Sin lugar a dudas el holocausto de la segunda guerra mundial, es uno de esos
momentos en la historia de la humanidad que demuestra hasta donde puede llegar la maldad de una persona, uno se pregunta si hay algo que justifique el horror y la barbarie humana, parece que fuese algo inherente en nosotros y que a cada gran que damos, deja tras de sí una gran mancha negra que eclipsa todo aquello bueno que pudimos haber hecho.
Cuando uno lee libros relacionados a la segunda guerra mundial, se esperaría
encontrar testimonios que nos muestren la masacre y el sufrimiento de las personas que vivieron para narrar su experiencia, sin embargo, en La Trilogía de Auschwitz de Primo Levi, el autor plasma sus memorias del campo de concentración sin victimismo y sentimentalización del sufrimiento, no ahonda en la masacre ni en el sufrimiento de los presos, es un testimonio donde el dolor no lo lleva al odio ni a la desesperación, mas bien al deseo de tener paz. Hay muchas cosas que se pueden analizar en los tres libros que conforman la trilogía, sin embargo en “Si esto es un hombre”, podemos analizar un hecho muy inhumano que no solo ocurrió en los campos de concentración, si no también en otros momentos de la historia de la humanidad, por ejemplo, lo ocurrido durante “La fiebre del caucho” que abarcó desde el 1879 y 1945, años de abusos, masacre, etnocidio y esclavitud forzada contra las poblaciones amerindias de la amazonía; este hecho es el de “Cómo un hombre puede arrebatar a otro cualquier indicio de humanidad”.
Auschwitz es la representación de la destrucción del hombre y una cantidad
de situaciones que los privan de su cotidianidad y los lleva al olvido de su condición humana; el humano se convierte en un animal confinado en un matadero con el único futuro de ser sacrificado, un ser humano desprovisto de identidad ... ”Me llamo 174517; nos han bautizado, llevaremos mientras vivamos esta lacra tatuada en el brazo izquierdo” . (Levi, pag 20). No existe nada mas cruel que despojar a los prisioneros de su propia identidad ...”Nos quitarán hasta el nombre: y si queremos conservarlo deberemos encontrar en nosotros la fuerza de obrar de tal manera que, detrás del nombre, algo nuestro, algo de lo que hemos sido, permanezca”. (Levi, pag 28).
Un hombre deja de ser hombre cuando es despojado de algo que lo
identifique como tal, y no son solo los actos esclavistas, también la perdida de la esencia del ser humano, a la posibilidad de poder aferrarse de algo, sea este pasado, presente o futuro. ...”Tengo que confesarlo: después de una única semana en prisión noto que el instinto de la limpieza ha desaparecido en mí. Voy dando vueltas bamboleándome por los lavabos y aquí está Steinlauf, mi amigo de casi cincuenta años, a torso desnudo, restregándose el cuello y la espalda con escaso fruto (no tiene jabón) pero con extrema energía. Steinlauf me ve y me saluda, y sin ambages me pregunta con severidad por qué no me lavo. ¿Por qué voy a lavarme? ¿Voy a estar mejor de lo que estoy? ¿Voy a gustarle más a alguien? ¿Voy a vivir un día, una hora más?”. (Levi, pag 40).
En el libro de Hannah Arendt “Los Orígenes del Totalitarismo”, describe y
analiza los dos movimientos totalitarios más importantes del siglo XX, en este expresa “ Los campos (...) privaron a la muerte de su significado como final de una vida realizada. En un cierto sentido arrebataron al individuo su propia muerte, demostrando por ello que nada le pertenecía y que él no pertenecía a nadie. Su muerte simplemente pone un sello sobre el hecho que en realidad nunca haya existido”. (Arendt, pag 362). Primo Levi nos dice lo siguiente: hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse: una condición humana más miserable no existe, y no puede imaginarse. No tenemos nada nuestro.
Vemos entonces que lo que creemos nuestro puede ser arrebatado en
cualquier momento, sea esto la cotidianidad, nuestra identidad, nuestras raíces y cualquier posibilidad de ver un futuro, todo esto que nos identifica como seres humanos es robado y nos reduce a una sombra, dejamos de ser hombres y nos convertimos solo en otra parte de la historia.