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Orientaciones

litúrgico-pastorales
Octava de Navidad
SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
Solemnidad
1 de enero de 2020
Jornada mundial por la paz

«Llamada en los Evangelios "la Madre de Jesús"(Jn 2,


1; 19, 25; cf. Mt 13, 55, etc.), María es aclamada bajo
el impulso del Espíritu como "la madre de mi Señor"
desde antes del nacimiento de su hijo (cf. Lc 1, 43).
En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por
obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho
verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que
el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la
Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María es
verdaderamente Madre de Dios [Theotokos] (cf.
Concilio de Éfeso, año 649: DS, 251)». (CEC 495).
Orientaciones
litúrgico-pastorales
Octava de Navidad
SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
Solemnidad
1 de enero de 2020
Jornada mundial por la paz

I. COMENTARIO A LAS LECTURAS

Octava de Navidad: Santa María Madre de Dios


Primera lectura: Números 6, 22-27
“Invocaran mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”.

Un texto breve, pero intenso y lleno de significación en este día primero


de enero. Se trata de la bendición sacerdotal para el comienzo del año en
Israel. La bendición se hace para Israel invocando el nombre del Señor y
pidiéndole que “ilumine su rostro”. La definitiva bendición de los hombres
nos ha sido dada cuando Aquel que tiene el Nombre sobre todo nombre nos
ha mirado con ojos humanos, haciéndonos próximo el rostro de Dios: Jesús.
Este ha sido el don de María.

Salmo 66
“El Señor tenga piedad y nos bendiga”

La bendición de Dios es para nosotros y para todos los pueblos y


naciones. Este salmo es una magnifica oración universalista para el año
nuevo. No resulta difícil, cada año, hacer esta invocación profundamente
humana y misionera a la misericordia divina.
1
Segunda lectura: Gálatas 4, 4-7.
“Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer”

Este es el texto clásico de la maternidad divina de María y es sobretodo


éste el contenido que hay que valorar en la lectura de hoy. Es el anuncio más
claro del misterio de esta solemnidad: María es la mediación humana para la
realización de lo que se ha propuesto el amor fontal del Padre. Por ello su
maternidad se sitúa “cuando se cumplió el tiempo”, es decir, en aquel
momento inefable en el que la eternidad entra en la historia, y el tiempo
queda “tocado” por la eternidad.

Evangelio: Lucas 2, 16-21.


“María meditaba todas estas cosas en su corazón. Al cumplirse los ocho días
le pusieron por nombre Jesús”.

Volvemos a encontrar el Evangelio de la misa de aurora de Navidad,


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con el añadido que corresponde a la octava de Navidad, la circuncisión y la


imposición del nombre que Dios había querido, el que corresponde a su
identidad. La presencia de María es silenciosa: Ella está junto a José y al
niño, y sobre todo conserva estos recuerdos en su corazón. Es la mujer del
silencio y de la memoria.

II. SITUACIÓN LITÚRGICA

La restauración de la solemnidad de la Madre de Dios en la Octava de


Navidad es perfecta desde el punto de vista litúrgico. En efecto, todas las
liturgias dedican un día bien cercano a la Navidad para celebrar a la madre
que nos ha dado el gozo de la presencia de Jesús. De hecho, también en la
liturgia romana, teníamos ya desde tiempos antiguos unos vestigios muy
claros de esta fiesta (especialmente las oraciones de la Misa y las antífonas de
2 vísperas).
El problema actual es la acumulación en torno al primero de enero. Por
un lado, las antiguas fiestas litúrgicas: la circuncisión en la octava de Navidad
(tema fuertemente sentido por la tradición judeocristiana), el nombre de
Jesús (más reciente como fiesta independiente). Por otro lado, los elementos
seculares: el comienzo del año con toda su resonancia social y popular. No
hace muchos años Pablo VI añadió todavía a este día la oración por la paz.
Este tema ha arraigado con fuerza y es objeto de una pastoral intensa por
parte de la Santa Sede.

El resultado de todo este conjunto no siempre es armónico, ni siempre


resulta claro el primado de la solemnidad de la Madre de Dios. Sin embargo,
no es difícil armonizar los distintos aspectos y proponerlos

Octava de Navidad: Santa María Madre de Dios


catequéticamente.

III. CONTENIDO DOCTRINAL

En esta solemnidad hay que centrar la atención básica en María la


Madre de Dios; de lo contrario perdemos la originalidad de esta fiesta en el
contexto navideño. Si se empieza la homilía anunciando que “hoy es la
jornada de la paz”, se comete una desviación pedagógica y además de un
error litúrgico. La paz por la que oramos es la que nos ha traído María con
su maternidad. “Hoy es el nacimiento de la paz” (San León Magno). “Hoy
la verdadera paz ha bajado del cielo” (Responsorio de Navidad).

Igualmente, no estaría bien centrar primeramente la atención en el año


nuevo. Otra vez aquí la Madre de Dios es decisiva. Nuestros años están en
“la plenitud de los tiempos”, se cuentan a partir del nacimiento de Jesús
(Véase el comentario al texto de la segunda lectura; cf. Carta del Papa Juan
Pablo II, Tertio millenio adveniente, nn.9-10).

Tampoco sería correcto que la predicación de esta solemnidad olvidase


referirse al sentido cristiano de la paz y la necesidad de promover la 3
educación de los hombres al bien de la paz. Tampoco sería realista
permanecer indiferente a lo que todo el mundo piensa en este día: el
comienzo de un año.

IV. REFERENCIA SACRAMENTAL

La “bendición” de Dios invocada en la primera lectura y en el salmo,


que incluye la paz y la serenidad en el tiempo, es sobre todo la salvación de
nuestros pecados y la filiación divina otorgada. Esta es la obra del Hijo de
Dios hecho hombre, nacido de una mujer, la Virgen María. Y este es el
misterio que constituye la Eucaristía de la Iglesia, el sacramento de nuestra
fe. Hoy acentuamos especialmente la referencia que en toda plegaria
eucarística se hace a la presencia-comunión con la Madre de Dios: en la
celebración de la Eucaristía, “reunidos en comunión con toda la Iglesia,
veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor”.
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Vida litúrgica
Diócesis de Zipaquirá
SANTA MARÍA MADRE DE DIOS
Solemnidad
1 de enero de 2020

Moniciones
Entrada

Octava de Navidad: Santa María Madre de Dios


Queridos hermanos y hermanas: Ha nacido aquel que nos trae la salvación.
Hoy nos fijamos, de manera especial, en la Madre del Niño que nos trae la
paz. Celebremos que María es verdadera Madre de Dios y encomendemos
este nuevo año 2020. También conmemoramos la jornada mundial por la
paz.

Liturgia de la Palabra
La Palabra de Dios de este día nos lleva a poner nuestra mirada en el
misterio de la Virgen Madre y al mismo tiempo nos lleva a implorar la
bendición que el Señor quiere entregarnos en el comienzo del nuevo año.

Presentación de los dones


Así como María dispone su corazón para guardar las obras que Dios hace en
su vida, nosotros dispongamos el corazón para unirnos a la ofrenda de
Jesucristo

Comunión
María es Madre de Dios por concebir al Salvador en su vientre y también en
su alma. Que ella nos enseñe a vivir la experiencia de tener a Dios dentro de
nosotros, especialmente cuando comulgamos. 5
Vida litúrgica
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Oración universal
Con la alegría desbordante del Nacimiento de nuestro Salvador, concebido
por el Espíritu en las entrañas de Santa María, Madre de Dios, presentemos
nuestras oraciones por la humanidad, en el comienzo de este nuevo año
2020 y digamos:

R/. Por intercesión de la Virgen María, escúchanos, Señor.

† Oremos por la Iglesia Universal para que en este tiempo de Navidad


renueve el entusiasmo misionero por anunciar la Buena noticia.
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† Oremos por la paz del mundo para que cada persona que venga a este
mundo pueda conocer una existencia de paz y desarrollar plenamente
la promesa de amor y vida que lleva consigo.
† Oremos por todos los nuevos gobernantes de nuestros pueblos que en
estos días toman posesión de sus cargos para que su trabajo político
redunde en progreso y bien común.
† Oremos por aquellos que sufren la soledad, la pobreza, la enfermedad
y otras circunstancias difíciles para que en este nuevo año puedan
superar sus problemas con la gracia de Dios y la caridad humana.
† Oremos por nosotros que hoy celebramos la solemnidad de Santa
María, Madre de Dios para que de ella recibamos a nuestro Redentor
en nuestras vidas y permanezcamos con Él en este nuevo año.

Padre que tanto nos amas que nos has entregado a tu Hijo, nacido de María
6 Virgen, madre de Dios y madre nuestra, te presentamos estas oraciones, al
comienzo de este nuevo año, seguros de que tú siempre nos escuchas. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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