La familia debe de estar unida y respetarse unos a otros, que se apoyen y se
valoren, que tengan una buena relación en familia y pasar más tiempo juntos aunque algunos estén lejos, de igual forma que se sigan queriendo y apoyando como familia, que se sigan valorando como son. El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, es el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos, y ellos por la tuya. Muy raramente los miembros de una familia crecen bajo el mismo techo pero aun así el vínculo que los une sigue siendo el mismo. La unión de la familia no se mide por el número de miembros, sino por la unión que hay en ellos, la familia es el seno espiritual donde se fomentan las creencias y las costumbres. Es en la familia donde: Se asegura el desarrollo personal se construye la seguridad y el autoestima se aprenden los valores se educa hacia la excelencia humana se aprende a querer y ser querido, aceptado y respetado. Lo que está claro es que una familia no se encuentra hecha si no que se debe ir construyendo con el tiempo, la confianza, las experiencias… Ama tu familia de principio a fin, sin medida, porque siempre, donde vayas, serás parte de una.