Está en la página 1de 132

ReporteJalisco1.indd 1 12/09/2006 01:21:05 p.m.

ReporteJalisco1.indd 2 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Estudios sobre reformas
penales comparadas

Colección dirigida por


Guillermo Zepeda Lecuona

ReporteJalisco1.indd 3 12/09/2006 01:21:06 p.m.


ReporteJalisco1.indd 4 12/09/2006 01:21:06 p.m.
R E P O RT E DE JALISCO

Marcos P ablo Moloez nik


Víctor Gu stavo M oloeznik

ReporteJalisco1.indd 5 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Primera edición, 2006

© 2006, Marcos Pablo Moloeznik, Víctor Gustavo Moloeznik


© 2006, Edna Jaime Treviño, Guillermo Zepeda Lecuona, por la presentación

D.R. 2006, Centro de Investigación para el Desarrollo, AC


Jaime Balmes No. 11 Edif. D-2o. piso
Col. Los Morales Polanco, 11510 México, DF
Tel: (52) 55-5985.1010
<www.cidac.org.mx>

Diseño, portada, formación tipográf ica y edición: <www.co-media.com.mx>

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares de los


derechos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o proce-
dimiento, así como su distribución mediante alquiler o préstamo público.

ISBN: 968-9123-03-3

Impreso en México / Printed in México

ReporteJalisco1.indd 6 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Índi c e

P R E S E N TA C I Ó N ~ 9
INTRODUCCIÓN ~ 15

I. BALANCE DEL SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA


JALISCO
Y J U S T I C I A P E N A L E N E L E S TA D O D E ~ 17
Indicadores delictivos y percepción ciudadana ~ 19
Impunidad e incapacidad del Gobierno ~ 24

II. EL PROCESO DE REFORMA Y MEJORA DE LA FUNCIÓN


PÚBLICA DE JUSTICIA PENAL ~ 43
Reformas al Código Penal del Estado de Jalisco:
hacia un derecho penal del enemigo ~ 44
Ref lexiones sobre el Código de Procedimientos Penales
del Estado de Jalisco vigente: el ingeniero en sistemas
y las máquinas de escribir ~ 69
Anteproyecto del nuevo Código de Procedimientos
Penales para el Estado de Jalisco ~ 95

ReporteJalisco1.indd 7 12/09/2006 01:21:06 p.m.


REF LEXIÓN F INAL ~ 103
N O TA S ~ 105
ANEXO ~ 113
FUENTES ~ 123
SOBRE LOS AUTORES ~ 129
SOBRE EL CIDAC ~ 131

ReporteJalisco1.indd 8 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Pre se ntació n

LA RED DE INVESTIGACIONES SOBRE REFORMAS

P E N A L E S C O M PA R A D A S E N MÉXICO

Uno de los problemas sociales más apremiantes en México es el


incremento en los niveles de inseguridad ciudadana, así como la
percepción de que las instituciones encargadas de combatir la de-
lincuencia, procurar e impartir justicia no han estado a la altura
de este desafío. En México se ha registrado cierto desánimo ante
el estancamiento en el congreso nacional de las diversas iniciativas
para transformar y reformar el sistema penal mexicano, impidien-
do que se discutan a fondo las necesidades y las propuestas para
mejorar nuestras instituciones. Sin embargo, en los últimos años
ha habido importantes procesos que buscan transformar las insti-
tuciones penales locales en diversas regiones del país. En el Cen-
tro de Investigación para el Desarrollo, A. C. (C I D A C ) considera-
mos que era fundamental vincular y hacer visibles estos esfuerzos y
estas experiencias, así como dar a conocer a la sociedad mexicana

ReporteJalisco1.indd 9 12/09/2006 01:21:06 p.m.


que, en el ámbito de competencia local (donde se atiende 95 % de
los incidentes delictivos reportados), se están dando cambios y re-
sultados positivos de los que es posible obtener aliento y lecciones
útiles para otras reformas locales y la revisión del sistema penal fe-
deral. Ésta es la motivación central de esta iniciativa.

¿Q U É ES LA RED DE JUSTICIA?

Es un proyecto que reúne a destacados profesionales de doce ins-


tituciones que tienen interés por el análisis de las reformas penales
en el ámbito local. Estos profesionales comparten sus investiga-
ciones e intercambian experiencias para obtener un mejor cono-
cimiento sobre la reforma penal comparada. Los proyectos y es-
tudios desarrollados por los integrantes de la Red y su constante
intercambio de ideas están generando resultados muy alentadores
de los que se pueden obtener aportaciones para el desarrollo de
las instituciones penales del país. En esta primera etapa del pro-
yecto se analizan los procesos de reforma penal en nueve estados:
Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Chihuahua, Jalisco,
Nuevo León, Oaxaca, Querétaro y Zacatecas.
Este proyecto ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación
William y F lora Hewlett, que así da continuidad a su patrocinio
de espacios de coincidencia y sinergia para proyectos de investi-
gación sobre temas de seguridad ciudadana y justicia penal. Esta
Red de Justicia tiene como sede el C I D A C y se benef icia con la in-
tensa participación del Instituto de Estudios Transfronterizos de

10

ReporteJalisco1.indd 10 12/09/2006 01:21:06 p.m.


la Universidad de San Diego, que patrocina los estudios de la Red
en Baja California y Chihuahua.
La Red busca tener una representación equilibrada de los di-
ferentes procesos de reforma penal local registrados en el país. Se
han incluido estados en los que se encuentran en marcha procesos
de discusión de reformas en materia penal, destacando los casos
de Coahuila y Nuevo León, donde ya se han aprobado reformas y
están en la etapa de plena instrumentación. La Red también con-
sidera entidades en las que actualmente se integran iniciativas y
se discuten proyectos de reforma como: Chihuahua (donde ya se
presentó la iniciativa ante el Poder Legislativo), Aguascalientes,
Jalisco, Oaxaca y Zacatecas. Asimismo, se han incluido estados
en los que, si bien se han instrumentado programas y políticas en
materia de seguridad ciudadana y justicia penal, no se ha integra-
do un proceso de reforma amplio (como en Baja California) o bien
éste no fue aprobado (como en Querétaro).

¿C Ó M O OPERA LA RED?

Sus miembros están realizando reportes con estructuras homogé-


neas (para facilitar el análisis comparado) sobre las reformas en sus
estados; se reúnen en seminarios para presentar avances, abordar
temas específ icos e intercambiar experiencias; participan en diver-
sos foros convocados por organizaciones sociales, académicas o
gubernamentales para dar a conocer el resultado de sus investiga-

11

ReporteJalisco1.indd 11 12/09/2006 01:21:06 p.m.


ciones y participar en el intenso diálogo sobre la extensa temática
de la reforma penal comparada.
En esta ocasión tenemos el gusto de dar a conocer el primero
de estos reportes regionales. Se trata del Reporte de Jalisco, que en
un arduo esfuerzo de síntesis presenta una visión muy completa
del diagnóstico sobre la seguridad ciudadana y la justicia penal en
ese estado. Se presentan indicadores de incidencia delictiva y per-
cepción ciudadana sobre la inseguridad y el desempeño de las ins-
tituciones; se describe la problemática tanto en el ámbito policiaco
como en la procuración e impartición de justicia en materia penal,
y se presenta el panorama de los derechos humanos en la entidad.
Los autores analizan de forma meticulosa y crítica la “anatomía” y
la “f isiología” del sistema penal en Jalisco; presentan los aspectos
más cuestionables de las reformas recientes (“hacia un derecho
penal del enemigo”, señalan), así como los elementos más desta-
cables del anteproyecto de reformas que está por presentarse en el
congreso local. Los autores también plantean las transformaciones
que podrían mejorar signif icativamente la seguridad ciudadana y
la justicia penal en Jalisco.
Los autores de este sugerente texto son Marcos Pablo
Moloeznik, profesor-investigador del Centro Universitario
de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de
Guadalajara, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y
un reconocido experto internacional en temas de seguridad nacio-
nal y fuerzas armadas mexicanas, así como en seguridad interior,
fuerzas intermedias y seguridad como política pública; y Víctor
Gustavo Moloeznik, docente de derecho penal en la facultad de

12

ReporteJalisco1.indd 12 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, que
además de tener amplia experiencia como abogado postulante
se ha especializado en el Centro de Estudios de Justicia de las
Américas (C E J A ) de Santiago de Chile en el análisis comparado
de las reformas penales en América Latina. Marcos Pablo y Víctor
han enriquecido el trabajo de la Red y presentan el fecundo re-
sultado de su labor de investigación, lo cual signif ica una notable
aportación para la discusión de la materia en el ámbito nacional
que actualmente se da en Jalisco en este proceso de reformas em-
prendidas. Esta clase de estudios benef ician el debate nacional en
la materia, que tiene en los vigorosos procesos de reforma locales
un fecundo conjunto de experiencias y algunas buenas prácticas
que deben seguirse con atención y de las que pueden obtenerse
valiosas lecciones.

Edna Jaime Treviño


Directora General
CIDAC

Guillermo Zepeda Lecuona


Investigador - Coordinador de la Red
CIDAC

13

ReporteJalisco1.indd 13 12/09/2006 01:21:06 p.m.


ReporteJalisco1.indd 14 12/09/2006 01:21:06 p.m.
Int roducció n

De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (I D M ) por en-


tidad federativa, el estado de Jalisco ocupa la posición trece; sin
embargo, cuando se incluye el factor de inseguridad, desciende al
puesto número dieciséis.1 Esta situación obliga a reconocer que “la
seguridad es una condición necesaria para el fortalecimiento de la
sociedad y uno de los principales elementos para asegurar la cali-
dad de vida de todo ser humano”.2
La inseguridad se erige, pues, como una de las principales
preocupaciones de los habitantes de Jalisco: poco más de 27 %
de la población considera que es el problema más grave que
aqueja a la sociedad, en tanto que 46 % lo equipara con la falta
de empleo; ello signif ica que, en el imaginario colectivo, 73 %
de los jaliscienses reconocen estar preocupados por la falta de
seguridad.3
Esta percepción generalizada de indefensión se ref leja tam-
bién en los resultados de la más reciente encuesta del Instituto

15

ReporteJalisco1.indd 15 12/09/2006 01:21:06 p.m.


Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A. C. (I C E S I ) en la
materia: tal como se aprecia en la gráf ica 1, más de la mitad de los
jaliscienses se sienten inseguros en su entidad (53 %).
En suma, la inseguridad pública y su impacto sobre la calidad
de vida de la población (I D M ), así como la percepción negativa que
tiene la sociedad de Jalisco sobre la seguridad (seguridad subjeti-
va), imponen un estudio de la situación que guarda su sistema de
seguridad pública y justicia penal y, simultáneamente, la identif ica-
ción y evaluación de los esfuerzos para su resolución en la dimen-
sión jurídica (derecho penal).

Gráf ica 1. Percepción de la inseguridad.

Fuente: <www.icesi.org.mx>; Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005


(ENSI-3), septiembre de 2005.

16

ReporteJalisco1.indd 16 12/09/2006 01:21:06 p.m.


i
Balance del sistema de seguridad pública
y justicia penal en el estado de Jalisco

El gobierno de alternancia política de segunda generación,4 enca-


bezado por Francisco Javier Ramírez Acuña (2001-2007), se jacta
de haber disminuido drásticamente la incidencia delictiva en la
entidad, tal como se advierte en sus más recientes rendiciones de
cuentas (tabla 1).
Se trata, siguiendo al propio titular del Poder Ejecutivo,5
de una “reducción de los índices delictivos de alto impacto en
Jalisco, durante el periodo 2001-2004, […] de 45.3 %, desta-
cando la baja en homicidio doloso, robo a vehículos de carga
pesada y particulares, a bancos, así como a negocios y casas-
habitación […]”. Posteriormente, al presentar un balance de
2005 en materia de política criminal, en tono triunfalista anun-

17

ReporteJalisco1.indd 17 12/09/2006 01:21:06 p.m.


cia nuevamente la “reducción de los principales índices delicti-
vos de alto impacto”.6

Tabla 1. Reducción en los índices delictivos de alto impacto.

Delitos 2001 2004 Diferencia


Homicidio doloso 488 370 –24.18 %
Robo a bancos 18 11 –38.89 %
Robo a vehículos de carga pesada 893 492 –44.90 %
Robo a vehículos particulares 13,402 8,125 –39.37 %
Robo a casa-habitación 6,013 4,705 –21.75 %
Robo a negocios 7,332 3,141 –57.16 %

Fuente: Gobierno de Jalisco, 2001-2007, “Hecho con tu trabajo”, julio de 2005,


p. 20; Gobierno de Jalisco, 2001-2007, “Jalisco trabajando por un futuro mejor”
(resumen ejecutivo), julio de 2005, p. 49, y Gobierno de Jalisco, Poder Ejecutivo, en
Cuarto informe de gobierno, febrero de 2005, pp. 215-218.

Gráf ica 2. Posibles hechos delictivos denunciados, 2004.

Fuente: Elaborado con base en <www.presidencia.gob.mx>; Quinto informe de


gobierno, Vicente Fox Quesada, 1° de septiembre de 2005.

18

ReporteJalisco1.indd 18 12/09/2006 01:21:06 p.m.


INDICADORES DELICTIVOS Y PERCEPCIÓN CIUDADANA

Dichos resultados se centran en la incidencia delictiva, o sea, en


los posibles hechos delictivos denunciados o que llegan a conoci-
miento de las autoridades. En ese marco, a lo largo de 2004 en la
república mexicana se presentaba el panorama de la gráf ica 2.
Al f inalizar 2004, el índice delictivo de Jalisco se encontraba li-
geramente por debajo de la media nacional y de los delitos denun-
ciados del fuero común; aunque en el caso de los delitos del fuero
federal se hallaba por encima de la tasa promedio del país.
Sin embargo, de 1997 a 2004, Jalisco ocupó el cuarto lugar na-
cional en número absoluto de denuncias de posibles hechos delic-
tivos del fuero común. En tanto que las estadísticas de 2004 ubi-
can a Jalisco en el decimosegundo lugar en delitos por habitante,
quinto en delitos sexuales, noveno en homicidios, sexto en priva-
ción de la libertad y tercero en robo de vehículos. El delito más
denunciado del fuero común en la entidad es el robo en sus dife-
rentes modalidades, que lo lleva a ocupar el quinto lugar nacional
con 25,406 denuncias.7
Jalisco no es un estado violento, como se desprende de las
cifras absolutas de los homicidios dolosos o intencionales que,
para 2004, fueron en total 449 —según el reporte de autopsias
del Servicio Médico Forense—, cantidad superada ligeramente un
año después. Véase tabla 3.
En todo caso, el problema reside en la conf iabilidad de las
estadísticas delictivas: por ejemplo, para 2004, los informes del
gobernador de Jalisco sólo reconocen 370 asesinatos en la en-

19

ReporteJalisco1.indd 19 12/09/2006 01:21:07 p.m.


ReporteJalisco1.indd 20
Tabla 2. Posibles hechos delictivos denunciados en los fueros federal y común por entidad federativa.

Fuero
Total Fuero común
federal
Entidad
Año Tasa x
Tasa x 1000 Tasa x 1000
2004 Absolutos Absolutos Absolutos 1000
habitantes habitantes
Nacional habitantes
Baja California
Distrito Federal 1,501,304 14.25 81,539 0.77 1,419,765 13.48
Jalisco 119,656 41.73 7,455 2.60 112,201 39.13
Estado de México 181,172 20.55 18,687 2.12 162,485 18.43
Morelos 89,633 13.26 7,324 1.08 82,309 12.18
224,476 15.54 3,526 0.24 15.29
36,513 21.50 1,745 1.03 34,768 20.47

Fuente: <www.presidencia.gob.mx>; Quinto informe de gobierno, Vicente Fox Quesada, 1° de septiembre de 2005.

12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 3. Homicidios intencionales, 2005.

Zona metropolitana de Interior del


Total
Guadalajara estado de Jalisco
300 156 456
Fuente: Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Servicio Médico Forense, enero
de 2006.

tidad, frente a los 307 cometidos en la zona metropolitana de


Guadalajara y los 142 perpetrados en el resto del estado.8 Como
quiera que sea, en números absolutos y más allá de discrepancias,
los homicidios en Jalisco están lejos de ubicarlo como una enti-
dad federativa signada por la violencia.
Cabe señalar que la mayoría de los homicidios intencionales en
Jalisco se cometen con arma de fuego de uso exclusivo y reservado
de las fuerzas armadas y de seguridad, delito del fuero federal que,
en parte, tal vez explique por qué entre 2000 y 2004 dicho estado
ocupó los primeros lugares nacionales en quebrantamiento de la
Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y comisión de delitos
contra la salud.9
A estas frías estadísticas de posibles hechos delictivos denun-
ciados del fuero común y federal, se suma la denominada cifra
negra, es decir, la masa de delitos que no llega a conocimiento de
las autoridades y que, por ende, no queda registrada en la estadís-
tica of icial. El promedio nacional se estima en el orden de 88 %.10
En Jalisco, el escenario es todavía más dramático, ya que la es-
timación de su cifra negra es de 92.5 % (véase gráf ica 3). La princi-
pal causa para no denunciar ilícitos es considerar que la denuncia

21

ReporteJalisco1.indd 21 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Gráf ica 3. Cifra negra en Jalisco.

Fuente: www.icesi.org.mx; Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005


(ensi-3), septiembre 2005.

es una pérdida de tiempo, seguida de la desconf ianza en la auto-


ridad y el miedo al agresor.11 Lamentablemente, la “pérdida de
tiempo” en denunciar un delito se corresponde con la realidad, al
iniciarse sólo dos averiguaciones previas por cada diez delitos he-
chos del conocimiento de las autoridades (tabla 4).
De esta forma, en Jalisco 1.4 de cada diez personas fueron víc-
timas de algún delito durante 2004, dato que no se encuentra regis-
trado en las estadísticas of iciales de incidencia delictiva (gráf ica 4).
Por otro lado, se observa un contraste entre el porcentaje de
reducción de robos a casas-habitación de 2001 a 2004, anuncia-
do por el Poder Ejecutivo (21.75 %), y el porcentaje de viviendas
victimizadas en Jalisco a lo largo de 2004, por arriba de la media
nacional (tabla 5).

22

ReporteJalisco1.indd 22 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 4. Denuncia: distribución por entidad federal de averiguaciones
previas no iniciadas.

Estado Porcentaje
Puebla 95 %
Guerrero 91 %
San Luis Potosí 90 %
Tabasco 87 %
Jalisco 80 %
Nacional 80 %

A nivel nacional sólo se inician dos averiguaciones previas por cada diez delitos.
Fuente: <www.icesi.org.mx>; Tercera encuesta nacional sobre inseguridad 2005 (E N S I -
3), septiembre de 2005.

Gráf ica 4. Victimización. Prevalencia delictiva, 2004.

Fuente: <www.icesi.org.mx>; Tercera encuesta nacional sobre inseguridad 2005 (E N S I -


3), septiembre de 2005.

ReporteJalisco1.indd 23 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 5. Viviendas victimizadas durante 2004.

Estado Porcentaje
Distrito Federal 28.8 %
Estado de México 24.7 %
Baja California 22.9 %
Jalisco 17.4 %
Sinaloa 16.8 %
Nacional 13 %

“¿Alguna persona que vivía o vive en esta vivienda fue víctima de algún delito en
este estado?” Fuente: <www.icesi.org.mx>; Tercera encuesta nacional sobre inseguridad
2005 (E N S I -3), septiembre de 2005.

IMPUNIDAD E I N C A PA C I D A D D E L GOBIERNO

A la diferencia entre las estadísticas of iciales y la cifra negra de los


hechos delictivos se suma el incumplimiento del derecho a la lega-
lidad y a la seguridad jurídica, que se pone de relieve tanto en la
impunidad como en la incapacidad gubernamental.
Así, por ejemplo, durante 2002 la Procuraduría General de
Justicia del Estado (P G J E ) ni siquiera fue capaz de recuperar 55.4 %
de los 9,125 vehículos robados.12 En el mismo año, la misma P G J E
sólo logró recuperar 23.08 % de la mercancía robada de vehículos
de carga pesada.13

Tabla 6. Averiguaciones previas del fuero común. Jalisco, 2003.

Denunciadas Consignadas
91,587 15,123
Fuente: Base de datos del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C.
(c idac); <http://www.cidac.org>.

24

ReporteJalisco1.indd 24 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 7. Debilidades del Ministerio Público en la zona metropolitana
de Guadalajara.

- Averiguaciones previas mal integradas.

- Excesiva carga de trabajo, puesto que cada agencia del Ministerio Público
debe atender poco más de tres mil indagatorias con un personal de tres o cuatro
actuarios o secretarios, bajo la coordinación de un agente del Ministerio Público.

- Insuf iciente personal para hacer frente a la demanda social.

- Ausencia de autonomía del representante social, al estar subordinado al


Ejecutivo del estado.

- Inercias burocráticas y pésima organización de las entidades encargadas de


investigar la comisión de delitos.

- Limitaciones en la indagación profesional de los delitos: el acopio de indicios


es inoportuno, insuf iciente y de mala calidad.

Fuente: La actuación del Ministerio Público en las averiguaciones previas integradas en


la zona metropolitana de Guadalajara, tesis que para obtener el grado de maestría en
Derecho presenta Luis Manuel Loera Guerrero, Universidad de Guadalajara, enero
de 2006; en particular, el capítulo “Comprobación empírica”.

La baja ef iciencia de la P G J E se aprecia en toda su magnitud a


partir de los únicos datos sobre procuración de justicia en Jalisco a
los que se pudo tener acceso, como se muestra en la tabla 6. (Véase
también la tabla 7.)
De esta manera, para 1999 el índice de impunidad promedio
en Jalisco fue de 93 % y el desempeño institucional de 57.77 %;14
la P G J E no tuvo la capacidad de dar cumplimiento a las órdenes
de aprehensión, ya que en 2000 cumplió —en promedio— con
31.1 % del total girado por los jueces en materia penal.15

25

ReporteJalisco1.indd 25 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 8. Guadalajara-Zapopan-Tonalá-Tlaquepaque.

Año Averiguaciones previas Expedientillos o actas

2000 32,080 Sin dato

2001 34,518 Sin dato

2002 28,262 57,640

2003 28,632 48,702

2004* 20,560 51,805

Fuente: Procuraduría General de Justicia del Estado, libros de gobierno de los


archivos, años varios.* Enero-octubre.

Lo anterior lleva a concluir que en Jalisco “el crimen sí paga”


o, dicho en otros términos, que la impunidad puede considerarse
el principal factor criminógeno, pues los delincuentes están cons-
cientes del bajo nivel de probabilidad de ser sancionados.16
La carga de trabajo de la P G J E en la persecución del delito
viene dada tanto por la integración de la averiguaciones previas,
como por los denominados “expedientillos” o actas, que para
2004 representaban en la zona metropolitana de Guadalajara más
de cien por ciento de aquéllas. (Véase tabla 8.)
Por su parte, en los trece juzgados penales del primer partido
judicial (zona metropolitana de Guadalajara), de agosto de 2002
a julio de 2003, se tienen registrados en el libro de gobierno 9,200
expedientes, pero sólo se dictaron 3,517 sentencias def initivas.17
Como se aprecia, se consignaron aproximadamente 30 % de las
averiguaciones y solamente 15 % de éstas devinieron en sentencias
def initivas, verif icándose un porcentaje menor de sentencias con-

26

ReporteJalisco1.indd 26 12/09/2006 01:21:07 p.m.


denatorias. Todo ello lleva a la conclusión de que en la zona me-
tropolitana de Guadalajara —donde se concentran las actuaciones
del Ministerio Público— la impunidad es de 85 %.18
Con respecto a los derechos humanos, paradójicamente la
Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (P G J E ) es
la autoridad contra la cual se interpone el mayor número de quejas
ciudadanas por presuntas violaciones de los derechos fundamen-
tales: en 2001 se recibieron 813 quejas en su contra; durante 2002
el número se incrementó a 839; en 2003 descendió a 725; en 2004
hubo un nuevo aumento en comparación con el año anterior, ya
que se presentaron 794, y en 2005 se recibieron 764.19
Los diez conceptos de violación más señalados por los quejo-
sos durante 2005, en contra de servidores públicos de esa institu-
ción, fueron: incumplimiento de la función pública en la procura-
ción de justicia, detención arbitraria, lesiones, tortura, dilación en
la procuración de justicia, prestación indebida del servicio públi-
co, amenazas, cateos y visitas domiciliarias ilegales, ejercicio inde-
bido de la función pública e intimidación.

Tabla 9. “¿Qué tanta conf ianza le inspira cada una de las siguientes instituciones?”
(en porcentajes).
Institución Mucha y Algo Poco y Nada
Fuerzas Armadas 66.4 33.5
Sistema jurídico 45.4 54.7
Sistema político mexicano 40.4 59.5
La policía 36.8 63.2
Los sindicatos 30.9 69.1
Los diputados 24.6 75.3

Fuente: Encuesta Percepciones de la población de la zona metropolitana de Guadalajara


sobre la corrupción, Universidad de Guadalajara-Centro de Estudios Estratégicos
para el Desarrollo, junio de 2002.

27

ReporteJalisco1.indd 27 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Efectivamente, tal como se destaca de las recomendaciones
emitidas en 2005, el estado no es capaz de garantizar el derecho
a la legalidad y a la seguridad jurídica, es decir, una garantía indi-
vidual consagrada constitucionalmente. Tampoco debe soslayarse
el bajo índice de conf ianza en las instituciones y los actores clave
del drama penal (sistema judicial en sus dos vertientes y policía).
Véase tabla 9.
Para el sector empresarial, las instituciones percibidas como las
más deshonestas en el gobierno estatal y municipal son la Policía
Investigadora, la Procuraduría General de Justicia del Estado y la
Policía Municipal, respectivamente.20
En la zona metropolitana de Guadalajara, 78 % de la población
reconoce tener “poca o ninguna conf ianza en los policías preven-
tivos locales” y 71 % en el caso de los policías investigadores, de
acuerdo con los resultados de una reciente encuesta.21
Conviene insistir sobre el comportamiento de las autoridades
más señaladas por presuntos quebrantamientos de los derechos
humanos en los últimos tres años: la P G J E continúa, por tercer año
consecutivo, encabezando la lista de los agraviados con 764 seña-
lamientos en su contra por presuntas violaciones a los derechos
humanos; en especial, la Policía Investigadora es señalada como
la autora material de dichas violaciones, en tanto que el agente
del Ministerio Público, en su calidad de jefe y superior jerárqui-
co, como responsable de solapar o tolerar tales conductas contra-
rias al estado democrático de derecho. Por su parte, la Dirección
General de Seguridad Pública de Guadalajara y la Secretaría de
Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social comparten

28

ReporteJalisco1.indd 28 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 10. Desempeño del Poder Judicial (entidades federativas seleccionadas).

Calidad Calidad de las Imparcialidad de


Entidad
profesional resoluciones los jueces
Aguascalientes 6.46 8.00 8.10
Guanajuato 5.58 6.36 6.00
Nuevo León 5.52 6.46 6.60
Querétaro 5.52 6.58 6.36
Coahuila 5.50 7.02 6.78
Jalisco 4.46 5.32 6.22

Fuente: Estudio sobre el desempeño del Poder Judicial a cargo del Banco Mundial,
la agrupación civil Únete, el Consejo Coordinador Empresarial, la Universidad
Nacional Autónoma de México (unam) y el Instituto Tecnológico Autónomo de
México (itam), México, marzo de 2003.

el segundo lugar por el número de quejas interpuestas en su con-


tra: 266 y 264, respectivamente.
En todo caso, e independientemente de la causas que explican
el incremento cuantitativo de las quejas, éstas pueden interpretar-
se como el ref lejo del nivel de desencuentro entre la sociedad y la
autoridad, puesto que en el trabajo diario del ombudsman se sigue
el pulso del estado de salud que guarda la administración pública
en la entidad.
En lo que se ref iere al Poder Judicial, Jalisco presenta una si-
tuación de bajo o pobre desempeño de la institución encargada
de administrar justicia, bajo cualquiera de los tres indicadores
contemplados y en comparación con otros estados del país (véase
tabla 10).

29

ReporteJalisco1.indd 29 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 11. Evaluación del Poder Judicial por el Consejo Coordinador F inanciero.

Poder Judicial Posición Puntuación

Remuneración de los jueces 8 de 32 2.94

Conf iabilidad de los servicios periciales 22 de 32 2.43

Imparcialidad de los juzgadores 24 de 32 2.69

Rapidez en los procedimientos de ejecución 24 de 32 2.50

Servicio civil de carrera 24 de 32 2.05

Condiciones generales de los juzgados 26 de 32 1.91

Rapidez en los procedimientos de ejecución


26 de 32 2.52
mercantiles

Calidad profesional de los juzgados 27 de 32 2.77

Rapidez en los procedimientos de ejecución


27 de 32 2.18
hipotecarios

Fuente: “Ejecución de contratos mercantiles e hipotecas en las entidades


federativas”, en Indicadores de conf iabilidad y desarrollo institucional local, México,
Consejo Coordinador F inanciero, 2004.

Otro indicador del desempeño del Supremo Tribunal de


Justicia del Estado es el rezago, y al decir de un investigador de la
Universidad de Guadalajara:22

El atraso existente del 1° de agosto de 2001 al 31 de julio de 2003


en los casos de primera instancia revelan que el rezago en el Poder
Judicial supera el 60 %. En ese periodo se registraron en el libro de
gobierno en los juzgados de primera instancia 112,621 expedientes;
de ellos, sólo 27,163 obtuvieron sentencias def initivas. Se emitieron
17,019 sentencias interlocutorias (no def initivas). Lo que represen-

30

ReporteJalisco1.indd 30 12/09/2006 01:21:07 p.m.


ta un rezago de 68,439 juicios. En porcentaje, signif ica 60.77 % de
rezago, contra 38,23 % de productividad.

Por su parte, la evaluación del Poder Judicial a cargo del


Consejo Coordinador F inanciero arroja los resultados nada alen-
tadores de la tabla 11.
El único indicador aceptable del órgano de impartición de jus-
ticia en Jalisco es la remuneración de los jueces, que no guarda co-
rrespondencia con sus actuaciones.
Asimismo, el desempeño de los jueces y magistrados se ref leja,
en materia penal, en la situación de la población penitenciaria es-
tatal. Jalisco es la entidad federativa con mayor proporción de su
población carcelaria en prisión preventiva: 57.8 % de los reclusos
en Jalisco están a la espera de sentencia.23
Del total de 34 reclusorios existentes en Jalisco,24 11 dependen
administrativamente del Poder Ejecutivo del estado de Jalisco y el
resto están bajo la tutela de los municipios; esto es, 23 reclusorios
preventivos se encuentran a cargo de igual número de ayuntamien-
tos. La posición de la Comisión Estatal de Derechos Humanos
de Jalisco (C E D H J ) es inequívoca: mediante el Pronunciamiento
1/2004, expedido en noviembre de ese año, se advierte que es vio-
latorio del artículo 18 constitucional la existencia de este tipo de
reclusorios, ya que la Carta Magna establece que el sistema peni-
tenciario estará a cargo de los gobiernos de la Federación y de los
estados. (Véase tabla 12.)
También se verif ica una tendencia al alza en la población pe-
nitenciaria del estado: “La población penitenciaria se incrementó

31

ReporteJalisco1.indd 31 12/09/2006 01:21:07 p.m.


ReporteJalisco1.indd 32
Tabla 12. Población interna de sentenciados y procesados por entidad federativa, 2004.

Total Fuero federal Fuero común


Entidad
Años Tasa x 1000 Tasa x 1000 Tasa x 1000
2004 Absolutos Absolutos Absolutos
habitantes habitantes habitantes

Nacional 193,889 1.84 49,618 0.47 144,271 1.37

Centros
2,569 0.02 1,485 0.01 1,083 0.01
federales

Jalisco 11,574 1.71 2,346 0.35 9,228 1.37

Fuente: <www.presidencia.gob.mx>; Quinto informe de gobierno, Vicente Fox Quesada, 1º de septiembre de 2005.

12/09/2006 01:21:07 p.m.


12.3 %, lo que representa 1,638 internos más en comparación con
el año 2004”.25
En general, las condiciones en que funcionan los reclusorios
municipales de Jalisco son degradantes: edif icación y personal
improvisado, y sobre todo condiciones de vida inadecuadas e in-
cluso infrahumanas;26 esto explica la intervención del goberna-
dor, quien en su último informe da cuenta de “la rehabilitación
de quince cárceles municipales que son cabecera de partido ju-
dicial […]”.27
Ahora bien, el mayor porcentaje de los supuestos hechos vio-
latorios de derechos humanos con más alta frecuencia durante los

Tabla 13. Hechos violatorios de los derechos humanos más frecuentes (1997-2005).

Atribuidas a Atribuidas a
Supuesta violación Total de quejas
las D G S P * la P G J E **

Detención arbitraria 6 983 4 989 1 801

Lesiones 5 770 3 926 1 257

Tortura 670 62 570

Prestación indebida
4 643 1 414 518
del servicio público

Elaborada con base en las estadísticas sobre hechos violatorios de los derechos
humanos en Jalisco, del 1° de enero de 1997 al 31 de diciembre de 2005, Comisión
Estatal de Derechos Humanos Jalisco (c e dh j ). * d g s p: Direcciones Generales de
Seguridad Pública, estatal y municipales. ** p gje: Procuraduría General de Justicia
del Estado.

33

ReporteJalisco1.indd 33 12/09/2006 01:21:07 p.m.


últimos ocho años fueron la detención arbitraria, las lesiones y la
prestación indebida del servicio público; las dos primeras moda-
lidades de quebrantamiento de los derechos fundamentales son
comunes en autoridades que detentan el monopolio del uso de la
fuerza, a saber, cuerpos de seguridad pública, incluida la Policía
Investigadora, tal como se aprecia en la tabla 13.28
El signif icado de los hechos violatorios de los derechos huma-
nos más señalados en Jalisco se encuentra a continuación.29
Detención arbitraria. Acción que tiene como resultado la pri-
vación de la libertad de una persona, realizada por una autori-
dad o servidor público, sin que exista orden de aprehensión gira-
da por un juez competente, u orden de detención expedida por el
Ministerio Público en caso de urgencia o de f lagrancia. Se trata de
una transgresión del derecho a la libertad, es decir, la facultad de
todo ser humano a realizar u omitir cualquier conducta sin más
restricciones que las establecidas por el derecho. Por tanto, el bien
jurídico protegido es la autonomía de la persona, entendida como
la posibilidad de realizar u omitir una conducta conforme a dere-
cho, sin interferencias no previstas en el orden jurídico; entre los
actos de autoridad violatorios de este derecho, destaca la deten-
ción arbitraria, mecanismo que quebranta el derecho a la libertad
personal. Se traduce en uno de los supuestos en que el ejercicio
del derecho tiene lugar, no en función del comportamiento de su
titular, sino del de otros sujetos jurídicos (servidores públicos y, en
especial, efectivos policiales).30
Lesiones. Cualquier acción que tenga como resultado una al-
teración de la salud o deje huella material en el cuerpo, realizada

34

ReporteJalisco1.indd 34 12/09/2006 01:21:07 p.m.


directamente por una autoridad o servidor público en el ejercicio
de sus funciones, o indirectamente mediante su anuencia para que
la realice un particular, en perjuicio de cualquier persona. Dicho
en otras palabras, estamos ante la violación del derecho que tiene
toda persona a no sufrir transformaciones nocivas en su estructu-
ra corporal, sea f isionómica, f isiológica o psicológica, o cualquier
otra alteración en el organismo. El bien jurídico tutelado se enmar-
ca en el derecho a la integridad y seguridad personales, y no es otro
sino la integridad física y psíquica del individuo.31 En la mayoría
de los casos, la pérdida del goce de este derecho en Jalisco se debe
a la actuación de los cuerpos de seguridad pública al no ajustarse
a derecho, ya que en su desempeño no respetan las reglas del uso
de la fuerza, consagradas tanto en los artículos 2 y 12 de la Ley de
Seguridad Pública del Estado de Jalisco y sus municipios, como
en el artículo 6 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de
Justicia del Estado de Jalisco y en sus respectivos códigos de ética
y conducta.
Prestación indebida del servicio público. Cualquier acto u omi-
sión que cause la negativa, suspensión, retraso o def iciencia de un
servicio público, por una autoridad o servidor público, que impli-
que el ejercicio indebido de un empleo, cargo o comisión. Se trata
de una de las formas de vulneración del derecho a la legalidad,
pues su existencia implica una afectación de los actos de la ad-
ministración pública, los que con fundamento en el principio de
autoridad —en el que se sustentan las acciones del Estado— de-
berían realizarse con apego al orden jurídico y evitar que se co-
metan perjuicios indebidos contra los ciudadanos, titulares de ese

35

ReporteJalisco1.indd 35 12/09/2006 01:21:07 p.m.


Tabla 14. Número de recomendaciones hechas a las autoridades en el ámbito estatal
por la c ndh vinculadas con la seguridad pública de junio de 1990 a noviembre de
2005 (diez principales entidades federativas).

Estado Número de recomendaciones


Chiapas 115
Oaxaca 110
Guerrero 96
Puebla 92
Morelos 82
Distrito Federal 80
Jalisco 74
Michoacán 65
Chihuahua 61
Estado de México 58

Fuente: Informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (c n dh )


sobre el ejercicio efectivo del derecho a la seguridad pública en nuestro país, México,
enero de 2006.

derecho. El bien jurídico que este derecho tutela es la observancia


adecuada por parte del Estado del orden jurídico, es decir, la per-
manencia de un estado de disfrute de los derechos concedidos por
la ley, sin que se causen perjuicios indebidos como resultado de
una def iciente aplicación del derecho.
De las estadísticas de la C N D H , se desprende que Jalisco es el
séptimo estado que ha recibido más recomendaciones por viola-
ciones graves de los derechos fundamentales relacionadas con la
seguridad pública. (Véase tabla 14.)Adicionalmente, ante el reque-
rimiento de información del ombudsman nacional, “los titulares de

36

ReporteJalisco1.indd 36 12/09/2006 01:21:08 p.m.


las dependencias de Seguridad Pública de los estados de Coahuila,
Durango, Hidalgo, Jalisco, Sonora y Tamaulipas no respondieron
a las peticiones formuladas por este organismo nacional”.32
De ahí que valga la pena detenerse en esa institución de auto-
protección social por excelencia que es la policía, con el objeto de
analizar lo que se indica en la tabla 15.
Tanto el desempeño policial en el estado y sus municipios,
como la permanente desconf ianza de la población en las fuerzas
del orden público, responden a las siguientes debilidades:

1) No existe una concepción de seguridad ciudadana; por el


contrario, la seguridad del Estado y la preservación de la tranqui-
lidad y el orden público así como la paz social constituyen el eje
articulador de una policía de carácter represivo-punitivo, orientada
al control social.
2) Como consecuencia del punto anterior, a las autoridades es-
tatales y municipales y a los mandos policiales no les interesa ni fo-
mentan la participación ciudadana; a lo sumo, alientan la delación y
denuncia anónima y la simulación por medio de los consejos “ciu-
dadanos” de seguridad pública, integrados por notables alejados de
la vida cotidiana de barrios y colonias.33
3) Las direcciones generales de seguridad pública de los mu-
nicipios constituyen, por lo general, parte del botín de los partidos
políticos, lo que se ref leja en el proceso de designación de los direc-
tores generales, mandos medios y superiores que responde más a
la lealtad política que a las capacidades y aptitudes. Esta tendencia
a politizar la elección de los mandos policiacos trae consigo otros
males: (a) ausencia de proyectos y programas en la materia; (b) en
caso de existir políticas, estrategias y líneas de acción, la imposibi-
lidad de darles continuidad; (c) impacto negativo sobre el ánimo,

37

ReporteJalisco1.indd 37 12/09/2006 01:21:08 p.m.


Tabla 15. Comunes denominadores de los cuerpos de seguridad pública del estado
de Jalisco.

• Dominio de una concepción de la seguridad pública exclusiva y


excluyentemente de naturaleza policial, que sólo concibe la participación
ciudadana a través de la delación, y que coadyuva al divorcio entre los cuerpos de
seguridad pública y la población.

• Excesiva politización, es decir, tendencia a politizarlo todo, incluyendo la


seguridad pública.

• No existe en la entidad un modelo claro de policía; en el estado y los


municipios se presenta una especie de híbrido que, por inercia, intenta copiar a
las fuerzas armadas; a lo que se suma la ausencia de una doctrina policial propia.

• Como consecuencia de ello, se advierte una crisis de identidad de la profesión


policial, que desliga a la policía de cualquier código de conducta o actuación, y
deja expedito el camino para la violación de los derechos humanos.

• Bajo nivel de profesionalización, en cierta medida porque cada Dirección


General de Seguridad Pública lleva a cabo su propio proceso de reclutamiento,
selección y formación.

• Policías viejos frente a una pirámide poblacional joven.

Fuente: Marcos Pablo Moloeznik, “Balance preliminar de la función municipal de


seguridad pública en México”, Gestión Municipal, año 1, vol. 3, marzo-agosto de
2004, Centro Universitario de Ciencias Económico-Administrativas/Universidad de
Guadalajara, pp. 46-55. A partir del artículo citado, se lleva a cabo una adaptación
para Jalisco.

autoestima y motivación del personal de carrera, al que se excluye


sistemáticamente del proceso de toma de decisiones; y (d) imagen
pública negativa de la institución policial y, por ende, falta de incen-
tivos para que los ciudadanos ingresen a las corporaciones.

38

ReporteJalisco1.indd 38 12/09/2006 01:21:08 p.m.


En ese sentido, destaca el caso del policía preventivo municipal
Ramón Rosas Montiel, cuyo cuerpo se encontró después de cua-
tro meses de haber reportado su desaparición en una brecha del
poblado de San Cristóbal de la Barranca. La Dirección General
de Seguridad Pública de Zapopan —en la que sirvió por catorce
años— le negó su despido con honores, “debido a que el policía no
podría ser homenajeado por no haber muerto dentro de su horario
de trabajo”.34 Cabe preguntarse si cuando un efectivo encuadrado
en un cuerpo de seguridad pública f inaliza su turno o guardia, deja
de ser policía o pierde su calidad de tal.
4) No existe efectivamente un modelo policial claro ni se ge-
nera doctrina propia; la experiencia comparada sugiere optar por
la denominada policía comunitaria en el orden municipal, pero el
híbrido existente no reúne los mínimos requisitos ni el perf il básico
para un tránsito a la policía de proximidad, barrial y vecinal que se
recomienda en los municipios.
5) Ante la ausencia de una doctrina policial propia, se suele
adoptar lisa y llanamente la que procede de otras culturas e idio-
sincrasias. (Por ejemplo: la consigna “Proteger y servir”, que tienen
rotulada las patrullas de la policía de Guadalajara, copiada de los
anglosajones; el programa D A R E , contra el abuso de las drogas, ya
obsoleto y superado en Estados Unidos, pero de exitosa adopción
en México, entre otros.)35
6) El efecto más pernicioso de un proceso de deslegitimación
social ante la falta de un modelo y objetivo estratégico de las poli-
cías preventivas es la crisis de identidad y autoestima de los pro-
pios uniformados, que se ve ref lejada en un accionar signado por
el abuso de poder.
Así, en los tres últimos años 240 efectivos policiales estatales
optaron por la “renuncia voluntaria”, para —como lo reconoce la
propia autoridad— “evitar una sanción legal”.36 Véase tabla 16.

39

ReporteJalisco1.indd 39 12/09/2006 01:21:08 p.m.


Tabla 16. Avance de los procedimientos administrativos instaurados a personal de
la sspprs (Secretaría de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación Social,
Gobierno del Estado de Jalisco).

Procedimientos Procedimientos Procedimientos


Resolución
en 2003 en 2004 en 2005

Cese 48 44 60

Renuncias
voluntarias
98 83 59
por inicio de
procedimiento

Amonestación
con copia a
51 24 31
expediente
personal

Suspensión 42 60 61

Fuente: Cuarto y quinto informes de gobierno, febrero de 2005 y 2006,


respectivamente.

7) Al vulnerar las autoridades municipales el artículo 25 de la


Ley de Seguridad Pública del Estado de Jalisco, que establece como
obligación para todos los elementos de los cuerpos de seguridad
pública —incluidos los municipales— la de asistir a la Academia
de Policía y Vialidad, “a f in de adquirir los conocimientos técnicos
y prácticos que permitan su constante actualización […]”;37 cada
Dirección General de Seguridad Pública (D G S P ) municipal cuenta
con su propio instituto de formación policial que, previamente, se
encarga de reclutar y seleccionar a los aspirantes. Precisamente, a la
luz del bajo reconocimiento social de la profesión policial y el des-

40

ReporteJalisco1.indd 40 12/09/2006 01:21:08 p.m.


interés ciudadano por abrazar esta carrera, las D G S P de la zona me-
tropolitana de Guadalajara prolongan hasta los 36-40 años la edad
del personal de nuevo ingreso (en el caso de la de Guadalajara la
edad promedio de quienes ingresaron durante 2004 fue de treinta
y cuatro años); dadas estas circunstancias de reclutamiento, la co-
munidad cuenta con policías “viejos” en una sociedad civil de gran
dinamismo y demográf icamente joven.38

Por lo tanto, la policía como auxiliar de la justicia no se en-


cuentra a la altura de la creciente demanda social por resultados
en el ámbito de la seguridad pública, lo que se ref leja en el cre-
ciente número de empresas prestadoras de servicios privados de
seguridad.39

41

ReporteJalisco1.indd 41 12/09/2006 01:21:08 p.m.


ReporteJalisco1.indd 42 12/09/2006 01:21:08 p.m.
ii
El proceso de reforma y mejora de la función
pública de justicia penal

En los últimos años y ante la preocupación ciudadana por la inse-


guridad, las sucesivas legislaturas del Congreso del Estado de Jalis-
co han pretendido actualizar el marco normativo en materia penal:
el alcance y contenido de las reformas al código penal, así como la
promulgación de la Ley Estatal contra la Delincuencia Organiza-
da, concentran los principales esfuerzos de los diputados locales.
Más recientemente, se puso a debate la necesidad de contar con
un nuevo Código de Procedimientos Penales, cuyo anteproyecto
todavía no ha afectado los procedimientos vigentes, lo que obliga
a su consideración.

43

ReporteJalisco1.indd 43 12/09/2006 01:21:08 p.m.


REFORMAS AL CÓDIGO PENAL DEL E S TA D O DE JALISCO:
H A C I A U N D E R E C H O P E N A L D E L E N E M I G O 40

Las reformas penales llevadas a cabo en 2003 constituyen un retro-


ceso que responde a una posición basada en la razón de Estado,41
o lo que es lo mismo, lo que en la doctrina se denomina “dere-
cho penal del enemigo”.42 De acuerdo con esta idea, “el legislador
no dialoga con sus ciudadanos, sino que amenaza a sus enemigos,
conminando sus delitos con penas draconianas, recortando garan-
tías procesales y ampliando las posibilidades de sancionar conduc-
tas muy alejadas de la lesión de un bien jurídico”.43
El impacto negativo tanto del código penal —a la luz de las
últimas enmiendas— como de la Ley contra la Delincuencia
Organizada del Estado de Jalisco seguramente se hará sentir en
los próximos años sobre los derechos humanos de los jaliscienses.
Lejos de constituir un avance en materia penal y, por ende, de inci-
dir positivamente en la política criminal y de control social del es-
tado de Jalisco, el proceso reformista de la legislatura local puede
considerarse contrario a los principios y fundamentos del Estado
de Derecho.
En verdad, lo que subyace en el derecho penal es la tensión
entre los bienes jurídicos libertad y seguridad. Un reconocido pe-
nalista af irma al respecto:

El problema no consiste […] en reconocer el derecho a la libertad;


el problema que toda cultura, sociedad o Estado debe resolver es
trazar los límites dentro de los cuales el ser humano puede ejercer
esa libertad. Y a esta delimitación de los márgenes, dentro de los

44

ReporteJalisco1.indd 44 12/09/2006 01:21:08 p.m.


cuales se permite el libre desarrollo de la personalidad y el ejerci-
cio de la libertad por parte de los individuos, se le llama seguridad.
[Por lo tanto], la tarea fundamental del Estado de Derecho ha sido
y es navegar entre ambos polos, delimitándolos lo mejor posible y
procurando que estén en equilibrio y armonía, creando para ello
unas normas y principios que se han convertido en los derechos
fundamentales de cualquier Carta Magna o Constitución de un es-
tado social y democrático de derecho […].44

Con el nuevo marco normativo en materia penal, el gobierno


de Jalisco ha decidido sacrif icar el bien jurídico libertad en el altar
de la seguridad, ya que el resultado es el de un nuevo derecho
penal autoritario,45 antítesis del Estado democrático de Derecho y
del necesario balance entre ambos bienes jurídicos, cuyo análisis
se presenta a continuación.

Alcances y contenidos de las reformas al Código Penal


del Estado de Jalisco

La iniciativa que pone en marcha el proceso de reforma consagra-


do el 4 de junio de 2003, es decir, la paternidad de las modif ica-
ciones al cuerpo normativo jalisciense en su esfera penal puede
atribuirse al Centro Empresarial de Jalisco de la Confederación
Patronal de la República Mexicana (Coparmex). El documento
presentado por este organismo empresarial se caracteriza por la
ausencia de rigor científ ico y por que no hace una revisión de los
más recientes avances de la legislación penal; además, se encuentra

45

ReporteJalisco1.indd 45 12/09/2006 01:21:08 p.m.


plagado de contradicciones. La iniciativa reconoce de entrada que
un aumento general de las penas no implica, necesariamente, dis-
minuir los delitos, para enseguida sustentar toda su propuesta en
suprimir la posibilidad de ejecución condicional de la pena y en el
aumento de ésta en diversos tipos penales. Además, la concepción
de delito desarrollada en la propuesta resulta por demás anacróni-
ca, ya que considera que no es delito aquel tipo penal que no san-
cione al delincuente con pena de prisión efectiva.46
En la propuesta de Coparmex se advierte lo que se conoce
como “clima punitivista”, que se basa en el incremento cualitativo
y cuantitativo en el alcance de la criminalización como único crite-
rio político-criminal.47
Cabe destacar que el Congreso del Estado de Jalisco hunde el
bisturí en el sistema legal y modif ica o agrega más de un centenar
de artículos, esto es, afecta la tercera parte del código penal. Esta
transformación radical del contenido en el derecho penal cons-
tituye lo que para un reconocido catedrático de la Universidad
Autónoma de Madrid se denomina el “modo [en] que los asuntos
de la confrontación política cotidiana llegan en plazos cada vez
más breves también al código penal”.48
Sin embargo, una cosa es proponer sistemas jurídicos —por
muy coherentes que sean en sí mismos— y otra pensar en las con-
secuencias que de ellos se pueden derivar.

Pero alguien tendrá algún día que dar cuenta de este deterioro del
Estado de Derecho, sobre todo cuando además no se hayan con-
seguido mejores efectos que con la regulación que ahora tenemos,
que seguramente tampoco es la mejor de todas las posibles. Pero

46

ReporteJalisco1.indd 46 12/09/2006 01:21:08 p.m.


deberá reconocerse que, a igualdad de efectos, la actual ofrece más
garantías y respetos por la dignidad humana y por las posibilidades
de reinserción, de renuncia a la violencia, esperanza en el cambio
que podamos tener en el terrorista o en el enemigo, que la que sim-
plemente lo considere como un objeto a vigilar y castigar, como un
ser dañino que debe ser encerrado el mayor tiempo posible, incluso
por el resto de sus días […]”.49

De la lectura y el análisis del documento propuesto por el


Centro Empresarial de Jalisco surge la idea fuerza que lo inspira:
ante el marco de (in)seguridad y violencia creciente, la solución
reside en la expansión y el endurecimiento del sistema penal, aun
con disposiciones de dudosa legitimidad constitucional. Este cri-
terio utilitarista responde al conocido discurso de la “emergencia”
de naturaleza autoritaria, basado en la razón de Estado e inspirado
en las corrientes contemporáneas de law and order.50
Para los juristas comprometidos con la preservación del Estado
de Derecho, el proceso de reforma al Código Penal del Estado de
Jalisco, plasmado el 4 de junio de 2003, se presenta como: (1) vio-
latorio de la letra y el espíritu constitucionales; (2) una oportuni-
dad perdida para la actualización y el mejoramiento del cuerpo
normativo en materia penal; (3) una irresponsable actitud legisla-
tiva, por sus efectos sobre el sistema de procuración y administra-
ción de justicia, así como de readaptación social; y (4) un evidente
retroceso en el sistema de derechos y garantías, diseñado so pre-
texto de un discurso de “guerra contra el crimen” que cristaliza en
un derecho penal simbólico.
De ahí que valga la pena centrarse en las siguientes notas esen-

47

ReporteJalisco1.indd 47 12/09/2006 01:21:08 p.m.


ciales del código penal de nuevo cuño, así como en algunos rasgos
sobresalientes que conf irman lo expuesto.51
Aumento generalizado de las penas previstas. Se trata de una
característica que, por sí sola, recoge el espíritu de la reforma en
su conjunto. El legislador local parte de la convicción de que la
pena es “motivadora”, y que el aumento general de las sanciones
—la expansión del derecho penal— actúa sobre el cuerpo social
y evita en el futuro la reiteración de conductas delictivas, lo cual
genera un contraste entre este eje vertebrador del proceso de re-
forma penal y la misión que la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, y la de Jalisco, le asignan a la pena, la cual se
erige como la misión del sistema penal mismo, a saber: “Los go-
biernos de la Federación y de los estados organizarán el sistema
penal, en sus respectivas jurisdicciones, sobre la base del trabajo,
la capacitación para el mismo y la educación como medios para la
readaptación social del delincuente […]”.52
En otras palabras, la función constitucional legitimadora de
la pena se encuentra enmarcada en las denominadas teorías de la
prevención especial positiva o ideologías conocidas como re (por
los procesos de resocialización, reeducación, reinserción, reperso-
nalización, reindividualización y reincorporación contemplados).
Al mismo tiempo, se considera que el delincuente es como una
“célula enferma” del “cuerpo social” y que la función del Estado
—desde una visión paternalista— es la de reformar al sujeto de su
“enfermedad” para que pueda ingresar nuevamente a la sociedad
como “célula sana”. Así pues, no se habla de “penas”, ya que la
palabra misma conlleva a pensar en dolor o sufrimiento; sin em-

48

ReporteJalisco1.indd 48 12/09/2006 01:21:08 p.m.


bargo, lo que el código penal establece son “sanciones” o bien
“medidas de seguridad”.
Con base en una visión realista, debe reconocerse que dicha
política criminal ha fracasado incluso en los países con recursos y
medios más amplios y sof isticados, ya que las prisiones no hacen
más que deslegitimar el discurso intervencionista, al convertirse
por regla general en verdaderas “escuelas de la delincuencia”.53 De
todos modos, su vigencia discursiva es útil, a efectos de no termi-
nar por convertir a los presidios en verdaderos campos de concen-
tración o de eliminación física. Por el contrario, a la luz del endu-
recimiento de las sanciones introducido, “la pena no sólo signif ica
algo, sino que también produce físicamente algo: así, por ejemplo,
el preso no puede cometer delitos fuera del centro penitenciario:
una prevención especial segura durante el lapso efectivo de la pena
privativa de la libertad”; concepción esta que se corresponde con
el “derecho penal del enemigo”.54
Al aumentar las penas y agravar el sistema de reincidencia
(como se expone más adelante), la reforma repercutirá sin duda en
un notable incremento del número de ciudadanos encarcelados, lo
que puede llevar en un tiempo reducido a alimentar una sobrepo-
blación penitenciaria que contribuirá a agravar el deterioro de los
derechos humanos en la entidad.
En palabras de un investigador, se trata del “clima de emergen-
cia y excepción derivado del incremento en los indicadores delicti-
vos y de la creciente demanda ciudadana, [lo que] ha radicalizado
el discurso penal [...]”55 y que ha derivado, entre otras medidas
injustas, en la utilización extensa e indiscriminada de la prisión

49

ReporteJalisco1.indd 49 12/09/2006 01:21:08 p.m.


preventiva: aproximadamente la mitad de las personas señaladas
como “probables responsables” son encarceladas. “La prisión
preventiva es en muchos casos injusta, porque cada año a más de
cuarenta mil personas (uno de cada cuatro imputados), que ini-
cialmente fueron señaladas por el Ministerio Público, son dejadas
en libertad al no comprobarse su responsabilidad. Muchas de ellas
fueron privadas de su libertad perdiendo la salud, la familia y el
trabajo.”56
En el caso de Jalisco, un peso importante de la detención pre-
ventiva recae en los reclusorios municipales, en clara violación al
artículo 18 constitucional. Precisamente, la Comisión Estatal de
Derechos Humanos de Jalisco (C E D H J ) emitió un pronunciamien-
to por las irregularidades y condiciones inadecuadas en que se en-
cuentran veinticuatro cárceles municipales de la entidad; entre
otras:57 carencia de infraestructura y edif icación adecuadas, satu-
ración o sobrepoblación y hacinamiento, falta de reglamento inter-
no, ausencia de personal capacitado para atender a la población de
reclusos y def iciente atención médica y odontológica.
La pena o sanción como legitimadora del nuevo Código Penal
del Estado de Jalisco. Esta reforma —cuestionada por diversos ac-
tores sociales estatales comprometidos con la vigencia del Estado
de Derecho— tiene, entre otros, los siguientes efectos: (1) aumen-
tar el máximo de la pena de prisión a cincuenta años; (2) f ijar la
imprescriptibilidad del estado de reincidencia; (3) dejar práctica-
mente como letra muerta al instituto de la condena de ejecución
condicional; y (4) obligar a los jueces a sumar las penas en caso de

50

ReporteJalisco1.indd 50 12/09/2006 01:21:08 p.m.


concurso de delitos, es decir, la comisión de dos o más delitos por
la misma persona.
Respecto del incremento de la pena de prisión, no debería
soslayarse que la reclusión de un individuo durante un plazo de
medio siglo (se podría af irmar incluso que mayor a treinta o, según
su edad, aún menos) implica en la práctica su eliminación física.
La aplicación de una pena de esta naturaleza no se encuentra muy
alejada de la pena de muerte y, probablemente, sea aún más infa-
mante para el ciudadano recluido a un lapso como el señalado.
La reforma encuadra def initivamente al código dentro de la
pena asumida como funcional a la prevención especial negativa, es
decir, de lo que se trata es de neutralizar o eliminar directamente al
delincuente del cuerpo social. Este uso del sistema penal, además
de resultar inconstitucional por los motivos explicados, es viola-
torio del concepto de persona establecido en el artículo 1º de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en el artí-
culo 1º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Dicho en otros términos, con la reforma penal se tiene la con-
vicción de que con una amenaza de pena mayor tal vez se disua-
da al delincuente a cometer futuros crímenes (lo que se conoce
como “función de prevención general negativa”). No obstante, la
experiencia demuestra que dicho esquema no funciona, porque a
la hora de evaluar si le conviene o no cometer un delito, el infrac-
tor de la ley penal sólo tiene en consideración las probabilidades
de ser descubierto o aprehendido por la autoridad, “hecho que
no ocurre con sistemas preventivos y jurisdiccionales def icientes
como los de Jalisco, donde el crimen sí paga, ya que la impuni-

51

ReporteJalisco1.indd 51 12/09/2006 01:21:08 p.m.


dad puede ser considerada como el principal factor criminal y, por
tanto, los delincuentes han tomado conciencia del bajo nivel de
probabilidad de ser sancionados”.58
Reforzamiento de f iguras penales inconstitucionales o violatorias
de los derechos humanos. A partir de esta concepción, el proceso
de reforma penal quebranta un conjunto de principios consagra-
dos por el Estado de Derecho, entre los que destacan:

Principio de lesividad

Existen en el código penal f iguras que resultan claramente viola-


torias de los principios o fundamentos de protección de los dere-
chos humanos. En particular, el principio del derecho penal liberal
(léase, democrático) más atacado es el de lesividad. Éste establece
que: (1) el Estado no puede establecer una moral, (2) en lugar de
ello debe garantizar un ámbito de libertad moral y (3) las penas
no pueden recaer sobre acciones que son ejercicio de esa libertad.
Conforme a lo dicho, un reconocido penalista af irma en su más
reciente obra: “El Estado que pretende imponer una moral es in-
moral, porque el mérito moral es producto de una elección libre
frente a la posibilidad de elegir otra cosa: carece de mérito el que
no pudo hacer algo diferente […]”.59
El código penal de Jalisco contiene un gran número de artícu-
los empeñados en f ijar una moral pública que, supuestamente, es
acorde con la moral social, establecida en forma autoritaria por el
Estado. Algunos de estos artículos han sido introducidos por la re-
forma o conservados en artículos que la misma modif icó; otros re-

52

ReporteJalisco1.indd 52 12/09/2006 01:21:08 p.m.


sultan tan evidentes que se consideró importante señalarlos. Entre
otros, se pueden citar los que siguen:

Artículo 135. Se impondrán de tres meses a dos años de prisión: I.


Al que fabrique, reproduzca o publique libros, escritos, imágenes y
objetos obscenos y al que los exponga o, a sabiendas, los distribuya,
haga circular o transporte.

Artículo 136, al establecer el inicio de la práctica sexual antes de los


dieciocho años como “corruptora”, y la práctica homosexual como
“corruptora”.

Artículos 19, 29 bis y 122, respectivamente, que establecen el trata-


miento de deshabituación o desintoxicación como pena.

Artículo 174, al def inir qué es ser “casto y honesto”.

Artículo 176, al imponer tratamiento psicológico e, incluso, la pe-


nalización del adulterio.

Principio de intrascendencia

En contra de la opinión de algunos sectores (entre ellos, el Consejo


Ciudadano de Seguridad Pública, Prevención y Readaptación So-
cial) que sostienen como un avance el hecho de que el código penal
se ocupe de la reparación de los daños, lo que puede af irmarse es
que dicha tendencia forma parte de una técnica legislativa errada y
englobada dentro de la administrativización de ese derecho.
Cabe aclarar que la denominada administrativización u ordina-
rización del derecho penal constituye una tendencia al asignarle a

53

ReporteJalisco1.indd 53 12/09/2006 01:21:08 p.m.


éste misiones que, por su misma naturaleza, le son extrañas y per-
tenecen a otras ramas del universo jurídico, como la problemática
del derecho familiar, el derecho f iscal, el derecho ambiental, el de-
recho mercantil o el derecho civil. En def initiva, el incumplimien-
to de prácticamente cualquier norma jurídica se encuentra conmi-
nado por la amenaza de pena.
La reparación del daño debe tratarse de forma específ ica y de-
tallada en el ordenamiento civil y en el marco de una teoría de la
reparación integral del daño. Resulta absurdo y obsoleto que el
código penal se ocupe de f ijar pautas de daño moral, lucro cesante
y daño patrimonial, por ejemplo. En cambio, sí se debe garantizar
la participación de la víctima en el proceso penal para que pueda,
entre otras cosas, solicitar al juez penal la reparación del daño,
quien al fallar debe tomar en cuenta —en su caso— las normas
que emanan del ordenamiento civil para decidir al respecto. La
técnica utilizada resulta tan inapropiada que el legislador incluyó
la reparación del daño entre las sanciones penales, no obstante que
ello está fuera del derecho penal. Pero, una vez sentado este crite-
rio, establece en el artículo 97 “otros” obligados a la reparación,
violando de este modo el principio de intrascendencia, que estable-
ce claramente que en el Estado de Derecho la pena debe ser per-
sonal y no trascender de la persona del delincuente.

Principio de non bis in idem

Por otra parte, al f ijar la imprescriptibilidad del estado de reinci-


dencia se da al traste con el principio non bis in idem (nadie puede

54

ReporteJalisco1.indd 54 12/09/2006 01:21:08 p.m.


ser sujeto de sanciones dos veces por la misma causa), uno de los
fundamentos del Estado de Derecho. Y es que no debe perderse
de vista que la reforma ha hecho hincapié en facilitar la declara-
ción de una persona como reincidente. El estado de reincidente
afecta a la persona que, en virtud de haber sufrido una condena y
purgado una pena con anterioridad, habilita al sistema jurídico a
actuar con mayor rigurosidad.
El presupuesto de la intervención penal se basa más en ra-
zones de peligrosidad social que en la lesión efectiva de bienes
jurídicos y de culpabilidad individual por el hecho. De ahí que se
pretenda dar un tratamiento agravatorio específ ico a la reinciden-
cia y a la habitualidad, en una línea que ya se había propuesto en
los Estados totalitarios del nacionalsocialismo y el fascismo en los
años treinta del siglo X X (sólo que ahora se sustituye el concepto
de culpabilidad por el de peligrosidad).
En ambos casos se condena a una persona por un delito co-
metido del que ya purgó su pena, y se viola abiertamente el prin-
cipio de que nadie puede ser juzgado y condenado dos veces por
el mismo hecho, además del principio de culpabilidad estricta al
momento de imponer pena. Pero lo más contradictorio es que el
propio Estado que conf iesa su fracaso (un delincuente que fue
oportunamente cooptado por el sistema penal, y supuestamente
“rehabilitado”, volvió a cometer un delito) transf iere su responsa-
bilidad al criminal en lugar de hacerse cargo de él como persona.
Dicha reforma está sustentada en un sistema totalmente irra-
cional: la imprescriptibilidad de la primera condena a efecto de
tenerla en cuenta para declarar el estado de reincidente. Para ser

55

ReporteJalisco1.indd 55 12/09/2006 01:21:08 p.m.


más ilustrativos: de acuerdo con la nueva normativa, un ciudada-
no que haya recibido una condena penal a los dieciocho años, por
ejemplo, y termina de purgar prisión a los treinta y ocho, de co-
meter un nuevo delito a los sesenta y seis años, sería considerado
reincidente para la ley penal vigente.
La tendencia punitiva de la reforma lleva en algunos casos a bo-
rrar la frontera entre las faltas administrativas y los delitos o, lo que
es lo mismo, entre el derecho disciplinario y el derecho penal. No
sería extraño que arrojar un papel en la vía pública o estacionarse
en lugar prohibido constituya, de seguir esta tendencia, algún tipo
penal que merezca pena de privación de la libertad. Se puede lle-
gar a esta conclusión, porque otra de las jactanciosas “novedades”
de la reforma penal es que ahora pintar un muro con graf iti cons-
tituye un delito. La utilización del derecho penal como derecho de
ultima ratio a derecho de prima ratio tiene en este ejemplo una de
sus caras más grotescas: parecería sólo una broma de mal gusto,
si no fuera porque el reincidente tiene serias posibilidades de ser
condenado hasta con cuatro años de prisión efectiva por pintar
un muro con graff iti. En lugar de agotar otras opciones o estrate-
gias y políticas públicas para prevenir o evitar la generalización de
la práctica del graff iti entre los jóvenes, el Estado decide —de la
mano de los legisladores— imponer todo el peso de la ley.
En cuanto a los jueces, parecería que no hay conf ianza en ellos,
ya que la nueva legislación penal les impone la suma de las penas
en caso de concurso:

En este contexto de demanda social, [...] se han modif icado las leyes
para incrementar las sanciones y para aumentar el catálogo de deli-

56

ReporteJalisco1.indd 56 12/09/2006 01:21:08 p.m.


tos graves (que impide que las personas sujetas a un proceso penal
puedan permanecer en libertad durante su proceso) [...]. Además,
[...] como en nuestro país el legislador suele desconf iar de los jue-
ces, se les ha reducido a éstos su margen de actuación y discreción
y se han establecido grandes categorías (como el catálogo de delitos
graves, en los que los acusados no pueden mantener su libertad y
quedan, necesariamente, conf inados en prisión preventiva) que se
aplican indiscriminadamente sin poder atender a las particularida-
des de los hechos en cada caso. El margen de arbitrio de los jueces
se limita sólo a los delitos considerados no graves.60

Esto signif ica que los jueces en materia penal en Jalisco carecen
de margen de maniobra y difícilmente puedan aplicar su criterio,
conocimiento y experiencia profesional.
Si algo merece ser señalado de dicho ordenamiento jurídico es
su rudimentaria técnica legislativa, absolutamente casuística, con
conceptos de la parte general que se entremezclan y confunden en
la especial y viceversa. Una reforma como la realizada podría haber
reparado el código, dotándolo de la sistematicidad y el orden que
una codif icación que se precie de serlo debe poseer. Lejos de hacer
esto, el legislador jalisciense insistió en aplicar la errada técnica se-
ñalada, contribuyendo a crear más caos en un universo normativo
de por sí desordenado. Situación caótica que se ve agravada con
la promulgación de una ley especial que escapa del código penal y
se superpone a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.

57

ReporteJalisco1.indd 57 12/09/2006 01:21:08 p.m.


La innecesaria Ley contra la Delincuencia Organizada
del Estado de Jalisco

En este contexto de punitivismo61 a ultranza y de reclamo de


“mano dura”, poco después de la multitudinaria marcha prota-
gonizada en la Ciudad de México por una sociedad civil hastiada
de la inseguridad pública, a mediados de 2004 el gobernador del
estado de Jalisco convocó a un foro en el que destacaba que “[era]
fundamental pensar en la creación de cuando menos tres juzga-
dos penales especializados en delincuencia organizada, donde se
juzguen delitos como el secuestro, el homicidio, [la] prostitución
infantil y [la] pornografía […]”.62
Cinco meses antes, el mismo titular del Poder Ejecutivo
local había dado el visto bueno a la Ley contra la Delincuencia
Organizada del Estado de Jalisco, fundamento de su propuesta.
Para Francisco Muñoz Conde, esta nueva ley se enmarca en
la siguiente tendencia: “Se está legitimando, a nivel nacional, la
creación de una legislación excepcional en materia de terrorismo,
lucha contra la criminalidad organizada, narcotráf ico, inmigración
ilegal, etc., que no respeta las garantías y los derechos fundamen-
tales reconocidos a nivel constitucional y que establecen las bases
del derecho penal del Estado de Derecho”.63
Se trata del decreto 20422, Ley contra la Delincuencia
Organizada del Estado de Jalisco, publicado el 10 de febrero de
2004 en el periódico of icial El Estado de Jalisco, en su sección III,
y posteriormente reformado por el decreto 20620, publicado el 23
de octubre de 2004.

58

ReporteJalisco1.indd 58 12/09/2006 01:21:09 p.m.


Esta ley resulta innecesaria e incluso puede llegar a generar un
conf licto de competencias con la Federación, tal como se despren-
de del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada,
que regula la intervención de las comunicaciones privadas. En la
citada ley se soslayó que, desde hace más de tres décadas, la delin-
cuencia organizada se concibe como una amenaza a la seguridad
nacional, lo que deja expedita la participación de las fuerzas ar-
madas en su combate; se trata de una concepción que permanece
vigente en el actual documento rector del desarrollo:

Las verdaderas amenazas a las instituciones y a la seguridad nacio-


nal las representan [...] el crimen, la delincuencia organizada y el
tráf ico ilícito de drogas. Dicho en otros términos, para el gobier-
no federal constituyen “graves problemas” que las fuerzas armadas,
en colaboración con otras dependencias, estén comprometidas a
contrarrestar: el tráf ico de drogas y la delincuencia organizada; el
tráf ico de armas y de personas, y las redes del terrorismo interna-
cional.64

A esto se suman los compromisos internacionales suscritos por


el Poder Ejecutivo de la Federación y aprobados por el Senado en
materia de crimen organizado transnacional. Además, si bien el
artículo 16 constitucional establece que “las comunicaciones pri-
vadas son inviolables”, reconoce su excepción a criterio exclusi-
vo de la autoridad judicial federal, la que “podrá autorizar la in-
tervención de cualquier comunicación privada […] a petición de
la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio

59

ReporteJalisco1.indd 59 12/09/2006 01:21:09 p.m.


Público de la entidad federativa correspondiente”. Es decir, sólo
el Poder Judicial de la Federación es competente para autorizar
intervención de comunicaciones privadas; delicada materia que el
Congreso de la Unión decide reglamentar en la Ley Federal con-
tra la Delincuencia Organizada, publicada en el Diario Of icial de
la Federación el 7 de noviembre de 1996, que en su artículo 1º es-
tablece: “La presente ley tiene por objeto establecer reglas para la
investigación, persecución, procesamiento, sanción y ejecución de
las penas, por los delitos cometidos por algún miembro de la de-
lincuencia organizada. Sus disposiciones son de orden público y
de aplicación en todo el territorio nacional”.65
Pero, ¿qué se entiende en la república mexicana por “delin-
cuencia organizada”? En su artículo 2º, la ley citada la concibe así:
“Cuando tres o más personas acuerden organizarse o se organicen
para realizar, en forma permanente o reiterada, conductas que por
sí o unidas a otras tienen como f in o resultado cometer alguno o
algunos de los delitos siguientes […],66 serán sancionados por ese
solo hecho, como miembros de la delincuencia organizada”.
En el caso de Jalisco, el artículo 2 de su ley estatal establece:
“Comete el delito de delincuencia organizada quien se organice
con dos o más personas, con la intención de cometer o cometa en
forma permanente o reiterada alguno de los delitos establecidos en
el código penal, que a continuación se señalan”.67 Pero, de confor-
midad con su artículo 12, la petición de intervención de comunica-
ción privada ante un juez de distrito sólo procede “cuando los he-
chos que se investigan puedan constituir los delitos de homicidio,

60

ReporteJalisco1.indd 60 12/09/2006 01:21:09 p.m.


asalto, robo de vehículos, privación ilegal de la libertad o secuestro
y tráf ico de menores […]”.
En lo que respecta a las sanciones, el artículo 3 de la Ley contra
la Delincuencia Organizada en Jalisco f ija:

• A quien tenga funciones de administración, dirección o supervi-


sión, de dos a dieciséis años de prisión y multa de cien a veinticinco
mil días de salario mínimo (en tanto que la ley federal en virtud de
su artículo 4º, de ocho a dieciséis años de prisión, y en los casos de
delitos contra la salud de veinte a cuarenta años de prisión, y de qui-
nientos a veinticinco mil días de multa).
• A quien no tenga las funciones anteriores, de uno a ocho años de
prisión y multa de cien a doce mil días de salario mínimo. (La ley
federal establece en su artículo 4º de cuatro a ocho años de prisión y
de doscientos cincuenta a doce mil quinientos días de multa.)

Por su parte, la ley federal, en su artículo 11, prevé la posibili-


dad de que “el procurador general de la República pueda autori-
zar la inf iltración de agentes con el objeto de conocer las estructu-
ras de organización, formas de operación y ámbitos de actuación
de la delincuencia organizada” (título segundo del procedimiento
especial contra la delincuencia organizada), no así la estatal.68
Las limitaciones de la ley estatal se constatan también en las au-
toridades hacia las que se deben dirigir para solicitar información,
previstas en su artículo 8, ya que la mayoría son de la esfera de la
Federación (“autoridades federales competentes”), lo que expli-
ca que la ley federal establezca, en su artículo 9, “la investigación
en coordinación con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
tratándose de investigaciones de actividades de miembros de la

61

ReporteJalisco1.indd 61 12/09/2006 01:21:09 p.m.


delincuencia organizada relacionadas con el delito de operacio-
nes con recursos de procedencia ilícita”, así como requerimientos
de información por conducto de la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el
Retiro y de la Comisión Nacional de Seguros y F ianzas y la propia
Secretaría de Hacienda y Crédito Público si la información nece-
saria es de naturaleza f iscal.
Por el contrario, entre las medidas extraordinarias, la ley de
Jalisco consagra el arraigo de un indiciado (artículo 10),69 cosa que
no se consigna en la ley federal. No obstante, de la jurisprudencia
sostenida por tribunales colegiados de circuito70 se desprende que
el arraigo es considerado por el garante de las prerrogativas fun-
damentales como una medida inconstitucional, en clara violación
del artículo 16 de nuestra Carta Magna. Esta posición, sustentada
por los ministros de la S C J N en la mayoría de los juicios de am-
paro, es compartida por el actual juez mexicano que preside la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, para quien debería
desaparecer esta f igura: “Tengo un mal concepto del arraigo, es la-
mentable que se detenga a una persona antes de consignarla, [...]
no puede haber dos sistemas procesales, es inconveniente con la
Constitución”.71
Con respecto a la intervención de las comunicaciones, al tenor
de su artículo 12, sólo se puede solicitar en cinco de los dieciocho
delitos tipif icados como delincuencia organizada en el estado de
Jalisco. Si bien es claro que es el juez de distrito (Poder Judicial
de la Federación) quien puede autorizar esta excepción previs-
ta en el artículo 16 constitucional, la Ley contra la Delincuencia

62

ReporteJalisco1.indd 62 12/09/2006 01:21:09 p.m.


Organizada del Estado de Jalisco presenta una redacción ambigua
que se presta a confusión; por ejemplo, en su artículo 13, las frac-
ciones IV y VI a la letra rezan:

IV. El Ministerio Público, en caso de que se necesite ampliar la in-


tervención por los datos obtenidos por esta práctica, lo debe solici-
tar al juez que conoce del asunto […];

VI. El Ministerio Público debe poner a disposición del juez la infor-


mación recabada […].

¿El juez que “conoce del asunto” es del fuero común o del fuero
federal? ¿A qué juez se ref iere cuando la Procuraduría General de
Justicia pone a disposición la información recabada? En un asunto
tan delicado como la intervención de comunicaciones privadas, no
debe haber lugar para la ambigüedad, porque esto lesiona la segu-
ridad jurídica que caracteriza un Estado de Derecho.
En contraste, la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada
establece que sólo el procurador general de la República o el titu-
lar de la unidad especializada pueden solicitar por escrito al juez
de distrito alguna intervención de comunicaciones y, a diferencia
de la ley vigente en Jalisco, consagra claramente en sus artículos
16, 18, 23 y 28, en una redacción que no se presta a ninguna am-
bigüedad, candados de seguridad en el proceso y, en particular,
a quienes participan en alguna intervención de comunicaciones
privadas. Tratándose del estado de Jalisco, sólo la fracción VIII
del artículo 13 de su ley no se presta a otras interpretaciones, al
establecer que “las cintas resultado de las intervenciones, las origi-

63

ReporteJalisco1.indd 63 12/09/2006 01:21:09 p.m.


nales y sus copias, en caso de no ejercicio de la acción penal [...],
deben ser puestas a disposición del juez que autorizó la interven-
ción […]”, es decir, el juez de distrito.
Por otra parte, cabe preguntarse si en el ámbito local interven-
drán dos jueces: (1) el de distrito, a la sazón el único que puede
autorizar las intervenciones de las comunicaciones privadas y (2)
el que “conoce del asunto”, es decir, el juez en materia penal del
estado de Jalisco, que en palabras del gobernador debe concebirse
como “juez penal especializado en delincuencia organizada”.72
Como quiera que sea, la Ley contra la Delincuencia Organizada
del Estado de Jalisco resulta innecesaria y sólo contribuye a gene-
rar aún más caos en la legislación penal de la entidad: dispersión
del ordenamiento jurídico en materia penal que escapa de su códi-
go e injerencia en el ámbito de la Federación, que desde hace más
de treinta años en su agenda de riesgo percibe a la delincuencia
organizada como una amenaza a la seguridad nacional e, incluso,
empeña a los militares en su combate.

Signif icado del nuevo ordenamiento jurídico-penal jalisciense:


hacia un derecho penal del enemigo

La reforma al Código Penal del Estado de Jalisco constituye un


retroceso, porque sus supuestos, alcances y contenidos responden
a un derecho penal de naturaleza autoritaria y clasista, dispuesto a
sacrif icar los derechos humanos en el altar de la razón de Estado.
Esta dimensión del código punitivo puede resultar contraprodu-

64

ReporteJalisco1.indd 64 12/09/2006 01:21:09 p.m.


cente para el estado de Jalisco, ya que si una vez agotadas las ins-
tancias nacionales un caso es presentado ante la jurisdicción penal
regional o internacional, no existen dudas de que un buen aboga-
do obtendrá un triunfo a la luz del derecho internacional de los
derechos humanos y de las transgresiones a los mismos consagra-
das en el código penal local.
Asimismo, sus limitaciones lo colocan como un derecho penal
de carácter meramente simbólico, porque en la praxis nació muer-
to; en otras palabras, no deja de ser una construcción jurídica
inaplicable e inaplicada, porque difícilmente un juzgador compro-
metido con el Estado de Derecho será capaz de aplicar o utilizar
las nuevas herramientas en strictu sensu. Por ende, los supuestos
resultados en materia de política criminal, o las bondades del có-
digo penal, quedan neutralizadas por su propio espíritu y letra,
los cuales responden a una concepción de tolerancia cero que el
derecho comparado demuestra que se encuentra signada por el
fracaso.
Tanto las reformas al código penal de la entidad como la Ley
Contra la Delincuencia Organizada del Estado de Jalisco respon-
den a la ideología de law and order, caracterizada por un

incremento descontrolado de nuevas f iguras delictivas y un inso-


portable rigor punitivo. En un estado democrático de derecho,
todo sistema penal debe construirse sobre la base de la igualdad y
la libertad, y debe criminalizarse un conf licto sólo cuando, por su
gravedad, el Estado asuma que no existen otro tipo de remedios
para solucionarlo, a la luz del fracaso de su aplicación. Por tanto,
el derecho penal debe concebirse como la última o extrema ratio,

65

ReporteJalisco1.indd 65 12/09/2006 01:21:09 p.m.


argumento f inal del Estado, una vez agotados otros instrumentos o
recursos de autoridad [...]; la carga genética del punitivismo se re-
combina con la del derecho penal simbólico (la tipif icación penal
como mecanismo de creación de identidad social) dando lugar al
código del derecho penal del enemigo.73

La criminalización de la pobreza en Jalisco abreva de la co-


rriente estadounidense conocida como zero tolerance,74 resultado
de la política de seguridad ciudadana diseñada y ejecutada por el
comisionado William Bratton, bajo la gestión del alcalde de Nueva
York Rudolph Giuliani:

Su punto de partida es que el problema de la delincuencia tiene que


ser atacado en su origen, entendiendo que éste se encuentra en la
marginación social y la pequeña delincuencia, que no es suf icien-
temente castigada y tiene altos niveles de tolerancia en la sociedad.
Se supone que atacando de raíz este origen con fuertes medidas re-
presivas, policiales y penales, calif icando como conductas delictivas
simples comportamientos marginales (prostitución, vagabundaje o
mendicidad), y castigándolas junto con algunos delitos de escasa
gravedad (pintas en edif icios y transportes públicos, hurtos, consu-
mos y venta de drogas en pequeña escala, etc.,) con severas penas
de prisión, se reducen sensiblemente los índices de criminalidad e
inseguridad ciudadana.

En def initiva, confunde dos planos que siempre han estado di-
ferenciados en la respuesta que deben dar el derecho penal y la re-
acción social a la criminalidad: por un lado, la criminalidad grave,
contra bienes jurídicos fundamentales como la vida y la libertad, la

66

ReporteJalisco1.indd 66 12/09/2006 01:21:09 p.m.


cual debe castigarse con mucha mayor contundencia que la crimi-
nalidad menos grave, que no incide, o por lo menos no tan grave-
mente, en los bienes jurídicos fundamentales. Si se persiguen con
toda la intensidad posible los hurtos, las infracciones de tránsito, el
consumo o el tráf ico de menor importancia de drogas blandas, la
mendicidad, es posible que las calles de las grandes ciudades ganen
en seguridad y limpieza, mientras otro tipo de autores de delitos
mucho más graves (f inancieros, corrupción política, narcotráf ico
a gran escala, lavado de dinero, deterioro medioambiental) gocen
de impunidad. Se confunden de este modo problemas de simple
prevención policial con problemas de tipo penal, criminalizando
la simple pobreza o las conductas marginales que ni siquiera alcan-
zan el nivel de infracciones tipif icadas en la ley penal como delito.
Desde el punto de vista de la ef icacia preventiva, provoca una irre-
levante disminución de algunas formas de criminalidad de escasa
importancia cualitativa, y un aumento de la “criminalización de la
pobreza”, sin que las más graves manifestaciones de la criminalidad
de “cuello blanco” se vean afectadas en lo mínimo.75
Los resultados de los estudios criminológicos desarrollados en
las más diversas naciones y sistemas jurídicos demuestran que la
selectividad es una nota que caracteriza a todo sistema penal. Al
respecto, basta con observar el origen social y el nivel educativo de
la masa de la población penitenciaria. Sencillamente, se trata de un
fenómeno empíricamente verif icable o, expresado en otros térmi-
nos, todo sistema penal es, por def inición, selectivo. Sin embargo,
el código penal jalisciense va más allá de ello, y a lo largo de varios
artículos que integran su cuerpo normativo se encarga de penalizar

67

ReporteJalisco1.indd 67 12/09/2006 01:21:09 p.m.


en forma manif iesta el hecho de integrar una determinada clase so-
cial que, por las mismas políticas sociales y económicas del Estado,
se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad y pobreza.
Uno de los ejemplos que se corresponden con esta aseveración es
la pena de multa. Se ha convertido en uno de los pilares de la re-
ciente reforma. Cabe recordar que el objetivo de la pena de multa,
o su origen teleológico, es sustituir las penas de prisión cortas por
otra que de algún modo tenga un impacto directo sobre el infrac-
tor, pero que, al mismo tiempo, evite un mayor índice de encarce-
lamiento inútil. Se debería presentar entonces dicha sanción como
única pena, o bien como alternativa (la fórmula que tendría que
aplicarse sería prisión o multa).
Lamentablemente, no es ésta la intención perseguida por el le-
gislador local: a un importante número de artículos se les ha agre-
gado la pena de multa como conjunta con la de prisión, elevando
el monto de aquellos supuestos en que ya estaba prevista (la fór-
mula seguida es, por tanto, prisión y multa). Parecería entonces
que el sistema punitivo se ha reconstruido sobre la lógica del f iscal.
Por tanto, su principal objetivo, además de evitar conductas delic-
tivas o resocializar al reo, es recaudar para las arcas del Estado. “Si
bien nadie elige ser pobre, en Jalisco, de la mano de las reformas al
código penal, ser pobre es delito.”76
El ordenamiento jurídico en materia penal de Jalisco es selecti-
vo, puesto que siguiendo al tratadista citado: “a) el derecho penal
del enemigo no estabiliza normas (prevención general positiva),
sino demoniza [a] determinados grupos de infractores [en espe-
cial, pobres] y b) en consecuencia, el derecho penal del enemigo

68

ReporteJalisco1.indd 68 12/09/2006 01:21:09 p.m.


no es un derecho penal del hecho, sino de autor […]”.77 La co-
yuntura de “miedo generalizado, [...] la sed de venganza, el afán
punitivo, han hecho mella inmediatamente en los derechos y liber-
tades fundamentales […]”,78 de la mano de las reformas en mate-
ria penal.
Por último, debe ponerse de relieve que la idea fuerza del nuevo
derecho penal autoritario o derecho penal del enemigo en Jalisco
es incompatible con los principios de intervención mínima y de
proporcionalidad, que son inherentes al derecho penal del Estado
de Derecho: actualmente, en Jalisco, el derecho penal es el primer
recurso del Estado, en contraste con el papel de ultima ratio que le
reserva todo Estado de Derecho que se precie de serlo.

REF LEXIONES SOBRE EL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS


PENALES DEL E S TA D O D E J A L I S C O V I G E N T E :
EL INGENIERO EN SISTEMAS
Y LAS MÁQUINAS DE ESCRIBIR

Cualquiera que se proponga desarrollar un análisis crítico del Có-


digo de Procedimientos Penales (C P P ) vigente en el estado de Ja-
lisco, probablemente no tiene en cuenta la complejidad del reto.
Dicho en otras palabras, se trata de una tarea que lejos está de ser
sencilla, por cuanto que se trata de un cuerpo normativo que, glo-
balmente, se puede caracterizar como vetusto y plagado de vesti-
gios inquisitivos. Incluso, es posible identif icarlo como un típico
código de carácter “mixto”, esto es, aquellos códigos que, enrola-

69

ReporteJalisco1.indd 69 12/09/2006 01:21:09 p.m.


dos en la tradición bonapartista decimonónica, trataron de llegar
a un modelo que transigiera entre el procedimiento inquisitivo,
conservando algunos rasgos del mismo, y agregando algunas otras
notas que lo acercaran más a un procedimiento acusatorio o “un
poco adversarial”.
Tal vez sea conveniente traer a colación un viejo ejemplo del
ámbito procesal, a saber: supongamos que el agua limpia y crista-
lina es como el procedimiento adversarial y la tierra como el pro-
cedimiento inquisitivo, ¿es posible que si echamos un poco de tie-
rra en el agua, ésta sea “un poco menos limpia”?, ¿y si el agua ya
tiene aunque sea un grano de tierra la debemos considerar “sucia”
(inquisitiva)? Creemos que esto último es lo correcto; sobre todo
cuando no soslayamos que se le ha echado mucha tierra al “agua”
(código jalisciense).
Al avanzar entonces en la construcción de la crítica sistémi-
ca al C P P de Jalisco, viene a la memoria otro ejemplo a manera
de ilustración: si el gobierno del estado contrata a un ingeniero
en sistemas para que renueve sus viejas máquinas de escribir y le
solicita, además, que presente un informe sobre la desventaja de
poseer estas máquinas para el trabajo cotidiano, ¡el hombre esta-
ría en graves aprietos! ¿Qué sabe él de máquinas de escribir para
criticarlas?
—Miren —dirá seguramente—, si quieren mejor les explico las
ventajas de utilizar computadoras…
—No —le refutará un funcionario público—, queremos que
nos explique por qué no debemos usar más nuestras queridas má-
quinas de escribir, pues hace años que las tenemos, estamos habi-

70

ReporteJalisco1.indd 70 12/09/2006 01:21:09 p.m.


tuados a trabajar con ellas, aunque de tiempo en tiempo nos den
algún dolor de cabeza. Son manejables, sencillas, baratas y, lo más
importante, ¡no sabemos si podremos adaptarnos a trabajar con
las nuevas computadoras!
Como el cuestionamiento descrito puede existir, y en alguna
medida es válido, de él se desprende tanto el título como el espíri-
tu que anima el presente trabajo.

Aspectos más cuestionables del ordenamiento vigente

A la luz de la naturaleza obsoleta e inquisitiva del C P P de Jalisco,


se pueden identif icar, entre otros, los siguientes rasgos que atentan
tanto contra una justicia rápida y expedita como contra el Estado
de Derecho consagrado constitucionalmente:
Distribución artif iciosa de competencias. Ya en el primer ca-
pítulo del código, su artículo 5 establece tres diferentes tipos de
jueces de primera instancia, que tendrán conocimiento de los
asuntos de acuerdo con la gravedad de la pena en expectativa.
La pregunta de rigor es: ¿qué sentido tiene tal distribución de
competencias? La única explicación podría ser la construcción
de una especie de orden aristocrático dentro del Poder Judicial.
La distribución de competencia debería repensarse de acuerdo
con la existencia de sólo dos tipos de jueces: (a) los de garantías,
encargados de velar por el respeto de los derechos y las garan-
tías en el curso de la investigación preparatoria, también a cargo
de la etapa intermedia y (b) los jueces propiamente de juicio, a

71

ReporteJalisco1.indd 71 12/09/2006 01:21:09 p.m.


cargo de la conducción del mismo, así como de dictar sentencia.
Eventualmente, se podría proponer la creación de la f igura de los
jueces de ejecución penal, cuyo trabajo pueden suplirlo también
los jueces de garantía.
Excesiva formalización del procedimiento y, en especial, de la
averiguación previa. El procedimiento penal es tan formal y poco
f lexible que hasta se contempla un capítulo (el tercero), denomi-
nado “formalidades”. Lo absurdo de este reglamentarismo a ul-
tranza es que llega a incluir puntos tales como: (a) ¡regular cómo
se salva una palabra entre renglones!, (b) de qué manera se debe
colocar el sello, (c) en qué lugar de la hoja deben f irmar los acto-
res, sólo por citar las más groseras formalidades. Faltaría, se podría
agregar irónicamente, qué tipo de papel y tamaño de letra es ne-
cesario utilizar. Este excesivo reglamentarismo, vestigio de épocas
inquisitivas, se encuentra íntimamente relacionado con el forma-
lismo extremo, que se ref leja en la justicia escrita.
Ideología y visiones inquisitivas. Esto se plasma, principalmen-
te, en los cuatro aspectos que se presentan a continuación:

1) Verdad histórica versus verdad formal. La visión de un pro-


ceso cuyo objetivo es la “búsqueda de la verdad” (artículo 176)
pone a cualquier persona comprometida con la justicia frente a una
opción ideológica muy fuerte, que se repetirá a lo largo del C P P .
Para reconstruir esa “verdad histórica” todo vale, aunque en reali-
dad, y esto los inquisidores lo tenían muy presente, dicha verdad ya
había sido establecida de antemano por la “averiguación previa”,
y en el curso del proceso no se haría más que conf irmarla. Hoy en
día, los pensadores procesalistas han despejado el hecho de que la
verdad que surge en el juicio no es exactamente lo que ocurrió, por

72

ReporteJalisco1.indd 72 12/09/2006 01:21:09 p.m.


cuanto que ello es imposible de develar, y menos con los siempre
limitados recursos con que se contará en un juicio. Lo que se trata
es de intentar llegar a una verdad reglada, una verdad formal o fo-
rense, que nos aproxime lo más posible a lo que realmente ocurrió
y que fundamente la decisión f inal.
b) Los vicios del formalismo. Además del mencionado regla-
mentarismo y la consiguiente poca f lexibilidad, los sistemas escritos
producen información de baja calidad y nos llevan, como un vicio
intrínseco, a la delegación de funciones. Dicho en otros términos, la
información que el sistema escrito capta y transmite es de baja ca-
lidad. Resulta obvio que será muy diferente escuchar el testimonio
directamente de quien lo está realizando (con su tono de voz, los
gestos, en general todo lo que se conoce como “lenguaje corporal”)
que leerlo tal como un escribiente (actuario) lo vuelca en un acta. Al
sistema de justicia penal le interesa que los jueces —quienes toma-
rán una decisión trascendental sobre el fondo del asunto— reciban
información de la más alta calidad, y esto sólo es posible mediante
el uso de la oralidad. Sin embargo, el formalismo encarnado en la
justicia escrita termina siempre cultivando la delegación de funcio-
nes. Si lo que importa es el acta y lo que se vuelca en ella, ¿qué ne-
cesidad hay de que el juez esté presente, si luego puede leer el expe-
diente entero en la comodidad de su despacho u hogar?79 Por tanto,
toda la producción de la prueba se termina delegando en funciona-
rios judiciales, “alguaciles”, que captan toda la información en actas
y terminan —en gran medida— teniendo más poder dentro de los
tribunales o juzgados que los magistrados mismos, con la peligrosa
posibilidad de crear redes de corrupción que esto conlleva.
c) La obligación de denuncia. Cuando los funcionarios del
Santo Of icio llegaban a una población o villorrio, todos los ha-
bitantes eran invitados a denunciar los delitos de los que tuvieran
conocimiento. Era obligación de todo buen cristiano hacerlo y la
falta se penaba como una verdadera herejía. Algo similar ocurre

73

ReporteJalisco1.indd 73 12/09/2006 01:21:09 p.m.


en el C P P jalisciense, donde formular la denuncia de un delito es
una obligación legal. Sin embargo, en una sociedad democrática
los ciudadanos no están obligados a denunciar los hechos presun-
tamente delictivos, aunque se pueda considerar deseable que lo
hagan. Un Estado en el que los ciudadanos tuvieran esa obligación
sería un Estado policial donde cada ciudadano se convertiría en
garante del orden: tal sociedad totalitaria no es recomendable, ni
respondería a los principios republicanos de la Constitución.
d) Juez y parte. Tal vez la característica más notable del C P P de
Jalisco es que el mismo juez encargado de la instrucción es quien
luego, en def initiva, dicta una sentencia. Un juez completamen-
te comprometido con una parte (el Ministerio Público), en tanto
que su función es descubrir la supuesta “verdad histórica”, un juez
que ordena la producción de las pruebas de la instrucción, o sea,
un juez investigador, es el que luego dictará sentencia. ¿Es posi-
ble que el mismo juez que dirigió la investigación, quizá durante
meses, conf iese luego su propio fracaso dictando una sentencia ab-
solutoria? ¿Con qué objetividad actuará al momento de sentenciar?
No es el juez el encargado de llevar adelante la instrucción, pues
la instrucción (investigación) nunca debe estar en manos de nin-
gún órgano jurisdiccional. La instrucción sólo debe llevarla a cabo
el Ministerio Público en la averiguación previa, bajo el control del
juez de garantías, para que luego otros jueces —los de juicio— sean
quienes terminen dictando sentencia sobre el fondo del asunto.

También se pueden destacar temas menores, que hablan a las


claras de la ideología inquisitiva que contamina todo el ordenamien-
to y que, por momentos, lleva a concluir que se está ante un siste-
ma inquisitivo con algunos, muy sutiles, rasgos acusatorios. Y el
uso del lenguaje muchas veces trasunta ideología en forma clara,
como un lapsus que debería ser objeto del estudio de algún psicó-

74

ReporteJalisco1.indd 74 12/09/2006 01:21:09 p.m.


logo: así, cuando el C P P regula la declaración del imputado (que es
el medio de defensa por excelencia del mismo, la oportunidad que
tiene para contar “su versión de los hechos”), en el artículo 163
denomina a dicha declaración como “su inquisitiva”.
Incorrecta utilización de herramientas de política criminal (prin-
cipio de oportunidad). El Estado tiene recursos limitados para in-
vertir en una siempre creciente cantidad de delitos que se come-
ten y llegan a su conocimiento. Supóngase que se cuenta con diez
pesos para investigar y que llega a conocimiento del Ministerio
Público un homicidio, cuya investigación llevará la suma de diez
pesos, y el robo de una cartera, cuya investigación insumirá la can-
tidad de tres pesos. Aquí el Estado debe elegir, mediante una de-
cisión de política criminal preestablecida y racional, qué resulta
más importante esclarecer para conservar indemne el tejido social.
Esto es lo que hacen todavía los países más desarrollados y con
mayores recursos, y se denomina “principio de oportunidad”.
Por lo que respecta a Jalisco, el estado está regulado en el C P P
en su artículo 109, pero de manera inexacta, pues justamente fal-
tan las razones de economía (basadas en una política criminal con
ciertos f ines) que pueden llevar al Ministerio Público a archivar
una investigación. También debería permitirse que el Ministerio
Público no llevara adelante una investigación por el hecho de que
existen soluciones por afuera del sistema penal más ef icientes para
resolver el conf licto, pero éstas tampoco encuentran ref lejo en la
legislación ritual que se analiza.
Conceptos vetustos. Este ordenamiento jurídico está plagado
de def iniciones y conceptos superabundantes, que no hacen sino

75

ReporteJalisco1.indd 75 12/09/2006 01:21:09 p.m.


atentar contra la inteligencia y armonía que todo código debe po-
seer; para ilustrar este aspecto, se han seleccionado los siguientes
tres ejemplos:

a) La atención a los lesionados. Vale la pena preguntarse si es


necesario que el código indique que hay que atender y curar a un
lesionado. Si dicha regulación no existiera, ¿la sociedad jalisciense
dejaría agonizar a las víctimas de delitos con lesiones, aunque pi-
dieran clemencia en la vía pública? Parecería que así fuera, ya que
el C P P dedica un capítulo entero (del artículo 140 al 144) a señalar
que, ante un caso así, los ciudadanos deben comportarse como per-
sonas pertenecientes al género humano, y brindar a las víctimas la
necesaria atención médica.
b) “El cuerpo del delito”. Éste es un concepto íntimamente vin-
culado con el sistema de prueba tasada. Se trata de un concepto
confuso, casuístico y de escasa utilidad que se remonta al siglo X V I I :
la ordenanza criminal francesa de 1670 es el paradigma del sistema
inquisitivo, cuyo “procedimiento seguía tres principios rectores: no
representaba un debate al cual cada parte acudía en defensa de sus
intereses con iguales facultades que su contraria, sino que se redu-
cía a una investigación of icial de la verdad; esa investigación era se-
creta y se documentaba en actas escritas; investigación, secreto y es-
critura representan caracteres absolutamente unidos para alcanzar
las metas perseguidas por la Inquisición: la represión (expiación) de
todos los hechos punibles (expurgare civitatem malis hominibus),
para mantener la paz pública y el orden político establecido (salus
publica suprema lex est)” (Derecho Procesal Argentino, de Julio B. J.
Maier, p. 84), por lo que cualquier semejanza con el C P P de Jalisco
no es mera casualidad. Pero, en def initiva, ¿qué es el cuerpo del
delito? Se le def ine como “el conjunto de elementos objetivos o
externos que constituyen la materialidad del hecho que la ley se-

76

ReporteJalisco1.indd 76 12/09/2006 01:21:09 p.m.


ñala como delito”. En realidad, no es ni más ni menos que el con-
cepto de “resultado” de la escuela neocausalista de la teoría del
delito y algo cuya existencia el Ministerio Público debe acreditar
a priori durante la investigación. En otras palabras, el Ministerio
Público debe acreditar la existencia de un resultado de acuerdo
con la def inición legada por Mezger en la década de los treinta.
¿Y si el Ministerio Público considera que la noción de resultado
es secundaria y que es más importante estudiar la problemática del
nexo causal de acuerdo con la teoría de la imputación objetiva de
Jakobs? La respuesta es negativa, puesto que el C P P introduce una
def inición doctrinaria puntual, ya perimida, pero que regula ade-
más con un casuismo exacerbante. Por ejemplo, no solamente seña-
la que el cuerpo del delito en un homicidio es el cadáver, sino que
se empeña minuciosamente en explicar qué es un cadáver (artículo
119). Todo esto atenta contra la inteligencia del código (contra la
inteligencia en general, se podría af irmar) y debe abandonarse. El
Ministerio Público debe colectar pruebas en un contexto f lexible,
de forma tal que logre llevar al juzgado la convicción de que el de-
lito existió y una persona determinada (el imputado) lo cometió; lo
demás es palabrería inútil.
c) La libertad por “desvanecimiento de datos”. Donde tal pa-
rece que el legislador introduce el campo de lo sobrenatural (espí-
ritus, o quizá fantasmas, se hacen presentes). Un imputado se en-
cuentra procesado, se está llevando adelante la instrucción pero,
hecho aún no explicado por la ciencia humana, “se desvanecen los
datos” y, por tanto, se ha de dictar su inmediata libertad. Este insti-
tuto, regulado en los artículos 366-369 del código, es tan poco serio
que huelga hacer mayores comentarios al respecto.

Inadecuado tratamiento (y uso) de las medidas cautelares. Toda


persona sometida a proceso es inocente hasta en tanto un juez de-

77

ReporteJalisco1.indd 77 12/09/2006 01:21:09 p.m.


termine lo contrario, y debe ser tratada como tal, porque éste es
el principio rector de todo proceso penal republicano y democrá-
tico. No obstante, el uso de la prisión preventiva durante el pro-
ceso, y su consecuente utilización como adelantamiento de pena
en forma inconstitucional, es una costumbre extendida en Jalisco.
Esto también se erige en herencia de la más rancia tradición inqui-
sitiva. Si el sometido a proceso ya era culpable de antemano y el
proceso es sólo algo que se arma para conf irmar tal culpabilidad,
¿para qué esperar la sentencia que ha de someterlo a encarcela-
miento? Éste es el uso y la ideología que trasunta el C P P en cuan-
to a la utilidad de la prisión preventiva. Su uso se extiende a todo
delito que prevea pena de prisión, o sea: la prisión preventiva es la
regla, y la libertad, la excepción.
El C P P va más allá, al confesar que la prisión preventiva se uti-
lizará como adelantamiento de pena y, más peligroso aún, como
herramienta de política criminal, cuando en el artículo 342 señala
una larga lista de delitos que serán “inexcarcelables”. Más allá del
monto de la pena, al Estado le interesa que cierta categoría de per-
sonas, acusadas de cometer cierta categoría de delitos, pasen todo
el proceso en prisión (verbigracia, aquellos que realizan copias
“pirata” de discos compactos). No existen reglas de proporcio-
nalidad, ni criterios de peligrosidad procesal, tan sólo criterios de
peligrosidad penal (a la vieja usanza lombrosiana) para determinar
quién deberá transitar el curso del proceso tras las rejas.
Pero no conforme con ello, el legislador insiste en seguir vio-
lando otros principios que constituyen los pilares básicos del de-
recho procesal penal democrático. Así, se introducen conceptos

78

ReporteJalisco1.indd 78 12/09/2006 01:21:10 p.m.


que violan el non bis in idem, cuando no se permite la libertad de
personas que hayan sido condenadas por delitos dolosos con an-
terioridad.
Además, las exigencias para obtener la libertad son múltiples
(se exige, por ejemplo, reparar el daño causado cuando la persona
aún no ha sido declarada culpable de haber cometido dicho daño,
como nueva violación al principio de inocencia) pero, como con-
tracara, también son múltiples las posibilidades que tiene el tribu-
nal para revocar la libertad otorgada.
Inadecuado tratamiento de la prueba. Estos aspectos se ponen a
consideración del lector:

a) El sistema de valoración de la prueba. Los artículos 262-277


regulan el sistema de valoración de la prueba, inclinándose por un
sistema de prueba tasada; un sistema que, en los albores del siglo
X X I , se creía archivado en los libros de consulta. Estos sistemas se
caracterizan por una rigidez y un formalismo que no sirven para
controlar al juez, ni para una adecuada valoración de la prueba.
Cabe destacar que tales sistemas se encuentran íntimamente vin-
culados a los sistemas inquisitivos y escritos. Se utilizan fórmulas
absurdas como “dos testigos hacen plena prueba” o “un testigo sin-
gular tiene valor indiciario”. En ese sentido, llama poderosamente
la atención la presencia, en el C P P , de otra característica de la orde-
nanza criminal francesa de 1670, modelo inquisitivo por excelencia,
a saber, que “la prueba completa se lograba a través de dos testi-
gos oculares que declararan, concordantemente, acerca del mismo
hecho (regía el principio: testis unus, testis nullus)” (Julio Maier,
Derecho Procesal Penal Argentino, p. 91).
Por el contrario, el sistema de libre valoración de la prueba deja
al raciocinio del juez la elaboración de las conexiones entre las hi-

79

ReporteJalisco1.indd 79 12/09/2006 01:21:10 p.m.


pótesis y la información. Existen dos grandes modos de establecer
un sistema de libre valoración de la prueba: los llamados sistemas
de íntima convicción, en los que no se le pide al juez que manif ieste
el modo por el cual construyó su convicción ni que lo explique;
el otro modo es el llamado sistema de la sana crítica racional, en
donde se exige al juez que explique fundadamente su decisión. Por
ello, se ha af irmado que este último es un sistema intermedio entre
la prueba tasada y la íntima convicción. Del primero se saca la idea
de control (que se manif iesta con la exigencia de fundamentación);
del segundo toma la idea de libertad, que se manif iesta en la falta de
reglas de tasación de la prueba y en el sometimiento a los principios
lógicos del raciocinio común. Sin duda, el sistema de la sana críti-
ca o crítica racional es el que ofrece mayores garantías y se adecua
mejor a los postulados de una justicia democrática.
b) La ubicación sistemática de la prueba. Se va a volcar un
manto de piedad acerca de la regulación concreta de todas y cada
una de las pruebas para concentrarse en lo que se considera más
grave, lo que habla de una opción ideológica del código. La prue-
ba está regulada dentro de la instrucción; y es que allí es donde se
produce toda la prueba, por parte del mismo juez que luego dic-
tará sentencia. El juicio pierde entonces el protagonismo central
que debe tener; en rigor, el juicio no es juicio en el código, sino una
pantomima donde se discute acerca de toda la prueba que ya se
produjo en la instrucción. Por el contrario, un sistema acusatorio-
adversarial sólo admite que la prueba se produzca en el juicio, con
inmediación, oralidad, concentración, control de las partes y, por
tanto, la prueba debe legislarse en el juicio y no en la instrucción.

Ausencia de procedimientos simplif icados y salidas alternativas.


El proceso penal debe prever la existencia de diversas puertas al-
ternativas para resolver el conf licto que llegó a su conocimiento.

80

ReporteJalisco1.indd 80 12/09/2006 01:21:10 p.m.


Establecer acuerdos reparatorios entre la víctima y el imputado
como forma de resolución del conf licto, someter al imputado a
prueba (probation), establecer procedimientos sumarios para casos
de f lagrancia donde el imputado reconozca su culpabilidad. No se
trata sólo de hacerle ahorrar dinero al Estado (aunque también se
trata de ello), sino de establecer mecanismos de mejor calidad para
la resolución del conf licto, ya que se reconoce que la respuesta
penal suele ser una respuesta de baja calidad, tanto para el impu-
tado como para la víctima.
Poco protagonismo de la víctima. La víctima es el convidado de
piedra del proceso. Como en todo sistema inquisitivo, el Estado se
adueña en forma autoritaria del conf licto80 y sólo utiliza a la vícti-
ma como instrumento para guiar la investigación. Por el contrario,
un proceso penal moderno debe revalorizarla.

Algunos indicios para encaminar la necesaria


reforma procesal penal

En la década de los ochenta, conjuntamente con el retorno de la


democracia en la mayoría de los países de Latinoamérica, comienza
un movimiento codif icador que busca revitalizar la legislación cri-
minal adaptándola a los nuevos tiempos. Dicho movimiento tomó
fuerza desde el ámbito académico y tuvo como correlato la refor-
ma de la mayoría de los códigos penales y procesales penales lati-
noamericanos. Todos los procesos de reforma buscaron objetivos
similares: (a) ampliar los dispositivos de derechos y garantías en el

81

ReporteJalisco1.indd 81 12/09/2006 01:21:10 p.m.


proceso penal, (b) establecer la oralidad, con la inmediación y con-
centración como banderas, (c) abandonar el formalismo, (d) dotar
de mayor protagonismo al Ministerio Público en detrimento del
juez instructor, (e) f lexibilizar la averiguación previa y (f) establecer
el juicio oral y público como momento central del proceso.
Empero, la mayoría de dichos procesos terminó, si no en fraca-
so, lejos de alcanzar las enormes expectativas que había generado
en la sociedad civil. ¿A qué se debió? Fundamentalmente, al “fe-
tichismo legalista latinoamericano”, en el que subyace “la idea de
que con la sola sanción de una ley se puede modif icar la realidad”,
o lo que es lo mismo, “cambiar la sociedad por decreto”.81
El único proceso que ha resultado verdaderamente exitoso
hasta la fecha ha sido el chileno, y es que éste se planteó desde un
paradigma totalmente diferente. Conscientes de las experiencias
acaecidas en la región, su obsesión fue crear un sistema que “real-
mente funcionara”, y para ello pusieron especial énfasis en algu-
nos aspectos que habían dejado de lado en los anteriores procesos
reformistas: (a) la importancia del entrenamiento y la capacitación
y (b) la relevancia de contar con un apoyo administrativo y estruc-
tural totalmente novedoso, concebido para el funcionamiento de
las nuevas instituciones.
Para volver al ejemplo anterior, concentrar los esfuerzos sólo
en el aspecto normativo es como adquirir computadoras nuevas,
pero poner a que las operen a los mismos empleados que maneja-
ban las máquinas de escribir, sin darles la debida capacitación.
Ahora bien, no debe soslayarse que el legislador es quien tiene
que realizar una correcta reforma en el nivel normativo. Se debe

82

ReporteJalisco1.indd 82 12/09/2006 01:21:10 p.m.


sancionar un nuevo código de la mejor calidad posible en cuanto
a su diseño. Pero esto (“la anatomía del sistema”) no va a funcio-
nar sin una correcta planif icación en cuanto a su implantación
(“la f isiología del sistema”). Es más, sancionar un buen código
puede ser la tarea más sencilla del mundo; en general, no se les
pide mucho más a los legisladores, sino que copien un código ya
vigente que ha funcionado exitosamente en sociedades con simi-
lar grado de desarrollo relativo. Esto sería, incluso, lo mejor que
se les podría pedir a los legisladores.

Anatomía del sistema

Un nuevo ordenamiento procesal debería propender a lo siguiente:82


La preservación del juicio como momento central del proceso. Un
“juicio” es el momento en el que una persona (el juez o los jueces)
conoce(n), sin mediaciones, la prueba y a los sujetos procesales
(principio de inmediación). Durante el juicio los sujetos procesa-
les pueden presentar sus pruebas y contradecir su sentido y valor
(principio de contradicción); se produce la prueba de un modo
concentrado y todo se realiza de tal manera que el público en ge-
neral puede controlarlo (principio de publicidad). Se trata, pues,
del momento procesal donde se prueban los hechos y la respon-
sabilidad del imputado.83 El juicio penal debe estar regido por los
siguientes principios fundamentales, los cuales tienen, en forma
conjunta, una clara intencionalidad política.

83

ReporteJalisco1.indd 83 12/09/2006 01:21:10 p.m.


1) Oralidad. Es un instrumento, un mecanismo; la inmediación
o la publicidad son principios políticos y garantías que estructuran
el proceso penal. De ello no debe desprenderse que la oralidad sea
un asunto de menor importancia. Por el contrario, hasta tal punto
no es así que, generalmente, cuando se quiere mencionar el mode-
lo de juicio republicano, se habla de juicio oral, aunque —como se
dijo— la oralidad sólo sea el mecanismo o el instrumento del juicio
republicano. La importancia de la oralidad deriva del hecho de que
es el único modo ef icaz que la cultura occidental ha encontrado
hasta el momento para darle verdadera positividad o vigencia al
resto de los principios. ¿De qué valdría proclamar la publicidad,
la inmediación o la personalización de la judicatura, si luego no se
cuenta con los medios ef icaces para ponerlas en práctica? Al ser
condición necesaria de la ef icacia de esos principios, la oralidad se
convierte en un instrumento de primer orden y con esa importancia
debe estudiarse.
La oralidad representa, fundamentalmente, un medio de co-
municación: la utilización de la palabra hablada, no escrita, como
medio de comunicación entre las partes y el juez, y como medio
de expresión de los diferentes órganos de prueba. En el fondo, el
mecanismo es simple: si se utiliza la palabra hablada, las personas
deben estar presentes (inmediación) y, además, se comunican de
un modo que es fácilmente controlable por otras personas (publi-
cidad).84
2) Innmediación. Es la condición básica para llegar a la “verdad
procesal”, en la medida en que hace que la comunicación entre las
partes y la información que ingresa por diversos canales (medios de
prueba) se realiza con la máxima presencia de esas personas y, en es-
pecial, con la presencia obligada de las personas que deberán dictar
una sentencia luego de observar la prueba (los jueces).
3) Publicidad. Los juicios deben ser públicos, porque la publi-
cidad de los actos de gobierno es una de las características básicas

84

ReporteJalisco1.indd 84 12/09/2006 01:21:10 p.m.


de una república y la administración de justicia no sólo se erige en
uno de los poderes que gobiernan la entidad, sino en uno de los
pilares que estructuran el sistema republicano. La publicidad tam-
bién se concibe como un poderoso sistema de control de los actos
de gobierno. Los juicios son presenciados por todas aquellas per-
sonas que así lo desean. Es por ello que, al legislar, se debe poner
especial cuidado en prever las situaciones (siempre excepcionales)
en las cuales se restringirá el acceso al público, lo que siempre ha de
realizarse mediante resolución fundada.
4) Concentración. Es la posibilidad que otorga la oralidad de
que todos los medios de prueba se reúnan en una misma oportuni-
dad, sean observados o escuchados sin interrupciones, y adquieran
así mayor virtualidad probatoria; además, con la concentración los
distintos sujetos procesales pueden controlar con mayor ef icacia los
medios de prueba. Es también un determinado modo de permitir
que la información ingrese al juicio penal.

Éstos son los principios que deben regir el juicio penal. No hay
que perder de vista que todo el procedimiento debe establecerse
de modo tal que sea el momento central del drama penal. Sin per-
juicio de ello, el procedimiento estará integrado por las siguientes
etapas:

1) La investigación preliminar. Se encuentra a cargo del


Ministerio Público y consiste, básicamente, en el conjunto de acti-
vidades procesales tendientes a preparar una acusación. La investi-
gación es una actividad eminentemente creativa: se trata de superar
un estado de incertidumbre mediante la búsqueda de todos aque-
llos medios que puedan aportar información que acabe con esa in-
certidumbre. La investigación preliminar encuentra o detecta los
medios que servirán de prueba. En la mayoría de los sistemas pro-

85

ReporteJalisco1.indd 85 12/09/2006 01:21:10 p.m.


cesales, lo que debería ser una actividad creativa se ha convertido
en algo rutinario, en una simple acumulación, más o menos mecáni-
ca, de hojas que transcriben actas. Cuando la investigación se hace
rutinaria, se pierde uno de sus principios básicos: la necesidad de
que existan estrategias de investigación, es decir, caminos más ef ica-
ces para encarar y lograr la preparación de la acusación. Durante el
curso de la investigación, el Ministerio Público puede solicitar auto-
rizaciones vinculadas a actos que afecten quizá garantías procesales
o derechos constitucionales. Para ello deberá solicitar dicha auto-
rización al juez de garantías, a la sazón como contralor de los actos
del Ministerio Público en dicha etapa.
Si bien esta etapa no es pública, en el sentido en que lo es el jui-
cio oral, no se debe deducir de ello que sea secreta para los distintos
sujetos procesales; por el contrario, el defensor, el querellante, las
partes civiles, deben tener acceso al desarrollo de las investigacio-
nes, si bien éstas pueden ser secretas por un tiempo limitado, si ello
afecta la ef icacia de la misma.
Aunque la investigación es absolutamente informal, debe termi-
nar con un acto formal, que es la acusación; acto mediante el cual el
Ministerio Público solicita la apertura de un juicio.
También puede ocurrir que el Ministerio Público, en forma
temprana —o durante el curso de la investigación— decida, me-
diante el uso del principio de oportunidad, no llevar adelante acu-
sación alguna, en virtud de diversas razones (por ejemplo, que el
delito existió pero se encuentra prescrito, no se han encontrado
pruebas para probar su existencia, etcétera).
2) La etapa intermedia (crítica de la investigación). Uno de
los objetivos del sistema es que los juicios sean serios y que no se
desgasten esfuerzos en realizar un juicio cuando no están dadas las
condiciones mínimas para que se pueda desarrollar con normali-
dad. La fase intermedia cumple esta función de discusión o debate
preliminar sobre los actos o requerimientos conclusivos de la inves-

86

ReporteJalisco1.indd 86 12/09/2006 01:21:10 p.m.


tigación. Por ejemplo, el imputado y su defensor podrán objetar la
acusación porque carece de suf iciente fundamento y se pretende
someter a juicio a una persona sin contar con los elementos nece-
sarios para probar esa acusación. Esta discusión preliminar puede
incluir el planteamiento de distintas excepciones, que ataquen as-
pectos sustanciales del ejercicio de la acción y también planteos for-
males. Dicha fase termina con el dictado del auto de apertura a
juicio, que es la decisión judicial por medio de la cual se admite la
acusación: se acepta el pedido del Ministerio Público, en el sentido
de que el acusado sea sometido a un juicio público.
3) Juicio propiamente dicho. Si bien ya se describieron las ca-
racterísticas principales del juicio, vale la pena agregar que éste se
integrará, a su vez, por las siguientes etapas: (a) apertura y cons-
titución del objeto del debate; (b) producción de la prueba; (c)
discusión sobre la prueba o alegatos; y (d) clausura del debate.
Inmediatamente clausurado el debate, el juez o los jueces deben
dictar sentencia, pudiendo aplazar los fundamentos de dicha sen-
tencia para dar lectura de los mismos a posteriori.
4) Medios de impugnación (control de la sentencia). La idea
del recurso como derecho aparece en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos que, en su artículo 8 sobre garantías ju-
diciales, reza: “Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en
plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: […] h) derecho
de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”. No obstante, es
importante subrayar que la lógica de la inmediación que posee un
sistema acusatorio lleva necesariamente al establecimiento de un re-
curso “casatorio”. Esto es, el tribunal de alzada posee el límite in-
franqueable de analizar sólo la sentencia y sus fundamentos. Es por
ello que el recurso de casación normalmente anula la sentencia y
reenvía el caso al tribunal inferior para que se dicte una nueva sen-
tencia y sólo excepcionalmente anula (casa) la sentencia de primera
instancia y dicta directamente la sentencia correcta; por ejemplo,

87

ReporteJalisco1.indd 87 12/09/2006 01:21:10 p.m.


cuando el error en la aplicación del derecho es muy evidente y no se
necesita prueba para tomar una decisión en contrario.
5) Ejecución de la sentencia. Cuando la condena impone una
pena de prisión, se ha tomado una decisión muy grave: será obli-
gatorio, por mandato judicial, que una persona sea privada de la
libertad por cierta cantidad de años. En la praxis de los sistemas vi-
gentes, ocurre muchas veces que el juez se limita a tomar la decisión
y luego otra institución —el sistema penitenciario— se ocupa de
ejecutar la sentencia. Es necesario, por tanto, establecer un sistema
de control jurisdiccional, que será realizado por los denominados
“jueces de ejecución”, cuyos juzgados tendrán su sede (preferente-
mente) en el seno de la misma institución de readaptación social.

Modif icar el régimen de la acción penal. El régimen de la ac-


ción penal se debe reconstruir, tomando como premisa el hecho
de que:

1) Ningún Estado del planeta, incluidos los más ricos y moder-


nos, pueden investigar sino una porción de los delitos que llegan a
su conocimiento.
2) Hay delitos que, bajo ciertas circunstancias, simplemente no
son investigables.
3) En muchas ocasiones en que el aparato de persecución está
frente a estas situaciones, las reconoce de manera muy temprana,
casi coetáneamente con la denuncia misma.
4) El sistema de todos modos, en los hechos, selecciona. La
obligación legal impuesta por el principio de legalidad es incapaz
de modif icar esta realidad. Simplemente no se puede renunciar a
ella en los hechos. Si la ley no le permite al sistema seleccionar, el
sistema generará mecanismos de selección informal.

88

ReporteJalisco1.indd 88 12/09/2006 01:21:10 p.m.


Por tanto, se debe permitir que el Ministerio Público no inste
la acción penal para los casos en que:

1) En el juicio profesional del f iscal, no haya suf icientes ante-


cedentes para llevar adelante una investigación con un mínimo de
probabilidades de éxito.
2) En el juicio profesional del f iscal, la denuncia hecha no sea
constitutiva de delito.
3) De acuerdo con el plan político criminal del Ministerio
Público, el hecho denunciado sea de escasa relevancia, en términos
que el Ministerio Público ref iera destinar los recursos que inverti-
ría en dicho caso en la investigación de otros def inidos de mayor
relevancia social.

Todo ello, bajo el control del procurador general del Ministerio


Público.
Crear mecanismos de simplif icación del proceso. Se deben es-
tablecer procedimientos de juzgamiento alternativos para alcan-
zar una pena (por ejemplo, el procedimiento abreviado o procedi-
mientos simplif icados, en cualquier versión).
Pero, además, se deben establecer mecanismos alternativos
para la resolución f inal del conf licto, tales como la reparación de
la víctima, que tenga como consecuencia la extinción de la acción
penal y la suspensión del juicio a prueba como respuestas no puni-
tivas y de mejor calidad para determinados conf lictos.
Ampliar la participación de la víctima. Actualmente, se encuen-
tra irremediablemente en crisis el concepto de monopolio estatal
del ejercicio de la acción penal. Esto implica que una reforma pro-
cesal penal debe estar abierta a nuevos planteamientos que impli-

89

ReporteJalisco1.indd 89 12/09/2006 01:21:10 p.m.


can cuestiones muy concretas, como la ampliación de los delitos de
acción privada, la redef inición de los delitos de instancia privada,
la apertura a nuevos y más informales modos de participación de la
víctima en el proceso.
Controlar la duración del proceso y el uso de la prisión preventi-
va. El uso de la prisión preventiva (tan extendido en Jalisco) debe
tener un solo objetivo: garantizar la presencia del imputado du-
rante el juicio. En forma secundaria, puede perseguir también el
resguardo de la víctima del delito —si es que existen fuertes indi-
cios de que el imputado intentará atentar contra su seguridad físi-
ca—, así como el resguardo de otras pruebas fundamentales, si es
que existen también fuertes indicios de que el imputado intentará
destruirlas.
El uso de cualquier otra pauta para admitir la prisión pre-
ventiva (por ejemplo, “peligrosidad” del imputado, antecedentes
penales del mismo, pena en expectativa, etc.) constituye un ade-
lantamiento de pena y, por tanto, resulta contrario al sistema cons-
titucional en vigor y a los acuerdos y convenios internacionales
signados por el Poder Ejecutivo y aprobados por el Senado de la
nación en materia de derechos humanos.
Tomando en cuenta esta premisa, el Ministerio Público, al so-
licitar al tribunal la aplicación de una medida coercitiva sobre el
imputado, debe alegar y probar los siguientes extremos:

a) Apariencia de responsabilidad. Sería ilógico pensar que a


cualquier persona se le aplicara una medida cautelar personal, si
previamente no hay una valoración probatoria de los elementos
recogidos en la causa que lleve a concluir que alguna apariencia

90

ReporteJalisco1.indd 90 12/09/2006 01:21:10 p.m.


de responsabilidad existe en relación con el hecho que motiva el
proceso.
b) Peligrosidad procesal. Esto signif ica que el imputado en li-
bertad se convierte en un peligro para su enjuiciamiento. Se pueden
entender como síntomas de probable sustracción a la justicia la falta
de arraigo de un imputado con la comunidad, los antecedentes re-
feridos a rebeldías anteriores, etcétera.
c) Proporcionalidad. Una detención cautelar no debe prolon-
garse más allá de lo que, en def initiva, puede ser el máximo de la
pena privativa de libertad realmente aplicable. Además, el otorga-
miento de una prisión preventiva no puede ser nunca otorgada sine
die, sino que el Ministerio Público debe explicar al tribunal cuánto
plazo le resulta necesario para llevar dicha causa a juicio (lo que
puede ser controvertido por la defensa), y la medida nunca puede
extenderse por un plazo mayor a ése, dado que, justamente, ése es
el objetivo: que el imputado esté presente en el juicio.85

Recrear el sistema de la defensa pública. El estudio y la implan-


tación de sistemas más imaginativos de defensa pública, capaces
de ofrecer un servicio ef iciente personalizado, es uno de los gran-
des principios que deben regir una reforma procesal penal. Una
defensa pública de calidad es la sola garantía y condición de legiti-
midad del proceso penal en un Estado de Derecho.
Reestructurar el Ministerio Público. La reestructuración orgá-
nica del Ministerio Público no es independiente de la reforma del
sistema global de investigaciones, ni de la estructura del proceso,
ni, en def initiva, del lugar institucional que se le quiera dar. El
Ministerio Público debe convertirse en el verdadero “abogado de
las víctimas”. Necesariamente se ha de pensar en un modelo des-

91

ReporteJalisco1.indd 91 12/09/2006 01:21:10 p.m.


centralizado que esté realmente en contacto con la sociedad civil y
que brinde soluciones político-criminales realistas para las distin-
tas realidades locales adonde le toque actuar.
En otro sentido, su ubicación institucional resulta fundamental
para brindar transparencia a su accionar. Tiene que convertirse en
un órgano extrapoder con autarquía funcional y f inanciera y con-
trol parlamentario, lo que seguramente hará necesaria una reforma
constitucional.
El uso de la oralidad en las etapas previas al juicio. Así como se
subraya la importancia de la oralidad durante el juicio (momento
central del proceso), tampoco se puede dejar de resaltar la impor-
tancia de la oralidad en las etapas previas al juicio. La experiencia
en la región ha demostrado que conservar el formalismo y los pro-
cesos escritos en las etapas previas al juicio termina contaminando
a este último y, por consiguiente, al sistema en su conjunto. Esto
no quiere decir que tanto el Ministerio Público como la defensa no
tengan sus propios expedientes elaborados previamente al juicio,
pero sí signif ica que el expediente como metodología de trabajo
judicial debe ser completamente abolido.
Acentuar el respeto a las garantías básicas. La cuestión de las ga-
rantías es el principal problema del proceso penal, porque su pro-
pia existencia se funda en la posibilidad de diferenciar el ejercicio
del poder penal de un simple hecho de fuerza. Sin garantías no hay
proceso penal y sin proceso penal no hay derecho penal, sino pura
fuerza del Estado.

92

ReporteJalisco1.indd 92 12/09/2006 01:21:10 p.m.


F isiología del sistema

Se trata de la implementación como proceso, puesto que la imple-


mentación constituye un proceso que debe diseñarse y aplicarse
correctamente. Así, y volviendo al ejemplo anterior, no es posible
traer las computadoras de un día para otro y pedirles a los emplea-
dos, quienes sólo saben escribir con las vetustas máquinas, que las
operen. Lo que se quiere señalar es que constituiría una enorme
falta de responsabilidad por parte del legislador sancionar sin más
un nuevo sistema y ponerlo en vigencia sin tener en cuenta todos
y cada uno de los elementos que exige su implementación para un
correcto funcionamiento. Con esta idea fuerza vale la pena dete-
nerse en los siguientes aspectos.
La “capacitación como futbol”. Se trata de un concepto acuñado
por los profesores chilenos Mauricio Duce y Andrés Baytelman,
de suma utilidad (véase su obra Litigación Penal). No debe sosla-
yarse que, en el marco de un sistema adversarial como el propues-
to, tanto los f iscales como los defensores tendrían que litigar oral-
mente en forma muy intensiva. Por ejemplo, un f iscal puede tener
cinco audiencias de pedido de prisión preventiva en una mañana
y dos a la tarde, mientras que sabe que al otro día le espera un jui-
cio por estafa con prueba muy compleja y que viene preparando
desde hace meses, junto a un equipo integrado por dos f iscales
más y un grupo de contadores del Ministerio Público.
Litigar en un contexto adversarial de igualdad de armas no es
algo sencillo y requiere de un severo entrenamiento en nuevas for-
mas de trabajo. ¿Cómo se logra? Mediante el cambio de la pers-

93

ReporteJalisco1.indd 93 12/09/2006 01:21:10 p.m.


pectiva pedagógica, de una escolástica a una práctica que ponga
especial énfasis en el role play. Como en un entrenamiento de fut-
bol, lo que hace el director técnico no es dejarles a los jugadores el
reglamento de la Federación Internacional de Futbol Asociación
(F I FA ), indicándoles que lo memoricen. Fundamentalmente, el
entrenamiento se realiza jugando. Y esto es lo que deben hacer
los agentes de Ministerio Público, defensores y jueces durante el
proceso de implementación. Jugar y jugar de la forma más intensi-
va posible, antes de que el sistema entre a regir. Los costos en un
sistema de justicia penal que funcione mal no son goles errados,
sino culpables que quedan en libertad o inocentes que terminan
tras las rejas.
El apoyo administrativo de un sistema adversarial. Otro de los
aspectos considerados esenciales, además de la capacitación, es la
construcción de un nuevo aparato administrativo de apoyo al sis-
tema de justicia que tiene que ver con la creación del nuevo para-
digma. Ya no se trata de construir un expediente, sino de tomar
audiencias orales. Es hora de asumir que la justicia es un servicio
público y, como tal, debe prestar un servicio lo más profesional y
ef iciente posible al ciudadano. Para ello, tiene que echar mano de
conocimientos de otras disciplinas (ingeniería, estadística, econo-
mía, informática, etc.) para la construcción de un servicio adminis-
trativo de apoyo, carente en absoluto de funciones jurisdiccionales
(que, atento a la falta de delegación del nuevo sistema, queda sólo
en manos de los jueces, como debe ser), pero que cumpla aca-
badamente las tareas que requiere la realización de sus funciones
específ icas (limpieza, diseño de los f lujos de audiencia, notif ica-

94

ReporteJalisco1.indd 94 12/09/2006 01:21:10 p.m.


ciones, atención al público) y que, por tanto, esté dirigido por es-
pecialistas en la materia (ingenieros civiles, especialistas en recur-
sos humanos), quienes coordinarán sus esfuerzos con el órgano
jurisdiccional.
Por último, se debe agregar que el proceso de implementación
es sumamente complejo y multidimensional. En él se debe ver
comprometida toda la sociedad civil para que alcance un verdade-
ro éxito. No es un proceso donde sólo los legisladores o profesio-
nales del derecho tienen que participar, sino que todos y cada uno
de los miembros de la sociedad jalisciense pueden y deben tener
algo que opinar.86

ANTEPROYECTO DEL NUEVO CÓDIGO


D E P R O C E D I M I E N T O S P E N A L E S PA R A

E L E S TA D O D E J A L I S C O

A partir de la segunda mitad de 2005, comenzó a discutirse un


código de procedimientos penales novedoso, del que vale la pena
destacar los siguientes aspectos.

Tabla rasa del C P P vigente

En términos generales, sólo hay términos elogiosos para el an-


teproyecto en discusión, que asimila el modelo ideal propuesto
(véase “Anatomía”) e incluso agrega cuestiones sumamente valo-

95

ReporteJalisco1.indd 95 12/09/2006 01:21:10 p.m.


rables. Los legisladores que lo redactaron tienen claro que una
verdadera reforma debe hacerse cargo de la problemática a fondo;
esto es, no se trata de una mera reforma “de compromiso” o un
“cambio de maquillaje”, sino que se ha tomado la decisión política
de ir al meollo del asunto.
En palabras de su más entusiasta defensor:

Hoy no hay quien regule la averiguación previa; el Ministerio


Público decide en forma discrecional si le admite pruebas o no se
las admite; resuelve cuándo está integrada la averiguación y cuándo
consigna. La propuesta pretende que la confesión ante el Ministerio
Público no sea prueba plena y que un juez los esté vigilando y direc-
cionando para que se encuadre en la legalidad en la integración de
la averiguación previa. Con esto nos vamos a evitar torturas, que se
integre como ahora la averiguación.”87

Artículo 426. Derogaciones. Se deroga expresamente el Código


de Procedimientos Penales.
Artículo 1. F inalidad del procedimiento. El procedimiento penal
tiene por objeto la aplicación del derecho para resolver el conf licto
surgido como consecuencia del delito, y restaurar la armonía social,
todo ello con la f inalidad de garantizar la justicia en un marco de
respeto irrestricto a los derechos reconocidos en la Constitución fe-
deral y local, en los tratados internacionales ratif icados por el país y
en las leyes.

96

ReporteJalisco1.indd 96 12/09/2006 01:21:10 p.m.


Aspectos centrales del nuevo C P P propuesto

Entre otras, las siguientes notas esenciales hacen que el C P P guar-


de una sana distancia del actualmente en vigor:

El rescate del juicio como el momento central del proceso: se ha


abandonado la instrucción preliminar y se establece que el juicio
será el momento central y protagónico del proceso, respetando
los principios de oralidad, concentración, inmediación, continua-
ción.
Artículo 311. Principios. El juicio es la etapa esencial del proce-
so. Se realizará sobre la base de la acusación y de modo de asegurar
los principios de oralidad, inmediación, publicidad, adversarialidad
y continuidad. Por lo tanto, los jueces que, en el mismo caso, hayan
intervenido en las etapas anteriores a la del juicio oral no podrán in-
tegrar el tribunal del debate.
Es de resaltar el hecho de que sólo la prueba producida en el
transcurso del juicio es la que tendrá validez a los efectos de dic-
tar una sentencia, abandonando la producción e introducción de
prueba mediante la “instrucción judicial”. Se ha cambiado el sis-
tema de valoración de la prueba por el de la sana crítica, en el sen-
tido correcto.
Artículo 331. Valoración. El tribunal asignará el valor correspon-
diente a cada uno de los elementos de prueba, con aplicación estricta
de las reglas de la sana crítica. Debe argumentar y fundamentar ade-
cuadamente las razones por las cuales les otorga determinado valor,

97

ReporteJalisco1.indd 97 12/09/2006 01:21:10 p.m.


con base en la apreciación conjunta y armónica de toda la prueba
esencial.
Siguiendo a su hacedor:88 “El otro concepto es la inmediatez,
porque el juez va a estar en presencia del inculpado, de la víctima y
del Ministerio Público. Ahí se desahogan las pruebas en presencia
de él y ahí se juzga.”
Tal vez sería dable mejorar la regulación del principio de con-
gruencia.
Materia recursiva: se introduce el recurso casatorio en concor-
dancia con el sistema recursivo propio de un sistema acusatorio.
Aún falta una regulación más clara respecto de su funcionamiento
e integración del Tribunal de Casación.
Artículo 372. Reglas generales. Sólo serán admisibles los recur-
sos de revocación, apelación, casación y revisión. Las resoluciones
judiciales serán recurribles sólo por los medios anteriormente esta-
blecidos y siempre que causen agravio al recurrente. El derecho de re-
currir corresponderá tan sólo a quien le sea expresamente acordado.
Cuando la ley no distinga entre las diversas partes, el recurso podrá
ser interpuesto por cualquiera de ellas.
Ampliación del dispositivo de derechos y garantías: en general,
se ha rodeado al procedimiento, desde sus inicios mismos, de una
serie de principios y garantías que en el C P P vigente o bien no se
encontraban presentes o estaban escasamente reconocidos. Y es
que el código en vigor difícilmente pasaría un control de constitu-
cionalidad. Viola una enorme cantidad de derechos y garantías que
deben rodear el desarrollo del proceso penal y que se encuentran
comprometidos por la república mexicana que ha ratif icado un

98

ReporteJalisco1.indd 98 12/09/2006 01:21:11 p.m.


gran número de pactos internacionales de derechos humanos (y,
en especial, la Convención Americana de Derechos Humanos).
De todos modos, se considera fundamental que los mis-
mos no sólo encuentren la correcta regulación legal que ha
sido introducida en el nuevo código, sino que se incorporen a
la Constitución Política del Estado de Jalisco, para dotarlos de
mayor jerarquía aún.
Mecanismos de simplif icación del proceso: también en el cami-
no correcto, se han introducido mecanismos de simplif icación del
proceso como el juicio abreviado, la suspensión del juicio a prue-
ba (probation), a los efectos de dotar de mayor ef icacia al sistema
en su integridad y ahorrar el dispendio de recursos al estado jalis-
ciense.
El mismo sendero se ha tomado al regular con mayor precisión
las facultades discrecionales del Ministerio Público; el uso de estas
facultades es controlado de todos modos en forma jerárquica y ju-
dicial, así como por la víctima en tanto principal interesado en el
drama penal.
Mayor participación de la víctima: se ha incorporado un catá-
logo que reconoce al f in los derechos de las víctimas en el marco
del proceso penal. Asimismo, se ha hecho hincapié en sistemas
de resolución de conf lictos que tengan que ver realmente con el
interés de la víctima y que otorguen salidas no punitivas de mejor
calidad sistémica (como la justicia restaurativa o los mecanismos
de conciliación).
También es digno de subrayar la introducción del acusador
coadyuvante que otorga a la víctima la posibilidad de una real par-

99

ReporteJalisco1.indd 99 12/09/2006 01:21:11 p.m.


ticipación en el marco del proceso y el respeto a las culturas pre-
hispánicas que se introduce como un principio rector en la nueva
codif icación como un elemento real y no sólo como una declama-
ción de derechos.
Correcto uso y regulación de las medidas cautelares: la regula-
ción del uso de las medidas cautelares también toma el camino co-
rrecto. Estas medidas ya no se utilizan como mecanismo punitivo
de adelantamiento de pena. Dejan de ser la regla para convertirse
en un instituto de aplicación excepcional. Se diversif ica la respues-
ta del Estado, otorgando todo un arco de posibilidades para brin-
dar la cautela deseada, más allá de la prisión.
Se puede señalar una sola crítica, pero que para el caso no es
menor: la autorización del uso de la prisión preventiva “cuando
la libertad del imputado puede ser peligrosa para la sociedad” es
violatoria del non bis in idem y contamina la nueva lógica introdu-
cida con un criterio peligrosista-preventivista que puede utlizarse
en forma errónea por el sistema; por lo que se propone, de plano,
la eliminación de esta categoría.
Crítica en cuanto a la f isiología: quedan algunas dudas en cuan-
to al futuro funcionamiento del sistema, que pueden derivar —de
no ser corregidas a tiempo— en el fracaso de su implementación.
Aún no queda claro qué mecanismos se desarrollarán para con-
seguir una defensa pública de calidad como la que el nuevo siste-
ma requiere, ni si se introducirán nuevos mecanismos para garan-
tizarla nuevamente o se conservará aún la inef iciente institución
existente, lo cual puede llevar a que la promesa de mayores garan-
tías en el marco del proceso sea sólo eso, una mera promesa.

100

ReporteJalisco1.indd 100 12/09/2006 01:21:11 p.m.


Además, sería interesante propender a una reforma consti-
tucional que aplique un cambio radical en cuanto a la ubicación
institucional del Ministerio Público, creando una institución con
verdadera autonomía del resto de los poderes del Estado y con
autarquía f inanciera.
Por otra parte, se desconoce si en el desarrollo de esta dis-
cusión existe una vocación real de que el proceso de cambio in-
volucre a todos los actores de la sociedad jalisciense o si sólo se
está tratando de una discusión “puertas adentro” de la legislatu-
ra. Involucrar a actores clave de la sociedad (colegios y barras de
abogados, universidades, instituciones intermedias de la sociedad
civil) necesariamente contribuye a una legislación más rica y con
mayores posibilidades de éxito.
También existe un grave problema en avanzar sólo en el sen-
tido de una reforma al sistema procesal cuando Jalisco posee
una codif icación penal integral (por ejemplo: Código Penal, Ley
de Ejecución de Penas Privativas y Restrictivas de la Libertad,
Ley contra la Delincuencia Organizada del Estado de Jalisco,
Ley Orgánica del Poder Judicial, Ley Orgánica del Poder
Legislativo, Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de
Jalisco, Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia
del Estado, Ley de Seguridad Pública para el Estado de Jalisco
y sus Municipios, Ley de Menores Infractores, Ley Orgánica
del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses) que no está en la
misma sintonía, sino que, todo lo contrario, está enrolada en un
modelo vetusto similar al del CPP en vigencia.

101

ReporteJalisco1.indd 101 12/09/2006 01:21:11 p.m.


ReporteJalisco1.indd 102 12/09/2006 01:21:11 p.m.
R e f le x ió n f inal
¿Qué nos promete el nuevo sistema?

En el drama del proceso penal se encuentran en permanente ten-


sión dos principios: ef iciencia y garantías. Los agoreros del nuevo
sistema, ya se sabe, atacarán la propuesta con el discurso de que el
aumento de las garantías llevará necesariamente a bajar los están-
dares de calidad en cuanto a la ef iciencia de la persecución penal,
creando por tanto enormes bolsones de impunidad.
Esto no es necesariamente cierto; todo lo contrario, el nuevo
sistema intenta captar una visión realista que permita al sistema (y
fundamentalmente al Ministerio Público) focalizar en mejor forma
la utilización de recursos para el combate contra una delincuencia
más compleja y dañina para el tejido social, en el marco de un pro-
ceso garantizador.
Asimismo, brinda mejores respuestas al “convidado de piedra”
del sistema: la víctima, quien, en def initiva, ref leja a la sociedad
civil en el drama penal.
Además, la oralidad y la publicidad como principio rector

103

ReporteJalisco1.indd 103 12/09/2006 01:21:11 p.m.


garantiza un mejor mecanismo de control sobre la actuación del
poder punitivo.
Por otra parte, el sistema vigente, que se desarrolla en un
marco de enorme orfandad en cuanto al respeto a los derechos
y garantías, ha demostrado sobradamente la inef iciencia para dar
respuestas a la sociedad.
De todos modos, el diseño legal es tal vez la tarea más sencilla
del proceso de reforma, y son muchas las preguntas que quedan
latentes en cuanto a la correcta implementación y funcionamiento
del sistema propuesto.
Artículo 427. Vigencia. Este código entrará en vigencia un año
después de su publicación en el periódico of icial, órgano del gobierno
del estado de Jalisco.
¿Será posible en tan sólo un año, desde su sanción, capacitar
correctamente a los actores, contar con la nueva infraestructura
y el apoyo administrativo necesario? ¿No sería necesario, tal vez,
propender a su implementación gradual por regiones?
La correcta respuesta a estas interrogantes llevarán al éxito o al
fracaso de la reforma: los verdaderos reformistas deberían enfocar
sus esfuerzos en la f isiología;89 caso contrario, serán ellos mismos
quienes terminarán contribuyendo al fracaso del mismo sistema
que quieren imponer.

104

ReporteJalisco1.indd 104 12/09/2006 01:21:11 p.m.


Notas

1. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (P N U D ), Informe


sobre desarrollo humano, México, 2004, en <http://saul.nueve.com.
mx/estadisticas/estadisticas.asp_f iles/apendice%202004_base1.xls>.
2. Véase el informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(C N D H ), Ejercicio efectivo del derecho a la seguridad pública en nuestro
país, México, enero de 2006, p. 2.
3. Consulta Mitofsky 2004, en <http://www.consulta.com.mx>.
4. El primer gobierno de alternancia, es decir, con primer mandatario
diferente de los tradicionalmente surgidos de las f ilas del Partido
Revolucionario Institucional (P R I ), fue el de Alberto Cárdenas
Jiménez, 1995-2001, del Partido Acción Nacional (PA N ), instituto po-
lítico al que pertenece también el actual gobernador.
5. Francisco Javier Ramírez Acuña, en Cuarto informe de gobierno,
Poder Ejecutivo del Estado de Jalisco, febrero de 2005; en parti-
cular, “Introducción”, “Combate frontal contra la delincuencia” y
“Procuración de justicia”, pp. 215-217.
6. Francisco Javier Ramírez Acuña, “Combate frontal contra la delincuen-
cia”, en Quinto informe de gobierno, febrero de 2006, p. 21.

105

ReporteJalisco1.indd 105 12/09/2006 01:21:11 p.m.


7. <www.presidencia.gob.mx>, informes de gobierno, anexos estadísticos
sobre posibles hechos delictivos denunciados, así como <www.pgr.
gob.mx>.
8. Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, Servicio Médico Forense,
enero de 2005.
9. Véase nota 7.
10. <www.icesi.org.mx>, Tercera encuesta nacional sobre inseguridad 2005
(E N S I -3), septiembre de 2005.
11. Véase Informe sobre desarrollo humano, Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (P N U D ), México, 2004.
12. Francisco Javier Ramírez Acuña, Segundo informe de gobierno, Poder
Ejecutivo del Estado de Jalisco, 1° de febrero de 2003.
13. Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco, Robo de vehí-
culos de carga pesada, Guadalajara, 2003.
14. Guillermo Zepeda Lecuona, “Las cifras de la impunidad. La procura-
ción de justicia penal en México”, Renglones, núm. 51, Tlaquepaque,
I T E S O , pp. 66-67.
15. Base de datos del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C.
(C I D A C ), <http://www.cidac.org>. Cabe destacar también 19.1% de
efectividad en las averiguaciones previas, en Jalisco, durante el año
2000.
16. Marcos Pablo Moloeznik, “Seguridad pública, justicia penal y de-
rechos humanos en el estado de Jalisco (1995-2002)”, en Center for
U.S.-Mexican studies, San Diego, University of California, 2003.
<http://repositories.cdlib.org/usmex/prajm/moloeznik>.
17. Consejo General del Poder Judicial, Dirección de Archivo, Estadística,
Ediciones y Boletín Of icial, anexo “Informe estadístico de las cargas
de trabajo” de los trece juzgados penales en el primer partido judi-
cial, 2004.
18. Véase tesis de doctorado de Manuel Loera Guerrero: La actuación del
Ministerio Público en las averiguaciones previas integradas en la zona me-
tropolitana de Guadalajara, Universidad de Guadalajara, enero de 2006.

106

ReporteJalisco1.indd 106 12/09/2006 01:21:11 p.m.


19. Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, Informe anual 2005,
febrero de 2006, capítulos I I I y I V .
20. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (I T E S M ),
Campus Guadalajara, Centro de Estudios Estratégicos, Encuesta de
Gobierno y Desarrollo Empresarial, enero-marzo 2002.
21. Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A. C (I C E S I ),
“La inseguridad urbana en México: análisis comparativo de las áreas
metropolitana de trece ciudades”, en Tercera encuesta nacional sobre
inseguridad 2005 (E N S I -3), México, noviembre de 2005, gráf ica 64; e
I C E S I - E N C I E , en <http://www.icesi.org.mx>.
22. Entrevista con José Gustavo Jiménez Díaz, en el semanario El Nuevo
Siglo, Guadalajara, 10 de octubre de 2003, pp. 2-3; y Universidad de
Guadalajara, Gaceta Universitaria, nueva época, año 2, núm. 319, p.
7.
23. Guillermo Zepeda Lecuona, “La prisión preventiva en México”, en
Open society justice initiative (Serie Prisión Preventiva), en prensa,
México, 2006. De acuerdo con información de la Dirección General
de Prevención y Readaptación Social (D I G P R E S ), en febrero de 2006
en Jalisco había 7,814 reclusos en prisión preventiva, 4,703 de com-
petencia local y 3,111 en materia federal; en tanto que 5,796 ya ha-
bían sido sentenciados, 4,764 reclusos condenados por delitos locales
y 1,032 por delitos federales.
24. A los que se suma el Centro Federal de Readaptación Social (C E F E R E -
S O ) de alta seguridad, localizado en la delegación de Puente Grande,
en el municipio de Tonalá.
25. Quinto informe de gobierno, febrero de 2006, véase “Población peni-
tenciaria”, p. 253.
26. Para mayores detalles, véase David Alberto Lozoya Assad, “Prevalecen
cárceles fuera del marco legal”, Un Espacio para tu Voz, año 1, núm. 5,
noviembre de 2005, p. 11, Guadalajara, Comisión Estatal de Derechos
Humanos.
27. Quinto informe de gobierno,“Población penitenciaria”, p. 230.

107

ReporteJalisco1.indd 107 12/09/2006 01:21:11 p.m.


28. Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, Hechos violatorios,
1997-2005, Guadalajara, 2006, e Informe anual de actividades 2005,
febrero de 2006, capítulo “Quejas y orientación”.
29. Comisión Nacional de Derechos Humanos (C N D H ) y Federación
Mexicana de Organismos Públicos de Protección y Defensa de los
Derechos Humanos, Manual para la calif icación de hechos violatorios
de derechos humanos, México, 1998; así como Enrique Cáceres Nieto,
Estudio para la elaboración de un manual para la calif icación de hechos
violatorios de los derechos humanos, México, C N D H , 2005, p. 96.
30. Enrique Cáceres, op cit., pp. 173, 234-235.
31. Ibid., pp. 393 y 406.
32. Informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (C N D H ),
op. cit., p. 12.
33. Véase, por ejemplo, Cuarto informe de gobierno, pp. 231 y 264, así
como Quinto informe de gobierno, pp. 22, 253 y 259.
34. Palabras del subdirector de la policía de Zapopan, José de Jesús de
Anda Zambrano, en El Nuevo Siglo, año V I , edición 972, 3 de febrero
de 2006, Guadalajara, p. 22.
35. Cuarto y quinto informes de gobierno, pp. 22 y 218, y 260 y 262, res-
pectivamente.
36. Quinto informe de gobierno, p. 258.
37. Véase su título cuarto, “De la profesionalización de los cuerpos de se-
guridad pública y la formación policial”, Periódico Of icial El Estado
de Jalisco, 22 de diciembre de 1993, Guadalajara.
38. En ese sentido, se recomienda consultar la tesis que para aspirar al
título de maestría en ciencias forenses presentó Benjamín Francisco
Crowson Rivera, bajo el título Paradigmas de capacitación básica para
policía municipal y estatal de la zona metropolitana de Guadalajara
en el año 2004, Guadalajara, Centro Universitario de Ciencias de la
Salud/Universidad de Guadalajara, noviembre de 2005; en especial,
pp. 200-202.
39. La privatización de la seguridad pública constituye una tendencia irre-

108

ReporteJalisco1.indd 108 12/09/2006 01:21:11 p.m.


versible en Jalisco, de la que da cuenta el Quinto informe de gobierno,
p. 269, donde puede leerse: “En la actualidad, existe un universo de
96 empresas que fungen como prestadoras de servicios privados de
seguridad […]”.
40. Versión preliminar en Marcos Pablo Moloeznik y Carlos Mercado
Casillas, “Hacia un derecho penal del enemigo en el estado de Jalisco
(2003-2004)”, trabajo enviado el 7 de febrero de 2005 para integrar-
lo en una obra colectiva sobre la gestión de Francisco Javier Ramírez
Acuña, bajo la coordinación de Jorge Alonso en La acuitada coyuntura
mexicana, Universidad de Guadalajara, abril de 2006.
41. Marcos Pablo Moloeznik y Víctor Gustavo Moloeznik, “La reforma al
Código Penal del Estado de Jalisco a la luz de los derechos humanos”,
en Gaceta, núm. 34, octubre-diciembre de 2003, Comisión Estatal de
Derechos Humanos, p. 138.
42. Término acuñado y desarrollado por el jurista alemán Günther Jakobs;
véase, por ejemplo, Günther Jakobs y Manuel Cancio Meliá, Derecho
penal del enemigo, Madrid, Civitas, 2003.
43. Francisco Muñoz Conde, “El derecho penal del enemigo”, en
Conferencias magistrales, México, Instituto Nacional de Ciencias
Penales, 2003, p. 25.
44. Muñoz Conde, op. cit., pp. 14-16.
45. La denominación de “nuevo derecho penal autoritario” responde a un
derecho penal más autoritario de lo normal, es decir, a una expansión
del derecho penal y, por ende, del poder punitivo del Estado.
46. Coparmex, Centro Empresarial de Jalisco, S. P., Propuesta de reforma
penal, f irmada por Juan José Frangie Saade y Martha S. Rodríguez
Aceves, presidente de la Coparmex Jalisco y presidenta de la Comisión
de Estudios Jurídicos de ese organismo, respectivamente, 2003.
47. Manuel Cancio Meliá, “¿‘Derecho penal’ del enemigo?”, en Günther
Jakobs y Manuel Cancio Meliá, op. cit., p. 60.
48. Ibid., p. 70.
49. Muñoz Conde, op. cit., p. 34.

109

ReporteJalisco1.indd 109 12/09/2006 01:21:11 p.m.


50. Moloeznik, véase nota 16.
51. Idem.
52. Artículo 18 de la Constitución General de la República, al que remite
la Constitución Política del Estado de Jalisco en su artículo 4.
53. Así lo reconoce la propia Presidencia de la República, en su Programa
nacional de seguridad pública, México, 2003, p. 5, donde se concluye:
“Centros de reclusión y de socialización de prácticas que reproducen
la criminalidad, con def icientes sistemas de supervisión y vigilancia,
donde impera la sobrepoblación y el hacinamiento, provocando amo-
tinamientos y altos niveles de corrupción”.
54. Günther Jakobs, “Derecho penal del ciudadano y derecho penal del
enemigo”, en Günther Jakobs y Manuel Cancio Meliá, op. cit., p. 23.
55. Guillermo Zepeda Lecuona, “Los mitos de la prisión preventiva en
México”, en Open society justice initiative, México, 2004, p. 11.
56. Ibid., p. 6. Si bien estos números son para la república mexicana en su
conjunto, Jalisco no escapa de esta tendencia.
57. Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, pronunciamiento
del 23 de noviembre de 2004.
58. Marcos Pablo Moloeznik, “Seguridad pública, justicia penal y de-
rechos humanos en el estado de Jalisco (1995-2002)”, en Center for
U.S.-Mexican studies, San Diego, University of California, 2003,
<http://repositories.cdlib.org/usmex/prajm/moloeznik>. También
véase Guillermo Zepeda Lecuona, Crimen sin castigo (procuración de
justicia penal y Ministerio Público en México), México, C I D A C /Fondo
de Cultura Económica, 2004.
59. Eugenio Raúl Zaffaroni et. al., Derecho penal, Buenos Aires, Ediar,
2000, pp. 335 y ss.
60. Guillermo Zepeda Lecuona, op. cit., pp. 11 y 13.
61. Es decir, la idea del incremento de la pena como único instrumento de
control de la criminalidad.
62. Discurso pronunciado por el gobernador Francisco Javier Ramírez

110

ReporteJalisco1.indd 110 12/09/2006 01:21:11 p.m.


Acuña durante el acto Por un Jalisco seguro, patio central, Palacio de
Gobierno, Guadalajara, 30 de junio de 2004.
63. Muñoz Conde, op. cit., p. 11.
64. Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006,
7a. área de orden y respeto, pp. 128-130.
65. Cuya última reforma se publica en el Diario Of icial de la Federación el
21 de diciembre de 2004.
66. Se enumeran diez delitos que, por su naturaleza, corresponden a la
delincuencia organizada.
67. Para el legislador local, son dieciocho los delitos propios de la delin-
cuencia organizada.
68. Durante los debates, el legislador local opta por excluir la f igura del
agente encubierto, con el argumento del bajo nivel de profesionali-
zación de los policías investigadores en la entidad y, por ende, de un
perf il idóneo para labores de inf iltración exitosa en las estructuras de
la delincuencia organizada.
69. Textualmente establece que “el arraigo será de hasta cuarenta y cinco
días prorrogables por un término igual”.
70. Semanario Judicial de la Federación, novena época, 1a/J. 78/99, tomo
X, primera sala, noviembre de 1999, p. 55, jurisprudencia 192,829,
bajo el rubro: “Orden de arraigo domiciliario. Afecta la libertad per-
sonal”.
71. Sergio García Ramírez, Conferencia magistral, Tlaquepaque, Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, 12 de mayo de
2004.
72. Véase Ramírez Acuña, discurso pronunciado durante el acto “Por un
Jalisco seguro”, 30 de junio de 2004.
73. Cancio Meliá, op. cit., p. 88.
74. Muñoz Conde, op. cit., pp. 35 y ss.
75. Idem.
76. Moloeznik, op. cit.
77. Muñoz Conde, op. cit., pp. 78-94.

111

ReporteJalisco1.indd 111 12/09/2006 01:21:11 p.m.


78. Ibid., p. 21.
79. Por ello, Zepeda Lecuona af irma que la sentencia penal del juez en
Jalisco no constituye un acto jurisdiccional, sino que se erige en un
“acto de fe”; af irmación vertida durante la presentación de Los desa-
fíos de la seguridad pública en Jalisco, Guadalajara, Grupo Espanda,
22 de febrero de 2006.
80. Al respecto, es interesante leer un artículo fundacional del tema, a
saber, “Conf licts as property”, de Christie Nils en British Journal of
Criminology, vol. 17, no. 1. 1977. pp. 1-15
81. Véase la sugestiva obra de Michel Crozier, No se cambia la sociedad por
decreto, Alcalá de Henares, I N A P .
82. En general, para ampliar y profundizar estas ideas, se recomienda la
lectura de la obra de Alberto M. Binder, en particular, Política crimi-
nal: de la formulación a la praxis, Buenos Aires, Ad-Hoc.
83. Ibid., p. 141.
84. Alberto Binder, Introducción al derecho procesal penal, Buenos Aires,
Ad-Hoc, p. 100.
85. Héctor Superti, Derecho procesal penal, Rosario, Juris, p. 173.
86. Por ejemplo, convocar a los profesores de la carrera de arquitectura
para que diseñen las nuevas salas, cuya construcción será necesaria
para el desarrollo de los juicios orales, etcétera.
87. Francisco Javier Hidalgo y Costilla, “Juicio oral, autopsia en impar-
tición de justicia”, El Occidental, 6 de febrero de 2006, Guadalajara,
p. 30.
88. Idem.
89. El diputado local Francisco Javier Hidalgo y Costilla Hernández, a
quien se le atribuye la paternidad del nuevo C P P de Jalisco, af irma
que este código se sustenta en la búsqueda de consensos con amplios
sectores sociales y que su implantación seguirá el modelo chileno, es
decir, gradual por regiones. Entrevista realizada el 30 de enero de
2006 en el H. Congreso del Estado de Jalisco.

112

ReporteJalisco1.indd 112 12/09/2006 01:21:11 p.m.


A ne xo

Basta revisar el derrotero que jalona la labor legislativa en materia


penal en el estado de Jalisco para tomar conciencia de la denomi-
nada legislomanía; esto es, lo mucho y mal que se legisla, así como
la ausencia de una visión sistémica cuando los diputados locales
responden sólo de manera coyuntural (y poco seria) a las legítimas
demandas de la sociedad jalisciense.

CÓDIGO P E N A L PA R A E L E S TA D O L I B R E

Y SOBERANO DE JALISCO

DECRETO NÚMERO 10985.


APROBADO POR EL H. CONGRESO DEL ESTADO EL 2 DE
AGOSTO DE 1982.
PUBLICADO EN EL PERIÓDICO OF ICIAL EL ESTADO DE JALISCO
EL 2 DE SEPTIEMBRE DE 1982.
VIGENTE A PARTIR DEL 2 DE NOVIEMBRE DE 1982.

113

ReporteJalisco1.indd 113 12/09/2006 01:21:11 p.m.


Cronología de reformas y adiciones

DECRETO NÚMERO 11519. Se reforman los artículos 121, 235, 236 y


265; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 31 de
diciembre de 1983.
DECRETO NÚMERO 11520. Se reforma la fracción IX del artículo 19;
la denominación del Capítulo VIII del Título Segundo y los artículos
28, 105, 117, 133, 143 y 152; se reforma el Título Séptimo (artículos
144 al 154) y se reforman los artículos 167, 169 y 170; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 31 de diciembre de 1983.
DECRETO NÚMERO 11601. Se modif ica la denominación del Capítulo
III del Título Décimo Segundo del Libro 73 Segundo y se adiciona el
artículo 179 bis; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco
el día 14 de agosto de 1984.
DECRETO NÚMERO 11602. Se reforma el artículo 251 y la fracción III
del artículo 252; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco
el día 14 de agosto de 1984.
DECRETO NÚMERO 13147. Se reforma el artículo 50; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 21 de abril de 1988.
DECRETO NÚMERO 13608. Se reforman y adicionan los artículos 20,
26, 54, 56, 57, 70, 120, 121, 136, 139, 141, 145, 173, 175, 192, 194,
213, 223, 235 fracciones I, II y III, 236 incisos a) y b) y se adiciona el
c); 240, 241 y se adiciona el 241 bis, 243, 252 y 253; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 29 de julio de 1989.
DECRETO NÚMERO 13893. Se reforma y adiciona el artículo 246; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 14 de abril
de 1990.
DECRETO NÚMERO 14249. Se reforma y adiciona el artículo 119; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 3 de septiem-
bre de 1991.
DECRETO NÚMERO 15433. Se reforman y adicionan los artículos 6,
25, 146 fracs. XIV, XV, XVI y XVII y 154 fracciones VI y XI; publica-

114

ReporteJalisco1.indd 114 12/09/2006 01:21:11 p.m.


do en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 1° de septiembre
de 1994.
DECRETO NÚMERO 15775. Se reforman los artículos 8, primer párra-
fo 52, 62, 71 fracción I inciso b), 73, 74, 75, 102, 103, 136 párrafo ter-
cero, 157, 163 fracciones I y II, 172, 175, 179 párrafo cuarto, 194 pá-
rrafos primero y último, 236, 239 último párrafo, 246 fracción II, 252
fracción XII y 260; se adicionan los artículos 10, 13 fracción II inciso
f), 26, 41, 45, 96, 99, 179 bis, 235 y 252 fracciones XVII y XVIII; se
derogan la fracción V del artículo 8 y el artículo 70; se crean los artí-
culos 55 bis, 205 bis y 236 bis y en el Libro Segundo se crea el capítulo
III en el título octavo con el artículo 161 bis y el título décimo noveno,
con seis capítulos que comprenden los artículos 266, 267, 268, 269,
270, 271, 272, 273, 274, 275, 276, 277 y 278; se modif ican las deno-
minaciones del capítulo II del título quinto, del capítulo único del
título décimo, del capítulo I del título decimosexto; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 2 de febrero de 1995.
DECRETO NÚMERO 16147. Se reforma el artículo 253; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco, el día 27 de agosto de 1996.
DECRETO NÚMERO 16963. Reforma la fracción IV del artículo 19 y
los artículos 236 fracción IX y 236 bis en sus incisos b) y c); adiciona
el artículo 23 bis, dos fracciones III y IV al art. 234; modif ica la deno-
minación del Capítulo IV del Título Segundo; y deroga la fracción XII
del artículo 236; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco,
el día 27 de diciembre de 1997.
DECRETO NÚMERO 17139. Adiciona un segundo párrafo a la fracción
I del artículo 262; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco
el día 27 de enero de 1998.
DECRETO NÚMERO 17350. Se reforman y modif ican los artículos 96
fracción II tercer párrafo, 133, 147, 179, 205 bis, 242 y 265; y se adi-
cionan los artículos 52 segundo párrafo, 55 bis segundo párrafo, 189
bis, 194 bis, la fracción XVI del artículo 236 y fracción V del artículo

115

ReporteJalisco1.indd 115 12/09/2006 01:21:11 p.m.


236 bis (Inimputabilidad); publicado en el Periódico Of icial El Estado
de Jalisco el día 5 de marzo de 1998.
DECRETO NÚMERO 17529. Se reforma el inciso c) del artículo 236
bis; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 29 de
agosto de 1998.
DECRETO NÚMERO 17640. Se reforman los artículos 34, 48, 102 y
122; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el 5 de di-
ciembre de 1998.
DECRETO NÚMERO 17789. Se reforman los artículos 64, 121, 142, 194
y 252 y se adiciona el art. 188 bis; publicado en el Periódico Of icial El
Estado de Jalisco el 14 de enero de 1999.
DECRETO NÚMERO 17817. Se reforman los artículos 242 y 243; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el 18 de marzo de
1999.
DECRETO NÚMERO 17864. Se deroga el artículo 70; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el 1º de mayo de 1999.
DECRETO NÚMERO 17970. Se reforma el artículo 140; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el 12 de agosto de 1999.
DECRETO NÚMERO 18306. Se reforman y adicionan los artículos 240,
242, 242 A, 242 B, 242 C, 242 D, 243 y 243 bis, y se deroga el artículo
241 bis; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el 17 de
junio de 2000.
DECRETO NÚMERO 18429. Se reforma el artículo 144 fracción IV del
Código Penal del Estado; publicado en el Periódico Of icial El Estado
de Jalisco el día 27 de julio de 2000.
DECRETO NÚMERO 18504. Reforma los artículos 1, 27, 28, 389, 407,
415, 468, 574, 580 y 654 y adiciona un capítulo al título quinto del
libro segundo, del Código Civil, que contiene los artículos 455 bis y
455 ter; y se reforman los artículos 24, 41, 174, 175, 176, 207, 211 y
adiciona un capítulo IV al Título Undécimo con el artículo 176 bis; un
capítulo I denominado “Violencia Intrafamiliar” con el artículo 176
ter, al Título Décimo Segundo y se recorren en su orden el resto de los

116

ReporteJalisco1.indd 116 12/09/2006 01:21:11 p.m.


capítulos, todos del Código Penal, ambos ordenamientos del Estado
de Jalisco. Publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día
23 de septiembre de 2000.
DECRETO NÚMERO 18624. Se reforman las fracciones V, VII, XI,
XIV y XV; y deroga la fracción XVI del artículo 236; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 2 de diciembre de 2000.
DECRETO NÚMERO 18979. Reforma los artículos 135, 136, 137,
139, 140, 141, 172 y 183; se crea un artículo 174 bis; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 14 de abril de 2001.
DECRETO NÚMERO 19997. Se reforman, adicionan y derogan diver-
sos artículos; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el
día.12 de junio de 2003.
DECRETO NÚMERO 20403. Se reforman los artículos 41 y 176 ter.;
publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 30 de di-
ciembre de 2003.
DECRETO NÚMERO 20713. Reforma los artículos 194 fracción II y 214
fracción II; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día
11 de noviembre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20778. Reforma el artículo 223; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 7 de diciembre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20779. Adiciona la fracción XXIII al artículo 252;
publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 7 diciem-
bre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20780. Reforma el Título Sexto y su respectivo
Capítulo II y adiciona el artículo 143 bis; publicado en el Periódico
Of icial El Estado de Jalisco el día 7 de diciembre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20781. Reforma el artículo, 118; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 7 de diciembre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20787. Reforma las fracciones XXI y XXII y
adiciona la fracción XXIII al artículo 252; publicado en el Periódico
Of icial El Estado de Jalisco el día 7 de diciembre de 2004.
DECRETO NÚMERO 20867. Se adiciona una fracción XVIII al artículo

117

ReporteJalisco1.indd 117 12/09/2006 01:21:11 p.m.


146; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 6 de
enero de 2005.
DECRETO NÚMERO 20895. Reforma las fracciones XII y XXIII del
artículo 252; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el
día 2 de abril 2005.
DECRETO NÚMERO 20922. Reforma el artículo 240; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 23 de agosto de 2005.
DECRETO NÚMERO 20927/LVII/05. Se reforma el primer párrafo del
artículo 122 (conducir un vehículo automotor bajo los efectos del al-
cohol); publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 30
de agosto de 2005.
DECRETO NÚMERO 21008/LVII/05. Se reforma el artículo 289 y se
deroga el último párrafo del artículo 296; publicado en el Periódico
Of icial El Estado de Jalisco el día 24 de noviembre de 2005.

Fe de erratas. Octubre 28 de 1982.


Fe de erratas. Febrero 2 de 1984.
Fe de erratas. Septiembre 28 de 1989.
Fe de erratas. Abril 23 de 1998.
Fe de erratas. Octubre 22 de 1998.
Fe de erratas. Marzo 20 de 1999.
Fe de erratas. Julio 12 de 2003.
Fe de erratas. Febrero 10 de 2005.

CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS PENALES

PA R A E L E S TA D O D E JALISCO

DECRETO NÚMERO 11087.


APROBADO POR EL H. CONGRESO DEL ESTADO EL 29 DE
OCTUBRE DE 1982.

118

ReporteJalisco1.indd 118 12/09/2006 01:21:12 p.m.


PUBLICADO EN EL PERIÓDICO OF ICIAL EL ESTADO DE JALISCO
EL 7 DE DICIEMBRE DE 1982.
VIGENTE A PARTIR DEL 22 DE DICIEMBRE DE 1982.

Cronología de reformas y adiciones

DECRETO NÚMERO 12394. Se reforma el artículo 419; publicado en el


Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 25 de febrero de 1986.
DECRETO NÚMERO 13586. Reforma el tercer párrafo del artículo 48;
publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 22 de abril
de 1989.
DECRETO NÚMERO 15433. Reforma y adiciona los artículos 23, 36,
39, 40, 43, 45, 48, 93, 95, 97, 104, 105, 107, 115, 116, 117, 118, 119,
121, 122, 123, 124, 126, 132, 145 primer párrafo y fracción II, 146
segundo párrafo, 147, 148, 156, 157, 160, 161, 162, 163, 165 primer
párrafo, 166, 170, 182, 185, 194 fracción II, 211, 229, 263 primer y
segundo párrafo, 278, 308, 309, 321 fracción IV, 331 fracción IV, 342,
párrafo segundo, 346, 347, 349, 350, 351, 354 fracciones I, IV y V,
356, 357, 359, 360, 362, 366 fracción I, 429 primer párrafo y se adicio-
na el artículo 106 bis; publicado en el Periódico Of icial El Estado de
Jalisco, el día 1° de septiembre de 1994.
DECRETO NÚMERO 15775. Se reforman los artículos 110, 125, 263,
342 fracción I, 443, 444, 447 y 448 y se modif ica la denominación del
Capítulo III del Título Noveno; publicado en el Periódico Of icial El
Estado de Jalisco, el día 2 de febrero de 1995.
DECRETO NÚMERO 16147. Adiciona un párrafo al artículo 429; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 27 de agosto
de 1996.
DECRETO NÚMERO 16453. Reforma y adiciona los artículos 145 y

119

ReporteJalisco1.indd 119 12/09/2006 01:21:12 p.m.


146; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco, el día 4 de
enero de 1997.
DECRETO NÚMERO 16963. Reforma la fracción VI del artículo 321
y la fracción I del artículo 342 y adiciona los artículos 102 bis y 155
bis; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 27 de
diciembre de 1997.
DECRETO NÚMERO 17003. Reforma el artículo 146; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 8 de enero de 1998.
DECRETO NÚMERO 17139. Reforma la fracción I del artículo 342; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 27 de enero
de 1998. .
DECRETO NÚMERO 17350. Se reforman los artículos 145 y 342, y se
adiciona el artículo 16, publicado en el Periódico Of icial El Estado de
Jalisco el día 5 de marzo de 1998.
DECRETO NÚMERO 17529. Reforma el artículo 342; publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco, el día 29 de agosto de 1998.
DECRETO NÚMERO 17789. Se adiciona un tercer párrafo al artículo 88
y se reforma el artículo 342, en su fracción I; publicado en el Periódico
Of icial El Estado de Jalisco el día 14 de enero de 1999.
DECRETO NÚMERO 17817. Se reforma el artículo 342 en su fracción
I; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 18 de
marzo de 1999.
DECRETO NÚMERO 18306. Se reforma el artículo 342 fracción I; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 17 de junio
de 2000.
DECRETO NÚMERO 18768. Reforma y adiciona los artículos 104,
105, 115, 116, 117, 118, 119, 121, 122, 123, 124, 126, 132, 147, 157,
162, 166, 362, 366, 429; y deroga el artículo 106 bis, publicado en el
Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 3 de febrero de 2001.
DECRETO NÚMERO 18907. Se reforma la fracción I del artículo 342;
publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 13 de
marzo de 2001.

120

ReporteJalisco1.indd 120 12/09/2006 01:21:12 p.m.


DECRETO NÚMERO 18908. Se reforma el artículo 102 bis (arraigo do-
miciliario); publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día
13 de marzo de 2001.
DECRETO NÚMERO 18927. Se adiciona un tercer párrafo al artículo
211; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 13 de
marzo de 2001.
DECRETO NÚMERO 18928. Se reforman los artículos 145 y 146; pu-
blicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 13 de marzo
de 2001.
DECRETO NÚMERO 18979. Reforma los artículos 135, 136, 137, 139,
140, 141, 172 y 183; se crea un artículo 174 bis, todos del Código
Penal; y reforma el artículo 342 del Código de Procedimientos
Penales, ambos para el Estado de Jalisco; publicado en el Periódico
Of icial El Estado de Jalisco el día 14 de abril de 2001.
DECRETO NÚMERO 19421. Se reforman y adicionan los artículos 99
y 119; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 15
de enero de 2002.
DECRETO NÚMERO 20036. Reforma y Adiciona diversos artículos, y
deroga el artículo 148; publicado en el Periódico Of icial El Estado de
Jalisco el día 1º de julio de 2003.
DECRETO NÚMERO 20496. Se reforman los artículos 113 y 307 bis;
publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 10 de fe-
brero de 2004.
DECRETO NÚMERO 20568. Se adiciona el artículo 171 bis; publicado
en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 21 de septiembre de
2004.
DECRETO NÚMERO 20688. Se adiciona un párrafo f inal al artículo
157; publicado en el Periódico Of icial El Estado de Jalisco el día 11 de
noviembre de 2004.

121

ReporteJalisco1.indd 121 12/09/2006 01:21:12 p.m.


Fe de erratas. Febrero 10 de 1983.
Fe de erratas. Abril 23 de 1998.
Fe de erratas. Julio 15 de 2003.
Fe de erratas. Noviembre 27 de 2003.
Fe de erratas. Febrero 19 de 2005.

122

ReporteJalisco1.indd 122 12/09/2006 01:21:12 p.m.


F ue nte s

Baytelman, Andrés y Mauricio Duce. Litigación Penal. Juicio Oral y


Prueba, Fondo de Cultura Económica, México, 2005.
Binder, Alberto M. Política criminal: de la formulación a la praxis, Ad-Hoc
Buenos Aires, 1997.
__________ Introducción al derecho procesal penal, Ad-Hoc, Buenos
Aires, 2002.
Cáceres Nieto, Enrique, Estudio para la elaboración de un manual para
la calif icación de hechos violatorios de los derechos humanos, C N D H ,
México, 2005.
Cancio Meliá, Manuel. “¿‘Derecho penal’ del enemigo?”, en Günther
Jakobs y Manuel Cancio Meliá (coords.). Derecho penal del enemigo,
Civitas, Madrid, 2003.
Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, Hechos violatorios, 1997-
2005, Guadalajara, 2006.
__________ Informe anual de actividades 2005, febrero de 2006.
Comisión Nacional de Derechos Humanos (C N D H ) y Federación
Mexicana de Organismos Públicos de Protección y Defensa de los

123

ReporteJalisco1.indd 123 12/09/2006 01:21:12 p.m.


Derechos Humanos, Manual para la calif icación de hechos violatorios
de derechos humanos, México, 1998.
_________ Ejercicio efectivo del derecho a la seguridad pública en nuestro
país, México, enero de 2006.
Consejo General del Poder Judicial, “Informe estadístico de las cargas
de trabajo”, Dirección de Archivo, Estadística, Ediciones y Boletín
Of icial, Guadalajara, 2004.
Constitución Política del Estado de Jalisco, Editorial Porrúa, 1ª ed. actuali-
zada por Miguel Carbonell, México, 2004.
Consulta Mitofsky 2004, en <http://www.consulta.com.mx>.
Crowson Rivera, Benjamín Francisco. Paradigmas de capacitación básica
para policía municipal y estatal de la zona metropolitana de Guadalajara
en el año 2004, tesis de maestría en ciencias forenses, Centro
Universitario de Ciencias de la Salud/Universidad de Guadalajara,
Guadalajara, 2005.
Crozier, Michel. No se cambia la sociedad por decreto, I N A P , Alcalá de
Henares, 1987.
Diario Of icial de la Federación, 21 de diciembre de 2004.
Frangie Saade, Juan José y Martha S. Rodríguez Aceves. Propuesta de re-
forma penal, Coparmex, Centro Empresarial de Jalisco, Guadalajara,
2003.
García Ramírez, Sergio. Conferencia magistral, Instituto Tecnológico y
de Estudios Superiores de Occidente, Tlaquepaque, 12 de mayo de
2004.
Hidalgo y Costilla, Francisco Javier. “Juicio oral, autopsia en impartición
de justicia”, El Occidental, 6 de febrero de 2006, Guadalajara.
Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A. C (I C E S I ), “La
inseguridad urbana en México: análisis comparativo de las áreas me-
tropolitanas de trece ciudades”, en Tercera encuesta nacional sobre in-
seguridad 2005 (E N S I -3), México, noviembre de 2005.
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (I T E S M ),

124

ReporteJalisco1.indd 124 12/09/2006 01:21:12 p.m.


Campus Guadalajara, Centro de Estudios Estratégicos, Encuesta de
Gobierno y Desarrollo Empresarial, enero-marzo 2002.
Jakobs, Günther y Manuel Cancio Meliá. Derecho penal del enemigo,
Civitas, Madrid, 2003.
Loera Guerrero, Luis Manuel. La actuación del Ministerio Público en las ave-
riguaciones previas integradas en la zona metropolitana de Guadalajara,
tesis de maestría en Derecho, Universidad de Guadalajara, enero de
2006.
Lozoya Assad, David Alberto, “Prevalecen cárceles fuera del marco legal”,
Un Espacio para tu Voz, Comisión Estatal de Derechos Humanos de
Jalisco, año 1, núm. 5, noviembre de 2005, p. 11.
Maier, Julio B. J. Derecho Procesal Penal Argentino, Editorial Hammurabi,
Buenos Aires, 1989.
Moloeznik, Marcos Pablo. “Mitos y realidades de la participación ciu-
dadana. Breves ref lexiones sobre seguridad pública y ciudadanía
bajo la gestión del PA N en Jalisco”, en Andrés Valdez Zepeda y Berta
Ermila Madrigal Torrres (coords.), Jalisco a siete años de la alternan-
cia (Ensayos sobe administración, gobierno y política), Universidad de
Guadalajara, Guadalajara, 2002, pp. 109-128.
Moloeznik, Marcos Pablo. “Seguridad pública, justicia penal y derechos
humanos en el estado de Jalisco (1995-2002)”, en Center for U.S.-
Mexican Studies, University of California, San Diego, 2003, <http://
repositories.cdlib.org/usmex/prajm/moloeznik>.
_________ y Carlos Mercado Casillas. “Hacia un derecho penal del ene-
migo en Jalisco (2003-2004)”, en Jorge Alonso (coord.) La acuitada
coyuntura mexicana, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, abril
de 2006, pp. 213-235.
_________ y Víctor Gustavo Moloeznik. “La reforma al Código Penal
del Estado de Jalisco a la luz de los derechos humanos”, en Gaceta,
núm. 34, octubre-diciembre de 2003, Comisión Estatal de Derechos
Humanos.

125

ReporteJalisco1.indd 125 12/09/2006 01:21:12 p.m.


Muñoz Conde, Francisco. “El derecho penal del enemigo”, Conferencias
magistrales, Instituto Nacional de Ciencias Penales, México, 2003.
Nils, Christie. “Conf licts as property”, en British Journal of Criminology,
vol. 17, no. 1. 1977. pp. 1-15
Periódico Of icial El Estado de Jalisco, 22 de diciembre de 1993,
Guadalajara.
Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006,
Poder Ejecutivo Federal, México, 2001.
__________ Programa nacional de seguridad pública, México, 2003.
Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco. Robo de vehículos
de carga pesada, Guadalajara, 2003.
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (P N U D ). Informe sobre
desarrollo humano, en <http://saul.nueve.com.mx/estadisticas/estadis-
ticas.asp_f iles/apendice%202004_base1.xls>, México, 2004.
Ramírez Acuña, Francisco Javier. Segundo informe de gobierno, Poder
Ejecutivo del Estado de Jalisco, Guadalajara, 1° de febrero de 2003.
_________ Cuarto informe de gobierno, Poder Ejecutivo del Estado de
Jalisco, Guadalajara, febrero de 2005.
_________ Quinto informe de gobierno, Poder Ejecutivo del Estado de
Jalisco, Guadalajara, febrero de 2006.
Semanario Judicial de la Federación, “Orden de arraigo domiciliario.
Afecta la libertad personal”, novena época, 1a/J. 78/99, tomo X, pri-
mera sala, noviembre de 1999.
Superti, Héctor. Derecho Procesal Penal, Temas Conf lictivos, Editorial
Juris, Rosario, Argentina, 1998.
Tercera encuesta nacional sobre inseguridad 2005 (E N S I -3), en <www.icesi.
org.mx>, septiembre de 2005.
Universidad de Guadalajara, Gaceta Universitaria, nueva época, año 2,
núm. 319, p. 7.
Zaffaroni, Eugenio Raúl; et. al., Derecho penal, Ediar, Buenos Aires,
2000.
Zepeda Lecuona, Guillermo. “La prisión preventiva en México”, en Open

126

ReporteJalisco1.indd 126 12/09/2006 01:21:12 p.m.


society justice initiative (Serie Prisión Preventiva), en prensa, México,
2006.
_________ “Las cifras de la impunidad. La procuración de justicia penal
en México”, en Renglones, núm. 51, I T E S O , Tlaquepaque, mayo-agos-
to de 2002.
_________ Crimen sin castigo (procuración de justicia penal y Ministerio
Público en México), México, C I D A C /Fondo de Cultura Económica,
2004.
_________ Los desafíos de la seguridad pública en Jalisco, Grupo Espanda,
Guadalajara, 22 de febrero de 2006.

SITIOS DE INTERNET

<http://www.cidac.org>
<http://www.cedhj.org.mx>
<http://www.cndh.org.mx>
<http://www.icesi.org.mx>
<http://www.inegi.gob.mx>
<http://www.pgr.gob.mx>
<http://www.presidencia.gob.mx>
<http://www.transparenciamexicana.org.mx>

127

ReporteJalisco1.indd 127 12/09/2006 01:21:12 p.m.


ReporteJalisco1.indd 128 12/09/2006 01:21:12 p.m.
S obre lo s autore s

Marcos Pablo Moloeznik. Doctor en Derecho por la Universidad


de Alcalá de Henares, España. Profesor-Investigador del Centro
Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universi-
dad de Guadalajara, México. Es investigador nacional Nivel I del
Sistema Nacional de Investigadores. Su dirección electrónica es
<mmoloeznik@yahoo.es>.

Víctor Gustavo Moloeznik. Egresado con honores del Centro de


Estudios de Justicia de las Américas (C E J A ). Docente de Derecho
Penal I y Derecho Procesal Penal de la facultad de Derecho de la
Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Su dirección elec-
trónica es <vicmolo@hotmail.com>.

129

ReporteJalisco1.indd 129 12/09/2006 01:21:12 p.m.


ReporteJalisco1.indd 130 12/09/2006 01:21:12 p.m.
S ob re e l cidac

El Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C., es una institu-


ción dedicada al pensamiento y al estudio de la realidad mexicana
actual y sus problemas más apremiantes. Su objetivo es presentar
ideas en el debate público, plantear opciones viables que promue-
van el desarrollo del país, entendiendo el entorno mundial y las
tendencias en las que el país está inserto. Es también su objetivo
primordial proveer análisis, información y propuestas concretas
de política pública para la toma de decisiones. La institución con-
centra su trabajo en cuatro áreas temáticas: (1) Estado de dere-
cho y democracia; (2) Globalización y competitividad; (3) Econo-
mía del conocimiento; y (4) Comunidad de América del Norte. El
C I D A C está formado por profesionales especializados en distintas

ramas del conocimiento. Sus investigadores, a través del debate


libre e informado, generan propuestas viables, a mediano y largo
plazo, cuyo objetivo es contribuir al desarrollo democrático y eco-
nómico de México.

131

ReporteJalisco1.indd 131 12/09/2006 01:21:12 p.m.


Esta obra fue impresa bajo demanda el mes de septiembre
de 2006, en los talleres de Publidisa Mexicana S.A. de C.V.,
Chabacano No 69, Col. Asturias, C.P. 06850, México D.F.

ReporteJalisco1.indd 132 12/09/2006 01:21:12 p.m.

También podría gustarte