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Presentado por:
Castañeda Florez Valentina
García Yeimy Yhanet
Guzmán Laura Daniela
Rubio Moreno Alexa
Presentado a:
Alba Hidalgo
El 26 de noviembre del 2018 en China, el científico He Jiankui, aseguró haber creado a los
primeros bebés modificados genéticamente de la historia, lo que varios expertos han
considerado “nuevos humanos” e incluso “una práctica científica reprochable”.
El profesor de la universidad de Shenzhen, en China, anunció el nacimiento de gemelas
Lula y Nana, cuyo ADN fue modificado para que sean resistentes al virus del sida, nacieron
por fecundación in vitro de un embrión modificado antes de ser implantado en el útero de la
madre.
La modificación se realizó por medio de la inyección del esperma del marido en el óvulo,
un embriólogo inyectó una proteína Crispr-Cas9 encargada de modificar un gen para
proteger a las niñas de una futura infección de VIH.
El profesor recalcó que los participantes del experimento fueron voluntarios y tenían total
conocimiento del experimento.
Este caso abre la discusión de cómo regular y tener control en países en temas de
modificación genética. La declaración de Helsinki (1964) dispone guiar a los médicos y a
otras personas en la investigación biomédica, que involucre seres humanos. Se destaca que
es necesaria la investigación, pero que la preocupación principal deber ser siempre el
bienestar de los seres humanos, incluso por encima de la ciencia y de la sociedad.
En el caso de Colombia existe en el código penal los artículos 132, 133 y 134 lineamientos
sobre la investigación genética en el país. El primero sanciona a quienes manipulen genes
humanos “alterando el genotipo con finalidad diferente al tratamiento, el diagnóstico, o la
investigación científica relacionada con ellos en el campo de la biología, la genética y la
medicina, orientados a aliviar el sufrimiento o mejorar la salud de la persona y de la
humanidad”.
El segundo va contra quienes generen “seres humanos idénticos por clonación o por
cualquier otro procedimiento” y el tercero para el que “fecunde óvulos humanos con
finalidad diferente a la procreación humana, sin perjuicio de la investigación científica,
tratamiento o diagnóstico que tengan una finalidad terapéutica con respecto al ser humano
objeto de la investigación”.
Es indispensable que todos los centros de investigaciones tengan un comité de ética y que
formen un papel activo en todas las acciones que se realicen en el laboratorio.