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Homo Loquens
La posesión del lenguaje es lo que mejor nos caracteriza como humanos.
El criterio que se sigue para caracterizar los signos es su relación entre significante y significado. La
más habitual fue propuesta por Charles S. Pierce.
• Indicio: relación de causa y efecto, contigüidad física o mecánica. Es una relación directa.
• Icono: relación de semejanza (visual, olfativa, auditiva, táctil…)
• Símbolo: relación convencional, arbitraria. Las lenguas son sistemas de símbolos.
Signo lingüístico
La caracterización de símbolo más conocida se la debemos a Ferdinard de Saussure. Su significante
es la representación sonora de una palabra y su significado, el contenido asociada a ella (concepto,
no un objeto de la realidad).
Propiedades de signo lingüístico:
• Arbitrariedad: la relación entre significado y significante no es motivada, sino arbitraria.
• Linealidad del significante: en el habla los sonidos se producen de manera lineal, por lo
que los significantes aparecen uno tras otro
• Inmutabilidad: ningún usuario puede modificar individualmente la conexión entre
significado y significante.
• Mutabilidad: el significado o significante de un símbolo lingüístico pueden modificarse
con el curso del tiempo, ya que la relación entre ellos es convencional.
Canal vocal-auditivo: el lenguaje humano (excepto por las lenguas usadas por las comunidades
sordas → canal gestual-visual) se basa en la articulación y recepción de sonidos, que se produce en
las cuerdas vocales, y se recibe por el oído, ya que nuestro sistema auditivo posee capacidades
especializadas para discriminar sonidos. El uso del canal vocal-auditivo permite que el resto del
organismo quede libre para otras actividades.
Es importante remarcar esta como una de las características definitorias del lenguaje humano para
para no caer en el error de concebir la lengua escrita como la modalidad primaria y natural del
lenguaje.
Transmisión irradiada: las señales lingüísticas se transmiten por medio aéreo en todas direcciones
y puede ser captada por cualquier individuo que se encuentre a una distancia adecuada.
Recepción direccional: el oyente percibe las señales como provenientes de una dirección
determinada. Esto se debe a nuestra audición biaural.
Evanescencia: las señales vocales se desvanecen rápidamente y no perduran en el tiempo
Carácter discreto: el sistema fonador puede emitir una variedad muy amplia de sonidos, y sin
embargo, percibimos unidades discretas y diferenciables. Se reducen los sonidos de una lengua a los
pocos fonemas que identificamos.
Semanticidad: existe una asociación constante entre la materialidad de un signo y su significado.
Arbitrariedad: a relación entre significado y significante es arbitraria y convencional. Por esto, las
señales de las lenguas humanas pertenecen a la categoría de los símbolos.
Dualidad (o doble articulación): la expresiones lingüísticas se articulan (pueden analizarse) en
unidades menores. En primer lugar, unidades con significado (palabras y morfemas, primera
articulación) y unidades sin él (fonemas, segunda articulación). Está basada en que los signos
lingüísticos son arbitrarios y están compuestos por unidades discretas.
Productividad: no existe un repertorio limitado de cosas que se puedan decir. Hay un conjunto
finito de estructuras con el cual se puede crear un conjunto infinito de expresiones. Esto no solo
cuenta para los enunciados oracionales, sino que también toma en cuenta la capacidad de derivar y
construir palabras.
Especialización: los órganos implicados en el lenguaje tenían originalmente otras funciones, mas
se fueron especializado para la tarea lingüística. Las actividades físicas relacionadas con la
producción del lenguaje y las ondas sonoras que resultan de ellas no poseen otra función que la de
transmitir contenidos.
Desplazamiento: somos capaces de referirnos a acontecimientos de tiempos distintos al presente, a
personas que no están o que no existen. Además, la presencia de algo no nos obliga a hablar de ello
(libertad situacional).
Intercambiabilidad de roles: los roles de emisor y receptor pueden alternar. Todos los hablantes
están en capacidad de cumplir estas funciones.
Retroalimentación total: cada emisor escucha lo que dice, por lo que puede controlar su
producción y corregirse a sí mismo. Es importante porque hace posible interiorizar el propio
comportamiento lingüístico que, a su vez, constituye una parte del pensamiento.
Transmisión cultural: tenemos la capacidad de adquirir el lenguaje gracias a que el cerebro
humano posee capacidades que, sumadas a las físicas, permiten el desarrollo del habla. Sin
embargo, si no se está expuesto desde la infancia al uso de una lengua, el individuo no es capaz de
desarrollar el lenguaje.
La comunicación animal
Perspectivas y enfoques
Enfoque sincrónico y diacrónico
El enfoque diacrónico, en el cual se centraban los estudios lingüísticos del siglo XIX, se ocupa de
las transformaciones en subsistemas concretos a lo largo de la historia, mientras que el sincrónico se
ocupa de estudiar una lengua en un momento concreto (no necesariamente el presente).