Está en la página 1de 1

SIETE MANERAS DE HACERSE DAÑO

1. La inferencia arbitraria:
Es sacar conclusiones sin pruebas.
2. La abstracción selectiva:
Retener más que un detalle y olvidar lo esencial; por ejemplo mi jornada de trabajo
ha sido buena. He conseguido cerrar varios contratos. Al final de la jornada recibo
una llamada telefónica de un cliente descontento. Me digo que no soy competente.
Eso me aplasta y me pone triste, porque he retenido solo la experiencia negativa,
olvidando tomar en cuenta todo el resto de la jornada.
3. La generalización:
Generalizamos cuando convertimos en regla un acontecimiento aislado, cuando
nuestros pensamientos incluyen palabras como “siempre”, “jamás”, “nadie”, “todo
el mundo”, “cada vez que…” Si pienso: “Cada vez que he dicho lo que pensaba, se
sido rechazado”, me equivoco necesariamente al generalizar. Pensarlo me pondrá
triste. Es forzoso que alguna vez haya dicho lo que pienso y haya sido
comprendido(a).
4. Minimización de nuestros triunfos:
Por ejemplo, si pienso que he superado una entrevista de trabajo porque no
debían tener a ninguna otra persona a mano, le he dado un enorme navajazo a la
alegría que sentí al salir de la entrevista.
5. Maximización de nuestros fracasos:
Cuando me digo: “He fracasado en esta entrevista de trabajo porque no valgo
nada”, transformo mi decepción pasajera en desaliento, en tristeza, en impotencia.
6. La personalización:
Cuando pienso que todo lo que pasa a mi alrededor me va dirigido, que tal colega
habla hasta por los codos expresamente para fastidiarme.
7. El pensamiento dicotómico:
Es verlo todo en plan de todo o nada. Si interpreto el hecho de que alguien no me
haya saltado a los brazos como la traducción de que no me quiere, razono sin
matizar, eso me herirá, me pondrá triste, me hará experimentar cólera.

Nuestra manera de pensar respecto de los acontecimientos, pueden arrebatarnos


hasta el gusto de vivir.

También podría gustarte