Está en la página 1de 24

La costura

Motivo visual cinematográfico


Nuria Cancela

Profesor: Jordi Balló


Iconografía del Cine
Máster Universitario Estudios de Cine y Audiovisual Contemporáneo
Primer trimestre
Curso 2019/2020
Universitat Pompeu Fabra
Facultad de Comunicació
Resumen

La costura como actividad ligada a la mujer es representada en el cine, mostrando


tanto una visión clásica de la misma como una subversión de esta, partiendo de
antecedentes mitológicos y pictóricos. De este modo, la costura como motivo visual
cinematográfico muestra tres ideas fundamentales: un modo de expresión de las mujeres,
una ruptura generacional femenina y una reinterpretación mítica feminista. Además, la
reivindicación femenina cinematográfica con hilo y aguja salta de la pantalla a la esfera
pública, encontrando diversas artistas que emplean la costura de forma artística y política
en las calles y en los museos.

Abstract

Sewing as a women activity is represented in cinema, showing both a classic


vision and a subversion of it, based on mythological and pictorial background. In this
way, sewing as a cinematographic visual motif shows three fundamental ideas: a way of
expressing women, a feminine generation break and a feminist mythical reinterpretation.
In addition, the female cinematographic claim with needle and thread jumps from the
screen to the public sphere, finding different artists who use sewing in an artistic and
political way in the streets and museums.

Palabras clave

Costura, cine, pintura, motivo, iconografía, feminismo.

Keywords

Sewing, cinema, painting, motif, iconography, feminism.

2
Introducción

La costura como procedimiento que a través de puntada une materiales,


instrumentos y las manos que los manipulan, consiste en un motivo visual
cinematográfico ligado a la representación de género. El término “coser” engloba en sí
diversas actividades como tejer, hilvanar, bordar o tricotar1 ligadas tradicionalmente a las
mujeres, que trataremos de modo conjunto al analizar cómo se da esta actividad con sus
respectivos elementos en las obras cinematográficas, encontrando sus antecedentes en la
pintura e incluso, la mitología.

El hecho de que la costura esté relacionada tradicionalmente con el mundo


femenino proviene de una sociedad patriarcal que, desde el Renacimiento a la hora de
separar Bellas Artes y artesanía, relegó las artes textiles al ámbito doméstico como mero
entretenimiento de las “damas”, dado que es una actividad que podrían realizar mientras
cuidaban a los niños en el hogar. A partir de aquí y respaldado por la religión cristiana, la
virtud femenina se vinculará a ceñirse a sus quehaceres y, por tanto, a hilar. De este modo,
mientras los hombres aprenden negocios como la carpintería, ellas aprenden a coser.

En un determinado momento ligado a los avances industriales, la costura pasa a


ser un oficio en talleres gremiales como bordado erudito. Siendo los hombres los
directores de talleres, las mujeres siguieron tejiendo2, en ese momento, para ganarse su
sustento. Finalmente, la costura se irguió sin un reconocimiento completo ni de profesión
ni de arte, precisamente por ser llevada a cabo por las manos de esa mitad de la población
discriminada y dominada. De esta manera, se estudiará en este análisis de qué forma la
costura, ligada a esta tradición, es plasmada en relación a las mujeres en diversas artes,
encontrando así si nuevos o nuevas creadoras emplean este motivo o si efectivamente, se
ve relegado al pasado y la tradición.

1
Los diferentes oficios tienen, según el área geográfica, diferentes matices que están dentro del imaginario
popular, como ocurre con la presencia de un gran número de profesiones ligadas al hilo y la aguja en el
refranero español (Calero Fernández, 1998).
2
Magán (2015) nos indica incluso, que en el paso de la costura al ámbito público los hombres fueron los
grandes sastres que comenzaron a cobrar grandes precios por su confección, de manera que el trabajo de
la mujer se desvalorizaba y se acudía a ellas cuando solo se podía pagar un precio bajo.

3
Significación de la costura: simbología y mitología

Al relacionar la costura con lo femenino, existen dos metáforas extendidas que


ejemplifican de buena manera el papel de la mujer en relación a esta actividad: el “pender
de hilos” que denota la fragilidad propia de la mujer obligada a coser en el sistema
patriarcal, pero también el “manejar los hilos” que denota el poder y empoderamiento que
tiene una mujer cuando precisamente decide tomar esa actividad, expresarse y reivindicar
con ella. Por supuesto, el hilo en sí significa unión, que podemos interpretar como la
unión de diversas generaciones de mujeres en el mundo que han estado relacionadas
precisamente por la tradición de la costura y el bordado.

Más allá de esta simbología actualmente extendida, gran parte de la significación


de la costura y la tejeduría ligada a la mujer proviene de la mitología y sus diosas
tejedoras. Como indica Frontisi-Ducroux, 2006 (p. 17) “las figuras tejidas constituyen el
lenguaje específicamente femenino”. Esta misma autora aclara que además del lenguaje
femenino, en la mitología “junto al telar se reúnen las mujeres, trabajando, cantando…
Se transmite ahí el patrimonio cultural. Tejiendo, la mujer puede realizarse (...) y en ese
terreno, la sociedad le consiente la competencia" (Frontisi-Ducroux, 2006, p. 254).
Lenguaje y espacio donde les es permitida la voz.

Existen diversos mitos concretos que tratan esta forma de expresarse y de poder
de las mujeres en relación al hilar. El primero de ellos consiste en la figura de las Moiras,
tres hermanas que trazan la urdimbre humana. Las tres deciden la vida de cada persona:
la primera de ellas se encarga de la rueca, la segunda de medir el hilo con la vara y la
última de cortarlo, causando la muerte. Trabajando de noche en el espacio doméstico
“están obligadas a tejer los destinos de otros pero nunca tejerán el suyo propio, y aquí
reside su drama: no son ni podrán ser nunca herederas de su propio destino” (Fernández
Guerrero, 2012, p. 7). Otra tejedora será Filomela, la cual, tras la violación de su cuñado
Tereo, decide tejer este acto para comunicárselo a su hermana dado que el hombre le
había cortado la lengua. Se expresa mediante el bordado, tejiendo la violación y el incesto.

Otro mito donde el tapiz como forma de expresión y denuncia es de importancia


es el de Atenea y Aracné. Atenea es la patrona de las hilanderas que se bate en un duelo
de costura con Aracné, una gran mujer tejedora de clase humilde. Esta, con su habilidad
para la costura, retrata la escena de diversos abusos que cometieron los dioses contra las
mujeres, de modo que como castigo Atenea acaba convirtiéndola en araña para que

4
durante toda su vida teja hilos invisibles. “El tapiz de Aracné respira deseo y placer (…)
[y la] libertad de la tejedora, que cuenta esas historias y sabe ponerlas en imágenes”
(Frontisi-Ducroux, 2006, p. 264).

Además del control del destino y la expresión, tenemos el autoconocimiento:


Ariadna con la historia del laberinto, enroscando y desenroscando un ovillo tiene
significancia como proceso de autoconocimiento, al conocer los distintos itinerarios
trazados dentro del laberinto y descubriendo así nuevas caras del hilo de la vida. Es un
hilo mágico que le permite entrar en el laberinto y vencer a los monstruos. Como si de
otros hilos mágicos se trataran, Calipso y Circe son dos tejedoras seductoras que, tras
tejer, engañan a los hombres para aprovecharse de ellos. De este modo, son un
antecedente claro del arquetipo cinematográfico de la femme fatale o spider woman,
tejiendo una red en la que atrapan a los hombres. Vemos así que la mitología sienta unas
bases clave para entender la costura en relación a la mujer y el mundo femenino.

Representación pictórica de la costura

Para estudiar el motivo visual de la costura en el cine, debemos remitirnos a su


presencia en una expresión artística anterior: la pintura. De este modo, encontramos en
diferentes siglos y con diferente tratamiento este motivo visual. Existen tres tratamientos
principales: la representación clásica de la mujer, la representación mítica clásica de las
tejedoras y la subversión de la representación clásica.

En cuanto a la representación clásica de la mujer, han sido numerosos autores


los que han retratado a estas en el espacio doméstico, muchas veces cerca de la ventana,
tejiendo ensimismadas como virtud de “buenas mujeres”. Existen similitudes incluso
entre obras pictóricas de autores de diversos países, como ocurre con La costurera de
Velázquez (1635-1643) y La encajera de Vermeer (1670) o con las costureras retratadas
por Millet (La costurera, 1859), Jozef Israëls (La joven costurera, 1872), José Solana (La
costurera, 1943) e incluso las representadas por Renoir (Una costurera en la ventana,
1908-1910) o Dalí (Muchacha cosiendo, 1926). Un gran número de pintores que trataron
el espacio doméstico, tratan a la mujer dentro del mismo y por tanto en una de sus
actividades comunes: bordar. Todas estas obras, cambiando técnica, ampliando el
encuadre o variando la angulación, representan a las mujeres prácticamente con la misma
gestualidad y expresión.

5
Figura 1. La costurera (Velázquez, 1635-1643), La encajera (Vermeer, 1670), Costurera en la ventana (Renoir,
1908-1910) y La costurera (Millet, 1859), respectivamente.

Dentro de la representación clásica de la mujer, existen otras obras en las que su


feminidad no se reduce a un simple trabajo manual, sino que reflexionan y entran en un
estado introspectivo como en Una ventana abierta de Elizabeth Okie Paxton (1922), en
Mujer en la ventana de Jozef Israëls (1877) o en Les joies de L’Ete de Steinlen (1894).
Estas mujeres miran a través de este elemento arquitectónico, como un descanso en su
tarea, anhelando esa vida exterior mientras permiten que esta fluya en el interior, siendo
importante su gestualidad de cabeza y mirada alta.

Figura 2. Una ventana abierta (Okie Paxton, 1922), Mujer en la ventana (Jozef Israëls, 1877) y Les joies de L'Ete
(Steinlen, 1894), respectivamente.

Otra idea clave es la del tapiz como lugar de reunión e intercambio de ideas y
aprendizaje entre mujeres3, la cual está presente en La bordadora de Elvira Santiso
(1907), con personajes de peculiar estética de Botero en The designers (2000) o incluso
en los personajes de clase alta que cotillean mientras cosen en Gossip de Giovanni Boldini
(1873). En el primero de estos cuadros tenemos la idea, además, de que aunque la mujer
representada realiza una labor tradicional, “no tiene nada que ver con la imagen que

3
De hecho, en la época colonial americana este lugar de reunión tenía nombre propio: el estrado, donde
únicamente se reunían las mujeres para coser, tejer y bordar, mientras compartían historias entre ellas
(Solarte, 2011). Como indican Angulo y Martínez (2016) el tejido tiene vocación comunitaria desde sus
inicios, algo que se vio favorecido cuando llegaron telares de bastidores donde se fabricaban amplias telas
con lo que las mujeres se reunían para tejer pero también hablar y cantar.

6
habían pintado los hombres de su misma generación" (Villaverde, 2010, p. 13), mostrando
una mujer fuerte, conocedora de su oficio, que trata de transmitir su conocimiento.

Figura 3,. La bordadora (Santiso, 1907), The designers (Botero, 2000) y Gossip (Boldini, 1873), respectivamente.

En cuanto a la representación mítica de las tejedoras en la pintura, la primera


obra a mencionar debe ser Las hilanderas o la Fábula de Aracné de Diego Velázquez
(1657), donde trata la historia de Atenea y Aracné en un cuadro narración donde en el
fondo encontramos la escena principal del mito y en el primer plano a bordadoras
singulares, dándose diversas interpretaciones alrededor de la composición simbólica
sobre quiénes son esas mujeres (Sotomayor, 1990). Este mito no será el único que se lleve
a la pintura. Como ejemplo, las Moiras o Parcas fueron retratadas tanto por Strudwick
(Las moiras, 1885) como por Strozzi (Las tres parcas, 1610) entre otros, representadas
con cierto aire frívolo e incluso de maldad; y el mito de una Penélope continuamente
tejiendo ha sido representado en el encuentro con sus pretendientes como en Penelope
and the Sultors (Pinturicchio, 1509) o Penélope y sus pretendientes (John Williams
Waterhouse, 1912).

Figura 4. Las hilanderas (Velázquez, 1657), Las moiras (Strudwick, 1885) y Penelope and the Sultors (Pinturicchio,
1509).

Por último y ligado a la toma de conciencia de creadoras en el arte, encontramos


la subversión de la representación clásica de las tejedoras con una pintora surrealista
clave: Remedios Varo. Su obra está compuesta de diversos cuadros en los que las mujeres,
desde el interior, tejen vida. En el caso de Bordando el manto terrestre (1961) diversas
tejedoras están en una casa cosmogónica generando aquello que los hombres intentaron
durante siglos: la vida, casi como reflejo de unas Moiras o Parcas místicas y modernas.

7
La mujer como demiurgo, expresado en una tarea femenina, donde el acto mágico
atribuido a las bordadoras es “la posibilidad de rebelarse contra lo establecido y crearse
un destino propio” (González Madrid, 2013, p. 299).

Como otro ejemplo más ligado al intimismo de coser en soledad tenemos La


tejedora de Verona (1956) donde una mujer gris desde el interior doméstico genera vida,
creando una mujer mucho más grande y de color rojo que se atreve a salir por la ventana,
considerando autoras que estamos ante la recreación del mito de Eva (Uzcátegui, 2009).
Esta vez en una habitación femenina en lugar de un Edén, y sin Adán. Por tanto, estamos
ante una creadora que reflexiona sobre el universo íntimo y cotidiano del mundo
femenino, tratando a la mujer como creadora y a la casa como lugar de creación
(Uzcátegui, 2009). El mundo imaginario y real se unen, igual que la creación, sueños y
realidad doméstica de las mujeres confluyen en la costura. Ella misma, señalan autoras
como González Madrid (2013), reinterpreta mitos como el de Filomela en el que mediante
el bordado cuenta su historia, pero en este caso las mujeres de Varo no representan una
realidad sucedida: la crean.

Figura 5 Bordando el manto terrestre (1961) y La tejedora de Verona (1956).

Representación cinematográfica de la costura

El cine y la costura, de manera metafórica y simbólica, tienen diversas similitudes.


En primer lugar, el cinematógrafo de los Lumière funcionaba gracias al "principio
máquina de coser", debido a que "una cinta sensible a la luz es perforada en sus márgenes
y es movida hacia adelante por medio de dientes que entran en los orificios" (Kluge, 2010,
p. 40)4. Esta es la manera perfecta de mostrar cómo el cine aporta movimiento, y por tanto
cómo los motivos visuales que vienen de la pintura pueden continuar en el cine añadiendo

4
Como indica Noriega (2013) ligado al cinematógrafo como máquina de coser, diversas autoras realizaron
performances e instalaciones que tratan este tema, como Lucía Kuschnir que en su instalación Sín título
(2010) creó una “máquina para coser y proyectar celuloide” donde el negativo de 35 mm pasa por el proceso
de costura y después es proyectado en el suelo, exhibiendo las imágenes con las trazas de hilo. Otro ejemplo
sería el realizado por Kelly Egan en c: won eyed jail (2005) donde con found footage hace un quilt de
negativos que pueda ser proyectado.

8
esta dimensión, que será el caso de la costura: ahora, se puede plasmar el procedimiento
en acción, con el sonido e imagen de sus puntadas con aguja o máquina. En segundo
lugar, las películas mediante la sucesión de imágenes y sonidos encadenados por montaje,
nos ofrecen un “hilo narrativo”5, relacionado con el hilo de la trama argumentado por
Chevalier (1999), que es aquel que une todos los mundos y estados en su desarrollo
condicionado y temporal6.

En diversos films la costura aparece representando de manera clásica a la mujer


del mismo modo que ocurría en la pintura, hablándonos de un contexto social
determinado. Por ejemplo, ya en The crowd (King Vidor, 1928) la mujer protagonista
ante que su marido no encuentre trabajo, empieza a coser a máquina diversos encargos
por necesidad. La vida en el taller de diversas mujeres costureras se ve, por ejemplo, en
Tres enamoradas (Luciano Emmer, 1951). Existen casos que, ligado a la mujer con esta
actividad tradicional, intentan hacer reivindicaciones de su condición. Por ejemplo, en La
tía Tula (Miguel Picazo, 1964), representando al personaje de Tula como aquel que lleva
su soltería con virtud realizando tareas como cuidar de sus sobrinos o coser, precisamente
mientras hace esto ella misma aclara a su cuñado: “estoy muy bien así y no quiero
casarme”. Por tanto, puede expresar una idea transgresora para la sociedad española
franquista de la época mientras realiza la actividad en la que se siente cómoda, y sentada
precisamente en la mesa familiar doméstica, espacio del que es dueña7.

Siguiendo esta estela, en Retrato de una mujer en llamas (Céline Sciamma, 2019),
se refleja el acto de coser de la criada de la casa como representación de lo “visible” y
“adecuado” a las mujeres de la época, mientras se tratan en contrapunto situaciones no
adecuadas para las mismas a ojos de la sociedad como son el lesbianismo, las relaciones
sexuales fuera del matrimonio o el aborto. Pero más allá de representar a la mujer en su

5
Esto se ve también en la literatura, donde existen autores y autoras como Carmen Martín Gaite que tratan
la creación literaria como la costura, donde tejen los diversos hilos discursivos y que en ocasiones utilizan
términos del campo semántico de la costura para crear simbología (Abdulla Muhammed, 2012; López
Rodríguez, 2018). En el poema Palabra e hilo de Cecilia Vicuña (1996) precisamente se equipara la palabra
al hilo y este al lenguaje, y genera comparaciones entre el trabajo de la tejedora y el poeta. Esta comparación
ya tiene pie en la teoría barthiana, llegando incluso a equiparar la teoría del texto como una hifología. Acto
seguido, la teórica Nancy Myller rebatirá este término con otro: “aracnología”, el cual tiene en cuenta en el
texto la subjetividad determinada por el género (en Scheuing, 1998).
6
Esto en cierto modo nos remite también al mito de Helena, la cual mientras se desarrolla un conflicto
bélico de 9 años solamente teje lo que ella observa como pasiva en esa lucha, siendo un claro ejemplo de
estructura narrativa.
7
Precisamente Martín Gaite (2017) sobre la mujer en el franquismo nos indica que a ellas las enseñaban a
coser desde muy pequeñas, en todas sus variables, pero en cambio no les daban directrices ni en el amor ni
en la sexualidad. De ahí, que Tula realizando esta actividad, se sienta más cómoda para hablar de estos
temas.

9
papel tradicional, en otros films la costura aparece como un motivo visual que aporta
subjetividad o complejidad a los personajes femeninos, ya sea como modo de expresión
de la mujer, como símbolo de ruptura generacional femenina o como una reinterpretación
mítica feminista.

Modo de expresión de la mujer

Al estar ligada la costura a la mujer ha sido la forma en la que se ha podido


expresar durante siglos. De ahí, que en los films de época o aquellos que presentan
generaciones anteriores, se trate la costura como un medio de expresión para las mujeres,
como si fuese su propio lenguaje. Esto nos muestra la idea de cómo durante la historia
han estado silenciadas, cogiendo así la actividad que les fue permitida y expresándose
con ella.

En este sentido tenemos obras como La heredera de William Wyler (1949), donde
la protagonista pasa la obra tejiendo un tapiz paralelamente a cómo se tejían sus relaciones
personales. Al final de la obra, cuando quiere acabar con la relación de los dos hombres
que le hicieron daño, aparece un gesto simbólico: el cortar el hilo con la tijera, tras aclarar
ella misma que ese será su último tapiz. La protagonista de Bright Star de Jane Campion
(2009) retoma esta idea: sus estados de ánimo como la ira o la tristeza se plasman en su
manera de coser, y en el momento de decidirse a salir a la calle y recuperarse por la
pérdida de su amado, simbólicamente corta el último hilo de su obra.

Figura 6. Fotograma La heredera (1949) y Bright Star (2009).

En el caso de films de actualidad pero que tratan generaciones de mujeres


mayores, como en How to make an American Quilt (Jocelyn Moorhouse, 1995), las
madres y tías realizan un quilt (colcha), que es una manera propia estadounidense de
expresarse y retratar sus vivencias. En este film representarán, cada una en un cuadrado
de tela bordado, cuál fue su historia de amor. Por tanto, expresión amorosa tras toda una
vida de sentimientos que no fueron capaces de verbalizar.

10
Ruptura generacional femenina

Casi como respuesta revolucionaria a la pintura La lección de tejer de Jean


François Millet (1860) en la que una madre le enseña a su hija el oficio y afición de la
costura, sujetándole sus manos mientras la arropa con sus brazos; el cine trata de manera
clara la ruptura generacional de unas jóvenes que no quieren aprender la costura con la
que se expresan sus madres. Desde muy pequeñas, en su educación tuvieron la asignatura
de costura8, coartándoseles de otros medios de expresión. En la actualidad, momento en
el que las mujeres como obligación ya no tienen esta materia, buscan formas nuevas de
expresión, pero siempre valorando y respetando el lenguaje de las generaciones
precedentes.

Como ejemplo tenemos Con el viento (Meritxell Colell, 2018) donde la


protagonista vuelve a la casa de su madre tras la muerte de su padre, y precisamente en
imagen se muestra en un primer momento como la madre teje, y acto seguido como la
protagonista escribe a mano. Se contraponen con el montaje dos formas de expresión,
ligadas a dos generaciones distintas que encontraron diferentes formas de comunicarse.
Lo mismo ocurre con las protagonistas de Viaje al cuarto de una madre (Celia Rico,
2018), donde la madre es una modista afamada en su pueblo y precisamente la hija se
expresa mediante el ordenador y teléfono móvil, queriendo huir de su casa a una gran
ciudad. En planos concretos, es la máquina de coser la que organiza el espacio y separa a
la madre e hija, advirtiéndole la primera a la segunda que tenga cuidado dado que va a
estropear lo que está tejiendo. Además, se representa a una hija que no sabe coser frente
a una madre que no sabe escribir en su teléfono móvil, enfatizando todavía más esta
ruptura.

En el caso de How to make an American Quilt (Jocelyn Moorhouse, 1995)


tenemos la idea de nuevo de la hija que vuelve al hogar familiar, precisamente para hacer
una tesis sobre la costura, de manera que su madre, tía y núcleo de amigas de otra
generación se expresan realizando quilts (colchas) mientras que la joven estudiante se
presenta ligada a su máquina de escribir, con la que se expresa. Papel y bolígrafo, máquina
de escribir, ordenador y teléfono móvil frente al tejido, la aguja y el hilo. Separación entre
generaciones que se respetan y valoran, pero que encontraron distintas formas de

8
De hecho, comenzaban cosiendo sus iniciales casi como un juego y se preparaban así para coser el ajuar
que es símbolo de su madurez, en tanto es lo que la mujer le ofrece al hombre en la boda (Magán, 2015).

11
expresarse. Esto se ve claro también en Cría cuervos… (Carlos Saura, 1976) donde la
niña pequeña mientras cose a mano sin interés en su tarea, se pincha un dedo, mostrando
separación tanto generacional con su tía que cose perfectamente a máquina, como
personal, en tanto existe mala relación entre ellas y quien le ayuda a coser y le cuenta
historias en ese momento será la criada y no la tía.

Figura 7. Separación de las protagonistas en Viaje al cuarto de una madre (2018).

Reinterpretación mítica feminista

Como indica Fernández Guerrero (2012) los mitos desde miradas feministas han
sido –y están siendo- reinterpretados para ampliar las perspectivas sobre la feminidad. De
este modo, nos deben servir para redefinir el género femenino pero “ello no debe llevarnos
a malinterpretar de manera anacrónica el pasado, ni a juzgar los mitos antiguos desde una
escala de valores morales actuales” (Pérez Miranda, 2007, p. 267).

Como una interesante reinterpretación de las Moiras nos encontramos con el


cortometraje El alumbramiento (Víctor Erice, 2002). En este cortometraje, en un primer
momento aparece una mujer en una máquina de coser y el sonido de fondo de la misma
que encadena las secuencias. Cuando simplemente parece una escena doméstica dentro
de todo un cortometraje del discurrir de un día cotidiano en una casa familiar, de pronto,
una mujer costurera actuará como Moira para decidir sobre la vida del bebé de la familia:
cuando este se está desangrando, esta mujer con aguja e hilo le salvará la vida. Por tanto,
se da en cierto modo una reinterpretación de la Moira donde una mujer con aguja e hilo
decide la vida de un niño. Teje, por tanto “el hilo de la vida”, mostrando así la idea del
hilo “visto como la continuidad. El hilo de la vida como el cordón umbilical. La mujer
asociada a una vida que empieza” (Solarte, 2011, p. 28). Esto encaja con la idea de
Chevalier (1986, p. 982) quien tratando el símbolo de la tejeduría nos dice que “es un
trabajo de creación, un alumbramiento. Cuando el tejido está terminado, la tejedora corta
los hilos que lo sujetan al telar y, al hacerlo, pronuncia la fórmula de bendición que dice

12
la comadrona al cortar el cordón umbilical del recién nacido”. Como está claro, esta
relectura simbólica está presente desde el título de este cortometraje.

En otro film, en este caso De tu ventana a la mía (Paula Ortiz, 2011), la


reinterpretación mítica se da en varios sentidos. El primero asociando a las tres
protagonistas víctimas de la sociedad machista y patriarcal de distintos momentos de la
historia de España, con las tres Moiras, en tanto tejen en el interior de sus casas y permiten
desde dentro que la vida en el exterior continúe. Pero ahora se subvierte el mito: estas tres
mujeres son dueñas de sus destinos y tricotan su propia vida. Por otra parte, a nivel
individual, cada una puede reinterpretar una figura mitológica: Luisa es la Ariadna que
en su proceso de superación del cáncer se autoconoce, o Inés es la Penélope que pasa de
esperar a actuar superando la pérdida de su amado. En el plano formal casi de manera
mágica, el ovillo de lana –ensangrentado- pasa de una historia a otra siendo un nexo
formal entre las tres tramas, estableciéndose un falso raccord entre las historias.

Figura 8. Unión formal mediante ovillo de lana en De tu ventana a la mía (2011).

Continuando con la reinterpretación del mito de la tejedora que teje y desteje


esperando a su amado, Penélope de Eva Vila (2017) es un claro ejemplo: desde el título
se trata esta historia, pero ahora la pareja separada ya es anciana y ella no se acuerda de
él mientras teje, sin destejer para que vuelva. Jugando con la estructura narrativa
acronológica con diversos saltos temporales, precisamente el tejer se ve como una
continuidad e hilo narrativo tanto del film como la vida de la mujer protagonista.
Finalmente, el espacio donde cose se muestra vacío: ya no estará eternamente esperando.

Figura 9. Espacio de costura vacío en Penélope (2017).

13
Por último, en La modista (Jocelyn Moorhouse, 2015), la autora trata en la
modernidad todos los elementos que componen el arquetipo de la femme fatale del cine
negro, encarnado en este caso por la actriz Kate Winslet (Myrtle). Esta representará una
auténtica spider woman: es modista, y será con sus hilos y diseños con los que tanto atrape
a su amante como consiga venganza de todo el pueblo. De este modo, reinterpretando los
mitos de Circe y Calipso como seductoras tejedoras, tenemos ahora un personaje
femenino poderoso que consigue lo que quiere y toma venganza con el acto de coser,
pudiendo así redimirse al estilo del héroe clásico. Esta relación entre la femme fatale y el
tejer, por tanto, proviene de esa mitología, donde además de a la mujer araña Aracné,
tenemos a las tejedoras y seductoras Circe y Calipso. Tejer se utiliza en ocasiones “para
describir el acto de codificar mensajes enigmáticos” (Quintillà Zanuy, 1996, p. 17),
siendo el enigma uno de los vocablos principales que define a este arquetipo de mujer.

Representación masculina: hilo y aguja perversos

Siguiendo el ejemplo de la historia de Frankenstein en la que lo monstruoso se


crea con hilo y aguja, diversos hombres representados en la pantalla –sin ser aquellos
sastres de lujo donde el hilo y aguja no tiene un simbolismo más allá del de su fama y
profesión, como en El hilo invisible (Paul Thomas Anderson, 2017)– cuando cogen esos
elementos, será para apelar al “monstruo”. Se encuentra así la idea de que “la costura es
a la tela lo que la cicatriz es a la piel” (Magán, 2015, p. 347). Está ligado a lo quirúrgico,
realizando acciones monstruosas como si el hilo y aguja no fuesen elementos naturales
para ellos. De este modo, encontramos films como La piel que habito (Pedro Almodóvar,
2011) donde se encuentra esta idea de manipulación del cuerpo de la mujer, o Él (Luis
Buñuel, 1953) donde el hombre coge hilo y aguja para intentar coser la vagina de su
mujer, fallando en el intento. Ya hacia ejemplos más gore, está clara esta idea en films
como El ciempiés humano (Tom Six, 2009) donde se intenta generar un monstruo
cosiendo a diversas personas.

Mencionando el film de Buñuel es interesante destacar que en toda su obra el hilo


y la aguja o aparece representado, o se menciona –como, por ejemplo, en Así es la aurora
(1956). Este motivo de la costura aparece entonces como parte de su poética de autor,
pero tratando simbologías dispares y no tan ligadas a la representación de género ya
tratada. Casi con talante psicoanalítico, se muestran ideas como la presente en Ese oscuro
objeto de deseo (1977), donde en el final de la historia ciertamente surrealista, una mujer
en un escaparate está cosiendo una fina tela casi a modo de cicatriz, cuando de pronto de
14
manera apocalíptica el centro comercial en el que están, explota. Con lo cual, el director
se apodera del motivo para hablar, precisamente, de lo “oscuro”.

La costura: reguladora del espacio y la puesta en escena

Aplicando análisis fílmico podemos comprobar que la costura se trata tanto en


plano general mostrando el procedimiento completo, como en plano detalle de los
materiales y herramientas o incluso con planos medios de la expresión de las mujeres
trabajando. Esta disposición recurrente nos permite así tanto acceder a la introspección y
sentimientos de estas mujeres en su quehacer, como al detalle háptico del material y sus
manos –ligado al tacto, sentido muy unido a lo femenino– y como, finalmente, mostrar a
la mujer tejiendo y el espacio en el que se encuentra.

El espacio cobra vital importancia en esta actividad, dado que a no ser que se trate
de profesión en talleres, siempre lo encontramos en el espacio doméstico. En los films
tratados como en Penélope, Viaje al cuarto de una madre, Cría cuervos… y El
alumbramiento entre otros, el espacio donde la mujer cose es un espacio separado de la
casa. Por tanto, este es el lugar de la casa donde solo la costurera puede acceder, donde
casi como si de las habitaciones cosmogónicas de Remedios Varo se tratase, la mujer
pudiese tanto reflexionar en ellas como crear vida. En el caso de que la costura no se de
en un espacio determinado, especialmente relacionado con el fácil transporte de la aguja
e hilo, la representación en el espacio será igualmente doméstica y en muchas ocasiones
cercana a una ventana9 o a un espejo –como en Bright Star y La heredera, entre otras–,
dos motivos visuales cinematográficos que nos llevan a la introspección y subjetividad
de la mujer. Por tanto, espacio femenino en toda regla, tratado desde un interesante juego
de escala.

Salto a la esfera pública: hilo y aguja reivindican en calles y museos

Saltando de la cinematografía a la esfera pública, esta subversión de valores


tradicionales y forma de expresión se encuentra en mujeres en la actualidad, que buscan
expresarse artística y políticamente mediante el acto de tejer y coser, tratando así la

9
Algunas autoras hablando de la ventana en el arte la tratan “como metáfora que definía a la mujer, como
signo de contención, [que] reiteraba el carácter de interior de un espacio femenino preservado de luchas y
confusiones en el mundo exterior” (Bastida, 1996, p. 298).

15
denominada en ocasiones “puntada subversiva” (Magán, 2015)10. Encontramos tanto en
calles como en museos diversas reivindicaciones de este tipo. "El uso de la técnica es una
metáfora en sí misma de la reivindicación de los trabajos realizados históricamente por
mujeres que tan devaluados han estado por la sociedad patriarcal" (Alcaráz, 2016, p. 38).

En las manifestaciones se empiezan a utilizar los hilos para “tomar las calles”,
teniendo como precedente a las sufragistas de la primera ola del feminismo que,
precisamente buscando un salto de la vida privada a la vida pública, bordaban sus propias
pancartas para luchar por sus derechos11, destacando su feminidad en contra de la no
feminidad de los anti-sufragistas. En la actualidad, diversas creadoras siguen la estela de
esta reivindicación política, como Sandra Paula Fernández, que en 2018 crea Todas a
una, la revolución se hace a golpe de aguja, una pancarta de grandes dimensiones para
reivindicar sus derechos en la manifestación del 8M, donde están bordados diversos lemas
proclamados por los y las participantes en la manifestación del año anterior. Actualmente
se emplea el término “craftivisim”, para indicar el activismo político realizado mediante
el bordado.

En este “craftivism” tenemos el movimiento yarn bombing, donde se teje


colectivamente en la calle grandes zonas de espacio público, a modo reivindicativo
(Angulo & Martínez, 2016). Otro ejemplo uniendo el salto a la calle y la performance es
So far so good, donde Nadin Reschke va por catorce países durante diecisiete meses
bordando una carpa como habitáculo donde habla y teje con las mujeres locales de esos
países, discutiendo sus diferencias culturales, pero a su vez siendo unidas por el acto de
tejer.

Figura 10. Todas a una, la revolución se hace a golpe de aguja (Fernández, 2018)

10
Término introducido por Rozsika Parker en su obra The Subversive Stitch: Embrodery and the making of
the femenine, donde precisamente liga la historia social de las mujeres a los avances de la costura (Barnett,
1998).
11
Estas actuaron inspiradas por la Arts and Crafts Exhibition Society, que buscaba la cooperación entre
artesano y artista juntando estética y técnica, dando así otro sentido a la técnica del bordado (Larrea, 2007).

16
En el caso de la costura en museos tenemos la idea de que “lo personal es político”,
propia de la segunda ola del feminismo. Diversas autoras, mediante obras bordadas o
performances, tratan el acto de coser como reivindicación política por haber sido una
actividad “de segunda” durante años. Se introduce así lo cotidiano en el arte,
reconstruyendo lo doméstico que había sido marginado de este. Del mismo modo que las
cineastas tratadas con anterioridad recurren al tema de la vuelta a casa y lo cotidiano
mostrando por ello la actividad de costura, diversas artistas tomarán los museos con su
costura para reivindicar esta como arte y también denunciar realidades de opresión de las
mujeres. De este modo vemos que “las cuestiones de identidad y subjetividad -las
contradicciones de lo cotidiano– se manifiestan como esenciales en el discurso de lo
simbólico" (Martínez-Collado, 2014, p. 52).

En el campo de las obras bordadas reivindicativas tenemos como primer ejemplo


The dinner party (1979) de Judy Chicago, donde teje en una mesa con manteles los
nombres de mujeres importantes en la historia. A partir de aquí, a lo largo de las décadas,
se van sucediendo tapices y bordados reivindicativos12: Ghada Amher (The woman who
failed to be Sharazad, 2008) representa a la mujer sintiendo placer (Solarte, 2011) del
mismo modo que María Alejandra Garzón (La mujer divirtiéndose, 2004) representa la
masturbación femenina, a modo de una Filomela que que trata en lo bordado lo sexual
como denuncia.

Figura 11. The dinner party (Chicago, 1979), The woman who failed to be Sharazad (Amher, 2008) y La mujer
divirtiéndose (Garzón, 2004).

Como reivindicación del papel sexualizado de la mujer a la vez que se relega al


espacio doméstico, tenemos la obra de Orly Cogan (Woman’s Work, 2004), donde
muestra a una mujer desnuda realizando tareas domésticas; y de Alicia Ross (Sampler
Series, 2006), donde con punto de cruz teje imágenes de mujeres desnudas en las páginas
pornográficas. La reflexión sobre el propio cuerpo también se da con el bordado, con el

12
Destaca la exposición “La puntada subversiva”, que se compone de dos grandes exposiciones itinerantes
en el año 1989 que tratan la relación histórica de la mujer con la cultura (Barnett, 1998).

17
ejemplo de Hu Xiaoyuan que en su instalación A keepsake I can not give away (2005)
hace diez piezas sobre partes de su cuerpo con su propio cabello, técnica denominada
linograbado. En este sentido, la numerosa obra de Sally Hewett (destacando, por ejemplo,
Janet, 2015) consiste en bordados representando partes de su cuerpo que no se
corresponden con la belleza corporal de los cánones, como puede ser un pezón femenino
recubierto de pelo.

Figura 12. Sampler Series (Ross, 2006), A keepsake I can not give away (Xiaoyuan, 2005) y Janet (Hewett, 2015).

Del mismo modo que en el cine el motivo visual de la costura tiene renovación,
también la costura como reivindicación en la esfera pública la tiene: artistas como Hanna
Hill, Alaina Varrone o Meghan Willis hacen bordados críticos feministas siguiendo la
estela de todos los ejemplos anteriores y los comparten en redes sociales, a modo de
denuncia. Vemos con las obras de todas estas artistas los dos polos por los que el
movimiento feminista en el arte luchó: la exploración del propio cuerpo y de los temas
domésticos, cotidianos y privados (Larrea, 2007)13.

La costura no solo se da como reivindicativa en tapices bordados, sino también a


modo de performance. Destacan así los ejemplos de Marían Angélica Mendina en
Remendios Itda (2007) y Eliza Bennett en A woman’s work is never done (2014). La
primera, se sienta a tejer una pieza de gran tamaño mientras gente se puede sentar a hablar
con ella o continuar tejiendo. Ella misma considera que es como Ariadna: le da a los
espectadores el hilo para que encuentren su salida, pudiendo preguntar y encontrar sus
propias respuestas (Solarte, 2011, p. 32). La segunda de sus artistas cose su mano
reivindicando así el trabajo manual de las mujeres, el desgaste que esto producía y el poco
valor que tenía a ojos de la sociedad. Aquí vemos la idea de usar el cuerpo como espacio

13
Por supuesto, muchas artistas que trabajan con el bordado, el tejido y lo textil no han sido tratadas por
motivos de extensión de este estudio, pero podríamos mencionar otros nombres como Faith Wilding, Mona
Hatoum, Tracey Emin , Ana Teresa Barboza o Zöe Buckman –trabajando con tejido, con linograbado, con
quilts, con bordado sobre dibujos y pinturas y con bordado de frases reivindicativas sobre lencería
femenina, respectivamente-, entre otras. Gran parte de artistas contemporáneas que trabajan estas técnicas
están recopiladas en la página web lashilanderas.net.

18
donde sucede la reivindicación nos recuerda al slogan de Barbara Kruger “Tu cuerpo es
un campo de batalla” “como crítica de la ferocidad con el que es atacado el cuerpo de las
mujeres" (Alcaráz, 2016, p. 34).

Conclusión

La costura es un motivo visual presente a lo largo de la historia del cine, en un


primer momento acompañando la representación tradicional del personaje femenino, pero
en un segundo momento subvirtiendo los roles de tales personajes ya sea como modo de
expresión de las antiguas generaciones, como ruptura generacional reivindicativa de las
mujeres o como una reinterpretación de la mitología clásica para empoderar y dotar de
subjetividad a los personajes femeninos que cosen y tejen. Por tanto, tras este estudio
iconográfico podemos concluir que la costura se erige como motivo visual en el cine en
tanto tiene capacidad de narrar y conectar emocionalmente con el espectador, contando
diversas ideas desde la perspectiva de género sin limitarse a la mera descripción de los
personajes femeninos. Además, ha sido un motivo tratado con insistencia desde la
mitología hasta el cine, pasando por numerosas representaciones en la pintura, incluso
formando parte de las poéticas de autor como en el caso de Luis Buñuel o Paula Ortiz14.

Además de un largo recorrido histórico como motivo, cuenta con una renovación
en la actualidad que no permite que se estanque, especialmente gracias a las directoras
jóvenes como Celia Rico o Meritxell Colell, que retoman el tema de lo cotidiano en su
cine, un tema anteriormente silenciado. Existe de este modo tanto insistencia como
renovación alrededor de este motivo, además de por supuesto estar presente como
reivindicación también en la esfera pública y en el arte museístico. Para futuras
investigaciones será interesante el hecho de estudiar la costura en el cine en otros ámbitos
geográficos como el oriental, donde entrarían temas como la leyenda del hilo rojo que
une a los dos amantes verdaderos. También, por supuesto, será interesante seguir
enriqueciendo este estudio con más ejemplos de la costura en el cine, para poder ampliar
el conocimiento y no quedarnos en una muestra sesgada, y pudiendo incluso entrar en
otros campos como la animación y el documental.

14
El caso del primer cineasta ya ha sido explicado, y en el caso de la segunda nos hemos centrado en De tu
ventana a la mía (2011), pero en su cortometraje El hueco de Tristán Boj (2008) los hilos tienen relevancia
fundamental dado que está protagonizado por marionetas que tratan la idea de “la vida que pende de hilos”;
y en su segundo largometraje La Novia (2014) encontramos mujeres cosiendo y poemas lorquianos que
tratan metafóricamente la costura como Madeja, madeja. En prácticamente toda su corta obra está presente
este motivo.

19
Bibliografía

Abdulla Muhammed, T. (2012). La figura de la mujer en la obra de Carmen Martín Gaite (Universidad
Autónoma de Madrid). Recuperado de
https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/10265/52286_Tesis
Final.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Alcaráz, M. (2016). Tirar del hilo. una aproximación al bordado subversivo. Revista Sonda: Investigación
y Docencia en las Artes y Letras, 5, 18-43. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6653598

Angulo, A., & Martínez, M. M. (2016). El mensaje está en el tejido.

Barnett, P. (1998). Reflexiones a posteriori sobre la organización de «La Puntada Subversiva». En K.


Deepwell (Ed.), Nueva crítica feminista de arte. Estrategias críticas1 (pp. 143-159). Madrid, España:
Ediciones Cátedra.

Bastida, M. D. (1996). La mujer en la ventana, una iconografía del XIX en pintura e ilustración. Espacio,
tiempo y forma. Serie VII, Historia del arte, XXXVIl(9), 297-316.
https://doi.org/10.5944/etfvii.9.1996.2275

Calero Fernández, M. (1998). Sobre los oficios femeninos en el refranero español: la mujer y la costura.
Paremia, 7, 43-52. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3418046

Chevalier, J. (1986). Diccionario de los símbolos. https://doi.org/Doe Reference NX80 .C57 2006

Fernández Guerrero, O. (2012). El hilo de la vida. Diosas tejedoras en la mitología griega. Feminismo/s,
20, 107-125. https://doi.org/10.14198/fem.2012.20.06

Frontisi-Ducroux, F. (2006). El hombre-ciervo y la mujer-araña: figuras griegas de la metamorfosis.


Madrid, España: El acantilado.

González Madrid, M. J. (2013). Surrealismo y saberes mágicos en la obra de Remedios Varo (Universitat
de Barcelona). Recuperado de https://www.tdx.cat/handle/10803/131945

Kluge, A. (2010). 120 Historias del cine. En Caja Negra Editora. Buenos Aires, Argentina.: Caja Negra
Editora.

Larrea, I. (2007). El significado de la creación de tejidos en la obra de mujeres artistas (Universidad del
País Vasco). Recuperado de http://hdl.handle.net/10810/12379

López Rodríguez, I. (2018). La costura como metáfora de construcción del modelo femenino en el cuarto
de atrás. En Anuario Brasileño de Estudios Hispánicos. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4933491

Magán, M. (2015). Costura: de la reivindicación política a la recreación poética. El procedimiento de la


costura como recurso creativo en la obra de arte (Universidad de Vigo). Recuperado de
http://www.investigo.biblioteca.uvigo.es/xmlui/handle/11093/385

20
Martín Gaite, C. (2017). Usos amorosos en la postguerra española (18a). Barcelona, España: Editorial
Anagrama.

Martínez-Collado, A. (2014). Arte contemporáneo, violencia y creación feminista. «LLo personal es


político» y la tranformación del arte contemporáneo. Dossiers Feministes, 18, 35-54. Recuperado de
http://www.e-revistes.uji.es/index.php/dossiers/article/view/1232

Noriega, E. (2013). Cine y costura. Como se fabrican y se proyectan las imágenes. IX Jornadas Nacionales
de Investigación en Arte en Argentina, 1-6. Recuperado de
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/42649

Pérez Miranda, I. (2007). Penélope y el feminismo. La reinterpretación de un mito. Foro de Educación,


5(9), 267-278. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=447544584016

Quintillà Zanuy, T. (1996). Voces femeninas en el mito antiguo: el maleficio de un enigma. Scriptura, 12,
13-31.

Scheuing, R. (1998). Penélope y la historia desenmarañada. En K. Deepwell (Ed.), Nueva crítica feminista
de arte. Estrategias críticas (pp. 319-331). Madrid, España: Ediciones Cátedra.

Solarte, A. M. (2011). Señoritas de «buenas maneras». Coser en el siglo XXI (Pontificia Universidad
Javeriana). Recuperado de http://repository.javeriana.edu.co/bitstream/10554/4562/1/tesis277.pdf

Sotomayor, F. (1990). Materiales para una iconografía de «Las hilanderas» y «Los borrachos» de
Velázquez. Cuadernos de arte e iconografía, 5(3), 55-70. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1328464

Uzcátegui, J. (2009). Formas y modos de habitar en la obra de Remedios Varo. Voz y Escritura. Revista de
estudios literarios, enero-dici(17), 25-36. Recuperado de
http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/30722/articulo2.pdf?sequence=1&isAllowed=
y

Vicuña, C. (1996). Palabra e hilo. Recuperado de http://www.letras.mysite.com/vicuna2.htm

Villaverde, M. D. (2010). Mujer y trabajo en la pintura gallega del siglo XX. En II Congreso Virtual sobre
Historia de las mujeres. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4095969

Filmografía

Almodóvar, A. & García, E. [productores] & Almodóvar, P. [director] (2011). La piel que habito. España:
El Deseo.

Anderson, P.T., Ellison, M., Sellar, J. & Lupi, D. [productores] & Anderson, P.T. [director] (2017). El hilo
invisible (Phantorn Thread). Estados Unidos-Reino Unido: Annapurna Pictures, Focus Features,
Ghoulardi Film Company, Perfect World Pictures y JoAnne Sellar Productions.

21
Brugueras, C. [productor] & Colell, M. [directora] (2018). Con el viento. España-Francia-Argentina: Polar
Star Films, Paraïso Productions, Habitación 1520 Producciones y Hellish Producciones.

Chapman, J. & Hewitt, C. [productores] & Campion, J. [directora] (2009). Bright Star. Reino Unido-
Estados Unidos-Australia-Francia: Pathé Renn Productions, Screen Australia, BBC Films y UK
Film Council.

Cormenzana, I. & Amorós, J. [productores] & Rico, C. [directora] (2018). Viaje al cuarto de una madre-
España: Amorós Producciones.

Couvreur, B. & Cayla, V. [productores] & Sciamma, C. [directora] (2019). Retrato de una mujer en llamas
(Portrait de la jeune fille en feu). Francia: arte France Cinéma, Hold Up Films y Lilies Films.

Dancigers, Ó. [productor] & Buñuel, L. [director] (1952). Él. México: Ultramar Films.

Dellora, D. [productor] & Moorhouse, J. [directora] (2015). La modista (The Dressmaker). Australia: Film
Art Media y Screen Australia.

Erice, V. [productor y director] (2002). El alumbramiento. España.

Koening, L., Wyler, R., & Wyler, W. [productores] & Wyler, W. [director] (1949). La heredera (The
Heiress). Estados Unidos: Universal Pictures.

Lafuente, A. & Tomás, R. [productores] & Ortiz, P. [directora] (2014). La Novia. España-Alemana: Get In
the Picture Productions y Cine Chromatix.

Lamet, J.M [productor] & Picazo, M. [director] (1964). La tía Tula. España: Eco Films y Surco Films.

MacDonald, L., Newmyer, D.J. & Parkes, W.F. [productores] & Moorhouse, J. [directora] (1995). How to
make an American Quilt. Estados Unidos: Universal Pictures y Amblin Entertainment.

Mora, K. & García, R. [productores] & Ortiz, P. [directora] (2008). El hueco de Tristán Boj. España:
Amapola Films.

Mora, K. & García, R. [productores] & Ortiz, P. [directora] (2011). De tu ventana a la mía. España:
Amapola Films y Oria Films.

Querejeta, E. [productor] & Saura, C. [director] (1976). Cría cuervos… España: Elías Querejeta.

Silberman, S. [productor] & Buñuel, L. [director] (1977). Ese oscuro objeto de deseo (Cet obscur objet du
désir). Francia-España: Les Films Galaxie, InCine S.A y Greenwich Film Productions.

Six, I. & Six, T. [productores] & Six, T. [director] (2009). El ciempiés humano (The Human Centipede).
Holanda: Six Enterteiment.

Solmsen, R. [productor] & Emmer, L. [director] (1951). Tres enamoradas (Le ragazze di Piazza di Spagna).
Italia: Cine Produzione Astoria.

Ténoudji, E. [productor] & Buñuel, L [director] (1956). Así es la aurora (Cela s'appelle l'aurore). Francia-
Italia: Les Films Marceau.

22
Thalberg, I. [productor] & Vidor, K. [director] (1928). The crowd. Estados Unidos: Metro-Goldwyn-Mayer.

Vila, E. [directora y productora] (2017). Penélope. España: Araki Films.

Obras pictóricas y artísticas

Amher, G. (2008). The woman who failed to be Sharazad [acrílico y bordado en lienzo]. Disponible en:
https://curiator.com/art/ghada-amer/the-woman-who-failed-to-be-shahrazad

Benett, E. (2014). A woman’s work is never done [video de una performance]. Disponible en:
https://vimeo.com/181998122

Boldini, G. (1873). Gossip. [Pintura]. Nueva York: Metropolitan Museum of Art.

Botero, F. (2000). The Designers [Pintura]. Disponible en: https://www.wikiart.org/en/fernando-


botero/the-designers

Chicago, J. (1979). The Dinner Party [instalación]. Brooklyn: Brooklyn Museum. Disponible en:
https://www.brooklynmuseum.org/exhibitions/dinner_party

Corgan, O. (2004). Woman’s Work [bordado sobre tela y bastidor]. Disponible en:
https://www.orlycogan.com/fiber-works

Dalí, S. (1926). Muchacha cosiendo [Pintura]. Colección privada. Disponible en: https://www.salvador-
dali.org/es/obra/catalogo-razonado-pinturas/obra/181/muchacha-cosiendo

Egan, K. (2005) C: won eyed jail [cortometraje experimental]. Disponible en: https://vimeo.com/53054730

Fernández, S.P. (2018). Tod@s a una, la revolución se hace a golpe de aguja [tapiz bordado]. Disponible
en: http://sandrapaula.es/obras/todas-a-una/

Garzón, M.A. (2015). La mujer divirtiéndose [bordado sobre tela y bastidor]. Disponible en:
https://artandshop.wordpress.com/2015/03/17/maria-alejandra-garzon-b-1989-suntuosa-
vulgaridad/

Hewett, S. (2015). Janet [bordado sobre tela y bastidor]. Disponible en:


http://sallyhewett.co.uk/section463150_307609.html

Israëls, J. (1872). La joven costurera (The Young seamstress). The Hague: Kunstmuseum Den Haag.

Israëls, J. (1877). Mujer en la ventana (Woman at the Window) [Pintura]. Hamburgo: Hamburger
Kunsthalle.

Kuschnir, K. (2010) Sin Título [instalación]. Disponible en: http://www.luciakuschnir.com.ar

Medina, M.A. (2007). Remiendos Itda [performance]. Recuperado de:


http://mde.org.co/mde07/nodo/memorias-del-mde07/artistas/maria-angelica-medina-2/

23
Millet, J.F. (1859) La costurera (Le cuseuse) [Pintura]. París: Musée d’Orsay.

Paxton, O. (1922). Una ventana abierta (The Open Window) [Pintura]. Boston: Museum of Fine Arts.

Pinturicchio (1509). Penelope and the Sultors [Pintura]. Londres: National Gallery.

Renoir, P.A. (1908-1910). Una costurera en la ventana (Seamstress at Window) [Pintura]. Nueva Orleans:
New Orleans Museum of Art.

Reschke, N. (2004-2006). So far, so good [performance]. Disponible en:


http://www.nadinreschke.de/art/2006/02/07/so-far-so-good-so-weit-so-gut/

Ross, A. (2006). Sampler series [bordado sobre algodón]. Disponible en:


http://www.aliciaross.com/2011/09/sampler-series.html

Santiso, E. (1907). La bordadora [Pintura]. Disponible en:


http://culturagalega.gal/album/detalle.php?id=209

Solana, J. (1943). La costurera [Pintura]. Madrid: Museo de Reina Sofía.

Steinlen, T.A. (1894). Les Joies de L’Ete [Pintura]. Chicago: Collection of the Art Institute of Chicago.

Strozzi, B. (1610). Las tres parcas (Le tre Parche) [Pintura]. Disponible en:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bernardo_Strozzi_Le_tre_Parche.jpg

Strudwick, J.M. (1885). Las moiras (A golden Thread) [Pintura]. Londres: Tate Modern

Varo, R. (1961). Bordando el manto terrestre [Pintura]. Disponible en: https://remedios-varo.com/obras-


remedios-varo/decada-1960/bordando-el-manto-terrestre-1961/

Varo, R. (1956). La tejedora de Verona [Pintura]. Disponible en: https://remedios-varo.com/obras-


remedios-varo/decada-1950/la-tejedora-de-verona-1956/

Velázquez, D. (1635-1643). La costurera [Pintura]. Washington DC: Galería Nacional de Arte.

Velázquez, D. (1657). Las hilanderas o la Fábula de Aracné [Pintura]. Madrid: Museo Nacional del Prado.

Vermeer, J. (1670). La encajera (De Kantwerkster) [Pintura]. París: Museo del Louvre.

Xiaoyuan, H. (2005). A keepsake I can not give away [bordado sobre tela y bastidor]. Disponible en:
https://www.flickr.com/photos/digitus_malus/2490946025

Waterhouse, J.W. (1912) Penélope y sus pretendientes (Penelope and the Suitors) [Pintura]. Aberdeen:
Aberdeen Art Gallery.

24

También podría gustarte