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La nación según los pensadores de la Revolución Francesa por Santiago

Geovanny Henríquez Rosales

Los pensadores de la Revolución Francesa se centraron en algo tan importante


como romper el statu quo de la monarquía francesa, algo que hizo que sus mentes
estuvieran ocupadas por largo tiempo escribiendo y promoviendo sus ideas entre
los círculos intelectuales y sobre todo en el pueblo mismo, a quien veían como lo
que se entiende y ellos entendieron como nación. La nación es un concepto que
en la actualidad es sociológico, pero para estos pensadores era un concepto con
alta connotación y carga política, es decir, no era solo un conjunto de personas
con una sociedad, política y cultura constituida, sino que era ante todo la
depositaria de la soberanía1.

Pensadores de la calaña como Jean Jacques Rousseau entendían a la nación


como la autoridad que reposaba ya no en una persona sino en todos los que hasta
antes de la revolución eran vistos como los súbditos del rey, es decir, la soberanía
ya no reside en aquel quien afirmaba ser la soberanía o ser el mismo soberano,
sino que recae en la mayoría, con ello se forma un sentido de patriotismo muy
ligado a lo que es la soberanía y la nación. La patria es en este sentido el arraigo
común de las personas que comparten un pasado histórico y que son
descendientes de quienes hicieron historia; también se puede definir como el lugar
en tiempo y espacio donde se sentaron las primeras bases para formar una
nación.

Las teorías contractualitas como la de Rousseau expresan la necesidad de que en


la unidad está la fuerza. Por lo que él y los filósofos de su tiempo, haciendo gala
de sus conocimientos de los clásicos como los de los romanos en la época de la
república, del realismo de Sir Thomas Hobbes y del liberalismo de John Locke
infunden en el sujeto de vanguardia, como lo llamaran los historiadores marxistas,
es decir, la nación, unida como un pueblo o cúmulo de personas, la idea de que
por siglos habían sido humillados por reyes y por la iglesia católica y las iglesias

1
La RAE define la soberanía como: “Poder político supremo que corresponde a un Estado independiente”. Es
decir, la autoridad que recae sobre el Estado.
reformadas, es entonces en donde se forma conciencia para cambiar las cosas.
Por lo que la nación como sujeto histórico de vanguardia se volvería reaccionaria y
alérgica a todo lo que oliera a monarquía, dando lugar a la Revolución Francesa
de 1789 y que influyó mucho en los movimientos independentistas de muchos
países de América.

El producto de las ideas de Rousseau y otros pensadores fue que no solo se


derrocó a la monarquía pasándola por la guillotina, sino que dos de los productos
donde la nación podía hacer sentir su autoridad o soberanía fueran los
parlamentos y los contratos sociales manifestados también en la creación de
constituciones que se esperaba fuesen las que mejorarían la calidad de los
ciudadanos.

En el libro Emilio o de la educación, Rousseau pone de manifiesto que todos los


ciudadanos tienen que ser educados en valores democráticos, algo que se haría
desde la más tierna infancia, con el fin de garantizar que las nuevas generaciones
de ciudadanos pudieran mantener el nuevo statu quo del Estado, es decir,
mantener la democracia y evitar los grandes errores del pasado como lo fueron las
monarquías basadas en derechos supuestamente divinos.

La idea de nación fue muy revolucionaria, aunque ello tenía un gran problema
como lo es el de la absorción y eliminación de grupos culturales en orden de
uniformizar bajo una sola patria y un solo Estado a todas esas personas, por lo
que fue muy común en antiguos tiempos que grupos culturales como los galos, los
bretones, los occitanos y otros más fueran sino eliminados por la fuerza, más bien
y en nombre de la patria y la defensa de la libertad uniformizados en una sola
identidad, algo que hasta la fecha se repite en culturas que son absorbidas por
grandes Estados, ejemplo los clanes y culturas de China tienen que seguir las
directrices del Partido Comunista si quieren ser considerados chinos, al igual que
los tibetanos que no pueden demostrar su cultura y sus costumbres al ser
obligados a convertirse en chinos a la fuerza, por lo que la idea de nación pierde
su connotación antigua de sujeto y de autoridad, sino que se vuelve en una
excusa para liberar a quienes se cree son esclavos.
Para otro importante pensador que influyó muchísimo en las ideas de los
revolucionarios franceses fue Carlos Luis de Secondat o mejor conocido como el
Barón de Montesquieu, quien en su momento compartió las grandes ideas de
muchos de sus colegas filósofos acerca de la desaparición del absolutismo y la
monarquía en su natal Francia. En Montesquieu y su gran aporte El Espíritu de las
Leyes mostrará que el poder no debe recaer en una persona ni en una
corporación2 sino que esta debe ser dada a órganos que la ejerzan con la
prudencia y la autoridad necesarias para llevar al Estado hasta la consecución de
sus fines.

Montesquieu propuso en su libro ya mencionado una estructura de gobierno:

 Poder Ejecutivo
 Poder Legislativo
 Poder Judicial

Mostrándonos que entre tres órganos puede recaer el poder y la soberanía, misma
que sería conferida a través de la elección popular para estos órganos, pues
Montesquieu toma como referencia que, en el Poder Judicial de la antigua Roma,
los magistrados eran elegidos por el pueblo, lo mismo podían ser con las
magistraturas de su tiempo y con la elección de representantes del Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo, con lo que sentó las bases de la elección popular
y dando voz y voto a quienes anteriormente no la tenían por vivir en una
monarquía absoluta.

El Espíritu de las Leyes y El Contrato Social de Rousseau también sentaron las


bases de la democracia directa, la cual consiste en que, si la nación es el nuevo
soberano, entonces en un sistema democrático todos los que eran ciudadanos 3

2
El artículo 03 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano reza: “ La fuente de toda
soberanía reside esencialmente en la nación; ningún individuo, ni ninguna corporación pueden ser revestidos
de autoridad alguna que no emane directamente de ella”. Con lo que se define que el sujeto soberano es la
nación misma y que analizamos en las primeras dos páginas de este documento.
3
En aquellos años los únicos considerados como ciudadanos eran los hombres, posteriormente se hará al
estilo de una parodia la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana.
podrían elegir y donde el pueblo, como consecuencia directa de la concepción de
nación, puede y está obligado a ejercer derechos políticos.

Conclusión

Para finalizar, las ideas de Rousseau y Montesquieu son los pilares de los
actuales Estados modernos y las constituciones que forman parte de los
ordenamientos jurídicos de los Estados modernos. Su influencia y su impacto se
han mostrado a través de sus trabajos respectivos en los campos de la filosofía
política y jurídica, así como en la Teoría del Estado. Sin embargo, ante las crisis
actuales de los Estados-Naciones debemos preguntarnos si las ideas de ellos u
otros pensadores ilustrados pueden ser capaces de originar un nuevo modelo
derivado de lo que en su momento fue la nación, modelo que debe de mostrar
más eficiencia y eficacia al atender las necesidades humanas y los problemas que
ahora no solo son de una nación sino de todo el planeta a escala global, he aquí
que la globalización nos debe cuestionar sobre la vigencia de las ideas de ambos
pensadores de aquellos años.

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