Pensó en cómo podría prender la computadora para mandar los correos. Mandar
el relato de Hamelia, y que no lo sacaran del curso. En las cuentas que debía
pagar y, preso del pánico, cerró los ojos esperando despertar, pero el caparazón
no le permitía una posición cómoda. Debía levantarse para continuar con sus
trabajos y mandar los papeles para que su madre aplicara al subsidio por la
emergencia del Covic-19. Su mujer podría continuar su labor, pagar el arriendo,
educar a sus hijas; gracias a la emergencia la farsa solo duraría hasta el 2022.
Pensó aliviado, suficiente tiempo para que Julia se recuperara del shock.