Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para comenzar a responder las dos preguntas que sirven de hilo conductor a este
reporte, es necesario comenzar por establecer que para Dejours el trabajo no es
un entorno, no es una condición exterior al trabajador, sino que el trabajo vivo
exige que se haga internamente, la subjetividad entera pide que se haga allí, por
lo tanto es intrasubjetivo. Se dice que entonces hay una invasión de la
personalidad y una preocupación por el trabajo a partir de esto.
Dejours refiere que en el trabajo vivo (concepto que proviene de Marx), los
trabajadores no respetan las indicaciones completamente nunca, hacen trampa
para hacer las cosas lo mejor posible en el menor tiempo, con la intención de
prevenir los incidentes ya que estos generan sufrimiento, y que “El sufrimiento, en
tanto vivencia subjetiva, remite siempre a una experiencia particular vinculada con
situaciones y prácticas de trabajo específicas (pág. 24).
Explica que los incidentes, que vienen a perturbar las previsiones y las
predicciones, en la teoría son Lo Real del trabajo, que es lo que se nos resiste –
material, herramientas, los clientes en los servicios, etc.-. Agrega que este es un
fracaso, aquello que no funciona en el trabajo. Esto da cuenta de que existe un
desfase entre la tarea (lo prescrito) y la actividad (lo efectivo, lo que funciona), que
abarca todas las situaciones de trabajo sin excepción y es resultado de la
variabilidad de dichas situaciones, pero también de las insuficiencias y
contradicciones que provienen de la organización del trabajo. Tomando en cuenta
lo anterior, si las prescripciones se respetaran de manera escrupulosa no
permitiría alcanzar los objetivos, lo cual lleva al trabajador a practicar desvíos o
transgresiones.
3
Dejours también explica que desde los años noventa del siglo pasado las
investigaciones en clínica del trabajo dieron cuenta de formas de sufrimiento
ligadas a la trasformación de los modos de organización del trabajo (management,
complejización de los objetos técnicos, desarrollo de la economía de los servicios).
En las actividades de servicio, la movilización de la subjetividad que determina el
trabajo de servicio adquiriría la forma de trabajo sobre las emociones. Añade que
también es posible identificar manifestaciones de un sufrimiento “ético” en
situaciones de trabajo en las cuales la gente está forzada a realizar tareas
inmorales que producen sufrimiento o injusticia al cliente, y que dichas tareas son
prescritas justificándose a partir de racionalidades económicas, como en el caso
de las ventas compulsivas. Todo esto deriva en la negación del sufrimiento de los
demás, en el silencio acerca del propio y se refleja en individualismo como una
forma común de expresión.