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CÓDIGO:

GUÍA DE APRENDIZAJE AUTÓNOMO VERSIÓN: 01


La Guerra Fría en América Latina
INSTITUCIÓN
EDUCATIVA Área de Ciencias Sociales - Jornada de la mañana
INSTITUTO TÉCNICO Grado Noveno PÁGINA: 1 de 1
Docentes: Wilbor Yosed Copete y Diana Carolina Toledo Camarón.
SUPERIOR
INDUSTRIAL

1. INTRODUCCIÓN: La historia reciente de los países latinoamericanos es heredera de múltiples circunstancias conformantes
de un pasado, que, de una manera u otra, han configurado el acontecer más próximo, que usualmente es motivo de
publicación en la prensa escrita y de divulgación en los telenoticieros. Guerras, fraudes electorales y problemas asociados
a la gobernabilidad frecuentemente son objeto de tratamiento en los medios de comunicación de los países ubicados en
una porción del subcontinente ubicado al sur del Río Grande, cauce de agua natural que separa a los Estados Unidos de
México. Esta realidad actual es imposible de comprender sin antes no conocer el pasado. La historia más inmediata del
subcontinente denominado América Latina tiene un antecedente próximo anclado en un período que inició una vez concluida
la Segunda Guerra Mundial y se prolonga hasta 1989. Específicamente durante la Guerra Fría, que para el caso
latinoamericano se remonta a 1947, con la enunciación de la Doctrina Truman y con el otro evento señalado como clave
por parte de Carmagnani (2011): la firma del tratado de ayuda mutua de los países latinoamericanos y los Estados Unidos.
El período y concluye con un doloroso episodio que dejó su amarga impronta en la población civil de Panamá en momentos
en que el presidente estadounidense, George Bush padre, ordenó la invasión del país canalero en diciembre de 1989. Este
período que va desde 1947 hasta 1989 es el analizado en este escrito.

2. CONCEPTUALIZACIÓN:

El efecto de la Guerra Fría: La relación entre Estados Unidos y América Latina se estrechó durante la Segunda Guerra
Mundial. Frente a la posibilidad de ser atacados, los países de la región se aliaron con la potencia del norte, fortaleciendo
un vínculo que se afianzó superada la guerra. Sin embargo, Latinoamérica no dejó de ser tenido en cuenta más que como
un escenario estratégico y de reserva para inversionistas de carácter privado, y de una u otra manera sus países se vieron
envueltos en la Guerra fría.

El final de la Segunda Guerra Mundial impulsó a Estados Unidos a detener el avance del comunismo en los países europeos más
afectados por la guerra a través de fuertes auxilios económicos. De esa manera, promovió el Plan Marshall. En América Latina, el
presidente John Fitzgerald Kennedy (1961-1963), buscando el mismo objetivo de contrarrestar el atractivo del comunismo, impulsó
el programa conocido como la Alianza para el Progreso, concebido además para promover el desarrollo económico de la región.
Sin embargo, sus alcances fueron bastante limitados.

Por esta razón, las acciones estadounidenses emprendidas en América Latina estuvieron enfocadas en apoyar regímenes
autoritarios que bloquearon cualquier reforma progresista y garantizaron el statu quo en la mayoría de los países de la región. La
contención del comunismo revistió la forma de estigmatizar a los sectores disconformes o los opositores políticos como el enemigo
interno. Esta fue la base de lo que se conoció como la Doctrina de Seguridad Nacional.

El triunfo de la Revolución cubana en 1959 prendió las alarmas y acentuó dicha estrategia ante la perspectiva de un avance del
comunismo en la región, Para entonces, el desarrollo de una gran parte de los países latinoamericanos padecía dificultades comunes,
como la dependencia del mercado Internacional, la desigualdad competitiva en dicho comercio, La marcada connotación agrícola y
minera de sus exportaciones, y una incipiente urbanización e industrialización de la sociedad.

Bajo un espíritu desarrollista y con el apoyo de Estados Unidos, la respuesta estatal a estos problemas económicos consistió en
promover fuertemente la industrialización. Sin embargo, esas mismas condiciones fueron caldo de cultivo para la polarización política
e Ideológica que, en algunos países, condujo al enfrentamiento armado, al ascenso de gobiernos militares y a la creación de guerrillas
revolucionarias.

La Revolución cubana: Fulgencio Batista, coronel de las fuerzas armadas de Cuba y exgobernante de la isla, regresó al poder en
1952, mediante un nuevo golpe de Estado al gobierno cubano presidido por Carlos Prio Socarrás.

Pese al discurso de Batista en contra de la corrupción, durante su gobierno, estableció una férrea dictadura militar, suspendió el
congreso y los derechos constitucionales, y se mantuvo en el poder a través de elecciones fraudulentas. Bajo el gobierno de Batista,
la corrupción y todos los problemas aumentaron, como también el descontento social, lo que motivó la creación de movimientos de
oposición integrados por líderes políticos, premiales, sindicalistas y estudiantes.
De la mano de un joven Fidel Castro, un grupo de opositores decidió alzase en armas para derrocar el régimen de Batista, mediante
una ofensiva militar en julio de 1953 La toma frustrada del cuartel Moncada, debido a la reacción implacable de la dictadura, termino
con la captura y la sentencia sobre Castro y sus compañeros Dos años más tarde, luego de una amnistía, se exiliaron en Estados
Unidos y México y con el mismo objetivo de derrocar a Batista, fundaron el movimiento revolucionario 26 de Julio (M-26-7).

La campaña revolucionaria: En diciembre de 1956, las acciones para derrocar a Batista se iniciaron en Cuba, cuando el yate
Granma, proveniente de México, desembarcó en la costa oriental de la isla con 82 guerrilleros del M-26-7. En enero de 1957, después
de internarse en la agreste zona de Sierra Maestra, Castro y sus hombres llevaron a cabo operativos en contra del ejército cubano
y fueron despertando, a su paso, la simpatía de la población. En enero de 1959, la entrada de las
tropas revolucionarias a Santiago de Cuba y a La Habana, con Castro, Ernesto «Che» Guevara
y Camilo Cienfuegos a la cabeza, puso fin al régimen de Batista, quien había emprendido la huida
hacia República Dominicana.

El nuevo gobierno revolucionario emprendió acciones reformistas que incluyeron una ley de tierras,
la confiscación, expropiación y nacionalización de bienes que, hasta entonces, se encontraban en
manos de las élites cubanas y empresas extranjeras, la mayoría de ellas estadounidenses. Así
mismo, emprendió políticas para ponerle fin a la discriminación racial y ampliar la cobertura de salud
y educación a toda la población cubana, El triunfo de la revolución comunista en Cuba y la política
exterior, abiertamente antiestadounidense, influyó profundamente en América Latina, movimientos
revolucionarios de otros países del continente se inspiraron en la revolución, a la vez que recibieron apoyo logístico y económico del
nuevo gobierno cubano.

La influencia de la Revolución cubana en América Latina agrietó aún más las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. La tensión se
incrementó debido a la toma de decisiones y acciones hostiles efectuadas por ambas partes, la más severa hasta ahora: el embargo
económico impuesto a la isla, lo que afectó radicalmente la vida de los cubanos. El régimen de Castro ha recibido duras críticas por
parte de sus opositores debido a las medidas en contra de las libertades civiles y políticas de la ciudadanía. En 2015, Raúl Castro,
hermano de Fidel y presidente de Cuba desde 2006, y Barack Obama, presidente de Estados Unidos, reabrieron embajadas como
parte de una normalización de las relaciones entre ambos países.

LAS DICTADURAS DEL CONO SUR

Golpe de Estado en Brasil. Entre 1964 y 1985, Brasil estuvo gobernado por una dictadura militar, Un golpe de Estado le puso fin al
gobierno reformista del presidente legítimo Jolo Goulart En el marco de la dictadura, orientada según la Doctrina de Seguridad
Nacional, se suprimieron todos los partidos, se impuso un bipartidismo obligado y el país estuvo gobernado por militares retirados,
La oposición fue perseguida y encarcelada, mientras que varios Líderes políticos, sociales y culturales tuvieron que exiliarse. A través
de los llamados actos institucionales, la dictadura suprimió las garantías constitucionales para justificar la persecución, represión y
exterminio de opositores con ideas comunistas o cercanas al comunismo, tratados bajo la figura de enemigos internos.

Desde mediados de los años 1970, la crisis económica e institucional aumentó la tensión social, permitiendo un aumento paulatino
en la participación política de la oposición La presión por parte de los grupos opositores a favor de una apertura democrática y de
elecciones presidenciales a través del voto directo tomó más fuerza a mediados de los años 1980, gracias a la movilización social.

Las juntas militares en Argentina: Entre 1976 y 1983, Argentina padeció una dictadura cívico-militar después de que el gobierno
constitucional de Isabel Perón fuera depuesto mediante un golpe de Estado propiciado por las Fuerzas Armadas de Argentina, en
alianza con altos sectores políticos y eco-

nómicos. Argentina atravesaba un periodo de crisis, caracterizado por la inestabilidad social y un aumento de la violencia perpetrada
por facciones enfrentadas; por una parte, organizaciones guerrilleras como el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros;
y por otra, la Triple A, un grupo parapolicial que actuaba en acuerdo con las Fuerzas Armadas. La última dictadura en Argentina,
conocida como el Proceso de Reorganización Nacional, fue una sucesión de juntas militares que se caracterizó por el terrorismo de
Estado que, a través de la llamada guerra sucia y apoyada por el gobierno estadounidense, medios de comunicación y grupos
económicos, emprendió contra la oposición con acciones como el secuestro, la desaparición, la tortura y la muerte de miles de
personas, y la violación permanente de los derechos humanos.

De otro lado, la guerra que el gobierno declaró al Reino Unido por las islas Malvinas, y su consiguiente derrota, terminó por
desprestigiar a la Junta Militar, que se vio obligada a convocar elecciones en octubre de 1983 Desde la llegada de Raul Alfonsin al
poder en 1984, Argentina ha conservado la democracia.

El golpe y la dictadura en Chile: El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas de Chile, comandadas por Augusto Pinochet,
atacaron el Palacio de La Moneda y derrocaron al presidente electo Salvador Allende. Durante los siguientes 17 años una Junta
Militar de Gobierno mantuvo el poder en detrimento de las libertades civiles y los derechos humanos. La oposición fue víctima
de encarcelamiento, tortura, exilio, desaparición forzada y asesinato selectivo. Una profunda crisis institucional y social obligó al
gobierno a celebrar elecciones libres en 1989.
LAS DICTADURAS EN AMÉRICA CENTRAL

La dictadura de Somoza en Nicaragua. Anastasio Somoza García, un general nicaragüense que contaba con la simpatía del
gobierno estadounidense, accedió al poder en 1936 mediante un golpe de Estado. A partir de entonces y durante el periodo de la
Guerra Fría, Somoza aprovecho el apoyo norteamericano en beneficio propio y el de su familia. Fue así como instauró una dinastía
dictatorial que le permitió a sus hijos Luis y Anastasio acceder al poder y que, hasta 1979, controlaría la esfera política, económica,
social y militar a través de un sistema corrupto que benefició de forma exclusiva a su familia y a sus amigos en perjuicio de la
ciudadanía nicaragüense.

Las prácticas nepotistas de la familia Somoza llevaron a que las clases alta y media se convirtieran en sus primeras opositoras. Por
ello, las persiguió y disminuyó, ocasionando que muchos nicaragüenses se exiliaran y que la oposición radicalizara sus métodos
transformándose en una guerrilla. En 1961, un grupo de jóvenes creó el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) un grup0
revolucionario cuyo propósito fue derrocar la dictadura somocista.

El despliegue que el Frente Sandinista de Liberación Nacional desarrolló durante años


le granjeó el apoyo de los sectores populares; campesinos, obreros y algunos
industriales fueron determinantes para que el grupo guerrillero se tomara Managua en
julio de 1979 y asumiera el poder, mientras la familia Somoza abandonaba Nicaragua.

Mientras el sandinismo emprendía reformas en tomo a la tierra, la salud y la


alfabetización, también, enfrentaba el intervencionismo de Estados Unidos. El apoyo
material y financiero del país norteamericano a la Contra, un ejército
contrarrevolucionario, desató una guerra civil durante los años ochenta. El conflicto llegó
a su final en 1990, después de una negociación que le dio pie a la firma de unos acuerdos
de paz y la celebración de elecciones ese mismo año.

El caso de Guatemala. Estados Unidos también intervino en la política de Guatemala.


Con el apoyo de sectores reaccionarios guatemaltecos, un grupo de mercenarios, organizado por el gobierno del presidente
Eisenhower y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), derrocó al gobierno reformista de Jacobo Árbenz a mediados de 1954.

La Junta Militar que asumió el poder con el apoyo de Estados Unidos reversó los avances implementados por el gobierno de Árbenz,
especialmente en asuntos de tierras: anuló la ley de reforma agraria y embargó las propiedades otorgadas por Árbenz al
campesinado. La reacción a estas y otras medidas represivas derivó en la creación de un grupo insurgente, un incremento de la
violencia y la muerte de miles de personas, en su mayoría indígenas y campesinas, a manos de los gobiernos militares y civiles.

Solo hasta 1986, con el tránsito a la democracia, Guatemala empezó a buscar un camino que condujera al final de la guerra civil. La
implementación de acuerdos entre las partes incluyó el desarme y la reincorporación del grupo guerrillero Unidad Revolucionaria
Nacional de Guatemala (URNG), el restablecimiento de los derechos y las garantías a los perseguidos, desplazados e indígenas,
así como el esclarecimiento histórico de los hechos.

Contexto económico en América Latina: Una vez concluyó la Segunda Guerra Mundial, las economías de América Latina
progresaron en los procesos de industrialización y urbanización, gracias a un crecimiento económico acelerado que se manifestó en
el incremento de las importaciones de bienes de consumo, el aumento de la población urbana y la incapacidad para emplear la fuerza
trabajadora proveniente del campo por parte del sector industrial. Sin embargo, a mediados de 1950, por causa de este
desplazamiento, el empobrecimiento de las personas y de las ciudades aumentó considerablemente. Al mismo tiempo, la
consolidación del sistema democrático en la región hizo posible que partidos políticos y movimientos sociales con ideologías
diferentes a las de los gobiernos se manifestaran en contra y ejercieran presión social a través de huelgas y otras formas de protesta.

Bajo esta coyuntura, y con la creación en 1951 de la Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (CEPAL) [5], un
organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas encargado de promover el desarrollo económico y social de
América Latina, la industrialización fue la vía principal para generar desarrollo en el continente.

El desarrollismo en América Latina: Las estrategias de industrialización de América Latina fueron agrupadas por algunos
economistas de la CEPAL en una teoría económica denominada desarrollismo. Esta teoría plantea que el subdesarrollo se reproduce
y amplía la brecha entre países desarrollados y países subdesarrollados debido a una estructura dominante en el comercio
internacional, donde un centro industrial (el Primer Mundo) aventaja a una periferia agrícola (de la cual formaba parte Latinoamérica).

El desarrollismo sugería que los Estados de los países no desarrollados debían ser activos y promover la industrialización a través
de políticas económicas fuertes que posibilitaran un desarrollo propio. Desde mediados de la década de 1960 hasta entrada la
década de 1970, los países latinoamericanos gozaron de un crecimiento económico acelerado (en un promedio de 6,7% anual),
acompañado de un desempeño exportador en alza, gracias a que acogieron recomendaciones de la CEPAL; entre otras, la aplicación
de medidas proteccionistas y la promoción de la industria nacional. Así mismo, bajo la figura de deuda externa, América Latina pudo
disponer de recursos internacionales de manera abundante. Pese a todo lo anterior, acontecimientos como la recesión mundial,
derivada de la «crisis petrolera» de 1973, y la fuga de capitales en la década de 1980 obligaron a que los países de la región se
endeudaran para mantener el crecimiento y la estabilidad económica interna. Sin embargo, las consecuencias de esta reacción
resultaron perjudiciales para las economías nacionales.

Para Finalizar.

3. Actividades:

3.1 Amplia y completa el cuadro, sintetizando en qué consistió cada medida intervencionista de Estados Unidos para
contrarrestar el comunismo en Latinoamérica:

Políticas norteamericanas anticomunistas en Latinoamérica.

Alianza para el progreso

Apoyo a dictaduras

Doctrina de Seguridad Nacional

La contra

Desarrollismo

• Relaciona los elementos de las listas, colocando en el paréntesis la letra correspondiente.


a. Jacobo Árbenz ( ) Proceso de Reorganización Nacional

b. Estados Unidos ( ) Revolución cubana

c. Argentina ( ) Plan Marshall

d. Fidel Castro ( ) Reformas en Guatemala

3.2 Interpretación y análisis de perspectivas: La industrialización de los países de América Latina es un planteamiento
del desarrollismo que en su momento se formuló como una salida al subdesarrollo. La idea original consistía en la
sustitución de importaciones de bienes facturados, enmarcando a la región en una economía capitalista avanzada.

a. ¿Qué críticas tienes del proceso de industrialización en Latinoamérica, promulgado por el desarrollismo?, ¿Qué
consecuencias positivas trajo la industrialización a Latinoamérica?.

4. EVIDENCIAS DE APRENDIZAJE: El impacto de la Guerra Fría en América Latina se caracterizó por una amenaza
constante contra el modelo democrático mediante acciones contra reformistas que culminaron en golpes de Estado y en la
implantación de dictaduras. Los procesos revolucionarios pretendieron poner fin a dictaduras y a largos gobiernos
autoritarios; sin embargo, una vez en el poder, terminaron aplicando las prácticas contra las que lucharon.

a. ¿Consideras que el continuismo en el poder por parte de algunos revolucionarios es una forma de corrupción? ¿Por
qué?

5. Bibliografía: https://historia1imagen.cl/2007/06/25/la-guerra-fria-en-america-latina/

• VIDEOS OPCIONALES PARA COMPLEMENTAR LA CLASE: https://www.youtube.com/watch?v=aT8IqrFKYKU

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