Mariana Álvarez y Alejandro Diaz

Sabiendo que, para que un acto de habla performativo sea exitoso (desde Austin), debe:
Haber un marco de convenciones claras; todos los participantes deben actuar de acuerdo
con estas convenciones; asumir el acto de habla y aceptar sus consecuencias; sus
comportamientos (actores), sus sentimientos y emociones deben ser acordes al marco de
convenciones sociales. En dicha escena esos actos son exitosos y efectivos puesto que están
presentes unos códigos en el lenguaje que todos los individuos presentes en la escena
comparten. Esto se evidencia en la manera como se expresan a través de metáforas, y que
los receptores no solo entienden el mensaje del emisor, sino que se ve la intención que
quiere dejar. En la escena del negro “debe estar sucia. Cuando el negro salió de la pieza
venía sonriendo, triunfador, abrochándose la bragueta. Nos guiñó un ojo”, cuando dicen
“verle la cara a Dios”, donde los participantes al escuchar esto deciden ir con la gorda,
reafirma que los que participan en la conversación entienden y captan el mensaje puesto
que se encuentra normalizado bajo su estructura del lenguaje, por lo que hay un marco de
convenciones claras, y a la vez aceptan dichos actos de habla y sus consecuencias.
Y el último acto de habla que se pudo ver que fue efectivo, fue el de “volvé o te llevo a
patadas por el culo”, aunque se refiera a una pretensión de agresión, este acto suscita en los
participantes sentimientos de ira, provocando que uno de ellos se vaya, el otro insulte, y el
emisor de la frase golpea a Cesar. Entonces, la frase se da en un marco de convenciones
claras, los participantes aceptan y actúan conforme al enunciado con sentimientos
encontrados de ira.