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http://www.inpas.cl/catecumenado/iniciacion.php
El Ritual no se limita a la iniciación sacramental, sino que ofrece además un camino progresivo de
iniciación catecumenal. El contenido del Ritual presenta una verdadera estructura de iniciación
para aquellos adultos que, después de haber oído el anuncio del misterio de Cristo, buscan
consciente y libremente al Dios vivo y emprenden el camino de la fe y de la conversión.
Para lograr este proposito, el RICA se adapta al itinerario espiritual de los adultos que varía según
la multiforme gracia de Dios, la libre cooperación de cada uno, la acción de la Iglesia y las
circunstancias de tiempo y lugar.
En este camino, el Ritual considera los diversos grados o pasos que el catecúmeno debe realizar en
su proceso de iniciación:
El primero, cuando acercándose a la conversión inicial, quiere hacerse cristiano y es recibido por la
Iglesia como catecúmeno, a través del Rito de Admisión al Catecumenado.
Tercero, cuando una vez concluida la preparación espiritual, recibe los sacramentos con los cuales
comienza su vida de cristiano.
Estos pasos conducen a tiempos de investigación y maduración, y a su vez están precedidas por
ellos. Revisemos con un poco más de detalle los momentos del Catecumenado tal como los
presenta el Ritual.
Tercera etapa: La purificación o iluminación5. Esta etapa coincide usualmente con el Tiempo de
Cuaresma y está dedicada a una preparación más intensa y en clave de conversión/purificación de
los catecúmenos en vistas a la celebración inmediata de los sacramentos de iniciación. Los
elegidos (o iluminados) son invitados a permanecer vigilantes, a orar, a purificarse y renovar sus
corazones por la conversión. Es una fase breve, pero muy intensa (RICA 21-25). En ella se celebran
los escrutinios (discernimiento), los exorcismos (superación de resistencias) y las entregas (del
Credo y del Padrenuestro)6.
Concluida esta última etapa, la comunidad junto con los neófitos, por medio de la meditación del
Evangelio, la participación de la Eucaristía, el ejercicio de la caridad, va adelantando en la
profundización del Misterio Pascual y en el testimonio existencial del mismo.
Los neófitos, renovados espiritualmente, han gustado con mayor intimidad la palabra de Dios, han
recibido la comunicación del Espíritu Santo y han experimentado ¡qué bueno es el Señor! Por esta
experiencia, propia del cristiano acrecentada a lo largo de la vida, adquieren un nuevo sentido de
la fe, de la Iglesia y del mundo.
Como las características y la fuerza propia de este tiempo proceden de la experiencia nueva y
personal de los sacramento y de la vida comunitaria, el lugar principal de la mistagogia son las
llamadas Misas de los neófitos o Misas de los domingos de Pascua, porque en ellas además de la
reunión de la comunidad y de la participación en los misterios, los neófitos encontrarán lecturas
especialmente adecuadas para ellos.
Por último, ya que la iniciación cristiana no es otra cosa que la primera participación sacramental
en la muerte y resurrección de Cristo, el Ritual insiste en que todo el Catecumenado presente un
carácter Pascual, recomendando incluso que la Vigilia Pascual sea el momento propio para la
celebración de los sacramentos de la iniciación, aunque permite que puedan ser celebrados en
otros momentos por razones pastorales.
1 Material elaborado por el Instituto Pastoral Apóstol Santiago para la difusión del Programa de
Iniciación Cristiana de Adultos “El Señor nos llama a vivir con Él”. Disponible en
www.inpas.cl/catecumenado.
2 Cfr. SC 64.
3 Cfr. PO 6.
4 Cfr. SC 66.
5 La palabra iluminación se relaciona con el Bautismo que recibirán, pues mediante él se derrama
la luz de la fe sobre los bautizados.
6 Desde la antigüedad las entregas del Credo y del Padrenuestro pertenecen a la fase final del
catecumenado (RICA 53 y 181), sin embargo el Ritual permite trasladarlas a otros momentos del
proceso cuando se estime conveniente (Rica 125, 184, 189). La entrega del Credo es un acto
fundamental que contiene todo el significado de la catequesis: se celebra la transmisión de la fe de
la Iglesia resumida en el Credo. Por su parte, al entregar el Padrenuestro, la Iglesia celebra la
iniciación a la oración de los nuevos creyentes.