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TEMA CENTRAL
si tiene alas es un ángel. Al final, ningún
construcción de personaje alcanza el tercer estadio y el ser
alado escapa volando.
la Otredad en
PALABRAS CLAVE:
“Un señor muy Otredad, Polifonía, Bajtin, Villoro, García-
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bles de caer bajo categorías y valo- de un dormitorio y un momento
res familiares, dentro del marco de después lo encontraban en la coci-
nuestra figura del mundo” (Villoro, na” (García, 1998:19). A pesar de que
1998:156). Pelayo y Elisenda se acer- el título del cuento programa la lec-
can a este ser y detenidamente lo tura como un ser humano –un señor
observan, lo “cosifican” y sacan con- muy viejo– Pelayo y su esposa no
clusiones: “[Ellos] se sobrepusieron encuentran problema en someter a
muy pronto del asombro y acabaron este ser a condiciones infrahumanas
por encontrarlo familiar. Entonces ya que para ellos nunca deja de ser
se atrevieron a hablarle, y él les una “cosa”; por eso cuando desapa-
contestó en un dialecto incompren- rece deja de ser el estorbo que ha
sible pero con una buena voz de sido: “Elisenda exhaló un suspiro de
navegante. Fue así como pasaron descanso, por ella y por él, cuando lo
por alto el inconveniente de las vio pasar por encima de las últimas
alas, y concluyeron2 con muy buen casas; sustentándose de cualquier
juicio que era un náufrago solitario modo con un azaroso aleteo de bui-
de alguna nave extranjera abatida tre senil... ya no era un estorbo en su
por el temporal” (García, 1996:12). vida, sino un punto imaginario en el
Luego Pelayo armado de su “garrote horizonte del mar” (García, 1998:20).
de alguacil” lo encierra en el galli-
nero. Para estos personajes, este ser “El hablante en la novela es siempre,
nunca supera su categoría de “cosa”. en un grado u otro, un ideólogo y sus
Con gran ironía el narrador hace el palabras son siempre ideologemas.
insidioso comentario que como el Un particular lenguaje en la novela
niño se curó de su fiebre –“milagro” es siempre una forma particular de
adjudicado al nuevo ser– se sienten ver el mundo, uno que acarrea rele-
“magnánimos” y lo van a abandonar vancia social3” (Baktin, s/f:333). Una
a su suerte en altamar. Al no poder voz con gran fuerza en este cuento
enfrentarse a la muchedumbre que es la de la “vecina sabia”, de hecho
se acercó para ver al “ángel” deciden es la única voz tan potente y fuerte
sacar provecho y cobrar; luego de
esta literal explotación construyen 3. “The speaking person in the novel is
always, to one degree or another , an ideo-
una nueva casa de habitación donde logue and his words are always ideologeme.
“el ángel andaba arrastrándose por A particular language in a novel is always
a particular way of viewing the world,
one that strives for a social significance”
2. El énfasis es mío. (Bakhtin, s/f:333).
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saludo en latín, salta la “primera
sospecha de su impostura”, ade-
más le resulta demasiado humano Una voz silente
y “nada de su naturaleza miserable Otras figuras también aparecen en
estaba de acuerdo con la egregia esta historia: el pueblo, el hijo de
dignidad de los ángeles” (García, Pelayo y Elisenda, la mujer araña,
1996:14). Por lo que en una postu- pero estos también comparten el
ra maniquea decide que no puede primer estadio de reconocimiento.
ser un ser enviado de Dios, por Surge la pregunta ¿puede el ser de
lo tanto, sin vacilación, decide que alas grandes considerarse una voz
es demoníaco. “Les recordó que el más, aunque sea silente? El vence-
demonio tenía la mala costumbre dor tiene derecho a narrar la histo-
de recurrir a artificios de carna- ria, en este caso este ser que tuvo la
val para confundir a los incautos. mala fortuna de caer en el lodazal
Argumentó que si las alas no eran el de Pelayo es sometido a condicio-
elemento esencial para determinar nes infrahumanas (“el tiempo se le
las diferencias entre un gavilán y un iba en buscar acomodo en su nido
aeroplano, mucho menos podían prestado, aturdido por el calor de
serlo para reconocer a los ángeles” infierno de las lámparas de aceite
(García, 1996:14). Según Villoro, el y las velas de sacrificio que le arri-
padre Gonzaga también estaría en el maban a las alambradas” [García,
primer peldaño del reconocimiento 1996:15]), a maltratos (“le abrasaron
del otro. Si este “ángel” no se parecía el costado con un hierro de marcar
a la idea de ángel que él tenía, y “no novillos”) y a ser visto no como “una
puede reducirse a nuestra figura del criatura sobrenatural sino como un
mundo, [entonces] es aquello que la animal de circo” (García, 1996:13). Su
niega, su ‘reverso’. Si el sentido de la otredad es interpretada, los sonidos
historia es el triunfo del cristianis- que emite nunca son comprendidos.
mo, si su marcha está regida por el Pero volviendo a la pregunta inicial,
designio de la Providencia, lo irre- en términos estrictos no es una voz
ductible al cristianismo sólo puede porque nunca habla (de manera
ser lo que contradice ese designio. Y comprensible para los otros); sin
el contradictor tiene, en nuestra tra- embargo, físicamente es una pre-
dición cultural, un nombre: Satanás. sencia que altera y cambia el orden,
La cultura del otro, en la medida por lo menos por un tiempo, del
en que no pueda traducirse a la pueblo. El ser de esta historia en