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INTRODUCCION ALA BIOMECANICA ae HAINAUT fesor de la Universidad de Bruselas Versién espafiola por la doctora MARIA-TERESA POBLET ANDREU EDITORIAL JIMS BARCELONA [ds | PROLOGO El anilisis de los movimientos o cinesiologfa) esté haciendo en la actualidad grandes progresos. Efectivamente, a los factores de base de orden anatémico 0 me- cdnico se afiaden Jos resultados cada vez mds significativos de los anilisis bio- mecénicos aportados por las nuevas técnicas de la neurofisiologia clinica y de la electromiografia. Evidentemente, la idea de estudiar los movimientos del cuerpo humano anali- zando la accién fisiolégica de los distintos miisculos no es nueva; Duchenne de Boulogne fue, en el siglo pasado, un preclaro innovador en este terreno. El re- ciente desarrollo y renovacidn actual del interés por este tema se deben esencial- mente a la aplicacién de métodos electrofisiolégicos que permiten registrar las actividades eléctricas de los misculos sinérgicos y antagonistas comprometidos en los movimientos simples y complejos (actividad profesional, deportiva, etc...). Por otra parte, los dispositivos de telemetria permiten el registro a distancia de los movimientos del sujeto totalmente libre, sin conexién directa con los instrumentos de registro. El caudal de investigaciones fundamentadas en este método de re- ciente aplicacién ha contribuido importantemente a 1a creacién de la International Society for Electromyographic Kinesiolog})\o ISEK, organizadora de Congresos Internacionales. El libro de Karl Hainaut, que tengo el honor de presentar a ustedes, llega por lo tanto en el momento oportuno para Henar una laguna y despertar el interés de los estudiantes frente a estos progresos de gran poryenir. Hasta el momento, no existfa en lengua francesa un manual de cinesiologia que integrara tan feliz- mente los descubrimientos de tltima hora con los conocimientos clasicos, expli- citando claramenite Ios distintos pasos metodolégicos. Hainaut se encontraba per- fectamente preparado para llevar a cabo esta necesaria tarea. Las ensefianzas so- bre el andlisis de los movimientos que imparte desde hace muchos aiios en el «Institut Supérieur de Kinésithérapie», del profesor Marneffe, y sus trabajos en el «Institut Supérieur d’Education Physique», de la Universidad de Bruselas, bajo la égida de los profesores P. Rylant, M. Segers y L. Lewillie, le han propor- cionado una experiencia practica y pedagégica cuyo valor se nos pone de relieve con la lectura de este libro. Paralelamente, Hainaut ha Ilevado a cabo en Ia «Unité de Recherche sur le Cerveauy, de la Universidad de Bruselas, unos trabajos ex- perimentales sobre las propiedades contrictiles del mtisculo humano estudiado in situ; estas investigaciones fueron objeto de una interesante tesis doctoral de educacién fisica, presentada en 1968. Los trabajos originales que estd realizando vit Prélogo actualmente le permiten profundizar atin mas en sus estudios de cinesiologia, con- firiéndoles una s6lida base fisiolégica. Poniendo de relieve estos conceptos funda- mentales ¢ integrdndolos en su exposicién, M. Hainaut ha escrito un libro que, con toda certeza, jugaré un importante papel en el futuro desarrollo de la bio- mecénica. No podria terminar sin dejar constancia de Ja satisfaccién que me produce el que un manual tan prometedor haya sido realizado por uno de mis jévenes cole- gas, con el cual colaboro amistosa y fructiferamente desde hace varios afios. Prof. JEAN-EpouaRD DESMEDT Director de fa «Unité de Recherche sur le Cervean», de la Universidad de Bruselas Miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina PREFACIO El andlisis de los movimientos del cuerpo humano, o biomecdnica, ha evolu- cionado considerablemente en los tiltimos affos gracias al aporte de nuevos cono- cimientos cientificos y a la utilizacién de técnicas de registro mas precisas, tales como el EMG. De esta manera, los recientes progresos de nuestro saber sobre Jos mecanismos de la contraccién muscular y de la transmisién nerviosa motriz han modificado considerablemente los problemas planteados por la clectromiogra- fia y su aplicacién al andlisis del movimiento, Ello nos permite una mejor com- prensién de la actividad muscular, asi como de 1a interaccién de los distintos miusculos en la ejecucién del movimiento humano. Nuestro propésito es presentar los principios fundamentales de la biomecdnica deduciendo de ellos una interpretacién racional del movimiento locomotor. Los problemas que estudiaremos no presentan sdlo un interés teérico sino también practico. El anélisis integrado del movimiento humano no puede verse reducido a un simple estudio articular, sino que debe tener en cuenta las relaciones fun- cionales con los segmentos éseos movilizados, con los miisculos que desarrollan la fuerza motriz y con el sistema nervioso que asegura el control de éstos. En esta obra hemos extraido los principios fundamentales de estas disciplinas que pre- sentan interés en biomecénica, esforzandonos en ser lo més claros y sencillos posible. En la primera parte de este manual examinaremos, sucesivamente, los tres componentes fundamentales del aparato locomotor, a saber: las cadenas seas, los centros del movimiento, los misculos y su transmisién nerviosa. Una segunda parte estard dedicada al estudio de los clementos de mecénica aplicables a la m4- quina humana. Una tercera parte dard un breve repaso a las técnicas de registro y finalmente, como conclusin, propondremos un método de anilisis biomecdnico que dard al lector una visién de conjunto, con el fin de que pueda proseguir por su cuenta un estudio coherente y racional de aquellos movimientos humanos que le interesen_snds-particularmente. (Esta obra es una sintesis dé Tos conceptos fundamentales de la biomecdnica \y va destinada a todos aquellos que, en el curso de sus estudios o de su vida profe- sional, deben enfrentarse con ciertos aspectos de la mec4nica locomotriz: seran, quiz4, problemas de interaccién de fuerzas musculares 0 de la gravedad en cinesi- terapia, de coordinacién de movimientos 0 de su correcta ejecucién en educacién fisica, de presiones o de deslizamientos en ortopedia y otros conceptos para quien, sin estar especializado en biomecdnica, experimenta la necesidad de conocer sus elementos. INDICE DE MATERIAS Capituto 1 LAS CADENAS OSEAS Generalidades Constitucién y organizacin del tejido dseo . — Constitueién ze Organizacién . : ‘La sustancia ésea . — El tejido dseo . EI periostio La médula ésea Proceso de osificacién . Osificacién endocondral Crecimiento en longitud . — Adaptacién funcional de los huesos Las cadenas éseas Bibliografia Capriruto 2 LAS ARTICULACIONES — Tipos y estructuras articulares . Las sinartrosis Las anfiartrosis Las diartrosis . Fisiologia articular a Generalidades sobre los movimientos ‘articulares —Flexién y extensién —Abduccién y aduccién . Rotacién interna y externa Circunduccién « —Adaptacién funcional de las articulaciones . -Centro del movimiento y articulaciones Las cadenas cinéticas OC AAHEERLELEONKDN= = i 1 i il il 14 14 16 16 16 16 16 18 20 Anilisis de los movimientos articulares Cabeza, cuello y tronco La columna vertebral . La cabeza . La caja toricica miembro superior . La cintura escapular La escapulohumeral El codo y la pronosupinacién El miembro inferior . . La pelvis y la articulacién coxofemoral La rodilla . El tobillo y el pie La articulacién tibiotarsiana EI pie propiamente dicho E Bibliografia CapituLo 3 LA BIOMECANICA DE LA ACTIVIDAD MUSCULAR EI misculo esquelético = -Esirueh cular. : "El inisculo. Ta fibra y las fibrillas Ebsarcémero . —La contraccién Fenémeno mecanico Fenémeno eléctrico La despolarizacién de Ja membrana Ley del todo o nada «8 La unidad motora . El acoplamiento clectromecénico Las propiedades mecénicas —La graduacién de las conttaccionas:. Elasticidad y componentes elisticos . Adicién de las contracciones El estado activo y la potenciacién contréctil Biomecanica muscular. . Clasificacién funcional de los miisculos Segiin el tipo de contraccién 3 Segtin su participacién en el movimiento Representacién gréfica de la accién muscular . Adaptacién funcional de los misculos . Técnicas de estudio de la funcién muscular . ‘Miografiay Indice de materias 23 23 23 25 25 27 27 29 31 36 36 38 41 41 42 44 AT 47 48 48 50. 50 50 51 51 52 52 53 SS 55 3S 56 57 61 61 62 63 64 Indice de materias _--Eleciromiografia (EMG) ; EMG voluntatia . EMG de estimulacién Regisiros combinados . Organizacién de los sistemas motores . Esquemas de los sistemas motores . Los circuitos medulares El tronco cerebral . Los miicleos de la base . El cértex . EL cerebelo Los reflejos segmentarios . El reflejo de elongacién © miotético EI reflejo miotdtico inverso Otros reflejos, segmentarios EI sistema gamma . El circuito de Renshaw . Bibliograffa CapiTuLo 4 NOCIONES DE MECANICA APLICABLES AL ESTUDIO DE LOS MOVIMIENTOS . Introduccién . Las fuerzas Definicién y representacion de las fuerzas . Operaciones 4 Fuerzas situadas en un | plano x Fuerzas de una misma direccién Fuerzas. concurrentes Fuerzas paralelas Fuerzas cualesquiera Fuerzas situadas en el espacio . Aplicaciones al andlisis de movimientos Caso de fuerzas de una misma direccién Fuerzas concurrentes Fuerzas paralelas . Fuerzas cualesquiera Los pares de fuerzas . Generalidades . Caracteristicas 2 Composicién de pares de fuerzas ‘Trabajo efectuado por un par de fuerzas Aplicacién al andlisis del movimiento . xa 65 65 65 65 67 68 69 70 7 1 7 2 Td a 3 15 b 1 7 B 719 8 81 81 82 85 87 88 89 39 89 95 96 96 97 98 99 100 xv Los momentos de las fuerzas . Generalidades - Propiedades de los momentos . Composici6n de los efectos de Tas fuerzas . Trabajo efectuado . Aplicacién al anilisis de los movimientos . Las palancas y las poleas —Las palancas . Generalidades . — Tipos de palancas —Accién de las palancas . ‘Combinaciones de las palancas . Aplicacién al andlisis de los movimientos _ Las poleas . : Generalidades . La polea fija Polea mévil Caso particular . . Aplicacién al andlisis de los movimientos « Los rozamientos . Rozamiento estatico Rozamiento cinético Rozamiento de wu Aplicacién al an: is del movimiento . Problemas planteados por el equilibrio Resolucién de los problemas de equilibrio Aplicacién al andlisis del movimiento . La extensién dorsal z En el caso de fuerzas paralelas . En el caso de fuerzas concurrentes . Conclusiones. La masa y el peso . La masa de un cuerpo Resumen Nota Principios . Relacién entre masa y peso : Aplicacién al andlisis del movimiento . Trabajo, energia y ae Trabajo El trabajo en el caso de una fuerza variable Energia cinética ms ie ae Energia potencial . El trabajo en un movimiento humano . cuerda sobre una linea curva . indice de materias 102 102 103 103 104 105 109 109 109 109 i 112 114 is 115 116 116 uT 118 119 120 121 122 124 126 133 133 133, 135 136 138 139 140 141 141 142 142 143 144 144 145 147 148 150 Indice de materias xv La potencia sos om Whneg Om 9? ASI ‘Aplicacién al andlisis del movimiento . a+ betepeist ale 5a Elcentrodegravedad. . . 1 SaaS 153 Generalidades . : . te le? 153 Propiedades del centro de gravedad » of 155 Aplicacién al andlisis del movimiento os 155 Los movimientos Loe saad, tag, Hintaenes? . 157 Generalidades . L. : . 1ST El movimiento rectilineo . . sexe ae me 2. 158 La velocidad : laa tae . 158 La aceleracion. 2. Loe 160 El movimiento rectilineo de velocidad constamte . 5 | |. 162 El movimiento rectilfneo de aceleracién constante. 2. 183 Movimiento de caida de los cuerpos . . . . . ww. 165 El cuerpo lanzado verticalmente coe Gos ms 166 Movimiento descrito por los proyectiles . 2)... . . 167 Conclusiones y aplicaciones a Ia biomecénica g 169 El movimiento circular. fee eee Ie El movimiento circular propiamente dicho - 173 La aceleracién centripeta. 2... wee ee TH La fuerza centripeta . : : . ITS Aplicaciones a la biomecdnica ty a8 : . 115 El movimiento de rotacién . . 2 A La velocidad angular. . =: Peg sacircteee 7) La aceleracién angular. 178 Velocidad y aceleracién comparadas en los movimientos angular y de rotacién. a... 1 SUR 7g Energfa cinética . ed an shesoege Bigo: Trabajo y potencia . eS es : cuales, ¢ sblelsI8e Momento angular. . . . 181 Aplicaciones en el andlisis. 5 0. 0... we «T8D El movimiento pendular : ope ge El péndulo simple... ® bob we ke 18h Aplicacién en el anflisis s ’ 185 Bibliograffa . . ) ee BT Cariruto 5 MATERIAL Y METODOS r oe 189 La cimara cinematografica — ze ons | RLSD) El estroboscopio. . : oo 190 ~~ E} magnetoscopio . - : ion ao a ie Lo’ trazos luminosos. . .. . 191 La goniometria . «aes ae . 192 xv Las oscilaciones El eje de gravedad . ‘Método de la doble pesada . La tabla de Toulon . La plataforma de fuerzas . Electromiografia . Material y métodos Los electrodos de derivacién La cadena de amplificacién . Métodos de observacién Registros ? Potencial de actividad motora a El EMG global y su graduacién . Bibliograffa CapiTuLo 6 PROPUESTA DE UN METODO DE ANALISIS Examen global o descripcién del movimiento . Estudio funcional Las cadenas éseas . Las articulaciones La actividad muscular . Anilisis mecénico - Condiciones mecdnicas La trayectoria descrita . Discusién y conclusiones . Indice de materias 193 195 195 196 197 199 199 199 200 201 201 201 202 204 207 207 208 208 208 208 209 209 209 210 Capitulo 1 LAS CADENAS OSEAS GENERALIDADES _/ Los movimientos humanos son producto de la movilizacién de diversas cade- fas éseas sobre las cuales intervendrén presiones y tracciones resultantes de la accién muscular y también de la relacién con el entorno ambiental. Estas fuerzas influirén considerablemente sobre las estructuras éseas pudiendo incluso, en algu- nos casos, provocar rupturas mds o menos_complejas/Nos parece, por lo tanto, extremadamente importante que el cinesidlogo’ pueda considerar los movimientos en funcién de la estructura y de la adaptacién funcional del tejido seo, asegu- _, rando asf un éptimo rendimiento del movimiento humano. vi La columna vertebral se articula por arriba con la cabeza y constituye, junto con las costillas y el esternén, la caja tordcica sobre fa cual se adaptan los miem- bros superiores por mediacién de Ja cintura escapular, constituida por la clavicula y el oméplato. Los miembros inferiores se relacionan con Ja columna vertebral por medio de los huesos iliacos que forman la cintura pelviana articulada con la parte inferior de la columna vertebral (el sacro). En el cuerpo humano el mimero de huesos es de unos doscientos seis, y su configuracién externa permite subdividirlos en tres grupos: huesos cortos, que son de forma aproximadamente cibica, huesos largos, cuya longitud predomina sobre su anchura y grosor, y huesos planos, cuyo grosor ¢s claramente inferior a las otras dos dimensiones. Los huesos largos presentan un cuerpo o didfisis, de seccién triangular, y dos extremidades mds anchas que son las epifisis. A titulo de ejemplo, podemos ci- tar el huimero, el radio y el ctibito (en general, los huesos de los miembros). Los huesos planos estén representados por el oméplato, el esternén, etc... mientras que los huesos cortos se encuentran principalmente a nivel del carpo y del tarso. La superficie de los huesos es irregular, mosttando prominencias y depresiones 0 cavidades. Estas cavidades pueden ser articulares © no articulares, estando enton- ces destinadas a aumentar la superficie de insercién del muisculo o a dejar pasar los vasos y los nervios hacia regiones mds alejadas del organismo. Los salientes 6 apéfisis pueden ser igualmente articulares o destinadas a fijar inserciones tendi- nosas, las cuales encuentran en este caso una superficie lo bastante grande como para constituir un resistente punto de unidn. Se observa, en efecto, que Ja extensién 1 2 Introduccién a la blomecdnica de estos salientes es directamente proporcional a la seccién de los ligamentos o de os tendones que en ellas se insertan. La superficie de los huesos presenta también en sus caras internas orificios de penetracién: son los agujeros vasculares y los canales nutricios del hueso, vias utilizadas por los vasos y los nervios para penetrar en el interior del hueso. CONSTITUCIGN Y ORGANIZACION DEL TEJIDO OSEO CONSTITUCION ‘Una tercera parte de la sustancia 6sea es agua mientras que las otras dos ter- ceras partes estin formadas por sustancias minerales, a saber, fosfato y carbonato de calcio, asf como por una proteina, la colégena. El estudio de Ja resistencia ésea muestra que las sales minerales la aseguran frente a las fuerzas de compresién, mientras que los elementos proteicos aseguran la resistencia a Ja traccién/ Se han publicado trabajos sobre Ia resistencia 6sea (Marique, 1945; De Marneffe, 1947-48 Hamilton, 1956; Evans, 1957; Koch, 1964; Leduc, 1968) que admiten en gene- sal que.el hueso puede resistir una tensién seis veces superior a la que caracteriza Jas actividades de la vida laboral. Estos conocimientos subrayan claramente el interés que debe concederse a las técnicas de andlisis que permiten registrar las presiones sobre el suelo en la ejecucién de los moyimientos. Por otra parte, debemos subrayar el hecho de que cuando el hueso no posee sus elementos minerales presenta una gran flexibilidad, mientras que en el trans- curso del envejecimiento, caracterizado por una disminucién gradual de su con- tenido en agua y en sustancias orginicas, el hueso sera cada vez més fragil y sus- ceptible de fracturas. La parte orgénica est4 constituida por una estructura fibrosa formada por una trama de fibras de coldgeno, por una sustancia cuya base prin- cipal son mucopolisacdridos y que se encuentra dispersa entre las fibras coldgenas y, finalmente, por células que constituyen una {nfima parte del hueso. ORGANIZACION La sustancia 6sea Estos elementos minerales y orgénicos se combinan para formar dos tipos de tejido éseo: el tejido compacto que esté situado en Ia parte periférica del hueso y el tejido esponjoso, formado por laminillas dseas que delimitan unos alvéolos rellenos de médula 6sea y que se encuentra situado por dentro de la capa de tejido compacto. La orientacién de estas laminillas esta dispuesta de tal manera que el hueso pueda ofrecer la m4xima resistencia posible frente a las tensiones que reci- be. Los huesos cortos presentan una delgada capa de tejido compacto envolviendo al tejido esponjoso. El hueso plano esta formado por dos delgadas capas de tejido compacto alrededor del tejido esponjoso. Finalmente, los huesos largos presentan una arquitectura un poco més compleja, dado que con mucha frecuencia deben soportar esfuerzos bastante grandes. El tejido compacto se dispone en una capa Las cadenas éseas 8 gruesa en el centro de la ditfisis que va adelgazéndose hacia los extremos, pero con engrosamientos en los puntos de insercién y también a nivel de las curvaduras, puesto que a estos niveles el hueso estard expuesto a mayores riesgos de fractura que en los trozos rectilineos. Esta capa compacta se extiende luego hacia las epi- fisis para envolver el tejido esponjoso del que estén constituidas estas extremida- des. Los alvéolos formados por las laminillas de tejido esponjoso se comunican entre si y con el canal medular, que es una cavidad que se extiende a lo largo de la didfisis. Los alvéolos y el canal medular estan rellenos de médula sea. El tejido éseo El tejido dseo est4 recorrido por vasos sanguineos y linféticos asi como por ramificaciones nerviosas y, al estudiar microscépicamente el tejido compacto, se observan en él un conjunto de pequefios conductos de 50 micrones de didmetro que son los canales de Havers o canales nutricios del hueso. Se comunican entre si y contienen pequefios vasos y nervios. El tejido dseo se encuentra dispucsto alrededor de estos canales en finas laminillas con¢éntricas que presentan entre si pequefias cavidades conteniendo cada una un osteocito o célula ésea. El conjunto de este dispositivo constituye el sistema de Havers que es el elemento base del tejido compacto. El tejido esponjoso esté constituido por finas laminillas de hueso duro engarzadas en una trama particular que ya se ha descrito mds arriba. EI periostio Es un tejido conjuntivo en forma de membrana fibrosa, blancuzca, situada en Ia periferia del hueso al cual recubre por completo, salvo por las superficies articulares que estén provistas de cartilago (articular). El periostio esta constituido por dos capas: la capa externa, formada por fibras de coldgeno y la capa profunda que es osteogénica y formadora de osteoblastos que a su vez forman osteocitos. Ello explica el papel importante que juega el periostio en el desarrollo del hueso. La irrigacién y la inervacién del periostio son muy ricas, presentando por tanto una gran sensibilidad, lo que explica el hecho de que en caso de fractura o de golpe sobre el hueso la mayor parte del dolor se resienta a nivel de esta cubierta. La insercién muscular no se hace directamente sobre cl hueso, sino sobre el pe- riostio, que a su vez esté unido a la sustancia dsea por unas pequefias prolon- gaciones comparables a raices. La adherencia del periostio al hueso es tanto mas grande cuanto més irregular sea la superficie sea. Un tejido conjuntivo similar y también osteogénico recubre el canal medular, los conductos de Havers y los tabiques esponjosos. La médula ésea La médula roja, que en el nacimiento se encuentra tanto en las diéfisis como en las epifisis, tiene una doble funcién, a saber, formar glébulos rojos y participar en el proceso de osificacién. Con la edad la médula roja no se encuentra més 4 Introduccién a la biomecénica que en la parte esponjosa, mientras que la diéfisis se ve invadida por una médula grasa de color amarillo, Ya antes de Ja edad adulta no se encuentra médula Toja en los huesos de los miembros, existiendo s6lo médula amarilla. Sdlo ciertos hue- sos, como las vértebras y las costillas, poseen atin en ciertas zonas el primer tipo de médula, PROCESO DE OSIFICACION Se entiende por osificacién la formacién de sales que se depositan en una estructura bisica de sustancia orgdnica. Sin embargo, este proceso debe ir pre- cedido de una proliferacién celular que elaboraré la trama de fibras de col4geno. Estos fenémenos pueden producirse en el tejido conectivo, dando Iugar entonces a una osificacién fibrosa, 0 bien sobre un sustrato cartilaginoso originando enton- ces una osificacién endocondral o intracartilaginosa. Los huesos, tales como los que forman parte de la béveda craneal, por ejemplo, presentan una osificacién fibrosa que se desarrolla directamemte en el tejido conectivo embrionario y que no pre- cisa de una matriz cartilaginosa. Los huesos cortos se desarrollan, por el contra- rio, a partir de un proceso endocondral mientras que los huesos latgos presentan ambos tipos de osificacién a la vez. Osificacién endocondral En el embridn se forman esbozos éseos en cartilago hialino y mucho antes del nacimiento aparece un punto de osificacién primaria, tras una serie de modifica- ciones histogénicas en los alrededores de la parte central de la matriz. La osifi- cacién progresard en todas direcciones a partir de este punto primario (primitivo © principal), osificindose la mayor parte del esbozo cartilaginoso. En los huesos largos, este punto formaré toda la diffisis. La aparicién de otros puntos de osifi- cacién secundarios 0 complementarios a nivel de las epifisis y de las prominencias (© apéfisis), que aparecen més tarde, en un periodo que va desde antes del na- cimiento hasta la pubertad, asegurardn la osificacién. Fsta osificacién diafisaria ¥ epifisaria no se efectiia solamente en longitud, sino también en grosor, y es im- Portante subrayar que al mismo tiempo la membrana conjuntiva (0 pericondrio) que envuelve el esbozo cartilaginoso y que se va a transformar en periostio pro- duce, en su capa interna, tejido éseo en forma de laminillas sucesivas y concén- tricas que contribuirén al crecimiento del hueso en grosor. A medida que va au- mentando el grosor de la didfisis por el aporte de sucesivas capas, tiene lugar en su centro un fenémeno inverso de reabsorcién que explica Ia desaparicién progre- siva de hueso endocondral primero y luego Ia de las capas mds profundas de hueso periéstico, forméndose asi una cavidad que ocupa toda la amplitud de la didfisis y que se denomina canal medular. Durante todo el proceso del desarrollo 6seo, el punto de osificacién diafisario permanecer4 separado de los puntos epi- fisatios por una capa de un cartflago especial de conjuncién (0 dialisoepifisario), 1o que permitiré explicar el crecimiento éseo en longitud. Las cadenas 6seas 5 CRECIMIENTO EN LONGITUD Si el desarrollo del grosor del hueso, que se realiza principalmente antes de legar a la edad adulta, puede proseguir a lo largo de la mayor parte de la vida Por aporte de hueso peridstico y reabsorcién medular simultdnea, el crecimiento en longitud finalizar4 definitivamente a una determinada edad, distinta para cada hueso, pero sin que en ningiin caso se rebase la edad adulta. Un hueso largo posee dos cartilagos de conjuncién, a nivel de los cuales se verificard la mayor parte del crecimiento en longitud. En efecto, las capas superficiales de este car- tilago, y sobre todo la del lado de Ja didfisis, se transforman en tejido éseo mien- tras que se asiste a una proliferacién de la parte medial, explicéndose de este modo el alargamiento del hueso. Este proceso persiste hasta el momento en que el hueso alcanza su longitud total. En este momento, el cartilago deja de regene- rarse, invadiéndose y osificdndose por los puntos diafisarios y epifisarios que se pondrdn, pues; en contacto. El cartilago articular, situado en los extremos del hueso, realiza un crecimiento en longitud accesorio. La edad en que se produce la fusién de los puntos diafisario y epifisario varia segiin los distintos huesos y varia también de un individuo a otro. En efecto, se sabe que esta fusién que finaliza el crecimiento puede verse infiuida por varios factores, a saber, el sexo, a raza, los factores hereditarios y también por las fracturas y el mal estado general. El grado de osificacién es, pues, un factor muy importante que el reeducador fisico y el cinesiterapeuta deben de tener en cuenta al preparar sus lecciones y esquemas de reeducacién con el fin de no causar trastornos del desarrollo éseo. En efecto, una fractura o un traumatismo repetido pueden ser la causa de mal- formaciones o incluso de una prematura detencién del crecimiento dseo. Y, sa- biendo que muchos huesos no Megan a la madurez antes de la edad de diecisiete, dieciocho 0 incluso de diecinueve aiios, podemos preguntarnos si Ia préctica de algunos deportes como la lucha, ¢l boxeo u otras actividades violentas no deberfan prohibirse antes de dicha edad. Estos conceptos subrayan claramente la importancia que debe concederse a la formacién de educadores y entrenadores y, en general, de toda persona que tenga alguna relacién con jévenes deportistas, bien sea a través de la organizacién de sus programas, o de la eleccién del material deportivo a emplear, 0 para esta- blecer el reglamento del juego o del deporte o incluso al realizar la exploracién y el control médico antes, durante y después de las actividades fisicas. ADAPTACION FUNCIONAL DE LOS HUESOS El problema de la adaptacién de los huesos se ha venido discutiendo desde fines del siglo pasado puesto que se habia observado que, efectivamente/las tra- béculas dseas no se disponen de cualquier manera sino que se orientan de la forma en que son capaces de ofrecer una mayor resistencia a las tensiones sufridas por el hueso. 6 Introduccién a la biomecanica Asi pues, en 1866, el ingeniero alem4n Karl Culmann, que se habia interesado por el andlisis grafico de los problemas estéticos, atrajo la atencién de un cierto numero de investigadores al afirmar que la arquitectura interna de la extremidad superior del fémur corresponde a las lineas de tensién, establecidas de manera grafostdtica, de una gria curva. Partiendo de sus calculos, habia Iegado a la conclusién de que ambos esquemas de estructura eran superponibles pero, sin embargo, sus criterios fueron rapidamente puestos en critica. Roux se basé en esta teoria para analizar Ja disposicién de las trabéculas en distintos huesos y, en 1892, otro adepto de esta teorfa, Julius Wolff, formulé una ley segtin la cual toda modificacién de Ja funcién o de la forma de un hueso trac consigo modificaciones de la estructura interna y de una forma accesoria de su configuracién externa, que estén en conformidad con leyes matematicas. Pensaba que principalmente Ja formacién dsea resultaba conjuntamente de las tensiones producidas por Ia contraccién muscular y de las presiones estaticas engendradas por el mantenimiento de la posicién erecta, pero observaba también que estas fuerzas presentan una interseccién perpendicular. En 1917 J. C. Koch publicé un articulo en el cual demostraba que el hueso se organiza de tal forma que la resistencia para un minimo de sustancia dsea sea méxima y que, por tanto, la arquitectura es tal que el hueso es capaz de resistir econémicamente a las més fuertes tensiones, originadas por Ja accién de la gra- vedad del cuerpo. Efectivamente, pretendia con ello que las fuerzas originadas por dicha gravedad eran muchisimo mas importantes que las resultantes de la accion muscular, de manera que estas viltimas podian despreciarse en los célculos desti- nados a estudiar las estructuras éseas. Asi pues, cuando el cuerpo humano adopta actitudes viciosas se producen aumentos de presién en algunos puntos y disminu- ciones en otros. El mantenimiento de estas actitudes engendra modificaciones de la estructura dsea que no pueden subsanarse mds que manteniendo el cuerpo en posicién corregida mediante un sistema apropiado de tablillas que tendrén como finalidad la restauracién de una estructura sea normal. Siguieron luego, hacia 1920, las criticas que Jansen fue el primero en formu- lar, a las teorfas de Wolff de que la formacién dsea estaba a Ja vez en funcién de tensiones y de presiones y de que las fuerzas prescntaban una interseccién perpen- dicular. En efecto, hizo observar que las trabéculas éseas no siempre se cortan formando Angulos rectos, Por el contrario, Jansen emitié Ia hipétesis de que Ja formacién del hueso dependeria a la vez de las tensiones debidas a la gravedad y a la contraccién muscular, siendo estos los estimulos mecdnicos determinantes. Las teorfas de Koch fueron puestas en critica por Carey (1929) quien le re- proché el no haber tenido en cuenta en el desarrollo de la organizacion del hueso las tensiones de origen muscular. EI consideraba, en efecto, que estas presiones eran las determinantes en lugar de las estéticas; por otra parte, la accién muscular es capaz de engendrar ten- siones mucho mas importantes y la posicién de pie resultarfa, de una manera general, de la interaccién del esqueleto con el sistema muscular. En consecuencia, el normal desarrollo que conduce a la madurez dsea serfa el resultado de la ac- tividad dind4mica de los miisculos y de la propiedad de las células éseas de proli- ferar de manera centrifuga, a fin de oponerse a Jas fuerzas centripetas extrinsecas. Las cadenas 6seas 7 En estudios mas recientes, autores como Evans (1957) y Scott (1957) insistie- ron en recalcar la importancia que deberfa atribuirse a la experimentacién antes de intentar resolver el problema de la adaptacién funcional de los huesos. Scott se esforzé en desarrollar una hipétesis intentado establecer las relaciones existen- tes, en cuanto a desarrollo y funcionamiento, entre el sistema neuromuscular y el sistema éseo. Mientras que Evans, por su parte, llegé a la conclusion de que el andlisis matemitico que quiere demostrar que las trabéculas éseas siguen las Iineas de fuerza es dudoso; que las tensiones que se producen en el movimiento humano tienen una cierta importancia en la explicacién de la formacién y el desarrollo éseo, pero que hay que tener en cuenta la intervencidn de otros factores, tales como la nutricién, la irrigacién o incluso la herencia. Aunque las teorfas de Wolff no pueden aceptarse de una manera absoluta, hay que admitir, sin cmbargo, que existen muchos ejemplos que ponen de relieve Ja importancia de la funcién sobre el desarrollo éseo (Mainland, 1945). Asi pues, se observan trastornos de la formacién de los huesos en casos de atrofia o de parélisis musculares. Se ha observado también que las presiones interrumpidas favorecen el crecimiento éseo mientras que las presiones constantes pueden pro- vocar atrofias, al igual que la inactividad que sigue a una inmovilizacién se acom- Pafia a veces de enlentecimiento o incluso de detencién del crecimiento dseo. Asf pues, podemos concluir sefialando que el hueso es un tejido vivo que se forma y desarrolla segiin una estructura que se orienta y organiza siguiendo la direccién que es capaz de ofrecer una mayor resistencia frente a las fuerzas domi- nantes a que se ve sometido (Marique, 1945), Ello puede explicarnos la resistencia particularmente notable del fémur, el cual, en un cjercicio de marcha, debe so- portar a cada paso una carga repetida del orden de 3 veces el peso total del cuerpo (De Marneffe, 1947-1948). Por idénticas razones mecanicas, las superficies de insercién de los musculos son tanto mds marcadas cuanto mas importantes sean las tensiones a que se en- cuentra sometido el hueso en este punto al producirse la contraccién muscular. Vemos pues que el hueso se adapta y se estructura funcionalmente y que es imprescindible que el cinesidlogo y el educador ffsico dispongan de conocimientos que les permitan una correcta interpretacién de los problemas relativos a la cons- titucién 6sea, para poder evitar cualquier peligro de malformacién. Tendrdn asi la posibilidad de actuar en el caso de ciertas deformidades corrigi¢ndolas median- te la técnica adecuada al caso. Observamos, efectivamente con demasiada frecuencia, que tablas gimndsticas dedicadas a nifios de una escuela 0 que lecciones de gimnasia médica aplicadas a pacientes estén concebidas de una forma mds o menos empfrica sin tener en cuenta los efectos nefastos que ciertos cjercicios pueden tener sobre el esqueleto. LAS CADENAS OSEAS Los autores interesados en la mecéinica humana han representado el cuerpo como un conjunto de unidades funcionales, que al efectuar los distintos movimien- tos se movilizan una en relacién con otra. Asi, Dempster (1955) representé el es- 8 Introduccién a la biomecdnica queleto humano segin un sistema simplificado constituido por un conjunto de cadenas dseas (fig. 1). Observamos que cl grupo cabeza so articula con el grupo cervical, éste con el dorsal que a su vez se articula con el lumbar. El grupo pélvico esté representado por un triéngulo construido por la articulacién sacroilfaca y las dos articulaciones coxofemorales, enlaz4ndose asi la regién lumbar a los elementos femorales. eje mecanico Fig. 1 Fig. 2 El grupo muslo se articula con el de la pierna, el cual se articula a su vez con el del pie. En la parte superior del tronco, el eslabén clavicular se articula por un lado a nivel esternocostal y por el otro con la cadena escapular cuyo eje pasa por Ja articulacién glenohumeral y por Ja articulacién acromioclavicular. Esta Ultima se articula con la cadena brazo que a su vez se articula con el ante- brazo, el cual lo est a su vez con la mano. Esta simplificacién que intenta repre- sentar el cuerpo humano como un conjunto de unidades articuladas entre si, se aplica en cl andlisis mecénico de un movimiento. La recta trazada sobre el segmento éseo se denomina «eje mecinico» de la cadena dsea de que se tratefPodemos definirlo como un segmento de recta que pasa por el centro de las superficies articulares situadas en los cxtremos del hueso/ No hay que confundir eje mecdnico con «eje longitudinal», que es la linea curva que pasa por el centro de multiples cortes imaginarios infinitamente pequefios del hueso. La figura 2 ilustra esta diferencia en el caso del fémur: la recta es el cje mecénico del fémur mientras que la linea curva, punteada, es el cje longitudinal. / Los ejes mecénicos se suceden asf en forma de eslabones permitiendo considerar los movimientos humanos como movimientos angulares cuya libertad se ver Las cadenas éseas 9 limitada por las posibilidades articulares. Estos movimientos de rotacién pueden pues, a partir de aqui, ser medidos y expresados en grados o en radianes. Sin embargo, las simples flexiones o extensiones se combinardn en cadenas sucesivas. presentando asf una evolucién mas compleja y de una variedad relativamente rica. Asi, una traslacién como Ja marcha o la carrera darfan como resultado una com- binacién de movimientos segmentarios con un total de valores angulares igual a cero. La representacién del cuerpo humano mediante una sucesién de ejes me- cdnicos 0 de cadenas éseas permitird pues aplicar los principios clsicos de la metdnica al andlisis de un movimiento. BIBLIOGRAFIA 1, Carey, E. J.: Radiology, 13, 127-168 (1929). 2. De Marnerre, R.: Méd., Ed. phys. et Sports, 3 (1947-1948). 3. Dempster, W. T.: An. N.Y. Acad. Sci., 28 (1955). 4, Evans, F, G.: Stress and Strain in Bones, Thomas, C.C., Springfield, Ill. (1957). 5. Hamarron, W. J. (editor): Textbook of Human Anatomy, St. Martin's Press, N.Y. (1956). 6. Kocs, J.: Amer. J. Anat. 21, 177-298 (1917). 7. Kocu, J.: en Martz, C. D.: Bone Joint Surg., 46, 409-415 (1964). 8. Lepuc, A.: Rev, éd. phys., VII, 2, 1-4 (1968). 9. MAINLAND, D.: Anatomy as a Basis jor Medical and Denial Practice, Hoeber, P. W., N.Y. (1945), 10. Marius, P.: Eiudes sur le Fémur, Stoops, R., Bruxelles, (1945). 11. McLean, F. C., y Unist, M. R.: Bone, The University of Chicago Press, Chicago, (1935) 12. Scorr, J. H.: Am. J. Phys. Anthrop., 15, 197-234 (1957). 13, Tosi, W. J.: J. Bone Joint Surg., 37 A, 51-72 (1955). Capitulo 2 LAS ARTICULACIONES TIPOS Y ESTRUCTURAS ARTICULARES Se entiende por articulacién o juntura Ia conjuncién entre dos huesos formada por una serie de estructuras mediante las cuales se unen los huesos entre sf. Las articulaciones se subdividen en tres clases: las articulaciones que no tienen mo- vimiento 0 «sinartrosis», las articulaciones semiméviles 0 sanfiartrosis» y las articu- laciones méviles 0 «diartrosis», En estas ultimas se agrupan las articulaciones mé- viles que tienen una cavidad articular, mientras que las de las dos primeras no disponen de cavidad articular. La clasificacién de las articulaciones y la termino- logia empleada varfan de un autor a otro; nosotros seguiremos a Rouviére en a redaccién de este capitulo. LAS SINARTROSIS Este tipo de articulacién presenta dos superficies articulares soldadas entre si, bien por medio de un cartflago o por medio de tejido fibroso, estando esto en funcién del tipo de osificacién que ha dado lugar a Ja formacién de los huesos. En el primer caso hablaremos de una «sincondrosis» y, en el segundo, de una «sinfi- brosis», Existe una subdivisién més detallada de estas ultimas que no creemos oportuno citar aqui. LAS ANFIARTROSIS Estas articulaciones presentan dos superficies articulares planas 0 c6ncavas recubiertas de cartilago articular y estén unidas por un ligamento fibroso o fibro- cartilaginoso que se inserta en ambas superficies y por unos ligamentos periféricos respecto al ligamento interéseo. Ciertas anfiartrosis presentan un esbozo de cavi- dad articular, denomindndose por esta razén «diartroanfiartrosis». LAS DIARTROSIS Este tipo de articulacién, que es 1a que més nos interesa en un trabajo dedi- cado al estudio de los movimientos, presenta dos superficies lisas separadas por una cavidad articular. Esté rodeada de una cdpsula y de unos ligamentos, asi como de una sinovial que recubre la cara interna de la capsula. 12 = Introduccién a la biomecénica La figura 3 representa este tipo de articulacién sin (A) y con (B) menisco o fibro- cartilago intrarticular. 4 Las superficies articulares estén recubiertas de un cartilago hialino que se conoce con el nombre de cartflago articular. Se encuentra adherido al hueso por una de sus caras mientras que Ja otra esta dirigida hacia la cavidad articular. Es liso, lo que facilita cl deslizamiento. En efecto, el coeficiente de rozamiento es en este punto extremadamente pequefio. La elasticidad del cartilago le permite absor- ber los golpes ¢ impide el desgaste del hueso. El grosor es proporcional a la presién caracteristica de cada lugar. Dicho cartilago articular no posce ni irrigacién san- guinea ni inervacién propia. gépsula sinovial ‘menisco cavidad cartilago A B Fig. 3 Cuando las superficies articulares no son perfectamente complementarias, en- contramos una estructura intrarticular fibrocartilaginosa que hace que’ ambas su- perficies concuerden. Estos cartilagos estén adheridos a la cépsula articular. Se- paran la cavidad articular en dos partes, completa o parcialmente. Cuando este cartilago presenta dos caras libres, se Ie denomina menisco, pero si, por el con- trario, una de sus caras estd adherida al cartflago articular de una de las super- ficies dseas, se le denomina rodete articular. Sefialemos, a titulo de ejemplo, los meniscos de Ja articulacién de Ja rodilla y el rodete glenoideo de la articulacién escapulohumeral. Estos cartilagos facilitan pues el funcionamiento articular no s6lo mejorando las condiciones en que se realiza la puesta en contacto sino tam- bign gracias a que permiten una disminucién de las fuerzas de rozamiento. Efec- tivamente, diversas investigaciones (Brit. Med. J., 1, 384-385, 1964) han puesto de relieve el hecho de que este cartilago libera una sustancia lubrificante cuando se ve sometido a una presién, pero todavia no se han explicado con claridad los mecanismos de este fendmeno. La articulacién se encuentra rodeada por un manguito fibroso que, junto con un sistema de ligamentos periarticulares, colabora a mantener las superficies ar- ticulares una contra otra. Esta cubierta, denominada cdpsula articular, es tanto mas laxa alrededor de la articulacién cuanto mayor sea la amplitud de movi- mientos de esta ultima. Se inserta rodeando todo el hueso, bien sea en las proxi- midades del cartflago articular bien a distancia, como ocurre en las articulaciones que presentan una gran movilidad. Esta cépsula puede presentar engrosamientos en los puntos de mayor tensién, pero alrededor del propio manguito se observan ligamentos particularmente resistentes y poco eldsticos cuyo papel es asegurar la Las articulaciones 13 puesta en contacto entre las superficies articulares e impedir la dislocacién de la articulacién. Ciertos movimientos inadecuados 0 movimientos brutales pueden Provocar una distensién o un arrancamiento parcial de dichos ligamentos. De ello se desprenden graves inconvenientes que pueden originar en el caso de una articulacién compleja, como por ejemplo Ia rodilla, un pinzamiento del menisco, estableciéndose entonces la necesidad de una recuperacién fisica. El tra- tamiento cinesoterdépico ira encaminado a reforzar la musculatura periarticular, el cuadriceps, en el ejemplo que hemos citado, asegurando asi una recuperacién parcial de la integridad articular. Por fuera de estos ligamentos, se observan tendones y fascias rodeando la ar- ticulacién; su papel no es tnicamente Ja transmisién de la fuerza muscular sino que participan también en el mantenimiento del correcto contacto entre las su- perficies articulares. Podemos explicar pues la proteccién articular como una sucesién de barreras, estando constituida la primera por la musculatura periarticular. Su insercién sobre la estructura ésea formando un dngulo pequeiio explica la gran componente lon- gitudinal (véase el capitulo relativo a los componentes musculares) y el papel de control que debe asumir esta parte de la fuerza muscular frente a las fuerzas ex- ternas capaces de provocar la dislocacién de 1a articulacién. La segunda barrera esté formada por los ligamentos que se encargaran de las fuerzas que no han podido ser neutralizadas por la musculatura. Vemos pues que la musculatura, estructura distensible, juega el papel de amortizador frente a una fuerza brutal de distensién sometiéndose los ligamentos, estructura muy resistente pero poco distensible, de una forma muy progresiva a la fuerza externa. La cara interna de la c4psula articular est4 tapizada por una membrana del- gada, transparente, adherida al contorno del cartflago articular y que recubre toda la cavidad excepto las superficies de roce: se trata de la «sinovial». Cuando la cdpsula se inserta a distancia del cartilago articular, Ia sinovial recubre también Ja parte de periostio comprendida entre la insercién de Ja cdpsula y el cartflago articular. Si la articulacién esta provista de menisco esta membrana no recubre al menisco, estando entonces dividida en dos partes. La cara interna de la sinovial estd tapizada de pequefias prolongaciones constituidas por tejido conjuntivo rica- mente irrigado: son las franjas sinoviales que secretan un liquido incoloro y viscoso hacia el interior de la cavidad articular. Este liquido, la sinovia, tiene como funcién principal la lubrificacién de las superficies articulares que se enfrentan. En una articulacién normal la cantidad de sinovia que encontramos es pequefia, pero puede ser abundante en una articulacién lesionada o irritada como ocurre en ciertos traumatismos deportivos. El organismo dispone de unas estructuras particulares denominadas cbolsas serosas» situadas en las zonas de roce de un misculo o de un tendén con una superficie ésea. Estas bolsas estan formadas por una membrana sinovial, en forma de saco, con un contenido liquido procedente de la sinovia y cuyo papel vuelve a ser el de facilitar los deslizamientos. Algunos tendones tienen a su alrededor una estructura andloga pero con una doble pared cilfndrica, que se llama vaina serosa y contiene el mismo liquido sinovial, A titulo de ejemplo, podemos citar la bolsa serosa subdeltoidea que est4 situada en la cara profunda del deltoides separan- 4 Introducci6n a la biomecdnica dolo, asi, de la articulacién escapulohumeral y de Jos tendones periarticulares asi como de Ia béveda acromiocoracoidea. El ejemplo de la vaina serosa de] extensor comtin del dedo gordo del pie juega el mismo papel pero a nivel de la garganta del pie. Algunas de estas bolsas pueden estar en comunicacién con Ja cavidad articular yecina. Una irritacién de la bolsa provoca una bursitis con un actimulo de liquido amarillo, $i clavamos una aguja hipodérmica en la bolsa observaremos que este liquido sale esponténeamente por efecto de Ja presién que existe en Ja bolsa micn- tras que, generalmente, en estado normal estas estructuras presentan una presi6n ligeramente negativa que explica la dificultad que encontramos en Ja exploracién articular y la necesidad de inyectar un liquido en su interior. En la tabla I presentamos las diferentes clases y tipos de articulacién, asi como también Ia divisién detallada de las diartrosis, junto con las caracteristicas principales. FISIOLOGIA ARTICULAR GENERALIDADES SOBRE LOS MOVIMIENTOS ARTICULARES Los movimientos posibles de un determinado centro articular estan en funcién de la configuracién de la articulacién asi como de Ja perfeccién con que se adaptan las superficies articulares contrapuestas. Puesto que las presiones que los movi- mientos humanos transmiten a estas estructuras pueden scr grandes, el cartflago articular deberé dar prueba de una gran clasticidad y se desarrollara de forma que estas presiones se repartan lo mds uniformemente posible. Observamos tam- bign que el cartilago de ciertas articulaciones, cuyas superficies quedan perfecta~ mente afrontadas, no presenta esiructuras particulares, mientras que en otras ar- ticulaciones, en la rodilla por ejemplo, se observa una organizacién que es testigo de una adaptacién del cartilago articular en respuesta a las demandas Proponemos estudiar en primer Jugar los diferentes tipos de movimientos ele- mentales, que son tres, lo que nos permitiré Juego describir y analizar los movi- mientos mds complejos del cuerpo humano. La retacién es el movimiento mas extendido y el que se cita con mayor frecuen- cia. Resulta de la movilizaciéu de un segmento respecto a otro alrededor de un eje, engendrando asi un movimiento sobre una trayectoria circular de todas las partes del segmento movilizado alrededor de un mismo cje de rotacién. El destizamiento cs un movimiento que se caracteriza por el desplazamiento de un segmento o de una superficie sobre otra, de forma que cada punto del pri- mer cuerpo sufre una traslacién respecto a cada punto del segundo. El rodamiento hace que puntos contiguos pertenecientes a un primer cuerpo queden colocados frente a puntos contiguos, situados a una misma distancia, de uun segundo cuerpo. Estos diferentes tipos de movimiento pueden combinarse entre si. La movili- zacién de la articulacién de la rodilla se caracteriza asi por la combinacién de un rodamiento y un deslizamicnto. TABLA I Clase Tipo Particularidades | Movimientos Ejemplo 1. Sinartrosis | @) Sincondrosis Soldada; desarrollad: | Ninguno Los huesos de la béve- en un cartilago da craneal 8) Sinfibrosis Soldada;_ desarrollada Ninguno en un tejido conjuntivo | 2. Anfiartrosis Ligamentos interdseos | Débiles, jugando con la_| Los cverpos vertebrales | Ligamentos periféricos, clasticidad de las es- | a veces diartroanfiartro- ‘ructuras sis | 3. Diartrosis @) Enastrosis Las superficies articula- | Tres ejes de movimien- | ‘Eseapulohumeral 5) Condileas ©) Encajamiento reci- Proco 4) Trécleas ¢) Trocoide f) Artrodia res son segmentos de esfera Scementos de elipsoide Céncavo en un sentido ¥ convexo en el otro Una de las superficies tiene forma de polea Segmentos de cilindro Superficies planas | | to Dos ejes (sin rotacién) Dos ejes y a veces una ligera rotaci Un eje (flexién-exten- sion) Un eje (longitudinal) Ninguin eje, pero desli- zamiento Carpometacarpianos Carpometacarpiano del pulsar Codo Radiocubital superior Huesos del carpo 16 Introduccién a la biomecénica Se entiende por grado de libertad Ia posibilidad de movilizacién en un plano ‘0 mejor alrededor de un eje. Las articulaciones que presentan dos o tres grados de movilidad tendrén posibilidad de movimiento en dos o tres planos perpendicu- ares entre sf (son los planos convencionales de los que hablaremos en otro ca- pitulo). En la descripcién de los movimientos que hacemos en el proximo capitulo em- plearemos la siguiente terminologia: Flexién y extension El movimiento de flexién es el que hace que los segmentos se acerquen, mien- tras que el de extensign tenderd a colocarlos uno en prolongacién del otro. Habla- remos asi de flexidn-extensién de los dedos, del antebrazo sobre el brazo, de la pierna sobre el muslo, del muslo sobre el tronco, etc. En algunas articulaciones se emplearé un término particular que precisa més el sentido de estos movi- mientos; hablaremos as{ de proyeccién delante-atrés en la articulacién escapulo- humeral, de flexién dorsal y plantar en el pie, ete. Abduccién y aduceién La abduccidn desplaza el segmento separdndolo del eje longitudinal y central del cuerpo, mientras que la aduccién acercard el segmento a dicho eje. A nivel del puiio, se habla de flexién radial y cubital. Rotacién interna y externa La rotacién interna acerca las porciones anteriores de un segmento al eje cen- tral del cuerpo y aleja de éste a las posteriores, mientras que Ja rotacién externa efectuaré el movimiento inverso. Circunduccién La circunduccién ¢s una combinacién de los movimientos anteriormente des- critos; segiin ella, cl segmento efectéa por ejemplo una combinacion de ficxién, abduccién, extensién y aducciéa que dard como resultado la limitacién en el espacio de un cono cuya punta se encuentra a nivel del centro articular. ADAPTACION FUNCIONAL DE LAS ARTICULACIONES En el capitulo anterior, habfamos sefialado el hecho de que Ia estructura ésea sufre una adaptacién en fungin de las demandas musculares. De igual modo, po- demos recordar aqui celine articulaciones se adaptan a las condiciones mecd- nicas que le son impuestas por la actividad muscular. Efectivamente, una falta de actividad por una inmovilizacién prolongada Ieva consigo un bloqueo progre- Las articulaciones 7 sivo de Ja articulacién mientras que una movilizacién repetida y forzada hasta los limites articulares permitira realizar al sujeto una hiperextensi6n de los segmentos. Pero esta adaptacién funcional de las articulaciones existe también a nivel de la estructura de Jas superficies articulares. Esto fue demostrado por Roud (1913) quien moviliz6 los listones de madera cuyos extremos habia embadurnado previa- mente con una mezcla de piedra pémez y yeso, modificando Jos puntos de inser- cién de los misculos que aqui estén representados por cuerdas. En la figura 4 podemos ver un esquema de este experimento en el que se observa que la movi- lizacién de los listones de izquierda a derecha por medio de las cuerdas, provoca la aparicién de una superficie céncava en el lado donde Ia insercién muscular esté f | —— tabla i tet toa | Pat mezela A }_—_cuerda f Po insercién f- fija fel U Fig. 4 més cerca de la superficie articular, tanto en el ejemplo A como en el B. Esta demostracién concuerda muy bien, por ejemplo, con las estructuras articulares que encontramos a nivel del codo. La adaptacién funcional de las articulaciones puede ser también demostrada por Ja amplitud de movimientos que permite. En efecto, una articulaciéa como la escapulohumeral, 0 como el codo, que se ve cruzada por misculos largos, pre- sentaré un ngulo de movilizacién mucho més importante que una articulacién como la intervertebral que sélo se ve cruzada por fibras musculares de escasa longitud. Podemos recordar igualmente que la riqueza de movimientos est4 en proporcién directa con el mimero de miisculos distintos que rodean dicho centro de movimientos. Esta posibilidad de adaptacién de las articulaciones es un elemento importante en Jos problemas que la reeducacién de los pacientes o la necesidad de mantener una movilidad articular conveniente plantean al cinesiterapeuta. En efecto, esta movilidad articular vendré dictada en distinto grado por las diferentes articula- ciones, por las superficies éscas enfrentadas, por los tendones, Jos ligamentos, los muisculos y demds tejidos periféricos; esta movilidad puede ser modificada de manera apreciable por el cinesiterapeuta, jugando con la posibilidad de adaptacién funcional de las articulaciones. La readaptacin o Ia recuperacién de la movili- dad articular se mide con ayuda de técnicas goniométricas que describiremos mds 18 Introduccién a la biomecanica adelante. Podemos decir desde ahora que la exploracién consistira en comparar jos valores asi obtenidos con unas tablas elaboradas a partir de un cdlculo de cifras promedio y de cifras divergentes realizado sobre una muestra més 0 menos amplia y mds o menos representativa de la poblacién total. Indiquemos aqui las dificultades con que puede encontrarse el cinesiterapeuta al querer definir 1a movilidad normal o con mayor exactitud la movilidad media que desea obtener, puesto que todavia no existen tablas que den medias aceptadas por todo el mundo. Observamos en la literatura médica una gran variacién de un autor a otro en lo que hace referencia a la movilidad normal que presentan las distintas articulaciones, debido a la adaptacién funcional de dichas estructuras. Observamos en efecto que la practica de deportes distintos comporta una movili- dad articular distinta (Leighton, 1960), que las mujeres presentan gencralmente una mayor movilidad articular que los hombres y, ademds, que en el transcurso de Ja vida, el individuo atraviesa distintas fases de movilidad articular. Creemos que debemos concluir este apartado insistiendo en que la ignorancia del cinesiterapeuta y del educador fisico de los problemas articulares y de la nor- mal movilidad de estas estructuras puede acarrear, en la prdctica de las activida- des ffsicas, graves problemas en el mantenimiento de la movilidad articular e incluso pinzamientos nerviosos (Billig y Loewendhal, 1949; Golub y Christaldi, 1957). Por el contrario, la posibilidad de adaptacién funcional de las articulacio- nes permitir4 a los cinesiterapeutas intervenir eficazmente en Ia correccién de cier- tos trastornos. CENTRO DEL MOVIMIENTO Y ARTICULACIONES Los movimientos humanos se efecttian a nivel de las articulaciones que pre- sentan a veces unas superficies articulares muy irregulares. Estas irregularidades hacen que Ja posicién del segmento movilizado se modifique ligeramente al cam- biar de posicién. Asi pues el centro articular no puede ser representado por un winico punto sino por una sucesién de puntos que son los centros de rotacién en cada instante sucesivo. Este concepto de «centro de rotacién» en un instante fue explicado por Dempster (1955) que se bas6, para demostrarlo, en los trabajos de Reuleaux. En la figura 5 podemos ver esta demostracion. Un cuerpo o un segmento describe un movimiento de rotacién pasando suce- sivamente por las posiciones A, B, C. D y E, observandose que en el curso del desplazamiento dos puntos del mismo cuerpo (1 y 2) recorren 4ngulos distintos. Podemos determinar el centro de rotacién (a) al pasar de la posicién A a la posi- cién B trazando las cuerdas 1-1’ y 2-2’; uniendo el punto medio de estos segmentos de rectas y trazando las perpendiculares, encontramos el centro de rotacién en un instante determinado del movimiento (instanténeo) de A a B que es la intersec- cién de estas dos perpendiculares. Si repetimos la anterior construccién para el resto de movimientos parciales, determinaremos un conjunto de puntos (a, b, ¢ y d) que son los centros de rotacién en cada instante o puntos por los que pasan los ejes de rotacién en cada instante 0 centros sucesivos del desplazamiento del cuerpo de la posicién A a Ja posicién E. Podemos concluir pues recordando que Las articulaciones 19 la movilizacién a nivel de un centro articular se efectiia, en realidad, alrededor de un gran numero de ejes instanténeos cuyas proyecciones sobre la articulacién determinan una superficie caracteristica del movimiento realizado. Esta superficie tiene una extensién que puede medirse, por ejemplo, con un planimetro. Govaerts (1962) obtuvo asi las superficies articulares de la articulacién esca- pulohumeral, en un movimiento de elevacién delante-atrés del brazo, y las de la articulacién del codo, en un movimiento de flexién del antebrazo sobre el brazo (figura 6). Estas superficiés serfan, segtin dicho autor, de un diémetro de.18,9 mm Ja escapulohumeral y de 12,5 mm la articulacién del codo. ‘centros borde glenoidal eee ) \ / / flexion \ extension extension Fig, 5 Fig. 6 Una de las consecuencias inmediatas del cambio de posicién del eje en el trans- curso del movimiento es que el punto de apoyo de la palanca dsea no estaré siempre en la misma posicién y que si queremos interpretar los movimientos hu- manos a partir de los elementos mecénicos obtenidos de las palancas deberemos considerar una posicién intermedia para dicho punto de apoyo, lo que provocar4 un error en el calculo de los momentos. Hay que sefialar, sin embargo, que el estudio de los fenémenos bioldgicos en general (y biomecénicos en particular) presenta siempre modificaciones de manera que nunca es estrictamente posible Ja aplicacién rigurosa de los principios fisicos. Por otra parte, esta falta de pre- cision entra al parecer cn los méargenes de error aceptados en general por los distintos autores. Otra consecuencia de este cambio del centro de rotacién en el transcurso del movimiento es que el eje mecdnico, segmento de recta que pasa por los dos centros de movimiento situados a ambos extremos de un segmento 6seo, experimentaré también un cambio de posicién y a veces incluso se modifi- cara su longitud. 20 Introduccién a la biomecénica LAS CADENAS CINETICAS El andlisis del movimiento se hace generalmente en cada una de las articula- ciones considerdndolas como unidades independientes, mientras que, en realidad, los movimientos se Hevan a cabo:de una manera compleja. En efecto, las articu- laciones vecinas comprometidas en un movimiento se encadenan formando una unidad de movimiento complejo. Distinguiremos dos tipos de cadenas cinéticas; Las de tipo abierto y las de tipo cerrado. La cadena abierta es una serie de articulaciones sucesivas entre cadenas dseas cuyo tiltimo elemento es libre. El movimiento de lanzamiento con el brazo es un ejemplo de cadena cinética a nivel del miembro superior que pone en funcién las articulaciones del hombro, del codo, de la mufieca y de los dedos. La cadena cerrada es una combinacién andloga a la anterior pero cuyo ultimo elemento es fijo o tiene que vencer una gran resistencia que impide la libertad de movimientos. Podemos distinguir pues entre cadenas cerradas y cadenas fre- nadas de forma mds o menos completa. Asi, la extensién del brazo en caida facial seria un ejemplo de cadena cerrada, mientras que la extensién del brazo hacia arriba, en un ejercicio de halterofilia, seria un ejemplo de cadena fuertemente frenada ; para finalizar, el movimiento del miembro superior en el tenis seria una cadena débilmente frenada, muy préxima a las cadenas abiertas. Al introducir este nuevo concepto de cadena en el estudio de un movimiento, queda bien clara la importancia que debemos atribuir a los grados de movilidad de las distintas articulaciones vecinas. Si comparamos dos movimientos deportivos ejecutados uno por el miembro inferior y otro por el miembro superior, es relati- vamente sencillo demostrar la mayor precisién del segundo respecto del primero viendo los grados de movilidad de las dos cadenas. El andlisis nos da los siguien- tes resultados: Cadena formada por el miembro superior (no consideraremos los movimientos de pronosupinacién ni los de los dedos, para simplificar el problema): mufieca. ee 2 Brados cdo. we ; 1 grado escapulohumeral . . . . . . . . 3 grados acromioclavicular Lo 3 grados esternoclavicular . ose ss 8 grados oméplato-térax . Lo © sea, un total de 14 grados de movilidad. Cadena formada por el miembro inferior (por las mismas razones no conside- raremos los movimientos de los dedos gordos): 2 grados tobillo “ faethe Kms - 1 grado rola. . . . oe ee L grado cadera oe nw. 8 grades © sea, un total de 5 grados de movilidad. iv Las articulaciones ay Por consiguiente, incluso sin tener en cuenta los dedos de las manos cuya movilidad es mayor que la de los dedos del pie, este andlisis comparado pone en evidencia una mayor riqueza de movimientos, mds de dos veces superior, de la cadena cinética del miembro superior. Al estudiar los movimientos deporti- vos, la precisién y la complejidad de movimientos es mucho més importante a nivel del miembro superior que en el miembro inferior. Es evidente que estos grados de movilidad son un tesoro que el sujeto aprovecha en funcidén del mov’ miento a realizar sin emplear todas sus posibilidades a tope. Los movimientos ejecutados por estas cadenas cinéticas resultan de combina- ciones a nivel de Jas distintas articulaciones (son las rotaciones 0 los movimientos angulares). Estos movimientos pueden ser continuos 0 interrumpidos, con diferen- tes resultados a nivel de Ja cadena. El movimiento angular continuo, es decir, del mismo sentido, originaré tal como puede verse en la figura 7 A, un movimiento a nivel de una articulacién aislada que iré aumentando progresivamente de amplitud por adicién de los 4n- gulos sucesivamente descritos: & = a, + a2. [ S Si estudiamos una cadena completa en la que cada una de sus partes experi- mente un movimiento angular continuo, observaremos que en Ia flexién se produ- ciré un agrupamiento progresivo de los segmentos y en la extensién el fenémeno inverso (fig. 7 B). A titulo de ejemplo podemos analizar el movimiento de los miembros inferiores de un ciclista. EI movimiento angular ejercido alternativamente en ambos sentidos tendré como efecto el engendrar un movimiento pendular cuya segunda fase seré un retorno a la posicién de partida. La figura 8 A y 8 B ilustra este caso a nivel de una sola articulacién y también en una cadena cinética completa. Efectivamente, el segmento movilizado describiré primero un angulo positive y después un Angulo negativo del mismo valor. Por consiguiente, tendremos a nivel de cada centro articular una suma de movimientos angulares igual a cero, lo que indica un retorno a la posicién de partida de la cadena en conjunto: +ay—a=0; +By—B=0; +yy—y=0. Se puede citar aqui un ejemplo gimndstico, el del balanceamiento de los bra- 20s cruzados delante del pecho. Fig. 7 22 Introduccién a la biomecdnica Fig. 8 Por el contrario, cuando los angulos descritos son recorridos en sentido con- trario por articulaciones contiguas, Steindler (1953) demostré que el resultado era una traslacién como la que caracteriza la marcha. Segiin ello, si observamos un sogmento de recta AB (fig. 9 A) moviéndose en un primer tiempo alrededor de uno de sus extremos (A), vemos que describe un dngulo en el sentido de Jas agiyjas del reloj: + a. Si en un segundo tiempo se Ie hace efectuar un movimiento Fig. 9 alrededor de su otro extremo (B) con el fin de colocar el segmento AB en una posicién paralela a la de partida, es decir en la posicién A’B’, se habré recorrido un 4ngulo del mismo valor pero en sentido opuesto al de las agujas del reloj: —a. Y por consiguiente el movimiento angular resultante ser4: +a—«=0 Pero observamos que el segmento de recta ha efectuado un movimiento de traslacién pasando de la posicién AB a la posicién A’B’. La aplicacién de estos conceptos a la marcha queda ilustrada en Ia figura 9 B, donde se estudia la mo- vilizacion segin un 4ngulo + a de la articulacién tibiotarsiana y segtin un éngulo —« de la rodilla, dando como resultado un desplazamiento del segmento pierna paralelo a la posicién de partida. La aplicacién de estas nociones a nivel de toda Las articulaciones 2 la cadena cinética, tan pronto abierta como cerrada, que constituye el miembro inferior durante la marcha, explica la transformacién de los movimientos segmen- tarios dé rotacién en un movimiento resultante de traslacién de todo el cuerpo. ANALISIS DE LOS MOVIMIENTOS ARTICULARES CABEZA, CUELLO Y TRONCO. La columna vertebral La columna vertebral, que constituye el eje dsco del tronco, estd constituida por un conjunto de 33 vértebras, de las cuales 4, soldadas entre sf, estan poco desarrolladas y forman el coxis; otras 5, igualmente soldadas, forman el sacro, y finalmente 24 vértebras articuladas que constituyen la parte mévil de la co- lumna vertebral, repartiéndose del siguiente modo: regién cervical - . - z 7 vértebras regin dorsal . . 2. 1 we 12 vértebras regi6n lumbar. .. Se 5 vértebras Observamos que cuanto mas bajo es el nivel en que se encuentran las vér- tebras mayor es el peso que deben soportgr y mis resistente es su estructura. En- tre cada par de vértebras vecinas existe un disco cartilaginoso, amado disco inter- vertebral. Como sefialé Vandervael (1961), la columna vertebral est constituida por dos columnas solidarias entre si: la formada por los cuerpos yertebrales, que permite movimientos relativamente amplios y la formada por los arcos vertebrales, cuyas apretadas articulaciones limitan mucho mis la posibilidad de movilizacién. Los movimientos de esta columna vertebral se efectian alrededor de tres ejes per- mitiendo: a) fiexién hacia delante-extensién hacia atrds; 5) flexién lateral derecha-izquierda ; c) rotacién a la derecha-a la izquierda. Los factores que limitan esta movilidad vienen determinados por la tensién de los ligamentos, por la resistencia de las apéfisis, principalmente Jas articulares, y, finalmente, por Ja musculatura antagonista. La movilidad varia de manera considerable en funcién del nivel estudiado: cervical, dorsal o lumbar. Propone- mos esquematizar esta movilidad vertebral segin lo hizo Pasteels, en forma de tabla (véase tabla I). La musculatura encargada de movilizar estas articulaciones puede resumirse en la tabla TIT. La columna vertebral presenta curvaturas fisiolégicas, a saber, la lordosis cervical, la cifosis dorsal, Ia lordosis lumbar y la cifosis sacra. Las tres primeras son méyiles y la ultima es fija. Existe una escoliosis fisiolégica situada en la parte superior de la columna dorsal que presenta una concavidad hacia la izquierda, 24 Introduccién a la biomecénica TABLA IL Nivel delante-atrds lateral rotacién Cervical | ee ++ | a+ Dorsal | — + oy Lumbar... | ++ ++ _ TABLA HI | Rotacién | Rotacién Delante| Deirés | Lateral | al mismo | lado lado contrario Regidn cervical Estemnocleidomastoideo . . . pr. pr. pr. Escalenos.. ace. ace, Prevertebrales (largo “gel cuello, * Tectos anteriores mayor y me- nor, recto lateral)... . ace. ace, Esplenio iL pre pr. Pr. Posteriores del Cuello” (recto ma: yor y menor, oblicuo mayor y menor) . $ ace, ace, ace. | Transverso espinoso Ege pr. pr. pre Interespinoso . 2. se pr. Complejo mayor . . . pr. pr. Complejo menor, transverso del cuello y sacrolumbar. . . pr. pr. ace. Intertransversos . . hee pe. Angular del oméplato pr. Regién dorsal y lumbar | Recto del abdomen. . . . pr. | Oblicuo mayor . a pr. pr. pre Oblicuo menor. | st pr. pr. pre Psoas . . ‘ace. ace. | Cuadrado de Tos: lomos pr. Iliocostal . Baste See tihd pr | opr. Pr. Transverso espinoso | | |. pe | opr pr Dorsal largo. . of pr. pr. pr. Epiespinoso . . ee, pr. | | Interespinoso. | Lt pr. | Sacrolumbar . wee pr. | Pre Pr. | Intertransversos. une Pr. Pr.: miseulo con aceién principal. face. mtisculo con accién accesoria. Las articulaciones 25 EI origen de esta wltima es discutido. La columna vertebral puede presentar cur- vaturas patolégicas, entre las cuales las primeras serfan simplemente la exagera~ cién de las curvaturas fisiolégicas descritas antes. Como grados més avanzados citarfamos las escoliosis: simple, en S, 0 triple, que pueden ser el resultado de predisponentes tales como una mala postura o una desigualdad en Ja longitud de los miembros inferiores. Todo encurvamiento excesivo de una regién leva con- sigo, automdticamente, un encurvamiento excesivo, en sentido contrario, del seg- mento vecino. La cabeza Los movimientos de la cabeza, de amplitud considerablemente grande, resultan en realidad de una combinacién con los movimientos de la columna cervical. Si nos limitamos al anélisis de los movimientos permitidos por las articulaciones occipitoaxoideas (flexién delante-atrés y flexién lateral izquierda-derecha), pode- mos resumir las posibilidades de movimiento del siguiente modo: Delante-atrés | Lateral Rotacin 30° a SO* | 15° a 20° 30° + 30° | +15* a 20° Los misculos que intervienen en la movilizacién de la cabeza son: el esterno- cleidomastoideo, el trapecio, el espleno, el complejo, el infrahioideo, el recto an- terior y también los misculos profundos de la nuca, a saber, el recto mayor y menor y el oblicuo mayor y menor (véase tabla IN). Algunos de estos misculos, como el estérnocleidomastoideo, tienen una accién relativamente compleja que esté en funcién del extremo fijo y también de la posicién de la cabeza durante su contraccién. La caja tordciea La caja tordcica, que tiene forma de cono truncado por la base inferior y lige- ramente aplanado de delante-atr4s, est constituida por las costillas, que se sub- dividen en 7 verdaderas, 4 falsas y 2 flotantes. Estas costillas se unen por delante al esternén y por detras a las vértebras dorsales. Giran alrededor de un eje que pasa por la articulacién de la cabeza de Ia costilla y por Ia articulacién de Ia tuberosidad. La rotacién de la costilla hacia arriba se acompafia de un desplaza- miento del extremo anterior hacia arriba y hacia afuera, pero debemos hacer una. precisién complementaria: a) las costillas superiores se desplazan, sobre todo, hacia delante y hacia arriba; 5) las costillas inferiores se desplazan, sobre todo, hacia delante y hacia afuera. 26 Introduccion a la biomecdnica En efecto, podemos comprobar que Ia oblicuidad del eje de rotacién varia segin el nivel. El esterndn se desplaza, por el contrario, hacia delante y hacia arriba, ejecutando asi un movimiento de traslacién que explica el aumento de vo- jumen tordcico que acompaiia a cada inspiracién. En la espiracién ocurre el fe- némeno inverso y las costillas experimentan una rotacién hacia abajo alrededor de su eje, engendrando asi un descenso del esternén y una disminucién de los didmetros tordcicos. , La inspiracion se debe, pues, a un aumento de volumen tordcico que result a) de un aumento de los diémetros anteroposterior y lateral del térax, reali- zado por los mtisculos clevadores de las costillas }) de un aumento de los parémetros verticales, sobre todo, por el descenso del diafragma, pero también de un modo accesorio, por el enderezamiento de la eurvatura dorsal de la columna vertebral. La intervencién de los misculos rotadores de las costillas que realizan estos movimientos puede quedar resumida en Ia tabla IV donde se consideran los dife- rentes tipos de respiracién. TABLA IV Inspiracién Espiracién | | Disneica y | | Normal | Profunda | ~ forzada’ | Normal | Forzada Escalenos . ss ee ee ace, Esternocleidomastoideo . . acc, | ace. Serrato menor posterosuperior, |? ace. Pace. | 7 ace. cof | Pectorales (+ serrato mayor) . acc. | Serrato menor posteroinferior | | Cintura abdominal (salvo el recto mayor)... - | | Trapecio superior... | ace. Diafragma 2 Sc th bs pr. | pr.: miisculo con acci6n principal. ace.: miisculo con accién accesoria. Es importante subrayar los siguientes puntos: @) En el caso determinado de participacién de los pectorales en un sujeto disneico o en una inspiracién normal muy profunda, los miembros superiores deben tener un punto de apoyo para asegurar un punto de apoyo fijo para dichos mnisculos a nivel de Ja cintura escapular. Por esta razén, el deportista, al finalizar una prueba atlética, coloca las manos sobre las caderas, dirigiendo los pulgares hacia delante. b) Actualmente se ha legado a la conclusién de que el papel de los intercos- tales, sujeto de frecuentes controversias, se ejerce tanto en inspiracién como cn Las articulaciones ar espiracién, facilitando la separacién intercostal y la rigidez necesaria a esta parte de la pared toricica. ©) El diafragma puede aumentar el volumen tordcico actuando de dos formas distintas : 1) si se apoya sobre las visceras actuaré como rotador de las costillas, ele- vandolas y aumentando los didmetros descritos mas arriba, 2) si, por el contrario, toma como punto de apoyo las costillas previamente bloqueadas, hard que desciendan las visceras aumentando asi la altura del espacio intratordcico. d) La intervencién de los scrratos se encuentra muy sujeta también a con- troversias. EL MIEMBRO SUPERIOR La cintura escapular La cintura escapular esté formada a cada lado por un oméplato y por una clavicula articulada con el esternén, con el fin de transferir a la columna vertebral las fuerzas aplicadas a los miembros superiores. La clavicula se articula por uno de sus extremos con el oméplato el cual realiza a su vez movimientos de desliza- miento sobre el t6rax. Esta disposiciéa de la cintura escapular le ofrece, ya de entrada, unos nexos de unién representados por la musculatura. El tono, elemento variable de un individuo a otro, seré determinante para explicar la posicién de teposo del oméplato. Por el contrario, podemos fécilmente comprender que estas estructuras gozarén de una gran movilidad para la ejecucién de movimientos. La clavicula y el esternén se articulan por medio de una doble articulacién cuyas dos partes estén separadas por un cartflago que tiene como funcién amor- tiguar los golpes procedentes del miembro superior. Esta articulacién permite los movimientos del extremo externo de la clavicula: @) de arriba abajo; b) de delante a atrds; c) de rotacién, muy discreta (20°), alrededor de su eje longitudinal ; d) de circunduccién. Los dos primeros tipos de movimiento se hacen alrededor de ejes que pasan por el Ifmite externo del cuarto interno de la clavicula. Debido a esto, todo mo- vimiento de la extremidad externa en un sentido se acompaiia de un movimiento, en sentido opuesto pero de menor amplitud, de la extremidad interna. El maximo desplazamiento de Ja extremidad externa de la clavicula delimita, en un sujeto visto de perfil, una seccién de esfera de forma oval cuyas dimensiones vienen dadas por la figura 10. En reposo, la clavicula ocupa una posicién centrada de delante atrés pero si- tuada sdlo a 2 cm de la parte més inferior del segmento oval. Al entrar en movi- miento, la clavicula arrastra al oméplato que se desliza sobre a caja torécica, originando asf las modificaciones caracteristicas del dngulo acromioclavicular, 28 Introduccién a la biomecdnica a saber, que cuando el acromion se desliza hacia atris el Angulo formado por la clavicula y el oméplato disminuye, mientras que cuando el acromion so desliza hacia delante ocurre el fenémeno inverso (Steindler, 1955). Esta articulacién acro- mioclavicular, entre el oméplato y Ia clavicula, permite movimientos de desliza- miento de escasa amplitud en todos los sentidos. El eje de rotacién més impor- tante es el eje vertical alrededor del cual se efectian los movimientos de abertura y de cierre del éngulo acromioclavicular. Fig. 10 La combinacién de estas dos articulaciones, esternoclavicular y acromiocla- vicular, determina los movimientos del mufién del hombro que tienen por efecto orientar la cavidad glenoidea y colocarla en wna posicién determinada a partir de la cual se Ilevarén a cabo los movimientos del brazo sobre Ja cintura escapular. Estos movimientos combinados pueden resumirse de la siguiente manera: @) protraccién del muiién del hombro, acompaiidndose de un alejamiento del borde espinal del oméplato respecto al raquis y de una orientacién de Ia cavidad glenoidea hacia delante; 6) retraccién, con una movilizacién inversa; c) elevacién, lo que se realiza en el movimiento de alzamiento de hombros; d) descenso, que como habfamos indicado mis arriba, se encontrard delimi- tado debido a la baja posicién de la extremidad externa de la clavicula; TABLA V | | | 4 Protre | Retrac- | Rotacién | Rotacién rotrace | 7% Hid Rated ‘ y Elevacion | Descenso | hacia | hacia ibn cidn 2 | arriba | abajo Subclavicular ‘ pre | Pectoral menor. = | dorpe: | pr. Serrato mayor . : | Pr | Pr Trapecio superior. |. | pr. Trapecio medio | Trapecio inferior». | pr pre | Angular del omdplato - pr | Romboide i pr pr. pr.: misculo con accidn principal. ace.: miisculo con accién accesoria. Las articulaciones Ed €) movimiento de rotacién, que orientaré la cavidad glenoidea hacia arriba si el dngulo inferior del oméplato se separa del raquis y hacia abajo en la situacién inversa; f) movimientos combinados, entre los cuales el més cldsico es el que orienta a cavidad glenoidea hacia arriba, en una elevacién del brazo por encima de 90°, por combinacién de un movimiento de clevacién con una rotacién del oméplato que tiende a separar su dngulo inferior de la columna vertebral. La tabla V resu- me la intervencién muscular en los movimientos descritos aqui. La escapulohumeral La articulacién escapulohumeral es el nexo de unién entre el miembro supe- rior y el tronco por medio de la cintura escapular. El movimiento se realiza entre la cavidad glenoidea y la cabeza del htimero. Esta articulacién es una enartrosis y permite rotaciones alrededor de una infinidad de ejes que pasen por el centro de Ja esfera. El conjunto de estos movimientos puede simplificarse y analizarse en funcién de tres ejes perpendiculares convencionales, limitando asf el problema a las posibilidades siguientes: 4) Los movimientos de rotacién, que se hacen alrededor del eje horizontal, perpendicular al plano del oméplato y son: la abduccién y aduccién que separan © aproximan respectivamente el brazo al eje central del cuerpo. Sefialemos sin embargo que siempre que el mufién del hombro esté en posicién relajada la aduc- cién se combinaré con una ligera elevacién hacia delante, mientras que Ia ele- vacién hacia atrés se combina con una abduccién. +} articulaciones claviculares: 30 Introduccién a la biomecénica 6) Las rotaciones interna y externa se hacen alrededor de un eje vertical que pasa por la cabeza del himero, la cipula radial, la cabeza cubital y final- mente el cuarto metacarpiano (fig. 11). ©) La circunduccién es una combinacién de los movimientos descritos en los dos primeros puntos. La amplitud méxima de desplazamiento del extremo inferior del hiimero por movilizacién tinicamente de la regidn escapulohumeral, corresponde a una calota de esfera que est representada en la figura 12. La participacién muscular en la movilizacién de la articulacién escapulohu- meral queda resumida en la tabla VI. TABLA VI “Abauecién | Adneeion \Flevacién| Elevacién| Rotacién | Rotacién delante | atrés | interna | externa Deltoides anterior. . . | ace. Pr. ace. Deltoides medio |. . | pr. | Deltoides posterior ace. ace, Supraespinoso. . . - | pr. Pectoral mayor (porcisn | clavicular). . . . - | acc pr. ace, | (490°) | Pectoral mayor (porcisn esternal) . . pr ace, Coracobraquial « ace. ace. ace. (retorno) | (retorno) Subescapular. pr. Gran dorsal. | pr | ace. | Redondo mayor pe | ope | Subespinoso pr. Redondo menor. . pr. Largo del biceps | |) ace. Corto del biceps | * ace. ace. ace. Largo del triceps... | acc. ace, pr.: miisculo con accién principal. acc. miisculo con accién accesoria. Combinacién de la cintura escapular y de la articulaci6n escapulohumeral Los movimientos humanos son en realidad una combinacidn de las posibili- dades articulares de Ia cintura escapular y de la escapulohumeral. En efecto, los movimientos de la cintura darén como resultado la modificacién de la orientacién de la cavidad glenoidea sobre la cual se efectuard la movilizacién de la cabeza humeral. Asi, la bascula del oméplato, que hace que su angulo inferior se aleje del raquis, se afiade al movimiento de abduccién del brazo para permitir la ele- yacion de este ultimo por ehcima de los 90°. Tedricamente, este movimiento se haria: Las articulaciones 3t @) de 0° a 90° por la regién escapulohumeral, }) de 90° a 180° por Ia cintura escapular, pero en realidad, desde el comienzo de la movilizacin, ambas partes se ven si- multéneamente implicadas. Por otra parte, la protraccién del mufién del hombro acentia la rotacién in- terna del himero, mientras que la retraccién acentia la rotacién externa. La movilizacién completa del miembro superior a nivel del hombro resulta pues de la combinacién de movimientos que tienen lugar en tres articulaciones: @) estenoclavicular, b) acromioclavicular, ©) escapulohumeral. La figura 13 esquematiza Ia m4xima amplitud de movilizacién descrita por la extremidad inferior del esqueleto del antebrazo, si se considera el codo inmo- vilizado en extensién. perpendicular Fig. 14 El codo y la pronosupinacién La articulacién del codo est constituida, por una parte, por el extremo infe- rior del hiimero y, por otra, por el extremo superior del radio y del cibito, com- poniéndose de tres articulaciones : 1) Ja articulacién humerocubital, que es una tréclea ; 2) Ja articulacién humerorradial, que es una enartrosis; 3) Ia articulacién radiocubital superior, que es una trocoide. a2 Introducei6n a la biomecdnica Para el estudio del movimiento, consideraremos estas articulaciones como una sola, La articulacién radiocubital inferior es una trocoide que se localiza entre la cabeza del ciibito y la cavidad sigmoidea del radio. Los movimientos permitidos por estas estructuras articulares son movimientos de flexién y de extensin del brazo y del antebrazo, pero existen también movi- mientos del propio antebrazo: a pronosupinacién, cuyos centros articulares son los radiocubitales superior e inferior, asi como 1a articulacién humerorradial. Los movimientos de flexién y extensin se efectian alrededor de un eje trans- versal que pasa por el extremo inferior del himero, como puede verse en la figura 14. Es importante sefialar aquf, como hizo Roud (1913), que cuando el miembro superior ést4 en extensién completa el eje de este movimiento es Ja bisectriz del Angulo obtuso, abierto hacia el exterior y formado por el eje mecdnico del hiimero y del ctibito, Se sabe también que este Angulo se va borrando progresivamente cuando el antebrazo se fiexiona sobre el brazo, para Iegar a una superposicién més 0 menos completa de los segmentos en posicién de flexién total. Por otra parte, es evidente que si cl eje del movimiento no es la perfecta bisectriz del én- gulo, la superposicién no se efectuard de forma completa. Estos casos son bastante frecuentes. Los movimientos de lateralidad a nivel de este complejo articular son posibles pero pasivos y de escasa amplitud. TABLA VIE Flexién Extensién | Pronacién | Supinacién Biceps braquial. . . . - + - pr. 1 ace, Braquial anterior - oe Pr. Humeroestilorradial 2 Pr. ig if be (hasta la (hasta Ja posicién, posicidn neutra) entra) Pronador redondo. 2 is acc. ace. Pronador cuadrado . . - pre | Triceps braquial pr. Ancéneo.. 2. es ace, ace. Supinador corto. 5... \ pr Gran palmar court ace. | ace, Cubital anterior ace. | Palmar menor... 2...) aCe. | Radial largo o primero. . acc. ace. Radial corto o segundo | ace. | Cubital posterior... . jae | Flexor comtin superficial | 5 5 | ace, | Extensor comin de los dedos fe tapes ral Extensor largo del pulgar. . | ace, Extensor propio del mefiique . ace. | Abductor largo del pulgar . | ace. pr.: miisculo con accién principal. ace.: muisculo con accién accesoria. Las articulaciones 33 La pronosupinacién es un movimiento de rotacién que se efectia tanto en un sentido como en otro. Cuando se moviliza el radio y se inmoviliza el hiimero y el ctibito, el eje del movimiento pasa, por arriba, por la cabeza del radio y, por abajo, por la cabeza del cibito y el IV dedo. Este eje esti en prolongacién del eje vertical de los movimientos de rotacién de Ja cintura escapulohumeral cuando el micmbro superior estd en extensién, En estas condiciones, podemos observar una rotacién del radio alrededor del eje descrito més arriba y un movimiento simulténeo de las articulaciones humerorradial, radiocubital superior y radiocubital inferior. En realidad, en los movimientos humanos libres esta pronosupinacién es mucho més compleja, ya que es Ia resultante de la combinacién de movimiento simulténeos de las articulaciones citadas y de las articulaciones humerocubital y escapulohumeral. Se produce un movimiento de las extremidades inferiores del radio y del cibito de sentido contrario, combinado con una rotacién del hiimero alrededor de su eje vertical. En la tabla VII podemos ver los mdsculos que intervienen en los movimientos del codo y del antebrazo. La mufieca y la mano En esta regidn es importante distinguir dos partes, a saber, las articulaciones de la muiieca y luego las de la mano. Las articulaciones de la mufieca Generalmente se describen dos interlineas articulares: la radiocarpiana y la interlinea que separa los huesos de 1a primera fila del carpo con los de Ja segunda fila. Creemos que el estudio de los movimientos que Hevan a cabo los huesos del carpo entre si no son de mucho interés en los métodos de andlisis propuestos por nosotros cn esta obra. Se han efectuado trabajos dedicandose mas especialmente a los movimientos de pequeiia amplitud, como los que tienen lugar entre dos vértebras 0 entre los huesos del carpo (Leduc, 1968): @) La articulacién radiocarpiana es una articulacién condilea que une la mano con el antebrazo. Observamos que el ciibito no se articula directamente con el carpo, estando separados por el ligamento triangular. Existe una cavidad glenoidea por parte del antebrazo y un céndilo por parte del carpo. Los movimientos posibles a nivel de esta articulacién son los siguientes: flexién- extensidn, lateralidad, rotacién y circunduccién. No obstante, estos movi- mientos se combinan con los de la interlinea mediocarpiana. b) La articulacién mediocarpiana es una articulacién formada por dos cén- dilos que dibujan una «S» en el plano horizontal, uniendo el escafoides, el semilunar y el piramidal con Jos 4 huesos de la segunda fila del carpo. Los movimientos de la muiieca se producen pues simulténeamente en la pri- mera y en la segunda interlinea. Esta movilizacién permite a la mano efectuar los siguientes movimientos : 3 34 Introduccién a la biomecénica 1) flexién palmar y extensién dorsal (de 85° en ambos sentidos); 2) abduccién o fiexién radial y aduccién o flexién cubital ; 3) movimientos pasivos de rotacién, siendo asi que no existe ningiin misculo reservado para esta funcién; 4) una circunduccién por combinacién de los movimientos mencionados en Jos dos primeros puntos. Ciertos movimientos se acompaiian de otro componente que ¢s conveniente mencionar aqui: @) La flexién radial se acompatia de una desviacién dorsal que debe imputarse al predominio de los radiales. b) La flexién cubital se acompaiia de un componente palmar que es debido a la accién preponderante del cubital anterior. Los movimientos de flexién palmar y de extensién dorsal se efectian en las dos interlineas, produciéndose el movimiento maximo en la interlinea mediocarpiana. La limitacién de la flexién palmar que puede observarse cuando los dedos se encuentran cerrados es debida a que los extensores son demasiado cortos como para permitir una movilizacién articular com- pleta en este sentido } Las articulaciones de la mano Los movimientos del pulgar se estudiardn separadamente de los de los cuatro ltimos dedos. a) Los cuatro ultimos dedos presentan una articulacién carpometacarpiana, una metacarpofalangica y dos interfaléngicas. 1) La articulacién carpometacarpiana es una artrodia que permite movi- mientos de fiexién y extensién, y de inclinacién lateral de escasa am- plitud. El quinto dedo es el més mévil, seguido del cuarto, del segundo y finalmente del tercero, El conjunto de estas cuatro articulaciones carpometacarpianas forma una articulacién compleja del tipo de encaje reciproco. No hablaremos de las articulaciones intermetacarpianas. 2) La articulacién metacarpofaléngica es una enartrosis que permite mo- vimientos de flexién (90°) y de extensién (30°), de lateralidad, movi- mientos pasivos de rotacién y de circunduccién. Sefialemos que Ja flexién de uno de los cuatro dedos impide Ja extensién de los demas, debido a la accién del liganfento intermetacarpiano. 3) Las dos articulaciones interfaldngicas son trécleas que permiten una flexién de 135° la primera y de 80° la segunda. A nivel de la segunda interfaléngica s6lo es posible la extensién efectuada pasivamente. 6) EI pulgar presenta s6lo una articulacién interfaldngica y Ja articulacién carpometacarpiana difiere considerablemente de la de los demds dedos. 1) La articulacién carpometacarpiana del pulgar es una articulacién del tipo de las de encaje reefproco. Puede ejecutar movimientos de flexién y de extensién, llamados también oposicién y extensién; de abduccién y aduccién; de circunduccién. TABLA VIL Palmar mayor... . Cubital anterior Palmar menor... Primer radial» |. Segundo radial Cubital posterior... Flexor comtin profundo - Flexor comin superficial . Extensor comtin dedos . Extensor propio IL” . Extensor propio V.” Lumbricales . 12, 2° interéseos dorsales 3.", 4° interéscos dorsales - 1 interseo palmar. 2°, 3, interdseos Palmares - Aductor del 5° Flexor corto del 5.” Oponente del 5°... Extensor largo del 1 Extensor corto del 1.° . Abductor largo del 1.° Flexor largo del 1." Flexor corto del 1.°. Oponente del 1.2... Abductor corto del 1° - Abductor primero... Mufeca Mano Metacarpofalangicos Interfatdngicos Carpometacarpianos 1. 1 7 ext. | abd.) ad. it 2. | | fle | ext, | abd. | ad, | ext. | abd. | ad. | | fh ext, fl. | ext, | igate oer | | | | | | | | Pr. | | | | pr. | | rr | pr. pr. | ace. ace. pr | pr. ace. | pre Pr. | ace, | pr. | | pr. pr. ace. pr. | ace, Pr. pr. acc. | pr. | pr. pr. | | pr. ace. | pr. | | ace. | Pr. ace, ace, | pe ace, | ace, pr. ace. ace. pr. ace. | ace, | pr pr. | pr. | ace, | pr. | | ie | pr. | ace, pr | pr. | ace. | pr. acc. | ace. | pr. | | pr. pr. pr. pr. Pr. Pr. | | | pr. | | Pr. Hak Bo ige Pr. mitsculo con accién principal. ace.: miisculo con accién accesoria. 36 Introduccién a la biomecénica 2) La articulacién metacarpofaldngica del pulgar es parecida a las demés, pero presenta ademds algunas peculiaridades, como la presencia de huesos sesamoideos, por ejemplo. 3) La articulacién interfalingica del pulgar es idéntica a la de los demés dedos. En la tabla VIII queda resumida 1a participacién muscular en los movimientos de la muficca y de la mano. Datos a tener en cuenta en la tabla VIII: 1) La extensién completa de la mano y de los dedos s6lo podré Mevarse a cabo por la accién sinérgica de los extensores, lumbricales ¢ interdscos. 2) La flexién completa de los dedos sélo es posible gracias a un trabajo sinérgico de los flexores, lumbricales ¢ interéseos. 3) La accién de lateralidad de Jos interdseos sdlo sera perfecta cuando la componente de fiexién sobre la primera falange esté neutralizada por el extensor. EL MIEMBRO INFERIOR En este capitulo que trata de los movimientos de las articulaciones del miem- bro inferior nos proponemos analizar, sucesivamente, la pelvis, la articulacién coxofemoral, la rodilla y finalmente el tobillo y el pie. Sefialaremos en primer lugar que estas articulaciones son menos méviles que las del miembro superior, siendo ast que el miembro inferior juega un papel predominantemente estatico. En los movimientos tales como la marcha, la carrera o el salto, la funcidn seré dinamica y estitica a la vez. La pelvis y la articulaci6n coxofemoral El papel de Ja pelvis es comparable al de Ja cintura escapular, es decir, sirve de nexo de unién entre los miembros inferiores y el tronco, pero su movilidad es claramente inferior a la de la cintura superior. La pelvis es una béveda que reposa sobre dos puntos de apoyo situados a nivel de las articulaciones coxofemorales. Estos puntos soportardn el peso de la parte superior del cuerpo que les transmite la columna vertebral repartiéndolo en dos. Ello haré que en el capitulo que trata de las cadenas éseas representemos la pelvis como un tridngulo (fig. 15). La articulacién sacroilfaca, que es una doble condilea, permite movimientos basculantes de muy pequefia amplitud, llamados movimientos de nutacién y contranutacién. La articulacién coxofemoral o articulacién de la cadera es una enartrosis que une el miembro inferior con ef tronco por medio de la pelvis. La movilizacién se efectia entre a cabeza del fémur y el hueso ilfaco. Existe posibilidad de movi- micnto alrededor de una infinidad de ejes, pero tal como hemos hecho en la articulacién escapulohumeral, podemos analizarlos del siguiente modo: a) La flexién (120°) y Ja extensién (10°) alrededor de un cje que pasa por la cabeza femoral y es perpendicular al plano sagital. Las articulaciones 37 2) La abduccién y la aduccién, de una amplitud de 90° entre tas posiciones extremas, cuyo eje de movimiento es una perpendicular al plano frontal. ©) La rotacién interna y externa, que presenta una amplitud maxima de 50° entre las posiciones extremas, alrededor de un eje vertical, ligeramente oblicuo (3°) hacia abajo y hacia dentro que se corresponde con el eje mecénico del miembro inferior, y que pasa por la articulacién coxofemoral, por la rodilla y por el tobillo (fig. 16). d) La combinacién de los movimientos de flexién-extensién y de abduccién y aduccién, que permite el movimiento de circunduccién de esta articulacién. Tenses oueia Fig. 15 Fig. 16 En el estudio de Ja cintura superior se ha visto que es mucho mds frecuente la movilizacién del brazo con respecto al tronco que viceversa. Por el contrario, a nivel de la cintura inferior, tiene la misma importancia el andlisis de los mo- vimientos del muslo sobre la pelvis que el de los de la pelvis sobre el muslo: @) Movimientos del muslo sobre la pelvis: movimientos clisicos alrededor de los tres ejes descritos mds arriba, que permiten la flexién-extension, la abduccién y la aduccién, la rotacién interna y externa. b) Movimientos de la pelvis sobre el muslo: 1) los movimientos de flexién y de extensién serdn en este caso bascula- ciones de la pelvis hacia delante y hacia atrés; 38 Introduccin a la biomecénica 2) Ios movimientos de abduccién de la pelvis de un lado irén acompaiia- dos de una aduccién del otro lado; 3) Ios movimientos de rotacién del tronco van acompaiiados de Ja flexién de una cadera y de la extensién de la otra. La amplitud maxima de los movimientos descritos por la extremidad inferior del fémur puede representarse, al igual como lo habiamos hecho en el brazo, por una calota de esfera con la forma descrita en Ja figura 17. La actividad muscular que preside estos movimientos esté resumida en la tabla IX. Fig, 17 La rodilla La articulacién de la rodilla es la mds compleja siendo evidente el interés que tiene su perfecto conocimiento para el fisioterapeuta y para el cinesiterapeuta. Es una tréclea formada por el fémur, la tibia y la rétula, pero como las cavidades glenoideas de la tibia no se adaptan totalmente a los céndilos del fémur existen unas estructuras intermediarias, los meniscos, que vendrén a completar esta ar- ticulacién. La rétula, situada en el tendén de insercién del cuadriceps, esta en contacto con la tréclea femoral. Cuando la pierna se encuentra en posicién perpen- dicular al suelo observamos que el muslo sigue una direccién oblicua hacia arriba y hacia fuera, y de ahj Ja existencia de un angulo femorotibial abierto hacia fuera. Este eje de apoyo pasa por la cabeza femoral y por el centro de Ja articulacién Las articulaciones 39 TABLA IX | | Flexion | Extensién | Abduccién| Aduccién | et | Psoas. 2 2. pr aco. : pr | Sartorio. | | 1 1. | ace, acc, ace, Recto anterior | pr. acc. Pectineo. . pr ce. Tensor de la fascia lata | ace, acc. pr. Gluteo mayor... pr acc. acc. | pr. | | (fibras (fibras | sup) int.) | Biceps largo... | pr, | ace. Semitendinoso . |. pr. | ace. | Semimembranoso | pr. | ave. Gliiteo mediano. 2. | acc. ace. Pr. ace. | ace. (fibras (bras | (Gbras post.) | ant.) post.) Gliiteo menor... ‘ace. ace. | pr. acc. (bras (fibras | (bras, : post.) | “ant)’ | post Recto interno... pr. ace, Aductor mediano : | | acc. pr. ace. Aductor menor . . acc. ju Bee — Aductor mayor | | | | aec. acc. | opr ace. | acc. (fibras | (bras (fibras | (fibras sup.) inf.) inf) | sup.) Piramidal . . pr. Obturador interno | | pr. Obturador externo | | | pr. Cuadrado crural. | | Pr. Gemelo superior | pr. Gemelo inferior | |. | pr pri miisculo con accién principal. acc.; miisculo con accidn accesoria, de la rodilla y del tobillo (fig. 16), presentando pues una convergencia en la parte inferior. En los casos patolégicos de genu valgum y de genu varum estos ejes no pasardn por el centro de Ia articulacién de Ia rodilla sino por fuera o por den- tro, segin sca el caso (fig. 18). Antes de analizarlos con mayor detalle, podemos esquematizar los movimien- tos de Ja articulacién de la rodilla en: a) movimiento de flexién y de extensién, 5) movimientos de rotacién, c) discretos movimientos pasivos de lateralidad. Los movimientos de flexin-extensin se efecttian alrededor de un eje trans- versal que pasa por los céndilos. En realidad van acompafiados de un movimiento de rotacién de la tibia hacia dentro en la flexién y hacia fuera en Ja extensién. 40 Introduccién a la biomecénica Esta combinacién se explica por Ja asimetria de las superficies condfleas cuyo céndilo interno es mds largo que el externo. En esta combinacién se observa un movimiento de rotacién al iniciarse la flexién y una rotacién al final de la ex- tensién. Esta rotacién se ve favorecida por la convergencia de los céndilos des- crita en anatomfa. Por otra parte, el movimiento de flexién-extensién es una com- binacién de un rodamiento parecido al efectuado por una. mecedora, segxin el cual puntos equidistantes y contiguos de Jos c6ndilos se encontrardn situados frente a puntos también equidistantes y contiguos de la meseta tibial, y un deslizamiento, segtin el cual puntos contiguos de los céndilos se situardn frente a un mismo punto de la meseta tibial. El destizamiento y la rotacién tienen lugar en sentido opuesto, / 3 yo \ ; £\contros aaa Fig, 18 : Fig. 19 jeubes ouDyd de manera que cuando los céndilos ruedan de delante a atrds, se deslizan simul- téneamente de atras hacia delante; esta combinacién es la que caracteriza el mo- vimiento de flexién de la rodilla. Pero el movimiento todavia sc complica mds si tenemos en cuenta que el radio de curvatura de los céndilos disminuye de delante a atris y que los centros de curvatura se sitéan sobre una espiral tal como podemos ver en la figura 19. El movimiento del céndilo debutaré pues con una rotacién axial y terminard con un rodamiento (Steindler, 1955; Weber, 1836; Fischer, 1907; Zuppinger. 1904; Strasser, 1917; Fick, 1911) que volver4 a empujar los meniscos hacia atrés. El movimiento de rotacién se ejecuta alrededor de un eje vertical que pasa por la espina de la tibia. Seré marcado, sobre todo, en la semiflexién y nulo en Ia ex- tensién. Lo que principalmente se observa es una rotacién de la tibia respecto al fémur, pero existe también, aunque en menor medida, una rotacién del fémur respecto a la tibia; esta rotacién engendra un deslizamiento de los meniscos en sentido opuesto. La magnitud de estos movimientos de rotacién es de 30° a 50° entre ambas posiciones extremas y es de interés en la adaptacién del pie sobre una superficie de apoyo irregular. En la tabla X queda representada la intervencién muscular a este nivel. Las articulaciones at TABLA X | ; ‘ Rotacién | Rotacién | Flexién | Extensién hatocia Rewgeten Semitendinoso “ arash ope pr. Semimembronoso . woe] pre pr. Biceps femoral - | pr. pr. Recto anterior Pr. Vasto externo . . Pr. Crud. . 1... - arta Pr. Vasto_ interno i pr | Sartorio . . =| ace. ace. Recto interno . . ay ie ace, ace. Popliteo «| ace. Pr. Gemelos . a a | ace. Plantar delgado « ; ace. pr.: muisculo con accién principal. ace.: musculo con accién accesoria. Antes de pasar al apartado siguiente, debemos recordar que las dos articula- ciones que unen la tibia con el peroné son las articulaciones peroneotibiales su- perior e inferior. La primera es una artrodia que slo puede ejecutar movimicntos de deslizamiento de escasa amplitud. La segunda es una anfiartrosis que es ca- paz de presentar movimientos transversales de escasa amplitud, ligados a los de la articulacién tibiotarsiana mediante los cuales el extremo inferior del peroné se separa 0 se aproxima a la tibia. EI tobillo y el pie Hay que distinguir entre Ja articulacién de Ja garganta del pie o articulacién tibiotarsiana y Jas articulaciones del pie propiamente dichas. La articulaci6n tibiotarsiana Une Jos dos huesos de la pierna con el astrdgalo formando una tréclea. Los extremos inferiores de los huesos de la pierna, unidos por la articulacién peroneo- tibial inferior, forman una encajadura o mortaja, alargada transversalmente, en la cual va a articularse el astrégalo. Esta articulacién permite movimientos de flexion y de extensién alrededor de un eje horizontal, oblicuo hacia fuera y hacia atrds (fig. 21 A) que es el responsable de la orientacién de la punta del pie ha- cia fuera. Estos movimientos se denominan también flexién plantar y flexin dor- sal. El astrégalo presenta una mayor anchura en su parte anterior, lo que explica la imposibilidad de efectuar movimientos pasivos de lateralidad cuando el pie se encuentra en flexién dorsal. Por el contrario, en posicién neutra, son posibles discretos movimientos pasivos de lateralidad. a2 Introduccién a la biomecanica El pie propiamente dicho EI pie se apoya en el suelo a través del talén, la zona metacarpofaléngica, el borde externo y, por tiltimo, la punta de los dedos gruesos. El pie forma pues una béveda recubierta por las partes blandas de Ia planta del pie, pudiendo su aplanamiento provocar serios trastornos. Los elementos que aseguran el mante- nimiento de dicha béveda son (fig. 20): @) el ligamento calcaneoescafoideo que bloquea al astrégalo; 6) el ligamento plantar, al cual generalmente se compara con la cuerda del arco; ©) y finalmente la musculatura, cuya insuficiencia origina el pie plano. ligamento calcaneoescafoideo ligamento plantar boveda plantar Fig. 20 Consideraremos simulténcamente los movimientos de las articulaciones astra- galocaledneas y mediotarsiana, 0 de Chopart, y dejaremos de lado las articula~ ciones de la primera y segunda linea del tarso entre si Como nota complementaria recordaremos ripidamente las articulaciones tarsometatarsianas o de Lisfranc, me- tatarsofaldngicas e interfaldngicas. a) Astragalocalcdneas y de Chopart. Este complejo articular, solidario gracias a los ligamentos calcaneoescafoideos y de Chopart, presenta movimientos de rotacidn alrededor de un cje oblicuo en los tres planos (fig. 21 A) que va: 1) de delante a atris, 2) de arriba abajo. 3) de dentro afuera. Este eje de rotacién pasa por la parte interna del cuello del astrégalo y por la parte externa del talén. La combinacién de estas dos articulaciones permitiré pues una movilidad en todos los sentidos, como si se tratara de una enartrosis: 1) flexion plantar y flexién dorsal; 2) inversién, o levantamiento del borde interno del pie. y eversién; estos movimientos se denominan también torsién interna y externa ; 3) abduccién, que Mevard la punta del pie hacia fuera, y aduccién. ticulaciones a3 TABLA XI Tobillo y pie Dedos gruesos Flexién | Flexion dorsal | plantar Inversién| Eversién| Flexién Extensién Tibial anterior... pr pr. Extensor comtin de los | dedos gruesos pr | pr. pr. Gsalv ali) Peroneo anterior pr. pr. Extensor propio del | dedo 1”. 2. 2 1s ace, ace. | Gemelos. | pr. | Plantar delgado . | acc. | Sdleo. .. 2s. | pre | | Peronco lateral largo - ace, pr. Flexor largo comin de | Jos dedos gruesos ace, | ace, pr (salvo el 1°) Flexor largo propio del dedo 1°. hee ace. ace, pr. (1 Tibial posterior ace. pr. Peroneo lateral corto . ace. Pr. pr.: mtisculo con accién principal. ace.: musculo con accin accesoria, La accidn especifica de los misculos del pie la describiremos de la forma siguiente: Abductor del dedo 1 | Acerca el dedo 1.° al eje medio del cuerpo. Flexor corto plantar . | Flexiona los dedos gruesos (salvo el 1: Abductor del 5°. . | Separa el 5.° del eje central del cuerpo. ‘Aceesorio del flexor lar- 0 de los dedos grue~ sos... . . « «| Flexiona los dedos gruesos (salvo el 1 Lumbricales - . . . | Flexiona Ja falange proximal y extiende la otra (6al- vo la 1). Flexiona Ia falange proximal del 1. Flexor corto del 1.” Oblicuos abductor y transverso . . . . | Separan el 1° del eje medio del cuerpo. Flexor corto del 5.° | Flexiona Ia falange proximal del 5." 1s interéseo dorsal | Flexiona la falange proximal, extiende la distal y | acerca el 2.° al 1.2, 22, 3° y 4.° interéscos | Misma accién sobre las falanges, separando el 2°, 3." dorsaies ss. _y 42 del 12. Interéseos plantares . Migna eek sobre las falanges, separando el 3.°, 4.° y 5° del 1. Pedios y extensor cor | Extensién de la falange proximal de los dedos gruesos to de los dedos grue- (salvo el 5.9). 08 some au Introduccién a la biomecénica eae dorsal aducelén beens fabduccién ' flexién plantar ele de rotacién oe mecénico A B Fig. 21 Pero antes de finalizar este apartado, hablaremos sucintamente de las siguien- tes articulaciones : b) La tarsometatarsiana que presenta sdlo movimientos de flexién-extensién y de lateralidad de pequefia amplitud. ©) Las articulaciones metatarsofakingicas del pic, comparables a las de los dedos en cuanto al tipo de movimientos posibles. En la figura 21 B podemos ver la maxima movilidad del dedo grueso, gracias a la combinacién de los movimientos articulares descritos en este apartado. La participacién muscular que permite la realizacién de estos movimientos del tobillo y del pie queda resumida en la tabla XI. BIBLIOGRAFIA Barer, C. H.; Davies, D. V., y Mac Conant, M. A.: Synovial Joints. Their Structure and Mechanics, C. C. Thomas, Springfield, Ill. (1961). Batu, H. E4 y Lopwenpaut, E.: Mobilization of the ‘Human Body, Stanford Press, Stanford, (1949). Dewester, W. T.: Ann. N.Y. Acad. Sci., 28 (1955). Fick, R.: Spezielle Gelenk und Muskelmechanik, G. Fischer, Jena, (1911). : Kinematik Organischer Gelenke, Braunchweig, (1907). J. Health, Phys. Ed. Rec., 28, 24 (1957). ‘A.: La Biomécanique, nouvelle méthode d'analyse des mouvements, Presses Universitaires de Bruxelles, Bruxelles, (1962). Lupuc, A.: Rev. éd. phys., VII, n° 2, 1-4 (1968). LeicHton, J. R.: J. Health, Phys. Ed. Rec., 31, 27 (1960). . Ass. and Ment. Rehabil., 18, 101-110 (1964). -s mouvements du corps humain, Editions Fondation Serge Ghinet, Bru- xelles. Roup, A.: Mécanique des articulations et des muscles de homme, Librairie de T'Uni- versité, Lausanne, (1913), Las articulaciones 13. 14, 15, 16. 17. 45 Stemourr, A.: Kinesiology of the Human Body under normal and pathological condi- tions. C. C. Thomas, Springfield, Til. (1955). Srrasser, H.: Lehrbuch der Muskel und Gelenkmechanik, J. Springer, Berlin (1917). VANDERVAEL, F.: Analyse des mouvements du corps humain, Desoer, Litge, (1961). Weer, W., y Weser, E.: Mechanik der Menschlichen Gehwerkzenge, Gottingen (1836). ZuppiNcER, H.: Med. Habil. Schrift Zitrich u. Anat. Hefte, (1904). Capitulo 3 LA BIOMECANICA DE LA ACTIVIDAD MUSCULAR Nos proponemos tratar aqui ciertas nociones clementales de neurofisiologia, indispensables para una correcta comprensién del elemento motor de la maquina humana. Sabemos que fos misculos permiten al hombre moverse en su medio movilizando los distintos segmentos de Jos que se constituye el cuerpo humano, siendo asimismo estos miisculos los que Je permitiran mantener una determinada actitud, como por ejemplo la posicién erecta. Por ultimo, la encrgia mecdnica desarrollada bajo esta forma puede actuar sobre cl medio ambiente desplazando un objeto, como ocurre al lanzar un objeto, o también al efectuar un trabajo. E] elemento base de esta mecdnica humana es el misculo esquelético el cual, al contraerse, transforma Ja energia quimica de la que dispone en energia mecd- nica. Existen ademas un conjunto de sistemas que controlan, orientan y condicio- nan las fuerzas asi engendradas. En efecto, se sabe que los muisculos dependen del sistema nervioso quien dicta y controla la participacién combinada de las distintas unidades funcionales que no acttian précticamente nunca de una forma aislada, sino sinérgicamente. Al analizar un movimiento, tal como haremos més tarde, se habla de grupos musculares agonistas, antagonistas, fijadores, etc. La Pertenencia de un misculo a un grupo determinado puede variar cn funcién de situaciones distintas siendo el sistema nervioso el que elabora esta determinada situacién as{ como la pertenencia del mtisculo a un grupo determinado. Es im- Portante por lo tanto que recordemos un cierto mimero de Principios neurofisiolé- gicos para que podamos comprender € interpretar correctamente ¢l gesto humano. EL MUSCULO ESQUELETICO Hablaremos primero de le estructura muscular y de los procesos de contraccién antes de abordar los problemas relativos al control motor voluntario y reflejo. El movimiento es una caracteristica de numerosas formas celulares. Efectiva- mente, se observa en cl leucocito (por ejemplo) una expansién o una retraccién de seudépodos. En el animal, organismo mas complejo, ciertas células estén espe- sializadas en Ja produccién de movimiento. Estas células son diferenciadas y pre~ ro i. Introducci6n a la biomecénica sentan una caracteristica forma alargada: son las fibras musculares. Un conjunto de fibras musculares se une o agrupa para formar un miisculo. Este misculo pre- senta una actividad caracteristica que es el acortamiento o contraccién, cuya fina- lidad es movilizar los segmentos dseos engendrando el movimiento o desplazando el cuerpo entero. El acortamiento del muisculo va acompaiiado de una modificacién de su forma, observandose una disminucién de su longitud a la par que un aumen- to de didmetro. Estas modificaciones del aspecto externo de Ja fibra muscular y de todo el mtisculo no se acompaiian, sin embargo, de un cambio de volumen. Observamos otro tipo de contraccién cuando el misculo se encuentra some- tido a una fuerza externa que le impide el acortamiento. En este caso, se habla también de contraccién pero ésta sélo engendra una tensién sin provocar una disminucién en la longitud de las fibras o del misculo. Este ultimo tipo de con- traccién se denomina «isométrica», mientras que la anterior se denomina «isoté- nica», Fn una situacién intermedia, en la cual los miisculos se ven sometidos a una fuerza externa que logran vencer, se combinarén ambos aspectos de Ja con- traccién (acortamiento y tensién) y diremos que los misculos efectiian un trabajo para levantar la carga en cuestién a una altura determinada, o para desplazar una carga a una determinada distancia (en efecto, el trabajo es igual al producto de la fuerza por el camino recorrido: T =f x d). En esta actividad muscular observa- mos que se produce un caracterfstico desprendimiento de calor. La suma de ambos (desprendimiento de calor y trabajo efectuado), expresada en calorfas, representa la energia que el muisculo ha puesto en juego durante su contraccién, extraida de sus reservas quimicas y utilizada por el metabolismo celular. Podemos pues com- parar el tejido muscular a una mdquina que convirtiese la energia quimica de reserva en un trabajo mecdnico liberando ademas calor. Este calor liberado por la contraccién no se pierde sino que contribuye en gran medida a la regulacion tér- mica (los misculos representan del 30 al 40 por 100 del peso corporal). ESTRUCTURA MUSCULAR El midsculo, la fibra y las fibrillas El misculo esté formado por una membrana de tejido resistente que recubre un niimero variable de células diferenciadas: estas células son las fibras muscula- res, unidades morfoldgicas del miisculo que se caracterizan por su forma alargada. Estas fibras estén constituidas a su vez por miofibrillas, formaciones longitudi- nales dispuestas paralelamente en el seno de la célula muscular. Su conjunto forma el sarcoplasma. Las miofibrillas y el nuicleo estén rodeados por una mem- brana reforzada con frecuencia por fibras colégenas y eldsticas; el sarcolema. Con grandes aumentos microscépicos, se observa en el interior de Ia célula un reticulo, formado por tibulos extremadamente finos que se insinéan entre las miofibrillas: es cl reticulo sarcoplésmico. La fibra muscular parece pues un ci- lindro de un didmetro de unos 0,01 a 0,1 mm y de varios centimetros de longitud (una decena en algunos misculos esqueléticos humanos). _ Enel seno del misculo, estas células se agrupan en fasciculos separados por tejido conjuntivo y grasa y sus extremidades se fusionan con las fibras tendinosas La biomecénica de la actividad muscular a para insertarse en el esqueleto. La disposicién de las fibras (cn paralelo u oblicuas) Permite distinguir los distintos tipos de muisculos descritos en anatomfa. El color del mtisculo depende de la densidad de miofibrillas cxistente en el sarcoplasma. Asi pues, cn los misculos blancos (de la rana, por ejemplo) observamos poco sarcoplasma y pocas mitocondrias pero una gran densidad de miofibrillas, mien- tras que los miisculos rojos (amisculos tordcicos de las aves migradoras, por ejem- plo) contienen una gran cantidad de sarcoplasma rico en mioglobina y sarcosomas. Los miisculos esqueléticos del hombre son en general de tipo mixto. Los misculos MUSCULO_ FIBRA FIBRILLA Bela SARCOMERO . 4 fe Actina | ise Miosing! sooner Fig, 22 blancos, bien adaptados a un trabajo breve, extraen principalmente su energia de la glicélisis; los muisculos rojos son capaces, por el contrario, de realizar un trabajo potente y de larga duracién. La miofibrilla presenta estrias transversales que la segmentan en zonas dis- puestas regularmente de manera alternante (fig. 22). Unas, épticamente densas y muy birrefringentes a la luz polarizada, son los discos anisdtropos (A) oscuros: otras, menos densas al contraste (no siendo por lo tanto isstropas) son los discos claros (1). Un aumento al microscopio electrénico (del orden de 30.000 x) de una seccién longitudinal de un fragmento de misculo permite un estudio mas detallado de estas estructuras (Huxley y Hanson, 1960), observandose que el disco oscuro se encuentra dividido en dos por una banda central estrecha y clara, zona H o estria intermedia de Hensen, mientras que el disco claro esta también dividido en dos por una estria oscura, la raya Z, que pasa de una fibrilla a otra insertén- dose por sus extremos en el sarcolema. Se trata pues de una estructura relativa- 50 Introduccién a la biomecénica mente laxa que mantendria las miofibrillas en su lugar y con frecuencia se asocia al reticulo sarcoplsmico, jugando un papel de primera importancia en la propa- gacién de la excitacién hacia el interior de 1a fibra. EI sarcémero La unidad histolégica, fisiolégica o contréctil del miisculo estriado esté situada entre dos rayas Z, denomindndose sarcémero. Esté formado por un disco oscuro central y dos semidiscos claros en los extremos, tiene una longitud en reposo de unos 2 a 3 micrones que varia en funcién de Ja longitud del miisculo (alargamiento © acortamiento). El examen al microscopio electrénico (aumento del orden de los 90.000 x) de cortes extremadamente delgados de miofibrillas (Huxley, 1957; Hux- ley y Hanson, 1960) permite poner en evidencia dos tipos de filamentos proteicos distintos, dispuestos de una manera especial (fig. 22) segin el eje longitudinal de las miofibrillas. Los gruesos filamentos del disco oscuro (A) estén formados esen- cialmente por miosina (zona birrefringente). Los filamentos mds delgados (aspecto menos birrefringente del sarcémero) estén constituidos por moléculas de actina y parten de la raya Z para intercalarse luego entre Jos filamentos de miosina. La zona més clara (H) en el seno del disco oscuro (A) se explica por la ausencia o disminucién en espesor de los filamentos de actina. Un corte normal, siguiendo el cje mayor de la miofibrilla pasando por el disco claro, muestra tan s6lo la existencia de filamentos de actina (fig. 22). Un segundo corte, pasando por la zona H, mostrard una superposicién de filamentos de mio- sina, Finalmente, un corte que pase por la parte externa de disco oscuro (A) mostraré una organizacién hexagonal de los filamentos de actina alrededor de los filamentos de miosina (Huxley y Hanson, 1960; Huxley y Huxley, 1964). Este hecho subraya claramente, pues, la interpenetracién de ambos tipos de filamentos en las zonas externas del disco A. LA CONTRACCION Fenémeno mecanico El modelo de estructura muscular propuesto por Hanson y Huxley permite atribuir la contraccién y alargamiento del musculo a un deslizamiento de ambos tipos de filamentos uno dentro de otro. Este proceso se ha estudiado mediante técnicas modernas (Huxley, 1955 Huxley, 1957). El esquema de Ja figura 23 ilustra la interpretacién de estos procesos que se producen gracias a los filamentos. Cuando el misculo relajado se alarga, aumentan de longitud los discos claros mientras que los discos oscuros no modifican en absoluto su longitud. Por el con- trario, cuando el miisculo se contrae, los discos claros se acortan y terminan por desaparecer completamente. Los discos oscuros sélo modifican su longitud cuando el acortamiento es ya muy importante. Estas modificaciones de estructura son claramente explicables por la disposicién de los filamentos, en Ja cual reside por ora parte el mecanismo fntimo de la contraccién, a nivel de las zonas de invagi- nacién de uno de los tipos de filamento dentro del otro. La biomecdnica de la actividad muscular 5st Elongacion Reposo Acortamiento Fig. 23 Fenémeno eléctrico La despolarizacién de la membrana En estado de reposo, la membrana de una fibra muscular presenta una permea- bilidad a Ios ioncs relativamente pequefia, observindose un acimulo de cargas internas negativas y externas positivas. Si insertamos un microelectrodo (diémetro inferior a un micrdn) a través de la membrana, registraremos una diferencia de potencial que alcanza —90 mV (Ling y Gerard, 1949; Nastuk y Hodgkin, 1950; Desmedt, 1953). Esta diferencia de potencial, denominada potencial de reposo, es debida a la desigual reparticién de iones entre el interior y el exterior de la fibra (Hodgkin, 1951). —— propagacién Cuando la membrana es excitada, aumenta su permeabilidad local frente a los iones y el potencial de membrana, registrado por el microelectrodo intracelular, pasa'a ser de unos + 30 6 + 40 mV (Nastuk y Hodgkin, 1950). Esta variacién del potencial de membrana origina circuitos locales entre Ja zona activa y la zona inactiva (Hodgkin, 1937), Estos circuitos originan corrientes eléctricas registrables mediante electrodos extracelulares (fig. 24). Este fenémeno fundamental es la base de la clectromiografia que registra los potenciales musculares mediante elec- 52 Introduccion a la biomecanica trodos extracelulares. La despolarizacién se propaga con una velocidad de 4 a 5 metros por segundo hacia los dos extremos de la fibra muscular. Las corrientes de accién presentan una mdxima densidad en los alrededores de la fibra, pero son también registrables en un radio pequeiio. Ley del todo o nada La fibra muscular, al igual que Ja fibra nerviosa, responde a Ia ley del todo o nada, en el sentido de que si el estimulo no sobrepasa un valor umbral Ja fibra no responde, pero si el estimulo es suficiente Ia respuesta sigue siendo idéntica sea cual fuere la intensidad del estimulo (Lucas, 1909; Pratt y Eisenberger, 1919). Par el contrario, en el misculo considerado globalmente la magnitud de la res- puesta variaré al variar Ja intensidad del excitante. En efecto, segtin la intensidad del estimulo se activard un mayor o menor ntimero de fibras musculares observén- dose una graduacién de la respuesta segiin el mimero de fibras musculares activas reclutadas. Para designar este fendémeno se emplea el término de suma espacial. La ley del todo o sada no es caracteristica de los fenémenos mecdnicos sino que se aplica también & la respuesta eléctrica. Efectivamente, la despolarizacién s6lo se desencadenaré ante un estimulo que sobrepase el umbral, apareciendo entonces una respuesta méxima sea cual fuere la intensidad del excitante. El fendmeno de la suma espacial no debe confundirse con el de Ja suma tem- poral, que resulta de una estimulacién repetida a intervalos suficientemente cortos. En este caso, la fusién de las sacudidas prolonga la duracién de 1a contraccién a la vez que aumenta su amplitud (fusi6n tetdnica). Los movimientos voluntarios resultan de la interaccién de estos dos tipos de suma. La unidad motora No podriamos abordar de un modo valido el estudio de los potenciales de ac- cién sin una descripcién previa del modo de inervacién de las fibras musculares. La unidad motora, definida fisiolégicamente por Sherrington (1925), es la base de la organizacién funcional del movimiento voluntario reflejo. Hay que recordar que Ja unidad motora es Ja unidad funcional constituida por la neurona motora, el axén motor correspondiente y el conjunto de fibras musculares estriadas iner- vadas por este axén motor (Buchthal, 1962). Las diferentes fibras musculares que abarca una misma unidad motora (cuyo mtimero puede oscilar desde una decena a varias centenas de fibras, segiin el miisculo), responden de una forma simulténea. Por esto se ha dicho que el sistema nervioso central cuenta por unidades motoras en Jugar de por fibras musculares. Las distintas unidades motoras responden al impulso nervioso con frecuencias variables pero inferiores generalmente a 50 por segundo. El estudio de la trans- misién neuromuscular en el hombre muestra que a cada impulso nervioso le corresponde una respuesta muscular (Desmedt, 1958; 1967). Estas obscrvaciones nos permiten pues atribuir los fenémenos observados en el musculo a la actividad de la motoneurona. La biomecanica de la actividad muscular 53 El acoplamiento electromecénico El potencial de accién de la fibra muscular es desencadenado por el axén motor a nivel de la placa mottiz y a partir de aqui se propaga en ambos sentidos hacia las inserciones tendinosas. El paso de este potencial de accién por cada punto de la fibra desencadena una contraceién. Esta se manifiesta en el sarcémero en forma de penetracién por deslizamiento de los filamentos de actina en los fila- mentos de miosina. Esto hace que aumente el recubrimiento mutuo de los miofi- lamentos, disminuyendo asi la longitud de sarcémero. Huxley (1957) y Huxley y Hanson (1960) lanzaron diversas hipétesis intentando explicar este fenémeno. membrana —— triads C= eeticulo Fig. 250 Para producir una fuerza mecdnica eficaz las distintas partes de la fibra deben desarrollar su tensién casi simulténeamente. Asi pues el potencial de accién muscu- Jar no podria desencadenar Ja contraccién por medio de una sustancia que difun- dicra desde la membrana hacia el centro de la fibra puesto que el retardo en la puesta en marcha del mecanismo serfa demasiado largo (Hill, 1948). Por otra parte, Huxley y Taylor (1958) observaron que las excitaciones eléctricas aplicadas a puntos bien localizados de la fibra provocan contracciones, mientras que aplica- das a otros puntos no las producen. Se ‘sabe actualmente que estos puntos privile- giados, situados al lado de la raya Z, no son més que los puntos de emergencia a la superficie de un sistema de ttibulos, el sistema T (fig. 25), que son invagina- ciones de la membrana que penetran hacia el interior de la fibra. En efecto, los experimentos que ponen en evidencia los movimientos introduciendo feritrina (Huxley, 1964; Page, 1964) o un colorante fluorescente (Endo, 1964) en el medio externo han demostrado la continuidad de las membranas que limitan el siste- ma T con Ja membrana de la fibra muscular. Asf pues, el potencial de accién de la membrana debe invadir el sistema T sin duda electrénicamente, actuando en profundidad. Esta accién en profundidad eva a una parte diferenciada del reticulo sarcoplasmico, los sacos laterales, que constituyen junto con los tibulos las triadas descritas en microscopia electrénica (fig. 25). Otros estudios concomitantes han subrayado el papel determinante que juega el Ca‘ en el desencadenamiento del mecanismo de contraccién (Ebashi y Lip- mann, 1962; Weber y cols., 1963; Frank, 1964; Hasselbasch, 1964). La tasa minima de Ca‘* ionizado necesaria es de unos 10-* M. La intensidad de la acti- vacién aumenta al ir aumentando la concentracién de Ca** hasta unas cifras de unos 10-° (Hasselbach, 1964). 54 Introduccion a la biomecdnica Por otra parte, la relajacién con la que termina el ciclo de contraccién ha sido explicada al demostrar que existe un subsistema perteneciente al reticulo sarco- plasmico que es capaz de secuestrar el Ca** del mioplasma (Ebashi, 1961; Ebashi y Lipmann, 1962; Weber y cols., 1963; Hasselbasch, 1964). Las zonas donde es secuestrado se han identificado como los sacos laterales de las triadas (Constantin y cols, 1965). La afinidad del reticulo sarcoplasmico para el Ca** es considerable y permite rdpidamente reducit hacia los 10-’ M, 0 sca por debajo del umbral de activacién de la ATPasa, la concentracién mioplasmica del Ca‘+. Es la cinética del proceso de captacién activa del Ca** Ja que determina el curso de la relajacién muscular (Podolsky y Constantin, 1964). Por el contrario, la activacién contractil esté bajo el control de Ja despolarizacién de la membrana de superficie. Pero la liberacién de Ca** hacia los miofilamentos no empieza hasta que la despolariza- cién de membrana no sobrepasa un valor denominado «umbral mecdnico» (Hodg- kin y Horowicz, 1960). La contraccién de los miofilamentos ser4 tanto més intensa cuanto mds dure el potencial de accién una vez sobrepasado el umbral mecdnico (Sandow y cols., 1965). Fig. 26 La rapidez de la activacién contréctil se explica por una propagacién eléctrica hacia el interior del sarcémero, siguiendo el camino del sistema T. No obstante, esta activacién pone en juego un agente quimico, el Ca**, que sin embargo, sélo tiene que difundir una distancia muy corta (del orden de la micra) hasta Megar, partiendo de los sacos laterales de las triadas, a la zona de recubrimiento de los miofilamentos de actina y de miosina (Gillis, 1969). El Ca** activa la ATPasa de la miosina, quizd absorbiéndose sobre un sustrato particular que podria ser la troponina (Ebashi y Kodama, 1965) y determina la invaginacién de los filamen- tos uno dentro de otro. Mientras que Ja activacién es controlada, pues, por los fenémenos eléctricos de la membrana, la relajacién consecutiva est4 bajo depen- dencia del reticulo sarcoplismico; en efecto, a partir de que el potencial de accién vuelve a caer por debajo del umbral mecénico, asistimos a Ia recaptacién del Ca** por parte de los elementos laterales de las trfadas, lo que permite la resintesis del ATP que origina la relajacién muscular (Desmedt, 1967). Aunque estos datos estén basados en una compleja experimentacién biofisica y bioquimica, son de interés directo en los estudios efectuados en cl hombre. En efecto, podemos registrar en el hombre contracciones musculares en condiciones ‘la biomecanica de la actividad muscular 55 técnicas satisfactorias. La figura 26 ofrece, a titulo de ejemplo, el registro de la respuesta eléctrica global del aductor del pulgar asi como la sacudida isométrica del mismo mtsculo registrada por un segundo haz del osciloscopio catédico. Este registro mecdnico es tan satisfactorio como el que podria realizarse en experimen- tacién animal por unién directa del midgrafo isométrico con el tendén muscular, aislado por diseccién. Es posible estudiar con precisién, por ejemplo: el tiempo de contraccién isométrica, el tiempo de relajacién, la fuerza, etc. Tales andlisis miogréficos permiten abordar en ¢l hombre el estudio detallado de los mecanismos de la contraccién muscular (Desmedt y Hainaut, 1968). LAS PROPIEDADES MECANICAS Ciertas propiedades mecénicas del miisculo tienen un particular interés on cl anélisis del movimiento. Por esta raz6n nos proponemos hablar aqui de algunas nociones referentes al estado activo, a la graduacién de las contracciones, a la clasticidad, a la adicién de contracciones sucesivas y finalmente a la potenciacién de la sacudida. La graduacién de las contracciones La intensidad mecdnica desarrollada por la actividad muscular en cl hombre que ejecuta un movimiento puede adaptarse o graduarse por dos fenémenos dis- tintos, En efecto, el sistema nervioso puede reclutar un mayor o menor mimero de unidades motoras, requiriendo asf del muisculo la produccién de una fuerza més © menos grande; hablaremos en este caso de la adicién en el espacio. Pero este mismo sistema nervioso puede graduar igualmente el esfuerzo enviando descargas motoras con frecuencias variables: en este segundo caso se hablara de adicién en el tiempo. EI sistema nervioso puede jugar por tanto con ambos tipos de adicién a fin de graduar las respucstas musculares. Sin embargo, aunque las variaciones de frecuencia de las descargas pueden modular el esfuerzo desarrollado siempre que éste sea relativamente pequefio, el miisculo alcanzaré su plena potencia gracias sobre todo a un reclutamiento cada vez mayor de unidades motoras. Se sabe, en efecto, que Ja frecuencia de descarga de Ja motoncurona es relativamente limitada no sobrepasando los 50 por segundo, debido al papel de autorregulacién que juega el circuito de Renshaw y a la existencia de un potencial positivo tardfo. Esta fre- cuencia particular de 50 por segundo se encuentra tambign en los registros elec tromiogréficos de gran intensidad y se conoce con el nombre de ritmo de Piper. Elasticidad y componentes eldsticos El misculo se caracteriza por una elasticidad que se puede demostrar con bastante facilidad. En efecto, si suspendemos un peso de uno de sus extremos vemos que se alarga y al quitarle Ia carga recupera la longitud inicial. Por otra parte, la seccién del tendén de insercién de un misculo muestra un acortamiento ae Introduccién a la biomeednica del 10 al 20 por 100, lo que prueba que en estado de reposo se encontraba ligera- mente estirado. Bl alargamiento del mmisculo, por encima de Ja longitud que pre- senta en reposo, provoca la aparicién de una tensién que va aumentando répida- mente a medida que aumenta el estiramiento. Si suspendemos una carga de un miusculo su alargamiento se produce en dos fases, la primera muy répida y la se- gunda mucho mds Ienta. A su vez, al retirar el peso, el misculo recupera su lon- gitud de partida también en dos fases: una répida y otra amortiguada. La tension que corresponde a este brutal alargamiento alcanza répidamente un alto grado y luego decae lentamente hasta un valor estable (correspondiente al grado de estira- miento). La tensién desarrollada por el misculo no es la misma en el curso del alar- gamiento progresivo por aumento del peso que en el curso del acortamiento pro- gresivo por disminucién de este peso. En efecto, para una misma longitud de miusculo, la tensién en un alargamiento es mayor que en un acortamiento. Este fenémeno se debe a que el tejido muscular no es homogéneo y sus componentes tienen una elasticidad distinta. La elasticidad muscular, y més particularmente algunos de sus componentes, juegan un importante papel en la actividad muscular y pueden influir considera- blemente en el registro de esta Ultima. Hill (1949) comparé cl mtisculo a un sis- tema de dos elementos: un elemento contréctil situado a nivel de las miofibrillas y un elemento eldstico. Este tiltimo dispondria de dos componentes: una primera ‘componente en serie con el elemento contrdctil y localizada principalmente a nivel de los tendones y una segunda componente en paralelo con las fibras y que podria localizarse, por ejemplo, a nivel del sarcolema y del tejido conjuntivo (Sandow, 1952: Pringle, 1961). La elasticidad del misculo juega un importante papel en la amortiguacién de las tensiones demasiado brutales originadas por acortamientos o alargamientos musculares. Sirve pues de proteccién a las palancas dseas, a las inserciones muscu- lares, a los ligamentos y a los tendones. Ademas, durante la contraccién de las miofibrillas acumula energfa potencial a la mancra de un resorte. Esta energia se restituye seguidamente con un cierto retardo, Existe efectivamente una gran diferencia de tiempo entre la activacién de las miofibrillas y la duracién del re- gistto miogréfico de la cual hablaremos después. Adicién de las contracciones La estimulacién del nervio motor de un misculo o del misculo mismo mediante una descarga eléctrica tras la fijacién de este muisculo a un aparato de registro mecénico (midgrafo) provoca una respuesta o sacudida (ig. 27). La respuesta se caracteriza por una fase de ascenso, o de contraccién, una cumbre y una fase exponencial de descenso o fase de relajacién. Esta fase aparece con un cierto retraso respecto al fenémeno eléctrico de despolarizacién ; es el periodo de latencia mecénico que en realidad es uh fenémeno bastante complejo (Sandow, 1944). Al aplicar al misculo un segundo estimulo, antes de su completa relajacién, la se- gunda contraccién se inicia a un nivel més elevado que la primera, alcanza una cumbre también més alta y su duracién es més prolongada. El acercamiento de La biomecénica de la actividad muscular 57 Jos estimulos permite una fusién cada vez més perfecta de las dos respuestas hasta que la segunda cae dentro del periodo refractario de la primera respuesta. Es importante subrayar desde ahora el hecho de que las respuestas mecénicas pueden sumarse, mientras que las respuestas eléctricas (potenciales de accién) siguen siendo discontinuas. Fig. 27 La repeticién de una serie de estimulos permite mantener una meseta «meseta teténica» tanto mds elevada y més regular cuanto mayor sea la frecuencia de esti- mulacién: es la contraccién teténica 0 tétanos. Cuando la fusién es perfecta, el tétanos es perfecto pudiendo alcanzar un valor 4 6 5 yeces mayor que la sacudida aislada. La frecuencia de estimulacién nccesaria para producir el tétanos perfecto depende de la velocidad de contraccién del misculo pudiendo variar entre los 30 y los 350 por segundo. La graduaci6n fisiolégica de la contraccién voluntaria es mas compleja debido a que resulta conjuntamente de un mismo fenémeno de adicién temporal con una adicién espacial, posible gracias a un reclutamiento mayor 0 menor de unidades motoras. Por otra parte, estas unidades motoras ac- tian con un asincronismo taracteristico que permite que las contracciones, incluso las pequefias, se efectiien de forma regular, sin las oscilaciones que caracterizan al tétanos imperfecto, El estado activo y la potenciacién contrdctil La estimulacién del nervio motor o Ia estimulacién directa del misculo por descargas aisladas de intensidad méxima desencadenan una sacudida isométrica cuya fuerza (Pt) puede verse acrecentada por diversos agentes quimicos. Este fenémeno se denomina «potenciacin contrictil». Generalmente no modifica més que la fuerza de Ia sacudida (Pt), sin aumentar la fuerza méxima (Po) registrada en la estimulacién tetdnica. El estado activo o «active state» fue definido por Hill (1949) como la capacidad del misculo para lograr un acortamiento o desarrollar una tensién. Este estado activo es de corta duracién cuando la estimulacién es breve y su curso es mas rdpido que el de la sacudida registrada por el midgrafo. En efecto, la forma de respuesta muscular al estimulo se explica por la interac- cién del elemento contréctil, localizado a nivel de las fibras musculares y del ele- mento elistico situado en serie. (Hill, 1949; Jewell y Wilkic, 1958). El elemento 88 Introduceién a la biomecanica contréctil, répidamente activado pero por corto tiempo, debe estirar el elemen- to eldstico situado en serie antes de que la fuerza legue a nivel del tendén; asi pues Ia sacudida isométrica s6lo va aumentando paulatinamente, mientras que el acortamiento de los sarcémeros es un fenémeno mucho més répido. La sacudida desencadenada por un estimulo tinico produce una tensién (Pf) que es menor que Po. EI problema de si la intensidad del estado activo es distinta tras un estimulo Unico o en el curso de una estimulacién repetida ha sido objeto de recientes estu- dios (Desmedt y Hainaut, 1968). Hill (1949) propuso Ja hipstesis de que 1a intensi- dad del estado activo siempre era maxima, incluso tras una descarga tinica, siendo este punto de vista generalmente aceptado (Ritchie y Wilkie, 1955; Aubert, 1956; Hill y Macpherson, 1955). En estas condiciones la diferencia de tensién entre Pt y Po dependeria tinicamente de la menor duracién de la activacién electromecd- nica en ch primer caso. Sin embargo el analisis de las respuestas mecénicas frente a la estimulacién por descargas dobles con un intervalo variable, muestra una intensificacién muy precoz del estado activo en el transcurso de Ja activacién. (Desmedt y Hainaut, 1968). La discusién critica de los resultados de Hill y de otros autores nos ha demostrado que no existe un argumento experimental deci sivo en favor de la hipdtesis de que el estado activo tuviera una maxima intensi dad en la contraccién muscular. De hecho, la conclusién de Hill se basaba en ex- periencias efectuadas en mtisculo de rana in vitro a 0 °C y sus conclusiones no son vdlidas para el mtsculo de mamifero a temperatura fisioldgica. Se han estudiado en fisiologia experimental un gran ntimero de potenciadores quimicos: la cafefna, los iones nitratos, el Zn*++ (Sandow, 1952). Estos agentes aumentan la fuerza (Pt) de la sacudida sin modificar Ja fuerza (Po) de la contrac- cién tetanica maxima. Su accién se interpreta generalmente por una prolongacién del estado activo de Hill (Kahn y Sandow, 1955; Aubert, 1956) que concederd més tiempo a los elementos contrdctiles para estirar los elementos eldsticos en serie (Ritchie, 1954; Hill y MacPherson, 1955). De hecho, esta potenciacién seré tanto més pequeiia cuanto mas se aproxime a la unidad la relacién inicial Pt/Po (Isaacson, 1962). Asf pues a 0°C la potenciacién es practicamente despreciable aunque el estado activo sca prolongado por los potenciadores; efectivamente, la relacién Pt/Po a esta temperatura esté proxima a la unidad (Hill y MacPherson, 1955). Estudios més recientes han demostrado. por medio de midgrafos més sensi- bles, que la contraccién potenciada no slo era mayor y de més duracién sino que gozaba también de un precoz aumento de su velocidad de contraccién (San- dow y Seaman, 1964; Johnson y Loomis, 1965; Sandow y Brust, 1966). La inter- pretacién clasica debe pues corregirse teniendo que admitir que los agentes poten- ciadores intensificarén también el estado activo. Esta interpretacién esté de acuer- do con la de nuestro trabajo anteriormente mencionado. La estimulacién prolongada del musculo con una cadencia Io suficientemente baja como para que no se produzca la adicién de las sucesivas contracciones, mues- tra una progresiva potenciacién de la respuesta mecdnica, independiente de todo tratamiento con agentes quimicos, conocida con el nombre de fenémeno de la escalera, «Treppe» o «Staircase» (fig. 28). la biomecénica de Ia actividad muscular 59 Este fenémeno habia sido seflalado y estudiado desde fines del siglo pasado (Ranke, 1866; Bowditch, 1870), pero no se habfa descubierto su mecanismo. Va- rios autores continuaron con estos trabajos durante la primera parte de este siglo y las publicaciones més recientes de Walker (1947, 1949) explicaron este fend- meno por un aumento progresivo de la fuerza intrinseca de las fibras musculares. 1 min —— Fig. 28 Esta figura presenta en D, en un registro a baja velocidad, una serie de respuestas mecénicas a la estimulacin repetitiva de dos por segundo. Podemos observar el clisico fenémeno de escalera. Por otra parte, vemos en A la respuesta al primer estimulo, en B la del 15.° estimulo y en C la del ultimo estimulo. Estos registros permiten estudiar la respuesta eléctrica (EMG) y Ja respuesta mecdnica (MG) asf como su derivada primera (Ist deriv.) Nosotros atribuimos este fenémeno a una intensificacién del proceso de activacién electromecdnica del mtisculo (Desmedt y Hainaut, 1968; Hainaut y Desmedt, 1968). En la figura 29 observamos, efectivamente, que para cada valor instanténeo de la fuerza contractil la contraccién potenciada se caracteriza por una mayor velocidad de contraccién que la contraccién prueba. Observamos en la parte superior de Ia ima- gen el fendmeno de escalera registrado en el polfgrafo a velocidad lenta, En la parte inferior la relacién en un momento determinado en- tre Ja fuerza isométrica y su derivada, que da Ja velocidad de contraccién. Estas funciones se aplican a ambas entradas de un osciloscopio Y. Observamos aqui los registros superpuestos de las respuestas al primer estimulo y al que hace 200 de una serie de dos estimulos por segundo. 60 Introduccién a la biomecanica BIOMECANICA MUSCULAR Los movimientos voluntarios del cuerpo humano se organizan a partir del sis- tema nervioso que determina el movimiento a efectuar en funcién de un cierto ntimero de elementos internos y externos. Lo adapta para que corresponda a estas solicitudes y dicta a la musculatura Jos distintos aspectos de su actividad. Este hecho nos obliga pues a tratar los distintos tipos de intervencién muscular, su adaptacién en funcién de la actividad ejercida, asi como los problemas plan- teados por la representacién grafica de las fuerzas engendradas por la accién muscular. Clasificacién funcional de los musculos Para efectuar un determinado movimiento, el sistema nervioso establecera una actividad distinta en diferentes misculos 0 grupos musculares, con el fin de in- movilizar, por ejemplo, ciertos segmentos a partir de los cuales van a movilizarse otros. Nos ha parecido interesante clasificar los musculos en funcién de su parti- cipacién en el movimiento. Esta clasificacién puede hacerse en funcién del tipo de contraccién de los miisculos también basdndose en la manera cémo participan en el movimiento. Nos proponemos considerar sucesivamente estas dos clasifi- caciones. Seguin el tipo de contraccién Hay que hacer una primera distincién entre las contracciones musculares que se acompaiian de movimientos y las que no se acompaiian de ellos. Las primeras se llaman «isoténicas»; las segundas se Haman «isométricas» y son caracteristicas de aquellas posiciones en las cuales la fuerza muscular (Fm) equilibra una resis- tencia (R) exterior, como por ejemplo el peso de un segmento del cuerpo. Las con- tracciones isoténicas pueden ser de dos tipos: o bien la fuerza muscular ven- cera Ia resistencia exterior y los muisculos experimentardn un acortamiento, con lo cual hablaremos de una contraccién «concéntrica», bien asistiremos al fend- meno inverso y se hablaré de contraccién «excéntrica». Podemos resumir estos conceptos en la siguiente tabla: Relaciin | Tipo de Tipo de contraccién | de fuerzas trabajo Ejemplo muscular Isométrica Fm R Estitico La actividad de los flexores al mantener el antebrazo flexiona- do 90° sobre el brazo. Isotdnica 4) concéntrica Fm>R Dinémico | El mismo grupo muscular en la positivo flexién del anterazo sobre el brazo. 5) excéntrica Fm

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