En este libro trabajado por el autor Eduardo Galeano, vemos como aborda diferentes temáticas que nos invitan a la reflexión, ya que estos tópicos son una problemática mundial, pero en la que América Latina se ve más involucrada al ser fuertemente influenciada por los países “desarrollados” más específicamente por los Estados Unidos de América. Este país al ser una potencia mundial, y tener poder sobre los países subdesarrollados, por medio de la deuda que los países tienen, les vende un falso desarrollo que, en realidad afecta a la cultura propia de las regiones, así como sus recursos naturales y el crecimiento de los países subdesarrollados, que se arrodillan frente a la gran nación. Un país desarrollado necesita tener países subdesarrollados para poder sostenerse, necesita países que le brinden toda la materia prima que ellos necesitan, es por esto que vemos como Estados Unidos, explota las tierras Latinoamericanas y algunas otras de oriente, en busca de petróleo. Siendo dominados por las potencias mundiales, quienes deciden el orden en el que debe funcionar el mundo, el papel que todos los países deben cumplir, todo con el fin de beneficiar a las potencias del mundo; mientras tanto los países en vía de desarrollo que buscan un modelo económico fuerte, principalmente capitalista como el de Estados Unidos se mienten, pues un país no podrá surgir si sigue siendo explotado, un país debe producir responsablemente, aumentar su producción de ciencia y cultura, generar productos con valor agregado, y no solo vender las materias primas. Un país social, de todos y para todos, no con la cultura capitalista que valora a las personas por su capacidad de adquisición, sino un país con conciencia, porque debemos aprender a producir y aún más a consumir. También se deben neutralizar los intereses de los más poderosos, que quieran seguir afectando el medio ambiente, si bien es cierto que el cuidado de la naturaleza es responsabilidad de todos, no todos somos igual de contaminantes y en un mundo donde solo el 20 % se encarga de producir el 80% de la contaminación, debemos focalizar los controles hacia este grupo de países y empresas que más contaminan, a estos grandes devastadores, son los que se deben vigilar, controlar y obligar a que bajen sus niveles de contaminación; por el contrario será en vano que el mundo entero no contamine si tan solo países como estados unidos y china representan el 45% de la contaminación mundial.