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— Entrevista a Marguerite Yourcenar, 1983 (Transeripeién) Creo que toca hablar de la condicién del sista, del trabajo del artista. Dentro de esta categoria también incluyo al escritor, es decir, cualquiera que crea algo. Diderot escribié un libro, un ensayo, que se lama La paradoja del comediante. También existe una paradoja del eseritor. Y la paradoja es que dos cosas, a la vez, son verdaderas ¥ contradictorias. La primera es que el escritor debe ser profundamente si mismo, debe dar Su aporte personal. La segunda es que debe olvidarse de si mismo, salirse de si mismo. hacer tabla rasa de si Spero, en la realidad que engloba todas las mismo. Las dos exigencias parccen_ contradictor contradicciones, no lo son necesariamente. La principal razon de ser. ervo, de la mala literatura es que el eseritor se dice a si mismo: estoy pensando en ente, adelante, estoy listo para un libro. Eso algo, estoy sintiendo algo, me estoy diciendo algo, por consiguie 9 o lo que surge de su mente ¢s totalmente falso por una sencilla razén: {piensa, siente, se dice realmente algo no es mas que una especie de reflexién de polvo, de algo que ha odo, que le han dicho, que cree sentir o que piensa creer? Es decir, que estamos a aftos: luz de la realidad. EI primer deber del escritor es, antes de cualquier cosa, la atencién. Prestar muchisimas atencién a lo que mismo siente. Una atencidn, diria que casi médica, cientifica, para no equivocarse, para no confundirse a si mismo, y una inmensa atencidn al universo que lo envuelve. En los escritos de los fildsofos del Taoismo. que parecen haber Hegado mas lejos que otros en el sentido de la realidad, hay una especie de dicho, de proverbio que dice asi: Gobernar un gran imperio es lo mismo que freir un pescado pequerio. Es decir, que las dos cosas necesitan de una atencién total, un cuidado atento por parte de quien lo lleva a cabo. ¥ diria lo mismo de un gran texto: poner toda la voluntad necesaria para una Unica accion La atencidn es una cualidad muy poco frecuente. El hecho de estar atento a lo que se hace, al movimiento de los musculos, a la mirada, ver exactamente lo que ocurre dentro y fuera de uno mismo. El escritor que se consagra a un texto, usa millones de pequefias anotaciones hechas anteriormente de las que, a menudo, ni siquiera recuerda dénde fueron tomadas pero que, sin embargo, han pasado de alguna mancra a través de ese ordenador que es su cerebro. Cuanto mas rico es un texto, y eso se puede comprobar con cualquier gran obra como Guerra y paz ¥ otras, en lugar de ver aparecer huecos, uno se da cuenta de que hasta el mas minimo detalle tiene un valor de extrema realidad ‘Ahora, ;cémo llegar a este grado de atencién? He pensado que seria interesante citar algunos fragmentos “jue no hacen especial referencia al arte de escribir pero si a cualquier tipo de arte y a todas las formas de vida que he encontrado en un texto tantrico de Cachemira. Que el espiritu bloqueado sobre alguna cosa no la abandone demasiado rapido para orientarse hacia otra ' decir, que en toda sensacién, en toda emocién, en toda deseripeién de un hecho hay un margen. Lo que se denomina el dibujo del desgarro en la pintura de Rembrandt, donde la linea nunca es rigida y donde siempre se percibe esa suerte de imperceptible cambio. Y esto es verdad para todas las eircunstancias de la vida. La gente que piensa de manera convencional, no ve este margen. Salta de un tema a otro sin reflexionar sobre el margen que encierra cada sensacidn. En la ansiedud, en el terror y —el autor afuade jocosamente— en el estornudo, cuando estamos suspendidos sobre un precipicio, cuando huyamos de un peligro, cuando sentimos una viva curiosidad, en el momento en el que se despierte 0 se sacie el hambre, la existencia se manifiesta. De nuevo estamos frente a la paso de una sensacion a otra. Una cosa tan importante en la que el escritor convencional falla siempre. Sentado v tumbado, evocar con intensidad su propio cuerpo como privado de soporte. ES decir, uno se cree firmemente establecido en algo, pero no se esta firmemente establecido en nada en absoluto, Nuestros caracteres, nuestros personajes, las cosas que describimos, tampoco. Nunca hay que olvidar este elemento basico de inestabilidad bajo la estabilidad. Ia verdad tiene este precio. No se debe fijar el pensamiento. Antes he hablado de fijar la atencién, eso si, pero el pensamiento no. Porque el pesamientoes una opinidn y de esa manera no podemos reflejar todas las cosas. Meditar sobre uno mismo como un firmamento ilimitado, Es decit, recordar que somos mas grandes de lo que pensamos, y no es para nada una expresion de orgullo. El escritor es, en realidad, muy humilde. Cada vez que termina un libro, se dice: ;Dios mio! ;He conseguido hacerlo! Cada vez. que el escritor termina una obra, siente el estupor que le ha sido otorgado para ir tan lejos de si mismo en el ambito de la vida. Y aqui creo que hay que hacer otro apunte esencial, importante: el escritor debe vivir. Alguien que se dice: Me voy a encerrar para escribir un libro, escribira un libro malo. Ibsen dijo maravillosamente: Un escritor que ya no vive se convierte en un mal escritor, solo escribe libros. Porque lo que no se ha vivido, siempre se percibe a través de ciertas convenciones y de ciertos prejuicios. Fe eee

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