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Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809, destinado a ser uno de los

personajes de mayor influencia en la historia de este mundo. En 1831, Darwin se unió a una
expedición científica de cinco años de duración a bordo del barco HMS Beagle, para trazar
la costa de Sudamérica. Durante el viaje, leyó el libro “Principios de Geología” de Lyell, el
cual sugería que la tierra era mucho más antigua de lo que enseña la Biblia. En la abundante
variedad de vida animal que observó durante sus viajes, Darwin halló “supuesta” evidencia
para esa nueva opinión de la edad de la tierra.

Cuando regresó a Inglaterra, él propuso finalmente la teoría que la evolución ocurría a


través de la selección natural. En 1859, Darwin publicó, “El Origen de las Especies por
Medio de la Selección Natural”, donde reveló su teoría de la evolución. La primera
impresión de 1250 ejemplares se agotó en un solo día. Pero, el libro era sumamente
controvertido, e inmediatamente creó un alboroto.

Si era correcta la teoría de Darwin, no podía ser cierto el punto de vista bíblico de la
creación que se encuentra en el libro de Génesis. Por este motivo, la iglesia se opuso a
Darwin. Sin embargo, sus ideas pronto fueron aceptadas por la comunidad científica, y al
fin llegarían a ser enseñadas como un hecho científico en escuelas alrededor del mundo.

EPISODIO 5

LA ALTA CRITICA – 1ra. PARTE

Uno de los muchos peligros que enfrentan los cristianos es la incredulidad en la iglesia. Sí.
Tiemblo, especialmente por nuestros jóvenes. El torrente de error al cual están sujetos es
simplemente horrible. Sí, lo es. Pero nuestros jóvenes no son los únicos que corren peligro
a causa de influencias externas. ¿A qué se refiere esto? Bueno, lo voy a explicar. Permíteme
leer una advertencia dada en el libro, Los Hechos de los Apóstoles, p. 378:

“Las amonestaciones de la Palabra de Dios respecto a los peligros que rodean a la


iglesia cristiana son para nosotros hoy. Como en los días de los apóstoles, los
hombres intentan, por medio de tradiciones y filosofías, destruir la fe en las
Escrituras. Así hoy, por los complacientes conceptos de la “alta critica,”
evolución, espiritismo, teosofía y panteísmo, el enemigo de la justicia está
procurando llevar a las almas por caminos prohibidos. Para muchos, la Biblia es
una lámpara sin aceite, porque han dirigido sus mentes hacia canales de creencias
especulativas que traen falsos conceptos y confusión”. The Acts of the Apostles, p.
474
El peligro que enfrentamos como pueblo es permitir que las opiniones humanas tengan
primacía sobre la Palabra inspirada de Dios. Me duele decir que Satanás ha engañado
exitosamente a muchos Adventistas del Séptimo Día. Bueno, sí. En nuestro episodio
anterior aprendimos que el dudar el Espíritu de Profecía permite que el error entre a la
iglesia. Y se halló que la Nueva Teología ha reemplazado las enseñanzas fundamentales del
plan de la salvación. Es cierto. Aunque esas enseñanzas son tan perjudiciales, lo que quiero
que veamos hoy es aún más destructor, si eso fuese posible. Porque, una vez que se acepta,
no sólo anula el efecto del Espíritu de Profecía, sino que afecta la confianza en la Biblia.
Bueno, pues, ¿precisamente a qué se refiere esto? Me refiero a la alta crítica.

En Hechos de los Apóstoles, Elena de White sigue:

“La obra de la “alta crítica” al criticar, conjeturar y reconstruir, está destruyendo


la fe en la Biblia como revelación divina. Está privando a la Palabra de Dios de
poder de guiar, levantar e inspirar las vidas humanas”. The Acts of the Apostles, p.
474

Y ¿cómo se nota en la iglesia? Hay tres asuntos que vienen a la mente. El primero es la
enseñanza de la evolución. Esa teoría falta menoscaba la Biblia y destruye la fe. Otro, es la
presión para que la iglesia ordene a mujeres al ministerio. Eso amenaza la unidad de la
iglesia y menoscaba la Biblia de una manera sutil. Y el último es el asunto de la
homosexualidad. Su aceptación también menoscaba la autoridad de las Escrituras. Eso tiene
sentido. La corriente principal del cristianismo en gran medida ha aceptado todas esas
cosas. Así es.

Primeramente, se aceptó la evolución, eso ha destruido completamente le fe en la Palabra


de Dios. Si se espiritualizan los primeros tres capítulos de Génesis para admitir la teoría de
la evolución de Darwin, ¿Qué nos queda confiable de la Biblia?

Cuando las iglesias principales aceptaron este error, apareció el asunto de la ordenación de
las mujeres. Si, la presión del movimiento de la liberación femenina de los 1970 hacia la
igualdad de los sexos, tuvo mucha influencia sobre ese asunto. Correcto. Y pisándole los
talones a la igualdad de los sexos, llegó la presión para la igualdad matrimonial.

Comprendo, cómo individuos que no son guiados por la Palabra de Dios aceptarían esto,
debido a la presión social actual, pero se impactante verla aceptada dentro de la iglesia
cristiana. Absolutamente.

Ahora, ¿Cómo cree que le va a la iglesia Adventista del Séptimo Día en todo esto? En la
actualidad la posición oficial de la iglesia no apoya estos asuntos, pero hay señales de que
eso puede cambiar. Si lo hallamos en el episodio anterior nos indica algo, temo seriamente
por la iglesia remanente de Dios.
Ahora estudiaremos el estudio de la ordenación de las mujeres y la homosexualidad, y
también investigaremos la evolución.

La evolución enseña que la vida, según nuestro conocimiento actual, ha requerido millones,
o aun mil millones de años para evolucionar. Por lo general, hay tres puntos de vista de la
evolución, y la Biblia no concuerda con ninguno de ellos.

Tenemos la evolución naturalista, o atea. Niega la existencia de Dios, y enseña que la vida
originó por casualidad durante un período de tiempo supremamente largo. La mayoría de
los cristianos no acepta este punto de vista.

El segundo punto de vista es la evolución deísta, que enseña que Dios comenzó todo el
proceso con la creación de las formas de vida originales. Entonces abandonó la
participación activa, y permitió la selección natural.

El tercer punto de vista es la evolución teísta. Entre los cristianos, éste es el punto de vista
más aceptado. Es muy parecido a la evolución deísta, pero acepta la intervención continua
de Dios.

La evolución en todas sus formas es errónea y peligrosa, porque no armoniza el relato


bíblico de la creación, y enseña que la muerte existió antes de la caída de Adán.

A veces, los defensores de la evolución no dicen cuál versión promueven. Debido a que
todas las formas son erróneas, no tiene mucho sentido tratar de distinguir una de la otra. Por
eso, no las diferenciaremos ni enfocaremos una en particular.

Aparte los tres puntos de vista sobre la evolución, también debemos estar conscientes de
otros puntos de vista supuestamente menos dañinos. Éstos incluyen las variaciones de la
teoría de la brecha y de las edades geológicas. Ambos tratan de armonizar el relato bíblico
de la creación con una tierra antigua.

Robert Pierson, presidente de la Asociación General, antes de jubilarse dijo en un sermón


presentado ante el Concilio Anual, octubre 12 de 1978: “Hermanos y hermanas, ya existen
fuerzas sutiles que comienzan a despertar. Lamentablemente, hay algunos en la iglesia que
menosprecian la inspiración de la Biblia en su totalidad, que se burlan de los primeros 11
capítulos de Génesis, que dudan la cronología corta de la tierra presentada por el Espíritu
de Profecía, y que sutil y no muy sutilmente atacan el Espíritu de Profecía”. Robert H.
Pierson, www.Perspectivedigest.org/article/54/archives/17-1/the-development-of-
fundamental-belief-number-6

Casi dos años más tarde, la Iglesia Adventista del Séptimo Día aprobó las 27 creencias
fundamentales durante la sesión número 53 de la Asociación General en Dallas en 1980.
Por primera vez, los adventistas tenían una creencia fundamental para guiarlos en el asunto
de la creación. Decía: “Dios es el creador de todas las cosas, y ha revelado en las
Escrituras el auténtico relato de Su actividad creadora. En seis días el Señor hizo “el
cielo y la Tierra” y todo lo que tiene vida sobre la Tierra, y descansó el séptimo día de esa
primera semana. De este modo estableció el sábado como un memorial permanente de su
trabajo creativo completo. El primer hombre y la primera mujer fueron creados a la
imagen de Dios, la obra suprema de la Creación. Se les dio dominio sobre el mundo y la
responsabilidad de cuidarlo. Cuando el mundo fue terminado, era ‘muy bueno’,
anunciando así la gloria de Dios”. Seventh-day Adventist Believe…A Biblical Exposition
of 27 Fundamental Doctrines, p. 68

En Abril 22, 1980, los delegados a la sesión 53 de la Asociación General discutieron la


redacción de esta nueva creencia fundamental. Tres personas expresaron su preocupación
por las palabras “seis días”. Les preocupaba que eso permitía que la gente interpretase los
días como períodos más largos. Ellos sugirieron que se modificase para decir, “seis días
literales”. El presidente de la Asociación General, Neal C. Wilson, contestó diciendo:
“Creo que opinamos que sería un poco superfluo usar la palabra ‘literal’ aquí, y que
podría crear conflicto o polémica. Cuando unimos “seis días” con la última parte de la
misma frase, ‘y descansó el séptimo día de esa primera semana’, quedan definidos
claramente como días de 24 horas. Quizá sea necesario ampliarlo un poco más e incluir la
palabra literal; es un buen punto”. Neal C. Wilson, Adventist Review, Apr. 24, 1980, p. 20

Tristemente, nunca se hizo nada en cuanto a ese “buen punto”. Queda claro que era
demasiado controvertido y las palabras permanecen iguales. Resulta que el comité original
que había elaborado esta creencia la había escrito diciendo, “seis días literales y
consecutivos”. Entonces, ¿Qué pasó? ¿Cómo y por qué fue cambiada?

Una vez que el comité quedó satisfecho con la redacción, la presentó a la facultad de
teología de la Universidad Andrews para recibir su aporte. Un comité de 12 reelaboró todas
las 27 creencias fundamentales. Según el Dr. Fritz Guy, secretario del comité, eligieron
lenguaje para la creencia número 6 que no fuese restrictivo: “No existe una posición única
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en cuanto a la historia de la vida en la tierra.
Ciertos adventistas, científicos, teólogos, pastores y otros, sostienen puntos de vista muy
distintos en cuanto a la edad del universo, del planeta Tierra y de la vida en la tierra. La
única “postura oficial” de la iglesia Adventista del Séptimo Día consiste de lo que declara
la Creencia Fundamental #6, donde el lenguaje es deliberadamente bíblico, y
suficientemente amplio para dar cabida a varias opiniones en cuanto a la historia natural de
la tierra. De hecho, fue precisamente esa amplitud lo que motivó un esfuerzo fracasado
(durante la Conferencia Internacional sobre la Fe y la Ciencia en Denver en 2004) hacia
una declaración más restrictiva que especificase ‘días consecutivos, contiguos y literales de
24 horas’. [No fue aprobado]” Fritz Guy.

Con una creencia fundamental que de ninguna manera era suficientemente adecuada como
para mantener la verdadera postura sobre la creación, los eruditos como Fritz Guy
recibieron la luz verde para adoctrinar la iglesia con ideas erróneas sobre la creación y la
edad de la tierra.

Ahora muchos Adventistas del Séptimo Día saben que aquí, en la Universidad La Sierra en
Riverside, en el sur de California, se ha enseñado la evolución como un hecho. Fundada en
1922 como la Academia La Sierra, en 1939 se hizo el Colegio La Sierra. En 1957, se unió a
la Universidad Loma Linda como su facultad de Artes y Ciencias. Después de separarse de
la Universidad Loma Linda en 1990, obtuvo su nombre actual. Después de llegar a ser
independiente, su primer presidente fue el Dr. Fritz Guy, un teólogo bien establecido en la
Iglesia Adventista del Séptimo Día. En una encuesta llevada a cabo en 1985 de los autores
adventistas que más habían influenciado a los que respondieron, Guy empató en el cuarto
puesto. En sus libros y ensayos, Guy ha demostrado ser un alto crítico de la Biblia. Él
apoya el matrimonio con el mismo sexo y la evolución teística. Él escribe en su ensayo,
“Realidades para la teología adventista en el siglo 21”: “Primeramente, ‘durante el siglo
pasado ha cambiado completamente nuestro punto de vista sobre la naturaleza del universo
y el lugar de los humanos dentro de él, de cualquier cosa que pudiéramos haber imaginado
en el pasado’. Aunque es cierto que el conocimiento científico ‘siempre es revisable’, y
‘casi ciertamente tendrá que ser revisado a la luz de investigaciones posteriores’, la realidad
permanece que el conocimiento científico es ‘la mejor información que tenemos’ sobre el
mundo físico. Como resultado, ‘las creencias religiosas no pueden permanecer como
estaban antes del crecimiento de la ciencia moderna’ ”. Fritz Guy, Realities for Adventist
Theology in the 21 st Century, p. 6

Guy está diciendo que la ciencia es más confiable que el relato bíblico de la creación. Él
cree que Génesis 1 no debe ser una explicación científica del origen de mundo. Lo que dice
en un video reciente sobre un libro escrito en colaboración con Brian Bull titulado “God,
Sky & Land.” “Además, es absolutamente esencial darnos cuenta y entonces recordar que
lo que le corresponde a Génesis1 es hablarnos de Dios, decirnos que Dios es la Fuente de
toda la realidad. Sólo hay un Dios responsable por todo, incluyendo algunas de esas
entidades que los pueblos alrededor de los hebreos adoraban como dioses, por ejemplo el
sol y la luna. “Génesis 1 es, eh, bueno, creo que con Brian lo tratamos en alguna parte hacia
el final del libro. Es más bien teología. Para nosotros es teología y no ciencia. Nos habla en
cuanto al significado de nuestras vidas”. Notemos cómo esto se compara con una
advertencia del Espíritu de Profecía: “La Palabra de Dios se considerará indigna de
confianza bajo el menor pretexto, mientras que se aceptará el razonamiento humano,
aunque éste contradiga directamente las realidades claras de las Escrituras. Los hombres
se esforzarán por explicar la obra de la creación como resultado de causas naturales, algo
que Dios nunca ha revelado. Pero la ciencia humana no puede escudriñar los secretos del
Dios del cielo ni explicar las obras estupendas de la creación, que no son un milagro del
poder al Altísimo, como también son incapaces de explicar cómo llegó Dios a la
existencia”. Ellen G. White, Spirit of Prophecy, Vol. 1, p. 89.
Cuando seguimos leyendo el ensayo de Guy, él nota lo siguiente: “Es más, reconoce que la
evidencia empírica disponible en cuanto a la historia biológica propia de la tierra es más
compatible con un escenario largo de desarrollo gradual que con un escenario corto donde
aparecen repentina y recientemente las formas de vida actuales. La evidencia acumulada ha
venido de varias fuentes: la datación radiométrica, la genética, la anatomía comparada, la
geología y la paleontología; y ‘ha convencido a casi todos los biólogos actualmente en
actividad’ que ‘un marco operativo de variación y selección natural es indiscutiblemente
correcto’. En la actualidad no parece haber ningún motivo para dudar el desarrollo gradual
y la complejidad creciente de la vida durante un período de tiempo prolongado. El hecho
que este reconocimiento complica nuestra teología no justifica descontar la evidencia
empírica abrumadora. En 1844, nuestros antepasados adventistas reconocieron la evidencia
empírica de que su teología estaba equivocada, y por consiguiente la revisaron”. Fritz Guy,
Realities for Adventist Theology in the 21 st Century, p. 8.

Este “desarrollo gradual y la complejidad” del cual él habla es otra manera de decir que la
vida evolucionó durante millones de años. Nótese lo que él dice en el video siguiente: “Con
todo respeto, podemos aceptar la posibilidad de que ha habido en la tierra durante millones
de años”. En la misma discusión, alguien le preguntó a Guy cómo él podía creer en un
Salvador y creer que el hombre había sido sujeto a la muerte durante millones de años.
Nótese su respuesta: “No siempre se puede tener todo lo que uno quiere. Ud. no me puede
decir que las Escrituras presentan una razón de Cristo y nuestro enfoque en Él y entonces
decir que existió la muerte y se moría antes de la caída, lo que nos lleva a la necesidad de
Cristo. No puede ser de ambas maneras. No se puede decir que las Escrituras son
maravillosas, que nos dicen de Cristo y cuán importante Él es, y a la vez destripar la
teología plena que explica por qué Cristo hizo el sacrificio. Eso es lo que entiendo que su
conversación anterior hizo, y eso me preocupa”. He aquí la respuesta de Guy: “Claro; Ud.
ha presentado un asunto muy importante para cualquier adventista. El hecho de que, y es un
hecho, que se puede entender una larga historia de la vida en la tierra en compatibilidad con
la creencia cristiana en general en la persona y función de la naturaleza y obra, así teólogos
frecuentemente habla de eso, es decir de Jesús de Nazaret. Millones de cristianos alrededor
del mundo lo explican así. De manera que es difícil decir que no se puede hacer. Esto es
difícil para un adventista, claro; lo es. Y hay, hay, esto: No estoy seguro de que éste sea un
asunto sobre el cual podremos ponernos de acuerdo antes de la segunda venida”.

Su respuesta revela su verdadera postura. Él puede afirmar que es un Adventista del


Séptimo Día, pero sus creencias no armonizan con el adventismo. Al contrario, armonizan
con los millones de cristianos de otras religiones.

En cuanto a este punto en particular, nótese la advertencia que el Espíritu de Profecía nos
ha dado en cuanto a la evolución:
“Sin embargo, algunas deducciones erróneas de fenómenos observados en la
naturaleza, han hecho suponer que existe un conflicto entre la ciencia y la
revelación y, en los esfuerzos realizados para restaurar la armonía entre ambas, se
han adoptado interpretaciones de las Escrituras que minan y destruyen la potencia
de la Palabra de Dios. Se ha creído que la geología contradice la interpretación
literal del relato mosaico de la creación. Se pretende que se requirieron millones de
años para que la tierra evolucionara a partir del caos, y a fin de acomodar la
Biblia a esta supuesta revelación de la ciencia, se supone que los días de la
creación han sido vastos e indefinidos períodos que abarcan miles y hasta millones
de años. Semejante a la teoría referente a la evolución de la tierra es la que
atribuye a una línea ascendente de gérmenes, moluscos y cuadrúpedos, la
evolución del hombre, corona gloriosa de la creación”. Education, pp. 128, 130

Y finalmente, en la página 9 de su ensayo, Guy admite que Génesis no debe entenderse


literalmente. “El hecho que las Escrituras mismas prohíben entender Génesis 1 consistente
y literalmente, fomenta el proyecto de incorporar el modelo del desarrollo de la historia
natural a la manera adventista de pensar. Eso requeriría que la tierra hubiese tenido una
bóveda como cubierta y que la tierra hubiese existido antes del sol, alrededor del cual hace
rotación”. Fritz Guy, Realities for Adventist Theology in the 21 st Century, p. 9.

En nuestro episodio anterior, aprendimos que muchos eruditos adventistas ya no creen en


todos los escritos de Elena de White.

¿Cómo es posible que crean si aceptan ideas que la contradicen completamente? El Dr. Guy
no es una excepción. En el video que hemos estado viendo, él tomó tiempo para citar a
Elena de White para apoyar su razonamiento. Más adelante en el video, una dama le
preguntó qué debemos hacer con las citas claras de Elena de White que contradicen su
punto de vista de la creación y la edad de la tierra, como las que recién leímos. Veamos lo
que respondió: “No queda duda que Elena, una criatura de su época, no pudiese haber
pensado algo distinto. Claro está que existían ideas de largas edades evolucionarias y
demás, pero en lo que se refiere a su mundo, ella creía lo que era creíble, y no otra cosa. De
manera que Ud. ha planteado una pregunta muy interesante, para la cual tengo una
respuesta corta que, por lo tanto, no es adecuada para el significado de la pregunta. Yo
tomo más seriamente a Elena de White por los principios que ella pronuncia, que por sus
interpretaciones específicas de versículos particulares”.

Aquí radica uno de los problemas que enfrentamos al tratar este asunto. Nótese lo que dijo
Elena de White que se le mostró específicamente en visión:

“Entonces fui llevada a la creación, y se me mostró que la primera semana, en la


cual Dios llevó a cabo la obra de la creación en seis días, y descansó en el séptimo,
fue como cualquier otra semana. El gran Dios, en sus días de la creación y el día
de descanso, midió el primer ciclo como una muestra para las semanas sucesivas
hasta el fin del tiempo”. Spirit of Prophecy, Vol. 1, p. 85

Cuando Dios en visión le mostró a Elena de White que la semana de la creación de la tierra
consistió de siete días literales, o bien Él mintió, o ella es una profetisa falsa.

Lo mismo se aplica a los escritos de Moisés. En el monte Sinaí, Dios habló los Diez
Mandamientos y dijo que Él creó el mundo en seis días literales, y descansó en el séptimo.

Ahora pues, ¿a quién hemos de creer? ¿A Dios, o a Fritz Guy? Con alguien como Fritz Guy
asociado con esta universidad, con razón La Sierra ha estado enseñando la evolución desde
los fines de la década 2000. Esto llamó la atención de muchos en 2009, cuando David
Asscherick, evangelista y director de ARISE, le escribió al presidente de la Asociación
General preguntándole por qué una de nuestras universidades estaba enseñando la
evolución como la visión preferida del mundo. Lamentaba que el enemigo había logrado
abrir una brecha en nuestras líneas.

Finalmente, fue reportado en la revista Adventist Review, abril 15, 2010. Randall Wisbey,
el presidente de la universidad, refutó la acusación, pero se citó a Gary Bradley, uno de los
profesores de biología, quien dijo: “Queda muy, pero muy claro que soy escéptico de la
necesidad absoluta de creer que la única manera como un Dios creador pudiese hacer las
cosas es hablándolas hace varios miles de años. Allí yace mi escepticismo. Ésa es la base
religiosa filosófica de ‘los lunáticos en la periferia’ ”. Gary Bradly, Adventist Review, Apr.
15, 2010, p. 8

¿Qué, precisamente, es lo que La Sierra estaba enseñando en su clase de biología? Según lo


impartido en las cátedras, “apoya la evolución una cantidad arrolladora y constantemente
creciente de evidencia científica”.

En cuanto a si la evolución es o no una teoría, enseñaba: “No hay nada teórico en la


evidencia que respalda la evolución”. “Es la explicación singular y unificadora del mundo
viviente, y fuera de esta teoría unificadora, nada tiene sentido, o ningún sentido”. “El
motivo por el cual esta teoría unificadora ha llegado a ser aceptada tan ampliamente en el
mundo científico es que ha soportado observación y crítica intensa, completa y continua”.

Es triste que no dice nada de que la mayoría de los evolucionistas son ateos, y que si acepta
ese punto de vista del mundo, lo más probable es que termine siendo ateo también, o por lo
menos deje de confiar en la Biblia tal como está escrita.

En cuanto a la edad de la tierra y el sistema solar, el curso enseñó: “La evidencia muestra
que el planeta tierra y su sistema solar se formaron hace aproximadamente 4,6 mil millones
de años”. “Entre 4,6 y 3,9 mil millones de años antes del presente, el planeta lo
bombardeaban grandes trozos de material y hielo que sobraron de la formación del sistema
solar”.
La evolución en cualquiera de sus formas no concuerda con el adventismo. Destruye el
fundamento mismo de por qué guardamos el sábado. Fritz Guy lo sabía, y eligió colocarse
de parte de los millones de cristianos en otras religiones.

Elena de White también discernió el asunto verdadero. Nótese la advertencia que ella dio:

“Pero la suposición infiel que pretende que los acontecimientos de la primera


semana requirieron siete períodos largos y de duración indefinida, atenta
directamente contra el fundamento del sábado del cuarto mandamiento. Los
geólogos infieles aseguran que el mundo es mucho más antiguo de lo que el
registro bíblico indica”. Spirit Of Prophecy, Vol. 1, pp. 86-87

Satanás sabe que no logrará que todos los Adventistas del Séptimo Día acepten la teoría de
la evolución, así que para ellos tiene un engaño más agradable y sutil.

La lección de la Escuela Sabática, 1er trimestre, 2013, titulada “Los orígenes”, presentó
repetidos comentarios que hacen dudar el relato bíblico de la creación. Por ejemplo, la
lección para el domingo, 6 de enero, titulada “Desordenada y Vacía”, dice: “La Biblia
comienza con la historia de la creación, y ésta comienza con la declaración de que Dios es
el Creador. Luego describe la condición del mundo cuando Dios empezó a prepararlo para
ser ocupado. Cuando comienza la historia, el planeta ya está aquí, pero sin orden, vacío,
oscuro y húmedo. Los versículos siguientes describen la forma en que Dios primero hizo
del mundo un lugar habitable y, luego, lo llenó con criaturas vivientes. El texto no nos dice
exactamente cuándo llegaron a existir las rocas y el agua de la Tierra, solo que el mundo no
siempre fue adecuado para la vida. La Tierra llegó a estar lista para las criaturas vivientes
sólo porque Dios actuó para que fuera así”.

Lo que promueve el folleto de la Escuela Sabática es un tipo de la teoría de la brecha.


Enseña que la tierra fue creada mucho antes de que Dios la creara con vida. Es una
concesión a la ciencia para dar cabida a una tierra antigua. Entre los adventistas, esta teoría
está llegando a ser el punto de vista más aceptado sobre la creación. Pero, no la apoya la
Biblia ni el Espíritu de Profecía.

Bajo la dirección de Clifford Golstein, el redactor de las lecciones de la Escuela Sabática, y


L. James Gibson, el contribuyente principal, es posible que el folleto de la Escuela Sabática
haya llevado a millones de adventistas desprevenidos a aceptar este punto de vista de la
creación. En un momento veremos por qué es tan peligroso.

Pero, nótese que la lección del domingo no sólo apoya la teoría de la brecha, sino que
asegura a sus lectores que la Biblia no presenta datos confiables sobre la edad de la tierra,
ni que eso sea importante. “Cuando la Tierra llegó primero a existir, no era apropiada para
la vida. La Biblia no dice nada acerca de qué lapso hubo entre la creación original de las
rocas y el agua, y la creación del medio ambiente y las criaturas. Algunos eruditos creen
que pudo haber sido inmediatamente; otros, que puede haber pasado un período largo. El
hecho es que, sencillamente, no lo sabemos ni tiene mucha importancia. Cualquiera sea el
caso, el material de la Tierra fue creado por Dios y luego, en un momento que él eligió,
creó un ambiente adecuado para la vida. El punto vital es que Dios, que no dependía de
materia preexistente, usó la materia que en algún momento había creado, algo que en su
estado primitivo era tohu vabohu “sin forma y vacío”. Luego, por el poder de su palabra,
creó nuestro mundo habitable”.

¿Será cierto que la Biblia no dice nada sobre el período de tiempo entre las piedras y el
agua y la creación de la vida en la tierra? No, no es cierto. Y a pesar de lo que el folleto de
la Escuela Sabática quiere que creamos, sí importa.

El propio testimonio de Dios está en juego. Pero, diremos más sobre eso en unos
momentos.

Primeramente, notemos lo que dice el Espíritu de Profecía en cuanto a la edad del planeta
Tierra.

“Los geólogos infieles aseguran que el mundo es mucho más antiguo de lo que el
registro bíblico indica. Rechazan el testimonio de la Biblia, debido a que contiene
elementos que, para ellos, no son evidencias tomadas de la misma tierra, de que el
mundo ha existido durante decenas de miles de años. Y muchos que profesan creer
la historia bíblica se desconciertan porque no puede dar razón acerca de cosas
maravillosas que encuentran en la tierra, desde el punto de vista que la semana de
la creación sólo fueron siete días literales, y que el mundo no tiene sino unos seis
mil años de edad”. Spirit of Prophecy, Vol, 1, p. 87

Según Elena de White, no podemos confiar en los geólogos. Lo que ellos afirman de una
tierra antigua no concuerda con el registro bíblico de unos 6,000 años.

¿Cómo es posible que alguien a quien se le han confiado las responsabilidades de preparar
las lecciones del folleto de la Escuela Sabática no vea las ramificaciones? Por ejemplo,
según Romanos 5:12, antes del pecado de Adán no existía la muerte. Pero los que creen en
la teoría de la brecha, no saben cómo explicar cómo es que aparecen tantos fósiles en los
estratos de la tierra, que los geólogos dicen tiene millones o miles de millones de años de
edad. Al aceptar los métodos usados para poner fechas a las rocas, los fósiles enterrados en
esas piedras tienen que ser más antiguos que Adán, de manera que tenemos la existencia de
la muerte antes del pecado. Este es un motivo patente de por qué sí importa lo que creemos
sobre este asunto. En un momento veremos otra razón por la cual sí importa.

Pero antes, hay un ejemplo más de la lección de la Escuela Sabática que debemos ver. En la
tercera lección, titulada, “Se completa la Creación”, en la sección para el domingo leemos:
“El cuarto día probablemente ha sido analizado más que cualquiera de los otros seis. Si el
solo fue creado el cuarto día, ¿cuál fue la causa del ciclo diario en los tres primeros días de
la creación? Por otro lado, si el sol ya existía, qué sucedió el cuarto día? La falta de certeza
de los eventos del cuarto día de la creación no surge de una contradicción lógica, sino de
una pluralidad de posibilidades. Una posibilidad es que el sol fue creado el cuarto día, y que
la luz de los primeros tres días provino de la presencia de Dios o alguna otra fuente, como
una supernova. Una segunda posibilidad es que ese día le fueron señaladas sus funciones al
Sol, la luna y las estrellas. Una tercera posibilidad es que el Sol ya existía, pero estaba
oscurecido por nubes o ceniza volcánica, o no fue visible o completamente funcional hasta
el cuarto día. El texto no parece apoyar claramente, ni eliminar ninguna de esas
interpretaciones, aunque esto no impide fuertes opiniones sobre el tema”.

Si leemos Génesis 1 atentamente, no existe tal pluralidad de posibilidades para elegir en


cuanto a la creación del sol. Veamos lo que dice la Biblia que ocurrió el cuarto día de la
creación.

“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día
de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por
lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E
hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el
día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las
estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las
tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto”.
Génesis 1:14-19

Ya que Dios creó el sol el cuarto día, no lo podría haber creado antes de la semana de la
creación. Si ya existía el sol, ¿por qué no existía ya el ciclo noche/día? Si el sol existía antes
del cuarto día, ¿cómo sabemos que todos los otros aspectos de la creación se llevaron a
cabo en sus días respectivos? El firmamento fue ‘hecho’ el segundo día. ¿Cómo podemos
estar seguros de eso? El sexto día, Dios ‘hizo’ las bestias de la tierra. ¿Cómo podemos estar
seguros de que eso en realidad ocurrió el sexto día?

El punto subyacente aquí es éste: cuando aplicamos la alta crítica a la Biblia, destruimos su
autoridad. No debe sorprendernos que Goldstein apoye semejantes ideas erróneas de la
creación. En la revista Adventist Review, 17 de marzo 2011, él escribió: “Sea o no viable
ese razonamiento, los científicos creen que han descubierto ese comienzo. Según la teoría,
hace unos 13 mil millones de años que un estado infinitamente denso, conocido como una
singularidad, ‘explotó’, creando el espacio, el tiempo y la materia, los componentes de
nuestro universo, cada vez más expansivo. Afirman los cosmólogos que han hallado
evidencia para el Big Bang, incluso el ‘ruido’ de fondo de la explosión original. A
diferencia de la evolución darwiniana, que destruye todo lo cristiano, creo que la
cosmogonía Big Bang puede armonizar fácilmente con la fe bíblica. Conforme a lo dicho,
para mí no es un problema incorporar la teoría del Big Bang a mi adventismo”. Clifford
Goldstein, Adventist Review, Mar. 17, 2011, p. 17.

La teoría del Big Bang enseña que hace unos 14 mil millones de años, el espacio, el tiempo
y toda la materia y energía en el universo estaban concentrados en un solo punto, llamado
una singularidad. Ésta explotó, formando hidrógeno y helio, que con el tiempo formaron
galaxias, incluso nuestra galaxia, la Vía Láctea. Con el tiempo, se formó nuestro sistema
solar, y el sol apareció primero. Finalmente, las masas de polvo y piedra que circundaban el
sol se amontonaron para formar nuestro planeta hace unos 4,5 miles de millones de años.

¿Armoniza una teoría tal con las Escrituras? ¿Pueden los adventistas del séptimo día
incorporar una teoría tal en sus creencias sin destruir la autoridad de la Biblia? No, no
pueden.

Con razón el folleto de la Escuela Sabática promueve una tierra antigua, donde el sol existía
antes de la creación en seis días. Así tiene que ser, si uno cree en la teoría del Big Bang.
¿Por qué desearía un adventista armonizar esta creencia con su fe?

Dios nunca nos ha revelado cómo ni cuándo dio origen al universo. Por ese motivo, la
especulación sobre esos asuntos es peligrosa, y menoscaba la Biblia.

Anteriormente, vimos cómo la lección de la Escuela Sabática afirmaba que en realidad no


importa cuán antigua digamos que es la tierra. Eso es un engaño que Satanás quiere que
creamos. Permítanme explicar.

Cuando Dios se le apareció a los israelitas en el Monte Sinaí, les habló los Diez
Mandamientos y los escribió con su propio dedo. En el corazón mismo de esa ley Él nos
dice explícitamente cuánto tiempo le tomó crear los cielos y la tierra.

“Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda
tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu
extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos
y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día;
por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Éxodo 20:8-11

Nótese que éste es el testimonio de Dios mismo sobre el asunto. Él nos dice que creó el
cielo, la tierra, el mar y todo lo que tienen en seis días literales. ¡No lo pudiese haber dicho
más claramente! Los cielos aquí no se refieren al universo entero, según creen algunos. Se
refiere a lo que llamamos la atmósfera y a nuestro sistema solar, donde se encuentran el sol
y la luna. También se refiere a nuestra galaxia, compuesta de las estrellas que creó el cuarto
día. Casi todas las estrellas que vemos a simple vista se encuentran en nuestra galaxia, la
Vía Láctea. La palabra “tierra” significa lo que dice. Se la traduce comúnmente como
“tierra”. Es la piedra que forma el mundo. Es la misma palabra usada en Génesis 1:1, donde
Dios dijo; “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

Como adventistas del séptimo día, no podemos dejar a un lado la Biblia y rechazar el
testimonio de Dios mismo sobre el tema. Si lo hacemos, hacemos a Dios un mentiroso y
menoscabamos la autoridad de su Palabra. Es inevitable que eso debilite nuestra convicción
en cuanto al sábado, ya que está tan estrechamente entrelazado con la creación. Al principio
de este episodio, vimos que en 1978 el presidente de la Asociación General, el pastor
Robert H. Pierson, advirtió a la iglesia que comenzaban a aparecer señales de la alta crítica
en la iglesia. La gente comenzaba a denigrar la inspiración de la Biblia y burlarse del relato
de la creación. Comenzaban a rechazar la cronología corta de la edad de la tierra que
presenta el Espíritu de Profecía. Tristemente se hizo caso omiso a esa advertencia.

En el mismo discurso encargó a los dirigentes diciendo: “Líderes compañeros, amados,


Hnos. y Hnas. ¡no permitan que eso pase! Les suplico esta mañana con toda sinceridad,
¡no permitan que eso pase! Le suplico a la Universidad Andrews, al Seminario, a la
Universidad Loma Linda, ¡no permitan que eso pase!”. Robert H. Pierson, Ministry
Magazine, Dec. 1978, p. 17

Carlos Darwin comenzó cristiano, pero terminó siendo agnóstico. La supuesta evidencia
científica destruyó su fe. Qué pena que muchos maestros adventistas, eruditos y miembros
adventistas van por el mismo rumbo.

En nuestro episodio siguiente:

Durante la reunión de la Asociación General en 1881 fue la primera vez que la Iglesia
Adventista del Séptimo Día consideró el asunto de la ordenación de las mujeres. Lo cierto
es que nunca fue adoptado. A partir del 1968, el asunto de la ordenación de las mujeres se
ha tornado en un tema cargado de emotividad, discutido con vehemencia que ahora
amenaza a la iglesia en varios frentes. El primero es la unidad de la iglesia. Poco después
vimos que los homosexuales usaban los mismos argumentos para obtener la igualdad en la
sociedad. La implicación es que si nacieron homosexuales, no se los puede tener por
responsables si practican la homosexualidad. La gente puede justificarse al hacer caso
omiso de estos versículos, tal como hacen con la ordenación de las mujeres, pero al final…
Demasiado tarde la gente de Sodoma aprendió cuán impíos eran sus caminos. ¿Ocurrirá lo
mismo con los que desean que se acepte la homosexualidad en la iglesia?

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