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Se trataba de una disciplina que se ocupaba de los principios en virtud de los cuales
debería guiarse la acción de las autoridades encargadas del manejo de los asuntos
considerados como públicos. Sin embargo, con la aparición del Derecho
Administrativo, la Ciencia Política y la Administración de Negocios, entre otras, su
objeto de estudio fue asumido por estas disciplinas y su campo de influencia
desplazado o suplantado, presentándose a finales del siglo XX como una disciplina de
difícil identidad.
• OBJETIVOS
Hablar del Pensamiento Administrativo Público es algo complejo además que, hasta
ahora, se ha prestado para muchas discusiones y controversias dado que ha sido
difícil establecer la naturaleza, objeto de estudio y definición de la administración
Pública, ya sea como ciencia, disciplina, arte u oficio.
A pesar de lo anterior, muchos autores de diferentes partes del orbe en los últimos
200 años, han realizado esfuerzos y variados tipos de aproximaciones para ubicar la
Administración Pública en alguna de las anteriores perspectivas, recurriendo a la
relación que tiene con la política, la sociología, la filosofía y el derecho, entre otros.
De acuerdo con lo anterior, la primera parte del módulo recoge el origen y evolución
del pensamiento administrativo público en el Estado Capitalista, resaltando que la
administración pública moderna parte del Estado Absolutista, identificando las
condiciones que se dieron para su futuro desarrollo. Así mismo, se expone el
pensamiento de los clásicos que permitieron dar sus fundamentos.
CONTENIDO
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1. ORIGEN DEL PENSAMIENTO ADMINISTRATIVO PÚBLICO A PARTIR DEL
ESTADO CAPITALISTA...........................................................................................5
Temas de investigación: 14
Evaluación: 14
Bibliografía: 14
Temas de investigación: 47
Evaluación: 47
Bibliografía: 47
Temas de investigación: 82
Evaluación: 82
Bibliografía: 83
3
3. ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y GESTIÓN PÚBLICA....................................114
4
gobernar, establecieron sus respectivas formas de administrar; cuestión que configura
las primeras manifestaciones de la administración pública, frente a los Estados
modernos, con organizaciones muy complejas. A continuación se describirá
brevemente algunos casos que sirven de referencia, con la intención de dejar claro
que en la antigüedad existieron formas administrativas públicas, de acuerdo con el
desarrollo de los pueblos, que quedaron escritas y otras transmitidas por medio oral,
las cuales emergieron por los estudios arqueológicos, antropológicos, sociológicos o
por otras ciencias.
En la India surge el imperio Mauryan (324 al 187 a.C) época en que aparece el
Arthasastra (escrito entre el 321 y 296 a. C) del cronista hindú Kautilya, el cual
consiste en un resumen enriquecido de otros textos producidos entre los siglos VI al
IV a.C. que en palabras de su autor “este Arthasastra, ciencia de la política, ha sido
elaborado como compendio de todos aquellos Arthasastras que, como guías de los
reyes para adquirir y mantener la tierra, fueron escritos por antiguos maestros” 1. Esta
obra ha sido considerada como el primer texto escrito sobre administración, además
que su enfoque es muy similar al moderno, en el sentido de ver la administración
como una disciplina aplicada a los problemas gubernamentales.
En el medio oriente, los Árabes durante varios siglos d.C produjeron textos sobre los
problemas de la administración en las diferentes formas de gobierno. Dentro de los
más sobresalientes se menciona Espejos de Príncipes que pretende una enseñanza
politico-administrativa para el soberano y sus altos funcionarios. Otr4o famoso texto
es Introducción a la Historia Universal, Ibn Jaldúm, en el siglo XIV, donde desarrolla
aspectos relacionados con la transformación de la administración durante los cambios
de los imperios islámicos frente a las dos formas de regímenes políticos: el Califato y
el Sultanato.
En la China se escribe el libro de los Exámenes que trata sobre la formación de una
de las burocracias más grande de la antigüedad; además de los cinco King que
establece las normas de comportamiento de las diferentes capas sociales.
1
“Arthasastra”. Revista de Administración Pública (RAP) núm. 54. Pág. 403.
5
El imperio Egipcio, contó con una organización administrativa suficientemente
desarrollada que les permitió construir las famosas pirámides, las cuales requerían
de un desarrollo de la ingeniería y una gama de técnicas organizativas al nivel de los
gobernantes.
2
La Monarquía absoluta se estableció en Europa entre los siglos XVI al XVIII, no de una manera uniforme, sino
más bien con diferentes altibajos
3
GUERRERO OROZCO, Omar. La administración pública en el Estado Capitalista. Segunda parte. Capítulo VII:
De la monarquía absoluta al Estado capitalista. Barcelona. España : Fontamara, 1981. P. 141 – 150
6
La monarquía absoluta es un Estado capitalista porque ha sido engendrada en el
modo de producción capitalista; precisamente es la etapa formativa del Estado
capitalista. En el Estado absoluto son construidas las condiciones sociales sobre las
cuales se levantará el poder político del capital, acontecimiento que tiene lugar hacia
fines del siglo XVIII cuando la burguesía despeja su propia incógnita como clase
políticamente dominante. La monarquía absoluta es el primer Estado capitalista y, por
tanto, se encuentra en una fase transitoria entre el feudalismo en un proceso de
unificación política y centralización administrativa, mediante el cual se integran las
bases para la edificación de la sociedad civil como nación. Realizado este cometido
entre los siglos XVI y XVIII, la monarquía absoluta deja su lugar al Estado capitalista
moderno.
Con la caída de Bizancio en 1453 desaparecen las fuerzas no patrimoniales que dan
vida a un Estado centralizado, basado en el desarrollo de elementos burocráticos;
esto es, el desarrollo económico y social de Roma y Bizancio fue posible por la
existencia de elementos no asiáticos, que bloquean la tendencia patrimonializadora
del modo de producción asiático. Tal es la clave de su avance. Por tanto, ni China, ni
India, ni el Imperio Otomano tuvieron la capacidad de desarrollar elementos
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burocrático, sino únicamente patrimoniales. Por esta razón, en el siglo XVI el modo
de producción asiático llega al tope del crecimiento de sus fuerzas productivas y al
límite de su capacidad política y administrativa.
Tal es la causa de que el deslumbrante Imperio Otomano, como etapa superior del
despotismo oriental, sea a la vez su última y regenerada manifestación. Con la
sociedad otomana, el modo de producción asiático concluye, también con respecto a
la administración, su papel histórico; se convertirá en un fósil viviente. El despotismo
oriental, con sus últimas manifestaciones de la historia de Oriente a Occidente. La
esclerosis económica se disemina en un cuerpo social enfermo y el Estado queda
paralizado. La administración pública oriental llega a su clímax y no avanza más; ha
desaparecido la burocracia, ha triunfado el elemento cortesano.
El despotismo oriental es como una serpiente que se devora desde la cola; sin
fuerzas productivas, sin fuerzas sociales, no se restaura sino a base de devorarse a sí
mismo. Las revoluciones de palacio, las turbulencias dinásticas, son incapaces de
estimular un cambio en la base. El Estado oriental, otrora poderoso ente político que
se erigía como fuerza económica vital, se convierte en un parásito incapaz de realizar
sus propias funciones. Las relaciones de producción, sobre las cuales se edificó el
despotismo oriental, no entran en contradicción con fuerzas productivas estacionarias:
No hay contradicciones ni cambios.
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Sin contradicciones, sin cambios, la sociedad oriental se detiene. Las clases yacen
estereotipadas en el velo denso de la fuction publique. El despotismo oriental se ha
modificado; entre la sociedad y el Estado y las relaciones de producción no hay
contradicciones y, el desarrollo de antaño perceptible, cae a un movimiento circular,
cíclico, enviciado.
La monarquía absoluta constituye la etapa formativa del Estado capitalista y, como tal,
un proceso constructivo que tiene lugar a base de otro proceso, pero destructivo. Es
decir, como período constructivo del Estado capitalista, la monarquía absoluta es
edificada a base de liquidar al feudalismo. Este proceso, iniciado en el siglo XVI,
durará hasta el siglo XVIII en que la burguesía comienza a establecer regímenes
republicanos. Esta etapa, por tanto, es una época de expropiación y consolidación.
Tan luego como la estructura económica feudal fue puesta en crisis y el Estado
absoluto demandó el monopolio de los medios de administración, la administración
pública, recientemente integrada por comisarios, inició la etapa de expropiación de
aquello que estaba en manos de los propietarios privados. Fue en Francia donde
este proceso se manifestó en su forma más pura. El conflicto latente entre el rey la
aristocracia terrateniente, que tiene principalmente lugar en los grandes cuerpos
colegiados y las localidades, también incluye la administración central del monarca.
El ejército, las finanzas y otros ramos, pasan a ser un monopolio del soberano y, a su
vez, el control de la administración pública, está la centralización gradual a que es
sometida toda la organización del Estado.
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persistencia de elementos probendarios en la mayoría de los oficios ocupados por la
aristocracia terrateniente. Pero no sólo Francia y Prusia conocen la institución
comisarial; también España, durante los borbones, Dinamarca, Suecia e Inglaterra
emplean comisarios como instrumentos del absolutismo regio.
Y bien, ¿cuál es la obra del Estado absoluto? Su obra, a la par de destruir los
poderes feudales, consistió esencialmente en restaurar el despotismo oriental, pero
modificado, adaptado a las condiciones históricas capitalistas de la nueva sociedad,
La obra del ancien régime consistió en liquidar el feudalismo y crear la centralización
política; tales condiciones fueron creadas primero en Francia donde han sido borrados
los poderes señoriales y liquidadas todas las fronteras interiores; donde la
centralización absolutista ha depuesto los poderes dispersos de feudatarios y
ministeriales.
Sólo ahí donde estuviera del todo ausente el feudalismo, donde el Estado implicara
unidad política, hegemonía de poder y unidad territorial, la burguesía estaba en
condiciones de pugnar por el control directo del Estado. En aquellas sociedades en
las cuales el feudalismo aún persistía, donde los campesinos aún estaban sujetos a la
tierra y la corvée, donde aún existían privilegios de poder e islas de autonomía
territorial, el Estado absoluto, el antiguo régimen, hasta ese momento no habían
cumplido su misión histórica; en ellos, no hay condiciones para revolución burguesa.
10
El Estado capitalista moderno existe ahí donde el Estado absoluto ha establecido la
unidad política y la centralización administrativa y, por tanto, ha desaparecido; el
requisito del Estado capitalista moderno es la centralización política y administrativa; y
es la centralización, obra de la administración comisarial absolutista, la que expropia
el poder y los medios de administración de manos de los más variados depositarios.
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Resumiendo los elementos principales en el desarrollo histórico de la administración
pública, hasta llegar al presente, puede afirmarse que consisten en formas de
organización, procedimientos decisorios y unidades orgánicas. Las formas de
organización son el patrimonialismo y la burocracia; los procedimientos decisorios son
la colegialidad y la monocracia; las unidades orgánicas son el oficio y la comisión. Es
su combinación o exclusión lo que explica las modalidades estructurales y funcionales
que adopta la administración pública en un momento histórico determinado.
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el personal público ha llegado a constituir un servicio civil e, inclusive, lograr cierto
derecho de cargo, el Estado capitalista moderno se ha cuidado de no reconocer la
propiedad vitalicia y hereditaria de los puestos públicos. La administración pública
estimula el sentimiento de prestigio de los funcionarios, pero no reconoce
prerrogativas señoriales; auspicia el espíritu de servicio, pero no somete a sus
funcionarios a una calidad servil. La administración pública capitalista es, en suma, el
producto más acabado de cuantas formas de organización administrativa se han dado
en la historia. En ella encontramos todos los avances históricos del despotismo
oriental, del Imperio Romano, de las monarquías medievales y del Estado absoluto; la
administración pública moderna es la forma superior porque es el resultado de siglos
de avance, el producto final y más elevado de organización gubernamental.
Temas de investigación:
Evaluación:
Bibliografía:
13
MONTENEGRO, Walter. Introducción a las doctrinas político económicas. Cap.
Liberalismo. Septima reimpresión. México D.F. México. 1990. P. 30 – 60.
ARISTÓTELES. La Política. Cualquier edición.
Textos sobre la historia de la edad media y moderna.
Una de las primeras manifestaciones, más sistemáticas, que hace parte de los
orígenes de la administración pública moderna es la denominada Ciencias de la
Policía, considerada por muchos como una disciplina, se calcula su nacimiento y
desarrollo entre los siglos XVI y XVIII, principalmente en Alemania, Francia y España.
Los primeros autores entendieron por “policía” no una institución o mecanismo que
funciona dentro el Estado, sino una tecnología gubernamental característica del
Estado; dominios, técnicas y objetivos donde interviene el Estado. Hay una obra,
Monarquie Aristodemocratique escrita por Turquet de Maynne, que presentó como un
programa posible a los Estados Generales Holandeses, (pero en realidad para
muchos estudiosos fue considerado como un programa – utopía) en el que mezcla
democracia y la aristocracia, pero en el fondo se trata es del mantenimiento de la
monarquía.
La organización del Estado, en dicha obra, supone cuatro ramas. Cada cual bajo la
responsabilidad de un funcionario: justicia, ejército, tesorería y policía. A ésta última
Mayenne le asigna, entre otros aspectos, un papel moral, ya que debe promover: la
caridad, modestia, lealtad, dedicación, cooperación amistosa y honestidad. El
esquema organizativo del Estado comprendería varias juntas dedicadas a la
administración pública; dos para atender a las “gentes”; y otras tantas para dedicarse
a las “cosas”: La primera junta para la gente, dedicaría su esfuerzo a la vigilancia de
los aspectos “positivos, activos y productivos de la vida”; la segunda, se dedicaría a
aspectos “negativos de la vida” y, las juntas para las cosas, la primera se dedicaría a
los asuntos concernientes a las mercancías y bienes manufacturados; la otra,
administraría el dominio o territorio.
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Foucault, uno de los comentaristas de la obra, quien estima que la Policía es una
forma racional de la acción del Estado que administra el poder político sobre los
hombres, considera que la obra en mención, está relacionada con los debates en
esos momentos sobre la razón del Estado y su organización administrativa. El
comentario sobre la obra se justifica dado que a pesar de ser considerada una utopía,
implica un caudal teórico de su tiempo y un producto de su época.
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El tránsito del uso de la voz policía hacia el vocablo administración se había iniciado a
mediados del siglo XVIII, como se observa la obra de Von Justi (traducción francesa)
pero, entre otros autores relevantes, que generan la transición entre la Policy y el
desarrollo de la administración son Lorenz Von Stein, cuya Teoría de la
Administración (Die Verwaltungs-Lebre) se publico hacia 1864, cuando prácticamente
la ciencia de la policía se encontraba en vía de extinción; y Charles-Jean Bonnin,
quien en 1808, le dio un contenido distinto del que tuvo la policía, y le agregó
significativamente el calificativo de pública, época en que se encuentra emergiendo
los regímenes constitucionales.
Por otra parte, hay autores que han dado un nuevo y renovado tratamiento a la
ciencia de la pólicy, cuyo estudio se ha referido a la investigación aplicada de los
problemas sociales y los resultados de los procesos políticos. Aquí se muestra una
gran preocupación por los elementos que la definen, agrupándolas en dos: La Pólicy
como curso de acción y, otra, como la acción misma; en términos simbólicos, una
como la causa y la otra como el fluido. Con base en estas vertientes y aportes de
distintos autores, Omar Guerrero plantea los múltiples problemas que hay que
resolver con fines explicativos y prácticos.
La policía es una disciplina que nació, se desarrolló y feneció entre los siglos XVI y
XVIII, principalmente en Alemania, Francia y España; irónicamente, en la Alemania de
entonces no triunfó la monarquía absoluta y los poderes feudales impusieron la
organización de frágiles reinos en los que la centralización estuvo ausente, lo que
hace pensar a los contemporáneos5 sobre la paradoja de que fueran esencialmente
4
Omar Guerrero Orozco. Introducción a la Administración Pública. Universidad Nacional Autónoma de México.
México. Concepto de Ciencia de la Administración.
5
Sobre ésta paradoja ver Foucault, Origen de la tecnología y la razón de Estado. p 7.
16
alemanes sus autores. “Lo que ellos entienden por “policía” no es una institución o
mecanismo que funciona dentro el Estado, sino una tecnología gubernamental
característica del Estado; dominios, técnicas, objetivos donde interviene el Estado.
La organización del Estado supone cuatro ramas, cada cual bajo la responsabilidad
de un funcionario: justicia, ejército, tesorería y policía. Si recordamos que la región
de los Países Bajos fue parte de la Corona Español durante el siglo XVI, veremos que
la partición cuatripartita de las funciones públicas puede tener una inspiración
peninsular, ya que fue en España donde se dividió la función pública en cuatro
causas: justicia, guerra, hacienda y policía; el paralelo es muy grande, salvo el caso
de la policía, a la que Mayenne le asigna un papel moral, ya que debe promover: la
caridad, modestia, lealtad, dedicación, cooperación amistosa y honestidad.
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Foucault considera que el ambiente teórico en el cual se escribió esta obra está ligado
a los debates sobre la razón de Estado y la organización administrativa del mismo,
toda vez que Mayenne nos ilustra sobre tres puntos:
b) “La policía incluye todo, pero desde un punto de vista extremadamente particular.
Los hombres y las cosas son visualizados tanto como sus relaciones: los hombres
que coexisten en un territorio, sus relaciones con la propiedad, lo que producen
enfermedades y accidentes que puedan sobrevenirles. Lo que busca vigilar la policía
es un hombre vivo, activo, productivo. Turquet emplea una expresión notable: el
verdadero objeto de la policía es el hombre”.
c) Es una intervención totalitaria del Estado en la vida del hombre, que tiene dos
finalidades: primero, se dirige hacia lo que produce la ciudad “adorno, forma y
esplendor”. Este último no es únicamente un criterio estético, sino igualmente político:
se refiere a la fuerza y vigor del Estado. Segundo, la policía fomenta el trabajo, las
relaciones de intercambio y la ayuda mutua entre los hombres. A esto Turquet llama
“comunicación” y ella ha de ser asegurada por la policía, porque ello evita que la vida
de los hombres sea pobre y precaria.
Foucault considera que la policía es una forma racional de la acción del Estado que
administra el poder político sobre los hombres; agrega: “proporciona a los hombres
vida adicional y al Estado fuerza adicional, gracias al control de la comunicación, es
decir, las actividades comunes como el trabajo, intercambio y producción”; las ideas
vertidas en este proyecto-utopía –lo que aspira en relación con lo necesario para
lograrlo- no es letra muerta, y como lo menciona Foucault: en los siglos XVII y XVIII
se extendieron a “políticas aplicadas” por la vía de la cameralística y el mercantilismo,
de un lado; y por la polizewissenchaft alemana (ciencia de la administración enseñada
en Alemania), del otro.
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ambos autores se refieren a una monarquía absoluta consolidada frente al
feudalismo, gracias al empleo de la fuerza armada, el sistema judicial y el mecanismo
fiscal; es decir, “éstos fueron los modos mediante los que se manejó tradicionalmente
el poder”.
Por esto, Delamare declara que la policía tiene como propósito al hombre y su
felicidad en este mundo, pero también del otro, por lo cual ahora debe cuidar y
alimentar su cuerpo, así como incrementar sus satisfactores. La policía, pues, se
relaciona con todo aquello que deriva como beneficio de la vida en la sociedad.
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acceder a las mercancías a través de la agricultura, industria y comercio. Willebrandt,
por su parte, menciona la moral, comercio, oficios, salud, seguridad y construcción y
planeación urbana.
VON JUSTI
El más relevante pensador de esta ciencia es Von Justi, no sólo por su calidad, sino
por ser el enlace entre la antigua ciencia, la policía y la moderna la administración. Su
libro Elements of police está formado y capitulado por contenidos que varían de los
textos precedentes, pero conservando la idea fundamental de la vida en la sociedad.
20
Comienza Foucault refiriéndose a la propiedad predial del Estado, es decir, a su
territorio, se interesa en la forma del asentamiento de la población desde un doble
ángulo, tanto de la oposición campo-ciudad, como de quienes lo habitan en sentido
demográfico: número, crecimiento, movilidad, mortalidad, migración; luego estudia la
propiedad, en la que incluye mercancías, manufacturas, circulación, crédito y moneda;
y concluye abordando la conducta de los habitantes, su moral, ocupaciones,
honradez, etc. Foucault opina que esta obra es mucho más avanzada en el concepto
de policía que la de Delamare, y lo argumenta basándose en dos puntos:
Primero: Señala que en Von Justi es más clara la paradoja fundamental de la policía;
la policía, expresa él, “es lo que capacita al Estado para incrementar su poder y
ejercer su fuerza al máximo. Por una parte, la policía tiene que mantener felices a los
ciudadanos, entendida la felicidad como supervivencia, vida y vivir mejor. Define
perfectamente lo que creo es el propósito del arte moderno de gobernar, o
racionalidad estatal: es decir, desarrollar los elementos constitutivos de la vida de los
individuos, de tal modo que su desarrollo nutra a su vez el desarrollo de la fuerza del
Estado”; por la otra, Von Justi distingue entre esta función, a la que llama polizei,
policía, y die politik, la política, a la que asigna una tarea fundamentalmente negativa.
“Die politi k consiste básicamente en lucha del Estado contra sus enemigos internos y
externos. Polizei, de cualquier modo, es una tarea positiva que nutre por igual la vida
de los ciudadanos y la fuerza del Estado”.
Dicho sea, antes de concluir esta parte, que no está de más comentar que el término
policía, tal como se usó antaño, debe ser reivindicado, lo mismo que otro que le está
emparentado, a saber, “razón de Estado”, y que sufrieron un proceso de desgaste y
un uso finalmente peyorativo. Los dos términos como formas instrumentadas del
ejercicio del poder estatal, y a la vez, como una racionalización de ese poder, nos son
útiles no sólo para valorar una ciencia de la administración fenecida, pero que ha
dejado huella; sino también para la ciencia de la policía que ha vuelto a ser útil para
recordarnos las prácticas racionales del Estado. Recordemos, igualmente, que “la
doctrina de la policía define la naturaleza de los intereses en la actividad racional de
Estado; define la naturaleza de los propósitos que persigue, la forma general de los
instrumentos involucrados”.
Es muy clara la filiación absolutista de la ciencia de la policía, toda vez que se trata de
la ciencia de la administración del Estado absolutista; sin embargo, la muerte de la
monarquía absolutista no implica la muerte de la ciencia de la policía; perecería como
una disciplina relativa a esta monarquía absolutista, pero se transformaría en una
ciencia del Estado liberal: la ciencia de la administración. Esto debe ser explicado.
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El Estado moderno capitalista ha tenido un desarrollo histórico en el cual las fuerzas
internas que lo nutren han vivido diferentes relaciones, conforme la aristocracia y la
burguesía se disputaban la hegemonía; entre los siglos XVI y XVIII era la primera la
que imperaba sobre la segunda, por tanto, la ciencia de la policía estuvo al servicio de
un Estado, cuya forma, de acuerdo con esa relación de fuerzas, era absolutista;
desde el siglo XIX el poder pasó a la segunda, constituyéndose el Estado liberal, y
entonces la ciencia de la administración estuvo a su servicio. En este proceso
histórico, los aportes de la ciencia de la policía fueron mantenidos en beneficio del
nuevo Estado, conservándose lo útil y desechándose lo inservible. Como vimos, fue
Von Justi quien lo inició en Alemania permitiendo el paso de la ciencia de la policía a
la ciencia de la administración de Von Stein entre el siglo XVIII y el XIX, justo cuando
Alemania transcurría de la monarquía débil, a una fuerte. Pero no fue en esa orilla
del Rhin, sino en la ribera opuesta, donde la conversión fue más radical, desafiante y
completa, y correspondió a Bonnin hacerlo, creando una nueva ciencia de la
administración en la cual fueron fundidos los viejos elementos de la ciencia de la
policía con los nuevos de la ciencia de la administración. El movimiento se expandió
a dos países de fuerte tradición administrativa, Italia y España; de esta última pasó a
México y otros países latinoamericanos.
22
relaciones con la sociedad a la cual administra, cómo la domina y dirige, y las que
incumben a su propia conservación.
23
servidores públicos: era parte del tejido inherente al ritual de sus actividades
cotidianas. No tenía aún la altura suficiente para ser conceptuada, de modo que la
fortuna académica le correspondió a una voz emparentada: policía.
Desde su origen y hasta el siglo XVII, lo administrativo estuvo confundido con otras
materias gubernativas como la justicia, la economía, las finanzas, y aun con aquello
que los alemanes llamaban arte del Estado (Staatskunst). Por este motivo, cada
organización del gobierno tenía una índole plurifuncional y realizaba al mismo tiempo
actividades administrativas, económicas, jurisdiccionales y financieras. Hacia el siglo
XVIII, un movimiento administrativo conocido como cameralismo inundó Europa e
incitó una fuerza intelectual de definición de lo propiamente administrativo a través de
la policía. Fue entonces que lo administrativo adquirió autonomía y posibilitó un
desarrollo científico autónomo.
Por otro lado, los fenómenos políticos han sido de antaño un tema de gran interés
para la administración pública desde la época de Platón y Aristóteles. Sus obras
clásicas, tituladas respectivamente Politeia y Política, tratan de la polis, entonces
referida al Estado y la ciudadanía. Ambos términos: política y Politeia,
permanecieron en la civilización occidental como herencia de la cultura helénica.
Entre los griegos, política denotaba las cosas inherentes a la polis, en tanto que
Politeia significaba la organización gubernamental específica en ella instituida. La
cultura románica asimiló a la Politeia y la transformó en politia, legándola a los
idiomas europeos como policía, police, policey y policy, en español, francés, alemán e
inglés, respectivamente.
En Alemania, a mediados del siglo XVIII, Johann Heinrich Von Justi diferenció policey
de otros fenómenos gubernamentales, como la economía, las finanzas y la política 8, y
así facilitó la definición primigenia de lo que después fue la administración. De aquí
también surgió la ciencia de la policía (Policey-Wissenschaft) como eje de los estudios
administrativos, que entonces se conocían como ciencias camerales. La ciencia de la
policía era la disciplina cuyas enseñanzas estaban destinadas a preparar a los
estadistas y los funcionarios públicos para comprender el modo de incrementar el
poder del Estado y acrecentar sus fuerzas interiores.
Esa disciplina se siguió cultivando en Alemania hasta bien entrado el siglo XIX, como
se puede constatar en el libro de Robert Von Mohl La ciencia de la policía (Die
Policey-Wissenschaft, cuya primera edición se remonta a 1832, y que volvió a
imprimirse en 1866)9. Sin embargo, la ciencia de la policía se encontraba en vía de
8
El título de la obra en alemán es: Johann Heinrich Gottlob VON Justi, Grundätze der Policey-Wissenschaft,
Gotinga im Verlangs der Vitwe Vandenoef, 1756. Esta obra fue traducida al francés como Éléments généraux de
police, chez Rozet, Libraire, rue S. Severin, a la Rofe d?or. 1769, París, y al español como Elementos generales de
policía (Eulalia Piferrer, Ciuda, Impresora del Rey nuestro Señor, Plaza del Ángel, Barcelona, 1784).
9
Robert VON MOHL, fue el último gran cultivador de la vieja ciencia de la policía. Su libro se tituló en alemán: Die
Policey-Wissenschaft, Verlang der H. Laupp?fchen Buchhandlung, Tobinga, 1866, tres tomos.
24
extinción, pues ya estaba activo Lorenz Von Stein, cuya Teoría de la Administración
(Die Verwaltungs-Lebre) se había comenzado a publicar en 1864 10.
Sin embargo, el tránsito del uso de la voz policía hacia el vocablo administración ya se
había iniciado a mediados del siglo XVIII, como se observa en la traducción francesa
de la obra de Von Justi. En efecto, al referirse a la policía como una fuerza que
incrementa el poder del Estado, utiliza el vocablo administración con referencia a la
necesidad de hacer un uso inteligente de los recursos económicos y financieros 11.
Pero la muestra más nítida del cambio se ofreció posteriormente: un autor anónimo
explicaba en 1786:
Bonnin creía que la administración es la que forma la acción propiamente del Estado,
pues abraza todo lo que constituye las relaciones de los administradores con el
10
Lorenz VON STEIN es el primer tratadista de ciencia de la administración en Alemania. El título de su obra en
alemán es: Die Verwaltungs-Lehre, Verlang der F.G. Gottafchen Buchhandlung, Stuttgart, 1864, diez volúmenes.
11
Lorenz VON JUSTI, Éléments Généraux de Police, p. 18.
12
Anónimo, L’Administration de Sebastien-Joseph de Carvalho et Melo, comte d’Oeryas, marquis de Pombal,
Ámsterdam, 1786, p. 1.
13
Charles-Jean Baptiste BONNIN, Principes d’Administration Publique, chez Renaudiere, Imprimeur-Libraire,
París, 1812 (1808), tres tomos.
14
Charles-Jean BONNIN, Compendio de los principios de administración, Imprenta de José Palacios, Madrid,
1834, p. 89.
25
Estado dentro del interés del orden social 15. La administración no es un mero
instrumento, está dotada de autoridad, pero no se trata de una autoridad ordenante,
sino ejecutiva: es pasiva como voluntad, pero activa como ejecución, pues
administrar es obrar directamente16.
Con base en sus raíces grecolatinas, tanto en lo que se refiere a la polis como a la
politeia, resulta evidente que la administración pública está caracterizada por atributos
propiamente estatales como una emanación de lo público, pues el concepto así
formulado la define a partir de ese público y de todo lo trascendental que entraña.
Dicha administración, por principio, es una cualidad del Estado, y sólo se puede
explicar a partir del Estado como organización política de la sociedad. Aunque esa
cualidad comprende un conjunto complejo de atributos, el carácter distintivo de la
administración pública consiste en la capacidad del Estado para producir esa utilidad
común, que a partir del siglo XVIII se proyectó a través del desarrollo de la sociedad.
Tal como lo explayó un pensador, la administración propiamente dicha se opone a la
justicia civil, la penal y administrativa, porque éstas protegen al derecho que es
turbado, en tanto que “aquélla busca y realiza lo útil 18”.
26
que designa la actividad concreta y variada del Estado, considerada en detalle, por
oposición al orden público y jurídico general y permanente”. 20 Esto explica por qué la
Constitución determina la forma de gobierno, en tanto que la administración se
expresa, por ejemplo, en el nombramiento de un ministro. Puede afirmarse que en
tanto la Constitución plantea los principios de la representación nacional, la
administración convoca a las elecciones.
Hasta aquí hemos delineado el curso tomado por la voz administración, la manera en
que se definió como una categoría singular, por qué adquirió el calificativo
trascendental de pública y qué es lo administrativo. Pero aún no explicamos cómo se
diferenció de otras materias inherentes al Estado, de qué manera se delineó un centro
conceptual que facilitó la recreación perpetua de límites disciplinarios necesariamente
mutantes, cuándo ocurrió semejante suceso y dónde tuvo lugar.
20
M. BLUNTSCHLI, Derecho público universal, J. Góngora Impresor, Madrid, s.f. (1876), dos tomos, t. II, p. 247.
21
Ibid., p. 248.
22
Ibid., p. 247.
23
Ibid., p. 248.
24
Ibid., 249.
27
EN EL PRINCIPIO ERA EL CAOS: EMERGENCIA INDIFERENCIADA DE LAS
CIENCIAS CAMERALES
25
Párrafo reproducido y traducido por Pierangelo SCHIERA, Il Cameralismo e l’Assolutismo Tedesco, per i tipi
dell’editore dott. Antonio Giufré, Milán, 1968, p.345.
26
Párrafo reproducido y traducido por Albion SMALL, The Cameralists: Thr Pioners of German Social Policy, The
University of Chicago Press, 1909, p. 226.
27
Ibid., p. 338.
28
Ibid., p. 333.
29
Ibid., p. 403.
28
mayoría la confundió con la dirección o con el manejo. Tampoco las voces fueron
uniformes. Hay quienes usaron latinismos como oeconomie o quienes utilizaron
palabras alemanas emparentadas con ella, como Wirtchaft o Haushaltungs. Algunos
más germanizaron los vocablos latinos y hablaron de ockonomie. Al final, el caos
conceptual cameralista impidió diferenciar a la economía de otras disciplinas afines.
La cameralística fue uno de los ámbitos del saber mejor definidos. Ésta fuer para
Peter Simon Gasser la ciencia mediante la cual un joven estudiante puede ser puesto
en aptitud de servir útilmente a su señor, 30 en tanto que a los ojos de Dithmar
enseñaba cómo se puede aumentar y mejorar los ingresos del Estado mediante el
buen uso de los dominios y las regalías, así como de las prestaciones obligatorias de
los súbditos y otros fondos públicos; y cómo tales ingresos deben emplearse para
conservación de la comunidad.31 Darjes esgrimió una versión similar; para él, la
cameralística es la ciencia que enseña la forma razonable de preservar, aumentar y
aplicar los ingresos anuales del príncipe, es la ciencia de la dirección razonable de un
príncipe.32 Finalmente, Aincke afirmaba que la cameralística y la hacienda eran una
sola disciplina que se llama ciencia cameral y financiera. Se trata de una ciencia
práctica destinada a producir, aumentar y mantener los medios de vida de un señor y
de un Estado mediante un buen manejo económico del país, así como una buena
administración para el bien del príncipe y del Estado. 33
La cameralística tendió a confundirse con las finanzas públicas. Éstas fueron una
innovación postrera en el esquema de las ciencias camerales. Con Justi fue quien la
separó de otras materias y la concibió como disciplina cameral específica. En 1766
publicó Sistema de finanzas, su última obra, donde realizó esa destacada labor. Por
su parte, Joseph Sonnenfels, el último gran cameralista, propuso tres ciencias
camerales: policía, comercio y finanzas, y a cada uno reservó un volumen en la obra
que lleva el mismo nombre. El sentido que le dan Von Justi y Sonnenfels es muy
similar al que hoy en día tienen, porque para ellos implicaba tanto lo relativo a
ingresos como lo correspondiente a su gasto, además de su administración.
30
Párrafo reproducido y traducido po Pierangelo SCHIERA, op. Cit., p.31.
31
Ibid., p. 368.
32
Párrafo reproducido y traducido por Albion SMALL., op. Cit., p. 280.
33
Párrafo reproducido y traducido por Pierangelo SCHIERA, op. Cit., pp.405 y 406.
29
La policía tuvo también hondas dificultades conceptuales. Dithmar opinaba que la
ciencia de la policía enseña cómo mantener el sistema interno y externo del Estado
con buena policía, en función de la felicidad general. La policía era la vida y el alma
del Estado.34 Daniel Schreber sostenía una versión similar: pensaba que la policía se
refiere a la adecuada organización de los hombres y los recursos económicos con
miras a la consecución de la felicidad de la sociedad. Por su parte, Andreas Berch
afirmaba que a través de la policía, los miembros de la comunidad se mantienen en
buen orden y pueden de tal modo perseguir con mayor eficacia sus asuntos
individuales, que pertenecen a la esfera económica. 35 En 1752, Zincke señalaba que
la policía tiene la tarea de dirigir y promover los medios de vida y la dirección del
pueblo.36 Finalmente, Sonnenfels comentaba que, cuando las decisiones y proyectos
están unidos y se refieren a ciertas máximas derivadas de los principios sociales,
nace la ciencia del mantenimiento de la seguridad interna del Estado: la ciencia de la
policía37.
Con excepción de Dithmar y Zincke, las nociones de policías mencionadas tienen más
relación con el concepto de conservación que el de desarrollo. Por eso, el verdadero
salto cualitativo ocurrió con la definición de policía formulada por Von Justi en 1756,
que trataremos más adelante.
30
felicidad de los súbditos y organizar a la economía. La segunda, por su parte, es ”el
manejo doméstico de las personas privadas”, y se divide en manejo de la ciudad y del
país40.
40
Idem.
41
Pierangelo SCHIERA, op. Cit., p. 338. SCHIERA traduce Haushaltungs como dirección.
42
Georges LANGROD, El pensamiento administrativo no-jurídico: vicisitudes y renacimiento, Centro de Formación
y Perfeccionamiento de Funcionarios, Madrid, 1964, p. 12.
43
Mariano BAENA DEL ALCÁZAR, “Prológo”, en Omar GUERRERO, Las ciencias de la administración en el
Estado absolutista, Fontamara, México, 1987, p. XXIX.
31
Tal era la situación general de las ciencias camerales cuando comenzó su actividad
intelectual Johann Heinrich Von Justi, quién empezó a estudiar la administración
pública hacía mediados del siglo XVIII. Su labor intelectual se realizó dentro de
estadio más progresivo y cuando el carácter general del Estado, tal como ha
trascendido hasta nuestros días, fue marcado por la asunción de la administración
integral de la sociedad, desde los complejos procesos económicos hasta los delicados
asuntos morales, pasando por la administración de la justicia, la salud y la religión.
Von Justi no fue teórico de una forma de Estado, sino del Estado moderno cuyo
carácter es, a partir de su tiempo, el usufructo de las condiciones producidas por una
expropiación general de los restos de la antigua sociedad medieval, lo que propició la
expansión de su fuerzas interiores y promoción el desarrollo de la nueva sociedad que
estaba construyendo. El signo del Estado es un intervención racional en los procesos
económicos, a los que liveraliza, pero regula con frío cálculo. Propio de su esencia es
el fisco, faz estatal de tributación y planificación del gasto público productivo y
rentístico; y de suyo es igualmente la administración de una justicia en la que se
cimenta la seguridad interior. Se trata de un –Estado inteligente que aprende y
enseña a sus pobladores para convertirlos en ciudadanos más virtuosos, trabajadores
más productivos y súbditos más obedientes.
En el siglo XVIII se hacía uso del concepto de máxima de Estado. La palabra máxima
significaba un decreto de la voluntad humana con base en la cual obra, sin exceptuar
personas, casos y circunstancias, y se desenvuelve con la anteposición de
manifiestos, fundamentos y declaraciones, a través de los cuales se razona
previamente a su ejecución45. Tal determinación es el resultado del conocimiento de
la causa de la que procede la obra. Una vez que un gobierno descubre algo útil para
su principal objeto, que es el bien del Estado, debe hacer un uso adecuado de la
máxima para alcanzar el fin que se propone.
44
Este pasaje de la obra Economía de Estado (Staats-Wirtchaft, 1755) de VON JUSTI, fue traducido por Albion
SMALL, op. Cit., p. 372.
45
Nicolás DONATO, El hombre de Estado, Tipografía Popular, México, 1904, tres tomos (L’uomo di Governo,
Venecia, 1860), t. III, p. 38.
32
La prontitud y precisión con la que concibe el fin, así como la vivacidad de penetración
que faciliten el uso de ese bien ofreciéndole la ejecución más fácil y el método menos
complicado, son el fruto que brindan las máximas de Estado como un producto de la
relación entre la penetración y el entendimiento.
Von Justi había previsto en su Economía de Estado que haría una obra
exclusivamente destinada al estudio de la policía a fin de distinguir las dos materias.
Pero además de su inquietud en torno de la mutua definición de los campos
académicos de la policía y la economía, le preocupaba la ignorancia acerca de la
primera y tomó la decisión de poner remedio al problema. Creyó que la policía era
todavía una ciencia poco conocida, y se congratuló de ser el primero en darle un
sistema fundado sobre la naturaleza misma de la cosa, y en tratarla profundamente,
con independencia de las otras ciencias que tienen alguna relación con ella 46.
Pensaba que la mayor parte de los errores que se cometieron al respecto provinieron
de haberse confundido la policía con la política 47. Von Justi explicaba que en los
muchos libros de política que consultó sus materias se confundían con las cosas
relativa a la policía. Hay que aclarar que él se refiere a la confusión entre policey y
Staatskunts (la traducción literal de la última significa “arte del Estado”). El francés de
quien se ha perdido la identidad 48. La traducción es correcta, pues Von Justi entiende
la política como el arte de asegurar la existencia del Estado ante las asechanzas y
amenazas de sus enemigos interiores y exteriores, y facilitar la convivencia pacífica
de sus miembros.
Se debe entonces diferencias política de policía, pues como los sentenció Von Justi:
“cada una de ellas tiene sus extensiones y limitantes”. En efecto:
La política tiene por fin la seguridad de la República tanto por fuera como por
dentro, y es su principal ocupación instruirse de la conducta, de las acciones y
de los objetos o intentos de las potencias extranjeras, ponerse a cubierto de
sus empresas; como también establecer un buen orden entre los súbditos,
conocer los sentimientos que unos tienen hacia los otros; igualmente que para
el gobierno ahogar los partidos y las sediciones que se forman, y tomar
46
Lorenz VON JUSTI, Elementos generales de policía, pp. XI y XII.
47
Nicolás DELAMARE, de nacionalidad francesa, había proclamado años antes haber fundado el estudio de la
policía: “nadie hasta ahora se había cuidado de escribir sobre ella, nadie había reunido sus leyes para procurar su
conocimiento o facilitar su estudio”. Citado por Luis JORNADA DE POZAS, “Los cultivadores españoles de la
ciencia de la policía”, en Centenario de los iniciadores de la ciencia jurídico-adminsitrativa española, Instituto de
Estudios de Administración Local, Madrid, 1944, pp. XI y XII.
48
VON JUSTI, Éléments Généraux de Police, ya citados.
33
medidas necesarias para prevenirlas. Al contrario, el fin de la policía es
asegurar la felicidad del Estado por la sabiduría de sus reglamentos, y
aumentar sus fuerzas y su poder tanto como sea posible. Para este efecto ella
vela en la cultura de las tierras, a procurar a los habitantes las cosas de que
tienen necesidad para subsistir, y a establecer un buen orden entre ellos, y
aunque respecto de esta última se emplee y se ocupa aun a provocar la
seguridad interior del Estado; sin embargo; en ello no es más que un
instrumento de la política, y nota las ofensas que no hieren a la constitución y al
mantenimiento del Estado49..
Más allá de una distinción tan necesaria, debemos declarar que la separación entre la
policía y la política no implica que sean opuestas, sino que marchan de la mano 51. En
tanto que la política crea las condiciones de seguridad apropiadas para la activación
de la policía, ésta produce las condiciones materiales, morales e intelectuales que
posibilitan la acción de la política. No se pueden concebir sino juntas, unidas por el
propósito común de velar por la existencia y progresión del Estado absolutista.
49
VON JUSTI, Elementos Generales de la Policía, pp. XI y XII.
50
Michel FOUCAULT, “Dioses, hombres y pastores: el origen de la tecnología del poder y la razón”, en
Revista Siempre, sobretiro cultiral, 27 de octubre de 1982, p. IX.
51
No está de más alertar sobre el equívoco de observar aquí un símil de la dicotomía entre política y policía, tal
como ha sido planteado entre la política y la administración en los siglos XIX YXX, que trataremos páfinas
adelante.
52
VON JUSTI, Elementos generales de policía, p. XII.
34
relativamente al estado presente de la sociedad, en afirmarla, mejorarla y fortalecerla,
que todo concurra a la felicidad de los miembros que la componen 53.
Pero la policía entraña una paradoja: expandir las fuerzas del Estado y estimular la
prosperidad de la sociedad. Foucault comentó que según Von Justi la policía es lo
que capacita al Estado para incrementar su poder y ejercer su fuerza al máximo. Por
un lado, la policía debe mantener felices a los súbditos, concebida la felicidad como
supervivencia, vida y bienestar; esto
Mas no basta la distinción entre policía y política; Von Justi se propone diferenciar a
la primera de la hacienda, materia con la que según él, muchos autores la confunden.
Ciertamente ambas están muy relacionadas: la policía es el fundamento y la base de
la ciencia de la hacienda y le corresponde calcular hasta qué punto puede
incrementarla sin vejación del público. Pero ambas ciencias son diferentes, pues la
policía trabaja para conservar y aumentar las rentas del Estado mediante la sabiduría
de sus reglamentos, en tanto que la hacienda se ocupa por descubrir los medios
empleados del modo más ventajoso para subvenir los gastos en los tiempos de
necesidad o en la ocasión oportuna. Como el caso de la política, la versión francesa
se refiere a las finanzas y de aquí Antonio Francisco Puig y Gelabert la trasladó como
hacienda. Von Justi se refiere a la cameralística o ciencia de las finanzas (Cameral
oder Finanzwisenchaft). La policía es una potencia activa orientada a contribuir para
el fin de toda República, que es el bien de toda la sociedad, y en ello está lo “que
hace propiamente su eficiencia”. Para estro se compromete un uso sagaz e
inteligente de los fondos públicos y su prudente utilización en beneficio de la
República; este es el fundamento de la economía y la hacienda, en tanto que el objeto
de la policía esa firmar, fortalecer y aumentar el poder del Estado de manera
proporcional respecto de sus vecinos. Así, mientras la hacienda debe manejar los
fondos para costear las acciones de los responsables del Estado y la policía, esto
último debe tender a incrementar y conservar los fondos públicos hasta donde la
constitución interior del Estado lo permita.
Existe, asimismo, una confusión entre policía y economía. Von Justi censura a Georg
Zincke, consejero del Tribunal de Hacienda, porque deduce los principios de la policía
53
Idem.
54
Michel FOUCAULT, op, cit., y pp. Cit.
a partir de los correspondientes a la economía, aun cuando la primera tiene mayor
extensión. Ocurrió igual con el canciller Christian Wollf, quien confundió policía con
moral, por lo que su libro no puede ser concebido como un tratado de policía.
Además, no le bastó haber sido tan preciso en la distinción entre policía y política, así
como entre economía y hacienda, Von Justi distingue las obras de policía equívocas,
erráticas, insuficientes e incompletas, de la única que es cierta, sistemática y plena:
la suya. Esto, aunque en apariencia constituye una ausencia de modestia, una mera
vanidad, tiene mucho de cierto. Al respecto refiere que en el siglo XVI se escribió la
obra de Boters, en tanto que en el siglo XVII las de Schrammens y Reikinger, de las
cuales no hace juicio. Pero sí lo hace cuando trata los libros de policía del siglo XVIII,
de los que opina que dan una idea justa y completa, pero que son defectuosos y
asitemáticos; en su lista están los trabajos de Better y Langemak 55..
Von Justi concibe los conceptos administrativos como categorías históricas, pues
antes del siglo señalado nos e escribió de policía porque ella estaba de incógnita
dentro de un mundo gubernamental indiviso; era un hecho anónimo indiferenciado
dentro de otros fenómenos estatales. La identificación y definición de la policía dentro
de los negocios públicos consistió en el desarrollo de un nuevo logos hasta entonces
confundido o subordinado a otras materias, tales como la política, la hacienda y la
cameralística. Pero ímpetu reformista que inundó Alemania durante el siglo XVIII
incitó un formidable movimiento de definición de lo propiamente administrativo, a partir
del concepto de policía. Esta categoría sintetizaba la esencia de la idea de
administración. La expresión aplicada de esta idea nació del imperativo de una mayor
gobernabilidad mediante una nueva organización administrativa, cuyos titulares
alcanzarían cierto grado de profesionalización administrativa. Esto impulsó el
requerimiento de una formación propiamente administrativo del alto servicio público
55
Las obras de los autores citados por VON JUSTI son las siguientes: BOTERS, Aviso importante para
establecer la buena policía (Grünslicher Berich von Anordung gutter Policey, 1596); SCHRAMMENS,
Policía histórica (Politia historica, Leipzig, 1605); REINKINGS, Policí biblica (Bibliche Policey);
Anónimo, Proyecto de reglamentos para establecer una buena policía (Enwurf einer wobleigerichteten
Policey), M. C. D. De L., Proyecto para establecer una buena policia (Obnvfänglicge Vorschläge zu
Einrichtung, 1739); Friedrich LANGENARK, Retrato de una policia perfecta (Abbidung einer
volkommenen Policey, Berlín, 1747).
56
VON JUSTI, op. Cit., p. XIV.
36
en materias de policía, asuntos interiores, diplomacia, finanzas y economía, así como
la capacitación del funcionario en el arte de la elocuencia y la escritura.
Johann Heinrich Von Justi creó una ciencia fundada en principios generales, cuya
aplicación deja a los funcionarios públicos. Su tarea fue establecer las bases
generales, las categorías abstractas y de índole universal, en su tiempo, para el
establecimiento efectivo de la policía. Como explicó, no se debía esperar que él
tratara las diferentes especies de policía que existen en tal o cual país, ni que aplicara
los principios generales a tal o cual Estado particular 57. Policía, opinaba el pensador
prusiano, significa el orden y la disciplina que reinan entre los ciudadanos que
integran la República. Los griegos y romanos entendieron por ella lo concerniente al
orden, las comodidades y la hermosura, que son las bases de las repúblicas.
Extendiéndose más discierne que
La idea de Von Justi es clara: el Estado es una institución perfectible, lo mismo que
degenerable. Para conseguirse lo primero y evitar los peligros de lo segundo, las
fuerzas y las debilidades del Estado deben ser conocidas. Pero no se trata de un
ejercicio especulativo, sino operacional; una vez conocidos los defectos del Estado y
estimado con precisión sus potencias, éstas puedan incrementarse de modo tal que
sean superiores a las de los Estados vecinos, y a la vez producir bondadosas
repercusiones entre sus propios habitantes. Pero nos engañamos si pensamos que la
policía es un simple repertorio de técnicas gubernamentales. Es un logos, un campo
de conocimiento de cuyo trabajo intelectual brota la explicación de las condiciones
objetivas de la existencia del Estado, de sus precariedades y sus facultades, de sus
imposibilidades y sus posibilidades. Tal explicación se refiere a un programa de
acción viable, calculado y racional, que actualiza la fuerza del Estado por medio de la
superación de la vida de la sociedad. La policía es una ciencia aplicada al
mejoramiento del Estado por le camino del adelanto de las condiciones de existencia
de la sociedad. Se refiere a los campos de actividad del Estado, es el conocimiento
que explica el qué del gobierno con base en principios o máximas del Estado; trata
57
Ibid., p. XVII.
58
Ibid., pp. 1 y 2.
37
también del cómo del gobierno, representa el modo en que obra para fortalecer al
Estado, hacerlo mas poderoso.
Von Justi definió la policía como una capacidad que desarrolla el Estado para
asegurar su felicidad por la sabiduría de sus reglamentos, y que permite aumentar sus
fueraza y su poder tanto como es posible. Su esencia consiste en acrecentar su
poder a través de una diversidad de medios. Tales medios constituyen una variedad
compleja de ingredientes que comprenden el orden económico, la sociedad civil y la
administración de justicia, como grandes apartados temáticos en que se pueden
clasificar sus campos más amplios de actividad.
Finalmente, una de las diferenciaciones más relevantes hechas por Von Justi, con la
cual adelanta el umbral del Estado social de derecho, consistió en separar a la policía
de la administración de justicia. Su puente es la seguridad interior del –Estado, pues
la policía debe velar por que cada quien cumpla con lo que exige la probidad, evitar
que surjan pasiones que desacrediten a los ciudadanos, impedir el uso de pesos y
medidas falseadas; asimismo, impedir conmociones, alborotos y sediciones, prevenir
robos, cuidar calles y caminos, y evitar el ruido y las confusiones. La policía, hay que
destacarlo, no es un mero mecanismo represivo, sino una fuerza constructora; en su
idea y espíritu yace el procurar el fomento de las fuerzas materiales, morales e
intelectuales del Estado, lo mismo que el prevenir los males que puedan lesionar su
existencia.
Desde el punto de vista del grado de coerción aplicable a los súbditos, la policía debe
tener por máxima general, relativa a las costumbres, castigar los crímenes y los
excesos que turban la seguridad y la tranquilidad pública, y estimular a los súbditos
para cumplir con sus deberes y no esperar obtener ventaja de la impunidad.
38
Von Justi afirma que “el objeto que se propone en la administración de justicia es
impedir los medios de hecho o violencias que ocasionan las diferencias que los
súbditos pueden tener entre sí, y mantener la quietud y tranquilidad en el interior del
Estado59”. En contraste, la policía debe estar atenta a las acciones y las
conspiraciones que se forman en la República, y obrar con discernimiento y sin faltar
a lo que la prudencia exige. En suma: jamás interpretar desproporcionadamente los
objetos ni los procederes de los súbditos, cuya vida y progreso están en sus manos.
Von Justi explicó un imperativo científico por el cual se debe diferenciar a la policía de
otras materias y disciplinas, pues
No hay regla un poco extendida que no padezca alguna excepción, sea que se
trate una ciencia juntamente con otra, sea que se trate separadamente según
el orden y le enlace que ella exige; sería útil, sin embargo, para el progreso de
las ciencias, que se fijasen sus límites. No se conoce una ciencia, sino
imperfectísimamente , cuando no se miran y ven todas sus partes, y se olvidan
infinidad de cosas útiles cuando se tratan muchas ciencias de una vez 60.
39
al pueblo de una situación caracterizada por la irracionalidad a un orden racional. A la
técnica política y a la racionalidad debe sumarse la “ejecutividad”, que consiste en el
apego disciplinado de la administración pública al funcionamiento técnico.
Qué mejor modo de rendir tributo a los cameralistas como creadores de la ciencia de
la administración pública, que los créditos que les brindó Charles-Jean Bonnin, quien
sabía de los antiguos cultivadores de la administración pública y a quines identifica
como los “economistas”: a mediados del siglo XVIII ellos desarrollaron estudios sobre
las prácticas del gobierno y la administración, de donde se deriva una gran cantidad
de obras sobre estas materias; pero jusgaba que la administración pública era entre
los economistas un manojo de temas aislados que no formaban parte general de la
economía social. Llegó entonces la Revolución francesa, y los antiguos
conocimientos fueron revisados; así, se encontraron errores y se replantearon los
problemas64.
64
Charles-Jean BONNIN, Compendio de los principios de administración, p. 22.
65
Alejandro OLIVÁN, op. Cit., p. 4.
66
El arbitrismo fue una corriente de pensadores financieros cuyos análisis se ceñían a los arbitrios o ingresos del
gobierno. Estos pensadores estuvieron activos en los siglos XVII y XVIII, pero su influencia se sintió aún en el XIX.
67
Ernst FORSTHOFF, Sociedad industrial y administración pública, Escuela Nacional de Administración Pública,
Madrid, 1967 (1958), p. 87.
40
cualitativamente el bienestar social, que era la finalidad existencial de la policía, se
segregaba como refractaria del liberalismo entonces imperante. Estas circunstancia
peculiar que afloró desde el origen del Estado liberal de derecho fue la línea divisoria
entre el derecho administrativo, dedicado al estudio de las normas que aplica la
administración pública, y la ciencia de la administración pública como depositaria del
temario del bienestar social, al que Bonnin se refirió como moral de la administración.
68
Omar Guerrero Orozco. Teoría administrativa del Estado. Oxord University. Mexico. 2000. Unidad 12. La Ciencia
de Policy.
41
o enfoques sobre aspectos del mismo fenómeno visualizados en forma
predeterminada a partir de la selección de algunos de sus rasgos.
Una de las definiciones usuales, obra de Thomas Dye, enuncia que “policy pública es
aquello que el gobierno opta por hacer o no hacer”. Esta idea significa una gran
variedad de acciones realizadas por el gobierno, como la organización de la sociedad,
la regulación de conflictos entre los grupos, la distribución de beneficios, la acuñación
de moneda y otras más. En buena medida, las policies pueden regular la conducta
social, organizar las burocracias gubernamentales, repartir los beneficios y cobrar los
impuestos. Con esta óptica, en los países desarrollados se ha aplicado a campos
sustantivos de la vida social y colectiva, entre otros defensa nacional, energía, medio
ambiente, relaciones exteriores, educación, bienestar, policía, carreteras, impuestos,
vivienda, seguridad social, salud, economía, desarrollo urbano, etc. En su seno
quedan incluidas todas las acciones gubernamentales, tanto las que el gobierno hace
explícitas como las que no realiza, ya se trate de asuntos vitales o meramente
triviales.
El cambio de concepción del gobierno que señalan estas nociones tiene su base en
su nueva definición. El problema de definición del gobierno, para identificar a una
actividad como policy, se fundamenta en la diferencia entre acciones
gubernamentales específicas y programas amplios de acción orientados a metas
determinadas. En este último sentido, Harold Lasswell y Abraham Kaplan, así como
Karl Friedrich, conceptuaron la policy con base en los criterios teleológicos. El
problema, sin embargo, consiste en la existencia de la meta para definirla como una
acción, pues se supone que un gobierno actúa después de haberse fijado algún
propósito. Así, en tanto que no sabemos con seguridad si actúa o no con base en
42
metas, sí estamos seguros respecto de lo que hace o no hace. Por consiguiente,
policy se refiere a todas sus acciones y no sólo a las que el gobierno o los
funcionarios públicos dicen que desempeñan.
Como un eco de esas ideas, William Dunn sugiere que las “policies públicas son una
larga serie de opciones más o menos relacionadas (incluyendo decisiones de no
actuar), hechas por cuerpos y funcionarios gubernamentales”. Estas opciones se
formulan dentro de “áreas de resultados”, como defensa, energía, salud, educación,
bienestar y combate al crimen. No obstante, en cada una de estas áreas hay muchos
resultados de policy diferentes, es decir, cursos efectivos o potenciales de acción del
gobierno que significan conflictos entre los diferentes segmentos de una sociedad
dada.
En esta misma línea, Joan Subirats explicaba que la naturaleza del gobierno,
visualizada desde este ángulo, permite relacionar los productos de la acción estatal y
el complejo de las interacciones sociales, cuyo acento es la actuación del gobierno.
Policy es más que una simple decisión: consiste en una serie de decisiones
relacionadas, significa decidir que hay un problema, decidir que se va a resolver,
decidir cuál es la mejor manera de hacerlo. Es, asimismo, no hacer nada.
Esta noción implica despojarla de los ropajes que le dan forma y la cubren, y permite
comprender sus diversas modalidades como manifestaciones formales. Lo
importante en policy es cómo está hecha, principalmente por una conducta
consistente y repetida que se asocia con los esfuerzos en y a través del gobierno. La
noción de “proceso de policy” ayuda entonces a aclarar su significado y propicia su
comprensión, más que intentar obtener de ella una definición. Por principio, policy
suele usarse como sinonimia de categorías como meta, programa, decisión, ley,
propósito, estándar y diseño. Cuando cada vocablo se utiliza de manera
convencional y tácita, su uso no provoca dificultades de comunicación en la
elaboración de policy. Sin embargo, no siempre se cuenta con referencias comunes,
como la señalada, y entonces su uso intercambiable suele generar confusiones
serias. Por tanto, es indispensable una definición unívoca.
El término policy también se utiliza para designar la conducta de cualquier actor, que
incluye desde un servidor público hasta una oficina gubernamental, e igualmente se
43
refiere aun conjunto de actores en un área de actividad determinada. Este uso es útil
en el lenguaje cotidiano, pero no para el estudio científico. Una definición conceptual
de policy propone a “un curso propositivo de acción seguido por un actor o un
conjunto de actores, y que trata un problema o una materia de interés”. Esta
definición se centra en lo que realmente hace el gobierno, en contraste con lo que se
propone o intenta hacer, y no distingue entre lo que el gobierno decide hacer y lo que
realmente hace.
Tampoco son satisfactorias para James Anderson las nociones tales como una larga
cadena de actividades más o menos relacionadas, cuando no se incorpora a la voz
policy; ni la idea de un curso de acción encabezado con una persona, grupo o
gobierno; es decir, que policy está dirigida hacia la consecución de una meta. Debe
referirse más a lo que realmente hace, que a los propósitos que la animan. Sin
embargo, aunque este propósito o meta de las acciones gubernamentales no sea fácil
de discernir como centro de su definición, parece una parte necesaria de su
conceptuación. Policy significa lo que hacen los servidores gubernamentales, sin que
esto quiera decir que las asociaciones no gubernamentales no puedan influir en ella.
Hay que distinguir entre policy y decisión, pues esta última es una elección entre
alternativas en competencia, y la primera constituye un proceso efectivo de acción
que se realiza. También debe destacarse que la acción se orienta por metas, no por
un comportamiento fortuito, pues las policies no son simplemente cosas que suceden.
En segundo lugar, tampoco consisten en cursos o patrones de acción que siguen los
servidores gubernamentales, ni decisiones aisladas y discretas. Policy significa más
que el mero momento en el que se estatuye una ley, pues prosigue mediante
decisiones subsecuentes relacionadas con la aplicación. En tercer lugar, policy es lo
que el gobierno efectivamente hace, no lo que intenta hacer o dice que está por
hacer. Por último, puede ser positiva o negativa: positiva, implica alguna forma de
acción abierta para resolver un problema particular; negativa, la decisión de un
servidor público que no se traduce en acción, es decir, “hacer nada” sobre alguna
materia. Cuando actúa en forma positiva, lo hace con base en el derecho y la
autoridad y, por consiguiente, se caracteriza por la coerción.
Analizaremos una definición más, centrada en la idea de cauce, y que expresa que la
política representa una variedad de acciones básicamente dirigidas al ejercicio de la
fuerza y la conservación del sistema político. Es la política la que sienta las bases
para la comprensión de la policy, porque ésta tiende a corresponder con la otra. Tal
correspondencia no es en general, sino con atención a tipos específicos de política,
como el modelo de “regateo” relativo al proceso de transacciones políticas; el modelo
de poder-control weberiano, y el modelo de juegos. En todos ellos destaca la idea de
conflicto político y la importancia de los insumos de control y poder. Con base en
ellos, “policy es, en su sentido más general, el patrón de acción que resuelve
demandas conflictivas o provee incentivos para la cooperación”. Constituye una
práctica social, no un hecho aislado, es el efecto producido por la necesidad de
conciliar situaciones conflictivas o establecer incentivos para la cooperación social.
44
“Policy es una acción, no una reflexión sobre demandas alternativas”. Policy, en
suma, es un esfuerzo generado a través de pautas prefijadas para resolver disputas
políticas o proveer de incentivos de racionalidad que aseguren metas socialmente
convenidas.
Temas de investigación:
¿Cuales son las características y contenidos del programa presentado por Turquet
de Mayenne?
¿Por qué se ha considerado como programa – utopía el documento de Turquet de
Mayenne?
¿Cuales fueron las principales contribuciones de Delamare?
¿Qué características tuvo los aportes de Von Justi?
¿Cuáles fueron las contribuciones de otros autores a la ciencia de la policy?
Evaluación:
Elabore un corto ensayo sobre el valor de los aportes, de dos autores (seleccionados
por usted) , a la ciencia de la Policía.
Bibliografía:
GUERRERO OROZCO, Omar. Teoría Administrativa del Estado. México D.F. México.
Oxford University. 2.000.
FRONTIN, Les Aqueducs de la Ville de Roma, Societé d’edition Les Belles Lettres,
París, 1944.
45
2. EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO ADMINISTRATIVO PÚBLICO
Con el fin de tener una visión de los planteamientos Norteamericanos sobre el tema,
hemos seleccionado cuatro textos (prácticamente clásicos) que contienen los
elementos más relevantes de la problemática planteada por ellos y un texto que
resumen la evolución académica de la administración pública en Estados Unidos.
El primer texto, El Gobierno en Acción, escrito por Ricardo Uvalle Berrones, expresa
desde su inicio que el objetivo consiste en destacar la importancia del estudio del
ejecutivo a partir de su oposición histórica con el legislativo.
Describe cómo la fuerza del ejecutivo, que tenía durante la monarquía absoluta: es
debilitada; anulado de la escena política y mermado en la fase de la República
Parlamentaria; Así mismo, muestra cómo la clase capitalista asume la dirección
política del Estado, por ende, hace del Estado liberal un Estado de clase; sin
embargo, dice gobernar en nombre el “interés general”, no para suprimir las
condiciones injustas de la sociedad civil, sino para equiparar en el plano formal a los
individuos privados.
46
Al separarse el Estado y la sociedad, la clase capitalista proclama los derechos del
hombre y define el espacio que les corresponde, es decir, la sociedad civil,
considerandose que la función del Estado es reproducir y salvaguardar estos
derechos. En este contexto, el autor expone la forma como se presentó la relación de
poder entre el ejecutivo, el legislativo, los partidos políticos y la clase capitalista, en
los gobiernos parlamentarios, congresional y presidencial y sus implicaciones para la
administración pública.
Comienza con reflexiones sobre dichas suposiciones y hace énfasis en dos aspectos
complementarios: “La administración pública es la administración de hombres y de
materiales para realizar los propósitos del Estado”, lo que implica una visión
empresarial mas que lo formal y legal; y en segundo término, “El objetivo de la
administración pública es la utilización más eficiente de los recursos puestos a
disposición de funcionarios y de empleados”.
Ahora, otro asunto se refiere a los estudios relacionados con el trabajo administrativo
y la división tradicional de las actividades gubernamentales en legislativas, ejecutivas
y judiciales, analizando las diferentes situaciones y problemas que se presentan
cuando se observa que la administración no solo se confina a la parte ejecutiva, sino
que incluye los otros tipos de actividades.
47
Posteriormente realiza una disquisición sobre la demanda cada vez mayor de
intervención del Estado, por medio de la administración, en los aspectos sociales y
económicos, por lo tanto plantea las dos opciones: la aplicación de la escuela de
laissez faire y la intervencionista, describiendo los problemas que tienen que enfrentar
los funcionarios, los vinculados a la burocracia moderna y en general el Estado
Democrático.
48
Estado, especialmente entre lo que se ha denominado la función política y la
administración.
49
perspectivas que enriquecieron los temas (la interdisciplinariedad y la
multidisciplinariedad, etc), para comenzar a darle el estatus de ciencia.
69
Ricardo UVALLE BERRONES. El gobierno en acción. La formación del régimen presidencial de la
administración pública. Introducción. México D.F Fondo de Cultura Económica. 1984. Páginas 19 a la 25.
50
De este modo, el parlamento, como unidad política de la clase capitalista, hace del
Estado liberal un Estado de clase; con ello, la burguesía crea su propia organización
estatal para asegurar su dominación sobre las clases asalariadas. El Estado liberal
gobierna en nombre el “interés general”, no para suprimir las condiciones injustas de
la sociedad civil, sino para equiparar en el plano formal a los individuos privados.
Corresponde al Estado liberal suprimir los privilegios de clase, ya que el capitalismo,
como modo de producción, no puede subsistir ni desarrollarse sin individuos libres,
porque de ser así el intercambio mercantil no estaría asegurado. Con el Estado
liberal, la sociedad deja de ser de carácter político y se transforma en un ente civil;
esto significa que la división del Estado y la sociedad, iniciada en tiempos de la
monarquía absoluta, viene a consolidarse en la etapa dominante de la república
parlamentaria.
Sin embargo, el auge del parlamento sobre el ejecutivo deviene una deformación
histórica cuando en los marcos del régimen presidencial el mismo ejecutivo se
encuentra formalmente debilitado ante el legislativo y la vida política es alterada
porque la dirección del Estado y el manejo de la administración pública no recaen en
un gobierno parlamentario sino en el congresional. El gobierno congresional consiste
en el predominio constitucional del legislativo sobre el ejecutivo, a pesar de que las
condiciones políticas y económicas del sistema capitalista reclaman el fortalecimiento
del ejecutivo: pero éste se encuentra debilitado por el legislativo que pretende, en
desfasamiento histórico, implantar el régimen parlamentario de gobierno. El gobierno
congresional vulnera al ejecutivo y lo despoja de sus funciones administrativas
relacionadas con la organización y gestión de los asuntos públicos.
51
tareas administrativas. Así, el gobierno congresional deforma la función parlamentaria
en la esfera del régimen presidencial y, al usurpar el manejo de la administración
pública, estimula la debilidad del ejecutivo.
De este modo, el ejecutivo queda supeditado a la voluntad política de los comités del
congreso y sumido en la impotencia, porque como virtual dirigente de la función
administrativa es despojado de ésta; son los comités del mismo congreso los que
asumen la dirección. En este caso, la dirección administrativa del Estado capitalista
no es desempeñada por el ejecutivo y los secretarios de Estado, sino por los
miembros de los comités del congreso. El gobierno congresional tiene como objetivo
central suplantar al ejecutivo y, al lograrlo, transformarse en instancia administrativa
para asumir la conducción de la sociedad civil. Con esto, el ejecutivo queda a merced
de las disposiciones arbitrarias del gobierno congresional y desprovisto de facultades
que le permitan contrarrestar la invasión de los comités del congreso; es impotente
para realizar la función política del Estado en la sociedad civil.
52
La dictadura soberana del ejecutivo es consecuencia de las acciones del gobierno
congresional, porque desde el ángulo jurídico el ejecutivo carece de facultades
suficientes para gobernar y, como está subordinado a la voluntad del legislativo, no
puede responder constitucionalmente a las fuerzas congresionales; entonces, se
sobrepone a la constitución y al parlamento para rescatar a la sociedad capitalista de
los peligros del conflicto político. El ejecutivo procede como dictador soberano y
retoma el mando de la administración pública para dar orden y cohesión a la sociedad
civil. Así, la dictadura del ejecutivo está encaminada a salvar el sistema capitalista de
producción, garantizar el interés político de la clase burguesa, acrecentar la
autonomía del Estado frente a la sociedad y desterrar los peligros de la guerra civil
provocados por las acciones del gobierno congresional.
53
representantes para que se hicieran cargo de la administración pública, consumando
con esto la usurpación del ejecutivo. Sin embargo, el nombramiento de miembros del
legislativo en la administración pública acrecienta su carácter centralizado; pero
cuando el ejecutivo vence a las facciones congresistas elimina de la estructura
gubernamental a los representantes del legislativo y nombra directamente a
comisarios adscritos al poder central. El ejecutivo recupera el mando de la
administración pública y los resabios congresistas sucumben ante él.
También durante 1848 la Constitución dio pie para que las fuerzas congresistas
vulneraran las facultades del ejecutivo; por lo tanto, el legislativo volvió a convertirse
en el centro supremo de la decisión política. En este sentido, el legislativo decidía
sobre los asuntos de la guerra y la paz, los tratados comerciales y la amnistía,
mientras que el ejecutivo tenía a su cargo el poder armado, facultades para nombrar y
retirar de la asamblea nacional a sus ministros, encabezaba a medio millón de
funcionarios y otorgaba indultos. Desde el punto de vista formal, el legislativo
subordinaba al ejecutivo, pero éste disponía de la fuerza material del Estado. Sin
embargo, las fuerzas congresistas pretendían imponer el predominio del parlamento
cuando la realidad contradictoria favorecía la fuerza de la institución presidencial. En
este caso, el ejecutivo no podía impedir el predominio formal del legislativo y cuando
el caos congresional empezaba a desajustar a la sociedad civil el ejecutivo, sin acatar
la Constitución vigente, procedió como dictador soberano para imponer el orden. De
este modo, en 1851 Luis Bonaparte derrotó a las facciones congresistas y se erigió en
el centro supremo del proceso político.
54
de Estados Unidos es presidencial porque las condiciones del capitalismo favorecen
el predominio del ejecutivo sobre el congreso.
En los dos últimos decenios se ha producido una voluminosa literatura que trata del
aspecto administrativo del gobierno. Este volumen representa un intento por unir los
hechos sobresalientes de la experiencia y la observación estadounidenses y hacerles
frente en forma analítica y crítica. Realizarlo dentro de los límites de un solo volumen
no es tarea fácil, ya que implica el constante peligro de caer víctima de la Escila del
detalle indiscriminado, o del Caribdis de la generalización no debidamente apoyada.
La absoluta falta de un paso conocido a través de estas aguas inexploradas aumenta
mucho los peligros de la aventura.
55
Además, presupone que la administración sigue siendo básicamente un arte, pero
atribuye importancia a la considerable tendencia que hay de transformarla en una
ciencia. Estamos presuponiendo que la administración se ha vuelto y seguirá siendo
el meollo del problema del gobierno moderno.
CAPÍTULO UNO
LA ADMINISTRACIÓN Y EL ESTADO MODERNO
56
La administración ha ido de organización y liderazgo. Está
transformándose gradualmente en empleando juristas y médicos,
una profesión. su tarea ha contadores y artistas, y al dirigir sus
aumentado en dificultad, profesiones está formando por sí
responsabilidad y complejidad, hasta misma una profesión suprema, con
que hoy toca todas las ciencias, todas las implicaciones consiguientes
desde la química y la mecánica hasta de semejante línea de progreso sobre
la psicología y la medicina. Por tanto, sus normas, condiciones, aprendizaje
necesita a su servicio a hombres y y técnica.
mujeres poseedores de tacto y de
ideales, con la más alta preparación Oliver Sheldon. Filosofía de la
científica y con una gran capacidad Administración.
El funcionamiento real de esta rama del gobierno tal vez pueda presentarse con
mayor realismo mediante una descripción de lo que ocurre en el curso de un día
en un gran departamento. Como ilustración, bastará el departamento de salud en
una gran ciudad. El trabajo comienza a las nueve de la mañana, cuando la
mayoría de los trabajadores están sentados ante sus escritorios. Al entrar en la
oficina, firman una hoja o van al reloj marcador, dejan sus ropas de calle en los
vestidores, intercambian comentarios con sus vecinos y se sientan para despachar
el trabajo del día. Se desarrolla toda una continua corriente de asuntos; llamadas
telefónicas de los ciudadanos, de los inspectores en el campo y de todo detalle en
especial; los clientes [en las ventanillas] llaman a propósito de una gran variedad
de temas, grandes y pequeños; llegan informes telegráficos de una ciudad vecina
donde amenaza una epidemia; hay conferencias dentro de las oficinas;
conferencias entre oficinas; los mensajeros corren en todos sentidos; policías de
las estaciones locales de salubridad traen muestras para análisis y ciudadanos
ansiosos buscan los resultados de las muestras traídas ayer; llega una delegación
de los agentes de pompas fúnebres a protestar contra el estado de la morgue en
los hospitales; un concejal pide cita para uno de sus partidarios locales; una
veintena de prostitutas aguardan en la sala de espera a ser examinadas antes de
aparecer en el tribunal; un vendedor protesta contra la entrega de un contrato de
suministro a los laboratorios; un puñado de holgazanes susurra en grupos
formados al azar en los corredores, y a la mirada del no iniciado todo parece el
colmo de la confusión y del desorden. Sin embargo, una observación más
detenida disipa la primera impresión; los diversos tipos de trabajo se separan y
asignan a hombres y mujeres que ha recibido una preparación especial; ciertos
tipos de investigaciones o quejas se atienden por medio de métodos
prestablecidos; se llenan machotes y se envían por el camino apropiado a su
resolución final; algunos negocios corren por cuenta de un empleado y otros se
remiten al subjefe de la oficina, de modo que el trabajo rutinario va a parar a las
filas inferiores del servicio por un proceso de selección, mientras que los asuntos
de importancia se turnan a la atención de los altos funcionarios. Así procede de
manera ordenada todo el complicado ajetreo de la oficina; algunos se pasan el día
llenando formas, otros atendiendo correspondencia, otros contestando a quejas
telefónicas y dirigiendo a inspectores; algunos más dictan correspondencia, hacen
análisis bacteriológicos, inspeccionan sistemas de ventilación, otorgan licencias,
llenan machotes, mientras que a la cabeza de la oficina el comisionado de salud
pública mantiene la necesaria conexión del departamento con el consejo y el
alcalde de la ciudad, con la organización del partido, con el comité de finanzas,
con el público y con las autoridades sanitarias del estado y del gobierno federal,
58
sin dejar de asegurarse de la adecuada operación de las muchas fases de trabajo
del departamento mismo.
Todo esto está muy lejos del amanuense egipcio que escribía trabajosamente a
mano en su rollo del papiro, pero la historia natural de la administración conecta
sus formas antiguas y modernas en una secuencia ininterrumpida de desarrollo.
En realidad, el proceso de especialización ha producido una prodigiosa
transformación de los métodos, pero los deberes administrativos esenciales
relacionados con asuntos militares, con las finanzas, con el personal doméstico
del “rey” se siguen desempeñando con los mismos objetivos que antaño. Lo que
diferencia al funcionario público moderno del escriba de la Antigüedad es el
maravilloso equipo material con el que trabaja y las aportaciones que la ciencia ha
hecho y sigue haciendo a su profesión.
Se dice que “el derecho administrativo es aquella parte del derecho público que
fija la organización y determina la competencia de las autoridades administrativas,
e indica los remedios individuales por la violación de sus derechos” 71. Esa
definición indica atinadamente que el tema corresponde al ámbito del derecho, y
señala su mayor objetivo: la protección de los derechos privados. El objetivo de
la administración pública es la eficiente dirección de los asuntos públicos.
Estas dos metas no sólo son diferentes, sino que muchas veces entran en
conflicto. Desde luego, la administración se rige por las reglas del derecho
administrativo, así como los requerimientos del derecho constitucional; pero dentro
de unos límites así fijados, busca la realización más eficaz de los propósitos
públicos. Todo el asunto ha sido bien formulado por el profesor Freund 72.
71
Frank J. Goodnow. Comparative Administrative Low, 1, pp. 8 – 9, 1893.
72
Proccedings, Am. Pol. Sci. Assoc., p. 58, 1909.
59
El pensamiento de los interesados en la administración pública parece
preocupado principalmente, de momento, por problemas de eficiencia. Esto
es fácil de comprender. Con la rápida expansión del control gubernamental
sobre todo tipo de asuntos importantes, en general nos hemos aferrado a la
teoría del autogobierno de la organización administrativa, que no produce el
más alto grado de conocimientos y capacidad de los expertos.
60
por el agua, otro que tiene en la punta de los dedos toda la información disponible
sobre el anublo del trigo y otro al que nadie puede superar en asignaciones para el
servicio de parques nacionales. Estos hombres no sólo son útiles para unos
legisladores abrumados por la creciente inundación de propuestas de ley;
simplemente, son indispensables. Ellos son el gobierno. Hasta podríamos sugerir
que la tradicional mención de la legislatura como la agencia fundamental del
triunvirato gubernamental está destinada a ser remplazada en fecha no muy lejana
por análisis más realista, que establecerá el gobierno como la tarea de
administración, operando dentro de las esferas que puedan quedar circunscritas
por legislaturas y tribunales.
2. EL SURGIMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN
Desde luego, fue de la Gran Bretaña de donde los Estados Unidos derivaron sus
instituciones administrativas. Nuestros gobiernos locales siguen las pautas del
modelo inglés del siglo XVII. Descentralizados, autogobernados y dominados por
la “squire-arquía”, demostraron ser fácilmente adaptables a las condiciones
económicas y sociales del Nuevo Mundo. Aún hoy, las líneas principales de
nuestra estructura administrativa están profundamente influidas por su origen
inglés; en las comunidades estadounidenses no puede encontrarse en parte
alguna el prototipo del intendente continental o de su sucesor, el prefecto.
61
administración era de poco alcance y débil operación. Se consideraba que los
funcionarios no eran sino un mal necesario, y la burocracia un peligro
omnipresente. En el continente europeo, gobiernos irresponsables, capaces en
gran medida de desafiar los deseos del pueblo y a menudo carentes de programas
de mejora social, contribuyeron en mucho al argumento filosófico a favor de la no
intervención del Estado.
73
Herman Finer, “The Civil Service in the Modern State”, en Am.Pol.Sci.Rev., 19,pp. 277 – 289,
1925.
62
clase obrera) por su insistencia en el salario mínimo, el horario limitado y las
condiciones saludables de trabajo; la persistencia de varios grupos de
“reformadores” ha causado prohibiciones y regulaciones de diversas clases (venta
de cigarrillos, narcóticos, alcohol, censura de las películas); la necesidad de
garantizar, en la medida de lo posible, la integridad de los procesos de
autogobierno ha conducido a la regulación de las elecciones y de los partidos
políticos y a la elaboración de una legislación tan represiva como las leyes contra
prácticas corruptas.
Por consiguiente, en todas direcciones van aumentando las tareas del Estado
moderno. También en todas direcciones se va extendiendo la gama de la
administración pública, pues cada fase del nuevo programa del Estado se refleja
en una actividad administrativa adicional.
Por estas razones, no es sorprendente que en los dos últimos decenios se haya
prestado cada vez mayor atención al lado empresarial del gobierno. Lo notable es
que durante más de 100 años de nuestra existencia nacional, el único aspecto de
la administración que surgió en la arena de las cuestiones nacionales fue el
sistema de despojos. En un brillante ensayo, Wilson explicó por qué los
estadounidenses no captaron la importancia de una buena administración. Así, en
el Political Science Quarterly, dijo:
63
El interés del siglo XX en la administración pública tiene su origen en toda una
variedad de causas. Una de las más importantes es el rápido aumento del costo
del gobierno, “el cataclismo sin precedentes del gasto público”. [...] Esto indica
que el ingreso nacional no se vio sobrecargado por el gasto gubernamental en
grado considerablemente mayor en años recientes que antes de la guerra, pero no
por ello deja de haber un clamor contra los altos impuestos. La gran publicidad
dada al fuerte aumento del gasto, la pesada carga de los impuestos y los
espectaculares esfuerzos de la administración nacional a favor de la economía
han subrayado la demanda de alcanzar una mayor eficiencia. La presión a favor
de un uso más eficiente de los recursos públicos es continua, y mientras persistan
los actuales altos niveles de impuestos se necesitará explorar todo camino para
asegurar los máximos resultados de cada gasto.
64
Rogers se debió al apremio de intereses particulares. Las recientes revelaciones
del secretario Hoover acerca de monopolios de hule, café, henequén y otros
artículos controlados por gobiernos extranjeros señalan una nueva fase de la
competencia comercial internacional que bien podría causar reacciones
importantes a los problemas de nuestra organización administrativa. El hecho es
que la empresa estadounidense ha llegado al punto en que no puede seguir
obteniendo ganancias con sólo aumentar su productividad para abastecer a todo
un mercado nacional protegido por un alto muro arancelario. Hoy compite en el
mercado mundial y se encuentra en la necesidad de mantener sus ganancias, en
gran parte mediante reducciones del costo de producción gracias a una mejor ad-
ministración y un uso más eficiente de sus recursos; es decir, se ha visto obligada
a considerar en gran escala la reducción de gastos y la utilización más eficiente
de su equipo. En esto, ha precedido al gobierno.
65
2.2.3. POLÍTICA Y ADMINISTRACIÓN74
Conforme el gobierno se vuelve más complejo, estas tres autoridades, todas las
cuales se dedican a que se cumpla la voluntad del Estado, tienden a diferenciarse
cada vez más. Las primeras en distinguirse fueron las autoridades judiciales, y su
diferenciación no sólo es la primera en el tiempo; también es la más clara. De
hecho, es tan clara en algunos ejemplos que ha llevado a muchos estudiosos,
como ya se ha señalado, a considerar la actividad de las autoridades judiciales
como un poder o una función del gobierno por separado.
Ya se ha dicho bastante, según se cree, para mostrar que hay dos funciones
distintas del gobierno, y que su diferenciación resulta en otra distinción (aunque
menos completa) de los órganos del gobierno pueden designarse, por
conveniencia, respectivamente como Política y Administración. La política se
relaciona con las expresiones de la voluntad del Estado. La administración se
relaciona con la puesta en práctica de esas medidas.
66
obtener y distribuir un patrocinio público, en la medida en que la posesión
de los cargos pueda depender de las opiniones políticas o de los servicios
políticos de los ciudadanos.
67
Tal vez no sea tan necesaria una explicación del término “administración”, ya
que en la jerga científica aún no ha adquirido un significado tan fijo como
“política”. Block, en su Dictionnaire de l´administration francaise, define
“administration” como: “L´ensemble des services publiques destinès à
concourir à l´exécution de la pensée du gouvernement et à l´application des
lois d´intéret general” [el conjunto de los servicios públicos destinados a
concurrir a la ejecución del pensamiento del gobierno y a la aplicación de las
leyes de interés general]. El diccionario Century nos dice: “El deber o deberes
del administrador; explícitamente, las funciones ejecutivas de gobierno,
consistentes en el ejercicio de todos los poderes y deberes de gobierno,
generales y locales, que no sean legislativos ni judiciales”.
Aunque esta costumbre de los jueces haga un tanto lamentable la elección del
término “administración”, al mismo tiempo nos indica el hecho (al que más de
una vez se ha prestado atención) de que, aun cuando es clara la diferenciación
de dos funciones de gobierno, resulta imposible asignar tales funciones a
autoridades separadas.
LA FUNCIÓN DE LA POLÍTICA
Por último, el gobierno del pueblo exige que sea la autoridad ejecutante la que
se subordine a la autoridad expresiva, ya que por la naturaleza misma de las
cosas, esta última puede volverse mucho más representativa del pueblo que la
autoridad ejecutante.
Fue una época favorable para el estudio de la administración pública, que para
entonces ya contaba con un Comité Asesor en la materia dentro del Consejo
de Investigación de Ciencias Sociales, se había establecido una división en la
Comisión del Servicio Civil con el impulso de la Oficina de Administración del
Personal Público, al mismo tiempo que la Escuela de Administración Pública de
la Universidad del Sur de California había comenzado a ofrecer cursos para
ese personal. Paralelamente se dio un fuerte impulso a las investigaciones en
manejo público, con el auspicio del Instituto Nacional de Administración Pública
y la Institución Brooking. Además de un amplio programa de delegación en las
dependencias de la administración pública, se otorgó más importancia a los
problemas de organización, personal, procedimientos y control, que fueron
convirtiéndose en el foco del estudio de la administración pública a partir del
manejo público. Ese estudio también se ensanchó hacia las relaciones entre el
Legislativo y el Ejecutivo, debido al papel importante que desempeñaba el alto
servicio público en la determinación de la policy, tanto en la preparación de los
proyectos de ley como en la elaboración de reglas que dieran significado y
76
GUERRERO OROZCO, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Cap. 10: Teoría de la
Administración Pública Contemporánea: El universo Anglosajón. Mexico D.F. México. Oxford
University. 2000. P. 213 a 225.
aplicabilidad a la policy legislativa, tema relevante que había sido soslayado
durante más de 20 años.
También fueron tiempos de gran actividad para uno de los más distinguidos
cultivadores del estudio de la administración pública en Estados Unidos:
Marshall Dimock, a quien se deben dos importantes trabajos sobre la disciplina.
Además apareció un libro de texto: Administración pública (Public
Administration, 1935), de John Pffifner y Robert Presthus.
Lo que ocurría fue muy importante, porque se estaban definiendo las dos
tendencias que marcarían el rumbo del estudio de la administración pública en
EUA: la de la teoría de la administración pública propiamente dicha, basada en
el estudio del Estado, y la corriente enfocada al manejo, cuyo fundamento ha
sido la observación de la administración pública en su aspecto puramente
gerencial y con la influencia de la administración privada. La primera
concepción, [...] se expresa en Las fronterasd de la administración pública (The
Frontiers of Public Administration, 1936) escrita por John Gaus, Leonard White
y Marshall Dimock. La otra concepción la representó fielmente el libro Ensayos
sobre la ciencia de la administración (Papers on Science of Administration), una
versión impresa de las ponencias presentadas en 1936, reunión en la que
disertaron los estudiosos de la administración privada de entonces, con
excepción de Luther Gulick, quien hasta entonces había sido politólogo.
Gulick, junto con el británico Lyndall Urwick, tuvieron a su cargo la edición de la
obra.
White polemizó con la idea de William Willoughby acerca de que los principios
de la administración pública descansan en la ley, pues la administración es
más que la ley, y es necesario descubrir y aplicar los principios en un sentido
diferente y con mayor agudeza.
Fue un politólogo, Robert Dahl, el que emprendió en 1947 una revisión de los
progresos teóricos de la administración pública; sus comentarios merecieron
algunas críticas poco sustanciosas por parte de Herbert Simon. En opinión de
Dahl, el progreso en la materia estaba condicionado por tres problemas: en
primer lugar, las generalizaciones derivadas de las operaciones de la
administración pública en un Estado singular no pueden ni universalizarse ni
aplicarse a la administración pública de otros Estados. Un buen principio que
tal vez sea aplicable en diferentes medios nacionales, pero gracias a estudios
previos. En segundo lugar, no existen generalizaciones universales verdaderas
de la administración pública a menos que antes se lleve a cabo un estudio
profundo de la características nacionales. En suma, o hay principios
universales o éstos son aplicables a un medio nacional o internacional
específico. Por último, el estudio de la administración pública sólo se convertirá
en una disciplina con bases más amplias cuando se apoye no en un
conocimiento estrechamente definido de las técnicas y procesos, sino cuando
se amplíe hacia los factores condicionantes y las variables históricas,
sociológicas y económicas que imprimen su sello en la administración pública
de cada país.
Según Dahl, los estudios comparados son muy importantes porque posibilitan
la argumentación a favor de la existencia de principios universales de
administración pública, por lo que opinaba que en su país se hallaban muy
lejos de una ciencia de la administración pública. Y así era porque los
pensadores administrativos estadounidenses ignoraban los progresos de otros
países. Hay que recordar que desde principios del siglo XIX Bonnin había
establecido que los principios de la administración pública eran universales si
se aplicaban a la existencia de la misma, no al modo de existir en cada caso
particular. Tales principios, según pudimos constatar, por su obviedad,
sencillez y objetividad, son universales en un espacio y en un tiempo limitados:
los de la ciencia de la administración pública establecida a partir de ese siglo.
Entonces hay que partir de la idea de acción racional, que consiste en la acción
correctamente calculada para conseguir los fines determinados que se
persiguen, con un mínimo de pérdida para la realización de otros fines también
buscados. Como actividad y como ciencia, la administración pública es
indistintamente una acción racional, porque se trata de la acción encaminada a
obtener el máximo de la realización de fines que son públicos por definición.
Asimismo, la administración pública es una especie dentro del género
administración, que a su vez forma parte de la forma parte de la familia
denominada acción humana cooperativa, pues la “administración es un tipo de
esfuerzo humano cooperativo que posee un alto grado de racionalidad”. Sus
características peculiares son la organización y el manejo; si se hace una
analogía con la biología, Waldo explica que corresponden a la anatomía y a la
fisiología, por cuanto a estructura y función. Una es estática, la otra dinámica.
De modo más preciso, la organización puede ser definida como la estructura de
las relaciones personales autoritarias y habituales en un sistema
administrativo”, en tanto que el manejo es la “acción tendente a lograr la
cooperación racional en un sistema administrativo”. La administración pública
se distingue dentro del género administración por su carácter precisamente
“público”, noción que debe buscarse en los avances de las ciencias sociales.
Así, Waldo, el representante típico de la teoría de la administración pública
estadounidense, la introduce a ella dentro de sí misma y no la deja asomarse
hacia la sociedad como originalmente la había proyectado Charles Jean
Bonnin.
En 1968 hubo una interesante polémica entre Dwight Waldo y Fred Riggs,
acerca del concepto de administración pública. Su debate refleja el estado del
arte cuando estaba vigente la “crisis de identidad” en EUA. Waldo creía que la
administración pública ya tenía entonces dificultades para definir sus fronteras
y que su historia, desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial, era la
historia de su crisis de identidad: “Ahora, a dos décadas de los ataques
críticos, la crisis de identidad no ha sido resuelta satisfactoriamente. Los
problemas teóricos más importantes de la administración pública se refieren a
esa crisis continua, a las formas en que puede resolverse y a las implicaciones
y resultados de las soluciones posibles”. La administración pública era
entonces una disciplina sin materia de estudio o, como la concibió Waldo, “un
objeto en busca de una disciplina”.
Evaluación:
Bibliografía:
77
GUERRERO OROZCO, Omar. Teoría Administrativa del Estado. Teoría de la administración Pública
Contemporánea.: El cosmos de la Unión Europea. México.D.F. Oxforf University. 2.000.
78
Marshall DIMOCK y Gladys D1MOCK, Administración pública, UTEHA, México,
1967
79
(1964).
Georges l.ANGROD, Some Current Problems oi Administration in Prance Today,
Universidad Puerto Rico, San Juan, 1961.
80
Dwight Waldo, O Estudo da Administrac;ao Pública, Fundacao Getulio Vargas, Río de ]anciro,
1971 (1955)
81
Michel Lesage. , La administración soviética, Fondo de Cultura Económica,
México, 1985 (1981).
El concepto de administración pública, además de ser un fenómeno universal
en la cultura occidental, es una frase igualmente planetaria.
FRANCIA
Uno de los aspectos más significativos que debemos destacar es que, luego
de una larga contienda sostenida con el derecho administrativo, la ciencia de la
administración pública estableció un armisticio beneficioso que le otorgó plena
independencia. En efecto, Georges LANGROD aseguraba, desde la década de
1970, que ya se vivía una época caracterizada por el renacimiento de los
estudios no jurídicos en ambos hemisferios 88. Era el resultado de una larga
acumulación de trabajo de investigación, enseñanza en aula e intercambio y
debate académico, en el que concurrieron varios publiadministrativistas
interesados en una acción administrativa que fuera más allá de los asuntos
puramente jurídicos.
84
Bemard GOURNAY, Introduction a la Science Administrative, Presses de la Foundation Nationale des Sciences
Politiques, París, 1978 (1966).
85
Michel MESSENET; La Nouvelle Gestion Publique, Editions Hommes et Techniques, París, 1975.
86
Charles DEBBASCH, "La Science Administrative dans les Pays de l'Europe Occidentale Continentale", en Re-
vista Internacional de Ciencias Administrativas, Bruselas, vol. XLIV, núm. 1, 1974, p. 18.
87
Georges I.ANGROD, El pensamiento administrativo no juridico: vicisitudes y renacimiento, Centro de For-
mación y Perfeccionamiento de Funcionarios, Madrid, 1964, p. 7.
88
Ibid., pp. 23 Y 32.
administración pública dentro del cosmos de las ciencias sociales, con las
cuales interactúa desde tiempo atrás y, al mismo tiempo, observa, con la
misma autonomía con la que ellas la visualizan89. Gran parte de su exitosa
cruzada independentista ante el derecho administrativo obedece a su
naturaleza de ciencia social, ya que el hecho administrativo es en esencia un
fenómeno social.
Menos trascendentes que la obra anterior, pero al fin trabajos alejados del
asfixiante dominio del derecho administrativo, gracias a ese mismo ambiente
en 1963 se publicó un artículo sobre la ciencia de la administración pública,
aunque sumamente escueto92. Diez años después, se produjo otro ensayo,
pero también poco interesante93.
90
Pierre SOUDET, L'Administration vue par les Sies et par d'Autros, Berger-Lcvraul, París, 1960.
91
L. EL'ABED, "La Renaissance de la Science Administrative en France", en International Review 01
Administrative Sciences, Bruselas, vol. XXIX, núm. 1, 1963, pp. 59-63.
92
A. FRAMONT-MAURlCE, "Sur. la Science Administrative", en La Revue Administrative, mayo-
junio, París, 1972. pp. 264-267.
93
Bernard GOURNAY, op. cit., p. 7.
94
Ibid., pp. 20 y 33.
95
Georges lANGROD, "La ciencia de la administración pública en Francia: orígenes y contorno
europeo, actual y pasado", en Revista de ciencias sociales, San Juan de Puerto Rico, vol. 1, núm. 3,
de paso, es el equivalente del anglosajón management (manejo o gerencia),
pues mira los procesos internos de la administración pública, y no debe
confundirse con la voz francesa ménagere (menaje), como se hizo más tarde.
Los seis factores enunciados por LANGROD no son originales: han sido
aportados por otros pensadores desde la época de BONNIN. El mérito se
halla en que se sitúan en las tradiciones de la ciencia de la administración
pública. LANGROD observó que la ciencia de la administración pública había
perdido esta tradición, a causa de que, nacida la administración pública en el
seno del Estado absolutista y heredada al Estado de derecho, fue subsumida
en el Poder Ejecutivo y confinada al derecho administrativo, apartándose a la
vez de perspectivas no jurídicas. Con ello se interrumpió de manera drástica la
evolución iniciada por la ciencia de la administración pública 101. Por otra parte,
el terreno ganado por la técnica ha tenido resultados atroces para la disciplina,
pues se han desestimulado la investigación y la construcción teórica. La
ciencia de la administración pública debe reclamar autonomía y dejarse de
98
/bid., p. 138.
99
Dwight Waldo, The Study of Public Administration, Random House, Nueva York, 1967 (1955).
100
Georges LANGROD, Tratado de ciencia administrativa, p. 150.
101
Ibid., p. 162.
referir en plural a las "ciencias administrativas", porque ello sugiere la
aceptación de que hay desacuerdos, de que se carece de unidad. Se debe
hablar de ciencia de la administración pública.
104
Ibid., p. 18.
105
Danielle LOSCHAK, "I.a Science Administrativc: Quellce Administration? Qucllc Sciencc?", en /ntemational
Review of Administrative Science. Bruselas, vol. XLI, núm. 3, 1975.
comenzó a ocuparse de la ciencia de la administración pública desde
mediados de la década de 1970, cuando publicó un artículo que lanza un
desafío: "La ciencia de la administración: ¿Cuál administración? ¿Cuál
ciencia?" ("La Science Administrative: Quelle Administration? Quelle
Science?")106. Las ideas que planteó se desarrollaron mucho en otras obras,
que en seguida examinaremos.
107
Ja cques CHEVALLlER y Danielle LOSCHAK La ciencia administrativa, Fondo de Cul1ura Económica e
Instituto Nacional de Administración Pública, México, 1983 (1980), p. 12.
108
Ibid., p. 13.
109
/dem.
social, con miras a despejar los fundamentos de la acción administrativa en el
plano teórico y práctico110.
110
lbid., p. 38
111
ldem.
112
Jean-Michelle BELORGEY, "Vouz avez dit 'Gestion Publique"', La Revue Administrative, núm. 301,
París, 1998, pp. 9-15.
hacerlo perceptible. Insistir sobre lo conocido es indolencia, a menos que se
haga con extraordinaria creatividad, pero insistir en lo sobradamente conocido
es padecer de impotencia intelectual. La realidad administrativa debe
reconstruirse en las categorías de institución, organización y acción. Un mérito
más que se les debe acreditar no es la originalidad, sino seguir nutriéndose de
la savia de la tradición de la ciencia de la administración pública.
Por último, unos más se han encarrilado en el nuevo manejo público y han
adoptado la voz inglesa management como estandarte representativo de un
nuevo campo del conocimiento, intermediario entre la administración
pública y la administración de negocios privados: el "management público"
("management public")116.
.
ESPAÑA
Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA preparó una obra que él mismo calificó como
propiamente de "ciencia de la administración 120". Ello lo llevó al terreno de la
polémica sobre el estatuto científico de la administración pública, así como a
denunciar la falacia de que el "método crea el objeto". En efecto:
117
Luis ]ORDANA DE POZAS, "La organización y las ciencias administrativas en España", en
International Review of Administrat/ve Sciences, Bruselas, vol. XXIII, núm. 1, 1957, p. 14.
118
Recaredo FERNÁNDEZ DE VELASCO, Resumen de derecho administrativo y ciencia de la
administración, librería Bosh, Barcelona, 1930 (1920-1922).
119
Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA, La administración española, Alianza Editorial, Madrid, 1972
(1961).
120
Ibid., pp. 15 Y 16.
121
lbid., p. 16.
122
lbid., p. 17.
de organización, siempre que lo primero sea lo principal 123 . La administración
pública es mucho más que la especificación dentro de un género, es en sí un
género propio, distinto, dotado de una grave y poderosa individualidad.
A finales de la década de 1990, que corresponde tanto al fin de siglo como del
milenio, BAENA DEL ALCÁZAR visualiza una agenda o programa académico
de la administración pública consolidada, que desautoriza las prédicas
equívocas acerca de que debe reconstruir su cuerpo de doctrina. En todo
caso, la ciencia de la administración pública abandonó ya ciertos temas, tiene
algunos pendientes y otros más apenas aparecieron. Empero, su plan central
abarca cuatro problemas relevantes: la historia del pensamiento administrativo
universalmente considerado; el concepto de organización; "los grandes datos
políticos", y la teoría de la burocracia132.
Junto con ellos existe un campo de estudio de origen menos añejo: la "noción
de políticas públicas", cuyo papel puede ser el de centrar ese cuerpo de
doctrina en torno de ellas. De este modo, la administración se concebiría como
un continuo respecto del gobierno, cuya finalidad es conservar el equilibrio y la
integración de la sociedad, tarea que haría no tanto a través de la hechura de
decisiones como por medio de procedimientos de ejecución133. La
127
Ibid., p. 28.
128
Idem.
129
Idem.
130
Ibid., p. 40.
131
Ibid., p. 46.
132
Mariano BAENA DEL ALCÁZAR, "La ciencia de la administración pública en España", en Tecnología
administrativa, Colombia, vol. XIII, núm. 29, 1999, pp. 11-28.
133
Ibid., p. 13
administración pública tendría un papel central en la fabricación de las
"políticas públicas", que consiste en gestionar los recursos, para lograr de tal
modo que esas "políticas" no queden en el mero voluntarismo. Paralelamente,
las líneas fronterizas entre la ciencia política y la ciencia de la administración
serían más nítidas, pues la primera se centra más en la hechura de "políticas",
en tanto que la ciencia de la administración lo hace en cuanto a su
implementación, pero sin excluir el papel medular de los altos servidores
públicos en la hechura.
Rafael BAÑÓN MARTÍNEZ escribió hace poco un trabajo que refleja muy bien
"el estado del arte" de la ciencia de la administración pública actual, sin dejar
de considerar su origen y el contexto universal contemporáneo. La ciencia de
la administración pública ha superado su infancia académica, una etapa en la
cual estuvo empeñada en alcanzar la independencia científica ante el derecho
administrativo y la administración de negocios 134. Esta independencia se logró
gracias a la colaboración de la ciencia política, con la cual convive "junta pero
no revuelta".
134
Rafael BAÑÓN MARTÍNEZ, "Enfoques para el estudio de la administración pública: orígenes y tendencias
actuales", en Rafael BAÑÓN MARTINEZ y Ernesto CARRlLLO (comps.), La nueva administración pública,
Alianza Editorial, Madrid, 1997, p. 21.
135
Ibid., p. 30.
136
[bid., pp. 35 Y 36.
Sin embargo, BAÑÓN MARTÍNEZ concluye que ahora es difícil identificar las
categorías de discriminación (por ejemplo, lo político y lo administrativo) como
delimitantes del objeto de estudio, porque tal objeto es multifacético y
caleidoscopio: es un objeto de objetos. Debido a lo difuso de las fronteras
entre las organizaciones públicas, ese objeto igualmente lo es, lo que propicia
entonces que el centro de interés pase de la organización en sí hacia las
relaciones inter e intraorganizativas137.
Alemania
Sin embargo, FORSTHOFF pensaba que la obra de VON STEIN era válida
solamente para una etapa del desarrollo político de Alemania, cuando estaba
vigente el Estado de derecho en su forma de monarquía constitucional. El
ideario central de VON STEIN, en primer lugar, es que la administración
pública consiste en una función estatal autónoma, y ligada al derecho o no
continuaría su desarrollo independientemente de él. En segundo lugar, creía
que esa administración estaba llamada a desempeñar la misión social del
Estado, incluso ante una sociedad cada vez más autónoma 138. En efecto, ya
que la teoría de la administración pública de VON STEIN es inherente a una
forma del Estado de derecho, estaba en oposición a la idea general de ese
Estado de derecho. Según FORSTHOFF, fue el hegelianismo de VON STEIN
lo que colocó a la administración pública en el centro del Estado de derecho,
donde en realidad reina la ley. Este modo de visualizar el Estado de derecho
como una forma estatal transitoria volvió efímera la perspectiva de VON STEIN
137
[bid., p. 44.
138
Ernst FORSTHOFF, Sociedad industrial y administración pública, Escuela Nacional de
Administración Pública, Madrid, 1967 (1958), pp. 81 Y 82.
y la limitó cronológicamente a su tiempo.
139
Ibid., p. 84.
140
¡bid., pp. 85 Y 86.
141
¡bid., p. 87.
142
¡bid., p. 89.
Los sucesos sociales comentados explican por qué los vínculos entre la
ciencia de la administración pública y el derecho administrativo siguen siendo
muy estrechos, y ofrecen la legitimidad de la primera con base en las
realidades sociales de entonces.
145
Henrich SIEDENTOPF. ':Administrative Science in the Federal Republic of Germany: Present
Position", International Review 01 Administratiue Sciences, Bruselas, vol. XLIX, núm. 2, 1983, pp. 158-
163.
146
Renate MAYN1Z, Sociología de la organización, Alianza Editorial, Madrid, 1967 (1963).
147
Henrich SIEDENTOPF, op. cit., p. 163.
148
Fritz MORSTEIN MARX, Tbe Administratiue State: an lntroduction to Bureaucracy, The University
of Chicago Press, Chicago, 1957.
149
Fritz MORSTEIN MARX (ed.) , Elements 01 Pub/ic Administration, Prentice-Hall, Englcwood
Cliffs, 1959 (1946).
En 1969, MORSTEIN MARX escribió el ensayo "Una nueva visión de la
ciencia administrativa en Europa: la Conferencia Speyer" (A New Look at
Administrative Science in Europe: The Speyer Conference"), en el que
concluye que la ciencia de la administración pública renacía en toda Europa y
evocaba a las ciencias camerales; menciona entre sus cultivadores a VON
SECKENDORFF, SCHREBER, VON SONNENFELS y VON JUSTI, lo mismo
que a los teóricos de la ciencia de la administración pública en el siglo XIX:
VON MOHL y Lorenz VON STEIN 150. Destaca igualmente el fortalecimiento de
la ciencia de la administración pública como disciplina independiente, un
proceso que incluye toda Europa: LANGROD lo encabezaba en Francia, quien
se apoyaba en los orígenes intelectuales que se remontan a BONNIN,
MACAREL y VIVIEN. La ciencia de la administración pública estaba viva y
actuante en Europa, y tendía vigorosamente hacia su progreso futuro.
ITALIA
150
Fritz MORSTEIN MARX, “A New Look at Administrative Science in Europe: The Speyer
Conference", en international Review 01 Administrative Science, Bruselas, vol. 35, núm. 4, 1969, p.
291.
151
Frederick MOSHER, Donald KlNGSLEY y Glen STAHL, Administración de personal en el servicio
público, Edicio nes de la Universidad de Puerto Rico, San Juan de Puerto Rico, 1955.
responsabilidad, de contribuir a romper el silencio creado en Europa en torno a
la ciencia de la administración 152”. Asimismo, los mueve la ambición de
mostrar la universalidad del fenómeno administrativo conjugando las
tradiciones europea y estadounidense. Pero su propósito fundamental es dar al
estudiante una obra de significado operativo. Escogieron como título el que la
tradición europea ha adoptado: ciencia de la administración, que es, como lo
hemos visto, exclusivo para la administración pública.
152
Frederick MOSHER y Salvatore CIMMlNO, Ciencia de la administración, Rialp, Madrid, 1961
(1960), p. 19.
153
Giuseppe CATALDI, "L'Organizzazionc deHa Amministrazione Pubblica c la Scicnza della
Amministrazione", cn León Cortiñas-Peláez (comp.), Perspectivas del derecho público en la
segunda mitad del siglo XX, Instituto de Estudios de la Administración Local, Madrid, 1969, p.
54.
154
¡bid., p. 58.
administrativos, sino una actividad material 155. Ésta, por consiguiente, es
más que un mero efecto jurídico, y se manifiesta de varios modos y en
diversos movimientos, coordinados o no a través de un procedimiento, o se
reduzca o no a uno o varios trabajos intelectuales y manuales. La actividad
material se caracteriza porque siempre alcanza su culminación y siempre es
una obra humana.
155
¡bid., p. 98.
156
¡bid., p. 60.
157
Vittorio MORTARA, Introduzione alla Pubb/ica Amministrazione Italiana, Franco Angeli Editore, Milán,
1981, pp. 17-19.
158
Renato D'AMICO, Manuale di Scienza del/a Pubblica Amministrazione, Edizionc Lavoro, Roma, 1992.
Naturalmente, el pensamiento administrativo europeo no se limita a los países
aquí tratados, pues en todo el continente se percibe el impulso intenso del
trabajo académico de otras naciones. Aquí, tan sólo, tratamos con las naciones
europeas donde ese desarrollo académico es mayor y más promisorio.
EL REINO UNIDO
162
William ROBSON, "The Present State of Teaching and Research in Public Administration", en Public Adminis-
tration, Londres, vol. 39, autumn, 1961, pp. 217-222.
163
¡bid., p. 221.
164
¡bid., pp. 221 Y 222.
165
Peter SELF, Administrative Theories and Polities, Londres, George AIlen and Unwin, 1982 (1972).
temas de la administración pública británica, como el servicio civil, la toma
de decisiones, el manejo y los ministros166.
170
F. F. RIDLEY, "Public Administration: Cause Cor Discontent", en Public Administration, Londres, vol. 50,
1972, p.65.
171
[dem
172
[dern
cómo. Lo anterior le permite definir al profesor universitario como un
buscador de conocimiento, y al instructor profesional como un hombre
utilitario que se inclina por proveer la capacidad de ejecución. El primero
impulsa las fronteras del conocimiento hacia adelante, en tanto que al
segundo le corresponde alimentar la capacitación práctica.
173
George BOYNE, "The Intellectual Crisis in British Public Administration: is Public Management the
Problem or the Solution", en Pub/ic Administration, Londres, vol. 74, núm. 4, 19%, pp. 688-691
desafío definido desde el manejo público, pero no una revolución dentífica 174".
Temas de investigación:
175
R. A. W RHODES, "The State of Public Administration: a Professional History: 1970-1995", en Public
Administration, Londres, vol. 73, spring, 1995, pp. 1-15.
176
Andrew DUNSIRE, Administrative Theory in the 1980: a View", en Public Administration, Londres, vol. 73,
spring, 1995, pp. 17-40.
Italia.
Reino Unido.
Evaluación:
Bibliografía:
En relación con cada uno de los temas se vinculan autores y modelos según la
corriente o corrientes de influencia. Vale observar los aportes hechos desde
otras disciplinas y el desarrollo de modelos explicativos según la dinámica de
las organizaciones, además de las discusiones entre modelos y enfoques en la
construcción de la teoría de la administración pública.
Por otra parte, en lo que tiene que ver con la gestión pública el texto nos
muestra enfoques y diferencias con respecto a los análisis hechos desde la
administración pública y la ciencia política, especialmente en lo atinente a la
investigación de aplicación. Es importante observar las modificaciones en el
énfasis de estudio de la investigación en gestión publica –programas públicos-,
sus aportes y las formas de abordar y analizar las variaciones de las tareas
administrativa según los niveles de organización, los tipos de programa y los
estratos de gobierno.
178L
LYNN B, Naomi y WILDAVSKY. Aaron. Administración Pública. El estado actual de la
disciplina. Teoría de la administración pública: el estado de la disciplina. México. D.F. México.
Fondo de Cultura Económica. 1999. P90 – 101.
En mi opinión, la teoría de la administración pública obtiene de esa diversidad
su mayor fuerza y su limitación más grave. Por una parte, son necesarios los
teóricos de la administración pública a fiI1 de entender un amplio conjunto de
perspectivas relevantes para su tarea de construcción teórica. La teoría de la
administración pública es enormemente rica y compleja. Por otra parte, la
diversidad de la administración pública significa a menudo que el campo
carece de identidad. Muchos cuestionan incluso si es posible hablar de una
teoría coherente e integrada de la administración pública. En estas
circunstancias, es obligatorio ahora llevar a cabo una reseña y evaluación de
la teoría de la administración pública.
Por último, en varios artículos se trata de conceptuar con mayor precisión las
nociones de la sensibilidad (Saltzstein, 1985) o la eficiencia (Goodin y
Wilenski, 1984), o de diseñar pruebas empíricas de la correspondencia
existente entre la acción burocrática y las demandas públicas (Gaertner,
Gaertner y Devine, 1983; McEachern y Al-Arayed, 1984; Romzek y Hendricks,
1982).
El territorio ha sido bien trazado por Willbern (1984), quien identifica seis
clases de moral para los funcionarios públicos: a) honestidad básica y
respeto de la ley, b) conflictos de intereses, c) orientación de servicio y
justicia procesal, d) ética de la responsabilidad democrática, e) ética de la
determinación de la política pública, y f) ética del compromiso y la inte-
gración social. Brady (1981), Lilla (1981) y Thompson (1985) precisan la lista
anterior considerando el alcance de los estudios éticos y la forma como
debiera enfocarse este estudio. Especialmente significativa es la
demostración de Thompson de que no son contundentes dos de los argu-
mentos principales que se esgrimen en contra de la posibilidad de desarro-
llar una administración ética.
Un área importante que combina los estudios del proceso de gobernación con
los estudios de la ética administrativa ha sido la de la ciudadanía y la
educación cívica. El artículo de Frederickson (1982) sobre la "recuperación del
civismo" fija el tono de estas discusiones sosteniendo que, al descuidar el
aspecto público de la administración pública, se ha perdido de vista la
importancia de los valores democráticos que afectan el trabajo de los
administradores individuales. McSwain (1985) llega a una conclusión similar,
aunque por medios diferentes, al afirmar que se carece de un sustento
adecuado para desarrollar plenamente la noción de la ciudadanía, y que el
legado liberal de la Constitución ha minado las nociones de la comunidad y el
interés público con el individualismo racional. En tales circunstancias -arguye
McSwain-, el administrador carece de una guía en la toma de decisiones
responsables acerca de los valores públicos.
EPISTEMOLOGÍAS ALTERNATIVAS
Sederberg (1984) sugiere examinar las metáforas en las que se apoyan varias
tradiciones de la investigación. Por oposición a las metáforas más
tradicionales de la máquina, lo orgánico y lo dramático, Sederberg ofrece una
metáfora explicativa, en su opinión más sensible a la naturaleza subjetiva de
las organizaciones. Dado que todas las organizaciones se basan en la
experiencia de actores individuales involucrados en la explicación de sus
acciones y su participación, aclarar la estructura de la adquisición de
conocimientos podría dar algunas claves para entender las estructuras y el
comportamiento organizacionales. En cambio, Killingsworth (1984) utiliza la
filosofía de la ley de libertad de expresión como un marco para investigar la
verborrea en las organizaciones administrativas, señalando la naturaleza
ideológica y ficticia de lo que ocurre en la vida organizada. Por último, Fischer
(1983) trata de integrar los juicios empíricos con los normativos mediante una
lógica de cuestionamientos que ayudaría a entender la toma de decisiones,
mientras que Jung (982) presenta una aplicación detallada de la
fenomenología a los asuntos públicos.
DINÁMICA ORGANIZACIONAL
IMPLEMENTACIÓN DE LA POLÍTICA
INTERORGANIZACIONAL, LA ECONOMÍA POLÍTICA Y
LA ELECCIÓN PÚBLICA
COMENTARIOS FINALES
179
BOZEMAN, Barry (coordinador). La Gestión Pública su situación actual. Capítulo VII. En
busca de la clave de la gestión pública: Diferentes modos de cortar una cebolla. México D.F.
México. Fondo de Cultura Económica. 1998. P. 100 – 106.
El movimiento de la gestión pública, en especial la parte que ha brotado del
estudio de la estrategia corporativa en las escuelas comerciales, se jacta de
haber creado un nuevo enfoque que comparte muy poco con estas tradiciones
más antiguas. Se ha alimentado en las escuelas de políticas públicas y ha
dado frutos en la Association for Public Policy Analysis and Management. Sus
estudiantes tratan de sacar lecciones de aplicación general a partir del estudio
de casos y de las experiencias personales; y al desarrollar su mensaje, toman
poco de la experiencia acumulada de la investigación de la administración
pública y del estudio de su aplicación. Sin embargo, dadas las tradiciones de
estos dos campos, cabe preguntar si la nueva rama del movimiento de la
gestión pública ofrece en realidad algo nuevo o si no es más que un capricho
de quienes la han desarrollado. ¿Es la investigación de la gestión pública
simplemente una investigación de administración pública o un estudio de su
aplicación? ¿Qué innovaciones introduce? ¿Tienen algo que aportar las
tradiciones antiguas?
PREGUNTAS NO CONTESTADAS
Temas de investigación
Haga una breve reseña de la evolución y los enfoques y/o modelos de la teoría
de la administración pública.
Evaluación
Bibliografía