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La grave calamidad doméstica se entiende como un suceso familiar cuya gravedad afecta la
normal disposición del trabajador en la ejecución de sus labores como, por ejemplo, una grave
afectación a la salud de un familiar, un secuestro o desaparición, afectación seria a la vivienda, entre
otros acontecimientos que puedan suceder y requieran la presencia constante del trabajador, ante lo
cual este debe ausentarse de sus actividades laborales.
En nuestra legislación laboral se encuentra como una de las obligaciones del empleador el
otorgar una licencia al trabajador que se encuentre atravesando por una situación compleja,
que le impida asistir a su sitio de trabajo con la disposición que es requerida, tal como lo dispone el
numeral 6 del artículo 57 del Código Sustantivo del Trabajo –CST–:
“Artículo 57. Obligaciones especiales del {empleador}. Son obligaciones especiales del
{empleador}:
(…)
6. (…) Conceder al trabajador las licencias necesarias para el ejercicio del sufragio; para el
desempeño de cargos oficiales transitorios de forzosa aceptación; en caso de grave
calamidad doméstica debidamente comprobada; para desempeñar comisiones
sindicales inherentes a la organización o para asistir al entierro de sus compañeros,
siempre que avise con la debida oportunidad al {empleador} o a su representante y que, en
los dos (2) últimos casos, el número de los que se ausenten no sea tal que perjudique el
funcionamiento de la empresa. En el reglamento de trabajo se señalarán las condiciones
para las licencias antedichas.
La Corte Constitucional, a través de la Sentencia T- 460 del 2018, se refirió a este tema señalando
que la calamidad domestica debe entenderse como una justificación que permite a los
trabajadores, tanto del sector público como del privado, ausentarse temporalmente de sus
laborales, sin que este suceso represente una ruptura del vínculo laboral, es decir, la
terminación del contrato de trabajo.
En lo que concierne a la remuneración, se tenía establecido como primera medida que, durante la
licencia por calamidad doméstica, el empleador no se encontraba obligado a remunerar al
trabajador, al ser esta una circunstancia que se derivaba de la esfera personal y familiar de este. Sin
embargo, en atención a los principios de solidaridad y dignidad, se consideró necesario tratar
con un sentido humanitario al trabajador en los momentos que más lo necesita, por lo que
actualmente el empleador debe remunerar dicho permiso en lapsos razonables.
La corte ha dispuesto que, para determinar lo razonable del plazo, deben tenerse en cuenta dos
escenarios, como son:
• La situación del trabajador: debe analizarse la gravedad de la calamidad doméstica por
la que atraviesa, el tiempo estimado en que pueda superarla, si cuenta con la presencia o
ayuda de amigos o familiares que contribuyan a sobrellevarla, y los recursos económicos
con los cuales pueda ayudarse al trabajador.
• La situación del empleador: debe analizarse el grado de afectación que le representa la
ausencia del empleado, la capacidad y solvencia económica de este, el tamaño de la
empresa, los trabajadores a cargo, y cómo puede verse afectada la empresa o el empleador
frente a compromisos con terceros que dependen de las funciones del trabajador que se
ausenta, es decir, negocios que maneje exclusivamente el trabajador que debe ausentarse,
entre otras.
Con base en lo anterior, el plazo deberá otorgarse bajo previo estudio de las condiciones
descritas anteriormente, el cual debe ser acordado entre trabajador y empleador, según lo
dispuesto en el reglamento interno del trabajo o según lo decida el segundo (el empleador). Lo
anterior, teniendo en cuenta que debe ser un plazo razonable, es decir, el tiempo necesario que le
permita en la mayor medida posible al empleado superar o sobrellevar su situación familiar,
tal como ha concluido la corte en la mencionada sentencia:
(…) tanto en las relaciones públicas como privadas, la grave calamidad doméstica debidamente
comprobada constituye una justa causa para otorgar la licencia o el permiso laboral y, en
consecuencia, (…) le corresponde al empleador reconocerlas en las condiciones, plazos y
requisitos previstos. No obstante lo anterior, (ii) la jurisprudencia constitucional ha admitido que
existen casos excepcionales y límite (…) en cuyo caso el trabajador deberá acreditar en debida
forma los presupuestos (…) que adviertan la gravedad de la situación personal o familiar que
afronta y, que además de resultar involuntarios, representan un impacto negativo considerable.
Una vez demostrados tales presupuestos, (iii) deberá otorgársele la licencia por el tiempo
necesario para superar la gravedad de la calamidad doméstica. En todo caso, (…) deberá fijarse
un lapso razonable de remuneración que, en todo caso, dependerá de las circunstancias y
particularidades del caso.
(El subrayado es nuestro)
Diferencia entre licencia por grave calamidad
doméstica y la simple calamidad doméstica
Publicado: 11 octubre, 2011
Nadie está exento de sufrir una calamidad, pero diferenciar entre una grave a
una simple calamidad doméstica tiene grandes efectos, pues una es remunerada
y la otra no. Conozca las diferencias y su tratamiento.