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Trabajo investigativo: cristianismo

Responsable:

Catedrático:

Asignatura: Filosofía

La Ceiba, Atlántida 08 de Julio de 2017


BASE PARA EL TESTIMONIO CRISTIANO

1. Para los cristianos es un privilegio y una alegría dar cuenta de la esperanza que hay en
ellos y hacerlo con mansedumbre y respeto (cf. 1Pedro 3,15).

2. Jesucristo es el Testigo supremo (cf. Juan 18,37). El testimonio cristiano es siempre una
participación en su testimonio, que toma la forma del anuncio del Reino, del servicio al
prójimo y del don total de sí mismo, incluso cuando este acto de donación lleva a la cruz.
Así como el Padre envió al Hijo en el poder del Espíritu Santo, así los creyentes son
enviados a la misión para testimoniar con la palabra y las obras el amor del Dios uno y
trino.

3. El ejemplo y las enseñanzas de Jesucristo y de la Iglesia primitiva deben ser la guía para
la misión cristiana. Durante dos milenios los cristianos han tratado de seguir el camino de
Cristo compartiendo la Buena Noticia del Reino de Dios (cf. Lucas 4,16-20).

4. El testimonio cristiano en un mundo plural incluye la tarea del diálogo con personas de
diferentes religiones y culturas (cf. Hechos,17,22-28).

5. En algunos contextos, vivir y anunciar el Evangelio es difícil, impedido o incluso


prohibido. Sin embargo, los cristianos han recibido de Cristo el mandato de seguir dando
fielmente testimonio de Él en solidaridad los unos con los otros (cf. Mateo 28,19-20;
Marcos 16,14-18; Lucas 24,44-48 Juan 20,21, Hechos 1,8).
EL HOMBRE SEGÚN EL CRISTIANISMO

 Es lo que, a lo largo de la historia, partiendo ya de los primeros siglos cristianos, se ha


expresado diciendo que el hombre está formado de alma y cuerpo. “No temáis a los que
pueden matar el cuerpo pero no el alma” (Mt 10, 28); “¿para qué le sirve al hombre ganar
todo el mundo si pierde su alma?” (Mt 16, 26). También: “ex anima rationale et humana
carne subsistens” (Símbolo Quicumque), la unidad de la divinidad y la humanidad en Cristo
es semejante a la unión de alma y cuerpo. Y el Magisterio: “cuerpo y alma, que
pertenecen a un verdadero hombre” (Conc. XI de Toledo); el hombre consta de dos
sustancias, alma y cuerpo (Conc. XV de Toledo); “muy común naturaleza humana,
constituida de espíritu y cuerpo” (Conc. Lateranense IV, C.V. II).

- El cristianismo asimiló estas nociones de la antropología griega, aunque


transformándolas. Los esquemas cristológicos y soteriológicos (encarnación, resurrección)
han hecho que algunos Padres basaran su antropología precisamente en el cuerpo. Y
aunque pronto, por el predominio de los esquemas platónicos, se pasa a considerar que el
alma tiene una primacía sobre el cuerpo (y se llega a afirmar a veces que ésta es en rigor
el hombre), nunca en la teología cristiana se ha considerado al cuerpo malo en sí mismo;
ha sido también creado por Dios y es llamado a la transformación final en la resurrección.
Es barro de la tierra transformado por el aliento divino... que pervive más allá de la
muerte, primero está la fe en el Sheol o seno de Abraham, luego se concreta en la
resurrección de la carne. La resurrección de Cristo es la máxima revelación de la verdad de
la resurrección y de la Alianza. El Catecismo lo explica en 631-637, y S. Pablo en 1 Cor
15,20.23; el Evangelio en Lc 20.38 y muchos otros lugares.

- Con Tomás de Aquino la explicación de qué es el ser humano se hace más realista. Habla
de dos principios (dimensiones, aspectos), no de dos realidades opuestas. Describe el ser
humano como material por una parte y no material por otra. El ser humano está
completamente inmerso en lo material y obedece a sus leyes básicas de espacio y tiempo.
A la vez muestra que no es material del todo pudiendo gobernar espacio y tiempo con su
razón: planificar el futuro o disponer las cosas en un el espacio de su vida diaria. Ejemplo:
puedo elaborar una agenda para mañana, y pensar cómo va a ser el comedor de la casa
sin necesidad de estar presente.

- Alma y cuerpo llegan a ser co-principios del ser humano. Es cuerpo completamente y a la
vez alma completamente. Santo Tomás subrayó la unidad de los dos componentes del
hombre en su famosa fórmula “anima forma corporis”. Existe una unidad sustancial
originaria del hombre que abraza estos dos aspectos, de manera que ninguno de los dos
separado del otro sería hombre o persona (aunque el alma perviva después de la muerte).
COMO HA INFLUIDO EL CRISTIANISMO EN LA SOCIEDAD

El Cristianismo ha influido positivamente en una interpretación del ser humano, que debe
ser reconocida en la cultura académica actual. Ha reconocido que el hombre y la mujer
son iguales en su dignidad y están llamados a complementarse. Ha mantenido que el ser
humano es libre para construir y orientar su vida, sin ataduras ni condicionamientos
culturales, sociales, políticos, estructurales. Ha subrayado que cada ser humano, hombre y
mujer, es único e irrepetible en el proyecto de salvación que Dios tiene para la
humanidad, y que esta individualidad es garantía de sus derechos y obligaciones.
Ha proclamado que el ser humano se diferencia cualitativamente del resto de los
animales, y que su propia configuración lo capacita para dar y recibir amor, ya que ha sido
creado a imagen y semejanza del Creador, el Amor con mayúsculas, Dios.
Ha mantenido que el fin último del ser humano es vivir eternamente con Dios en completa
unión y felicidad, más allá de la muerte, experiencia penúltima.

Esta visión armónica y positiva, esencial y abierta en clave interdisciplinar a toda ciencia y
saber, debe ser reconocida y aplaudida como el mejor exponente de una interpretación
que defienda al propio ser humano.
Clemente de Alejandría y Orígenes se convirtieron en los fundadores de la filosofía cristiana.
Ciertamente el término de filosofía cristiana ha planteado muchos problemas a lo largo de la
historia del pensamiento.

Períodos de la filosofía cristiana.

I. Período antiguo o de iniciación (siglos I al V)

Padres apostólicos (siglo I); pensadores cuya vida transcurrió en los tiempos apostólicos. Destaca
san Clemente de Roma..

Padres de la Iglesia o patrística (siglos II y IV); Con la excepción de san Agustín de Hipona (354–


430), no crearon un sistema filosófico completo. El pensamiento agustiniano dominará toda la
filosofía medieval hasta el siglo XIII, en que surgirá Tomás de Aquino:

a) Padres apologistas (siglo II); destacan san Justino y Tertuliano. Defendieron al Cristianismo de


los ataques paganos. Filosóficamente no tienen gran interés; en general, su postura frente a la
filosofía pagana es adversa;

b) Escuela cristiana de Alejandría (siglos II y III); primeros intentos de exposición sistemática del
pensamiento cristiano en términos filosóficos. Reivindicaron el cristianismo como la expresión más
perfecta del pensamiento filosófico. Tuvo como fin ilustrar y formar a los cristianos y atraer a los
gentiles a la fe cristiana. Destacan san Clemente de Alejandría y Orígenes. Postura conciliadora
respecto de la filosofía;

c) Los capadocios (siglo IV); en su enseñanza cristiana manejan todo el instrumental de la filosofía
griega. Destacan san Basilio, san Gregorio Nacianceno y san Gregorio de Nisa, originarios de
Cesarea de Capadocia.

II. Período de transición (siglos V al VIII)

Pseudo Dionisio: personaje anónimo, probablemente del siglo V; gozará de gran prestigio entre los
escritores cristianos de los siglos VI y VII.

Boecio (hacia 480–525); traduce y comenta algunos libros del Organon aristotélico; el


conocimiento que se tiene de Aristóteles en la Edad Media hasta el siglo XI se debe,
fundamentalmente, a su aportación personal.

Beda el Venerable (siglos VI–VII). su pluma escribió sobre temas diversos, desde música hasta
religión. De hecho, en ocasiones, se le considera como un Padre de la Iglesia.

San Isidoro de Sevilla (siglos VI–VII), quien funda una escuela para la formación del clero que actúa
como foco de cultura para toda España; escribe las Etimológicas, obra de carácter enciclopédico
muy consultada en la Edad Media.
III. Escolástica (siglos IX al XIV)

Período de formación (siglos IX al XI); el renacimiento carolingio: hacia el


año 800, Carlomagno funda una academia para la formación de los gobernantes que da lugar a un
importante período de desarrollo cultural en el siglo IX:

Juan Escoto Erígena (primera mitad del siglo IX);

San Anselmo (1033–1109); importante filósofo, en particular por su «argumento ontológico» para


la demostración de la existencia de Dios.

Período de desarrollo (siglo XII). El problema fundamental más tratado fue el de los universales:

a) la escuela de Chartres. Destaca Juan de Salisbury;

b) la escuela de San Víctor. Destaca Hugo de San Víctor.

Período de apogeo (siglo XIII):

a) Aristotelismo cristiano: recuperación del pensamiento aristotélico. Destacan san Alberto


Magno (1206–1280) y santo Tomás de Aquino (1224–1274);

b) Filosofía del franciscanismo: vuelta al agustinismo y platonismo. Destacan san


Buenaventura (1221–1274) y Duns Scoto (1266–1308).

Decadencia (siglos XIV y XV):

Guillermo de Ockham (1290–1349).

IV. Reforma católica y protestante (siglos XV al XVII)

Johannes Reuchlin (1455-1522).

Erasmo de Rotterdam (1466-1536).

Francisco de Vitoria (1483 ó 1486-1546)

Juan Luis Vives (1492-1540).

V. Ilustración (siglos XVIII y XIX)

Salvatore Roselli (1685-1757). Gaetano Sanseverino (1811-1865).

Emanuel Swedenborg (1688-1772). Joseph Kleutgen (1811-1883).

Vincenzo Buzetti (1777-1824). Mateo Liberatore (1810-1892).

Luigi Taparelli D'Azeglio (1793-1862). Ceferino González (1831-1894).


Angelo Testa (1788-1873). Tommaso Zigliara (1833-1893).

Søren Kierkegaard (1813-1855). Domet de Vorges (1829-1910).

La época alrededor de 1800 significa una pausa histórica, no sólo en la historia europea en general
—desde la Revolución francesa, pasando por las guerras napoleónicas, hasta el Congreso de
Viena y la Restauración—, sino en particular también en la historia de la cultura: es un fin y un
nuevo comienzo. La filosofía cristiana (católica) en su forma tradicional parece superada y casi
totalmente barrida por los seguidores del filósofo racionalista (católico) René Descartes que,
intentando demostrar que la verdad existe en un mundo que se volvía escéptico, dejó de lado la fe
y los sentimientos, marcando toda la filosofía moderna y contemporánea a favor o contra del
racionalismo, así surgen: la Ilustración, el pastor cristiano pero no católico Immanuel Kant,
el idealismo y el positivismo (hiper-racional o cientificista). Está como sumergida en un vacío
intelectual y tiene que empezar de nuevo a encontrar su conexión con la vida cultural de la época.
En esta situación se produce un nuevo despegue de orientaciones y enfoques metodológicos,
adecuados a los hechos, en el pensamiento cristiano.

Albert Farges (1848-1926). Joseph de Finance (1904-2000).

Pierre Rousselot (1878-1915). Cornelio Fabro (1911-1995).

Édouard Hugon (1867-1929). Octavio Derisi (1907-2002).

Joseph Gredt (1863-1940). Ángel González Álvarez (1916-1991).

Antonin-Dalmace Sertillanges (1863-1948). Carlos Alberto Sacheri (1933-1974).

Ramón Orlandis (1873-1958). Jean Ousset (1914-1994).

Ferdinand Ebner (1882-1931). Jorge Uscatescu (1919-1995).

Gallus M. Manser (1866-1950). Georges Kalinowski (1916-2000).

Joseph Geyser (1869-1948). Frederick Wilhelmsen (1923-1996).

Joseph Maréchal (1878-1944). Alberto Wagner de Reyna (1915-


2006).
Joseph de Tonquédec (1868-1962).
Carlos Cardona (1930-1993).
Mariano Cordovani (1883-1950).
Elizabeth Anscombe (1919-2001).
Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz O.C.D., 1891-
1942). Victorino Rodríguez (1926-1997)

Amato Masnovo (1880-1955). Rafael Gambra (1920-2004).

Réginald Garrigou-Lagrange (1877-1964). Karol Wojtyła (1920-2005).


Francesco Olgiati (1886-1962). Marcel Clément (1921-2005).

Romano Guardini (1885-1968). Antonio Millán-Puelles (1921-2005).

Jacques Maritain (1882-1973). Juan Vallet de Goytisolo (1917-2011).

Yves Simon (1900-1958). Mieczysław Albert Krąpiec (1921-


2008).
Régis Jolivet (1891-1966).
Agustín Basave (1923-2006).
Santiago Ramírez (1891-1967).
Juan Alfredo Casaubón (1919-2010).
Erich Przywara (1889-1972).
Thomas Molnar (1921-2010).
Umberto Padovani (1894-1968).
Francisco Canals (1922-2009).
Gabriel Marcel (1889-1973).
Anna-Teresa Tymieniecka (1923-
Étienne Gilson (1884-1978). 2014).
Dietrich von Hildebrand (1889-1977). Abelardo Lobato (1925-2012).
Oswaldo Robles (1905-1969). Leonardo Polo (1926-2013).
Tomás D. Casares (1895-1976). Carlos Llano Cifuentes (1932-2010).
Charles De Koninck (1906-1965). Alberto Caturelli (1927-2016).
Louis Lachance (1899-1963). Mariano Artigas (1938-2006).
Johannes Messner (1891-1984). Francesco Gentile (1936-2009).
Nimio de Anquín (1896-1979). Alfonso Gómez-Lobo (1940-2011).
Mário Ferreira dos Santos (1907-1968). Leo J. Elders (1926).
Jaume Bofill Bofill (1910-1965). Robert Spaemann (1927).
Aniceto Fernández Alonso (1895-1981). Germain Grisez (1929).
Julio Meinvielle (1905-1973). Alasdair MacIntyre (1929).
Leonardo Castellani (1899-1981). Alvin Plantinga (1932).
Guillermo Fraile (1909-1970). Javier Hervada (1934).
Maurice Nedoncelle (1905-1976). Vittorio Possenti (1938).
Michele Federico Sciacca (1908-1975). John Finnis (1940).
Jordán Bruno Genta (1909-1974). Lluís Clavell (1941).

Bernard Lonergan (1904-1984). Rafael Alvira (1942).

Bernhard Welte (1906-1983). Joseph Boyle (1942).

Johannes Baptista Lotz (1903-1992). Eduardo Martín Quintana (1943).

Józef Maria Bocheński (1902-1995). Carlos Ignacio Massini (1944).

Augusto Del Noce (1910-1989). Juan José Sanguineti (1944).

Jean Guitton (1901-1999). Rodolfo Vigo (1946).

Marcel De Corte (1905-1994). Russel Hittinger (1949).

Osvaldo Lira (1904-1996). William Lane Craig (1949).

Josef Pieper (1904-1997). Mauricio Beuchot (1950).

Frederick Copleston (1907-1994). José Miguel Gambra (1950).

Antonio Gómez Robledo (1908-1994). Martin Rhonheimer (1950).

Teófilo Urdánoz (1912-1987). Tomás Melendo (1951).

Michel Villey (1914-1988). Robert P. George (1955).

Roger Verneaux (1906-1997). Gabriel Chalmeta Olaso (1957).

Gustave Thibon (1903-2001). Miguel Ayuso (1961).

Juan Manuel Burgos (1961).

Miguel Pérez de Laborda (1963).

VI. Siglos XX y XXI

A fines del siglo XIX y en concreto durante el siglo XX una serie de pensadores cristianos
impulsados por la carta encíclica Aeterni Patris de León XIII empezaron a discutir en torno a la
existencia de la filosofía cristiana, Étienne Gilson fue uno de los primeros en defender la existencia
de una filosofía cristiana, eso causó revuelto en los pensadores de los primeros años del siglo XX,
también el historiador racionalista Émile Bréhier se suma a la discusión argumentando en contra,
así vemos que en 1931 la Sociedad francesa de filosofía promovió un primer debate en torno al
tema en el que participaron, además de los mencionados, Léon Brunschvicg, Gabriel
Marcel, Maurice Blondel, Marie-Dominique Chenu y Jacques Maritain, entre otros. Tiempo
después Martin Heidegger se opondría resueltamente al concepto mismo de filosofía cristiana, y
sus argumentos han tenido y tienen aún gran influjo en el pensamiento filosófico.
Paradójicamente Heidegger es discípulo de Husserl, que descubre la fenomenología gracias a su
maestro el presbítero (cura) católico que le enseñó la filosofía del doctor santo Tomás de Aquino.
Además, en el año 1998 Juan Pablo II con su carta encíclica Fides et ratio reabriría el debate de la
existencia de la filosofía cristiana haciendo un llamado a que se siga investigando, de esta forma
queda claro la existencia de la filosofía cristiana (específicamente católica, centro y origen del
cristianismo no católico posterior a Lutero). Algunos filósofos cristianos, entre ellos Antonio Livi,
han estado argumentando a favor de la existencia de la misma, aunque aún hay mucho trabajo
que realizar en ese campo

DONDE INICIA EL CRISTIANISMO


LIBROS QUE HABLAN DE LA FILOSIFIA DEL CRISTIANISMO
 
Tao Te Ching de Lao Tsé

Texto base del Taoísmo chino, esta obra maestra filosófico-religiosa actúa como una guía
para la vida que cubre todo tipo de aspectos políticos y sociales.

Los diálogos de Platón

La obra de Platón es esencial tanto para los estudiantes de filosofía como para el público
en general. Los Diálogos contienen reflexiones en diversos temas, desde el amor y la vida
después de la muerte hasta la política y la justicia.

Metafísica de Aristóteles

Se trata de un conjunto de tratados compilados luego de la muerte de este filósofo griego.


La comprensión del Ser, los diferentes tipos de causa, forma y materia y la existencia de
Dios son algunos de los temas que se tratan en uno de los textos pioneros de la filosofía
occidental.

La consolación de la filosofía de Boecio

Boecio, filósofo romano de la Edad Media, sintetiza en esta obra dictados de Cicerón,
Séneca, Aristóteles, los estoicos, los neoplatónicos y San Agustín, lo que hizo de ella una
de las obras literarias y filosóficas más importantes de su época.

Suma teológica de Tomás de Aquino

Tratado cristiano-católico sobre asuntos teológicos que explica las creencias de la Iglesia
de la época medieval.

CRISTIANOS ALREDEDOR DEL MUNDO

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