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Procesos migratorios en la

Centroamérica del siglo XXI


DIRECTORIO

Universidad Nacional Autónoma de México

Enrique Luis Graue Wiechers


Rector

Leonardo Lomelí Vanegas


Secretario General

Leopoldo Silva Gutiérrez


Secretario Administrativo

Mónica González Contró


Abogada General

Joaquín Díez-Canedo Flores


Director General de Publicaciones y Fomento Editorial

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Angélica Cuéllar Vázquez


Directora

Arturo Chávez López


Secretario General

Juan Manuel López Ramírez


Secretario Administrativo

Ilan Edwin Garnett Ruiz


Jefe del Departamento de Publicaciones
Procesos migratorios en la
Centroamérica del siglo XXI
Nayar López Castellanos
Coordinador

México, 2018
Esta investigación, arbitrada a “doble ciego” por especialistas en la materia, se privilegia con
el aval de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam.

Este libro fue financiado con recursos de la Dirección General de Asuntos del Personal
Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, mediante el proyecto “La
crisis del modelo neoliberal en Centroamérica: nuevos actores políticos, redes activistas y procesos
migratorios” coordinado por Nayar López Castellanos, como parte del Programa de Apoyo
a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (papiit) IN3056⒖

Procesos migratorios en la
Centroamérica del siglo xxi
Nayar López Castellanos
(coordinador)

Primera edición: 31 de agosto de 20⒙

D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F., Facultad de Cien-
cias Políticas y Sociales, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Delegación
Coyoacán, C.P. 04510, México, cdmx.

D.R. © Ediciones La Biblioteca, sa de cv


Azcapotzalco la Villa No. 1151
Colonia San Bartolo Atepehuacán
C.P. 07730, México, cdmx.
Tel. 55-6235-0157 y 55-3233-6910
Email: contacto@labiblioteca.com.mx

ISBN UNAM: 978-607-30-0875-4


ISBN EDITORIAL: 978-607-8364-66-4

Diseño de interiores: Fernando Bouzas Suarez

Diseño de portada: Héctor Castellanos Guerrero

Corrección de original y cuidado de la edición: Enrique Vera Morales

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la


presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los edito-
res, en términos de lo así previsto por la Ley Federal de Derechos de Autor y, en su caso,
por los tratados internacionales aplicables.

Impreso y encuadernado en México


Printed and bound in México
Índice

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Nayar López Castellanos

El neoliberalismo en Centroamérica,
balance de una época . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Nayar López Castellanos

Aportes para evaluar el desempeño inicial


del Programa Frontera Sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Luis Alfredo Arriola Vega

Atención a la población en situación de movilidad


en el espacio transfronterizo México-Guatemala . . . . . . . . . . . . . 47
Enrique Coraza de los Santos
Santiago Martínez Junco

Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica


a los Estados Unidos. El caso de los menores migrantes no
acompañados vistos desde el enfoque de las migraciones mixtas . . . . . 77
Matthew James Lorenzen Martiny
Obed Frausto Gatica
Zulia Yanzadig Orozco Reynoso

Centroamérica: región de desplazamientos forzados . . . . . . . . . . 107


Jenyel del Carmen Contreras Guzmán

Violencia, crisis humanitaria y


migración forzada de Centroamérica. . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Norma Angélica Cuéllar Díaz
Hugo César Moreno Hernández
Migrantes mutilados: precarización de la movilidad y nuevas
formas de subjetivación de la migración centroamericana . . . . . . . 147
Luisa Alquisiras Terrones

Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas . . . . 171


Blanca Laura Cordero Díaz
María Georgina Garibo García

La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona . . . . . . . 195


Salvador Martí i Puig
Nahun Alberto Garcia Diaz

Sobre los autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211


Presentación

Las migraciones son parte intrínseca de la historia de la humanidad. Podría


afirmarse que prácticamente no hay espacio territorial en el planeta sin procesos
migratorios en curso, los cuales son generados por guerras; catástrofes natura-
les; injusticias socioeconómicas; crisis económicas; persecuciones motivadas por
diferencias de raza, religión, ideología política, género; reunificación familiar; o
por el simple deseo de conocer otra cultura e insertarse en ella.
América Latina, como cualquier otra región del mundo, ha tenido la expe-
riencia de las migraciones en el proceso de su formación histórica. El origen pri-
migenio de las diversas civilizaciones originarias que existían antes de la conquista
europea del continente, está relacionado con variados procesos migratorios. Con
la invasión, la conquista y el exterminio de numerosos pueblos originarios por
parte de los poderes coloniales europeos, se producen nuevas movilidades que
modifican sustancialmente la geografía del continente, como la que se dio con la
esclavitud de millones de africanos procedentes de diversas culturas. Durante el
siglo xix, sobre todo después de la segunda mitad, se originan masivas migra-
ciones europeas hacia los ya políticamente independientes países de las Américas.
El siglo xx, y lo que va del xxi, están igualmente marcados por las migraciones
económicas y políticas originadas por la violencia y la inseguridad, sobre todo
muchos desplazamientos con un carácter forzado debido a dictaduras militares,
revoluciones, guerras y crisis económicas.
Centroamérica es una región de grandes movimientos migratorios en este
siglo xxi. Los conflictos armados que vivió, directa e indirectamente, el conjunto
de países que la integran, sobre todo durante la década de los años ochenta del
siglo xx, causaron medio millón de muertos y millones de personas que tuvieron
que desplazarse de forma interna o hacia otros países en distintas latitudes. Por
ejemplo, Australia ofreció un programa de refugio temporal que llevó a miles de
salvadoreños a radicar en esa lejana nación. Otros tantos estuvieron en México
en distintas etapas de la guerra. Hoy en día, se calcula que en Estados Unidos
radican más de 2 millones 200 mil salvadoreños. Costa Rica albergó a miles de
nicaragüenses durante la lucha contra la dictadura somocista y la guerra contra-
rrevolucionaria originada por el triunfo de la Revolución popular sandinista.
Las condiciones socioeconómicas de la Centroamérica de posguerra provo-
caron nuevas y masivas oleadas migratorias, sobre todo en los primeros años del
siglo xxi. El llamado Triángulo Norte, Guatemala, El Salvador y Honduras, es el
mayor expulsor de población. Los altos niveles de violencia, pobreza, exclusión

7
Presentación

de la juventud, desempleo, entre otros factores, constituyen la causa del éxodo.


Son sociedades divididas y fracturadas socialmente; sus migrantes expuestos a
experiencias de violencia y con frecuencia traumáticas, violatorias de sus derechos
humanos por los graves peligros que deben enfrentar cuando cruzan por México
para llegar a Estados Unidos: secuestros, robos, extorsiones, violaciones, trata de
personas, tráfico de órganos, asesinatos.
El tema migratorio ocupa hoy un lugar fundamental en el debate público
mundial, en las relaciones internacionales y en los ámbitos académicos, pues
además de las movilidades centroamericanas de los últimos años, también se
encuentra la crisis migratoria en Europa, originada por conflictos armados e in-
tervenciones neocoloniales en Medio Oriente, como el caso de la guerra en Irak
y Siria, o las dramáticas condiciones económicas y de violencia que se vive en
diversos países de África, y que han provocado la migración y la muerte de miles
de personas que huyen buscando refugio en países europeos.
El libro Procesos migratorios en la Centroamérica del siglo xxi es un esfuerzo
colectivo que se plantea dos objetivos centrales: por un lado, contribuir a la
recuperación de esta región para la agenda de investigación dentro de los estu-
dios latinoamericanos, pues en cierta forma podría pensarse que “pasó de moda”
cuando terminaron los conflictos armados hacia finales del siglo pasado; y por
otro, analizar la complejidad de las movilidades que trastocan de múltiples for-
mas las estructuras societarias, económicas y políticas de los países involucrados,
desde Panamá hasta Estados Unidos.
Así, desde una óptica multidisciplinaria, esta obra ofrece diversos análisis para
comprender no sólo las causas de la migración, intensificada sobre todo por los efec-
tos del neoliberalismo, sino algunas de sus expresiones más dramáticas relacionadas
con la violencia. Los trabajos que presentamos, resultados de las investigaciones de
especialistas de diversas instituciones de educación superior, se conjugan bajo la idea
de explicar la complejidad de los procesos migratorios en una región particularmente
asediada por largo tiempo por violencias de índole diversa.
En el primer capítulo, “El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una épo-
ca”, de Nayar López Castellanos, se presenta un análisis de los parámetros en los que
se desenvuelve el neoliberalismo en la región, valorando no sólo las políticas deter-
minadas por esta forma de mundialización capitalista, sino los diversos mecanismos
de libre comercio, impuestos en el presente siglo, que han profundizado los niveles de
dependencia y pobreza que provocan en gran medida los altos índices de migración.
El segundo texto, “Aportes para evaluar el desempeño inicial del Programa Fron-
tera Sur”, de Luis Alfredo Arriola Vega, desarrolla una valoración, desde la perspecti-

8
Nayar López Castellanos

va de las políticas públicas, sobre este programa impulsado por el gobierno mexicano
para enfrentar el fenómeno de la migración, fundamentalmente centroamericana,
que atraviesa la frontera sur de este país. El autor realiza un análisis crítico y porme-
norizado de esa estrategia oficial para, finalmente, valorar los resultados iniciales y en-
tender las condiciones que enfrentan los migrantes al ingresar a territorio mexicano.
El tercer capítulo, de Enrique Coraza de los Santos y Santiago Martínez,
describe el carácter transnacional y transfronterizo de Tapachula, Chiapas, cen-
tro neurálgico de la frontera sur mexicana, considerando el amplio espectro de
espacios de atención a migrantes a partir de la presencia activa de organizaciones
de la sociedad civil, organismos internacionales, instituciones de los tres niveles
de gobierno y representaciones diplomáticas. Los autores construyen su estudio
a partir de entrevistas que contribuyen a descifrar la historia, los objetivos, los
mecanismos de atención y las formas de definir conceptos fundamentales como
frontera, migración y derechos humanos, claves para el análisis.
El trabajo intitulado “Neoliberalismo, violencia y migración de Centroaméri-
ca a los Estados Unidos. El caso de los menores migrantes no acompañados vis-
tos desde el enfoque de las migraciones mixtas”, de Matthew Lorenzen Martiny,
Obed Frausto Gatica y Zulia Orozco Reynoso, analiza el traslado de los menores
que provienen del llamado Triángulo Norte a partir del marco conceptual de las
migraciones mixtas. Los autores explican, desde un nivel macro, meso y micro,
las diferentes condicionantes que acompañan al fenómeno relacionadas con la
violencia, los impactos sociales del neoliberalismo y las razones personales para
abandonar las comunidades de origen.
El quinto capítulo, “Centroamérica: región de desplazamientos forzados”, de Jen-
yel Contreras Guzmán, trabaja, de manera muy clara, la realidad migratoria de la
región a partir de tres aspectos centrales: las causas que la provocan, el impacto de las polí-
ticas de seguridad operadas sobre todo por Estados Unidos y los procesos de retorno
forzado que viven los migrantes, destacando los desafíos centrales que las migraciones
enfrentan en un contexto de crisis económica, violencia y pobreza.
En el siguiente texto, “Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Cen-
troamérica”, de Norma Angélica Cuéllar Díaz y Hugo César Moreno Hernández,
se explica el problema de la migración centroamericana desde el impacto de la vio-
lencia, el desempleo, la desigualdad y la marginación, para subrayar la gravedad de
este fenómeno social que ha convertido a Centroamérica en una de las regiones con
mayores problemas migratorios, alcanzando el nivel de una crisis humanitaria por sus
dimensiones demográficas. En el texto también se analiza la gravedad de la violencia
que sufren los migrantes centroamericanos, sobre todo provenientes de Guatemala,
El Salvador y Honduras, al cruzar territorio mexicano.

9
Presentación

El trabajo que trata el caso “Migrantes mutilados: precarización de la movili-


dad y nuevas formas de subjetivación de la migración centroamericana”, de Luisa
Alquisiras Terrones, aborda una de las manifestaciones más violentas y crueles de
esta migración que son los cuerpos mutilados: la pérdida de extremidades del cuerpo
a causa de la precarización de su traslado por territorio mexicano, sobre todo los
que sufren accidentes en el entorno de vías férreas y ferrocarriles. Se explica ade-
más la segregación a la que son sometidos en el proceso de su inserción laboral,
en Estados Unidos, cuando tienen algún tipo de discapacidad física. También se
analiza cómo se modifica el parámetro de la “securitización”, a partir de la biopo-
lítica, esto es, una selección, y por lo tanto una exclusión, entre sujetos deseables
e indeseables.
En el penúltimo capítulo del libro, “Violencias encarnadas: migración de
mujeres centroamericanas”, de Blanca Cordero y Georgina Garibo, se analiza la
dimensión de la violencia contra las mujeres migrantes centroamericanas, tanto
en las causas de su desplazamiento como en las múltiples agresiones que sufren
durante su traslado. A partir de conceptos como violencias encarnadas, despojo y
desposesión, las autoras sustentan el análisis del grado de violencia existente en
las movilidades femeninas con el trabajo de campo que realizaron entre 2016 y
2017 a partir de entrevistas a mujeres migrantes centroamericanas.
El último capítulo, “La ‘otra ruta’ migratoria de Honduras: el caso de Girona”, de
Salvador Martí i Puig y Nahun Garcia Diaz, aborda el fenómeno a partir del caso par-
ticular de los migrantes hondureños que han optado por una ruta extra continental:
Girona, importante ciudad de Cataluña, Estado Español. Los autores plantean que a
partir del elevado riesgo que representa el intento de trasladarse al lugar preferencial
de la migración, Estados Unidos, un segmento creciente busca rutas alternativas
como es Europa. En el texto, se precisan las formas de llegada, la inserción laboral y
las características de esta comunidad migrante.
De esta forma, el esfuerzo colectivo Procesos migratorios en la Centroamérica
del siglo XXI, ofrece una aproximación directa al fenómeno de la migración, en-
tendido como uno de los principales impactos que el sistema capitalista en su
versión neoliberal ha generado en la Centroamérica de la posguerra, sobre todo
en el presente siglo. Agradezco a las autoras y los autores su compromiso con
este proyecto, reconociendo la calidad de sus trabajos y sobre todo su interés en
mostrar, desde el pensamiento crítico, un genuino compromiso con la academia
al servicio de la sociedad en aras de otro futuro posible y digno.

Nayar López Castellanos


Ciudad de México, junio de 2018

10
El neoliberalismo en Centroamérica,
balance de una época
Nayar López Castellanos

Introducción

Después de tres décadas de mundialización capitalista neoliberal, las naciones


centroamericanas atraviesan por una grave crisis social que, además de profundi-
zar la dependencia estructural y postrar en la pobreza a grandes sectores de la po-
blación, ha propiciado graves niveles de violencia y masivos procesos migratorios,
sobre todo hacia Estados Unidos, aunque también intrarregionalmente cientos
de miles de nicaragüenses buscan trabajo y residencia en Costa Rica.
Las guerras contrainsurgentes que las oligarquías nacionales desencadenaron
durante la última etapa del siglo xx, provocaron más de medio millón de muertos
y agravaron los problemas socioeconómicos estructurales. Los movimientos po-
pulares que lucharon por transformaciones revolucionarias, salvo el período del
primer gobierno sandinista en Nicaragua (1979-1990), no lograron desarticular
los sistemas históricos de explotación y dominación del capitalismo centroame-
ricano. Tal vez su principal aportación histórica fue terminar con una tradición
plenamente autoritaria, dictatorial en muchos momentos, que dominaba la re-
gión, transitando a mínimas estructuras de la democracia representativa que se
mantienen hasta la fecha con procesos electorales continuos, no obstante el caso
de Honduras con el Golpe de Estado que en 2009 puso fin al período del presi-
dente Manuel Zelaya; la represión que desde entonces se ejerce desde el Estado
a través del asesinato de líderes sociales, como sucedió con Bertha Cáceres, y el
fraude electoral con el que se impuso el actual encargado del Poder Ejecutivo
en noviembre de 20⒘ Por supuesto, esa vocación autoritaria de las derechas
centroamericanas no ha terminado, se ha contenido, y se sigue expresando bajo
diferentes parámetros de ejercicio del poder. Lo que cambió, en todo caso, fue-
ron las dinámicas de la participación política; ahora se da la participación electoral de
las izquierdas y existe una continuidad de los procesos electorales.
En la actualidad, a pesar de ciertos avances que han arrojado las políticas re-
distributivas de los gobiernos de Nicaragua y El Salvador destinadas a bajar los
índices de pobreza, desempleo, marginación y exclusión, lo cierto es que los pue-
blos de la región no han logrado superar la desigualdad social, la polarización que

11
El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una época

ésta provoca y la violencia inherente al sistema; ni tampoco escapar al proceso de


la recolonización corporativa transnacional, la cual implica una apertura indis-
criminada a la explotación de los recursos naturales por parte del capital, proceso
acompañado por el control de amplias porciones del territorio de la región por
parte del propio crimen organizado al amparo de las instituciones del Estado.
En este texto, hago un balance general sobre el impacto del modelo neoliberal
en la Centroamérica de las últimas décadas, poniendo atención en dos de sus
principales manifestaciones: la dependencia y la pobreza, como expresiones me-
dulares de la dramática realidad que viven estas naciones. Este contexto regional
pasa desapercibido no sólo para los monopolios mediáticos transnacionales, sino
que también es negado por los grandes centros de poder y sus instancias multi-
laterales, incluso en algunos ámbitos intelectuales y académicos.

Coordenadas del neoliberalismo centroamericano

Hacia el final de los conflictos armados que vivió Centroamérica, esto es, princi-
pios de la década de los noventa del siglo xx, los gobiernos de la región comenza-
ron a adoptar las políticas neoliberales impuestas desde el llamado Consenso de
Washington. En algunos casos, se canalizó ese modelo a través de la reconstruc-
ción de economías y sociedades atravesadas por la guerra y la polarización políti-
ca; en otros, se adoptaron esas políticas a través de la transformación del Estado.
Es el caso de Nicaragua, con la derrota electoral sandinista del 25 de febrero
de 1990 y el triunfo de Violeta Barrios viuda de Chamorro, quien instala un
gobierno neoliberal apoyado por Estados Unidos, el cual no sólo desarticula la
política social de la revolución sandinista desplegada desde 1979, no obstante
la guerra, sino que privatiza la infraestructura económica del Estado, proceso
que se inició, lamentablemente, durante la denominada piñata sandinista.1 En
el 2006, luego de 16 años de gobiernos neoliberales, Daniel Ortega regresa a la
Presidencia, heredando un país particularmente empobrecido. Para el resto de las
naciones centroamericanas, con los vaivenes del caso costarricense, los gobiernos
derechistas imponen violentamente el modelo neoliberal. Caso extremo es El
Salvador, donde se decreta la dolarización de la economía en el año 200⒈

1  Durante la transición entre Ortega y Chamorro (25 de febrero al 15 de abril de 1990), se


regularizaron títulos de propiedad de tierras para campesinos y casas previamente asignadas a
la población, pero también diferentes empresas del Estado se pusieron a nombre de algunos
dirigentes del Frente Sandinista, bajo el argumento de sostener a la organización y los postu-
lados de la revolución. Con el paso de los años, muchas de esas empresas se convirtieron en
patrimonio personal. Esta última acción fue conocida como la piñata sandinista.

12
Nayar López Castellanos

Bajo la órbita de los intereses estadounidenses, los gobiernos centroameri-


canos adoptan el Plan Puebla Panamá (ppp) en el año 2001, concebido como
un mecanismo para la expansión del capital a través de la construcción de una
amplia infraestructura de comunicaciones, más allá de la demagogia oficial que
sustentaba el supuesto interés de combatir la pobreza existente en la región.
Destaca como una de las prioridades esenciales del proyecto, la ventaja que re-
presenta la corta distancia interoceánica del Istmo de Tehuantepec, en el sureste
mexicano, concebido como un canal seco, con el objetivo central de abaratar el
envío de mercancías estadounidenses hacia el mercado asiático, lo cual implicó la
modernización de los puertos de Poza Rica y Coatzacoalcos, en Veracruz, y Salina
Cruz, en Oaxaca, incluyendo las carreteras que conectan el Golfo de México y el
Océano Pacífico.
Para el año 2008, el ppp fue renombrado Proyecto Mesoamérica por el enton-
ces presidente mexicano Felipe Calderón, momento en que se incorporan Repú-
blica Dominicana y Colombia. Este último país fue integrado para afianzar una
alianza conservadora en la región liderada por Estados Unidos y contrarrestar
el impacto político de la oleada progresista sudamericana que en ese momento
se encontraba en plena consolidación. Con el paso del tiempo, el Proyecto Me-
soamérica ha reducido la trascendencia de su impacto económico, convirtiéndose
en un espacio mediático de posicionamientos políticos proclives a los intereses
del imperio.
Aunado a ello, Estados Unidos, en sigilo y con el apoyo de los gobiernos
mexicanos subalternos, estableció la línea de ferrocarril llamada “Kansas Shan-
ghái”, que transporta contenedores de mercancías estadounidenses al mercado
asiático, sobre todo el chino, utilizando el puerto de gran calado Lázaro Cár-
denas, en las costas michoacanas. De aquí la importancia del control de este
puerto y su entorno territorial por los distintos grupos del crimen organizado y
las fuerzas policiales y militares en convivencia, acuerdos que se han demostrado
con el contubernio entre esos grupos delictivos y diversas instancias del Estado,
tal y como sucedió con el caso de la desaparición forzada de los 43 estudiantes
de Ayotzinapa.
Ante el deterioro de las negociaciones del Área de Libre Comercio de las
Américas (alca), desarrolladas en el marco de la Cumbre de las Américas, la
Casa Blanca impone un tratado de libre comercio a los gobiernos de Honduras,
Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Costa Rica y República Dominicana, conoci-
do como Dominican Republic Central América Free Trade Agreement (DR-CAFTA),
el cual se firma en mayo de 200⒋ El acuerdo entró en vigor hasta enero de 2009,
después del proceso de ratificación de los congresos nacionales. Diversas valora-

13
El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una época

ciones se han realizado sobre el caso, destacando entre ellas la profundización de


los niveles de dependencia de la región con respecto a la economía estadouniden-
se, lo cual ha deteriorado ampliamente las condiciones sociales particularmente
de los países que integran el llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador
y Honduras), de los cuales sale la mayor cantidad de migrantes hacia el norte.

Dependencia y pobreza

La transición del Estado nacional desarrollista hacia el Estado neoliberal en las


últimas dos décadas del siglo xx representó para los pueblos latinoamericanos una
disminución sustancial de las responsabilidades sociales que existieron durante
el siglo xx, con todas las variantes de los países en cuestión. La reconversión del
papel del Estado en el manejo de la economía y su entrega al mercado, implicó
una reducción sustancial de los presupuestos destinados a rubros de gran impor-
tancia como salud, educación, vivienda, empleo. Afirmar que el neoliberalismo
generó importantes grados de pobreza no implica pensar que ésta no existía
antes; todo lo contrario, lo que hizo el modelo impuesto desde hace más de tres
décadas fue profundizar no sólo la pobreza, sino también potenciar los niveles de
marginación, desigualdad, violencia y migración, llevándolos a grados extremos.
El neoliberalismo centroamericano, además de desarticular la reducida activi-
dad industrial y trasladar una parte a las maquilas, ratificó la función histórica de
la periferia en la división internacional del trabajo: exportadora de materias pri-
mas y mano de obra, lo cual también tuvo repercusiones en el ámbito migrato-
rio, en sus rutas, ciclos y especificidades a partir de un crecimiento exponencial,
como lo demuestran múltiples estudios.
La adopción del modelo neoliberal en los países centroamericanos en la
posguerra y la transnacionalización de las economías y de las sociedades
del área cambió el patrón migratorio cualitativa y cuantitativamente. En
este nuevo arreglo económico de apertura comercial, Estados Unidos ven-
de mercancías y Centroamérica exporta mano de obra barata directamente
a través de las migraciones e indirectamente a través de la industria ma-
quiladora.2

2  Natalia Armijo Canto, “Dinámica de seguridad en la frontera sur de México en el siglo


xxi”, en Natalia Armijo Canto y Mónica Toussaint (coords.) (2015), Centroamérica después
de los Acuerdos de Paz. Violencia, fronteras y migración, México, Instituto Mora-Universidad
de Quintana Roo, p. 20⒋

14
Nayar López Castellanos

Son muchos los ejemplos de la profundización de esta dependencia, pero


un referente importante es el caso de la construcción del Canal de Nicaragua,
proyecto anhelado desde el siglo xix y que en los años recientes impulsó el pre-
sidente Daniel Ortega, sin consulta popular alguna. El proyecto del canal refleja
la ausencia de una visión integral de desarrollo, sobre todo si lo contrastamos
con las acciones de algunos gobiernos latinoamericanos de izquierda como los de
Venezuela, Bolivia y Ecuador, relacionadas al control de la explotación de los recur-
sos naturales y la construcción de grandes obras de infraestructura en manos del
Estado, con beneficios económicos directos para la población a partir de impor-
tantes políticas de redistribución de la riqueza.
La construcción del Canal constituye, bajo los parámetros del andamiaje jurí-
dico, una renuncia virtual de la soberanía de Nicaragua, al conceder el control, la
operación y el destino de las ganancias a la compañía china hknd, por lo menos
durante un siglo. Se trata de una grave acción estratégica que, en términos de
geopolítica, abre la posibilidad de convertir a Nicaragua en un potencial enclave
chino en el continente, con lo cual se abandona toda perspectiva de desarticular
la dependencia y el subdesarrollo. Sobre el Canal, el economista nicaragüense
Adolfo Acevedo señala:
En el acuerdo suscrito por el gobierno de Nicaragua se le ha otorgado al
concesionario el derecho a los beneficios totales de la operación y se le ha
eximido de pagar cualquier impuesto por un siglo. Nicaragua no compar-
tirá la renta de su patrimonio porque el acuerdo establece que esa renta
será apropiada íntegramente por los concesionarios, libre absolutamente de
cualquier gravamen. En términos de beneficios compartidos, a duras penas
el acuerdo marco firmado por Nicaragua establece que el concesionario
‘procurará’ que se entregue a la Autoridad del Canal un 1% de las acciones
del mismo anualmente, sin que eso signifique contraer la obligación ex-
presa de transferir efectivamente esas acciones, más allá de ‘procurar’ que
así se haga.3

La eventual construcción del Canal de Nicaragua representa también un impor-


tante elemento de análisis en la geopolítica latinoamericana, sobre todo en el
contexto de la disputa por el control de los recursos naturales entre Estados Uni-
dos y China. Centroamérica siempre ha sido considerado por Washington como
su “patio trasero”. El hecho de que China amplíe su presencia en la región con
mega obras de las dimensiones del Canal, y el consiguiente control de impor-
tantes rutas marítimas del comercio mundial, representa una preocupación para

3  Adolfo Acevedo (2013), “El Canal y la ilusión del desarrollo”, en Revista Envío, núm. 377,
Nicaragua, uca, agosto, http://www.envio.org.ni/articulo/4720

15
El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una época

Washington, lo que a su vez mantiene los grados de tensión en sus relaciones


con el gobierno nicaragüense, demostrado recientemente con la aprobación de la
Nica Act,4 a pesar de la contradicción que existe con el hecho de que Nicaragua
coexista bajo mecanismos antagónicos como el dr-cafta y la Alternativa Boliva-
riana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos
(alba-tcp).
El problema del Canal es que no sólo profundiza la dependencia, sino que
implica severos daños ambientales y el desplazamiento de miles de personas,
sobre todo comunidades indígenas-campesinas.
Concebido por sus promotores como la obra de ingeniería más grande del
mundo, este canal atravesaría el país de este a oeste, tendría 287 kilómetros
de largo (más de tres veces la longitud del canal de Panamá), y cruzaría 105
kilómetros del Lago de Nicaragua, o Cocibolca. Su profundidad sería en-
tre 2⒎6 y 30 metros, con una anchura variable de entre 230 y 520 metros
(…), incluye al menos 10 subproyectos que cuentan: dos puertos –uno en
el Océano Pacífico y otro en el Mar Caribe–, un aeropuerto internacional,
carreteras, una zona de libre comercio, y complejos turísticos. Supone,
además, un lago artificial de 395 km2, plantas de acero y de cemento y
plantas de electricidad.5

Al respecto, Michael Löwy, desde la corriente del ecosocialismo, sostiene que


debe darse una transformación en la conciencia de las sociedades actuales en
torno a los parámetros del desarrollo bajo el único objetivo de preservar la vida
humana, sobre todo modificando la lógica del consumo. Al referirse a la crisis
ecológica actual, plantea que ésta:
No sólo pone en peligro la fauna y la flora, sino también y sobre todo la sa-
lud, las condiciones de vida, la propia supervivencia de nuestra especie. El
combate para salvar el medio ambiente, que es necesariamente el combate
por un cambio de civilización, es un imperativo humanista, que concierne
no solo a tal o cual clase social, sino al conjunto de los individuos, y más
allá de ellos, a las generaciones futuras.6

4  La Nica Act condiciona el acceso a préstamos financieros para el gobierno nicaragüense,


a cambio de “mejoras” en la democracia de este país. Fue aprobada por el Congreso estadou-
nidense hacia finales de 20⒘
5  Academia de Ciencias de Nicaragua (2015), El canal interoceánico por Nicaragua: aportes
al debate, Managua, p. ⒎
6  Michael Löwy (2014), Ecosocialismo. La alternativa radical a la catástrofe ecológica capita-
lista, China, Ocean Sur, p. 8⒊

16
Nayar López Castellanos

Centroamérica se encuentra inmersa en el subdesarrollo y la dependencia.


Aunque en realidad habría que preguntarse: ¿cuándo no lo ha estado? Los capi-
tales externos constituyen parte sustancial de estas economías. En países como
Panamá y Costa Rica, a pesar de mantener los menores niveles de pobreza en la
región, la deuda pública prácticamente se duplicó de 2010 a 20⒖ En 2010, la deuda
pública del gobierno central de Panamá acumulaba 11,446 millones de dólares, y
en 2015 alcanzó la cifra de 20,057 millones. Por su lado, Costa Rica tenía en el
2010 una deuda de 10,851 millones y en el 2015 llegó a 22,314 millones de dóla-
res.7 Son países convertidos en enclaves del capital transnacional, con economías
hipotecadas y sujetas a los vaivenes de los préstamos financieros internacionales
y la especulación de las bolsas de valores.
La condición estructural de la dependencia en Centroamérica también se
expresa en el rubro de la producción, con un saldo completamente negativo que
refleja también que “la firma del cafta hizo depender aún más las economías de
la región del mercado estadounidense, de manera que los primeros efectos se
dejaron sentir en el quantum de las exportaciones”.8 Por ejemplo, en el 2015, las
exportaciones totales de la región llegaron a 4⒏34 billones de dólares, mientras
que las importaciones alcanzaron los 8⒎51 billones de dólares, casi el doble.9
Este nivel de dependencia en el marco del sistema capitalista explica en gran
medida la problemática social de la región. En el Índice de Desarrollo Humano
del 2015, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(pnud), los países centroamericanos ocuparon los siguientes lugares en la escala
de 177 naciones: Panamá 60, Costa Rica 66, El Salvador 117, Nicaragua 124,
Guatemala 125 y Honduras 130. Tales posiciones revelan las dificultades sociales
en forma diferenciada. Para el caso de Costa Rica, destaca ese nivel de pobreza
con todo y su modelo de Estado benefactor reconfigurado con algunas adecua-
ciones neoliberales; igual cabe recordar la trascendencia económica de la migración
nicaragüense, calculada entre 500 y 800 mil personas. Panamá, expuesto como
un gran paraíso fiscal tras el escándalo del Panama Papers, a pesar del bajo nivel
de pobreza general, mantiene una sociedad desigual y con casi la mitad de la
población rural en estado de pobreza. Nicaragua y El Salvador, a pesar de las

7  Información obtenida de cpalatat, Bases de datos y publicaciones estadísticas de la cepal,


http://estadisticas.cepal.org/cepalstat/web_cepalstat/estadisticasindicadores.asp?idioma=e
8  María del Carmen García Aguilar y Daniel Villafuerte Solís (2014), Migración, derechos
humanos y desarrollo: aproximaciones desde el sur de México y Centroamérica, México, uni-
cach-Juan Pablos Editor, p. 35⒍
9  Con información de The Observatory of Economic Complexity (OEC), datos de impor-
taciones y exportaciones por país en https://atlas.media.mit.edu/en/, consulta: 9 de septiem-
bre de 20⒘

17
El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una época

políticas sociales impulsadas por sus gobiernos de corte progresista, se mantie-


nen con importantes rezagos. Guatemala y Honduras presentan los lugares
más alejados de un óptimo desarrollo humano bajo gobiernos abiertamente
neoliberales que no se plantean el desarrollo social como prioridad. En par-
ticular, veamos de forma puntual cómo la pobreza, fundamental generadora de
los procesos migratorios, sigue ocupando porcentajes altos en la mayor parte de los
países de la región.

SITUACIÓN DE LA POBREZA EN CENTROAMÉRICA

País Pobreza urbana Pobreza rural Pobreza total


Costa Rica (2015) 19.4% 27.9% 23.65%
El Salvador (2014) 36.8% 49.3% 43%
Guatemala (2014) 42.1% 76.1% 59.1%
Honduras (2016) 64.5% 67% 65.7%
Nicaragua (2015) 22.1% 58.8% 40.4%
Panamá (2016) 11.1% 45.2% 28.1%
Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos del 2014 al 2016, de
informes anuales de los institutos de estadística de los países de la región y de reportes
regionales sobre pobreza http://estadisticas.cepal.org/cepalstat/.

La realidad social centroamericana actual no es sino el resultado directo de la


crisis del capitalismo neoliberal y sus prácticas de sobreexplotación multidimen-
sional. El histórico carácter subdesarrollado de estas naciones ha subsumido las
dinámicas económicas a los ingresos externos; esto es, préstamos financieros,
remesas, donaciones, inversiones. No importa cómo lleguen los recursos ni qué
compromisos se adquieren, el problema es la dependencia estructural que ello
implica y el seguir funcionando como territorios propios de la época colonial. Al
respecto, Boaventura de Sousa Santos reflexionaba en el 15avo Congreso Cen-
troamericano de Sociología, celebrado en la uca de Managua, del 11 al 14 de
octubre de 2016:
Lo que sucede parece dar una clara continuidad al colonialismo. Porque
para los colonialistas, las tierras de este continente eran tierras de nadie,
eran paisaje, aun cuando las habitaban los indígenas. Si vemos las conce-
siones que hoy se están otorgando a las empresas extractivistas en América
Latina y en África, hacen lo mismo: se hacen concesiones para megapro-

18
Nayar López Castellanos

yectos, para minería, para explotación de recursos, como si en esos territo-


rios no hubiera gente, como si fueran tierras deshabitadas.10
Así, es un hecho que Centroamérica, y América Latina y el Caribe en su con-
junto, salvo excepciones, se encuentran en un proceso de recolonización, en el
que las dinámicas de la economía están determinadas por las necesidades del
gran capital. No sólo se trata de mantener el círculo vicioso de ofrecer la mano
de obra barata, exportar materias primas e importarlas transformadas, sino de
una reconquista de territorios y pueblos, como sucede en el caso mexicano en el
que 92 millones de hectáreas del territorio nacional se encuentra bajo el control
directo de mineras extranjeras, principalmente canadienses.11

Perspectivas sombrías

Centroamérica se encuentra, sobre todo el Triángulo Norte, en una peligrosa


fractura social que refleja de forma cruda los elevados niveles de violencia, la
preponderancia del crimen organizado y la repercusión de los procesos migra-
torios. Miles cruzan diariamente las fronteras buscando sobrevivir, con destinos
inciertos y con peligros comprobados en México. Todo tipo de adversidades es-
peran a los migrantes centroamericanos cuando transitan por este país: secuestro,
violación, trata de personas, tráfico de órganos, asesinato.
En este complejo escenario centroamericano, destaca el problema del narco-
tráfico y sus múltiples impactos, señalando que éste fue el sustituto del comunis-
mo como justificante para el intervencionismo estadounidense en la región. Sus
repercusiones económicas son visibles, pues además
este fenómeno es mucho más intenso en Centroamérica, el Caribe y Mé-
xico, por ubicarse entre el país productor de cocaína –Colombia– y el
principal consumidor –Estados Unidos. A diferencia de México, los países
del Triángulo Norte del istmo viven un doble fenómeno, la presencia de
las organizaciones criminales y de las pandillas maras.12

10  Boaventura de Sousa Santos, “Nos falta imaginación para pensar alternativas”, Revista
Envío, núm. 416, noviembre 2016, Nicaragua, uca, http://www.envio.org.ni/articulo/5279,
consulta: 9 de septiembre de 20⒘
11  Roberto Garduño, “En manos extranjeras, 70% de las concesiones de exploración mi-
nera”, en La Jornada, 26 de abril de 2015, http://www.jornada.unam.mx/2015/04/26/poli-
tica/005n1pol
12  Raúl Benítez Manaut, “Centroamérica: geopolítica, militarización y crisis humanitaria”,
en Natalia Armijo Canto y Mónica Toussaint (coords.) (2015), Centroamérica después de los
Acuerdos de Paz. Violencia, fronteras y migración, México, Instituto Mora-Universidad de
Quintana Roo, p. 3⒋

19
El neoliberalismo en Centroamérica, balance de una época

Las estructuras políticas y económicas determinadas por el neoliberalismo


son la causa de la crisis migratoria que afecta a la región, ante la ausencia de
opciones, oportunidades de trabajo para los jóvenes, educación, acceso a bienes
culturales. En la actualidad, no hay estructuras económicas ni instituciones que
ofrezcan alternativas para los pueblos. Carlos Figueroa reflexiona al respecto:
Podría decirse en términos más descarnados que al comenzar el siglo xxi
las remesas, la maquila, el turismo y el narcotráfico eran de manera cre-
ciente el sustento principal de las economías de la región. Por razones
obvias, este último ingreso no se puede contabilizar de manera oficial. Pero
podríamos especular sobre la derrama de dinero sobre la región si sabemos
que hoy la inmensa mayoría de la cocaína que va hacia Estados Unidos…
atraviesa Centroamérica, particularmente el Triángulo Norte.13

El fin de la pobreza no se alcanza con estrategias asistencialistas o dádivas desde


la iniciativa privada. Se requiere un cambio de sistema, una reformulación es-
tructural del Estado orientada a priorizar al ser humano, y no al capital. Resulta
imprescindible dejar de concebir una ciudadanía de mercado, en la cual los seres
humanos se conciben como una mercancía, y considerar a nuestras sociedades y
pueblos como actores protagónicos de una democracia con plenos derechos so-
ciales: salud, educación, trabajo, cultura, vivienda, recreación, deporte.
La reformulación del Estado no pasa por la decisión de las élites políticas
aliadas del gran capital, sino por la conciencia mayoritaria de los sectores ex-
plotados y su capacidad de organización y movilización, por alianzas profundas
y multisectoriales que converjan en un objetivo común: transformar el presente
para garantizar otro futuro.
Pero también la ruta para superar las condiciones de dependencia, pobreza y
violencia en la región, está determinada por la disposición de estas naciones para
enfrentar y desprenderse de la hegemonía histórica de Washington, así como
manejar bajo términos equilibrados la creciente presencia económica de Chi-
na. Es un hecho que “Centroamérica se encuentra prácticamente atada a una
dinámica donde, por ahora, no queda más que seguir el camino trazado por el
gobierno de la Casa Blanca y los organismos financieros internacionales”.14
Ante este panorama, resulta más urgente que nunca la definición de caminos
propios a través de mecanismos efectivos que opten por la multipolaridad y la

13  Carlos Figueroa Ibarra, “Centroamérica: una reflexión desde la primera década del siglo
xxi”, en Nayar López Castellanos (coord.) (2016), Democracia y política en la Centroamérica
del siglo XXI, México, La Biblioteca-unam, p. 3⒉
14  María del Carmen García Aguilar y Daniel Villafuerte Solís (2014), op. cit., p. 37⒋

20
Nayar López Castellanos

integración regional bajo el parámetro de terminar con las asimetrías entre na-
ciones con problemáticas comunes, teniendo como objetivo central alcanzar una
independencia económica plena que permita un desarrollo propio y soberano,
abandonando las directrices neoliberales que desde la época de la posguerra ha
postrado a los países centroamericanos a una condición neocolonial en pleno
siglo xxi.

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21
Aportes para evaluar el desempeño del
Programa Frontera Sur
Luis Alfredo Arriola Vega

Introducción

Si bien el tema central de este capítulo no tiene como referencia espacial-territo-


rial a Centroamérica, sí concierne a un nexo directo con el Istmo y el sur-sureste
mexicano a través de un importante fenómeno presente en toda la región: la
migración. México constituye zona de tránsito para cientos de miles migrantes
no autorizados, en su mayoría provenientes de Honduras, El Salvador y Guate-
mala, y quienes tienen como objetivo llegar a Estados Unidos (eua).1 En tiempo
reciente también se constituye en país de destino para algunas personas que
desisten de continuar hacia ese país, o bien llegan solicitando la condición de
refugio. En el contexto de políticas estadounidenses más drásticas para con los
inmigrantes, de mayores restricciones y controles en la frontera México-eua, así
como el incremento en el número de deportaciones desde ese país, México ha
asumido paulatinamente la función de país-tapón para evitar que los flujos mi-
gratorios provenientes del sur global puedan llegar a su frontera norte. Por todo
lo expresado, es indiscutible que la región fronteriza sureña adquiere significan-
cia geoestratégica toral de cara a la creciente migración en-de tránsito, así como
debido a las acciones de grupos del crimen organizado.
Estudiada desde una perspectiva histórica y encuadrada en la fase actual del
sistema capitalista mundial, esa emigración proveniente de Honduras, El Salva-
dor y Guatemala es producto de políticas de corte neoliberal.2 Aunque el vín-

1  Las estimaciones sobre el número de personas que pasan por México varía considerable-
mente. Para un ejemplo contrástese dos fuentes. Por una parte, la Organización Internacional
de las Migraciones presenta en su portal de internet la cifra de 150,000 migrantes: oim, (s.f.),
“Hechos y cifras (2014)”. Disponible en: http://oim.org.mx/hechos-y-cifras-2/. Por otra
parte, el cálculo que ofrece la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidos para Re-
fugiados es de medio millón de personas: acnur (2017), “Mexico. Fact Sheet 2017”, febre-
ro, 2 pp. Disponible en http://reporting.unhcr.org/sites/default/files/Mexico%20Fact%20
Sheet%20-%20Februrary%2020⒘pdf.
2  Figueroa I., Carlos (2011), “Centroamérica, Neoliberalismo y violencia. La historia como
destino”, ponencia presentada en el Congreso Nacional de Sociología de Honduras, San
Pedro Sula, 3-6 de mayo de 20⒒

23
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

culo neoliberalismo-migración no resulta evidente a primera vista,3 una serie


de intricados procesos, tales como las medidas de ajuste estructural, las políticas de
des-regulación, los llamados acuerdos de libre comercio y otros implementados
en los últimas tres décadas, han contribuido a empeorar la situación de millones
de personas en América Central, lo que a su vez ha devenido en flujos migrato-
rios internacionales cada vez más crecientes. En tiempos actuales, un incremento
en la violencia de la posguerra ha dificultado aún más el panorama, provocando
desplazamientos forzados de personas en busca de medidas de protección inter-
nacional, escenario en el cual la frontera sur mexicana también adquiere una
mayor relevancia.4
El anterior conjunto de circunstancias y fuerzas subyacentes constituyen el
telón de fondo estructural, macro, para comprender cómo y porqué se imple-
mentan iniciativas como el Programa Frontera Sur (pfs). Las condiciones co-
yunturales que hicieron posible la materialización del pfs serán presentadas más
adelante. Este escrito presenta reflexiones analíticas iniciales sobre los primeros
efectos del programa, vistos por alguien que vive en, obtuvo datos in situ y co-
noce la región fronteriza.
El argumento central que se plantea aquí es el siguiente: la política del Estado
mexicano en relación a la frontera sur del país se ha caracterizado por ser incon-
sistente y carente de una visión integral. Diversos planes y programas han sido
diseñados e implementados de forma desarticulada, sin perdurabilidad y perspec-
tiva de largo alcance. Con mayor frecuencia, dichas iniciativas hacen hincapié en
el tema de la seguridad por encima de otras consideraciones. El Programa Fron-
tera Sur (pfs) es el ejemplo más reciente de este tipo de política. Este capítulo
presenta una revisión detallada del pfs, tomando en cuenta sus antecedentes, su
origen e implementación y las críticas que ha generado, para esbozar una evalua-
ción de su desempeño a través de un modelo de brechas o desfases. Se plantea
que la carencia de integralidad ha dado como resultado políticas comprometidas
y con resultados parcialmente fallidos, o al menos cuestionables. Los efectos en
materia de política migratoria, especialmente al inicio del pfs, han sido particu-
larmente negativos para la migración centroamericana que se encuentra en-de
tránsito por México.

3  Ver Alvarado, Steven E. y Douglas Massey (2010), “Search of Peace: Structural Adjust-
ment, Violence and Migration”, en The Annals of the American Academy of Political and Social
Science, vol. 630, p. 14⒐
4  Coraza de los Santos, Enrique y Luis Alfredo Arriola Vega (2017), La Movilidad Forzada
vista desde la frontera sur mexicana. Informe núm. 22, obimid, Madrid, Universidad Pontificia
Comillas, septiembre.

24
Luis Alfredo Arriola Vega

Aspectos teóricos

Política gubernamental de alcance público

Me remito a la definición de políticas públicas acuñada por Méndez,5 a saber:


el conjunto de acciones que el Estado emprende para resolver un problema con-
siderado de interés público6 para dar sentido conceptual a una política de go-
bierno. Este es un canon ideal, ya que las políticas públicas pueden experimentar
constantes cambios o transformaciones según el contexto en que acontecen; es
decir, que resultan iterativas y complejas, porque “los problemas públicos y los
objetivos gubernamentales suelen ser vagos e inestables y en los que la agenda,
el diagnóstico, la formulación y la implementación de políticas no constituyen
etapas lineales o nítidas, sino funciones que frecuentemente se traslapan”.7 Lo
cierto es que el órgano estatal puede:
…buscar ciertos objetivos y probar (o imponer) un curso de acción durante
un cierto período (por ejemplo, en periodos de crisis o en ciertas áreas de
política), aun cuando no esté del todo seguro de que sea el curso más ade-
cuado o existan presiones para cambiarlo. Además, si los objetivos inicia-
les de una política cambian en la práctica o si no se sabe bien a bien cuales
son, esto nos llevaría a decir que hay una política nueva, diferente o sim-
plemente vaga… no a decir que la política carece totalmente de dirección.8

Además de los cuestionamientos señalados arriba, existen problemas de diseño


y operación institucional de las políticas públicas en México debido a varias ra-
zones. Vásquez Colmenares señala tres.9 Primero, la planeación se hace a nivel
macro, para todo un sexenio, pero la rendición de cuentas de las obras o pro-
gramas vinculadas a la política pública es anual. No obstante que por principio y

5  José L. Méndez (coord.) (2010), Políticas Públicas, vol. XIII: Los grandes problemas de Mé-
xico, México, El Colegio de México, p.⒕
6  Ver la definición ampliada en José L. Méndez (1993), “La política pública como variable
dependiente: hacia un análisis más integral de las políticas públicas”, en Foro Internacional,
vol. 33 número 1, nota a pie de página, p. 2⒐ Se hace necesario puntualizar que desde una
concepción mucho más amplia, lo público en la política también involucra la participación
de actores sociales no-gubernamentales.
7  José L. Méndez, (coord.), Políticas Públicas, vol. XIII: Los grandes problemas de México, op.
cit.,p.⒕
8  José L. Méndez (1993), “La política pública como variable dependiente: hacia un análisis
más integral de las políticas públicas”, en Foro Internacional, vol. 33, número 1, p. 1⒛
9  Cfr. Pedro Vásquez Colmenares, “La planeación, el presupuesto y las políticas públicas”,
en José Luis Méndez (coord.) (2010), Los grandes problemas de México, vol. XIII: Políticas
públicas, México, El Colegio de México, pp. 107-10⒏

25
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

coherencia cualquier resultados debería obedecer al objetivo general establecido


en un programa, con frecuencia existe divergencia entre lo que se reporta como
resultados intermedios y el resultado agregado. Segundo, existe desarticulación
en la planificación entre los tres órdenes de gobierno, un grave problema que
entorpece la operatividad de los programas a corto, mediano y largo plazo (es
un problema de operación real y frecuente, pero ello no niega la planeación a
mediano y largo plazo como tales). No hay congruencia entre los lineamientos
locales y los contenidos del Plan Nacional de Desarrollo, por ejemplo; ese es otro
factor que dificulta planificar a futuro. Finalmente, son muy pocas las formas de
participación social amplia en el diseño de la política gubernamental (de manera
general, me inclino por utilizar la frase política gubernamental cuando la parti-
cipación social es mínima o nula, y la frase política pública cuando la sociedad
tiene un nivel de involucramiento importante). Varios de estos males aparecen
claramente evidenciados en iniciativas como el pfs y pueden resultar referentes
útiles para establecer el éxito, la aceptación, la efectividad, o la congruencia –en-
tre muchos otros esquemas de valoración– de una política de gobierno.

Ciertos criterios para evaluar una política gubernamental

El “déficit de capacidad estatal” en políticas de gobierno se manifiesta de muchas


formas, y es parte de “desfases” que hacen disfuncionales a iniciativas como el
pfs. Gaspar Pérez ha señalado tres brechas,10 si bien puede haber más. La prime-
ra tiene que ver con la diferencia entre lo que aparece por escrito y lo que se hace
en la práctica; es una brecha discursiva entre la norma y la praxis. La segunda
brecha es operativa, es decir, el desfase entre lo que dicta un programa de trabajo
y lo que en realidad se implementa. Finalmente hay una brecha de efectividad, a
saber: la diferencia entre los efectos esperados y los resultados reales (en muchos
casos pobres, ineficaces). Se retomarán estos postulados para evaluar el desem-
peño del pfs.
Allan McConnell considera que hay otros criterios valiosos para identificar el
grado de éxito o fracaso de una política gubernamental, entre ellos: que se logren
los objetivos iniciales, que se implemente tal como se tuvo previsto, que benefi-
cie a la población meta prevista, que los beneficios superen los costos, que cumpla
con las normas legales, éticas y morales.11 Tomando como criterios centrales las

10  Gaspar M. Pérez (2014), The Lost Path: Regulating Transit Illegal Immigration on Mexi-
co’s Southern Border, Tesis de Maestría, Naval Postgraduate School, p. 17⒌
11  Allan McConnell (2015), “What is policy Failure? A primer to Help Navigate the
Maze”, en Public Policy and Administration, vol. 30, núms. 3-4, p. 22⒎

26
Luis Alfredo Arriola Vega

metas y la percepción de una política, McConnell concibe el fracaso así: “Una


política falla, aunque tenga éxito en algunas cosas mínimas, si en esencia no
alcanza las metas que se propusieron quienes la formularon, si hay mucha opo-
sición sobre esa política y/o prácticamente no tiene apoyo”.12 El éxito encarna lo
opuesto: alcanzar las metas propuestas y contar con apoyo de la política o una
mínima oposición hacia ella.13 Pero el éxito también puede relativizarse. Por un
lado están la efectividad, eficiencia y perdurabilidad como indicadores de éxito;
por el otro se encuentra la forma en que los políticos son evaluados a partir de
esos indicadores,14 lo que yo denomino el “capital político” ligado a la política de
gobierno. McConnell también hace un llamado a que los elementos subjetivos y
los aspectos concretos sean parte de una definición del éxito, en lugar de evitar o
excluir los unos y los otros.15
Las políticas gubernamentales conllevan implícita una carga que va más allá
del impacto público. Para decirlo de alguna manera, es el capital político que un
funcionario en un cargo público puede generar a partir de la política de gobier-
no. Dicha consideración es importante para entender la valoración de esa carga
“política”.16 Debido a que la percepción del fracaso o éxito de un programa de
12  Ibid, p. 230. (traducción propia).
13  Allan McConnell (2010), “Policy Success, Policy Failure and Grey Areas In-Between”,
en International Public Policy, vol. 30 no. 3, p. 35⒈
14  Bovens, M, Paul´t y B. Guy Peters (2001), “Analysing Governance Success and Failure
in Six European States”, en Mark Bovens M., Paul’t Hart y B. Guy Peters (eds.), Success and
Failure in Public Governance: A Comparative Analysis, Edward Elgar Publishing, Chelten-
ham, Reino Unido, pp.12-26, citado por McConnell, 2010, p. 34⒐
15  De todas formas, Allan McConnell reconoce en su artículo “What is Policy Failure? A
Primer to Help Navigate the Maze”, en Public Policy and Administration, vol. 30, nos. 3-4
(2015) que hacer uso de la categoría ‘políticas fallidas’ es complicado porque los problemas
metodológicos para abordar el asunto son diversos, incluyendo áreas grises, ambigüedad,
diferentes percepciones. Debido a ello surgen numerosas preguntas difíciles de responder:
¿Cómo se define lo que es el fracaso? ¿Quién los considera así? ¿Cómo se evalúa el cumpli-
mento de múltiples metas? Hablar de fracaso o fallas puede conllevar el uso de una valoración
subjetiva, supeditada a aspectos como quién está calificando la escala y criterios que esta
persona emplea para emitir una evaluación, o los datos de los que dispone para evaluar. El
fracaso no se puede asumir siempre en términos absolutos, puede ser parcial. Asimismo, es
posible que no se cuente con toda la información necesaria para evaluar el éxito o fracaso.
Igualmente, si hay una política que tiene muchas metas u objetivos, resultará laborioso en-
contrar el equilibrio perfecto para determinar el fracaso de una meta en relación al éxito que
se obtuvo en otra, y priorizar cuál de ellas es la más importante. O una política que pudo
haber sido un fracaso al principio, a la larga alcanza el éxito (hay variación en el tiempo).
16  La distinción entre la política y “políticas” se revela más claramente al contrastar sus signifi-
cados en nuestro idioma con los correspondientes a la lengua inglesa. En esta última existen dos
vocablos distintivos (politics, policy) con una diferencia conceptual clara. En politics, la referencia

27
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

política gubernamental generalmente tiene que ver con el ganar o perder capital
político, hay varias posibilidades que pueden resultar de dicha valoración. Para
McConnell son tres.17 Primero, que el proceso detrás del diseño y aprobación
inicial de dicha política es exitoso, pero su implementación y su impacto político
no. Segundo, que el programa o acciones de política falla, pero aun así alcanza
cierto éxito político. Finalmente, el programa de política tiene éxito, pero el
costo político es muy alto (fracaso).
Retomando la idea de que no se puede hablar en términos categóricos so-
bre éxito o fracaso, McConnell propone una escala de apreciación, constituida
de tres relaciones binarias: A) fracaso tolerable/éxito resiliente, B) fracaso con-
flictuado/éxito conflictuado (conflicted) y C) fracaso completo/éxito marginal.18
Esta propuesta también servirá parcialmente para considerar el desempeño del
pfs. Otro autor considera que son tres las consideraciones para evaluar una po-
lítica de gobierno: si ésta es legítima o no, si es perdurable o pasajera y si es
coherente o fragmentada.19
Así, los componentes a considerar para someter a un escrutinio de eficacia/
ineficacia una política pueden ser muchos y muy distintos entre sí, entre ellos el
diseño, la implementación, el conjunto de normas, procedimientos y grupos que
están vinculados con esa política (policy regime), su perdurabilidad, su coheren-
cia, el impacto y sus resultados, etcétera. Con la evidencia disponible para esta
investigación haré una reflexión sobre la implementación, coherencia, alcance, y
efectos del pfs en sus primeros años. No dispongo de los elementos necesarios
para considerar los otros aspectos. Pero antes de avanzar hacia ese punto de la
discusión, primero es necesario conocer brevemente las políticas similares que

al poder es explícita: “3a. competición entre grupos de interés rivales o entre individuos en busca
del poder y liderazgo (como puede ser por el gobierno)” (Diccionario Merriam-Webster, s.f.,
traducción propia). La acepción más acorde a la temática de este texto para policy es la siguiente:
“2a. un plan general de alto nivel que abarca las metas generales y procedimientos aceptables,
particularmente los de un órgano de gobierno”. (Diccionario Webster s.f., traducción propia) Así,
dos elementos constitutivos esenciales de la política/politicos son la esfera pública y el poder. El
Diccionario de la Real Academia Española hace referencia a ello en tres de 11 definiciones del
término (véase acepciones 7, 8, 9, rae s.f.). Aunque no existe un vocablo completamente equi-
valente para policy/políticas, en español, una de las 11 definiciones transmite la misma idea de
fondo: “Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin
determinado” (rae s.f., definición 11).
17 Allan McConnell (2015), “What is Policy Failure? A Primer to Help Navigate the Maze”,
op. cit, p. 23⒏
18  Ibid, pp. 237-23⒏
19  Peter J. May (2015), “Implementation Failures Revisited: Policy Regimes Perspective”,
en Public Policy and Administration, vol. 30, núms. 3-4, p. 28⒉

28
Luis Alfredo Arriola Vega

antecedieron al pfs, para luego pasar a la génesis del Programa, después conti-
nuar con su operatividad en el terreno y revelar las consecuencias y críticas que
ha suscitado.

Marco de referencia para comprender los antecedentes del PFS


en la política migratoria de la región fronteriza del sur de México

Cuando se habla de migración, lo primero que viene a la mente de muchas


personas es la población no autorizada que mayormente está de paso por terri-
torio mexicano. Sin embargo, la situación actual del panorama migratorio es
mucho más variada. Esa población llegada del sur global se ha diversificado en
sus motivaciones y procedencia, especialmente en la principal puerta de entra-
da: el Soconusco, Chiapas. Además de las migraciones tradicionales o históricas
(trabajadoras del hogar, jornaleros agrícolas), hoy en día hay otros grupos en la
movilidad: personas que llegan por razones estrictamente económicas y otras que
han sido forzadas a huir de condiciones de violencia extrema en sus lugares de
origen y que están en proceso de establecerse en México. A esta diversidad se le
ha denominado flujos mixtos.20
Si bien a esas múltiples formas de movilidad se le asocia indefectiblemente
con la frontera, resulta erróneo asumir automáticamente lo mismo en el otro
sentido. Es decir, la condición fronteriza presenta sus propias especificidades
que no necesariamente tienen que ver con la movilidad. En algunos puntos del
espacio fronterizo del sur mexicano –y aquí el llamado es a ver más allá de lo que
sucede en El Soconusco– los asuntos de interés y/o preocupación pueden ser de
diferente índole. Por ejemplo, la presencia y los efectos locales de grupos crimi-
nales es variable a lo largo de toda la región fronteriza. Y es justamente este tema,
y otros (como el terrorismo), los que han sido utilizados para justificar –sesga-
damente– un enfoque que permea las políticas públicas del Estado mexicano en
relación a la migración y la frontera: la hiper-marca de seguridad. El surgimiento
del pfs y todo lo que le antecedió se enmarca en esa lógica.
El manto del sello securitario forma parte de una agenda que se ha traducido
en lo que se denomina la externalización de las fronteras estadounidenses, una
respuesta a supuestas amenazas terroristas,21 y a la migración como un tema

20  acnur (2009), “Refugee Protection and Mixed Migration: The 10-Point Plan in Ac-
tion”, en http://www.unhcr.org/cgibin/texis/vtx/home/opendocPDFViewer.html?doci-
d=4a855cd52e&query=Refugee%20protection%20and%20mixed%20migration
21  Maribel Casas, Sebastian Cobarrubias y John Pickles (2010), “Stretching Borders Beyond
Sovereign Territories? Mapping EU and Spain’s Border Externalization Policies”, en Geopo-

29
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

“securitizado”. Dentro de ese mismo encuadre aparece la Iniciativa Mérida (im),


en 2007, para sostener este esquema de seguridad externalizado en México, no-
tablemente en su frontera sur. Los cuatro ejes de la im son: luchar contra el cri-
men organizado, fortalecer el Estado de Derecho, erigir una frontera moderna y
fortalecer a las comunidades fronterizas. Según Seelke y Finklea, Estados Unidos
habría enviado cerca de us$1,500 millones a México de 2008 a 2015 para “capa-
citación, equipo y asistencia técnica”.22 Hay razón para pensar que cada vez más la
ayuda va dirigida a la atención de asuntos de seguridad en la frontera sur mexica-
na, como puede ser el pfs. La acelerada construcción de los Centros de Atención
Integral al Transito Fronterizo (caitf) como parte del pfs, fue una copia de un
esquema implementado en Estados Unidos, espacios posiblemente financiados
con dinero de la im. La implementación de tecnología biométrica para el control
migratorio de flujos documentados es otro ejemplo. El problema es que resulta
difícil encontrar la evidencia que compruebe la influencia directa de la política
estadounidense de seguridad en la política mexicana relativa al control de su
frontera y de los flujos migratorios en el país, tal como lo han señalado Castillo y
Touissant.23 Para México, este creciente ambiente “securitizado”, con una visión
ampliada de control policiaco de la migración no autorizada, se ha materializado
en cosas como lo siguiente: a mitad de la década de 1990, México contaba con
25 centros oficiales para el aseguramiento de esa población migrante; diez años
más tarde se había duplicado su número, la mayor parte de ellos ubicados en la
porción sur del país.24 Otro paso en esa dirección fue la incorporación del Insti-
tuto Nacional de Migración (inm) al Sistema Nacional de Seguridad de México,
en 200⒌25
Aquí argumento que el Programa Frontera Sur es el producto más reciente de
lo que constituye una serie de políticas fragmentadas, discontinuas, incoheren-
tes y muchas veces improvisadas, en la historia de las tres administraciones que

lítica(s), no. 1, pp. 71-79, en https://revistas.ucm.es/index.php/GEOP/article/view/36786


22  Clare R. Seelke y Kristin Finklea (2016), “U.S. Mexican Security Cooperation The Mé-
rida Initiative and Beyond”, Congressional Research Service Report R41349, Washington,
D.C., p. 3⒈
23  Manuel A. Castillo y Mónica Touissant, “Seguridad y migración en la frontera sur”, en
Arturo Alvarado y Mónica Serrano (coords.) (2010), Los grandes problemas de México, vol.
XV: Seguridad Nacional y Seguridad Interior, México, El Colegio de México, p. 290.
24  Rodolfo Casillas R. (2016), “Entre la política deseada, la practicada y los flujos migrato-
rios emergentes: respuestas en construcción y desafíos duraderos”, en Working paper no. 4,
México, Instituto Tecnológico Autónomo de México, p. 18, en http://migracionentransito.
org/itam-documento-de-trabajo-no-4-entre-la-politica-deseada-la-practicada-y-los-flujos-
migratorios-emergentes/
25  Ibid, p. 3⒋

30
Luis Alfredo Arriola Vega

antecedieron a la del presidente Enrique Peña Nieto, con un manejo del tema
de la migración no autorizada en la frontera sur del país desde esa óptica, si bien
con sus matices entre un gobierno y otro, “securitizada”. Además, y al igual que
las políticas del pasado reciente, el pfs fue una medida temporal no una forma
de buscar una solución permanente a un problema de larga data. Esas políticas
fueron La Operación Sellamiento (1998-2000), El Plan Sur (2001-2002), La
Propuesta de Política Migratoria Integral en la Frontera Sur de México (2005) y el
Plan de Reordenamiento de la Frontera Sur (2006-2007). Hacia 2009-2010, apa-
recen señales de otro proyecto más, denominado Plan Integral para la Frontera
Sur, el cual nunca llegó a ejecutarse.26 Este esquema se centraba en promover el
desarrollo, la seguridad de la frontera y control de aduanas, mejorar la infraes-
tructura y fomentar la cooperación con los gobiernos de Guatemala y Belice.27
Es posible que esta iniciativa haya sido reformulada y transformada en lo que
finalmente derivó en el pfs.
Todas estas políticas públicas comparten varias similitudes, a saber: la mayor
parte de los planes o programas no contaron con documentos programáticos –La
Propuesta de Política… fue una excepción notable–, y si alguna vez existieron,
nunca se hicieron públicos; todas fueron iniciativas de corto y mediano plazo,
ninguna de ellas duró un período presidencial completo; los recursos se desti-
naron a aspectos de seguridad (operaciones en terreno, equipo, etcétera), no a
programas sociales complementarios u otras iniciativas de control, no policiacas;
en los hechos el impacto real de estas políticas fue muy limitado.
Para Gaspar M. Pérez, el pfs representó una combinación de las dos iniciati-
vas previas (Plan Sur y Plan de Reordenamiento…), porque “incluye medidas de
seguridad, restricciones en la frontera y su reordenamiento, y acciones de protec-
ción para los migrantes”.28 Según otro experto, Plan Sur provocó que los migran-
tes no autorizados tuvieran que encontrar otras rutas para evadir los controles
oficiales, lo que a su vez hizo que se incrementaran las cuotas de los traficantes

26  Una discusión ampliada sobre los antecedentes de estas políticas se encuentra en: Luis
Alfredo Arriola Vega (2017), “Policy Adrift: Mexico Mexico’s Southern Border Program”
Research Paper. Mexico Center at Baker Institute for Public Policy, Rice University, ju-
nio, 32 pp. Disponible en https://www.bakerinstitute.org/research/policy-adrift-mexicos-
southern-border-program/
27  Gobierno de la República [México] (2010), “Informe del Estado mexicano sobre secues-
tro, extorsión y otros delitos cometidos contra personas migrantes en tránsito por territorio
mexicano”, 16 de julio, p. 27, en http://www.imumi.org/attachments/article/275/informe_
secuestro_extorsion_otro_delitos.pdf
28  Gaspar M. Pérez (2014), “The Lost Path Regulating Transit Illegal Immigration on
Mexico’s Southern Border”, Tesis de Maestría, Naval Postgraduate School, p. 2⒏

31
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

de migrantes (“coyotes”); esto mismo se repitió con el pfs. Posterior a los acon-
tecimientos de septiembre 2001 en eua, se habló de medidas más estrictas para
la frontera sur mexicana, el Plan Sur aceleró esas previsiones.29 Al igual que du-
rante el gobierno de Felipe Calderón, cuando se realizaron operaciones conjuntas
para el control migratorio entre varias autoridades, también con el pfs sucedió lo
mismo. Esto último apunta a un aspecto que ha sido señalado: la duplicación de
funciones entre distintos órganos de gobierno. Otro elemento común es la dis-
continuidad entre las distintas iniciativas. El historial de estos planes y programas
muestra que la filosofía de la seguridad estadounidense externalizada ha guiado
sus objetivos y propósitos, con una tendencia a su intensificación progresiva.
Estos y otros aspectos han contribuido a que dichos programas hayan alcanzado
un éxito relativo o de limitada incidencia y eficacia.

Implementación del PFS30

Contexto

El Programa Frontera Sur surge como respuesta a una coyuntura particular en


la cual varios procesos se fueron agravando, entre ellos un incremento en la mi-
gración femenina y en la migración de madres e hijos, niños y jóvenes, así como
movilidad forzada debido a distintas violencias que azotan tres países centroame-
ricanos, a saber: El Salvador, Honduras y Guatemala.31 La coyuntura alcanza su
punto más álgido en la supuesta crisis de migración de niñez no acompañada y
madres con hijos acaecida en el primer semestre del 20⒕ Un número sin prece-
dentes, cerca de 50,000 menores no acompañados, llegó a la frontera México-Es-
29  Rodolfo Casillas R. (2016), “Entre la política deseada, la practicada y los flujos migrato-
rios emergentes: respuestas en construcción y desafíos duraderos”, op. cit., p.2⒌
30  La literatura académica que analiza el PFS es un campo aun en ciernes. Por ello, en
este texto muchos de los datos utilizados para el análisis de este programa provienen fuentes
oficiales, periodísticas y de la llamada literatura gris (por ejemplo, informes de think-thanks,
organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil) y parcialmente de informa-
ción primaria (observación directa y entrevistas con informantes calificados).
31  El aumento en el número de solicitudes de asilo tanto en Estados Unidos como en
México en los últimos años da cuenta de la forma en que ese fenómeno se ha tornado más
crítico: la suma de las solicitudes de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos
constituyeron el 51% de todas las que se presentaron en ese país en 20⒖ Esto representó
un aumento de 35% con relación a 2013 (acnur, 2016). La violencia vinculada al crimen or-
ganizado, incluyendo las pandillas, se consideraba la razón “probable” de ese incremento. La
situación en México también se ha hecho más crítica. De 1296 solicitantes en 2013 se pasó a
2137 en 2014; llegó a 3424 en 2015, y ya en los primeros meses de 2016 había sobrepasado
el total del año anterior: 3486 (segob-comar, 2016).

32
Luis Alfredo Arriola Vega

tados Unidos en el primer semestre de ese año.32 La “emergencia” que provocó


la llegada de madres e hijos a la frontera México-Estados Unidos en 2014, derivó
en la aprobación, que pudiera considerarse precipitada, del pfs.
Origen y Arranque

El 7 de julio de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto hizo el anuncio público


de la creación del Programa Frontera Sur, también conocido como Plan Frontera
Sur, o Plan Integral Frontera Sur, ambos nombres inapropiados, como se verá en
breve. Si bien este Programa dio inicio en agosto de 2014, ya existía desde antes
la intención por parte del gobierno de materializar una iniciativa de este tipo:
desde junio de 2013, Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación,
anunció en Tapachula que se lanzaría un “plan integral” para el desarrollo de la
Frontera Sur.33 En palabras del entonces senador Humberto Mayans Canabal y
quien a la postre fungiría como coordinador del ente rector del pfs, durante su
primer año de existencia, la concreción de estas iniciativas representaba la opor-
tunidad para “rescatar” al sur-sureste mexicano y así reducir la brecha que separa
el norte desarrollado del sur sub-desarrollado.34 En ese marco el improvisado
Programa Frontera Sur tuvo en su génesis la proyección de constituir un Plan
Integral. Pero todo quedó en los buenos deseos de Mayans. Sirvan estas dos úl-
timas ideas para hacer una obligada aclaración.
Es debido a esa intencionalidad de Mayans que se ha denominado, indistinta-
mente, al pfs como Plan y/o Programa Frontera Sur –como algo que es uno y lo
mismo. En estricto sentido no puede ser así, porque un Programa se deriva de un
Plan y el segundo es condición fundamental para hacer realidad los objetivos del
primero. El Programa es el elemento indispensable en el cual se encuentran ac-

32  Erika de la Garza y Tony Payán (2014), “Central America’s Unaccompanied Minors
Shared Problem, Shared Solution”, en Georgetown Journal of International Affairs, 31 de
Julio, en http://journal.georgetown.edu/central-americas-unaccompanied-minors-shared-
problem-shared-solution/
33  Ver Gobierno del Estado de Tabasco (2013), “Plan conjunto para atender problemática
en la frontera sur”. 4 de junio, en http://www.tabasco.gob.mx/content/plan-conjunto-para-
atender-problemática-en-la-frontera-sur. Lo cierto es que el pfs está incluido dentro del
Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 (Gobierno de la República 2013:173) y también está
contemplado en ocho lineamientos estratégicos del Programa Especial de Migración 2014-
2018 (Gobierno de la República, 2014).
34  Katia Torres (2015), “Reordenar frontera sur tardará 3 sexenios”, en El Universal, 11
de agosto, en http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/seguridad/2015/08/11/
reordenar-frontera-sur-tardara-3-sexenios

33
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

ciones, servicios o procesos organizados sistemáticamente, de manera coherente


e integrada, con tiempos y responsables definidos. A través de uno o varios Pro-
gramas se opera, gestiona y promueve un Plan. El pretendido Plan Integral de
la Frontera Sur no pasó de ser un programa, fundamentalmente, de contención.
Contenidos programáticos

Nunca existió una hoja de ruta sobre el pfs, es decir, no se emitió documento oficial
más allá de la publicación hecha en el Diario Oficial de la Federación sobre la creación
de un ente rector denominado Coordinación para la Atención Integral de la Migra-
ción en la Frontera Sur (caimfs).35 Algunos de los elementos generales de la caimfs
fueron los siguientes: la caimfs tendría dos oficinas, la central en Villahermosa y otra
en Tapachula; se tenían planificados 187 proyectos para los estados de la frontera sur;
se implementarían cinco proyectos “espejo” en municipios fronterizos de Guatemala,
supuestamente de alto impacto social; entrarían en operación tres “cinturones de
seguridad”, el primero de ellos constituido por los 11 puertos de entrada oficiales
ya existentes en la frontera México-Guatemala, los caitf ya mencionados y un
tercer cinturón en el istmo de Tehuantepec (Oaxaca) (Presentación del pfs por
parte del senador Mayans, Campeche, Campeche, 29 de septiembre, 20⒕ Ob-
servación personal). Con excepción de las sedes y los mecanismos de seguridad,
hasta mitad de 2016 lo demás no se había concretado. Los proyectos empezaron
a materializarse en tiempo más reciente.
De agosto de 2014 a julio de 2015, Mayans estuvo al frente de la caimfs.
En ese primer año el presupuesto de caimfs ascendió a 102 millones de pesos,
con un personal de 94 personas.36 El Programa estaba regido por cinco ejes:
migración formal ordenada, mejora de la infraestructura para ofrecer seguridad
a los migrantes, protección para los migrantes, responsabilidad compartida con
gobiernos vecinos y coordinación entre agencias del gobierno mexicano.37 Ade-

35  segob (2014), “Decreto por el que se crea la Coordinación para la Atención Integral de la
Frontera Sur”, 8 de julio, en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5351463&-
fecha=08/07/2014
36  Katia Torres (2015), “Zar migratorio, un fantasma que cuesta 102 mdp”, El Universal, 16
de julio, en http://www.eluniversal.com.mx/articulo/estados/2015/07/16/zar-migratorio-
un-fantasma-que-cuesta-102-mdp y en “Hacienda desaparece programa de atención
a migrantes en la frontera sur”, La Jornada, 6 de agosto, en http://www.jornada.unam.
mx/2015/08/06/politica/007n1pol
37  Véase en Observatorio de Legislación y Política Migratoria, (2015), “Reporte: Programa
Frontera Sur o la política de persecución de migrantes en México” (sic), El Colegio de la
Frontera Norte, Tijuana, noviembre; y en Christopher Wilson y Pedro Valenzuela (2014),
“Mexico’s Southern Border Strategy: Programa Frontera Sur”, Mexico Institute, Wilson

34
Luis Alfredo Arriola Vega

más de atender la problemática fronteriza, el Programa pretendía promover el


desarrollo social y económico de los 23 municipios adyacentes a Guatemala, y
uno con Belice.38 De manera específica, intentaba evitar que los migrantes (ge-
neralmente de paso, no autorizados) pusieran en riesgo su integridad al utilizar
un tren que es de carga (“La Bestia”), desarrollar estrategias puntuales para ga-
rantizar la seguridad y la protección de los migrantes y combatir y erradicar a los
grupos criminales que vulneran sus derechos.

Acciones en el terreno

Puestos de control, retenes y nueva infraestructura aparecieron a lo largo de


las principales rutas por las cuales transitaban los migrantes. He aquí algunos
ejemplos. En el momento de mayor intensidad del pfs, al menos 22 puestos de
registro operaron entre Ciudad Hidalgo, Chiapas y Puebla, según revelaciones de un
traficante de migrantes a un periodista,39 la mitad de los cuales estaban entre
Tapachula y Arriaga, Chiapas.40 En Chablé, Balancán (Tabasco) se instaló un
retén permanente a partir de la segunda mitad de 2014, un lugar donde no había
existido tal cosa (ex miembro del cuerpo consular de Guatemala en Tenosique,
correspondencia por correo electrónico, 2 de junio, 2016). Igualmente, el inm
estableció un puesto de control en las afueras de Estación Chontalpa, Huiman-
guillo, Tabasco (observación personal, mayo 2016). Merecen particular mención
los grandes complejos conocidos como Centros de Atención Integral al Tráfico
Fronterizo (caitf), pensados para albergar a varias entidades de gobierno, con el
objetivo de controlar el movimiento de bienes y personas.41 El primero de estos

Center, Washington D.C., 11 de julio, en https://www.wilsoncenter.org/sites/default/files/


Mexico_Southern_Border_Strategy.pdf
38  SEGOB-CAIMFS (2015), “Informe de Actividades, julio 2014-julio 2015”, p. 3-4, en
https://www.wola.org/sites/default/files/MX/WOLAFUNDAR/CAIMFS%20%20Infor-
me%20de%20Actividades%20JULIO%202014%20A%20JULIO%202015%20%⒛pdf
39  Rodrigo Soberanes (2015), “El Plan Frontera Sur, según los coyotes”, Enelcamino [diario
digital], 16 de Junio, en http://enelcamino.periodistasdeapie.org.mx/ruta/el-plan-frontera-
sur-segun-los-coyotes/
40  Isacson, Adam, Maureen Meyer y Gabriela Morales (2014), “Mexico’s Other Border.
Security, Migration, and the Humanitarian Crisis at the Line with Central America”. En
Informe, Washington Office on Latin America, agosto, p. 18, en https://www.wola.org/files/
mxgt/report/
41  Si bien la función original de los caitf estaba orientada a la regulación fiscal y aduanal, el
Presidente Peña Nieto mandó que también se incluyera el control migratorio (segob, 2015).
Mayans declaró que cada caift contenía siete agencias del gobierno federal (El Universal

35
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

Centros abrió en Huixtla, cerca de Tapachula, en 20⒔ Para abril de 2015, dos
más habían sido construidos, en los municipios de Trinitaria y Catazajá, ambos
en Chiapas.42 El gobierno planeaba construir otro par más.43
A partir de agosto de 2014, las redadas y operativos similares ya no fueron
realizadas exclusivamente por elementos del inm. También incluyeron miem-
bros de las fuerzas armadas, la policía federal, policía municipal y estatal, todos
actuando en forma coordinada.44 El propio inm reveló datos en los cuales se
aprecia el incremento en el número de redadas y hechos similares en los cuales
participaron distintas autoridades, posterior a julio de 20⒕45 “La Bestia” viajó
con menos migrantes en 2014 debido a que se incrementó la velocidad con que
circulaba, porque las compañías contrataron guardias de seguridad para su vigi-
lancia y, en ocasiones, debido a la colocación de postes a lo largo de las vías del
ferrocarril que impedían, o hicieron más difícil, abordar un tren en movimiento.
En el peor momento del Programa, no menos de 100 agentes del orden llegaron
a realizar redadas en el tren que pasa por Tenosique.46 En resumen, el pfs evi-
denció claramente cómo es que en determinados momentos México puede fungir
directamente como gestor de la migración no autorizada para eua.47

2015, 11 de agosto). Según Rietig y Domínguez, el diseño del caitf constituye una réplica
de un esquema similar implementado en eua.
42  Segob-caimfs (2015), “Informe de Actividades, julio 2014-julio 2015”, p. 36, en https://
www.wola.org/sites/default/files/MX/WOLAFUNDAR/CAIMFS%20%20Informe%20
de%20Actividades%20JULIO%202014%20A%20JULIO%202015%20%⒛pdf
43  Ibíd, p. 3⒎
44  Diego Lorente (Coordinador de Centro Fray Matías de Córdoba), comunicación perso-
nal, mayo 2016, y ex miembro del cuerpo consular de Guatemala en Tenosique, comunica-
ción personal, 2 de junio, 20⒗
45  Ver gráfica 1 en José Knippen, Clay Boggs, and Maureen Meyer (2015), “An Uncertain
Path. Justice for Crimes and Human Rights Violations against Migrants and Refugees in
Mexico”, Informe Washington Office on Latin America, noviembre, p. 11, en http://www.
wola.org/sites/default/files/An%20Uncertain%20Path_Nov20⒖pdf
46  Fray Tomás González Castillo, comunicación personal, mayo 20⒑
47  Victoria Rietig y Rodrigo Domínguez V. (2014), “Top 10 of 2014-Issue #8: Changing
Landscape Prompts Mexico’s Emergence as a Migration Manager”, en Informe, Migration
Policy Institute, 10 de diciembre, en http://www.migrationpolicy.org/article/top-10-2014-
issue-8-changing-landscape-prompts-mexicos-emergence-migration-manager

36
Luis Alfredo Arriola Vega

Consecuencias y críticas

Existe la percepción generalizada de que el Programa hizo que viajar por México
se hiciera más peligroso para los migrantes no autorizados.48 La gente prefirió
caminar en lugar de tomar el tren.49 Nuevas rutas u otras poco utilizadas empe-
zaron a adquirir mayor importancia, entre ellas la que inicia en el municipio de
Frontera Comalapa, Chiapas. Asimismo, quienes conducen a los migrantes no
autorizados, incrementaron sus cuotas. Los sobornos de las autoridades para con
los migrantes también experimentaron un alza. Hubo señalamientos, por parte
de organismos de la sociedad civil sobre graves violaciones a los derechos huma-
nos hacia los migrantes.50
El pfs se implementó en un momento en el cual el número de las solicitudes
de la condición de refugio en México continuaba creciendo (para comprender el
aumento del fenómeno, a partir de cifras oficiales, ver la nota de pie de página
número 31), situación que derivó en un desbordamiento en la capacidad de las
autoridades y de las instituciones de la sociedad civil que asisten a esta población,
debido a que carecían de los recursos humanos y financieros necesarios.51 Julius
agregó que una forma de lidiar con la sobre-carga de solicitudes que enfrentaba
el gobierno mexicano fue, desde 2015, acelerar los procesos de deportaciones.52

48  Véase en Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, et al. (2015). “Derechos
Cautivos. La situación de las personas migrantes y sujetas a protección internacional en los cen-
tros de detención migratoria: siete experiencias de monitoreo desde la sociedad civil”, Infor-
me, Mexico. Disponible en http://redtdt.org.mx/wp-content/uploads/2015/07/DerechosCauti-
vos_2015_WEB.pdf, José Knippen, Clay Boggs, y Maureen Meyer (2015), “An Uncertain Path.
Justice for Crimes and Human Rights Violations against Migrants and Refugees in Mexico”, en
Informe Washington Office on Latin America (noviembre), en http://www.wola.org/sites/default/
files/An%20Uncertain%20Path_Nov20⒖pdf, redodem, (2015), “Migrantes invisibles, violen-
cia tangible. Informe 2014”, México, Adam Isacson y Maureen Meyer (2015), “Increased Enfor-
cement at Mexico’s Southern Border. An Update on Security, Migration, and u.s. Assistance”,
Informe Washington Office on Latin America (noviembre), en http://www.wola.org/commentary/
increased_enforcement_at_mexico_s_southern_border. Adam Isacson, Maureen Meyer y Ga-
briela Morales (2014), “Mexico’s Other Border. Security, Migration, and the Humanitarian Crisis
at the Line with Central America”, Informe: Washington Office on Latin America (agosto), en
https://www.wola.org/files/mxgt/report/
49  “‘La Bestia’ viaja sola”. (2015). El Imparcial, 3 de febrero. Disponible en: http://impar-
cialoaxaca.mx/istmo/2y9/la-bestia-viaja-sola
50  Ver La 72, Hogar-Refugio para Migrantes, (2017). “En los límites de la frontera, que-
brando los límites: situación de los derechos humanos de las personas migrantes y refugiados
en Tenosique, Tabasco, Informe 2016”, Tenosique, Tabasco, pp. 19, 2⒉
51  Julius (pseudónimo de ex asesor de un albergue), comunicación personal, mayo 20⒗
52  Ibid.

37
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

Ante esta situación, se redujo, al menos temporalmente, la cantidad de los mi-


grantes no autorizados que transitaban por México.53
Una de las principales críticas hacia el pfs es el origen de su financiamiento.
Se ha señalado que la Iniciativa Mérida ha sido la principal fuente de recursos.54
En su momento, Mayans desmintió esto.55 Encontrar la evidencia directa para
probar ese vínculo resulta problemático. Sólo es posible llegar a inferencias de
cierto alcance, con la información disponible. Considérese, por ejemplo, el con-
tenido de un informe de una oficina del Congreso estadounidense:
El Departamento de Estado ha adjudicado más de us$130 millones de la
Iniciativa Mérida para la seguridad fronteriza en México, la mitad destina-
da a apoyar esfuerzos en la frontera sur. Esta cifra incluye us$70 millones
apropiados del año fiscal 2013-2014 y us$60 millones apropiados del año
fiscal 2011-2012 que fueron reprogramados. Hasta febrero de 2016 el De-
partamento de Estado había entregado us$20 millones en el rubro de asis-
tencia para la región fronteriza del sur de México, en la forma de equipo
de inspección, quioscos móviles, equipos caninos, y para la capacitación de
agentes de migración. Con recursos adicionales se financiará un sistema
biométrico, una red de comunicaciones seguras para las agencias guberna-
mentales en la región fronteriza y otros proyectos nuevos. Es probable que
el gobierno de eua brinde apoyo adicional para estas iniciativas utilizando
una porción de los casi us$139 millones de la im adjudicados para el año
fiscal 2016; otros us$129 millones de la ayuda proveniente de im se han

53  Véanse los informes que contienen las estadísticas que llevan internamente 13 albergues
pertenecientes a la Dimensión de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica:
redodem 2015; redodem 2016, y redodem 20⒘
Mientras que en 2013 el número de eventos de las personas aseguradas por el inm llegó a
79,908 –en su gran mayoría centroamericanos–, para 2014 ese número ascendió a 118,446;
ya en plena ejecución del pfs (2015), se elevó aún más, a 177,94⒐ En dos años se duplicó
el número de aprehensiones (Unidad de Política Migratoria-segob 2013, 2014, 2015). En
2014, México llegó a superar el número de centroamericanos no autorizados detenidos en
su territorio, que los aprehendidos por Estados Unidos en su frontera sur (wola 2015). En
resumen, durante el primer año del pfs los aseguramientos aumentaron 79% comparado al
mismo período del año anterior; de julio 2015 a julio 2016 hubo otro incremento del 3%, y
posterior a eso se ha mantenido en la misma proporción. Esto puede explicarse, en parte, por
los problemas financieros que ha enfrentado el gobierno. En promedio, las cifras han sido
más altas que antes de instaurarse el programa (Isacson, Meyer y Smith 2017).
54  In These Times (2015, 12 de mayo), “How the U.S. ‘Solved’ the Central American Mi-
grant Crisis” Autor de la nota: Joseph Sorrentino, en http://inthesetimes.com/article/17916/
how-the-u.s.-solved-the-central-american-migrant-crisis
55  “Hacienda desaparece programa de atención a migrantes en la frontera sur” (2015), La
Jornada, 6 de agosto, en http://www.jornada.unam.mx/2015/08/06/politica/007n1pol

38
Luis Alfredo Arriola Vega

solicitado para el año fiscal 20⒘ (Correspondencia por medios electróni-


cos con un agente del Departamento de Estado, 26 de febrero de 2016).56

Uno de esos proyectos “nuevos” pudo haber sido el pfs, pero no hay manera de
saberlo con certeza. La injerencia de Estados Unidos posiblemente no se limite
únicamente a proveer financiamiento para este tipo de política. Hay evidencia
de que personal del gobierno de ese país estuvo presente en México durante el
período de mayor actividad del Programa. En 2015 el ya citado Diego Lorente pre-
senció a un agente de la Agencia de Protección Aduanal y Fronteriza (cbp, por sus
siglas en inglés) en la estación Siglo xxi, en Tapachula. Un oficial mexicano de
la estación dio a entender a Lorente que esa persona estaba investigando asuntos
de corrupción.57
Otras críticas que se han planteado sobre el pfs son su falta de rendición de
cuentas y la duplicación de funciones en la que incurrió; nunca se evaluó el desempe-
ño de Mayans al frente del Programa.58 Para muchos, el pfs reprodujo innecesa-
riamente las tareas de otros organismos de gobierno. caimfs no fue articulada a
instancias que ya estaban trabajando el tema fronterizo o la situación migratoria;
también carecía de la autoridad real para regir sobre todas esas instancias porque
fue sobreimpuesta y, prácticamente, improvisada.
Resultados y Perspectivas

El único documento oficial que revisa lo llevado a cabo durante el primer año
del pfs, es un informe preparado por la Secretaría de Gobernación y el caimfs,
en 20⒖ En ese documento se resaltan los logros que, desde la perspectiva ofi-
cial, se alcanzaron. Para el gobierno, los resultados del pfs fueron positivos.59 Al
final de su gestión al frente de la caimfs, Mayans declaró que se había realizado
inversión en el sector productivo, ofreciendo como único ejemplo las mejoras al
tren de carga, que de viajar de una velocidad de 10 km/hr. pasó a 60-70 km/hr.
El argumento es que dicho cambio obedeció a la modernización de ese medio de
transporte. Esto no ayudó a los migrantes. Otro logro que se atribuyó al pfs ha-
bría sido la implementación de las fiscalías especializadas para atención de delitos

56  Clare R. Seelke (2016), “Mexico and u.s. Relations”, en Congressional Research Service
Report R42917, Washington, D.C., p. 22 (traducción propia).
57  Diego Lorente, comunicación personal, mayo 20⒗
58  Katia Torres (2015), “Zar migratorio, un fantasma que cuesta 102 mdp”, El Universal, 16
de julio, en http://www.eluniversal.com.mx/articulo/estados/2015/07/16/zar-migratorio-
un-fantasma-que-cuesta-102-mdp
59  Véase en segob-caimfs (2015).

39
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

contra migrantes en estados donde no existían antes de 20⒕ No hay forma de


evaluar el desempeño de estas oficinas.
Después de julio de 2015, el perfil del Programa cambió. Mayans renunció a
su cargo en agosto de ese año y nadie lo reemplazó. El senador declaró que caim-
fs se fusionaría con otras agencias dentro de segob.60 También se especuló en
aquel momento que debido a recortes presupuestales la Secretaría de Hacienda
presionó para que las funciones del pfs pasaran a ser responsabilidad de otras de-
pendencias.61 Su presupuesto fue recortado; un medio de comunicación publicó
que para 2016 se habrían adjudicado mx$93 millones al Programa.62 Finalmen-
te, un funcionario de alto rango dentro de segob señaló en una conferencia de
prensa de noviembre 2015 que esta política pública continuaría siendo un instru-
mento para “organizar” mejor los flujos migratorios no autorizados en el país.63
caimfs si fue integrado a segob. A fines de 2016 se ventiló lo que la Coor-
dinación planeaba realizar en el marco del pfs. En noviembre se pusieron en
marcha programas sociales en 23 municipios mexicanos fronterizos, concreta-
mente a través de la implementación de jornadas de trabajo comunitario y social
durante una semana por parte de funcionarios de los gobiernos municipal, estatal
y federal.64 Las acciones incluían consultas médicas, dentales y ginecológicas para
la población local; asimismo, se planteaba la restauración de obra pública y la
capacitación de empleados de gobierno en el tema de derechos humanos. Las
jornadas iniciaron en Chiapas y posteriormente siguieron en Tabasco y Quintana

60  Katia Torres (2015), “Reordenar frontera sur tardará 3 sexenios”, El Universal, 11
de agosto, en http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/seguridad/2015/08/11/
reordenar-frontera-sur-tardara-3-sexenios
61  “Hacienda desaparece programa de atención a migrantes en la frontera sur” (2015), en
La Jornada, 6 de agosto, en http://www.jornada.unam.mx/2015/08/06/politica/007n1pol
62  “Plantea ejecutivo subir monto para cuidar la frontera y bajar el destinado a protección de
migrantes en 2016” (2015), en emeequis, 9 de septiembre, en http://www.m-x.com.mx/2015-
09-13/en-el-proyecto-de-presupuesto-de-egresos-2016-se-aumenta-el-presupuesto-para-
resguardar-la-frontera-se-reduce-al-monto-para-proteccion-de-migrantes/
63  “Dice segob que Plan Frontera Sur es ‘Política de Ordenamiento’” (2015), Bajo Palabra,
27 de noviembre, en http://bajopalabra.com.mx/dice-segob-que-plan-frontera-sur-es-
politica-de-ordenamiento/
64  segob (Secretaría de Gobernación) (2017), “Comunicado de la Secretaría de Gobernación,
con la que remite treinta y dos contestaciones a puntos de acuerdo aprobados por la Cámara
de Diputados, el Senado y la Comisión Permanente en el segundo receso del primer año de
ejercicio”, 10 de enero, en http://sil.gobernacion.gob.mx/Archivos/Documentos/2017/01/as
un_3474915_20170117_148467006⒋pdf

40
Luis Alfredo Arriola Vega

Roo.65 La caimfs estaba siendo conducida desde una oficina llamada Dirección
General de Convenios, Acuerdos e Integración y Seguimiento, a cargo de Cres-
cencio Jiménez Núñez.66 En retrospectiva, con la salida de Mayans concluyó la
etapa de mayor visibilidad operativa y mediática del pfs, pero subsecuentemente
continuaron ciertas acciones programáticas “por inercia”, pero con menos ímpe-
tu y recursos.
Primeros aportes para el análisis

Con el propósito de contribuir a la evaluación sobre el pfs, a continuación se


presenta un sencillo ejercicio analítico. El modelo de McConnell resulta par-
cialmente útil para realizar una valoración de políticas gubernamentales debido a
dos limitaciones, una propia del modelo y la otra externa a él. Por una parte, su
planteamiento otorga demasiado peso a las percepciones de los actores o grupos
de interés que tienen que ver directa o indirectamente con estas políticas. De
otra parte, los supuestos o hipótesis están pensados en términos de políticas de
largo alcance, con un impacto más o menos permanente. Una evaluación del pfs
no encaja del todo en ese modelo, porque fue una política más bien coyuntural,
de corto aliento y que ha dejado una huella no perdurable. La contribución del
planteamiento de McConnell para valorar el pfs es que permite atisbarse al ba-
lance, positivo o negativo, vinculado al “capital político” que conlleva esa política
gubernamental. Así, el Programa tuvo una implementación parcialmente exitosa
con resultados políticos favorables hacia fuera (léase, bien visto por eua), pero con
pocos dividendos políticos hacia dentro (el gobierno mexicano fue muy criticado
por diversos sectores de la sociedad civil). Este resultado puede ser visto como
una variante del tercer postulado de McConnell: la implementación de la política
tiene éxito, pero el costo político es alto.67
Los criterios que propone Pérez (2014) ofrecen un andamiaje más afín a lo
que ha representado el pfs y que permite incluir tanto el papel valorativo de las
percepciones, así como el cotejo de esas percepciones de cara a lo proyectado vis-
a-vis las acciones, y lo deseado vis-a-vis lo realizado. La Tabla 1 contiene puntos
de apreciación del pfs a la luz del modelo de brechas.

65  “Comienzan las jornadas sociales itinerantes en la frontera sur”, (2016), Diario de
Yucatán, 30 de noviembre, en http://yucatan.com.mx/mexico/migracion/comienzan-las-
jornadas-sociales-itinerantes-la-frontera-sur
66  segob, 2017, Ibid.
67  Allan McConnell (2015), “What is Policy Failure? A Primer to Help Navigate the
Maze”, op. cit., p. 23⒏

41
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

Tabla 1. Evaluando el Programa Frontera Sur

Tipo de Brecha Percepción de los grupos de interés


1. Lo normativo vs. la praxis Gobierno: se cumplió a cabalidad con lo comprome-
Desfase parcial. Se favoreció el componente de segu- tido.
ridad, pero no se cumplieron los otros dos. Sociedad civil: se prometió mucho y cumplió poco;
divorcio entre el discurso y los hechos.
2. El esquema operativo vs. su implementación. Gobierno: no puede refutar que si hay brecha.
Desfase total por omisión (default). No existió un Sociedad civil: falta de transparencia por no hacer
programa operativo. público un programa operativo. Implementación sig-
nificó brutalidad, represión, violación a los DH.
3. Los efectos esperados vs. los resultados reales Gobierno: puede argumentar que los resultados es-
Desfase de interpretación, según la postura de cada perados fueron satisfactorios.
actor. Sociedad civil: los resultados dejan mucho que de-
sear.

Una parte de la reflexión de este ejercicio pasa por reconocer que el gobierno si
logra en ciertas ocasiones alcanzar los objetivos de su política. Pero, igualmente, lo
que el gobierno considera como éxito, no es necesariamente visto de la misma
manera por otros actores.68 Para sus críticos, el pfs ha sido un fracaso; desde
el punto de vista del propio gobierno, el Programa ha tenido más aciertos que
errores. Quizás el pfs es ilustrativo de lo que McConnell denomina un éxito pre-
cario: si bien se alcanzaron algunas metas con el Programa, la controversia que
generó fue tal, que su triunfo ha sido limitado.69 Dependiendo de los criterios
para evaluar el éxito o el fracaso de una política gubernamental, así también pue-
de llegarse a diferentes conclusiones. El analista de políticas de gobierno pondrá
más interés a la parte del diseño e implementación, mientras que el gobierno en
turno estará más interesado en el beneficio en términos de reputación, y del po-
tencial electoral que rinda la política pública,70 con miras a acrecentar su capital
político. Por último, según los criterios de May,71 el pfs ha tenido legitimidad
oficial mas no del todo social. No mostró coherencia (por lo menos hasta 2016)
entre lo que ofreció y lo que cumplió, y su perdurabilidad se vislumbra limitada.
Así, hay muchas formas y esquemas para evaluar políticas de esta índole, tres de
las cuales han sido presentadas sucintamente aquí.

68  Allan McConnell (2010), “Policy Success, Policy Failure and Grey Areas In-Between”,
op. cit., p. 35⒈
69  Recordemos que McConnell ha sugerido calificativos alternos para valorar una política
pública, verbigracias: fracaso conflictuado y éxito conflictuado.
70  Ibid., p. 35⒐
71  Peter J. May (2015), “Implementation Failures Revisited: Policy Regimes Perspective”,
Public Policy and Administration, vol. 30, núms. 3-⒋

42
Luis Alfredo Arriola Vega

Conclusiones

El Programa Frontera Sur se gestó dentro de una coyuntura particular en la cual el


gobierno mexicano se vio presionado a implementarlo. Su primer año de vida
fue pujante, manifestándose principalmente en la forma de un severo control
migratorio de la población no autorizada de paso por México. Al momento de
escribir estas líneas (mitad de 2017) continuaban operativos de control rutinarios
e iniciaba algunos tímidos proyectos de corte social. Agregado a problemas es-
tructurales tales como recurrentes crisis económicas y un generalizado aumento
de diversas formas de violencia, para miles de centroamericanos que enfrentaron
las acciones de contención más severas del pfs en 2014 y 2015, esta iniciativa re-
presentó una escalada en las de por sí ya difíciles condiciones en que se movilizan
desde sus países de origen y a través de México.
La intención manifiesta del primer operador del pfs, el senador Humberto
Mayans, era atacar problemas de antaño; pero al carecer de una perspectiva de
largo plazo, del apoyo político y de los recursos para poder concretar esos de-
signios, no ha podido llegar lejos. El Programa contribuyó, más bien, a reavivar
operaciones restrictivas que habían sido implementadas previamente en la región
de la frontera sur. Es clara la existencia de un hilo conductor común entre estos
planes y programas: todos han tenido un trasfondo en el cual predomina ese
objetivo del control migratorio por encima de otros. La improvisación, incohe-
rencia, fragmentación y poca transparencia, ha caracterizado el quehacer concer-
niente a temas fronterizos o migratorios para la frontera sur de México, lo cual
refleja la notable ausencia de políticas de Estado –entendidas como aquellas que
son formuladas con una visión de largo plazo, con proyección de perdurabilidad
y que trascienden el quehacer del gobierno en turno– versus la existencia de po-
líticas de naturaleza cortoplacista y que responden a ciertas coyunturas y, en este
caso particular, a intereses externos.
Más allá de que planes y programa se fraguan a puerta cerrada,72 el problema
más grave radica en que existe demasiada opacidad, ya sea la diferencia entre lo
que se proclama y lo que se hace en el terreno, o la poca transparencia para reve-
lar de donde provienen los recursos; y lo que puede resultar peor, la ausencia de
mecanismos para la rendición de cuentas, entre ellos el que no se hagan públicos
los documentos programáticos, que no se exponga el detalle de las cuentas y
presupuestos de esos programas y la falta de evaluaciones y retroalimentación
sobre el desempeño de la política. De esta manera, el pfs y las cuatro iniciativas
de política similares de las tres administraciones anteriores relativas a la frontera

72  Casillas, op. cit., p. 2⒍

43
Aportes para evaluar el desempeño del Programa Frontera Sur

sur mexicana y al tema migratorio implementadas entre 1998 y 2012, exhiben


en mayor o menor medida las brechas de disfuncionalidad propuestas por Pérez.
Debido a que el pfs adoleció de problemas en su diseño, y no cumplió con
todo lo que se propuso, en sus primeros años de vida su desempeño puede ser
considerado pasajero y de un éxito precario, para utilizar el término de McCo-
nell. Los desfases en que incurrió son prueba de ello y deberían servir de lección
a futuro. El pfs contempló objetivos, al menos en la retórica, que ambicionaban
una mejor gestión de los flujos migratorios, con respeto a los derechos humanos
de las personas migrantes, dentro de un designio amplio sobre desarrollo eco-
nómico y seguridad fronteriza –es cuestionable que lo anterior se haya materia-
lizado. Por su precipitada puesta en marcha, el gobierno incurrió en los mismos
errores del pasado que han caracterizado este tipo de política pública. En algún
momento se llegó a decir que era un Programa Integral, sin que el propio go-
bierno definiera ampliamente la concepción de este término. Desde la visión de
amplios sectores de la sociedad, más bien ha constituido una política doblemente
comprometida: porque ha sido errada e ineficaz y porque ha respondido a desig-
nios ajenos.

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46
Atención a la población en situación de
movilidad en el espacio transfronterizo
México-Guatemala
Enrique Coraza de los Santos
Santiago Martínez Junco

Introducción

El texto aquí presentado bebe de diferentes corrientes que se han acercado a esta
temática; es decir, a la relación entre las formas de organización, ya sea desde la
institucionalidad pública como desde la sociedad y las poblaciones en situación de
movilidad. De esta forma, por un lado, tenemos las organizaciones de migrantes
que tienen una larga tradición, cuya temporalidad se puede extender al siglo xix
con fuerte presencia durante el siglo xx, tanto en los países de destino en Amé-
rica Latina y en Estados Unidos como también en aquellos que, a fines del siglo
pasado e inicios de éste, se convirtieron en destino, como los europeos, Estados
Unidos, entre otros países de América, dentro de las lógicas de las movilidades
regionales.1 Estas organizaciones, por un lado, han representado la conforma-
ción de un importante capital social2 y cultural (tanto para migrantes como para las
poblaciones locales/regionales/nacionales) y, por otro, en un objeto de estudio
presente en las historiografías de las migraciones en los países tanto de origen como
de destino, agregándose, recientemente también desde el tránsito y el retorno.3

1  Existe una amplísima bibliografía, sobre todo desarrollada en los países de destino, sobre
el asociacionismo y la migración que por razones de espacio y por no ser éste un estudio de
carácter historiográfico no se detallará. Pero en países del Cono Sur de América Latina con
fuerte presencia migrante como Argentina, Brasil y Uruguay o en el norte como en Estados
Unidos, en la costa este sobre todo para el siglo xix e inicios del xx y la costa oeste y centro
para las migraciones del siglo xx hasta hoy. Pero también en Europa, sobre todo en las últi-
mas décadas del siglo xx como resultado de las migraciones tanto de América Latina como
de África y Asia.
2  Mireia Bolíbar Planas (2013), “Redes asociativas, inmigración y participación. Una apro-
ximación empírica a los vínculos entre capital social y participación asociativa”, en REDES.
Revista hispana para el análisis de redes sociales, vol. 24, núm. 1, junio.
3  En los últimos años, también esta temática ha sido objeto de investigaciones destinadas
a trabajos de posgrado con un creciente número de estudiantes de diferentes universidades
de México, Estados Unidos y Europa, que llegan a la frontera sur para realizar sus trabajos

47
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

En este mismo sentido, se han desarrollado espacios y trabajos sobre la insti-


tucionalidad desde lo público, desde el punto de vista de la legislación, abarcando
igual período de evolución, desde el siglo xix hasta el presente, como desde
la creación de instituciones4 específicas en lo local, regional, nacional y supra
nacional. Otro aspecto importante, en esta doble presencia, de existencia5 y tra-
tamiento académico,6 es la aparición creciente de organizaciones para migrantes
en los diferentes ámbitos de la sociedad civil organizada (atención a derechos
humanos, asistencia a migrantes, espacios religiosos como los albergues, grupos ci-
viles de ayuda, etcétera), sobre todo en países como México, donde la realidad
del tránsito es tan importante. Es interesante la perspectiva que desarrolla Utrilla
desde un análisis filosófico, en cuanto a ver la atención a migrantes en una lógica
de rechazo-cuidado desde un punto de vista antropológico y ontológico, que se
produce en el momento de enfrentarme al otro extranjero, migrante, vulnerable,
que puede activar el sentido de hospitalidad, o rechazo.7
Otro abordaje es el de las localidades cercanas a las fronteras o con fuerte
presencia migrante que han sido trabajadas tanto desde las continuidades trans-
fronterizas, como desde su realidad como espacios trasnacionales. Estas consi-
deraciones guardan relación con los cambios en las visiones sobre las fronteras y
las y los migrantes, sobre todo desde su inclusión en las lógicas de la seguridad

de campo o sus estancias de investigación teniendo como temática algún aspecto sobre las
movilidades en la región. Para citar un ejemplo de trabajo, sobre las formas de organización
asociadas a las migraciones, se puede citar el trabajo de tesis de Maestría de Felipe de Jesús
Vargas Carrasco, “La dignidad no tiene fronteras: la lucha trasnacional por el respeto a los
derechos humanos de las personas migrantes de tránsito por México”, presentada en el Ins-
tituto de Investigaciones José María Luis Mora en agosto de 20⒗
4  Una aproximación pionera en el estudio del asociacionismo relacionado con la migración
en Tapachula es la tesis de Maestría de Jaime Roberto Rivas Castillo, “Tejiendo redes frente
al riesgo y la vulnerabilidad. Migrantes centroamericanos y asociaciones civiles de apoyo en
Tapachula, Chiapas”, defendida en 2008 en el ciesas, San Cristóbal de Las Casas. Posterior-
mente, Lindsey Jennifer Carte en su tesis doctoral, “Central American Immigrant Women
and the Enactment of State Policy: Everyday Restriction on Mexico’s Southern Border”,
analiza la acción de ciertas instituciones de gobierno respecto a la migración femenina cen-
troamericana en Tapachula, defendida en la Universidad de Texas en 20⒔
5  Consejería de proyectos (2008), Directorio de Organizaciones que Trabajan Migración y
Derechos Humanos en Centro América y México, Ciudad de Guatemala.
6  Como un ejemplo: José Ascensión Moreno Mena y Lya Niño Contreras, 2013, “Una
mirada hacia las organizaciones civiles de apoyo al migrante en Baja California y Sonora”, en
Región y sociedad vol. 25, núm. 57, Hermosillo, mayo-agosto, pp. 61-9⒍
7  Arturo Gerardo Ruiz Utrilla (2016), “El fenómeno de la migración desde el sentido de
la extranjería”, en ESPACIO I+D, Innovación más Desarrollo, vol. 5, núm. 10, febrero, pp.
76-10⒌

48
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

nacional y los efectos que en los espacios urbanos está provocando la militariza-
ción y aumento de controles a la movilidad de las personas.8
La conjunción de estos elementos, es decir, de lo urbano como espacio tras-
nacional inmerso en lo transfronterizo, y la presencia de todos estos espacios
de atención a migrantes, no se ha logrado. Tal vez, el aporte de este estudio, en
proceso, sea la mirada no ya desde los migrantes, o desde la institucionalidad,
sino desde la interacción cotidiana con todo ello, como investigadores a la vez que
habitantes de la ciudad. En esta mirada nos reconocemos en dos acercamientos
diferentes. Uno, es alguien que llega a esta realidad desde fuera, con diferentes
experiencias vivenciales y de estudios en otras fronteras y realidades de movilidad;
el otro, es oriundo de la propia ciudad y observa y vive esta realidad como la evo-
lución de un proceso que va cambiando su vida, dedicada al estudio y atención de
las y los migrantes, y su entorno urbano, como espacio de cotidianeidad.

Diversidad y complejidad de la atención


a migrantes en lo Transfronterizo y Trasnacional

Sin entrar a un tratamiento historiográfico en detalle sobre los diferentes espacios y


fenómenos sobre los que se sustenta este artículo, nos interesa recoger algunos aspec-
tos importantes a tener en cuenta a la hora de comprender y ubicar cómo trabajare-
mos los datos recogidos en campo. En primer lugar, considerar que al partir desde el
espacio urbano de la ciudad de Tapachula, nuestro interés es, estudiar los espacios de
atención en sí, como pensarlos desde la ubicación de dónde están radicados. Si bien
su sentido es asistir e interaccionar con la población migrante, no es un dato menor
el que se hayan ubicado y trabajen en una ciudad como Tapachula. Lo que pensamos,
es que el elemento condicionante no son sus acciones hacia los migrantes, ésa es su
razón de ser, sino que lo es el ubicarse en esta ciudad que ha marcado no sólo su ori-
gen (ya sea porque surgieron aquí, porque se establecieron desde fuera en este lugar
o porque se constituyeron en una pieza importante en todo un entramado institucio-
nal), sino también su recorrido, sus acciones, sus relaciones, redes y hasta conflictos.
En síntesis, el eje estructurador de este artículo son los espacios de o para migrantes,
a la vez que su presencia en una ciudad que se ha constituido históricamente a partir
de estar dentro de un espacio transfronterizo y ser trasnacional.

8  Destacamos la investigación en proceso de Krys Méndez Ramírez “The Militarization


of Everyday Urban Life in the Southern Mexican Borderlands. A Case Study of Tapachula,
Chiapas”, para la constitución de una tesis doctoral en la Universidad de Californa, San
Diego.

49
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

Con referencia a lo transfronterizo como realidad, forma parte de un debate


en la medida que representa la idea de continuidad más allá de los límites polí-
tico administrativos. De aceptación para la frontera sur,9 su empleo se inició en
los análisis que desde El Colegio de la Frontera Norte se hicieron en ciudades
divididas a ambos lados de la frontera como Tijuana-San Diego,10 donde se pro-
blematizaba sobre la existencia de lo transfronterizo11 para desarrollar una crítica
a partir del desarrollo disímil entre México y Estados Unidos. Sin embargo,
tomando los puntos de crítica como partida, sí podemos considerar esa existencia
en la frontera sur, al menos en puntos como los municipios de Chiapas.
En primer lugar, nos parece importante señalar las características que se le
atribuyen a las organizaciones de migrantes en la bibliografía. Antes de entrar en
ello, es necesario consignar que de los espacios existentes en la ciudad de Tapa-
chula,12 éste es el que tiene menor presencia, por no decir casi nula o, en todo
caso, sólo testimonial. Si bien esta localidad es importante en el inicio de la ruta
que las y los migrantes en tránsito encaran desde la frontera sur de México hacia
el interior del país o más allá, hacia los países del norte, no podemos reducir
toda la población extranjera a este fenómeno. Tapachula tiene una importante
población proveniente principalmente de Guatemala, radicada y trabajando desde

9  Mario Eduardo Valdez Gordillo (2006), Desencuentro y encuentro de fronteras. El Petén


Guatemalteco y el sureste mexicano 1895-1949, Tuxtla Gutiérrez, Universidad Intercultural de
Chiapas y Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
10  Tito Alegría (2007), La visión de la metrópolis transfronteriza. Crítica y evidencias en el
caso de Tijuana y San Diego. Tijuana: DEUMA, El COLEF, http://www.unescochair-iuav.
it/miurbal/documents/P005_Alegria_VisionMetopolisTransfronteriza.pdf
11  Tito Alegría resume en tres puntos las condiciones que deben existir para hablar de la
existencia de una continuidad transfronteriza “Primero, que los grupos sociales de ambos
lados de la frontera presentan prácticas sociales similares. Segundo, que los individuos de
ambos lados de la frontera tienen un conocimiento similar de los roles de los grupos sociales
y los simbolismos resultantes. Y tercero, que las condiciones que permiten la reproducción
del sistema social operan indistintamente sobre ambos lados de la frontera” (Idem, p. 5).
12  Existe una primera aproximación al tema, si bien no desde la perspectiva de asistencia
al migrante, en 2010 sobre un trabajo de campo anterior que corresponde a la tesis doctoral
de Francisco Javier Camas Reyes, “Organizaciones de la sociedad civil en Tapachula, Chiapas,
y su contribución al desarrollo regional. Análisis comparativo de las condiciones que deter-
minan su mayor capacidad productiva” defendida en el Colegio de México de la Ciudad de
México.

50
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

hace mucho tiempo, sobre todo asociada a ciertos mercados laborales como los
agrícolas13, de servicio y del hogar y cuidado14 o el trabajo sexual15.
Asimismo, las dificultades del tránsito, el aumento de la movilidad forza-
da,16 de ciertos colectivos como el lgbti17 y los cambios en las políticas y actitudes
de recepción en los países del norte, paulatinamente están haciendo crecer los
datos de esta región como un destino (con diferentes tiempos de residencia). El
convertirse en destino, que en otros países se acompaña de la conformación de
asociaciones o agrupaciones de migrantes, no se da en Tapachula y su entorno.
En esta localidad no se han conformado, o han sido mínimas, las experiencias de
organizaciones de migrantes. Hasta el momento, sólo hemos podido identificar

13  Martha Luz Rojas Wiesner (2017), “Movilidad de trabajadores agrícolas de Guatemala a
la frontera sur de México en tiempos de control migratorio”, en Entre Diversidades. Revista de
Ciencias Sociales y Humanidades, núm. 8, p. 83-118, Disponible en: http://entrediversidades.
unach.mx/index.php/entrediversidades/article/view/358/684, consulta: 27 de septiembre de
20⒘
14  Citar los trabajos desarrollados por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de
Córdova http://cdhfraymatias.org/sitio/wp-content/uploads/2014/11/situacion_de_las_y_
los_trabajadores_del_hogar_en_la_ciudad_de_tapachula_chiapas.pdf. También la reciente
tesis doctoral de Rodrigo Alonso Barraza García “Cuando la Frontera se encarna: Mujeres
migrantes y trabajo doméstico en la Frontera Sur de México”, defendida en el mes de junio
en la Universidad de Salamanca (España).
15  Destaca la investigación para la tesis doctoral de Laura Aguirre Hernández, “Poder y
resistencia en el mercado sexual de la frontera sur de México”, defendida en 2017 en la Uni-
versidad Libre de Berlín. La tesis de Maestría de Meztli Yoalli Rodríguez Aguilera “Entre
el discurso y la vivencia propia: las mujeres centroamericanas en Tapachula, concepciones y
prácticas sobre derechos humanos y seguridad”, defendida en ciesas de la Ciudad de México
en 20⒕ El trabajo colectivo de Frida Quintino, René Leyva, Francisco Chong, Rosemberg
López, Nelly Gómez y Paola Alcalá, 2011, “Trabajadoras sexuales en la frontera México-Gua-
temala: vulnerabilidad y acceso a servicios de salud sexual y reproductiva”, en René Leyva y
Frida Quintino, Migración y salud sexual y reproductiva en la frontera sur de México, Cuerna-
vaca, Instituto Nacional de Salud Pública, pp. 107-126 y la tesis de licenciatura de Paola Alca-
lá, “Mártires, provisorias y llenas de gracias. La dinámica del trabajo sexual de mujeres migrantes
en la región fronteriza de Soconusco” defendida en 2012 en la enah-México. Un trabajo
pionero en la materia fue el de Rodolfo Casillas, 2006, La trata de mujeres, niños y niñas en
México. Un trabajo exploratorio en Tapachula, Chiapas, México, Comisión Interamericana de
Mujeres/oea/oim/Instituto Nacional de la Mujer/im.
16  Enrique Coraza de los Santos y Luis Alfredo Arriola Vega (2017), Movilidad Forzada
vista desde la Frontera Sur Mexicana, Madrid, Observatorio Iberoamericano de Movilidad
Humana-Universidad de Comillas.
17  Ailsa Winton, (2017), “Cuerpos disidentes en movimiento: miradas sobre movilidad
transgénero desde la frontera sur de México”, en El Cotidiano, núm. 202, marzo-abril, pp.
115-12⒍

51
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

tres iniciativas, no todas fructíferas, nacidas de actores que forman parte de las
movilidades o que tratan de alguna forma el tema.
El primer intento surge a partir de la Ley de Migración de mayo de 2011
(reglamentada en 2012),18 que provoca inquietud en el colectivo migrante, sobre
todo centroamericano en Tapachula (tanto residente como en tránsito), y genera
movilizaciones para externar preocupaciones y necesidades, así como la voluntad
de crear, a partir de este movimiento, una asociación; finalmente nunca llegó a
concretarse.19 El segundo ejemplo es el de mujeres mexicanas y centroamerica-
nas víctimas de violencia que comienzan como promotoras voluntarias dentro
de Médicos del Mundo, en Francia en 2014; se constituyen como ac en 2015 y
abren su local en el centro de Tapachula en 20⒗ El tercero y último, del que
tenemos información, corresponde a una cooperativa: “Los caminos del sabor”,
que se inicia a partir de unos talleres impartidos en conjunto entre el Centro Fray
Matías de Córdova e Iniciativas para el Desarrollo Humano a trabajadoras del
hogar migrantes. A partir de este taller, surge la idea de montar una cooperativa
para comercializar pasteles en 2017, que cuenta con el apoyo logístico y acompa-
ñamiento de Iniciativas para el Desarrollo Humano ac.20
Frente a esto, podemos establecer como hipótesis, que no es objeto de este
artículo comprobar sino solamente señalar, que ello puede deberse a una serie de
razones posibles. Una de ellas pueden ser las dificultades legales para conformar
una organización de este tipo para un colectivo, que en su mayoría corresponde
a migrantes irregulares, pero también otros elementos como los económicos y
hasta burocráticos.21 Otro podría ser la tendencia, aún dominante, de ser un

18 Fuente: http://www.inm.gob.mx/static/marco_juridico/pdf/Ley_de_Migracion_y_
Reglamento.pdf
19  Meztli Yoalli Rodríguez Aguilera, op. cit., pp. 134-16⒎
20  De acuerdo a la información proporcionada, primero nucleó a mujeres migrantes por
motivos laborales, después a mujeres migrantes trabajadoras del hogar, posteriormente, soli-
citantes de refugio y les siguieron refugiadas. Agradecemos el dato a la Lic. Karla González
de Iniciativas para el Desarrollo Humano A. C.
21  Como requisitos para inscribir una OSC se detallan: Acta constitutiva de la organización;
documento notariado vigente que acredite la personalidad y ciudadanía del (o los)
representante ⒮ legal (es) de la organización (en su caso); identificación oficial vigente del
(o los) representante⒮ legal(es) de la organización (Credencial de Elector, Pasaporte Vigente
o Cédula Profesional); cédula de Inscripción al Registro Federal de Contribuyentes (RFC);
comprobante de domicilio; solicitud de Inscripción al Registro Federal de Contribuyentes
o aviso de Actualización o Modificación de Situación Fiscal ante el SAT. El registro ante
la administración pública es gratuito, sin embargo, se deben costear los gastos que implica
establecer una osc, se requiere dinero para los trámites (por ejemplo, Notario Público
encargado de realizar el Acta Constitutiva), fotocopias, de documentos, transporte, gastos

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Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

espacio en el tránsito que lleva a que las personas permanezcan en la ciudad


el tiempo suficiente para continuar, resolver alguna cuestión administrativa, o
esperar la mejor oportunidad y condiciones para seguir hacia el norte. Una más,
que las personas que llegan, vienen de experiencias sociales, culturales y políticas
de desestructuración del tejido asociativo, de solidaridad o grupal, en muchos
casos producto de la irrupción de las políticas neoliberales que dan preminencia a
la acción individual frente a las colectivas. En tercer lugar, la existencia de un am-
plio abanico de espacios de atención y asistencia a migrantes, puede considerarse
que resuelve muchos de los problemas más urgentes que aquejan a este colectivo
y, por tanto, podrían no considerar la necesidad de generar espacios propios. Un
cuarto motivo puede ser la inexistencia de iniciativas, públicas o privadas, que
incentiven o incluso aporten financiamiento para este tipo de agrupaciones y, por
ello, aunque existiera cierta necesidad o motivación, las dificultades en infraes-
tructuras y funcionamiento harían desistir la idea de iniciar esta experiencia.
El asociacionismo en general, y el de las y los migrantes en particular, respon-
den a necesidades de recrear espacios y entornos de pertenencia dejados, resolver
problemas prácticos y concretos en el destino, generar lazos de ayuda y conten-
ción por parte de personas que comparten una misma situación, haber salido de
su lugar de origen. Algunos autores la ven como una respuesta lógica frente a lo
desconocido, que puede ser percibido como hostil; para otros, se convierte en
un freno para la integración en la medida que retrasa o hasta puede obstaculizar
la inserción en las sociedades y culturas de acogida.22 Sin embargo, también se
puede considerar a estas asociaciones como espacios de representación, en el
sentido de Lefebvre,23 de proyección y visibilización para la sociedad de acogida
del colectivo migrante, actuando en muchas ocasiones como mediadores ante las
instituciones y organizaciones locales.
En general, los espacios generados por la colectividad migrante se convierten,
más allá de los objetivos por los que ha sido creada desde los impulsores, en la

para darse de alta en el sat, pagar impuestos, o por lo menos declararlos en ceros, que
implica, además, el contratar los servicios profesionales de un contador, renta de un local.
Todo ello, se constituye en obstáculos, muchas veces insalvables y tal vez explica, por qué las
organizaciones existentes comenzaron al amparo o apoyo de organizaciones ya consolidadas
y con mayor disponibilidad de recursos. Fuente de consulta: https://www.gob.mx/indesol/
acciones-y-programas/requisitos-para-el-tramite-de-inscripcion-al-registro-federal-de-las-
osc-49693
22  Antonio Morell Blanch (2005), “El papel de las asociaciones de inmigrantes en la socie-
dad de acogida: cuestiones teóricas y evidencia empírica, en migraciones 17, pp. 112-1⒕
23  Henri Lefebvre (1974), “La producción del espacio”, en Papers: Revista de Sociología,
núm. 3, pp. 219‐22⒐

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Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

cara visible de un grupo, generalmente nacional o étnico y, por tanto, influye de


forma significativa en el sentido y la imagen que la sociedad de destino da a ese
colectivo.
Si pensamos en la otra posibilidad, no ya desde las organizaciones del colectivo
migrante, sino de quienes atienden a migrantes, nos acercamos a otra dimensión:
aquella que desde la sociedad civil organizada (osc) de múltiples formas y orígenes
procuran ayudar a la situación de las personas que están en situación de movilidad.
Estos espacios tienen que ver mucho con el tránsito y la situación de vulnerabilidad
en la que las personas migrantes se encuentran frente a las múltiples amenazas e
inseguridades a las que tienen que enfrentarse para llegar a un destino posible (in-
dependiente de si ese destino es temporal o permanente).24 Estos lugares también
son importantes igualmente en el tránsito como “sitios de espera”, pues cumplen
la función de ofrecer oportunidades para satisfacer necesidades, recuperarse de un
tramo del tránsito (muchas veces atravesado por múltiples obstáculos y violencias)
o como un alto para encontrar el momento oportuno para continuar.25
Junto al aumento de las violencias, tanto institucionales (en forma de viola-
ción de los derechos humanos) como de actores privados (delincuencia común,
delincuencia organizada, población en general), que han generado que las per-
sonas en situación de movilidad aumenten su vulnerabilidad,26 como un aspecto
negativo y de deterioro del respeto a las garantías y derechos de las personas en
México, también han aumentado aquellos espacios donde se brinda asistencia,
protección y también denuncia de los casos de violencias y violaciones detecta-
dos. En el apartado siguiente se detallará el tipo de actividades que se desarrollan
desde este campo, pero sí se puede adelantar, en forma general, que dentro de
las acciones, y resultado de las circunstancias ya mencionadas, han aumentado
los servicios de algunas organizaciones hacia la asistencia jurídica y psicológica,
24  Ana María Chávez Galindo y Ricardo Antonio Landa Guevara (2011), “Migrantes en
su paso por México. Nuevas problemáticas, rutas, estrategias y redes”, en 3er. Coloquio de
Migración Internacional. Las migraciones regionales y extra-regionales en, hacia y desde
Latinoamérica y el Caribe. Entre el mito y la realidad, disponible en: http://www.somede.
org/xireunion/ponencias/Migracion%20internacional/147Pon%20Ana%20Ma%20Chavez-
Antonio%20Landa.pdf, consulta: 26 de septiembre 20⒘
25  Jéssica Natalia Nájera Aguirre (2016), “El complejo estudio de la actual migración en
tránsito por México Actores, temáticas y circunstancias”, en Migraciones Internacionales, vol.
8, núm. 3, enero-junio, p. 26⒈
26  Reconocemos que la violencia asociada a las movilidades no es solamente un fenómeno
que implica a una serie de actores externos (públicos o privados) que tienen como objeto
de su violencia a migrantes, sino que también se dan diferentes formas de violencias entre
las y los propios migrantes, es decir, al interior de este colectivo (abusos, agresiones, robos,
extorsiones).

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Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

pero también de atención en salud como la detección de vih o información sobre


salud sexual y reproductiva.
Si nos ocupamos de los espacios institucionales de las diferentes esferas de
gobierno, incluso de los organismos internacionales y representaciones diplomá-
ticas (consulados), también su presencia ha ido en aumento en los últimos años.
Este sector es el que presenta mayores controversias en cuanto a su efectividad
y eficiencia, a la vez que las críticas, denuncias y recomendaciones sobre el trato
que dan a migrantes así como la concreción real de garantizar la dignidad y se-
guridad de los mismos.27
El último aspecto que queremos tratar como marco contextual y que estruc-
tura nuestro análisis, es el de la consideración de un espacio urbano, en este caso
la ciudad de Tapachula,28 como trasnacional.29 Esta ciudad se encuentra en un
contexto de continuidad transfronteriza de larga duración, establecido a partir no
sólo de la cercanía con Guatemala sino también del trabajo agrícola, sobre todo
en las fincas de café. A ello se fueron sumando otras actividades, ya no tanto de
nichos laborales rurales, sino también urbanos, sobre todo el sector servicios y
de cuidado. El otro elemento importante a considerar es la particularidad que
presenta la frontera sur como un lugar más permeable, más poroso,30 frente a la
espectacularidad, material y simbólica, de la impenetrabilidad de la frontera norte
con la valla. Después, en lo concreto, la realidad cotidiana, y sobre todo en los
últimos años, las y los migrantes se dan cuenta que el verdadero muro del sur no

27  itam (2014), Migración centroamericana en tránsito por México hacia Estados Unidos:
diagnóstico y recomendaciones. Hacia una visión integral, regional y de responsabilidad comparti-
da [documento ejecutivo]. México, itam, pp. 26-3⒉
28  Debemos mencionar que el estudio en su conjunto, del que presentamos un primer
avance en este artículo, incluye tanto la ciudad de Tapachula (Chiapas) como la de Tenosique
(Tabasco) como localidades homónimas en cuanto a estar próximas a la frontera con Guate-
mala, ser lugar de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, estar entre los puntos más
importantes en cuanto a la movilidad México-Centroamérica y ser sede de múltiples espacios
para migrantes. En trabajos futuros se pretende presentarlas desde la dimensión de los estu-
dios comparados para observar dónde radican sus similitudes y diferencias.
29  Nos adscribimos, en este punto, al de espacio social trasnacional como aquel donde están
presentes interconexiones, decisiones, conductas y subjetividades individuales y colectivas
que atañen a más de un país, o el de comunidades trasnacionales, para hablar de inserción
o asimilación de migrantes en circuitos trasnacionalizados en interacción con la sociedad de
destino. Para un interesante y muy completo desarrollo conceptual, asociado al trasnaciona-
lismo, ver Jaime Roberto Rivas Castillo, op. cit., pp. 7-⒐
30  Carlos Ernesto Ruiz Juárez y Germán Martínez Velasco (2015), “Comercio informal
transfronterizo México-Guatemala desde una perspectiva de frontera permisiva”, en Estudios
Fronterizos, nueva época, vol. 16, núm. 31, enero-junio, pp. 149-17⒋

55
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

está en el límite, sino en los numerosos controles carreteros (algunos móviles y


otros fijos), en los asaltos al tren o hasta las detenciones en los espacios urbanos a
lo largo de todo el camino al norte, en esto que se ha dado en llamar “la frontera
vertical” de México.31
En este concepto de ciudad trasnacional, “…espacios urbanos que superaban
sus fronteras administrativoterritoriales y las divisiones políticas nacionales…”,
nos identificamos con los planteamientos de Besserer cuando contrapone a la
visión de la migración que tiene a la ciudad como contexto, la de la ciudad misma
como un producto migrante.32 Coincidimos con esta idea de que las personas
en situación de movilidad que llegan a una ciudad, o pasan por ella, no son
meros cuerpos que transitan, sino que producen cambios de todo tipo, algunos
materiales y otros simbólicos, pero a su vez también esos cambios se han dado,
y se seguirán generando, en sus lugares de origen, así como en otros destinos
donde radican sus familiares, conocidos, o connacionales; de ahí ese carácter
trasnacional.

Un análisis de los espacios de atención a migrantes en Tapachula

El objetivo de este estudio,33 es comprender el espacio que la atención a migran-


tes ocupa en una ciudad definida como trasnacional y en una región transfronte-
riza como lo es Tapachula, en el Soconusco y cercana a la frontera con Guatemala
(19 kms.). El análisis se hace a partir de 16 entrevistas realizadas a organizaciones
de la sociedad civil, organismos internacionales, instituciones de gobierno y con-
sulados presentes en la ciudad. Como ya mencionamos, una parte de todos los
espacios presentes en la localidad, se presentan en su totalidad en un cuadro final
como anexo para poder percibir la representatividad del material utilizado para
este trabajo, en el conjunto.34

31  José Carlos Yee Quintero y Eduardo Torre Cantalapiedra (2016), “Lidiando con la fron-
tera vertical: estrategias migratorias de los hondureños en tránsito por México”, en remhu,
Revista Interdisciplinaria de Movilidad. Humana, año xxiv, núm. 47, Brasilia, p. 9⒐
32  Federico Besserer y Daniela Oliver (eds.), (2014), Ensamblando la ciudad transnacional,
México, Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa, Juan Pablos Editor, pp.
13-⒕
33  El presente texto se considera un primer avance de los datos trabajados hasta el momento
como forma de aportar un primer estudio, aún con fases de análisis más complejas por reali-
zar en el futuro, que dé cuenta de la temática en los espacios reseñados.
34  El cuadro presentado fue elaborado por Cristina Robledo Cossío, técnica del Grupo de
Estudios de Migración y Procesos Transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cultural
de El Colegio de la Frontera Sur, el cual es actualizado de forma permanente.

56
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

Debemos señalar que en las entrevistas realizadas no aparecen los albergues


para migrantes, los cuales están ubicados en Tapachula a los que. A ellas se les
contactó en diversas oportunidades solicitando entrevistas, sin embargo éstas
nunca se realizaron porque se negaron a recibir a los entrevistadores. Esta ne-
gativa es algo que se viene produciendo, al menos que tengamos constancia,
desde hace unos tres años (anteriormente desde el Colegio de la Frontera Sur se
colaboraba con los mismos), donde el rechazo a entrevistas, visitas de alumnos
o investigadores es permanente. No es así cuando se trata de investigadores o
voluntarios que provienen de fuera de Tapachula, y sobre todo si llegan desde el
extranjero, lo que no sólo representa un obstáculo en términos de conocimiento
local/regional de lo que está sucediendo en los mismos, sino una actitud que en
un futuro merecería un estudio para encontrar las razones de estas negativas.
El instrumento utilizado fue una entrevista estructurada en forma de cues-
tionario donde se recoge tanto la historicidad de la organización, organismo,
institución o representación diplomática, como su estructura, características del
personal y su capacitación y se abordan tres temas considerados como impor-
tantes: frontera/frontera sur; migración/migración forzada y derechos humanos.
De esta muestra, de 16 espacios, 6 corresponden a organizaciones de la socie-
dad civil35 establecidas desde fines de los años noventa hasta la actualidad. Un
punto a destacar es que conviven organizaciones que trabajan específicamente
con población migrante, y otras que atienden a una población más amplia en
situación de vulnerabilidad social, sobre todo algunos colectivos especialmente
sensibles como mujeres, niños/niñas/adolescentes o pertenecientes al colectivo
lgbti. En este período, las motivaciones que se relatan para su aparición, apun-
tan a la atención de una población que es percibida en la ciudad, ya sea como
residente, trabajadora o de/en tránsito, y como resultado de una combinación de
iniciativas desde lo local de una sociedad civil sensible a la instalación de sedes
de organizaciones que tienen presencia nacional en otros estados de la República.
Otro elemento de interés es la superposición de población a la que atien-
den desde diferentes organizaciones, lo que deja en evidencia cierta competencia
sobre las poblaciones objeto, que podría deberse a no encontrar una forma de
integración a las mismas por parte de quienes han generado espacios nuevos, o
ciertos elementos de desacuerdo, conflicto o interés por monopolizar a dicha
población. Un punto interesante que sólo se ha percibido en términos de obser-

35  Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova; Despertar del Soconusco; Ini-
ciativas para el Desarrollo Humano; Por la Superación de la Mujer A.C.; Brigada Callejera
de Apoyo a la Mujer. Elisa Martínez. A.C, y Centro de Atención “Pastoral a Migrantes y
Refugiados”.

57
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

vación y que necesita ser profundizado, es un cierto clima de tensión entre las
organizaciones con cruzamiento de críticas y de reclamos sobre el trabajo que
desde cada una se realiza.
Otro aspecto importante es que esta duplicidad también lleva a cierta com-
petencia por captación de recursos, encontrando desde aquellas que presentan
una visión crítica hacia las acciones de la institucionalidad del gobierno y, por
tanto, declaran no solicitar ni depender de fondos públicos (y acceden, en mu-
chos casos, a fondos internacionales), a otras que a pesar de sus críticas, se las
observa con fuerte presencia institucional de los diferentes niveles de gobierno,
hasta aquellas que bajo la declaración de plataforma ciudadana, se enfocan en el
trabajo aportado por el voluntariado y pequeñas iniciativas de comercialización
de productos así como donaciones privadas.
Finalmente, se encuentran las que pertenecen o se asocian a la iglesia católica,
las cuales presentan una diversidad importante, desde las que forman parte de la
propia estructura de la organización eclesial (como las de las órdenes religiosas,
por ejemplo), hasta las que están a cargo de laicos (algunas en forma de osc o ac)
con diferentes grados de acercamiento o autonomía ante las estructuras católicas
y que básicamente trabajan con sus fondos y en asociación con los organismos
internacionales. Si nos centramos en sus funciones declaradas, tanto a partir de
la entrevista como lo que se puede observar en sus perfiles en las redes sociales
o en sus páginas web, éstas están asociadas a un doble propósito: el de la asisten-
cia y protección, a la vez que la visibilización tanto de la problemática como la
comisión de delitos y violación de derechos, a su denuncia a través de diferentes
carriles, dependiendo del nivel de acceso a medios masivos de comunicación y el
poder de presión que cada organización posea.
Respecto a los tres conceptos consultados (frontera/frontera sur; migración/
migración forzada y derechos humanos), se puede observar que tienen ideas
más o menos claras sobre la frontera como una existencia, desde el límite, pero
declaran, existe una negación, desde las instituciones de gobierno, sobre todo, a
considerar la contradicción entre los intereses políticos de convertirla en un obs-
táculo (sobre todo para la movilidad), y una vivencia cotidiana de aspectos que
nos remiten a una realidad transfronteriza (de intercambio, interacción), sobre
todo en la respuesta a qué les remite la palabra, frontera sur.
Sobre el término migración, observamos una diferencia en la claridad sobre el
concepto de migrante que contrasta con una noción vaga o poco precisa de lo que
significa la migración forzada, identificando más a quienes son actores de este
tipo de movilidad que a la esencia y características del fenómeno. Finalmente,
en cuanto a los derechos humanos, la confusión es mayor y donde aparece, en

58
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

muchos de los testimonios recabados, la noción clásica de los derechos humanos


como naturales –inherentes al individuo por naturaleza– por sobre los conceptos
más contemporáneos –como una construcción social y política resultado de una
conquista y negociación–, con un aspecto que está muy generalizado, la impreci-
sión de considerar su violación como un hecho tanto privado como público, cuando
en su sentido estricto sólo se constituye como tal a partir de las acciones cometidas
por las y los servidores públicos.
Si ponemos nuestra mirada en los organismos internacionales, tenemos la
presencia de dos de ellos pertenecientes al sistema de Naciones Unidos: el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (acnur) y la Organi-
zación Internacional para las Migraciones (oim)36 y Médicos del Mundo Francia
como Asociación Internacional de asistencia a personas, sobre todo los derechos
asociados a la salud. Su presencia en Tapachula, está precedida, sobre todo en
el caso de acnur y Médicos del Mundo a su acción en el Estado de Chiapas,
asociándose, en el primer caso, a la situación generada por el desplazamiento for-
zado guatemalteco a causa de la represión y etnocidio perpetrado por el gobierno de
Guatemala, sobre todo en las décadas de 1980-1990 y, en el segundo, centrada en
población con déficit de atención de servicios de salud, sobre todo, en la región
de los Altos de Chiapas.
Estos antecedentes, que se remontan a mediados de la década de los noventa,
son los que aportan, en palabras de sus responsables, elementos para un diag-
nóstico sobre la necesidad de establecer una sede en la ciudad de Tapachula aso-
ciada al aumento de la migración, sobre todo forzadas a causa de la violencia en
Honduras, El Salvador, y en menor medida, Guatemala. Ello provoca que acnur
decida abrir una oficina en esta ciudad (poseía una en Comitán de Domínguez, y
en diciembre de 2015 abrieron una en la ciudad de Tenosique-Tabasco) en 2003,
coincidiendo, con poco tiempo de diferencia, con la llegada de un representante
de oim a Tapachula en 200⒌ Médicos del Mundo, después de actuar en Chiapas
y trasladarse a la frontera norte (Tijuana), regresa en 2010 al Estado y realiza un
estudio de situación de la problemática asociada a la migración, el género y la
salud en Tapachula, y decide en 2011 abrir su oficina aquí.
Como organismos internacionales, su labor es una extensión de sus funciones
a nivel mundial; están muy cercanos a los gobiernos en su función de asistencia
y acompañamiento, aunque, por la temática y problemática también desarrollan
actividades de apoyo a organizaciones de la sociedad civil con acciones en con-

36  La oim pertenece al sistema onu desde 2016, con anterioridad funcionaba como Agencia
Intergubernamental desde su creación en 1951 para atender las movilidades humanas provo-
cadas por la Segunda Guerra Mundial en Europa.

59
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

junto con la academia y las representaciones diplomáticas. Su principal limitante,


que se observa en sus respuestas, es que como organismos extranjeros, ya sean
supra estatales como oim y acnur o de otros países como Médicos del Mundo
Francia, son muy cuidadosos de las relaciones diplomáticas y sus niveles de inci-
dencia son limitados en cuanto a presionar a las instancias del gobierno mexicano
o en extralimitarse en sus evidencias sobre la situación, para que no sea inter-
pretada como una denuncia, y por tanto, una injerencia que seguramente sería
reprobada por la administración del país anfitrión.
En cuanto a las respuestas de estos tres organismos referidos en el párrafo
anterior, a los tres elementos consultados, resulta lo siguiente. Primero, la idea
de frontera/frontera sur es respondida con una visión muy clara en el sentido del
conocimiento de lo que implica en términos jurídico–administrativos una fron-
tera, combinado con la particularidad de esta denominada frontera sur, tanto
en términos de realidad vivencial de interconexión y porosidad, como del poco
conocimiento que estos organismos declaran existe en el centro de México (sin
especificar a qué se refieren con esta generalidad del “centro de México”). Tam-
bién señalan, como aspecto relevante, su invisibilidad, como frontera, respecto
a la presencia dominante de la imagen de la frontera norte. Lo mismo podemos
observar, en términos de reconocer lo que comporta la migración (tanto en tér-
minos de movilidad como del Derecho), así como la migración forzada (como
resultado de un movimiento involuntario no deseado). Lo mismo se puede decir
sobre la consulta respecto al concepto que manejan de derechos humanos, sobre
todo, asociado a la dignidad de las personas.
En este sentido, este posicionamiento claro, tanto del contexto como de sus
funciones, aun con las limitaciones observadas, expresan que se constituyen en
una garantía respecto a lo que significa su presencia en la ciudad y la región. Por
tanto, es posible observar un imaginario social compartido, más allá de las di-
ferencias en cuanto a los contenidos conceptuales, pero representan una posible
evidencia de su actuación diversa y, en algunos casos, hasta confrontada (como es
el caso de los organismos católicos en Tapachula que guardan relaciones distantes
entre sí, cuando no una abierta e innegable distancia).
En la órbita de lo público, hemos hecho seis entrevistas a instituciones tra-
tando de que se tuviera una visión desde los diferentes niveles: federal, estatal y
municipal.37 De las consultadas, en su mayoría, aparecen en la primera década de

37  Centro Regional México-Centroamérica de Derechos Humanos y Seguridad Pública


para Prevenir, Atender y Erradicar la Trata de Personas (SEGOB); Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH); Secretaria para el Desarrollo de la Frontera Sur y enlace para
la Cooperación Internacional (Estado de Chiapas). Subsecretaría de Atención a Migrantes;

60
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

este siglo. La coincidencia entre ellas está en expresar que surgen a partir de con-
siderar, desde las administraciones públicas, el tema migratorio como necesitado
de ser atendido, ya sea por el incremento como por la complejidad del mismo, lo
que denotaría acciones reactivas por parte de los gobiernos a un fenómeno que
entrevistados y entrevistadas,38 coinciden que es un “problema” que requiere de
atención.
El otro punto que se destaca, es la vinculación con otros espacios, sobre
todo con los organismos internacionales y organizaciones de la Sociedad Civil.
La conjunción de estos intereses compartidos, a los que se han sumado institu-
ciones académicas como El Colegio de la Frontera Sur y, en algunas ocasiones,
el ciesas, las representaciones diplomáticas y también los espacios homónimos
de Guatemala, sobre todo del Departamento de San Marcos, han dado lugar a
iniciativas colaborativas como el Foro Transfronterizo o la Mesa Transfronteriza,
que incluso llegó a desarrollarse en forma alternada, una vez en alguna localidad
del Soconusco, y otra en una del Departamento de San Marcos, en Guatemala.
Debido a su papel de servidores públicos, sus respuestas están muy apegadas a
un esquema rígido de actuación que remite a dos coordenadas: protección y asis-
tencia. En cuanto a su discurso frente a los tópicos consultados específicamente
(frontera/frontera sur, migración/migración forzada y derechos humanos), en
el tema de la frontera sí existe la idea clara de límite administrativo en cuestión
de soberanía reconocida, pero a la vez se la asocia a un punto de desarrollo con
Centroamérica, como una ventana de oportunidades, sobre todo desde el punto
de vista económico. La visión cambia cuando se habla de frontera sur, pues con-
sideramos que aquí aflora la sensibilidad local donde se asocia a la proximidad
histórico-cultural con Guatemala, quedando en un segundo plano los aspectos
con los que se asociaba la frontera.
Centro de Atención a niños, niñas y jóvenes migrantes (Estado de Chiapas) y Dirección de
Migración y Política Internacional del Ayuntamiento Municipal de Tapachula.
38  La selección de las personas a entrevistar estuvo en el nivel de dirección de las distintas
oficinas. Para llegar a que se concediera la entrevista, en todos los casos, pero sobre todo
en las estatales y federales, se tuvo que pasar un largo proceso de consulta a las autoridades
superiores, ya fuera en la capital del estado o en la capital federal. También, al realizarse las
entrevistas, debió presentarse con anterioridad el cuestionario, y no se permitió preguntas
fuera de él y, en algunos casos, fueron grabadas por personal de la institución al mismo
tiempo. Una tendencia que se ha venido observando en los últimos años es el hermetismo
cada vez mayor de las instituciones de gobierno, siendo en algunos casos, imposible acceder
a entrevistas como con el Instituto Nacional de Migración (inm) o la Comisión Mexicana de
Ayuda al Refugiado (comar). Esta tendencia puede llegar interpretarse como una intencio-
nalidad de controlar la información que se brinda al exterior, en este caso a las instituciones
académicas de investigación.

61
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

Para las nociones de migración, también aparece cierta coincidencia en re-


conocerla, al tiempo que como una realidad (que es su razón de ser como ins-
titución), como un derecho, identificando claramente las causas que llevan a las
personas a moverse. No así con migración forzada, donde la noción es vaga, im-
precisa, que se manifiesta en una respuesta a partir de frases muy cortas, a veces
contradictorias entre sí, dubitativas, donde se mezclan elementos sin una nece-
saria conexión entre sí. Finalmente, sobre los derechos humanos, se mantiene
una mirada, ya recogida anteriormente, desde el jusnaturalismo, a ser protegido
y tutelado, pero que pertenece a la naturaleza de la persona, percibiéndose como
garantes y en ningún caso se mencionan hechos constitutivos de su violación.39
El último espacio analizado corresponde a las representaciones diplomáticas
acreditadas en Tapachula, de las cuales se recabó la información de cuatro de
ellas.40 Las mismas justifican su presencia a partir no sólo de la proximidad
territorial, sino sobre todo a la presencia de migrantes, en tránsito y de carácter
irregular y, cada vez más, requieren observar un cambio en las pautas de movi-
lidad, registrándose un número creciente de residencia de sus connacionales en
Tapachula (con diferente grado de temporalidad). El consulado de Guatemala,
que es el más antiguo (sin poder precisar en qué fecha se instaló, aunque se ha-
bla de muchísimos años; que es de los más antiguos de Guatemala, y el primero
en establecerse en México) a partir de la presencia de trabajadores, sobre todo
agrícolas asociados a las fincas de café.
Los demás consulados se han ido estableciendo posteriormente, siendo el de
El Salvador el que le sigue en antigüedad, 1994, y se asguran que fue el primero
que estableció la embajada fuera de la Ciudad de México. El de Honduras se
instaló a inicios de los años 2000 (sin tener la fecha exacta). El último, de los
39  Este punto es interesante, pues representa una antítesis respecto a cómo algunas de las
organizaciones de la sociedad civil perciben a las instituciones públicas, en muchos casos
como violatorias de los derechos humanos de las y los migrantes, evidenciado en denuncias
que se externalizan en busca de apoyos para visibilizar la problemática. Sin embargo, al pre-
guntar a las instituciones éstas no las consideran, seguramente por su papel de funcionarios
que según se ha observado rotan en períodos cortos, ya sea por cambios en la administración
o razones que nunca se conocen con exactitud. Esto lleva a reforzar esta idea de control sobre
lo que se dice y el apego a un discurso institucionalista pre establecido desde las superiori-
dades jerárquicas.
40  Se realizaron entrevistas a los consulados de Guatemala, El Salvador y Honduras, tam-
bién a la Defensoría del Pueblo de Ecuador adjunta al consulado de ese país. No se pudo rea-
lizar entrevista en el Consulado de Nicaragua ya que nunca respondieron a nuestra solicitud
y al cónsul de Ecuador que tampoco accedió a la entrevista. El reciente cambio en 2017 del
cónsul de este país nos asegura que finalmente la entrevista será posible ya que se ha mostra-
do dispuesto a ello, pero aún está pendiente.

62
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

entrevistados fue la Defensoría del Pueblo de Ecuador, que llegó en 20⒖41 Las
funciones de estas representaciones diplomáticas, más allá de la protección y
garantía de derechos de sus connacionales están asociada a la asistencia para el
retorno, sobre todo forzado a partir de las detenciones y deportaciones que realiza
el inm en México. A partir de de ello, se señaló la importancia de la representación
consular en esta localidad, donde se encuentra radicada la Estación Migratoria Si-
glo xxi, considerada el centro donde permanecen “asegurados” los migrantes más
grande de toda América Latina.
Si analizamos las respuestas a los conceptos consultados, las mismas se co-
rresponden con las imágenes que circulan a nivel local, en muchos casos como
relatos de las y los migrantes; y en otros, a partir de invitaciones, requerimientos
de información o participación que se ha cursado a las representaciones diplomá-
ticas en la ciudad. En general, de lugares donde, con algunas diferencias, no con-
siguen mucho apoyo y que no colaboran demasiado en la interacción con otras
instituciones u organizaciones. Retomando el punto de los conceptos, aquellos
consulados donde se puede percibir una mayor claridad en sus respuestas, y
donde se asocian por ejemplo, temas como la migración forzada o los derechos
humanos a un contexto que va entre lo local, lo regional y lo global (evidencia
de una construcción del fenómeno más elaborada), corresponde a los de El Sal-
vador y la Defensoría del Pueblo de Ecuador, siendo más imprecisos, dubitativos
y hasta esquivos en sus respuestas, sin asociar los fenómenos al origen, los de
Guatemala y Honduras.42
41  La figura de la Defensoría del Pueblo de Ecuador, la figura del Ombusmand, o la cndh
para otros países, es una experiencia única en el mundo en cuanto a tener representaciones en
el extranjero e interesante en la medida que su función está asociada, sobre todo a la protec-
ción y asistencia de los derechos de sus connacionales, sobre todo en lugares donde hay gran
concentración de migración ecuatoriana, ya sea en tránsito o residente. Esta figura se asocia a
otras igual de interesantes como la figura de la ciudadanía universal que se instauró en 2013
durante el gobierno de Rafael Correa como presidente de Ecuador que eliminó el requisito
de visado para ingresar, transitar o residir en su país para las y los extranjeros. Posteriormente
esta medida fue revisada en 2010 y 2013, sobre todo a ciertas nacionalidades como la cubana,
debido a ciertas irregularidades y, finalmente retirada en 20⒖ Agradecemos la información a
la Mtra. Toa Maldonado, vicecónsul y representante de la Defensoría del Pueblo de Ecuador
en Tapachula.
42  Esta es una línea interesante para poder deducir a qué se debe esta reacción, si es una
cuestión que tiene que ver con las personas que fungen como responsables –cónsules- (ca-
pacidad o voluntad), o corresponden a las relaciones consulares con las Cancillerías de países
que han tenido episodios recientes de inestabilidad política. En el caso de Guatemala las
denuncias de corrupción sobre el ex presidente Álvaro Colom y gran parte de su gabinete
y acusaciones del Ministerio Público de Guatemala y la Comisión Internacional contra la
Impunidad en Guatemala (cicig) contra el actual presidente Jimmy Morales. Para Honduras,

63
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

Apuntes Finales

La ubicación de la ciudad de Tapachula en la región del Soconusco, la segunda


ciudad en población del Estado de Chiapas, sobre la costa, con buenas vías de co-
municación y un espacio sin grandes obstáculos físicos para el desplazamiento, a
pocos kilómetros de la frontera con Guatemala, la coloca en un punto importante
para las movilidades humanas. Asimismo, históricamente, es un lugar de referen-
cia en los conflictos de separación de Guatemala e incorporación a México. La
larga temporalidad de interacción múltiple de la región con Centroamérica, pero
sobre todo con Guatemala, hace que la identificación a ambos lados del límite,
así como los intercambios y movimientos de personas sean cotidianos y con una
importante profundidad temporal y una larga historicidad. Esta presencia de las
movilidades como un elemento de larga duración ha hecho que se convierta en
una localidad donde se han ido asentando gran cantidad de organizaciones de
la sociedad civil, instituciones de gobierno especializadas en temas migratorios
o fronterizos, organismos internacionales y representaciones consulares de los
países de la región y hasta otros más lejanos como Ecuador.
Se puede agregar, a lo ya dicho, ciertas similitudes en cuanto a presencia ét-
nica (sobre todo Mam), desarrollo económico, social y cultural y hasta formas de
pensar y vivir el tiempo y el espacio. Todo ello nos permite hablar de la región
donde está inserta la ciudad como transfronteriza. A su vez, considerar a esta lo-
calidad como trasnacional en la medida que por sus calles y en diferentes espacios
existen personas, actividades, negocios que obedecen tanto a las migraciones en
un sentido histórico (con orígenes diversos como Alemania, Inglaterra o China)
como actual (con personas provenientes del continente africano o asiático o de
otros puntos de América Latina como Haití o Cuba).
De esta forma se pueden reconocer en el espacio urbano porciones de la ciu-
dad identificados con actividades diversas ejercidas por personas extranjeras, que
le imprimen ese carácter trasnacional. En primer lugar, la percepción extendida
entre la población de Tapachula de ser “la ciudad más centroamericana de Méxi-
co” por la similitud que guarda con localidades de este espacio geográfico.43 Se
suma la fuerte presencia histórica de población de ese origen, que le imprime a
los conflictos y acusaciones de fraude en el reciente proceso electoral también marcan una
situación de inestabilidad en ese país centroamericano.
43  No estamos afirmando que lo sea, pues eso se podría mencionar para otras localidades,
incluso de Municipios colindantes como Ciudad Hidalgo o Frontera Comalapa, sino que la
existencia de esta imagen en Tapachula da cuenta de una memoria colectiva donde la pobla-
ción centroamericana, sobre todo guatemalteca y, en menor medida salvadoreña y hondureña
(porque su presencia es más reciente), se concibe como parte de la identidad urbana. De

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Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

la vida cotidiana ese carácter. Pero también existen evidencias –materiales y sim-
bólicas–, de colectivos migrantes de otros orígenes que se remontan al siglo xix
como asiáticos del lejano oriente, europeos y, como fenómeno reciente, africanos
y asiáticos del oriente sur.
Un tercer elemento: es uno de los puntos urbanos más importantes dentro de
las rutas de ingreso a México desde Centroamérica,44 tanto para el movimiento
de personas y mercancías por carretera, como lugar de tránsito o de residencia
temporal. Todo ello le imprime a la ciudad este carácter trasnacional que se
puede evidenciar en su dinámica cotidiana, en ciertas concentraciones de per-
sonas, sobre todo desarrollando actividades laborales diversas, en espacios y días
concretos, que podrían hacernos hablar de posibles barrios o calles, o parques,
trasnacionales.45
Este carácter de ciudad trasnacional, inserta en una región transfronteriza
de alta movilidad de personas, con toda la complejidad que ello comporta, ha
supuesto la presencia de diferentes espacios que tienen a esta población como su
objeto de acción. Así observamos organizaciones de la sociedad civil, instituciones
de los tres niveles de gobierno, organismos internacionales y representaciones diplo-
máticas. Lo que llama la atención, es la ausencia, o presencia mínima, de espacios
generados por los propios actores migrantes, ya sea a partir de su nacionalidad
o condición de movilidad, lo que contrasta con el comportamiento de estos mi-
grantes guatemaltecos, hondureños o salvadoreños en países de destino como
Estados Unidos o España. La razón, hipotéticamente, puede deberse a algunas
de las razones ya expresadas con anterioridad. Respecto a los espacios existentes,
éstos se han ido instalando en diferentes momentos, pero se observan dos puntos
temporales importantes de cierta confluencia; uno de ellos gira en torno a la
primera década de este siglo como un punto bisagra que establece un aumento
cuantitativo. El segundo momento es más reciente y podemos establecerlo a par-
todas formas, también este tema, constituye una puerta abierta para explorar e investigar en
profundidad las identidades y memorias colectivas en Tapachula.
44  Fuente: http://segundacumbrefio.cndh.org.mx/content/doc/noticias/20170314-ONU-
migracion.pdf
45  Este es un punto a desarrollar como parte de esta investigación en proceso y que se espera
evidenciar en próximas publicaciones. Asociado a lo aquí reseñado se está realizando una
geolocalización a través de los sistemas de información geográfica de todos aquellos espacios
que se pueden asociar a las movilidades humanas, tanto histórica como reciente, en la ciudad
de Tapachula. También se están registrando con los mismos instrumentos los desplazamien-
tos, que dentro de la localidad, realizan aquellas personas que, proviniendo de otros países,
trabajan en actividades de calle, para poder componer un mapeo de esta trasnacionalidad el
que se va actualizando en forma anual y, así, poder observar no sólo una fotografía, sino su
evolución.

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Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

tir de 2015, donde el aumento más que cuantitativo, es cualitativo, en el sentido


de observar cierta especificidad en los espacios que surgen, que se corresponde
también, con una especialización en las propias funciones, asistencias y acompa-
ñamientos que realizan los espacios ya constituidos.
Un elemento más a destacar en estos resultados preliminares, es que el au-
mento de espacios se ha correspondido con una disminución de la cantidad y
calidad de la información a la que se tiene acceso. Por un lado, se ha observado
un aumento de las negativas o simplemente la ignorancia a solicitudes de entre-
vistas, información o convocatorias, lo que genera cierta incertidumbre sobre lo
que está sucediendo al interior de cada espacio y eso dificulta analizar dinámicas,
estrategias, recursos, aspectos como el poder, las redes, las formas de organiza-
ción interna, conflictos y alianzas. Cuando se logra tener acceso, las respuestas
son estandarizadas, no muy diferente de lo que se puede obtener, muchas veces,
en las propias páginas o perfiles de Facebook de estos sitios. Si a eso sumamos
también las dificultades de realizar trabajos de campo más allá de un cuestiona-
rio o una entrevista,46 nos limita a la hora de aportar esquemas explicativos que
apunten a los aspectos ya señalados. De todas formas, confiamos que un trabajo
como el que se ha desarrollado, así como la recopilación de informaciones de
otras fuentes, como pueden ser las periodísticas, informes, comparecencias, en
un futuro puede, salvar algunos obstáculos que hoy se presentan.
Finalmente, en el orden de aquellos conceptos que nos parecieron asociados a
las funciones de estos espacios, se observan ideas apegadas a una mayor rigurosi-
dad, a un conocimiento más cercano al técnico o académico, en las organizaciones
de la sociedad civil y organismos internacionales que en los demás espacios (con
excepciones). Una de las razones, se puede encontrar en la preparación y capaci-
dad de las personas que están al frente de los mismos (aspecto considerado en los
instrumentos utilizados, pero que por razones de espacio no se ha desarrollado
en este artículo). Sin embargo, en el plano institucional se observa un discurso
apegado a un esquema administrativo rígido que se relaja y se complejiza con
aspectos de identificación cultural y social al hablar del espacio próximo como la
frontera sur. La visión, que sobresale sobre el colectivo migrante es de asistencia
y protección; no obstante, en algunos casos, como es el de las instituciones de
46  Un aspecto que también habría que considerar es que en muchos de los espacios donde
se ha realizado el trabajo de campo, sobre todo en instituciones de gobierno, organismos in-
ternacionales, representaciones consulares y en algunas organizaciones, la persona a la que se
tuvo acceso es la designada por cada uno de estos espacios y, por tanto, convertida en vocero/a
“oficial” del discurso institucional que se quiere trasmitir. El elegir otros informantes podría
considerarse como una estrategia para contrastar informaciones, pero poco práctica a la hora
de acceso a una persona diferente a la designada.

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Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez

gobierno o representaciones diplomáticas, se contradice con los abusos o falta de


atención que se recoge desde las denuncias o quejas de las y los migrantes y las
organizaciones de la sociedad civil. El carácter de sujetos con agencia sólo existe
en algunas de las organizaciones de la sociedad civil, tampoco en todas, frente a
esta otra visión de ser actores tutelados o necesarios de tutela.
Este trabajo, que es un primer acercamiento, aún presenta más dudas y pre-
guntas que respuestas, pero su objetivo es ofrecer una primera visión que aunara
lo urbano y lo regional como soporte de una realidad asociada a la frontera y la
movilidad como determinante de la presencia de espacios de atención, acom-
pañamiento, asistencia y protección que le imprimen un carácter particular a la
ciudad de Tapachula. El completar el total de las entrevistas que se correspondan
con el cuadro anexo así como en un futuro, la comparación con la localidad de
Tenosique como un segundo punto de ingreso importante de migrantes por el
Estado de Tabasco, seguramente será un buen complemento de lo que aquí que-
da como pendiente.

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Cuadro de Instituciones, Consulados y Organizaciones en Tapachula

ORGANISMOS ÁREA DE PÁGINA WEB/


OBJETIVOS
INTERNACIONALES INFLUENCIA REDES SOCIALES
ACNUR Salvaguardar los derechos y el bienestar de las personas refugia- Chiapas y Oaxaca Web: http://www.acnur.org/el-acnur/
das y apátridas. Trabaja para garantizar que todas las personas Twitter: @ACNURamericas
puedan ejercer su derecho a buscar asilo y a encontrar protección Facebook: https://www.facebook.com/
en otro Estado, además identifica soluciones duraderas para los ACNUR
refugiados tales como la repatriación voluntaria en condiciones
dignas y seguras, la integración local o el reasentamiento a un
tercer país.
Médicos Del Mundo, Promover la salud y los derechos de las personas más vulnerables, Tapachula y Huixtla Web: https://www.medicosdelmundo.org/
Francia ya sea en países donde se tiene que trabajar con los derechos de Twitter: @MedicosdelMundo
caso de emergencias también.
RET Brindar protección a jóvenes en contextos de conflicto y situacio- Tapachula Web: http://es.theret.org/
nes de crisis, además de ofrecer herramientas para que se convier-
tan en personas autosuficientes, de modo que puedan apoyar a
sus familias y convertirse en actores de cambio social positivo para
sus comunidades.
OIM Apoyar al gobierno mexicano en la gestión migratoria, a través Oaxaca, Tabasco y Web: http://oim.org.mx/
de las siguientes actividades: Programa Conjunto de Migrantes Chiapas Facebook: https://www.facebook.com/
en Tránsito, Programa de Atención a Migrantes Retornados, Pro- IOM.Mexico
yecto de asistencia técnica para el fortalecimiento de capacidades Twitter: @OIM_LasAmericas
del Instituto Nacional de Migración (INM), Combate a la Trata de
Personas, Género y Niñez Migrante, Programa de Reducción de
Tarifas Aéreas, Programa de Retornos Voluntarios Asistidos.
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala
REPRESENTACIÓN ÁREA DE
OBJETIVOS PÁGINA WEB/REDES SOCIALES
CONSULAR INFLUENCIA
Consulado de Guate- Fortalecer la relación entre Guatemala y Chiapas, como el objetivo Tapachula hasta Facebook: https://www.facebook.com/
mala de brindarles un mejor apoyo a todos los guatemaltecos, que resi- Pijijiapan, todas las ConsGuateTapachula/
den o se encuentra por tránsito de control mexicano. zonas costeras Twitter: @ConsGTAPACHULA
Consulado de El Brindar atención a connacionales tanto en tránsito como los resi- Chiapas, Oaxaca y Web: http://www.embajadaelsalvador.org/
Salvador dentes, a las personas que van en tránsito se les apoya mediante Guerrero pages/embajadas-y-consulados/mexico.
la acreditación para que ellos puedan ser retornados al país. php
Consulado de Hon- El objetivo primordial es representar el Estado de Honduras en el Chiapas y Oaxaca Facebook:https://www.facebook.com/
duras Estado receptor como fin primordial es la defensa de los Derechos pages/Consulado-General-de-Hondu-
Humanos de los connacionales en México. ras/406224522744416
Consulado de Nica- Proteger a los nicaragüenses que se localicen en su circunscrip- Chiapas y Oaxaca Facebook: https://www.facebook.com/
ragua ción. Expedir la documentación a nicaragüenses en los términos Consulado-General-de-Nicaragua-en-M%-
de la Ley y su Reglamento. C3%A9xico-395484883834261/

Defensoría del Pueblo Proteger y tutelar derechos humanos básicamente de los ecuato- Chiapas Facebook: https://www.facebook.com/
de Ecuador rianos en territorio mexicano. DefensoriaEC/
Consulado de Ecuador Brindar asistencia y protección de carácter humanitario al migran- Chiapas Facebook: https://www.facebook.com/
te ecuatoriano en tránsito, en la frontera sur de México. profile.php?id=100008355338462
Twitter: @EmbajadaEcuMEX
Consulado de México Brindar protección y asistencia consular a los mexicanos en trán- Departamento de Web: https://consulmex2.sre.gob.mx/
en Tecún Umán sito o con residencia en la circunscripción; Tramitar documentos San Marcos y dos tecunuman/index.php/es/
de viaje o identificación para los mexicanos (pasaporte); Control municipios del Twitter: @ConsulMexTeu
y expedición de visas a guatemaltecos y extranjeros que buscan departamento de
viajar a México por turismo, intercambio educativo, negocios, en- Quetzaltenango
tre otros.

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72
ÁREA DE
INSTITUCIONES OBJETIVOS PÁGINA WEB/REDES SOCIALES
INFLUENCIA
CNDH Promoción de los derechos humanos a toda persona que transita Chiapas Web: http://www.cndh.org.mx/
en la ciudad de México. Facebook: https://www.facebook.com/
CNDHmx/
Twitter: @CNDH
Secretaria para el Desa- Impulsar el desarrollo integral - sustentable de la Frontera Sur y Chiapas Web: http://www.spdfs.chiapas.gob.mx/
rrollo de la Frontera Sur Región Mesoamericana, a través de la gestión, seguimiento, en-
y enlace para la Coo- lace y vinculación de programas, proyectos, estrategias de coo- Facebook:
peración Internacional peración internacional para el desarrollo y atención al fenómeno https://www.facebook.com/Se-
[Subsecretaría de migratorio en el Estado y de connacionales en el exterior. cretaria-de-la-Frontera-Sur-Chia-
Atención a Migrantes] pas-1057564744282430/
Centro de Atención a Brinda atención gratuita de educación, alimentación asesoría Tapachula Web: http://www.chiapas.gob.mx/servi-
Niños, Niñas y Jóvenes legal, atención psicológica y restitución de derechos humanos a cios/1737
Migrantes menores de cero a diecisiete años once meses de edad.
Dirección de Migración Atender a migrantes y políticas internacionales enfocándose a mi- Tapachula Web: http://portal.tapachula.gob.mx/
y Política Internacional grantes; vemos todo lo de Derechos Humanos
del Ayuntamiento Mu-
nicipal de Tapachula
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Ayuda a Refugiados mentaria, así como gestionar acciones de asistencia desde el inicio
del procedimiento con pleno respeto a los derechos humanos.
Albergue para menores Atender de manera integral a madres, niñas y niños migrantes no Chiapas Web: http://www.chiapas.gob.mx/servi-
y mujeres menores y acompañados, se otorga atención médica, psicológica, pedagógi- cios/1978
madres migrantes del ca y social que incluye alimentación en tres tiempos (desayuno,
dif Estatal comida y cena), albergue temporal y material de higiene personal.
Atención a migrantes Brindar atención médica y canalizar casos de migrantes en tránsito Región Soconusco Facebook: https://www.facebook.com/
Atención a la población en situación de movilidad en el espacio transfronterizo México-Guatemala

de la Secretaría de y/o trabajadores transfronterizos SaluddelEstadodeChiapas/


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Derechos Humanos humanos en su ámbito territorial, así como profesionalizar a las/ Facebook: https://www.facebook.com/
los servidores públicos de esta Comisión pages/Consejo-Estatal-De-Los-Dere-
chos-Humanos/131110280318123
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Atención a Víctimas o de una violación a sus derechos humanos. El fin es que las per- Twitter: @CEAVmex
(Ceav) sonas obtengan verdad, justicia y reparación del daño para que,
en la medida de lo posible, recuperen un proyecto de futuro.
Fiscalía Especializada Persecución de delitos cometidos en contra de inmigrantes, ga- Chiapas Web: https://www.fge.chiapas.gob.mx/
en Delitos Cometidos rantizando plenamente la seguridad jurídica e integridad física y sitios/inmigrantes/
en Contra de Inmi- en su patrimonio de aquellos que viven, transitan o visitan la en- Twitter: @FGEChiapas
grantes tidad, sin importar el credo, raza, sexo, condición social o estatus
migratorio, bajo la observancia de las normas y procedimientos
internacionales
Secretaría del Trabajo y Tiene a su cargo el desempeño de las facultades que le atribuyen Chiapas Web: https://www.gob.mx/stps
Previsión Social la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, la Ley Fede-
ral del Trabajo, otras leyes y tratados, así como los reglamentos,
decretos, acuerdos y órdenes del Presidente de la República.
Secretaría del Trabajo Contribuir a través de servicios de información y orientación labo- Chiapas Web: http://www.trabajo.chiapas.gob.mx/
del Estado de Chiapas ral; de apoyos económicos para la capacitación, el empleo y el au-
toempleo; y de acciones de movilidad laboral; a mejorar las opor-
tunidades laborales de la población desempleada y subempleada
del estado para su efectiva incorporación al mercado laboral.
Albergue para Niñas Brindar albergue temporal a niñas y adolescentes mujeres migran- Tapachula Web: http://portal.tapachula.gob.mx/
Migrantes del Ayunta- tes en tránsito y solicitantes de refugio.
miento Municipal de
Tapachula

73
Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez
74
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“Pastoral a Migrantes y grantes, a las instituciones correspondientes.
Refugiados”.
Una mano amiga en la Generar procesos de enseñanza-aprendizaje en salud sexual Tapachula Web: http://www.umachiapas.org
lucha contra el sida. integral entre las poblaciones en mayor riesgo para preve- Facebook: https://www.facebook.com/
nir las its, el vih y el sida. Incidir a nivel local, estatal y nacio- Una-Mano-Amiga-en-la-lucha-contra-el-
nal para asegurar el acceso a servicios de prevención, aten- SIDA-AC-258844670979560/
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las poblaciones en mayor riesgo @UNAMANOAMIGA6


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Salvación”. penales y menores migrantes o en extrema miseria. También es el C3%A9rcito-de-Salvaci%C3%B3n-AC-Tapa-
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Enrique Coraza de los Santos | Sanࢼago Marࢾnez
Neoliberalismo, violencia y migración de
Centroamérica a Estados Unidos: el caso de
las niñas, niños y adolescentes migrantes no
acompañados vistos desde el enfoque de las
migraciones mixtas
Matthew James Lorenzen Martiny
Obed Frausto Gatica
Zulia Yanzadig Orozco Reynoso

Introducción

En el año 2014, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la


existencia de una “situación humanitaria urgente” en la frontera sur de ese país,
debido a un incremento sustancial en la llegada de migrantes indocumentados
menores de 18 años, en particular de niñas, niños y adolescentes (nna) no acom-
pañados por sus padres, provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica:
Guatemala, Honduras y El Salvador.
En efecto, las aprehensiones realizadas por la Patrulla Fronteriza de Estados
Unidos de nna migrantes no acompañados provenientes de esos tres países se
incrementaron más de 1,200% entre los años fiscales1 2011 y 2014, al pasar de
3,933 a 51,70⒌ Estas aprehensiones se redujeron en el 2015 a poco más de 28
mil, debido a la intensificación de los esfuerzos de detección y detención de migran-
tes indocumentados en México, en el marco del Programa Frontera Sur, aunque
al siguiente año volvieron a incrementarse a 46,89⒊2 De esta manera, las nna
representan una proporción cada vez más grande de los migrantes detenidos por
la Patrulla Fronteriza, alcanzando una cuarta parte en 2016,3 y los menores de

1  Un año fiscal se refiere al periodo que va de octubre del año anterior a septiembre del
año de referencia.
2  us Border Patrol (2017), Stats and Summaries, https://www.cbp.gov/newsroom/me-
dia-resources/stats
3  La proporción de nna (de todas las nacionalidades) dentro de las detenciones totales de
migrantes por la Patrulla Fronteriza subió de ⒍8% en el año fiscal 2011 a 2⒋6% en el 20⒗
Ver us Border Patrol, op. cit.

77
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

18 años del Triángulo Norte se han vuelto rápidamente el grupo predominante


dentro de las nna migrantes no acompañados, representando casi el 80%.4
Esta ola de nna migrantes tiene como origen el deterioro de la vida en la
sociedad del Triángulo Norte, que ha sido construida desde la marginalidad y
la opresión. La región se caracteriza por una necropolítica, es decir, existe un
Estado de excepción donde los ciudadanos son desechables, al ser explotados y
reemplazables o simplemente excluidos por el sistema económico.5 En la región
se ha promovido el neoliberalismo, un modelo económico-político e ideología
autoritarios, que se convalida con el discurso de las libertades individuales, pero
impone el poder oligárquico de unos cuantos sobre la mayoría de la población,
sin responsabilizarse de la equidad, la igualdad y el bienestar en la sociedad.6
Se dice que el neoliberalismo busca la no intervención estatal en la economía;
sin embargo, en realidad estamos presenciando un neoliberalismo de Estado, en
el que los beneficios son privados y las pérdidas son socializadas. El neoliberalis-
mo de Estado implica la intervención estatal con el propósito de crear las condi-
ciones más favorables para la acumulación de capital.7 El Estado crea y genera
espacios institucionales que defienden la propiedad privada y promueven nuevos
mercados en lo que antes era administrado por el Estado.8 A través del Estado,
se imponen leyes que facilitan la acumulación de capital (patentes, derechos de
autor), se realizan tratados de “libre” comercio que dan poder a grandes empresas
transnacionales y se impone políticamente la apertura de los mercados en países
ricos y pobres. Además, se usa el poder del Estado para desregular sectores de
la economía, privatizar bienes públicos y eliminar aranceles e impuestos. Con la
economía globalizada, se han conformado grandes corporaciones que son más
poderosas que algunos Estados nacionales y que destruyen economías locales a
nombre de la libre competencia.

4  En el año fiscal 2011, 7⒊8% de los menores migrantes no acompañados detenidos por
la Patrulla Fronteriza eran de México y 2⒋6% del Triángulo Norte, mientras que para 2016
tan sólo 20% eran de México y 7⒏5% del Triángulo Norte. Ver us Border Patrol, op. cit.
5  El filósofo e historiador camerunés Achille Mbembe utiliza la noción de necropolítica
como una variante del concepto de biopolítica de Foucalt. Véase: Achille Mbembe (2011),
Necropolítica, España, Editorial Melusina.
6  Ray Kiely (2017), “From Authoritarian Liberalism to Economic Technocracy: Neoli-
beralism, Politics and ‘De-democratization’”, Critical Sociology, 43(4-5); Tzvetan Todorov
(2012), Los enemigos íntimos de la democracia, México, Colofón.
7  David Harvey (2005), A brief history of neoliberalism, Nueva York, Oxford University
Press; Friedrich Hayek (2010), Camino de servidumbre, Madrid, Alianza.
8  David Harvey, op. cit.

78
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

El neoliberalismo ha provocado que la soberanía de los individuos pertene-


cientes a las élites económicas y financieras esté por encima de la soberanía popu-
lar y de los derechos de los más marginados. La necropolítica consiste justamen-
te en que las funciones del Estado se han tergiversado. En aras del comercialismo
y los negocios, el Estado ha desprotegido los derechos de sus ciudadanos y ante
estas circunstancias se genera un fenómeno de desplazamiento y migración masi-
vos causados por una violencia siniestra y una falta de oportunidades y bienestar
en la región, recordándonos periodos anteriores de migraciones masivas desde el
continente europeo durante el liberalismo decimonónico.9
Este capítulo analiza la migración de nna no acompañados provenientes del
Triángulo Norte de Centroamérica, con base en el marco conceptual de las mi-
graciones mixtas. Interpretamos este concepto a partir de tres niveles de análisis
interconectados: un nivel macro, que destaca las múltiples causas estructurales de
la migración, incluyendo la violencia y los impactos del neoliberalismo; un nivel
meso, que describe la existencia de flujos migratorios mixtos compuestos por mi-
grantes con distintas características y motivos para migrar; y un nivel micro, que
explica cómo cada migrante puede tener motivos mixtos para salir de su comuni-
dad de origen.
Este trabajo se basa en fuentes bibliográficas, en datos de fuentes secundarias,
al igual que en una encuesta a menores migrantes no acompañados provenientes
del Triángulo Norte de Centroamérica. Esta encuesta fue realizada en junio de
2016 en 10 módulos y albergues para nna migrantes no acompañados operados
por varios sistemas estatales y municipales para el Desarrollo Integral de la Fa-
milia (dif). La encuesta forma parte de un proyecto más amplio, realizado en

9  Es interesante observar que las dos grandes oleadas de migrantes a Estados Unidos han
coincidido con los dos principales ciclos del capitalismo liberal: el liberalismo de finales del
siglo xix, cuando millones de europeos de bajos ingresos se aventuraron a viajar en barco
a Estados Unidos (y en menor medida a otros países del continente como Canadá, Brasil y
Argentina), y el periodo neoliberal a partir de los años 1980, cuando millones de latinoa-
mericanos (sobre todo mexicanos, aunque crecientemente centroamericanos) han buscado
emigrar a Estados Unidos y otros países del Norte. Así, se estima que, en la última década
de 1800, la proporción de población extranjera viviendo en Estados Unidos llegó a su punto
más alto, representando ⒕8%, permaneciendo elevado hasta principios de los años 1930,
bajó posteriormente hasta alcanzar un punto bajo de ⒋7% en 1970, para luego volver a
incrementarse rápidamente, especialmente a partir de 1980, cuando llegó a un nuevo punto
alto de ⒔5% en 20⒖ Ver Gustavo López y Kirsten Bialik, (2017), “Key findings about u.s.
Immigrants”, Pew Research Center Fact Tank, 3 de mayo, http://www.pewresearch.org/fact-
tank/2017/05/03/key-findings-about-u-s-immigrants/

79
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

conjunto por el Consejo Nacional de Población (conapo) y el Sistema Nacional


para el Desarrollo Integral de la Familia.10

Marco conceptual: las migraciones mixtas

El concepto de migraciones mixtas empezó a utilizarse ampliamente a principios


del siglo xxi para cuestionar la práctica, que se volvió predominante en ámbitos
políticos y académicos, de hacer distinciones tajantes entre los tipos de migrantes
de acuerdo con categorías excluyentes o dicotómicas –migrantes voluntarios y for-
zados, migrantes laborales, refugiados, etcétera–, y para resaltar el hecho de que, en
muchas ocasiones, las diferencias entre los migrantes no son tan claras.11
Tal como lo explican Nicholas Van Hear, Rebecca Brubaker y Thais Bessa,
la distinción entre la migración voluntaria y la migración forzada se diluye por
el hecho de que, en muchas ocasiones, las causas de la migración, como la falta
de oportunidades, la desigualdad y la violencia, coexisten; es decir, que las causas de
origen de la migración pueden ser múltiples y simultáneas.12 Esta mezcla de cau-
sas estructurales explica por qué las migraciones pueden ser mixtas, en términos
de la existencia de flujos mixtos –es decir, distintos tipos de migrantes viajando
juntos o usando los mismos canales migratorios– y de la existencia de motivos
mixtos, esto es, cuando cada migrante tiene múltiples motivos para migrar.
En el mismo sentido, Stephen Castles apunta que los países con economías
débiles, desigualdad creciente y pobreza generalizada, también tienden a tener
gobiernos opresivos, sistemas estatales débiles y altos índices de violencia y de
10  Consultar Matthew Lorenzen (2016), Migración de niñas, niños y adolescentes: Anteceden-
tes y análisis de información de la Red de Módulos y Albergues de los Sistemas DIF, 2007-2016,
conapo, México en https://www.gob.mx/conapo/articulos/migracion-de-ninas-ninos-y-
adolescentes-antecedentes-y-analisis-de-la-informacion-de-la-red-de-modulos-y-alber-
gues-del-dif-2007-2016?idiom=es
11  Ver Stephen Castles (2007), “The Migration-Asylum Nexus and Regional Approaches”,
en Susan Kneebone y Felicity Rawlings-Sanaei (eds.), New Regionalism and Asylum Seekers:
Challenges Ahead, Nueva York y Oxford, Berghahn Books; Thomas Linde (2011), “Mixed
Migration—A Humanitarian Counterpoint”, Refugee Survey Quarterly, 30⑴; Nicholas Van
Hear (2012), “Mixed Migration: Policy Challenges”, Policy Primer, The Migration Obser-
vatory at the University of Oxford, http://www.migrationobservatory.ox.ac.uk/wp-content/
uploads/2016/04/PolicyPrimer-Mixed_Migration.pdf; Nicholas Van Hear, Rebecca Bru-
baker y Thais Bessa (2009), “Managing Mobility for Human Development: The Growing
Salience of Mixed Migration”, Research Paper 2009/20, junio, Human Development Re-
ports, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, http://hdr.undp.org/en/content/
managing-mobility-human-development
12  Nicholas Van Hear et al., op. cit., p. ⒈

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Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

violaciones a los derechos humanos, por lo que las condiciones que crean la mi-
gración laboral están íntimamente vinculadas con aquellas que causan diferentes
formas de migración forzada, creando movimientos migratorios de personas con
motivos mixtos.13 De acuerdo con Castles, las migraciones mixtas no son un
fenómeno nuevo, pero se han vuelto más comunes por razón de los impactos ne-
gativos de la globalización, del crecimiento de la desigualdad y de la aparición de
nuevas fuentes de violencia (organizaciones criminales transnacionales, carteles,
grupos terroristas, etcétera).
Como se anotó brevemente en la introducción, las migraciones mixtas tam-
bién se pueden comprender al enfocarse en tres niveles de análisis interconec-
tados: el nivel macro o societal, el nivel meso o de grupo y el nivel micro o
individual. El nivel macro se refiere a las múltiples y simultáneas causas estructurales
de la migración, es decir, el hecho de que la migración puede ser impulsada por
varios factores a gran escala que operan en el mismo tiempo y espacio, incluyen-
do los impactos de la globalización y el neoliberalismo, la falta de desarrollo, la
desigualdad, la violencia, las violaciones a los derechos humanos, la separación
familiar, los Estados débiles, la vulnerabilidad y fragilidad ambiental, las políticas
migratorias, entre otros.
El nivel meso se refiere a la existencia de flujos migratorios mixtos; esto es,
la situación en la que distintos tipos de migrantes viajan juntos o utilizan los
mismos canales migratorios. El énfasis es en los diversos perfiles de los migran-
tes a nivel de grupo, incluyendo los diferentes motivos para migrar (migrantes
laborales, migrantes buscando reunirse con familiares, personas huyendo de si-
tuaciones violentas, etcétera), y las diferentes características (por ejemplo, nna
no acompañados, familias, adultos viajando solos, mujeres, hombres, etcétera).
Evidentemente, el nivel macro está íntimamente vinculado con este nivel meso
porque la existencia de varias causas estructurales de la migración en un país o
región de origen es fundamental para explicar la existencia de flujos de migrantes
con perfiles diversos.
A nivel micro, la atención se centra en los motivos mixtos o cambiantes de los
individuos. Se trata de ir más allá de la descripción de flujos de migrantes con
diferentes perfiles al desenmarañar cómo cada migrante puede tener múltiples
motivos para migrar (por ejemplo, al identificar personas huyendo de la violencia,
pero al mismo tiempo buscando mejores oportunidades laborales en otro país).
Los niveles macro y meso están íntimamente conectados con este nivel micro.
Indudablemente, la existencia de múltiples causas estructurales es crucial para ex-
plicar por qué un individuo puede tener diversos motivos para migrar. También
13  Stephen Castles, op. cit., p. 2⒍

81
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

hay un vínculo inherente entre los niveles micro y meso, debido a que es muy
probable que un migrante con motivos mixtos haya formado parte de un flujo
migratorio mixto –es posible concebir un flujo uniforme de migrantes con los
mismos motivos mixtos, aunque ciertamente es improbable.

El nivel macro: las múltiples causas estructurales


de la migración de nna desde el Triángulo Norte

De las guerras civiles al neoliberalismo

En los años 1980, con la llegada de Ronald Reagan a la Presidencia de Estados


Unidos, se recrudecieron las políticas intervencionistas en la región, con el pro-
pósito de aniquilar a las guerrillas y otros movimientos populares de izquierda que
emergieron en los años 1960 y 1970. La doctrina Reagan, en el discurso, proponía
defender los valores democráticos y los derechos humanos, pero en la práctica bus-
caba frenar la avanzada de los movimientos de izquierda, liberales y progresistas,
por todos los medios posibles para proteger los intereses económicos y geopolíticos
de Estados Unidos.
Se vivió una auténtica masacre y eliminación de la vida comunitaria en zonas
rurales en resistencia, a través del financiamiento directo de los gobiernos mi-
litares de Guatemala y El Salvador, y también se entrenó y armó a milicias lla-
madas Contras para combatir el nuevo gobierno sandinista en Nicaragua. Como
consecuencia, el número de muertos por los conflictos armados fue de alrededor
de 200,000 en Guatemala; 70,000 en El Salvador, y 30,000 en Nicaragua, y
aproximadamente un millón de personas fueron desplazadas por la violencia en
Guatemala y otro millón en El Salvador, muchas de las cuales se dirigieron a
México y a Estados Unidos.14 A pesar de que Honduras no sufrió una guerra civil
propia, la desestabilización de la región también afectó a ese país en términos
económicos y sociales.
Estos antecedentes, si bien son relativamente lejanos, resultan importantes
para explicar la reciente ola de nna migrantes provenientes del Triángulo Norte.
En primer lugar, es en gran medida a partir de esos flujos de refugiados que se
crearon grandes comunidades de centroamericanos viviendo en Estados Unidos,
al igual que el fenómeno de la separación familiar. Se estima que hoy en día

14  Sharon Erickson Nepstad (2004), Convictions of the Soul: Religion, Culture and Agency
in the Central America Solidarity Movement, Nueva York, Oxford University Press Inc., pp.
31; Jenny Pearce (1998), “From Civil War to ‘Civil Society’: Has the End of the Cold War
Brought Peace to Central America?”, International Affairs, 74⑶

82
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

alrededor de uno de cada cinco salvadoreños y uno de cada 15 guatemaltecos y


hondureños reside en Estados Unidos, y se ha calculado que 85% de las nna
centroamericanos que llegaron a ese país en 2014 tenía padres u otros familiares
residiendo ahí, principalmente de forma indocumentada.15 Por otra parte, las
guerras civiles devastaron económicamente a los países afectados, frenando las posi-
bilidades de desarrollo social y económico a mediano plazo, y dejaron Estados e
instituciones débiles, y una población altamente armada, contribuyendo a la per-
sistencia de la violencia y al incremento de la criminalidad.16 Estos efectos dura-
deros de las guerras civiles han influenciado las decisiones recientes de emigrar.
En la década de 1990, en el marco de la devastación social y económica y del
proceso de democratización, se impusieron una serie de reformas neoliberales a
través de la presión de las élites nacionales, del gobierno de Estados Unidos y
de diferentes organismos internacionales. Se redujo así el papel del Estado en la
promoción de bienestar y en la regulación de la economía, se abrieron mercados
y se facilitó la explotación de recursos naturales por parte de grandes empresas
trasnacionales.
En efecto, durante este proceso de democratización, nuevas élites tomaron
las riendas del poder inspirados en la ideología neoliberal para realizar trans-
formaciones en materia económica, como fue una mayor diversificación de la
economía, echando abajo el modelo de acumulación tradicional de las oligarquías
regionales que se basaba en la exportación de productos como el café, el plátano
y el algodón.17
Las élites políticas y económicas que impulsaron estas reformas se forma-
ron mayormente en las universidades de Estados Unidos. Gobiernos como el de
Alfredo Cristiani en El Salvador (1989-1994), Rafael Leonardo Callejas (1990-
1994) en Honduras y Álvaro Arzú Irigoyen (1996-2000) en Guatemala, empren-
dieron reformas económicas con el objetivo de realizar pagos a la deuda exterior,
por lo que se disminuyeron subsidios, se devaluó la moneda y se desreguló el
papel del Estado.18

15  us Senate (2015), Stronger Neighbors – Stronger Borders: Addressing the Root Cau-
ses of the Migration Surge from Central America, Washington, dc, us Senate, pp. 2, 15,
https://www.hsgac.senate.gov/download/stronger-neighbors_-stronger-borders-addres-
sing-the-root-causes-of-the-migration-surge-from-central-america
16  Jenny Pearce, op. cit.
17  William Robinson (2003), Transnational Conflicts. Central America, Social Change and
Globalization, Londres, Verso.
18  Alberto Martín Álvarez (2011), “Desafiando la hegemonía Neoliberal: Ideologías de
cambio radical en la Centroamérica de Postguerra”, HAOL, 25, Primavera, pp. 111-1⒔

83
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

Además, comenzó una oleada de privatizaciones de servicios públicos, empre-


sas estatales y recursos nacionales, y a mediados de la década del 2000 se firmó
un tratado de libre comercio entre América Central y Estados Unidos (el Central
American Free Trade Agreement, o cafta). Esto abrió la puerta a la explotación
de recursos naturales y a la competencia en los mercados regionales a grandes
empresas trasnacionales, estableciendo también mecanismos que siguieron des-
regulando la economía, dando prioridad al mercado.19
Las reformas tuvieron algunos de los resultados implícitos esperados: se ex-
pandió la importación y exportación de bienes y servicios, se diversificaron las
economías, aumentó la inversión extranjera, las reservas monetarias subieron,
se mantuvo bajo control la inflación, entre otros.20 Además, diversas empresas
transnacionales comenzaron a operar en los países en cuestión en diversos secto-
res económicos, desde la industria maquiladora hasta la producción de electrici-
dad. No obstante, todo esto no se tradujo en un mejoramiento significativo del
bienestar de la población.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (cepalc), Guatemala y Honduras son los países más desiguales de Lati-
noamérica, que de por sí es una de las regiones más desiguales del mundo. Los
índices de Gini en Guatemala y Honduras, que no muestran muchos cambios
desde la década de 1990, se situaron en 2014 en 0.55 y 0.56, por arriba del pro-
medio latinoamericano de 0.4⒐21 El Salvador muestra una situación relativa-
mente menos desigual y un avance moderado, con un índice de Gini de 0.44 en
20⒕22 Es importante añadir que se ha observado una correlación muy cercana
entre desigualdad y violencia en los países de Centroamérica.23

19  Alberto Arroyo Picard (2003), Lecciones del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte, México, Editorial Alianza Social Continental.
20  Consultar Banco Mundial (2017), World Bank Open Data, http://data.worldbank.org/;
CEPALSTAT (2017), Bases de Datos, http://estadisticas.cepal.org/cepalstat/WEB_CEPALS-
TAT/Portada.asp
21  Respecto a la comparación con los años 1990, el índice de Gini en Guatemala fue de 0.56
en 1998, y Honduras presentó la misma cifra en 199⒎ (ver cepalstat, op. cit).
22  cepalstat, op. cit.
23  De acuerdo con un estudio de Ana Sofía Cardenal Izquierdo, no sería el legado de las
guerras civiles el factor más importante para explicar la generalización de la violencia crimi-
nal en Centroamérica, sino la desigualdad, que explicaría 80% de la variación en la tasa de
homicidios de Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua, ver Ana Sofía
Cardenal Izquierdo (2008), “¿Son las guerras civiles responsables del crimen en Centroamé-
rica?”, Revista CIDOB d’Afers Internacionais, 8⒈

84
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

Guatemala y Honduras son también los países con mayor pobreza en América
Latina. Siguiendo la metodología de medición de la cepalc,24 en 2014, 6⒎7%
de los guatemaltecos eran pobres al igual que 7⒋3% de los hondureños, muy
por arriba del promedio latinoamericano de 2⒏2%. El Salvador se encontraba
en una situación relativamente mejor, con 4⒈6% de la población en situación
de pobreza. Destaca que las cifras sobre pobreza en Guatemala y Honduras no
muestran muchos cambios desde la década de 1990 –en el caso de Guatemala se
observa incluso un incremento–, algo que contrasta con la mayoría de los otros
países latinoamericanos, que lograron reducir significativamente el porcentaje de
pobres.25
Los resultados en materia educativa también son inquietantes. Retomando
nuevamente datos de la cepalc, en 2014, 33% de los guatemaltecos de 20 a 24
años había terminado la secundaria, la cifra más baja en toda América Latina,
cuyo promedio fue de 5⒐4%. Honduras y El Salvador también estaban por
debajo de este promedio, con 4⒉7 y 4⒌9%, respectivamente. Otra información
interesante es el porcentaje de jóvenes de 15 a 24 años que no estudian ni traba-
jan. Destaca que, en 2014, Guatemala, Honduras y El Salvador fueron los tres
países latinoamericanos con las cifras más altas, a saber: alrededor de 25% en los
tres casos, por encima del promedio de ⒚2% en América Latina. Además, en
los tres casos se observan pocos cambios desde la década de 1990.26
Por otro lado, es importante señalar que la participación de empresas transna-
cionales en grandes proyectos turísticos, energéticos y de explotación de recursos
naturales (minas, hidroeléctricas, pozos petroleros, etcétera), ha creado sus pro-
pios problemas, incluyendo ataques contra grupos ambientalistas27 –el reciente
asesinato de la activista Berta Cáceres en Honduras, es tan sólo un botón de

24  La cepalc emplea una línea de pobreza basada en el costo, diferenciado por país, de una
canasta básica de bienes y servicios, tanto alimentarios como no alimentarios.
25  Por ejemplo, en 1998, el porcentaje de pobres en Guatemala fue de 6⒈1%, y en Hondu-
ras fue de 7⒐1% en 199⒎ Por su parte, se estima que, en promedio, la pobreza en América
Latina alcanzó 4⒊5% de la población en 199⒎ (ver cepalstat, op. cit.).
26  En el caso de Guatemala, la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan fue de
2⒋7% en 1998, subiendo a 2⒌8% en 20⒕ En Honduras, se registró una cifra de 2⒍6% en
1997, disminuyendo levemente a 2⒌7% en 20⒔ En cuanto a El Salvador, en 1997 fue de
2⒊9%, subiendo a 2⒋9% en 20⒕ (ver cepalstat, op. cit.).
27  De acuerdo con un reporte de Amnistía Internacional, Guatemala y Honduras serían los
dos países más letales para activistas ambientales. Ver Amnistía Internacional (2016), “De-
fendemos la tierra con nuestra sangre”: personas defensoras de la tierra, el territorio, y el medio
ambiente en Honduras y Guatemala, Londres, Amnistía Internacional.

85
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

muestra–, despojos de tierras y el desplazamiento poblacional, llevando incluso a


situaciones de migración internacional.28
La violencia en el Triángulo Norte

Ante la falta de oportunidades y expectativas para los jóvenes en el Triángulo


Norte de Centroamérica, y ante condiciones sociales extremadamente desigua-
les, no resulta sorprendente la expansión de grupos criminales, y tampoco que
muchos jóvenes tomen la decisión o sean presionados para incorporarse a esos
grupos, en particular a las llamadas maras, para obtener dinero “fácil”.29
En gran medida a raíz de la expansión de las maras, siendo la Mara Salva-
trucha y Barrio 18 las más importantes, los países del Triángulo Norte se sitúan
entre los más violentos de América Latina, de por sí considerada como la región
más violenta del mundo.30 De esta manera, por lo menos desde 2003, Honduras
y El Salvador han estado entre los primeros cinco países con las tasas más altas de
homicidios dolosos en el mundo, y en 2014 y 2015 se turnaron el primer y el
segundo lugar. Guatemala se ha situado, desde 2003, generalmente en las po-
siciones seis o siete en la lista de países con las tasas más altas de homicidios.31
Más concretamente, en Honduras, la tasa de homicidios dolosos tendió a
crecer desde mediados de la década de 2000 hasta alcanzar un punto alto de poco
más de 90 homicidios por cada 100,000 personas en 2011, descendiendo pro-
gresivamente a alrededor de 60 en 20⒗ La tasa de homicidios en El Salvador
alcanzó su punto alto en 2015, con más de 100 homicidios por cada 100,000
personas, descendiendo en 2016 a un nivel todavía extremadamente alto de al-
rededor de 80. Por su parte, la tasa de homicidios en Guatemala ha tendido a
descender desde 2010, pero en 2015 y 2016 aún se situaba en alrededor de 30 por

28  Ver conare, Universidad de Costa Rica y uned (2016), Casa en Tierra Ajena [documen-
tal], https://casaentierrajena.com/; Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y
migración forzada en Centroamérica, San José, Universidad de Costa Rica.
29  Amarela Varela Huerta (2015), “‘Buscando una vida vivible’: la migración forzada de
niños de Centroamérica como práctica de fuga de la ‘muerte en vida’”, El Cotidiano, 194(30),
http://www.elcotidianoenlinea.com.mx/pdf/1940⒊pdf
30  Alejandra Sánchez Inzunza y José Luis Pardo Veiras (2017), “Life Where the Murder
Rate Is Sky-High”, The New York Times, julio 15, https://www.nytimes.com/2017/07/15/
opinion/sunday/latin-america-murder-homicide.html?ref=opinion; unodc (2014), Global
Study on Homicide 2013, Vienna, unodc.
31  unodc (2017), unodc Statistics, https://data.unodc.org/

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Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

cada 100,000 personas, superando el promedio de los países de América Latina


y el Caribe con cerca de 2⒌32
Curiosamente, las maras son pandillas que surgieron en Estados Unidos en
zonas de exclusión y racializadas que se confrontaban a otras pandillas de mexi-
co–norteamericanos, asiáticos o afroamericanos. A partir de los años 1990, el
gobierno de Estados Unidos empezó a deportar masivamente hacia el Triángulo
Norte a miles de jóvenes que pertenecían a esas pandillas –se estima que entre
1993 y 2013 fueron deportados desde Estados Unidos al Triángulo Norte alrede-
dor de 250,000 personas que estaban cumpliendo sentencias por delitos graves,
incluyendo miles de mareros.33 La violencia también ha sido impulsada por la
entrada reciente de algunos cárteles del narcotráfico en Centroamérica, tras los
esfuerzos por detener las rutas de narcotráfico desde América del Sur por el
Caribe.34
Por otra parte, se han explicado los saltos en años recientes en los indicadores
de violencia en Honduras (en 2010 y 2011) y el Salvador (en 2014 y 2015) por
factores muy específicos. En Honduras, el salto en la violencia se explica en gran
medida por la crisis provocada por el golpe de Estado contra el Presidente Ma-
nuel Zelaya en 2009, que creó un vacío de poder aprovechado por grupos crimi-
nales, aumentó las violaciones a los derechos humanos y debilitó las instituciones
de procuración de justicia.35 En el caso de El Salvador, el salto en la violencia se
explica por el rompimiento de una tregua entre grupos criminales en 2014, que
había sido negociada por el gobierno, líderes religiosos y organizaciones civiles.36

32  unodc, op. cit.; Hazel Villalobos (2017), “Tasas de homicidios en Centroamérica del
2006 a 2016: balance de una década”, Pensando desde Centroamérica, enero 19, https://
pensandodesdecentroamerica.wordpress.com/2017/01/19/tasas-de-homicidios-en-
centroamerica-del-2006-al-2016-balance-de-una-decada/
33  us Senate op. cit., p. ⒒
34  Animal Político (2012), “Los Zetas reclutan a maras Salvatrucha, dicen autoridades
de Guatemala”, Animal Político, 6 de abril, http://www.animalpolitico.com/2012/04/los-
zetas-reclutan-miembros-de-la-mara-salvatrucha-dicen-autoridades-de-guatemala; Marc
Rosenblum (2015), Unaccompanied Child Migration to the United States: The Tension between
Protection and Prevention, Washington dc, Migration Policy Institute, pp. 11, https://www.
migrationpolicy.org/research/unaccompanied-child-migration-united-states-tension-
between-protection-and-prevention
35  Marc Rosenblum, op. cit.; Jo Tuckman (2014), “‘Flee or die’: Violence Drives Central
America’s Child Migrants to us Border”, The Guardian, 9 de julio, https://www.theguardian.
com/world/2014/jul/09/central-america-child-migrants-us-border-crisis
36  Arron Daugherty (2016), “El Salvador is Most Violent Nation in Western Hemisphere”,
InSight Crime, 4 de enero, http://www.insightcrime.org/news-briefs/el-salvador-is-most-
violent-nation-in-western-hemisphere

87
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

Otros factores simultáneos

Vale la pena mencionar brevemente otros tres factores simultáneos que han sido
anotados para explicar la ola de nna migrantes provenientes del Triángulo Norte,
dando cuenta de la multiplicidad de causas de este movimiento de personas.
El primero tiene que ver con una sequía severa y prolongada en la región, y
con la expansión de la roya del café, el peor brote de esta plaga en 40 años. Estos
dos fenómenos han afectado seriamente la producción agrícola de Guatemala,
Honduras y El Salvador, y se ha indicado que la consecuente crisis en zonas
rurales del Triángulo Norte ayuda a explicar el incremento de la violencia y de la
migración, en particular de jóvenes.37
El segundo factor tiene que ver con los efectos inesperados de una ley esta-
dounidense de 2008 sobre la trata de personas, denominada la Trafficking Vic-
tims Protection Reauthorization Act (tvpra). La tvpra establece que las nna
no acompañados originarios de países no limítrofes (es decir, cualquier país salvo
México y Canadá), aprehendidos por las autoridades migratorias de Estados Uni-
dos, no pueden ser devueltos a sus países de forma inmediata y tienen derecho
a comparecer ante un juez de inmigración. Mientras esperan una audiencia ante
un juez, las autoridades estadounidenses deben trasladar a las nna a lugares no
restrictivos, generalmente con familiares que residen en Estados Unidos. Esto,
en conjunto con los largos periodos de espera para comparecer ante un juez de
inmigración (en ocasiones de más de un año), se volvió un importante aliciente
para la migración de nna desde el Triángulo Norte, sobre todo de aquellos con
familiares en Estados Unidos.38
El tercer factor se refiere al hecho de que grupos de traficantes de personas
se aprovecharon de los efectos de la tvpra para difundir falsos rumores en los
países del Triángulo Norte de que las leyes migratorias estadounidenses habían

37  Lauren Markham (2017), “Drought And Climate Change Are Forcing Young Gua-
temalans To Flee To The u.s.”, The Huffington Post, 16 de febrero, http://www.huffing-
tonpost.com/entry/climate-change-coffee-guatemala_us_589dd223e4b094a129ea4ea2; oim,
lse, oea, wfp (2015), Hunger without Borders: The Hidden Links between Food Insecurity,
Violence and Migration in the Northern Triangle of Central America, Washington dc, oim,
lse, oea, wfp.
38  Matthew Lorenzen (2017), “Características, tendencias y causas de la migración de
niñas, niños y adolescentes desde, hacia y en tránsito por México, 2011-2016”, en conapo,
Situación Demográfica de México 2016, conapo, México, p. 186, https://www.gob.mx/cms/
uploads/attachment/file/232084/08_Lorenzen.pdf; Rosenblum (2015), op. cit., pp.11-⒓

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Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

cambiado y de que se otorgarían permisos a las nna para permanecer en Estados


Unidos y para reunirse con sus familiares.39

Nivel meso: la migración de NNA desde el Triángulo Norte


como un flujo migratorio mixto

Los distintos motivos de las nna migrantes

La encuesta del conapo-dif a nna migrantes no acompañados, en la que basa-


mos este apartado y el siguiente, se llevó a cabo en junio de 2016 en 10 módulos
y albergues que, en junio de 2015, hospedaron a 8⒊6% de los menores de 18
años atendidos en toda la red de módulos y albergues para nna migrantes no
acompañados del dif (50 en total).40 En estos módulos y albergues se atienden a
nna mexicanos repatriados desde Estados Unidos, al igual que a nna extranjeros
indocumentados, principalmente del Triángulo Norte de Centroamérica, que son
enviados a esos espacios después de ser detenidos por autoridades migratorias
mexicanas.
El tamaño de la muestra fue de 293, correspondiendo al 15% del número de
nna atendidos en junio de 2015 en esos 10 módulos y albergues. En total se en-
cuestaron a 46 nna mexicanos, 75 guatemaltecos, 88 hondureños, 78 salvadore-
ños, un ciudadano estadounidense y cinco que no especificaron su nacionalidad.
Este capítulo se centra en las 241 nna del Triángulo Norte.41
Una de las principales preguntas de la encuesta fue sobre los motivos para
migrar. Se permitió a las nna indicar uno o varios motivos:
⒈ para contribuir a la economía familiar;
⒉ para trabajar;
⒊ para buscar mejores oportunidades;
⒋ para reunirse con familiares;
⒌ por la violencia en el lugar de origen (criminales, maras, carteles…);

39  Matthew Lorenzen (2017), op. cit.; us Senate, op. cit., p. ⒘


40  Esos 10 módulos y albergues incluyen los módulos de los sistemas estatales dif en las
estaciones migratorias de Tapachula (Chiapas), Acayucan (Veracruz), Tenosique (Tabasco)
y Juchitán (Oaxaca); el módulo fronterizo de Nogales del Sistema Estatal dif de Sonora; y
los albergues temporales de los sistemas municipales dif de Juárez (Chihuahua), Tapachula
(Chiapas), y Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros (Tamaulipas).
41  Para más información sobre la metodología y los resultados de esta encuesta, consultar:
Matthew Lorenzen (2016), op. cit.

89
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

⒍ por la violencia familiar en el hogar;


⒎ para estudiar, y
⒏ por otros motivos. En la interpretación de los resultados, las preguntas 1 al 3
fueron agrupadas en una categoría llamada motivos económicos. Es impor-
tante resaltar que, al permitir a las nna indicar más de un motivo (es decir
que se trata de preguntas no mutuamente excluyentes), los porcentajes suman
más de 100.

De las 241 nna no acompañados del Triángulo Norte, 5⒎7% indicó motivos
económicos para migrar, 3⒎8% mencionó la reunificación familiar, 2⒎8% la
educación, 2⒋9% la violencia en el lugar de origen, mientras que la violencia
familiar y los otros motivos fueron anotados por un muy pequeño número de
niños (ver Gráfica 1).

Gráfica 1. Motivos para migrar de las NNA no acompañados del Triángulo


Norte encuestados en 10 módulos y albergues del DIF, total y por país de
origen (porcentajes), junio de 2016

Fuente: y (2016), Encuesta a niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados en


albergues y módulos del ଫiଭ, junio de 2016.

Las diferencias por país de origen son significativas. Los motivos económicos
fueron la razón para migrar más importante para las tres nacionalidades, pero
particularmente para los guatemaltecos y los hondureños. En efecto, dos tercios
de los guatemaltecos indicaron motivos económicos, al igual que cerca de 60% de

90
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

los hondureños, y menos de 50% de los salvadoreños. La reunificación familiar


fue el segundo motivo más importante en los tres casos, al ser indicado por al-
rededor de un tercio de los guatemaltecos y hondureños, y casi la mitad de los
salvadoreños. En cuanto a la educación, fue señalada por poco más de 20% de
los guatemaltecos y hondureños, pero por casi 40% de los salvadoreños.42 En el
caso de la violencia en el lugar de origen, es en donde se observan las diferencias
más significativas, pues fue indicada por sólo 8% de los guatemaltecos, en con-
traste con 2⒐5% de los hondureños y 3⒌9% de los salvadoreños.
Otra pregunta de la encuesta refuerza la importancia de la violencia como
motivo para migrar, en particular para los hondureños y los salvadoreños. Se
preguntó a las nna si sentían miedo de regresar a sus lugares de origen y, de ser
el caso, por qué sentían miedo. En total, 3⒈5% de las nna del Triángulo Norte
indicó sentir miedo de regresar, incluyendo 12% de los guatemaltecos (⒐3% por
razón de la violencia en el lugar de origen y el restante por la pobreza), y 3⒐8%
de los hondureños y 41% de los salvadoreños, esencialmente por la violencia en
el lugar de origen (3⒎5% y 3⒐7%, respectivamente).43
Estas últimas cifras se acercan a los resultados de algunos estudios previos so-
bre la importancia de la violencia para explicar la migración de nna del Triángulo
Norte. Por ejemplo, dos estudios de 2014 de la Agencia de las Naciones Unidas
para los Refugiados (acnur) y de su representación en México (acnur-México),
basados respectivamente en entrevistas a nna no acompañados del Triángulo
Norte en custodia de autoridades migratorias estadounidenses y mexicanas, esta-
blecen que más de 40% de los menores de 18 años provenientes de esta región
indicaron haber migrado por causa de la violencia.44

42  Michael Anastario et al. ofrecen una explicación sobre por qué la educación juega un
papel tan importante en la migración de nna salvadoreños. De acuerdo con los autores, el
Estado salvadoreño provee educación gratuita sólo hasta el noveno grado, después del cual
los estudiantes deben pagar para completar el Bachillerato. Por ende, para los salvadoreños
que no pueden pagar la colegiatura, la falta de oportunidades educativas podría representar
un factor significativo de la migración, pues al migrar a Estados Unidos tendrían acceso a una
educación media superior gratuita y a oportunidades de empleo. Ver Michael Anastario (et
al.), (2015), “Factors driving Salvadoran youth migration: A formative assessment focused
on Salvadoran repatriation facilities”, Children and Youth Services Review, 59, p.10⒈
43  conapo y dif (2016), Encuesta a niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados en
albergues y módulos del DIF, junio de 2016; Matthew Lorenzen (2016), op. cit., p.17⒐
44  Ver acnur (2014), Children on the Run: Unaccompanied Children Leaving Central Ame-
rica and Mexico and the Need for International Protection, Washington dc, acnur, http://
www.unhcr.org/about-us/background/56fc266f4/children-on-the-run-full-report.html; y
acnur-México (2014), Arrancados de Raíz, México, acnur-México, http://www.acnur.org/
donde-trabaja/america/mexico/arrancados-de-raiz/

91
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

Las diferencias por nacionalidad que indicamos arriba son corroboradas en


gran medida por los estudios de la acnur y de la acnur-México. De esta forma,
se confirma el hecho de que las nna guatemaltecos son predominantemente
migrantes económicos, aunque una parte también migra para reunirse con fami-
liares y para escapar de la violencia. En el caso de los hondureños y de los salva-
doreños, se corrobora que aunque los motivos económicos sean importantes, una
proporción significativa de estos dos grupos migra para reunirse con familiares
y para escapar de la violencia en sus comunidades.45 De esta manera, la noción
de flujos migratorios mixtos es muy relevante debido a los distintos motivos para
migrar de las nna no acompañados, y debido a las diferencias por país de origen.
Los diferentes perfiles demográficos

La relevancia del concepto de flujos migratorios mixtos también se hace evidente


al describir los perfiles demográficos (el género y la edad) de las nna del Trián-
gulo Norte, y en particular al hacer la conexión entre los perfiles demográficos y
los principales motivos para migrar.
En primer lugar, es necesario reconocer que los varones son el grupo mayo-
ritario respecto al total de nna encuestados, al representar cerca del 80% (ver
Cuadro 1). Además, alrededor de la mitad de las nna son adolescentes maduros
de 16 o 17 años, aunque poco más de 30% son adolescentes jóvenes de 13 a 15
años, y ⒖8% son niñas y niños pequeños de menos de 13 años. Esta última
cifra no debe desestimarse, en particular considerando que se trata de nna no
acompañados por sus familiares.

45  Por ejemplo, de acuerdo con el estudio de la acnur-México señalado arriba, basado sin
embargo en categorías mutuamente excluyentes, la mitad de los nna guatemaltecos entre-
vistados indicó razones económicas para migrar, un tercio aludió a la violencia, y poco más
de 15% mencionó la reunificación con familiares. Por su parte, las razones económicas y la
reunificación familiar fueron indicadas en ambos casos por alrededor de 20% de los hondu-
reños, mientras que 5⒐5% mencionó la violencia. En cuanto a los salvadoreños, 20% señaló
razones económicas, 40% aludió a la violencia, y 40% indicó la reunificación familiar. (ver
acnur-México, op. cit., pp. 47-50).

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Cuadro 1. Los cuatro principales motivos para migrar de las NNA no


acompañados del Triángulo Norte encuestados en 10 módulos y
albergues del DIF, por género y grupos de edad (porcentajes)

Género Grupos de edad


Niñas y niños Adolescentes Adolescentes
Niños Niñas pequeños jóvenes maduros
(menos de 13 años) (13 a 15 años) (16 a 17 años)
Motivos económicos
88.5 11.5 2.9 33.8 63.3
(n=139)
Reunificación familiar
63.7 36.3 31.9 25.3 42.9
(n=91)
Educación (n=67) 82.1 17.9 9.0 40.3 50.7
Violencia en el
91.7 8.3 6.7 28.3 65.0
lugar de origen (n=60)
Total (n=241) 79.7 20.3 15.8 30.7 53.5

Fuente: y (2016), Encuesta a niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados en


albergues y módulos del ଫiଭ, junio de 2016.

A pesar de la importancia de los varones y los adolescentes maduros, vemos dife-


rencias significativas al hacer el cruce de datos entre los principales motivos para
migrar y el género y la edad (ver el Cuadro 1). Como podría esperarse, los mi-
grantes económicos son esencialmente varones (8⒏5%) y adolescentes maduros
(6⒊3%), quienes tienen mayores probabilidades de formar parte de la población
económicamente activa, en comparación con las y los niños más jóvenes y las
adolescentes. Las nna que mencionaron la educación como motivo para migrar
son ligeramente más “diversos”, pues los varones representan 8⒉1%, los adoles-
centes maduros 50.7% y los adolescentes jóvenes suman 40.3%. Las nna que
indicaron la reunificación familiar son el grupo más heterogéneo: poco más de
60% son varones, casi 40% son niñas y adolescentes de sexo femenino, y los tres
grupos de edad tienen proporciones relativamente similares.
De forma un tanto sorpresiva, el grupo más homogéneo es el de las nna que
mencionaron la violencia en el lugar de origen como motivo para migrar, pues
9⒈7% son varones y 65% adolescentes maduros. Esto se puede explicar por
el hecho de que una gran parte de la violencia ligada a grupos criminales en el
Triángulo Norte, particularmente las maras, está dirigida hacia adolescentes va-
rones y hombres jóvenes, en muchas ocasiones por resistirse a la presión para ser

93
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

reclutados o por querer salir de esos grupos.46 Esto no significa, por supuesto,
que deba desestimarse la violencia que sufren las niñas y las adolescentes, que
muchas veces toma la forma de violencia sexual.

Nivel micro: los motivos mixtos de las NNA migrantes del


Triángulo Norte

La mezcla de motivos y el papel de la violencia

Al nivel meso de los flujos migratorios mixtos –es decir, los grupos de migrantes via-
jando juntos o usando los mismos canales migratorios que tienen perfiles diversos,
en particular distintos motivos para migrar y diferentes características sociodemográ-
ficas– debe sumársele el nivel micro de los motivos mixtos, que se refiere al hecho de
que cada migrante en sí puede tener múltiples motivos para migrar.
Siguiendo el ejemplo del estudio de la acnur mencionado arriba, hemos
optado por usar diagramas de Venn para representar de forma gráfica los moti-
vos y las mezclas de motivos para migrar de las nna, utilizando en este caso los
datos de la encuesta del conapo-dif de 2016 (ver Gráfica 2). Hay que señalar
que el estudio de la acnur prácticamente no describe o analiza el fenómeno de
los motivos mixtos, más allá de su representación gráfica. Esto posiblemente
se debe a que al emplear cinco categorías de motivos para construir los diagramas
de Venn, resulta confuso interpretar la información sobre motivos mixtos en
ese estudio.
Por eso hemos optado por combinar los motivos económicos y la educación
en una sola categoría, al igual que la violencia familiar y la violencia en el lugar
de origen, para tener sólo tres categorías: la búsqueda de mejores oportunidades
laborales o educativas, la reunificación familiar, y la violencia. El uso de sólo tres
categorías, además del empleo de círculos de diferentes tamaños para reflejar de
forma aproximativa los porcentajes, facilita mucho la interpretación de los datos
sobre motivos mixtos. Es importante aclarar que las categorías de “otros moti-
vos” y “no especificado” no se visualizan en los diagramas.
Sin embargo, la decisión de agrupar los motivos económicos y la educación en
una sola categoría, y la violencia familiar y la violencia en el lugar de origen en otra,
no se hizo de forma irreflexiva. En efecto, los motivos económicos y la educa-
ción generalmente se presentaron de forma superpuesta, al igual que la violencia

46 Nicolás Rodríguez Serna (2016), “Fleeing Cartels and Maras: International Protection
Considerations and Profiles from the Northern Triangle”, International Journal of Refugee
Law, 28⑴.

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Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

familiar y la violencia en el lugar de origen. De las 67 nna que mencionaron la


educación, 39 indicaron al mismo tiempo motivos económicos; y de los tres que
señalaron la violencia familiar, dos también indicaron la violencia en el lugar de
origen. Por otra parte, la educación puede ser considerada como un componente
de los motivos económicos, ya que es ampliamente reconocido que la educación
es crucial para la movilidad social, incluyendo por las propias nna a migrantes no
acompañados provenientes del Triángulo Norte, como lo ha documentado Susan
Schmidt.47
De las 241 nna encuestados del Triángulo Norte, dos tercios mencionaron
una de las tres categorías como su único motivo: el 40.2% indicó la búsqueda de
mejores oportunidades, ⒗6% la reunificación familiar y ⒐1% la violencia. No
obstante, cerca de un tercio mencionó dos o más motivos de forma combinada,
a saber: la búsqueda de mejores oportunidades y la reunificación familiar, indi-
cadas por ⒕1%; la búsqueda de mejores oportunidades y la violencia, señaladas
por ⒐5%; la reunificación familiar y la violencia, anotadas por ⒈7% y las tres
categorías de forma conjunta, indicadas por ⒌4%.
De esta manera, mientras que la búsqueda de mejores oportunidades fue
mencionada más como motivo exclusivo (40.2%) que en combinación con
uno o más motivos adicionales (29%), la reunificación familiar y la violencia
fueron indicadas más frecuentemente en combinación con uno o más motivos
que de forma exclusiva. En efecto, la reunificación familiar se mencionó en
combinación con uno o más motivos por 2⒈2% de las nna (contra ⒗6% que
indicó ese motivo de forma exclusiva). La diferencia es aún mayor en el caso
de la violencia, pues fue anotada en combinación con uno o más motivos por
⒗6% de las nna, casi el doble de aquellos que mencionaron la violencia de
forma exclusiva (⒐1%).

47 Susan Schmidt (2017), “‘They Need to Give Us a Voice’ Lessons from Listening to
Unaccompanied Central American and Mexican Children on Helping Children Like Them-
selves”, Journal on Migration and Human Security, 5⑴, p. 67, http://jmhs.cmsny.org/index.
php/jmhs/article/view/74

95
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

Gráfica 2. Motivos para migrar de las NNA no acompañados del Triángulo


Norte encuestados en 10 módulos y albergues del DIF, total y por país de
origen (porcentajes), junio de 2016

Nota: los “otros motivos” y los motivos no especificados (ya sea como categorías ex-
clusivas o en combinación con otras categorías) no se visualizan en los diagramas.
Fuente: y (2016), Encuesta a niñas, niños y adolescentes migrantes no acom-
pañados en albergues y módulos del ଫiଭ, junio de 2016.

Por ende, la mayoría de las veces, las nna no acompañados que estaban huyendo
de la violencia, también estaban buscando mejores oportunidades laborales o
educativas, o tratando de reunirse con familiares. En otras palabras, la violencia
es el motivo que más se mezcla con otras motivaciones, principalmente con la
búsqueda de mejores oportunidades y en menor medida con la reunificación
familiar.
Una primera razón importante para explicar por qué la violencia suele mez-
clarse con otros motivos, es que las personas que huyen de situaciones violentas
muchas veces no pueden evitar ser migrantes económicos, pues frecuentemente
tendrían que proveer para ellas mismas y para sus familias, al igual que pagar
deudas (en particular, aquellas contraídas para financiar la migración).48 En se-
gundo lugar, los motivos económicos y la violencia podrían estar íntimamente
48  Van Hear et al., op cit., pp. 17-⒙

96
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

vinculados; por ejemplo, cuando las personas huyen de la extorsión económica a


manos de grupos criminales, por lo que también estarían migrando para buscar
oportunidades laborales. De la misma manera, la búsqueda de oportunidades
educativas y la violencia podrían estar conectadas, particularmente cuando gru-
pos criminales hostigan o intentan reclutar a estudiantes en las escuelas, expli-
cando por qué algunas nna estarían migrando no sólo para escapar de elementos
violentos, sino también para encontrar oportunidades educativas.49
También podemos añadir que migrar para escapar de la violencia podría ser
una decisión familiar; y que por ende podría estar íntimamente vinculado con la
reunificación familiar, por ejemplo, cuando centroamericanos trabajando en Es-
tados Unidos hacen arreglos con traficantes de personas para mandar a traer a sus
hijos desde el Triángulo Norte, como forma de evadir la violencia y las amenazas
de grupos criminales.
Diferencias por país de origen

Existen diferencias significativas entre las tres nacionalidades que deberían deta-
llarse. Como se mencionó en el apartado sobre flujos migratorios mixtos, las nna
guatemaltecos son predominantemente migrantes económicos y, además, como
se observa en la Gráfica 2, pocos tienen motivos mixtos –menos de una cuarta
parte, de acuerdo con las tres categorías usadas aquí. En efecto, 72% indicó la
búsqueda de mejores oportunidades laborales o educativas, con 56% señalando
este motivo de forma exclusiva y 16% mencionándolo en conjunto con la reu-
nificación familiar. También podemos observar que ⒔3% de los guatemaltecos
se refirió únicamente a la reunificación familiar, 4% especificó la violencia en
combinación con la búsqueda de mejores oportunidades laborales o educativas y
otro 4% sólo mencionó la violencia.
En cuanto a los hondureños y los salvadoreños, podemos señalar que las tres
categorías de motivos tienen pesos más equitativos, y que los motivos mixtos son
más significativos –cerca de 30% de los hondureños tenía motivos mixtos, al igual
que 40% de los salvadoreños. La búsqueda de mejores oportunidades fue mencio-
nada en combinación con la reunificación familiar por ⒓5% de los hondureños
y ⒕1% de los salvadoreños; y en combinación con la violencia, por ⒑2% y
⒕1%, respectivamente. Además, las tres categorías de motivos fueron indicadas
de forma simultánea por ⒌7% de los hondureños y 9% de los salvadoreños.
No obstante, la búsqueda de mejores oportunidades fue señalada como el único
motivo por alrededor de dos tercios de los hondureños y de los salvadoreños; y
como motivos exclusivos, la reunificación familiar fue mencionada por ⒖9% de
49  Susan Schmidt, op. cit., pp. 64-6⒎

97
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

los hondureños y ⒛5% de los salvadoreños, y la violencia por poco más de 10%
en ambos casos.
La comparación entre las tres nacionalidades deja en claro que entre más
mixto sea un flujo migratorio, más probabilidades hay de que los motivos mixtos
sean importantes. Evidentemente, un flujo migratorio compuesto por migrantes
con perfiles distintos tenderá a incluir a más individuos con motivos mixtos que
un flujo migratorio más uniforme, tal como se puede observar en el caso de las
nna hondureños y salvadoreños, en comparación con los guatemaltecos.
La comparación también deja en claro que la violencia es el factor que crea
las diferencias más significativas respecto a la importancia de los motivos mixtos,
pues la proporción de nna que mencionaron la búsqueda de mejores oportuni-
dades en combinación con la reunificación familiar, es similar para las tres nacio-
nalidades. En efecto, la reducida proporción de nna guatemaltecos que señalaron
la violencia como motivo para migrar, explica por qué relativamente pocos tienen
motivos mixtos, a diferencia de los hondureños y particularmente salvadoreños.
Este vínculo entre la violencia y otros motivos tiene consecuencias importantes,
pues representa evidencia clara de que suele no ser posible hacer una distinción
tajante entre migrantes “voluntarios” y “forzados”.

Conclusiones

Hemos visto en este capítulo que la migración de nna no acompañados desde el


Triángulo Norte de Centroamérica puede concebirse como una migración mixta,
que se integra por tres niveles de análisis diferentes, aunque interconectados. De
esta manera, a nivel macro existe una diversidad de factores estructurales que
explican este flujo de nna, incluyendo el legado de las guerras civiles, la violencia
de las pandillas, el fracaso del modelo neoliberal en proveer bienestar, la vulne-
rabilidad y fragilidad ambiental, entre otros.
A nivel meso, esto ha significado un flujo diverso de nna, en particular en
cuanto a sus distintos motivos para migrar, aunque también en cuanto a sus
características demográficas. Todavía más, a nivel micro se observa que una pro-
porción significativa de las nna del Triángulo Norte tiene motivos mixtos para
migrar, incluyendo la búsqueda de oportunidades y la reunificación familiar, la
búsqueda de oportunidades y la violencia; la reunificación familiar y la violencia,
o los tres motivos de forma simultánea.
Las comparaciones entre los países de origen nos permitieron concebir al-
gunas distinciones interesantes que dan cuenta de las interconexiones entre los

98
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

tres niveles de análisis. Por ejemplo, que Guatemala sufre particularmente de la


pobreza y la desigualdad, explicando por qué los motivos económicos para migrar
son tan importantes para las nna guatemaltecos.
También advertimos que Honduras sufre de altos índices de pobreza y des-
igualdad, al igual que indicadores de violencia extremadamente altos, explicando
el peso de los motivos económicos y de la violencia como razón para migrar, al
igual que de los motivos mixtos. El Salvador es un caso similar, aunque destaca
una mayor violencia y un menor peso de los motivos económicos (a raíz de una
situación económica relativamente mejor). En los tres casos, pero sobre todo en
cuanto a salvadoreños, la reunificación familiar es un motivo crucial, que tiene
que ver con el hecho de que 1 de cada 15 hondureños y guatemaltecos, y 1 de
cada 5 salvadoreños vive en Estados Unidos, en su mayoría a raíz de flujos migra-
torios que datan de las guerras civiles de la década de los ochenta.
Los datos presentados aquí sobre los distintos motivos de las nna migrantes
del Triángulo Norte, al igual que sobre las mezclas de motivos que señalan, son
una clara indicación de que muchas veces no es posible hacer una distinción con-
tundente entre los migrantes “voluntarios” y “forzados”. Esto tiene repercusiones
importantes a nivel teórico-conceptual, pero también a nivel práctico.
Es conveniente señalar que las teorías de la migración se han enfocado esen-
cialmente en estudiar los factores “voluntarios” de la migración, como las dife-
rencias salariales entre países, la demanda de trabajadores en los países en de-
sarrollo y las redes migratorias, mientras que los motivos “forzados” han sido
muchas veces ignorados.50 Sin embargo, esos motivos forzados, como la vio-
lencia criminal, podrían desencadenar grandes flujos migratorios, especialmente
cuando existe detrás una mezcla de factores y de motivos.
De esta manera, los motivos económicos y de reunificación familiar que están
detrás de una gran parte de la migración de nna no acompañados del Triángulo
Norte existían mucho antes de la llamada ola de migrantes de 2014-20⒗ Sin
embargo, no fue sino hasta que los indicadores de violencia empezaron a incre-
mentarse, primero en Honduras y luego en El Salvador, que se registraron varias
alzas repentinas en la migración desde esa región.
Por otra parte, el fenómeno específico de los motivos mixtos nos muestra que
los motivos “voluntarios” y “forzados” muchas veces están interconectados, no
sólo en un nivel estructural –los países con elevados niveles de violencia muchas

50  Stephen Castles (2003), “Towards a Sociology of Forced Migration and Social Transfor-
mation”, Sociology 37⑴, p. ⒘

99
Neoliberalismo, violencia y migración de Centroamérica a Estados Unidos...

veces también sufren de altos índices de pobreza, desigualdad y falta de oportu-


nidades–, sino también en un nivel más individual y del día a día.
Como ya se mencionó, las personas que huyen de la violencia aún necesita-
rían mantenerse a sí mismos y sus familias, y pagar posibles deudas contraídas,
convirtiéndolos en muchos casos también en migrantes con motivos económi-
cos. Las personas que huyen de la extorsión económica podrían estar buscando
al mismo tiempo mejores oportunidades económicas. Además, es probable que
muchas nna que huyen de su país por las amenazas de grupos criminales en sus
escuelas, estén buscando al mismo tiempo mejores oportunidades educativas.
Por su parte, la reunificación con familiares viviendo en Estados Unidos podría
ser una de las únicas formas para escapar de situaciones violentas y amenazas en
los países de origen.
El fenómeno de las migraciones mixtas, con sus tres niveles de análisis –ma-
cro, meso y micro–, también tiene consecuencias importantes en el ámbito de la
política pública, particularmente respecto a las medidas de protección humanita-
ria internacional, pues implica una dificultad para diferenciar clara y fácilmente a
los migrantes “forzados” y “voluntarios”.
Esto subraya la importancia de que las entrevistas por parte de las autoridades
migratorias mexicanas y estadounidenses para determinar necesidades de protec-
ción internacional sean detalladas, involucren a personal capacitado, se realicen
en un contexto que genere tranquilidad y confianza, e incluso otorguen el bene-
ficio de la duda a los migrantes en caso de haber incertidumbre.
Es importante que estas autoridades tengan en claro que dentro de un mismo
grupo de migrantes podría haber tanto refugiados como migrantes voluntarios,
y migrantes con motivos mixtos. Por otra parte, es crucial que las autoridades
no intenten encasillar rápidamente a los migrantes con base en sus características
demográficas. En efecto, como se señaló líneas arriba, los adolescentes varo-
nes, que podrían considerarse el grupo menos vulnerable dentro de las nna no
acompañados del Triángulo Norte, serían justamente uno de los grupos con más
necesidades de protección internacional, al ser víctimas frecuentes de la violencia
y de los grupos criminales en sus países de origen.
Otra consecuencia de las migraciones mixtas es la necesidad de tener políticas
migratorias más flexibles, en las que se presenten mayores oportunidades legales
para migrar. En un contexto mundial en el que los sistemas nacionales de protec-
ción a refugiados están al borde del colapso por la sobreacumulación de casos,51

51  Así, en México, la cndh observó que de las 14,595 solicitudes de asilo presentadas ante
la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (comar) en 2017 –un máximo histórico–,

100
Ma‚hew Lorenzen Marࢼny | Obed Frausto Gaࢼca | Zulia Orozco Reynoso

se hace evidente que se deben encontrar vías legales para el ingreso de migrantes
y aligerar así el trabajo de esos sistemas de protección.
Esto debe pasar por el otorgamiento de un número mucho mayor de visas de
trabajo y de reunificación familiar, y de otras formas legales de ingreso prolonga-
do de extranjeros, que podrían ser utilizadas por aquellos migrantes con motivos
mixtos –forzados y voluntarios–, aligerando la carga de los sistemas de refugia-
dos. Desafortunadamente, el contexto internacional actual deja poco que desear
en este sentido, si bien México aún podría mostrar otro camino.
Por último, las múltiples causas a nivel macro de la migración de nna del
Triángulo Norte dejan en claro que se trata de un fenómeno sumamente com-
plejo, sin soluciones fáciles. De esta manera, las formas de abordar esta migra-
ción desde la política pública no pueden basarse en un enfoque únicamente secu-
ritario o de contención de la migración. Es sólo a partir de un enfoque holístico,
que aborde las múltiples causas de origen de la migración de nna –la violencia,
la impunidad, las instituciones débiles, la falta de oportunidades, una política
económica fallida– que se logrará prevenir este fenómeno y garantizar un derecho
a no migrar o a migrar de forma segura.

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105
Centroamérica:
región de desplazamientos forzados
Jenyel del Carmen Contreras Guzmán

Desplazamientos de poblaciones enteras. Refugiados de la hambruna


y la guerra. Oleadas tras oleadas de emigrantes,
que emigran por razones políticas y económicas
pero que migran, en fin, para sobrevivir.
El nuestro es el sigo del viaje obligado.
John Berger (1991)

Introducción

La movilidad humana crece como consecuencia del hambre, la violencia política


y social, los conflictos armados, la exclusión, el crimen organizado y los efectos
expulsivos que generan los avances de las economías extractivistas, representando
uno de los grandes desafíos para las democracias contemporáneas. En la región
centroamericana se estima que entre un 12% y un 14% de la población total no
vive en su país de nacimiento.
No obstante al tiempo que se acrecientan los desplazamientos forzados a nivel
mundial, se incrementan las formas de control migratorio. En este contexto, los
migrantes centroamericanos, los excluidos del derecho a la movilidad, se enfren-
tan al cierre de las fronteras (norte y sur), a la amenaza constante a su seguridad
e integridad, a las políticas migratorias restrictivas, a la criminalización y al au-
mento de las deportaciones desde Estados Unidos y México.
El presente artículo tiene como finalidad desarrollar un acercamiento a la
realidad migratoria de la región, así como a los principales desafíos a los que la mis-
ma se debe enfrentar. Se estructura en tres breves apartados: el primero de ellos
orientado a analizar las principales causas que han incidido en los desplazamien-
tos desde la región; el segundo a la visibilizarían de las políticas securitistas de
“blindajes de fronteras” implementadas por Estados Unidos, como uno de los
principal mecanismos para el cese del arribo de migrantes a su territorio; y el
tercero referente a los procesos de retorno forzados a los que se ven expuestas las
personas migrantes centroamericanas.

107
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

Violencia, exclusión y desplazamientos forzados


en la región centroamericana

A nivel mundial, la migración se estima en un 3%, mientras que en América


Latina este porcentaje aumenta a un 6%, es decir, alrededor de unos 25 millones
de personas residen fuera de su país de origen, de los cuales 15 millones han
emigrado en las últimas dos décadas, debido a la profundización de las políticas
neoliberales implementadas en la región, resultantes de la firma de los tratados
de libre comercio. Al respecto, María García y Daniel Villafuerte (2014) señalan
la existencia de una correlación positiva entre la profundización de las políticas
neoliberales y el incremento de los flujos migratorios en la región,1 al indicar
que “las estadísticas oficiales documentan que es en tiempos de transición a la
democracia y a la apertura de mercados cuando se incrementa notablemente la mi-
gración”,2 debido a la legitimación de una serie de políticas neoliberales que han
profundizado la exclusión social.
Durante la década de 1980, la migración centroamericana tuvo como causa
principal los conflictos armados y la represión estatal masiva que existió en la re-
gión. Una vez terminada la guerra, los procesos de paz en Centroamérica se vie-
ron inmersos en el modelo neoliberal que imponía el Consenso de Washington
y que entre otras medidas establecía: la lucha contra el déficit público, mediante
la reducción del gasto público; la reformas para reducir la progresividad impo-
sitiva; la privatización de las empresas públicas; la liberalización del comercio y
de los mercados de capitales a nivel internacional; la generación de condiciones

1  Conviene diferenciar la migración por motivos económicos, que predominó en la segunda


mitad del siglo xx en la región centroamericana, de aquella que converge con una mayor mul-
tiplicidad de causas, en donde las personas se ven forzadas a abandonar sus países de origen
para acogerse a la condición de refugiadas en una segunda, y en ocasiones en una tercera na-
ción. De acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados (1951),
una persona refugiada es aquella que por fundados temores de ser perseguida por motivos de
raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentra fuera del país de su nacionalidad. Lo mismo ocurre con las personas desplazadas por
los conflictos armadas, y las perseguidas por su orientación sexual e identidad de género. Si
bien en la práctica, estos dos tipos de desplazamientos convergen y se relaciona dialéctica-
mente, existen diferencias significativas entre los perfiles poblaciones, las rutas de tránsito y
las formas de movilización de estas personas. En el presente artículo, se parte del principio
que reivindica el derecho de las personas de no tener que emigrar, o a la protección de sus
derechos una vez que han decidido dejar sus países de origen.
2  María García Aguilar y Daniel Villafuerte Solís (2014), Migración, derechos humanos y
desarrollo, México, Editorial Juan Pablos, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (uni-
cach), p. 7⒈

108
Jenyel Contreras Guzmán

favorables para la inversión extranjera directa (ied); y la desregularización de los


mercados laborales internos.
En este contexto, el modelo económico neoliberal que privilegia inversiones
extranjeras con ventajas fiscales en detrimento de inversión social, salarios decen-
tes y mayor acceso a las oportunidades y servicios básicos, empujó a miles de per-
sonas al desempleo, al mercado laboral informal o trabajos parciales que tienen
baja remuneraciones y ninguna prestación social. Todo lo anterior se constituyó
en un imperativo para tomar la decisión de emigrar.3
Se estima que entre un 12% y un 14% de la población total de Centroamérica
no vive en su país de nacimiento;4 siendo Estados Unidos el principal lugar de des-
tino de dicha población. De acuerdo con los datos presentados por Carlos Sandoval
(2015),5 si se toma como referencia los censos de Estados Unidos de 2000 y 2010,
se observa que la población Centroamérica en ese país aumentó en un 136% en
dicho período, destacando Honduras (191,1%), Guatemala (180,3%) y El Salvador
(151,7%) como los países con mayor crecimiento de población viviendo en Estados
Unidos y que los cuales superan el crecimiento de la población mexicana reportada
para el mismo período (54,1%).
El mismo autor señala que si bien en las últimas décadas el fenómeno migra-
torio ha adquirido mayor prominencia, las migraciones internas, intrarregionales
y extraregionales, han estado presentes en distintos periodos históricos; las pri-
meras de ellas a menudo desencadenadas por la escasez de tierra y profundizadas
por las políticas neoliberales de las últimas tres décadas; las segundas sintomá-
ticas de las dificultades de encontrar empleo en el país de origen; las terceras,
las que ocupan la mayor atención en la región, no sólo porque incurren en el
mayor número de personas desplazadas, sino también porque trasladan más dinero
por concepto de remesas, y además porque quienes migran viven diversas formas de
violencia en su tránsito por México hacia Estados Unidos.
Se observa además cómo el fin de los conflictos armados en Centroamérica,
en especial en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, estuvo caracterizado6 por
la consolidación de las democracias electorales, que facilitaron la incorporación
política de organizaciones que otrora optaron por la vía armada; lográndose es-

3  La Migración Centroamericana. (2016). Guatemala, Centro de Estudios de Guatemala.


4  Carlos Sandoval García (ed.), (2016), Migración en América Central. Política, territorios y
actores, Editorial Universidad de Costa Rica, Instituto de Investigaciones Sociales.
5  Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada en Centro-
américa. 1° Ed. Editorial Universidad de Costa Rica, Instituto de Investigaciones Sociales.
6  Torres Rivas, 1989 y Rovira 2008; citados en Sandoval, García, Carlos (2015), No más
muros: exclusión y migración forzada en Centroamérica, op. cit., p. ⒔

109
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

tablecer en la década de 1980, pactos políticos de fundamental importancia ex-


presados en los Acuerdos de Paz en El Salvador (1992) y en Guatemala (1996); y
cómo en medio de ese proceso irrumpieron en el escenario social casi de manera
sorpresiva dos fenómenos de gran importancia: la migración masiva de centro-
americanos hacia los Estados Unidos y la conflictividad violenta de las pandillas
(en especial la Mara Salvatrucha y Barrio 18).7 El resultado ha sido que si bien
cesaron los conflictos armados, la violencia continúa siendo uno de los rasgos
distintivos de vida en la región.8
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refu-
giados (acnur), el número de personas que huyen de la violencia ha aumentado9
a niveles que no se registraban desde los conflictos armados que afectaron a la
región durante la década de 1980, en donde “la violencia a gran escala y la per-
secución a manos de actores criminales armados ya se han convertido, junto con
la pobreza y la falta de empleo, en las principales causas de los movimientos mi-
gratorios, mayormente desde los países del Norte de Centroamérica (Honduras,
El Salvador y Guatemala)”10, en tránsito por México hacia Estados Unidos, pero
también hacia otros países de la región.
Para Carlos Sandoval (2015), “las migraciones contemporáneas son una di-
mensión estructural y estructurante de las sociedades centroamericanas, que

7  Mario Zúñiga Núñez, “Migración, pandillas y criminalización: la conflictividad social


estadounidense y su relación con El Salvador”, en Carlos Sandoval García. (ed.) (2016), Mi-
gración en América Central. Política, territorios y actores, Costa Rica, Editorial Universidad
de Costa Rica, Instituto de Investigaciones Sociales, pp. 25-4⒋
8  Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada en Centro-
américa, op. cit.
9  De acuerdo con los datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR). (2016), en 2015 hubo un incremento del 164% de las solicitudes de asilo (3423
en total) en México, la mayoría de personas de El Salvador y Honduras, con respecto a
2013 y de un 65% con respecto a 20⒕ El número de solicitudes de asilo presentadas por
personas que huyen de la violencia de los países del Norte de Centroamérica -Honduras,
Guatemala y El Salvador- también aumentó en otros países de la región, tal es el caso de
Costa Rica en donde en 2015 (2203 solicitudes registradas en total) se presentó un aumento
del 176% respecto a 2013, y del 16% respecto a 20⒕
10  Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) (2016), ACNUR
pide acción urgente por el aumento de solicitudes de asilo de centroamericanos. Recuperado de:
http://www.acnur.org/noticias/noticia/acnur-pide-accion-urgente-por-el-aumento-de-so-
licitudes-de-asilo-de-centroamericanos/.

110
Jenyel Contreras Guzmán

resultan de procesos de exclusión y al mismo tiempo suplen lo que ni el Estado


ni el mercado proveen”11. Para el caso de América Central,
el empleo remunerado no genera dinámicas con suficiente fuerza incluyen-
te, y las capacidades de compensación de la ciudanía son muy limitadas.
Aunado a una inserción laboral sustentada, fundamentalmente, en el auto-
empleo de subsistencia; carencias educativas muy serias, especialmente de
los miembros adultos y mayores de las familias; y una desprotección por
parte del Estado en la no universalización del sistema de seguridad social.12

En palabras de Abelardo Morales (2007), esta gran cantidad de personas forzadas


a desplazarse, “antes que emigrantes, fueron los perdedores del ajuste, los exclui-
dos de la nueva racionalidad lucrativa, arrastrados hacia afuera por la desnaciona-
lización y desvanecimiento de las economías tradicionales”.13

Políticas migratorias restrictivas:


entre el cierre de fronteras y la lejanía de casa

Al tiempo que la movilidad humana crece, “las fronteras se cierran y los gobier-
nos encaran el fenómeno migratorio global como un problema de seguridad o
de riesgo a la soberanía nacional”,14 como fuente de inestabilidad política, eco-
nómica y social. En los últimos 15 años, la dinámica migratoria mundial se ha
transformado como consecuencia de un ciclo de políticas que han restringido los
procesos de desplazamiento y movilidad humana, y la administración de fronteras
inspiradas en el reforzamiento de Estados nacionales “securitistas” concentrados
en el control migratorio.15 Según Gioconda Herrera (2012),
la inseguridad frente a las migraciones no es producida por ella, sino que
alude a otras dimensiones que tienen que ver con la capacidad de las eco-
nomías y de la política de satisfacer las expectativas de sus ciudadanos
11  Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada en Centro-
américa. op. cit.
12  Juan Pérez Sáinz (2012), citado en Carlos, Sandoval García. (2015). No más muros: ex-
clusión y migración forzada en Centroamérica, op. cit., p. 8⒋
13  Abelardo Morales (2007), La diáspora de la posguerra. Regionalismo de los migrantes y
dinámicas territoriales en América Central, flacso, Costa Rica, p. 60.
14  Gioconda Herrera (2017), Migraciones internacionales contemporáneas: violencia y des-
igualdad global. Megafón: la batalla de las ideas. Consejo Latinoamericano de Ciencias Socia-
les (clacso). núm. 4/1, agosto 20⒘ Recuperado de www.clacso.org/megafon, p. ⒈
15  Liliana Rivera Sánchez (2017), Expulsión, segregación y deportaciones en la frontera entre
México y Estados Unidos. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (clacso). núm.
14/2, agosto 20⒘ Recuperado de www.clacso.org/megafon, p. ⒈

111
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

(…) es decir, el discurso de la seguridad no identifica los problemas, y


los instrumentos políticos que despliega brindan solución a los conflictos
migratorios.16

De acuerdo con Gabriela Segura (2015), durante los años posteriores al ataque
al World Trade Center en Nueva York en 2001, el gobierno de Estados Unidos
inició lo que se ha considerado una lucha por su seguridad nacional, y a la vez,
por la seguridad hemisférica. El terrorismo se convirtió en el tema central de la
agenda de seguridad estadounidense, la cual a su vez ha determinado el debate
en torno a la migración, al poner al mismo nivel el tema migratorio, el crimen
organizado y el narcotráfico, justificando un enfoque militarizado y represivo
para atender el fenómeno.17
Al respecto, Anthony Payan (2006) “desmiente la asociación entre migración
y narcotráfico, indicando por ejemplo que mientras las personas migrantes in-
documentadas cruzan usualmente la frontera “a pie” por puntos no autorizados,
la droga es traslada usualmente en medios de transporte que cruzan puntos au-
torizados”.18
Las políticas imperantes en materia migratoria en Estados Unidos conside-
ran que una vía clave para el control y la eventual reducción de la migración en
el país, es a través del incremento de las políticas de deportación, la reducción
de la emisión de visas y la sanción cada vez más estricta a los empleadores que
contratan mano de obra migrante.19
Lo anterior ha agudizado el rigor del control migratorio, el cierre de la puerta
de entrada a Estados Unidos por la frontera norte de México, pero también el
reforzamiento de la frontera sur con Centroamérica, a partir de la exhortación y
presión que Estados Unidos lleva a cabo para que los países latinoamericanos,
especialmente a México, impulsen una estructura de seguridad a nivel continen-
tal y asuman compromisos bajo la doctrina de la “responsabilidad compartida”,
16  Gioconda Herrera (2012), “Migración internacional y democracia: nuevos desafíos para
una ciudadanía inclusiva en América Latina”, en Isabel Álvarez Echandi (Comp.) (2012),
Mirando al norte: algunas tendencias de la migración latinoamericana, flacso-Costa Rica, p.

17  Gabriela Segura Mena (2016), “Procesos de regionalización de la política migratoria
estadounidense en Centroamérica”, en Carlos Sandoval García (ed.) (2016), Migración en
América Central. Política, territorios y actores, op. cit.
18  Citado en Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada
en Centroamérica, op. cit., p. 5⒊
19  Manuel Orozco y Mariellen, Malloy, “Tendencias y asuntos políticos que repercuten en
México y los países centroamericanos”, en Isabel Álvarez Echandi (comp.) (2012), Mirando
al norte: algunas tendencias de la migración latinoamericana, op. cit., p. 3⒏

112
Jenyel Contreras Guzmán

para ajustar sus políticas gubernamentales y dedicar más recursos al cuidado de


los aspectos que la potencia norteamericana percibe como amenazas para sus
intereses. No obstante, pese a los acuerdos y colaboraciones migratorias, Estados
Unidos no ha logrado que los países de Centroamérica actúan bajo una respon-
sabilidad compartida.
En este sentido, la política migratoria aplicada por México en su frontera sur
responde a la misma concepción restrictiva que han implementan los gobiernos
estadounidenses.20 Se ha incrementado la vulnerabilidad y la precariedad de las
personas migrantes centroamericanos en su viaje a través de México, y se han ele-
vado de forma exponencial los costos humanos y económicos del tránsito hacia la
frontera norteamericana”,21 puesto que “al mismo tiempo que se incrementaron
las formas de control migratorio, se crearon las condiciones para que el crimen
organizado extorsione y en ocasiones acabe con la vida de quienes procuran llegar
a Estado Unidos”.22 En tanto que quienes migran han debido cambiar las rutas y
estrategias que utilizan para desplazarse, encontrándose en medio de una guerra
cruzada de intereses políticos y económicos, tráfico de drogas, trata de personas,
invisibilización, estigma, despojo y desprotección.
Tal y como lo reseña Rafael Hernández (2016) en las reflexiones sobre la
migración centroamericana en tránsito por el corredor ferroviario del occidente
mexicano,23 sin duda toda una amenaza presente a su vez para quienes transitan
por carretera,

20  Gabriela Segura Mena (2016), “Procesos de regionalización de la política migratoria


estadounidense en Centroamérica”, en Carlos Sandoval García (ed.) (2016), Migración en
América Central. Política, territorios y actores. op. cit., p. 10⒊
21  Liliana Rivera Sánchez (2017), Expulsión, segregación y deportaciones en la frontera entre
México y Estados Unidos, clacso N° 14/2, agosto 20⒘ Recuperado de www.clacso.org/
megafon, p. ⒉
22  Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada en Centro-
américa, op. cit., p. 5⒋
23  Las principales rutas utilizadas por las y los migrantes centroamericanos en su tránsito
por México hacia los Estados Unidos a través de la franja fronteriza del sur, corresponden al
ingreso por Tabasco, en Tenosique hacia Veracruz, y por Coatzacoalcos hasta Medias Aguas;
o por Chiapas hacia Tapachula, hasta Arriaga, en donde deben caminar 300 km debido a que
la vía férrea está deshabilitada por la afectación del huracán Stan de 2005, ahí inicia el mo-
vimiento ferroviario pasando por Ixtepec, Oaxaca hasta Medias Aguas. En ese punto ambas
rutas llegan hasta el Distrito Federal y el Estado de México, donde se dividen los caminos
hacia las tres rutas tradicionalmente conocidas como: ⒈ “El Golfo” (por Veracruz, Tamauli-
pas, Matamoros, Nuevo Ladero y Piedras Negras en Coahuila), ⒉ “El Centro” (por el Estado
de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, Durango,
Coahuila, Chihuahua y Ciudad Juárez), y ⒊ “La del Pacifico-Occidente” (en Irapuato Guana-

113
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

desde que se inició el estudio de este tipo de migración en México, se


pensó que los riesgos más importantes que esta población enfrentaba en
su recorrido se asociaban con el cruce de selvas o desiertos y los frecuen-
tes accidentes que ocurren en el tren, entre ellos torceduras, fracturas,
mutilaciones de miembros o muertes. Después, la preocupación se centró
en las violaciones de tipo procesal, maltrato, condiciones de detención en
las estaciones migratorias y distintos abusos en materia laboral… Ahora
la preocupación va encaminada hacia una nueva amenaza a la seguridad e
integridad, en modalidades como el secuestro y la extorsión, que a menudo
implica tortura, abuso sexual y asesinato.24

A lo anterior se suma al hecho de que en los países del norte de Centroamérica y


en México se presentan una gran cantidad de retos en materia fronteriza, ya que
se trata de una zona donde los patrones de migración son fluctuantes, donde no
existe convergencia entre las leyes migratorias entre los países, donde se da una
deficiente aplicación de éstas y una importante debilidad institucional en la aten-
ción del fenómeno migratorio. Al mismo tiempo, los controles más estrictos en
los puestos fronterizos en Estados Unidos han ocasionado que los desplazamien-
tos de personas centroamericanas sean más frecuentes hacia países como México,
Costa Rica y Nicaragua. En este sentido, de acuerdo con Carlos Sandoval, “Mé-
xico, por ejemplo, combina de manera creciente su condición de país expulsor
con el de ser la ruta de paso o de asentamiento de población centroamericana”.25
El mayor desafío de las migraciones internacionales es político, y esto quiere
decir, que es imperativo garantizar el acceso y ejercicio de derechos a las personas
migrantes para el pleno desarrollo de sus capacidades, sus deberes y derechos en
los distintos territorios por los que transitan y habitan.
Los Estados deben encontrar diversas respuestas para contrarrestar las ten-
dencias securitistas que predominan cada vez más a nivel global.26 De forma
que se puedan llegar a acuerdos multinacionales que permitan dar respuesta a
juato, Jalisco, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Nogales, Baja California, Mexicali y Tijuana), siendo
esta última la ruta más larga de todas.
24  Rafael, Hernández López, “La diáspora de los invisibles. Reflexiones sobre la migración
centroamericana en tránsito por el corredor ferroviario del occidente mexicano”, p. 67-85,
en Carlos Sandoval García (ed.) (2016), Migración en América Central. Política, territorios y
actores, op. cit., p. 6⒐
25  Carlos Sandoval García (2015), No más muros: exclusión y migración forzada en Centro-
américa, op. cit, p. ⒘
26  Gioconda Herrera (2012), “Migración internacional y democracia: nuevos desafíos para
una ciudadanía inclusiva en América Latina”, en Isabel Álvarez Echandi (Comp.) (2012),
Mirando al norte: algunas tendencias de la migración latinoamericana, flacso-Costa Rica, p.

114
Jenyel Contreras Guzmán

la complejidad del proceso migratorio, el cual ha dejado en claro que ningún


Estado por sí solo puede abordar el tema de forma unilateral y garantizar los
derechos humanos de las personas migrantes. Por ello que resulta indispensable
la discusión continua de una agenda regional sobre la migración, donde partici-
pen activamente no sólo los gobiernos de cada país, sino también organizaciones
de la sociedad civil, la academia, los organismos internacionales, los gobiernos
locales y las mismas personas migrantes, para no perder de vista los perfiles y las
necesidades diferenciadas de las personas migrantes, así como el hecho de que los
países de la región no sólo son países de origen, sino que en realidad juegan un
papel dinámico como origen, tránsito, destino y retorno de personas migrantes.

Deportación selectiva en Estados Unidos:


la identificación social del enemigo

Las políticas migratorias restrictivas y las deportaciones selectivas en Estados


Unidos se implementaron desde bastante antes de la llegada de Donald Trump al
gobierno en 2017, impactando drásticamente en la dinámica de los flujos migra-
torios desde México y Centroamérica. Durante la Gran Depresión de la década
de 1930, por ejemplo, más de un millón de personas que vivían en Estados
Unidos fueron deportadas a México, en la que ha sido nombrada por Francisco
Balderrama y Raymond Rodríguez (2006) como la “década de la traición”.
Se estima que cerca del 60% de estas personas eran ciudadanas estadouniden-
ses de ascendencia mexicana, con hijos nacidos en Estados Unidos y con más de
20 a 25 años de residir en dicho país. Así la deportación que se llevó a cabo, era
inconstitucional.27 Durante ese periodo, la prensa divulgó una idea clave: “que
el ser mexicano es ser mexicano”, sin hacer distinción de la condición migratoria
de estas personas, y permitiendo no reconocer que era un sector que en otro
momento histórico había contribuido a la prosperidad económica del país.
A partir de la segunda mitad de los años noventa, en un entorno creciente de
las actitudes antiinmigrante y del aumento de la preocupación por la seguridad
nacional, se inició el actual periodo de deportaciones masivas, que se distingue
de los anteriores por su duración y por el crecimiento progresivo y sostenido de
la expulsión de la población; y que a su vez se correlaciona con el flujo migratorio
creciente desde la década de 1980, que generó que las personas centroamericanas

27 “La década de la traición”: Cómo EE.UU. expulsó a más de un millón de ciudadanos esta-
dounidenses a México en la década de 1930. Democracy Now. Noticias Internacionales Inde-
pendientes. Recuperado de: https://www.democracynow.org/es/2017/2/28/forgotten_his-
tory_in_1930s_us_deported?skip_mobile=⒈

115
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

llegaran a formar parte de la conflictividad social de Estados Unidos a partir de


su participación en las pandillas estadounidenses de larga tradición.28
Las deportaciones masivas aumentaron después de la aprobación de la Ley de
Reforma de los Inmigrantes Ilegales y de la Responsabilidad del Inmigrante (iirira,
por sus siglas en inglés) en 1996, según la cual las personas en condición irre-
gular con antecedentes criminales debían ser deportadas automáticamente. La
Ley Antiterrorista y de Pena de Muerte Efectiva (edpa, por sus siglas en inglés) en
1996, y la Ley Patriota de 2001, las cuales expandieron los poderes del gobierno
federal y de las policías locales parar arrestar, detener y deportar a las poblaciones
migrantes, y ampliaron las ofensas por las cuales éstas podían ser deportadas.29
De acuerdo con Simón Izcara y Karla Andrade (2015), la iirira contribuyó
de manera notable a la criminalización de los migrantes al reclasificar ofensas de
carácter menor como delitos graves; la deportación de migrantes que cometieron
un delito una vez que habían cumplido su sentencia, y la detención de migrantes
irregulares por la policía local. La aedpa agilizó las deportaciones removiendo las
barreras legales que protegían a los migrantes de ser deportados, y la Ley Patriota
fortaleció los poderes administrativos para detener y deportar a aquellos migran-
tes percibidos como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.
Durante la administración de Barack Obama entre 2009 y 2016, por ejemplo,
se agudizó aún más la política de deportaciones. Superó la cifra de personas de-
portadas de cualquier otro presidente en la historia del país, para llegar a un total
2,500,000 personas.30
La definición de crimen hoy día es arbitraria, ya que el incremento de las
deportaciones en la última década obedece a una recodificación de las violaciones
civiles en actos criminales, que eleva de manera importante el riesgo de la po-
blación migrante de ser removida de Estados Unidos. Al respecto, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (cidh) indica que entre los años fiscales
2007 y 2009, dos terceras partes de los migrantes detenidos carecían de antece-
dentes penales, y la mayoría de los que tenía antecedentes ya habían cumplido la
sentencia.

28  Mario Zúñiga, Mario Núñez, op. cit.


29  Simón Izcara Palacios y Karla Andrade Rubio (2015), “Causas e impactos de la deporta-
ción de migrantes centroamericanos de Estados Unidos a México”, en Estudios Fronterizos,
nueva época, vol. 16, núm. 31, enero-junio.
30  Liliana Rivera Sánchez (2017), Expulsión, segregación y deportaciones en la frontera entre
México y Estados Unidos, clacso, núm. 14/2, agosto 20⒘ Recuperado de www.clacso.org/
megafon

116
Jenyel Contreras Guzmán

En esta misma línea, Mario Zúñiga (2016) compara las deportaciones de po-
blación salvadoreña con antecedentes y “sin antecedentes” penales, en el periodo
transcurrido de 1993 a 2010, e indica que el número de deportaciones sin ante-
cedentes crece con más fuerza en el decenio 2000-2010 en comparación con el
número “con antecedentes”; es decir, el endurecimiento de la política migratoria
ha afectado sobre todo a los migrantes sin antecedentes penales, expulsando ma-
yoritariamente a quienes no han tenido conflictos con la ley.31
Por su parte, Donald Trump en campaña electoral, prometió deportar hasta
11 millones de personas indocumentadas, la mayoría latinoamericanas; ya electo,
aseguró que expulsaría entre 2 a 3 millones de migrantes, priorizando a aquellos
con antecedentes criminales, y a unos 4 millones con visas vencidas. Los datos ofi-
ciales demuestran en cambio que un 42,9 por ciento de las casi 11 mil personas
detenidas en los primeros 100 días de su gobierno, no cometió crímenes ni de-
litos sino faltas a la ley de inmigración, infracciones. Durante los primeros tres
meses de su gobierno, hasta mayo de 2017, el Servicio de Inmigración y Control
de Aduanas de Estados Unidos (ice por sus siglas en inglés), arrestó a 41,318
personas por cargos de inmigración: un incremento de 3⒎7 por ciento respecto
del mismo periodo en 20⒗32
Sin embargo, en el aumento progresivo de los procesos de deportaciones,
algunos grupos nacionales sufrieron deportaciones de manera más intensa que
otros. Por ejemplo, en los últimos 15 años, 400,000 salvadoreños fueron depor-
tados, más de la mitad desde México y el resto desde Estados Unidos. Un nú-
mero altísimo, considerando que se trata de un país con poco más de 6 millones
de habitantes. De acuerdo con Mario Zúñiga (2016) si se toma en cuenta el dato
sobre el aumento de las deportaciones y se cruza con la nacionalidad, se puede
afirmar que son los inmigrantes indocumentados de México y de los países de
Centroamérica quienes han sufrido con mayor crudeza el agresivo incremento de las
deportaciones de Estados Unidos.33
Las deportaciones operan de forma selectiva, lo que impacta no sólo en la
frontera norte de México, sino también en su frontera sur. La xenofobia encon-
tró dónde anclar su discurso y también cruza fronteras. De acuerdo con Enrique
Coraza (2017), la xenofobia no sólo está creciendo en Estados Unidos, sino
que también en México está aumentando, ya que en la frontera sur se pueden

31  Mario Zúñiga, Mario Núñez, op. cit., p. 3⒐


32  Inmigrantes. La caza de Trump. (31 de julio 2017). Consejo Latinoamericano de Cien-
cias Sociales (clacso-tv). Disponible en el canal de youtube: https://www.youtube.com/
watch?v=WfUt05VXAag&feature=share
33  Mario Zúñiga, Mario Núñez, op. cit., p. 3⒍

117
Centroamérica: región de desplazamientos forzados

encontrar cada vez más, en las calles y en los parques, expresiones de rechazo a
migrantes, a fin de criminalizarlos y excluirlos, lo cual se contrapone con el caso
concreto de migrantes forzados que llegan desde Centroamérica a México, quie-
nes ya no tienen el proyecto de seguir hacia el norte, donde más bien su proyecto
es, como migrantes forzados, el de encontrar el espacio próximo de seguridad; ese
espacio en la actualidad lo está representando México.
Sin embargo, no hay que olvidar que dicho país, en los dos últimos años,
deportó más migrantes que Estados Unidos. Para el año 2016, la cifra de de-
portados centroamericanos en este último país fue algo más de 96 mil personas,
mientras que los deportados centroamericanos por México fueron 146 mil per-
sonas.34
Finalmente, son muy pocas las estrategias de reinserción local para las perso-
nas deportadas. La expulsión de personas de Centroamérica (carentes de recursos
económicos) a ciudades fronterizas violentas, donde no pueden acceder a ningún
tipo de capital social, coloca a los migrantes en una situación de vulnerabilidad
creciente, de la cual saca partido la delincuencia organizada.35
De acuerdo con María Olivera (2017), para las familias de quienes migraron,
el primer temor fue que llegaran vivos a Estados Unidos, y ahora el temor es que
regresen vivos36 producto de los procesos de retorno forzado.
Existen cambios culturales y de expectativas muy profundos en las personas
que migraron y ahora están regresando, quienes al tratar de reintegrarse a sus
familias y comunidades enfrentan retos muy grandes, como la estigmatización de
ser asociados con las “deportaciones de criminales”, el desarraigo de un lugar que
en ocasiones es concebido como el hogar y el espacio de las posibilidades, y un
contexto regional mudo, ante el imperativo de la subsistencia y las necesidades.

Conclusiones

En la región centroamericana, la violencia a gran escala, la persecución a manos


de actores criminales armados, la pobreza, la falta de empleo y la exclusión social,
34  En Inmigrantes. La caza de Trump. (31 de julio 2017), Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (clacso-tv). Disponible en el canal de youtube: https://www.youtube.
com/watch?v=WfUt05VXAag&feature=share.
35  Simón Izcara Palacios y Karla Andrade Rubio (2015), op. cit., p. 240.
36  En Inmigrantes. La caza de Trump. (31 de julio 2017), Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (clacso-tv). Disponible en el canal de youtube: https://www.youtube.
com/watch?v=WfUt05VXAag&feature=share.

118
Jenyel Contreras Guzmán

producto de la implementación de políticas neoliberales en las últimas tres dé-


cadas, se han constituido en las principales causas de los movimientos migrato-
rios contemporáneos, mayormente desde los países del Norte de Centroamérica
(Honduras, El Salvador y Guatemala), en tránsito por México hacia Estados
Unidos, pero también hacia México y otros países de la región.
Al mismo tiempo, el incremento de la población global sometida a desplaza-
mientos forzados durante los últimos dos decenios, y su progresiva situación de
desprotección migratoria, ha puesto de manifiesto la gran cantidad de desafíos
que tendrán que enfrentar los Estados para garantizar la protección y los derechos
de las personas migrantes, frente a la preeminencia establecida de los discursos de
seguridad nacional, de combate al crimen organizado, de la criminalización de la
migración, de enfoques securitistas de “blindaje de fronteras”, del aumento de los
retornos forzados y de los discursos xenofóbicos antiinmigrantes.
Así, en contextos económicos, políticos y sociales diversos y heterogéneos,
el derecho a no migrar se constituye, entonces, en el derecho al desarrollo en el
lugar de origen, el cual implica la creación de bases materiales y subjetivas de
arraigo de la población, del bien común y de la superación de los factores estruc-
turales y políticos que día a día catapultan a miles de personas hacia la migración
forzada.

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121
Violencia, crisis humanitaria y migración
forzada de Centroamérica
Norma Angélica Cuéllar Díaz
Hugo César Moreno Hernández

Salimos de San Pedro Sula, Honduras, porque allá hay


muchas maras y no hay trabajo. Ya no podíamos vivir. Su
mamá es Mara Salvatrucha y la quería “trabajar”. Ella
tiene otra hermana y a ella sí la metió ahí. Ya no pudimos
sacarla, ya no pudimos hacer nada por ella.
(Relato de un migrante hondureño de 19 años acom-
pañado por su novia del 17, con quien había viajado du-
rante tres meses por México a finales de 2017, rumbo a
Estados Unidos)

Introducción

Inmersos en una crisis que mantiene a casi 50 por ciento de la población en con-
diciones de pobreza y de desigualdades no resueltas, derivadas de falsas promesas
de bienestar que enunciaron falsos profetas del neoliberalismo económico, los
países del Triángulo Norte de Centroamérica (tnca) se han consolidado como
grandes expulsores de migrantes. Cada año, miles de centroamericanos arriesgan
sus vidas al cruzar montañas, desiertos, selvas y, en no pocas ocasiones, bandas de
delincuentes, para atravesar México en el afán de llegar a Estados Unidos.
En el siglo xxi, la región ha sido declarada por la onu como de las más vio-
lentas del mundo y en virtual crisis humanitaria, con gobiernos débiles que no
atienden las demandas más apremiantes de la sociedad. Informes oficiales y de
organizaciones de la sociedad civil han reportado un aumento, a partir de 2014,
de migrantes provenientes del tnca que tratan de cruzar las fronteras mexicanas
para llegar a Estados Unidos. Desde ese año, se calcula que al menos 400 mil
centroamericanos ingresaron de manera irregular a México rumbo al vecino país
del norte.1

1  Ernesto Rodríguez (2016), “Migración centroamericana en tránsito irregular por


México: nuevas cifras y tendencias”, CANAMID Policy Brief Series, pb14, Guadalajara,
México, ciesas. Disponible en: www.canamid.org

123
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

Instancias como la acnur también han calculado que por año, 400 mil mi-
grantes forzados están saliendo del tnca, para adentrarse en el territorio mexi-
cano,2 muchos con la intención de transitarlo, otros con la idea de solicitar refu-
gio. Estas cifras son muy similares a las del máximo histórico alcanzado durante
2005, cuando se estimó el ingreso al país de 418 mil migrantes irregulares.3 El
aumento en el volumen vino acompañado por una notable presencia de mujeres
y niños y adolescentes no acompañados. Además, se ha encontrado que aunque
los guatemaltecos tradicionalmente habían sido el grupo más numeroso entre los
centroamericanos retenidos al intentar cruzar la frontera estadounidense desde
México, su proporción ha disminuido frente al aumento de hondureños. En el
tnca, la violencia, el miedo y la persecución marcan la vida de millones de per-
sonas y esta realidad no concluye con la huida a México, donde los migrantes en
tránsito frecuentemente son víctimas de abusos, extorsiones, asaltos y violencia
perpetrada por organizaciones criminales, principalmente. Se ha detectado que
el patrón de desplazamiento violento, persecución, violencia sexual y repatriación
forzosa, es muy similar al que se puede encontrar en los conflictos armados más
agudos del mundo.4
Médicos sin Fronteras reveló en su informe “Forzados a huir del Triángulo
Norte de Centroamérica: una crisis humanitaria olvidada”, que el 9⒉2% de los
migrantes y refugiados habían sufrido algún evento violento en su país de origen
o durante la ruta por México. Mediante encuestas de victimización y entrevistas
efectuadas durante 2015 y 2016, se pudo documentar que los migrantes están
indefensos para paliar la violencia que viven desde que son forzados a huir y en
sus trayectos migratorios por México.
La gran pregunta aquí es: ¿De qué huyen los centroamericanos? ¿Se trata de
una migración forzada? ¿Qué puede detonar que miles se arriesguen a cruzar un
calvario de trenes, delincuencia, hambre y penas para tratar de ingresar sin do-
cumentos a Estados Unidos? La respuesta la tiene un grupo de reporteros salva-
doreños que en 1998 fundó el primer periódico digital independiente en El Salvador:
El Faro. Este proyecto periodístico con vocación centroamericana ha documentado,

2  acnur, ( julio de 2016), Mexico Fact Sheet (Hoja informativa sobre México), basada
en datos de acnur, la Secretaría de Gobernación de México y el Instituto Nacional de
Migración, http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/RefugiadosAmericas/Mexico/
Mexico_hoja_informativa_Julio_2016_ESP.pdf. Recuperado el 7 de junio, 20⒘
3  Ernesto Rodríguez, op. cit.
4  La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (msf) publicó en diciembre
de 2016, el Informe “Forzados a huir del Triángulo Norte de Centroamérica: Una crisis hu-
manitaria olvidada”, en el que sostiene con datos estadísticos que el tnca está convertido en
una zona de guerra.

124
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

contra viento y marea, decenas de casos de corrupción, crimen organizado, mi-


gración, desigualdad, impunidad y ha funcionado como un observador de los
excesos en la región.
En Guatemala, Honduras y El Salvador, sufrimos desde hace años una
epidemia de homicidios. Se considera que si un país tiene una enfermedad
que afecta a 10 de cada 100,000 habitantes, ese país tiene una epidemia.
Nosotros estamos gravemente enfermos, la epidemia es furiosa en esta
región. En los últimos cinco años ninguno de estos países han tenido
menos de 32 homicidios por cada 100,000 habitantes. En El Salvador,
ahora mismo tenemos más de 80. Este mes, por ejemplo (en 2015), la
enfermedad se ha agravado en El Salvador. La epidemia recorre los 22,000
kilómetros cuadrados donde viven ⒍2 millones de personas. Somos, aho-
ra mismo, más letales que una guerra. Somos más asesinos que nuestra
guerra. Somos una mezcla de gobiernos militares represores, somos el
resultado de procesos de paz insuficientes –quedó mucha guerra y llegó
poca paz. Somos el resultado de gobiernos corruptos. Somos el resulta-
do de políticos incompetentes y de partidos políticos electoreros. Somos
sociedades violentas y matarnos es siempre una opción –por un accidente
de tráfico, por un partido de fútbol o por defender una familia. Somos ig-
norantes de la paz. No hemos tenido oportunidad de conocerla muy bien.
Somos corredor de paso de la droga. Somos también consumidores de la
droga. Somos sociedades pobres, poco educadas, con escuelas públicas que
se derrumban y hospitales que provocan náuseas. Somos sociedades con
un sueldo mínimo mensual que puede ganarse trabajando 13 horas como
jornalero en Los Ángeles. Somos desiguales: hay familias –bien pocas fa-
milias– que tienen tanto dinero que podrían vivir en la isla de los famosos
de Miami; hay familias –decenas de miles– que a veces comen y a veces
no. Hay familias, contadas con los dedos de las manos, que tienen un jet
privado; hay familias –decenas de miles– que no tienen ni luz eléctrica ni
agua potable. Somos todo eso.5

Neoliberalismo, pandillas y violencia

La complicada situación de los países que integran el Triángulo Norte de Cen-


troamérica hoy no es producto de sólo de la corrupción local o de la mala ad-
ministración gubernamental. La historia de Centroamérica se comprende mejor
dentro de una historia muy larga de siglos de racismo y de violencia instituciona-
lizada, con un sistema de justicia corrupto. Los patrones actuales de migración

5  Óscar Martínez (2015), Una historia de Violencia. Vivir y morir en Centroamérica, San
Salvador, El Salvador, Debate, p. 2⒊

125
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

están estrechamente asociados a los siglos de colonialismo y sus sistemas auto-


ritarios que favorecieron a terratenientes a expensas de una mayoría pobre. “Los
pobres rurales se han visto obligados a vivir una vida desarraigada, migrando
desde área rural a las áreas urbanas en busca de trabajo temporal, donde se unen a
las filas de subempleado o hacia el exterior, generalmente Estados Unidos, desde
donde envían remesas familiares”. 6
Para entender la larga historia de violencia y migración forzada del tnca y
evitar caer en interpretaciones simplistas enfocadas a la coyuntura actual, habría
que revisar el largo historial de crisis económicas y violencia que se activaron
desde la colonización, la formación del estado-nación y las guerras del siglo xx.
La historia de la región demuestra que el imperialismo, el neocolonialismo y
el modelo neoliberal llegaron a Centroamérica bajo la apariencia de desarrollo,
seguridad y prosperidad que sólo favorecieron la acumulación capitalista, la des-
posesión y la exclusión. Las múltiples violencias del colonialismo sentaron las
bases para la formación de estados que favorecieron la expansión capitalista en
el hemisferio. El movimiento de Independencia en Centroamérica fue esencial-
mente una disputa entre criollos de ascendencia española, de modo que la inde-
pendencia formal, al igual que la de México, fue el resultado del conflicto entre
élite. En 1821, los criollos ganaron la autonomía de España y formaron el Reino
de Guatemala, que se separó en 1823 para convertirse en las Provincias Unidas de
América Central. Al año siguiente se dividió en cinco estados y en 1830 América
Central ya estaba compuesta por cinco naciones independientes: Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Desde los primeros momentos de la Independencia, las élites criollas recien-
temente empoderadas implementaron sistemas políticos basados en la exclusión,
el racismo y despotismo, imponiendo presión sobre los derechos colectivos de la
tierra. En suma,
la política colonial española había establecido las condiciones básicas del sub-
desarrollo en Guatemala: producción de exportación de monocultivo, con-
centración extrema de riqueza en manos de élites, yuxtapuesta con extrema
pobreza, descapitalización (canalización del excedente económico en el extran-
jero o a una pequeña minoría local que estaba vinculada a intereses en el ex-
tranjero), falta de infraestructura, empobrecimiento, una estructura de clases
polarizada y la opresión sistemática de los indígenas población.7

6  Aaron Schneider (2014), Construcción de Estado y regímenes fiscales en América Central,


Guatemala, F&G Editores, p. 7⒏
7  Susanne Jonas (1991), La batalla por Guatemala: rebeldes, escuadrones de la muerte y poder
estadounidense, Guatemala, flacso, p. ⒕

126
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

Para principios de los años noventa el panorama se había agravado. Con las gue-
rras civiles,
el 70% de la población vivía en la pobreza, lo cual era un claro indicador
del constante deterioro social. Según informaciones dadas en 1991 por la
cepal, unicef y por la propia oficina de planificación del gobierno, la par-
ticipación que del ingreso nacional recibió el 10% más pobre de la población
guatemalteca cayó de un ⒉4% en 1980 a un casi inimaginable 0.5% en
199⒈ No obstante, las políticas de ajuste neoliberal aplicadas por Jorge
Serrano castigaban a los pobres, mientras beneficiaban los intereses de una
minoría muy pequeña. No es sorprendente, pues, que el descontento social
se hiciera crónico: cada vez que se apaciguaba o se reprimía alguna explo-
sión social, surgían otras, lo cual mantendría al gobierno y a la sociedad
en crisis permanente. Durante la década de los 70 se habían cuadruplicado
las inversiones extranjeras en Guatemala (en su mayoría estadounidenses).
A causa de la crisis económica de los 80 y la intensificación de la guerra
civil, Guatemala y en general toda Centroamérica ya no proporcionaban
un clima estable para las inversiones y los capitales norteamericanos dis-
minuyeron.8

Hoy, Guatemala afronta una gran desigualdad y pobreza para más de la mitad
de los 15 millones de habitantes. Si bien la población se divide en partes iguales
entre su zona urbana y rural, persisten graves disparidades en los indicadores de
desarrollo económico y acceso a los servicios de salud. De acuerdo con la ocde
(2014), el porcentaje de ingresos fiscales de Guatemala, ⒓3 por ciento del Pro-
ducto Interno Bruto, es de los más bajos de la región, lo que en los hechos se
traduce en menor capacidad del gobierno para ofrecer programas de desarrollo
y servicios públicos. Al panorama económico hay que agregar los escándalos de
corrupción que continuamente propician renuncias y generan crisis de confianza
entre la ciudadanía. Y los problemas son todavía más preocupantes si se considera
que el 40 por ciento de la población tiene menos de 15 años.9
Para Honduras y El Salvador, el panorama no es mejor. Honduras ocupa el pues-
to número uno de los países de la región centroamericana con mayor porcentaje de
población en condición de pobreza, con un 60 por ciento, seguido por Guatemala
con 54 por ciento; en tanto, El Salvador tendría un 3⒍5 por ciento de pobreza. De
acuerdo con los informes de la Comisión Económica para América Latina y El Cari-
be (cepal) de 2015,10 la aplicación de programas de asistencia social no han reducido
8  Susanne Jonas (1991), op. cit.
9  http://www.expansion.com/latinoamerica/2017/06/09/593ab2fc268e3e293e8b4590.html
10  cepal (2015), Desarrollo Social inclusivo. Una nueva generación de políticas para superar
la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina y El Caribe, Conferencia Regional sobre

127
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

las desigualdades que son una característica histórica y estructural de las sociedades
latinoamericanas.
También el empobrecimiento de Centroamérica está directamente relaciona-
do con el cafta, como se denomina el Tratado de Libre Comercio que Estados
Unidos firmó con estos países en el año 200⒊
Las multinacionales estadounidenses interesadas en la minería, la agricultura
y los recursos naturales, han entrado en la región provocando la expulsión de la
población local, el aumento de las desigualdades y de la violencia.
Es necesario observar que los dos factores que impulsan el éxodo de miles de
personas de los países del Triángulo Norte, son los salarios extremadamente ba-
jos y la presencia de pandillas transnacionales. Surgidas después de la guerra civil,
debido a las deportaciones masivas desde Estados Unidos, las pandillas transna-
cionales en Centroamérica son actores centrales de la violencia en la región. Con
un número complicado de establecer, pero que se cuenta por miles en los tres
países, son fuente de inestabilidad y terror.11
Una narración del reportero salvadoreño Oscar Martínez sobre el surgimien-
to, desarrollo y presencia actual de las pandillas transnacionales en los países del
tnca es sumamente reveladora:
El Salvador son dos pedazos de tierra. Uno el territorio en Centroamérica;
y el otro, en los Estados Unidos, donde hay ⒉5 millones de salvadore-
ños, principalmente en el área del sur de California. Mucha gente huyó
allá. Yo creo que el fenómeno de las pandillas principalmente de la Mara
Salvatrucha y el Barrio 18, no son grupos de chavos banda, son padillas
sofisticadas. Actualmente en mi país, que tiene ⒍5 millones de habitantes,
hay 60 mil miembros. Entre las tres pandillas, son un ejército que supera
por un número considerable a la suma de todas las policías y los militares
del país. ¿Cómo se construyeron un grupo de adolescentes marginados en
el sur de California en los años 80 en ese monstruo que devora tanto y
devora tan rápido en Centroamérica?
Durante esa furiosa guerra, pagada, financiada por Estados Unidos, se
financió un ejército que en el primer año de 1980 asesinó a Oscar Arnulfo
Romero, el santo de América, y provocó la huida de miles de salvadore-
ños. Muchos de esos jóvenes que llegaron al sur de California tampoco
encontraron en Estados Unidos un Estado que los acogiera. Llegaron a los
guetos del Valle de San Fernando, de Los Ángeles, donde había un ecosis-
Desarrollo Social de América Latina y El Caribe, Lima, 2-4 de noviembre, 20⒖
11  International Crisis Group (2017), El salario del miedo: Maras, violencia y extorsión en
Centroamérica, Informe sobre América Latina. Recuperado el 8 de mayo 2017 en: http://
www.refworld.org/cgi-bin/texis/vtx/rwmain/opendocpdf.pdf?reldoc=y&docid=58e74ee34

128
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

tema de 64 pandillas latinas, negras y supremacistas blancos, pero ninguna


de esas pandillas los aceptaba. No los aceptaban las pandillas de mexicanos
porque eran una migración anterior, no los aceptaban las pandillas de
caribeños ni las pandillas de negros, porque no eran negros y tampoco los
supremacistas blancos. La Mara Salvatrucha surge de esa forma, venían
de una guerra que había devorado a 75 mil personas. Esa gente sabía de
violencia.
Cuando el Estado no apareció para ofrecerles una alternativa, se juntaron
como grupo y comenzaron a crecer; y cuando fueron un peligro para Esta-
dos Unidos, su solución fue deportarlos. Bajo esa absurda lógica de Estados
Unidos, de que la migración se parece a una carretera con una sola dirección,
deportó al final de los 80 y principios de los 90, cuando la guerra había termi-
nado, a 4 mil pandilleros con récord criminal. Los deportó a un país donde no
habían estado, a un país donde había muchos huérfanos y esos 4 mil miembros
de pandillas en sólo 15 años se convirtieron en 60 mil.
Entonces estos jóvenes llegaron a El Salvador y con esa historia de
grupo criminal se instalan y gobiernan zonas donde viven las clases más
populares, donde el Estado tampoco estaba y se convierten en el Estado
paralelo.
El Estado salvadoreño olvidó a parte de su población y dejó que alguien
más los gobernara. El Salvador es un país donde la tasa de resolución de
homicidios es absurda. De cada 10 homicidios, uno llega a un juzgado.
Sólo de las zonas como Santa Fe, de las zonas pudientes, sí son resueltos
los asesinatos. Los que no son resueltos son los que ocurren dentro de
las grandes márgenes, donde la gente está desvalida. La situación de los
migrantes es huir, no de gente que quería llegar a un lugar, es gente que
necesitaba dejar de estar en el lugar donde estaba porque los iban a matar
y ésa es la huida que emprenden para encontrarse con una violencia peor.
Es una tragedia humanitaria, donde unos seres humanos pueden convertir
en basura a otros seres humanos.

El presente de las pandillas transnacionales se fue confeccionando desde 2003,


cuando se creó el enemigo al cual se le podían achacar todas las violencias delin-
cuenciales, ocultando violencias estructurales, porque para eso sirve la violencia
espectacularizada, aquella violencia social convertida en espectáculo mediático.
Las pandillas transnacionales, durante la primera década del 2000, se con-
virtieron en estelares de diversos medios;12 la violencia espectacularizada sirve,
pues, para ocultar aquella violencia síntoma de las condiciones generadas por las

12  Hugo César Moreno (2017), “La deformación mediática de los jóvenes pandilleros”, en
revista NuestrAmérica, vol. 4, núm. 8, pp. 81-⒑

129
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

estructuras sociales imperantes. En una entrevista, un miembro de la ms, lo ve


claro:
Las medidas que están adoptando los gobiernos; estoy hablando de Estados
Unidos, estoy hablando de México, estoy hablando de Guatemala, Hondu-
ras, El Salvador, porque se está queriendo combatir este fenómeno social
con represión, con autoritarismo. Se está abriendo paso a una lucha social
entre dos clases, que puede culminar con un genocidio. Porque hay una cla-
se social que nos está marginando y nosotros no queremos ser marginados.

Las cifras de homicidios en Guatemala, Honduras y El Salvador alcanzan regis-


tros alarmantes, lo cual ha servido de argumento para que estos gobiernos apli-
quen políticas de solución de mano dura. Los resultados de la política criminalizante
sólo han generado mejores excusas para desciudadanizar13 a los pandilleros. Si
para los años de la mano dura en El Salvador (2003-2004) se hablaba de ocho
homicidios diarios, para el 2015 el número ascendió a “25 asesinatos al día, que
fue el promedio de agosto, septiembre y octubre.”14
Desde 2006 y 2007, hubo intentos, desde el Estado, de vincular a las pandillas
con el terrorismo. En el mes de agosto de 2015, la propia Sala de lo Constitu-
cional de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador declaró que eran grupos
terroristas las pandillas denominadas Mara Salvatrucha o ms13 y la pandilla Ba-
rrio 18 o Mara 18 y cualquier otra pandilla u organización criminal, esto con
el propósito de aislarlos y llevarlos a reaccionar de una manera más violenta. El
año 2016 terminó con una cifra de 5,200 asesinatos. Mientras que los primeros
cuatro meses del 2017 se registraron 1,133 personas asesinadas, 1,254 menos que
los 2,387 del mismo lapso de 20⒗15
Ante los datos, es innegable que las pandillas, integradas mayormente por jó-
venes, son de las principales causas de ansiedad pública. Si bien no son los únicos
13  Por desciudadanizar estamos entendiendo el proceso sociopolítico que, a través de legis-
laciones que limitan el ejercicio pleno de los derechos políticos y humanos, genera ciudada-
nos de segundo orden o, definitivamente, no ciudadanos. Ver Moreno, Hugo César (2014).
“Desciudadanización y estado de excepción” en Andamios. Revista de Investigación Social
del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad
de México, núm. 24 enero-abril 2014, pp. 125-14⒏
14  Carlos Martínez y Roberto Valencia, (2015), “Cuando reducir asesinatos significa tener
13 asesinatos diarios”, disponible en http://elfaro.net/es/201511/noticias/17577/Cuando-
reducir-asesinatos-significa-tener-13-asesinatos-diarios.htm
15  La Prensa Gráfica (2017), “El Salvador mantiene epidemia de homicidios pese a re-
ducción del 5⒉5%”, disponible en http://www.laprensagrafica.com/2017/05/04/el-salva-
dor-mantiene-epidemia-de-homicidios-pese-a-reduccion-del-525

130
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

grupos que producen violencia homicida, las pandillas han contribuido a elevar
las tasas de homicidios en la región hasta ser de los más altos del mundo. Esto
se nota cuando se contrastan las tasas de homicidios por año y se advierte que
cuando la Mara Salvatrucha y la Pandilla 18 declararon la tregua de 2012 en El
Salvador, el número de homicidios se redujo notablemente.

Tabla 1. Violencia homicida en El Salvador de 1995 al 2015

Año Tasa de homicidios por cada Año Tasa de homicidios por cada
100,000 habitantes 100,000 habitantes
1995 139.13 2006 65.8
1996 117.28 2007 58.4
1997 112.57 2008 52.9
1998 94.99 2009 72.8
1999 65.05 2010 66.0
2000 40.3 2011 72.2
2001 37.8 2012 24.0
2002 37.9 2013 41.3
2003 37.2 2014 68.6
2004 46.8 2015 103.0
2005 63.5 2016 81.7
2017 (mayo) 17.5
Fuente: elaboración propia con datos de Homicidios intencionales (por cada 100.000
habitantes) El Salvador, Base de datos de Estadísticas de homicidios internacionales
de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, disponible en https://datos.
bancomundial.org/indicador/VC.IHR.PSRC.P5?locations=SV&view=chart; y García,
Gabriel y Segura, Edwin (2018 enero 3). “El Salvador es el país con más homicidios
de Centroamérica”, disponible en https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/El-
Salvador-es-el-pais-con-mas-homicidios-de-Centroamerica-20180102-0444.html

Como se advierte en la narración del reportero de El Faro, Oscar Martínez, para


entender el fenómeno de las pandillas transnacionales habría que mencionar que
surgieron en Los Ángeles, tras el aumento de la migración durante los años
ochenta hacia Estados Unidos,16 y fueron deportados al final de las guerras civiles
en Centroamérica. Hoy, debido a las políticas criminalizantes implementadas por

16  Hugo César Moreno (2010), La Mara como ejercicio de contrapoder, Tesis de Doctorado,
Ciudad de México, Universidad Iberoamericana; Hugo César Moreno (2012). “Pandillas
transnacionales: mercancías para el mercado político de la ciminalización”, en revista Me-
tapolítica, núm. 76; Hugo César Moreno (2014), Pandillas transnacionales en El Salvador y
Ecuador: criminalización versus integración, Buenos Aires, clacso.

131
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

los gobiernos de la región, han evolucionado hacia formas más estructuradas17 y


clandestinas (en Guatemala, Honduras y El Salvador, actúan a plena luz del día,
todos los días), pero sin llegar a estructuras jerárquicas muy organizadas del tipo
crimen organizado. Estas mutaciones arrecian relaciones con el resto de la socie-
dad que coaccionan, amenazan y asesinan para generar recursos para sus miem-
bros. Las pandillas transnacionales no son las típicas organizaciones delictivas
con fines de lucro, sino el producto de la deportación masiva, tensiones sociales,
la desintegración familiar y la debilidad institucional, en países que no lograron
ofrecerles opciones de integración a la riqueza que producen.18
Los pandilleros son, al mismo tiempo, producto de la desigualdad social, y
perpetradores de brutales actos de violencia. Muchos de los asesinatos cometidos
en El Salvador y Honduras se deben la guerra de eliminación que se inició desde
los ochenta en Los Ángeles entre la Mara Salvatrucha (ms13) y la Pandilla o
Barrio 18.
Actualmente, el principal delito que cometen es la extorsión a comerciantes,
a quienes obligan a pagar dinero a cambio de protección y cuyas ganancias son
repartidas entre los pandilleros de la calle y quienes se encuentran presos. Al ser
la criminalización la principal forma en que los gobiernos atienden el fenómeno,
(para el 2015 se contaban 12,851 pandilleros encarcelados y 14,307 para el 2016
en El Salvador,19 periodo en que el gobierno del presidente Salvador Sánchez
Cerén declaró la guerra frontal contra las pandillas), no es complicado entender
que los pandilleros ejerzan cierto control sobre el sistema carcelario ni que haya
sido desde la cárcel donde se fraguó la tregua de 2012-20⒔ Las extorsiones de
las pandillas han sido descritas como un sistema de terror que somete a los habi-
tantes de las comunidades a ver, escuchar y callar (una especie de lema de la ms),
de ahí que miles opten por abandonar sus hogares e iniciar un desplazamiento
forzado hacia otras regiones de su país o al exterior.
La extorsión en Honduras es tan amplia, que la Cámara de Comercio ha op-
tado por mantenerse en bajo perfil y no divulgar las listas de sus integrantes; en
Guatemala, se estima que el 80 por ciento de las extorsiones se manejan desde
las cárceles.

17  Hugo César Moreno y Sánchez, M. (2012), “Pandilla 18 y Mara Salvatrucha 13: violen-
cia y desciudadanización”, cuhso-Cultura-Hombre-Sociedad, Chile, vol. 22, núm. ⒉
18  Ibid.
19  Prensa Libre (30 de abril 2015), “El número de pandilleros encarcelados en El Salvador
bate récords”. Disponible en http://www.prensalibre.com/internacional/el-numero-de-pan-
dilleros-encarcelados-en-el-salvador-bate-records.

132
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

De acuerdo con Patrick McNamara, académico de la Universidad de Minne-


sota,20 las pandillas, actores violentos no estatales, han pasado por tres etapas de
actividades ilícitas. La primera, relacionada con crímenes oportunistas; la segun-
da, vinculada al narcotráfico y la producción y comercialización de drogas ilícitas;
y la tercera, que tiene que ver con el diseño de un cuerpo organizado con poder
político con tácticas para influir en elecciones, controlar oficiales locales, infiltrar
a la policía nacional y controlar organizaciones civiles, así como para interrumpir
las operaciones normales del gobierno con la sociedad. El especialista en estos
temas, asegura que en 2015 la Mara Salvatrucha y la Pandilla 18, así como otras
“maras” de menor tamaño como los Sureños y los Revolucionarios, anunciaron la
conformación de una supra organización, la Mara 503 (que es el código telefó-
nico de El Salvador), con el propósito de convertirse, quizás, en un nuevo actor
político del escenario salvadoreño para demandar justicia social con una postura
ideológica antigubernamental. De acuerdo con sus estimaciones, habría 75 mil
pandilleros tan sólo en El Salvador, con vínculos familiares que alcanzarían a
“600 mil personas, es decir, el 10 por ciento de la población y 20 por ciento del
electorado”. Sin embargo, la realidad parece otra y lo que aduce McNamara sue-
na más a la fantasía de los especialistas en seguridad nacional que se aferran a la
asimilación de las pandillas transnacionales con el crimen organizado e, incluso,
con fuerzas terroristas internacionales.
Datos para desmentir la fantasía de McNamara sobran. Si bien la tregua per-
mitió cierta comunicación entre la 18 y la ms (asunto que se analizó también con
las mesas de observación sobre la calidad de vida de los privados de libertad desde
2009 y las marchas conjuntas pero por separado para exigir la derogación de legisla-
ción criminalizante), la posibilidad de una unificación con la Mara 503 (además,
pensando según la lógica angelina, algo que no funciona del todo en El Salvador)
parece muy lejano. Primero habría que superar la división del Barrio 18 entre Su-
reños y Revolución (que inició desde 2004), pero McNamara ni siquiera reconoce
que son el resultado de una escisión de la 18 y las confunde con “maras de menor
tamaño” (las cuales podrían ser la Mara Mao Mao, Makina o Mirada). Por otro
lado, desde el aumento de la criminalización a la pertenencia a las pandillas se
logra escuchar, por parte de algunos mareros y pandilleros, un discurso que ya
ubica al “sistema” como enemigo, pero de ahí a una politización ideológica con
miras a la transformación social de la realidad hay mucho trecho.

20  Ponencia “Violencia política en El Salvador, maras, migrantes y Estado Neoliberal”, pre-
sentada en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (upaep), el 12 de mayo
de 20⒘

133
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

Si algo es más o menos cierto, pues no fue posible asegurar el número, es


que entre el 10 y el 11 % de la población tiene relación con pandilleros, lo cual
indica que el fenómeno es mucho más complejo que lo puramente criminal.
Algo de lo que se debe dudar profundamente es aquello de la infiltración de la
pnc por parte de la pandilla. A partir de 2014, los enfrentamientos entre fuerzas
de seguridad y los pandilleros aumentaron gracias a la guerra frontal de Sánchez
Cerén, una guerra que, según los datos, es de exterminio cuando se calcula el
índice de letalidad:

Tabla 2. Personas fallecidas, lesionadas y detenidas


en enfrentamientos entre policías, militares y pandilleros,
periodo año 2015 y enero a agosto 2016

Policías Soldados Pandilleros


Detalle
2015 2016 2015 2016 2015 2016
Personas fallecidas 13 4 4 3 320 373
Personas lesionadas 87 49 4 136 119
Personas detenidas 15 73 3 2 280 203
Total 115 126 7 9 736 695
Fuente: Policía Nacional Civil de El Salvador.

A pesar de que las pandillas no sean vistas sólo como un fenómeno pandillero,
que es la visión de McNamara, pero muy a la estadounidense, es decir, pensando
en la pandilla como una organización con capacidad de acción controlada por
una central de mando, que es lo mismo que piensan los expertos de seguridad
nacional, salvo que McNamara piensa un poco optimista y quiere ver algo más
allá del crimen organizado (eso es lo único que lo diferencia de las visiones neo-
conservadoras). Esa organización es un grupo que defiende la justicia social, que
defienden a los pobres, que denuncian la ausencia de beneficios de la adhesión de
El Salvador al Tratado de Libre Comercio de América Central y que incluso ha-
bla de un nuevo acuerdo de paz, lo cual es cierto; así lo explicó un informante de
la 18, parte de los pandilleros encarcelados que lograron la tregua entre pandillas:
“los facilitadores son de la sociedad civil, ellos miran los intereses de la sociedad
civil, la sociedad civil es todo el conjunto de salvadoreños, entonces ellos vieron
la necesidad de que tiene que haber una paz aquí en El Salvador, si hubo una paz
para los tiempos de guerra, por qué no puede haber otra paz entre pandillas.”
La realidad es más rocosa y está definida por la criminalización y el aislamien-
to al que se ha orillado a estos grupos, aislamiento que los hace más violentos
y más celosos de sus territorios y peleas contra el enemigo jurado. No se puede

134
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

dudar que los pandilleros son responsables de la huida forzada de miles de per-
sonas, tanto al interior como a Estados Unidos.
Los desplazamientos de poblaciones al interior de El Salvador se han reali-
zado desde 2008, pero es en 2011 cuando se convierten en una tendencia clara,
aunque sin relevancia, debido a que sucedían en zonas empobrecidas, territoria-
lizadas por las pandillas. Después del fracaso de la tregua, a partir del 2014 los
desplazamientos aumentaron, alcanzando zonas rurales y familias enteras huyeron
de sus casas aterrorizados por la presencia de pandilleros. La “Mesa de la Sociedad
Civil contra el Desplazamiento Forzado”, conformado por diversas organizaciones de
la sociedad civil, afirma que “entre agosto de 2014 y diciembre de 2015 [ocurrieron]
146 casos, con 623 afectados”;21 por su parte, la Procuraduría para la Defensa de los
Derechos Humanos de El Salvador presentó en 2016 un informe donde explica que
“Debido a que el Estado no reconoce el desplazamiento forzado interno, esto genera
un impacto humanitario que dificulta una asistencia humanitaria efectiva y eficaz.”22
De acuerdo con el Informe de Médicos sin Fronteras23 la violencia experi-
mentada por la población del Triángulo Norte Centroamérica es similar a la que
se vive en países en guerra. Los asesinatos ocurren en un clima de completa
impunidad, los secuestros y la extorsión son cotidianos. Las bandas criminales
propagan la inseguridad y reclutan por la fuerza a individuos para engrosar sus
filas, además de que la violencia sexual se utiliza como una herramienta de inti-
midación y control. Esta amenaza de violencia, generalizada y ubicua, ha creado
un entorno cada vez más complicado para los ciudadanos, quienes carecen por
completo de una buena administración de la justicia.
El estudio mundial sobre homicidio efectuado por la Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito en 2013 sitúa a Honduras y El Salvador en la
primera y en la cuarta posición de la lista de países con las mayores tasas de ase-
sinatos. En los últimos 10 años, unas 150 mil personas habían sido asesinadas en
el Triángulo Norte de Centroamérica con una tendencia a empeorar, en especial
en El Salvador, donde en 2015 se registraron 6 mil 650 homicidios intenciona-
dos; en tanto, en Honduras se tuvo conocimiento de 8 mil 35 homicidios en ese
mismo año.

21 Roberto Valencia, “Hasta Dios huyó del caserío San Luis Córdova”, en Elfaro.net, 1
de enero de 2017, en https://elfaro.net/es/201701/salanegra/19672/Hasta-Dios-huy%-
C3%B3-del-caser%C3%ADo-San-Luis-C%C3%B3rdova.htm, recuperado el 8 de junio
20⒘
22 Ibid.
23 Médicos sin fronteras, op. cit.

135
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

De acuerdo con el reporte, la tasa promedio global de homicidios es de ⒍2


por cada 100 mil habitantes, pero África del sur y América Central muestran
promedios cuatro veces mayores, por arriba de 24 víctimas por cada 100 mil ha-
bitantes. Y lo más grave es que la mayoría de los asesinados son jóvenes entre 15
y 29 años, lo cual puede traer un efecto devastador en la economía y la seguridad,
toda vez que incide desproporcionadamente en las familias, la fuerza laboral y la
percepción de seguridad.24
Según los datos de unodc, la violencia de las pandillas en el norte de Cen-
troamérica provoca más bajas civiles que en cualquier otro país, incluyendo los
afectados por conflictos armados. En el caso de El Salvador, las muertes violentas
son más altas que en cualquier país en guerra, sólo superadas por Siria.
Para Antonio Fuentes Díaz, las pandillas
conocidas por su alto nivel de violencia –por ejemplo, el ingreso a la Mara
o brinco exige de un asesinato– han establecido controles paralelos en im-
portantes zonas de El Salvador y Guatemala, y ese control se usa en parte
para atentar contra propiedades (robos) o bien en contra de personas (ase-
sinatos y violaciones). Abundantes son los casos de extorsión a comercios
y hogares que estos grupos ejercen bajo sentencia de muerte en caso de no
cooperar con ellos.25

Habría que explicar que el brinco es un ritual de pasaje, se pasa de la sociedad a


la pandilla26 y el asesinato de un contrario no es una forma de evitar el ritual que,
dependiendo de la pandilla, consiste en una golpiza de 13 o 18 segundos. Según
informantes de la ms13, el brinco consta de una golpiza durante 13 segundos por
parte de todos los integrantes de la clica, algunos dicen que sólo trece propinan
la golpiza; informantes de la 18 explican que el brinco consiste en 18 segundos de
golpes propinados por tres o cuatro miembros de la clica. Matar a un enemigo,
comentan, no es parte del ritual, es una exigencia para los miembros y si alguien
quiere ser brincado, para llegar al ritual tiene que realizar “acciones” a favor de la
pandilla, para hacerla más grande.
Por supuesto, abatir a un enemigo es una “acción” de gran peso para de-
mostrar valía y ser “brincado”. Sólo en el caso de las mujeres y en la Mara
Salvatrucha, matar a un enemigo podía suplir el ritual del brinco, para evadir el
24 unodc (2014), Estudio Mundial sobre el Homicidio. Resumen ejecutivo. Revisado el
10 de julio, 2017 en https://www.unodc.org/documents/gsh/pdfs/GLOBAL_HOMICI-
DE_Report_ExSum_spanish.pdf
25 Antonio Fuentes Díaz (2012), Necropolítica, violencia y excepción en América Latina, Mé-
xico, buap, p. 3⒏
26 Hugo César Moreno (2010), La mara como ejercicio de contrapoder, op. cit.

136
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

llamado “trencito” (mantener relaciones sexuales con los miembros de la clica)


o la golpiza, sin embargo, quienes optaban por esto, debían atender a un blanco
de interés de la 18, la “misión” era contra de alguien con prestigio. La guerra
entre ambas pandillas es uno de los principales motores de la violencia en la
región (más, incluso, que la criminalidad). Por ejemplo, el caso de Córdova, un
caserío que se desplomó debido a la incursión de un grupo de dieciocheros que
buscaban miembros de sus rivales ms, mataron a tres jóvenes y el terror hizo huir
a más de la mitad de la gente que habitaba en ese lugar. “Todos supieron que un
comando de hombres armados estaba en el caserío. Los rehenes eran entre ocho
y diez hijos, primos, vecinos, amigos. La ocupación de Córdova duró no menos
de una hora.”27
Los dieciocheros también eran jóvenes y sólo detuvieron jóvenes, eligiendo a
tres que, según ellos, eran rivales. Los ultimaron a tiros.
El miedo se mantiene en Córdova. Hay señales, de hecho, de que la Mara
Salvatrucha no quiere dar por perdido este caserío. El placazo azul cielo lo
hicieron meses después del Sábado de Muerte. También puertas y paredes
de varias de las casas abandonadas han sido pintarrajeadas con las letras. El
16 de octubre, dos jóvenes de 17 y 23 años desaparecieron cuando regre-
saban de un culto sobre la calle a Los Troncones. Los hallaron al día si-
guiente, decapitados. En Córdova creen que eran o activos o simpatizantes
de la Mara Salvatrucha, y que los asesinaron los dieciocheros.28

Todo esto sucedió en una zona rural, hasta donde la criminalización de los jó-
venes pandilleros ha desplazado la guerra entre números y letras. Sin embargo,
no hay señales de que la óptica con que se mira el fenómeno cambie. Por el
contrario, la criminalización parece aumentar, elevando la vulnerabilidad de toda
la población.
En entrevistas con migrantes que cruzan por México, es común escuchar
las historias de centroamericanos que fueron forzados a huir de ese angustio-
so contexto. Muchos aluden a la falta de oportunidades económicas, pero en
sus narraciones hacen alusión a amenazas o exposición a hechos violentos como
detonantes de la decisión de emigrar. Según lo reportado por voluntarios del
albergue de la Sagrada Familia en Apizaco, Tlaxcala, los salvadoreños, a la pre-
gunta sobre por qué salieron de su país, responden que debido a las condiciones

27 Roberto Valencia, “Hasta Dios huyó del caserío San Luis Córdova”, en Elfaro.net, (1
de enero de 2017), https://elfaro.net/es/201701/salanegra/19672/Hasta-Dios-huy%-
C3%B3-del-caser%C3%ADo-San-Luis-C%C3%B3rdova.htm, recuperado el 8 de junio
de 20⒘
28 Ibid.

137
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

socioeconómicas y a la violencia, mucha de la cual es provocada por las pandillas,


ya sea como amenazas o por parientes o conocidos asesinado; por su parte, los
hondureños salen motivados por la violencia estructural y pandillera, un cóctel
explosivo que los expulsa. Sin embargo, en Honduras parece que el fenómeno
es mucho más insidioso, ante un Estado severamente debilitado, la violencia se
amplifica. Lo anterior se refuerza con los resultados de las encuestas del Informe
de Médicos sin Fronteras , las cuales determinaron que las razones para huir del
país de origen fueron las que a continuación se detallan:29
Casi el 40% (3⒐2%) de los entrevistados mencionaron, como principal causa
de la huida, el haber sufrido ellos mismos o sus familias ataques directos, ame-
nazas o extorsión, o haber sido blanco del reclutamiento forzoso por parte de
bandas criminales. El 4⒊5% de los encuestados habían perdido a algún familiar
en un incidente violento en los dos años anteriores a la huida. En el caso de los
salvadoreños, el porcentaje se situaba en el 5⒍2%.
Además, el 5⒋8% de los salvadoreños habían sufrido chantaje o extorsión,
un índice bastante más alto que el de los encuestados procedentes de Honduras
o Guatemala. Lo más grave del tema, es que el miedo de los migrantes forzados
procedentes de Centroamérica no concluye con su huida forzosa a México, donde
la pesadilla del cruce irregular está acompañada por múltiples peligros, asaltos,
secuestros, extorsiones y no en pocas ocasiones el asesinato. En una entrevista,
efectuada en una esquina de Cholula, ciudad turística de Puebla, el hondureño
Pedro Antonio Andeno Cruz, de 19 años, sintetiza la situación.
Nos fuimos de Honduras por las maras y la falta de trabajo. Siempre te
quieren reclutar. No estudiábamos tampoco, sólo hice la primaria. Sólo
estudia la gente de dinero. No podíamos andar por la calle y entrar a otros
barrios porque nos decían que iríamos de simplones. Decían que los íbamos
a delatar. Y no puedes ir a la policía a pedir ayuda, no puedes hacer nada.
Qué fácil darle unas lempiras a los oficiales y ya no pasa nada. Los maras
dominan todo. Hasta al presidente lo dominan. Qué puedes hacer. -¿Han
sufrido asaltos aquí? -Sí nos bajaron del tren en Orizaba y nos quitaron
nuestras cosas, traíamos un teléfono que compramos en México, nos lo
quitaron. Gracias a dios no nos hicieron nada, yo tenía miedo de que a ella
le hicieran algo. Nos dijeron que no nos querían hacer daño, pero que nos
bajáramos porque más adelante sí nos iban a hacer algo. Nos dijeron que
eran los hombres de la letra, los Zetas. Se quitaron la playera y nos ense-
ñaron sus espaldas y nos dijeron, miren somos Z y tenían una Z marcada
en la piel. Sí nos dio miedo, pero es mejor que quedarnos en Honduras.

29 Médicos sin Fronteras, op. cit.

138
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

Escenario de violencia en México

Como ya se observó, las crisis en los países del tnca ha obligado a un número
creciente de personas a cruzar de manera irregular a México. Esta realidad tiene
en el fondo un intrincado escenario de violencia y constituye una verdadera tra-
gedia humanitaria. Su expresión más grave se presentó en agosto de 2010, cuan-
do fueron encontrados 72 migrantes masacrados en San Fernando, Tamaulipas.
Lejos de constituirse en un hecho aislado, el asesinato de migrantes es una cons-
tante en este nuevo siglo y una de las asignaturas pendientes del Estado mexica-
no, no sólo porque los decesos quedan en absoluta impunidad, sino porque hasta
la fecha no se tiene información precisa sobre los migrantes que forman parte de
esta triste estadística y las condiciones en que ocurren.
Organizaciones de la Sociedad Civil que prestan ayuda a los migrantes han
denunciado constantemente la violencia, los abusos, asesinatos y secuestro de
migrantes que se encuentran en tránsito por el territorio mexicano; pero a pesar
de que se generan a la vista de ciudadanos y autoridades de todos los niveles de
gobierno, el hecho no está incluido en la agenda pública mexicana.
Hay que mencionar que la violencia que sufren los migrantes que cruzan por
el territorio mexicano hacia el norte del continente, así como fenómenos de trán-
sito de migrantes en otras latitudes, son la continuidad de la violencia estructural
llevada a su máxima expresión en el modelo de acumulación flexible, que ya
era significativa en la etapa fordista o keynesiana de acumulación. Las políticas
neoliberales, promovidas por las instituciones financieras internacionales y las
grandes potencias, transfirieron riquezas a escala global mediante la rapiña y la
“desposesión”, como la bautizó David Harvey.30
La vulnerabilidad que caracteriza a todos los migrantes internacionales no es
adquirida solamente en el camino. Las personas que toman la decisión de migrar
lo hacen de manera forzada debido al desarrollo desigual, como hemos visto. No
se trata de una movilidad poblacional indiferenciada y casual.
Para Raúl Delgado Wise y Rodríguez Ramírez, la migración forzada es expre-
sión de la vulnerabilidad de la vida humana bajo la estrategia neoliberal, donde
las personas son reducidas a mercancía humana sometida a condiciones de explo-
tación extrema.31 En este entorno, Carlos Figueroa Ibarra habla de estampidas

30 David Harvey (2005), El nuevo imperialismo, acumulación por desposesión, Buenos Aires,
clacso, p. ⒕
31 Raúl Delgado Wise, Humberto Márquez Covarrubias, Héctor Rodríguez Ramírez
(2009), “Seis tesis para desmitificar el nexo entre migración y desarrollo Migración y De-
sarrollo”, núm. 12, Zacatecas, México, Red Internacional de Migración y Desarrollo, p. 3⒌

139
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

migratorias provocadas por la pobreza y la violencia estructural del neoliberalis-


mo.
El fenómeno migratorio en Centroamérica, la violencia y sufrimiento hu-
mano que involucran, es una de las muestras más desgarradoras del fracaso
neoliberal en el supuesto de que el neoliberalismo, implique un paradigma
humanitario. Humanismos aparte, para el neoliberalismo, es la muestra de
que la concepción del mundo y proyecto social es totalmente inviable.32

La prensa mexicana, sobre todo la de provincia, frecuentemente informa de nue-


vos casos de secuestros y asesinatos, ante la indiferencia o complicidad de la au-
toridad. Se estima que seis de cada 10 mujeres migrantes son violadas y abusadas
sexualmente durante el trayecto, y que niños emigrando solos se quedan varados
en la indigencia en las ciudades fronterizas.33 Además, el tráfico de indocumen-
tados deja cuantiosas ganancias producto de los secuestros y extorsiones.34
Después de ingresar de manera indocumentada al territorio mexicano, la su-
pervivencia se convierte en un verdadero reto, ya que en el difícil panorama
nacional, la migración centroamericana es vista por las policías, las autoridades
migratorias y la delincuencia, entre muchos otros actores, como botín económi-
co. En el camino de 3 mil 156 kilómetros que cada migrante debe recorrer desde
el Río Suchiate hasta Nogales, Sonora, los migrantes se convierten en presa fácil
de un número enorme de depredadores. Los migrantes son, por así decirlo, mer-
cancías con las que se puede obtener dinero.
Desde que ingresan a México por el Suchiate, se convierten en rehenes de
traficantes; después al tomar un transporte, tienen que pagar un peaje cuyo mon-
to está determinado por integrantes de bandas delictivas. Está ampliamente do-
cumentado que la “Bestia” ya no es el principal medio de transporte ni para los
migrantes de menores recursos. De acuerdo con sus narraciones, la mecánica de
traslado es sencilla. Toman combis desde el río Suchiate, avanzan todos los kiló-
metros que sea posible, hasta llegar al próximo retén migratorio. Ahí se bajan y
lo rodean caminando por los cerros o caminos colindantes. En esos caminos han
proliferado bandas que los asaltan o los roban. El tren de mercancías, la famosa
“Bestia”, el transporte que había sido el más utilizado por los migrantes para

32 Carlos Figueroa Ibarra (2011), ponencia presentada en el Congreso Nacional de Sociología


de Honduras, San Pedro Sula, del 3 al 6 de mayo de 2011, p. ⒏
33 Blanca Cordero y Carlos Figueroa Ibarra (2011), “Triturando a la humanidad: capitalis-
mo, violencia y migración en el tránsito por México”, en Daniel Villafuerte Solís y María del
Carmen García Aguilar, Migración, seguridad, violencia y derechos humanos. Lecturas desde el
sur, México, Miguel Ángel Porrúa.
34 Cordero y Figueroa, op. cit.

140
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

llegar a Estados Unidos no es la mejor opción, debido al enorme control de las


estaciones y de las rutas. Las combis35 se constituyen como un medio barato y de
fácil acceso para los migrantes. En ellas cruzan desde el sur hasta el norte del país,
tratando de evitar los retenes y haciendo paradas en el camino. Los migrantes
con mayores recursos suelen pagar a “coyotes” para que los trasladen en camiones
para cruzar todo el país.
Los migrantes de menos recursos narran que muchas veces los interceptan
encapuchados con pistolas o palos y los agreden para robarles, y no con fre-
cuencia violan a las mujeres. En julio de 2014, el gobierno mexicano implantó
el Plan Frontera Sur, un programa de seguridad para evitar la migración centro-
americana en México. En la práctica, este Plan –subvencionado por el gobierno
de Estados Unidos– ha propiciado un redoblamiento de la seguridad. Incluso,
los “polleros” mencionan que a partir de la puesta en marcha de este plan, todos los
traficantes de personas en la frontera sur han elevado sus “servicios” de cinco mil
dólares a siete mil dólares por persona.36
Entre parada y parada, con sus mochilas a cuestas, los migrantes que lo lo-
gran, llegan a Nogales, Sonora, o Tamaulipas, zonas que se han convertido en
las principales puerta de entrada al vecino país del norte. Ahí tienen que sortear
el último desafío: cruzar 90 kilómetros de desierto hacia Arizona. Una ruta que
también emplean los traficantes de mariguana y cocaína. En entrevistas, muchos
centroamericanos aseguran que en ese lugar hacen tratos con los traficantes para
cargar bultos de 24 kilos, 20 kilos de droga y cuatro kilos de agua y alimentos.
Mercancía que deben defender con su vida so riesgo de ser asesinados.
La manera de subsistir de algunos otros migrantes durante todo el trayecto
es pidiendo dinero o recibiendo envíos de cantidades pequeñas, de sus familiares
en Estados Unidos, con ello van financiando las diferentes etapas del camino.
Esta estrategia ha sido útil para enfrentar los asaltos y las extorsiones que casi
siempre dejaban descapitalizado al migrante a la mitad o al inicio de su camino.
Los migrantes con familiares en Estados Unidos son los más susceptibles de ser
secuestrados, por eso evitan traer teléfonos o direcciones que los puedan eviden-
ciar durante los asaltos.

35 Las combis son pequeñas camionetas que se utilizan en el territorio mexicano para el
transporte público.
36 Rodrigo Soberanes (2016), El Plan Frontera sur, según los coyotes, Periodistas de a Pie, En
el camino Migración más allá de las vías. México, Disponible en http://enelcamino.perio-
distasdeapie.org.mx/ruta/el-plan-frontera-sur-segun-los-coyotes/, consulta: 3 de diciembre,
20⒗

141
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

Esta travesía ha generado un fenómeno de trascendencia socioeconómica y de


demandas políticas. En la primera década del siglo xxi, se comenzaron a escuchar
noticias aisladas e inconexas, en el sureste del país, sobre los llamados “secuestros
exprés”. En poco tiempo esta práctica evolucionó hasta formas sumamente violentas.
Según las narraciones, los migrantes son llevados por comandos armados a las
denominadas “casas de seguridad”, donde les obligan a desnudarse para robarles todo
lo que lleven. Después les fuerzan a llamar a sus parientes en Estados Unidos para
pedirles rescate; y quienes no pagan, son asesinados. Entre realidad o ficción, es muy
frecuente escuchar este tipo de narraciones de los viajeros en el tren.
Si bien el paso de migrantes ha dado pie al surgimiento de redes de apoyo so-
cial, también ha propiciado animadversión o indiferencia. Se han documentado
casos de abusos, violencia y extorsión ejercidos también por particulares. Tal es
el caso de las familias de haitianos y africanos que entraron entre 2015 y 2016 a
territorio mexicano. La prensa publicó que los comerciantes no querían venderles
comida o lo hacían a precios elevados con el propósito de que se retiraran de sus
comunidades.

A manera de conclusión

A pesar de la delincuencia, retenes y xenofobia, hay migrantes centroamericanos


que llegan a Estados Unidos después de odiseas de un mes (promedio) o hasta 9
meses. El éxito de su viaje depende de muchos factores: de la ayuda de “coyotes”,
de las rutas que utilizan, de su propia experiencia migratoria previa, de los recur-
sos disponibles, del nivel de organización que poseen estos individuos o grupos
de migrantes, o del apoyo de redes sociales y familiares en territorios de origen,
tránsito y destino.37
Aunque en la gestión de Barack Obama se deportaron a ⒉8 millones de
personas, bajo el Programa de Extranjeros Criminales (cap, por sus siglas en in-
glés), y de ellos el 9⒉5 por ciento eran mexicanos, guatemaltecos, hondureños y
salvadoreños, la realidad es que el sistema productivo agropecuario y de servicios
sigue funcionando con mano de obra mexicana y centroamericana.
En las últimas tres décadas y media, los estados de los países centrales y los
empresarios desplegaron una compleja estrategia de reestructuración del sistema
capitalista mundial que atiende a los intereses de los grandes capitales transna-
cionales. Entre los elementos esenciales de dicha estrategia destacan la interna-
cionalización de la producción, las finanzas y el comercio bajo la batuta de las

37 Ernesto Rodríguez, op. cit.

142
Norma Angélica Cuéllar Díaz | Hugo César Moreno Hernández

grandes corporaciones; la aplicación de políticas neoliberales de ajuste estructural


con el propósito de reinsertar a la periferia, bajo pautas asimétricas y subordina-
das, en la dinámica de acumulación mundial.
El andamiaje de la economía política mundial basa su existencia en la expor-
tación de fuerza de trabajo. De modo que la configuración capitalista mantiene
una descomunal concentración de capital; un agudo crecimiento de las asimetrías
entre países, particularmente en el horizonte Norte-Sur, y un incremento sin
precedentes de las desigualdades sociales. Esto ha significado el aumento lógico e
interrumpido de la fuerza de trabajo del sur y el centro hacia el norte del conti-
nente. Así, se mantiene un doble discurso: por un lado, rechaza la migración in-
documentada y, por otro, la propia mano de obra ilegal mantiene sus sistemas de
seguridad social y sus sistemas de pensiones, prestaciones que jamás reclamarán.
El incremento del número de migrantes centroamericanos que llegan a la
frontera de México con Estados Unidos desde 2014, en contraposición con la re-
ducción de la migración mexicana irregular,38 ha originado que el gobierno de
Estados Unidos comience a prestar mucha más atención a la llegada de centroa-
mericanos. Pero todo indica que la pobreza, el desempleo, los desastres naturales
y, sobre todo, la violencia, seguirán siendo el motor de expulsión de personas de
esa región.
Otra estrategia para limitar el flujo de migrantes provenientes de Centroamé-
rica es convertir al territorio mexicano, al menos el sureste, en una segunda fron-
tera de Estados Unidos. En el mes de abril de 2017, el Comando Sur de Estados
Unidos patrocinó una reunión con las fuerzas armadas de México y Guatemala,
donde se anunció el impulso de un proyecto ‘‘muy importante de fuerza de tarea
en su frontera común para llevar a cabo patrullajes terrestres, aéreos y de reco-
nocimiento, para el intercambio de información e inteligencia para combatir al
crimen organizado”.39 Sin embargo, en los hechos, el proyecto de fuerza de tarea,
que se había venido configurando desde cinco años atrás, tiene el propósito de
establecer bases operativas en la región del Petén (Guatemala), área estratégica
que colinda con el río Usumacinta.
Se debe destacar que aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump,
mantenga su discurso de rechazo a los inmigrantes ilegales y a la amenaza que

38 La comunidad académica, con base en diferentes indicadores, parecen haber llegado al
consenso que la migración irregular mexicana a Estados Unidos ha llegado a una tasa cero.
Es decir, el número de los que se siguen yendo coincide con el de los que regresan, de modo
que sigue habiendo seis millones de indocumentados mexicanos en aquella nación.
39 Jesús Aranda (26 de abril 2017), “Apoyará el Comando Sur vigilancia en la frontera Mé-
xico-Guatemala”, La Jornada, México.

143
Violencia, crisis humanitaria y migración forzada de Centroamérica

representan para la economía y la estabilidad de su país, es previsible que el fe-


nómeno seguirá ahí y continuará mientras la concentración de la riqueza continúe
y las políticas neoliberales sigan deteriorando el nivel de vida de la población
centroamericana.
Para Castles, las disparidades en las condiciones económicas y sociales entre
el sur y el norte son de tal magnitud, que lo más probable es que crezca la mi-
gración ilegal sin importar qué barreras se establezcan. La manera de evitarlo es
partir de las causas de fondo de la migración masiva, por medio del mejoramiento
de las condiciones en los países de origen.40

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146
Migrantes centroamericanos mutilados
en México: representaciones y políticas
del cuerpo doliente
Luisa Alquisiras Terrones

Ante la expansión de la economía global, la complejidad contemporánea del


orden económico y social ha producido expulsiones brutales,1 tales como las
de miles de centroamericanos que migran de sus países por la violencia social o
política, la pobreza, la falta de oportunidades de desarrollo y bienestar. Algunos
de ellos son integrados en condiciones de explotación laboral en los países del
norte global. Quienes han sufrido mella en sus capacidades físicas a consecuencia
de la precariedad2 de los contextos en los que trascurren su tránsito, aquellos
que en su búsqueda por el “sueño americano” sufrieron mutilaciones al caer de la
“Bestia”,3 pasan por un proceso doble de segregación que implica el abandono
también de la posibilidad de integración social y económica como fuerza de tra-
bajo en Estados Unidos. Bajo estas circunstancias, son integrados a un orden so-
cial que los considera sujetos de compasión y de cuidado. Entonces sus destinos
quedan a merced de las acciones de buena voluntad, compasivas o humanitarias
de diversas organizaciones, instituciones y personas. En algunos casos, el daño
físico ocasionado puede configurarse como un recurso estratégico para la formu-
lación de demandas a nivel político. ¿En qué medida se cumplen estas hipótesis?
En este artículo serán desarrollados dos aspectos que se entretejen en torno a
los migrantes mutilados. Por un lado, una descripción y análisis general de esta
problemática en México representada en las estadísticas oficiales del Instituto
Nacional de Migración, los informes disponibles del Comité Internacional de

1 Saskia Sassen (2015), Expulsiones. Brutalidad y complejidad en la economía global, Madrid,


Katz.
2 En este texto se concuerda con la perspectiva desarrollada en el libro de Basok, Bélanger,
Rojas y Cádiz (2015), Rethinking Transit Migration. Precarity, Mobility and Self-making in
México, United Kingdom, Palgrave MacMillan. Si bien el término de precariedad se utiliza
para describir la situación laboral caracterizada por la incertidumbre y la inestabilidad, puede
generalizarse para dar cuenta de una condición de inseguridad acerca del bienestar e incluso
de la vida misma. De igual forma, las estructuras políticas y los procesos que configuran la
precariedad de los migrantes centroamericanos en el espacio transnacional comprenden tanto
sus países de origen, como México y Estados Unidos.
3 Nombre utilizado para referirse a la red de ferrocarriles de carga empleados por los mi-
grantes para viajar dentro de territorio mexicano.

147
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

la Cruz Roja y otros informes de organizaciones civiles involucradas en la aten-


ción de la población migrante centroamericana. Por otro lado, la exposición del
daño físico como principal característica y potencia para un tipo particular de
narrativas y prácticas que atraviesan el discurso de múltiples actores: el Estado
mexicano, las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, medios de
comunicación y los propios migrantes.

Antecedentes: neoliberalismo y migración en Centroamérica

Dentro de la literatura académica no se duda en señalar la relación entre el


crecimiento exponencial de la migración centroamericana hacia Estados Uni-
dos a partir de la década de los noventa con la implementación de las políticas
neoliberales en la región. La expulsión de miles de personas ocasionada por los
conflictos armados y la violencia política imperante en los años sesenta y ochenta
en países como Guatemala, El Salvador y Nicaragua, son antecedente de los mo-
vimientos poblacionales más recientes; resultado de las transiciones democráticas
en los países centroamericanos cuyos nuevos regímenes impulsaron acuerdos a
través de los cuales se incrementaron sus desventajas competitivas dentro de la
economía global.
Hoy por hoy, el fracaso rotundo de la promesa de bienestar y desarrollo que
el modelo neoliberal hizo a los países subdesarrollados de Latinoamérica,4 ha
evidenciado su verdadero carácter: ser uno de los mecanismos del capitalismo
global para mantener e incrementar la acumulación y riqueza del norte global.
Para David Harvey, el término de neoliberalismo hace referencia a
…un proyecto de clase que cobró vida durante la crisis de los años setenta;
enmascarado bajo una espesa capa retórica sobre la libertad individual, la
responsabilidad personal, las virtudes de la privatización, el libre mercado
y el libre comercio, en la práctica legitimó políticas draconianas destinadas
a restaurar y consolidar el poder de la clase capitalista.5

Una de sus consecuencias, evidentemente relacionada con las dinámicas migra-


torias, ha sido la exportación de fuerza de trabajo “competitiva” como una mer-
cancía más producida por los países centroamericanos. Fenómeno que sobrevino
a través de dos vías. Por un lado, la modificación de la estructura de las expor-
4 Carlos Figueroa (2014), “Centroamérica: neoliberalismo y violencia. La historia como
destino”, en Neptalí Monterroso, Luis Guadarrama, Lilia Zizumbo (coords.), Democracia y
desarrollo en América Latina, México, Universidad del Estado de México, pp. 15-6⒉
5 David Harvey (2013), El enigma del capital y la crisis del capitalismo, España, Akal Cues-
tiones de Antagonismo, p. ⒖

148
Luisa Alquisiras Terrones

taciones tanto en la agricultura como en la maquila, que pasó de la exportación


de los productos nacionales a los no tradicionales en la primera, y al impulso de
las exportaciones de maquila en la segunda. Cabe señalar que ambas acciones
tuvieron como resultado el deterioro de las condiciones sociales de la población
laboral. Por otro lado, la migración trasnacional, es decir, la expulsión de miles
de personas en búsqueda de una mejora en sus ingresos, generó grandes canti-
dades de remesas para estos países a costa de una severa dependencia económica.
En el caso de Centroamérica, la implementación de los llamados “ajustes es-
tructurales” realizados de forma acelerada luego de la pacificación con la firma de
los Acuerdos de Esquipulas ii en agosto de 1987, trajo beneficios sólo a grupos
reducidos de oligarcas locales y empresas transnacionales, y mayor pobreza y
desigualdad para el resto de la población.
Los efectos nocivos de esta política económica fueron el desempleo estruc-
tural, el aumento de rentas monopólicas en los sectores privatizados, la desa-
parición de un elevado número de pequeñas y medianas industrias, así como
la destrucción de capital humano que se traduce en el incremento de los flujos
migratorios.6

Migración centroamericana irregular:


ejército de reserva industrial o expulsados

David Harvey señala que una de las posibles “barreras” para la acumulación con-
tinua del capital, es la disposición de la fuerza de trabajo necesaria para producir
mercancías. La creación de un “ejercito de reserva industrial” es uno de los ele-
mentos indispensables para mantener la acumulación. Dicho ejército puede loca-
lizarse dentro de los países pobres y también dentro de los países capitalistas que
atraen grandes flujos de migración trasnacional. Sus características, además son
muy específicas: “flexible, dócil, manipulable y experto cuando sea necesario”.7
Los intrincados mecanismos para que estas condiciones se vean cumplidas,
han merecido profundos estudios desde el punto de vista no sólo económico,
sino también político y cultural. De acuerdo al Instituto de Política Migratoria,8
en el 2015, aproximadamente ⒊4 millones de centroamericanos residían en Es-

6 Jorge Katz (2000), Reformas estructurales, productividad y conducta tecnológica en América


Latina, Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, fce.
7 Harvey, El enigma del capital y la crisis del capitalismo, op. cit., p. 5⒌
8 Gabriel Lesser y Jeanne Batalova, “Migrantes Centroamericanos en los Estados Unidos”,
Migration Policy Institute, 21 de Abril, 2017, http://www.migrationpolicy.org/article/inmi-
grantes-centroamericanos-en-los-estados-unidos, consulta, 17 agosto, 20⒘

149
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

tados Unidos. Esta cifra representa el 8% de los 4⒊3 millones de inmigrantes


en el país. En términos generales, la población de migrantes centroamericanos
creció 10 veces más de 1980 a 20⒖ Este crecimiento exponencial y sostenido, así
como sus oscilaciones, confirma los estudios que ha documentado ampliamente
la relación entre la expulsión de la población con los conflictos armados en la
región y las posteriores políticas neoliberales.
Del total de centroamericanos en Estados Unidos, el 85% provenían del
triángulo norte, formado por los países de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Aunque el sueño americano puede verse representado en esas cifras, existen mu-
chos otros datos que ponen en evidencia su fragilidad. De acuerdo con esta mis-
ma organización, el 22% de las familias centroamericanas vivían en la pobreza. Y
el ingreso medio de los hogares encabezados por migrantes centroamericanos fue
más bajo que el del total de la población nacida en el extranjero.
Respecto a la migración ilegal, se estima que en el periodo de 2010-2014
aproximadamente ⒈7 millones de migrantes no autorizados, es decir, ilegales,
residían en Estados Unidos, representando el 15% de 11 millones de personas
(el total de la población no autorizada en ese país). Guatemala (723,000), El Sal-
vador (465,000) y Honduras (337,000) figuran entre los cinco primeros países de
origen de inmigrantes no autorizados.
A pesar de considerar a la migración como mano de obra barata para ser
integrada a la economía capitalista en condiciones laborales precarias, no se pue-
de pensar que los migrantes que son incorporados de esa forma en el sistema
económico están siendo “incluidos” dentro de la comunidad política de los paí-
ses receptores. Como lo señala Mezzadra, constituyen política y subjetivamente
“excluidos inmanentes”. Respecto a este fenómeno, el mismo autor apunta que
la flexibilización del mercado laboral y la precarización del trabajo se han bene-
ficiado de las políticas de control de la migración, dando lugar a la ilegalización
bajo la cual el migrante irregular es explotado: “el objetivo no es cerrar hermé-
ticamente las fronteras de los países ricos, sino establecer un sistema de diques
para producir, en última instancia, un proceso activo de inclusión del trabajo
migrante a través de su ilegalización”.9
Para este autor, las prácticas de securitización han tenido efectos en los dis-
cursos populares y administrativos tanto de los países altamente industrializados
de Europa como en Norteamérica, y tienden a la construcción de una idea en-
torno al sujeto migrante como un “intruso”, alguien “peligroso”, que se vuelve
“competencia” en el mercado laboral para la población residente, entre otros
9 Sandro Mezzadra, “Capitalismo, migraciones y luchas sociales. La mirada desde la autono-
mía”, Nueva Sociedad, núm. 237, enero-febrero, 2012, p. 3⒉

150
Luisa Alquisiras Terrones

adjetivos no favorecedores. Este proceso es nombrado, desde la perspectiva de


la biopolítica, como una forma de manejo y regulación de la población a partir
de la construcción de ciudadanos deseables o indeseables. La ciudadanía no es
entendida simplemente como un derecho, sino como una política, un ejercicio de
poder y una relación que implica el control de la conducta de otros, pero también
de sí mismo.
Dos particulares técnicas se han empleado para gobernar a los migrantes y
constituirlos como anti-ciudadanos: la securitización de las fronteras y la deten-
ción.10 México, en este contexto, es pieza fundamental. Respecto al caso varios
estudios señalan que:
no se trata de una decisión autónoma de los países de tránsito, en función
de su soberanía o a partir de sus intereses propios. Se trata de cumplir el
mandato de otra nación –en este caso de Estados Unidos– de detener los
flujos de migrantes antes de que intenten entrar en el territorio estadouni-
dense, de aceptar la delegación de estas funciones de estilo policiaco que
impone Estados Unidos a los países intermediarios.11

Para ampliar esta mirada sobre las dinámicas migratorias, es necesario analizar
también los datos estadísticos respecto a la migración irregular que no logró
adentrarse en Estados Unidos, es decir, que fue retenida por autoridades de ese
país o de México. Esta perspectiva es útil también para dar cuenta de los cambios
en las políticas de control y gestión de los flujos migratorios irregulares por parte
de ambos Estados.
De acuerdo al estudio “Migración centroamericana en tránsito irregular por
México: nuevas cifras y tendencias”,12 la estimación de eventos de migrantes
centroamericanos en tránsito irregular por México a Estados Unidos ha presen-
tado fluctuaciones que son merecedoras de análisis. Los autores identifican tres
etapas definidas durante los últimos 20 años en el flujo migratorio centroame-
ricano:

10 Tanya Basonk, Daniéle Bélanger, Martha Rojas, y Guillermo Candiz (2015), Precarity,
Mobility, and Self-Making in Mexico, United Kingdom, Palgrave MacMillan.
11 Gloria Marroni y Cristina Cruz. “La migración internacional: la sangría neoliberal de la
población latinoamericana”, en Carlos Figueroa y Cordero Blanca (2011), ¿Posneoliberalismo
en la América Latina? Los límites de la hegemonía neoliberal en la región, México: Instituto
de Ciencias Sociales y Humanidades: “Alfonso Vélez Pliego”, buap, Juan Pablos Editor, pp.
229-25⒏
12 Ernesto Rodríguez (2016), Migración centroamericana irregular por México. Nuevas cifras
y tendencias, Guadalajara, Policy Brief Series.

151
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

Primera etapa (1995-2005): una fase de crecimiento cuyo valor mínimo fue
de 148 mil eventos en 1997 y un máximo de 418 mil eventos en el 200⒌ Segunda
etapa (2006-2011): una fase de decrecimiento continuo donde los valores llegan
al punto inferior más bajo de todo el periodo analizado en el año 2011, con 126
mil eventos. Un 70% menos respecto al 200⒌ Tercera etapa (2012-2015): fase de
fuerte re-incremento donde se triplicó el volumen respecto al 2011 en sólo tres
años, llegando a un total de 392 mil eventos en 20⒕
Para el análisis de los procesos de externalización de las fronteras y securiti-
zación, Es importante señalar las diferencias entre los volúmenes de migrantes
centroamericanos detenidos por la patrulla fronteriza de Estados Unidos y los
migrantes detenidos en México. Hasta el 2010 las retenciones realizadas por las
autoridades migratorias de Estados Unidos fueron constantemente superiores, y
mantuvieron tendencias muy similares al alta y a la baja entre ambas. En el 2011
esta tendencia se revierte de forma destacada, observando un pico en el 2014,
año en el cual las retenciones ejecutadas por autoridades migratorias mexicanas
superaron las realizadas por Estados Unidos, realidad fuertemente vinculada a la
implementación del Programa Frontera Sur.
Para complejizar aún más este panorama, actualmente otro tipo de eventos
han modificado el análisis de las dinámicas migratorias. Saskia Sassen, en sus
teorizaciones sobre las lógicas económicas contemporáneas, señala un cambio
significativo en las relaciones del capitalismo tradicional y del capitalismo avan-
zado; en las últimas hay una marcada lógica de extracción y destrucción. En estos
contextos, las personas dejan de tener valor incluso en cuanto a trabajadores y
consumidores. En América Latina, como en otras partes del mundo, el interés
por la explotación de los recursos naturales ha desplazado el interés por la ex-
plotación laboral de las personas. Sobre estos cambios profundos en el sistema
económico capitalista la autora explica:
nuestro periodo no es igual a formas anteriores del capitalismo, que ob-
tenían sus ganancias en base a la expansión acelerada de las clases trabaja-
doras y medias prósperas. Maximizar el consumo de los hogares fue una
dinámica esencial de ese periodo anterior, como lo es hoy en las llamadas
economías emergentes del mundo. Pero en general ya no es el motor sisté-
mico estratégico que fue durante la mayor parte del siglo xx.13

En México, en los años recientes, las preocupaciones sobre la migración en trán-


sito, que por definición buscaba ingresar a Estados Unidos para insertarse en el
mercado laboral, fue desplazada por el incremento de las personas que, huyendo

13 Saskia Sassen, Expulsiones. Brutalidad y complejidad en la economía global, op. cit., p. 2⒈

152
Luisa Alquisiras Terrones

de la violencia de los países centroamericanos, solicitaron refugio, principalmente


en los Estados de la frontera sur. De acuerdo a los informes del Alto Comisio-
nado de las Naciones Unidad para los Refugiados (acnur) de 2013 a 2015 hubo
un aumento del 162%, alcanzando la cantidad de 3,423 solicitudes en 20⒖ El
90% de estas solicitudes fue de personas provenientes de los países del Triángulo
Norte.14 Según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (comar), sólo el
39% de esas solicitudes fueron reconocidas como refugiados y un 7% recibieron
protección complementaria.
En el 2016, la comar estima que la cifra de solicitudes de refugio aumen-
tó considerablemente a un total de 8,79⒍ De ellas, 3,223 fueron reconocidos
(51%), 672 se les otorgó protección complementaria (11%) y 2353 no fueron
reconocidas (38%).
En el siguiente año, 2017, la cifra total aumentó un 65% con respecto al año
anterior. Siendo el número total de solicitudes fue de 14,596; de las cuales, 1,907
fueron reconocidos (43%), 918 recibieron protección complementaria (21%) y
1,650 no fueron reconocidas (37%).15
Aparentemente lejos de este contexto económico y político global, la vida
de grandes sectores poblacionales ha experimentado la brutalidad con la que
estas lógicas macro sociales se hacen visibles a nivel local. Miles de personas
huyen de la pobreza de sus países de origen en búsqueda de mejores condi-
ciones de vida. En años recientes, la violencia, a la par de la pobreza, en Cen-
troamérica ha aumentado cuantitativa y cualitativamente, produciendo lo
que algunos llaman una “crisis humanitaria” cuyos efectos para los habi-
tantes de estos países, señalan, es igual al que se vive en países en guerra.16
Las políticas de control de la movilidad humana, en este sentido, bloquean el
que para algunos es el único camino para conservar la vida: migrar, e imponen
riesgos cada vez más altos para quienes intentan hacerlo.

14 Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, “México: hoja informati-
va acnur, julio, 2016”, en www.acnur.org julio, 2016, en http://www.acnur.org/t3/fileadmin/
Documentos/RefugiadosAmericas/Mexico/Mexico_hoja_informativa_Julio_2016_ESP.pdf,
consulta: 17 de agosto 20⒘
15 Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, “Estadísticas del 2013-2017”, comar.gob, (6
de octubre de 2017), http://www.comar.gob.mx/work/models/COMAR/Resource/267/6/
images/ESTADISTICAS_2013_A_20⒗pdf, consulta: 8 de marzo de 20⒙
16 Médicos Sin Fronteras, “Forzados a huir del Triángulo Norte de Centroamérica: una
crisis humanitaria olvidada”, msf.mx, mayo 2017, http://www.msf.mx/document/forza-
dos-a-huir-del-triangulo-norte-de-centroamerica-una-crisis-humanitaria-olvidada, consul-
ta: 17 de agosto de 20⒘

153
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

Migrantes mutilados: una aproximación a la problemática

El fenómeno de las mutilaciones sufridas por los migrantes durante su tránsito


de un país a otro ha sido poco explorado en la literatura académica. Uno de los
contados artículos que abordan esta problemática específica, escrito por Anneliza
Tobar en 2013,17 señala que en términos numéricos los casos de migrantes que
han sufrido amputaciones constituye una micro tendencia dentro de los movi-
mientos migratorios. Es decir, representan un mínimo porcentaje frente a las
estadísticas que revelan el desplazamiento anual de miles de personas de Centro-
américa hacia México y Estados Unidos.
Las estadísticas proporcionadas por el Instituto Nacional de Migración de
México se limitan a los casos registrados por el Grupo Beta. Este es un programa
puesto en marcha en el año de 1990 en Baja California con la finalidad de auxi-
liar a los migrantes víctimas de la delincuencia durante su tránsito por territorio
mexicano. En la actualidad existen 22 grupos Beta en nueve estados del país
(Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco,
Chiapas y Oaxaca), cuyo objetivo es proporcionar ayuda humanitaria, primeros
auxilios, asistencia migratoria, orientación e información a los migrantes sobre
sus derechos.
En los boletines estadísticos anuales publicados por la Unidad de Política
Migratoria de la Secretaría de Gobernación, las acciones de auxilio a personas
mutiladas aparecen subsumidas en el rubro: “primero auxilios a migrantes (le-
sionados o heridos)”, en donde se incluyen “migrantes lesionados o heridos y los
mutilados atendidos por los grupos Beta”. Por ello es imposible conocer la cifra
particular de casos debido a la multiplicidad de causas que se agrupan en una
misma categoría. Por otra parte, estos reportes anuales establecen comparativas
por mes y entidad federativa, más no proporcionan información del perfil so-
ciodemográfico de la población, como puede ser la nacionalidad, edad y género.

17 Anneliza, Tobar, “Discapacidad y migración hacia México y Estados Unidos: un análisis


desde la exclusión social” en Enrique Baltar, María da Gloria Marroni, Daniel Villafuerte
(coords.) (2013), Viejas y nuevas migraciones forzadas en el sur de México, Centroamérica y el
Caribe, México, Universidad de Quintana Roo, pp. 173-2⒕

154
Luisa Alquisiras Terrones

Gráfica 1. Primeros Auxilios a Migrantes (lesionados o heridos y mutilados)


Periodo 2002-2018. Total 12,421

Fuente: elaboración propia a partir de los Boletines Estadísticos Anuales, publicados en: política mi-
gratoria.gob.mx (2007 al 2018), http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Esta-
disticos, consulta: 16 de marzo de 2018.

En la Gráfica 1 se muestran el total de migrantes lesionados, heridos y mutilados,


auxiliados por el Grupo Beta en el periodo de 2002 al 2018, siendo la cifra final:
12,42⒈ Se aprecia un aumento significativo en el año 2005, con 1,626 casos;
otro en 2012 y 2013, con 1,611 y 1,577 casos, respectivamente. Se puede advertir
también una disminución sostenida desde 2014 a la fecha, teniendo un mínimo
histórico en 2017 con 136 casos.18
En la Gráfica 2 se muestra el registro de eventos en el periodo 2007-2018
desglosados por mes.19 Se aprecia un aumento sostenido entre los meses de abril
a julio, teniendo un pico máximo en el mes de abril con 897 casos, no lejos del
segundo lugar: julio con 859 casos.

18 En 2018 se contabilizan los seis casos registrados sólo en el mes de enero, ya que aún no
se encuentran disponibles las cifras de los meses siguientes.
19 No se cuenta con un desglose por mes en los reportes del 2002 a 200⒍

155
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

Gráfica 2. Primeros Auxilios a Migrantes (lesionados o heridos y mutilados)


Periodo 2007-2018. Eventos registrados por mes

Fuente: elaboración propia a partir de los Boletines Estadísticos Anuales, publicados en: política mi-
gratoria.gob.mx (2002 al 2018), http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Esta-
disticos, consulta: 16 de marzo, 2018.

Finalmente, la Gráfica 3 da a conocer el total de eventos registrados por entidad


federativa. Destaca en ella el gran número de casos registrados en Nogales, So-
nora: 4,020 en total. Esto significa un aumento del 222% respecto al segundo
lugar: Tenosique, Tabasco, que registra 1,245 casos. Es notable también que
ambos lugares representan el punto de inicio y el punto final de una de las líneas
ferroviarias que atraviesa el país de sur a norte.
En el reporte general de acciones de protección a migrantes llevadas a cabo
entre 2002 y 2016, se dan a conocer el total de personas mutiladas: 40⒋ Los
años 2004 (85 casos), 2005 (95 casos) y 2006 (74 casos) fueron los de mayor
ocurrencia.20 El reporte concluye en 2016, cuando solo se registran dos eventos;
no obstante, tampoco se proporcionan otros datos que permitan analizar las ca-
racterísticas de la población.
Se puede suponer fácilmente que los casos reportados por el Grupo Beta no
representan a la población total de migrantes mutilados, sino solamente aquellos
que fueron auxiliados por este órgano. Por tanto se omiten los casos de migran-
tes que sufrieron mutilaciones ocasionadas por el tren en otros estados de la
República Mexicana. Incluso, se podrían excluir eventos que tuvieron lugar en
los estados donde sí tienen representación pero de los cuales no tuvieron cono-
cimiento, por no contar con una presencia permanente en todos los puntos de
paso del tren.

20  Secretaria de Gobernación (2017), “Acciones de protección a migrantes efectuadas por los
Grupos Beta, 2002-2016”, en http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Series_
Historicas, consulta: 17 de agosto de 20⒘

156
Luisa Alquisiras Terrones

Gráfica 3. Primeros Auxilios a Migrantes (lesionados o heridos y mutilados)


Periodo 2002-2018. Eventos registrados por entidad federativa

Fuente: elaboración propia a partir de los Boletines Estadísticos Anuales, publicados en: política mi-
gratoria.gob.mx (2002 al 2018), http://www.politicamigratoria.gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Esta-
disticos, consulta: 16 de marzo, 2018.

Por su parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (en adelante, cicr), a través
del “Programa de Asistencia a Personas Amputadas, Gravemente Lesionadas o
Enfermas”,21 publicó en 2013 un informe detallado de casos atendidos en Mé-
xico y América Central de enero a diciembre de ese año. En ese periodo se tuvo
conocimiento de 31 nuevos casos de personas que sufrieron accidentes y a conse-
cuencia perdieron alguna extremidad. El estado de Veracruz concentró la mayor
cantidad de casos: 11 (36%). 26 fueron referidas a las oficinas del cicr en México
y cinco fueron repatriadas a sus países de origen sin que se tuviera conocimiento
de dichos casos, aunque en un momento posterior obtuvieron asistencia. En
ese mismo año, el cicr tuvo conocimiento de 33 casos de personas gravemente
lesionadas y que requirieron apoyo a causa de accidentes acaecidos en México,
pero que no sufrieron amputaciones. Como parte de las acciones de asistencia,

21  Este programa fue puesto en marcha por el cicr en el 2009, y desde entonces tiene como
principal objetivo brindar asistencia individual a personas migrantes que hayan sufrido algún
accidente en el trayecto migratorio. El proyecto de rehabilitación física de este programa
incluye las siguientes acciones: referir al paciente a instituciones que brindan rehabilitación
física pre y post protésica, donar prótesis y materiales que faciliten la movilidad, facilitar y/o
financiar los traslados que se requieren para recibir las terapias de rehabilitación o las prótesis
y facilitar la comunicación con la familia.

157
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

en 2013, 10 de los 31 migrantes amputados recibieron prótesis y 21 estaban a


la espera de procedimientos médicos y rehabilitación para recibirlas. El 64% de
nacionalidad hondureña, el 24% salvadoreña y el 10% guatemalteca.
Aunque se desconoce el número total de personas mutiladas atendidas o de
las que tuvo conocimiento el cicr desde 2009 a la fecha, podemos derivar algu-
nas cifras del reporte emitido en 20⒔ El total de casos asistidos en ese año fue
de 92 personas, 82 de las cuales habrían sufrido accidentes en años anteriores y
recibieron prótesis ese año por primera o segunda vez. Sumando los casos que
están en espera de prótesis, este informe habla de la existencia de 113 migrantes
centroamericanos mutilados por accidentes ocurridos en México. 22
En la siguiente infografía del cicr publicada en 201623 sobre las acciones a
favor de las personas migrantes, sólo en el transcurso de ese año se señala que
un total de 83 personas migrantes amputadas recibieron rehabilitación física y/o
prótesis a través de instituciones apoyadas por el cicr. En este documento se
incluyen los casos atendidos en México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
No se distingue entre casos nuevos y casos ocurridos en años anteriores. A pesar
de la falta de especificidad en cuanto a los perfiles, lo que sí muestra esta cifra es
la persistencia de la problemática y la necesidad de continuar e, incluso, extender la
ayuda humanitaria.
Entre las estadísticas proporcionadas por el Instituto Nacional de Migración
y los informes del cicr existe aún un sub registro representado por aquellos
migrantes mutilados que no fueron auxiliados o apoyados por estas dos organiza-
ciones: una gubernamental y la otra humanitaria. Sin dejar de mencionar la posi-
bilidad de casos de migrantes víctimas fatales de lesiones provocadas por el tren.
De acuerdo a la Organización Internacional de las Migraciones (oim) en el
proyecto Migrantes Ausentes (Missing Migrants),24 sólo en 2017 se ha registra-
do la muerte de 418 personas migrantes entre Centroamérica y Estados Unidos.
22  Comité Internacional de la Cruz Roja, “Informe sobre personas migrantes amputadas,
gravemente lesionadas o enfermas”, cicr.org (mayo, 2014), https://www.icrc.org/es/docu-
ment/informe-sobre-personas-migrantes-amputadas-gravemente-lesionadas-o-enfermas,
consulta: 17 de agosto de 20⒘
23  Comité Internacional de la Cruz Roja, “Acción a favor de las personas migrantes: acti-
vidades y resultados enero a diciembre 2016”, cicr.org (marzo, 2017), https://www.icrc.org/
es/document/accion-en-favor-de-las-personas-migrantes, consulta: 17 de agosto de 20⒘
24  Missing Migrants Project es un proyecto que rastrea las muertes de migrantes, incluidos
refugiados y solicitantes de asilo, que han desaparecido a lo largo de rutas migratorias mixtas
en todo el mundo a través de la sistematización la información contenida en informes de
autoridades nacionales y a través de los medios de comunicación. Estadísticas disponibles en
https://missingmigrants.iom.int.

158
Luisa Alquisiras Terrones

En el periodo que abarca 2014-2018 se han identificado 127 migrantes fallecidos


en esta región; las causas se vinculan directamente con el tren: golpes, caídas y
choques. Se incluye en esta cifra a los migrantes que murieron por causas desco-
nocidas, pero cuyos cuerpos fueron encontrados al lado de las vías (cinco casos).
Un dato difícil de elucidar entre la información estadística proporcionada es:
¿cuántas de las lesiones fueron causa de una agresión o delito y cuántas de lo que
propiamente puede considerarse un accidente?25
La posibilidad de morir sin ser identificado o encontrado, y formar parte de
la cifra oculta de migrantes desaparecidos, es también latente. En México, la
falta de información por parte de los organismos gubernamentales ha sido una
grave omisión denunciada ampliamente por organizaciones civiles y grupos de
activistas a favor de los migrantes. Este riesgo se hace presente en muchos de los
testimonios de migrantes que han realizado en el lomo de “la bestia” el peligroso
viaje, el cual abarca miles de kilómetros, atraviesa ciudades, pueblos y también
largas extensiones de territorio despoblado donde hay pocas posibilidades de re-
cibir auxilio.
Observar exclusivamente en términos cuantitativos este fenómeno podría lle-
var a invisibilizar aspectos de suma relevancia, no sólo en el ámbito académico,
sino también para las políticas públicas y sociales. Estas últimas han ofrecido
una respuesta mínima y en el mejor de los casos paliativa a las necesidades de los
migrantes que sufrieron este tipo de daño.
***
José Luis es originario de la ciudad de El Progreso, Honduras. De acuerdo
a sus propias palabras, la pobreza y el desempleo fueron las motivaciones que
lo llevaron, a los 16 años, a emprender su primer viaje hacia Estados Unidos
en búsqueda de una vida mejor y ayudar a su familia. En 2005, en su segundo
intento de cruzar México, subió al tren en el tramo de Torreón a Ciudad Juárez,
habían pasado 20 días desde que salió de su país, durante los cuales soportó infi-
nidad de situaciones que lo desgastaron física y mentalmente: frío, sed, hambre,
largas caminatas, asaltos y persecuciones de agentes de migración. En un mo-
mento, mientras intentaba quitarse los zapatos para descansar sus pies, el tren
se internó en un tunel, quedó a oscuras y él cayó. Las consecuencias fueron la
amputación de una pierna, su brazo derecho y los dedos de su mano izquierda:
Ahí quedé, ni siquiera perdí el conocimiento. Yo me acuerdo que pasaban
los vagones del tren, yo quería pararme, quería pedir auxilio. Pero a la

25  Esta última circunstancia se caracteriza por su falta de intencionalidad y, por tanto, de
responsable o culpable.

159
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

vez yo quería morirme porque al verme así, yo pensaba más que todo en
mi familia. Quería pararme, porque yo aunque miraba mi pierna y todo, mi
subconsciente no aceptaba la idea de que había quedado así. Lo único que
logré hacer fue sentarme, sentarme entre las vías, migrando los chorros
de sangre.26

El auxilio lo recibió de un paramédico de la Cruz Roja que en esos momentos


conducía una camioneta y esperaba el paso del tren, situación que José Luis in-
terpreta como un milagro.
Doce años después, el 20 de marzo de 2014 volvió a realizar el viaje, esta vez
como parte de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (en
adelante ameredis) que en ese año representaba a 450 hondureños que habían
sufrido mutilaciones durante su tránsito por México al utilizar el tren como
medio de transporte. La “marcha de los mutilados” es la acción con la cual ob-
tuvieron mayor visibilidad y en palabras de José Luis, su objetivo es evitar que
otras personas sufran experiencias como las suyas:
Al final de cuentas, poco o nada se puede hacer por nosotros, no me va a
crecer mi mano o mi pierna; lo que queremos es evitar que otras personas
pasen lo mismo que nosotros. Crear conciencia en los gobiernos, hacer in-
cidencia para que puedan generar fuentes de empleo, más seguridad y más
oportunidades para que la gente no se vea en la obligación de enfrentarse
a la migración más intensa y peligrosa de todas las del mundo, que eso
significa para nosotros los centroamericanos cruzar México.27

En esa ocasión, a pesar de las dificultades de movilidad debido a la escasez de


recursos económicos, lograron sostener su viaje gracias a la ayuda brindada por
las personas con las cuales interactuaron en el camino; desde gente local, hasta
organizaciones de la sociedad civil y religiosas. En México, la cobertura mediática
obligó al Instituto Nacional de Migración a concederles un permiso de estancia
humanitaria para llegar a su destino: la Ciudad de México. El contingente de
amiredis fue recibido por legisladores, activistas y periodistas nacionales e inter-
nacionales. Dos miembros expusieron sus casos en un foro de migración en el
Senado de la República, donde se les prometió que a partir de ese día, “…cual-

26  Entrevista realizada el 1 de febrero de 2018 en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
27  Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, “José Luis-Caravana de los Mu-
tilados” AMIREDIS, junio, 2015, https://youtu.be/phRDNkd8W48, consulta: 18 de marzo de
2018, cicr.org marzo, 2017, https://www.icrc.org/es/document/accion-en-favor-de-las-per-
sonas-migrantes, consulta: 17 de agosto de 20⒘

160
Luisa Alquisiras Terrones

quier migrante retornado con discapacidad tendrá acceso a una visa por razones
humanitarias y a establecerse en México junto con su familia.”28
En la siguiente marcha, en 2015, su objetivo fue entrevistarse con el presiden-
te de Estados Unidos, Barack Obama. Con respaldo de múltiples organizaciones
civiles lograron llegar a la capital de ese país y ayunaron durante 10 días frente
a la Casa Blanca. Sus peticiones eran diversas: frenar las deportaciones, exponer
el sufrimiento que viven los migrantes centroamericanos, ayuda humanitaria de
ese gobierno para generar fuentes de empleo en sus países de origen y no sólo
para combatir el narcotráfico o la violencia.29 En 2016, el gobierno de Estados
Unidos les concedió asilo a 11 de ellos. En contraste con las cifras oficiales revi-
sadas anteriormente, amiredis en el año de 2016 dio cuenta de la existencia de
713 hondureños mutilados por el tren “la bestia”; 53 de ellos originarios de la
población El Progreso, ciudad natal de José Luis.

Cuerpo doliente: discursos y prácticas de reconocimiento


de los migrantes mutilados

El relato anterior busca ilustrar uno de los escenarios donde se desenvuelven los
migrantes centroamericanos que sufren accidentes en México. Visto desde una
aproximación cualitativa, este fenómeno adquiere dimensiones apabullantes en
términos de precariedad, exclusión social y violencia. Incluso rebasa las delimita-
ciones temporales y espaciales del fenómeno migratorio cuyas consecuencias son
encarnadas de forma definitiva e irreversible en la subjetividad y el cuerpo de las
personas.
El uso del tren para cruzar el país se ha convertido quizás en el método más
riesgoso por múltiples circunstancias; la exigencia física que implica el viaje,
tener que subir y bajar del tren en movimiento, ser una ruta bien identificada
tanto para el crimen organizado como por las autoridades que buscan capturar
a los migrantes para medrar con ellos o detener su camino. Por estas razones,
son los migrantes con menos recursos económicos quienes optan por esta vía. A
pesar de las medidas tomadas por las instituciones, organizaciones y por los pro-

28  Rodrigo Soberanes, “La marcha de los mutilados”, Diario. Periodismo de investigación y
análisis, 30 de julio de 2014, http://liberacionmx.com/nota.php?NotaID=3152, consulta: 17
de agosto 20⒘
29  Silvia Ayuso, “Los sueños mutilados de los migrantes centroamericanos. El país, 23 de ju-
nio, 2015, en https://elpais.com/internacional/2015/06/23/actualidad/1435088948_69604⒏
html, consulta: 17 de agosto 20⒘

161
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

pios migrantes, se considera que el tránsito conlleva cierto grado de peligro, que
aumenta o disminuye según los métodos, los espacios y los actores involucrados.
Desde la perspectiva de la exclusión social, Tobar argumenta que las muti-
laciones sufridas por migrantes relacionadas al uso del tren acentúan los blo-
queos sociales que en primera instancia orillaron a las personas a migrar, y hacen
emerger nuevas dificultades ambientales y socioculturales vinculadas ahora a las
condiciones que enfrentan los sujetos que poseen una discapacidad. Por tales
razones “…configura un sujeto mucho más excluido de lo que era antes de iniciar
el viaje.”30
Por otra parte, la serie de investigaciones que abordan el fenómeno de la
migración centroamericana indocumentada en tránsito en términos de vulnera-
bilidad y riesgo, señala las mutilaciones como uno de los desenlaces que puede
interrumpir definitivamente el desplazamiento de las personas. Sin abordar a
profundidad las consecuencias de estos eventos ni sus características particulares
en relación a los secuestros, asesinatos, asaltos, violaciones, extorsiones y de-
más actos de violencia directa o indirecta hacia los migrantes centroamericanos,
plantean la configuración de un contexto estructural que en última instancia
ha deshumanizado al migrante en función de lógicas políticas de securitización,
vinculadas a su vez a lógicas económicas más amplias de explotación, como es la
del capitalismo.
Otras investigaciones coinciden en utilizar el concepto de “vida desnuda” para
describir el proceso de exclusión de la migración irregular que termina despro-
tegida frente al poder soberano. Para Agamben,31 la vida desnuda es la vida des-
pojada de sus cualidades políticas y sociales, una vida que no se puede distinguir
como humana. En su libro Homo Sacer, Agamben sugiere que la preocupación
de la soberanía moderna es la desnudez de la vida; es decir, que la vida puede es-
tar incluida o excluida de los reinos políticos y jurídicos. El homo Sacer es aquello
que se abandona fuera de la polis, alguien que puede ser asesinado sin cometer
asesinato, es decir, sin transgredir la ley, y que tampoco puede ser sacrificado, en
el sentido de que el sacrificio da a la muerte una significación divina.
Esta exclusión se ve dramáticamente representada en la carencia de datos
y/o la falta de disponibilidad de ellos, situación que fue evidenciada en el apar-
tado anterior de este trabajo. Desconocemos las causas de muerte o el paradero
de miles de migrantes centroamericanos que intentaban cruzar México, a pesar del
30  Tobar, “Discapacidad y migración hacia México y Estados Unidos: un análisis desde la
exclusión social”, p. 17⒍
31  Giorgio Agamben (1995), Homo Sacer: El poder soberano y la nuda vida, España,
Pre-Textos.

162
Luisa Alquisiras Terrones

esfuerzo de las organizaciones de la sociedad civil, activistas y periodistas enfoca-


dos en la problemática. Las mediciones cuantitativas son uno de los principales
insumos para el establecimiento de políticas públicas; la ausencia de ellas forma
parte de un proceso de invisibilización que desplaza la problemática fuera del
ámbito público y político. Mismo proceso que opera al asignarles el carácter de
excepcionalidad a estas experiencias, o al calificarlas como “accidentes”, represen-
tación que individualiza las circunstancias bajo las cuales los migrantes exponen
su integridad física sin ningún garante para la conservación de su vida.
A pesar de las severas condiciones de precariedad generalizada de los migran-
tes indocumentados que transitan por México, las políticas migratorias estable-
cen que sólo aquellos que han experimentado algún tipo de violencia son sujetos
de políticas humanitarias por parte del Estado mexicano. Lo pueden ser aquellos
que fueron víctimas, ofendidos o testigos de algún delito cometido en territorio
mexicano y quienes se encuentren solicitando el reconocimiento de la condición
de refugiados o de protección complementaria, lo que implica haber sufrido al-
gún tipo de violencia en sus países de origen. La principal salvedad la conforman
los niños, niñas y adolescentes no acompañados. Para otros casos, como son los
migrantes mutilados, la ley establece que se podrá́ autorizar la condición de es-
tancia de visitante por razones humanitarias a los extranjeros que no se ubiquen
en los supuestos anteriores, cuando exista una causa humanitaria o de interés
público que haga necesaria su internación o regularización en el país.32
Es evidente que la respuesta humanitaria en general funciona bajo una lógica
de excepcionalidad. En este sentido, el migrante que ha sufrido algún tipo de
violencia es colocado en la posición de víctima, tras lo cual deja de ser un posi-
ble victimario: ladrón, pandillero, es decir, un peligro para la seguridad de los
demás. Sin embargo, en el campo de las políticas migratorias, no todos pueden
ser “víctimas”, como lo podemos constatar en el número de migrantes en calidad
de refugiados reconocidos por la comar. Gabriel Gatti ilustra sobre esta carac-
terística particular:
Víctima es aquí un sujeto del orden de lo extraordinario, de la epopeya:
es el sacrificado por todos (mártir), es el muerto para todos (héroe), es
el expulsado para preservarnos a todos (chivo expiatorio). Es, en fin, un
sujeto expulsado, o sacrificado, o perdido para permitir que el conjunto del
que por un acto de violencia extremo fue excluido y que le designa como

32  Cámara de Diputados, “Reglamento de la ley de migración”, diputados.gob.mx, 23 de


mayo, 2014, en http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/regley/Reg_LMigra.pdf, con-
sulta: 17 de agosto de 20⒘

163
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

tal víctima, la sociedad, alcance cotas mayores de progreso, paz, felicidad,


integración o catadura moral.33

Posicionándonos desde esta dura crítica, las políticas humanitarias en el campo


de la migración son la catadura moral que definen las características de aquella
vida o vidas que serán reconocidas como tales. Para los migrantes mutilados, lo
extraordinario opera convirtiendo el daño físico en el principal criterio de re-
conocimiento como sujeto de compasión, protección o ayuda. Por sus lesiones
físicas el migrante mutilado contraviene aún más el imaginario ampliamente di-
fundido que es base de su criminalización o rechazo: es representado como una
persona incapaz de insertarse en el mercado laboral de forma competitiva, un
inocente, un cuerpo doliente. Este último término hace referencia a la imagen
estética que emerge en el intento de hacer visible las experiencias límites del
dolor físico, como también a las prácticas discursivas y visuales cuyo objetivo es
indicar la presencia de dolor.34
Miriam Ticktin35 sostiene que el imaginario del cuerpo de sufrimiento uni-
versal es el tema primordial del cuidado de los que están al margen de los Es-
tados-nación. Para la autora, éste es el eje central de una política basada en el
imperativo moral. Un aspecto relevante es que se trata de un cuerpo imaginado
fuera de un tiempo y lugar específicos, fuera de la historia y de la política, que
puede, por lo tanto, ser universalmente reconocido. Justamente, la clave de su
poder es su universalidad incuestionable: hay un denominador común al ser hu-
mano situado en nuestros cuerpos, que es el dolor. En una entrevista realizada a
la mujer que auxilió a un joven migrante que cayó del tren en la comunidad de
San Salvador el Seco Puebla, se expresa con claridad este imaginario: “Ahora sí
que lo que quisiéramos es que se le dé la ayuda para él; porque la verdad, Dios
no lo quiera, a cualquiera nos puede pasar”.36 Las posibilidades de que suframos
un daño físico similar en las mismas circunstancias quizá son pocas, lo que es
seguro es que experimentemos el dolor.
En la investigación desarrollada por esta autora, titulada “Casualties of care”
analiza las políticas humanitarias en Francia para los migrantes enfermos y las
mujeres migrantes víctimas de violencia, y señala al respecto:

33  Gabriel Gatti (2017), Un mundo de víctimas, Barcelona, Anthropos, pp. 38-3⒐
34  Elizabeth Dauphinée, “The Politics of the Body in Pain: Reading the Ethics of Ima-
gery”, Security Dialogue, 38, June, 2007, pp. 138-15⒌
35  Miriam Ticktin (2015), Casualties of care. Immigration and the politics of humanitaria-
nism in france, Los Angeles, University of California Press.
36  Entrevista, realizada en San Salvador el Seco el 9 de septiembre de 20⒘

164
Luisa Alquisiras Terrones

The imagined suffering body is a victim without a perpetrator –a sufferer,


pure and simple, caught in a moment of urgent need. No one is respon-
sible for her suffering; those who act to save her do so from the goodness
of their hearts, out of moral obligation.37

Si bien las instituciones y los movimientos sociales toman medidas para prote-
gerlo, éste cuerpo imaginado de sufrimiento universal aparece sólo en momentos
de crisis: la guerra, el hambre y la violencia son las situaciones que pueden ame-
nazar su integridad. Por lo tanto, las acciones y las intervenciones tienen lugar como
excepciones realizadas en situaciones de crisis o con la retórica de la emergencia,
es decir, cuando no hay otro recurso.
Organizaciones no gubernamentales del ámbito internacional que trabajan
sobre la problemática de la migración centroamericana como acnur, Médicos
Sin Fronteras y Cruz Roja Internacional, han calificado la violencia que padecen
en los países centroamericanos como una “crisis humanitaria”. La crisis de los
niños no acompañados y crisis de los refugiados, son términos que permean actual-
mente el lenguaje político. En este sentido, el contexto de la “crisis humanitaria”
de migrantes centroamericanos en México está vinculado al retroceso de formas de
gobierno como el Estado de Bienestar y el crecimiento de lo que James Ferguson
y Akhil Gupta (2002) llaman “gubernamentalidad transnacional”, que describe el
camino que han construido las ong´s, los activistas y las organizaciones interna-
cionales, hasta llegar a gobernar zonas que el Estado ha cedido o abandonado.38
De acuerdo con estos argumentos, se podría suponer también que cuando los
migrantes mutilados hacen reclamos basados en un cuerpo doliente, no apelan a
un Estado-nación, sino a una comprensión de la humanidad como una especie
biológica, donde el dolor es el referente universal. En términos simples, ellos son
circunstancialmente migrantes, pero sustancialmente humanos. El enfocar de
esta forma la problemática, se genera un efecto potente que puede suscitar todo
tipo de sentimientos morales;39 sin embargo, por otro lado, hace que se pierdan
de vista las cuestiones subyacentes al orden social y político que fundamentan los
procesos de expulsión y precarización de la vida humana.
Pensando la problemática en términos dialécticos, estamos ante una forma
política que se impone al cuerpo para controlar su movilidad, en el caso de la
37  Ticktin, Casualties of care. Immigration and the Politics of Humanitarianism in France,
p. ⒒
38  James, Ferguson y Akhill Gupta, Spatializing Sstates (2002), “Toward an Ethnography
of Neoliberal Governmentality”, American Ethnologist, 29, pp. 981-100⒉
39  Por “sentimientos morales” se entienden las emociones que dirigen nuestra atención
hacia el sufrimiento y necesidad de los demás y nos hacen desear remediarlos.

165
Migrantes centroamericanos muࢼlados en México: representaciones y políࢼcas del cuerpo doliente

migración, pero también y de forma inversa, un cuerpo que produce reconoci-


miento político a partir de su dolor. Para Didier Fassin esta doble perspectiva
conlleva a pensar
más que una imposición de un bio-poder, en el sentido en que lo enten-
día Michel Foucault, es decir una “disciplina” individual y colectiva de las
conductas, es preciso ver en estas demandas a las instituciones la puesta
en práctica de una bio-legitimidad, tal como he propuesto calificar a esta
forma de reconocimiento social de la vida como “bien supremo”.40

Para este autor, la exposición de sí mismo, ya sea a través de un ejercicio narrativo


o de una revelación física (lo uno no excluye lo otro), pertenece a las figuras con-
temporáneas del gobierno de la bio-legitimidad y del gobierno de los dominados.
Respecto a este término aplicado al fenómeno migratorio y a las políticas huma-
nitarias, Didier Fassin se pregunta: ¿Por qué el mundo social está más cercano de
reconocer las desigualdades y las injusticias de que son víctimas las poblaciones
de origen extranjero cuando existe dolor físico y no cuando las reglas elementales de
la dignidad humana son burladas?41
La hipótesis que puede manejarse es que en la definición de estas prioridades
hay un reconocimiento más grande sobre la integridad del cuerpo que sobre el
de la persona; o para decirlo de otra forma, el reconocimiento de la persona pasa
antes por el reconocimiento del cuerpo alterado o doliente. Ante este fenómeno,
el autor sugiere denominar bio-legitimidad a esta prioridad dada a lo viviente en
la administración de los asuntos humanos y que es fundamento moral del mundo
contemporáneo.
Desde estas perspectivas, es imprescindible comprender que el cuerpo do-
liente es siempre producido por y en contextos sociales e históricos particulares.
El hecho de que no todos requieren manifestar su dolor para demostrar su hu-
manidad, nos lleva a cuestionar ¿para quién y de qué forma el cuerpo doliente se
convierte en la forma principal de acceso a la ciudadanía, los derechos, incluso
a la compasión? En el caso de México y la experiencia de los migrantes mutila-
dos aquí relatada, la responsabilidad de los actores involucrados en la gestión y
control de la movilidad se juega entre una política de seguridad y una política
humanitaria. Sólo los cuerpos dolientes reciben cuidado, compasión y reconoci-

40  Didier Fassin, “Gobernar por los cuerpos, políticas de reconocimiento hacia los pobres y
los inmigrantes en Francia”, Cuadernos de antropología social, núm. 17 (2003), p. 5⒊
41  Didier Fassin, “Entre las políticas de lo viviente y las políticas de la vida. Hacía una
antropología de la salud”, Revista Colombiana de Antropología, núm. 40 (2004), pp. 283-3⒙

166
Luisa Alquisiras Terrones

miento de sus derechos, y desafortunadamente para la gran mayoría de migrantes


estas posibilidades siguen siendo negadas.

Bibliografía
Cámara de Diputados (2014), Reglamento de la ley de migración. Recuperado el
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dels/COMAR/Resource/267/6/images/ESTADISTICAS_2013_A_20⒗pdf
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169
Violencias encarnadas:
migración de mujeres centroamericanas
Blanca Laura Cordero Díaz
María Georgina Garibo García

A partir de preguntarnos sobre la importancia de múltiples formas de violencia


que están presentes en la migración de mujeres centroamericana, buscamos con-
tribuir al conocimiento de las diferentes dimensiones que en la actualidad rodean
y propician migraciones desde Centroamérica hacia Estados Unidos, particular-
mente, de la población femenina que transita por México proveniente, de manera
principal, de Guatemala, El Salvador y Honduras. Queremos pensar la violencia
en el sentido más amplio y a la vez concreto; es decir, reconocer la existencia de
una multiplicidad de violencias con sus imbricaciones. Abordamos un plano ma-
cro de la violencia estructural en su relación con la migración internacional, pero
también exploramos cómo en el plano micro social se entretejen esas grandes
violencias invisibles con unas que tienen efectos directos en los cuerpos y en la
subjetividad que moviliza y marca la experiencia de las mujeres en tránsito. Para
captar cómo en la experiencia de migrar se encadenan diferentes tipos de violen-
cias, proponemos considerarlas como violencias encarnadas, lo cual supone mirar
desde la experiencia vital de las mujeres que estudiamos.
Asimismo, este texto reconoce la fortaleza del uso de la categoría de despojo
o desposesión, creada por David Harvey,1 con el objetivo de identificar las cone-
xiones entre las distintas violencias que experimentan las personas migrantes en
el circuito migratorio Centroamérica-México-Estados Unidos y los procesos de
acumulación de capital subrayados por Blanca Cordero y Carlos Figueroa.2 En
esta ocasión, nos enfocamos en cómo esa asociación de violencias se encarnan
en y despojan, particular y diferenciadamente, a las mujeres en los distintos mo-
mentos de su proceso migratorio, centrándonos en lo que en los estudios sobre
migración se considera la salida y el tránsito.
Para realizar este trabajo analizamos las notas de campo recabadas durante las
labores de voluntariado y entrevistas a profundidad realizadas a mujeres centro-

1  David Harvey (2004), El nuevo imperialismo, España, akal.


2  Blanca Cordero y Carlos Figueroa (2011), “Triturando a la humanidad: capitalismo, vio-
lencia y migración”, en Daniel Villafuerte y María del Carmen García (coordinadores) Migra-
ción, seguridad, violencia y derechos humanos: lecturas desde el sur, México, unicach-buap-pro-
mep-Miguel Ángel Porrúa.

171
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

americanas entre julio de 2016 y julio de 2017 en las instalaciones del albergue
para personas migrantes La Sagrada Familia, ubicado en Apizaco, Tlaxcala. Por
lo tanto, los datos y análisis que hacemos de las entrevistas nos sitúan en el cen-
tro del territorio mexicano y nos llevan a acercarnos desde esa ubicación a los tes-
timonios de mujeres centroamericanas inmersas en la migración irregularizada3
y quienes buscan llegar a Estados Unidos.
Cabe señalar que la presencia de mujeres en el albergue referido no es tan
convencional como la de hombres. Basta apuntar que sólo cerca del 5% de la
población que atiende es femenina, y eso ya se ha señalado por parte de diversas
autoras y dependencias;4 porque gran parte de la red de casas, hogares, refugios,
albergues y comedores para personas migrantes ubicados a lo largo de México
existen, por lo general, en función de las vías de tren. Como apunta el reporte
de Mujer Migrante solo cerca del 10% de las centroamericanas en tránsito por
México utilizan a “La Bestia” como medio de transporte, mientras que cerca del
80% emplea autobuses y otras más los camiones o tráileres.5
No obstante, al permanecer en el albergue La Sagrada Familia, nos percata-
mos que si bien gran parte de las mujeres con las que pudimos hablar venían en
tren, también había quienes viajaron en autobuses y tráileres, y llegaban al alber-
gue con la finalidad de descansar y, de ser necesario, construir redes para empezar
a utilizar el tren. También documentamos casos contrarios; es decir, mujeres en
tránsito que han estado viajando en el tren y cuando llegan al albergue deci-
den no continuar más sus caminos por ese medio. Con esto queda claro que el
fenómeno de movilidad humana centroamericana, al igual que cualquier otro,
dista mucho de ser homogéneo. Las rutas elegidas por las centroamericanas que
recorren México varían dependiendo del conocimiento que tengan sobre éstas,

3  Desde una perspectiva crítica de las migraciones se enfatiza en la “producción legal de


la ilegalidad” (De Genova, 2003: 520) o en la “producción de la irregularidad” (Mezzadra,
2012: 168), con la finalidad de descentrarse de la idea que la migración puede en sí misma
ser regular-legal o irregular-ilegal para asumir que ésta, en su particular forma, es producto
del actual régimen de control fronterizo y movilidad humana. Por lo tanto consideramos,
prudente referirnos a la migración no documentada como irregularizada.
4  Por ejemplo el texto elaborado por Gabriela Díaz y Gretchen Kuhner (2014) Un viaje
sin rostro. Mujeres centroamericanas migrantes que transitan por México en situación irregular,
México, Instituto para las Mujeres en la Migración ac.
5  MujerMigrante.mx (2017), Mujeres migrantes de México y Centroamérica, en http://mu-
jermigrante.mx/wp-content/uploads/2017/03/INF_MujeresMigrantes_VF.pdf, consulta: 13
de julio, 20⒘

172
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

por medio de experiencias propias o ajenas, así como por la capacidad económica
que tengan ellas, sus familias e incluso sus conocidos.
A largo de este trabajo hacemos uso de los testimonios compartidos por seis
mujeres centroamericanas, cuatro provenientes de Honduras y dos de Guatemala,
con quienes pudimos dialogar y convivir en el albergue. Después de compartirles
la finalidad de recabar sus historias, sólo dos de ellas prefirieron no utilizar sus
nombres reales.
El texto está dividido en tres apartados:
⒈ ¿Cuántas son? ¿Quiénes son?
⒉ Sobre las violencias: de lo abstracto a lo encarnado
⒊ El despojo como violencia encarnada y herramienta analítica en el proceso
migratorio de mujeres centroamericanas, seguidos de las consideraciones fi-
nales.

¿Cuántas son? ¿Quiénes son?

Tener certeza en relación a la cantidad de personas centroamericanas que cruzan o


intentan cruzar México con la convicción de llegar a territorio estadounidense es
sumamente complicado, debido al carácter clandestino y la necesidad de distin-
guir en su registro entre quienes ingresan a territorio mexicano y quienes logran
cruzar con éxito la frontera estadounidense, los que son detenidos y deportados,
habida cuenta del número de veces que una persona puede intentar cruzar. No
obstante, y de acuerdo a distintas organizaciones internacionales y de la sociedad
civil en México, se estima que anualmente entre 200 y 430 mil centroamericanos
llegan a este espacio,6 otorgándole una connotación de tránsito obligado.
De acuerdo con cifras oficiales, se estima que cada año ingresan a territorio
mexicano entre 120 y 200 mil personas, quienes en su mayoría (entre el 90 y
94%) proceden de Guatemala, El Salvador y Honduras; de éstas, cerca del 25%
son mujeres, tal como se puede observar en el cuadro siguiente. Por su cuenta, la
Organización Internacional para las Migraciones (oim) señaló, en 2014, que pese
a la dificultad de contar con datos oficiales, se estima que anualmente ingresan
6  Véase: Lorenzo Guadagno e Ingrid Hernández-Ardieta (coords.) (2016), Migrantes en
México. Vulnerabilidad y Riesgos. Un estudio teórico para el Programa de Fortalecimiento Insti-
tucional “Reducir la vulnerabilidad de migrantes en emergencias”, México, oim-colef, y Óscar
Castro (coordinador) (2009) Mujeres transmigrantes, México, Centro de Estudios Sociales y
Culturales Antonio de Montesinos, a.c.

173
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

de forma irregular a México, con la convicción de llegar a Estados Unidos, cerca


de 150 mil migrantes centroamericanas, sudamericanos y, en menor número,
aquellos provenientes de países extrarregionales.

Tabla 1. Ingresos a México


Años H M Total % Mujeres
2014 98,456 28,693 127,149 22.56
2015 148,930 49,211 198,141 24.83
2016 89,140 27,172 116,312 23.36
Fuente: elaboración propia a partir datos publicados en los Boletines Esta-
dísticos Anuales de 2014 a 2016 por parte de la Unidad de Política Migra-
toria de la Secretaría de Gobernación, en http:/www.politicamigratoria.
gob.mx/es_mx/SEGOB/Boletines_Estadisticos, consulta: 18 de abril, 2017.

Como se puede observar, entre los datos estadísticos oficiales y no oficiales se


presenta un amplio margen de diferencia. La información que muestran las ins-
tituciones oficiales refleja el comportamiento de este fenómeno a partir de la
cuantificación de eventos presentados ante las autoridades migratorias, mientras
que aquella otorgada por las organizaciones de la sociedad civil da cuenta del
comportamiento de las personas en un determinado momento de su trayecto
migratorio.
Existen esfuerzos metodológicos que buscan brindar mayor precisión en la
medición de este tipo de migración, como la que presenta el documento ejecu-
tivo del itam de 2014 sobre la migración centroamericana en tránsito por Mé-
xico, que consistió en hacer “cruces” y trabajar de manera comparativa distintas
fuentes estadísticas. Este trabajo comparó registros de personas detenidas por
autoridades mexicanas y estadounidenses en torno a:
a) los retenidos por las autoridades migratorias mexicanas a lo largo del
país; b) aquellos que lograron atravesar el territorio mexicano, pero fue-
ron retenidos por las autoridades migratorias estadounidenses en su zona
fronteriza con México, y c) aquellos migrantes que no fueron retenidos
por ninguna de las dos autoridades migratorias y lograron internarse en
Estados Unidos.7

Por su cuenta, Gabriela Díaz y Gretchen Kuhner realizan un acercamiento esti-


mado a la cantidad de mujeres centroamericanas que atraviesan México mediante
una comparativa entre “el número de detenciones y deportaciones en México
7  itam (2014), Migración centroamericana en tránsito por México hacia Estados Unidos: diag-
nóstico y recomendaciones, México, Proyecto: los procesos migratorios en México y Centroa-
mérica diagnóstico y propuestas regionales, itam, p. ⒔

174
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

y la zona fronteriza con Estados Unidos”,8 a partir de datos publicados por el


Department of Homeland Security y por el Centro de Estudios Migratorios de
la Unidad de Política de la Secretaría de Gobernación. No obstante, establecen
que dichas estimaciones “no ofrecen información desagregada por sexo [en cada
área]”, y que además, sus metodologías han sido cuestionadas por especialis-
tas.”9
El instrumento que consideramos más completo y focalizado para estudiar la
migración centroamericana que atraviesa México es la emif-Sur porque desde el
2008 otorga elementos para medir y caracterizar las migraciones provenientes ya
no solo de Guatemala, sino también de El Salvador y Honduras que se despla-
zan a México y Estados Unidos. En esta Encuesta se establece puntualmente la
distinción entre los migrantes que buscan quedarse en México y quienes solo lo
advierten como camino obligado para establecerse en Estados unidos, asimismo
apunta la identificación de nacionalidad, sexo, rangos de edad, condición de alfa-
betismo, escolaridad, situación conyugal, papel en el hogar, ciudad guatemalteca
de cruce, motivo del desplazamiento, medios para cruzar hacia y por todo Méxi-
co, lugares de mayor tiempo de estancia en territorio nacional, condición y sector
laboral y experiencia migratoria, entre otros factores.  
De la emif-Sur realizada en 2014 se obtiene que un total de 90,780 eventos
de retorno de personas centroamericanas (Guatemala, El Salvador y Honduras)
se llevaron a cabo por autoridades mexicanas, de los cuales ⒛5% fueron repre-
sentados por mujeres. En relación a los perfiles, se puede decir que gran parte de
las centroamericanas que transitan por México se encuentran en edad productiva
(entre 20 y 39 años), saben leer y escribir, por lo menos tienen la primaria termi-
nada, no están casadas (son solteras, divorciadas o viudas) y tienen por lo menos
un dependiente económico, ya sea porque son jefas de hogar o hijas a cargo de
sus padres.10
Las mujeres protagonistas de las historias y experiencias personales en las que
basamos este trabajo, decidieron nombrarse: Mayra, Claudia, Carmen, Esperan-
za, María y Elizabeth, quienes nos compartieron sus testimonios en Apizaco,
Tlaxcala. Mayra, Claudia, Carmen y María provienen de Honduras; Esperanza
y Elizabeth, de Guatemala. Sus edades oscilan entre los 25 y 35 años. Mayra y
8  Gabriela Díaz y Gretchen Kuhner (2014), Un viaje sin rostro. Mujeres centroamericanas
migrantes que transitan por México en situación irregular, op. cit., México, Instituto para las
Mujeres en la Migración ac., p. ⒚
9  Idem.
10  emif-Sur (2014), Tabulados de las EMIF-Sur, Encuestas sobre Migración en las Fronteras
Norte y Sur de México, México, El colef, en http://www.colef.mx/emif/tabuladossur.php
consulta: 23 de febrero de 20⒘

175
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

María son solteras; Carmen, Claudia y Elizabeth recién decidieron separarse de


sus parejas; Esperanza vive en unión libre. A excepción de María, todas las demás
tienen hijos cuyas edades oscilan entre los 2 hasta los 18 años. Cada una de ellas,
a excepción de Esperanza, ha sido o empieza a ser el principal soporte económico
de sus hijos. No obstante, aunque no tiene hijos, María se preocupa por apoyar a
su madre, hermana y sobrinos. Carmen no tuvo posibilidades de estudiar; Espe-
ranza y Elizabeth estudiaron la primaria; Claudia y María la secundaria y Mayra
concluyó la carrera de perito mercantil pero nunca ha ejercido. Todas ellas nos
manifestaron su anhelo por llegar a Estados Unidos para vivir bien, tranquilas y
apoyar a los suyos.

Sobre las violencias: de lo abstracto a lo encarnado

En términos generales, la violencia es entendida como un acto de poder para al-


canzar fines específicos que puede implicar, aunque no necesariamente, el uso de
la fuerza física. Es “un acto de dominación que expresa ya una relación social, al
menos entre aquel que la ejerce en función de un objetivo de poder, y aquel que
es víctima de dicho ejercicio”.11 Con esta noción se aparta de la idea biologicista
sobre la violencia, porque ésta se presenta en la condición de ser racional y social
del género humano.
En términos teórico-analíticos, la propuesta de Johan Galtung sobre el trián-
gulo vicioso de la violencia resulta prudente para explicar esquemáticamente las
distintas relaciones entre las violencias cultural, estructural y directa. La violencia
cultural implica “cualquier aspecto de una cultura susceptible de ser utilizado para
legitimar la violencia directa o estructural”;12 es decir, la violencia cultural se
equipara a la simbólica, propuesta por Pierre Bourdieu, que “se ejerce sobre un
agente social con su complicidad”13 aunque con su desconocimiento, lo que im-
plica “reconocer una violencia que se ejerce precisamente en la medida en que uno no
la reconoce como tal,”14 porque se poseen y ejercitan estructuras cognitivas que
constituyen dicha violencia como normal al justificar que las cosas y el mundo
deben ser de determinada manera.

11  Carlos Figueroa Ibarra (2001), “Naturaleza y racionalidad de la violencia”, en Tischler


Visquerra y Genaro Carnero (coords), Conflicto, violencia y veoría social. Una agenda socioló-
gica, México, Ibero-buap, p. ⒗
12  Johan Galtung (2003), Violencia cultural, España, Gernika, p. ⒍
13  Pierre Bourdieu y Loïc Wacquant (2005), Una invitación a la sociología reflexiva, Argen-
tina, Siglo xxi, p. 240.
14  Idem.

176
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

La violencia estructural, propuesta por Galtung desde 1969,15 se refiere “a la suma


total de todos los choques incrustados en las estructuras sociales y mundiales y ce-
mentados, solidificados, de tal forma que los resultados injustos, desiguales, son casi
inmutables”.16 En este sentido, Philippe Bourgois subraya a la violencia estructu-
ral como a la organización político-económica de las sociedades que históricamente
impone condiciones de desgaste físico y emocional, e incluso arraiga altas tasas de
pobreza, desigualdad, opresión y explotación laboral, mismas que son tejidas desde el
ámbito internacional por medio de políticas neoliberales, acuerdos económicos y mi-
litares completamente asimétricos que sitúa a los países no desarrollados en cadenas
de empobrecimiento,17 dependencia y despojo.
Una de las principales características que complejiza la violencia estructural es que
no existe un actor exclusivo e identificable que la ejerza; por lo tanto, también suele
ser considerada como invisible e indirecta, como la cultural. En este sentido, es fun-
damental no caer en la trampa sobre la percepción e impacto de la violencia estructu-
ral, porque este tipo de violencia, como señala Galtung, “también mata, mutila, gol-
pea y lastima”.18 Para no caer en dicho engaño, nosotras planteamos que la violencia
estructural, y en sí las múltiples violencias, se encarnan; es decir, se personifica o se
representa directamente en los cuerpos, entornos, vidas y percepciones de las personas
avasalladas por ésta día a día.  Esta violencia propicia que muchas de las necesidades bási-
cas de las poblaciones,19 habitualmente de países subdesarrollados, no sean cubiertas;
por tanto, este tipo de violencia se manifiesta en la sobrepoblación, desnutrición, po-
breza, desempleo, precarización laboral, asesinatos, feminicidios, incapacidad estatal
y en la migración.
La violencia directa, física y/o verbal implica un acto, una conducta y un actor
visible, así como una víctima y la notoriedad de sus consecuencias. Entre los tres
supra-tipos de violencia mencionados, según Galtung, existe una distinción temporal
básica. De tal suerte que “la violencia directa es un acontecimiento; la violencia estruc-

15  Johan Galtung (1969), “Violence, Peace and Research”, Journal of Peace Research, vol.
6, núm. ⒊
16  Johan Galtung (1998), Tras la violencia, 3R: Reconstrucción, reconciliación, resolución.
Afrontando los efectos visibles de la guerra y las violencia, Bilbao, Gernika, p.⒗
17  Véase Philippe Bourgois (2001), “The Power of Violence in War and Peace. Post-Cold
War lessons from El Salvador”, Ethnography, vol. 2 ⑴, pp. 7-⒏
18  Traducción propia. Johan Galtung (1969), “Violence, Peace and Research”, Journal of
Peace Research, vol. ⒍ núm. 3, p.170.
19  Véase Everardo Víctor Jiménez (2016), “La violencia en el Triángulo Norte de Centroa-
mérica: una realidad que genera desplazamiento”, Papel Político¸ vol. 21 ⑴. También Camilo
Devia, Diana Ortega y Jairo Niño (2016), “Violencia estructural en el Triángulo Norte Cen-
troamericano”, Logos, Ciencia &Tecnología, vol. 7 ⑵.

177
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

tural es un proceso con sus altos y bajos, y la violencia cultural es una constante, una
permanencia que se mantiene básicamente igual durante largos períodos”.20
Como se puede observar en la Imagen 1, desde la reflexión de Johan Gal-
tung, otra diferencia entre los tres tipos de violencia mencionados aparte del fac-
tor temporal, es aquella relacionada con la visibilidad y la no visibilidad. Valdría
la pena cuestionar esta distinción, porque desde los esfuerzos teórico-académicos
se puede contribuir a desdibujar sus impactos en la vida cotidiana y en los cuer-
pos de las personas.
Suele pensarse como el principal flujo de causalidad entre las violencias enun-
ciadas aquel que comienza en la violencia cultural y llega a la directa pasando
por la estructural,21 o que la violencia directa por medio de sus efectos visibles
refuerza a la estructural y cultural y al mismo tiempo surge de ellas.22 El trián-
gulo vicioso de la violencia podría comenzar su ciclo causal en cualquier ángulo
y fluir en distintas direcciones. Es decir, “hay vinculaciones y flujos de causalidad
en las seis direcciones, y los ciclos que conectan a las tres pueden empezar en
cualquier punto.”23  

Imagen 1. Triángulo vicioso de la violencia

Fuente: Johan Galtung (1998), Tras la violencia, 3R: Reconstrucción,


reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles de la gue-
rra y las violencia, Bilbao, Gernika, p. 15.

Entonces, queda clara la variabilidad sobre los circuitos de causalidades entre


las violencias. No obstante, consideramos indispensable analizar y documentar
los impactos de estas violencias en la vida y cuerpos de las personas a partir de

20  Johan Galtung (2003), op. cit., p. ⒓


21  Johan Galtung (2003), op. cit., p. ⒔
22  Johan Galtung (1998), Tras la violencia, 3R: Reconstrucción, reconciliación, resolución.
Afrontando los efectos visibles de la guerra y las violencia, Bilbao, p. ⒖
23  Johan Galtung (2003), op. cit., p. ⒔

178
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

su intersección, no de su encuentro causal, para que así ninguna de éstas pierda


responsabilidad fáctica y discursiva en los efectos. De tal suerte, no podemos ni
debemos dejar de analizar que esas tres violencias se encarnan, aunque el propio
Galtung asuma que la de tipo cultural “no mata o mutila como lo hace la di-
recta incorporada a la estructura”.24 No obstante, la justifica y en el constante
legitimar constituye en sí el encarnamiento de las violencias, no sólo porque una
permita la existencia de las demás, sino porque de una u otra forma todas éstas
se intersectan en cuerpos, entornos y percepciones concretas, provocando así
efectos o impactos diferenciados.
Cuando hablamos de los efectos diferencias de las violencias encarnadas y las
mujeres centroamericanas inmersas en los distintos marcos de movilidad huma-
na, debemos ubicar en la reflexión el orden de género y los regímenes de género,
ambos conceptos propuestos por Raewyn Connell, atravesados por la conforma-
ción y las prácticas de las relaciones de género entre hombres y mujeres, mismas
que pueden ser violentas, de subordinación, opresión, puntos intermedios o de
complementariedad. Como se advierte en la Imagen 2, las violencias directa, cul-
tural y estructural no conllevan invisibilidad, y cuando se articulan en un orden
de género (representado por una red) específico mediante relaciones concretas,
éstas se encarnan diferenciadamente entre mujeres y hombres e incluso entre
personas del mismo género.
Los regímenes de género aluden a la manera en la que se tejen y articulan
dichas relaciones en instituciones particulares como la familia, el Estado y el
mercado laboral; es decir, “la actual forma de las relaciones de género en una
institución determina su régimen de género”25 mientras que el orden de género
implica dichas relaciones en un espectro más amplio, en la macro-política. De
tal manera, los regímenes de género forman parte de este orden.26 Es importante
subrayar que las relaciones de género que conforman tanto los regímenes como
el orden no son estáticas sino que al ser construcciones histórico-sociales varían
en el tiempo y el espacio.

24  Johan Galtung (2003), op. cit., p.⒍


25  Raewyn Connel (1987), Gender and Power. Society, the Person and Sexual Politics, United
Kingdom, Polity Press, p. 1⒛
26  Ibid, p. 13⒐

179
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

Imagen 2. Violencias encarnadas y orden de género

Fuente: elaboración propia a partir del triángulo vicioso propuesto por Johan Galtung.

Las experiencias de centroamericanas que hemos conocido nos llevan a ubicarnos


en relaciones de género violentas y de subordinación, las cuales que representan
uno de los sentidos de sus salidas. Pese a esto, es importante subrayar que las
mujeres que entrevistamos advierten en sus migraciones una alternativa de vida;
es decir, si bien no buscan transformar las relaciones de género, sí buscaron mo-
verse. Esto nos lleva a dejar de considerarlas como exclusivas víctimas perpetuas
y a la vez como heroínas, puesto que ellas mismas se re-articulan en el proceso
migratorio mismo.  

El despojo como violencia encarnada y herramienta analítica


en el proceso migratorio de mujeres centroamericanas

Distintas y variadas han sido las categorías presentadas e incluso creadas es-
pecíficamente para estudiar el por qué y el cómo se despliega la movilidad de
centroamericanas y su vinculación con la violencia; una de ésas es la trinidad
perversa a la que hace alusión Amarela Varela: la violencia feminicida, violencia
de Estado y violencia de mercado de las que huyen esas mujeres. La intención de
Varela es posicionar la salida de mujeres de Guatemala, El Salvador y Honduras,
como un éxodo; es decir, como una migración forzada de los contextos que esta
triple violencia origina y considera que sus salidas representan una fuga estraté-
gica.27   Aunque bien valdría cuestionarse sobre las intencionalidades de producir
migraciones forzadas y el cómo ese discurso contribuye a una comprensión de
sujetos exclusivamente por ser objetos de violencia y, por lo tanto, de necesitar

27  Amarela Varela (2017), “La trinidad perversa de la que huyen las fugitivas centroameri-
canas: violencia feminicida, violencia de Estado y violencia de mercado”, Debate Feminista,
vol. 53, p. ⒈

180
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

ser intervenidos por un marco normativo que tiene la potestad de enunciar algu-
nas migraciones como legítimas y otras como ilegítimas.
El término continuum de violencia, atribuido a Nancy Scheper-Hughes, quien
lo describe como la capacidad propia de la violencia para engendrar más violencia
y volverse una cotidianidad,28 es utilizado por Soledad Álvarez para explicar que
los migrantes centroamericanos (tanto hombres como mujeres) en la frontera sur
chiapaneca “cargan con un bagaje de violencia en su memoria y a su vez son vio-
lentados de diversas formas en su tránsito,”29 por medio de secuestros, explota-
ción, asaltos, discriminaciones, humillaciones, extorsiones, redadas, violaciones,
golpes, pérdida de extremidades, incluso por homicidios.  Esta misma categoría
también es empleada por Susanne Willers, comprendida como “la relación entre
las diferentes formas de violencia”,30 para estudiar las violencias vividas en el ori-
gen, tránsito y destino migratorio de mujeres centroamericanas.
A partir de la noción de continuum, planteamos que el despojo o desposesión es
una categoría teórico-analítica prudente para explicar en sí a la violencia estruc-
tural y su concreción, y el cómo ésta produce una multiplicidad de violencias en-
carnadas en las migraciones en general, y en las mujeres, en particular; es decir,
el despojo lo comprendemos en dos sentidos: primero como una violencia en sí,
y en su encadenamiento con las demás violencias.
En relación al primer sentido, retomamos lo que enuncia David Harvey so-
bre que el actual modelo de acumulación de capital se presenta por medio de la
desposesión, donde las grandes potencias ya no sólo compiten por los mercados
y la mano de obra barata, ya no se disputan únicamente estas fuentes de riqueza,
pues la producción real no ha sido ya fuente segura para el incremento del capital.
Ahora, las ganancias se obtienen no sólo en disponer de los elementos antes des-
critos, sino en adquirir legalizadamente la propiedad o arrendamientos eternos,
con ayuda de las estructuras políticas de los Estados naciones, de las tierras que
guardan recursos naturales, es decir, despojan, al amparo de la política y las leyes
hechas a su medida para tal efecto, despojan a los ciudadanos, generando despla-
zamiento humano; es decir, el despojo “sintetiza la experiencia de la expulsión [o

28  Citada por Soledad Álvarez (2016), Frontera sur chiapaneca. El muro de la violencia. Aná-
lisis de la normalización de la violencia hacia los migrantes indocumentados en tránsito, México,
Universidad Iberoamericana, p. 4⒍
29  Soledad Álvarez (2016), Frontera sur chiapaneca. El muro de la violencia. Análisis de la
normalización de la violencia hacia los migrantes indocumentados en tránsito, México, Univer-
sidad Iberoamericana, p. 200.
30  Susanne Willers (2016), “Migración y violencia: las experiencias de mujeres migrantes
centroamericanas en tránsito por México”, Sociología, año 31, núm. 89, p. 170.

181
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

de expulsiones según Saskia Sassen31] de miles de personas de su lugar de ori-


gen, porque se relaciona con el hecho de vivir en sociedades donde los recursos
y oportunidades se han estrechado”.32
De tal manera, en el segundo sentido, “si ampliamos la categoría de despojo
al incluir en ella el despojo de empleo y opciones de vida para millones de per-
sonas en el capitalismo neoliberal y agregamos a esto el despojo de ciudadanía,
dignidad e integridad física de todos aquellos sectores expoliados entre los cuales
los migrantes constituyen un segmento particularmente vulnerable”,33 entonces el
despojo encarnado persiste no sólo en las condiciones de salida, sino que es enten-
dido como un despojo humano y vital, donde las violencias que se encarnan y
encadenan comparten la característica de despojar en la totalidad del proceso
migratorio. En su transitar por México, las personas migrantes son despojadas,
habitualmente, de su dinero, pertenencias, miembros del cuerpo, ciudadanía,
dignidad, de la vida, y esto impacta de forma diferenciada a las mujeres por
la sexualización y objetivación de sus cuerpos. “Si estas personas desterradas,
excluidas socialmente, desciudananizadas y menguadas en su integridad física y
moral cruzan la frontera norte se convierten, nuevamente, en fuerza de trabajo
para los mercados laborales flexibles estadounidenses”.34 En este trabajo sólo
desarrollamos el primer sentido; no obstante, otorgamos elementos claros para
analizar el tránsito, el destino, el retorno e incluso el otorgamiento de refugios
desde la categoría de despojo.
De acuerdo con Saskia Sassen, advertir la pobreza, desigualdad, sobrepobla-
ción, desempleo, informalidad, es una lectura extremadamente simplista para es-
tudiar y abordar la migración de los países de Tercer Mundo hacia los de Primer
Mundo, porque sólo contribuye a que las sociedades y políticos de los segundos
consideren que la inmigración es motivada por las desfavorables condiciones so-
cioeconómicas35 de los lugares de origen, desdibujando las injerencias e incluso
responsabilidades de los países desarrollados y las condiciones económicas inter-
nacionales amplias en las condiciones de vida de las poblaciones de los países del
Tercer Mundo. Basta apuntar los lazos de carácter militar, económico, político
y cultural, tejidos asimétricamente entre esas dos categorizaciones de países.36

31  Saskia Sassen (2015), Expulsiones. Brutalidad y complejidad en la economía global, Ar-
gentina, Katz.
32  Blanca Cordero y Carlos Figueroa (2011), op. cit., pp. 131-13⒉
33  Blanca Cordero y Carlos Figueroa (2011), op. cit., pp. 131-13⒉
34  Blanca Cordero y Carlos Figueroa (2011), op. cit., p. 13⒊
35  Saskia Sassen (2003), Los espectros de la globalización, Argentina, fce, p. 6⒊
36  Saskia Sassen (2003), op. cit., pp. 70-7⒈

182
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

En este sentido, se puede establecer que sólo enunciar las condiciones de


precarización de Centroamérica, especialmente de Guatemala, El Salvador y
Honduras, sin un trasfondo estructural, conducen a identificar las causas de la
migración como desconectadas. De acuerdo con Abelardo Morales,37 y siguiendo
la reflexión de Saskia Sassen, la transnacionalización laboral y la globalización en
Centroamérica, que son el sentido de dicha precarización, llevan a que un grueso
de su población vea en la migración una alternativa de vida.
A partir de los Programas de Ajuste Estructural ejecutados desde finales de la
década de los ochenta en los países no desarrollados, se dio una suerte de neolibera-
lización de sus mercados, y se determinó que el lugar de Centroamérica “dentro
de la reconfiguración de la periferia de la acumulación, queda de manifiesto por
las transformaciones de países proveedores de materias primas y receptores de
inversión directa, en suplidores de fuerza de trabajo y receptores de remesas”.38
Uno de los efectos de la articulación del mercado centroamericano a los cá-
nones neoliberales mediante los Programas de Ajuste Estructural ha sido “la ex-
pulsión migratoria,”39 y de acuerdo con Sassen, esos impactos son mayormente
absorbidos por las mujeres, al subrayar que:
El desempleo, tanto femenino pero más generalmente de los hombres,
ha incrementado la presión sobre las mujeres para encontrar modos de
asegurar la supervivencia de sus hogares. La producción de alimentos de
subsistencia, el trabajo informal, la emigración y la prostitución se han
convertido en opciones de supervivencia para las mujeres y, por extensión,
en muchos casos para sus hogares.40

De tal suerte, la feminización del trabajo va de la mano con la feminización


de la supervivencia y, para los usos de este capítulo, con la feminización de la
migración. En este sentido, el actual modo de producción capitalista neoliberal
provoca vidas sumamente precarizadas en la búsqueda de generación de mayor
plusvalía, donde los cuerpos de las mujeres son los principales instrumentos que
el capital atrae por su doble sentido de ser reproductor y productor. Porque como
apunta la Fundación Friedrich Ebert, durante las últimas décadas, la generación

37  Abelardo Morales (2004), “Dinámica actual y contexto de las migraciones en América
Central”, Migraciones y derechos humanos: Reunión de personas expertas, Costa Rica, Instituto
Interamericano de Derechos Humanos.
38  Abelardo Morales (2008), Migraciones, regionalismo y ciudadanía en Centroamérica,
en Daniel Villafuerte y María del Carmen García (Coordinadores), Migraciones en el sur de
México y Centroamérica, México, Miguel Ángel Porrúa, unicach, p. 5⒌
39  Blanca Cordero y Carlos Figueroa (2011), op. cit., p. 130.
40  Saskia Sassen (2003), op. cit., pp.391-39⒉

183
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

de empleos en la región se ha caracterizado por la informalidad y la precariedad,


siendo las mujeres trabajadoras las más afectadas al enfrentarse a la inserción en
empleos precarios, parciales e inestables con la finalidad de poder conciliar el
trabajo doméstico y el extra-doméstico.41  
La violencia de mercado a la que Amarela Varela hace referencia, se expresa
en la precariedad laboral comprendida como la ausencia de trabajo de calidad, el
cual es “entendido como el trabajo que permite satisfacer todas las necesidades
humanas”,42 y es una de las tantas causas de la salida de mujeres de sus lugares
de origen, principalmente de un contexto como el centroamericano. Estas causas
generales tendientes a la migración, se reinterpretan en motivos de carácter per-
sonal en las historias de las mujeres migrantes.
En relación a esto, Claudia, una de las mujeres centroamericanas entrevis-
tadas que vivía en San Pedro Sula, Honduras, nos comentó que trabajaba en
una empresa empacadora de galletas y churros, que indirectamente le opera a una
transnacional, donde casi en su totalidad laboraban mujeres y, que de la noche
a la mañana, la empresa realizó un despido masivo aludiendo la falta de ventas.
Ella reconoce diversos motivos por los que buscó camino hacia Estados Unidos,
pero el desempleo y la falta de un salario que le permitiera apoyar a su familia y
ser independiente de su pareja fue uno de ellos que se imbricó con la violencia de
género padecida en casa, en ese sentido nos relató lo siguiente:
Me quedé sin trabajo, y siempre dependía económicamente de mi esposo.
El dinero de la comida nos faltaba y por ese dinero siempre he sufrido hu-
millaciones y golpes. Entonces cuando yo trabajaba me sentía libre porque
iba y ganaba mi dinero. Cuando perdí mi trabajo me sentía como que ya iba a
volver a depender de él. Ya no quise y tomé la decisión de venirme.   

Por su cuenta, María, originaria de Ciudad Choluteca, quien desde los 14 años se
ha dedicado a la construcción y ha tenido que librar críticas sociales por su acti-
vidad, nos mencionó que el principal motivo por el cual decidió dejar la casa que
compartía con su madre, hermana y sobrinos fue por la falta de empleo, seguido
de la violencia. María señaló:
La verdad decidí venirme para acá porque ya tenía un año y medio casi sin
trabajo. No me salía trabajo, trabajaba 2 días y descansaba 2 meses. Tam-
bién como le comenté hace rato, mucho problema con la violencia y todo,
a veces te obliga a que vendas droga, te extorsionan, te obligan a trabajar
sin sueldo, entonces está bien cabrón.
41  Ariane Grau y Larraitz Lexartza (2010), Precariedad laboral en Centroamérica. Impacto
para las mujeres, Costa Rica, Fundación Friedrich Ebert, p. ⒋
42  Ariane Grau y Larraitz Lexartza (2010), op. cit., p. ⒍

184
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

En una conversación previa con María, ella aseguró que con base en engaños fue
obligada, junto con otro grupo de trabajadores de la construcción, a trabajar sin
pago alguno; lo único que obtuvo después de haber repellado varias paredes y
terminar una barda fue un corte de cartucho.
Esperanza, al igual que María, nos compartió su experiencia sobre el trabajo
informal que aunque mal pagado le permitía convivir con sus hijos. En Chiqui-
mula, Guatemala, ella aparte de vender de casa en casa tostadas, también lavaba
ropa y “allá era por cubeta, y ganaba como 25 quetzales por cada una, máximo
podía lavar al día dos cubetas de ropa” y eso junto con lo que ganaba su pareja
como ayudante de albañil, apenas les alcanzaba para medio comer y pagar la renta.
Proveniente de Colón, Honduras, Mayra quien estudió para ejercer como
perito mercantil, pero nunca lo ha logrado, y en relación a eso nos dijo: “No hay
trabajo en Honduras. Cuesta conseguir trabajo, mucho. Me he ido varias veces
a otros lugares de Honduras para intentar conseguir trabajo, pero no encuentro
nada”. Aunque no lo nombra como trabajo, Mayra se dedica a la finca de sus
padres, de donde obtiene lo elemental para el consumo de su familia.  
La región cuenta con un alto índice de desempleo y las mujeres son el grupo
poblacional más afectado. Según datos del Banco Mundial, en Honduras, el
desempleo en la población total de 2000 a 2014 osciló entre ⒊9% y el 6%. Este
último porcentaje se calculó en 200⒋ Sobre la población femenina total econó-
micamente activa, se obtuvieron tasas de desempleo entre el ⒋1% y ⒏5%, y fue
el año 2004 cuando se registró el porcentaje más alto. El Salvador ha tenido una
tasa de desempleo, en el mismo lapso −2000 a 2014−, que va desde el 7% hasta
el ⒎3%, siendo el año con un mayor porcentaje el 200⒐ En referencia a la pobla-
ción femenina total económicamente activa, El Salvador presentó para 1996 una
tasa de ⒏8%. En el caso de Guatemala, se expresa una tasa total de desempleo
que va desde el ⒈4% en 2000 a ⒉9% en 2014; el año 2011 registró su mayor
porcentaje con ⒋⒈% Sobre la población femenina total económicamente activa,
el Banco Mundial apunta que entre el 2000 y 2014 el desempleo fue entre ⒈8%
y ⒍3%, y en 2011 se reportó el porcentaje más alto.43
Sin duda, el desempleo está ampliamente vinculado a la pobreza. De acuerdo
con el informe Centroamérica en cifras. Datos de seguridad alimentaria nutricional
y agricultura familiar de 2011, Centroamérica es una región densamente poblada
donde gran parte de la población radica en espacios rurales, la población rural cen-
troamericana representa el 4⒈41% de la población total. En relación a la pobreza,
43  Banco Mundial (S/F), Organización Internacional del Trabajo, base de datos de indicado-
res principales sobre el mercado laboral. http://datos.bancomundial.org/indicador/SL.UEM.
TOTL.ZS, consulta: 9 de febrero de 20⒘

185
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

el 50.9% de su población en general se encuentra en esa condición. Específica-


mente, Honduras se encuentra a la cabeza con 6⒏9%, Guatemala con un 5⒋8% y
El Salvador con 4⒎9%.  En relación a la pobreza extrema, Honduras y Guatemala
encabezan la lista con 4⒌6% y 2⒐1% respectivamente.44 Cabe señalar que la po-
breza tiene efectos en más mujeres que en hombres en la región; como ejemplo,
en 2014 de esto es que en toda América Latina “la tasa de pobreza de mujeres de
entre 25 y 49 años equivale a 1,2 veces la de los hombres del mismo grupo etario”45
y esto es probable que se relacione con la participación de las mujeres de la región,
en el sector urbano, en actividades de baja productividad, ya que en 2012 el 50.5%
de la población femenina de América Latina se desempeñaba en esas áreas en com-
paración con el 4⒊7% de los hombres, y que los ingresos medios de las mujeres,
para ese mismo año, eran equivalentes al 7⒊5% de los de sus pares varones en el
sector urbano;46 o porque más mujeres realizan trabajo no remunerado en casas que
los hombres, lo que impide que ellas puedan insertarse en el mercado laboral en
condiciones de igualdad.
Sumado a lo anterior, la presencia del crimen organizado y la existencia de
pandillas, entendidas (estas últimas) no como organización sino como “línea de fuga
donde se instalan los marginados” pero que al mismo tiempo generan y caen en
violencia tal y como, siguiendo los pensamientos de Deleuze y Guattari, esboza
Hugo Moreno,47 operan con anuencia y/o criminalización por parte de los Estados
y en gran parte de la región han propiciado olas de violencia que se expresan de
distintas formas, desde extorsiones, balaceras, amenazas y de manera extrema se ve
reflejada en los índices de homicidios y feminicidios. Cada una de estas violencias
engloba el despojo y su encarnamiento.
Consideramos que las dinámicas de las pandillas juveniles varían dependiendo
de cada Estado-nación y localidades. Sobre Chiquimula, Esperanza nos comentó
que aparte de la falta de trabajo y de un salario digno, las extorsiones y las ame-
nazas por parte de las pandillas orillaron a que su familia se moviera a un nuevo
espacio donde puedan vivir mejor y tranquilos. Padeció extorsión por parte de
los mareros. Si ella salía a vender tostadas por cada 100 tostadas que vendiera
tenía que darle 25 quetzales al cobrador de la pandilla, y si no daba el dinero la

44  presanca ii, fao, ialcsh y pesa (2011), Centroamérica en cifras. Datos de seguridad ali-
mentaria nutricional y agricultura familiar, en http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/
AGRO_Noticias/docs/CentroAm%C3%A9ricaEnCifras.pdf, consulta: 1 de marzo, 20⒘
45  cepal (2014), Panorama Social de América Latina, Santiago de Chile, Naciones Unidas,
p. 7⒉
46  Idem.
47  Hugo César Moreno (2014), Pandillas transnacionales en El Salvador y Ecuador: crimi-
nalización versus integración, Argentina, clacso, p. ⒉

186
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

amenazaban diciendo “uno de tus hijos va a caer […], si no tú o tú marido”.  Si


de por sí el dinero que ella ganaba lavando ropa o vendiendo tostadas era poco,
con la extorsión que debía pagar su ingreso reducía considerablemente.
    María, a quien los miembros del grupo con quienes viajaba le apodaron la
catracha brava, quien ha sido testigo de varios homicidios y feminicidios, vivía
con relativo miedo en su lugar de origen. Nos relató que hace siete años recibió
un balazo en la pierna por estar en el momento y lugar incorrecto; “fue en una
masacre de mareros. Yo iba caminando pues y me cayó ese balazo y desgraciada-
mente yo he sido testigo de muchas muertes también. Estuve casi 6 meses ence-
rrada en mi propia casa porque no salía, no iba al colegio ni nada, tenía miedo”.
Claudia puntualizó que su esposo, de quien huyó, era parte de una pandilla:
Antes de casarme con él, supuestamente él ya estaba en eso. Pero cuando
yo le pregunté él me lo negó todo el tiempo y ya cuando me di cuenta ya
era como que muy tarde, ya me había casado con él. Cómo yo no sabía
nada de esas cuestiones de los maras, no sabía. Y ya cuando me di cuenta
ya estaba con él, ya era muy tarde.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (oms), cuando la tasa de


homicidios es igual o mayor a 10 por cada 100,000 personas, se vive en un con-
texto de violencia con niveles epidémicos. El área conformada por Guatemala,
El Salvador y Honduras, es catalogada como una de las zonas más violentas sin
guerra declarada del mundo justo por sus elevadas tasas de homicidios. En 2014
hubieron 15,727 homicidios y para 2015 fueron 17,422 homicidios en la región.48
Específicamente, para el 2015, Guatemala acumuló 5,718 homicidios, con lo
que presentó una tasa de 3⒌4 por cada 100,000. Por su parte, El Salvador contó
con 6,657 homicidios, alcanzando una tasa de 104 por cada 100,000. Por último,
Honduras reportó 5,047 muertos, lo que se representa en una tasa de 57 por cada
100,000. Al cruzar estás estadísticas con las de 2014, se advierte que en Honduras
y Guatemala hubo una ligera reducción en sus tasas de homicidios. El Salvador se
apropió el título del país más violento, desbancando a Honduras, ya que éste pasó

48  La Prensa (2016), “Triángulo Norte Centroamericano suma 17,422 homicidios en 2015”
em http://www.laprensa.com.ni/2016/01/05/internacionales/1964380-triangulo-norte-cen-
troamericano-suma-17422-homicidios-en-2015, consulta: 13 abril de 2017; y El Heraldo
(2016), “Centroamérica: 14,422 homicidios en Triángulo Norte en 2015”. http://www.elhe-
raldo.hn/inicio/916956-465/centroam%C3%A9rica-17422-homicidios-en-tri%C3%A1n-
gulo-norte-en-2015, consulta 13 abril, 20⒘

187
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

de una tasa de 68 a 57 homicidios por cada 100,000; mientras que El Salvador


aumentó de 3,912 asesinatos en 2014 a 6,657 en 20⒖49
Este tipo de violencia entre pandillas impacta diferenciadamente a las mujeres
y niñas de la región, puesto que ellas son las que quedan en medio de las luchas
territoriales entre pandillas. Sus cuerpos tienden a ser violentados con una saña
distinta, contribuyendo así a la autoafirmación masculina a partir de la infe-
riorización, maltrato, violación e incluso feminicidios. En Honduras, en 2013
fueron asesinadas 636 mujeres, lo que representa comparativamente con aquellas
asesinadas en 2005 un aumento de los feminicidios en un 26⒊4%. Actualmente,
en Honduras cada 16 horas es asesinada una mujer. De tal suerte, para el 2015
fueron reportados 471 feminicidios.50
En relación a El Salvador, “entre 2007 y 2012 se obtuvo la tasa más alta
de feminicidio a nivel mundial, con un promedio anual de ⒕4 asesinatos por
cada 100 mil mujeres”.51 En relación a Guatemala, durante “los últimos 10 años
alrededor de 6 mil guatemaltecas han sido asesinadas por alguna persona cono-
cida”,52 se estimó que en 2012, en ese país, “las muertes violentas de mujeres
fluctuaban mensualmente entre el 10 y 13%”.53 En palabras de Luisa Carvalho,
Directora de onu Mujeres para las Américas y el Caribe, “El Salvador, Honduras,

49  Véase: La Prensa (2016), “Triángulo Norte Centroamericano suma 17, 422 homicidios en
2015”. http://www.laprensa.com.ni/2016/01/05/internacionales/1964380-triangulo-norte-cen-
troamericano-suma-17422-homicidios-en-2015, consulta: 13 abril de 2017; y El Heraldo (2016),
“Centroamérica: 14, 422 homicidios en Triángulo Norte en 2015”. En http://www.elheraldo.
hn/inicio/916956-465/centroam%C3%A9rica-17422-homicidios-en-tri%C3%A1ngulo-nor-
te-en-2015, consulta: 13 abril de 20⒘
50  Red Jesuita con Migrantes Centroamérica (2016), Cuaderno de reflexión. Mujeres Cen-
troamericanas en Movimiento: Migración, Refugio y Dignidad, en http://www.comillas.edu/
images/OBIMID/cuaderno_reflex_mujeres_⒈pdf, consulta: 17 de abril de20⒘
51  Santos Guardado (2015) “La amenaza de ser mujer en El Salvador. Tasa de feminicidios
más alta del mundo”, en Revista Jurídica Digital Enfoque Jurídico, en  http://enfoquejuridico.
org/2015/09/18/la-amenaza-de-ser-mujer-en-el-salvador-tasa-de-feminicidios-mas-alta-
del-mundo/, consulta: 12 de abril de 20⒘
52 Alba Trejo (2016), “Feminicidios: Aumentan estos crímenes en Centroamérica y Domini-
cana”. SEMLAC, en http://www.redsemlac.net/index.php/violencia-de-genero/item/2418-fe-
minicidios-aumentan-estos-crimenes-en-centroamerica-y-dominicana, consulta: 12 de
abril, 20⒘
53  Grupo Guatemalteco de Mujeres, ggm ( julio, 2013), Muertes violentas de mujeres y
feminicidios en Guatemala: tendencias y características en el 20⒓  Boletina. Año 8, núm.
11, Guatemala, Actalianza, p. ⒊

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Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

y Guatemala, tres países vecinos, presentan algunas de las tasas de feminicidios


más altas del planeta”.54
El Estado no ha podido velar por la protección de las centroamericanas cercadas
por la violencia de género, por las parejas, sociedad, las pandillas y el mercado. De he-
cho, “en América Latina existe un 98% de impunidad para castigar los delitos de femini-
cidio”55 o algún tipo de violencia hacia las mujeres, y esto se traduce en una violencia
de Estado, de tipo estructural, que se encarna profundamente en los cuerpos de las
mujeres, así como en sus motivos para salir de sus países.
En relación a la violencia de género que implica un abuso y maltrato físico y
emocional, hacemos referencia a cinco fragmentos de testimonios compartidos,
cada uno de ellos por Carmen, María, Mayra, Claudia y Elizabeth. Carmen, ori-
ginaria de una aldea en Honduras, nos explicó cómo durante 10 años vivió mal-
trato físico, emocional, de manos de su pareja y de la familia de él; pero siempre
puso resistencia, siempre buscaba la forma de defenderse, de tal suerte, señaló,
que la familia de él y la propia la humillaban cotidianamente: “a mí me tienen
por lo peor, por lo más bajo, que no valgo nada pues, que no sirvo”. Además
de este tipo de comentarios, Carmen comentó que cuando ella y su pareja tenía
problemas, “toda la familia de él caía a defenderlo, y me querían caer en montón
a mí, para agredirme, pero yo como podía me defendía siempre”. Ella considera
que su pareja “ha sido bien machista, que cuando iba a comprar ropa hasta para
mí, tenía que pedirle permiso a la mamá y a las hermanas”. Incluso, cuando ella
estaba embarazada, la violencia continuó: “La primera vez fue cuando él me quiso
pegar en el estómago para que yo abortara a la niña. Gracias a Dios yo siempre
me he defendido. Sí se me vino antes del tiempo mi niña. Reventé unas semanas
antes de los siete meses fuente y estuve internada en el hospital”. Por miedo a su
pareja y su familia, ella decidió salirse de la casa junto con sus hijos, no acudió a
las autoridades porque sencillamente no cree en ellas.
María y Mayra, en pláticas fuera del formato de las entrevistas, aseguraron
que es muy difícil que en Honduras pueda ser uno como quiere ser, porque
siempre hay críticas por la forma en que se viste, en que se relacionan con otras y
otros; hay envidias y señalamientos cotidianos. María trabaja en la construcción y por
algún tiempo se dedicó al fisiculturismo; le agrada vestir con pantalones anchos y

54  El Informador (2016), “El Latinoamérica priva la impunidad en feminicidios”, en http://


www.informador.com.mx/internacional/2016/656436/6/en-latinoamerica-priva-la-impuni-
dad-en-feminicidios.htm, consulta: 12 de abril de 20⒘
55  El Informador (2016), “El Latinoamérica priva la impunidad en feminicidios”, en http://
www.informador.com.mx/internacional/2016/656436/6/en-latinoamerica-priva-la-impuni-
dad-en-feminicidios.htm, consulta: 12 de abril de 20⒘

189
Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

camisas. Por su parte, Mayra siente atracción por mujeres, por lo cual suele sentir
rechazo y crítica social.
Claudia, al casarse con quien en un principio le negaba formar parte de una
pandilla, cotidianamente estuvo sometida a golpes, abusos y humillaciones. Al
momento de compartir su testimonio, comentó que se separó porque estaba can-
sada de sufrir violencia doméstica y consideró que por la pérdida de su trabajo esa
situación se agudizaría. Durante 10 años estuvo constantemente padeciendo mal-
trato físico. Cuando le preguntamos si había buscado interponer alguna denuncia
por lo que vivía en casa, simplemente sonrío y dijo: “Nunca, eso en Honduras
no se puede. Es imposible”.
  Elizabeth, originaria del departamento de Zacapa, Guatemala, generó una
táctica para salir de la casa de su esposo a razón de la “violencia contra la mujer”
que padecía. Señaló que “el primer año [de casados, todo] fue calidad, todo bien
amoroso. Ya el segundo año comenzó a cambiar, ya empezaron los gritos, jalón
de pelo, jalón de oreja, cinchazos”, incluso no la dejaba salir de la casa, es decir,
la encerraba, para que no tuviera forma de alejarse de él, porque ella le decía que
lo iba a dejar. Elizabeth nos compartió lo siguiente:   
yo le aguanté porque a veces uno de mujer dice “porque lo amo”. Pero luego
se me abrieron los ojos y dije yo: “no, eso no es amor”. Cuando alguien te
quiere, aunque esté muy enojado no te va a pegar, no te va a insultar, se
aguanta la rabia. Pero él no. Él me decía que yo era una basura que no servía
para nada.

Elizabeth, cuando a base de mentiras pudo salir de casa de su pareja y llegar a


la sus padres junto con sus hijos, tardó un tiempo para decidir interponer una
denuncia sobre la violencia que había padecido durante cerca de siete años a ma-
nos de su esposo. Ella está conforme con la respuesta de las autoridades, porque
actualmente su pareja cuenta con una orden de restricción.
A lo largo de este último apartado buscamos dar cuenta de que pese a las múlti-
ples conceptualizaciones de violencia, desde las más abstractas y tachadas de invisi-
bles, hasta las más concretas y directas, todas comparten la característica de despojar
y de encarnarse con distintos matices en los cuerpos, emociones, entornos y motivos
de movilidad de las personas centroamericanas, particularmente de mujeres.
En diferentes tesituras se presenta un encadenamiento o engarzamiento de
las violencias encarnadas que tienden a despojar a las mujeres centroamericanas,
quienes rinden su apuesta a la migración, porque −como lo han compartido va-
rias mujeres migrantes− “es preferible moverse que quedarse y no hacer nada”.
En este sentido, es relevante pensar en la condición de migrante como una huida

190
Blanca Cordero / María Georgina Garibo García

y como una expulsión al mismo tiempo, porque también algunos otros migran-
tes nos han señalado que en la región centroamericana (Guatemala, El Salvador
y Honduras) “sólo hay muerte” porque se vive en violencia constante ejecutada
por actores legalizados e ilegalizados; por ello se debe buscar la posibilidad de una
vida mejor, de una vida vivible.56

Consideraciones finales

A través de los tres diferentes apartados que conforman este capítulo, buscamos
primero identificar en términos cuantitativos el fenómeno de la migración de
mujeres centroamericanas. Para tal efecto, analizamos el fenómeno desde Méxi-
co, reconociendo la complejidad de un rastreo de datos, además de señalar que
los números por sí solos no representan a las mujeres que emigran de sus lugares
de origen; por ello decidimos ubicar el perfil general de las migrantes que atra-
viesan México con la intención de llegar a Estados Unidos y darle un sentido más
social y concreto al compartir fragmentos de las distintas entrevistas que hemos
realizado en el albergue para migrantes La Sagrada Familia.
Asimismo, nos posicionamos ante algunas concepciones sobre violencia, su-
brayando que no debemos olvidar que todas las violencias conllevan efectos o
impactos particulares que se manifiestan directamente en los cuerpos, motivos
y entornos de las personas migrantes, sobre todo en los de las mujeres. En este
sentido, propusimos la concreción de las violencias por medio de lo que deno-
minamos encarnamiento de las violencias o violencias encarnadas. Identificamos
que las violencias aparte de ser encarnadas comparten la función de despojar. Por
ello utilizamos dicha categoría para explicar una violencia encarnada en sí y para
plantear su uso a fin de explicar la multiplicidad de violencias que las mujeres
centroamericanas confrontan en la totalidad de su proceso migratorio, aunque en
este capítulo sólo nos enfocamos a los contextos de salida.
Si bien todo el trabajo versa sobre las violencias y la movilidad humana, noso-
tras en ningún momento situamos a las mujeres como simples objetos, buscamos
identificar los sentidos de sus movilidades reconociéndolas como sujetas.
Por último, no queremos perder oportunidad alguna de reconocer y agradecer
los testimonios que le dieron el sentido último y cualitativo propio a este texto:
Claudia, María, Mayra, Elizabeth, Carmen y Esperanza, gracias por compartirse
con nosotras.
56  Amarela Varela (2017), “La trinidad perversa de la que huyen las fugitivas centroameri-
canas: violencia feminicida, violencia de Estado y violencia de mercado”, Debate Feminista,
vol. 53, p. ⒊

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Violencias encarnadas: migración de mujeres centroamericanas

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194
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso
de Girona1
Salvador Martí i Puig
Nahún García

La migración hondureña y su llegada a Europa

A partir de los años ochenta y noventa del siglo pasado, en Centroamérica se


desencadenó un proceso migratorio que se ha mantenido hasta hoy. Este pro-
ceso inició con la crisis bélica que sufrió la región durante los ochenta, pero
continuó e incrementó en los años noventa debido a la crisis económica poste-
rior y al incremento de la violencia producto de las políticas de ajuste neoliberal
implementadas, del legado violento de las guerras civiles, de la deportación de
migrantes que habían llegado anteriormente a Estados Unidos y de la incapacidad
del Estado de atajar la impunidad y la corrupción.2
Para la población centroamericana –sobre todo de El Salvador, Honduras y
Guatemala− el espacio preferente de migración ha sido y es Estados Unidos. Con
todo, durante la última década, a raíz del riesgo y la peligrosidad que entraña para
los transmigrantes irregulares su desplazamiento por México hasta la frontera
norteamericana,3 junto con las cada vez más exigentes condiciones de la política
migratoria de Estados Unidos, han llevado a muchos centroamericanos a buscar
nuevos destinos. Entre éstos se encuentra la llegada a países de la Unión Euro-
pea, y con un especial énfasis a España e Italia, donde ha habido desde inicios
del siglo xxi –y a pesar de la crisis imperante desde 2007− una especie de efecto
1  Agradecemos a toda la comunidad hondureña de Girona su labor cotidiana. Específica-
mente para este trabajo agradecemos a los miembros de la Asociación Social-Cultural de
Hondureños en Girona, y muy especialmente a su presidente, Delmer Villanueva. También
agradecemos la colaboración de personas con vínculos en dicha comunidad, con una mención
especial al periodista Albert Martín de Vidales y al responsable de migraciones de Cari-
tas-Girona Paco Pardo.
2  La violencia se ha cebado especialmente en los países de Honduras, El Salvador y Guate-
mala, región que se ubica territorialmente como el “triángulo norte” de América Central. En
dichos países el ratio de homicidios por cada 100,000 habitantes es de los más elevados del
mundo de los países sin guerra declarada (Martí i Puig y Sánchez-Ancoechea 2014).
3  Existe extensa literatura que recoge testimonios de la peligrosidad que supone para los
centroamericanos cruzar México como migrante irregular. Entre ella destacamos a Martínez
(2010).

195
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

denominada “mano de obra latina femenina”, en un sector concreto del mercado


laboral: el cuidado doméstico (Rivera Farfán, 2016).
En este texto hacemos referencia a un caso concreto: la migración hondureña
a una ciudad española mediana, situada en el noreste de la península ibérica, que
se llama Girona. Esta población está ubicada a 80 km al norte de Barcelona, a
60 km de la frontera con Francia y a 25 km de la costa mediterránea. Se trata
de una ciudad capital de provincia relativamente pequeña (con cerca de 80,000
habitantes) colindante con varios municipios –destacando la ciudad de Salt (de
unos 45,000 habitantes)−, con la que constituye una pequeña conurbación re-
lativamente integrada y en la que se ha consolidado una notable y diversificada
actividad económica, donde prevalece el sector de los servicios, la industria ali-
mentaria (destacando la cárnica), la actividad agraria y, hasta la crisis de 2007,
la construcción. La situación estratégica de Girona, por su proximidad con Bar-
celona, Francia y la Costa Brava (que es un gran destino turístico durante los
meses de verano), junto con la existencia de cierta oferta laboral y una práctica arraigada
de llegada de migrantes, desde los años cincuenta del siglo pasado, ha hecho de
la ciudad y la provincia un polo de atracción para comunidades migrantes hasta
el punto de que la provincia de Girona es la que tiene el mayor porcentaje de
población migrante de toda España, rozando el 20% según los datos del Insti-
tuto Nacional de Estadística (ine). Entre esta población destaca la marroquí con
27,801; gambiana con 7,147; rumana con 13,952, y desde hace poco más de una
década la hondureña, que aparece como la tercera comunidad con 9,549 –siempre
según los datos del ine,4 que generalmente tienden a la baja.
La migración hondureña en Girona ha destacado por su reciente e intensa
llegada a la ciudad, así como por su perfil mayoritariamente femenino y por ser
una comunidad “discreta”. Si bien ésta empezó a ser registrada en 1999, posible-
mente como consecuencia del desastre que supuso el huracán Mitch5 que asoló
el país desde el 22 de octubre al 9 de noviembre del año 1998, su consolidación
como comunidad es a partir de 200⒌

4  Fuente http://www.ine.es/welcome.shtml, consulta: 26 de julio de 20⒘


5  A raíz del huracán fallecieron más de 11,000 personas y otras tantas desaparecieron. La
intensidad del huracán fue tal, que más del 70% de las infraestructuras del país colapsaron,
a la par que las inundaciones supusieron una gran pérdida económica para el Estado y los
hogares. Ante tal acontecimiento el gobierno de Estados Unidos proporcionó un estatus de
“protección temporal” a los hondureños que emigraron a finales de 1998 y de 199⒐ Con
todo, otros hondureños sin conexiones familiares en Estados Unidos empezaron a buscar
rutas alternativas, como fueron España e Italia.

196
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

Según unos datos revelados en 2015 por la misma comunidad hondureña,6 en


ese año había alrededor de 48,000 hondureños en España, sumando los 43,132
que constaban en el Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística y los
más de 5,000 que ya tienen nacionalidad española y que, por lo tanto, no constan
en dicho padrón. De todos ellos se estima que cerca del 59% tiene papeles, ya sea
por residencia, por haberse casado con un ciudadano español o por tener estancia
por estudios –hecho que indica que el 41% aún no ha podido obtener sus papeles
por arraigo en España. También destaca que la inmigración hondureña es joven
(con una media de 29 años) y masivamente femenina: hay tres mujeres por cada
hombre; en concreto, según los datos del censo de 2013, había 31,655 mujeres y
11,477  varones. La ciudad con más hondureños es Barcelona, si bien en Girona,
que es la ciudad de referencia en la comunidad con más de 5,000 hondureños
entre la capital y su área conurbada, al ser una ciudad pequeña, la comunidad
“catracha” es más visible que en Barcelona.7 Junto con Girona también destaca el
municipio contiguo de Salt, donde desde el año 2000 el número de inmigrantes
que allí residen se ha multiplicado por 10 –mientras que en Girona ciudad se ha
multiplicado por tres. Según diversas fuentes, apunta un periódico local, a fines
de 2008 el 42% de la población total de Salt era de origen inmigrante, mientras
que en la capital de provincia lo era el 16%.

El objetivo del presente trabajo

El objetivo de este trabajo es conocer un poco más las características y la realidad


de la comunidad hondureña en Girona, que es la ciudad que cuenta con la mayor
densidad de hondureños por kilómetro en Europa; a saber, de 103 hondureños
por kilómetro cuadrado. Creemos que es relevante dar cuenta de este tema, por-
que prácticamente no hay estudios sobre la migración hondureña en España, y
menos para el caso de Girona.8
Para recabar información sobre la comunidad hondureña en Girona, se han
llevado a cabo diversas estrategias. La primera y más simple fue solicitar datos
oficiales (los censos) a las entidades pertinentes, cursando petición al Ayunta-
6  La información se ha obtenido de una página web de hondureños residentes en Es-
paña http://tierracatracha.es/10-datos-sobre-los-hondurenos-en-espana/ publicado en
25/05/2015, visitada el 14 de julio, 20⒘
7  Véase el texto en: http://www.diaridegirona.cat/comarques/2015/10/26/59-cent-dels-
hondurenys-que/7499⒓html, consulta: 26 de julio, 20⒘
8  Sobre los hondureños en Girona destacan los artículos de Albert Martín de Vidales en el
Diari de Girona. También se identificó un “Estudio Diagnóstico” encargado por la asociación
sergi en 2007 sobre la integración de inmigrantes marroquíes y hondureños en la ciudad.

197
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

mientos de Girona y municipios de la provincia dónde hay hondureños residien-


do, así como a las oficinas de migración.9
La segunda estrategia fue requerir directamente información a los responsa-
bles de las dos asociaciones de hondureños presentes en el territorio; a saber, la
de Girona (Asociación Social-Cultural de Hondureños en Girona) y del munici-
pio contiguo de Salt. A partir de este contacto, se realizaron entrevistas con los
líderes de dichas asociaciones y con otros miembros de la comunidad, a la vez que
los colectivos facilitaron reuniones en las que participaron unos 30-40 miembros
de la comunidad (realizadas en el Centre Cívic Espai Marfà), y un focus group con
12 miembros de la comunidad, en el cual se debatió de forma intensa sobre su
experiencia migrante.
La tercera estrategia fue recabar información a través de personas que están vin-
culadas con la comunidad hondureña debido a su trabajo, destacando los casos de
empleados de Cáritas, directores de Escuelas, o trabajadores de Centros de Salud.
La cuarta estrategia fue la búsqueda de información sobre la comunidad hon-
dureña a través de la creación de un perfil de Facebook especialmente diseñado
para recabar datos y opiniones de los hondureños en Girona. Con dicho perfil se
pudo llegar a diversos miembros de la comunidad hondureña, que proporciona-
ron información que ninguna otra fuente ofrecía. También se creó una página
web10 con la que se obtuvo información gracias a la interacción de 121 personas,
de las cuales 72 respondieron un cuestionario que se elaboró para esta investiga-
ción; los resultados del mismo se muestran a lo largo del texto.11
Y la quinta y última estrategia fue realizar directamente trabajo de observa-
ción participante de, en y con la comunidad hondureña, estando y deambulando
en espacios concurridos por la comunidad, como son iglesias (católicas y evangé-
licas), parques, restaurantes hondureños, espacios de ocio; así como participar en
eventos como la celebración del Día Nacional de Honduras, y el 15 de septiem-
bre, fecha en la que se realizan actos públicos en Girona y Salt.
Así las cosas, el trabajo se basa, por un lado, en la búsqueda y tratamiento de
datos dispersos, algunos oficiales y otros muchos de carácter cualitativo fruto de la
observación; de diálogos y entrevistas, y de las redes sociales. La mayoría de tales da-
tos obedecen a la voluntad de los mismos hondureños de interactuar y transmitir
9  Somos conscientes que los datos oficiales no necesariamente son reales, pues existe un
importante subregistro de personas hondureñas en los censos oficiales.
10  La página es http://www.estudiomigracionhonduras.com/
11  Somos conscientes de que esta base no es estadísticamente representativa, pero es la
única herramienta, junto con entrevistas y focus group, gracias a la cual pudimos conseguir
información cualitativa.

198
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

sus opiniones. Obviamente, los datos de que se dispone no son estadísticamente


representativos, no abarcan la pluralidad del sentir de la comunidad hondureña
ni pretenden ser un retrato fiel de dicha comunidad; con todo, son indicativos de
la realidad que viven los hondureños en Girona.

Algunos datos oficiales (que no ciertos)


sobre la comunidad hondureña

Lo más destacado de los datos oficiales sobre los hondureños en Cataluña es su


dispersión. Según el Consulado General de Honduras en Barcelona, en 2014
los hondureños que residían en la provincia de Girona eran 22,449, si bien la
mayoría vivían en las ciudades de Girona, Salt y municipios cercanos (19,881 se
concentraban en la comarca del Gironès). Por otro lado, según Idescat, que sólo
registra la población hondureña con permiso de residencia, en la provincia de Gi-
rona había 9,572 (6,639 mujeres y 2,933 hombres) en 2016 y 5,043 en la ciudad
de Girona en la misma fecha. Datos que suponen un incremento significativo de
la comunidad si se observa el incremento imparable que ha tenido desde 1999
(véanse Gráficas 1 y 2).

Gráfica 1. Evolución de la población de origen hondureño


en Girona 1999-2016

Fuente: Ayuntamiento de Girona. Padrón Municipal de habitantes a 01/01/2016.

199
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

Gráfica 2. Evolución de la población de origen hondureño


en Girona 1999-2016

Fuente: Ayuntamiento de Girona, Padrón Municipal de Habitantes, 1 de enero, 2016.

A nivel municipal, el Padrón del Ayuntamiento de Girona con fecha de enero


de 2016 señala que había 4,011 personas nacidas en Honduras (2,750 mujeres y
1,305 varones, la mayoría entre 21 y 50 años), y entre ellos 572 poseían la nacio-
nalidad española, mientras que el resto mantenían la hondureña (véase Gráfico
3).12 En la misma fecha, los datos de otros municipios de la Provincia de Girona
señalaban que la población hondureña empadronada era la siguiente: 1,186 en
Salt, 640 en Figueres y 263 en Banyoles.13

12  Los hondureños que han obtenido la nacionalidad no computan en el censo como hon-
dureños, sino como españoles.
13  En otros municipios de la Provincia de Girona hay población hondureña. Tanto en
municipios del interior (como Celrà, Amer, Santa Coloma de Farners, Massanet de la Selva,
Caldes de Malavella); del litoral (como Blanes, Lloret de Mar, Tossa de Mar, Palamós) o de la
frontera (como La Junquera); sin embargo, no conseguimos datos oficiales. De todas formas,
tanto las fuentes oficiales como las informales confirman que la comunidad hondureña se
concentra entre Girona y Salt.

200
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

Gráfica 3. Estructura por edad y sexo de la población hondureña en Girona

Fuente: Ayuntamiento de Girona, Padrón Municipal de habitantes a 2 de enero, 2016.

Obviamente, entre los datos ofrecidos por Idescat, el Consulado General de


Honduras en Barcelona y los municipios, existen diferencias: según el Consula-
do, había el doble de hondureños que según Idescat, a la par de que no constaban
aquellos hondureños que no se encontraban en el registro del Padrón Municipal
por el hecho de que después de haber llegado no habían podido empadronarse.14
Según la prensa –que posiblemente exagera la dimensión de la comunidad hon-
dureña− dicha comunidad en la provincia de Girona rozaría los 30,000.15

14  En algunos municipios, como es el caso de Girona, para proceder al empadronamiento


se exige que el interesado o alguien que le reciba, demuestre mediante título de propiedad
o arrendamiento el domicilio de residencia. Esto no es así en todos los municipios, ya que
también hay la posibilidad de acreditación con otros documentos menos restrictivos (por
ejemplo, facturas de suministros básicos). En los últimos años ha existido una tendencia
a endurecer las condiciones de empadronamiento de las personas migrantes en situación
irregular.
15  Véase la noticia en http://www.diaridegirona.cat/opinio/2017/06/06/cap-30000-hon-
durenys-viuen-girona/85019⒏html, consulta: 26 de julio, 20⒘

201
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

Algunos datos más sobre la comunidad

Más allá de las cifras oficiales, se han obtenido otros datos de la página web
creada específicamente para este trabajo: www.estudiomigracionhonduras.com,
la cual se difundió a través de Facebook. Los datos obtenidos mediante estos
mecanismos sobre la comunidad hondureña se mostrarán enseguida. Ante todo,
es importante señalar que respondieron 72 personas que se auto-identificaron
como hondureños, en su mayoría mujeres: ni más ni menos que el 79%. Hay
varias razones que dan cuenta de este sesgo, siendo la razón principal el hecho de
que la comunidad hondureña está intensamente feminizada. Según la encuesta,
el 3⒎93% de las personas que respondieron estaban casadas, el ⒖52% se en-
contraban en estado civil de pareja de hecho y el 4⒍55% eran solteras. De todas
ellas, el 3⒎93% declaró que tenía un hijo, el ⒙97% dos, el ⒑34% tres, el
⒌17% cuatro, el ⒊45% cinco y el 2⒉41% ninguno.16
Respecto a su estatus legal, la encuesta señaló que el 50% tiene el permiso de
residencia, y un 24% posee la doble nacionalidad −hondureña y española, menos
uno, que tiene la hondureña y la italiana. Obviamente, la doble nacionalidad
proporciona una notable ventaja a la hora de buscar trabajo, de viajar libremente
por la Unión Europea y de residir en los Estados Unidos por un periodo de 6
meses.17 En cuanto a la ciudad de procedencia en Honduras, según los datos
disponibles, el 40% son de Tegucigalpa, el 16% de Talanga, el 15% de San
Pedro Sula, a la vez que aparecen también ciudades con muy pocos oriundos,
como Choluteca, Comayagua o Olanchito, si bien muchos otros se identifican
sólo como de Honduras o incluso como “hondureños de Girona”. Estos datos
no confirman el hecho de que una porción importante de los hondureños que
residen en Girona son de Talanga, una ciudad que se encuentra en el Departamento
de Francisco Moranza, a unos 48 kilómetros de Tegucigalpa, distrito central, y
que según otras fuentes es el lugar de origen de la mayoría de los hondureños
residentes en Girona.18 Esta cuestión del “origen” debe hacernos preguntar sobre
los temas de la identidad de las personas y su expresión por las redes.
16  Estos datos señalan que la tasa media de fecundidad entre migrantes es menor a la media
existente en Honduras, que según el Instituto Nacional de Estadística hondureño es de ⒉33
hijos por mujer.
17  La mayoría de hondureños con nacionalidad española residen y trabajan temporadas
en Estados Unidos, donde reciben mejor remuneración por las mismas actividades y donde
generalmente tienen familiares.
18  El Cónsul de Honduras en Barcelona, Edgardo Murillo, explicó al Diario de Girona que
las primeras familias de hondureños llegaron hace años en Girona y Salt procedentes en su
mayoría de la localidad de Talanga, de poco más de 50,000 habitantes y situada cerca de la
capital, Tegucigalpa. A partir de aquí, el fenómeno del boca a boca ha sido imparable, pri-

202
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

Otras cuestiones relevantes que se preguntaron fueron sobre su trabajo, nivel


de estudios, las actividades que realizan y el tipo de relación que mantienen con
la administración pública.
En cuanto a su situación laboral, destaca que la mayoría desarrollan en em-
pleos con extensas jornadas laborales y bajos sueldos. De la encuesta se desprende
que el 3⒍21% trabaja en el ámbito de servicios domésticos, el ⒙97% en el sec-
tor turístico (hostelería o limpieza hoteles), el ⒓07% en el sector cárnico (ge-
neralmente como operarios en mataderos), ⒌71% cuidando ancianos, ⒘23%
en otro tipo de trabajos y ⒈72% está buscando trabajo. De lo expuesto, se des-
prende que la mayor parte del trabajo que desempeña la población hondureña
es un quehacer mayoritariamente feminizado, como es el servicio doméstico y el
cuidado de personas mayores –muchas veces bajo un régimen de internamiento−
que suma casi un 42%. Sobre este tema destaca la investigación de Rivera Farfán
sobre mujeres hondureñas en Cataluña; el autor señala que la demanda de mano
de obra barata y flexible en el servicio doméstico –y sobre todo en el trabajo de
cuidados de personas mayores dependientes− en el sur de Europa, ha generado
un “efecto llamada”, vinculado al envejecimiento de la población, debido a la
reestructuración del Estado de Bienestar a raíz de las políticas de ajuste presu-
puestario después de la crisis de 200⒎ Rivera Farfán asegura con claridad que las
“mujeres hondureñas son parte de la globalización de la inmigración femenina
y que en Cataluña se insertan en un mercado laboral periférico (…), donde la
falta de servicios públicos deja en manos de las familias la contratación privada
de mano de obra con la cual suplir la carencia de servicios públicos de cuidados
y atención a personas dependientes”.19
El trabajo doméstico remunerado que se demanda, requiere de una mano de
obra a la que se le solicitan largas jornadas de trabajo a cambio de salarios bajos,
sin seguridad social y con escasas o nulas posibilidades de realizar trayectorias
ascendentes.20

mero sólo en el territorio de Francisco Morazán, donde se encuentra esta ciudad, y después
en todo el país.
19  Rivera Farfán (2016), “Mujeres hondureñas en Cataluña: La emergencia de una ruta
migratoria alterna y el trabajo de cuidados”, Working Paper, núm. 19, Barcelona, Centre de
Estudios Sociològics sobre la Vida cotidiana i el Treball, quit-uab. p. 17
20  El trabajo de Rivera Farfán (2016) se adhiere a la tesis de Bettio, Simonazzi y Villa
(2006: 13-14) de que en España, Italia y Grecia se ha ido gestando, desde inicios del siglo
xxi, una modalidad de prestación de servicios familiares que se ha calificado como “modelo
de cuidado con inmigrante en la familia”. Este modelo se inserta en un mercado de trabajo
segmentado donde las mujeres inmigrantes realizan los trabajos menos valorados, a la par que
se refuerzan estilos de vida y formas de organización social tradicionales.

203
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

Respecto al nivel de estudios de los miembros de la comunidad, según la


encuesta en la web, una porción mayoritaria –el 3⒎93%− cuenta con un gra-
do medio (una formación profesional), el 2⒋14% con formación secundaria,
el ⒙97% con formación universitaria, el ⒔79% con estudios primarios y un
⒌17% está estudiando en Girona. Esta última categoría se refiere a miembros
jóvenes, generalmente hijos o sobrinos, de la primera ola migrante que se en-
cuentran cursando secundaria o módulos de formación profesional.21
Por otro lado, según la encuesta, la utilización de los servicios sociales por
parte de la comunidad hondureña es muy bajo, pues el 4⒍55% asegura no haber
hecho nunca uso los servicios sociales, un 3⒐66% muy poco y sólo un ⒔79%
con frecuencia. Según los comentarios, esta situación se debe a diversos motivos,
destacando tres: la desconfianza hacia los servicios públicos (desconfianza here-
dada de su lugar de origen), el desconocimiento sobre sus derechos y la oferta de
servicios existente, porque cuándo asisten, perciben que la atención es muy lenta.
En cualquier caso, el uso de los hondureños de los servicios públicos es consi-
derablemente menor al que realizan otras comunidades inmigrantes presentes en
Girona, como la magrebí o gambiana.
En cuanto a cómo se percibe la situación actual en Honduras, la repuesta fue
la siguiente: para el 7⒎59%, es muy mala; para el ⒔79%, mala, frente al ⒈72%
que la consideran buena y el ⒔79% regular. Tampoco son halagadoras las es-
peranzas sobre el futuro de su país, pues el 5⒍90% cree que es muy difícil que
la situación mejore, el 3⒉76% considera que no va a mejorar y sólo el ⒑34%
piensa en la posibilidad de mejora. Al preguntar sobre cuál creen que es el peor
problema de su país, surge en primer lugar la corrupción (3⒋48%); la delin-
cuencia (3⒈03%); la pobreza, la política y el Presidente actual (con ⒍90% cada
uno de los tres ítems); el desempleo y la falta de educación (⒌71% cada uno),
y finalmente el narcotráfico (⒊45%). Ante esta percepción, es plausible que el
47% de los encuestados diga que no piensa regresar a Honduras, el 29% sólo si
la situación del país mejora, el 19% sí quiere volver, y un 3% no piensa regresar
aunque la situación mejorara.
Respecto al lugar de acogida y su cultura, el 6⒎24% de los encuestados afir-
man que ya conocían la existencia de Cataluña antes de llegar, fruto de su rela-
ción con otros individuos que ya residían en Girona y con los que tenían relación
a través de redes sociales (sobre todo Skype y Facebook) o WhatsApp. Con todo,

21  Un profesor de la escuela de adultos de Girona comentó en una entrevista que cada año se
matriculan muchos estudiantes hondureños (varones y mujeres), pero que difícilmente logran
terminar los cursos debido a que los abandonan al conseguir trabajos con horarios incompatibles
para la asistencia al centro, como es el caso del servicio doméstico o de internado.

204
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

sorprende que el 3⒈03% no tenía conocimiento de que existía Cataluña, ni de


que se hablaba la lengua catalana en Girona. Sobre la lengua el 6⒊79% dice que sí es
importante entender y hablar catalán, frente al 2⒎59% que plantea que depende
de la situación laboral y el ⒏62% que segura que no es importante22.
Otra cuestión relevante que se preguntó fue sobre los patrones de sociabilidad de
la comunidad hondureña en Girona. Los datos recopilados señalan que el 5⒊45%
se reúne y pasa el tiempo con amigos hondureños, que el 4⒈38% lo hace con su
familia, el ⒈72% tiene vinculación con asociaciones sociales o culturales y el ⒊45%
responde que tiene otro tipo de entornos de relación diferente a los citados.
En relación a este aspecto, es preciso señalar que en Girona ya existen espacios
físicos vinculados a la comunidad hondureña y que constituyen puntos de encuentro.
Entre éstos destacan restaurantes de comida hondureña, como los sigüentes: Lloc
de Trobada (C/ del Riu Güell), Punto y Coma (C/ Santa Eugènia), Blessing (Crta
de Barcelona), Bar Acapulco (C/ Santa Eugènia). También destacan los lugares de
culto, como las parroquias católicas de Salt y Santa Eugènia, o los templos de culto
evangélico que son un espacio de relación muy relevante a todos los niveles: generan
confianza, en ellos se establecen redes, se celebran ritos de paso y también son el
ámbito donde se intercambia información sobre trabajo, ofertas o recomendaciones.
Respecto de los espacios públicos donde se reúne la comunidad hondureña, destacan
“las canchitas” de Can Gilbert, donde se juega fútbol; la Plaça de Santa Eguenia
–denominada “la plaza del barco”−; las pozas del río Ter en el Pla dels Socs, donde
se realizan picnics y se bañan; el parque de la Devesa, o la Muralla de Girona, que
es un lugar importante para los hondureños, pues al arribar a la ciudad se toman una
foto allí como prueba de su llegada. Finalmente, están los espacios virtuales de los
hondureños en Girona, sobre todo en las redes sociales, en Facebook, donde destacan
las páginas de las asociaciones catrachas.23

Voces de la migración hondureña


Además de los datos oficiales y de las encuestas a partir de las webs, también
hubo la oportunidad de establecer encuentros y diálogos con personas de la co-
munidad hondureña. Algunos diálogos fueron esporádicos y fruto de encuentros

22  A raíz de una entrevista realizada con un profesor de catalán de Girona, supimos que hay
muchos hondureños que se matriculan a clases de catalán, si bien la mayoría de ellos deja de
ir a clase cuando obtiene el certificado de catalán (de primer nivel), necesario para tramitar
el permiso de residencia.
23  Destacamos las siguientes páginas de la comunidad hondureña: https://www.facebook.
com/ASCHPG/; https://www.facebook.com/asociaciondehondurasdelaprovinciadegirona/;
https://www.facebook.com/FCHondurasGirona-312706835564556/

205
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

en eventos y espacios concurridos por miembros de la comunidad, pero otros


se organizaron de forma pautada gracias a los buenos oficios de Delmer Villa-
nueva, presidente de Asociación Social Cultural de Hondureños en la Provincia
de Girona. Con él se desarrolló un encuentro en el Centro Social Espai Marfà
(en la Carretera Santa Eugenia) con cerca de 40 miembros de la comunidad
para presentar y hablar de este trabajo; también se organizó una mesa redonda
informal el día sábado 8 de abril de 2017 en el Restaurante Punto y Coma. En
dicha mesa se dialogó con diez personas, ocho de ellas hondureñas de diferen-
tes edades (comprendidas desde los 19 hasta los 55 años) y ciudades de origen,
quienes llegaron a Girona en un proceso migratorio. Éstas fueron Álex, Rubí,
Delmer, Osiris, Rosa, Héctor, Saady y Gladis. Los temas de los que se habló se
relacionaron con las siguientes preguntas: ¿Cuándo llegaron? ¿Cómo fue el trato
de la comunidad hondureña y gerundense al momento de la llegada? ¿Por qué
eligieron la ciudad de Girona a la hora de migrar? ¿Cuáles son los lugares más
relevantes para los hondureños en Girona? ¿Qué tipo de trabajo realizan? ¿Cuáles
son sus aspiraciones a medio plazo?
Llegada: red previa y conocimiento de la ciudad

Álex llegó en 2009 a la casa de su familia; no conocía nada de Girona. Vino por-
que residían aquí varios familiares entre ellos su madre. Hoy son más de 50 los
miembros de su familia que habitan en Girona. El primer familiar que llegó fue
una tía, esposa de su tío. Rubí llegó en 2005 por circunstancias económicas. En
ese momento ya residía en Girona una tía política, quien la recibió; dos años más
tarde ella ayudó a su hermana a venir. Prefería ir a Estados Unidos, pero decidió
dirigirse a España porque era más fácil. Delmer, quien es esposo de Rubí, y pre-
sidente de la Asociación Social Cultural de Honduras en la Provincia de Girona,
llegó a Girona en 1998, donde ya estaba su madre, aunque ella estaba en mal
estado de salud. Tenía conocimiento de Girona sólo por los comentarios que le
hacían; sabía que existía la Costa Brava, el Barrí Vell y el bar Acapulco –lugar de
encuentro de los hondureños en años anteriores. Osiris llegó en 2006, porque su
esposo ya residía en Girona. Rosa llegó en 2003, entonces no tenía conocimiento
de la existencia de Girona, pero sabía que había mucho trabajo en esa época, y
así era: ella llegó un día 10 y el 11 ya estaba trabajando. Héctor llegó en 1999,
vino por medio de su hermana, quien a su vez llegó gracias a unas primas que
habían arribado el año anterior. Saady Suazo, hermano de Alex, llegó en el año
2015 para reunirse con su familia; él ya conocía Girona, debido a que hablaba
con sus familiares a través de WhatsApp, y éstos le enviaban la ubicación de donde
estaban. Gladis llegó en 2010 y vino por medio de unas amigas.

206
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

La forma de llegar a Europa puede ser diferente según sea el caso, pero des-
taca una vía: llegar como turista comprando un boleto de ida y vuelta, contratar
un paquete turístico completo y demostrar un determinado monto de dinero
ante las autoridades para garantizar que existan recursos para sobrevivir durante
dicho período. Esta vía supone un importante desembolso de dinero, así que
muchas veces son las familias o los amigos quienes ayudan a costear el importe,
con la condición que una vez instalada la persona y con trabajo vaya cancelando
la deuda. Obviamente, también está la vía del reagrupamiento familiar y la de
obtener una oferta de trabajo o una carta de invitación; pero sea cuál sea la forma
de llegar a Europa, ésta es mucho menos arriesgada que la vía norteamericana,
llena de peligros y vejaciones.24 Una vez en el país, muchos de los hondureños
que llegan de forma irregular tienen como objetivo regularizar su condición legal
una vez que puedan demostrar tres años de residencia en su municipio.
La inserción laboral: tipo de trabajo y condiciones

El trabajo de Rubí, Osiris, Gladis y Rosa, es el tradicional de las mujeres hon-


dureñas en Cataluña: el servicio doméstico. Mientras, el trabajo de los varones
es un poco más diversificado: Alex trabaja como operario cárnico en el muni-
cipio de Riudellots; Delmer en la construcción y como entrenador de fútbol;
Saady estudia un grado medio y trabaja puntualmente para ayudar a su familia, y
Héctor actualmente no puede trabajar, pues tuvo un accidente laboral, pero hasta
entonces trabajó en el sector de la construcción.
Relación con otras personas

Al preguntar sobre cuáles son las amistades que han establecido en Girona,
todos menos el más joven –Saady− señalan que sus redes de amistad son exclusi-
vamente con personas latinas, en su mayoría hondureñas. Saady, por el contrario,
señala que a través de los estudios cuenta con muchos amigos de todas las nacio-
nalidades y muchos de ellos son catalanes. Por otro lado, Delmer, en su condi-
ción de presidente de la Asociación Social Cultural de Honduras en la Provincia
de Girona, asegura que trata con mucha gente oriunda con la que mantiene
relaciones de confianza. Entre ellas destaca la red de complicidades que se ha ido
tejiendo entre la Asociación y el barrio de Santa Eugènia –donde participan en
la organización de las fiestas del barrio−, así como con la Coordinadora de ongs
de la Comarca de Girona, las cuales en ocasiones organizan conjuntamente acti-
vidades de sensibilización sobre la realidad hondureña, destacando la visita que
24  Sobre la peligrosidad de la vía migratoria desde Centroamérica hacia Estados Unidos por
tierra, véase la obra de Martínez (2010).

207
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

realizó el jesuita hondureño Ismael Moreno Coto (el Padre Melo), director de
Radio Progreso y conocido defensor de los derechos humanos en Honduras.25
Precisamente por la actividad creciente de la comunidad hondureña en Girona
y Salt, desde hace unos años algunos activistas y representantes políticos locales
han empezado a prestar atención a la comunidad. Los primeros para colaborar y
apoyar en actos, y los segundos para hacer acto de presencia cuando la comuni-
dad realiza conmemoraciones, destacando la fiesta del día de la Independencia.
Deseos y proyecciones en un futuro cercano

Cuando se habló de cómo perciben el futuro de la comunidad hondureña dentro


de unos cinco años, todos coinciden que sus expectativas pasan por el surgimien-
to de una nueva generación de hondureños jóvenes con ciudadanía española, con
mejor formación y que pueda competir “de tú a tú” con el resto de catalanes.
Señalan que algunos de los jóvenes que han llegado con edades entre los 10 y
15 años ya destacan en algunas actividades, como fútbol o atletismo. También
esperan un mejor trato desde las administraciones locales, que generalmente ha
ignorado a la comunidad hondureña mientras que ha invertido esfuerzos y recur-
sos con otras comunidades migrantes por ser más problemáticas o demandantes;
al mismo tiempo no descartan que a medio plazo exista una representación hon-
dureña en la política de Girona. De todas maneras, también aparece la necesidad
de que la comunidad hondureña esté más cohesionada y que haya más solidari-
dad entre sus miembros, como ocurre con otras comunidades de inmigrantes en
Girona, las cuales se apoyan entre sí en negocios y asociaciones.

A modo de conclusión

De la aproximación realizada a la comunidad hondureña en la provincia de Gi-


rona, es posible afirmar que su llegada ha sido reciente (básicamente a partir de
1999). Pero desde entonces ha crecido mucho, hasta ser una de las más impor-
tantes. Entre sus características destaca que es mayoritariamente femenina (en
una proporción de 3 a 1) y joven (con una media de edad de 36 años), siendo los
menores fruto de la reunificación familiar y, recientemente, hijos de la migra-
ción. A la vez, la mayoría de mujeres de la comunidad trabajan en el área domés-
tica, sobre todo cuidando mayores o limpiando casas. Así conforman una pieza

25  Sobre esta actividad, véanse los reportajes que se publicaron en la prensa local ht-
tps://www.gironanoticies.com/noticia/45055-lalcaldessa-de-girona-rep-el-padre-melo.htm
y http://www.diaridegirona.cat/girona/2017/05/23/xerrada-sobre-situacio-dhondures-pa-
dre/84770⒋html

208
Salvador Marࢾ i Puig | Nahún García

necesaria para el mantenimiento del modelo de bienestar residual familiarista


existente en España y propio de los países del sur de Europa.
La opción de llegar a Europa se debe a que migrar a Estados Unidos es muy
peligroso, y la llegada de hondureños a la ciudad de Girona y alrededores fue
fruto de la presencia previa de redes familiares extensas o de amistad.26 La for-
ma de llegada –a través de visado turístico o por invitación− sólo es posible si
previamente existe una red que apoye y contenga. Este último punto es crucial,
ya que al inicio muchos llegaron sin saber que Girona es una ciudad de Cataluña
y en la que se habla catalán; no obstante, desde la última década casi todos los
que llegan ya son conscientes de la particularidad lingüística e identitaria propia
de Cataluña, e incluso muchos ya comprenden y hablan catalán. Con todo, los
hondureños socializan con miembros de la misma comunidad, sobre todo a par-
tir de redes familiares, amistad o religión, siendo más importantes los espacios
informales que los formales, a la par de que ya existe una geografía singular de
los hondureños en Girona –ya tienen sus bares, restaurantes, espacios de baile,
iglesias y de recreo−, además de que son muy activos en las redes sociales.
A día de hoy, la mayoría de hondureños que residen en Girona aseguran que no
quieren volver a su país de origen, y también creen que la situación en su país natal
no va a mejorar. De todo ello, es posible afirmar que la comunidad hondureña ha
llegado para quedarse; sin embargo, hay poca información sobre dicha comunidad,
a pesar de que ésta desarrolla una tarea vital para muchas familias autóctonas (cuidar
de sus hogares y de sus personas mayores) y de que ya tiene un importante arraigo y
un creciente protagonismo. Este trabajo pretende convertirse en un pequeño aporte
en la tarea de conocer, comprender y valorar dicha comunidad.

Bibliografía

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male Migration: the care drain in the Mediterranean”, Journal of European
Social Policy 16⑶: 271-28⒌
26  En la conversación se dijo que la primera persona hondureña que llegó a Girona fue una
mujer, en la década de los ochenta, y que trabajó en un convento de monjas en régimen de
interna. No se sabe si a partir de su experiencia y fueron llegando más mujeres creando una
dinámica de bola de nieve.

209
La “otra ruta” migratoria de Honduras: el caso de Girona

Martí i Puig, S. y Sánchez-Ancoechea, D. (2014), “Centroamérica hoy ¿Tiene


remedio la violencia? Foreign Affairs Latinoamérica, vol. 14, núm. 2, pp. 107-
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Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad, Universidad Autóno-
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Banco Centroamericano de Integración Económica, https://www.bcie.org/
Banco Central de Honduras, http://www.bch.hn/
Organización Mundial de la Salud, http://www.who.int/countries/hnd/es/

210
Sobre los autores

Nayar López Castellanos. Doctor en Ciencia Política por la unam. Profesor In-
vestigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales de la unam, del cual es coordinador. Miembro del Padrón
de Tutores y del Comité Académico del Programa de Posgrado en Estudios
Latinoamericanos de la unam. Director de CariCen. Revista de Análisis y Debate
sobre el Caribe y Centroamérica. Sus líneas de investigación son neoliberalismo,
proceso de integración, geopolítica, intervencionismo estadounidense, democra-
cia, desarrollo político, izquierda y movimientos sociales en América Latina y el
Caribe. Ha publicado libros y artículos en revistas especializadas sobre diversas
temáticas latinoamericanas y caribeñas. Actualmente es responsable del proyecto
El Gran Caribe: geopolítica, procesos de integración y proyectos alternativos, (Pro-
yecto papiit IN307318, 2018-2020, dgapa-unam).
Luis Alfredo Arriola Vega. Doctor en antropología por The University of Flo-
rida, es investigador y profesor en El Colegio de la Frontera Sur, México. Está
adscrito al Grupo Académico de Estudios Migratorios y Procesos Transfronteri-
zos. Sus líneas principales de interés son la movilidad humana y la frontera Méxi-
co-Guatemala. Se especializa en el estudio de la migración en/de tránsito de cen-
troamericanos que se dirigen a Estados Unidos, los flujos de retorno a México, la
movilidad forzada en sus distintas manifestaciones, y las relaciones binacionales
y transfronterizas. Dos de sus publicaciones recientes son: “Movilidad múltiple
nacional e internacional de una población mexicano-guatemalteca”, revista Li-
minaR. Estudios Sociales y Humanísticos. ⑵: 131-149, 20⒗ “A New Agenda to
Study the Guatemala-Mexico/Guatemala-Mexico Border(lands) Region”. Jour-
nal of Borderlands Studies, 20⒙ doi: ⒑1080/0886565⒌20⒙1462240.
Enrique Coraza de los Santos. Investigador titular del grupo académico de estu-
dios de migración y procesos transfronterizos del Departamento de Sociedad y Cul-
tura de El Colegio de la Frontera Sur (ecosur-conacyt) en la Unidad Tapachula
(Chiapas-México). Integrante del SNI Nivel I. Co-coordinador del grupo de clacso
Violencia y Migraciones Forzadas, y de la Red de Investigadores Remigre de la Uni-
versidad de Coimbra (Portugal) y coordinador para ecosur de la participación en el
Observatorio Iberoamericano de Movilidad Humana de la Universidad de Comillas
(España). Miembro del Programa Interinstitucional de Estudios de Migraciones,
Exilios y Refugios de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina). Trabaja desde
el año 2000 en movilidades forzadas con investigaciones en España, el Cono Sur de
América Latina y Centroamérica-México. Ha sido profesor invitado en Guatemala,

211
Sobre los autores

El Salvador, Cuba, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, España y Francia, y dentro


de sus contribuciones más recientes se destaca: Coraza, E. y Gatica, M.  20⒘ “Los
exilios políticos y la dimensión comparada: contribuciones a un campo en construc-
ción”, en Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. 27 (53) y Coraza, E. y
Arriola, L.  (coords.) (2018), Ráfagas y vientos de un sur global. Movilidades recientes en
estados fronterizos del sur-sureste de México. San Cristóbal de las Casas: ecosur-oim.
Santiago Martínez Junco. Licenciado en Psicología, por el Centro de Estu-
dios Superiores de Tapachula (cest), cuenta con una Maestría en Ciencias de
la Educación con formación en Docencia e Investigación, y un Diplomado en
Antropología Básica por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente,
está estudiando la Maestría en Terapia Infantil en el Centro de Terapia Familiar
y de Pareja. Desde el año 2000, ha trabajado con población migrante en la región
del Soconusco y Centroamérica, desarrollando tareas en el Centro de Derechos
Humanos de Migrantes Fray Matías de Córdova, como consultor externo en
organizaciones importantes como Sin Fronteras a.c., para organismos interna-
cionales como la Organización Internacional para las Migraciones y con institu-
ciones académicas en proyectos de investigación como ciesas Sureste y ecosur.
Actualmente, trabaja en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Au-
tónoma de Chiapas (unach) como profesor de asignatura. Coordina el proyecto
de Radio Comunitaria, financiado por la Secretaría de Cultura y coordinado por
el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas (coneculta). Sus temas
de interés son juventud y violencia, terapia grupal a niñez migrante, migración
internacional, refugio, género.
Matthew Lorenzen Martiny. Doctor en Sociología por la Universidad de Pa-
ris 1 Panthéon-Sorbonne, Francia; master en Socio-antropología por la misma
universidad; y maestro en Estudios Regionales por el Instituto Mora, México.
Actualmente es editor y traductor para la agencia de noticias efe, enfocándose en
cubrir diversos temas sobre América Latina para un público anglófono (procesos
políticos, violencia, migración, entre otros). En 2017 realizó una estancia pos-
doctoral en la Price School of Public Policy de la Universidad del Sur de Califor-
nia (usc), y en 2016 trabajó como asesor en análisis estadístico y geográfico para
el Consejo Nacional de Población (conapo) de México. Algunas de sus líneas de
investigación incluyen: migración de niñas, niños y adolescentes desde, hacia y
en tránsito por México; migración irregular centroamericana hacia y en tránsito
por México; migraciones mixtas; migración rural en la región centro de México;
urbanización y gentrificación rural en Morelos, México.

212
Nayar López Castellanos

Obed Frausto Gatica. Licenciado en Sociología y Doctor en Filosofía de la


Ciencia por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor Honora-
ble de Humanidades en el Honors College en Ball State University en Estados
Unidos. Estancias de investigación en Harvard University y en la Université de
Paris ⒏ Sus líneas de investigación son sociología de la ciencia, sociología del
conocimiento, historia del pensamiento de las ciencias sociales, filosofía política,
sociología política, teoría sociológica, teoría postcolonial y neoliberalismo.
Zulia Orozco Reynoso. Profesora de la Universidad Autónoma de Baja Cali-
fornia (uabc), sede Tijuana. Es Candidata al Doctorado en Urbanismo por la
Universidad Nacional Autónoma de México (unam), y cuenta con una Maestría
en Derecho y Licenciatura en Sociología por la misma Universidad. Ha reali-
zado estancias de investigación en la Universidad de Oxford, la Universidad de
California, San Diego, y John Jay College of Criminal Justice en Nueva York. Se
especializa en seguridad ciudadana, prevención de la economía criminal, reforma
policial, métodos mixtos, sociohistoria de las élites del poder y crimen organiza-
do transnacional. Ha sido becaria Fulbright y del Lincoln Institute of Land and
Policy. Su tesis doctoral versa sobre la influencia de la economía criminal en el
mercado inmobiliario y el espacio social de Tijuana del 2000 al 20⒑
Jenyel Contreras Guzmán. Socióloga, máster en evaluación de programas y proyec-
tos de desarrollo por la Universidad de Costa Rica. Investigadora, docente y evalua-
dora de programas y proyectos en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO) Sede Académica Costa Rica. Se interesa en el estudio de la temática
migratoria y los procesos de desigualdad social.
Norma Angélica Cuéllar Díaz. Periodista egresada de la Universidad Nacional Au-
tónoma de México (unam), maestra en Gobierno y Asuntos Públicos por la misma
universidad. Se ha especializado en la investigación de los temas relacionados con
política mexicana, derechos humanos, religión y migración, publicados en diarios y
revistas de circulación nacional como El Heraldo de México, La Crónica de Hoy y
Más Claro, entre otros. También desarrolló la investigación Políticas públicas para
los trabajadores agrícolas guatemaltecos en Chiapas y desafíos de la migración en la
frontera sur mexicana. Actualmente cursa el doctorado en Sociología en el Instituto
de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, de la Benemérita Uni-
versidad Autónoma de Puebla, cuya investigación está centrada en la vulnerabilidad y
los derechos humanos de la migrantes en tránsito por México.

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Sobre los autores

Hugo César Moreno Hernández. Doctor en Ciencias Sociales y Políticas. Ha


investigado sobre pandillas juveniles en México, El Salvador y Ecuador; sobre
la Organización Homies Unidos de El Salvador; realizó la investigación Pandi-
llas transnacionales en El Salvador y Ecuador: criminalización versus integración,
auspiciada por el programa de becas clacso-asdi de Promoción de la Investiga-
ción Social, Juventudes y Movimientos Juveniles en América Latina y el Caribe;
realizó una estancia posdoctoral en la enah (2013-2015). Publicó los libros La
pandilla como ejercicio de micropoder. Relaciones de poder en los márgenes de la
sociedad, jóvenes, violencia y estrategias de sobrevivencia  (2011);  Quieto, Atento y
Obediente. Violencias simbólicas entre adultos y jóvenes en las escuelas secundarias
del DF (2015), así como el reporte de investigación en clacso Pandillas transna-
cionales en El Salvador y Ecuador: criminalización versus integración (2014). Ha
publicado diversos artículos en revistas académicas nacionales e internacionales.
Actualmente es profesor de tiempo completo en el Instituto de Ciencias Sociales
y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”, de la buap. Candidato al sni.
Luisa Alquisiras Terrones. Licenciada en Psicología. Maestra en Psicología So-
cial de Grupos e Instituciones. Asistente de investigación en el proyecto ¿Un tren
subterráneo? Prácticas y redes informales de solidaridad en el viaje de migrantes
centroamericanos hacia Estados Unidos. Estudio Binacional México-El Salvador
(2014, 2016) en colaboración con la Universidad Centroamericana “José Simeón
Cañas” (uca) y la Universidad Autónoma Metropolitana (uam), Unidad Xochimilco,
con apoyo de la Fundación Ford. Actualmente es estudiante del doctorado en So-
ciología en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego”
de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con la investigación titulada El
gobierno de la compasión: migrantes centroamericanos mutilados en México.
Blanca Laura Cordero Díaz. Licenciada en Sociología por la Universidad Vera-
cruzana. Maestra en Antropología Social por el Colegio de Michoacán, Doctora en
Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Premio Nacional de
Estudios Agrarios 2003; Becaria del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
clacso Buenos Aires 2004; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (2007-
2014). Coordinadora de la licenciatura en Sociología buap (2006-2008). Coordi-
nadora del Posgrado en Sociología BUAP (2010-2014). Estancia posdoctoral en el
Instituto de Investigaciones Históricas y Sociales de la Universidad Veracruzana. Es
autora del libro Ser Trabajador Transnacional (conacyt-buap 2007). Dictaminadora
en revistas científicas como Migraciones Internacionales y Revista Mexicana de Socio-
logía. Actualmente investiga y publica sobre migración y subjetividades en el capita-
lismo contemporáneo desde un enfoque crítico.

214
Nayar López Castellanos

María Georgina Garibo García. Licenciada en Relaciones Internacionales y Maestra


en Ciencias Políticas por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla (buap). Cursa el doctorado en Sociología en el
Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la buap, y es
estudiante del Diplomado Feminismos desde América Latina en la Universidad Au-
tónoma de la Ciudad de México (uacm), estudiante del Seminario Memoria, justicia
y feminismos en México y Centroamérica en el Centro de Investigaciones y Estudios
de Género (cieg) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), becada
conacyt, integrante del Grupo de Investigación Programa Universitario de Saberes
Migrantes: Santuario Transfronterizo, creado entre la uacm y Otros Dreams en Ac-
ción (oda), y voluntaria en el albergue para migrantes La Sagrada Familia ubicado
en Apizaco, Tlaxcala, de julio de 2016 a julio de 20⒘ Desde el 2006 trabaja temas
relacionados con la movilidad humana en las vertientes del refugio, migración Mé-
xico-Estados Unidos, cruce fronterizo y, hoy día, migración de centroamericanas en
su tránsito por México. Temas de interés: migración, feminismos, cuerpo, fronteras
y derechos humanos.
Salvador Martí i Puig. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Gi-
rona, investigador externo del cidob-Barcelona y del Instituto de Iberoamérica
de la Universidad de Salamanca. Ha sido investigador y docente en universi-
dades de Europa, América Latina y Estados Unidos. Ocupó la Cátedra Óscar
Uribe Villegas de Comunicación Política en 2013 en la Universidad Autónoma
Metropolitana, de México. Su área de investigación es la política comparada y
los movimientos sociales, con énfasis en América Latina. Ha trabajado y escri-
to sobre procesos de democratización y des-democratización, acción colectiva
e identidad. Es autor de artículos en revistas académicas, capítulos y de libros.
Entre sus últimas obras destaca la coedición de los volúmenes The Handbook on
Central American Governance ( junto con Diego Sánchez-Ancoechea, 2014) y de
Nicaragua and the Sandinistas, 1979 a 2009 ( junto con David Close y Shelley
McConnell, 2011), así como el libro Manual de Ciencia Política (2015, Editorial
Ariel) en coautoría con José María Vallès.
Nahun García. Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la
Universidad de Girona. Actualmente está cursando la Maestría en Políticas Pú-
blicas y Comunitarias en el Instituto de Gobierno y Políticas (igop) de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona. Sus actuales líneas de investigación son sobre
la migración centroamericana en Barcelona y Girona.

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Procesos migratorios en la
Centroamérica del Siglo XXI

editado por la Universidad Nacional Autónoma de México


y Ediciones La Biblioteca, S.A. de C.V.

Se terminó de imprimir el 14 de septiembre de 2018,


en los talleres de Mujica Impresor, S.A. de C.V.
ubicados en Calle Camelia 4, Colonia El Manto,
C.P. 09830, Delegación Iztapalapa, CDMX.

Diseño y formación:
Fernando Bouzas Suarez

La impresión se realizó en offset en papel bond ahuesado de 30 kgs.


para interiores y couche mate de 300 gms para la portada.
En la formación se utilizó la fuente Junicode en ⒑5 puntos para
el cuerpo del texto y Lato en 16 y 12 puntos para los titulares.

Su edición consta de 1,000 ejemplares

Cuidado editorial:
Departamento de Publicaciones,
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.

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