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La fórmula “civilización o barbarie” supo, como ninguna otra, sintetizar las dicotomías
anteriores, así como inaugurar un nuevo período en el cual fue puesta al servicio de la
legitimación de un nuevo orden, según desarrolla la socióloga Svampa en su obra “El
dilema argentino”, recién editada por el sello Taurus.
La obra de Svampa fue publicada originalmente en 1994 pero al poco tiempo se agotó.
En su versión actualizada retoma el cierre anterior -que postulaba la desaparición de la
dicotomía a partir del progresivo vaciamiento de los dos polos de la imagen- pero
incluye un posfacio que habilita nuevas lecturas.
”Sigo sosteniendo el final del uso de la imagen sarmientina como marco explicativo
mayor de la historia argentina. Pero, al mismo tiempo, me detengo más en explicar el
porqué de la ausencia de la dicotomía a partir del colapso de la tradición política
autoritaria después de la dictadura, así como de la crisis y vaciamiento de la tradición
nacional-popular durante los 90″, indicó.
Svampa detecta en su trabajo cinco grandes tradiciones políticas que han retomado el
concepto de “civilización o barbarie” y las articula en una secuencia que permite ver
como cada una de ellas llenó de contenidos propios esa dicotomía partiendo de la
relectura de la tradición antecesora.
”La manera en que cada tradición política se apropia y recrea la imagen tiene que ver
con las luchas y conflictos de la época. Hay momentos fuertes, de inflexión política, que
implican giros, reposicionamientos, relecturas y hasta inversión de contenidos. Luego
de 1880, la imagen sarmientina sufre diferentes modificaciones.
”Por otro lado, el uso de la figura de la barbarie que hace la tradición conservadora y
gran parte de la izquierda, asociándola a la democracia plebeya y la dictadura de las
masas, tiene como escenario el ascenso de Yrigoyen, y más tarde la irrupción del
peronismo en la política”, analizó.
”Los años 30 y el llamado ‘fraude patriótico’ son el contexto del surgimiento del
revisionismo histórico, que lleva a cabo una inversión de la figura sarmientina,
valorizando la barbarie y denostando la “falsa” civilización”, indicó.
”De esta lectura se nutre luego la tradición nacional-popular, que vincula la barbarie a
la idea de un sujeto histórico, el Pueblo-Nación, en lucha contra una oligarquía perversa.
Un esquema binario que a su vez reaparece potenciado en el revisionismo de izquierda
de los años 70″, dijo.
La historia argentina está atravesada por una ciclotimia asombrosa: coexisten por
momentos la idea de un destino fatal con la de un futuro formidable y cargado de
expectativas (simbolizado en consignas como “Argentina potencia” o “Argentina
Primer Mundo”)
¿Cuánto afecta al desarrollo de la idea de país esa ligereza para pensar los procesos
históricos?