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CUATRO DÉCADAS EN ECONOMÍA DE LA EDUCACIÓN

MANUEL SALAS VELASCO

RESUMEN. La Economía de la Educación es una disciplina relativamente nueva que en


los últimos años ha ido adquiriendo una mayor presencia tanto en la actividad inves-
tigadora como en la enseñanza universitaria —como asignatura troncal de la Licencia-
tura en Pedagogía—. Aunque el origen de esta rama de la Economía está estrecha-
mente vinculado a los trabajos empíricos sobre crecimiento económico realizados en
la década de los sesenta del siglo xx —demostrando el papel destacado de la educa-
ción como motor del progreso económico—, sin embargo hoy en día también dirige
su atención hacia otros temas, como la financiación de la educación, el estudio de
las relaciones educación-empleo, la demanda educativa o la evaluación de la efi-
ciencia productiva de los centros educativos. El presente artículo expone las princi-
pales contribuciones a la literatura económica de esta rama del conocimiento, desde
su nacimiento en la década de los sesenta hasta la actualidad.
AzsrRAcr. Education economics is a relatively new discipline that has reached a
greater presence both in research and in university education in the last years -as a
main subject for degree in pedagogy. Although the origin of this branch of eco-
nomy is closely linked with empirical studies on economic growth carried out in
the 20th century's sixties -clemonstrating the outstanding role of education as a
clriving force for economic progress- nowadays it focuses its atention on other
questions such as the financing of education, the study of education-employment
relations, educational demand, or assessment of educational establishments lucra-
tive efficiency. This article sets out this branch's main contributions to economic li-
terature, from its birth in the sixties to the present.

INTRODUCCIÓN ker (1964) o Mincer (1958, 1974), contem-


plan, sin embargo, el proceso educativo
Las interrelaciones existentes entre los pro- como una inversión. El supuesto central de
cesos educativos y la actividad económica la »Teoría del capital humano» es que los
han estado presentes en la literatura econó- individuos invierten en educación para
mica desde el nacimiento de la propia Cien- conseguir incrementar sus capacidades pro-
cia Económica (Smith, 1776). Pero la educa- ductivas individuales; estos incrementos de
ción, hasta la formalización de la « teoría del productividad se traducirán en mayores ren-
capital humano» (Schultz, 1960), fue consi- tas salariales en el futuro.
derada por los economistas principalmente Estimulados por las obras de estos pre-
como un bien de consumo. Las aportacio- cursores, otros destacados economistas
nes de los economistas del capital huma- como Blaug (1968, 1969, 1976, 1981, 1985),
no», como Schultz (1960, 1961a, 1963), Bec- Hanushek (1979, 1986), Psacharopoulos

(*) Universidad de Granada.


Revista de Educación, núm. 328 (2002), pp. 427-449 427

Fecha de entrada: 05-03-2001 Fecha de aceptación: 02-08-2001
(1987, 1994, 2000), Levin (1991, 1994), ción de las personas sobre la productividad
Oosterbeek (1991), Carnoy (1995) y More- y sobre el crecimiento económico3. La con-
no Becerra (1998), entre otros, han des- ferencia de Theodore Schultz constituye
arrollado y completado aquellos trabajos para muchos «el acta de nacimiento» de la
pioneros produciendo bin importante cor- Economía de la Educación. Sin embargo,
pus bibliográfico, y contribuyendo todos las reflexiones sobre el papel económico de
ellos a desarrollar una nueva rama de la la educación no eran nuevas, puesto que
Economía: la Economía de la Educación'. los preclásicos comprendieron claramente
La Economía de la Educación es una la importancia de la educación en la pro-
disciplina relativamente nueva. El propio ductividad del trabajo, y los clásicos la de la
Mark Blaug reconoce que en 1962, cuando formación del trabajador y las repercusio-
el director del Instituto de Educación de la nes sobre su productividad.
Universidad de Londres le habló de que Entre los preclásicos William Petty se
había sido incapaz de cubrir una vacante en esfuerza, en sus Escritos sobre Economía,
este campo, «nunca había oído hablar de por demostrar que la «riqueza» de un país
algo que se llamara la Economía de la Edu- depende fundamentalmente del nivel de
cación'« (Blaug, 1994, pág. 19). Sin embar- conocimientos de sus habitantes. Pero fue
go, y como iremos viendo a lo largo de este
artículo, los avances realizados en el análi- ya el escocés Adarn Smith quien considera
sis económico de los problemas relaciona- en La riqueza de las naciones las habilida-
dos con la educación han sido notables en des (destrezas) de la fuerza laboral como
las cuatro últimas décadas del siglo ,oc. factor determinante del progreso económi-
co. En su definición de capital fijo también
incluye al capital humano, que consta «de
EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO las aptitudes adquiridas y útiles por todos
ECONÓMICO EN ECONOMÍA los habitantes o miembros de la sociedad.
DE LA EDUCACIÓN La adquisición de dichos talentos, median-
te el estudio y el aprendizaje, implica siem-
PRECURSORES pre un gasto real, destinado a la prepara-
ción del sujeto que los adquiere, y viene a
Theodore Schultz, profesor de Economía ser un capital fijo, invertido en su persona.
de la Universidad de Chicago, acuña la Así como estos talentos forman parte del
expresión «capital humano» 2 en una confe- patrimonio del individuo, de igual suerte
rencia pronunciada en 1959. Este término, integran el de la sociedad, a la cual aquél
que posteriormente desarrollaría en la 73a pertenece. La destreza perfeccionada de un
Reunión de la American Economic Associa- operario se puede considerar bajo el mis-
tion (diciembre de 1960), ha trascendido las mo aspecto que una máquina o instrumen-
fronteras del ámbito económico, siendo to productivo, que facilita y abrevia el tra-
ahora mismo sinónimo de educación o for- bajo, y, no obstante ocasionar algunos gas-
mación. Con esta expresión Schultz quería tos, los retorna, acompañados de un bene-
resaltar la importancia que tiene la forma- ficio» (Smith, 1987, pág. 255).

(1) -La Economía de la Educación (...) estudia las relaciones existentes entre el sistema educativo y la
estructura económica. Esta rama del conocimiento dedica especial atención a analizar las complejas interaccio-
nes entre el modelo general de desarrollo socioeconómico dominante y la naturaleza de las reacciones con las
que responde el sistema educativo . (Mora, 1989, pág. 13).
(2) -Humano., porque está incorporado al hombre, y -capital-, porque es fuente de satisfacciones futuras,
de ganancias futuras o de ambas cosas (Schultz, 1961a).
(3) Becker (1993a, pág. 3) se ha referido más recientemente al concepto de capital humano: -Son capital no
sólo una cuenta bancaria, una planta de laminación o una cadena de montaje, sino también la escolarización, el
aprendizaje que entraña llegar a programar un ordenador o las vacunas contra las enfermedadcles. Capital signifi-
ca que tiene durabilidad, que duran largo tierno, producen riqueza, son productivos y dan servicios. Por tanto, la
inversión en educación, en formación en el lugar de trabajo y en salud, también son capital, ya que ayudan a
aumentar las ganancias, la productividad y la salud de quien recibe este tipo de capital y, normalmente, durante
toda su vida. En lo que difieren de otras formas de capital es en que están ligadas al individuo, y son parte de él..

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Aunque Adam Smith no estima el valor observar el interés que manifiestan por el
del capital humano, sin embargo cree fir- componente humano de la formación de
memente que la producción de este tipo de capital. Pero todos ellos se basan en una
capital produce en los individuos un rendi-
visión microeconómica, es decir, estudian
miento considerable en la forma de mayo- la influencia de la educación en la produc-
res ingresos a lo largo de la vida. Además,
tividad individual del trabajador, y no sobre
mantiene que los beneficios de la educa- el desarrollo económico general. Este últi-
ción se extienden también a toda la socie-mo aspecto no empieza a considerarse has-
ta los años cincuenta del siglo )oc , cuando
dad, evitando en particular la corrupción y
la degeneración, y, por tanto, «los gastoslos economistas no explican totalmente el
crecimiento económico de un país, exis-
que supone el sostenimiento de las institu-
ciones religiosas y de enseñanza (...) se tiendo un «factor residual« que justificaría el
pueden enjugar, sin cometer injusticia algu-
crecimiento no explicado por los factores
na, mediante una contribución general de económicos tradicionales.
todo el país» (Smith, 1987, pág. 717). El origen del -análisis del factor resi-
Las ideas estimulantes de Adam Smithdual» está en el trabajo de Solow (1957),
en La riqueza de las naciones van a tener cuya finalidad era llegar a establecer el
escasos efectos entre los economistas poste-
efecto que sobre la función agregada de
riores del siglo xtx y primera mitad del siglo
producción tenía cada uno de los factores
xx, con algunas excepciones importantes que en ella intervenían, intentando separar
como las de John Stuart Mill, Alfred Marshall
la contribución al crecimiento debida a los
o Irving Fisher. En su obra Principios de Eco-
dos inputs tradicionales, trabajo y capital,
nomía Política, John Stuart Mill defiende, al
de aquella achacable a otros elementos no
igual que Adam Smith, que la cualificacióntenidos en cuenta hasta entonces. Así,
de la fuerza de trabajo tiene un papel esen-
Solow (1957) obtiene que el 12,5% del cre-
cial en la determinación de la «riqueza», aun-
cimiento económico de los Estados Unidos
que para él —y en esto discrepa de los plan-
entre 1909 y 1949 era atribuible a la acu-
teamientos de Adam Smith— en el terreno mulación de capital y trabajo, siendo el res-
educativo los mecanismos de mercado no tante 87,5% atribuible al «factor residual»,
funcionan eficazmente. Por su parte, el eco-
que él denominó «progreso técnico«.
nomista neoclásico Alfred Marshall también Pero, ¿en qué forma podía la educa-
adopta en su obra Principios de Economía ción contribuir al crecimiento económico?
la posición básica de Adam Smith de que Los trabajos pioneros de Schultz (1961b) y
«un hombre educado puede compararse Denison (1962) intentan responder a esta
con una máquina cara», aunque excluye al pregunta. El trabajo de Schultz (1961b)
capital humano de su definición de «riqueza»
puso de manifiesto cómo una proporción
y «capital». Por último, Irving Fisher introdu-
importante de la tasa de crecimiento del
ce en La naturaleza del capital y la renta el
output de los Estados Unidos se debía a la
componente humano del capital, haciendo inversión en educación, explicando el cre-
posible la aplicación de término capital cimiento del producto nacional del 16,5%
–todo stock de recursos que permiten origi-al 20% entre 1929 y 1957. En el caso de
nar futuros flujos de ingresos– a las perso-
Denison (1962) se observa una tasa de cre-
nas. cimiento económico de los Estados Unidos
entre 1929 y 1957 del 2,93%: 1,57 puntos
porcentuales atribuibles al factor trabajo;
CONSOLIDACIÓN: DÉCADA DE LOS SESENTA 0,43 al factor capital; y 0,93 puntos porcen-
tuales quedarían sin explicar como «factor
En las obras de William Petty, Adam Smith residual«. Denison (1962) desagrega este
o John Stuart Mill, entre otros, se puede -factor residual .: 0,35 puntos porcentuales

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para las economías de escala; y 0,58 puntos Por tanto, durante los primeros años de
porcentuales para la contribución del pro- los sesenta todos estos trabajos de Theo-
greso de los conocimientos.4. dore Schultz, Edward Denison y Gary Bec-
Estos estudios precursores de Schultz ker, entre otros, fueron dando cohesión y
(1961b) y Denison (1962), demostrando coherencia a toda una teoría sobre las
que el gasto en educación no era básica- inversiones en capital humano, es la -revo-
mente de consumo, sino más bien una lución» del capital humano. La »Teoría del
inversión en capital humano que incre- capital humano» proporciona la razón de
menta la capacidad del trabajo para produ- ser a la expansión masiva de los gastos en
cir bienes materiales, 'incomodan, a educación de la mayoría de los países. Si
muchos economistas de la época que con- los gastos en educación contribuían al cre-
sideraban —como se había hecho hasta cimiento económico, los gobiernos podrí-
entonces, con matizadas excepciones— la an, además de satisfacer la demanda edu-
educación como un mecanismo para con- cativa de su población, contribuir al mis-
seguir una sociedad más justa e igualitaria, mo tiempo al crecimiento del producto
y no como medio para mejorar la producti- nacional. Todo el mundo aclama la obra El
vidad de trabajo. capital humano de Gary Becker por los
Un segundo grupo de estudios empíri- nuevos horizontes que abría con respecto
cos sobre la educación, en tanto que inver- al comportamiento del mercado educativo
sión en capital humano, se enmarca en el y laboral. Eran tiempos en que todo deba-
análisis microeconómico, estableciendo te acerca de la planificación educativa
una correlación entre educación e ingresos: giraba en torno al «análisis de las tasas de
aumento en los ingresos de aquellos indivi- rendimiento», son los »años dorados» de la
duos que acumulan mayor cantidad de Economía de la Educación. Un buen ejem-
educación, porque ésta incrementa la pro- plo de ello está en la cantidad de artículos,
ductividad de las personas. Aquí destacan libros e investigaciones aparecidos: 792
los trabajos pioneros de Becker (1960, según Blaug (1966); cuatro años más tarde
1962), publicados posteriormente en 1964 este número había crecido hasta 1.350
en la extraordinaria obra El capital huma- (Blaug, 1970).
no, demostrando que la inversión en capital El marco metodológico y doctrinal del
humano era rentable, y su rentabilidad era »capital humano» sienta las bases para
mayor que la de la inversión en capital físi- visiones más productivistas de las relacio-
co. La usa de rendimiento se obtiene igua- nes entre educación y economía. Los «eco-
lando los costes del proceso educativo con nomistas del capital humano. presentan el
los futuros incrementos de ingresos que proceso educativo como una inversión
obtienen los individuos que reciben una —las personas invierten en sí mismas—, y, al
educación adicional —costes e ingresos des- igual que con el capital físico, también
contados de manera adecuada para que estiman o cuantifican la rentabilidad de la
reflejen el hecho de que se producirán en el inversión educativa (Hansen, 1963; Bec-
futuro—. Concretamente, usando datos del ker, 1964). Sin embargo, uno de los puntos
Censo estadounidense de 1950, Becker débiles del »modelo del capital humano» es
(1964) estima una tasa de rendimiento de la si realmente toda la diferencia en ingresos
educación universitaria del 13%. de los individuos con distintos niveles

(4) Otra aportación también relevante, aunque ya en los años setenta, fue la de Psacharopoulos (1973).
Según sus cálculos, y para el período 1960-65, la contribución de la educación al crecimiento económico fue
del 25% en Canadá, entre el 15% y el 18% en Estados Unidos, entre el 8,4% y el 12% en Gran Bretaña, y del
2% en Alemania, entre otros países considerados.

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educativos puede atribuirse exclusivamen- La .Teoría del capital humano . impreg-
te a la educación. Sin duda, uno de los na también diversos campos del análisis
problemas más importantes lo plantea la laboral. El destacado economista Jacob
existencia de una supuesta correlación Mincer ayuda a revelar el contenido teórico
positiva entre educación y capacidad de la .teoría del capital humano. mediante
(habilidad): los individuos más capaces el análisis empírico de los determinantes
invierten más años en educación. La medi- de los ingresos, y las fuentes y naturaleza
ción de la capacidad mediante el cociente de la desigualdad de la distribución perso-
intelectual (IQ) de bachilleres y universi- nal de la renta. También fue precursor en el
tarios sugiere que la capacidad de estos estudio de las decisiones de participación
últimos es mucho mayor que la de los pri- en la fuerza laboral de las mujeres casadas.
meros (Becker, 1964). En este caso, se Sin duda, y como cita Rosen (1992, pág.
argumenta que la verdadera tasa de rendi- 157): ha sido un pionero en usar ideas
miento de la educación está fuertemente microeconómicas para analizar problemas
sobrevalorada. Becker (1964) mantiene empíricos de gran importancia, y junto con
que la tasa de rendimiento sería mayor del Gregg Lewis, Gary Becker y otros pocos,
10% después de controlar por la habili- ha transformado la Economía Laboral en
dad. una de las áreas más fructíferas de la eco-
Dentro del contexto de la «Teoría del nomía aplicada .. Su obra Schooling, Expe-
capital humano. la sociedad se beneficia rience and Earnings, publicada en 1974, se
también de la inversión en educación. Así, convierte en un auténtico best-seller, sien-
se pueden señalar diversos beneficios do una de las obras más influyentes en
sociales derivados de aumentar el nivel Economía de la Educación y en Economía
educativo del conjunto de la población de Laboral. En esta obra Mincer (1974) desa-
un país: descenso de la delincuencia, rrolla una . función de ingresos de capital
aumento de la participación social en los humano. apoyándose tanto en la obra de
asuntos públicos, etc. En la diferenciación Becker (1964) sobre la tasa de rendimiento
de tasas de rendimiento sociales y privadas de la inversión en capital humano, como
Becker (1964) señala que: en la asignación óptima de la inversión
Los beneficios económicos sociales de la sobre el tiempo debida a Ben-Porath
educación, los beneficios para la sociedad y (1967).
no los del individuo, pudieran diferir de los La función de ingresos propuesta por
privados debido a la existencia de diferen- Mincer (1974) es una función semilogarít-
cias entre los costes y los rendimientos mica, de tal forma que los ingresos que
sociales y privados. Los economistas (y
alcanza el individuo varían linealmente con
otros especialistas) normalmente no han
tenido mucho éxito a la hora de calcular los el tiempo invertido en educación, y cua-
efectos sociales de los diferentes tipos de dráticamente con la experiencia. El coefi-
inversión y, desgraciadamente, la educa- ciente estimado por . mínimos cuadrados
ción no es una excepción. Es posible, sin ordinarios, asociado a la variable educa-
embargo, establecer límites mínimos y ción se puede interpretar como la tasa de
máximos a esos efectos, lo que permite rendimiento privada de un año adicional
ignorar algunas de las afirmaciones más en educación (TIR) —que no tiene en cuen-
fantasiosas que se han hecho sobre los ta el nivel educativo al que se refiere este
efectos de la educación
año de educación—. En relación con los
(Becker, 1983 , pág. 214).
coeficientes asociados a la experiencia y al
Los cálculos de Becker sugerían un cuadrado de ésta, se esperan coeficientes
12,5% como límite mínimo y un 25% de estimados positivo y negativo, respecti-
límite máximo. vamente. Esto vendrá a indicarnos que

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unidades adicionales de tiempo en expe- CORRIENTE CREDENCIALISTA
riencia llevan a mayores ingresos, pero que
cada año de experiencia tiene un efecto Un primer grupo de estas críticas provie-
sobre los ingresos menor que el anterior. nen desde dentro del propio seno de la
Sin duda, una innovación importante resul- «Teoría del capital humano»; nos referimos
tante de la obra de Jacob Mincer, en com- a la «corriente credencialista». Para los prin-
paración por ejemplo con el trabajo de cipales autores de esta corriente —como
Becker (1964), es que ahora el énfasis se Arrow (1973), Spence (1973) o Stiglitz
pone en la experiencia laboral, en lugar de (1975)— los mayores ingresos salariales de
la edad, como indicador de la formación en los «más educados» no son, necesariamen-
el empleo. te, un reflejo de una mayor capacidad pro-
ductiva debida a la educación, sino más
bien lo que se observa es que la educación
DESARROLLO POSTERIOR: funciona como un mecanismo de selección
DÉCADA DE LOS SETENTA en un mercado de trabajo .caracterizado
por la información imperfectá. Los emplea-
Los primeros años de la década de los dores utilizan la educación como «filtro»
setenta presenciaron un profundo cambio para situar a los más «educados» en los
en el papel dominante que la Economía de mejores puestos (y con mayores salarios),
la Educación había jugado en la década dado que su mayor nivel educativo es una
anterior. Preocupados por la inflación y «señal» de mayor habilidad, y el nivel de
por el paro juvenil —o, incluso, por el exce- habilidad está correlacionado con la pro-
so de preparación académica que habían ductividad.
alcanzado los individuos de algunos paí-
ses—, la mayoría de los gobiernos recorta-
ron los presupuestos educativos. Además, CORRIENTE INSTITUCIONALISTA
varios informes influyentes como Lear-
fing to Be (Fauré et al., 1972) sostenían El segundo grupo de críticas proviene de la
que el prevaleciente sistema educativo era «corriente institucionalista». Para autores
considerablemente disfuncional. Asimis- institucionalistas como Doeringer y Piore
mo, se cuestiona hasta qué punto los estu- (1971, 1983), y Thurow (1975, 1983), la
dios de previsión de fuerza de trabajo a productividad está en el puesto de trabajo
largo plazo (manpower planning), que y no en los individuos como implícitamen-
proliferaron en la década de los sesenta te supone la «Teoría del capital humano».
auspiciados por la «revolución» del capital Para las «teorías institucionalistas» (lado de
humano, son exactos, y si no son más que la demanda de trabajo) los empleadores
simples conjeturas (Ahamad y Blaug, hacen una valoración de puestos asignán-
1973). En definitiva, la posición ocupada doles un salario: los salarios van «adheri-
por los economistas en la elaboración de dos» a los puestos.
las políticas educativas fue durante la
década de los setenta menos destacada
que el protagonismo que tuvieron en los ECONOMISTAS RADICALES
sesenta.
Pero tal vez los cambios más significa- Finalmente, una tercera crítica procede de
tivos en la Economía de la Educación se los economistas radicales Samuel Bowles y
deban a las críticas a la «Teoría del capital Herbert Gintis. La publicación en 1976 de
humano« procedentes de diversas corrien- su obra Schooling in Capitalist America
tes de pensamiento. desafia claramente al «enfoque del capital

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humano», y ha llegado a convertirse en la • Existen determinadas variables omi-
referencia bibliográfica más habitual sobre tidas en la función de ingresos de
el pensamiento radical en Economía de la capital humano —por ejemplo la
Educación. Bowles y Gintis (1976) afirman habilidad o capacidad del individuo
que los «economistas del capital humano« que se supone positivamente corre-
se equivocan al afirmar que el valor eco- lacionada con la educación—;
nómico de la educación se debe entera- • No se mide correctamente la canti-
mente a los efectos del aprendizaje cogni- dad de educación;
tivo adquirido en el sistema educativo. • La educación se trata como una
Según ellos, en la mayoría de los trabajos el variable exógena.
desempeño eficaz depende muy poco de
los conocimientos directamente utilizables,
y mucho más de ciertos rasgos de persona- ¿DÓNDE ESTAMOS HOY EN ECONOMIA DE LA
lidad no cognitivos como la responsabili- EDUCACIÓN? DESARROLLOS MÁS RECIENTES
dad, la autoestima o la capacidad de lide- Y ESTADO ACTUAL
razgo.
Sin embargo, todas estas críticas no van En las décadas de los ochenta y noventa la
a hacer que la Economía de la Educación Economía de la Educación aparece conso-
sufra un impasse en su desarrollo como lidada ya como un cuerpo de análisis que
rama especializada de la Economía. Prueba adquiere notable autonomía, y que ve
de ello está en que en 1976 el total de obras ampliado su campo de investigación tradi-
(artículos, libros, etc.) en este campo cional, como la contribución de la educa-
ascendía ya a 2.000, según Blaug (1978). ción al crecimiento económico o los efec-
Además, obras como la de Mincer (1974) tos de la educación sobre los salarios y la
estimularán durante las décadas posterio- distribución de la renta, hacia otros terre-
res, hasta llegar a nuestros días, un impor- nos (Eicher, 1988; Levin, 1989; Psacharo-
tante volumen de investigación empírica poulos, 2000).
de los determinantes de la oferta de traba- Efectivamente, a partir de la aparición
jo y el cálculo de las tasas privadas de ren- del Informe Coleman han sido numerosos
tabilidad, lo que vendría a demostrar que la los estudios preocupados por explicar el
«teoría del capital humano» y las regresio- proceso de producción que se lleva a cabo
nes explicativas de los ingresos nunca deja- en los centros educativos, identificando la
ron de ser paradigmas válidos para el estu- «función de producción educativa .: rela-
dio de los efectos de la educación en la ción que vincula inputs educativos (profe-
economía. sorado, tamaño de las clases, gastos por
El trabajo de Mincer (1974) es, quizás, alumno, etc.) con output (resultados aca-
una de las pocas obras aparecidas en Eco- démicos). El trabajo inicial de Coleman et
nomía de la Educación que ha sobrevivido al. (1966) llegaba a una conclusión sor-
a un examen intenso y refinamiento conti- prendente: sólo entre un 5% y un 10% de la
nuo a lo largo de los años. De hecho, y a varianza en los resultados académicos se
partir de este trabajo, buena parte de la lite- podía atribuir a los recursos educativos uti-
ratura sobre rendimientos de la educación lizados en los centros de enseñanza; la
se ha centrado en tratar de estimar el ren- varianza restante vendría explicada, funda-
dimiento libre de los sesgos que éste mentalmente, por el contexto sociofamiliar
pudiera captar cuando no se tienen en y por las aptitudes del alumno.
cuenta determinados problemas economé- La limitada incidencia del centro edu-
tricos, mencionados por Griliches (1977, cativo en los resultados académicos fue el
1979). Estos sesgos surgirían cuando: denominador común de las conclusiones a

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las que llegaron la gran cantidad de traba- rrollados como en vías de desarrollo. Por
jos sobre producción educativa posteriores tanto, es lógico que los temas relacionados
al Informe Coleman, y que fueron resumi- con la provisión (producción) y financia-
das por Hanushek (1986). Sin embargo, en ción de la educación (obligatoria y posto-
la década de los noventa ha habido avan- bligatoria) se hayan convertido en temas
ces importantes en la técnica estadística del clave para la investigación en Economía de
«meta-análisis» que, aplicada a los mismos la Educación.
estudios usados por Hanushek (1986), per- Hace ya casi cincuenta años Milton
mite concluir que los recursos o inputs Friedman propuso una forma «radical« de
escolares sí que ejercen un efecto positivo financiar la educación obligatoria (Fried-
en los logros académicos (Hedges et al., man, 1955): los padres recibirían un «vale
1994)5 . Además, tras la publicación del educativo» (educational voucher) que
influyente trabajo de David Card y Alan podrían usar para pagar los derechos de
Kueger (1992), demostrando que existe matrícula en el colegio elegido para sus
una asociación positiva y significativa entre hijos. La idea de un programa de vouchers,
la calidad de las escuelas —medida por al menos en teoría, es sencilla: en lugar de
medio de índices tales como la ratio alum- conceder directamente a los colegios sub-
nos/profesor o los salarios de los profeso- venciones para que impartan la enseñanza,
res— y los ingresos obtenidos en el merca- los gobiernos conceden a los consumido-
do laboral por los estudiantes, buena parte res (padres) un vale (bono o cheque) que
de los trabajos de investigación de los últi- pueden utilizar en el colegio que prefieran
mos años se centran en analizar la influen- (Cohn, 1997; Levin, 1998)7. Los defensores
cia que ejerce la calidad de la educación de la implantación de este tipo de progra-
recibida sobre los ingresos de los indivi- mas sostienen que los vouchers incremen-
duos (Betts, 1995, 1996a, 1996b; Grogger, tarán la competencia entre las escuelas y,
1996; Heckman et aL, 1996; Johnson y Staf- por tanto, mejorará la calidad de todas
ford, 1996; Card y Krueger, 1998). ellas, públicas y privadas (Friedman, 1955;
Igualmente, buena parte del debate ha Friedman y Friedman, 1979; Lieberman,
girado en torno a cuál debe ser la intensi- 1989; Chubb y Moe, 1990). Pero hasta el
dad y extensión de la intervención pública momento, y a pesar de seguir siendo éste
en el terreno educativo. Por ejemplo, si la un tema de gran interés (también contro-
provisión de la educación debe realizarla el vertido) entre investigadores de la educa-
Sector Público directamente o, por el con- ción y responsables políticos, han sido
trario, es mejor dejarla en manos de la ini- muy pocos los gobiernos que han puesto
ciativa privada, aún corriendo la financia- en práctica los «vales educativos« como ins-
ción de la enseñanza a cargo del erario trumento de financiación.
(Chubb y Moe, 1990; Coons y Sugarman, En el caso de la educación postobliga-
1992)6. La educación constituye una de las toria —y en concreto la universitaria— el
políticas de gasto público más importantes esquema de financiación es más com-
en la mayor parte de los países, tanto desa- plejo, ya que hay que diseñar adecuados

(5) Otro trabajo interesante es el de Barro y Lee (1997), que muestra cómo los inpuu familiares y los re-
cursos escolares se relacionan con los resultados académicos.
(6) La puesta en préctica de la fórmula de finnciación pública y producción privada se lleva a cabo, en
muchas situaciones, a través de conciertos o compras al sector privado de los correspondientes servicios edu-
cativos.
(7) Por ejemplo, en 1990 el Estado de Wisconsin (USA) instituyó un programa de este tipo para posibilitar
que los hijos de familias pobres tuviesen la oportunidad de asistir a escuelas privadas (RousE, 1997).

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instrumentos de Financiación, tanto para las educación que, según ellos, son necesarios
instituciones de Educación Superior como para desempeñar su tarea adecuadamente,
para los estudiantes, haciendo especial hin- así como el nivel educativo que poseen. La
capié en la evaluación de sus niveles de efi- segunda metodología consiste en compa-
ciencia y equidad (Albrecht y Ziderman, rar el nivel educativo del trabajador con su
1992; Oosterbeek, 1998). El extraordinario nivel laboral: »método objetivo. (Rumber-
crecimiento que la Enseñanza Universitaria ger, 1981, 1987; Verdugo y Verdugo, 1989;
ha experimentado en todos los países en Groot, 1993). El nivel laboral se determina
los últimos veinte años ha motivado la apa- fijando los requerimientos educativos de
rición de un importante número de estu- las distintas ocupaciones —por medio de un
dios sobre financiación, principalmente en análisis o descripción de puestos de tra-
la década de los noventa (Williams, 1992; bajo—, que se suponen vienen determina-
Kaiser et al., 1993; Comisión Europea, dos por las tareas del puesto y no por las
1999). características del trabajador que lo desem-
Otro tema de investigación típico en peña.
Economía de la Educación, y al que se le Junto con los nuevos temas que se van
ha prestado un especial interés —tanto des- incorporando a la investigación educativa
de un punto de vista teórico como empíri- conviven viejos debates en Economía de la
co— durante los últimos años, es el fenóme- Educación, como la contribución de la
no de la «sobreeducación»: aquella situa- educación al crecimiento económico, avi-
ción en la que los individuos de la fuerza vados ahora por los trabajos del profesor
laboral trabajan en empleos en los que no Paul M. Romer quien da nuevas claves
hacen pleno uso de su educación formal sobre el crecimiento, otorgándole un papel
(Freeman, 1976; Tsang y Levin, 1985; Har- determinante a la educación, y que le con-
tog y Oosterbeek, 1988; Kiker et al., 1997). vierten en el creador de la «nueva teoría del
El trabajo reciente de Groot y Maassen van crecimiento económico . (Romer, 1986,
den Brink (2000), a partir de los resultados 1990). La mayoría de los trabajos empíricos
de los principales estudios realizados en subsiguientes revelan la existencia de una
este terreno, revela que la incidencia global relación directa entre capital humano, pro-
de la sobreeducación en el mercado labo- ductividad y crecimiento (Mankiw et al.,
ral es el 26% (porcentaje de trabajadores 1992; De la Fuente, 1995; Barro, 1997,
sobreeducados); porcentaje que no ha 1999). Por ejemplo, el trabajo de Mankiw et
cambiado significativamente desde los al. (1992) y el de De la Fuente (1995) des-
años setenta. tacan el papel de la educación en el creci-
Para averiguar si un trabajador está o miento económico: la educación represen-
no »sobreeducado. debe determinarse la ta entre el 15% y el 23% de la renta per
educación requerida por el puesto donde cápita. Pero una objeción a estos trabajos
está trabajando y compararla con la educa- es que no tienen en cuenta el efecto feed-
ción que posee. Son dos las metodologías back capital humano-crecimiento, es decir,
principalmente utilizadas en los estudios mayor educación implica mayor crecimien-
empíricos. La primera de ellas consiste en to, pero a su vez el crecimiento de la renta
preguntarle directamente a los trabajadores permite aumentar los niveles de educa-
sobre la relación existente entre su educa- ción. Para analizar este efecto Freire-Serén
ción y la educación requerida por sus (2001) estima un sistema de ecuaciones
empleos: .método subjetivo» (Oosterbeek, simultáneas, usando variables instrumenta-
1991; Sicherman, 1991; Alba-Ramírez, les, demostrando, por un lado, que el nivel
1993). Mediante el uso de encuestas los tra- de renta tiene un efecto positivo y signifi-
bajadores se pronuncian sobre los años de cativo en el proceso de acumulación de

435
capital humano y, por otro lado, que el Barro, economista de la Universidad de
capital humano tiene un efecto positivo y Harvard, y Jong-Wha Lee, de la Universi-
significativo en el crecimiento de la renta. dad de Corea (Barro y Lee, 1993, 1996,
De no considerar esta simultaneidad las 2001). En 1993 publican un estudio compa-
estimaciones estarían sesgadas. rativo sobre -rallos educativos» referidos a
Sin embargo, los economistas, aún 129 países pará. el período comprendido
reconociendo el importante papel del capi- entre 1960 y 1985. El análisis se refería a la
tal humano en la explicación del creci- proporción de hombres y mujeres de más
miento, cuestionan si en todos estos traba- de 25 años que había completado diferen-
jos el capital humano —y en concreto la tes niveles académicos. Pero una limitación
cantidad de educación— se está midiendo del trabajo de Barro y Lee (1993) es la no
correctamente. Hay al menos tres enfoques consideración de la calidad diversa de la
para medir el stock de capital humano educación —los centros educativos en un
(OCDE, 1999). país son mejores que en otros—. En actuali-
—El primero de ellos es usar el nivel zaciones posteriores de su trabajo los pro-
más alto de educación completado pios autores tratan de medir la calidad de la
por cada adulto (o logro educativo enseñanza (Barro y Lee, 1996, 1997), pero
de la población) como una aproxi- las medidas utilizadas siguen siendo indi-
mación a la cantidad de capital rectas. Por ejemplo, recogen información
humano. El logro educativo puede respecto a ratios alumnos/profesor, gasto
expresarse, bien como la proporción público en educación y sueldos de los pro-
de adultos que han completado cada fesores. Pero ninguno de estos criterios
ciclo educativo, bien como el núme- resulta para otros autores un indicador
ro promedio de años de educación convincente de lo que se puede considerar
completada'. «calidad de la educación». Ademas, incluso
—Una medida alternativa para medir el en el caso de que ésta última pudiera
stock de capital humano es evaluar medirse adecuadamente con esos procedi-
directamente las habilidades (aptitu- mientos, los resultados no serían muy
des) de la población adulta. Los explícitos, al no distinguir entre tipos de
resultados del IALS (International educación. Individuos que han permaneci-
Adult Literacy Survey) proporcionan do cinco años en la universidad estudian-
un enfoque nuevo en la medición de do, por ejemplo, Filosofía, probablemente
las habilidades y competencias en cuenten con menos «capital humano pro-
un contexto internacional. ductivo» si se les compara con aquellos
—Finalmente, el tercer enfoque consis- otros que han permanecido durante el mis-
te en observar las diferencias en los mo tiempo estudiando, por ejemplo, Inge-
ingresos de la población adulta, aso- niería Informática.
ciadas con características individua- Una manera de superar tales dificulta-
les particulares, para estimar el valor des, que se enmarcaría dentro de la tercera
agregado del stock de capital huma- metodología propuesta por la OCDE
no. (1999), sería medir el capital humano vía
salarios. Así, Casey Mulligan y Xavier Sala-i-
Uno de los mejores intentos de medi- Martin elaboran un «índice de capital huma-
ción de la educación siguiendo la primera no» basado en rentas salariales. La idea es
metodología es el que llevan a cabo Robert que el volumen de capital humano de una

(8) Educación formal definida según el sistema de clasificación ISCED (International Standard Classifi-
cation of Education).

436
persona debe verse reflejado en lo que Naturalmente, y aunque hasta ahora
gana. Este enfoque tiene la ventaja de hemos venido identificado capital humano
poner de manifiesto las diferencias del tipo con educación, la inversión en educación
de escolaridad. Aquellos individuos que es solamente una de las muchas formas de
han estudiado materias «económicamente inversión en capital humano. Por ejemplo,
productivas., deberían ganar más que los las inversiones hechas por los padres en la
trabajadores sin cualificación alguna o que, crianza y educación de sus hijos, o la for-
aún contando con estudios, hubieran estu- mación de los trabajadores en sus puestos
diado, como en el ejemplo anterior, Filoso- de trabajo, son también inversiones en
fía. Asimismo, estos autores también tienen capital humano; temas éstos particular-
en cuenta las mejoras de capital humano mente importantes en estudios aplicados
que se producen en el mismo puesto de tra- en Economía de la Educación. En el primer
bajo (Mulligan y Sala-i-Martin, 1995). Sin caso, los resultados de dichos estudios
embargo, esta metodología también pre- indican una fuerte correlación negativa
senta sus limitaciones. Las medidas del entre la calidad y la cantidad de hijos (Bec-
stock de capital humano basadas en los ker, 1981; Becker et al., 1990; Hanushek,
ingresos laborales solamente tienen en 1992); ello pone de manifiesto la presencia
cuenta el valor de mercado de dicho capital de un efecto sustitución entre ambas varia-
humano; pero los beneficios no monetarios bles —los padres sustituyen cantidad de
de la educación son también importantes hijos por calidad de los mismos—, confir-
(Michael, 1973; Haveman y Wolfe, 1984; mándose la hipótesis fundamental que
Wolfe y Zuvekas, 1997), y por consiguiente subyace en el análisis económico de la
deberían ser también tenidos en cuenta9. A fecundidad"). Obviamente, el nivel educa-
este respecto destacan las estimaciones de tivo de los padres (principalmente el de la
inversión en educación llevadas a cabo por madre) juega un papel determinante en la
Dale Jorgenson y Barbara Fraumeni (1989). elección del número de hijos: cuanto
Estos autores estiman para Estados Unidos mayor sea el nivel educativo de la madre,
el valor del capital humano en términos de menor será su número de hijos, ceteris
una corriente futura de ingresos adicionales paribits.
—descontada al momento presente— para En relación con la formación en el
diferentes grupos, de acuerdo con la edad, empleo, una de las principales contribucio-
género y logro educativo. Pero aquí el con- nes de la «teoría del capital humano« ha
cepto de ingreso no se limita tan sólo al sido dar respuesta al interrogante de cuán-
valor de las actividades de mercado (tiem- to deben las empresas invertir en forma-
po dedicado al trabajo), sino que también ción en el trabajo y quién debe pagar dicha
incluye un valor imputado para el tiempo formacie'n bajo diferentes condiciones del
dedicado a las actividades de «no-mercado« mercado laboral. Uno de los conceptos
(como por ejemplo el disfrute del ocio o el teóricos más influyentes en el análisis del
cuidado de los hijos). La inversión en capi- capital humano es la distinción entre for-
tal humano, cuando se tiene también en mación geriera-1 y específica (Becker, 1962;
cuenta su impacto fuera del mercado, pue- 0i, 1962). Por definición, la formación
de representar un valor más grande que la específica es útil solamente ¡para las empre-
inversión en capital físico. sas que la proporcionan, mientras que la

(9) Por ejemplo, los niveles más altos de escolaridad incrementan la eficiencia en la producción de bie-
nes de consumo en el hogar (Michael, 1973).
(10) Cuanto mayor sea el tamaño de la familia, menores serán los recursos monétarios y temporales que
se pueden asignar a cada uno de los descendientes.

437
formación general es útil también en otras moderna Economía del Trabajo» (Willis,
empresas. Esta distinción ayuda a explicar 1991, pág. 670). Pero ahora un número
por qué es menos probable que abando- importante de dichos estudios incorporan
nen la empresa aquellos trabajadores con «refinamientos» en la metodología de las
altos conocimientos específicos —y sean ecuaciones salariales convencionales
también los últimos en ser despedidos —intentando soslayar los problemas econo-
durante las etapas de recesión económica—, métricos ya citados por Griliches (1977,
o por qué la mayoría de las promociones se 1979)— que permiten arrojar nueva luz
hacen desde dentro de la empresa, en vez sobre el tema de los rendimientos. Desta-
de acudir los empleadores al reclutamiento can a este respecto un conjunto de trabajos
y selección externos (Becker, 1993b). que utilizan nuevas técnicas (o alternativas
Durante las dos últimas décadas del metodológicas) para corregir el «sesgo de
siglo xx se han intensificado los estudios habilidad» y/o el «sesgo de selección» que
teóricos y empíricos sobre la formación en pueden distorsionar la estimación del ver-
el empleo, cubriendo aspectos tales como dadero efecto de la educación sobre los
la teoría económica subyacente en las deci- ingresos (Blackburn y Neumark, 1993,
siones de los gobiernos, empresas e indivi- 1995; Angrist y Krueger, 1994, 1995; Card,
duos en proporcionar y adquirir forma-
1994, 2000; Murnane, eta!., 1995; Ashenfel-
ción, o los problemas metodológicos que
ter y Rouse, 1997; Heckman y Vytlacil,
surgen al estimar el impacto de la forma-
ción en los ingresos laborales futuros.
2000)11.
Entre los principales hallazgos de los traba- Por último, hay que resaltar que la difu-
jos enmarcados en esta área destacan, por sión de los estudios —teóricos y aplicados—
ejemplo, que en el sector privado los indi- realizados en esta disciplina ha sido posi-
viduos que reciben formación son aquellos ble, en gran parte, gracias a la enseñanza
que ya poseen una alta cualificación, o que de esta materia en el ámbito universitario.
los rendimientos de la formación son Así, prestigiosas universidades extranjeras
mayores en el sector privado que en el sec- como la de Dijon (Francia), Ginebra (Sui-
tor público (Ashenfelter y LaLorx1e, 1996). za), Londres (Reino Unido) o Stanford
Las décadas de los ochenta y noventa (USA), ofrecen programas en Economía de
también se han caracterizado por la proli- la Educación sobre todos estos temas, y en
feración de trabajos de investigación que los que existen, por lo general, un plantea-
intentan medir los rendimientos de las miento multiclisciplinar para abordar el
inversiones en capital humano —para diver- estudio de la educación, en el que el análi-
sos países y distintos períodos de tiempo— sis económico se complementa con la
utilizando como herramienta empírica la Sociología, la Pedagogía o la Ciencia Políti-
«función de ingresos de Mincer» (Psacharo- ca'. Precisamente, algunos de los profeso-
poulos, 1994; Cohn y Addison, 1998; res especializados en este campo se han
Asplund y Pereira, 1999; Harmon et al,, preocupado (y esforzado) por elaborar un
2001). Estamos de acuerdo, pues, con la material, encomiable desde mi punto de
siguiente cita: «Como instrumento empíri- vista, que integra los aspectos más caracte-
co, la función de ingresos de Mincer ha rísticos sobre Economía de la Educación.
constituido uno de los grandes éxitos de la Destacan tres obras:

(11) Otros trabajos reflejan también el impacto del origen socioeconómico sobre los ingresos de los indi-
viduos (1.am y Schoeni, 1993; Altonji y Dunn, 1996).
(12) Pero no se trata de una rama de la Pedagogía, sino de una rama de la Economía —quizás una de las
más jóvenes de entre las ramas de la Ciencia Económica—.

438
• The Economics of Education, primeros años de los sesenta del siglo xx.
Elchanan Cohn y Terry Geske Pero el verdadero interés de los economis-
(1990); tas españoles por abordar la educación
• The Economics of Education, de desde el punto de vista económico pasó a
Geraint Johnes (1993); formar parte de los hábitos científicos sólo
• International Encyclopedia of Eco- a partir de los primeros años ochenta. Entre
nomics of Education, editada por los pioneros destacan economistas como
Martin Carnoy (1995). José Luis Moreno Becerra o Francisco
Bosch Font quienes tuvieron la oportuni-
Adicionalmente se pueden consultar
las publicaciones que en este terreno dad de trabajar con profesores de renom-
difunden periódicamente diversos organis- bre internacional como Mark Blaug, quien
mos internacionales —OCDE, Banco Mun- les contagió, quizás, el interés por estos
dial, etc.—, así como la extensa y rica pro- temas y la posibilidad de llevarlos al terre-
ducción científica aparecida en revistas de no de la realidad española. A ellos se fue-
investigación. A este respecto debemos ron uniendo otros economistas como Lucía
destacar la publicación Education at a Navarro Gómez o Javier Díaz Malledo,
Glance: OECD Indicators, y las revistas quienes, todos ellos, son los primeros eco-
internacionales Economics of Education nomistas españoles que dedican su esfuer-
Review (cuyo primer número apareció en zo intelectual al estudio económico de la
1982) y Education Economics (cuyo primer educación. Las jornadas sobre Economía
número data de 1993). de la Educación: Evaluación, Financia-
Sin embargo, y a pesar de que la Eco- ción y Empleo celebradas en marzo de 1983
nomía de la Educación es hoy en día un en la Facultad de Económicas de Málaga,
campo acreditado internacionalmente, «la corroboran esta afirmación.
investigación europea en Economía de la Las ponencias de las jornadas celebra-
Educación va considerablemente por das en Málaga se publicaron en octubre de
detrás de Estados Unidos» (Psacharopou- 1983 en el número 12 de Cuadernos de
los, 2000, pág. 92). La presencia de econo- Ciencias Económicas y Empresariales
mistas europeos es aún escasa, estando el (revista de la Facultad de Económicas de la
panorama dominado por norteamericanos. Universidad de Málaga). Este número, jun-
Prueba de ello está en que de los 67 auto- to con la obra de Juan R. Quintás Econo-
res que participan en la International mía y Educación publicada ese mismo
Encyclopedia of Economics of Education, año, más la obra de José Luis Moreno Bece-
tan sólo siete son europeos (tres ingleses, rra y Mark Blaug Financiación de la Edu-
dos holandeses, un francés). Esperemos cación Superior en Europa y España, publi-
que en los próximos arios esta disciplina cada un año después, constituyen los pri-
vaya teniendo una mayor presencia en la meros trabajos específicos en esta discipli-
comunidad científica educativa europea y na en nuestro país.
española. En este último caso, en la década Pero en la década de los ochenta la
de los noventa se han conseguido impor- Economía de la Educación sigue siendo
tantes logros. aún un campo desconocido para muchos
economistas españoles y encuentra serias
barreras para extenderse al ámbito acadé-
LA ECONOMÍA DE LA EDUCACIÓN mico y profesional. Sólo la publicación en
EN ESPAÑA 1988 del libro de Francisco Bosch Font y
Javier Díaz Malledo, La educación en Espa-
Como venimos diciendo, la Economía de la ña. Una perspectiva económica, y la apari-
Educación toma cuerpo a partir de los ción un año después del libro de José

439
Ginés Mora Ruiz titulado La demanda de corta para esta Asociación. Pero las últimas
Educación Superior, junto con el número jornadas celebradas en septiembre de 2001
monográfico sobre Economía y Educación en Murcia fueron ya la Xa edición. Pode-
publicado en el número 12 de Ekonomiaz mos hablar hoy día, pues, de una consoli-
(1988), constituyen nuevas aportaciones dación de la AEDE. Además, cada nuevo
que pasaron a engrosar el escaso material encuentro se ha caracterizado, con respec-
bibliográfico que sobre esta materia dispo- to al anterior, por un número mayor de par-
níamos en nuestro país. ticipantes, así como por la creciente cali-
Sin lugar a dudas, en la década de los dad y rigor científico de las comunicacio-
noventa asistimos, por el contrario, a un nes presentadas. Tanto es así que incluso
desarrollo considerable de este campo de en las últimas asambleas se hablaba de la
estudio en España, y que atrae poderosa- necesidad de tener que constituir un comi-
mente la atención de economistas y no té científico que seleccionase las comuni-
economistas 13 . Son dos, principalmente, caciones que debieran defenderse en los
los factores que explican el impulso impor- días que durasen las jornadas. Estos son
tante que tiene la Economía de la Educa- hechos o pruebas que corroboran el inte-
ción en los noventa, logrando un reconoci- rés creciente en nuestro país por estos
miento y una difusión difíciles de imaginar temas, al mismo tiempo que nos dan una
apenas unos años antes: por un lado, el sólida esperanza de que los encuentros
nacimiento de la Asociación de la Econo- anuales futuros se conviertan en un refe-
mía de la Educación (AEDE); por otro, la rente obligado a nivel nacional, no sólo
implantación como asignatura universitaria para los economistas de la educación, sino
en las Facultades de Ciencias de la Educa- también para economistas de otras ramas,
ción. principalmente Economía del Sector Públi-
Unos de los fines de la AEDE, cuya co y Economía Laboral. Esperemos que las
asamblea constituyente se celebra en reflexiones, conclusiones y recomendacio-
noviembre de 1992 en Valencia, es »promo- nes expuestas en estos encuentros se
ver y difundir los estudios de Economía de vayan incorporando poco a poco a la ges-
la Educación y la formación y el perfeccio- tión de los centros educativos (universita-
namiento de expertos en su realización». rios y no universitarios) y al diseño de la
Una de las principales vías utilizada para la política pública educativa.
difusión de estos estudios han sido los El segundo hecho destacado, ya adelan-
encuentros anuales que organiza la Asocia- tado, que ha contribuido a que la Economía
ción, que brindan la oportunidad a los de la Educación adquiera un mayor prota-
investigadores en estos temas de presentar gonismo en nuestro país a partir de los
y dar a conocer sus trabajos (profesionales noventa, sobre todo de cara a la comunidad'
y/o científicos). Fruto de estos encuentros científica, ha sido su incorporación formal
es el amplio e interesante material en cas- en los currículos universitarios como asigna-
tellano con el que ya contamos. tura troncal de la Licenciatura en Pcclagogía
Fueron muchas las voces críticas, prin- (Facultades de Ciencias de la Educación), y
cipalmente provenientes de otros campos también como asignatura optativa en algu-
de la Economía, que vaticinaban una vida nas Facultades de Económicas' 4 . Hasta

(13) El aspecto económico de la educación ha empezado a spr tratado también por pedagogos y gestores
de la educación.
(14) El Real Decreto 1497/1987, de 27 de noviembre (BOE: 14-12-87), estableció las directrices generales
comunes para la reforma de los planes de estudio de los títulos de caräcter oficial y validez en todo el territorio
nacional. Basados en esta normativa, todas las universidades españolas iniciaron un proceso de reforma que

440
entonces, la Economía de la Educación • Capital humano, series históricas,
sólo había estado presente en la enseñanza 1964-1992, de Francisco Pérez eta!.
universitaria como curso específico dentro (1995);
de algunos programas de Doctorado o en • Los efectos distributivos del gasto
estudios de postgrado. público destinado a Enseñanza
La enseñanza en las aulas universitarias Superior en la Universidad de Gra-
de la Economía de la Educación ha estimula- nada y en España, de José Sánchez
do la aparición de una serie de libros relevan- Campillo (1996);
tes en este campo, y que intentan ser de algu- • Las cuentas de la educación en
na manera textos orientativos para docentes y España y sus Comunidades Autóno-
estudiantes (y estudiosos en general) de esta mas: 1980-1992, de Ezequiel Uriel
materia. Destacamos cinco de ellos: eta!. (1997);
• Economía de la Educación, editado • La demanda de Educación Superior
por Esteve Oroval Planas (1996); en España: 1977-1994, de Cecilia
• Manual de Economía de la Educa- Albert Verclú (1998);
ción, de Paciano Fermoso Estébanez • Política educativa y gasto público en
(1997); educación, de Jorge Calero y Xavier
• Economía de la Educación, de José Bonal (1999).
Luis Moreno Becerra (1998); Además de la difusión de las ideas y
• Economía de la Educación, de Esteve trabajos en Economía de la Educación a
Oroval y J. Oriol Escardibul (1998); y través de publicaciones en forma de libros,
• Perspectivas económicas de la Edu- es cada vez mayor el número de artículos
cación, editado por Javier Ventura aparecidos en revistas nacionales de pres-
Blanco (1999)15. tigio como Revista de Educación, Estadísti-
Sin embargo, la producción científica ca Española, Hacienda Pública, Revista de
en este terreno no se reduce tan sólo a las Estudios Regionales o Información Comer-
comunicaciones presentadas en los cial Española, entre otras. También mere-
encuentros anuales de la AEDE y a los ce la pena resaltar el hecho de que un
libros antes mencionados, sino que tam- número cada vez mayor de economistas
bién en los noventa han aparecido exce- de la educación españoles estén logrando
lentes obras, la mayoría basadas tesis doc- publicar sus artículos en revistas interna-
torales de sus autores, que han enriquecido cionales tan afamadas como European
los fondos bibliográficos en castellano en Journal of Education, Higher Education,
Economía de la Educación. Algunas de Journal of Human Resources, Economics
estas publicaciones son las siguientes: of Education Review o Education Econo-
• Efectos del gasto público educativo. mics, entre otras. Es, sin duda, la mejor
El sistema de becas universitarias, manera de que nuestros trabajos de inves-
de Jorge Calero Martínez (1993); tigación puedan conocerse más allá de
nuestras fronteras16.

culminó con la aprobación de los nuevos planes de estudio, tanto dn las titulaciones ya existentes como para la
apacición y desarrollo de nuevas titulaciones académicas.
(15) Destacamos también las siguientes dos obras traducidas al castellano: Mark Blaug (Ed.): Economía de
la Educación, 1972; y Martin O'Donoghue : Dimensión económica de/a educación, 1982.
(16) En líneas generales, los aspectos económicos de la educación son tratadas en estos trabajos funda-
mentalente desde la prespectiva del mercado laboral (Alba-Ramírez y San Segundo, 1995; Lassibille y Navarro,
1998; Vila y Mora, 1998), financiación de la educación (Valero, 1998), demanda educayiva (González y Dávila,
1998; Albert Verdú, 2000; Jiménez y Sala Velasco, 2000) y eficiencia producyva (Mancebón y Bandrés, 1999).

441
Finalmente, otro indicador del interés Sin embargo, sí que se observa, en
creciente que en los últimos años ha habi- general, una escasez de trabajos que
do en nuestro país por esta disciplina es la investiguen empíricamente la relación
proliferación de cursos, seminarios, etc., entre educación y crecimiento económi-
que han permitido perseverar en la refle- co, y el papel que han jugado las inversio-
xión y en el intercambio de aproximacio- nes en capital humano de las últimas
nes teóricas y experiencias, y que en algu- décadas en el desarrollo de nuestra eco-
nos casos también han visto la luz en forma nomía, dado el aumento significativo de
de publicación, como es el caso del libro los niveles de formación de la población
Economía de la Educación. Temas de estu- española. En definitiva, echamos en falta
dio e investigación editado por Julio Grao y investigaciones que, por ejemplo, apliquen
Alejandro Ipifia (1996). Asimismo, y gracias directamente los «modelos de crecimiento
a la red IRIS, contamos en internet con endógeno» desarrollados teóricamente por
excelentes listas de discusión que constitu- una variedad de autores (Romer, 1990).
yen puntos de encuentro para el debate Probablemente, sea ésta una parcela de la
ininterrumpido en esta materia. En concre- Economía de la Educación en la que los
to, nos referimos a ECONEDUC (Economía economistas españoles nos centremos en
de la Educación) y a EVALUNIV (evalua- los próximos años.
ción de universidades). Igualmente, otras parcelas de la Econo-
Como puede observarse, los noventa mía de la Educación descuidadas en nues-
ha sido una década de frutos importantes tro país, y que deberían formar parte de las
en Economía de la Educación en España, investigaciones futuras en esta disciplina,
que han hecho que esta materia se vaya son, principalmente, dos: por un lado, la
consolidando como un campo del análisis evaluación del sistema educativo universi-
económico con identidad propia, aunque tario en aspectos relacionados con la de-
sin negar su imbricación con otras ramas serción universitaria —con el consiguiente
de la Economía, como la Economía Laboral despilfarro de gasto público que conlleva—,
o la Economía del Sector Público. o con el tiempo medio de formación de los
Pero, ¿hay una línea de investigación titulados —esto es, cuántos años tardan los
dominante en Economía de la Educación graduados en completar sus estudios—; por
en España? No podemos concluir, al menos otro, el estudio de las trayectorias académi-
basándonos en la lectura de las comunica- cas y laborales de los estudiantes para
ciones presentadas a las distintas jornadas conocer cómo eligen sus carreras, cómo es
de la AEDE, que los investigadores y estu- su inserción en el mercado laboral y cuáles
diosos de los aspectos económicos de la son las características de sus empleos
educación estén interesados y/o especiali- (ingresos, desajuste educativo, etc.).
zados en temas concretos de esta disciplina
de manera tal que absorban la mayor parte
de la producción científica total. Precisa- CONCLUSIONES
mente, y debido al interés de economistas
y no economistas por esta materia, lo que El nacimiento de la Economía de la Educa-
se observa es un abanico amplio de ternas ción podemos situarlo en la década de los
que son abordados, pero que podríamos sesenta del siglo xx. Su origen está estre-
agrupar en cuatro grandes bloques: chamente vinculado a los trabajos empíri-
• Gestión y evaluación de la educación. cos de los factores determinantes del creci-
• Financiación de la educación. miento económico, demostrando el papel
• Educación y mercado de trabajo. destacado de la educación como motor del
• Demanda educativa. progreso económico, y de los efectos de la

442
educación sobre los salarios y la distribu- The Influence of Labour Market Signals
ción de la renta. Aunque éstos sigan siendo and Family Background», en Higher
aspectos de interés para esta rama de la Education, 40 (2000), pp. 147-162.
Economía, sin embargo actualmente la ALBRECHT, D.; ZIDERMAN, A.: •Funcling
Economía de la Educación también dirige Mechanisms for Higher Education.
su atención hacia otros temas, como la Financing for Stability, Efficiency and
financiación de la educación, el estudio de Responsiveness», en World Bank Dis-
las relaciones educación-empleo, la cussion Papers, 153 (1992).
demanda educativa o la evaluación de la ALTONJI, J. G.; DUNN, T. A.: «The Effects of
eficiencia productiva de los centros educa- Family Characteristics on the Return to
tivos. Education», en Review of Economics
La Economía de la Educación, a pesar and Statistics, 78 (1996), pp. 692-704.
de ser una disciplina relativamente nueva, ANGRIST, J. D.; KRUEGER, A. B.: «Split Sample
es hoy en día un campo acreditado inter- Instrumental Variables», en NBER Tech-
nacionalmente que ha ido adquiriendo un nical Papers, 150 (1994).
mayor peso en la actividad investigadora, — «Split-Sample Instrumental Variables
en la enseñanza universitaria y en la ges- Estimates of the Return to Schooling»,
tión educativa. Este mayor protagonismo en Journal of Business and Economic
es debido, entre otras razones, a las dificul- Statistics, 13 (1995), pp. 225-235.
tades financieras a las que se vienen ARROW, K. J.: »Higher Education as a Filter»,
enfrentando los centros educativos, las en Journal of Public Economics, 2
nuevas necesidades formativas surgidas de (1973), pp. 193-216.
los importantes cambios tecnológicos ASHENFELTER, O. C.; LALONDE, R. J.: The Eco-
experimentados por la economía, o los nomics of Training. Cheltenham,
problemas relacionados con el paro de los Edward Elgar, 1996.
graduados. Los métodos y las herramientas ASHENFELTER, O. C.; ROUSE, C.: •IDCOMe,
del análisis económico, aplicados a la edu- Schooling, and Ability: Evidence from a
cación, ofrecen soluciones, o al menos New Sample of klentical Twins», en
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