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ABOGADOS
César E. Quiroga Odiaga.
Estudio Penal Av. Luis Gonzales N° 770 Of. 201
Ernesto F. Lam Sánchez. Telef: 074-602263
Duberlí C. Belicoso Cel:943080810
Sánchez. 978080188
Dysnews Y. Llave Barboza Casilla Electrónica: 38875
I.- PETITORIO:
A) CAUSALES INVOCADAS:
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De conformidad con lo establecido en el artículo 429 del Código Procesal Penal, cumplimos con
precisar las causales en las cuales se sustenta el presente recurso de casación, siendo la causal invocada la
establecida en el inciso 1 de dicho dispositivo legal.
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1. Que, conforme es de verse de los actuados, el recurrente fue condenado por el Segundo Juzgado
Penal Colegiado Permanente de esta Corte Superior de Justicia, a la pena de DIEZ AÑOS DE PENA
PRIVATIVA DE LIBERTAD EFECTIVA, por la comisión del delito de Robo Agravado en agravio de
Antonio Medardo Chavarry Terán, fijándose además como reparación civil la suma de S/. 500.00
(Quinientos Nuevos Soles), sentencia que ha sido CONFIRMANDA por esta Sala Superior, al
considerar que los hechos que forman parte de la imputación penal, han quedado debidamente
probados a través del acervo probatorio actuado en el Juicio Oral de primera instancia, sin embargo
ha sido posición de esta Sala Superior, en lo que respecta a la pena impuesta, aplicar una reducción
de pena por beneficio de responsabilidad restringida, dado de que el recurrente Sergio Alberto
Hiroshi Nakasaki Herrera, al momento de la comisión de los hechos era agente de responsabilidad
restringida, pues tenia a esa fecha 18 años de edad, haciendo una reducción de pena de 3 años.
Adicionalmente a ello, esta Sala Superior ha considerado también prudente rebajare adicionalmente,
1 año de pena privativa de libertad, en atención a que ha quedado probado en el Juicio, que el
recurrente se encontraba bajo los efectos de sustancias toxicas, por lo cual hace una reducción total
de 4 años, imponiendo una pena final 8 años de pena privativa de libertad efectiva.
2. Si bien es cierto, consideramos desde todo punto de vista acertado el criterio asumido por esta Sala
Superior, de aplicar control difuso y reducir la pena impuesta por debajo del mínimo legal, teniendo
en cuenta la responsabilidad restringida del recurrente, sin embargo, teniendo en cuenta los hechos
acreditados en la causa, en el sentido de que el monto de dinero sustraído ascendería tan solo a
suma de S/. 3.00 (Tres Nuevos Soles), de que las lesiones físicas sufridas por el agraviado Antonio
Medardo Chavarry Terán son mínimas, al haber consistido en una excoriación de 1,5 x 1 cm.,
ubicado en el lado derecho del antebrazo, que efectivamente los acusados han sido ambos agentes
de responsabilidad restringida, pues tenían 18 y 19 años de edad al momento de la comisión de los
hechos, sin antecedentes penales, y que han actuado bajo los efectos de las drogas, sostenemos
que en el presente caso, a pesar de haberse aplicado el beneficio de responsabilidad restringida y
que la pena final impuesta resulta por debajo del mínimo legal, aun así dicha pena resulta
desproporcional, y por ende inidónea para alcanzar los fines resocializadores que la misma
persigue, conforme pasaremos a fundamentar en el desarrollo del presente recurso.
4. La defensa considera que, la sentencia no cumple con una motivación suficiente que justifique de
manera adecuada la pena impuesta que se ha fijado, toda vez que, conforme ha sido establecido
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por la doctrina, para satisfacer esta garantía constitucional no basta que la argumentación que
sustenta la decisión concurra en el caso concreto, ni que el fallo se encuentre escoltado de buenas
razones. Es necesario que la argumentación desplegada y las buenas razones esgrimidas sean
suficientes, y además, apoyarse en los hechos del caso, en la prueba pertinente y en el derecho
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vigente aplicable al caso, toda vez que, la justificación no se sustenta en aportar y establecer una
serie de razones formales, sino más bien en aportar razones materiales sólidas y convincentes que
permitan descartar la arbitrariedad1.
5. Se tiene en el presente caso, que la imputación y los cargos formulados por el Ministerio Público
contra el imputado Roberto Gamboa Santillan, son concretamente, conforme aparece detallado de
manera clara en la acusación, los siguientes: “Cargos atribuidos: Los cargos que se le atribuyen a
los investigados Sergio Alberto Hiroshi Nakasaki Herrera, Jesús Fernando Villacorta Blas y Junitza
Estrella Ramírez Ruiz son el haber participado en calidad de coautores en el robo con agravantes
del día 26 de abril del 2018 a las 06:30 horas aproximadamente en agravio de una persona de 83
años de edad (adulto mayor), siendo su rol funcional el de los imputados Sergio Alberto Hiroshi
Nakasaki Herrera y Jesús Fernando Villacorta Blas, el haberse acercado al agraviado Antonio
Medardo Chavarry Terán, colocándose cada uno a su costado, y mediante el uso de la violencia
física empujarlo (tumbarlo) hacia el suelo, ocasionándole que se golpee el codo del brazo derecho, y
la cadera del mismo lado, y buscarle en los bolsillos de su pantalón para luego empezar a tirarle
patadas en su cuerpo, mientras la imputada Junitza Estrella Ramírez Ruiz, realizaba el rol funcional
de ponerse de “campana” mirando a los costados (alrededores) para dar aviso si pasaba alguna
persona o algún patrullero de la policía para dar aviso a los demás imputados, logrando quitarle tres
monedas de S/. 1.00 sol al agraviado, para luego la imputada Ramírez Ruiz emprender la fuga
corriendo, y seguidamente hacia la misma dirección los imputados Nakasaki Herrera y Villacorta
Blas, llegando a pasarla en velocidad a la denunciada Ramírez Ruiz, siendo intervenidos
posteriormente los imputados por personal policial luego de haberse realizado una búsqueda por el
lugar de los hechos, señalando que las agresiones físicas producidas al agraviado se encuentran
debidamente acreditadas con el certificado médico legal N° 007332-L, en donde se concluye que
presenta lesiones traumáticas de origen contuso”.
6. Fundamento NOVENO de la Sentencia de Vista, puntos 9.18, 9.19 y 9.20, los cuales contienen el
pronunciamiento por parte de la Sala Superior, respecto a los criterios tomados en cuenta para la
dosificación de la pena impuesta.
Sobre este punto, la Sala Superior ha señalado ha realizado un análisis y procedimiento valorativo
para efectos de reformar la pena impuesta en la sentencia de primera instancia, señalando los
siguientes fundamentos:
9.18. Con respecto a la pena impuesta, debemos señalar que de un total de doce años
previstos como pena concreta en el presente caso, se le ha disminuido dos años por
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motivo de que les corresponde a los sentenciados, sin embargo esta Sala Superior ha
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CASTILLO ALVA, José Luis. “Proscripción de la Arbitrariedad y Motivación”. Ed. Grijley Pag. 92.
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asumido como criterio que es posible aplicar el beneficio de responsabilidad restringida,
conforme al Art. 22 del Código Penal, incluso en los delitos de Robo Agravado, variando el
criterio inicial que se tuvo; por esta razón consideramos que resulta atinado lo dispuesto
por el Colegiado Penal en primera instancia, con respecto a la rebaja de penal; razón por
la que asumimos los conceptos jurídicos expuestos en la sentencia condenatoria por el
Juzgado Penal.
Sin embargo, consideramos que teniendo en cuenta otros casos vistos por esta Sala
Superior, y considerando que la afectación al bien jurídico patrimonio es de solo tres soles,
en total por el contenido del artículo 22 del Código Penal debe bajarse la pena en tres
años de privación de libertad y no en dos años como ha señalado el A quo.
Asimismo, debe considerarse que los apelantes también señalaron que el día de los
hechos estuvieron bajo los efectos de haber consumido sustancias toxicas, desde horas
anteriores a los hechos, aspecto que no ha sido rebatido por el Fiscal Superior Penal, por
lo que siendo así, la Sala Superior Penal indica que debe disminuirse un año por este
concepto, más aun si en autos aparece la explicación pericial realizada por doña Katia
Marcela Arrascue Paredes, que refiere que en efecto, tanto Jesús Fernando Villacorta Blas
y Sergio Alberto Hiroshi Nakasaki Herrera resultan haber dado positivo para consumo de
marihuana y cocaína.
7. Al respecto, debe señalarse que si bien es cierto la Sala Superior ha tomado en cuenta las
circunstancias atenuantes privilegiadas previstas en los artículos 21 y 22 del Código Penal, y en
función a ello ha fijado como pena concreta 8 años de pena privativa de libertad efectiva,
consideramos que dicha pena, aun cuando ha sido fijada por debajo del mínimo legal del delito
imputado, la misma no resulta proporcional para el caso en concreto, sino que más bien impide el fin
primordial que en este caso se le asigna a la pena, consistente en la reincorporación y
resocialización del reo, por lo cual, a través del presente recurso, planteamos que la Corte Suprema
aplique estos principios rectores del Derecho Penal, y establezca la posibilidad de arribar a una
pena de carácter suspendida, teniendo en cuenta los siguientes factores: 1) Responsabilidad
restringida por la edad; 2) Mínima afectación al bien jurídico patrimonio; 3) Carencia de
antecedentes penales de los imputados; 4) Actuar bajo los efectos de sustancias toxicas, y 5)
Aplicación de los principios de Humanidad de las Penas y Principio de Proporcionalidad.
8. El fundamento político y constitucional del ius puniendi es el propio de una república representativa
y democrática, siendo por ello que nuestra Constitución establece como límites al ius puniendi, y
como controles derivados de los derechos humanos y de la ciencia del Derecho Penal, los principios
de dignidad del ser humano, igualdad ante la ley, proporcionalidad, conducta lesiva de bienes
jurídicos y culpabilidad. Por lo tanto, la pena que establezca el legislador al delito deberá ser
proporcional a la importancia social del hecho. En este sentido no deben de admitirse penas o
medidas de seguridad, exageradas o irracionales en relación con la prevención del delito. Hay que
distinguir dos exigencias: 1) La pena debe ser proporcional al delito, es decir, no debe ser
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10. El principio de proporcionalidad en sentido estricto se aplica una vez aceptada la idoneidad y
necesidad de una medida, con el fin de determinar, mediante la utilización de las técnicas del
contrapeso de bienes o valores y la ponderación de intereses según las circunstancias del caso
concreto, si el sacrificio de los intereses individuales que comporta la injerencia guarda una relación
razonable o proporcionada con la importancia del interés estatal que se trata de salvaguardar. Si el
sacrificio resulta excesivo la medida deberá considerarse inadmisible, aunque satisfaga el resto de
presupuestos y requisitos derivados del principio de proporcionalidad. El principio de
proporcionalidad en sentido estricto coincide con el principio de proporcionalidad de las penas y el
principio de proporcionalidad de las medidas de seguridad, tal y como ha sido entendido
tradicionalmente por la doctrina.
11. La defensa postula en el presente caso, que la penas privativas de libertad deben constituir la última
ratio de la política criminal, y a ellas sólo debe acudirse cuando se haya descartado la posibilidad de
obtener el fin legítimo perseguido con la conminación penal, acudiendo a medios menos graves y
dañinos. Resulta claro que actualmente existe una tendencia exagerada del legislador penal al
aumento de las penas, que lleva a una merma de las garantías propias de un Estado de Derecho,
entre las que se encuentra la proporcionalidad en sentido estricto. El principio de proporcionalidad
en sentido estricto, entendido como un principio constitucional que limita la prevención, se opone a
ser vulnerado hacia arriba, pero no hacia abajo, es decir, constituye un límite máximo pero no uno
mínimo. El principio de proporcionalidad no impide que pueda disminuirse o incluso renunciarse a la
pena por razones de prevención especial y, más concretamente, para impedir la desocializacion o
facilitar la socialización. Debería preverse la posibilidad de que el juez o el tribunal prescindieran de
la pena cuando resulte desproporcionada o innecesaria.
12. Así, consideramos que la Sala no ha aplicado de forma correcta los alcances del principio
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13. La resocialización del condenado es un principio integrado por tres subprincipios: reeducación,
rehabilitación y reincorporación (Urias 2011:44). En esta línea, la “reeducación” hace referencia al
proceso por el cual la persona adquiere determinadas actitudes que le permitirán desarrollar su vida
en comunidad; la “reincorporación” hace alusión a la recuperación social de la persona condenada a
determinada pena; y, finalmente, la “rehabilitación” representa la renovación jurídica del status del
ciudadano que cumple determinada pena (Montoya 2008. 634-635). De esta forma, la rehabilitación
hace referencia a un proceso a través del cual se reeduca, reincorpora y, finalmente, se rehabilita al
condenado. Nuestra Constitución Política de 1993 acoge esta concepción al establecer en el artículo
139, inciso 22, que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y
reincorporación del penado a la sociedad.
14. La defensa considera que la pena fijada por la Sala Superior, no satisface en principio las exigencias
del principio de proporcionalidad, y además no resulta idónea para alcanzar los fines legítimos de la
misma, esto es los fines de resocialización y reincorporación del penado a la sociedad. En efecto, la
Corte Suprema de Justicia de la Republica, ha establecido a través de distintos pronunciamientos, la
posibilidad de imponer penas de carácter suspendida para casos de robo agravado, teniendo en
cuenta las condiciones personales del agente y las circunstancias mismas del hecho, en donde se
verifique que una pena privativa de libertad resulte innecesaria. Así, se tiene por ejemplo, se tiene la
sentencia recaída en el Recurso de Nulidad N° 502-2017 Callao, en donde la Sala Suprema, con
respecto a este tema, señalo lo siguiente:
“Si bien la Sala Superior Penal le impuso la pena de diez años para este delito; sin
embargo, este Supremo Tribunal considera que dicha pena no se ajusta al principio
de proporcionalidad y que colisiona con el principio constitucional de
reincorporación del penado a la sociedad, previsto en el inciso 22) del artículo 139
de la Constitución Política del Estado; por lo que atendiendo a su edad – diecinueve
años-; hecho que atentaría los fines de la pena protegidos constitucionalmente; por
ende bajo el principio de proporcionalidad de las penas ; en aquellos casos que el
legislador se ha excedido al regular las penas para cada tipo de delitos, vulnerando
el principio de proporcionalidad; debiendo tener presente no vulnerar el principio de
dignidad de la persona; por ello, la determinación judicial de la pena debe ser
producto de una decisión debidamente razonada y ponderada, ajena de toda
consideración subjetiva, toda vez que la pena implica una sanción por la comisión de
un hecho punible, y no existe la retribución por sí mismo, en razón que el artículo IX
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del Título Preliminar del Código Penal se sitúa en la línea de las teorías preventivas
modernas y postula que se tiene que atender a la probable resocialización del
penado y su reinserción a la sociedad; por consiguiente la pena debe reflejar la
aplicación del principio de proporcionalidad que prevé el artículo VII del Título
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Preliminar del citado cuerpo legal, que es principal estándar que debe considerar el
juez para determinar la pena concreta; en consecuencia, este Supremo Tribunal
considera que la pena impuesta al acusado Ricardo Martín Tello Pariona, resulta
excesiva y desproporcional, por lo que debe ser reformada imponiéndose una pena
condicional, bajo reglas de conducta”.
15. Del mismo modo, la Corte Suprema en la sentencia recaída en el Recurso de Nulidad N° 3496-
2015 Lima Sur, preciso lo siguiente:
DECISIÓN
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Por estos fundamentos, declararon: NO HABER NULIDAD en la sentencia de fojas
trescientos noventa y siete, de cuatro de junio de dos mil quince, emitida por la
Primera Sala Penal Transitoria, de la Corte Superior de Justicia de Lima Sur, en el
extremo que impuso a Angelo Alfredo Huamán Torres, como autor del delito contra
el patrimonio-robo agravado, cuatro años de pena privativa de libertad suspendida
por el plazo de tres años, sujeto a reglas de conducta, en perjuicio de Moisés
Calderón Vásquez y Noé Uriarte Robles; y fijó en mil quinientos soles la reparación
civil que deberá pagar a favor de los agraviados, a razón de mil soles para Calderón
Vásquez y quinientos soles para Uriarte Robles, con lo demás que contiene y los
devolvieron.
16. Por lo tanto, consideramos que la Sala Superior no ha considerado al momento de la dosificación de
la pena, los preceptos constitucionales relativos al principio de proporcionalidad, a los principios de
reinserción y reincorporación del penado a la sociedad, la responsabilidad restringida y las
condiciones personales del agente, que en este caso carecía de antecedentes penales, así como la
mínima afectación al bien jurídico, por cuanto el monto sustraído ha sido de 3 nuevos soles y las
lesiones causadas a la víctima resultan ser también mínimas, todo lo cual debe ser materia de
análisis, para que la Corte Suprema determine en última y definitiva instancia, si en el presente caso
resulta proporcional y necesaria una pena de 8 años de privación de libertad, y si la misma permitirá
de forma eficaz la reeducación, reinserción y reincorporación del recurrente Sergio Alberto Hiroshi
Nakasaki Herrera, a la sociedad, o si por el contrario, como en los casos anteriormente citados, cabe
la posibilidad de imponer una pena de cuatro años con el carácter de suspendida, a efectos de evitar
los efectos criminógenos nocivos que implica cumplir una pena de carácter efectiva, atendiendo a la
realidad carcelaria que vive nuestro país en la actualidad.
POR LO EXPUESTO: