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La publicidad transmite información ya sea de un producto o servicio y es importante saber

cuándo se debe realizar dicha transmisión. El autor menciona que la decisión del momento
adecuado para hacerlo dependerá de un juicio práctico que debe considerar evitar engañar al
consumidor, con esto surge la pregunta ¿Cuándo debe presentarse tal o cual tipo de información?
Esta puede darse en cualquiera de los siguientes 3 momentos:

Podría darse en el mismo mensaje publicitario, en el momento en el que el comprador realiza la


búsqueda de información y en el momento de la venta misma.

Sin embargo, la ética profesional avala que no siempre hay una unidad de criterio en los juicios
prácticas, por lo que algunos considerarán que es mejor presentar la información en el mensaje
publicitario, otros dirán que basta con presentarla en el momento de la compra y otros opinarán
que basta con incluirla en la etiqueta o en las indicaciones del producto.

Para resolver estas discrepancias, se debe tener presente tanto el tipo de información a transmitir
como la capacidad del comprador para captar y entender dicha información.

Ahora, pasemos a la pregunta de qué tipo de información debe presentar en la publicidad. El autor
menciona seis tipos de exigencias. La primera consiste en transmitir la naturaleza del servicio o
producto. La publicidad debe ofrecer información de al menos tres puntos: La calidad, la finalidad
del uso y los materiales empleados en la fabricación. El detalle va a depender de la naturaleza del
producto o servicio. Como ejemplo se muestra el anuncio publicitario de una marca de shampoo
donde se menciona el detalle de los productos, su tamaño, sus componentes y el beneficio que se
obtendrá al usarlo.

El segundo tipo consiste en mostrar la información completa del verdadero precio de un bien o
servicio. Muchas veces esta exigencia no es respetada y sucede por ejemplo en la venta con
facilidades como descuentos al utilizar un medio de pago. En estos casos, la publicidad omite
información que dificulta al comprador realizar una comparación entre lo que pagaría al contado o
lo que pagaría comprando en la competencia. Como ejemplo se muestra el anuncio publicitario de
la venta de un televisor, donde se menciona información relevante del precio, la cantidad de
cuotas y el monto de intereses, esto permite al comprador tener más ideas para tomar su decisión
de compra.

El tercer tipo consiste en mostrar información acerca de los peligros inherentes al usar un
producto o servicio. El autor utiliza como ejemplo la información incluida en los medicamentos y
menciona un problema que ha surgido en lo últimos años en países de América Latina donde
debido a la crisis económico se ha vuelto común comprar medicinas sin receta médica. Debido a
esto, algunos laboratorios han dejado de incluir la hoja de contraindicaciones y efectos que
podrían producirse y si bien esta práctica puede tener buenas intenciones, se debe buscar alguna
forma de incluir la información que los peligros o efectos que se pueden experimentar al consumir
un medicamento. Un ejemplo que calza para esta exigencia es la inclusión de los octógonos en los
empaques que surge ante la ley de etiquetado de alimentos, con esto el comprador tendrá en
cuenta el riesgo que corre al ingerir un alimento.

El cuarto tipo consiste en informar claramente acerca de los términos de garantía. El comprador
debe saber qué es lo que incluye la garantía, el tiempo que abarca, los medios por los cuales
podría hacer su reclamo y las condiciones que deben cumplirse para hacer valer la garantía. Un
ejemplo de una mala práctica de esta exigencia se muestra en la noticia de la foto. En ese caso, los
usuarios del iphone 8 denunciaron a Apple por publicidad engañosa ya que este producto se
vendía como resistente al agua; sin embargo, la garantía no cubría daños producidos por líquidos.

El quinto tipo de exigencia consiste en informarle al comprador cuándo se le va a entregar su


pedido y en el caso haya demorar en la entrega, el comprador tiene el derecho a reclamar su
dinero ya que a pesar de no haber recibido su producto, la empresa vendedora hace uso de su
dinero para realizar inversiones, lo cual desde un punto de vista ético se puede considerar como
robo. Un ejemplo de esta exigencia se ha presenciado recientemente en las denuncias hechas a
tiendas por departamento como Saga o Ripley debido a que estas incumplían con los plazos de
entrega estimados e incluso no atendían los reclamos por fallas en sus canales de atención.

La última exigencia consiste en que el comprado por derecho moral debe tener acceso a cualquier
información que afecte los términos de compra/venta. El autor muestra como ejemplo el caso de
una empresa de electrodomésticos que ofrece televisores de lujo en barrios marginales que
pueden adquirirse bajo términos fáciles de crédito ya que la mayoría no cuenta con trabajo
estable. Se basa en usar publicidad mediante demostraciones al público y anuncios que enfaticen
en las cuotas cómodas. Sin embargo, no menciona el costo total del televisor ni se advierten las
condiciones de venta, la cual indica que si el comprador no cumple con una cuota su producto será
exigido de vuelta para venderlo como nuevo y no tendrá derecho a reclamar su dinero,
quedándose la empresa con el monto de las cuotas pagadas anteriormente. A pesar de que esto
se considera legal, es notable que el modo de proceder no es ético.

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