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Decisiones

La vida es una constante toma de decisiones. Éstas se clasifican por su grado


de importancia ya sea de menor o mayor relevancia, pero son de igual forma
trascendentes, pues al elegirlas; marcarán un cambio ya sea para bien o para
mal. El cambio no siempre será beneficioso, algunas veces implica que el
sujeto pueda dar todo de sí para poder adaptarse y es ahí, en ese pequeño
trance, donde la decisión cobra vida; es en ese instante donde el sujeto se
cuestiona ¿tome la decisión correcta? ¿Qué pasaría si hubiera tomado la otra
opción? ¿Realmente me beneficia esta decisión? Al realizar estas cuestiones
nos enfrentamos en el mundo de la razón, puedo especular al decir que la
razón es el padre de las decisiones, en torno a la razón es que elegimos lo que
será nuestro porvenir. Para poder elegir una decisión, tenemos que pasar por
un enorme trance de cuestionamientos, además de ello, experimentar por una
serie de dudas, frustraciones, miedos, alegrías, tristezas, esperanza, un sinfín
de emociones que pueden ayudar o perjudicar nuestras elecciones.
Saber que elección tomar siempre será difícil, ya sea para elegir si mudarte de
ciudad, cambiar de hábitos o quedarte en tu zona de confort, estudiar lo que
realmente quieres o acostúmbrarte a vivir sin realizar tus sueños, mostrarte al
mundo como realmente eres o seguir fingiendo para poder encajar, seguir
luchando por esa relación que no llegará a ningún lado o aprender a vivir
contigo mismo, o en el peor de los casos, dejar que el país siga como está o
intentar luchar por una democracia; todos estos ejemplos coinciden en algo, tu
eres el único responsable de lo que decidas y una vez que decidas no puedes
cambiarlo, de ahí radica toda la cuestión ¿Realmente elegí la decisión
correcta?

Natalia Arias Epia

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