Está en la página 1de 20
CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHOLICAS EN ESPANA Francisco Alvira Martin En el afio 1973, una comisién de trabajo presidida por Joaquin Santo- Domingo elevé a la «Comision Interministerial sobre el Alcoholismo y Tré- fico de Estupefacientes» una memoria sobre los problemas del alcoholismo y consumo de drogas en Espafia. Esta memoria puede servir perfectamente como punto de referencia para analizar los cambios que han tenido lugar en el con- sumo de bebidas alcohélicas en Espaiia. Segiin dicha memoria, el consumo de bebidas alcohdlicas se caracterizaba en aquellas fechas por los siguientes rasgos: 1) EI tipo de bebida alcohélica més extendido era el vino, aunque la cerveza empezaba ya a incrementar su presencia. El resto de las be- bidas alcohélicas se bebian ocasionalmente, no de un modo genera- lizado/habitual. 2) Las cantidades consumidas variaban fuertemente segtin distintas ca- racteristicas sociodemogréficas, de las que la més significativa era el sexo: frente a cerca de dos tercios de varones consumidores habitua- les de alcohol, habia tan sélo un tercio de mujeres. El consumo me- dio se estimaba en 12,1 litros de alcohol puro por afio per cépita. 3) La mayor parte del consumo tenfa lugar en las comidas, pero habia importantes minorfas que consumian fuera de ellas. RAS 34/86 pp. 111-130 FRANCISCO ALVIRA MARTIN 4) El némero de abstinentes, es decir, no consumidores de alcohol, ha- bia ido disminuyendo paulatinamente, estimandose en el 14 por 100 para los varones y el 22 por 100 para Jas mujeres. Las diferencias entre los porcentajes de abstinentes y de consumidores habituales reflejan la proporcién de consumidores ocasionales 5) La embriaguez era la norma habitual tan sdlo para un 2 por 100 de varones y menos de un 1 por 100 de mujeres, referidos estos datos a los fines de semana. 6) La edad marcaba pautas distintas de consumo, pero en la memoria no queda claro cudles eran éstas; se sefiala, sin embargo, que los jévenes de clase trabajadora bebian ante todo vino, mientras que los de clase alta se centraban en los licores. 7) Por ultimo, se sefialaban las diferencias regionales existentes: con- sumo més alto en el Norte y menor en el Sur y en la regién valen- ciana. En 1982, la Direccién General de la Salud Publica del Ministerio de Sa- nidad promovié un estudio cualitativo sobre las pautas de consumo de bebi- das alcohélicas de los jévenes espafioles. El estudio que dicha Direccién Ge- neral habia realizado en 1980 sobre el consumo de a poblacién adulta mayor de 18 afios habia detectado una serie de tendencias del consumo que resultaban preocupantes, y ésta fue la razon de dicho estudio cualitativo, que fue seguido de un estudio cuantitativo en 1984, también referido a los jéve- nes espafioles, Estos tres estudios, junto con el realizado en enero de 1986 por el CIS, son Jos elementos basicos en los que se sustenta este articulo, puesto que el nuevo estudio promovido por la Direccién General de la Salud Publica sobre poblacién adulta esté en estos momentos Hevandose a cabo. E] estudio cualitativo realizado en 1982 sobre jévenes de 12 a 29 afios puso de relieve que se habian producido tres hechos indicadores de un cam- bio de las pautas de consumo de alcohol: 1) Reduccidn de la edad en que se comienza a beber bebidas alcohélicas de un modo habitual, 2) Cambio en las motivaciones para el consumo, primando cada vez més la bisqueda de los propios efectos del alcohol 3) Aumento del consumo de bebidas alcohdlicas en dias festivos y fines de semana y, como consecuencia del cambio de motivaciones, aumen- to de la frecuencia y ntimero de «borracheras». Estos tres indicadores ponian de relieve que se habia producido un cam- bio sustancial en el modelo de consumo de alcohol, de modo que habria sur- gido un nuevo modelo que se presentaba como una ruptura total de las pautas de consumo de los adultos. 112 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHOLICAS EN ESPANA 1. La edad de comienzo del consumo de bebidas alcohélicas En un pais en el que el vino —y en general las bebidas alcohélicas— cons- tituye parte integral de su cultura, es légico que se comience a tomar bebidas alcohélicas a muy tempranas edades. Ahora bien, hay diferencias importantes entre la copa de sangria, cerveza o champén, etc., que toma un nifio en una fiesta familiar 0 popular y el comienzo del consumo de bebidas alcohélicas de un modo habitual. En el anélisis de pautas de consumo y de sus cambios resulta mds importante esta iltima fecha/edad. Los datos disponibles (véase cuadro 1) muestran que el comienzo del con- sumo se produce en Espafia a edades muy tempranas. Para 1986, y tomando como referencia la poblacién mayor de 15 afios, la media de edad de este inicio de consumo se sitéa en los 17 afios. Lo interesante es que esta cifra ha ido descendiendo paulatinamente en los iltimos afios. Asi, en 1984, la edad media para los espafioles de 15 a 20 afios era de 15 afios, y de 16 para los de 21 a 25 afios. En 1986, y seguin datos de! CIS, la edad media en el grupo de 15 a 20 afios era de 14 afios, y de 15 en el grupo de 21 a 25 aiios. Es decir, ha habido una reduccién de un afio por término medio en el comienzo del consumo regular de bebidas alcohdlicas. Ademés, aunque al nivel de la poblacién espafiola en general esta edad media es menor entre los varones que entre las mujeres, dado que los hom- CUADRO 1 Edad de inicio del consumo de bebidas alcohdlicas Media TOTAL oe 45 7 Sexo Hombres oo see eee ce ee oe 15 16 ee oo 15 18 Edad 15-20 ... eee 15 14 21-25 16 15 26-45 : : = v7 A665 oe ae _ 18 Mis de 65... _ 19 * Estudio de la Direceién General de la Salud Publica, 1984. ** Estudio del CIS, 1986. 113 FRANCISCO ALVIRA MARTIN bres empiezan a beber antes, esta diferencia desaparece en los jévenes de 15 y 25 afios, Las diferencias entre hombres y mujeres a este respecto han ido desapareciendo en los tiltimos afios, del mismo modo que han ido desapare- ciendo otros tipos de diferencias sociales entre ambos sexos. La reduccién de la edad del inicio del consumo es el resultado de milti- ples factores que operan conjuntamente. De una parte, debe mencionarse el aumento del dinero y tiempo disponible por parte de los jévenes; ambos hechos, junto con la forma cémo se estructura el ocio juvenil en torno a pubs, bares y discotecas, han facilitado este inicio temprano de consumo. Los tres aspectos —dinero, tiempo y contexto— realmente son tres indicadores del mismo constructo: disponibilidad de bebidas alcohélicas. Esta disponibilidad es funcién directa del dinero que se pueda ditigir hacia su consumo, del ni- mero de lugares en que se dispensen bebidas alcohdlicas y del tiempo que se pueda dedicar a dicho consumo, Todos los estudios realizados sobre la relacién disponibilidad y consumo muestran una fuerte asociacién positiva, de modo que cuanto mayor es Ia disponibilidad, mayor es el consumo. Quiero destacar que, en general, el comienzo del consumo no se produce dentro de la propia familia del joven adolescente. Se produce fuera de la propia casa, en compafiia de amigos 0 compajieros, a pesar de que normal- mente las familias espafiolas adoptan una actitud favorecedora del consumo, © al menos no adoptan una actitud negativa. De hecho, ésta es una de las grandes diterencias del consumo de alcohol por parte de los jdvenes respecto del consumo de los adultos: su consumo se produce fuera de casa y se mantiene independiente de clla un largo petfodo de tiempo, de modo que no suele originar un consumo familiar a medio plazo. 2. Tipos de bebidas alcohélicas consumidas Espafia ha sido considerada siempre como pais del vino, un pais donde Ja cultura del vino précticamente ahoga cualquier otro tipo de bebida alcohé- lica. En los ultimos quince afios, el vino ha ido perdiendo terreno frente a la cerveza y al resto de bebidas destiladas, consumidas solas 0 en combina- ciones. Este proceso se ha acelerado enormemente en los ultimos cinco afios, tal y como reflejan los diferentes estudios que estoy utilizando (véase cua- dro 2). Tomando como indicador el consumo habitual en una semana y distin- guiendo entre dias laborables y festivos, los datos muestran que de 1980 a 1986 el ntimero de consumidores de cerveza ha aumentando tanto en los dias laborables como en los festivos (3 y 4 puntos porcentuales), mientras que el mimero de consumidores de vino ha descendido tanto en los dias la- borables (8 puntos porcentuales) como en los festivos (17 puntos). Correla- tivamente al aumento del niimero de personas que consumen cerveza, ha au- 114 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCO HOLICAS EN ESPANA “(00S'Z=N) SIO vIsonoug :og6T CU (Z) “(00S T=N) PEPIHES ap oLasiaA [> ered dayedyess] vasanoug :OB6T OUY (T) “SOUR CO+ A CO>9b ‘ChrIZ “SZ-CT_YOS SID JPP BiSONDUD BI UD Pepa ap SOHATED SOT ay ‘afin ounsuod Aey anbsod oy seams anb sod auap on ss ss 98 09 ors + 6 6 Ib 8 8¢ me 6 ¢ Th 0S = & 6S 4 tal 3G i eb Sb ob tb Oc cl cl 6 “ Ly Wz I 96 & Iz a a 6 “ae ot sb & le 9% st se ze iz “9 ss se aw Tz 7 & Ob Os OF zt OL 9% $9 tb «St Tb % 0S 29 2 eG ¢ Of Sb oe ot cl cl 8 ww «8 8 eb of Lt 9% 6b 19 bb 6 % SE E OF ve LE 9b Ob ie € Ol St 6€ 9S = BE Ob 6 St te 61 (2) a) @) (2) 1) (2) 1) @) @ @ a @ 9 PT 459 GT wa qry sg Pl YNNONIN svaviiisaa svarcag ONTA vzaAwaa ses9 9-05 ore vOK? eel es PPP saralnyy seuquioyy oxg + WLO], svoypqoop sopigag sojuo4e|ip ap souopiunsuos ap aloiovs0d z owavnd 115 FRANCISCO ALVIRA MARTIN mentado también el nimero de consumidores de bebidas destiladas en los dfas festivos (8 puntos), aunque no en los laborables. EI niimero de personas que habitualmente no consumen bebidas alcohdli- cas ha permanecido constante en los dias laborables. En 1980, un 46 por 100 de espafioles no consumfan habitualmente bebidas alcohdlicas, y este mismo porcentaje es el que se obtiene en 1986; en los dias festivos hay un ligero descenso del porcentaje de abstinentes (de 37 por 100 se pasa a 34 por 100). Las diferencias porcentuales son todas significativas y, aunque parezcan en algunos casos pequefias, debe tenerse en cuenta que cada punto porcentual representa cerca de 300.000 personas, de modo que un descenso de 3 puntos en el mimero de abstinentes en los dias festivos afecta a casi un millén de personas. En estos ultimos cinco afios se han producido una serie de cambios que explican las diferencias que aparecen en los datos. De una parte, los grupos de edad mds joven que han ido incorporéndose al grupo de consumidores de bebidas alcohdlicas, de un modo casi mayoritario, consumen cerveza o bebidas destiladas, pero no vino *. Entre la gente mayor, el consumo de vino se ha mantenido, pero aumentando correlativamente el de cerveza, sobre todo en los dias festivos. Paralelamente, los jévenes han aumentado de un modo importante su consumo de bebidas destiladas los dfas festivos, es decir, los fines de semana, entre otras cosas porque buscan de un modo més directo los propios efectos del alcohol y éstos son més répidos con bebidas de alta graduacién. Junto con estos dos procesos se ha producido un aumento de los con- sumidores de dias festivos/fines de semana, sobre todo entre las mujeres; de modo que mientras el mimero de varones consumidores es casi dos veces superior al de mujeres en Jos dias laborables, tanto en 1980 como en 1986, en cambio, no llega a 1,5 veces en los dias festivos. Ademés, el nimero de mujeres no consumidoras en dias festivos ha descendido de 1980 a 1986 en 6 puntos porcentuales. Los resultados de las investigaciones realizadas en 1982 y 1984 sobre las pautas de consumo de los jévenes espafioles muestran, asimismo, estas dife- rencias de tipos de bebidas consumidas en dias laborables y festivos respecto de las consumidas por los adultos. Los jévenes contemplan el vino como algo que beben sus padres, algo pasado, y en principio toman cerveza los dias laborables y «combinados» los festivos. E] contexto en el que se consume —discotecas, bares, pubs; en una palabra, fuera del hogar— y el hecho de que el consumo sea social ayuda tanto al aumento del consumo de cerveza en los dfas laborables como de * Hay que sefialar que la zona norte de Espafia —Pais Vasco, Santander, Asturias y Galicia— constituye una excepcién. En dicha zona se sigue bebiendo mucho vino, tanto Jos jévenes como los adultos. 116 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCO HOLICAS EN ESPASA combinados en dias festivos, en que normalmente se dispone de més dinero y, ademds, se busca un cierto grado de embriaguez. Conviene matizar este abandono del vino y crecimiento del consumo de cerveza y bebidas destiladas. E! vino es un tipo de bebida que esta en declive; sin embargo, no sucede asi en la zona norte de Espafia, Por otra parte, el descenso del consumo de vino es mayor entre los més jévenes que entre los mayores, lo que implica que puede existit un efecto de la edad, es decir, que los jévenes que hoy consumen casi exclusivamente cerveza consumirdén vino cuando se hagan mayores. Este posible efecto de la edad seria, en todo caso, pequefio. Por tiltimo, y referido al tema del vino, el consumo por parte de las mujeres es mayor que entre los jévenes, lo que matiza de nuevo la susti- tucién del vino por la cerveza. 3. Momentos del dia en que se consumen bebidas alcohédlicas Un anilisis del momento del dia en que se consumen bebidas alcohdlicas complementa el estudio de los cambios ocurridos a lo largo de estos afios en el consumo en dias laborables y festivos. Si dividimos el dia en ocho grandes bloques horarios (desayuno, mafiana, antes de comer, comida, después de comer, tarde, cena, después de cenar), los datos de los estudios de 1980 y 1986 permiten analizar este tipo de cam- bios (véase cuadro 3) Como puede verse, el mimero de consumidores de bebidas alcohdlicas presenta una distribucién horaria similar en dias laborables y festivos. El consumo es muy pequefio durante la majiana (desayuno y mafiana), registran- do un aumento importante en el momento del aperitivo (antes de comer) y, sobre todo, en el almuetzo, espacio en el que el ntimeto de consumidores es maximo (superior al 40 por 100). Se produce luego un descenso en este mi- mero de consumidores, volviendo a incrementarse en el bloque de la cena. De este modo, almuerzo y cena centran el consumo habitual, aunque hay dos momentos —antes del almuerzo y por las tardes— altamente significativos por el ntimero de consumidores. Aunque la pauta sea similar en los dfas festivos, se acenttia el consumo fuera del hogar, es decir, fuera de las comidas, disminuyendo sobre todo el consumo en la cena y aumentando correlativamente el realizado antes del almuerzo, por las tardes y después de cenar. Se produce, por tanto, un au- mento del consumo social y relacional. Estas pautas generales han variado de 1980 a 1986, y el anilisis de es- tas variaciones permite aquilatar mejor el cambio producido. De una parte, en lo que respecta a los dfas laborables, no ha aumentado el néimero de consumidores en ningtin bloque horario excepto en el bloque de la tarde y, en mucha menor medida, después de la cena; el mimero de u17 FRANCISCO ALVIRA MARTIN Go ee 6 G8 7 Gc eT tt fo : $9 9p SEW & th bb 8 8 66t eT 8 6 Cc be cc - $905 oF ib z 8 ’ ‘ + € ose Is 8 z or L ’ € 9 9S or T€ +1 = o ra - bese Te @& 6% bh % zl 6. 6 £ pos zee ee 7 me a pe8T Pepa Oe ce crt cb og Tet. | soralyy ec ce ek | to ; seuquogy oxog Woe Wee | ce 6 5 @ oc) € 7 ae LOL, ted qT ‘aq al ‘weg eI ‘aq V1 yarn o> WANOD da SALNV YAVRVN onnavsaa « 5091940210 Sopigag ap ownsuOD ap ojuauOW € ovavno 118 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCO HOLICAS EN ESPANA “OR6T © ‘epunfas e] Soggy B azoHJa1 as euUINIOD Era Had PY ox ‘sajeiuozyioy saferuasi0d uog TOT — 1 6l 62 Lt 9% - oe 4 7. ie i “or 69 Op SFA ect aT ce fe ee el Ge 6 Wwe 9 - +9-05 € z € se a 6 a L orse or ‘ wz @ wz n 1 6 L s 6 or st aL st 6 ese, be oL or ¢ bl 6f bl Te 9S tb 62 1% 8 SL ee TST Peps ccc Wie be ct ca 6 tt vee Lt : soxainy, ae oF Re ccc ie ic bee 71 0c, On et seaqwoy] oxag Gb bc we we ST ST ww 9k cots 7 aval, wag al 1504 1 12g 971 1894 aT ANID 3a sanasaa waa, aauvs VI wod wanoo aa sanasaa 19 FRANCISCO ALVIRA MARTIN consumidores en el resto de los bloques permanece practicamente estabilizado y disminuye en la cena (12 puntos porcentuales). Estas mismas pautas aparecen en los dias festivos, salvo que el aumento de consumidores en la tarde y después de la cena es mayor y, ademés, hay un descenso de consumidores en las comidas. La explicacién proporcionada antes permite explicar estos nuevos datos; los jévenes cada vez beben mas fuera de casa, es decir, fuera de las comidas, y, por tanto, por las tardes de los dias laborables y festivos, y también des- pués de cenar. Esta pauta juvenil no es algo que se deba exclusivamente a la edad, es decir, no es un efecto del hecho de ser joven, sino que es un autén- tico cambio generacional y, por ello, produce cambios a nivel de la poblacién total. Estas pautas se ven mejor comparando el ntimero de consumidores en di- ferentes momentos del dia, de distintos grupos de edad: compa Laborables Festivos 1980 1986 1980 1986 Menos de 25 .. fee 44 29 32 aL 26449... . : 45 48 31 31 50465... i 38 44 43 48 Mas de 65 37 38 41 39 En lo que respecta a la comida, tanto para laborables como para los dias fes- tivos, en 1986 se puede apreciar un descenso importante del némero de consumidores jévenes de menos de 25 afios (entre 15 y 21 puntos porcen- tuales). Para el resto de los grupos de edad apenas ha habido cambios entre 1980 y 1986. Si que se han producido cambios en el perfodo de la tarde, es decir, des- de la sobremesa hasta la cena: TARDE Laborables Festivos 1980 1986 1980 1986 Menos de 25 ... : aa 29 42 356 26.0 49... fee 14 16 19 22 50 a 65 on oe ee oe : 9 9 9 13 Mas de 65 .. 3 6 4 6 120 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHOLICAS EN ESPANA Ha habido un aumento general, en todos los grupos de edad, del ntimero de consumidores en este perfodo horario, siendo este aumento mayor entre los jévenes. El cambio se ha producido tanto en los dias laborables como en los festivos. En Ia cena se produce un descenso generalizado del ntimero de consumi- dores, y después de cenar hay un aumento de éstos, pero sélo entre los j6- venes y, ante todo, los dias festivos. Las pautas son, pues, congruentes con las explicaciones dadas desde el punto de vista del contexto de la bebida. Los jévenes beben fuera de casa y en compaiifa y, por ello, beben més por la tarde y menos en las comidas y cenas. Pero también los adultos han cambiado sus pautas de consumo, de modo que ha aumentado el consumo fuera de las comidas, manteniéndose el consumo en el almuerzo, pero descendiendo en la cena. Por tanto, aunque los cambios numéricamente més importantes se han producido entre los jvenes, también se han producido cambios entre los adultos. 4. Tipologia de bebedores El informe mencionado al principio, elaborado en 1973, ponia de relieve el aumento del consumo per cdpita medido en alcohol absoluto. Este aumento habia comenzado poco antes de 1970 y Ilegé a su punto mas elevado en 1976; a partir de esta fecha se ha producido una estabilizacién del consumo per cé- pita, con una ligera disminucidn (véase el Estudio de los habitos de consumo de alcohol de la poblacién adulta espaftola, Ministerio de Sanidad y Consu- mo, 1984). Esta tendencia debe ponerse en conjuncién con los datos provenientes de esa misma fuente y de la encuesta de 1986 del CIS sobre la frecuencia y cantidad de consumidores de bebidas alcohélicas: 1980 1986 No consumidores 25 35 Habituales .. 52 35 Scmanales/moderados . 18 14 Ocasionales .- oe 5 16 El porcentaje de no consumidores (abstinentes totales o précticamente no con- sumidores) se ha incrementado en 10 puntos porcentuales desde 1980, segiin estas fuentes, habiendo disminuido, asimismo, el nimero de consumidores habituales (diarios) y aumentado el de bebedores ocasionales 0 semanales. 121 FRANCISCO ALVIRA MARTIN Estas tendencias casan perfectamente con lo que muestran los dos estu- dios realizados en 1983 y 1984 sobre el consumo de los jévenes. E] nimero de consumidores habituales/diarios entre los jévenes es pequefio, mientras que ha aumentado considerablemente el mimero de bebedores exclusivos 0 principalmente de fin de semana, Consumo y tiempo libre van, de esta ma- nera, unidos, a la vez que consumo de bebidas alcohdlicas ya no va asociado entre Jos jévenes a las comidas y al hogar. De una parte, ha descendido el mimero de consumidores; de otra, ha ha- bido un cambio hacia consumo de cerveza y combinados. Estos dos procesos pueden explicar perfectamente el ligero descenso del consumo de alcoho puro per cApita que ha tenido lugar a partir de 1976 a nivel nacional. El descenso del ntimero de consumidores se ha visto compensado por el aumento del consumo de bebidas de alta graduacién, y, de la misma manera, e! aumento del consumo de cerveza ha compensado el crecimiento demogréfico. El resul- tado es que el consumo toral esté estabilizado, pero se reparte entre menos consumidores; el riesgo de que aumente el ntimero de alcohélicos y de muer- tes por cirrosis hepéticas en el futuro es, por tanto, alto, aunque es dificil decitlo con seguridad, puesto que el cambio en el modo de beber, centrando el consumo en los fines de semana, tendré también su efecto sobre ambos. Lo que la comparacidn entre los datos de 1980 y 1986 parece indicar es que se ha producido un auténtico cambio en las pautas de consumo de bebi- das alcohdlicas y no sélo diferencias de edad, que desaparecen al hacerse cada cohorte de edad més mayor, Las pautas diferenciales respecto a los adultos que muestran los datos del estudio de jévenes de 1982 y 1984 no se aban- donan al aumentar la edad, sino que en gran medida permanecen; esto produ- ce a medio plazo un cambio real de las pautas medias de consumo de la poblacién: Porcentaje de consumidores (1986) 15-20 21-25 26-45 «46-65 Mas 65 No consumidores ao 26 24 26 41 34 Habituales ‘i 25 32 38 37 33 Semanales/esporddicos 23 24 7 9 4 Ocasionales o 26 20 19 13 9 Tomando los datos de la encuesta de 1986 se puede apreciar perfectamente esta pauta de aumento de bebedores no habituales/diarios. En el grupo de edad entre 15 y 20 afios sdlo un 25 por 100 es consumidor habitual/diario. frente a un 23 por 100 que lo son semanal o esporédicamente y un 26 por 100 que Jo son ocasionalmente (menos de una vez a la semana); como con- oe CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOH OLICAS EN ESPANA trapartida, en el grupo de 26 a 45 afios hay un 38 por 100 de consumidores habituales/diarios, y tan slo un 17 por 100 de bebedores semanales y un 19 por 100 de bebedores ocasionales. Es evidente que existe un proceso de socializacién gradual en el consumo de bebidas alcohdlicas, de modo que en edades tempranas lo més frecuente son los bebedores no habituales, sean ocasionales o semanales; luego, al au- mentar la edad, el consumo se estabiliza, de modo que los bebedores ocasio- nales 0 pasan a bebedores habituales o dejan de beber. Ahora bien, este proceso, que es funcién de la edad y no produce cambios reales a nivel de poblacién total, esté mezclado con otro proceso en el que se ha pasado de un modo de beber tradicional/convencional a un modo de be- ber més parecido al centroeuropeo 0 noreuropeo. El modo de beber tradicional/convencional significaba pasar del consumo ocasional 0 esporddico al consumo habitual en un corto periodo de tiempo, asi como el predominio del vino como bebida consumida y la estabilizacién del consumo en el hogar/casa y/o familia. Dentro de este modelo de consumo, el bebedor exclusivo de fin de semana o semana] era relativamente infrecuen- te. E] modelo que ha surgido en torno a 1980 es bastante distinto: — dl tipo de bebida que se consume es Ia cerveza y los combinados; — el consumo tiene lugar principalmente fuera del hogar; — aparece un mimero importante de bebedores de fin de semana ex- clusivamente, El bebedor exclusive o casi exclusivo del fin de semana es algo esencial del nuevo modelo de consumo de bebidas alcohdlicas. Resulta dificil dar una cifta exacta del mimero de bebedores de fin de semana, pues depende del tipo de bebida; asi, es de un 13 por 100 para la cerveza y un 27 por 100 para los combinados. Estrictamente hablando, el niimero de bebedores exclu- sivos de fin de semana entre jévenes de 15 a 25 afios es de un 17 por 100, segiin los datos de la encuesta de 1984 (obteniendo este porcentaje como diferencia entre el porcentaje de consumidores en dias laborables y el porcen- taje de consumidores de fin de semana). A pesar de esto hay un ntimero importante de jévenes que beben oca- sionalmente en dias laborables y consumen sisteméticamente cantidades im- portantes los fines de semana; ademés, conviene sefialar a este respecto que todos los jévenes aumentan las cantidades consumidas en el fin de semana, produciéndose normalmente un cambio de tipo de bebida. Se pasa de consu- mir cerveza a consumit combinados, solos 0 en combinacién con cerveza. Por iltimo, hay que sefialar que el consumidor de fin de semana es el consumidor predominante en la etapa de inicio del consumo; este consumo es al principio irregular y centrado, sobre todo, en los fines de semana. Pero con el paso del tiempo este consumo se generaliza a dias laborables, estabili- 123 FRANCISCO ALVIRA MARTIN zéndose con Ja edad, aunque continéa el aumento del consumo durante los fines de semana. 5. Los motivos subjetivos del consumo de bebidas Los motives aducidos para consumir bebidas alcohélicas giran en torno a cuatro grandes temas (véase cuadro 4): — gusto por el sabor; — costumbre; — quita la sed, y — acompafia bien las comidas. Exceptuando la primera razén, se trata de motivaciones externas a la propia bebida alcohélica. En pocos casos se mencionan las propias consecuencias del consumo de alcohol como motivo/razén para dicho consumo. Asi, el relaja- miento, la desinhibicidn, 0 la busqueda de la «animacién» o «alegria» a tra- vés del consumo de alcohol, es una razén pocas veces aducida (no Mega al 4 por 100). Ahora bien, en el estudio cualitativo realizado en 1982 sobre ¢l consumo de los jévenes espafioles se aprecia claramente c6mo uno de los motivos del consumo es Ja biisqueda de las propias consecuencias fisiolégicas de la inges- tidn de alcohol: un cierto estado de embriaguez, desinhibicién 0 «alegrian. Que ésta es una consecuencia buscada se deduce de las propias manifes- taciones de los jévenes en reuniones de grupo y entrevistas en profundidad y, también, de los datos procedentes de las encuestas de 1984 y 1986 refe- rentes a las borracheras (véase cuadro 5). CUADRO 4 Razones para consumir bebidas alcobédlicas 1980 Cervera Vino 1986 (%) (%) (9) Oude : 32 14 25 Costumbre ao 42 56 39 Le gusta el sabor ee 48 37 34 Va bien con la comida en 21 a 46 Relajarse Goes o on 2 1 2 Estimular, alegrarse 3 4 18 Aleernar con amigos = - 56 124 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCO H OLICAS EN ESPANA jessua8 uooe|qod ‘gID ‘9g6T wsanouy (Z) sojouedsa sauaagl & peg] ap ersonouq (J) = = 1 a 8z - ze - 99 = 1 = t oo ve = se 9 a I = z a +b a ob a 96 oe z € £ £ 0c o¢ 66 Ob Ib 09 € € 9 9 % OF ss 6 ob Is = I = & 6h oc et se 1g 9 € € S on 09 oh 89 us ze ra 1 z z £ 6 ae eb uy 86 « (2) a) (z) q@ (2) a) (Z) a) (2) a) ayuauppuruias ayuauppnsuayy — oP Jo S490 SDLuDA zea pundyy vouny, $9. @P SW $9°9F * Spe zz oz-st PPPd ~ rainy axquioyy oxag WI0L S4aqI04409 ap vII«—ANIALT ¢$ ONdvND 125 FRANCISCO ALVIRA MARTIN En 1986, un 1 por 100 de los entrevistados afirmaba que se embriagaba normalmente una vez por semana, y un 2 por 100 que lo hacia al menos una vez al mes; en el caso de la encuesta de 1984 realizada a jévenes, estos por- centajes aumentan al 2 y 7 por 100, respectivamente. Por otra parte, analizando los datos de 1986 por edades, se pone de ma- nifiesto claramente cémo el ntimero de personas que afirman emborracharse de forma habitual todas las semanas —o todos los meses— es funcién de la edad, de modo que aquél es mayor cuanto menor es la edad. Asi, en el grupo de 15 a 20 afios y de 21 a 25 afios, un 3 y un 2 por 100 afirman emborra- charse habitualmente una vez por semana, mientras que esta cifta baja al 1 por 100 0 menos al aumentar Ja edad. Utilizando como referencia el espacio de un mes, esta pauta queda atin més clara: en los grupos de menos de 25 afios, alrededor de un 7 por 100 reconocen que se emborrachan normalmente al menos una vez al mes, mien- tras que esta cifra es del 1 por 100 entre las personas de mds de 46 aiios. Comparando estos datos con los obtenidos en la encuesta a jévenes de 1984, se ratifica el aumento del niimero de borracheras. Este indicador in- directo muestra cémo el consumo de bebidas alcohélicas persiguiendo los propios efectos fisiolégicos del alcohol ha aumentado en los diltimos afios. Ciertamente, este tipo de consumo se centra sobre todo en los grupos de edad de menos de 26 afios, lo que indica que la edad tiene un impacto muy fuerte sobre este tipo de consumo y que, por tanto, no se trata de un cambio generacional, 0 al menos no sélo de un cambio generacional. Ahora bien, lo que si parece haber cambiado es la frecuencia con que se presenta este tipo de consumo orientado hacia los efectos del alcohol entre los jévenes. Este ha aumentado de un modo importante en los tltimos afios, reflejéndose, por tanto, este cambio también a nivel de la poblacién total. EI aumento de los consumidores de fin de semana guarda estrecha relacién con el aumento de este tipo de consumo, puesto que las «borracheras» tienen lugar normalmente durante las fiestas o los fines de semana. Ademés, la con- traposicién tiempo ocupado/tiempo libre acentia la utilizacién del alcohol en fines de semana (tiempo libre), como modo de romper con los dias «norma- les» (tiempo ocupado). 6. La mujer y el consumo de bebidas alcobdlicas En Espafia, el consumo de bebidas alcohdlicas, tal y como dice la pro- paganda, es «cosa de hombres», no en exclusiva, pero casi. En Ia memoria/ informe de 1973 se sefialaba que dos tercios de los varones tomaban habitual- mente bebidas alcohdlicas, mientras que sélo un tercio de las mujeres lo ha- cian, Todos los indicadores de entonces —tasas de muertes por citrosis he- patica, encuestas epidemiolégicas, ingresos por alcoholismo en hospitales, etc — 126 CAMBIOS EN EL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHOLICAS EN ESPANA mostraban esta gran diferencia entre ambos sexos, diferencia que no ha des- aparecido, pero si se ha matizado, Un aspecto clave de los nuevos modos de consumir alcohol es la mayor presencia de la mujer. Si utilizamos los datos de las encuestas de 1980 y 1986 (véase cuadro 1) sobre consumidores habituales de distintos tipos de bebidas, se obtiene un resultado coherente con la afirmacién que acabo de realizar: Diferencias porcentuales en el nimero de consumidores (% 1986 —% 1980) Bebidas No con. Cerveza Vino destiladas _sumidores oe Le i: ie Hombres +3 +1 —10 —18 —9 +4 -1 0 Mujeres 44°47 = 7-15 41 +10 0 4 * L.=Laborables; F.=Festivos. En lo que respecta a la cerveza, entre 1980 y 1986 ha habido un aumen- to del mimero de consumidores, tanto entre los hombres como entre las mu- jeres y tanto en dias laborables como en dias festivos, pero el aumento ha sido mayor entre las mujeres, de modo que las diferencias entre ambos sexos en lo que respecta al niimero de consumidores se han acortado fuertemente. Por ejemplo, en 1980, para dias festivos habia mas de 2 bebedores de cerve- za varones por cada bebedora de cerveza; en 1986, no llega a 1,5 bebedores por cada bebedora. De la misma manera, el mimero de bebedores de vino ha disminuido para ambos sexos, pero ha disminuido mas entre los hombres; por iiltimo, en el caso de bebidas destiladas y dias festivos, el mimero de consumidores ha au- mentado en hombres y mujeres, pero entre estas tiltimas el aumento ha sido doble. Todo esto se refleja en que mientras que para los hombres el mimero de no consumidores se estabiliza en este periodo 1980-86, para las mujeres disminuye cuatro puntos porcentuales en los dias festivos. Ciertamente, a nivel de la poblacién total, estas diferencias parecen pe- quefias, pero no lo son si se considera que el cambio se ha producido esen- cialmente en la gente joven, de modo que las grandes diferencias existentes entre hombres y mujeres siguen existiendo entre los grupos de edad de més de 45 afios, pero, en cambio, han disminuido enormemente entre las perso- nas de menos de 45 ajios y, sobre todo, entre la gente de 15 a 25 afios. E! modelo de consumo de los jévenes incluye un acercamiento de las pau- 127 FRANCISCO ALVIRA MARTIN tas de bebida entre hombres y mujeres, Segiin muestran los datos, existe una pequefia diferencia en el mimero de consumidores a favor de los hombres, pero esta diferencia gira en torno a 10 puntos porcentuales para todos los dias de Ja semana, aumentando a cerca de 20 puntos en los fines de semana, Estas diferencias en el ntimero de consumidores estén muy lejos de las que existen entre los adultos y muestran précticamente una igualdad entre ambos sexos a este respecto. Las pautas son ligeramente diferentes segtin el tipo de bebida, de modo que no hay diferencias en el consumo de vino y hay diferencias en el consu- mo de cerveza y combinados, sobre todo en los fines de semana. Esto no significa que los hombres beban igual que las mujeres (véase cuadro 6). De hecho, aquéllos beben muchisimo més. Por término medio, en los dias laborables hay un 74 por 100 de hombres que consumen menos de 18 c.c. de alcohol puro, mientras que este porcentaje baja al 86 por 100 entre las mujeres. Para ambos sexos, el porcentaje disminuye al llegar al fin de semana, pero esta disminucién es més drdstica en el caso de los hombres. Asi, la media de hombres que consumen menos de 18 cc. de alcohol en sébados y domingos es del 51 por 100, mientras que es del 74 por 100 entre las mujeres. Por tanto, el acercamiento entre el consumo de hombres y mujeres que se ha producido entre los jévenes no ha producido una igualacién de pautas. Las mujeres siguen consumiendo menos alcohol y, por consiguiente, tal y como se vio, se emborrachan menos que los hombres. Sin embargo, es muy significativo el acercamiento producido tanto en el ntimero de consumidores como en el tipo de bebidas y contenido alcohélico consumidos. Los datos sobre borracheras analizados antes muestran, asimismo, este acortamiento entre hombres y mujeres jévenes. Asi, segtin la encuesta de 1986, frente a un 68 por 100 de hombres que confiesan emborracharse de vez en cuando, sdlo un 19 por 100 de las mujeres lo hacen. Pero los datos de 1984 referidos sdlo a los jévenes entre 15 y 25 afios muestran muchas menos diferencias entre hombres y mujeres: un 57 por 100 de los varones se embriagan con cierta regularidad, frente a un 35 por 100 entre las mujeres. 7. Edad y generacién como factores de cambio Los datos muestran claramente que se han producido cambios, de los que los més significativos han sido tratados en las péginas precedentes. Aho- ra bien, no resulta evidente si se trata de cambios generacionales 0 se trata de diferentes pautas de consumo producidas por fa edad. Existen diferencias en el consumo de jévenes y adultos, pero ¢significa esto que cuando los grupos de edad que hoy tienen menos de 25 afios tengan 128 EN BL CONSUMO DE BEBIDAS ALCOH OLICAS EN ESPANA CAMBIOS ‘sojouedso sauaagl ¥ peg] ap wisonoug » & bs sb OD te of OL eo 9 Fh Sew es Wy 66 ci ee le 6n oz (8 ie ee os 1z8t Te 69 of OL ao a 8 zl 88 8 a 8 Lich fale! Stee oc, be v1 98 stg a 28 8 zt 88 2 sozalnyyy g zs os os «e % Mk 9% FL oc be i 2 ve saaquory oxy * 49 yt) ci oz 08 08 oz 08 oC 8 a. Wi0L 8+ SI 8I+ SI~ I+ BI~ BIt BI ST+ BI BIt BI gt gI— oBumog opoqes sausar, saan soos soupy sauny (9°2) joqoao ap ound opiuaiuos ua svpiursuos sapopruvs & saxopimnsuos ap alvjuass0g 9 O8ayNo 129 PRANCISCO ALVIRA MARTIN més de 45 mantendrén sus pautas actuales, con lo que se produciré una rup- tura total de tipo generacional?; 0, por el contrario, gsignifica esto que cuan- do estos grupos de edad Heguen a 45 afios sus pautas de consumo serén distintas de fas que ahora muestran ¢ iguales a las de los grupos de 45 afios de hoy? En el primer caso nos encontrariamos con que las diferencias entre gru- pos de edad se deberian exclusivamente a caracteristicas generacionales pro- pias de estos grupos, que se mantendrfan a lo largo del tiempo, mientras que en el segundo caso todas las diferencias serian achacables a la edad y desapa- recerfan con el paso del tiempo. Pues bien, el andlisis de todos los datos disponibles pone de relieve que ambos factores estén actuando y que lo que realmente se ha producido es la aparicién de un modelo de consumo de bebidas alcohdlicas juvenil contra- puesto al mantenido por los adultos, modelo que antes no existia, Pero aun- que los propios adultos han cambiado ligeramente sus pautas de consumo, aproximéndose a las pautas de los jévenes, sin embargo, no parece que el mo- delo de los jévenes se mantenga al pasar el tiempo, 0, mejor dicho, con el paso de la edad. BIBLIOGRAFIA Auvira Martin, Francisco: Pautas de consumo de bebidas alcobdlicas entre los jévenes espafioles, Informe presentado al Ministerio de Sanidad y Consumo, 1982 — Consumo’ de alcohol y otras drogas de los adolescentes y jévenes espaftoles, Informe realizado para el Ministerio de Sanidad y Consumo, 1984 —

También podría gustarte