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LA PALABRA DE DIOS Y EL COMPROMISO MORAL

GRADO 9 RELIGION

PREGUNTAS
 ¿Cuál es el compromiso moral de los cristianos?
 ¿Cuál es el compromiso moral?
 ¿Cuál es la moral de Dios?
 ¿Cuál es el compromiso con Dios?

La Palabra divina ilumina la existencia humana y mueve a la conciencia a revisar


en profundidad la propia vida, pues toda la historia de la humanidad está bajo el
juicio de Dios: “Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles
con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las
naciones” (Mt 25, 31-32).  En nuestro tiempo, con frecuencia nos detenemos
superficialmente ante el valor del instante que pasa, como si fuera irrelevante para
el futuro. Por el contrario, el Evangelio nos recuerda que cada momento de
nuestra existencia es importante y debe ser vivido intensamente, sabiendo que
todos han de rendir cuentas de su propia vida.  En el capítulo veinticinco
del Evangelio de Mateo, el Hijo del hombre considera que todo lo que hacemos o
dejamos de hacer a uno sólo de sus “humildes hermanos” (25, 41.45), se lo
hacemos o dejamos de hacérselo a Él: “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve
sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme” (25, 35-36).
Así pues, la misma Palabra de Dios reclama la necesidad de nuestro compromiso
en el mundo y de nuestra responsabilidad ante Cristo, Señor de la Historia.

Palabra de Dios y compromiso por la justicia en la sociedad

La Palabra de Dios impulsa al hombre a entablar relaciones animadas por la


rectitud y la justicia; da fe del valor precioso ante Dios de todos los esfuerzos del
hombre por construir un mundo más justo y más habitable. La misma Palabra de
Dios denuncia sin ambigüedades las injusticias y promueve la solidaridad y la
igualdad. Por eso, a la luz de las palabras del Señor, reconocemos los “signos de
los tiempos” que hay en la historia y no rehuimos el compromiso en favor de los
que sufren y son víctimas del egoísmo.

Anuncio de la Palabra de Dios, reconciliación y paz entre los pueblos

En el contexto actual, es necesario más que nunca redescubrir la Palabra de Dios


como fuente de reconciliación y paz, porque en ella Dios reconcilia en sí todas las
cosas ( 2 Co 5, 18-20;Ef1, 10): Cristo “es nuestra paz” (Ef 2, 14), que derriba los
muros de división. A veces, dichas hostilidades parecen tener un aspecto de
conflicto interreligioso. Una vez más, deseo reiterar que la religión nunca puede
justificar intolerancia o guerras. No se puede utilizar la violencia en nombre de
Dios. Toda religión debería impulsar un uso correcto de la razón y promover
valores éticos que edifican la convivencia civil.

Fieles a la obra de reconciliación consumada por Dios en Jesucristo, crucificado y


resucitado, todos los hombres de buena voluntad han de comprometerse a dar
ejemplo de reconciliación para construir una sociedad justa y pacífica. Nunca
olvidemos que “donde las palabras humanas son impotentes, porque prevalece el
trágico estrépito de la violencia y de las armas, la fuerza profética de la Palabra de
Dios actúa y nos repite que la paz es posible y que debemos ser instrumentos de
reconciliación y de paz”.
El compromiso por la justicia, la reconciliación y la paz tiene su última raíz y su
cumplimiento en el amor que Cristo nos ha revelado

Anuncio de la Palabra de Dios y los jóvenes


Es preciso que se presente la divina Palabra también con sus implicaciones
vocacionales, para ayudar y orientar así a los jóvenes en sus opciones de vida,
incluida la de una consagración total.

Anuncio de la Palabra de Dios y los emigrantes

La Palabra de Dios nos hace estar atentos a la historia y a todo lo nuevo que brota
en ella. Por eso, la misión evangelizadora de la Iglesia, ha querido prestar
atención también al complejo fenómeno de la emigración, que en estos años ha
adquirido proporciones inéditas. En este punto se plantean cuestiones sumamente
delicadas sobre la seguridad de las naciones y la acogida que se ha de ofrecer a
los que buscan refugio, mejores condiciones de vida, salud y trabajo. Gran número
de personas, que no conocen a Cristo o tienen una imagen suya inadecuada, se
establecen en países de tradición cristiana. Al mismo tiempo, otras procedentes de
pueblos profundamente marcados por la fe cristiana emigran a países donde se
necesita llevar el anuncio de Cristo y de una nueva evangelización.
Estas situaciones ofrecen nuevas posibilidades para la difusión de la Palabra de
Dios.

ACTIVIDAD
EL MAESTRO Y SUS DISCIPULOS
LEE EL TEXTO Y RESPONDE LAS SIGUIRNTES PREGUNTAS

El maestro y sus discípulos Decía un Maestro a sus discípulos: — Un hombre


bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser tratado. Un hombre
generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado. Un
hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados, de qué
modo y hasta qué punto. Todo el mundo debería ir a través de las tres fases
tipificadas por estos tres hombres. Alguien le preguntó: — ¿Que es mejor: ser
bueno, generoso o sabio? — Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con
ser bueno o generoso. Estás obligado a hacer lo que es necesario.
 ¿Qué es para ti un hombre bueno y en qué se parece al que describe el
maestro en el texto?
 ¿Quién está obligado a ser

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