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La oración en la vida del cristiano

Lucas 5.16 (RVR60)


16
Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
31 enero 2016
Introducción
Una de las luchas más grandes en la vida cristiana es la oración. Si hay algo con los cristianos nos
enfrentamos a diario a parte de nuestra lucha con el pecado, es nuestra lucha por tener comunión con
Dios. qué lugar ocupa la oración en nuestras vidas? ¿Qué importancia tiene para nuestras vidas
cristianas? ¿Con que frecuencia e intensidad oramos?
La oración es la única forma de comunicarnos con Dios, es la única manera de contactarnos
directamente con nuestro creador, es la forma en que el alma del creyente se acerca a Dios, la oración
es un privilegio comprado con la sangre de Jesús. A través de su muerte podemos acercarnos al trono
de gracia, Él nos ha permitido disfrutar de un gozo que nada en este mundo puede equiparar, el estar
en la presencia de Dios por medio de la oración.
La oración es para el cristiano lo que es la respiración para el cuerpo, cuando nuestra oración es débil
nuestra vida cristiana es débil. ¿Porque hay tanto pecado, tantos deseos de la carne que fácilmente
controlan a los cristianos hoy? El termómetro de nuestra alma esta en como esta nuestra vida de
oración.
Es mucho más fácil ser cristiano en cualquier otra actividad de la vida cristiana es más fácil ayudar a
otros, aconsejar a otros, venir a la iglesia, pasar tiempo con los hermanos, incluso predicar que orar.
Es una lucha con nosotros mismos.
Los grandes hombres de la antigüedad fueron hombres de oración. Martin Lutero hablando de la
oración dijo: trabajo, trabajo desde la mañana hasta la noche. De hecho tengo tanto que hacer que voy
a pasar las 3 primeras horas de la mañana en oración. Arthur Pink dice de la oración: La oración no
está establecida para darle a Dios el conocimiento de lo que necesitamos, sino está diseñada como una
confesión a Él de nuestro sentido de necesidad. En esto, como en todo, los pensamientos de Dios no
son los nuestros. Dios requiere que Sus dones deban ser buscados. Él diseño el ser honrado por
nuestra petición, así como a El se le debe agradecer después de que Él nos ha dado su bendición. Dice
el antiguo bautista y escritor del progreso del peregrino John Bunyan: en la oración es mejor tener un
corazón sin palabras, que palabras sin corazón. Dice también: “ora con frecuencia, la oración es un
escudo al alma, un sacrificio a Dios, y un látigo para Satanás”.
La gran diferencia entre la vida cristiana nuestra y la de estos grandes hombres de Dios está, desde el
punto de vista humano, es la forma en que ellos y nosotros vemos la oración. La oración para ellos
era supremamente importante, sus vidas cristianas estaban marcadas por la oración. Sus vidas
estaban llenas de vitalidad, amor, reflejaban el amor de Dios, su gracia, vivían verdaderas vidas
cristianas muy alejadas de lo que nosotros vivimos hoy. Vivian vidas poderosas en Cristo, no tenían
temor de morir, pasaban grandes tribulaciones, pobreza, hambre y lo hacían con contentamiento y
todo esto por qué? Porque su comunión con Dios era lo más importante para ellos.
La oración es sin duda una de las marcas de que se tiene vida espiritual. Aquellos que han nacido de
nuevo oran, pasan de un estado de indiferencia total a Dios a un estado de reconocer y depender de

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Dios de una forma continua y constante. Es una respuesta natural al hecho de que tenemos una
nueva naturaleza que desea las cosas espirituales, entre ellas el hablar con Dios. estamos en una
nueva atmosfera donde respiramos el aire espiritual de la oración. Solo los cristianos verdaderos,
aun a pesar de sí mismos, la oposición espiritual del enemigo de nuestra alma, pueden decir que oran
a Dios constantemente.
La oración es un medio de gracia, obtenemos las misericordias de Dios, recibimos su gracia por medio
de nuestras suplicas, algunos dicen que puestos que Dios ha planeado todo lo que ha de hacer, no
debemos entonces orar. Pero la oración más que ser un medio para obtener cosas, es una necesidad
del creyente. Un alma saludable desea tener comunión constante con Dios. Por medio de la oración
imitamos a Cristo quien se apartaba en lugares solitarios para orar.
Dios nos ha dado sus promesas en su palabra para que por medio de la oración estas nos sean dadas a
la iglesia. Así como Daniel oro por el cumplimiento de la profecía de los 70 años de exilio cuando leyó
al profeta Jeremías, así nosotros no debemos dar por hecho las promesas de Dios sin orar.
La falta de oración es una muestra de la falta de interés por las cosas espirituales, es una marca del
ateísmo practico, es una forma de decirlo a Dios que somos auto suficientes y que no le necesitamos,
en ultimas es una muestra de nuestra arrogancia. Una cosa es luchar en oración, como veremos más
adelante y otra es no orar en absoluto. El que no es amigo de Dios no muestra interés por tener
comunión con El. Si amamos a Dios, constantemente derramamos nuestro corazón delante de Él.
¿Cuál es el remedio a un alma con afectos fríos? ¿Cuál es la cura para un corazón endurecido por el
pecado? La oración es el medio por el cual nuestra alma es avivada, nos acercamos a Dios por medio
de Cristo, somos impulsados a la santidad, la meditación calienta nuestra oración y nuestra oración
calienta nuestra alma. Un alma sin gracia es un alma sin oración.
Ruego al Señor que use este sermón para animarlos a la oración. Que luchemos en la oración, que
perseveremos en la oración, que crezcamos en la oración. Dios quiera bendecir este tiempo y nuestras
vidas sean alentadas a orar.
I. La necesidad de la oración
¿Porque necesitamos orar?
Somos seres débiles que requerimos del poder de Dios para ser cristianos. la oración es
muy valiosa, necesitamos gracia para nuestra vida familiar, para nuestro carácter, para dar testimonio
de Cristo, para no temer a los hombres. Dice John Owen “Si no vivimos en oración, viviremos en
tentación”. La oración fortalece nuestra alma para luchar contra la tentación. ¿Porque muchos son
débiles y sucumben delante de la tentación? Porque no oran. Afrontamos las tentaciones al depender
del poder que Dios nos brinda por medio de la oración. Gracia es enviada a nosotros para no entrar
en tentación:
Lucas 22.46 (LBLA)
46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación.

¿Estas siendo tentado? ¿Luchas con la debilidad de tu propio pecado? Ora, lucha con Dios, ora a Dios
que te la fuerza que tú no tienes para luchar contra ella. Pide a Dios que se glorifique en tu debilidad,
que te de gracia.

La oración es necesaria, para nuestro crecimiento espiritual. En Dios tenemos la fuente de


todas las bendiciones espirituales. Fue la oración que trajo a Pedro de la cárcel, pero fueron las

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oraciones las que trajeron al ángel. No podemos crecer si despreciamos las Escrituras y menos si
despreciamos al que es Autor de las Escrituras. Por medio de la oración nuestra alma ejercita la
gracia, rogamos a Dios que podamos aplicar lo aprendido, podemos asimilar lo que hemos oído.
Muchos sermones son inefectivos porque no oramos a Dios por la aplicación de lo que aprendemos en
ellos. Dios no puede aplicar la Biblia por nosotros, es nuestra responsabilidad. Por medio de la
oración anhelamos ser santos, anhelamos hacer la voluntad de Dios. un cristiano sincero ve sus
limitaciones y debilidad y correrá a Dios para poder vivir la verdad que está escrita en el Santo Libro.

No es posible hacer el bien que deseamos, no es posible hacer buenas obras, no es posible amar a
nuestro prójimo, no es posible perdonar a nuestros hermanos, Es imposible amar a nuestro cónyuge
como debiéramos, no es posible ser cristiano sin oración. Nuestra necesidad es grande por eso
necesitamos orar. No oramos lo que deberíamos orar porque no oramos. No hacemos lo que
debemos hacer porque no pedimos por sabiduría divina,

Colosenses 1.9 (LBLA)


¶9 Por esta razón, también nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos cesado de orar por
vosotros y de rogar que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y
comprensión espiritual,

Necesitamos entender la palabra de Dios. Sin la iluminación del Espíritu de Dios en nuestras
vidas no podremos entender las Escrituras. Es la obra constante del Espíritu la que hace que
podamos entender con claridad y exactitud las Escrituras. Necesitamos orar para que no seamos unos
cabezones con el corazón congelado. La oración hace que las doctrinas cobren vida para nosotros,
nuestra fe es encendida y fortalecida por medio de la oración, por medio del entendimiento espiritual
de las Escrituras.

Muchos no entienden y se quedan en la niñez espiritual, no pueden digerir temas más maduros en la
fe bíblica debido a su falta de oración. La meditación y la oración harán que nuestras almas no solo
deseen la leche espiritual, sino que también deseen crecer, madurar.

Necesitamos comunión con Dios. Necesitamos la oración para poder disfrutar de Él. La
oración no es una mera acción mecánica con la que calmamos la consciencia o un deber hueco que
cumplir sino que es la muestra misma de la vida eterna. Juan 17 nos dice que la vida eterna consiste
en conocer a Dios y a su Hijo que ha sido enviado. Adquirimos un conocimiento intelectual de Dios
por medio de la teología, pero lo conocemos de manera experimental a través de la oración.

Imagínese ud trabajar con su mejor amigo, tenerlo junto a ud en el trabajo pero no hablarle en todo el
día. Así tratamos a Dios cuando no tenemos la disciplina de la oración. Ignoramos a Dios todo el día.
No hay manifestación más clara de nuestra comunión con Dios que la oración. La oración no es un
mero ejercicio que hacemos para cerrar nuestro cansado y laboroso día, no es un mero formalismo,
Dios siempre está atento a nuestro clamor, nuestras oraciones.
Cultivamos nuestra comunión con Dios de manera progresiva. El propósito de la oración es gozar de
nuestra comunión con Dios. Saber que estamos siendo oídos por el Dios de los cielos, que el me
escucha y tengo su atención gracias a Cristo. Su muerte y resurrección hicieron posible mi comunión
con Dios. Disfruta de Dios, disfruta la oración, disfruta de tu comunión con Dios. si no es así, clama
a Dios que te gozo en tu tiempo de oración. Que nuestros débiles corazones anhelen intimidad con el
Dios eterno.
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Los hipócritas pueden orar a solas, pueden hacer largas oraciones pero un hipócrita no se deleita en
la devoción secreta, no tiene un fuente de afectos hacia Dios.

Necesitamos aprender a depender de Dios. En la escuela de la gracia de Dios, aprendemos


valiosas lecciones por medio de las aflicciones. En las Escrituras aprendemos la doctrina necesaria
pero en las aflicciones aprendemos a aplicarlas. Dios trata con nuestra autosuficiencia por medio de
las aflicciones. Dios puede quitar la salud, quitar la estabilidad económica, quitar a un hijo, al
cónyuge, a un ser querido. Nuestra mayor necesidad y lucha es depender de Dios. Al entender que es
la pobreza en espíritu, entendemos que no podemos hacer nada por nosotros mismos.

Juan 15 nos ensena que unidos a Cristo damos fruto, es la dependencia en Aquel que es la Vid lo que
permite que seamos fructíferos. Es nuestra dependencia constante por medio de la oración lo que
hace que seamos más como El,

Juan 15.7–8 (LBLA)


7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será
hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis
discípulos.

En nuestras aflicciones es Dios quien nos socorre, en muchas ocasiones la Biblia relata la
dependencia del justo hacia Dios, Dios usa las aflicciones para que aquel que no depende de Dios lo
empiece a hacer. Jonás oro a Dios cuando estuve en el vientre del pez.

Salmo 32.6–7 (LBLA)


6 Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado;
ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a él.
7 Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás;
con cánticos de liberación me rodearás.
(Selah)

Muchas veces no sabemos qué hacer, por eso dependemos de Dios, la oración y su providencia que
nos guie, su Palabra nos guía pero por medio de la oración, Dios responderá nuestras peticiones.
La oración no es tanto una acción más que una actitud, una actitud de dependencia, dependencia total
hacia Dios.
Por medio del sufrimiento aprendemos a depender de Dios. Dios llama nuestra atención a la oración
por medio de pruebas y aflicciones.

Necesitamos aprender a orar. La oración no es una actividad opcional para el cristiano, es un


mandamiento. Las Escrituras no solo nos manda a orar sino que nos ensena como. Más adelante
veremos el método bíblico. Los discípulos antes de pedirle a Jesús a hacer milagros o a predicar, le
pidieron que les ensenara a orar. No sabemos cómo orar ni lo que debemos orar, por eso
necesitamos ser ensenados por el Señor.

Muchas veces necesitamos dejar de enfocarnos en nosotros y orar por otros. Recuerden a Moisés
orando por sus hermanos que se había rebelado contra él. Moisés clamo a Dios en compasión,
humildemente pidió por ellos.

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La verdadera oración es la comunión con Dios, por lo que habrá pensamientos comunes entre su
mente y la nuestra. Lo que se necesita es que Él llene nuestros corazones de Sus pensamientos, y
luego Sus deseos se convertirán en nuestros deseos fluyendo de regreso a Él. - AW Pink

II. La actitud en la oración


¿Cuál debe ser nuestra actitud al orar?
Toda nuestra alma debe estar involucrada en la oración. Jesús reprendió a los fariseos por sus actos
de obediencia externa sin la motivación correcta interna. Debemos tener cuidado de tener la actitud
correcta en cuanto a nuestras oraciones. Dios nos advierte contra la falsa piedad que solo quiere
aparentar delante de los hombres.

a. Expectante a Dios
Debes esperar grandes cosas de Dios. Dios es un Dios que nos concede en su gracia muchas veces aún
más allá de lo que le pedimos. Nuestro Dios nos contesta muchas veces más allá de los que nos
imaginamos.

Efesios 3.20–21 (LBLA)

¶20 Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos
o entendemos, según el poder que obra en nosotros, 21 a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo
Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

Esperemos grandes de Dios, él sabrá hacer más allá de lo que pedimos. Salmo 121.

b. Con confianza
Debemos confiar en Dios y su bondad. Dios ha prometido en su Palabra muchas bendiciones para los
creyentes, debemos confiar en la bondad de Dios en toda situación.

Hebreos 11.6 (LBLA)


6 Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que
El existe, y que es remunerador de los que le buscan.

Podemos confiar y venir confiados porque tenemos un sumo sacerdote que nos hace aceptos delante
de Dios,

Hebreos 4.14–16 (LBLA)


¶14 Teniendo, pues, un gran sumo sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios,
retengamos nuestra fe. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse
de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.
16 Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos
misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

No hay excusa para presentarnos confiados, no es por nuestras obras sino por la obra de Cristo que
seremos oídos. El nunca pecó y obedeció en todo, Jesús tiene toda aceptación y a su vez nos la ha
transferido por medio de la fe. Si no oras porque has “pecado” es solo una excusa, Jesús nos limpia y
es por medio de El que somos oídos.

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Muchas veces oramos pero creemos que Dios no nos oye. Somos muy incrédulos acerca de las
respuestas de Dios. Tenemos que creer que no solo Dios nos lleva a orar y nos sostiene sino que
también nos responderá. No tenemos confianza en Dios.

--Ilustración de la taberna. – Iglesia que ora para que acabara con la taberna. La taberna fue
destruida y la iglesia intacta. El dueño demanda a la iglesia, por haber orado por destrucción la
taberna. Y los de la iglesia defendiéndose que no. El juez perplejo ve a inconversos creyendo en la
oración y a cristianos incrédulos de la oración.

c. Conforme a su voluntad.
La fe es fortalecida cuando oramos su voluntad, pedimos que sus promesas se hagan visibles en
nosotros. Tenemos el oído de Dios para nosotros cuando oramos lo que él nos ha revelado en las
Escrituras. Santiago nos dice que Dios no nos da lo que pedimos porque lo pedimos para nuestros
deseos malos. Pero Dios oye aquellos que oran conforme a su voluntad y para Su Gloria. Allí es
donde la Escritura juega un papel importante,

1 Juan 5.14–15 (LBLA)


14 Y esta es la confianza que tenemos delante de El, que si pedimos cualquier cosa conforme a
su voluntad, Él nos oye. 15 Y si sabemos que El nos oye en cualquier cosa que pidamos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.

d. Con persistencia
Dios ama ser importunado con peticiones de sus propias promesas. Podemos importunar a Dios,
clamando por aquellas cosas que el ha prometido, el se ha comprometido con si mismo en darnos
estas cosas. Jamás Dios enjuiciara a alguien o será castigado por orar demasiado

Lucas 18.1–8 (LBLA)


Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no
desfallecer, 2 diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a
hombre alguno. 3 Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente,
diciendo: “Hazme justicia de mi adversario.” 4 Por algún tiempo él no quiso, pero después dijo
para sí: “Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno, 5 sin embargo, porque esta viuda
me molesta, le haré justicia; no sea que por venir continuamente me agote la paciencia.”
6 Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo* el juez injusto. 7 ¿Y no hará Dios justicia a sus
escogidos, que claman a El día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? 8 Os digo que
pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?

Desistimos muy fácil de nuestras peticiones cuando no son contestadas. No siempre nos contestara lo
que deseamos, no siempre nos dirá que si o muchas veces nos dirá no. Sea cual sea el caso es un
privilegio orar al Dios del cielo.

III. Método bíblico de la oración


¿Cómo debemos orar?
Efesios 6.18
Con toda oración y súplica orad[a] en todo tiempo en el Espíritu, y así[b], velad[c] con toda
perseverancia y súplica por todos los santos;

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Pablo nos dice que debemos orar de manera general y orar con suplicas u oraciones específicas. A
biblia nos dice que debemos orar en el Espíritu. ¿A qué se refiere? ¿A algún método místico de
“declarar palabras mágicas, o balbuceos sin sentido que ni nosotros entendemos”? orar en el Espíritu
significa orar lo que el Espíritu mismo ha inspirado, es tomar las Escrituras que son la voz audible de
Dios y orar a Dios.

¿Cuándo debemos orar? Sabemos que debemos tener una disciplina en la oración pero Dios espera
de nosotros que oremos en todo tiempo, Orad sin cesar, dijo el apóstol Pablo. Podemos orar de forma
constante durante el día en diferentes situaciones. Cualquier lugar es propicio para clamar, pedir a
Dios. Cualquier lugar es un buen lugar para hacer nuestras peticiones y suplicas. Oramos en toda
ocasión, en medio del peligro, en medio de la aflicción, en medio del descanso,

En tercer lugar Pablo nos dice que debemos perseverar en toda suplica. Como dijimos anteriormente
nuestras oraciones deben ser constantes y perseverantes, no podemos rendirnos fácilmente, como
vimos en Lucas 18, Dios espera que sus elegidos clamen de día y de noche. Velad hace referencia a
estar alerta, se puede entender como tener un momento para vigilar, para orar a solas y con
intensidad, no se trata de una oración vacía de 3 minutos sino de una lucha con Dios. velar es poner
atención a algo, estar atento.

Debemos orar así, así oran los verdaderos cristianos, tienen una vida de oración más que momentos
de oración. La oración es el estilo de vida nuevo del cristiano verdadero, tendrá luchas, momentos
difíciles, desánimos, pero en todo el nunca abandonará la oración porque el Espíritu que habita en el,
lo hará desear en mayor o menor medida hablar con su Padre.

La verdadera oración no se centra en el yo, mi familia, también oramos por los hermanos. Ellos
tienen luchas que no sabemos, tentaciones en las que están metidos, debilidades que los atormentan,
ellos necesitan oración, ellos tienen necesidades materiales, problemas de salud, ellos necesitan estar
firmes.

Debemos siempre incluir a nuestros hermanos en nuestras oraciones. Somos la iglesia de Cristo y
sufrimos las mismas luchas, los mismos ataques y tentaciones. Juan 17.20 Jesús oro por nosotros
antes de que naciésemos y Dios oyó esta oración.

Hermanos están son algunas razones por las que debemos orar. ¿Hermano que estas sin orar por
mucho tiempo, empezaras a orar? ¿Pedirás las ricas y eternas bendiciones de Dios para tu alma, para
tu familia, para tus hermanos? ¿Tenemos muchas razones para orar continuamente a Dios, cuando
retomaras? ¿Cuándo empezaras? No podrás vivir la vida cristiana sin poder de lo alto, nuestra vida
espiritual viene de lo alto y necesita este poder. ¿Necesitas la gracia de Dios para estar firme, hasta
cuando permitirás la locura de ser cristiano a tu manera? ¿Quién en sus 5 sentidos va a una guerra
solo con sus manos como defensa?
Necesitamos conocer a Dios, él es la fuente de la vida eterna, en esto consiste en conocerle. ¿Cómo
podrás conocer a Dios sin orar? ¡No te contentes con solo saber cosas acerca de Dios, conoce a Dios!
ora. Acaba con esta vida cristiana superficial, la cura a la hipocresía es la vida constate de oración. No
mires a tus fuerzas, mira a Dios que te da fuerza para orar. Ruega a Dios que te de fuerzas para orar.
No desmayes, Dios da gracia a los humildes y mira de lejos a los arrogantes.

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Amigo que estas sin Cristo, la salvación es por gracia por medio de la fe, únicamente por medio de
Cristo. Pero debes pedir esta gracia salvadora por medio de la oración. Ora a Dios hoy mismo que te
salve de tu pecado, que te quite la enemistad con El, que te adopte como hijo dentro de su familia, que
no seas más un extraño a las palabras divinas, no resistas más la gracia ofrecida en Cristo. Ora que
Dios cambie tu duro corazón amante del pecado y te de uno de carne. Ora que el Espíritu santo te
haga un hijo de Dios, ora que Dios te de la fe verdadera, aquella fe por medio de la cual Dios salva al
rebelde pecador. Clama a Cristo, el no echa fuera a quien viene a Él. No resistas más a Dios, no sigas
siendo más su enemigo, acógete a su salvación en esta mañana y ora que te salve.

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