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TERRITORIO Y PAISAJE
HOMENAJE A
M.ª DOLORES FERNÁNDEZ POSSE
Directora
Alicia Perea (CSIC)
Secretaria
Inés Sastre (CSIC)
Comité Editorial
Carmen Cacho (Museo Arqueológico Nacional)
Teresa Chapa (Universidad Complutense)
Pedro Díaz del Río (CSIC)
Manuel García Heras (CSIC)
Juan Pereira (Universidad Castilla-La Mancha)
Salvador Rovira (Museo Arqueolóogico Nacional)
Consejo Asesor
Federico Bernaldo de Quirós (Universidad de León)
Concepción Blasco (Universidad Autónoma de Madrid)
Francisco Burillo (Universidad de Zaragoza)
Victorino Mayoral (CSIC)
Ignacio Montero (CSIC)
Felipe Criado (CSIC)
Nuno Ferreira (Universidade do Algarve)
Antonio Gilman (California State University-Northridge)
Gonzalo Ruiz Zapatero (Universidad Complutense)
Assumpciò Vila (CSIC)
Bernat Martí (Servicio Investigación Prehistórica, Valencia)
Lourdes Prados (Universidad Autónoma de Madrid)
ARQUEOLOGÍA, SOCIEDAD,
TERRITORIO Y PAISAJE
ESTUDIOS SOBRE PREHISTORIA RECIENTE,
PROTOHISTORIA Y TRANSICIÓN
AL MUNDO ROMANO
EN
HOMENAJE A
M.ª DOLORES FERNÁNDEZ POSSE
Las noticias, los asertos y las opiniones contenidos en esta obra son de la exclusiva
responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable
del interés científico de sus publicaciones.
© CSIC
© Primitiva Bueno, Antonio Gilman, Concha Martín Morales, F.-Javier Sánchez-Palencia
(eds.) y de cada texto, su autor
NIPO: 472-10-244-7
ISBN: 978-84-00-09264-1
Depósito Legal: M. 3.291-2011
Impreso en Fareso, S. A.
Paseo de la Dirección, 5. 28039 Madrid
Impreso en España. Printed in Spain
Presentación .......................................................................................................................................................... 9
ALICIA PEREA
Factor tecnómico para el estudio de la producción y consumo de oro en sociedades premonetales: la
estandarización
Technomic agency in the study of gold production and consumption in premonetary societies: standardization ........ 25
GERMÁN DELIBES DE CASTRO, MIGUEL A. MORENO GALLO, ALEJANDRO DEL VALLE GONZÁLEZ
Dólmenes de Sedano (Burgos) y criadero cuprífero de Huidobro: una relación todavía posible
The dolmens of Sedano (Burgos) and the copper ore deposit of Huidobro: a relation still possible ............................ 35
ANA M. S. BETTENCOURT
Estruturas e práticas funerárias do Bronze Inicial e Médio do Noroeste Peninsular
Early and Middle Bronze Age funerary rituals and structures in the Peninsular Northwest .................................... 115
JORGE ROLLAND CALVO, M.ª ISABEL MARTÍNEZ NAVARRETE, JUAN M. VICENT GARCÍA
Economía política y minería prehistórica: el complejo minero-metalúrgico de Kargaly desde una pers-
pectiva comparativa
Political economy and prehistoric mining: the mining and metallurgical complex of Kargaly from a comparative
perspective ................................................................................................................................................................ 163
DOMINGO PLÁCIDO
Las denominaciones étnicas sobre la raíz *celt- en la Península Ibérica
Ethnic names with a *celt- root in the Iberian Peninsula ........................................................................................ 323
F.-JAVIER SÁNCHEZ-PALENCIA, ALBERTO VAUDAGNA, JUAN LUIS PECHARROMÁN, ALEJANDRO BELTRÁN, BRAIS CURRÁS,
FERNANDO ALONSO, MARÍA RUIZ DEL ÁRBOL
La zona minera de La Bessa (Biella, Italia) como precedente republicano de la minería de oro en
Hispania
The Bessa mining zone (Biella, Italy): a republican precedent to gold-mining in Hispania ..................................... 329
LUIS FCO. LÓPEZ GONZÁLEZ, YOLANDA ÁLVAREZ GONZÁLEZ, MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ MARCOS
Pervivencias e innovaciones en el castro minero de Santa María de Cervantes (Cervantes, Lugo): la
ordenación del espacio doméstico
Continuity and innovation in the mining castro of Santa María de Cervantes (Cervantes, Lugo): domestic space
organization ............................................................................................................................................................ 397
María Dolores Fernández-Posse (Pachula para Palencia, consistió en una serie de estudios que
todos sus conocidos) empezó su carrera científica tenían como objetivo investigar el impacto de la
como alumna de Antonio Arribas en la Univer- conquista romana sobre los pueblos indígenas
sidad de Granada. Desarrolló su notable capaci- del Noroeste peninsular, con atención particular
dad como arqueóloga en las excavaciones que el al papel de la minería del oro. Esta labor incluía
equipo de Arribas efectuaba por entonces en los una importante valoración patrimonial, que cul-
asentamientos del Cerro de la Encina (Monachil) minó con el reconocimiento por la UNESCO de
y la Cuesta del Negro (Purullena) y completó su la zona minera de Las Médulas como Patrimonio
doctorado en 1980 con su tesis, «El final de la Mundial o de la Humanidad 2. Toda esta tarea la
Edad del Bronce en la Meseta Norte: la Cultura desarrolló, por supuesto, al margen de sus obli-
de Cogotas». Paralelamente, entró a formar parte gaciones en el Ministerio, y sólo quedó frenada
de los servicios técnicos de Arqueología del Mi- por su enfermedad final.
nisterio de Cultura en 1975, cuando a través de La trayectoria profesional de Pachula coinci-
Arribas conoció al que entonces era su respon- dió con el cambio de orientación teórica de la
sable, Juan Maluquer de Motes; en ellos trabajó prehistoria peninsular a partir de los años 70 del
hasta su muerte prematura en 2007. siglo pasado. Pachula se formó como una arqueó-
Gran experta en cerámica, su magnífica mano loga de la orientación normativista dominante de
era una extensión de su auténtico ojo clínico la cual su maestro Arribas fue un insigne ejemplo.
para reconocer, identificar, clasificar y valorar. Su trabajo doctoral, con su cuidadosa atención a
Aún en épocas a las que se dedicó poco, como la ascendencia tipológica de la decoración, conci-
el Neolítico, algunos de sus trabajos continúan be la formación de la cultura de Cogotas en los
siendo citados por lo acertado de sus propuestas. términos que Pere Bosch-Gimpera había aprendi-
Nadie como ella para sintetizar un tema, extraer- do de su maestro Gustav Kossinna y transmitido
le su jugo más recóndito y buscar recovecos en a sus seguidores de la Escuela de Barcelona: Co-
los que apoyarse para subir nuevos escalones en gotas se formaría por la combinación de grupos,
la interpretación. unos campaniformes, otros descendientes del
Su labor científica postdoctoral tuvo dos face- Neolítico de cerámicas impresas, otros más per-
tas principales. La primera fue la investigación so- tenecientes a un Bronce clásico, cada uno contri-
bre las Edades del Cobre y del Bronce en el cua- buyendo con sus distintas tradiciones decorativas
drante sudeste de la Península Ibérica. Cuando a una nueva formación cultural. De igual manera
se hizo cargo de la Subdirección de Arqueología sus trabajos iniciales sobre la cultura castreña del
del Ministerio de Cultura, Manuel Fernández-Mi- Noroeste interpretan la romanización como un
randa reconoció inmediatamente las capacidades proceso de implantación de las ideas romanas
de Pachula y la integró como colaboradora en va- entre las comunidades indígenas.
rios proyectos interrelacionados dirigidos por él Cuando Pachula empezó a trabajar sobre el
y centrados en el sudeste peninsular 1. La segun- Bronce de la Mancha se encontró con un registro
da, iniciada en colaboración con Javier Sánchez- al que ella va a dar una interpretación funciona-
lista: poblados con diferentes situaciones geográ-
1
Estos incluyen las excavaciones en Almizaraque
ficas y características arquitectónicas compartían
(véase, por ejemplo, Delibes et al. 1986), el proyecto de una cultura material notablemente uniforme, ya
Arqueometalurgia de la Península Ibérica (Fernández- que «no son seguramente otra cosa que la ex-
Posse et al. 1999), las prospecciones en la cuenca de Vera presión de diferentes procesos de adaptación...
(Delibes et al. 1996), las excavaciones en El Acequión por parte de distintos grupos sociales que posi-
(Fernández-Miranda et al. 1990) y el estudio del patrón de
asentamiento durante la Edad del Bronce en la Mancha
2
oriental (Fernández-Posse et al. 2008). Véase, por ejemplo, Sánchez-Palencia et al. (2002).
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A la memoria de M.ª Dolores Fernández-Posse, Pachula, quien, entre otras muchas cualidades,
sabía pensar por sí misma. En recuerdo de los espacios y tiempos compartidos que
integraron una etapa importante de nuestra historia personal y colectiva.
Mi propósito en este trabajo es intentar aportar La primera reflexión que se me ocurre tiene
algunas reflexiones, no exentas de dudas y preguntas, que ver con el tiempo histórico y con el espacio
sobre los diferentes significados atribuidos al espacio histórico en los que nos encontramos quienes
y al tiempo en el estudio de las sociedades del pasa-
do, especialmente en la investigación arqueológica.
intentamos conocer el pasado a través de la ar-
Espacio y tiempo son inseparables, por lo que cual- queología.
quier análisis espacial no puede ignorar la dimensión Estamos en el año 2008, de nuestra era o, si
temporal. Aplicado a la prospección arqueológica de se prefiere, en el siglo XXI, pero la cronología por
carácter territorial, creo que hay que cuestionar la sí sóla no nos aclara demasiado. Vivimos en un
validez del carácter diagnóstico «crono-cultural» del territorio del denominado primer mundo que, se
registro prehistórico de superficie. dice, se escribe y se oye, está en crisis. Los emi-
grantes africanos que vienen a Europa malviven
Palabras clave: Datación. Métodos de prospección ar- en el siglo XXI, según nuestra cronología, en otros
queológica. Sureste de la Península Ibérica. territorios denominados tercer o cuarto mundo,
pero su tiempo histórico es muy diferente del
nuestro.
ABSTRACT
«El historiador refleja el tiempo en que vive,
In this paper I try to show some reflections, doubts aunque no siempre se dé cuenta de ello. La crisis
and questions, on different meanings of space and de la ciencia histórica de nuestro tiempo es un
time in the past societies research, specially in ar- reflejo de otra crisis más profunda...» (Fontana
chaeological research. Space and time cannot be 1998: 169).
separated, so any spatial analysis has to include a tem- La cita de Fontana pertenece a un texto que
porary dimension. According to this premise, I think tiene diez años, pero no lo parece.
that, in archaeological survey, the chronological and Se ha inaugurado la «sociedad del conoci-
«cultural» validity of surface archaeological record is miento», y parece que el «progreso», que ha go-
questionable.
zado de una vida bastante larga, va siendo susti-
Key words: Dating. Archaeological survey methods. tuido en los discursos dominantes por otro más
Southeastern Iberian Peninsula. acorde con los tiempos: la innovación.
Innovación y conocimiento se utilizan sin adje-
tivos, igual ocurría con progreso, parece que no
necesitan concreción. La concreción y la práctica
siempre acarrean problemas, cuando se intentan
encajar con el discurso teórico.
* Departamento de Historia, Geografía e Historia del «La historia estudia las formas que los hom-
Arte. Universidad de Almería. Cañada de San Urbano s/n. bres han tenido de relacionarse entre sí y con
04120 Almería. Correo electrónico: cpadilla@ual.es. la naturaleza. Para relacionarse entre sí y con
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ALICIA PEREA *
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FIGURA 1. Espacio de poder donde se desarrolla el acuerdo social de la estandarización, en relación con los ámbitos tecnológicos.
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Estos depósitos de espirales constituyen un ejemplo de Con ello no queremos hacer del fenómeno «colonial»
la debilidad de las categorías establecidas desde la arqueolo- el motor del cambio social durante la última etapa de le
gía procesual para explicar el fenómeno de las ocultaciones, Edad del Bronce, sino sólo uno de los factores que pesaron
y hablaría en favor de una revisión teórica e historiográfica en la balanza. Sin embargo, como más adelante argumen-
del problema, que ha sido recientemente planteado con tamos, sí constituyó un factor determinante en el cambio
gran clarividencia por R. Vilaça (2007). tecnológico, dentro del campo de la metalurgia.
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RESUMEN INTRODUCCIÓN
La documentación arqueológica del hábitat de En los primeros escritos dedicados a los mega-
la Nava Alta permite relacionar las más antiguas ex- litos de La Lora burgalesa y más concretamente
plotaciones cupríferas de Huidobro con el conjunto
a aquellos localizados al noreste de Sedano, en
dolménico de Sedano. Las analíticas de las azuritas así
lo demuestran. Ello propone su antigua explotación, la paramera que uniendo los valles de Gredilla y
probablemente entorno al 3.000 a. C. Su antecedente Villaescusa actúa a cierta distancia como margen
en exploraciones mineras más antiguas de la misma derecha del valle del Ebro, late sin excepciones
zona orientadas a la obtención de materias primas de el convencimiento de que dicho foco megalítico
adorno repite comportamientos conocidos en otras surgió precisamente allí por el incentivo que para
áreas europeas. las comunidades prehistóricas de la zona hubo
de representar el inmediato criadero de cobre
Palabras clave: Megalitismo. Minería de azurita y de de Huidobro. Así se dice en las primeras notas
azabache. sobre los dólmenes sedaneses (Huidobro 1956);
de forma parecida se expresa J. L. Uribarri en el
discurso sobre el megalitismo burgalés pronun-
ABSTRACT ciado con ocasión de su ingreso en la Institución
Fernán González de Burgos (Uribarri 1975: 59); y
The archaeological record found at the Nava Alta
algo no muy distinto se sugiere tanto en la Tesis
habitat shows a relation between the Huidobro cop-
per mines and the Sedano dolmen group, as proved Doctoral de uno de nosotros, leída también por
by the azurite analyses. Thus, a very ancient exploita- esas fechas (Delibes 1975), como en la Memoria
tion, perhaps around 3000 BC, can be deduced. Older de Licenciatura un poco posterior de J. Campillo
mining activity in the same area, though carried out (1980).
in search of raw materials for ornamentation, repeats Hoy tal hipótesis difícilmente encontraría va-
patterns witnessed in other European areas. ledores, pero en aquel tiempo no resultaba en
modo alguno descabellada al conservar plena
Key words: Megalithic. Azurite and jet mining. vigencia la idea de que el «Bronce I Hispáni-
co», según definición de Martínez Santa-Olalla
(1946), abarcaba tanto la fase más avanzada de
la cultura de Almería, con el corolario del Vaso
Campaniforme, como el desarrollo completo de
los sepulcros megalíticos a los que, además, en-
tonces se consideraba simples versiones tardías
* Departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropo- (a veces, incluso, «formas degeneradas») de los
logía Social y Ciencias y Técnicas Historiográficas. Univer- tholoi «orientales» de Los Millares. De esta mane-
sidad de Valladolid. Correo electrónico: delibes@fyl.uva.es. ra, los dólmenes pasaban por ser monumentos
** Departamento de Ciencias Históricas y Geografía. del Eneolítico y, en consecuencia, la expansión
Universidad de Burgos. Correo electrónico: mamgallo@
ubu.es. megalítica se atribuía con toda naturalidad a in-
*** Área de Cristalografía y Mineralografía. Universidad cursiones exploratorias de regiones ricas en co-
de Valladolid. Correo electrónico: valle@fmc.uva.es. bre llevadas a cabo por comunidades precozmen-
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sección de los taludes de las lindes de los cultivos que más abunda. Hechas a mano, presentan su-
llegamos deducir que el depósito arqueológico, perficies de color marrón claro, pero al romper
discontinuo y de muy poca entidad, yace bajo descubren pastas muy negras con —en las piezas
más de medio metro de sedimentos, hecho que mayores— toscos desgrasantes calcáreos. Aunque
explica por qué los arados apenas si arrancan resulte llamativo su alto grado de fragmentación,
materiales y por qué estos son tan escasos a flor
de tierra. En consecuencia, casi todos los hallaz-
gos (restos de cultura material y pequeños car-
bones vegetales, más algún excepcional hueso de
mamífero) se concentran en la banda despejada
del ya mencionado camino de Gredilla, muy pen-
diente, que cruza perpendicularmente La Nava,
y ello debido tanto a la erosión que produce la
cuchilla mecánica al regularizar periódicamente
su firme como, no menos importante, a la ac-
ción de las lluvias de invierno y primavera que
abren cárcavas, arrastran sedimentos y lavan sue-
los, para acabar dejando a la vista parte de los
restos desplazados.
Dentro de la tónica pobre de hallazgos a la FIGURA 2. Vista desde el noroeste del emplazamiento,
que hemos aludido, las cerámicas son el material marcado con la flecha, de La Nava-Rehoyo, Nocedo (Burgos).
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en particular los humanos, descienden considera- Huidobro. Sólo por el este, un relieve considera-
blemente su velocidad de desplazamiento cuando blemente más tendido (el páramo) hace posible
se encuentran con fuertes pendientes, y toman que los bordes del polígono y del círculo prácti-
los ríos, particularmente en la prehistoria, sin in- camente coincidan. Este sería, pues, el territorio
fraestructuras de tránsito posibles, como barreras económico básico de los pobladores de La Nava
naturales casi infranqueables. Por esas razones, de Rehoyo y dentro de él encontraríamos:
en la mencionada Figura 5 aparece también una
línea negra que delimita, con la precisión que a) 15 enterramientos tumulares de variada
aportan los Sistemas de Información Geográfi- tipología —algunos megalíticos— en el radio de
ca (Moreno Gallo 2004), el polígono en el que acción de una hora de desplazamiento:
teóricamente se desenvolvería un ser humano sin
alejarse más allá de una hora del yacimiento de — El Moreco, de Huidobro. 42º 45’ 17,6’’ N
La Nava. Para realizar el cálculo se ha tenido en - 3º 41’ 30,8’’ W – 1.062 metros sobre el
cuenta la fricción o la ralentización que se produ- nivel del mar (m.s.n.m.). Tiene un diáme-
ce en los desplazamientos horizontales a medida tro aproximado de 25 metros y una altura
que el terreno se inclina y las cuestas y pendientes aparente de 2,5. Fue excavado y posterior-
comienzan a ser más acusadas. El modelo mate- mente restaurado, aunque revele hoy cierto
mático devuelve un polígono alejado del círculo abandono. Se trata del primer dolmen des-
teórico de cinco kilómetros, principalmente en crito en tierras burgalesas y adopta la forma
aquellos ejes que coinciden con la presencia de de sepulcro de corredor (Robredo 1954).
relieves de mayores magnitudes, que, en nuestro — Cruce de Fuente Blanquilla, de Huidobro.
caso, son los escarpes de los cañones y valles muy 42º 44’ 54,3’’ N - 3º 40’ 39,9’’ W – 1.054
encajados de los ríos: por el sur del Moradillo, m.s.n.m. Túmulo de 8 metros de diámetro
por el oeste del arroyo de Las Puertas y del Ru- y 0,8 de altura, con un cráter central en el
drón, y por el norte del Ebro y de la cubeta de que asoman dos lajas. Descubierto por Mi-
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que —por razones que entendemos sobre todo traslados del hábitat de muy corto radio dictados
de dominio visual— los dólmenes se instalan in- tanto por las exigencias de la actividad ganadera
variablemente en lo alto de la paramera, evitando (el clima como telón de fondo), como por la
el fondo de los valles y las empinadas cuestas necesidad —en el marco de una agricultura ex-
que median entre ambos, no lo es menos que tensiva— de rotar periódicamente los campos de
en la mayoría de los casos —sucede, además de cultivo. He ahí probablemente la causa de que
en El Moreco, en Las Arnillas, en La Nava Ne- los hábitats megalíticos de la zona fueran tan
gra, en Ciella, en Fuente Pecina, en Porquera de irrelevantes y tan anodinos como el de Rehoyo:
Butrón y en Sargentes— sus constructores insis- no eran aldeas sino estancias de grupos familia-
tieron en emplazarlos en pequeñas depresiones res menores que, además, se vieron afectadas
del referido altiplano haciéndolos coincidir con por unas formas de vida que todavía contem-
las cuencas de cabecera de una serie de arroyos plaban cierta movilidad.
tributarios del Moradillo, del Rudrón y del Ebro.
¿La razón probable? Que se trata, con diferen-
cia, de las tierras de mayor potencial agrícola, Nuestro asentamiento sería, por tanto, sólo
dotadas de suelos relativamente profundos y con la huella de una de las estancias de uno de los
gran capacidad para retener la humedad, lo que diversos grupos familiares que explotaban este
explica por qué todavía en la actualidad su apro- sector de la paramera, 8 de modo que el cálcu-
vechamiento es prioritario. lo efectuado páginas atrás, situando en el área
de captación de Rehoyo —una velada invitación
Esta cerealicultura de secano, que en La Lora a atribuírselos— nada menos que dieciséis tú-
obliga a permanecer junto a los campos durante mulos, difícilmente se sostiene. El modelo que
nueve o diez meses (desde la siembra, efectuada proponemos sugiere, muy al contrario, que cada
a favor de las primeras lluvias de otoño, hasta la una de tales construcciones fue la sepultura de
siega en agosto), certifica la ocupación del terri- un grupo familiar distinto, tan pequeño como el
torio por parte de las comunidades megalíticas afincado en Rehoyo, con lo cual, casi inadvertida-
a lo largo del ciclo anual completo y descarta mente, regresamos a uno de los principios más
que los dólmenes fueran la manifestación fune- universales del megalitismo: a la hora de fijar
raria de una población sólo presente allí durante sus territorios y de construir el paisaje, aquellas
el verano. Las dolménicas de este espacio, por primitivas sociedades loriegas, conscientes del
tanto, fueron gentes campesinas estantes que carácter ocasional de sus hábitats, no dudaron
encontraron más oportunidades para la subsis- en utilizar como principal instrumento sus ma-
tencia en la paramera (hazas de cultivo y pastos) jestuosos sepulcros dolménicos.
que en los estrechos y profundos valles, y a las
que una naturaleza más bien rácana obligó a 8
A fuerza de tanto insistir en la importancia de los
vivir en un régimen de gran dispersión, sin la recursos del páramo, corremos el riesgo de olvidar otros
oportunidad de organizarse en aldeas estables aprovechamientos complementarios en los cañones y los
de cierta complejidad y tamaño. Comunidades vallejos marginales del Ebro, del Rudrón y del Moradillo.
muy pequeñas y dispersas, en suma, en un am- No es improbable, por ejemplo, que los ganados abrevasen
en ellos en los meses más cálidos del verano, salvando para
biente condicionado por unos recursos bastante ello los 300 metros de desnivel existentes entre ellos y la
limitados y por una baja densidad demográfica, paramera. Pero el escenario de la vida cotidiana estaba fun-
en el que bien podrían adquirir sentido ciertos damentalmente en la paramera y las navas altas adyacentes.
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FIGURA 1. Intervenciones en yacimientos megalíticos de la cuenca interior del Tajo del equipo de la UAH.
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bellota en la primera mitad del III milenio cal BC. se les venía aplicando (Senna-Martínez 1996). A
Las improntas de hojas de encina en dos vasos ello vienen a sumarse los datos que hemos obteni-
calcolíticos del Espinillo, ya en la provincia de do de otros cultivos. Este es el caso de las legum-
Madrid, (Baquedano et al. 2000: 129), reiteran bres detectadas en el mismo hogar del Castillejo
el valor de la dehesa en el marco económico de al que antes hacíamos referencia. La rotación
la Meseta Sur. entre trigos de invierno y legumbres es un hecho
Los constructores de megalitos de la Meseta bien documentado en los establecimientos de los
eran agricultores de trigo, lo que propone dudas primeros neolíticos, que obtiene confirmación
acerca de los estrictos modelos de movilidad que en Toledo, y que pone sobre la mesa una reali-
57
dad de poblaciones mucho menos móviles y, por Nuestra historia parte ahora de supuestos muy
tanto, con mayores capacidades de generación de distintos, al poder confirmar el inicio de asenta-
excedente y de complejidad social. mientos estables con agricultura de rotación de
Las cabañas en el entorno de Azután y bajo cultivos, ganadería y explotación de productos
su túmulo (Bueno et al. 2005a), confirman siste- secundarios en la segunda mitad del V milenio
mas de asentamiento recurrente que tienen en el cal BC. al interior de la Península Ibérica. Por
depósito de los ancestros su imagen más identifi- tanto en fechas idénticas a las que se barajan
cativa. Su preferencia por zonas fácilmente irriga- para el resto de Europa (Lichardus et al. 1995).
bles, caso de las terrazas antiguas del Tajo (Bueno Otros productos alimenticios, no sólo poseen
et al. 2002a: 73), insiste en el papel del uso de rango valorable en el análisis de la dieta, sino en
los recursos naturales a favor de una práctica real el análisis de patrones de desigualdad. Nos refe-
de la agricultura del trigo. rimos a la miel y a la sal. Dos materias muy dis-
La de cebada, en preparados que quizás se tintas, pero ambas susceptibles de transacciones
usaron como base para la elaboración de cerveza que pudieron generar excedentes en los grupos
en el poblado Los Picos-Fontarrón, en el Valle de de la prehistoria reciente que ahora nos ocupan.
Huecas, durante la primera mitad del III milenio Los restos de miel de una de las vasijas del ni-
cal BC, se ve confirmada en la identificación de vel bajo túmulo de Azután, asociada a una fecha
este alcohol en el ámbito del ritual funerario de C14 de 5250 + 40 BP (Beta 157731) (Bueno et
la necrópolis de Valle de las Higueras (Bueno et al. 2005a: 74), constituyen los más antiguamen-
al. 2005b). te datados en Europa. Su uso como conservante
En ese marco económico conectable con la (Juan y Matamala 2005: 240) es una opción, que
revolución de los productos secundarios (Sherrat no puede descartar posibles usos como bebida,
1981), los datos sobre la ingesta de productos ya que los restos están asociados a diatomeas,
lácteos en los enterrados en Azután y El Casti- planteando su relación con el hidromiel (Bueno
llejo, son del mayor interés, pues sitúan una eco- et al. 2005a: 28). Una confirmación en este senti-
nomía avanzada de carácter agropecuario en la do procede de nuestros trabajos en la necrópolis
segunda mitad del V milenio cal BC, y primera de Valle de las Higueras, donde un cuenco de la
mitad del IV milenio cal BC. en la Meseta Sur. La cueva 3, poseía hidromiel. Se trata de una vasija
primera mitad del III milenio cal BC, cronología lisa, asociada a una fecha C14 del 3830 + 40 BP
muy poco representada en el espectro cronoló- (Beta - 157732). El campaniforme también está
gico de la Meseta Sur, está protagonizada por representado en la misma cueva (Bueno et al.
los datos procedentes del área habitacional Los 2005b: 76).
Picos-Fontarrón, en el Valle de Huecas, dónde el Si la miel fue una materia prima muy solicita-
contenido de una vasija ha confirmado el uso de da en la Prehistoria (Bui y Girard 2003), Azután
lácteos probablemente elaborados (Juan y Mata- demuestra que esos requerimientos pudieron
mala 2003). formar parte muy pronto de los usos y costum-
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Tabla 2. Contextos funerarios del VI al III milenio cal BC. en Toledo, Madrid y
Guadalajara.
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LÁMINA 2. Cuentas de variscita de la cueva 1 de Valle de las Higueras. Puñal y Palmela de la cueva 1 de Valle de las
Higueras, y puñalito de la cueva 4 de Valle de las Higueras. Fotos R. de Balbín.
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VICENTE LULL *
RAFAEL MICÓ *
CRISTINA RIHUETE HERRADA **
ROBERTO RISCH *
75
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79
80
FIGURA 1. Localización de los yacimientos a los que corresponden las dataciones radiocarbónicas incluidas en el análisis
(realización: Sylvia Gili, Servei d’Anàlisis Arqueológiques, Universitat Autònoma de Barcelona).
81
9
Los valores calibrados han sido calculados mediante el
programa Calib 5.10, que utiliza la versión más reciente de
la curva de calibración (Reimer et al. 2004). Se ha aplicado
la opción «promedio móvil» (moving average), estimado en
el doble de la desviación estándar del resultado radiocar-
bónico convencional.
10
La siguiente datación susceptible de ser incluida ha-
bría sido Bln-4772 (1788±39 ane), correspondiente al yaci-
miento de Fuente Álamo y obtenida a partir de una muestra
de carbón. Sin embargo, la hemos desestimado y hemos
optado por limitar la serie argárica a las dos dataciones de
Gatas y Fuente Álamo. A ello ha contribuido positivamen-
te la proximidad cronológica entre ambas y el hecho de GRÁFICO 2. Intervalos de calibración de las dataciones
proceder de contextos arqueológicos y tipos de muestra incluidas en el análisis (en negro, amplitud a 1s; en claro,
afines, factores que consideramos conferían uniformidad y a 2s). Se añaden los intervalos resultantes de la suma de
solidez al análisis. probabilidades de las series calcolítica y argárica.
82
TABLA 1. Serie de dataciones radiocarbónicas correspondientes al final del grupo arqueológico de Los Millares. 11 1
Valor C14
Código Calibración 1 y 2s (cal
Yacimiento convencional Información contextual Bibliografía
laboratorio ANE)
(ane)
Gatas OxA-10994 1815±38 1s [2245 - 2125] 1, Hueso humano Lull et al. 2004: 247.
2s [2301 - 2053] 1, (mujer). Inhumación
en cista (tumba 42).
Fuente Álamo KIA-22261 1810±25 1s [2207 - 2140] 1, Astrágalo derecho Van Strydonck et al.
2s [2276 - 2122] (hombre adulto). 2004: 143 (publicada
0,951382 Inhumación doble en aquí erróneamente
[2084 - 2055] cista (tumba 69). como tumba 96)
0,048618
TABLA 2. Serie de dataciones radiocarbónicas correspondientes al inicio del grupo arqueológico argárico. 12 2
TABLA 3. Series calcolítica y argárica. Suma de probabilidades de las respectivas dataciones calibradas.
11
A la hora de seleccionar la datación más reciente del grupo arqueológico de Los Millares en las tierras bajas del
sureste, no hemos considerado lo bastante fiable la datación más reciente de Zájara (con código de laboratorio inédito
y valor 1760±100 ane), debido a su elevada desviación tipo y al hecho de que la muestra datada (carbón) proviene de
un contexto de relleno aún sin documentar por completo (estructura excavada del corte 31; Cámalich y Martín 1999:
90-93). Así, la datación más fiable para establecer el límite reciente del Calcolítico procede del yacimiento de Las Pilas
(IRPA-1027). Entre ésta y la más alta de las consideradas aquí, Lorca-Madres Mercedarias (IRPA-1210), hallamos otras
que no han sido incluidas por varias razones. Una datación de Almizaraque (KN-73: 1860±120 ane) presenta una elevada
desviación tipo y, además, procede de una muestra tomada de un contexto superficial. Una de las dataciones de Zájara
(con código de laboratorio inédito y valor 1870±100 ane) también presenta una elevada desviación tipo. Así mismo, ha
quedado fuera una segunda datación de Las Pilas (IRPA-1030: 1870±60 ane) debido a su desviación tipo mayor que ±50
y a fin de evitar posibles redundancias respecto a la ya citada IRPA-1027. La datación Beta-135669 del Fortín 4 de Los
Millares ha sido excluida por su desviación tipo (1880±70 ane). Finalmente, hemos preferido la datación de Lorca-Madres
Mercedarias (IRPA-1210) a la prácticamente idéntica de la Calle Cava de la misma localidad (UtC-5526: 1880±40 ane),
debido a que la primera fue realizada a partir de una muestra de vida corta procedente de un hogar y, por tanto, es de
esperar que represente con mayor exactitud el último uso de un contexto habitacional calcolítico. Además, la datación
de Madres Mercedarias posee una desviación tipo menor que la de Calle Cava.
12
Dos dataciones radiocarbónicas de Gatas se sitúan ligeramente por encima de OxA-10994, pero han sido desestima-
das por varias razones. UtC-1438 (1840±70 ane), obtenida a partir de una muestra de carbón de los conjuntos argáricos
más antiguos en la Ladera Media del cerro, presenta una desviación estándar demasiado elevada. Este mismo criterio es
aplicable a OxA-4963 (1825±55 ane), aunque en este caso intervienen otras consideraciones. La datación fue obtenida a
partir de una muestra de restos humanos recogidos en la tumba 13 durante las excavaciones de los Siret. La ubicación,
características y documentación de esta sepultura no permiten clasificarla inequívocamente dentro de los cánones argáricos.
Por otro lado, entre las dos dataciones finalmente seleccionadas (Gatas OxA-10994 y Fuente Álamo KIA-22261) halla-
mos una correspondiente al casco urbano de Lorca (Calle Rubira 12) (UtC-3437: 1810±100 ane), excluida por su elevada
desviación tipo.
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84
Preguntas
Condicionante previo (prior) en la calibración de las series radiocarbónicas
1 2 3
(a) Serie calcolítica anterior a argárica 1,0 0,0 0,0
(c) Serie calcolítica anterior y colindante con argárica 0,999 0,0 0,0
(g) Límite final serie calcolítica = límite inicial serie argárica 0,790 0,157 0,008
(e) Serie calcolítica anterior y se solapa a la argárica 0,891 0,108 0,0
(i) Serie calcolítica contemporánea a argárica 0,753 0,246 0,0
(j) Ausencia de relación entre las series calcolitica y argárica 0,836 0,125 0,010
(f) Serie calcolítica se solapa con el final de la argárica y es posterior 0,596 0,337 0,107
a ésta
TABLA 5. Análisis probabilísticos sobre las series calcolítica y argárica calibradas en función de diferentes condicionantes a priori.
Los valores expresan la estimación de probabilidad (P) (valor = 1: práctica seguridad en sentido afirmativo; valor = 0: práctica
imposibilidad) en respuesta a tres preguntas, cuyos enunciados son los siguientes:
1. ¿Cuál es la probabilidad de que el periodo comprendido entre alfa 1 (el límite superior de la serie calcolítica) y theta 4 (IRPA
1027, la fecha calcolítica más reciente) sea anterior al evento representado por theta 5 (OxA-10994, la fecha argárica más
antigua)?
2. ¿Cuál es la probabilidad de que el periodo comprendido entre alfa 1 (el límite superior de la serie calcolítica) y theta 4 (IRPA
1027, la fecha calcolítica más reciente) contenga el evento representado por theta 5 (OxA-10994, la fecha argárica más antigua)?
3. ¿Cuál es la probabilidad de que el periodo comprendido entre alfa 1 (el límite superior de la serie calcolítica) y theta 4 (IRPA
1027, la fecha calcolítica más reciente) contenga el evento representado por beta 2 (el límite inferior de la serie argárica)?
85
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87
TABLA 6. Principales series radiocarbónicas de yacimientos del grupo arqueológico de Los Millares. Se recogen los intervalos
de calibración a 1 y 2s de la suma de probabilidades de cada serie particular. Yacimientos ordenados en sentido descendente
teniendo en cuenta el límite inferior del intervalo a 2s.
Las Angosturas y Zájara). Ello refuerza la idea de Gor, ya que en este caso la duración demarcada
que el final del Calcolítico se produjo antes de por su serie radiocarbónica resulta equiparable
2200 cal ANE. En este mismo sentido, es intere- a la de cualquiera de los yacimientos clásicos de
sante hacer notar que los cuatro yacimientos con las tierras bajas.
series de dataciones válidas más nutridas y, por Finalmente, tal vez el aspecto más relevante
tanto, más fiables (Terrera Ventura, Almizaraque, surja de comprobar que la sincronía entre Los
Los Millares y El Tarajal/El Barranquete), coinci- Millares y los fortines 1, 4 y 5 fue tan sólo par-
den en señalar momentos terminales claramente cial. Esta circunstancia, sugerida por Castro, Lull
anteriores a 2200 cal ANE. 16 y Micó (1996: 239-240), Montero (1996: 182) y
Otro comentario destacable se desprende de Rovira (2002: 11), ha sido subrayada (Díaz del
la cronología tardía de asentamientos del in- Río 2004: 95; Castro, Escoriza y Oltra 2006: 122-
terior, como Cerro de la Virgen y El Malagón, 123) a raíz de la reciente publicación de nuevas
respecto a los enclaves de las tierras bajas. Este dataciones radiocarbónicas (Molina et al. 2004).
hecho apoyaría la hipótesis de una colonización Efectivamente, mientras que la serie radiocar-
tardía de las tierras altas orientales por parte de bónica de Los Millares abarca desde finales del
comunidades originarias de las comarcas litorales IV milenio hasta 2400-2300 cal ANE, las datacio-
y prelitorales (Arribas et al. 1978; Molina 1983), nes disponibles para los fortines no se remontan
sólo que no en momentos precampaniformes por encima de 2600-2500 cal ANE. Además, el
sino en plena contemporaneidad con el fenóme- hecho de que la mayoría de éstas se efectuaron
no campaniforme. Aun así, a este respecto sería a partir de muestras de carbón procedentes de
deseable conocer mejor el registro arqueológico elementos estructurales (vigas, postes) refuerza
de un yacimiento del interior, Las Angosturas de todavía más el carácter tardío de los fortines.
En suma, la construcción y ocupación de estos
16
enclaves se habría restringido a la etapa final
En relación a Los Millares, se informa de la existen-
cia de al menos tres niveles de ocupación por encima del del Calcolítico («Cobre final», según Molina et
estrato que contenía la muestra que proporcionó la data- al. 2004: 154-156), contemporáneamente al fe-
ción más reciente de la serie (Molina et al. 2004: 150). Nos nómeno campaniforme.
estamos refiriendo a la estratigrafía del recinto amurallado Como puede suponerse, esta constatación
más interno (IV o «ciudadela interna»). Por tanto, es de
esperar que el límite cronológico inferior demarcado por la permite trazar sobre nuevas bases el dibujo del
serie actual baje algo más cuando se complete el muestreo panorama arqueológico. De entrada, cuestiona la
radiocarbónico. propuesta del equipo que dirige los trabajos en
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94
95
y Aranda de Duero es el que delimita la Confe- hábitat del grupo que, consiguientemente, hay que
deración Hidrográfica del Duero con el mismo suponer no debieron ser muy numerosos. Eviden-
nombre y comprende territorios de las actuales temente, es cuestionable que, a lo largo de la etapa
provincias de Soria, Burgos y Segovia (Fig. 1). prehistórica, el aspecto y tamaño de estos cerros y
Los yacimientos que nos ocupan se sitúan en sobre todo su superficie, coincidiera exactamente
cerros aislados, destacados de la línea de serrezue- con la actual. La existencia de gruesas capas de
las que delimitan, principalmente al sur, el canal cobertera de areniscas o calizas colgadas sobre
central del valle del Duero y que corresponden a oquedades horadadas, y la presencia de margas
mesetones o artesas invertidas rematadas por un y yesos, poco permeables y, actualmente, muy dis-
plano calizo casi horizontal (Sáenz 1951: 70-80; gregados por las largas sequías, conllevan efectos
Sáenz Ridruejo 1985). La antigua plataforma fue de arrollada; en suma, el deterioro de la escasa
cortada por la red fluvial, y es habitual que en la lí- superficie superior de los cerros, que no suele al-
nea de antiguo contacto queden pequeños cerros canzar la hectárea y que, en muchos casos, cuando
testigos con una plataforma plana, en los que se el proceso erosivo ha sido intenso, sólo cuenta con
localizan estos asentamientos prehistóricos, aun extensiones de un área e incluso menos, llegando
cuando no son desconocidos los casos en que un a constatarse la pérdida de la mayor parte de la
hábitat prehistórico con idénticos materiales se superficie apta para el asentamiento, acentuando
emplaza sobre espigones destacados de la referida el aspecto cónico de alguno de los ejemplos.
plataforma. Esta ubicación les confiere una posi- Estas características les confiere unas cuali-
ción privilegiada, toda vez que se adelantan de los dades muy interesantes para su ocupación, tal
relieves que les protegen, elevándose entre 40 y y como demuestra no sólo la ubicación de los
60 m sobre el entorno, incluso se ha documen- poblados de las gentes prehistóricas que centran
tado algún caso que alcanza los 100 m, posibili- este estudio sino que, en estos mismos sitios, so-
tando el dominio visual de una amplia superficie. bre los restos de los antiguos asentamientos pre-
Una de las cuestiones que deriva de la geomor- históricos, se establecieron atalayas medievales
fología de estos emplazamientos es lo reducido de de vigilancia y comunicación, lo que confirma
su plataforma superior, la superficie apta para el el interés estratégico de estos lugares.
96
FIGURA 2. Localización de los yacimientos del Alto Duero con atribución del Bronce Antiguo (a partir del IACyL).
1
Queremos agradecer a la Junta de Castilla y León el registro del Inventario Arqueológico de Castilla
acceso a la información del Inventario Arqueológico de dicha y León. De tal forma, es posible aceptar que los
Comunidad Autónoma, así como a los Servicios Territoriales
de las provincias de Burgos, Segovia y Soria, y en especial a yacimientos seleccionados puedan adscribirse con
nuestros compañeros, los arqueólogos territoriales de las cita- garantías al momento inicial de la Edad del Bron-
das demarcaciones, que nos facilitaron la primera selección de ce, esto es, a una etapa que según la clasificación
los yacimientos cuya cronología coincidía con la del ámbito de del referido Inventario queda adscrita cronoló-
estudio. Con posterioridad se han ido concretando datos que, gicamente entre los asentamientos con cerámica
por el conocimiento directo de muchos de los enclaves, creí-
mos oportuno revisar. Por consiguiente, el presente trabajo campaniforme y los de la fase proto-Cogotas.
no refleja sino la interpretación de aquellos datos, por lo que Se indicaba que las características geomorfo-
cualquier error sólo puede ser achacado a nuestra autoría. lógicas de los cerros en los que se ubican los
97
2
Los trabajos de excavación fueron realizados, en am-
bos casos por la empresa Arquetipo, contando con la per-
tinente autorización administrativa de la Junta de Castilla y
León. O. L. Arellano, R. Barrio, M. Lerín, A. Ruiz y M.ª J
Tarancón: Intervención arqueológica en las obras de constricción
del Parque Eólico Sierra del Cortado y Línea Eléctrica de Evacua-
ción (Soria), 2002, Informe inédito depositado en el Servicio
FIGURA 4. Localización de los yacimientos del Alto Duero Territorial de Cultura de Soria. Agradecemos a los autores
con atribución del Bronce Antiguo (a partir del IACyL). la información facilitada.
98
Afortunadamente, en otros cuatro casos los re- En las publicaciones e informes referidos se
sultados fueron más satisfactorios. En dos de ellos, han resumido las principales características de es-
en el Alto de El Parpantique de Balluncar y el Alto tos poblados que básicamente se confirman con
de los Torojones de Morcuera se realizaron sendas los resultados de los trabajos en El Parpantique y
intervenciones entre los años 1985 y 1987, de las Los Torojones. Junto a su similar localización topo-
que se avanzaron algunos resultados (Revilla 1985; gráfica, destaca la presencia de cabañas de plan-
Jimeno et al. 1988; Jimeno y Fernández Moreno ta rectangular o elíptica, de pequeño o mediano
1992). En otros dos casos, los trabajos fueron deri- tamaño, realizadas con entramado vegetal recu-
vados de las prospecciones para la elaboración del bierto de barro y sustentadas por pies derechos
Inventario Arqueológico de Castilla y León, que hincados en el suelo. En algunos casos, se diferen-
detectaron un avanzado proceso de erosión que cian compartimentaciones, estancias con distinta
aconsejó la documentación de los restos ante su funcionalidad o utilización, toda vez que en algu-
inminente pérdida. Así ocurrió en el Pico Romero nas están ausentes los hogares que habitualmente
del término burgalés de Santa Cruz de la Salceda se constatan en el interior del hábitat. La distri-
(Rodríguez Marcos y Palomino 1997), y en el Pico bución de estas viviendas es perimetral, dejando
de los Cotorros de Langa de Duero 3. espacios libres que alternan con otros dedicados
al almacenaje, tal como demuestra la existencia de
3
estructuras negativas interpretadas como silos y en
Queremos agradecer a nuestros compañeros su ama-
bilidad para facilitarnos el acceso a los informes inéditos
las que, ocasionalmente, se ha podido documentar
de sus trabajos, así como sus opiniones y comentarios que la presencia de semillas de cereal.
han servido para contrastar los resultados entre las distintas Los ajuares recuperados son, casi exclusiva-
excavaciones. J. P. Benito, A. Sanz y C. Tabernero: «Exca- mente, los cerámicos. La vajilla se divide en dos
vación Arqueológica en ‘El Pico de los Cotorros’, Langa grandes grupos, las piezas de servicio o mesa,
de Duero (Soria)». 2001, Informe inédito depositado en el
Servicio Territorial de Cultura de Soria. Ibídem: Proyecto
básicamente cuencos, destacando los hemisféri-
de investigación en el yacimiento ‘Pico de los Cotorros’ en cos, además de algunos hondos, vasos o tazas,
Langa de Duero (Soria). 2002, Informe inédito depositado junto a un número menor de vasos carenados. El
en el Servicio Territorial de Cultura de Soria. En el caso segundo conjunto agruparía las vasijas globulares
del yacimiento burgalés, además del trabajo citado, hemos
tenido acceso al documento: A. L. Palomino y C. Etxeberria:
Informe técnico sobre la excavación arqueológica realizada Informe sobre el inventario de la provincia de Burgos. Cam-
en el yacimiento de la Edad del Bronce ‘Pico Romero I’. pañas 1991/1992 La ribera del Duero. Convenio Junta de
Santa Cruz de la Salceda (Burgos). 1994; Junta de Castilla Castilla y León y la Universidad de Valladolid, a través de
y León, Universidad de Valladolid, Informe inédito depo- la sección departamental de Prehistoria y Arqueología del
sitado en el Servicio Territorial de Cultura de Burgos; así Colegio Univ. de Burgos, 1992. Informe inédito depositado
como a otro más: A. L. Palomino y J. A. Rodríguez Marcos: en el Servicio Territorial de Cultura de Burgos.
99
100
FIGURA 6. Los yacimientos con atribución Bronce Antiguo según su posición topográfica.
Localizados en altura Localizados en zonas bajas.
Pese a estas presunciones iniciales favorables, es Una primera aproximación al análisis territo-
cierto que uno de los principales problemas a la rial consiste en observar la localización de los dis-
hora de estudiar la distribución de los yacimientos tintos enclaves sobre un mapa topográfico que,
es la falta de caracterización de los mismos y la au- en este caso, se ha simplificado con una plantilla
sencia de excavaciones arqueológicas que permitan tridimensional para resaltar el relieve. Sobre esta
conocer la utilización de la mayoría de los enclaves. capa se han punteado los distintos yacimientos
Se desconoce si los yacimientos fueron utilizados diferenciados 6. Para el cálculo de las visuales se
como hábitats o como necrópolis, o si ambos usos ha utilizado la aplicación Visual-Map del progra-
convivieron, algo que, por la información existen- ma MapInfo. Para su elaboración es necesario,
te, tanto puede cuestionarse como confirmarse; además de la localización de los entes sobre los
se desconoce si los hallazgos corresponden a fac-
torías o espacios de transformación de materia o 6
Para poder localizar las localizaciones de estos yaci-
productos, si los supuestos productores vivieron, si mientos con los de las etapas inmediatas, se incluyen en
este fuera el caso, permanentemente o de forma los mapas los lugares con adscripción campaniforme y del
temporal en esos lugares, etc.; también, si los dis- Bronce Medio. La procedencia de estos datos es la misma,
el Inventario Arqueológico de Castilla y León, aplicando filtros
tintos sitios fueron coetáneos o si, en determinados y criterios idénticos a los aplicados para los yacimientos del
casos, la destrucción o abandono de alguno fue Bronce Antiguo. Para facilitar la lectura de los mapas se
causa de la construcción de otros, y por tanto su utilizará una misma simbología: los sitios atribuidos al Bronce
Antiguo se representan siempre con un cuadrado, los Campa-
niformes con un círculo y los del Bronce Medio se identifican
5
Este territorio dispone, hay que recordarlo, de una con un rombo. Del mismo modo, para su diferenciación en
mayor intensidad en los trabajos de prospección por lo que lo referente a la ubicación de los yacimientos se utilizará,
la mayor concentración comentada puede tener otra expli- cuando sea preciso, el relleno o contorno de la misma figura
cación más metodológica que eco-geográfica. para cada etapa, indicándose en cada caso.
101
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Esta sucesión de áreas definidas por las vi- Pico de los Cotorros de Langa de Duero, otro
suales desde los yacimientos, continúan hacia el de los excavados e inédito hasta la fecha (vid
este, siendo la inmediata la del poblado de El nota 3). Próximo al Pico Santillana, apenas se-
FIGURA 8. Áreas visuales desde los yacimientos de El Turronero (Peñalba de San Esteban) y el Alto de Los Torojones
(Morcuera).
Campaniforme Bronce Antiguo Bronce Medio.
103
parados 2,3 km y con contacto visual directo, a una pequeña vega regada por el arroyo Co-
repite localización topográfica. Ubicado sobre munero. Aun así, su cuenca visual alcanza a los
un destacado cerro aislado de la plataforma que 41,84 km2 y viene a complementar la del anterior
le protege por el norte, su orientación se abre yacimiento (Fig. 10).
FIGURA 10. Áreas visuales desde El Pico de los Cotorros (Langa de Duero) en relación con las de Pico Santillana y el cerro El Turronero.
Campaniforme Bronce Antiguo Bronce Medio.
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FIGURA 11. Área visual de Pico Romero (Santa Cruz de la Salceda) y su relación con la de Los Cotorros y Pico Santillana.
En el centro y zona superior/izquierda situación de yacimiento de Las Perillanas.
Campaniforme Bronce Antiguo Bronce Medio.
105
visual afecta a parte de la plataforma sobre la que Bronce Inicial (vid nota 3). Son los yacimientos
se localiza y la vertiente contraria del valle, posi- denominados: Las Moratillas I, Los Pájaros y La
blemente inaccesible desde este asentamiento, o Mosquetera, distantes del Pico Romero en 0,8,
con indudables dificultades al tener que atravesar 4,5 y 5,1 km, respectivamente. Aun cuando se
el propio río y los inmediatos humedales. localizan en la zona baja del valle, su ubicación
En esta aproximación a la zona de estudio se coincide con relieves menores resultantes del
advierte que los yacimientos se alinean preferen- contacto del páramo con el valle, en pequeñas
temente sobre los cauces periféricos: Valdanzo, elevaciones sobre la vega. Excepción del primero
Riaza, la Nava, Arandilla, etc. y están menos re- que tiene adjudicada una extensión de 4,5 Ha,
presentados en la depresión central del Duero. los otros dos se agrupan en la media habitual
Como argumentación contraria podía entender- para este tipo de enclaves, 0,3 y 0,7 Ha, respec-
se que, en esta zona de tránsito al cauce medio, tivamente. La posición topográfica referida es la
la mayor actividad del río principal fuera la cau- que posibilita unas áreas visuales que, aunque
sante de procesos erosivos y postdeposicionales menores, reflejan un dominio sobre el entorno,
que hubieran enmascarado los yacimientos que concretamente de 3,9; 3,7 y 5,5 km2 en el mismo
pudieran haber existido en las inmediaciones al orden de la presentación.
curso principal. En este sentido parece que la Una vez más, no sólo se reproduce una caden-
constatación de localizaciones en este espacio cia repetitiva, sino que su implantación sobre el
vendría a descartar esta hipótesis, si bien habrá terreno vuelve a reflejar una complementariedad
que esperar a que nuevos y más intensos trabajos de las cuencas visuales, como si hubiera un in-
de prospección puedan aclarar este aspecto que terés determinado por el control del territorio,
no vendría sino a matizar lo ya señalado, es decir una sistemática ocupación o reparto del espacio,
la preferencia por el control sistemático de los en este caso del productivo, independientemente
cauces menores. de que pueda confirmarse o no la dependencia
Precisamente el caso, ya comentado, de Pico de estos establecimientos menores respecto de
Romero aporta información sobre el poblamien- los localizados en altura, al carecer de argumen-
to de las zonas medias o bajas de los valles de los tos para valorar si se trata de un poblamiento
arroyos secundarios. Al pie de este cerro, en los sincrónico, temporal o estable.
trabajos de prospección, se localizaron en la vega Y dicha impresión se refuerza al concretar el
otros tres yacimientos cuyos materiales cerámicos plano de observación al ámbito de estos pobla-
se pusieron en relación con los del poblado del dos, lo que permite confirmar que los yacimien-
106
FIGURA 13. Áreas visuales de los yacimientos con atribución de Bronce Antiguo localizados en la zona baja del valle en el
término de Santa Cruz de la Salceda.
Campaniforme Bronce Antiguo Bronce Medio.
Esta proximidad de enclaves en el caso de mentariedad de las áreas visuales, escasamente su-
Pico Romero, requiere de una investigación que perpuestas, que parecen responder a un patrón
aclare la posible relación entre unos y otros. En repetitivo y sistemáticamente implantado. Asimis-
principio no parece posible desechar la existen- mo se advierte un mayor interés por la ocupación
cia de asentamientos satélites con una actividad de los valles secundarios, de los cauces menores y
especializada, bien tuvieran una ocupación con- laterales al valle principal, cuyas tierras probable-
tinuada o temporal, si bien tampoco se dispone mente sufrirían menores crecidas e inundaciones,
de argumentos concluyentes para asegurar que disponiendo con seguridad de una vegetación de
estemos ante ocupaciones coetáneas. galería mixta pero de menor fuerza y volumen que
la que debió bordear el caudal mayor del Duero.
Estas consideraciones son más evidentes para los
REFLEXIONES Y PROPUESTAS PARA UNA yacimientos en altura, en los que se advierte un
INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS interés por el dominio sobre territorios producti-
vamente variados, esto es, indistintamente de que
En primer lugar, de los datos presentados el área visual se concentre mayoritariamente en
se deriva la existencia de un modelo complejo suelos de ladera y altura, también parece dedu-
de ocupación del territorio en el extremo más cirse la intencionalidad del control visual comple-
oriental del Alto Duero durante los momentos mentario de áreas de vega.
iniciales de la Edad del Bronce. Entre los distin- El empleo del término control supone una
tos aspectos descritos pueden destacarse dos, de intención específica que deducimos a partir de la
un lado la distribución de los enclaves sobre el distribución de las visuales que se complementan
territorio, y de otro el protagonismo que toman hasta configurar un verdadero mosaico continuo
los poblados en altura, aun cuando se constatan del territorio, como si la implantación de estos
107
FIGURA 14. Cuenca del río Rejas y localización de los enclaves con atribución del Bronce Antiguo.
esto es, los asentamientos se localizan en ambas en altura. Lo cual hace suponer que sus peque-
vertientes del valle, preferentemente en lugares ñas vegas, junto con los pastos, eriales o mon-
altos y/o destacados, sin desmerecer las laderas, tes de las parameras y zonas altas, sirvieran para
pero, en todo caso, evitando la vega baja de los asegurar el sustento del grupo. De esta forma
arroyos o ríos. pudiera explicarse no sólo el desinterés por el
Un esquema muy similar descubrimos en la valle principal sino también por otras cuencas
distribución del actual poblamiento, tal como de cierta amplitud, sirva recordar la del vecino
se observa en la figura siguiente, en la que se río Ucero, que también aparece desprovista, con
añade la localización de los actuales núcleos ur- la información disponible, de asentamientos con
banos junto a los yacimientos con atribución del esta adscripción.
Bronce Antiguo. La distribución de los pueblos Antes de proseguir creemos necesario comen-
actuales (Fig. 15) no es ciertamente distinta, si tar algún concepto que venimos utilizando, caso
bien su número decrece; pero, como conocemos, de los de «Cuenca» o «Zona» o «Área Visual» y que
este proceso de concentración de población es requieren de una explicación para evitar inducir a
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ANA M. S. BETTENCOURT *
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relacionadas com um povoado localizado numa mada de saibro e continha um vaso, cuja mor-
vertente próxima do rio Douro (Cunha 1991), fologia e aspectos decorativos indiciam função
tivessem existido estruturas funerárias em fossa, sepulcral (Lám. 5a e 5b). É de assinalar que este
como é o caso da n.º 1, de perfil ovóide e de base vaso encontra paralelo com um dos recipientes
aplanada, contento perto do fundo, um conjunto exumados recentemente na mamoa do Carreiro
de 5 pedras e um vaso com decoração mamilar da Quinta, em Vila Verde, em contexto de reuti-
e vestígios de fogo, à semelhança do que ocorre lização sepulcral da Idade do Bronze, assim como
nas Boucinhas. com o vaso encontrado, provavelmente numa das
Outro sítio de fossas eventualmente de contex- mamoas neolíticas dos Prados, Arcos de Valdevez,
to tumular, como aliás A. C. F. Silva (1985) já tinha no âmbito das escavações do Frade Lourenço do
defendido, é o de Campo do Postigo, Beiriz, Vila do Valle, em 1782 (Pereira 1903), cujas aderências
Conde. Nesta estação foram encontradas 3 fossas, orgânicas datámos de entre os finais do séc. XVIII
no contexto de uma escavação de emergência. aos finais do XVI a. C. (Fig. 1). Deste modo cremos
A única bem preservada, a n.º 2, não indiciava que devemos recuar esta estação para os fins do
função detrítica, foi tapada com uma espessa ca- Bronze Inicial, inícios do Bronze Médio.
LÁMINA 5A/5B. Fossa n.º 2 do Campo do Postigo, Beiriz,Vila do Conde e vaso encontrado no seu interior
(Fots. do Museu Municipal da Póvoa do Varzim).
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LÁMINA 9A/9B. Cista e estrutura cistóide de Agro de Nogueira, Melides (Fot. Meijide Cameselle).
planas de contorno oval ou irregular (cobertas Segundo, é notória a grande diversidade de arqui-
com concentrações pétreas) e fossas de contor- tecturas, de contextos, de ritos, de crenças e de práticas
no circular. Uma das fossas cujo interior estava de âmbito funerário-religioso, durante o Bronze Inicial e
preenchido com cinzas foi interpretada como Médio, verificando-se, em ambos os períodos, en-
sendo uma fogueiras relacionada com acções terramentos em grutas ou abrigos, em fossas, em
funerárias ou com rituais de cremação (Meijide sepulturas planas, em cistas, em monumentos sob
Cameselle 1994, 1995 e 1996; Fábregas Valcarce tumuli e nos antigos monumentos megalíticos.
& Meijide Cameselle 2000). Toda esta necrópole Terceiro, é perceptível, que a prática da inu-
foi atribuída ao Bronze Inicial tendo em conta mação foi maioritária, quer nos diferentes con-
a arquitectura da cista e os paralelos para o vaso textos (grutas, minas, sepulturas planas, cistas,
que se encontrava no seu interior, muito embora, reutilização de monumentos megalíticos), quer
tal não esteja comprovado empiricamente, pois nos diferentes períodos cronológico-culturais. O
a data de AMS obtida para a estrutura cistóide pouco que se sabe sobre esta prática, permite-nos
aponta para os Finais do Calcolítico/inícios da pensar, embora numa escala ampla de análise,
Idade do Bronze (Bettencourt & Meijide Came- que terão ocorrido diferentes formas de depo-
selle 2008). sição e tratamento dos corpos. Há enterramentos
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