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Título: Shale gas: desafíos no convencionales


Autores: Lanardonne, Tomás - Maculus, Alex - Bourdieu, Constanza
Publicado en: RDA 2013-87, 01/05/2013, 823
Cita Online: AR/DOC/5291/2013

Sumario: I. Introducción al dilema del shale.— II. Un cambio de paradigma en la explotación de petróleo
y gas.— III. "La preparación es la clave del éxito", cuestiones para el diseño de políticas.— IV.
"Comprando derechos sobre el shale". Aspectos legales a considerar en las transacciones de shale gas.—
V. Conclusión
I. Introducción al dilema del shale
La Argentina contaría con 22 mil billones de metros cúbicos (en adelante, bcm) de recursos de shale gas (1).
Para tener una idea, en 2011, la demanda de gas en la Argentina fue de 41,9 bcm (2). Ello significaría que la
Argentina cuenta con la oportunidad de convertirse nuevamente en un país autosuficiente en materia gasífera y
de exportar los excedentes. Pero, ¿qué es el shale gas?
Hay quienes sostienen que el shale gas irrumpió como un game changer tanto en la industria como en la
geopolítica energética global (3). Para otros, en cambio, se trata de una mera "burbuja" que eventualmente
colapsará o, incluso, un "acto de desesperación" de los productores tratando de escapar de un cercano peak oil
(4).
Algunos argumentan que el shale gas, o gas no convencional, se presenta como un "puente" ambientalmente
amigable entre un mundo energizado con dióxido de carbono y una matriz energética global gobernada por
fuentes de energía renovable. Otros contraargumentan que la revolución del shale gas (traducida en la práctica
en bajos precios de gas y, por lo tanto, bajos precios de electricidad) pospondrá el momento en que la energía
renovable devenga finalmente competitiva sin subsidios (5).
Lo cierto es que el sector energético se enfrenta a un nuevo "paradigma". Los analistas sugieren que gracias
al shale gas, los Estados Unidos finalmente se convertirán en un país "energéticamente autosuficiente" (6)
después de 70 años de la última vez en que mantuvo su estado de "exportador neto" (7). China es otro potencial
jugador clave en la ola del shale gas (8); estos países, que representan aproximadamente el 40% del consumo
mundial de energía (9), se emanciparían de los volúmenes de petróleo crudo y gas natural importados, poniendo
en peligro la posición dominante de Rusia y los países del Medio Oriente como principales proveedores de
energía para los Estados Unidos, Europa y Asia.
Pero debajo de estos pronósticos optimistas emerge el debate sobre la cuestión de la sustentabilidad del shale
entre los más diversos grupos de interés, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo dotados de
considerables recursos no convencionales. La máxima "no hay tal cosa como un almuerzo gratis", extrapolada al
campo del shale gas, indica que las vastas cantidades de gas natural que han sido "redescubiertas" (10) trajeron
junto con ellas, desde debajo de la tierra, un enorme desafío.
La tecnología usada para su explotación comercial (el llamado "fracking hidráulico" o fracking) tiene una
huella ecológica. Por eso mismo, el dilema para las economías, tanto desarrolladas (como los Estados Unidos,
Canadá, Reino Unido, Europa continental) como aquellas en desarrollo (China, Argentina, Polonia, por
ejemplo), consiste en determinar si explotarán o no los recursos disponibles de shale gas y, en caso de que
decidan hacerlo, el desafío consiste en cómo explotarlo. La manera en que se resuelva el dilema tendrá sin dudas
efectos sustanciales en la economía global del siglo XXI.
El propósito del presente trabajo es explicar brevemente por qué las características únicas de la industria del
shale gas requieren de un marco regulatorio hecho a medida (apart. II) y definir las cuestiones ambientales,
sociales y regulatorias claves relacionadas con las operaciones de shale gas y, a la vez, analizar los cursos
alternativos de acción disponibles para los encargados de formular las políticas (apart. III).
II. Un cambio de paradigma en la explotación de petróleo y gas

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El shale gas, o gas no convencional (11), es encontrado en la roca madre, la "cocina" donde el gas es creado.
Mientras que la roca madre contiene alto material orgánico (petróleo o gas rico), es de baja porosidad y de muy
poca permeabilidad, por todo lo cual no hay flujo de los hidrocarburos presentes en la roca (12). Es en virtud de
ello que recibe el nombre de "gas no convencional".
Los operadores históricamente consideraban las formaciones de shale gas como indicadoras de la presencia
de hidrocarburos en formaciones cercanas de mayor permeabilidad (las llamadas "rocas reservorio") (13). Las
rocas reservorio y las rocas de shale pueden ser encontradas subyaciendo la misma extensión de superficie de la
tierra. Una puede estar a 1500 m de profundidad, mientras que la otra puede encontrarse a 3000 m bajo tierra. Es
por esto que la explotación convencional y no convencional puede "coexistir y superponerse".
La combinación de los avances de dos técnicas existentes al día de hoy fue lo que desató la "revolución del
shale gas". De hecho, la única manera "a la fecha" de explotar económicamente las rocas de shale es a través de
una técnica dual: perforación horizontal (14) y fracking hidráulico (15). Ésta es la razón por la que las
formaciones de shale son un "producto de la tecnología". Destacamos "a la fecha" ya que esta industria se
caracteriza por la innovación y los constantes adelantos tecnológicos, de manera tal que lo dicho hoy (marzo
2013) puede ser inexacto dentro de un año (16).
Los factores de recuperación del shale gas son inferiores en comparación con las reservas convencionales
(17) y el ritmo de agotamiento del shale gas es mucho más rápido que el de gas de las reservas convencionales
(18). Esto requiere una mayor cantidad de pozos (mayores costos), a partir de lo cual muchos argumenten que el
shale gas es una price-driven revolution (19).
Las formaciones de shale gas tienden a extenderse a lo largo de áreas geográficas significativamente
mayores a las de gas convencional (20). Así, en ciertos lugares (p. ej., Europa), la explotación de shale es más
propensa a afectar "áreas de alta densidad".
En la misma línea, áreas con potencial no convencional no son siempre aquellas con una fuerte tradición de
gas y petróleo. Por ello, la explotación de shale ha exacerbado el problema de la "aceptación pública" (21).
La escala de operación industrial necesaria para obtener un determinado volumen de producción de shale gas
es mucho mayor a la requerida para la producción convencional. Esto significa que las actividades de
perforación y producción pueden ser consideradas más invasivas, involucrando una "huella ambiental"
generalmente mayor (22).
Finalmente, el "fracking hidráulico" crea un desafío complejo: 1. utiliza grandes cantidades de agua (23), 2.
la inyección de químicos crea la posibilidad de contaminación de aguas subterráneas, 3. las explosiones
parcialmente subterráneas realizadas durante el fracking pueden desencadenar sismos y 4. la enorme cantidad de
agua inyectada que fluye de regreso a la superficie crea el problema de su disposición sustentable.
III. "La preparación es la clave del éxito", cuestiones para el diseño de políticas
1. "Prohibir o no prohibir", una política energética
Toda adopción de políticas implica hacer elecciones. En materia energética no son pocas las decisiones a
tomar a la hora de diseñar las políticas: ¿debe nuestro país implementar una industria energética "baja en
dióxido de carbono"? (24). ¿Deberíamos acaso, por cuestiones de seguridad, cerrar las plantas nucleares y
concentrarnos en la producción de gas natural y fuentes de energía renovable para la generación de electricidad?
(25).Y cuestiones como la diversidad de la oferta, la seguridad de suministro de aquélla, la liberalización de los
mercados energéticos y otras irán generando muchos otros interrogantes.
Entre los países dotados de recursos no convencionales, la elección fundamental en manos de los
gobernantes consiste en permitir o no su desarrollo. Algunos han autorizado la explotación de shale gas (incluida
la técnica del "fracking hidráulico") desde el principio (26), otros impusieron una suspensión temporaria que
luego fue levantada una vez que los estudios y las pruebas realizadas confirmaron la posibilidad de su desarrollo
sustentable y luego de que hayan implementado los cambios necesarios en su legislación (27), mientras que
 

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otros impusieron una suspensión en una base más "permanente" (28).


Las autoridades regulatorias deberán tener en cuenta si existen contratos o permisos de perforación
otorgados con anterioridad a cualquier decisión suspensoria y, asimismo, si dichos inversores ya han comenzado
a realizar actividades de fracking en sus respectivas áreas concedidas. En tal caso, los reguladores deberán
decidir entre respetar los derechos adquiridos en virtud de esos contratos o, de lo contrario, exponerse a
reclamos y acciones judiciales interpuestas por aquellos inversores (29).
Además, el hecho de que las formaciones de shale se extiendan a lo largo de extensas áreas geográficas que
atraviesan distintos Estados/provincias, e incluso países (30), crea la posibilidad de conflictos
interjurisdiccionales entre los Estados que comparten los recursos no convencionales y mantienen posiciones
opuestas respecto del fracking hidráulico (p. ej., en la formación Marcellus de los Estados Unidos, Pensilvania
permite la técnica, mientras que Nueva York no). Esto, a su vez, puede llamar a la intervención federal en países
federales como Estados Unidos, Australia o Argentina (31). Tal contingencia puede incluso extrapolarse a la
Unión Europea, en la que países como Polonia permiten la explotación de shale gas, mientras que otros como
Francia prohíben su explotación (32).
Si la política energética elegida es seguir adelante con el desarrollo del gas no convencional, las partes
interesadas exigirán conocer qué medidas se han adoptado para mitigar los riesgos ambientales inherentes a la
actividad.
2. "Licencia para operar", una política socioambiental
La acción militante en contra del fracking emprendida por ONG como The Sierra Club (33) o el público en
general reflejado en el documental Gasland, que fue lanzado en 2010 en los Estados Unidos (34), ha estado
cobrando impulso. Un agravante de la resistencia social es el hecho de que la producción de shale gas se está
realizando no sólo en áreas tradicionalmente productoras de gas y petróleo, sino también en aquellas sin historial
productivo.
En esta sección analizaremos las cuestiones socioambientales claves que deben ser abordadas a la hora de
diseñar políticas sobre la materia. Una adecuada regulación socioambiental para el desarrollo del shale gas y su
plena aplicación por las autoridades, así como un debido cumplimiento por parte de los actores industriales son
esenciales, ya sea que la actividad del shale gas venga para quedarse o no.
a) Divulgación completa de los productos químicos de fracturamiento
Una cuestión planteada por los grupos de interés se refiere a la posible contaminación del agua subterránea
como resultado del uso de químicos en el fracking. Hasta ahora, por razones de "confidencialidad comercial"
invocadas por productores y compañías de servicio, los operadores de shale gas en los Estados Unidos no han
debido divulgar los productos usados en el fluido fracturante (35).
Las autoridades reguladoras deben decidir si mantendrán el secreto de los productos usados en el fracking en
virtud de los derechos de protección de datos alegados por los productores y las compañías de servicios o si
exigirán la divulgación completa de manera que la excepción de exclusividad del producto que corresponde a
los propietarios no sea usada como un escudo (36). La segunda opción, al parecer, es una cuestión de derecho
resuelta.
Por otro lado, la creciente presión ejercida sobre los operadores para divulgar los químicos ha resultado en
diversas campañas, por las que hoy en día declaran abiertamente la identidad de los productos (37). Además, la
Ley de Responsabilidad de la Fracturación y Revelación de los Químicos introducida en los Estados Unidos en
2009 está siendo actualmente tratada en el Congreso y, en caso de que sea adoptada, obligará a todos los
productores a la divulgación de los químicos (38). Asimismo, la IEA sugiere a los reguladores imponer
"divulgación completa y obligatoria de los aditivos para fluidos de fracturación y sus volúmenes" (39).
b) Tratamiento del flowback water (agua de retorno)
Parte del agua y los químicos inyectados en los yacimientos regresa como flowback water (agua o flujo de
 

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retorno) (40), que no es adecuado para la descarga superficial o para ser enviado a instalaciones municipales de
tratamiento de agua (41). Algunos Estados en los Estados Unidos, como Virginia, han observado que la
disposición de aguas residuales es "quizás el mayor desafío" en las operaciones de fracturamiento hidráulico
(42).
Las alternativas para el manejo seguro del flowback water podrían ser: i) construir instalaciones especiales
de tratamiento del flowback water para su descarga (si bien el costo de hacerlo es sin duda superior al de las
opciones siguientes), ii) tratar y reusar el flowback water en futuros frackings, siempre que la industria tolere
mayor salinidad en el agua inyectada, pues de otra manera la técnica de la reutilización tendría un costo
prohibitivo, o iii) disponer del flowback water a través de un pozo de inyección profundo (esta alternativa de
disposición es de hecho la más barata, pero existe evidencia de sismos en Oklahoma y Ohio presumidamente
relacionados con pozos profundos de disposición) (43).
Una manera de implementar estas alternativas es exigir obligatoriamente la adopción de cualquiera de ellas,
dando a los operadores la posibilidad de elegir la mejor. Si no, podría exigirse directamente una técnica
específica, con variantes autorizadas solamente en casos concretos.
c) Reducción del uso de agua fresca
Una de las mayores críticas a la industria del shale gas es que la técnica del fracking utiliza enormes
cantidades de agua fresca. Por supuesto, este uso adquiere mayor seriedad en zonas con escasez de agua. Entre
las soluciones disponibles a esta cuestión encontramos: i) la reutilización o reciclaje del flowback water (si bien
ello no cubriría el 100% del agua usada para cada operación de fracking) y ii) el uso de agua de acuíferos salinos
que no se utilicen para consumo humano o en agricultura (44). Las autoridades regulatorias deben considerar
introducir estos requerimientos para las operaciones de shale gas.
La cuestión del consumo de agua tiene otra arista. Los contratos de gas y petróleo por lo general no
contienen derechos de uso de agua incorporados, por lo que los productores deben comprar el acceso al agua al
gobierno o a los dueños de la tierra (dependiendo del régimen legal). A la hora de regular la actividad, las
autoridades responsables deberán también considerar cómo reglamentar las concesiones de uso de agua, la
extensión de dichas concesiones y las tarifas cobradas (45).
d) Prevención de la contaminación del agua de pozos
Existen dos maneras potenciales en que las operaciones de shale gas pueden contaminar los acuíferos. La
primera consiste en la fuga de los productos químicos utilizados en el fracking. La segunda es a través de la
infiltración de los acuíferos por el metano producido. Ambos riesgos son generalmente atribuidos a la deficiente
construcción de pozos (46).
Siendo así, las soluciones principales para abordar esta cuestión sugieren que los reguladores consideren: i)
requerimientos específicos que deben ser cumplidos por los operadores de los pozos (p. ej., llevar a cabo
pruebas de los pozos de agua antes de su perforación, cementación de los pozos de arriba abajo, doble envoltura
(casing, logging, etc.) (47); ii) los permisos de perforación sólo se otorgarán a compañías con buenos
antecedentes en la industria petrolera, de manera de maximizar las posibilidades de diligencia en la construcción
de pozos y iii) las operaciones próximas a pozos de agua deberán estar sujetas a limitaciones especiales (p. ej.,
espaciamiento de pozos) (48).
e) Control de emisiones de aire
Durante la terminación de pozos, mientras que la recolección y el procesamiento del flowback water es una
práctica estandarizada, la captura de gases requiere inversiones en la separación de gas e instalaciones de
procesamiento, lo cual no ocurre en todos los casos. El venteo y/o la quema (49) (principalmente, metano (50))
en esta etapa del proceso se ha convertido en una de las mayores preocupaciones relacionadas con las emisiones
de gases de efecto invernadero de las operaciones de shale gas.
Los reguladores deberían apuntar a lograr cero venteo y una mínima quema de gas natural a través del i)
 

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establecimiento de restricciones a aquellas prácticas y la exigencia de instalación de equipamiento que


contribuya a minimizar las emisiones y/o ii) gravar los gases de efecto invernadero liberados durante las
operaciones de gas no convencional, como lo hace el "impuesto al carbono" creado por la provincia de Alberta,
Canadá, respecto de la explotación de las tar sands (51).
f) Prevención de sismos
El gobierno del Reino Unido impuso una suspensión de casi dos años para las operaciones de fracking
hidráulico luego de un sismo de magnitud 2.5 en la escala Richter registrado el 1/4/2011 al que se relacionó con
la inyección de flowback water (agua de retorno) (52). Así, la correlación entre el aumento de la producción de
shale gas y el aumento de riesgo de sismos es otro factor de preocupación.
Los expertos alegan que pueden generarse movimientos sísmicos moderados cuando el pozo o las fracturas
intersectan y reactivan una "falla" existente, por lo que recomiendan a los operadores estudiar cuidadosamente
la geología del área para determinar si las fallas representan un riesgo aumentado de sismos y, así, evitar tales
zonas en perforaciones y fracking. (53) "Las técnicas convencionales permiten identificar fallas semejantes y la
interacción con ellas puede ser evitada" (54). Además, durante la perforación o el fracturamiento, los operadores
deberán monitorizar cualquier actividad sísmica y suspender sus operaciones en caso de encontrar signos de
incremento de actividad sísmica (55).
El gobierno del Reino Unido levantó la prohibición de fracturamiento hidráulico en función de estos
requerimientos (56), lo cual podría bien ser imitado por reguladores en otros países.
g) Well pad
La explotación del shale gas ha modificado el paradigma de explotación de gas y petróleo en lugares
aislados, apartados. La formación no convencional Marcellus es el ejemplo perfecto de cómo la explotación del
shale gas ha venido afectando zonas de alta densidad geográfica.
Las plataformas de perforación (well pads) consisten en un modo de producción en el que múltiples pozos
(cualquier cantidad entre cinco y cuarenta) son perforados desde una única locación o plataforma. Esta técnica
reduce el tráfico asociado con los camiones de bombeo y la disposición de agua y mitiga los daños en las
carreteras y las tierras de las comunidades en cuestión. Además, facilita las operaciones de tratamiento de agua
gracias a las economías de escala (57).
Las autoridades reguladoras deben considerar si esta técnica debe ser obligatoria o no y, en caso de serlo, en
qué circunstancias lo será (por ejemplo, en áreas densamente pobladas).
h) Licencia social
Prácticamente solo en el mundo, Estados Unidos adhiere a un sistema de propiedad que confiere al
propietario de una extensión de tierra la propiedad de los minerales que subyacen debajo de la superficie de esa
extensión (58). Así, aquellos propietarios ubicados cerca de las operaciones y que potencialmente sufren
perturbaciones también son beneficiados directamente. Esta perspectiva de ingresos sería suficiente para obtener
una "licencia social" implícita para las operaciones de shale (59).
Sin embargo, la aceptación de los propietarios de la tierra puede variar dependiendo de si el dueño de la
tierra se beneficia económicamente de la actividad de perforación o no (60) e, incluso, entre aquellos que
puedan beneficiarse podría darse una cuestión de "principios" para que no se acepte cualquier actividad con
impacto ambiental.
En el ámbito internacional, el problema de la "aceptabilidad social" es mayor debido a que los propietarios
de las tierras no son dueños de los recursos del subsuelo y, por lo tanto, no reciben una parte de los ingresos
provenientes del shale.
Los operadores del sector saben que el desarrollo de los recursos energéticos sin la aceptación pública es un
enfoque a corto plazo, desde que las operaciones puede ser detenidas por opositores de iure (p. ej., a través de
medidas cautelares u otras de orden judicial) o de facto (por ejemplo, con movilizaciones o manifestaciones) una
 

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vez que los costos hundidos ya se hayan invertido. Por otra parte, los funcionarios públicos bien saben que este
enfoque puede no ser útil de cara a las próximas elecciones.
Una herramienta que los reguladores deben tener en cuenta para que la actividad gane aceptación social es la
realización de audiencias públicas o procedimientos administrativos de consulta donde los ciudadanos afectados
tienen la oportunidad de opinar y sugerir maneras de mitigar los daños en su vida diaria. En una segunda etapa,
los reguladores deberían considerar si tales opiniones serán o no vinculantes para el operador. Pero lo que es
importante tener en cuenta es que una "licencia social" es esencial para una explotación del shale gas a largo
plazo.
i) Estrategia regulatoria
En la regulación de todas estas cuestiones, los reguladores deben decidir si adoptar un enfoque de "comando
y control" definido por un control administrativo con criterios definidos, obligaciones y requisitos específicos
(p. ej., divulgación completa del fluido de fracturamiento hidráulico), un régimen de incentivos basado en la
imposición de sanciones o recompensas a las empresas (p. ej., el impuesto sobre los gases de efecto invernadero
liberados durante las operaciones de shale) o una combinación de ambos, dependiendo del tema a regular (61).
En relación con esto, la IEA sugiere a los reguladores "encontrar un equilibrio adecuado en la formulación
de políticas entre la regulación de comando y control y la regulación basada en incentivos con el fin de
garantizar altos estándares de operación al mismo tiempo que se promueve la innovación y la mejora
tecnológica" (62).
Además, una buena iniciativa para facilitar la obtención de una licencia social sería que la industria se
autorregule a través de estándares de seguridad para las operaciones de shale gas emitidos por organizaciones
prestigiosas como la Society of Petroleum Engineers.
3. Marco regulatoriotailor-madepara la exploración y la producción de formaciones no convencionales
Una vez que un país ha decidido permitir el desarrollo del shale gas, en paralelo a un régimen legal
ambiental deberá diseñar una estrategia sobre cómo explorar y explotar los recursos no convencionales.
Dadas las características únicas de la industria del shale gas, las autoridades regulatorias deberán considerar
si las regulaciones existentes aplicables a la actividad del upstream son adecuadas o si, por el contrario, es
necesario un nuevo marco regulatorio específicamente diseñado a la industria no convencional.
Cualquiera sea la decisión, a los efectos de lograr un resultado exitoso, aquel régimen legal deberá
proporcionar a los potenciales inversores garantías claras y seguridades con respecto a la actividad y deberá
contemplar, asimismo, las siguientes cuestiones.
a) Términos de acceso a los recursos no convencionales
Los derechos de propiedad sobre el shale gas en los Estados Unidos corresponden al dueño de la tierra. Esta
circunstancia ha sido una de las razones del rápido desarrollo de la industria en ese país, por ser las barreras de
entrada más bajas que en países donde la titularidad de los minerales recae en el soberano y, por ende, se
encuentra sujeta a los tiempos de la agenda licenciataria del gobierno (63).
En tales países, las autoridades regulatorias deben considerar qué tipo de contrato concederán (p. ej.,
licencias, production sharing contracts, contratos de servicio, etc.), si el Estado participará en las operaciones
(directamente o a través de una compañía estatal) (64) y si la concesión de contratos se realizará por medio de
licitaciones o a través de negociaciones directas.
b) Separación de los derechos sobre sustancias minerales
Las reservas de gas convencional y de shale gas pueden ser encontradas subyaciendo la misma extensión de
la superficie de la tierra. En estos casos, las primeras podrán encontrarse bajo explotación, mientras que las
segundas, no. La coexistencia de recursos convencionales y no convencionales bajo la misma extensión de tierra
abre lugar para un nuevo paradigma de explotación hidrocarburífera.

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Los propietarios de los recursos pueden considerar la posibilidad de separar los derechos sobre los minerales
en distintos estratos (p. ej., deep rights y shallow rights). La separación de estos derechos originalmente fue
pensada para incentivar la exploración y la producción de las áreas no productivas y para incrementar la
cantidad de derechos disponibles para reventa. Con la revolución del shale gas, dicha separación puede ser
usada para explotar eficientemente los dos tipos de recursos: convencionales y no convencionales (65).
c) Tributación
El éxito de la industria del shale gas en los Estados Unidos debe sus raíces a las pequeñas empresas de
energía independientes (las llamadas momma and poppa companies), que asumieron el riesgo de ser pioneros en
la entrada a la industria técnicamente desafiante del shale. Una razón para ello fue la Ley de Energía de Estados
Unidos de 1980 que otorgó a los productores: i) créditos fiscales de hasta 50 centavos por millón de BTU (66) e
ii) introdujo la regla del "costo intangible de perforación" (67), que abarcaba típicamente más del 70% de los
costos de desarrollo de los pozos (68).
En una línea similar, la provincia de Alberta, Canadá, ofrece tarifas reducidas de regalías respecto de
"perforaciones profundas" (profundidades mayores a 2500 m) y para pozos de menor productividad (69).
El hecho de que lo no convencional sea más caro de explotar que lo convencional (70) exige una decisión
acerca de si se debe establecer un régimen fiscal especial dirigido a desbloquear las inversiones (especialmente
en los países donde las formaciones de shale no se encuentran desarrolladas).
d) Régimen de precios
La industria del shale gas en los Estados Unidos despegó durante una década en que los precios del gas eran
significativamente altos (71). El precio del gas natural en los Estados Unidos se basa fundamentalmente en las
leyes de la oferta y la demanda, así como también en la influencia de hedgers y especuladores (72).
Sin embargo, muchos de los países con perspectivas importantes para el desarrollo del shale gas han optado
por controlar precios (p. ej., China y Argentina), lo cual puede obstaculizar cualquier posibilidad real de
desarrollo del gas no convencional. Estos países han adoptado diferentes cursos de acción para hacer frente a la
cuestión.
Algunos preferirán remover los controles de precios y adoptar un régimen de precios basado en las leyes de
mercado, tal como China lo ha decidido en su doceavo "plan quinquenal" (73). Otros podrán continuar con un
esquema de control de precios, pero permitiendo mayores precios para el shale gas en comparación con el gas
convencional. O incluso podrán controlar el precio del gas convencional y dejar al mercado el precio del shale.
Este enfoque de "doble régimen", que fue primero elaborado por los Estados Unidos en la Ley de Gas Natural
de 1978, respecto de la producción intra e interestatal, está siendo actualmente diseñado en la Argentina para el
desarrollo de la formación Vaca Muerta (74).
e) Comercialización de la producción
Junto con el régimen de precios, la preocupación de los operadores pasará particularmente por la regulación
de la comercialización de su producción de shale.
A diferencia del petróleo crudo, las características del gas natural y el diferente uso que la mayoría de los
países hace de tal recurso (por ejemplo, la generación de electricidad, la calefacción residencial y comercial,
materia prima para la industria) hacen para los reguladores un ball game completamente diferente a la hora de
considerar las prioridades de uso del gas, entre ellas (75):
— El uso de gas para reinyección, para mantener o mejorar la producción de petróleo.
— El uso de gas para la generación de electricidad en el yacimiento por los productores.
— Obligación de suministro doméstico para el mercado interno en general o de segmentos específicos (p.
ej., demanda de calefacción residencial y comercial, generación de electricidad).
— Las ventas por exportaciones a través de gasoductos o GNL.
 

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Los reguladores deberán definir con claridad el orden de prioridades y confirmar, asimismo, la capacidad de
los productores para realizar ventas spot y a largo plazo de gas no convencional, sin el redireccionamiento de los
volúmenes contratados a otros consumidores.
f) Extensión y etapas de los contratos
Las difusas líneas de corte entre las etapas de exploración y la explotación de un proyecto de desarrollo de
shale gas son otro tema clave que los reguladores tienen que tener en cuenta al diseñar el marco regulatorio (76).
En la industria del shale gas, la exploración no suele ser el obstáculo, dado que la existencia de la roca madre es
un hecho prácticamente ya conocido (77).
Lo que es realmente un obstáculo es el período de evaluación (o appraisal). La perforación intensiva suele
ser necesaria para verificar el tamaño, la forma y la naturaleza de los recursos de shale y para llevar a cabo un
análisis económico del área. Mientras que cada pozo de evaluación de un depósito convencional tiende a
aumentar el conocimiento sobre la estructura del depósito en general y sus límites, en el caso de las formaciones
de shale es mucho más difícil extrapolar los resultados de los pozos de evaluación individuales al área como un
todo (78).
Muchos regímenes jurídicos no contienen disposición alguna para hacer frente a la situación en la que el
período de exploración es demasiado corto como para permitir la evaluación de un descubrimiento que podría
tomar varios años (79). El gas no convencional exige a los reguladores considerar la incorporación de períodos
de exploración más largos o la introducción de una etapa intermedia entre la exploración y la explotación en la
que los productores puedan apreciar y valorar la viabilidad comercial de la explotación del shale gas.
Existen algunas experiencias de reglamentación en este sentido. Durante los años ochenta, Australia
implementó en sus formaciones de gas offshore contratos de retención que permitieron al productor mantener el
área de contrato (en lugar de renunciar a ella) por un cierto período (entre cinco y diez años), mientras analizaba
el descubrimiento y definía su comercialidad (80). Durante los años 90, la Argentina creó un régimen similar
llamado "suspensión de la declaración de comercialidad", que principalmente liberaba a los productores de la
obligación de invertir y de desarrollar el campo de gas, frente a la existencia de cualquiera de las siguientes
condiciones: i) indisponibilidad de capacidad de transporte para comercializar el gas natural, ii) la falta de
demanda de gas natural en el mercado, iii) la imposibilidad de industrializar el gas natural o iv) inviabilidad
comercial de cualquier proyecto de GNL.
g) Acceso a la capacidad de transporte
La promesa de grandes cantidades de gas natural a partir de las formaciones no convencionales sólo puede
realizarse si existe una adecuada capacidad de gasoductos para el transporte de esa producción a los
consumidores (81).
Los expertos comentan que el acceso de terceros a los gasoductos en los Estados Unidos ha sido uno de los
principales factores de éxito del shale gas, ya que le garantizó a los pequeños productores de gas que su
producción nueva de gas fuera capaz de llegar al mercado y, de esta manera, incentivó la inversión (82).
En los Estados Unidos, la titularidad de los derechos de capacidad de transporte está separada de la
propiedad del propio gasoducto. La desmembración (unbundling) de los derechos de capacidad de la propiedad
de las instalaciones hace posible que un productor pueda acceder a los mercados a través de licitaciones de la
capacidad de los gasoductos (83).
Los reguladores tienen que tener en cuenta que el desarrollo de shale gas se retrasará si no hay normas
transparentes sobre la forma de asignar la capacidad disponible, los tipos de servicios (por ejemplo, firme,
interrumpible y firme con "ventanas interrumpibles"), las tarifas aplicables y la expansión de la capacidad del
gasoducto (84).
h) Flexibilización de las operaciones
La industria de servicios del shale gas es un "oligopolio dominado por los Estados Unidos" (85). La
 

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revolución del shale gas fue posible en ese país gracias a una gran flota de equipos de perforación terrestres que
operan en él. Actualmente, no existe una industria de servicios onshore comparable en ninguna parte del mundo.
Esta circunstancia retrasará el ritmo de desarrollo en los países dispuestos a seguir la revolución de shale gas de
los Estados Unidos, como Polonia, China y la Argentina (86).
Por esas razones, hay una serie de obligaciones estándares en los acuerdos internacionales de petróleo que
los reguladores tendrán que modificar para facilitar las operaciones de gas no convencional: i) la ejecución
obligatoria de trabajos comprometidos (p. ej., la perforación de pozos) dentro de plazos específicos y rígidos
(87), (ii) el "contrate local" y las disposiciones de "ciudadanía" en virtud de las cuales los productores deben
contratar mano de obra y empresas de servicios locales para el desarrollo de sus áreas y iii) las restricciones a la
importación de bienes en la forma de derechos de importación o largos procedimientos administrativos (88).
En pocas palabras, los reguladores eventualmente deberán considerar si los productores tendrán el derecho a
i) la suspensión de la vigencia del período de exploración y/o explotación si dichas actividades devienen
imposibles debido a la falta de equipamiento, ii) que se los libere de los requisitos de "contrate local" y de
"ciudadanía" si la contratación de mano de obra y empresas de servicio locales no es factible debido a la falta de
personal local (89) o compañías con la calificación o la experiencia necesarias para llevar a cabo las operaciones
y iii) a importar libremente y de forma automática los bienes de capital necesarios para las operaciones de shale
gas, al menos hasta que la industria local se desarrolle.
IV. "Comprando derechos sobre el shale". Aspectos legales a considerar en las transacciones de shale gas
El valor total de las fusiones y las adquisiciones en materia de gas o petróleo está aumentando
considerablemente año tras año debido a la continua inversión en formaciones no convencionales e
infraestructura relacionada (90). La razón es justamente el auge económico del shale, junto con la necesidad de
las major de adquirir el know-how desarrollado por los independientes, la necesidad de los independientes de
distribuir los riesgos y los costos, la necesidad de ambos de mayor escala para mejorar la economía de la
explotación; y en aquellos países donde el acceso a los recursos ya ha sido concedido, la necesidad de las
empresas de entrar en el mercado (91).
Algunos inversionistas buscan adquirir el paquete accionario de empresas que operen en formaciones no
convencionales para lograr tener un mayor control sobre los activos a través de la propiedad (un acuerdo de
equity). Otros, en cambio, buscan adquirir activos determinados, ya sea a través de contratos de compra y venta
o contratos de farm out (un acuerdo de assets).
Algunas transacciones incluyen tanto los derechos mineros sobre la formación no convencional como los
derechos mineros sobre la formación convencional que, por lo general, se encuentra ya bajo producción,
mientras que otros sólo abarcan la formación de shale en sí misma, reservándose el vendedor todas las
formaciones convencionales en explotación.
1. Retención de horizontes convencionales
En una transacción en la que el comprador está adquiriendo sólo derechos mineros sobre la formación de
shale, el comprador tendrá que asegurarse de que el contrato de compraventa defina con precisión los límites u
horizontes que está comprando. Los especialistas sugieren que "si únicamente la formación de shale en sí es lo
que está a la venta, el contrato debe describir con precisión tanto la parte superior como la parte inferior de la
formación adquirida, en cada caso utilizando el 'equivalente estratigráfico' de profundidad y medidos desde un
pozo o pozos específicos. Sin este tipo de especificidad, el comprador no puede realmente comprar los activos
que piensa que está comprando" (92).
Además, si la propiedad se dividirá entre los derechos mineros sobre el shale y los derechos mineros
convencionales, deberá haber un acuerdo previo en cuanto a la "operación coexistente" del área, dado que dos
operadores estarán trabajando probablemente en la misma extensión de tierra. El uso y la explotación de las
instalaciones (por ejemplo, plantas de procesamiento, oleoductos, plantas de generación de electricidad y la red
de transmisión relacionada, carreteras), el goce dual de las servidumbres para acceder al área y los derechos de
 

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paso para acceder a locaciones de superficie determinadas con fines de perforación son temas que deben ser
abordados en el contrato de compraventa para evitar conflictos futuros.
Si existiera alguna posibilidad de que se mezcle la producción de gas, las partes deberán establecer reglas
claras desde el principio en cuanto a la asignación y la propiedad de dicha producción de gas (p. ej., dispositivos
de medición, la determinación por experto en caso de conflicto) (93).
Por último, las partes también deberán aclarar si existe o no una obligación entre las partes de revelarse
mutuamente información geológica y geofísica obtenida durante la perforación que sería útil para el otro para el
desarrollo de su parte de los derechos mineros.
2. Comunicación al Estado de los acuerdos de desmembración horizontales
No existe regulación alguna en el mundo de los acuerdos horizontales (en adelante, AH), pero las empresas
bien pueden celebrar estos acuerdos, los que pueden no ser oponibles vis-à-vis al Estado, el que sólo reconoce al
titular del contrato. La falta de reconocimiento puede ser visto por las empresas como una desventaja en
términos de derechos de propiedad sobre los derechos sobre sustancias minerales bajo la venta, así como para
obtener financiamiento utilizando dichos derechos mineros como garantía. Por lo tanto, las empresas pueden
lógicamente estar interesadas en el reconocimiento por el Estado de los AH.
En algunos países, los vendedores actuales adquirieron su superficie de forma relativamente económica (p.
ej., veinte años atrás, cuando el boom del shale gas no existía) (94) y los contratos cubrían todas las
profundidades (95). Ahora, estos mismos poseen sin duda un activo valioso, que tienen la intención de vender
obteniendo un beneficio económico.
Los reguladores pueden ver esta situación como una oportunidad para obtener un pago o derecho de
participación en la producción a cambio del reconocimiento de los acuerdos horizontales.
3. Obligaciones decarry
Un comprador, en una adquisición típica de activos de shale gas, generalmente proporcionará su
contraprestación en forma de un pago en efectivo por adelantado efectuado a la firma del contrato, y el
consentimiento del comprador de pagar una cantidad de compromisos de trabajo que llevará a cabo en el área
(por lo general, la perforación de pozos), solventando así la porción de los costos del vendedor.
Los tipos de gastos elegibles para ser solventados (carry, en la jerga petrolera) por el comprador son
similares a los previstos en cualquier cláusula earn out de un contrato de farm out. Sin embargo, dado que la
perforación en las formaciones de shale es más compleja y costosa, es importante aclarar en el acuerdo qué
costos están sujetos al carry (p. ej., cementar de abajo hacia arriba, la cantidad de operaciones de fracturamiento
hidráulico, utilización de well pad o no) (96).
4. Disputas por traspasos y unitización
En los Estados Unidos, el incentivo jurídico (y económico) para perforar se conoce como la "regla de
captura" (rule of capture), que sostiene que todo aquel que captura el recurso hidrocarburífero es su titular. Bajo
la regla de captura, el petróleo o el gas deben fluir hacia el área del productor y, una vez que estén bajo su
superficie, el productor lo podrá extraer como propio. Sobre una base mutatis mutandis, muchos regímenes
jurídicos internacionales adoptaron la regla de captura en sus códigos petroleros.
Los productores no están autorizados a utilizar la perforación horizontal para colocar físicamente un pozo
bajo tierra de un vecino, lo que se conoce como transgresión del subsuelo (trespass). Un incremento en el uso de
perforación horizontal (que puede alcanzar hasta los 1200 m) puede ciertamente derivar en mayores disputas por
traspaso de límites entre productores (97). Una alternativa para evitar un litigio entre las partes consiste en la
unitización (98).
V. Conclusión
Se dice que el shale gas es un game changer. Si el campo de juego está ahí, si pueden ponerse las
condiciones para jugar el juego de forma sustentable y si el juego conlleva importantes beneficios para las partes
 

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interesadas es difícil encontrar una razón para no jugar el juego.


El desarrollo de las formaciones no convencionales traería consigo mayores volúmenes de energía (99),
energía a bajo costo (100), crecimiento industrial (101), puestos de trabajo directos e indirectos (102) y
aumentaría los ingresos fiscales (103).
Además, un mundo con abundancia de gas y adecuadas políticas de energía puede sin duda llevarnos a un
mayor uso en la práctica de las energías renovables, dado que la generación eléctrica a base de gas
proporcionaría un backup eficiente a la producción intermitente proveniente del viento y de las fuentes de
energía solar. Asimismo, a través de la reducción de los precios de la electricidad (como consecuencia de los
menores precios del gas) se puede fomentar la aceptación del consumidor respecto de una matriz energética con
mayor porcentaje de fuentes renovables (actualmente más costosas) (104).
Hay un "juego de pelota" totalmente diferente para el mercado energético y la geopolítica que está esperando
"ahí afuera", dependiendo de si el desarrollo del shale gas prospera o no (105). Grandes oportunidades vienen
con grandes responsabilidades. Es el momento de ser responsables. "Shale We Dance?".
 (1) Ver US Energy Information Administration (EIA), "World Shale Gas Resources: An Initial Assessment
of 14 Regions Outside the United States", www.eia.gov/analysis/studies/worldshalegas/, abril 2011 (9/4/2013).
 (2) Ver Honore, Anouk - Ledesma, David, "The Pricing of Pipeline Gas and LNG in Latin America and the
Caribbean", en Stern, Jonathan, The Pricing of Internationally Traded Gas, The Oxford Institute for Energy
Studies, Oxford, 2012, p. 246.
 (3) Ver Sakmar, Susan L., "The Global Shale Gas Initiative: Will the United States be the Role Model for
the Development of Shale Gas around the World?", Houston Journal of International Law, vol. 33, nro. 2, 2011.
 (4) Ver "Shale Gas Will be the Next Bubble to Pop - An Interview with Arthur Berman", del 30/11/2012,
www.rigzone.com.
 (5) Ver International Energy Agency (IEA), "Golden Rules for a Golden Age of Gas - Special Report on
Unconventional Gas", www.iea.org, mayo 2012, p. 80.
 (6) Ver Taylor, Jerry - van Doren, Peter, "Mitt Romney's Energy Plan", www.cato.org/workingpapers,
octubre 2012.
 (7) Ver Yergin, Daniel, The Prize, Free Press, New York, 1992, cap. 20.
 (8) Según los datos de la EIA, el top 3 de países en términos de recursos de shale gas está compuesto por
China, Estados Unidos y Argentina. Ver EIA, "World Shale Gas...", cit.
 (9) Ver BP, "Statistical Review of World Energy", junio 2012, p. 40, www.bp.com/statisticalreview.
 (10) Los historiadores afirman que el primer pozo de gas natural en los Estados Unidos, en 1821, se perforó
en una formación de shale gas. Ver Yergin, Daniel, The Quest, Penguin, New York, 2011, p. 326.
 (11) En este artículo nos centraremos en el shale gas. Pero aclaramos que las formaciones no
convencionales bien pueden contener petróleo no convencional (shale oil), que es el petróleo ligero en su forma
madura, listo para ser destilado y convertirse en productos útiles, tales como la gasolina. La formación Vaca
Muerta de la Argentina es particularmente rica en shale oil. El shale oil no se debe confundir con el "esquisto
bituminoso" (u oil shale), que es el querógeno dejado en la forma original inmadura, que nunca se llega a
enterrar a la profundidad necesaria para formar petróleo ligero. La provincia de Alberta, en Canadá, es rica en
oil shale.
 (12) La permeabilidad del shale gas es un millón de veces peor que la de la roca reservorio de gas
convencional. Ver Rao, Vikram, Shale Gas: The Promise and the Peril, RTI Press, Research Triangle Park, 2012,
p. 6.
 (13) Ver King, Michael R. - Hays, Peter B., "Issues to Consider in Shale Gas Joint Ventures", LXII
Conferencia Anual del Institute on Oil and Gas Law, Center for American and International Law, febrero 2011,
 

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cap. 6.
 (14) La perforación horizontal es aquella que perfora verticalmente hasta una profundidad deseada y, una
vez alcanzada ésta, la broca de perforación se gira horizontalmente. Es particularmente útil cuando la "zona
productiva" o "zona de pago" no es muy gruesa, sino que se extiende sobre un área amplia, tal como sucede
típicamente en las formaciones de shale. Los pozos horizontales pueden aumentar drásticamente el área de
contacto entre la roca de shale y el pozo y son igualmente eficaces en la mejora de la economía del proyecto (ver
Downey, Morgan, Oil 101, Wooden Table Press, New York, 2009, p. 113).
 (15) Fracking es la técnica por la que se inyectan grandes cantidades de agua, a alta presión, combinada con
arena y pequeñas cantidades de productos químicos, en la formación de shale. Esto fragmenta la roca
subterránea, creando vías de salida para el gas natural y el petróleo, que de otro modo seguirían atrapados,
permitiéndoles fluir a través del pozo. Esto es similar al uso de pilares y vigas en las minas subterráneas de
carbón, que permiten el paso de personas y enlaza el transporte de carbón (Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p.
6).
 (16) P. ej., la longitud media de las secciones laterales ha aumentado de 800 m aproximadamente a más de
1200 m y el número típico de las etapas de fracturamiento hidráulico ha aumentado de una sola cifra a alrededor
de veinte. Estos avances permiten la producción de grandes volúmenes, lo que ciertamente mejora la economía
de los proyectos de gas no convencional (ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 25).
 (17) Las estimaciones en la mayoría de los casos no superan el 15% del petróleo y gas originales en el lugar,
en comparación con un 35% en depósitos convencionales (ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 63).
 (18) Ver Stevens, Paul, "The Shale Gas Revolution: Hype and Reality", www.chathamhouse.org, septiembre
2010, p. 23 (el primer "Informe Stevens"). Sin embargo, en dicho informe, el economista ya advirtió a los
lectores que "la tecnología del shale gas sigue evolucionando y esto puede reducir las tasas de agotamiento en el
futuro". De hecho, en su segundo informe, "The Shale Gas Revolution: Developments and Changes",
www.chathamhouse.org, agosto 2012, p. 5 (el segundo "Informe Stevens"), el economista ya resalta el progreso
ocurrido en este respecto.
 (19) Ver King, Jeffrey C., "Selected Re-Emerging and Emerging Trends in Oil and Gas Law as a Result of
Production from Shale Formations", Texas Wesleyan Law Review, www.texaswesleyanlawreview.org, agosto
2011. Para que la "revolución" despegue, los altos precios son esenciales, pero para su sostenibilidad pareciera
que en los Estados Unidos el shale gas está demostrando ser más barato que el gas natural convencional (ver
Yergin, Daniel, The Quest, cit., p. 329). Más aún, los economistas sugieren que el contenido líquido de las
operaciones de shale gas ha hecho que la economía de los proyectos no convencionales resulte cada vez más
favorable, teniendo en cuenta el nivel actual de los precios del petróleo (ver el segundo "Informe Stevens", cit.,
p. 4).
 (20) La formación Marcellus en, los Estados Unidos, abarca más de 250.000 km2 (extendiéndose a través
de seis Estados diferentes), y es aproximadamente diez veces más grande que el área de Hugoton, Kansas —la
zona productiva de gas convencional más grande de los Estados Unidos— (ver IEA, "Golden Rules...", cit., p.
20).
 (21) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 20.
 (22) Mientras que los yacimientos convencionales onshore pueden requerir menos de un pozo por cada 10
Km2, los no convencionales podrían necesitar más de un pozo por cada kilómetro cuadrado, intensificando así
de manera significativa el impacto de las actividades de perforación y terminación en el medio ambiente y los
residentes locales. Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 27.
 (23) En el caso del shale gas, se utilizan hasta seis millones de galones (es decir, 27 millones de litros o
27.000 m3) de agua dulce por pozo en operaciones de fracturamiento hidráulico (ver Rao, Vikram, Shale Gas...,
cit., p. 45). El número es realmente increíble, aunque los comentaristas tratan de disminuir este número diciendo
que "no es más que lo que un campo de golf en Florida (USA) consume en tres semanas" (ver "Sorting Frack
 

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from Fiction", The Economist del 14/7/2012, p. 10).


 (24) Por ejemplo, el Reino Unido está actualmente diseñando un "Plan de transición" para convertirse en un
país bajo en dióxido de carbono (low-carbon). Ver "The UK Low Carbon Transition Plan", www.decc.gov.uk.
 (25) Después del desastre de Fukushima, en Japón, Alemania ha empezado a considerar seriamente esta
opción. Ver "Germany's Energy Supply Transformation has Already Failed", www.eike-klima-energie.eu.
 (26) P. ej., los Estados de Texas y Louisiana, donde las formaciones Barnett y Haynesville han estado bajo
explotación durante la última década.
 (27) P. ej., el fracking fue prohibido en el Reino Unido en mayo de 2011, después de que dos sismos leves
fueron detectados cerca de la única operación de fracturamiento hidráulico del país en la cuenca de Bowland, al
este de Blackpool, en Lancashire, en el norte de Inglaterra. Casi dos años después, el gobierno del Reino Unido
levantó la suspensión. Ver "Fracking for Shale Gas Gets Green Light in UK", The Guardian del 13/12/2012.
 (28) P. ej., en los Estados Unidos, los Estados de New York, New Jersey y Maryland impusieron la
prohibición de fracking mientras no se hubiesen completado los nuevos exámenes de sus impactos ambientales
y de la necesidad de cambios en las regulaciones. En Europa, esta política ha sido adoptada en Francia, Suiza y
Bulgaria. Algunos autores comentan que estos gobiernos están adoptando el principio de "hacer una virtud de
llegar tarde" o "seguidor rápido", dado que podrían tomar la experiencia de las áreas donde el shale gas ha sido
explotado bajo un enfoque de "ensayo y error" (por ejemplo, en la formación Barnett) (ver Rao, Vikram, Shale
Gas..., cit., p. 118).
 (29) Por supuesto, esto dependerá de las condiciones del permiso de perforación y de la inclusión de alguna
cláusula de estabilización que abarque estándares ambientales (ver Cameron, Peter D., "Stabilisation in
Investment Contracts and Changes of Rules in Host Countries: Tools for Oil & Gas Investors", Association of
International Petroleum Negotiators [AIPN], julio 2006, www.aipn.org, p. 93). P. ej., la compañía de
exploración de gas y petróleo Lone Pine inició un arbitraje en contra del gobierno canadiense bajo el cap. 11,
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, alegando que había invertido millones de dólares en el
desarrollo de los recursos no convencionales de Quebec antes de que el gobierno presentase un proyecto de ley
en la Asamblea nacional en mayo de 2011 para dar fuerza de ley a una suspensión temporal de la explotación de
shale en toda la provincia y la revocación de algunos permisos específicos relativos a los depósitos de shale (ver
"Canada's Energy Policies Spark Nafta Claims", Revista GAR del 27/11/2012).
 (30) Como la formación Marcellus, que comprende los Estados de New York, Pensilvania, Maryland, West
Virginia, Virginia y Ohio, o la cuenca de Panonia-Transilvania, que abarca Austria, Hungría, Rumania, Bulgaria
y Croacia.
 (31) En materia ambiental existen dos situaciones principales que justifican la creación y la aplicación de la
regulación federal: la teoría de la "carrera hacia el fondo" y el principio de "contaminación transfronteriza". La
primera situación surge cuando las jurisdicciones compiten para atraer o retener industrias al minimizar sus
exigencias ambientales. La segunda situación se desencadena cuando un Estado que envía la contaminación a
otro Estado obtiene los beneficios laborales y fiscales de la actividad económica que genera la contaminación,
pero no sufre los costos totales de la actividad.
 (32) Ver Górski, J., "Could the EU Impose a Ban on Shale-Gas Extraction and Would this Prevent
Exploitation of the Fossil Fuel in Poland?", OGEL Journal, vol. 10, nro. 5. El autor llega a la conclusión de que
el "legislador de la UE tiene competencia para adoptar una medida legal aplicable a nivel comunitario que
prohíba el fracturamiento hidráulico, pero cada Estado miembro conservaría el derecho de veto".
 (33) Ver "Beyond Natural Gas (Protecting our Air, Water and Communities)", campaña de gas natural de
The Sierra Club, www.sierraclub.org/fracking (9/4/2013).
 (34) Documental Gasland, 2010, www.youtube.com/watch?v=dZe1AeH0Qz8 (9/4/2013).
 (35) La Ley Estadounidense de Política Energética de 2005 explícitamente excluyó el fracking del ámbito
 

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de control de la Environmental Protection Agency's una cláusula que se ha conocido como la laguna jurídica de
"Cheney y Halliburton", en honor al vicepresidente Dick Cheney, ex CEO de Halliburton.
 (36) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 161.
 (37) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit. p. 38, explica que el agua en sí, junto con arena o perlas de cerámica
(el proppant), representa más del 99% de un fluido de fracturamiento típico, aunque una mezcla de aditivos
químicos también se utiliza para proporcionar al fluido las propiedades que son necesarias para la fractura. Un
reductor de fricción (por lo general, de poliacrilamida) usado comúnmente en pañales para bebés, un inhibidor
de escala (generalmente, fosfonato) utilizado con frecuencia en detergentes, un biocida (por lo general, dióxido
de cloro) de uso común como cloro en los suministros municipales de agua y un surfactante (agente tenso-
activo) comúnmente usado en jabones.
 (38) Ver Stevens, Paul, segundo "Informe", cit., p. 5.
 (39) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 13.
 (40) Menos del 10% de los productos químicos inyectados regresa a la superficie. Entre el 16% y 35% del
agua regresa a la superficie. El flowback water lleva consigo una parte del contenido mineral del yacimiento
(sodio, magnesio, calcio), lo que aumenta la salinidad del agua que se inyecta (ver Rao, Vikram, Shale Gas...,
cit., p. 41).
 (41) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 41.
 (42) Ver Sakmar, Susan L., "The Global Shale Gas...", cit., p. 402.
 (43) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., ps. 41/42.
 (44) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 45: "El uso de agua dulce como fluido de base para las
operaciones de fracking ya no es necesario. El agua salada con poco o ningún valor para el consumo humano o
la agricultura puede ser utilizada".
 (45) P. ej., las provincias argentinas, a través de las que se extiende el yacimiento no convencional Vaca
Muerta, cobran aproximadamente U$S 5500 por cada 20.000 m3 de agua consumida durante la perforación de
un pozo.
 (46) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 29.
 (47) En este sentido, uno de los estándares requeridos por la IEA es "aislar pozos y evitar fugas", además de
la exigencia de "establecer normas estrictas sobre el diseño de pozos, construcción, cementación y pruebas de
integridad como parte de una norma general de rendimiento por la cual las formaciones gasíferas deben estar
completamente aisladas de otros estratos penetrados por el pozo, en particular los acuíferos de agua dulce". Ver
IEA, "Golden Rules...", cit., p. 13.
 (48) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 29.
 (49) En el curso de las operaciones de rutina de producción de gas y petróleo, el flaring es la quema
controlada de gas natural, mientras que el venteo es la liberación controlada de los gases a la atmósfera (ver
Organización Internacional de Productores de Gas y Petróleo, "Flaring & Venting in the Oil & Gas Exploration
& Production Industry", 2000, www.ogp.org.uk/pubs/288.pdf [9/4/2013]).
 (50) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 29.
 (51) Un barril de arenas bituminosas (tar sands) añade un 5% a 10% más dióxido de carbono (CO2) a la
atmósfera que un barril promedio de petróleo convencional (ver Yergin, Daniel, The Quest, cit., p. 257). La
provincia de Alberta requiere que los emisores de más de cien mil toneladas al año de gases de efecto
invernadero cumplan obligatoriamente con determinados objetivos de reducción. En un típico sistema de cap
and trade, aquellos que no puedan, deben comprar compensaciones o pagar una multa de $ 15 por tonelada, que
se depositará en un fondo de energía limpia que actualmente tiene un valor de $ 257.000.000. Según el gobierno
de Alberta, este programa ha ayudado a evitar a la provincia casi veinticuatro millones de toneladas desde julio
 

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de 2007. Ver "Carbon Tax Here to Stay: Alberta Energy Minister", del 7/9/2011, www.risk.net/energy-
risk/news/2107127/carbon-tax-stay-alberta-energy-minister (9/4/2013).
 (52) Ver "Written Ministerial Statement by UK's Secretary of State for Energy and Climate Change on
Exploration for Shale Gas", del 13/12/2012,
www.decc.gov.uk/en/content/cms/news/wms_shale/wms_shale.aspx (9/4/2013).
 (53) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 26.
 (54) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 57.
 (55) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., p. 57.
 (56) Ver "Written Ministerial Statement ...", cit.
 (57) Ver Rao, Vikram, Shale Gas..., cit., glosario. En 2011, alrededor del 30% de los nuevos pozos de gas
shale y tight en Estados Unidos y Canadá fueron well pads (Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 23).
 (58) Ver Duval, Claude, et al., International Petroleum Exploration and Exploitation Agreements: Legal,
Economic & Policy Aspects, 2ª ed., Barrows, New York, 2009, p. 14.
 (59) Ver primer "Informe Stevens", cit., p. 13.
 (60) En los Estados Unidos, los propietarios pueden recibir un bono o regalías al arrendar su tierra a una
empresa petrolera con el fin de desarrollar los recursos.
 (61) Ver Baldwin, Robert - Cave, Martin, Understanding Regulation, Oxford University Press, Oxford,
1999, p. 37.
 (62) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 9.
 (63) Ver segundo "Informe Stevens", cit., p. 9.
 (64) Por ejemplo, en la Argentina, la provincia de Neuquén (donde se ubica la formación Vaca Muerta) creó
una compañía petrolera 100% estatal (Gas y Petróleo del Neuquén SA) con el propósito casi exclusivo de
participar en los production sharing contracts otorgados por la provincia para la exploración y la explotación de
shale gas en Neuquén.
 (65) Las provincias de Alberta y British Columbia en Canadá han establecido diferentes regímenes legales
que crean dos tipos de derechos sobre los minerales (deep rights y shallow rights) para fomentar la reversión al
Estado de cualquier porción de los estratos que no esté siendo explorada o explotada por productores (ver
Ingelson, Allan - Randall, Will, "Shallow Rights Reversion: Uncertainty and Disputes", Alberta Law Review,
vol. 48, nro. 2, 2010-2011, p. 397). En los Estados Unidos, los arrendamientos privados (leases) contienen a
veces cláusulas de separación de la profundidad vertical llamadas "cláusula Pugh", que en cierta medida pueden
ser usadas para separar los derechos originalmente contenidos en el arrendamiento en caso de que ninguna
inversión haya sido llevada a cabo en un área determinada.
 (66) Para reducir el incentivo de pasar de productos derivados del gas a productos derivados del petróleo
cada vez que los precios del petróleo caigan, el descenso del precio del petróleo fue acompañado por un
aumento en el crédito fiscal.
 (67) Los costos intangibles de perforación incluyen los gastos necesarios para la perforación y el inicio de la
producción, incluyendo pero no limitado a los salarios, suministros, servicios de contratistas y otros gastos
similares para los cuales no hay valor residual.
 (68) Ver Stevens, Paul, segundo "Informe", cit., p. 2. Ver también Yergin, Daniel, The Quest, cit., p. 326.
 (69) Ver "The New Royalty Framework", del 25/10/2007, www.energy.gov.ab.ca.
 (70) Al menos durante la fase de desarrollo, "cuando aumenta la oferta y las habilidades de producción se
perfeccionan, los costos bajan, y el shale gas podría ser incluso más barato de producir que el gas natural
convencional" (ver Yergin, Daniel, The Quest, cit., p. 329).
 

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 (71) Entre 2000 y 2008, el precio del gas natural Henry Hub se mantuvo en un promedio de U$S 6,73 por
MMBtu, en dólares constantes de 2010. Pero a medida que la producción de shale comenzó a aumentar en
volúmenes significativos en 2009 y 2010, el precio se redujo a un promedio de U$S 4,17 por MMBtu (en
dólares constantes de 2010). En octubre de 2011 se había reducido aún más, a U$S 3,50 por MMBtu (en dólares
constantes de 2010). Los expertos estiman que casi todas las reservas de shale de los Estados Unidos podrían ser
desarrolladas en un coste de ciclo completo de aproximadamente U$S 4/MMBtu (ver "The Economic and
Employment Contributions of Shale Gas in the United States", de diciembre 2011, informe preparado por IHS
Global Insight, www.ihs.com). A pesar de los bajos precios actuales, muchos de los operadores de shale gas
cubrieron sus precios en los mercados "de papel", por lo que están recibiendo precios muy por encima de los
precios spot actuales. Además, el contenido líquido de las operaciones de shale gas ha hecho que la economía de
los proyectos no convencionales resulte cada vez más favorable, teniendo en cuenta el nivel actual de los precios
del petróleo (ver Stevens, Paul, segundo "Informe", cit., p. 4).
 (72) A finales de 1980 y principios de 1990, Nymex incluía el gas natural en sus índices. Henry Hub,
Louisiana, es un importante punto de transmisión y transacción de gas natural y es la ubicación en la que se basa
el Nymex para la venta de contratos de futuros de gas en su bolsa.
 (73) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 118.
 (74) Normalmente, los "sistemas duales de mercado" operan bajo la premisa de que el gas "nuevo" (extraído
de los pozos perforados desde una fecha determinada) disfrutan de un precio desregulado y el gas "viejo" (de los
pozos perforados hasta una fecha determinada) sigue siendo objeto de controles de precio. Este enfoque
regulador podría ser útil para atraer inversiones en nuevas perforaciones y nueva producción, pero podría ser
contraproducente al aumentar la cantidad de litigios sobre los contratos de gas "viejo" (esto es, las guerras de
take or pay que surgieron de la Ley de Gas Natural de 1978 en los Estados Unidos), así como también,
incrementar los costos de transacción y de monitorización de "viejas" y "nuevas" inversiones (Ver King, Jeffrey
C., "Selected Re-Emerging and Emerging Trends...", cit., p. 5).
 (75) Ver Duval, Claude, et al., International Petroleum Exploration..., cit., p. 184.
 (76) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 53.
 (77) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 22. "No existe en realidad una verdadera exploración del gas no
convencional. Sin embargo, la cantidad de gas presente y en particular la cantidad de gas que puede ser
recuperado técnica y económicamente no puede ser conocido hasta que un número de pozos hayan sido
perforados y probados".
 (78) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 53. Ver también Stevens, Paul, primer "Informe", cit., p. 14, donde
el economista destaca que "debido a las enormes diferencias geológicas, no sólo entre los yacimientos, sino
también entre los pozos de la misma formación, la extrapolación de una formación o pozo a otro tiene que ser
tratada con sumo cuidado".
 (79) Ver Duval, Claude, et al., International Petroleum Exploration..., cit., p. 135.
 (80) Ver Maloney, David A. W., "Stranded Gas - Australia's Offshore Retention Leases", Journal of Energy
& Natural Resources Law, vol. 22, nro. 357, 2004.
 (81) Ver Byrd, Michael J., et al., "Exploring Common Legal Issues in US Shale Plays",
www.bakermckenzie.com, enero-febrero 2010.
 (82) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 53; ver también, Medlock III, Kenneth B., et al., "Shale Gas and US
National Security", de julio 2011, James A. Baker III Institute for Public Policy, Rice University,
www.bakerinstitute.org, p. 14.
 (83) Ver Means, Robert - Cohn, Deborah, "Common Carriage of Natural Gas", Tulane Law Review, vol. 59,
nro. 529, 1984-1985, p. 553.
 (84) Ver Bosselman, Fred et al., Energy, Economics and the Environment, Foundation Press, 2006, p. 598.
 

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Documento

 (85) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 91.f. En la actualidad, la actividad de perforación global se
concentra en los Estados Unidos, donde más de la mitad de la flota mundial de equipos de perforación
(alrededor de dos mil equipos de perforación de gas y petróleo activos, incluidos los utilizados para el shale gas)
se despliega para sostener la producción de sólo el 9% de la petróleo mundial y 19% de gas del mundo. En julio
de 2010 sólo había treinta y cuatro equipos de perforación de tierra en toda Europa occidental. Sólo en la
formación no convencional Barnett, en 2008, ciento noventa y nueve equipos de perforación estaban operando
(ver Stevens, Paul, segundo "Informe", cit., p. 9). Por ejemplo, para el desarrollo de la formación no
convencional Vaca Muerta se necesitarían aproximadamente cien plataformas terrestres, mientras que en la
Argentina hay actualmente alrededor de cien equipos de perforación terrestres destinados a la producción de
hidrocarburos convencionales. Así, el desarrollo supondría duplicar la flota de perforación existente de la
Argentina (ver el comunicado de prensa de YPF de febrero 2012, www.ypf.com).
 (86) P. ej., en términos de costos, la perforación de un pozo de shale gas en Polonia cuesta tres veces más
que en los Estados Unidos (U$S 12.000.000 vs. U$S 4.000.000) (ver Stevens, Paul, segundo "Informe", cit., p.
9).
 (87) Ver Duval, Claude et al., International Petroleum Exploration..., cit., p. 128.
 (88) Ver Duval, Claude et al., International Petroleum Exploration..., cit., p. 167.
 (89) En países como la Argentina, una cantidad cada vez mayor de secondment agreements se están
firmando con empresas de los Estados Unidos con el fin de obtener el know-how necesario para desarrollar
recursos de shale gas.
 (90) Ver "Shale Driving M&A Activity in US Oil and Gas Sector", Oil & Gas Financial Journal del
8/2/2012, www.ogfj.com.
 (91) Ver Yergin, Daniel, The Quest, cit., p. 325.
 (92) Ver Ludlow, Warren J., "Buying into a Shale Play", ponencia presentada en la II Conferencia sobre el
Derecho de las Formaciones no Convencionales, Center for American and International Law, septiembre 2011.
 (93) El "gas mezclado" es una "mezcla homogénea de gas natural a partir de diferentes fuentes físicas (o
contractuales)" que puede implicar, por ejemplo, gas producido en diversas zonas en un mismo pozo. La mezcla
permite que haya producción proveniente de más de una zona y, por lo tanto, permite maximizar la tasa de
captura de gas natural y reducir la huella ecológica de la industria por la reducción del número de pozos a
perforar (ver Bott, Robert D., Our Petroleum Challenge: Sustainability into the 21st Century, 7ª ed., Canadian
Centre for Energy Information, Calgary, 2004, p. 118). Cuando hay varias zonas de producción en un mismo
pozo y no hay dispositivo adecuado de medida alguno, el volumen de producción de cada zona puede ser poco
claro, creando conflictos entre los titulares de derechos hidrocarburíferos y también de cara el Estado en relación
con el cálculo de la regalía.
 (94) P. ej., en los Estados Unidos, los precios ofrecidos en los arrendamientos comenzaron a niveles tan
bajos como U$S 300 por lote por un bono de suscripción más regalías del 12,5% al 18,5%, pero con el tiempo
aumentaron a U$S 18.250 por hectárea más regalías de hasta el 27,5% (ver Reeder, Laura C., "Creating a Legal
Framework for Regulation of Natural Gas Extraction from the Marcellus Shale Formation", William and Mary
Environmental Law and Policy Review, vol. 34, nro. 999, 2009-2010). Esto ha llevado a los arrendadores a
solicitar la renegociación alegando una suerte de "lesión subjetiva" sobre la base de la asimetría de la
información (ver Byrd, Michael J. et al., "Exploring Common Legal Issues...", cit., p. 22).
 (95) Ver Lang Weaver, Jacqueline - Asmus, David F., "Unitizing Oil and Gas Fields around the World: A
Comparative Analysis of National Laws and Private Contracts", www.aipn.org, p. 73.
 (96) Ver King, Michael R. - Hays, Peter B., "Issues to Consider...", cit.
 (97) Ver in re "Coastal Oil & Gas Corp. v. Garza Energy Trust", Slip Opin., nro. 05-0466 (Tex. 29/8/2008).
Copia de la sentencia disponible en www.supreme.courts.state.tx.us/historical/2008/aug/050466.htm (9/4/2013).
 

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Documento

 (98) Ver Lang Weaver, Jacqueline - Asmus, David F., "Unitizing Oil...", cit., p. 73.
 (99) En septiembre de 2011, la proporción de gas no convencional en Estados Unidos sobre la producción
total de gas natural alcanzó un 34%. Ver informe preparado por IHS Global Insight, "The Economic and
Employment Contributions...", cit., p. v.
 (100) En los Estados Unidos, el crecimiento del shale gas está produciendo una evidente disminución de los
precios del gas natural y de energía eléctrica. Para octubre de 2011, el precio promedio del gas natural en ese
país fue U$S 3,50 por MMBtu (en dólares constantes de 2010). Ver informe preparado por IHS Global Insight,
"The Economic and Employment Contributions...", cit., p. v.
 (101) En los Estados Unidos, las industrias que utilizan gas natural como materia prima (por ejemplo,
productos petroquímicos, fertilizantes) o las industrias intensivas en energía en las que la electricidad representa
una porción significativa de su estructura de costos (p. ej., vidrio, acero, cemento y aluminio) se convirtieron en
mundialmente competitivas gracias a la revolución del shale gas. Ver informe preparado por IHS Global Insight,
"The Economic and Employment Contributions...", cit., p. v.
 (102) En 2010, la industria estadounidense de shale gas generó 600.000 puestos de trabajo. Ver informe
preparado por IHS Global Insight, "The Economic and Employment Contributions...", cit., p. v.
 (103) En 2010, la producción de gas no convencional en los Estados Unidos contribuyó con U$S
18.600.000.000.000 en concepto de regalías pagadas al gobierno federal e impuestos federales, estatales y
locales.
 (104) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., p. 80.
 (105) Ver IEA, "Golden Rules...", cit., cap. 3, para un ejercicio hipotético de estos escenarios (a los que se
refiere como golden rules case y el low unconventional case).

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