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“Seminario de Salud Ocupacional, Riesgos Psicosociales y Trabajo”


(3er Sem. DEMST)
12/06/2020
Erick Hurtado González

Reporte sobre los aportes centrales del Apartado I de Dejours C. y Gernet, I.


[2014, (2012)] Psychopathologie du travail CEIL CONICET/ Argentina, y de la
Conferencia de Christophe Dejours "Sufrimiento en el trabajo", en torno a: ¿Cómo
se relaciona subjetivamente el trabajador con “lo real” del trabajo? y ¿cómo se
produce el sufrimiento en el trabajo y la emergencia de las patologías del trabajo?

Para comenzar a responder las dos preguntas que sirven de hilo conductor a este
reporte, es necesario comenzar por establecer que para Dejours el trabajo no es
un entorno, no es una condición exterior al trabajador, sino que el trabajo vivo
exige que se haga internamente, la subjetividad entera pide que se haga allí, por
lo tanto es intrasubjetivo. Se dice que entonces hay una invasión de la
personalidad y una preocupación por el trabajo a partir de esto.

Así también, es importante mencionar que existen estrategias colectivas de


defensa específicas de cada tipo de trabajo, que son distintas de las estrategias
del mundo económico y laboral provenientes desde Taylor, Ford, el Toyotismo y la
óptica de los Ingenieros en el trabajo. Y Dejours subraya que a partir del S.XXI
quienes hacen la descripción de la forma que debe adoptar el mundo laboral son
los administradores, imponiendo la descripción gestiva del trabajo.

Pero lo esencial del trabajo no se ve –la subjetividad-, lo cual tiene sus


implicaciones considera el autor, ya que si bien actualmente (S.XXI) el trabajo
puede producir lo peor como son los suicidios, también puede llevar a lo mejor, por
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lo que para muchos es un medio poderoso para la construcción de la salud. En


ese sentido, la salud mental depende de la organización del trabajo, la cual ha
cambiado por la introducción de los siguientes métodos:

 La evaluación individualizada del desempeño


 El método de la calidad total
 La subcontratación en cascada
 La normalización de las tareas (Estandarización)

Dejours refiere que en el trabajo vivo (concepto que proviene de Marx), los
trabajadores no respetan las indicaciones completamente nunca, hacen trampa
para hacer las cosas lo mejor posible en el menor tiempo, con la intención de
prevenir los incidentes ya que estos generan sufrimiento, y que “El sufrimiento, en
tanto vivencia subjetiva, remite siempre a una experiencia particular vinculada con
situaciones y prácticas de trabajo específicas (pág. 24).

Explica que los incidentes, que vienen a perturbar las previsiones y las
predicciones, en la teoría son Lo Real del trabajo, que es lo que se nos resiste –
material, herramientas, los clientes en los servicios, etc.-. Agrega que este es un
fracaso, aquello que no funciona en el trabajo. Esto da cuenta de que existe un
desfase entre la tarea (lo prescrito) y la actividad (lo efectivo, lo que funciona), que
abarca todas las situaciones de trabajo sin excepción y es resultado de la
variabilidad de dichas situaciones, pero también de las insuficiencias y
contradicciones que provienen de la organización del trabajo. Tomando en cuenta
lo anterior, si las prescripciones se respetaran de manera escrupulosa no
permitiría alcanzar los objetivos, lo cual lleva al trabajador a practicar desvíos o
transgresiones.
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El trabajo desde la perspectiva clínica se caracteriza así por su parte subjetiva y


viva, lo que equivale al ingenio, la iniciativa y la capacidad de invención que son
movilizados por quienes trabajan, es decir el Trabajo Real. El trabajo vivo
entonces comienza por el Real que pone a prueba al trabajador, y eso Real es
ante todo afectivo, desde el modo pasivo del sufrimiento, por lo que se requiere
entonces la capacidad para reconocer lo Real y vencerlo, capacidad para sufrir,
pero es eso precisamente lo que impulsa a buscar la solución. El conocimiento
para vencer lo Real brota del sufrimiento, que es a la vez un conocimiento a través
del cuerpo, y la resistencia de la lucha con lo real lleva a adquirir nuevas
competencias y habilidades.

El trabajo obliga a quien lo hace a transformarse a sí mismo y a realizarse –a


sublimar- asevera Dejours, y “Según esta concepción, el trabajo implica siempre
una actividad de concepción y no puede ser reducido a un trabajo de ejecución”
(pág. 31). Hay saberes procedimentales que se utilizan para enfrentar lo Real del
trabajo, que atraviesan el cuerpo y de los cuales no damos cuenta, por lo que en
ocasiones se consideran fuera de la normatividad. Pero el trabajo y no sólo la
sexualidad tienen un papel esencial en la salud mental, hay por tanto una
centralidad subjetiva del trabajo, que es también una centralidad política.

En la psicopatología del trabajo se dio un movimiento del estudio de las


enfermedades mentales hacia el sufrimiento, situado este más allá de la
descompensación y de la patología. Este sería el resultado de la imposibilidad de
la persona para adaptar la organización del trabajo a sus necesidades y convertirlo
en algo acorde con su deseo. El sufrimiento se concibe pues “[…] como una
vivencia específica que resulta de la confrontación dinámica de los sujetos con la
organización del trabajo” (pág. 28). Este concepto va a permitir identificar los
diferentes procesos psíquicos movilizados en las situaciones de trabajo y centrar
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el análisis en el vínculo subjetivo movilizado frente a los contenidos específicos del


trabajo.

Dejours también explica que desde los años noventa del siglo pasado las
investigaciones en clínica del trabajo dieron cuenta de formas de sufrimiento
ligadas a la trasformación de los modos de organización del trabajo (management,
complejización de los objetos técnicos, desarrollo de la economía de los servicios).
En las actividades de servicio, la movilización de la subjetividad que determina el
trabajo de servicio adquiriría la forma de trabajo sobre las emociones. Añade que
también es posible identificar manifestaciones de un sufrimiento “ético” en
situaciones de trabajo en las cuales la gente está forzada a realizar tareas
inmorales que producen sufrimiento o injusticia al cliente, y que dichas tareas son
prescritas justificándose a partir de racionalidades económicas, como en el caso
de las ventas compulsivas. Todo esto deriva en la negación del sufrimiento de los
demás, en el silencio acerca del propio y se refleja en individualismo como una
forma común de expresión.

La lucha contra emergencia de las patologías del trabajo no se juega entonces


solamente en la esfera intrapsíquica nos dice Dejours, sino que implica
necesariamente el vínculo con los otros, en el registro de la intersubjetividad. Lo
esencial de la clínica en psicopatología del trabajo se desarrolla en situaciones en
las cuales el vínculo entre un sujeto y lo real del trabajo es objeto de un no-
reconocimiento, incluso a veces de una negación por parte de los otros.

Algo que es central en el planteamiento que realiza Dejours, es que a decir de él


los datos clínicos sugieren que el vínculo subjetivo con el trabajo interviene en el
surgimiento de descompensaciones psiquiátricas o somáticas cuando “[…] surgen
contradicciones insolubles entre los dos modelos de involucramiento de la
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personalidad (esfera afectiva o familiar y esfera del trabajo) que remiten a la


paradoja de la doble centralidad de lo sexual y del trabajo” (pág. 79).

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