de 2 000 a 1 000 000, los datos se representan con bastante exac-
titud por ecuación
donde y se definen después. Los cálculos usando la Fig. 28
concuerdan muy bien con los métodos de Colburn y Short y los datos experimentales de y sobre cierto nú- mero de intercambiadores de comerciales. Se observará en la Fig. 28 que no hay descontinuidad a un número de Reynolds de 2 100 como ocurre con fluidos dentro de tubos. El diferente diámetro equi- valente usado en la correlación de datos de coraza y tubo, excluye la comparación entre los fluidos que fluyen en tubos y los que lo hacen a través de los tubos basándose en el número de Reynolds. Todos los datos de la Fig. 28 se refieren a flujo turbulento. La velocidad lineal y de mesa del fluido cambian continuamente a través del haz de tubos, ya que el ancho de la coraza y el número de tubos varía de cero en la parte superior y en el fondo a un máximo en el centro de la coraza. La amplitud del área de flujo en la correlación representada por la Fig. 28, se tomó en la hilera hipotética de tubos que poseen la má- xima área de flujo y que corresponde al centro de la coraza. La longitud del área de flujo se tomó igual al espaciado de los tores B. El paso de los tubos es la suma del diámetro del tubo y el claro Si el diámetro interior de la coraza se divide por el paso del tubo, se obtiene un número ficticio, pero no necesariamente entero de tubos que debe suponerse existen en el centro de la coraza. Actualmente en muchas distribuciones no hay hileras de tubos en el centro de la coraza, sino que en su lugar dos hileras con máximas en ambos lados de la línea media y que tienen algunos tubos más que los computados para el centro. Estas desviaciones se desprecian. Para cada tubo o fracción se considera que hay C’ 1 de área transversal de flujo por pulgada de espacio de El área transversal de fluio para el lado de la coraza está dada DI, pies* = PT 144
A. P., 29, 174-210 (1933).
B. Texas Pub. (1936). E. P., H. E. 42, 761-776 (1946).