huracanes provocan la destrucción a través de la intensidad del viento. Los terremotos pueden devastar una zona como consecuencia de los movimientos internos de la Tierra. La lava de las erupciones volcánicas destruye todo lo que encuentra en su recorrido. Las lluvias torrenciales provocan inundaciones y todo tipo de consecuencias en los territorios afectados. Todas estas catástrofes son consideradas cataclismos.
Cuando la catástrofe afecta a todo el planeta
Algunos fenómenos naturales son devastadores, pero
a primera vista y de manera inmediata no lo parecen. Esto es lo que ocurre con el problema de la capa de ozono, un fenómeno de la naturaleza provocado por la acción humana que se puede considerarse un auténtico cataclismo planetario.