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EL DESPLAZAMIENTO FORZADO POR EL

PARAMILITARISMO EN COLOMBIA: ¿UNA


ESTRATEGIA DE GUERRA?

MATEO GÓMEZ DE LA ROSA

Informe Final del Trabajo Individual


Desplazamiento Forzado en Colombia.

Rafael Fernando Rueda Bedoya


Profesor.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA. Sede Medellín


FACULTAD DE ARQUITECTURA
Escuela del Hábitat.
Medellín
2.014
PRESENTACIÓN

Colombia se ha visto sumergida en un conflicto armado que desde sus orígenes


ha venido cambiando sus dinámicas, sus intereses, sus ideologías y sus zonas de
combate. Actualmente vemos un conflicto armado completamente distinto al de
sus inicios, incluso si analizáramos la guerra en Colombia de hace 15 o 20 años
atrás, veríamos una totalmente distinta a lo que el país padece actualmente. Sin
embargo, es importante resaltar que el contexto de violencia que vivimos hoy en
día es el fruto de años de conflicto, por lo tanto se puede hacer un análisis desde
sus antecedentes, y buscar cuales han sido las razones por las cuales ha
cambiado.
El paramilitarismo, por su parte, aparece en una época histórica donde las FARC
tenían un control muy grande sobre varios territorios del país. Así pues, los grupos
paramilitares nacen primero como autodefensas, que eran hacendados que
querían preservar su vida en el campo. Estos hacendados armaron a sus hombres
para defender sus tierras, con ayuda del ejército. Sin embargo, cuando a estos
grupos de autodefensa llegaron terratenientes provenientes del narcotráfico,
mejoran el armamento y la preparación militar. Así es como nacen los
paramilitares, como ejércitos con la misión de limpiar el territorio de guerrilleros y
comunistas, además de proteger las rutas del narcotráfico. Los grupos
paramilitares, además de trabajar paralelamente con el ejército (de ahí su
nombre), tienen estructura militar y entran a poseer y a luchar por una causa
política.

Con el presente trabajo se buscar dar una aproximación del paramilitarismo en


Colombia, y como éste se ha venido desarrollando desde sus inicios hasta hoy. Se
mostrará cómo era su actuar violento en las poblaciones, cuáles eran sus
intereses políticos y como su guerra afectó al pueblo colombiano. Además
haremos un recorrido por los intentos de paz que se han dado con este grupo
armado, y como al final son las víctimas las que terminan sufriendo el peso de una
guerra que no los involucra, pero que si les deja heridas.

Invito al lector a hacerse una visión mucho más general del conflicto armado que
padece Colombia. Este trabajo solo representa una pequeña parte de la
complejidad de la guerra que padece Colombia desde casi sus inicios como
Estado. Por eso, es importante tener en cuenta que a medida que lea este trabajo
sepa que cada crimen, cada hecho, cada masacre, cada grupo armado, cada
proceso de paz, cada hecho impune responde a unos intereses de diferentes
grupos de la sociedad. ¿Será la guerra un hecho coyuntural en Colombia, o es la
estrategia de unos pocos en el país para preservar sus riquezas? ¿Es el conflicto
armado en Colombia una problemática social o más bien un negocio para unos
pocos, que poco les interesa pasar por encima de la dignidad de las personas?

Este trabajo está dedicado a las víctimas, aquellas personas que desde su
inocencia, tienen que entender la razón por la cual en Colombia hay personas
alzadas en armas que se creen con el derecho de arrebatarle la vida a una
persona.
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TABLA DE CONTENIDO

1. APROXIMACIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL AL TEMA-PROBLEMA.............................4


1.1 Historia del Estado Colombiano....................................................................................4
1.2 Autodefensas y Paramilitares........................................................................................5
1.3 Los reincorporados:.........................................................................................................7
1.4 Las Víctimas:....................................................................................................................7
1.5 NeoParamilitares - BACRIM .........................................................................................8

2. OBJETIVOS.............................................................................................................................9
2.1 Objetivo General:.............................................................................................................9
2.2 Objetivos Específicos:.....................................................................................................9

3. HIPÓTESIS..............................................................................................................................9

4. METODOLOGÍA....................................................................................................................10

5. JUSTIFICACIÓN....................................................................................................................11

6. ANTECEDENTES DEL TEMA-PROBLEMA (Caracterización - Descripción)...............12

7. BALANCE ACTUAL DE LA POLÍTICA PÚBLICA EN RELACIÓN CON LA SOLUCIÓN


DEL TEMA-PROBLEMA (Análisis).............................................................................................18
7.1 Cartas internacionales..................................................................................................18
7.2 Ley 387 de 1997............................................................................................................18
7.3 Ley 1448 de 2011..........................................................................................................20
7.4 Ley de Justicia y Paz de 2005.....................................................................................21

8. COMO TRATAR EL TEMA-PROBLEMA EN ESCENARIOS DE DIALOGO HACIA


UNA POSIBLE NEGOCIACIÓN POLÍTICA...............................................................................23
8.1 Balance del proceso de Justicia y Paz del año 2005:..............................................23
8.2 ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para un buen proceso de paz con los
grupos paramilitares?...............................................................................................................28

9. EL TEMA-PROBLEMA EN POSIBLES ESCENARIOS POSTCONFLICTO.................30


9.1 Bandas criminales:........................................................................................................30
9.2 ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para el postconflicto?...........................31

10. CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES............................................................32

11. PROPUESTAS...................................................................................................................34

12. BASE BIBLIOGRÁFICA....................................................................................................35

13. ANEXOS.............................................................................................................................36

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1. APROXIMACIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL AL TEMA-PROBLEMA

Este trabajo tratará sobre el desplazamiento forzado y las masacres cometidas


por grupos paramilitares. Para tener una aproximación a estos hechos es
necesario hablar de la historia de este grupo armado, para entender su actuar
violento y poder tener un desarrollo completo del tema.

Lo primero que habría que decir del fenómeno del paramilitarismo en Colombia
es que no es un hecho aislado, no es algo coyuntural, sino que es algo
histórico, ha sido una política de Estado que ha respondido a múltiples
variaciones dependiendo de los hechos característicos de cada época.

Para ver una aproximación del fenómeno del paramilitarismo en Colombia, es


relevante dividirla en varios temas para un mejor entendimiento y desarrollo del
mismo.

1.1 Historia del Estado Colombiano1

Desde sus inicios el Estado colombiano ha estado fragmentado por las


interminables guerras civiles que ha sufrido el país durante el siglo XIX, desde
las violentas divisiones entre centralistas y federalistas, para continuar esta
espiral violenta en siglo XX con las luchas entre liberales y conservadores.

La peor de las fragmentaciones es la de las élites, que no fueron capaces de


formar un proyecto de estado fuerte y partir de unos ejércitos fuertes, sino por
el contrario fueron cicateros en inversión militar para detener las guerras civiles
y persuadir del uso de las armas en manos de civiles. Desde 1883, el Estado
colombiano autorizo el porte de armas por partes de los civiles.

El cambio de siglo hizo que se pasara de unas guerras civiles al poder de


coerción de ejércitos ilegales y bandas, en manos de privados que se han
caracterizado por mantener una espiral de violencia durante todo el siglo.
(Luchas entre liberales y conservadores, guerrillas, narcotráfico y paramilitares).

Moiseis Naim, en su libro “Ilicito”, cita: “... los actores armados ilegales han
controlado un territorio y han ejercido el poder sobre la población, con el único
fin de controlar un negocio altamente rentable que requiere la permanencia en
territorios sin gobierno. Esto muestra una evidencia en la incapacidad del
Estado que no fue capaz de conquistar gran parte de sus territorios en el siglo
XX. Esto permitió la llegada de grupos ilegales con sus propios ejércitos asumir
un papel protagónico en estas zonas.” 2
1
PATIÑO, Carlos. “Guerra y Construcción de Estado en Colombia, 1.810- 2.010.” Universidad Militar Nueva
Granada. 2.010.

2
NAÍM, Moisés. “Ilícito”. Debate, Madrid 2.006.

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1.2 Autodefensas y Paramilitares

Es importante hacer una delimitación conceptual de dos términos que suelen


ser confundidos, citando a Mauricio Romero podríamos comprender ambos
conceptos de la siguiente manera:

AUTODEFENSAS:
“…grupos armados organizados para realizar operaciones de limpieza política y
consolidación militar previas al dominio territorial de un área…” 3

PARAMILITARES:
“… agrupaciones organizadas para defenderse de un agresor y mantener el
control de un territorio” 4

Históricamente, es importante tener en cuenta que las autodefensas


campesinas, de los finales de los 50 y principio de los 60, mutan para
convertirse en las FARC.

Cuando esas guerrillas liberales se van a los campos, aliados de algunos


comunistas, organizaron una resistencia armada.

Ante los desmanes de la guerrillas, en 1965 y 1968, se sentaron las bases


legales que permitieron crear organizaciones de defensa civil, tales como el
decreto 3398 y la ley 48, expedida por el presidente Guillermo León Valencia.
Esta ley estuvo vigente hasta el gobierno de Virgilio Barco, que fue quien las
derogo, mediante el decreto 1194 de 1989.

Palacios y Safford, expresa que “Con el tiempo algunas autodefensas reciben


patrocinio de viejos y nuevos señores de la tierra, como los narcotraficantes.
Adquieren movilidad y poder ofensivo que busca proyectar en una escala
nacional. Pero al menos, desde 1990, quieren ofrecer estas organizaciones, es
la de la legítima defensa”, en su libro “La evolución de autodefensas a
paramilitares”5

Según Pedro Rivas y Pablo Rey, en su artículo Las autodefensas y el


paramilitarismo en Colombia (1964-2006), la diferencia básica entre las
autodefensas y los paramilitares son las siguientes:

3
ROMERO Mauricio. Paramilitares y autodefensas 1982 – 2003. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales (IEPRI), 2003, pág 38
4
ROMERO Mauricio. Paramilitares y autodefensas 1982 – 2003, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales (IEPRI), 2003, pág 38

5
PALACIO M & Safford F (2.002). “La Violencia Política en la Segunda Mitad del Siglo XX.

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 Las autodefensas son de carácter reactivo-defensivo, mientras los
paramilitares son de carácter preventivo- ofensivo
 El uso de la violencia por parte de los paramilitares es desmedido.
 Los “paras”, en el sentido material tienen estructura, métodos y disciplina
militar.

Quienes además consideran que “Oficialmente el Estado colombiano, está


enfrentado a un paramilitarismo que niega los fines estatales de conservación
del orden y del bienestar de los ciudadanos que en él se amparan. Es decir, no
actúan “junto con” el Estado, sino “paralelamente”, “al margen” del Estado,
para enfrentarse – entre otras cosas- a un mismo problema: la guerrilla. Por
tanto no pretenden destruir al Estado ni combatirlo” 6

Los mismos autores plantean que los tres grandes pilares del paramilitarismo
fueron:

 Los terratenientes, ganaderos y mineros; que querían defenderse de la


guerrilla.
 El narcotráfico; que fortalecieron o reclutaron esos grupos.
 Los militares, que deseosos de acabar con la insurgencia, emplearon
cualquier método para lograr sus fines.

Es importante aclarar y que sería injusto acusar el grueso de los terratenientes


y ganaderos, así como de la fuerzas militares de connivencia con esos grupos.
En especial en las fuerzas armadas se distinguen tres corrientes frentes a los
paramilitares, que son:

 Hay un sector que lo rechaza y lo combate ardientemente.


 Otro que lo acepta y los justifica.
 Y el que comporta pasivamente.

Unas de las características de los paramilitares en la zona de influencia fue la


implementación de sus propias normas de convivencia, tales como las de vestir
en las mujeres, toque de queda para toda la población, cabello largo para los
hombres, etc. Se prohibió, la libre expresión, la libre movilidad, y otros derechos
fundamentales plasmados en Constitución Política de Colombia. También se
tomaron funciones tributarias, al imponer impuestos en el comercio, así como
en el licor y las gaseosas.

En honor a la verdad hay un creciente aumento en las fuerza militares por el


respeto de los derechos humanos y sus estándares democráticos.

6
RIVAS, Pedro y Rey García. “Las Autodefensas y el Paramilitarismo en Colombia (1.964-2.006). Facultad de
Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca. 2.008.

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1.3 Los reincorporados:

Luego de la ley de Justicia y Paz, la mayor parte había cometido delitos


menores, a menudo como integrantes de pequeñas bandas urbanas y
semiurbanas que ofrecen un empleo más lucrativo que el estipendio que el
gobierno adjudica a los desmovilizados. Según varias fuentes, este tipo de
“micro rearme” podría plantear un reto más difícil para la reintegración que el
resurgimiento de grandes grupos armados. Sin embargo, no se puede hacer
caso omiso de la presión que ejercen los nuevos grupos sobre los ex
combatientes. 7

Tanto la policía como el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) han


establecido programas de protección para los ex combatientes. Aunque estos
cambios han servido, los desmovilizados por lo general desconfían del contacto
con las fuerzas de seguridad, sobre todo en regiones en donde existe una
percepción generalizada de que existe colaboración o infiltración entre los
paramilitares y las fuerzas de seguridad.

Se instará a las autoridades elegidas y a los sectores económicos para que


participen en el diseño de proyectos que atiendan necesidades locales. Se hará
un esfuerzo para hacer perfiles personales más precisos de los ex combatientes
con el fin de ofrecer ayuda más efectiva, con énfasis en programas
diferenciados para niños y jóvenes combatientes (hasta los 26 años) y para las
esposas de ex combatientes.

1.4 Las Víctimas:

Para Natalia Springer, no parece lógico que el Estado desproteja a las víctimas
y en cambio dedique buena parte de los recursos a los victimarios y se olvide
de las víctimas, sin olvidar que son aquellos los responsables de crímenes de
lesa humanidad.8

Para María Teresa Uribe de Hincapié “Estado y sociedad frente a las víctimas
de la violencia”9, bajo el velo del terror viven las víctimas, un miedo a
retaliaciones, a estigmas, los convierten en mudos de sus dramas, como
cargando con una falta grave, por haber sido víctimas. Pero además del miedo
hablar, se encuentran en el paradigma entre la dificultad de hablar, la necesidad
de contar y el miedo a no ser escuchados o creídos.
7
. LOS NUEVOS GRUPOS ARMADOS DE COLOMBIA. INTERNATIONAL CRISIS GROUP, Working to Prevent
Conflict Worldwide. Informe sobre América Latina No 20. 10 de mayo de 2007,

8
SPRINGER, Natalia. “Desactivar la Guerra”. Aguilar. Colombia 2003.
9
URIBE, María Teresa. “Las palabras de la guerra. Un estudio sobre los lenguajes políticos de la guerras
civiles del siglo XIX Colombianos”. Universidad de Antioquia.

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Todos los esfuerzos del Estado y de la sociedad no pueden estar encaminados
únicamente a los victimarios, porque sin una reparación, no va ser posible la
convivencia y sin esta la democracia va estar eternamente viciada.

No se trata de perdonar y olvidar, hay que escuchar a las víctimas en


escenarios apropiados, en una dimensión pública. Además hay que repararlas,
son dos condiciones necesarias para también reintegrarlos a la sociedad.

1.5 NeoParamilitares - BACRIM 10

El término neo paramilitar, ofrecido como alternativa a la denominación oficial,


no es el óptimo, aunque es más complejo e incluye más elementos de realidad.
El énfasis en la dimensión ilegal no resalta los efectos en la sociedad y en el
territorio de la capacidad de coerción desarrollada por estos grupos, y oscurece
las relaciones institucionales y con diferentes ámbitos de poder legal e ilegal,
urbano y rural, nacional e internacional, asociados con su persistencia. Es claro
que el ejercicio de la violencia construye relaciones de poder y exclusiones
como se ha visto con el despojo de la tierra, el robo de regalías, la apropiación
de tierras públicas, o la Parapolítica. El mantenimiento de la capacidad de
coerción le permite a los testaferros y patrocinadores de las AUC mantener lo
ganado y controlar territorio para los negocios del narcotráfico. Además, hay
que reconocer que la población no sólo es víctima de las Bacrim, sino que
también hay sectores dentro de ella que se benefician y las apoyan. Ante
semejante red de conexiones y efectos el calificativo dado por las autoridades
parece más una mala caricatura que una guía para la acción.

Las BACRIM, son conformadas por ex integrantes de todos los mandos Ex


AUC, Ex FARC, Ex ELN, Ex EPL, individuos que ponen en práctica todo lo
bélico; y cuando los capturan dicen que luchan contra el crimen, son
organizaciones que operan piramidalmente, tienen una base de las personas en
la parte sicarial llamadas (fungibles) y en la parte logística, a la vez tiene
mandos medios y altos; organizan a nivel regional toda la parte sicarial y
extorsión.

Desde el punto de vista de www.verdadabierta.com, en su artículo


“Rearmados”, realiza una cruda realidad, basada en velocidad con que los
grupos emergentes volvieron a ocupar los territorios de que los paramilitares
conquistaron a sangre y fuego. Estos nuevos rearmados o aquellos que no
quisieron desmovilizarse deciden mantener activas buena parte de las
estructuras criminales y continuar con el control de los recursos naturales,
políticos, militares y estratégicos que tenían.

2. OBJETIVOS

10
Revista Huella, Fiscalía General de la Nación.

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2.1 Objetivo General: Describir y analizar cuál ha sido el papel del
paramilitarismo en Colombia, cómo este grupo armado ha influido en la
sociedad civil, como se ha dado el desplazamiento forzado por parte de
éste y la evolución de su actuar violento e ideologías políticas a lo largo
de los años.

2.2 Objetivos Específicos:

2.2.1 Exponer algunas historias y testimonios que ayuden a describir


como ha sido el impacto que ha tenido el paramilitarismo en la
sociedad civil, en el caso específico de los desplazados, y que
den un acercamiento al papel que cumplió y cumple el
paramilitarismo en el conflicto armado colombiano.

2.2.2 Hacer un balance sobre la delincuencia común que actualmente


padece el país y relacionarla con el problema del paramilitarismo
en Colombia, y a raíz de eso poder proponer soluciones desde la
política pública para solucionar esta situación.

2.2.3 Hacer un balance de las políticas públicas que hoy en día


acogen a la población en situación de desplazamiento y analizar,
en el caso de los paramilitares y más específico a las víctimas de
las BACRIM, que tan acertadas son las medidas que se toman
allí.

3. HIPÓTESIS

El surgimiento del paramilitarismo en Colombia creó una nueva forma de


conflicto armado, un conflicto basado en el terror y en el miedo, que en su
mayor auge afectó gravemente a la población con el fin de mostrar su poder
militar y que actualmente la delincuencia común tiene rasgos de lo que en algún
momento fue el grupo armado más violento de la historia.

4. METODOLOGÍA

Este es un trabajo descriptivo y analítico, se hará una descripción del papel del
paramilitarismo en Colombia y se hará un análisis de su actuar político y en un
posible escenario de postconflicto. Para desarrollar el tema, sería conveniente
seguir los siguientes pasos y abarcar estos temas:

1. Surgimiento del paramilitarismo: Describir la historia del paramilitarismo en


Colombia, para poder, desde sus raíces, entender y hacer un análisis
profundo del papel del paramilitarismo en la historia colombiana.

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2. Actualidad del paramilitarismo: Las BACRIM: Analizar lo que hoy en día se
conoce como BACRIM y su relación con el paramilitarismo.

3. Versiones y testimonios de víctimas de los paramilitares: Es importante


escuchar a las víctimas pues son la fuente más primaria del papel que tuvo
el paramilitarismo en Colombia.

4. Caracterización del actuar político de los paramilitares: Luego de haber visto


la historia y haber escuchado ciertos testimonios, es importante hacer una
descripción de cómo era el actuar político y violento de los grupos
paramilitares, y mostrar que era un accionar distinto al que Colombia
conocía de los grupos armados antiguos (FARC, ELN, EPL, etc.)

5. Balance de las políticas públicas: Se tendrá en cuenta la ley de justicia y paz


del año 2005, la ley 387 de 1997 y la ley 1448 de 2011 (Ley de víctimas y
restitución de tierras) y la relación que tienen con el paramilitarismo.

6. Propuestas: Es relevante, luego de haber hecho toda una descripción del


papel del paramilitarismo en el conflicto armado y en el desplazamiento
forzado, hacer balances en un posible escenario de postconflicto y formular
propuestas para solucionar los vacíos que existen en las políticas públicas
para las personas en situación de desplazamiento y el problema de la
delincuencia común.

7. Conclusiones: Luego de haber desarrollado los puntos anteriores, es


importante sacar unas conclusiones generales del trabajo.

5. JUSTIFICACIÓN

Colombia, desde su origen como nación, ha tenido un conflicto armado que ha


ido transformándose, cambiando sus ideales, sus motivos y los actores que allí
se presentan. En este momento dicho conflicto interno está tratando de ser
solucionado con los “Diálogos en la Habana”, y después de eso, según el
gobierno actual, llegaríamos a tan anhelada paz.

Aunque pareciera que en Colombia el único actor armado ilegal del conflicto
colombiano son las FARC, actualmente hay muchos actores armados que,

10 | P á g i n a
aunque no tengan ideales políticos como los tienen (o tuvieron) las FARC,
hacen parte de esta guerra. Y a raíz de la relevancia que se le ha dado a las
FARC, poco se ha hablado del papel del paramilitarismo en el conflicto armado
colombiano, y es necesario analizarlo para poder entender la magnitud de cómo
afecta el conflicto armado colombiano al pueblo.

No se puede caer en la idea de que el accionar armado de los paramilitares es


el mismo que de los grupos armados conocidos (FARC, ELN, Fuerzas
Armadas), y creer que todos los actores armado ilegales actúan igual, es por
esto que con este trabajo pretendo describir como era el actuar violento de los
grupos paramilitares, cómo se daba el desplazamiento forzado por grupos
paramilitares y cómo ha evolucionado el paramilitarismo en Colombia a lo que
actualmente conocemos como BACRIM. Además de la descripción, es
importante buscar la razón por la cual los grupos paramilitares hacían
desplazamientos y masacres masivos de población, que buscaban con estos
actos, y como afectaban a la dinámica nacional.

Es importante aclarar que tras el surgimiento del paramilitarismo hay una


historia muy compleja y de la que también poco se ha hablado en Colombia,
pero para los fines de este trabajo no se trabajará la parte de la historia que hay
detrás del nacimiento de este grupo armado, sólo se trabajará el paramilitarismo
como un actor del conflicto armado, su actuar violento y el desplazamiento
forzado que han generado.

Es por todo esto que se ve una necesidad de realizar un trabajo que sintetice el
papel del paramilitarismo en el conflicto armado colombiano, y como este
fenómeno ha afectado a la sociedad civil. Es un tema que, aunque mucho se ha
hablado en Colombia, poco protagonismo se le ha dado a las víctimas y es
importante entender como se ve afectado el ser humano por una guerra y un
contexto político específico.

6. ANTECEDENTES DEL TEMA-PROBLEMA (Caracterización - Descripción)

Para poder entender un poco el fenómeno del desplazamiento forzado por el


paramilitarismo en Colombia es importante que primero se haga un análisis del
desplazamiento en Colombia a nivel general, para luego hacer un estudio más
específico del tema del paramilitarismo. Me basaré en tablas y gráficas de
diferentes instituciones para ilustrar las cifras y estadísticas.

Estas primeras gráficas dan una aproximación general del fenómeno del
desplazamiento forzado en Colombia a lo largo de los años. Ambas fuentes
11 | P á g i n a
pertenecen a instituciones gubernamentales, no se incluyó una estadística de
alguna ONG puesto que relativamente la gráfica tiene el mismo
comportamiento.

Desplazamiento Forzado en Colombia (anual)


Fuente: Observatorio de Derechos Humanos de la
Vicepresidencia - Marzo 2014
700000.000
600000.000
# de personas desplazadas

500000.000
400000.000
300000.000
200000.000
100000.000
.000
00 00 0 0 00 00 0 0 0 0 0 0 00 0 0 0 0 0 0 00 0 0 0 0 00 00 00 0 0 00 00 0 0 0 0 0 0
0 .0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 6.0 7.0 8.0 9.0 0.0 1.0 2.0 3.0 4.0 5.0 6.0 7.0 8.0 9.0 0.0 1.0 2.0 3.0
9 9 9 9 9 9 9 9 9 9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1
19 19 1 9 19 19 1 9 1 9 1 9 19 1 9 2 0 2 0 20 2 0 2 0 20 20 20 2 0 20 20 2 0 2 0 2 0

Esta primera gráfica pertenece a los datos de la Vicepresidencia, la cual da


como resultado un total de 5.284.676 desplazados hasta el 2.013 (5.213.916
desplazados hasta el 31 de diciembre de 2.012). Se puede observar un
incremento en la época de 1.999 a 2.002 que más adelante analizaremos con
más detalle y de ese año en adelante se ha dado un decrecimiento del número
de desplazados. No hay que ser optimistas frente a los años 1.990 – 1.996, ya
que se registra poco número de desplazados por la falta de herramientas
jurídicas que permitieran hacer un balance aproximado del fenómeno
humanitario durante esa época. La gráfica comienza a tomar valores más
cercanos a la realidad a partir de 1.997, ya que aparece la herramienta de la ley
387 de dicho año que le permite al gobierno poder tener un Registro Único de
Población Desplazada (RUPD, ahora RUV) y así tener cifras más exactas. Sin
embargo, como lo vemos en la próxima gráfica, el RUPD no puede ser una
fuente muy confiable sobre el fenómeno del desplazamiento, pues no todas las
personas que son desplazadas hacen (o hicieron) la debida declaración a las
autoridades:

12 | P á g i n a
Esta gráfica muestra, además del número de personas desplazadas, las
personas que han declarado el desplazamiento a lo largo de los años, y se
podría decir que no hay una gran diferencia. Sin embargo hay que aclarar que
esta gráfica es en base al RUV (Registro Único de Víctimas), por lo tanto no
representa una diferencia significativa. Pero hay que aclarar, así como no todos
los desplazados declaran, muchas personas inescrupulosas hacen
declaraciones falsas para recibir la ayuda humanitaria que otorga el gobierno a
la población en situación de desplazamiento como lo dice la Ley 387.

Para cerrar esta primera parte de una mirada general al fenómeno del
desplazamiento forzado (que más adelante se retomará) se presenta la
siguiente tabla que muestra las cifras de desplazados en Colombia según
diferentes instituciones, que en un promedio equivaldría a un 12% de la
población desplazada que fue obligada a dejar forzosamente sus tierras:

Institución Cifra para 2.012


Vicepresidencia de Colombia 5.213.916 desplazados
Registro Único de Víctimas 4.790.317 desplazados
Centro de Seguimiento para Desplazados Internos IDMC. 4.9 – 5,5 millones

Ahora, acercándonos más al tema del paramilitarismo, empecemos con un


análisis de lo anteriormente descrito, y la pregunta va encaminada a la relación
que tiene la gráfica del número de desplazados con la expansión y
fortalecimiento de los grupos paramilitares. En la primera gráfica mostrada en
este apartado, se observó que hubo un incremento del número de desplazados
entre 1.999 al 2.002, época en la que justamente se da un fortalecimiento de los
paramilitares, donde se dan sus mayores vínculos con la política y las élites
terratenientes del país, es en ese momento histórico donde los paramilitares

13 | P á g i n a
tienen un mayor poder militar en los pueblos colombianos y donde tienen un
fortalecimiento de sus armas. En el 2.002, con la ley de Justicia y Paz liderada
por el gobierno Uribe, se da un “decaimiento” en los grupos paramilitares por la
desintegración que se da dentro de sus estructuras militares, y es por esto que
se puede observar un decrecimiento en el gráfico del número de desplazados.
Como conclusión a lo anterior, y relacionando los hechos propios de la historia
del paramilitarismo en Colombia, los grupos paramilitares en su auge como
grupo armado en el contexto del conflicto sociopolítico del país fueron uno de
los mayores responsables del desplazamiento forzado en Colombia en un
momento específico de la historia del país. Esta conclusión puede ser verificada
por el siguiente gráfico:

Ahora, si hiciéramos un análisis por departamentos, no se tendría una gran


diferencia, pues hay una relación de los departamentos con mayor número de
desplazamientos y aquellos donde se expandió el paramilitarismo en Colombia

14 | P á g i n a
15 | P á g i n a
Aunque, como ya lo hemos demostrado a lo largo del trabajo, el desplazamiento
forzado es uno de las estrategias de guerra que usó el paramilitarismo para
sembrar terror en el pueblo colombiano y así sostener su poder territorial. Pero
la estrategia que más caracterizó al paramilitarismo en Colombia fueron las
masacres masivas de población con métodos inusuales y verdaderamente
terroríficos de homicidio, entre esas el uso de motosierras y machetes,
serpientes venenosas, etc.

Si vamos a las cifras sobre esta forma de imponer poder, en un documento


anexo a este trabajo, perteneciente al Centro de Memoria Histórica,
observamos que el 59% de las masacres durante los años 1980 y 2012 tuvieron
como responsables directos a los paramilitares como lo podemos ver en la
siguiente tabla:

ACTOR ARMADO NÚMERO DE MASACRES


Grupos Paramilitares 1166
Grupo Armado No Identificado 295
Guerrilla-FARC 238
Fuerza Pública-Ejército Nacional 139
Guerrilla-ELN 56
Guerrilla No Identificada 18
Guerrilla-EPL 18
Fuerza Pública-Policía Nacional 17
Fuerza Pública-Grupos Paramilitares 12
Otro Grupo Armado-Comandos Populares 4
Agente Extranjero-Guardia Nacional Venezolana 3
Guerrilla Conjunta-FARC y ELN 3
Guerrilla Conjunta-FARC y EPL 3
Guerrilla-Milicias Populares 2
Guerrilla-Quintin Lame 2
Fuerza Pública-Ejército Nacional/Infantería de Marina 1
Fuerza Pública-Ejército Nacional/Policía Nacional 1
Guerrilla Conjunta-Quintin Lame y M-19 1
Guerrilla-ERP 1
Guerrilla-Ricardo Franco 1
Otro Grupo Armado-Convivir 1
TOTAL: 1982

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Con la información de la anterior tabla, podemos llegar a otra afirmación
importante para el desarrollo del trabajo: las masacres fueron para los
paramilitares su mayor estrategia de guerra para poder sostener y expandir el
poder territorial. Es de aclarar que las masacres y los desplazamientos forzados
están muy relacionados, puesto que los primeros son causa de amenaza
indirecta para que ocurra el desplazamiento. En el archivo anexo anteriormente
mencionado hay una descripción más detallada de cada uno de las 1982
masacres registradas desde 1980 hasta el 2012.

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7. BALANCE ACTUAL DE LA POLÍTICA PÚBLICA EN RELACIÓN CON LA
SOLUCIÓN DEL TEMA-PROBLEMA (Análisis)

7.1 Cartas internacionales

Las cartas internacionales de la Organización de las Naciones Unidas son


escritos, textos de todo tipo (tratados, decretos, etc.) que hace dicha
organización con el fin de poner su posición frente a diferentes temas y hechos
que ocurren alrededor del mundo. La carta más conocida que ha sacado la
ONU es la “Carta Internacional de los Derechos Humanos”, que contiene los
derechos humanos, sociales, económicos, políticos, culturales y civiles por los
que cualquier nación del mundo se debería idealmente regular.

Si se hiciera un balance sobre la violación de los derechos humanos por parte


de los paramilitares, se tendría que analizar artículo por artículo, ya que a lo
largo de su actuar político y su ofensiva contra la población civil, los
paramilitares han sido uno de los grupos al margen de la ley con más
violaciones a los DDHH en Colombia y el mundo.

Si se partiera del supuesto que todos los derechos humanos plasmados en


dicha Declaración tienen como base y punto en común la dignidad del ser
humano por encima de cualquier otra cosa, se podría hablar de una violación
general a los DDHH por parte de los grupos paramilitares en Colombia. Los
grupos paramilitares colombianos fueron uno de los primeros grupos armado a
nivel mundial en usar la motosierra como forma de matar personas. Éste y
muchos más ejemplos de masacres, la forma en como entrenaban a sus
hombres, y las fosas comunes dejan ver la crueldad de la guerra, y permite dar
cuenta de la denigración de la dignidad humana.

A manera de conclusión, durante la existencia de grupos paramilitares, y


actualmente de BACRIM en el territorio colombiano, se presentaron violaciones
a todos los Derechos Humanos, ya que su ofensiva contra la población civil
consistía en sembrar el terror y el miedo en el pueblo a cualquier costo,
incluyendo el pisoteo a la dignidad no solo de los seres humanos, sino la
dignidad de toda una sociedad, de toda una nación.

7.2 Ley 387 de 1997

La ley 387 de 1997 es la primera ley en Colombia que trata el tema del
desplazamiento forzado y lo pone en el marco legislativo. Aunque actualmente
existe la Ley de Víctimas, la ley 387 no sólo tiene una trascendencia legislativa,
sino también social y política, porque es desde ahí que oficialmente se le da la
importancia al desplazamiento forzado como una problemática social y política
dentro del contexto de la violencia en Colombia. Es decir, es desde ese
momento cuando se crean instituciones que trabajan por las víctimas del

18 | P á g i n a
desplazamiento, y es desde allí que se ha recogido información oficial del
fenómeno.

La ley 387 es una ley que habla desde la prevención del fenómeno hasta el
retorno de la PSD (Población en Situación de Desplazamiento) a su lugar de
donde fueron desplazados, pasando por una atención humanitaria y otros
temas como seguridad, consolidación económica, entre otras. Pero una de las
cosas que dejó por fuera esta ley es la reparación del desplazado como SER
HUMANO, porque dentro de la ley se habla de una reparación social y
económica, pero no hay reparación del ser humano, de los niños que a una
temprana edad les toca entender porqué los sacaron de sus tierras, de una
madre que sufre, de una familia que le tocó la muerte de un ser querido. Entre
otras cosas, según esta ley, el desplazado es una persona que brinda
información y es un beneficiario de los programas del estado, pero no es una
persona víctima del conflicto que necesita una reparación psicológica, y más en
el caso específico del paramilitarismo que, como se ha descrito durante el
trabajo, por la crueldad de su accionar violento afecta mucho a los seres
humanos.

Si se hiciera el balance de la efectividad institucional de la ley 387 no sería algo


alentador. Y en este punto no quisiera buscar cifras ni estadísticas sobre los
tiempos de entrega de la ayuda humanitaria, ni que tan rápido y eficiente es el
proceso de reparación al desplazado, me gustaría describir un poco los
testimonios que he escuchado de familias sobre esta ayuda humanitaria. En el
tema de la institucionalidad eran largas las filas que se formaban en las UAO
(Unidad de Atención y Orientación), en Acción Social, en la Personería y los
demás entes pertinentes, puesto que no tenían la capacidad logística para
atender la cantidad de personas que se dirigía a las oficinas, lo que claramente
hacía que el proceso fuera lento y tedioso.

Además de la ineficiencia institucional, el proceso no estuvo planeado para


llegar a las comunidades afectadas, y no tomaron en cuenta la variable de los
asentamientos de invasión los cuales predominantemente están constituidos
por población desplazada. Muchas familias que viven en estos barrios de
invasión se quejan pues las cartas y la correspondencia propias del proceso se
extravían porque nunca llegan directamente a la casa, sino que estas
instituciones la dejan en algún lugar “cercano” a la casa sin previo aviso a la
familia. Es por esto que la comunicación entre las instituciones y la población en
situación de desplazamiento se podría calificar como deficiente.

En conclusión, la ley 387 de 1997 fue una ley importante dentro del contexto
colombiano, puesto que se determinó el fenómeno del desplazamiento como
una problemática social dentro del país, pero no fue una ley completa porque
tomaron el desplazamiento como una problemática meramente social, y no
tuvieron en cuenta que también es un fenómeno humano, que detrás del
despojo de tierras hay una trascendencia personal y psicológica que en esta ley
no está contemplada.
19 | P á g i n a
7.3 Ley 1448 de 2011

La ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas y Restitución de Tierras es una ley por
la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las
víctimas del conflicto armado interno y otras disposiciones. La ley de víctimas
se le podría denominar como una ley más “madura” para las víctimas del
conflicto armado, sin embargo hay ciertos vacíos que últimamente han
generado muchos debates.

Es importante hablar sobre uno de los vacíos que tuvo inicialmente la ley de
víctimas que compete profundamente al desarrollo del trabajo y es la inclusión o
no de las víctimas de los grupos de delincuencia común, conocidos como
BACRIM, dentro de la ley. Algunos políticos, como Roy Barreras, decían que no
era una discusión con un trasfondo, pues la ley si acoge a las víctimas de las
BACRIM. Otros, por su parte, dicen que no se incluye, ya que tal como aparece
en el 3° artículo del capítulo I del título I: “Se consideran víctimas, para los
efectos de esta ley, aquellas personas que individual o colectivamente hayan
sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del º de enero de 98, como
consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de
violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos
Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto armado interno.”

Es decir, que aquellas personas que se vean afectadas por grupos de


delincuencia común que no hacen parte del conflicto armado interno no son
acogidas por la ley. En un primer vistazo no es tan extraña la idea de pensar
que los grupos de delincuencia común no hacen parte del conflicto armado
interno, puesto que éstos no tienen ideologías políticas ni están inmersos en un
marco político ni poseen estructura militar como la tienen grupos paramilitares o
guerrillas. Pero si se fuera a hacer un análisis más a fondo, se podría llegar a
concluir que efectivamente las BACRIM pertenecen al conflicto armado interno,
y no sólo porque son la evolución del paramilitarismo en Colombia, sino que
ellas mismas han metamorfoseado el conflicto interno, volviéndolo un tema más
urbano, de control territorial por medio de las armas. Es claro que las BACRIM
no tienen ideologías políticas definidas, pero ellas están cambiando la dinámica
política, social y poblacional del país, creando nuevas formas de ejercer el
poder por medio de las armas, y eso claramente hace parte del conflicto
armado interno.

Actualmente se han llevado debates en el congreso frente a este tema, y no


hace mucho tiempo la Corte Constitucional falló una sentencia en la cual afirma
que las bandas criminales y grupos de delincuencia común hacen parte del
conflicto armado interno, por lo tanto sus víctimas deben ser acogidas por la ley
1448 de 2011.

Otro aspecto del cual habría que hablar en torno a esta ley son los ejércitos anti
restitución, grupos armados creados para evitar que las víctimas retornen a sus
tierras. La Defensoría del Pueblo dio a conocer un informe de riesgo, en el cual
20 | P á g i n a
se afirma que las amenazas por un ejército anti-restitución obedecen a la
aparición de nuevas estructuras armadas surgidas después de la
desmovilización del Bloque Héroes de los Montes de María de las antiguas
Autodefensas Unidas de Colombia. Es decir que dichos ejércitos tiene una
relación directa con las nuevas formas de paramilitarismo en Colombia. Aún no
hay cifras claras sobre este fenómeno, pero han sido varios los líderes de
restitución de tierras y defensores de los Derechos Humanos que se les ha
dado de baja por luchar lo que, según esta ley, es su derecho.

7.4 Ley de Justicia y Paz de 2005

“Desde que el presidente Álvaro Uribe asumió su cargo en agosto de 2002, se


inició un proceso de dialogo y subsecuente desmovilización de los grupos
paramilitares en Colombia, en el que 31.671 miembros de grupos armados
ilegales han depuesto sus armas.

A lo largo de este proceso, Colombia se ha enfrentado a la onerosa tarea de


abordar los dilemas que cualquier proceso de justicia transicional crea: hacer
precarios e inestables malabarismos entre la necesidad de paz y la necesidad
de justicia.

Bajo la intensa presión de los grupos paramilitares para no ir a prisión y poder


mantener una parte significativa de lo que han conseguido a través de sus
actividades ilegales, existe el peligro de que el proceso sea utilizado para
garantizar la impunidad y que finalmente no conduzca a la desarticulación de
las estructuras paramilitares. La ausencia de las víctimas en todo el proceso ha
sido también criticada como uno de sus mayores fallos”. 11

Para algunos, se trata de un auténtico proceso de simulación en el que,


apropiándose del discurso de los derechos humanos, en el fondo lo que se
persigue abiertamente es la impunidad. La ley pretende encontrar un punto de
equilibrio entre la paz y la justicia; para ello, concede generosos beneficios
penales a los paramilitares que se desmovilicen con la intención de que ello
redunde en mejoras significativas para los derechos a la verdad y la reparación
de las víctimas, así como para el establecimiento de garantías de no repetición
de los crímenes atroces imputados al paramilitarismo (masacres, torturas,
desapariciones, etcétera).

El derecho de las víctimas y de la sociedad a conocer toda la verdad sobre los


sucesos ocurridos es un elemento esencial de un proceso de justicia
transicional y reconciliación. Sólo cuando las víctimas conozcan toda la verdad,
se haya hecho justicia y reparado los daños causados en la medida de lo
posible, podrá comenzar un verdadero proceso de reconciliación nacional. Otra
discusión sería la necesidad del perdón como elemento esencial del proceso.

11
GOMEZ I., Felipe. Desmovilización Paramilitar en Colombia: Entre la paz y la justicia. En www.fride.org. 25
de abril de 2008.

21 | P á g i n a
Es criticable de la Ley de Justicia y Paz que la voz de las víctimas está
prácticamente ausente en el proceso de reparación. La Corte Constitucional
también ha tratado de afirmar claramente el derecho de las víctimas a participar
durante todo el proceso judicial, “desde antes de que se reciba la versión libre o
en una etapa posterior, todo con miras a colaborar con la fiscalía en el
cumplimiento de su deber de investigación exhaustiva.” Según la opinión
expresada en la sentencia sobre la Ley de Justicia y Paz, el derecho a la
participación de las víctimas en el proceso penal debe garantizarse tanto “para
obtener el resarcimiento pecuniario” como “para hacer efectivos sus derechos a
la verdad y a la justicia.”

Según fuentes de www.verdadabierta.com, estas son las cifras hasta el año


2013 de los procesos de la Ley de Justicia y Paz:

22 | P á g i n a
8. COMO TRATAR EL TEMA-PROBLEMA EN ESCENARIOS DE DIALOGO
HACIA UNA POSIBLE NEGOCIACIÓN POLÍTICA

Como se ha dicho en repetidas ocasiones durante el trabajo, el paramilitarismo


en Colombia ha sido un mecanismo adoptado por el Estado colombiano para
poder realizar acciones militares ilegales en el contexto del conflicto armado
nacional. Por lo tanto, hablar de una negociación política con los paramilitares
es un absurdo, porque en verdad el trasfondo ideológico del Estado y el del
paramilitarismo es el mismo. Si comparamos los Diálogos de la Habana que
actualmente se están llevando a cabo con la guerrilla de las FARC (análisis que
ampliaremos más adelante), vemos que un proceso similar con los paramilitares
no se puede dar, puesto que el paramilitarismo, si bien tiene una ideología
política, nunca buscaron una representación en el Estado ni lucharon por unos
ideales como si lo hacen las FARC (aunque actualmente en un proceso muy
deteriorado).

Hay que recordar que el paramilitarismo en Colombia nace como una estrategia
de autodefensa, es decir que la ideología que tenían era totalmente opuesta a
las FARC, por lo tanto, por lo menos con el Estado colombiano, no ha habido, ni
hay, nada por negociar. Sin embargo, al ser un grupo violento al margen de la
ley, fue necesario que en los paramilitares se diera un proceso de paz, llamado
Ley de Justicia y Paz del año 2005 (ley 975 de 2005) en el cual se dictaminan
medidas para la desintegración de grupos paramilitares y reparación a las
víctimas. Antes de hacer una propuesta de un proceso de paz con los grupos
paramilitares, primero es importante hacer un balance de lo que fue el proceso
de Justicia y Paz.

8.1 Balance del proceso de Justicia y Paz del año 2005:

En el punto 7 del trabajo se habló sobre la parte jurídica del proceso, es


decir la ley que lo dictaminó. En ese apartado se vio un poco sobre los
vacíos que tuvo la ley y se dio una mirada muy general sobre lo que fue el
proceso. En este punto se pretende dar una mirada más profunda de lo que
fue este hecho, basándose en el documental “Impunity” de los periodistas
Hollman Morris y Juan José Lozano, del año 2.011. Es importante
fundamentar esta mirada desde dicho documental, pues da una mirada
desde los ojos de las víctimas, unas cifras muy precisas sobre el proceso y
los diferentes argumentos de los que apoyaron y criticaron este hecho
nacional. Impunity fue vetado y prohibido por el gobierno Uribe para su
exhibición, la vida de Morris y la de su familia han sido amenazadas en
varias ocasiones, lo que lo obligó a exiliarse durante una época. Luego de
hacer la contextualización del documental, que es anexo a este trabajo, se
hablará sobre su contenido: el proceso de Justicia y Paz.

Para hablar sobre lo que significó el proceso de Justicia y Paz, es


importante contestar la pregunta ¿dónde quedaron las víctimas?, ya que es

23 | P á g i n a
fundamental tener a las víctimas como el centro de cualquier proceso de
paz. En el documental, una de las víctimas, luego de contar su historia,
responde a la pregunta ¿pides justicia? de la siguiente manera: “Yo digo
que ya lo que paso desgraciadamente ya pasó, ¿ya con qué se va a
reparar esto? ¿con qué se puede reparar? No hay con que repararlo” 12.

A finales de los años 90, luego de que el gobierno ganara la batalla contra
uno de los narcotraficantes más buscados en el mundo, Colombia se ve
sumida en el fortalecimiento de uno de los grupos armados más violentos
en la historia: los paramilitares. Trataban de ganarse la confianza de la
población vendiendo una falsa idea de seguridad y progreso, además de
prometer limpieza de cualquier rastro de FARC que sintieran. Cuando estos
grupos se tomaban un pueblo, reunían a la comunidad en algún lugar
público y daban un discurso como este, que hicieron en Puerto Lleras -
Meta:

“Reciban un caluroso saludo en nombre del bloque Centauros de los


Llanos Orientales pertenecientes a las Autodefensas Unidas de
Colombia. De antemano se le hace la advertencia al personal que está
ligado con la guerrilla: o se componen o se van de aquí, porque aquí no
hay espacio para la gente que perjudica los demás. ¿Nuestra política
cuál es? Preferimos que en un pueblo donde viven 500 personas que
queden 495 buenas y no que queden 500 en problema por 5 que no
sirven. Todo aquel que se pille desobedeciendo nuestras órdenes no se
vaya a arrepentir porque ya cayó. Se le está dando la oportunidad al
personal [se escuchan niños llorando] Así que pues señores y señoras:
cuenten con nosotros y así sea lo que sea, así se nos venga el mundo
encima, vamos a sacar adelante a Puerto Lleras [aplauso de la
comunidad]” 13

Cuando en el 2002 llega a la presidencia Álvaro Uribe Vélez, los grupos


paramilitares tenían una gran expansión hacia el norte de Colombia,
mientras que las FARC estaban resguardadas en el sur del país. Es así
pues, que a los grupos paramilitares se les da el nombre de organización
terrorista, lo cual le da un peso internacional, especialmente en la
Organización de Estados Americano OEA. Por lo tanto, y buscando un cese
de actividades por parte de los paramilitares, los jefes de estos grupos
fueron invitados al Congreso para convencer al país sobre la legitimidad de
su lucha, para que se dictaminara la ley de Justicia y Paz. En el discurso
que dio Salvatore Mancuso, jefe paramilitar, en el congreso, mencionó el
deseo de las fuerzas paramilitares para construir una Colombia distinta, y

12
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 0:15 – 3:00. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

13
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 7:01 – 8:25. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

24 | P á g i n a
trató de hacer ver al paramilitarismo como un movimiento que nace desde
el amor a la patria.

El discurso de Mancuso funciona, y en julio del 2.005 sale la ley 975, la ley
de Justicia y Paz. Una ley generosa con los grupos paramilitares, cuyos
objetivos eran el derecho a la verdad, el derecho a la justicia, el derecho de
reparación y la garantía de no repetición. Los paramilitares podrán reincidir
a la vida en sociedad con dos condiciones fundamentales: entrega de
armas y hacer una confesión de sus crímenes. Con dichas condiciones,
32.000 paramilitares hacen entrega de sus armas y 100 se presentaron a la
comisión judicial. La ley buscaba alcanzar la paz sin dejar de lado la
aplicación de la justicia, la reconstrucción de la verdad y la reparación a las
víctimas.

En esa época entra en actividades la Unidad de Fiscalías para la Justicia y


la Paz, cuya misión es registrar cada crimen cometido. Las audiencias se
hacían en varias salas alternas, en una de ellas estaba el acusado, y en las
otras (generalmente ubicadas en diferentes partes del país) estaban las
víctimas, sin posibilidad de confrontación directa, sólo con la opción de
hacer preguntas que no siempre tenían respuestas claras y concisas. En
estas audiencias, más que decir la verdad sobre los hechos, los
paramilitares trataban de justificar sus hechos. A las víctimas no se les
estaban siendo respetados sus derechos. Una mujer, luego de salir de la
audiencia contra el ex jefe paramilitar Jorge 40, afirmó lo siguiente, que
puede ser visto como el sentimiento general que ocasionó esta ley en las
víctimas:

“¡Porque él no irrespeta! Si es un irrespeto porque él nos quitó a los


seres queridos de los que estamos aquí. No debemos estar en esta
burla, porque cada día es una burla, cada vez que él viene es una burla.
Él no da respuesta de nada. Todos somos guerrilleros, para él todos
somos guerrilleros. Que nos responda lo que hizo. Pero aquí el miedo
nos tiene así, y hay que dejar el miedo, porque por eso ese país está
como está, por el miedo que tenemos. Ya está bueno. Mire como
estamos ahí, incomodos, si son los señores abogados, algunos
abogados que están ahí, empujándonos, que ellas son las que pueden
hablar, que no hablen, que no digan nada. ¿Podemos estar contentos
con todo lo que nos ha pasado? Ellos no saben, el dolor lo tenemos
nosotros. […] Eso no es justo.” 14

Iván Cepeda, del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, ante


estos hechos, y ante la inconformidad de las víctimas, también declaró:

14
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 47:21 – 48:30. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

25 | P á g i n a
“No queremos que la Ley de Justicia y Paz siga siendo un instrumento
de burla con relación a las personas que han sido víctimas de los grupos
paramilitares. Esperamos que los jefes paramilitares dejen de delinquir
desde la cárcel. Queremos que sus estructuras se desmantelen
definitivamente. Queremos que al fin aparezcan realmente los restos de
las personas que han sido enterradas después de haber sido torturadas
o descuartizadas en más de 3.500 masacres cometidas por los
paramilitares. No queremos que las personas desplazadas sigan siendo
olvidadas y desconocidas. Esta es una manifestación ciudadana, repito,
de homenaje a las víctimas”15

¿Qué dicen los defensores de la ley de Justicia y Paz? Más que hablar de
los derechos de las víctimas, de hablar sobre la efectividad que había
tenido esta ley para que los hechos no quedaran en la impunidad y se diera
un debido proceso por los crímenes cometidos, se dedicaron más bien a
dar resultados numéricos. ¿Dónde quedan las víctimas? ¿Sus derechos?
¿Su integridad? ¿Su dignidad? El vicepresidente de la época, Francisco
Santos, cuando le preguntaron sobre la efectividad del proceso respondió lo
siguiente:

“Lo primero es que la Ley de Justicia y Paz ha sido promovida por un


gobierno que fue de autoridad y que impuso otra vez las condiciones de
seguridad que ayudó a que se desmovilizaran, esa es una de las
razones de las críticas. Otras porque a veces quieren poner un listón tan
alto, tan imposible de cumplir que les sirve para generar una disputa
política con el gobierno. Pero independientemente de eso yo creo que
hoy los resultados son admirables y es un proceso que va a ser ejemplar
para el mundo y va a ser visto en 10 años como el gran modelo de
justicia transicional que ha hecho el mundo moderno para resolver un
problema de violencia”16

Luis González, en esa época Fiscal Jefe de la Unidad de Justicia y Paz, dio
las siguientes declaraciones:

“A los que dicen que la ley de justicia y paz es solo una farsa y una ley
de impunidad simplemente los invitamos a mirar los hechos objetivos
que han pasado. Entonces que piensen si alguna ley había dado la
oportunidad en tampoco tiempo de esclarecer 42.000 delitos, si alguna
ley hubiese dado oportunidad de que ya se estén confesando y se estén
investigando y se estén imputando alrededor de 7.800 delitos de
desplazamiento, 3.600 de desaparición forzada y más de 1.900 casos de

15
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 48:31 – 49:12. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

16
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 22:19 – 22:57. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

26 | P á g i n a
reclutamiento de menores. No más estas cifras por si solas dan un
contexto de lo que es la ley de justicia y paz”17

A estas declaraciones, las cuales asumen que el proceso de Justicia y Paz


fue un éxito, entran otras personalidades del país a desmentir la efectividad
de la ley. No sólo las víctimas bajo su miradas como personas que sufrieron
directamente los crímenes, sino varios políticos y abogados que vieron en
esta ley un proceso lleno de vacíos políticos y sociales. Entre esos está
Gustavo Gallón de la Comisión Colombiana de Juristas que afirma lo
siguiente:

“Del total de paramilitares desmovilizados, que el gobierno inicialmente


ha dicho que fueron 31.600, el gobierno presentó ante la Fiscalía 3.600
personas como personas que habían cometido crímenes de lesa
humanidad para que fueran procesadas por esta ley. De esas 3.600
personas 600 en realidad han comparecido a la fiscalía, el resto el 98% o
99% restante ha sido dejado en impunidad, en impunidad total. Estos
otros también van a tener una suerte de impunidad pero por lo menos
hay algún tipo de tramite pseudo-judicial, porque esta ley tampoco es
que contenga propiamente un juicio penal, que merezca ese nombre, es
un trámite judicial o es un trámite más bien administrativo realizado por
funcionarios judiciales” 18

Alirio Uribe Muñoz, abogado representante de víctimas, también hizo una


declaración en contra del proceso de Justicia y Paz, haciendo referencia a
unas cifras que chocan con la realidad que pintaban los grandes defensores
de la ley:

“Yo pienso que todo el proceso ha sido diseñado para que la verdad no
salga a flote. Yo no sé si ustedes saben que ya han matado a más de
1.200 desmovilizados, y los han matado para que no digan la verdad. Yo
no sé si ustedes saben que de los que se dejaron en libertad, que fueron
casi la totalidad, hay más de 1.600 recapturados por nuevos asesinatos,
por nuevas violaciones de Derechos Humanos, por secuestros, por
diferentes crímenes. Entonces esto es un gran proceso de impunidad, y
yo no sé si el país tiene claro que en este momento hay más de 70
grupos paramilitares operando en 25 departamentos, entonces todo esto
ha sido una farsa, yo creo que en el fondo este tema lo que rebela es
una crisis total de lo que el gobierno llamó proceso de paz con los
paramilitares” 19

17
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 50:51 – 51:30. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

18
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 21:30 – 22:17. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

27 | P á g i n a
El proceso termina con la extradición de todos los jefes paramilitares a los
Estados Unidos, supuestamente porque no estaban colaborando con la
justicia, estaba cometiendo crímenes desde la cárcel y porque no estaban
haciendo una buena reparación a las víctimas. El proceso acaba con un
sinsabor entre todos los colombianos: ¿era un proceso para de verdad
reparar a las víctimas o había intereses políticos y económicos de por
medio? Independiente de la respuesta a esa pregunta, la ley de Justicia y
Paz, más que esclarecer hechos y respetar los derechos a las víctimas, lo
que hizo fue mostrar la debilidad de un Estado para reparar a las personas
que sufrieron directamente el conflicto armado.

¿Dónde quedan las víctimas en el proceso de Justicia y Paz? ¿Quién va a


responder por ellos? Una vez más, con este proceso, fueron violados sus
derechos como seres humanos y como ciudadanos, les vendieron la idea
de una reparación y los ilusionaron con el hecho de saber la verdad de los
crímenes, algo que nunca pasó. ¿Hasta qué punto un proceso de paz, en
vez de reparar a las víctimas, lo que hace es seguir violándoles sus
derechos? Un proceso de paz no va a desplazar gente, no va a masacrar
poblaciones, no va a desaparecer personas, pero con el simple hecho de no
reconocer en una víctima un ciudadano, un ser humano, ya se puede hablar
de violaciones de DDHH, y se puede hablar de un proceso que va en contra
de la dignidad de las personas.

8.2 ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para un buen proceso de paz
con los grupos paramilitares?

Como ya lo vimos anteriormente, un proceso de paz bien estructurado debe


tener en cuenta a las víctimas y su situación de vulnerabilidad. Según Jesús
Antonio Bejarano, un proceso de paz puede ser analizado en tres fases: la
prenegociación, la negociación y acuerdo y la implementación de los
acuerdos20. Es supremamente importante dividir un proceso de paz en
estas 3 fases (o en otras si se quiere) para poder organizar mejor las
negociaciones y poder tener un buen manejo de los acuerdos. Es
fundamental que antes de la búsqueda de unos acuerdos de paz, el Estado
haga un análisis de la actualidad del conflicto armado en Colombia, para
que sea un proceso incluyente y que tome medidas sobre la situación actual
de la violencia, y no sobre lo que el gobierno “cree” que está pasando. Entre
muchos otros, es importante resaltar los siguientes puntos que, según lo
que se ha venido analizando en este trabajo, es importante tener en cuenta
dentro de un proceso de paz hacia la búsqueda del fin del conflicto:

19
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 50:05 – 50:51. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

20
BEJARANO, Jesús Antonio. Una agenda para la paz. Aproximaciones desde la teoría de la resolución de
conflictos. (1995). Editorial Tercer Mundo. Bogotá.

28 | P á g i n a
1. Incluir a todas las partes del conflicto, y abrir una mesa de negociación
más incluyente. Es importante que no solo se de una negociación entre
dos partes del conflicto armado, porque la violencia en Colombia es
mucho más compleja e influye a muchas esferas de la sociedad.
Además del gobierno y los diferentes grupos armados que constituyen el
conflicto armado, es importante que en un proceso de paz haya
representación del sector privado, de los colectivos y organizaciones de
víctimas, representantes de los campesinos, de la comunidad
internacional, ONGs nacionales, Iglesia, entre otros.

2. Tener en cuenta el deseo de paz y negociación que tienen las partes.


No es posible un diálogo de paz sin una voluntad de fin del conflicto de
las partes. Esta voluntad no solo puede ser vista desde las palabras,
sino también en los actos. Un cese al fuego (ya sea bilateral o unilateral)
es importante para hacer unos diálogos de paz. Un proceso de
búsqueda al fin del conflicto no se puede dar en medio de la guerra.
Actos como dejación de armas y una disposición clara de diálogo son
muestras de deseos de negociación, lo cual es fundamental en la
primera fase del proceso.

3. Hablar sobre una reparación integral a las víctimas y dedicarle gran


parte del proceso a eso. Las víctimas son personas inocentes que
sufrieron directamente el conflicto armado, y que debido a éste fueron
violado algunos o todos los derechos fundamentales. Una reparación a
las víctimas es vital para los procesos de paz. Unos diálogos no pueden
permitir que los actos violentos de las partes a negociar queden
impunes, es necesario que se haga justicia, y se formulen planes de
desarrollo y proyectos para las comunidades más afectadas del país.

4. Es importante no solo hablar con los jefes ni máximos representantes de


los grupos armados, sino también tener en cuenta a las personas
vinculadas a éstos. Los ejércitos ilícitos son conformados por personas
que decidieron vincularse o fueron forzados a hacerlo, y con ellas
también hay que hacer un proceso de reinserción. Ahí entra la discusión
si a estas personas hay que tratarlas como víctimas o victimarios, y es
algo que debe quedar claro en la negociación, para que sea más fácil el
manejo de este punto. Un buen proceso de reinserción de la totalidad de
personas vinculadas a los grupos armados garantizaría la no repetición
de hechos, y no daría paso a la formación de nuevas bandas criminales
que afectan a la población colombiana.

5. La búsqueda de la verdad es un tema fundamental en unos diálogos de


paz. Un fin del conflicto no puede estar basado en una verdad a medias
o en una mentiría, porque eso daría cabida a la formación de nuevas
formas de guerra. En el caso puntual del paramilitarismo es fundamental
la aclaración de los hechos y la búsqueda de la verdad no solo para las

29 | P á g i n a
víctimas, sino también para todo el pueblo colombiano. Una buena
búsqueda de ésta permitiría una mejor visión del conflicto armado en
Colombia, y sería fundamental para poder construir unos acuerdos que
garanticen el respeto de la dignidad humana, la no repetición de los
crímenes y la no transformación del conflicto.

9. EL TEMA-PROBLEMA EN POSIBLES ESCENARIOS POSTCONFLICTO

La mirada que podemos hacer sobre el paramilitarismo en escenarios de


postconflicto es hacia lo que actualmente conocemos como BACRIM. Sin
embargo, las BACRIM nacen como una falla de un proceso de paz que se
intentó hacer con los paramilitares. Entonces es importante hacer un análisis
sobre estas bandas criminales, y la razón por la cual se habla de éstas cuando
se trata el tema de postconflicto.

9.1 Bandas criminales:

Las organizaciones neoparamilitares que continuaron actuando después del


proceso de Justicia y Paz del 2.005 se les otorgó el nombre de bandas
criminales emergentes o BACRIM. Son grupos armados que actúan en
diferentes zonas del país tanto urbanas como rurales que nacen por un mal
proceso de reinserción en la ley de Justicia y Paz. Generalmente estas
bandas se lucran del narcotráfico, el microtráfico y la extorsión y buscan
tener el control de una población vendiéndoles una falsa idea de seguridad
y de limpieza social. Gustavo Gallón, de la Comisión Nacional de Juristas,
en el contexto de la ley de Justicia y Paz, afirmó lo siguiente sobre las
nuevas formas de paramilitarismo:

“Las estructuras paramilitares continúan actuando aunque el gobierno no


lo reconoce, el gobierno a los grupos que continúan actuando les cambio
de nombre, los llama bandas criminales. Ese cambio de nombre no
cambia la realidad: continúan ejerciendo poder en las regiones,
ejerciendo presión sobre la población, matando gente, matando
activistas sociales, matando defensores de derechos humanos, y
apropiándose de recursos públicos. Y lo grave de esto es que mientras
no se reconozca el paramilitarismo, no podrá ser erradicado en
Colombia, es necesario que se reconozca por las autoridades
nacionales, por la comunidad internacional y por la sociedad colombiana
en su conjunto, la persistencia del fenómeno paramilitar” 21

Estas personas se volvieron a organizar en grupos criminales ya que vieron


en la guerra y en la violencia un negocio rentable, más lucrativo que
cualquier otro trabajo legal en Colombia. Es así que ya no solo se habla de
delincuencia común sino de delincuencia social, es decir, son bandas

21
MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Minuto 45:16 – 46:01. Disponible en:
http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4

30 | P á g i n a
criminales que aún funcionan porque ganan dinero de una manera fácil,
porque seguramente si estas personas no pertenecieran a dichos grupos
estarían en un estado de pobreza o miseria.

Así pues, lo que se pensó que era el fin de un conflicto armado con los
paramilitares lo que hizo fue cambiarles el nombre y llamarlos BACRIM.
Este cambio de nombre conlleva un cambio de contexto, es decir, aunque
ya demostramos que las BACRIM son derivados de los paramilitares, estos
grupos no tienen una lucha política, sólo usan la guerra como un negocio
para lucrarse, entonces estas bandas no entran en la dinámica del conflicto
armado colombiano, sino que entran a hacer parte de problemáticas
sociales de seguridad.

9.2 ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta para el postconflicto?

A partir del balance hecho en el punto anterior, y teniendo en consideración


otras perspectivas, es importante tener en cuenta los siguientes puntos para
un escenario de postconflicto que vaya acorde con los acuerdos a los que
se puedan llegar en una etapa de negociación:
1. El conflicto armado interno y las problemáticas sociales tienen una
relación muy directa. Es importante que dentro del postconflicto haya
una responsabilidad no solo del Estado, sino de los empresarios y el
sector privado para contrarrestar problemáticas tales como la pobreza,
la mala o falta de educación, las drogas, la prostitución en menores de
edad, el desempleo, la miseria extrema, etc. Estas situaciones sociales
darían cabida a una transformación del conflicto, que afectaría a las
comunidades más vulnerables del país. Si una persona que pertenecía a
un grupo armado se encuentra con una sociedad que cuenta con un
sistema educativo de buena calidad y con facilidades de empleo, es más
difícil que reincida en la violencia. Por lo tanto el fin del conflicto debe
traer consigo un cambio en la dinámica social y económica de la
sociedad, para que no se creen escenarios donde sea fácil volver al
conflicto.

2. Es importante que el Estado tenga en cuenta que muchos de los


integrantes de los grupos armados están desde muy temprana edad
dentro del conflicto, es decir, tienen la violencia y la guerra muy
apropiada en su mente. Es deber del Estado brindar espacios, ya sean
de ayuda psicológica o con trabajadores sociales, para que las personas
que pertenecían a estos grupos saquen de su mente la violencia, porque
si una persona, que lo único que ha visto en su vida ha sido violencia y
no es tratada por psicólogos, es muy difícil que reincida a la vida
cotidiana. Ahí está el verdadero reto del Estado: como convencer a los
integrantes de estos grupos de que hay una alternativa más allá de la
violencia, que hay otra forma de vivir que no sea empuñando un arma.

31 | P á g i n a
3. Un escenario de postconflicto no sólo es creado por las partes que
hicieron la negociación, sino del resto de colombianos. Por esto, es
fundamental concientizar al resto del país sobre el paso que está dando
la nación hacia un escenario de fin del conflicto, y que dentro de éste
hay responsabilidad de todos. Es importante la convivencia entre el
pueblo y los desmovilizados, que los acojan dentro de las dinámicas
sociales y económicas, para así generar un estado de confianza en ellos
y no dar pie a nuevas formas de violencia en la sociedad. Además, es
importante que el Estado reconozca su papel dentro del conflicto
armado como generador de violencia, y por consecuente, de víctimas, y
que asuma la responsabilidad social que esto conlleva dentro del
escenario de postconflicto.

10. CONCLUSIONES Y/O RECOMENDACIONES

 El paramilitarismo en Colombia marcó una época de violencia muy distinta


a lo que Colombia venía acostumbrada con los grupos armados antiguos.
Los paramilitares hicieron una guerra basada en lo sanguinario de la
violencia, en sembrar terror y miedo en las poblaciones donde se
desarrollaron, para así poder imponer autoridad sobre estas comunidades,
lo que iba a estar representado en un poder territorial para su expansión y
fortalecimiento. El paramilitarismo en su historia ha venido evolucionando:
pasó de ser autodefensa a paramilitar y luego a bandas de delincuencia
común. Esta metamorfosis no solo se basa en el nombre, sino en la
intención de su lucha, pero la dinámica de violencia siempre ha sido la
misma: sembrar terror por medio de masacres, desapariciones y
desplazamientos forzados de población.

 Con la ley de Justicia y Paz no hubo una finalización del paramilitarismo en


Colombia, lo que hizo este proceso fue una metamorfosis de estos grupos a
lo que hoy se conoce como BACRIM, que son bandas de delincuencia
común, financiadas por el narcotráfico y demás actividades ilícitas, que
buscan imponer autoridad territorial sobre zonas tanto urbanas como
rurales con métodos violentos tales como la desaparición forzada,
masacres y desplazamientos. Entonces se podría hablar de un neo-
paramilitarismo, uno que no tiene intereses políticos, pero que si sigue con
las dinámicas de limpieza social y seguridad de los paramilitares de antaño.
Esta metamorfosis debe ser estudiada más a fondo y tenida en cuenta en
los próximos procesos de paz, porque claramente no hacen parte del
conflicto armado ideológico de Colombia, pero tampoco entran en la
categoría de “problemas de seguridad” porque es un fenómeno
generalizado con estructura militar y expandido hacia varias zonas del
territorio nacional.

 Las víctimas del paramilitarismo, que representan un gran porcentaje del


número total de víctimas, tienen unas características diferentes a las

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demás. Debido a lo sanguinario que eran los métodos de violencia de los
paramilitares, el sufrimiento psicológico (un ámbito muy olvidado en
procesos de reparación) fue mayor, era necesario una reparación
psicológica en los núcleos familiares, especialmente en los niños. Además,
la búsqueda de la verdad de los crímenes cometidos por los paramilitares
es muy compleja, por la cantidad de masacres cometidas por parte de estos
grupos. Generalmente eran masacres cometidas en multitud, y también
habían desapariciones forzadas que la mayoría de las veces terminaban en
fosas comunes o en falsos positivos, lo que dificultaba los trabajos de
inteligencia y de reconocimiento de cadáveres. Así pues, la reparación
integral a las víctimas era un proceso mucho más complejo de lo que se
esperaba, velando siempre por la no violación de sus derechos
fundamentales durante el proceso, ya que se demostró que durante la ley
de Justicia y Paz se dio una violación de sus derechos a las víctimas.

 Hablando sobre el tema específico del desplazamiento, vemos que aunque


fue un método utilizado por los paramilitares, no tuvo tanta frecuencia como
en otros grupos armados. Sin embargo, es importante aclarar que las
masacres y desapariciones forzadas perpetradas por los grupos
paramilitares son causantes de desplazamientos masivos de población que
muchas veces no se registran o no son tenidos en cuenta dentro de la ley
de víctimas. También hay que tener en cuenta que cuando un núcleo
familiar o una comunidad decide dejar sus tierras por el conflicto que se
vive pero por alguna razón no puede hacerlo, también hay un
desplazamiento allí, y es importante aclararlo porque cuando un grupo
paramilitar decidía tomarse un pueblo, muchas de las familias que vivían allí
querían abandonar esa tierra por la violencia que se vivía, pero no podían
hacerlo porque al abandonar el pueblo, su vida y su integridad podía correr
peligro.

 Según el balance de políticas públicas que se realizó se pudo observar que


los diferentes gobiernos aún no han tenido una visión precisa sobre la
problemática social del desplazamiento, ya que es notorio la debilidad de
las instituciones gubernamentales para atender a la población en situación
de desplazamiento. De ahí radica las fallas de las políticas públicas. El
gobierno debe hacer un análisis mucho más detallado de la situación actual
del conflicto, el contexto social en el que viven las víctimas, evaluar las
nuevas formas de conflicto, para poder hacer políticas que vayan acorde
con lo que necesitan las poblaciones vulnerables.

 Como recomendación para este trabajo, es importante complementar toda


la información aquí recogida con un análisis sobre las causas del conflicto
armado en Colombia. La historia del paramilitarismo en el país es un
iceberg: es más la desconocida que la que la mayoría de colombianos
conocemos. Así que es importante hacer un estudio de cómo las élites
políticas y económicas hacen parte del conflicto, cuáles son sus intereses

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dentro de la guerra, y como esto afecta a la dinámica política y social de la
nación.

11. PROPUESTAS

 Crear un Centro Universitario de Memoria Histórica, un espacio para la


investigación sobre la historia de Colombia, el conflicto armado que
actualmente vive el país, y una recolección de cifras y testimonios sobre las
víctimas del conflicto. Esto se haría en alianza con el Centro Nacional de
Memoria Histórica y serviría para que los estudiantes encuentren
información sobre el contexto social de Colombia y se puedan abrir
espacios para la formulación de proyectos desde los diversos campos del
conocimiento para la solución de las problemáticas sociales que vive
actualmente Colombia. Además, este centro tendrá como misión lanzar
campañas para sensibilizar a la comunidad universitaria frente a la violencia
que vive nuestro país. También es importante que se caracterice el conflicto
en Medellín, cuáles son sus causas y consecuencias y de qué manera se
está dando, para poder formular estrategias paralelas para combatir con la
violencia en la ciudad.

 Intensificar los grupos de voluntariado de la universidad. Es importante que


los estudiantes vean en los grupos de voluntariado que ofrece la
universidad un espacio en el cual puedan compartir con comunidades
vulnerables y proyectar su carrera profesional al servicio de las poblaciones
que más lo necesitan. Siguiendo este orden de ideas, los grupos de
voluntariado deben abrir un espacio para que los estudiantes de diferentes
carreras profesionales puedan hacer proyectos desde su campo del
conocimiento al servicio de estas comunidades. Los grupos de voluntariado,
además de prestar servicios sociales deben buscar siempre la justicia y la
defensa de los derechos humanos de las personas más vulnerables del
contexto social.

 Crear un grupo de investigación sobre procesos de paz dentro del contexto


colombiano, aprovechando los diálogos que se están dando en la Habana.
Esto se puede hacer conjuntamente con la primera propuesta (Centro
Universitario de Memoria Histórica) y su objetivo sería trabajar el tema de la
paz desde el ambiente académico, para que la Universidad Nacional pueda
aportar al país propuestas y proyectos, ya sea desde el ámbito legislativo,
jurídico, político o social, para la construcción de la paz. Es importante que
desde lo académico y educativo se produzcan investigaciones sobre los
procesos de paz que se están dando en el país, para que el papel de la
Universidad Nacional de Colombia dentro de las dinámicas internas del país
se vea mucho más evidente.

12. BASE BIBLIOGRÁFICA

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Como referencias a este trabajo, se tuvieron en cuenta:

 Testimonios de víctimas de los paramilitares.


 Videos de declaraciones de exjefes paramilitares.
 Ley de víctimas y restitución de tierras del año 2012.
 Ley 387 de 1997.
 Ley de justicia y paz del año 2005.
 MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental: “Impunity”. Disponible
en: http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4
 “Derechos Humanos. Desplazados por la violencia en Colombia.”
Conferencia Episcopal Colombiana. Santafé de Bogotá. 1995.
 “Colombia Vive: 25 años de resistencia, memorias de un país sin memoria.”
Documental realizado en el 2007 por el Canal Caracol y la revista Semana.
 Rivera, Edgar de Jesús Velásquez. (2007). Historia del paramilitarismo en
Colombia. História (São Paulo), 26(1), 134-153. Recuperado en 20 de abril
de 2014, de http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0101-
90742007000100012&lng=es&tlng=es.10.1590/S0101-0742007000100012.
 ROMERO Mauricio. Paramilitares y autodefensas 1982 – 2003. Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI), 2003.
 PALACIO M & Safford F (2.002). “La Violencia Política en la Segunda Mitad
del Siglo XX.
 RIVAS, Pedro y Rey García. “Las Autodefensas y el Paramilitarismo en
Colombia (1.964-2.006). Facultad de Comunicación de la Universidad
Pontificia de Salamanca. 2.008.
 LOS NUEVOS GRUPOS ARMADOS DE COLOMBIA. INTERNATIONAL
CRISIS GROUP, Working to Prevent Conflict Worldwide. Informe sobre
América Latina No 20. 10 de mayo de 2007.
 SPRINGER, Natalia. “Desactivar la Guerra”. Aguilar. Colombia 2003.
 URIBE, María Teresa. “Las palabras de la guerra. Un estudio sobre los
lenguajes políticos de la guerras civiles del siglo XIX Colombianos”.
Universidad de Antioquia.
 Revista Huella, Fiscalía General de la Nación.
 GOMEZ I., Felipe. Desmovilización Paramilitar en Colombia: Entre la paz y
la justicia. En www.fride.org. 25 de abril de 2008.
 BEJARANO, Jesús Antonio. Una agenda para la paz. Aproximaciones
desde la teoría de la resolución de conflictos. (1995). Editorial Tercer
Mundo. Bogotá.
 Informe Nacional de Desplazamiento Forzado en Colombia 1985 - 2012.
Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
 Página web: www.verdadabierta.com
 Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la República.
 Centro de Memoria Histórica.

13. ANEXOS

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 ANEXO 1: MORRIS, Hollman; LOZANO, Juan José. Documental:
“Impunity”.

 ANEXO 2: Listado de masacres entre 1980 y 2012 - Marzo 2014. Centro


Nacional de Memoria Histórica.

 ANEXO 3: Informe de Desplazamiento 1985-2012. Unidad para la Atención


y Reparación Integral a las Víctimas. (2.013).

 ANEXO 4: Estadísticas Observatorio de Derechos Humanos de la


Vicepresidencia. Marzo 2.014.

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