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1. Importancia de la escucha activa en nuestra formación profesional.

Percibir el verdadero mensaje implícito en lo que comunican los clientes con su lenguaje verbal y
corporal puede marcar la diferencia entre ser un excelente profesional que se gana fácilmente su
confianza o ser solo uno del montón, pues la escucha efectiva nos hará conocer la verdadera
necesidad de nuestros clientes para lograr su satisfacción con nuestro trabajo.

Saber escuchar es muy importante en la comunicación, y aunque no lo parezca, en muchas


ocasiones pasamos mucho tiempo pendientes de lo que nosotros pensamos y de lo que nosotros
decimos en vez de escuchar activamente al otro.

La escucha activa no es escuchar de manera pasiva, sino que se refiere a la habilidad de escuchar no
sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o
pensamientos que subyacen a lo que se está intentando expresar. En la escucha activa, la empatía
es importante para situarse en el lugar del otro.

Por esto, existen dos elementos que facilitan la escucha activa, son los siguientes:

Disposición psicológica, la preparación interna es importante, estar en el momento presente,


prestar atención constante y observar al otro: identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y
los sentimientos.

Expresión de que se está escuchando al otro interlocutor con comunicación verbal, en lo que se
conoce como la función fática del lenguaje (ya veo, umm, uh, etc.) y el lenguaje no verbal (contacto
visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
2. Determine cuáles son las dificultades que se dan en la escucha activa.

• Oír no es lo mismo que escuchar: escuchar es mucho más que oír. Es oír con los sentidos
enfocados a lo que la otra persona nos dice, para ser capaces de entender

• Perdernos en divagaciones mentales: las personas somos capaces de pensar mucho más rápido
de lo que somos realmente capaces de escuchar y también más rápido de lo que somos capaces de
hablar.

• No evitar distracciones ambientales: son barreras en la comunicación que impide realizar una
escucha activa. Podría ser como una falta de respeto hacia tu interlocutor.

• Centrarnos en lo menos importante: A veces estamos escuchando a alguien, y terminamos dando


mayor importancia y centrando nuestra atención en pequeños detalles de la conversación que nada
tiene que ver.

• Interrumpir: No puede ser que interrumpamos constantemente a quien se sienta frente a


nosotros para exponernos su opinión sobre algo.

• No dejo de hablar: Si en realidad no quieres escuchar lo que los demás tienen que decirte no
preguntes.

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