social tanto instrumental
como emocional al advertir que no cuentan con personas para comunicar sentimientos,
compartir problemas, recibir acciones que ayuden en el desempeño de su rol, como
también sienten carencia de demostraciones de afecto, empatía, cariño, cuidado, amor,
confianza de su círculo más cercano, por lo tanto no existe la ayuda y el soporte necesario
de parte de la familia, amigos y sociedad.

 En la investigación se encontró índices altos del rasgo neuroticismo en la mayoría de


cuidadoras, lo cual indica baja estabilidad emocional al exponer ansiedad, preocupación
con facilidad, baja autoestima, tristeza, timidez y tendencia al uso de estrategias evitativas.
Como también se obtuvo índices bajos del rasgo extroversión como factor protector en el
cuidado. También se obtuvo un promedio bajo de psicoticismo en las cuidadoras lo cual
explica en ellas la responsabilidad, respeto a normas, altruismo en el desarrollo del rol
como su tendencia a buscar refugio en la espiritualidad.

Con estos resultados se ve necesario intervenir y prevenir un aumento de los rasgos de


neuroticismo y psicoticismo en las cuidadoras que sumado a una baja extroversión puede
dar lugar a la presencia del Síndrome de Burnout o el abandono total del rol.

73
 En referencia al funcionamiento cognitivo de los adultos mayores investigados se concluye
que, un 50% presentó deterioro cognitivo importante o demencia, a consecuencia de la
pérdida total de las funciones cognitivas superiores; por lo tanto, son totalmente
dependientes para las actividades básicas de la vida diaria. Mientras que un 30% de
investigados mostró un deterioro cognitivo leve, con problemas de memoria, lo cual no
afecta significativamente su vida diaria. Y una minoría de un 10% exhibió un deterioro
cognitivo moderado con pérdida de algunas funciones cognitivas necesitando supervisión
en algunas actividades de la vida diaria y otro 10% de evaluados manifestó deterioro
cognitivo normal al presentar cambios en la capacidad de varias funciones propias del
envejecimiento.

En síntesis, esta investigación permitió identificar la presencia de sobrecarga laboral intensa


en la mayoría de las cuidadoras informales investigadas, siendo necesario intervenir para
mermar la percepción de malestar físico, emocional y social que ha surgido en las proveedoras
de cuidado y mejorar su calidad de vida.

Por lo tanto, las cuidadoras familiares necesitan ser sostenidas en este proceso por la
sociedad y la familia con principios de oportunidad que garanticen una valoración desde lo
personal, social, económico pero sobretodo emocional, buscando disminuir la posibilidad que
su estrés se incremente y se transmita al receptor del cuidado generando mayores dificultades
en la ejecución de las actividades de la vida diaria, como también mayores problemas de
conducta, por lo tanto, mayor dependencia, lo cual a su vez acrecentaría las demandas
impuestas sobre el cuidador, dando lugar a un círculo vicioso de malestar, tanto en el cuidador
como en el adulto mayor cuidado. Además, se evitaría que este estrés incrementado y
recíproco de lugar a formas de violencia verbal o hasta física, o situaciones de desatención o
negligencia, empeorando la situación.

74
RECOMENDACIONES

Las siguientes recomendaciones buscan servir de guía para posibles investigaciones futuras,
en el mismo o diferente contexto, dentro y fuera del país, así como mejorar la condición de
vida actual en la persona que presta apoyo y cuidado, al procurar mermar factores que inciden
en la presencia de sobrecarga intensa y generar un aumento de su bienestar emocional, físico
y social y de manera indirecta, en la de los adultos mayores cuidados.

 Se sugiere para futuros estudios sobre el cuidado informal, utilizar un diseño de


investigación con alcances correlacional y explicativo para conocer la relación que existe
entre las variables y responder por qué se relacionan dos o más de ellas en el cuidado
familiar del adulto mayor y de ésta manera corroborar la información recogida en ésta
investigación.

 Se pone a consideración de la Dirección Distrital MIES - Rumiñahui la necesidad de


sistematizar y socializar la información que dispone, sobre el cuidado informal de adultos
mayores en el cantón, obtenida por la entidad en diferentes encuestas de salud,
condiciones de vida, laborales o de otro tipo, con el fin de conocer los resultados obtenidos,
sus características, cómo y por qué se han relacionado entre sí, brindando un aporte
investigativo sobre la evolución y tendencias del cuidado familiar en el sector,
corroborando de esta forma la información en especial la sociodemográfica recogida en el
presente y futuros estudios.

 Se recomienda a la Coordinación de Servicio Social - MIES - Rumiñahui considerar


emprender programas y servicios de apoyo para evitar o mermar la percepción de
sobrecarga en los cuidadores familiares y aumentar la competencia para el cuidado al
brindar información virtual sobre la asistencia, ayuda y supervisión al familiar del adulto
mayor como también el autocuidado de la persona que asiste, a través de módulos o
temas de tipo educacional que actualmente apoyan las modalidades de atención al adulto
mayor en otros cantones.

 Es recomendable promover reuniones periódicas con la familia por ser el contexto de


soporte inmediato del cuidador y del adulto mayor cuidado, para proporcionar
conocimiento y adiestramiento que ayudará a afrontar el cuidado en las mejores
condiciones posibles, al analizar conjuntamente la importancia de una buena
comunicación familiar, de los roles de cada uno de sus miembros en base a un trabajo
familiar en forma igualitaria y equitativa en el reparto de las tareas del cuidado, la
importancia de brindar apoyo instrumental, emocional al cuidador y persona cuidada para
mermar las consecuencias negativas como conflictos familiares, aislamiento, malestar

75
físico y sobretodo el malestar emocional del cuidador y aumentar las consecuencias
positivas, al mejorar su calidad de vida.

 Se recomienda a cuidadores y familiares de adultos mayores dependientes y con


presencia de deterioro cognitivo buscar información para comprender mejor las
limitaciones en funcionalidad e implicaciones en las actividades de la vida diaria del
familiar cuidado, como también se sugiere brindar ayuda en base al afecto, comprensión
y apoyo emocional para que el adulto mayor enfrente las dificultades físicas y emocionales
y no entre en depresión, aumentando su dependencia y deterioro integral.

 Se recomienda brindar información sobre las estrategias de afrontamiento más


adaptativas para aprender a sentirse bien y gestionar mejor sus emociones, además de
identificar las situaciones que provocan tristeza o depresión y concientizar en el cuidador
el no pretender hacer más de lo humanamente posible, ya que el agotamiento puede
alterar el cuidado y generar situaciones como la inatención o el maltrato.

 Se sugiere crear redes de apoyo, entre cuidadoras y familias que vivan similares
situaciones donde se encuentren posibles soluciones basadas en experiencias que le
ayuden a prevenir situaciones difíciles y a formular soluciones asertivas.

 Se recomienda a las cuidadoras plantearse objetivos a corto plazo que sean factibles
durante el cuidado, a través de la planificación de actividades diarias y semanales
considerando las más importantes en cuanto al cuidado del adulto mayor, como también
el tiempo necesario para su esparcimiento, descanso, cuidado físico y desarrollo social.
Al tener una mejor gestión de tiempo y mejor manejo de emociones sentirá un mayor
control sobre la situación.

 Otra recomendación importante, es trabajar previamente con el cuidador principal y la


familia conjuntamente, preparándoles para posibles situaciones que en un futuro tengan
que enfrentar durante el cuidado, facilitando información respecto al envejecimiento,
dependencia y cuidado informal, de esta manera prevenir la presencia a futuro de la
sobrecarga en el cuidador y una crisis familiar, al tomar conciencia que es necesario una
participación activa en el cuidado por parte de todos sus miembros.

76
BIBLIOGRAFÍA

Achury, D., Castaño, H., Gómez, L., y Guevara, N. (2011). Calidad de vida de los cuidadores
de pacientes con enfermedades crónicas con parcial dependencia. Investigación en
Enfermería: Imagen y Desarrollo, vol. 13, pp. 27-46

Agencia Estatal Boletín General del Estado Español (2006). Promoción de la Autonomía
Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.

Alonso, A., Menéndez, M, y González, L. (2013). Apoyo social: Mecanismos y modelos de


influencia sobre la enfermedad crónica. Cadernos de atención primaria, Vol. 19 (2),
118-123.

Álvarez Banquett, K. J., Peluffo Mendoza, Y. T., y Peroza Bahoque, Y. P. (2018). Apoyo social
que reciben los cuidadores familiares principales de niños con cáncer en dos
instituciones de salud de la ciudad de Cartagena (Doctoral dissertation). Universidad
de Cartagena – Colombia.
Álvarez, J. (2012). Relación entre los niveles de carga, la salud física autopercibida y los
niveles de depresión en las cuidadoras principales de niños y jóvenes con autismo.
Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Venezuela, Barquisimento.
Arteaga-Hernández, M. I., Segovia- Díaz de León, M. G., Pérez-Rodríguez, M. C., y Cruz-
Ortiz, M. (2015). Capacidad funcional física y necesidades humanas del adulto mayor.
Revista de Enfermería del Instituto Mexicano del Seguro Social, 23(1), 17-26.

Azar Mandujano, J. D. (2018). Estrés Laboral en cuidadores formales de un Centro de Diálisis


y cuidadores informales de la ciudad de Quito durante el año 2017 (Bachelor's thesis).
Universidad Técnica Particular de Loja - Ecuador.

Berbel, E., Sepúlveda, A. R., Graell, M., Andrés, P., Carrobles, J. A., & Morandé, G. (2010).
Valoración del estado de salud y psicopatología de los familiares en el trastorno del
comportamiento alimentario: diferencias entre cuidadores principales y secundarios.
Revista de Psicopatología y Psicología Clínica Vol. 15, N.º 3, pp. 179-192.

Blanco, V., Guisande, M. A., Sánchez, M. T., Otero, P., López, L., & Vázquez, F. L. (2019).
Síndrome de carga del cuidador y factores asociados en cuidadores familiares
gallegos. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 54(1), 19-26.

77
Blanco, V., Guisande, M. A., Sánchez, M. T., Otero, P., López, L., & Vázquez, F. L. (2019).
Síndrome de carga del cuidador y factores asociados en cuidadores familiares
gallegos. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 54(1), 19-26.

Cano, A. /Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés (2016a). La Naturaleza


del estrés.

Cano, A. /Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés (2016b).


Afrontamiento.

Cañizares, V. (2017). Funcionalidad familiar y sobrecarga del cuidador de personas con


discapacidad severa en la Magdalena y Chilibulo, periodo de marzo a octubre de
2016.Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador.

Carretero, S., Garcés, J., Rodenas, F. (2015). La sobrecarga de las cuidadoras de personas
dependientes: Análisis y propuestas de intervención psicosocial

Carrillo González, G.M., Sánchez Herrara B. y Vargas Rosero, E. (2016). Desarrollo y pruebas
psicométricas del Instrumento “cuidar” - versión corta para medir la competencia del
cuidado en el hogar. Rev Univ Ind Santander Salud, 48(2): 222-231.

Carrillo-González, G. M., Barreto-Osorio, R. V., Arboleda, L. B., Gutiérrez-Lesmes, O. A.,


Melo, B. G., y Ortiz, V. T. (2015). Competencia para cuidar en el hogar de personas
con enfermedad crónica y sus cuidadores en Colombia. Revista de la Facultad de
Medicina, 63(4), 665-675.

CEPAL-CELADE. (2007). Estudio sobre la protección social de la tercera edad en Ecuador.

Cerquera Córdoba, A. M. y Pabón Poches, D. K. (2016). Resiliencia y variables asociadas en


cuidadores informales de pacientes con Alzheimer. Revista Colombiana de Psicología,
25(1), 33-46.

Cerquera, A., Pabón, D., Granados, F. & Galvis, M. (2016). Sobrecarga en cuidadores
informales de pacientes con Alzheimer y la relación con su ingreso salarial. Psicogente,
19(36), 240-251.

Cheix, M., Herrera, M., Fernández, M., y Barros, C. (2015). Factores de riesgo de la
dependencia funcional en las personas mayores chilenas y consecuencias en el
cuidado informal. América Latina Hoy, (71), pp. 17-36. doi: 10.14201/alh2015711736

78
Cortes Muñoz, C., Cardona Arango, D., Segura Cardona, A., y Garzón Duque, M. (2016).
Factores físicos y mentales asociados con la capacidad funcional del adulto mayor,
Departamento de Antioquia, 2012. Revista de Salud Pública, 18(2), 165-178.

Cracco, C., y Blanco Larrieux, M. L. (2015). Estresores y estrategias de afrontamiento en


familias en las primeras etapas del ciclo vital y contexto socioeconómico. Ciencias
Psicológicas, 9(SPE), 129-140.

Crespo, M., y López, J. (2007). El apoyo a cuidadores de familiares mayores dependientes en


el hogar: desarrollo del programa "Como mantener su bienestar".

Crespo, M., y López, J. (2008). Cuidadoras y cuidadores: el efecto del género en el cuidado
no profesional de los mayores. Perfiles y Tendencias, Vol.30, 1-31.

Crespo, M., y Rivas, M. (2015). La evaluación de la carga del cuidador: una revisión más allá
de la Escala de Zarit. Clínica y Salud, 26(1), 9-15.

Cruz, L. (2015). El perfil sociodemográfico de las personas mayores en los recursos sociales
de Tijarafe (Tesis de Pregrado). Universidad de la Laguna, Isa de la Palma, Canarias-
España.

Cuéllar Flores, I., & Sánchez López, M. (2012). Adaptación psicológica en personas
cuidadoras de familiares dependientes. Clínica y Salud, 23(2), 141-152.

Cuéllar, I. (2013). Cuidado familiar y estilos de personalidad: análisis a través de un modelo


de afrontamiento de estrés (Tesis Doctoral). Universidad Complutense de Madrid,
Madrid.

Cuéllar-Flores, I., y Dresch, V. (2012). Validación del cuestionario de Apoyo Social Funcional
Duke-UNK-11 en personas cuidadoras. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y
Evaluación-e Avaliação Psicológica, 2(34).

Da Silva, M. A., Braga, M., y Da Silva, C. (2009). Evaluación de la presencia del Síndrome de
Burnout en cuidadores de ancianos. Enfermería Global, (16).

De los Santos, P., y Carmona, S. (2012). Cuidado informal: una mirada desde la perspectiva
de género. Revista Latinoamericana de Estudios de la Familia, (4), 138-146.

Delgado, A. (2018). La Dependencia en la vejez. Definición, características e importancia en


el cuidado. Revista Médica y de Enfermería Ocronos. DOI:
http://dx.doi.org/10.18273/revsal.v48n2-2016007

79
Domínguez, M., Ocejo, A., y Rivera, M. (2013). Bienestar, apoyo social y contexto familiar de
cuidadores de adultos mayores. Acta de investigación psicológica, 3(1), 1018-1030.

Esandi, N., y Canga, A. (2011). Familia cuidadora y enfermedad de Alzheimer: una revisión
bibliográfica. Gerokomos, 22(2), 56-61.

Escobar, D., y Vicente, J. J. (2019). Caracterización Clínico Sociodemográfica y Evaluación


de Estado Funcional de Pacientes Geriátricos en el Programa de Atención Domiciliaria
del Hospital II EsSalud Ilo, Febrero Del Año 2019. Universidad privada de Tacna- Perú.

Espinosa V, Acuña C, De la Torre D, y Tambini G. (2017). La reforma en salud del Ecuador.


Revista Panamericana Salud Pública, 41: e96.

Estatuto Consejo de Europa (1998). Recomendación Nº R (98)9 Del Comité de Ministros a los
Estados miembros relativa a la dependencia.

Expósito, Y. (2008). La calidad de vida en los cuidadores primarios de pacientes con cáncer.
Revista Habanera de Ciencias Médicas, 7(3).

Farinango, Q., Amable, B., & Villacrés Estrada, D. K. (2015). Análisis de la pertinencia de la
institucionalización de adultos mayores con demencia leve y moderada y sus factores
determinantes, en pacientes de la Clínica Nuestra Señora de Guadalupe, en el período
abril-julio 2015 (Master's thesis). Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito-
Ecuador.

Fernández, M. (2009). Estrés percibido, estrategias de afrontamiento y sentido de coherencia


en estudiantes de enfermería: su asociación con salud psicológica y estabilidad
emocional (Tesis Doctoral). Universidad de León, León- España.

Fernández, M.D.C.G. (2016). Evolución de los cuidados de larga duración y el impacto sobre
cuidadores informales. En Respuestas transdisciplinares en una sociedad global:
Aportaciones desde el Trabajo Social (p. 36). Universidad de La Rioja.

Flores, E., Rivas, E., y Seguel, F. (2012). Nivel de sobrecarga en el desempeño del rol del
cuidador familiar de adulto mayor con dependencia severa. Ciencia y enfermería,
18(1), 29-41.

Flores, M., Fuentes, H., González, G., Meza, I., Cervantes, G., y Valle, M. (2017).
Características principales del cuidador primario informal de adultos mayores
hospitalizados. Nure investigación, 14(88).

80
Fluxá Egea, T. (2015). La Sobrecarga del cuidador. Salud Madrid. Madrid: Hospital Virgen de
la Torre.

Gallardo Vargas, R., Barón Hernández, D., & Cruz Menor, E. (2012). Fundamentación de un
diseño metodológico para la evaluación del cuidado informal en enfermos de
Alzheimer. Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Río, 16(3), 195-209.

Gálvez, M., Saucedo, M., Calderón, A., Pacheco, I., Carmona, F., y García, A. (6 al 7 de
noviembre de 2014). El proceso de afrontamiento en cuidadoras familiares de
personas con alto grado de dependencia. Paraninfo Digital.

García, E. P. L. (2016). PUESTA AL DÍA: CUIDADOR INFORMAL. Revista Enfermería C y L,


8(1), 71-77.

García, F., Manquián, E., y Rivas, G. (2016). Bienestar psicológico, estrategias de


afrontamiento y apoyo social en cuidadores informales. Psicoperspectivas, 15(3), 87-
97.

García, M., y Del Río, M. (2012). El papel del cuidado informal en la atención a la Dependencia:
¿Cuidamos a quiénes cuidan? Fundación Caser para la Dependencia.

Gonzáles, I., y Lorenzo, A. (2012). Propuesta Teórica acerca del Estrés Familiar. Revista
Electrónica de Psicología Iztacala, 15 (2). 416-432.

González W., Y., Ortega de Gómez, E., Castillo De Lemos, R., Whetsell, M., & Cleghorn
Spencer, D. (2017). Validación de la Escala Inventario de Estrategias de
Afrontamiento, Versión Española de Cano, Rodríguez, García (2007), En el contexto
de Panamá. Enfoque. Revista Científica De Enfermería, 21(17), 109-133.

González, F., Masad, C., y Lavanderos, F. (2015). Estudio nacional de la dependencia de


personas mayores. Santiago de Chile: SENAMA, 2012.

Guamán, G. (2017). Incidencia del síndrome de sobrecarga del cuidador informal de pacientes
oncológicos. “En la Fundación Jóvenes contra el Cáncer” (Tesis de pregrado).
Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador.

Instituto de Mayores y Servicios Sociales. (IMSERSO, 2011). Envejecimiento Activo.

Islas, N., Ramos, B., Aguilar, M., y García, M. L. (2006). Perfil psicosocial del cuidador primario
informal del paciente con EPOC. Revista del Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias, 19(4), 266-271.
81
Jerves García, M. G. (2016). Factores asociados a la Dependencia funcional en adultos
mayores del Centro Parroquial de Turi 2015 (Master's thesis). Universidad del Azuay-
Ecuador.

Jiménez, M. D. C. L., Moreno, F. L., y Arreola, A. D. C. (2016). Estrategias de afrontamiento,


estrés y estilos de apego en cuidadores primarios de pacientes con IRC del IMSS
Hidalgo. Revista Huella de la Palabra, (9).

Larrañaga, I., Martín, U., Bacigalupe, A., Begiristáin, J. M., Valderrama, M., y Arregi, B. (2008).
Impacto del cuidado informal en la salud y la calidad de vida de las personas
cuidadoras: análisis de las desigualdades de género. Gaceta Sanitaria, 22(5), 443-450.

Loor Proaño, N. E. (2015). Pensamientos disfuncionales y su influencia en la sobrecarga en


cuidadores familiares de pacientes diagnosticados con demencia. (Tesis de pregrado).
Universidad Central del Ecuador, Quito.

López. E. (2016). Puesta al día: cuidador informal. Revista Enfermería C y L, 8(1).

Loredo, M., Gallegos, R., Xeque, A., Palomé, G., y Juárez, A. (2016). Nivel de dependencia,
autocuidado y calidad de vida del adulto mayor. Enfermería Universitaria, 13(3), 159-
165.

Losada, A., Montorio, I., Fernández de Tróconiz, M. y Márquez, M. (2006). Estudio e


intervención sobre el malestar psicológico de los cuidadores de personas con
demencia. El papel de los pensamientos disfuncionales.

Masanet, E., y La Parra, D. (2011). Relación entre el número de horas de cuidado informal y
el estado de salud mental de las personas cuidadoras. Revista Española de Salud
Pública, 85(3), 257-266.

Maza, B. (2013). Realidad del cuidador informal “Una visión dirigida hacia el Cuidador Informal
del enfermo en situación terminal” (Tesis de pregrado). Universidad de Cantabria,
Cantabria, España.

Medina Carrión, J. P., & Molina Dick, M. A. (2018). Rasgos de personalidad y niveles de
ansiedad en padres con hijos con discapacidad en Cuenca (Bachelor's thesis).
Universidad de Cuenca- Ecuador.

Mendoza-Suárez, G. (2014). Síndrome de sobrecarga en familiares encargados del cuidado


de pacientes con enfermedad neurológica crónica. Rev Soc Perú Med Interna, 27(1),
12-8.

82
Miguel González, S. (2017). Calidad de vida y calidad de los cuidados de las personas con
demencia y sus cuidadores informales (Doctoral dissertation). Universitat Jaume I.

Ministerio de Inclusión Económica y Social (2013a). Propuesta de atención integral para


personas con discapacidad.

Ministerio de Inclusión Económica y Social (2013b). Ciudadanía activa y Envejecimiento


positivo.

Ministerio de Inclusión Económica y Social (2013c). Agenda de igualdad para Adultos


mayores.

Montero Pardo, X., Jurado Cárdenas, S., Valencia Cruz, A., Méndez Venegas, J., & Mora
Magaña, I. (2014). Escala de carga del cuidador de Zarit: evidencia de validez en
México.Psicooncología,11(1),71-85.
https://doi.org/10.5209/rev_PSIC.2014.v11.n1.44918

Montero, X., Jurado, S. y Méndez, J. (2015). Variables que predicen la aparición de


sobrecarga en cuidadores primarios informales de niños con cáncer.
PSICOONCOLOGÍA, 12(1), 67-86.

Moreno, A., Ortega, M. y Gamero, C. (2017). Los modelos familiares en España: reflexionando
sobre la ambivalencia familiar desde una aproximación teórica. Revista Española de
Sociología 26 (1).

Organización Mundial de la Salud (1990). Necesidades de cuidado a largo plazo. La carga


global de la enfermedad y la Clasificación Internacional de funcionamiento,
discapacidad y salud.

Organización Mundial de la Salud (2018). Envejecimiento y Salud.

Organización Panamericana de la Salud/ Salud en las Américas (2017). Condiciones crónicas


y enfermedades debidas a causas externas.

Ortiz, Y. G., Lindarte, A. A., Jiménez, M. A., y Vega, O. M. (2013). Características


sociodemográficas asociadas a la sobrecarga de los cuidadores de pacientes
diabéticos en Cúcuta. Revista Cuidarte, 4 (1): 459-66.

83
Painepán, B., y Kühne, W. (2012). Sobrecarga, afrontamiento y salud en cuidadoras de
pacientes con demencia tipo Alzheimer. Summa psicológica UST (En línea), 9(1), 5-
14.

Paredes, Y., Yarce, E., y Aguirre, D. (2018, enero-abril). Funcionalidad y factores asociados
en el adulto mayor de la ciudad San Juan de Pasto, Colombia. Revista Ciencia Salud,
16(1), 114-128.

Peña, F., Álvarez, M., y Melero, J. (2016). Sobrecarga del cuidador informal de pacientes
inmovilizados en una zona de salud urbana. Enfermería Global, 15(43), 100-111.

Pérez Jiménez, D., Rodríguez Salvá, A., Herrera Travieso, D. M., García Roche, R.,
Echemendía Tocabens, B., & Chang de la Rosa, M. (2013). Caracterización de la
sobrecarga y de los estilos de afrontamiento en el cuidador informal de pacientes
dependientes. Revista cubana de higiene y epidemiologia, 51(2), 174-183.

Pérez Peñaranda, A. (2015). El cuidador primario de familiares con dependencia: calidad de


vida, apoyo social y salud mental. Universidad de Salamanca- España.

Pérez, A. (2008). Dependencia, cuidado informal y función familiar. Análisis a través del
modelo sociocultural del estrés y afrontamiento (Tesis Doctoral). Universidad de
Salamanca, Salamanca.

Pérez, M., y Llibre, J. (2010). Características sociodemográficas y nivel de sobrecarga de


cuidadores de ancianos con Enfermedad de Alzheimer. Revista Cubana de
Enfermería, 26(3), 110-122.

Portal, R. (2009). Inteligencia Emocional y adaptación en hijas que cuidan a su familiar con
demencia. (Tesis Doctoral). Universidad de Granada, Córdoba, España.

Quinche Suquilanda, Á. M. (2017). Síndrome del cuidador y funcionalidad familiar en las


personas con discapacidad, Loja 2016 (Master's thesis). Universidad Nacional de Loja-
Ecuador.

Quintero Banguera, G. (2019). Impacto psicológico en cuidadores informales de pacientes con


Alzheimer, atendidos en el Hospital Delfina Torres De Concha (Doctoral dissertation,
Ecuador-PUCESE-Escuela de Enfermería).

84
Quirola Chica, L. T. (2018). Estrés laboral crónico en cuidadores formales e informales de
adultos mayores en la ciudad de Guayaquil en el sector norte durante el año 2017-
2018. (Bachelor's thesis). Universidad Técnica Particular de Loja- Ecuador.

Ramírez Arce, M., Vela Rojas, A. M., y Alván Vargas, S. (2017). Repercusiones del cuidar a
adultos mayores dependientes, Padomi-Essalud-2009. Universidad Nacional de la
Amazonía Peruana (UNAP), Iquitos-Perú.

Reyes Trelles, X. F., & Rivera Tapia, C. J. (2018). Funcionamiento familiar y personalidad de
padres con hijos con trastorno del espectro autista en Cuenca (Bachelor's thesis).
Universidad de Cuenca- Ecuador.

Ríos, A. E. R., & Galán, M. G. N. (2012). Cuidadores: responsabilidades-obligaciones. Revista


de enfermería Neurológica, 11(3), 163-169.

Ruiz, N. y Moya, L. (2012). El cuidado informal: una visión actual. Revista de Motivación y
Emoción, 9(1), 22-30.

Salazar Ramírez, S. C., y Torres Arévalo, J. T. (2015). Nivel de sobrecarga y factores


asociados de los cuidadores primarios de los/as pacientes del centro de atención
ambulatoria 302 del instituto ecuatoriano de seguridad social, Cuenca Ecuador, 2014
(Bachelor's thesis). Universidad de Cuenca, Ecuador.

Salazar, S., y Torres, J. (2015). Nivel de sobrecarga y factores asociados de los cuidadores
primarios de los/as pacientes del centro de atención ambulatoria 302 del Instituto
Ecuatoriano de Seguridad Social, Cuenca Ecuador, 2014. (Tesis de Pregrado).
Universidad de Cuenca, Cuenca, Ecuador.

Sánchez Yépez, N. B., Zambrano Mejía, S. G., y Piedra Abril, K. E. (2015). Salud general y
sobrecarga de trabajo percibida en cuidadores de personas dependientes de la
Ciudad de Cuenca. Agosto 2014-enero 2015. Universidad de Cuenca.

Tamez, B. M. (2016). Envejecimiento y dependencia: análisis desde la gerontología social.


Revista Kairos Gerontología, 19 (22) ,135-156.

Tena Rufo, C. (2016). El estrés en los cuidadores informales de gente mayor.

Tobio, C., Argulló, M., Gómez, M., y Martín, M. (2010). El cuidado de las personas. Un reto
para el siglo XXI.

85
Urbina, M. y Zapata, G. (2017). Síndrome de sobrecarga del cuidador y su relación con el
cuidado de personas con discapacidad grave y muy grave registrados en el Centro de
Salud Nº2 “Las Casas” y pertenecientes al Distrito 17d05 en la ciudad de Quito, 2016.
(Tesis Pregrado). Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Quito, Ecuador.

Urrea, J.A. (2017). Factores que se asocian a la carga del cuidado en cuidadores primarios
informales de Niños y Adolescentes con Necesidades Especiales de Atención en Salud
(NANEAS). Universidad de Chile, Santiago.

Urzúa, A., Caqueo-Urízar, A., Bargsted, M., & Irarrázaval, M. (2015). ¿Afecta la forma de
puntuación la estructura factorial del GHQ-12? Estudio exploratorio en estudiantes
iberoamericanos. Cadernos de Saúde Pública, 31, 1305-1312.

Vaquiro, S., y Stiepovich, J. (2010). Cuidado Informal, un reto asumido por la mujer. Ciencia
y enfermería, 16(2), 17-24.

Varela-Pinedo, L., Chávez-Jimeno, H., Tello-Rodríguez, T., Ortiz-Saavedra, P., Gálvez-Cano,


M., Casas-Vasquez, P., & Aliaga-Díaz, E. (2015). Perfil clínico, funcional y sociofamiliar
del adulto mayor de la comunidad en un distrito de Lima, Perú. Revista Peruana de
Medicina Experimental y Salud Pública, 32(4), 709-716.

Velásquez, Y., y Espín, A. (2014). Repercusión psicosocial y carga en el cuidador informal de


personas con insuficiencia renal crónica terminal. Revista cubana de salud pública,
40(1).

Vicente, M., De la Cruz, C., Morales, R., Martínez, C. y Villarreal, M. (2014). Cansancio,
cuidados y repercusiones en cuidadores informales de adultos mayores con
enfermedades crónicas degenerativas. European Journal of Investigation in Health,
Psychology and Education, 4(2), 151-160.doi:10.1989/ejihpe. v4i2.62.

WHO Quality of Life Assessment Group (1996). ¿Qué calidad de vida? / Grupo de la OMS
sobre la calidad de vida. IRIS, 17(4), 385-387.

Yarce, E., Coral, J., Lagos, G. y López, K. (2015). El cuidador informal del adulto mayor de la
ciudad de Pasto. Revista Criterios, 22(1), 307-316.

86
ANEXOS

87
ANEXO 1 Documento de información para participantes

88
89
ANEXO 2 Consentimiento informado

90
ANEXO 3 Cuestionario Sociodemográfico Ad-hoc

91
ANEXO 4 Entrevista de carga para cuidadores

92
ANEXO 5 Cuestionario Cuidar (BRS)

93
ANEXO 6 Índice de Barthel

94
ANEXO 7 Cuestionario de Salud General (GHQ-12)

95
ANEXO 8 Inventario BRIEF- COPE 28 Y Cuestionario
de Apoyo Social de Duke

96
ANEXO 9 Cuestionario de personalidad EPQR-A

97
ANEXO 10 Cuestionario de Portátil del Estado
Mental de Pfeiffer

98

También podría gustarte