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¡Aleluya!
Doy gracias ('dh) al Señor con todo el corazón,
en la reunión de los honrados y en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Una vez más la expresión tiene lugar «en la asamblea» y da testimonio de las
grandes obras de Yahvé (v. 2), caracterizadas por la rectitud, la gracia y la misericordia.
Este salmo, sin embargo, carece de la concreción y del detalle que hemos visto en
otros casos, e indica el proceso por el que el lenguaje de Israel comienza a generalizar,
pasando así, como Claus Westermann lo ha denominado, de una alabanza declarativa
a una alabanza descriptiva23
•
El lector notará que he propuesto que el punto de partida a la hora de articular
una teología del Antiguo Testamento se halla en el reconocimiento público y litúrgico
de una nueva realidad llevada a cabo por Yahvé en la vida del hablante y en su comunidad.
No es posible demostrar de ningún modo que éste es el punto de partida «correcto
». Comienzo aquí porque parece la declaración más obvia y concreta de lo más
característico del testimonio de fe de Israel. Israel, en su discurso, reconoce sin restricciones
que ha ocurrido algo decisivo, lo cual considera obra de Yahvé. Así, propongo
que la tódah (una acción de gracias en público) es el contexto en que se expresa
plenamente la gramática de la fe de Israel (es decir, el verbo de transformación,
Yahvé como sujeto activo y el objeto directo sobre el que se actúa).
Podemos advertir, además, que dentro de este contexto litúrgico el testimonio significa
que en el lenguaje de Israel sobre Dios es característico un determinado tipo de
retórica. En su contexto litúrgico, el lenguaje es doxológico; es decir, es confesional,
liberado, desembarazado, y expresado por un yo plenamente comprometid024
• Es el lenguaje del compromiso ilimitado hecho «con todo el corazón» (Sal 111, 1). Se trata
de un lenguaje que ofrece como verificación de su afirmación nada más y nada menos
que la disposición de Israel para aceptar esta expresión como verdadera y fiable
y en la que apuesta su vida25
•
La importancia de este cauce litúrgico se halla en gran medida en la expresión. Israel
necesita dar su testimonio en voz alta, pues la expresión es efectiva para afirmar
y aumentar la relación. El testimonio ofrecido en la tódah también es escuchado, para
un mayor efecto. El testimonio seguramente es oído en la comunidad litúrgica misma,
pero, más allá de la asamblea, el testimonio de Israel, en un segundo nivel, también
se dirige a las naciones, pues se considera que estas atienden lo que Israel dice
y hace en el culto.
Así, por ejemplo, la tódah del salmo 22 culmina con la esperanza de que las naciones
oigan y acepten el testimonio de Yahvé como algo irresistible:
La tódah se presenta como una atractiva invitación que obtendrá la adhesión y la lealtad
a las normas de Yahvé por parte de quienes están fuera de la comunidad litúrgica.
Esta doxología, además, es una expresión política en dos sentidos. En primer lugar,
se trata de una polémica contra el adversario en los aspectos a los que apunta la declaración.
Es decir, la identificación gustosa con Yahvé, el sujeto de fuertes verbos, pretende
colocar al adversario (derrotado) en una posición de inferioridad con un tono de
satisfecha condescendencia y reprimenda. En segundo lugar, la doxología es polémica
frente a cualquier posible observador de la tódah que fuera neutral, que se reservara
el juicio o que quisiese mantenerse al margen de la afirmación retórica. El hablante
considera cualquier alternativa de la realidad, ya sea contraria o neutral, como algo
ridículo. Así, la exuberancia del modo de expresión doxológico pretende eliminar todo
lo anterior y establecer la realidad narrada en tales poemas como fiable y verdadera.
No obstante, notamos que no se aduce prueba alguna que soporte la declaración.
No hay nada más que la declaración en sí. El hablante anticipa que toda la congregación
suscribirá las afirmaciones que modelarán su realidad de una forma determinada.
Estos cantos de acción de gracias usan varios términos para hablar de las «maravillas
» de Yahvé. Dios es «justo» (Sal 7, 12.18; 9, 5.9; 111, 3), es dado a la «rectitud»
(Sal 9, 9), está atento a los oprimidos (Sal 9, 10) Y los humildes (Sal 9, 13), los pobres
y necesitados (Sal 9, 19), dispuesto a liberar (Sal 56, 14), poderoso (Sal 66, 7), dado al
«amor misericordioso» (Sal 66, 20), «compasivo y misericordioso» (Sal 111,4), «actúa
con justicia y lealtad» (Sal 111, 7) Y«con verdad y rectitud» (Sal 111, 8). Aunque
dichos términos pueden matizarse de forma diversa, es posible decir que todo este testimonio
-basado en lo que se suponen experiencias concretas que provocan la tódah revela
la poderosa fiabilidad y solidaridad de Yahvé con aquellos que hablan.