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Acción de gracias

Propongo como punto de partida que el testimonio de Israel, en el que presenta su


versión de la realidad (y, por consiguiente, de Dios), es una oración presentada como
tódah. Es un sentimiento de gratitud y agradecimiento, ofrecido de forma confesional,
en virtud del cual Israel expresa gozo, asombro y gratitud por un don concedido
o por una acción realizada, un don o una acción que han cambiado decisivamente las
circunstancias de Israel22
• Además, el contexto caracteristico de la expresión de la tódah
es el lenguaje en un ambiente cultual, en el que una ofrenda material acompaña
al discurso. El discurso y la ofrenda en su conjunto expresan de forma concreta el
agradecido reconocimiento por el don o la acción ahora narrada.
Varios ejemplos típicos de la tódah pueden ser considerados el contexto convencional
del testimonio más elemental de Israel:

Yo alabaré (tódah) al Señor, porque es justo ($dq),


cantaré en honor del Señor Altísimo (Sal 7, 18).

Esta declaración aparece al final de un salmo de súplica y, por lo tanto, prevé la


respuesta positiva de Dios a su angustiosa petición. El término tódah es paralelo a
«cantar las alabanzas» (zmr) y, por consiguiente, es probable que la tódah prevista sea
cultual. Además, lo sustancial de la acción característica de Yahvé es su que
constituye la manera en que éste se hace presente al israelita necesitado. Así, la tódah
prevista es una respuesta gustosa a la rectitud de Yahvé.

Te doy gracias (tódah), Señor, de todo corazón,


quiero proclamar (spr) todas tus maravillas;
me regocijaré y exultaré contigo,
cantaré (zmr) a tu nombre, oh Altísimo (Sal 9, 2-3).

En esta formulación de la tódah, el verbo es acompañado de otros cuatro: proclamar,


regocijar, exultar y cantar (zmr). Todos estos verbos manifiestan un gozo pleno
y extático en la presencia de la comunidad, gozo que se hace real por medio del
lenguaje. El cuerpo de este salmo, por lo tanto, proporciona un inventario de las formas
en que Yahvé ha incidido de manera transformadora en la vida del hablante.

Yo te ofreceré (ndvh) de buen grado un sacrificio,


daré gracias (ah) a tu nombre, Señor, porque es bueno.
Me ha librado de todas mis angustias,
y he visto a mis enemigos derrotados (Sal 54, 8-9).

Nuevamente esta declaración aparece al final de una oración de súplica. En este


caso, a diferencia del salmo 7, el bienestar concedido por Dios no se espera en el futuro,
sino que está ya a mano. Yahvé ha liberado (nsl), y el orante ha disfrutado del
triunfo sobre sus adversarios. Este uso también hace explícito el ambiente cultual para
la tódah como un voto (ndv) que ha de ser cumplido, ciertamente en presencia de
la congregación.

Entraré en tu casa con holocaustos Colóth),


cumpliré las promesas (ndr) que te hice,
las que salieron de mis labios,
y mi boca pronunció cuando estaba angustiado.
Te ofreceré victimas cebadas ('olóth), quemaré (qtr) carneros para ti,
inmolaré bueyes y cabritos.
Venid a escuchar, los que sois fieles a Dios,
y os contaré (spr) lo que hizo conmigo (Sal 66, 13-16).
Dicha presentación una vez más es litúrgica y anticipa la ofrenda de sacrificios
cultuales ('olóth, ndr, qtr). La ofrenda de sacrificios es el cumplimiento de un voto
que formaba parte de una petición hecha «en peligro», un peligro que ahora ha desaparecido
gracias a la realidad y actividad de Yahvé. En los vv. 3-7, el salmista da testimonio
de las asombrosas hazañas que Yahvé ha obrado, hazañas que derrotan a los
enemigos y que evocan el gustoso reconocimiento y alabanza de «la tierra entera».
Las maravillas son solamente mencionadas, con una alusión al Éxodo (v. 6) y a una
poderosa orden que impide que «los rebeldes» hagan daño alguno (v. 7).
Un uso más general del mismo tipo de testimonio aparece en el Sallll, 1-2:

¡Aleluya!
Doy gracias ('dh) al Señor con todo el corazón,
en la reunión de los honrados y en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Una vez más la expresión tiene lugar «en la asamblea» y da testimonio de las
grandes obras de Yahvé (v. 2), caracterizadas por la rectitud, la gracia y la misericordia.
Este salmo, sin embargo, carece de la concreción y del detalle que hemos visto en
otros casos, e indica el proceso por el que el lenguaje de Israel comienza a generalizar,
pasando así, como Claus Westermann lo ha denominado, de una alabanza declarativa
a una alabanza descriptiva23

El lector notará que he propuesto que el punto de partida a la hora de articular
una teología del Antiguo Testamento se halla en el reconocimiento público y litúrgico
de una nueva realidad llevada a cabo por Yahvé en la vida del hablante y en su comunidad.
No es posible demostrar de ningún modo que éste es el punto de partida «correcto
». Comienzo aquí porque parece la declaración más obvia y concreta de lo más
característico del testimonio de fe de Israel. Israel, en su discurso, reconoce sin restricciones
que ha ocurrido algo decisivo, lo cual considera obra de Yahvé. Así, propongo
que la tódah (una acción de gracias en público) es el contexto en que se expresa
plenamente la gramática de la fe de Israel (es decir, el verbo de transformación,
Yahvé como sujeto activo y el objeto directo sobre el que se actúa).

Podemos advertir, además, que dentro de este contexto litúrgico el testimonio significa
que en el lenguaje de Israel sobre Dios es característico un determinado tipo de
retórica. En su contexto litúrgico, el lenguaje es doxológico; es decir, es confesional,
liberado, desembarazado, y expresado por un yo plenamente comprometid024
• Es el lenguaje del compromiso ilimitado hecho «con todo el corazón» (Sal 111, 1). Se trata

de un lenguaje que ofrece como verificación de su afirmación nada más y nada menos
que la disposición de Israel para aceptar esta expresión como verdadera y fiable
y en la que apuesta su vida25

La importancia de este cauce litúrgico se halla en gran medida en la expresión. Israel
necesita dar su testimonio en voz alta, pues la expresión es efectiva para afirmar
y aumentar la relación. El testimonio ofrecido en la tódah también es escuchado, para
un mayor efecto. El testimonio seguramente es oído en la comunidad litúrgica misma,
pero, más allá de la asamblea, el testimonio de Israel, en un segundo nivel, también
se dirige a las naciones, pues se considera que estas atienden lo que Israel dice
y hace en el culto.

Así, por ejemplo, la tódah del salmo 22 culmina con la esperanza de que las naciones
oigan y acepten el testimonio de Yahvé como algo irresistible:

Al recordarlo volverá al Señor la tierra entera,


todas las naciones se postrarán ante él (v. 28).
En el salmo 126 son las naciones las que observan y sacan conclusiones:
Los paganos decían:

«El Señor ha hecho grandes cosas por ellos» (v. 2).

La tódah se presenta como una atractiva invitación que obtendrá la adhesión y la lealtad
a las normas de Yahvé por parte de quienes están fuera de la comunidad litúrgica.

Esta doxología, además, es una expresión política en dos sentidos. En primer lugar,
se trata de una polémica contra el adversario en los aspectos a los que apunta la declaración.
Es decir, la identificación gustosa con Yahvé, el sujeto de fuertes verbos, pretende
colocar al adversario (derrotado) en una posición de inferioridad con un tono de
satisfecha condescendencia y reprimenda. En segundo lugar, la doxología es polémica
frente a cualquier posible observador de la tódah que fuera neutral, que se reservara
el juicio o que quisiese mantenerse al margen de la afirmación retórica. El hablante
considera cualquier alternativa de la realidad, ya sea contraria o neutral, como algo
ridículo. Así, la exuberancia del modo de expresión doxológico pretende eliminar todo
lo anterior y establecer la realidad narrada en tales poemas como fiable y verdadera.
No obstante, notamos que no se aduce prueba alguna que soporte la declaración.
No hay nada más que la declaración en sí. El hablante anticipa que toda la congregación
suscribirá las afirmaciones que modelarán su realidad de una forma determinada.

Podemos, en cualquier caso, acercarnos más para percibir qué es lo sustancial de la


gramática yahvista de Israel, la cual tiene en la tódah la respuesta característica de Israel.

Estos cantos de acción de gracias usan varios términos para hablar de las «maravillas
» de Yahvé. Dios es «justo» (Sal 7, 12.18; 9, 5.9; 111, 3), es dado a la «rectitud»
(Sal 9, 9), está atento a los oprimidos (Sal 9, 10) Y los humildes (Sal 9, 13), los pobres
y necesitados (Sal 9, 19), dispuesto a liberar (Sal 56, 14), poderoso (Sal 66, 7), dado al
«amor misericordioso» (Sal 66, 20), «compasivo y misericordioso» (Sal 111,4), «actúa
con justicia y lealtad» (Sal 111, 7) Y«con verdad y rectitud» (Sal 111, 8). Aunque
dichos términos pueden matizarse de forma diversa, es posible decir que todo este testimonio
-basado en lo que se suponen experiencias concretas que provocan la tódah revela
la poderosa fiabilidad y solidaridad de Yahvé con aquellos que hablan.

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