HISTORIA Y RECURSOS
Durante el siglo II a.C., los ilirios, antepasados de los actuales albaneses, habitaron la región de la
península de los Balcanes, en la que se incluye la actual provincia de Kosovo, parte de Macedonia y
tierras del sudoeste de Serbia, y que siglos más tardes sería anexionado por el imperio romano. En
1389, un ejercito invasor turco derrotó a las tropas serbias durante la conocida Batalla de Kosovo, lo que
provocó en 1459 la conquista de Serbia por parte del Imperio Otomano. Kosovo fue escenario de
numerosas rebeliones antiturcas, pero no fue hasta mediados de 1912 cuando los turcos serían
expulsados de la región, proclamándose un estado independiente, Albania. Pero ante la insistencia de
Rusia, las grandes potencias dividieron Kosovo entre Serbia y Montenegro. En 1918, la provincia
Kosovar, fue incorporada al recién creado Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que sería más
tarde llamado Yugoslavia. Debido a esto, la población albanesa de Kosovo protagonizó importantes
levantamientos contra el régimen de Belgrado en 1918 y 1919. El gobierno yugoslavo respondió a estos
disturbios forzando la expulsión de los albaneses, el cierre de las escuelas y la confiscación de sus
tierras, así como fomentar la colonización con la población serbia.
Durante la II Guerra Mundial, Kosovo fue incorporada a Albania, ocupada por entonces por los italianos,
mientras que los serbios fueron obligados a abandonar la región. Los albaneses de Kosovo se
resistieron a la reincorporación a Yugoslavia, pero en julio de 1945, el ejército partisano liderado por Tito
venció a la resistencia albanesa. Kosovo fue organizada como una unidad administrativa de la República
de Serbia, en principio como una región autónoma, y más tarde como provincia autónoma. Las revueltas
de 1981 tuvieron como consecuencia la expulsión de los albaneses de los puestos de gobierno y las
protestas de la población local serbia. En marzo de 1989, Slobodan Milosevic eliminó la condición de
autonomía de Kosovo y extendió la política de discriminación antialbanesa, sometiendo a la región a una
ocupación militar.
La radicalización del conflicto provocó la aparición en 1997 del denominado Ejército de Liberación de
Kosovo (UCK), que desobedeciendo a la Liga Democrática que proponía una intervención pacífica en el
conflicto, inició una campaña de atentados contra las fuerzas de seguridad servias destacadas en la
provincia. Servia respondió con una política represiva aún mayor que la de otras ocasiones. La policía
servia comenzó una política de seguimiento contra la población albanesa, lo que provocó la intervención
de la comunidad internacional con el objetivo de resolver el conflicto de manera diplomática, pero estas
negociaciones llevadas a cabo en Francia entre las dos partes implicadas fracasaron, lo que llevo a la
OTAN a bombardear Servia ayudando supuestamente de manera desinteresada a la población kosovar.
La limpieza étnica que está realizando Milosevic, junto con los bombardeos de la OTAN, ha provocado el
éxodo masivo de refugiados albaneses a países limítrofes.