La evidencia que presentamos anteriormente demuestra que el niño es capaz
de hacer frente a considerable estrés, contando con el apoyo de sus padres o de aquellos adultos que les sustituyan. Ya que el estrés debe tener un buen funcionamiento para preservar la vida, puede dañar la salud y bienestar cuando se activa demasiado tiempo o a menudo. Dando así que el pediatra es un profesional calificado, pues identifica los problemas del estrés tóxico y guiándolos a los padres e infante, con una buena planificación, estrategias, educando, orientando, previniendo y recomendando conocimiento ante los momentos de stress de forma individualizada. Finalmente se da conocer la normalidad del crecimiento y desarrollo de un niño para poder detectar anormalidades en este proceso, según cada etapa del ciclo vital; existen varios factores tanto exógenos y endógenos que puedan influenciar en el crecimiento. Además, las debidas acciones estimulantes que realizan los familiares del niño como hablarle, cantarle, jugar, leer, sentarse, etc.; mencionando la lectura como una estimulación muy importante, ya que ayuda al desempeño académico y general del niño.